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El cementerio de los elefantes

La caída de los grandes conductores

Una TV de programas sin conductores

El 2021 trajo novedades en el comportamiento de las audiencias televisivas y también


respecto a la distribución de prestigio entre las principales figuras de la pantalla. Junto con las
visibles ausencias de Mirtha Legrand y Susana Giménez, se pudo ver los bajos ratings de Jorge
Rial y Marcelo Tinelli. Cuatro de las figuras más importantes se encuentran fuera de la pantalla
– Susana, Mirtha y Rial – o fuertemente cuestionadas, como Tinelli.

El año estuvo dominado por el éxito arrollador de los realities de Telefé (MasterChef Celebrity
y La Voz) y las telenovelas extranjeras (Dr. Milagro y Fuerza de Mujer), mientras que tanto en
el 13 como en el 9 lo mejor pasó por los programas de entretenimiento y el humor.

En particular, Susana y Tinelli son dos conductores que encontraron su espacio en la TV a


comienzos de los 90. Si bien el programa “Hola Susana” comenzó en 1988, en el 90 encontró
su forma más reconocida en Canal 9, luego con su pase al naciente Telefé se convirtió en un
gran éxito. Si bien el programa alternó envíos diarios, semanales y especiales, mantuvo
siempre la lógica de entretenimiento telefónico, charla con personalidades en el living (que
podían ser estrellas internacionales o freekes bizarros) y espectáculos musicales nacionales e
internacionales. Sin pantalla en los últimos 2 años, no parece tener un espacio asegurado en la
TV actual.

Respecto de Marcelo Tinelli su ascenso desde un horario marginal a la medianoche hasta ser lo
más visto de la TV fue vertiginoso también en la década de 1990. Su programa osciló desde un
show humorístico marcado por el uso y abuso de la cámara oculta y la burla grosera a un
reality híbrido con un programa de escándalos y cosificación de la mujer, sin conocer límites ni
filtros a la hora de perseguir el rating. La actualidad muestra el reverso de esa
inescrupulosidad: nada parece dar resultado para encontrar el éxito.

Ambos oscilaron en diversos formatos pero siempre centrados en sus propias figuras como
animadores y explotando la conexión que ambos supieron construir con las audiencias: en el
caso de Susana esa suerte de tierna torpeza que le permitía convertir en simpatía los errores y
en el caso de Tinelli su personaje de capo de la barra de amigos capaz de reírse de todos y de
todo, incluso de sí mismo.

Susana y Marcelo supusieron un fuerte cambio de registro en la conducción televisiva a partir


de proponer una conexión más directa con el televidente. Este nuevo estilo sucedió a
conductores como Silvio Soldán, Héctor Larrea, Leonardo Simons y Jorge Cacho Fontana. Estos
últimos fueron muy exitosos en las décadas de los 70 y los 80 con un estilo mucho más formal.
Si bien en algunos casos continuaron trabajando en la década de 1990 y los 2000, dejaron sus
momentos de máximo éxito en la década de 1980.

Jorge Rial tuvo un andar más sinuoso por la TV argentina. Encontró un lugar entre fines de los
80 y comienzos de los 90, primero como columnista de Indiscresiones y en 1992 como
conductor de “El Periscopio”, junto a Andrea Frigerio. Parte de la misma renovación de
registro, exhibió un modo diferente de hacer periodismo de espectáculos, mucho menos
condescendiente con los famosos y explotando un nuevo estilo en crecimiento: el show-
escándalo. Su retorno a la TV en el 2001 con Intrusos supuso la consolidación de un modo de
hacer periodismo de espectáculos aún vigente. No obstante, el modelo parece sobrevivir a su
creador: Intrusos se mantiene vigente sin su creador al frente. Por su parte, el reciente
tropiezo de TV Nostra exhibe la dificultad de encontrar un espacio en la difícil TV actual.

El caso de Mirtha Legrand, la eterna, es para variar más complejo. De larga y exitosa
trayectoria como actriz de cine, llegó a la TV con sus emblemáticos almuerzos en la década de
1960, en un récord absoluto que no tiene comparación en la TV del mundo. No obstante, en
una situación aún no explicado del todo, no tuvo pantalla en los 80, recién en los 90 recuperó
su espacio con los almuerzos en canal 9. A partir de entonces mantuvo su ciclo con continuidad
casi perfecta, aunque el ciclo osciló entre el diario y el semanal, hasta que por la pandemia fue
reemplazada por su nieta, que hoy campea el ciclo sin que ni la producción ni el canal parecen
extrañar a Mirtha, a pesar de las modestas dotes de su nieta como entrevistadora.

Esta generación de conductores que comenzaron en los 90, especialmente Tinelli, Susana y
Rial, encuentran un límite en la TV actual, donde parece que las mega estrellas ya no tienen
lugar o, al menos, ya no son irremplazables. Conductores como Marley, Santiago del Moro y
Guido Kazka, se abren paso en formatos que podrían sobrevivir sin sus animadores al frente.
Bendita, el clásico envío de archivo de Canal 9, ha mantenido extensos reemplazos de Beto
Casella sin pérdida de audiencia.

Por otra parte, los formatos parecen imponerse a las personalidades. Mientras antes se miraba
a Tinelli y a Susana y no importaba tanto de qué iba el programa. Ahora se miran programas y
no importa tanto quien los conduce.

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