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Qué Quiero Cambiar de Mí - Marco Teorico - Referencial
Qué Quiero Cambiar de Mí - Marco Teorico - Referencial
Como bien sabe, una de las cosas que quiero cambiar principalmente de mí, es la ansiedad, el
objetivo principal de este marco teórico entonces, es reunir información que me ayuden a entender,
qué es la ansiedad y que tipos de ansiedad existen, una vez hecho este, hacer el marco referencial
que me ayudará entonces a conseguir un método de enfrentarla y mejorarla
Existen muchas opiniones acerca de los componentes y procesos de la salud mental. Es un concepto
muy cargado de valor, y no es probable que se llegue a una definición unánime de él. Al igual que el
concepto fuertemente asociado, el de estrés, la salud mental se define (Warr 1994) como:
– Un proceso indicativo de una conducta de afrontamiento: por ejemplo, luchar por conseguir la
independencia, autonomía (ambos aspectos clave de la salud mental);
– El resultado de un proceso: un estado crónico debido a una confrontación aguda e intensa con un
factor estresante, como sucede en el Trastorno por Estrés Postraumático, o a la presencia continua
de un factor estresante, no necesariamente intenso.
– El término ansiedad proviene del latían anxietas, congoja o aflicción. Consiste en un estado de
malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o
desosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente y de causa indefinida. La diferencia
básica entre la ansiedad normal y la patológica, es que ésta última se basa en una valoración irreal
o distorsionada de la amenaza. Cuando la ansiedad es muy severa y aguda, puede llegar a paralizar
al individuo, transformándose en pánico.
– Angustias, así como angor, angina, provienen de una misma raíz griega o latina, y significan
constricción, sofocación, estrechez u opresión, y se refieren indudablemente a la sensación de
opresión precordial y epigástrica con desasosiego que la caracteriza. La angustia es una
manifestación emocional caracterizada por un temor a lo desconocido o a lo amenazante. Este
temor se contrapone al miedo, que es un temor a algo concreto y definido (objeto o situación).
Según su origen, la angustia puede presentarse de diferentes maneras. Existe una angustia que
puede ser considerada normal, pues aparece frente a diversos estímulos estresantes, que implican
una amenaza real e imponen un desafío. Si, por el contrario, la valoración de una amenaza es
errónea o distorsionada o el estímulo es imaginario, se genera una angustia que tiende a persistir,
transformándose en anormal o patológica. Es decir, la angustia normal se basa en preocupaciones
presentes o del futuro inmediato y desaparece al resolver los problemas la angustia patológica,
antes llamada neurótica, es de medida y persistente, planeando un futuro incierto o amenazante y
va restringiendo la autonomía y desarrollo personal de quien la sufre.
La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente
amenazado por un peligro externo o interno. Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce
el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto
desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la
respuesta). La ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada en
relación con el estímulo desencadenante.
– Datos de la Organización Mundial de la Salud del año 2001 situaban en aproximadamente 450
millones el número de personas aquejadas de algún tipo de trastorno mental en todo el mundo.
– Los Trastornos de Ansiedad son considerados en la actualidad como el trastorno mental más
común en los Estados Unidos y México. En algún momento de sus vidas, se prevé que cerca del 25%
de la población experimentará algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Uno de cada ocho
norteamericanos entre los 18y los 54 años padece algún tipo de Trastorno de Ansiedad. Este
porcentaje de la población representa a más de 19 millones de personas.
– Lang (2002): es una respuesta emocional que da el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta
como amenazas o peligros.
– Beck (1985) refiere que es la percepción del individuo a nivel incorrecto, estando basada en falsas
premisas.
– Kiriacou y Sutcliffe (1987): una respuesta con efectos negativos (tales como cólera, ansiedad,
depresión) acompañada de cambios fisiológicos potencialmente patógenos (descargas hormonales,
incremento de la tasa cardiaca, etc.).
– Lazarus (1976): La ansiedad es un fenómeno que se da en todas las personas y que, bajo
condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico.
Tiene la importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes o preocupantes, de
forma que hagamos lo necesario para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo
adecuadamente.
Existen distintos cuadros clínicos en los que la ansiedad es el síntoma fundamental. Entre ellos
estaría el trastorno por crisis de angustia, en el que la ansiedad se presenta de forma episódica como
palpitaciones, sensación de ahogo, inestabilidad, temblores o miedo a morirse; el trastorno de
ansiedad generalizada, existiendo un estado permanente de angustia; el trastorno fóbico, con
miedos específicos o inespecíficos; el trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas “intrusitas” y
desagradables que pueden acompañarse de actos rituales que disminuyen la angustia de la obsesión
(lavarse muchas veces por miedo a contagiarse, comprobar las puertas o los enchufes, dudas
continuas); las reacciones de estrés agudo o postraumático; y los trastornos de adaptación a
situaciones vitales adversas. A continuación se mencionaran algunos enfoques sobre la ansiedad:
1. La ansiedad es la activación del sistema nervioso, consecuente con estímulos externos o como
resultado de un trastorno endógeno de las estructuras o de la función cerebral. La activación se
traduce como síntomas periféricos derivados del sistema nervioso vegetativo (aumento del tono
simpático) y del sistema endocrino (hormonas suprarrenales), que dan los síntomas de la ansiedad.
Por otro lado, los síntomas en estimulación del sistema límbico y de la corteza cerebral que se
traducirán en síntomas psicológicos de ansiedad.
2. Teoría Psicodinámica. Su creador fue Freud. Dijo que la angustia es más un proceso biológico
(fisiológico), respuesta del organismo ante la sobreexcitación derivada del impulso sexual -libido-
para posteriormente llegar a otra interpretación en donde la angustia sería la señal peligrosa en
situaciones de alarma. Según esta teoría, la angustia procede de la lucha del individuo entre el rigor
del súper yo y de los instintos prohibidos, ello, donde los estímulos instintivos inaceptables para el
sujeto desencadenarían un estado de ansiedad.
3. Teorías Conductistas. Se basa en que todas las conductas son aprendidas y en algún momento de
la vida se asocian a estímulos favorables o desfavorables adoptando así una connotación que va a
mantenerse posteriormente. Según esta teoría, la ansiedad es el resultado de un proceso
condicionado de modo que los sujetos que la padecen han aprendido erróneamente a asociar
estímulos en un principio neutros, con acontecimientos vividos como traumáticos y, por tanto,
amenazantes, de manera que cada vez que se produce contacto con dichos estímulos se
desencadena la angustia asociada a la amenaza. La teoría del aprendizaje social dice que se puede
desarrollar ansiedad no solo a través de la experiencia o información directa de acontecimientos
traumáticos, sino a través del aprendizaje observacional de las personas significativas al entorno.
1.Trastorno de Ansiedad por la Separación: Es la ansiedad excesiva por la separación del niño del
hogar o de aquellos a quienes el niño está ligado. La persona puede desarrollar una preocupación
excesiva al punto de que puede ponerse reacio o negarse a ir a la escuela, estar solo o dormir solo.
Las pesadillas repetitivas y las quejas acerca de síntomas físicos (tales como el dolor de cabeza, dolor
de estómago, náusea o vómitos) pueden ocurrir.
2.El Trastorno de Ansiedad Generalizado: Es la ansiedad excesiva y preocupación sobre los eventos
o actividades, tal como el asistir a la escuela o trabajo.
4. Las Fobias: Son los temores persistentes e irracionales de un objeto especifico, actividad o
situación
Los síntomas característicos de los Trastornos de Ansiedad difieren de los sentimientos habituales
de nerviosismo e inquietud en que se manifiestan externamente como reacciones
desproporcionadas y/o injustificadas ante estímulos o situaciones ambientales cotidianas,
reacciones que escapan del control voluntario de la persona, tienen un carácter intenso y
recurrente, generan incomodidad y malestar e interfieren significativa y negativamente en la vida
de la persona en múltiples niveles
1. Preocupación
– Inseguridad
– Miedo o temor
– Dificultad de concentración
2. Motores u observables
– Hiperactividad
– Paralización motora
– Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alta, accesos de calor
– Minimización: El sujeto percibe como muy disminuida su habilidad para enfrentarse con las
amenazas físicas y sociales.
– Imaginación sensorial (cenestésica). Los sentidos son nuestro medio de comunicación con lo que
nos rodea. Personas con los sentidos desarrollados se destacan por ser más conscientes de su
entorno, poder concentrarse mejor, tener mayor capacidad de recepción de la información y,
principalmente, sentirse más en contacto con la realidad. Esta habilidad, como las demás, también
se puede entrenar.
6. Método Silva. Esta técnica se basa en hacer cuentas regresivas mentalmente, así como en
respiraciones profundas. El contar hacia atrás mentalmente tiene dos ventajas: la primera es que
los números no se asocian a ningún estímulo negativo. Son de los pocos símbolos que poseen un
solo significado. El otro beneficio en que, mediante la cuenta regresiva, podemos ir bajando
mentalmente de nivel, es decir, descender fácilmente hasta el nivel Alfa.
DEPRESIÓN:
La depresión hace referencia a una amplia gama de problemas de salud mental caracterizados por
la ausencia de afectividad positiva, es decir, una pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar
con las actividades que normalmente eran placenteras, el individuo también presente un bajo
estado de ánimo y una serie de síntomas emocionales, como pueden ser los sentimientos de culpa,
de inutilidad, falta de ilusión y así como la baja autoestima con pérdida de confianza en sí mismos
Por otro lado, presentan síntomas físicos, conductuales y cognitivos asociados a esta patología.
Algunos síntomas físicos y conductuales pueden ser: el llanto, el aislamiento social, la exacerbación
de dolores preexistentes, la disminución de la libido, fatiga, ansiedad marcada, disminución del
sueño y del apetito. Y algunos síntomas cognitivos son: la pérdida de la concentración y reducción
de la atención, pesimismo y pensamientos recurrentes negativos sobre uno mismo y el
enlentecimiento mental. La depresión es un proceso multifactorial y complejo cuya probabilidad de
desarrollo depende de un amplio grupo de factores de riesgo, sin que hasta el momento haya sido
posible establecer su totalidad ni las múltiples interacciones existentes entre ellos. Entre las
variables que incrementan el riesgo de depresión se incluyen factores personales, cognitivos,
sociales, familiares y genéticos. Entre las circunstancias personales o sociales que incrementan el
riesgo de la depresión se ha destacado la pobreza, las enfermedades crónicas, tanto físicas como
Los descendientes de pacientes con depresión constituyen un grupo de alto riesgo tanto para
enfermedades somáticas como psiquiátricas, las cuales comienzan en edades tempranas y
persistentes durante la edad adulta11. Así, se ha demostrado que los familiares de primer grado de
pacientes con un trastorno depresivo mayor tienen el doble de posibilidades de presentar depresión
que la población general. Por otra parte, con el progresivo conocimiento del genoma humano se ha
hecho posible identificar la localización cromosómica de genes que confieren vulnerabilidad para
trastornos como la depresión.
Los rasgos neuróticos de la personalidad se asocian con una mayor incidencia de casos y recaídas
de la depresión y probablemente, este rasgo de personalidad deriva a una mayor susceptibilidad
para desarrollar depresión ante los eventos adversos de la vida.
Clasificación.
La depresión se puede clasificar dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los
episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves. Las personas con
episodios depresivos leves tendrán alguna dificultad para seguir con sus actividades laborales y
sociales habituales, aunque probablemente no las suspendan completamente. En cambio, durante
un episodio depresivo grave, el individuo es incapaz de mantener todas estas actividades.
A continuación, se describen los tipos de depresión descritos según el origen que motiva
la depresión:
- Depresión endógena (maníaca - depresiva): Se caracteriza por ser una afección que aparece de
manera autónoma, no la desencadena ningún factor externo. Es un trastorno donde los pacientes
son incapaces de sentir algo, no pueden sentir ira, empatía o felicidad por los sucesos que pasan en
su entorno. Existen dos
Depresión unipolar: Durante los episodios depresivos típicos hay estado de ánimo deprimido,
pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una
disminución de la actividad, todo ello durante un mínimo de dos semanas. Muchas personas con
depresión también padecen síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito,
- Depresión exógena (neurótica - reactiva): Este tipo de depresión está causada por una causa
externa que se puede identificar. Las principales etiologías de este tipo son:
Sucesos traumáticos.
- Depresión orgánica: como el nombre indica, es la depresión motivada por causa orgánica como
puede ser una patología, un fármaco y/o la falta de vitaminas o nutrientes al organismo. Una vez
solucionado el problema orgánico primario la depresión desaparece, puesto que en este caso el
problema no provoca ningún tipo de estrés.
Hay muchos tratamientos efectivos disponibles para la depresión hoy en día. Pero a pesar de ello,
muchas personas con depresión clínica nunca buscan ayuda. Algunas sienten vergüenza, otras no
reconocen la necesidad de tratamiento y en otros casos piensan que no hay tratamientos efectivos
disponibles. Hay que buscar tratamiento para la depresión porque:
Es tratable.
El tratamiento reduce el dolor y el sufrimiento de la depresión (80-90% de éxito). Casi todos los y
las pacientes que sufren depresión consiguen alivio de sus síntomas y regresan a su vida normal,
algunas veces en pocas semanas. Al igual que con cualquier otra enfermedad médica, cuanto más
se demora el tratamiento, será más difícil de tratar. Si se busca ayuda lo antes posible, puede
evitarse que la depresión sea más grave y que vuelva a repetirse-
El tratamiento puede prevenir varias consecuencias graves de la depresión, entre las que se
encuentra el suicidio. Las personas con depresión son 30 veces más propensas a autolesionarse que
la población general. Sin embargo, cuando la depresión es tratada con éxito los pensamientos de
suicidio desaparecen.
Aunque puede ser necesario probar más de un tratamiento, en casi todos los casos, se encuentra
uno efectivo. La depresión es una enfermedad que, como hemos visto anteriormente, tiene diversas
Aceptar el tratamiento propuesto no significa que nuestra participación vaya a ser pasiva. La
curación de un trastorno psicológico requiere una implicación y un compromiso importante por
parte del paciente. El papel del entorno no debe subestimarse, ya que puede proteger a la persona
que ha perdido la confianza en sí misma.
Existen diversas formas de abordar la depresión. Al ser una condición multifactorial, el abordaje
debe ser integral. Debido a que el tratamiento para la depresión solamente con fármacos no ha sido
suficiente para los pacientes se ha intentado acompañar los medicamentos con diferentes terapias.
Es importante tomar en cuenta que existen diversas opciones de tratamiento y es necesario evaluar
a cada paciente de forma objetiva para poder definir cuál es el tratamiento más efectivo,
recordando que la mejor opción es n abordaje multidisciplinario.
En el plano mundial se ha planteado que el tratamiento más adecuado para la depresión es aquel
que combina el uso de fármacos antidepresivos con psicoterapia cognitivo conductual o
interpersonal. Existen diversas intervenciones psicológicas breves que han sido adaptadas con éxito
para su empleo en muy diversas culturas y países38 y una ventaja de las mismas es que pueden ser
reproducidas con efectividad por parte de personal que labora en el primer nivel de atención a la
salud, con lo que la atención a la depresión no tiene por qué encarecerse al ser otorgada por un
especialista.
Berenzon S, Lara MA, Robles R, Medina-Mora ME. Depresión: estado del conocimiento y la
necesidad de políticas públicas y planes de acción en México. Salud Publica Mex 2013;55:74-80.
- José Mª García, Herrera Pérez Bryan E, Vanesa Nogueras Morillas. Servicio Andaluz de salud,
Consejería de salud y bienestar social, Junta de Andalucía: GUÍAS DE AUTOAYUDA PARA LA
DEPRESIÓN Y LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD. Licencia bajo: Creative Commons
Virues Elizondo, R.A. 2005. Estudio sobre ansiedad. Universidad Autónoma de Nuevo León.
Psicología clínica y psicoterapia
Cia Puyuelo, A.C. 2013. ANSIEDAD Y DEPRESIÓN Consulta de enfermería de atención primaria.
Universidad de Lleida, Facultad de Enfermería.