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Universidad El Bosque

Departamento de Bioética
Doctorado en Bioética IV Semestre
Primer Período de 2021
Seminario Fundamentos de la Investigación en Bioética
Dirigido a: Jaime Escobar Triana. PhD., Constanza Ovalle Gómez. PhD.
Relator: Ángela Patricia Cuesta Caicedo
Fecha: Jueves 18 de febrero de 2021
Texto: Gracia, D1. (2019) Bioética Mínima. Madrid: Triacastela, pp. 19-38.

1. Introducción
Gracia (2019) argumenta que la confrontación por los problemas éticos ha permanecido
durante la evolución de la historia humana, aunque el contenido de los mismos ha variado. Cada
época tiene su quehacer, su propia filosofía y aún más su propia ética, la bioética se constituye en
un puente entre la ciencia y la ética. La bioética inicialmente fue monopolizada por la medicina,
debido a los conflictos que emergen a partir de los grandes avances tecnológicos para el
diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Sin embargo, este autor manifiesta su inconformidad
puesto que la bioética se refiere a la ética de la vida, cuyo objetivo es la toma de decisiones
prudentes. Este autor comienza su obra analizando la experiencia moral como sujeto u objeto de
la deliberación.

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Diego Gracia. Nació en Madrid, 21 de mayo de 1941. Licenciado en Medicina en 1970 por la Universidad de
Salamanca con Premio Extraordinario. Alumno Interno por oposición de la Cátedra de Psiquiatría. Doctor en 1973
por la Universidad Complutense. Diplomado en Psicología Clínica por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Especialista en Psiquiatría. Amplió estudios en Nassau, Heidelberg, París y en varios centros de Estados Unidos.
Colaborador científico del CSIC, por oposición, en 1974. Profesor agregado de Historia de la Medicina
(Antropología Médica) en 1978 y desde 1979 Catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad
Complutense. Fue vicedecano de la misma Facultad desde 1981 hasta 1983. Ha sido director de la biblioteca de esta
Facultad hasta el año 2003. Director del Magíster en Bioética de la UCM. Director de la Fundación Xavier Zubiri.
Presidente del Patronato de la Fundación de Ciencias de la Salud y director de su Instituto de Bioética. Ha
publicado, entre otros, los libros: "Teología y medicina en la obra de Miguel Servet" (1981), "Ética de la calidad de
vida" (1984), "Voluntad de verdad. Para leer a Zubiri" (1986), "Historia del medicamento" (1987), “Fundamentos de
bioética” (1989), “Primum non nocere: El principio de no maleficencia como fundamento de la ética médica”
(1990), “Procedimientos de decisión en ética clínica” (1991), “Ética y vida: Estudios de bioética” (4 vols, 1998),
“Medice, cura te ipsum: Sobre la salud física y mental de los profesionales sanitarios” (2004), “Como arqueros al
blanco: Estudios de bioética” (2004). Fuente: https://www.ranm.es/academicos/academicos-de-numero/75-excmo-
sr-d-diego-m-gracia-guillen.html
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2. Bioética mínima
Para Gracia (2019) la ética es una disciplina práctica que tiene como objetivo la toma de
deciones prudentes en un momento concreto, en circunstancias determinadas. Señalando las
diferencias entre la lógica práctica de la ética, de la lógica teórica del derecho. Para este autor, la
“bioética mínima” se refiere a los contenidos que son imprescindibles en un programa de
formación ética, aquellos elementos necesarios para que se pueda analizar diversos problemas y
temas que puedan resultar en distintas situaciones en la que se necesite tomar decisiones
prudentes. Con el fin de ofrecer esos instrumentos necesarios presenta un método de análisis
denominado el método de la deliberación (pp. 9-17).

3. La experiencia moral
Gracia (2019) con el objetivo de realizar un análisis detallado del fenómeno de la moralidad
expresa que la experiencia moral es un fenómeno primario común en toda la humanidad
conformada por los momentos de la obligación y el deber, es decir, el hecho de sentirse obligado
a realizar o no ciertas cosas. “El fenómeno del deber se nos presenta como universal, irreductible
y originario.” (p.20). En este fenómeno se distinguen dos dimensiones, la forma y el contenido.
La forma se refiere a la estructura mientras que el contenido, nos permite el planteamiento de
problemas éticos. La ética requiere la proyección en el futuro, por tanto la estructura de la
experiencia moral solo puede ser percibida por aquellos seres que existen en forma de
posibilidad, es decir solamente los seres humanos pueden ser morales. Todos los seres humanos
tenemos la obligación moral de realizarnos en nuestra vida. Esta obligación tiene carácter
imperativo y categórico, no hay libertad para optar por la indiferencia, puesto que la libertad está
circunscrita a la elección de los medios en orden a conseguir el fin. Para Gracia (2019), la
dimensión de contenido viene determinada por la inteligencia y el sentimiento convirtiendo al
imperativo categórico de obligación en deber. La experiencia moral incluye la obligación y el
deber. Esta experiencia es un fenómeno universal y primario en la especie humana (pp. 19-26).

Este autor argumenta que los seres vivos son el resultado del proceso de “selección natural”
en la evolución biológica. La especie humana desde el punto de vista biológico, tiene pocas
posibilidades de sobrevivir en el medio, la escasez de recursos biológicos lo ubican en una
posición de desventaja frente a otros seres vivos. Los seres que han desarrollado el sistema

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nervioso central, que tiene por objeto adaptar a los seres vivos a su entorno, pueden prever
situaciones para adecuarse a las condiciones del medio. No obstante, Gracia (2019) señala que
en los humanos “inteligencia es la capacidad de formalizar el medio y adaptarlo o adecuarlo a las
necesidades del ser humano” (p. 28). Precisa este autor, que el animal se adapta a su medio
natural para sobrevivir, pero el ser humano adapta el medio, lo transforma para su propio
beneficio. Este es un proceso creativo de ajustamiento donde la realización de valores es el
imperativo moral, al ser la inteligencia una cualidad biológica, se explica entonces el origen
biológico de la moralidad humana. Resalta también el autor que este mecanismo no es suficiente
para garantizar por mucho tiempo la permanencia la especie humana (Gracia, 2019, 27-29).

El ser humano para su realización está obligado a construir un proyecto de vida en el futuro,
de una manera racional y emocional, optando por la elección de realizar algunas de sus
posibilidades en detrimento de que las demás no se realicen. La obligación moral implica la
realización de valores y gestionarlos prudentemente para conseguir la felicidad propia y de los
demás individuos. El ser humano es responsable de sus proyectos, puesto que debe responder por
ellos ante su conciencia y ante los demás. La obligación moral nos lanza de forma obligatoria a
proyectar el futuro con el propósito de alcanzar los fines programados, pero a la vez exige asumir
la responsabilidad de las propias elecciones (Gracia, 2019, pp. 31-32).

Entre las características de la experiencia moral se encuentran: la universalidad, como un


fenómeno característico de todos los seres humanos, pero que no se da en sujetos distintos de los
humanos. La originalidad, se refiere a su irreductibilidad, puesto que es una experiencia única y
distinta de cualquier otra en su género. La autonomía, puesto que la decisión moral debe ser
propia e intransferible. Y la conciencia del deber, que implica que se debe estar convencido del
actuar de cierta manera y no de otra, por motivación moral, es decir, por el deber (Gracia, 2019,
pp. 32-34).

Atendiendo a la originalidad de la experiencia moral, Gracia (2019) señala que la heteronomía


consiste en la reducción de la ética a algo distinto a ella misma dando lugar a falacias lógicas.
“La falacia es una proposición que se presenta como verdadera pero que solo es aparentemente,
porque comete algún error lógico” (p. 35). En el campo de la ética se presentan frecuentemente

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tres tipos de falacias: falacia tecnocrática, cuando los problemas
éticos se reducen a problemas técnicos es decir cuestiones técnicas de optimización de los
intereses, sin embargo este autor señala que en la toma de decisiones se deben considerar los
móviles morales antes que la busque de los propios intereses. La falacia fideista o reducción de
los problemas éticos a cuestiones religiosas. Se niega la capacidad de la razón para establecer
normas morales. Se considera que la ética es un epifenómeno de la religión. La falacia legalista
reduce la norma ética a la norma jurídica, sin embargo la ética es más que el cumplimiento de
deberes legales o en el respeto de derechos humanos, puesto que estas normas no generan
obligación moral si el ser humano no decide que así sea (Gracia, 2019, pp. 34-38).

4. Conclusión
La ética trata de que las decisiones humanas sean correctas. La enseñanza de la ética es un
problema en sí mismo, por el hecho de que todos los seres humanos necesitamos tomar
decisiones continuamente para poder sobrevivir, pero no se puede deducir que sepamos hacerlo
correctamente. Hacerlo bien exige un difícil proceso de aprendizaje y quien lo enseña debe saber
cómo hacerlo. Sin embargo, con frecuencia el objeto de aprendizaje es decir la experiencia moral
se confunde con la religión, normas jurídicas o con la determinación del mejor interés en las
decisiones técnicas. Diego Gracia (2019) presenta un detallado estudio de la experiencia moral
señalando sus componentes y características.

5. Referencias

Gracia, D. (2019) Bioética Mínima. Madrid: Triacastela, pp. 9-61.

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