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JOSÉ HIB
FUNDAMENTOS DE
BIOLOGIA CELULAR
Y MOLECULAR
DE DE ROBERTIS
ww w.m eddics.com
Eduardo M. F. De Robertis
Es d o c to r en Medicina y se graduó con
M edalla de O r o en la Facultad de Medicina
de la República O rie n ta l del Uruguay.
A dem ás es d o c to r en Bioquím ica de la
Facultad de Ciencias Exactas de la
U niversidad de Buenos A ires. Después de
c o m p leta r su d o c to ra d o en la Fundación
C a m p o m a r se trasladó a C am bridg e, Inglaterra, para continuar
su en tre n a m ie n to con Sir G u rd o n en em briología de anfibios.
D esd e 198 5 es pro feso r titu la r de B ioquím ica de la Facultad de
M edicina de la Universidad de C alifornia, Los Angeles, donde
ocupa la N o rm a n Sprague Endowed C h a ir fo r M o lecu lar
O ncology. En 1994 recibió la distinción de ser no m b rado
Investigador del H o w a rd Hughes Medical Institute. H a sido
elegido m iem b ro de la European M o lecu lar Biology (E M B O ), de
la O rganización Iberoam ericana de Biología M o lecu lar (IM B O ) y
es m iem b ro co rresp o n d ie n te de la Société de Biologie de París.
H a recibido distinciones de la Fundación K onex, del C ollége de
France de Paris y de otras entidades. Es m iem b ro de Consejos
A sesores de numerosas organizaciones internacionales.
R ecien tem en te ha sido elegido m iem b ro de la Am erican
A cadem y o f A rts and Sciences.
José Hib
Se graduó en la Facultad de M edicina de
la Universidad de Buenos A ires. Es
d o c to r en M edicina de esa universidad y
d o c to r en Biología de la Universidad del
Salvador. Tem p ranam en te se dedicó a la
docencia y se trasladó — co m o becario
de la O rganización M undial de la Salud—
al C e n tro Latinoam ericano de Perinatología de M o ntevid eo,
dirigido p o r el profeso r R o b e rto C ald eyro -B a rc ia.A llí realizó
sus p rim eros trabajos de investigación, vinculados con la
contractilidad de los órganos del sistem a rep ro d u c to r
masculino y su regulación farm acológica y ho rm on al. Luego se
radicó en Buenos A ires, do nd e co m o m iem b ro del C O N IC E T
co ntinuó con sus investigaciones, que fueron registradas en más
de 30 publicaciones en revistas extranjeras, o comunicadas en
congresos nacionales e internacionales de la especialidad. En
1986 fue n o m b ra d o p rofeso r adjunto del D e p a rta m e n to de
Biología Celular, Histología, Em briología y G en ética de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos A ires y desde
1996 es pro feso r titu la r de esa asignatura en la Universidad
A b ie rta Interam ericana. Fue m iem b ro del C o m ité C ien tífico del
P rim e r C on greso Panam ericano de A nd ro log ía y ha sido
prem iad o p o r el M in isterio de Educación de la N ación p o r su
trab ajo C ontractilidad de l epidídim o. Es a u to r de los libros
I m briologla M é d ic a e H istología de D i Fiore — Texto y Atlas— ; este
últim o, -il Igual que I undam entos, ha sido trad ucid o al portugués.
Los estudios moleculares de la célula han [ J
alcanzado logros tan significativos que convierten 1
a la biología celular en el basamento de la ►
— 1 ■
- J i . . — i i l
mayoría de las asignaturas de las ciencias
biológicas. ’ |
t— ‘ ( )
Los veintitrés capítulos que componen esta j ' 1
nueva edición han sido revisados, ampliados y .. w
I III
actualizados en consonancia con los
espectaculares avances registrados enla mayor *— 1
parte de los temas.Todos han sido presentados
en form a concisa y didáctica, encabezados p or
códigos que agilizan la búsqueda de los
contenidos y perm iten su integración. Además se r~r 1
r ~ ')
ha cambiado el form ato del libro y se ha
recreado su diseño mediante la incorporación de
ilustraciones nuevas y el empleo de colores.
'p j
litoricd El Ateneo
Fundamentos
de Biología Celular
y Molecular
de De Robertis
Fundamentos
de Biología Celular
y Molecular
de De Robertis
Eduardo M . F. De Robertis
José Híb
@Editorial ElAteneo
D e R o b e rtis , E d u a rd o
F u n d a m e n to s d e B io lo g ía C e lu la r y M o le c u la r d e D e R o b e rtis
D e R o b e rtis , E d u a r d o -H ib . J o s é
4 3 ed. - B u e n o s A ir e s - El A te n e o , 2 0 0 4
4 4 4 p á g in a s , 16 x 23 cm
IS B N 9 5 0 - 0 2 - 0 4 1 4 - 2
I. B io lo g ía C e lu la r - 2 B io lo g ía M o le c u la r - I. J o s é H ib II. T ítu lo
C D D 6 1 8 .2
D is e ñ o T a p a : Claudia Solari
D is e ñ o in te r io r : Alejandro F. Dcm artini
C u a r ta e d ic ió n d e E d ito ria l El A te n e o
© G R U P O IL H S A S .A .. 2 0 0 4
P a ta g o n e s 2 4 6 3 - ( C I 2 S 2 A C A ) B u e n o s A ire s - A rg e n tin a
T e l.: ( 5 4 I I ) 4 9 4 3 8 2 0 0 - F ax : (5 4 1 1 ) 4 3 0 8 4 1 9 9
E -m a il: e d ito r ia l@ c la te n c o .c o m
D e r e c h o s e x c lu s iv o s d e e d ic ió n en c a s te lla n o
r e s e r v a d o s p a ra to d o el m u n d o .
I m p r e s o en T a lle re s V erlap S .A .
C o m a n d a n te S p u r r 6 5 3 , A v e lla n e d a .
P r o v in c ia d e B u e n o s A ire s,
en el m e s d e a b ril d e 2 0 0 4 .
Im p r e s o en la A rg e n tin a
Prólogo
En p rim e r térm ino deseam os expresar nuestro reconocim iento por los num ero
sos m ensajes recibidos de colegas com placidos por la aparición de la tercera edi
ción d e F undam entos, celebrando la p osibilidad de que este texto clásico de biolo
gía celular pueda continuar siendo consultado por los estudiantes. Es que en una
época com o la actual, en que im portantes descubrim ientos sobre la célula se pub li
can casi cotidianam ente, los libros que describen las estructuras y funciones c elu
lares persisten en la consideración de los docentes sólo si se los actualiza con cier
ta periodicidad. Sin em bargo, antes de sum ar datos nuevos éstos deben seleccio
narse criteriosam ente a fin de que lo novedoso no prevalezca sobre lo esencial e in
vada el lu g ar de los conocim ientos básicos que los estudiantes tienen que aprender
al com ienzo de sus carreras, ya que con frecuencia abordan el estudio.de la célula
con escasas nociones sobre su funcionam iento. A ñadido a lo anterior, a lo largo del
libro hem os tratado de o rientar el interés d e los estudiantes p ara que com prendan
que en el conocim iento de las e structuras y funciones celulares norm ales se hallan
los cim ientos de la m ayoría de los tem as que deberán aprender cuando cursen otras
asignaturas.
T odos los capítulos de esta cuarta edición han sido revisados y puestos al día,
en especial las secciones correspondientes a la m igración celular, las cubiertas de
las vesículas transportadoras del sistem a de endom em branas, la incorporación de
p roteínas a la m itocondria, la transm isión intracelular de señales, el pasaje de m o
léculas a través del com plejo del poro, la im portancia del A R N xist, las propieda
des de los m icroA R N , la influencia del enrollam iento de la crom atina sobre la ac
tividad de los genes (código histónico), el ribosom a, la síntesis de la cadena re tra
sada del A D N , los telóm eros, el com plejo sinaptoném ico, la m uerte celular, el aná
lisis de la función de los genes con la ayuda de A R N pequeños de interferencia, etc.
D el m ism o m odo que en la edición anterior, hem os tratado de p resentar los te
m as razonablem ente abreviados a pesar de que, com o se dijo, las publicaciones de
rivadas de la investigación cien tífica son cada día m ás num erosas. N o obstante,
cuidam os de no hacerlo a co sta de la claridad didáctica, propósito que se vio e n o r
m em ente favorecido al co n tar esta edición con ilustraciones coloreadas. A l respec-
h>, el leelor apreciará que a cada com ponente de la célula se le asignó un co lo r que
se m antuvo en todas las figuras donde el com ponente aparece. A sim ism o, las sec-
i iones m que se dividen los capílulos han sido encabezadas por códigos sencillos
VIII ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
que se repiten cada vez que se hace referencia a cuestiones vinculadas con sus co n
tenidos, lo que facilitará la búsqueda de los tem as y ag ilizará los intentos de in te
grarlos.
C om o es natural, la p reparación de una nueva edición es una tarea com pleja que
d epende del esfuerzo de m uchas personas. E ntre los colaboradores m ás dedicados
se d estaca el diseñador gráfico A lejandro F. D em artini, quien tuvo a su cargo la re
creación de las ilustraciones, la elaboración de las figuras nuevas y la diagram a-
ción de las páginas. D eseam os re sa lta re ! incalculable aporte que nos brindó, no só
lo por su pericia editorial sino tam bién p o r el em peño con que afrontó los p roble
m as que se presentaron, pues no cejó hasta que la estética y la inform ación de las
figuras llegaran al nivel que deseábam os.
M erece un a m ención especial el señor A rnaldo Saita, de quien dependió la co
rrección del texto original a fin de alcanzar — y no dudam os qu e lo consiguió— la
m ayor precisión idiom ática posible. C abe tam bién m encionar a ia señorita M arina
von d er Pahlen y a los señores A m érico R uocco, M iguel A. R om ero y R oque Q uin
teros p o r la colaboración proporcionada en distintas etapas de la p reparación del li
bro. F inalm ente, dejam os sentado nuestro agradecim iento a la D irectora E ditorial
de El A teneo, señora L uz H enríquez, por su anuencia para que se publique esta
nueva edición de F undam entos, y al E ditor del D epartam ento de M edicina, señor
E nrique L ohrm ann, por su generoso e incondicional apoyo desde que se gestó el
proyecto.
Los AUTORES
Indice
1. LA CELU LA
Introducción................................................................................................................................ 1
Niveles de organización..........................................................................................................2
Características generales de las células................................................................................3
2. L O S C O M PO N E N T E S Q U IM IC O S DE L A CE LU LA
Introducción ............................................................................................................................ 21
Agua y m inerales.....................................................................................................................22
Acidos n u cleico s.....................................................................................................................23
Hidratos de carb o n o ...............................................................................................................27
Lfpidos....................................................................................................................................... 30
P roteínas....................................................................................................................................35
E nzim as.................................................................................................................................... 40
El origen de las células..........................................................................................................43
4. E L C IT O S O L
C om ponentes........................................................................................................................... 71
C haperonas...............................................................................................................................73
Proteasom as..............................................................................................................................75
5. E L C IT O E S Q U E L E T O . F o rm a y m otilidad
Com ponentes........................................................................................................................... 77
Filamentos interm edios......................................................................................................... 78
M icrolúbulos........................................................................................................................... 80
Centrosom a...............................................................................................................................81
C ilio s......................................................................................................................................... 86
C'ucrpos basales y centríolos................................................................................................89
Filamentos de actina...............................................................................................................92
Motilidad c e lu la r.................................................................................................................... 97
M um vH li isulildcs..................................................................................................................101
( 'milnu liliilml nuiSL iiltu..................................................................................................... 102
i Miii iqudato d*l eritrocito 107
X ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
6. LA U N IO N D E LAS C E LU LA S E N T R E SI
Y C O N LA M A T R IZ E X T R A C E L U L A R
Matriz extracelular............................................................................................................... 109
Uniones de las células con la m atriz extracelular......................................................... 112
Uniones transitorias entre las c élu las............................................................................. 113
Uniones estables entre las c é lu la s .....................................................................................1)4
Las conexiones entre las células vegetales....................................................................119
8. LA S M IT O C O N D R IA S. E n erg ía celular I
Procesos bioenergéticos....................................................................................................... 159
Descripción general y estructura de las m itocondrias.................................................. 165
Funciones de las m itocondrias......................................................................................... 168
Mitocondrias de las células de la grasa p ard a ............................................................... 174
Reproducción de las m itocondrias.................................................................................. 175
ADN m itocondrial............................................................................................................... 176
Probable origen de las m itocondrias...................................................•.............................179
11. LA C O M U N IC A C IO N IN T E R C E L U L A R Y LA
T R A N SM ISIO N IN T R A C E L U L A R DE SEÑ A LES
Formas de comunicación entre las c élu las......................................................................197
Inducciones celulares mediadas por receptores citosólicos..........................................200
Inducciones celulares mediadas por receptores localizados
en la mem brana plasm ática............................... 201
Receptores membranosos que adquieren actividad enzimática
o que activan enzim as.......................................................................................................202
Receptores membranosos acoplados a proteínas G ....................................................... 207
12. E L N U C LE O
Descripción general............................................................................................................. 219
Envoltura n u c le a r.................................................................................................................220
C rom osom as.......................................................................................................................... 225
Eucromalina y heterocrom atina........................................................ 230
( 'ailolipo .............................................................................................................. ' 11
IN D IC E ■ XI
13. L O S G E N E S
Introducción........................................................................................................................... 237
Código genético.....................................................................................................................239
Composición de los g e n es.................................................................................................. 241
14. LA T R A N S C R IP C IO N D EL ADN
D efinición............................................................................................................................... 247
Transcripción de los genes de los ARN m ensajeros..................................................... 250
Regulación de los genes que codifican ARN m ensajeros...........................................251
Transcripción del gen del ARN ribosómico 4 5 S ...........................................................261
Transcripción del gen del ARN ribosómico 5 S ............................................................. 261
Transcripción de los genes de los ARN de transferencia...................... 262
Transcripción de los genes de los ARN p eq u eñ o s.................................. 262
Transcripción de los genes del ARNxist, del ARNte yde los m iA R N .262
Transcripción de los genes en las células procariotas............................ 263
15. E L P R O C E S A M IE N T O D E L ARN
Procesamiento de los ARN m ensajeros........................................................................... 269
Regulación del procesamiento de los ARN m ensajeros.............................................. 274
Procesamiento del ARN ribosómico 4 5 S ........................................................................275
N ucléolo ................................................................................................................................. 276
Procesam iento del ARN ribosómico 5 S ..........................................................................278
Procesamiento de los ARN de transferencia..................................................................278
Procesamiento de los ARN pequeños...............................................................................279
Procesamiento del ARNxist, del ARNte y de los m iA R N ..........................................279
19. LA M E IO S IS . F ecundación
M eiosis y reproducción sexual.......................................................................................... 341
Diferencias entre la mitosis y la m eiosis.........................................................................342
Descripción general de la m eiosis.................................................................................... 344
Fases de la m eiosis............................................................................................................... 344
Consecuencias genéticas de la m e io sis........................................................................... 354
Fecundación............................................................................................................................356
Fases de la fecundación.......................................................................................................357
La meiosis en las células vegetales y la reproducción de las plantas.........................363
21. LA D IF E R E N C IA C IO N C E LU LA R
Características g en erales.....................................................................................................379
Interacciones nucleocitoplasm áticas.................................................................................380
Determinantes citoplasm áticos.......................................................................................... 382
Valores posicionales de las células em brionarias.......................................................... 385
Establecimiento del plan corporal.................................................................................... 386
Fenóm enos inductivos......................................................................................................... 386
El establecimiento del plan corporal en la D rosophila................................................390
Genes responsables de la form ación del plan corporal................................................391
22. LA M U E R T E C E L U L A R
Definición y características generales..............................................................................393
Apoptosis por supresión de factores tró fic o s.................................................................394
Apoptosis por activación de receptores específicos .................................................... 396
Apoptosis debida a m utaciones en el A D N .................................................................... 398
23. LOS M E T O D O S D E E ST U D IO EN B IO L O G IA C E L U L A R
Microscopía ó p tic a ...............................................................................................................401
Microscopia electrónica.......................................................................................................406
Estudio de las células vivas................................................................................................ 411
C itoquím ica............................................................................................................................412
Inm unocitoquím ica...............................................................................................................414
R adioautografía.....................................................................................................................415
Fraccionam iento celular y m olecular.......................... !...................................................416
Análisis molecular del ADN e ingeniería g e n ética ...................................................... 418
Análisis de la función de los g e n e s.................................................................................. 429
IN D IC E A L FA B E T IC O 435
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La célula 1
IN T R O D U C C IO N
N IVELES DE O R G A N IZ A C IO N
1 -2 . N iveles de o rg a n iz a c ió n en b io lo g ía c e lu la r y p o d e r re s o lu tiv o
de los in s tru m e n to s u tiliz a d o s
1 mm
O n d a s d e ra d io
L ím ite d e l o jo h u m a n o 100 nm
C é l u la s
In fra rro jo 10 nm
B a c te r ia s
1 nm
T a b la 1 - 1 . Ramas de la morfología
1 -5 , O rg a n iz a c ió n g e n e ra l de las c é lu la s p ro c a rio ta s
B acterias. Si bien este libro está dedicado a las células eucariotas de los
organismos más complejos, gran parte del conocimiento sobre la biología ce
lular proviene de estudios efectuados en virus y bacterias. Una célula bacte
riana como la de Escherichia coli presenta la ventaja de su fácil cultivo a
37 °C en soluciones acuosas de iones inorgánicos, glucosa, aminoácidos y
nucleótidos, donde duplica su masa y se divide en aproximadamente 20 mi
nutos. Debe señalarse que la Escherichia coli pertenece a la clase de bacte
rias que no se colorean con el método de tinción desarrollado por el m icro
biólogo H. C. Gram, de ahí que se las conoce como bacterias gramnegativas.
Tanto la m icrografía como el esquema de la figura 1-3 muestran que la
membrana plasmática de esas bacterias está rodeada por una p a red celular,
la cual sirve de protección mecánica, es rígida y consta de dos capas: una in
terior de peptidoglicano y otra conocida como membrana externa. Obsérvese
que ambas están separadas por el espacio periplasmático. El peptidoglicano
es una m acromolécula continua compuesta por carbohidratos inusuales uni
dos por péptidos cortos. En cambio, la m embrana externa es una bicapa de li-
poproteínas y lipopolisacáridos sim ilar en estructura a la membrana plasmá
tica. Uno de sus complejos proteicos presentes en la m embrana externa lleva
el nombre de p o rin a debido a que forma un canal transmembranoso que per
mite la libre difusión de los solutos.
La m em b ra n a p lasm ática es una estructura lipoproteica que sirve de ba
rrera para los elementos presentes en el medio circundante. Esta membrana,
al controlar la entrada y salida de los solutos, contribuye al establecimiento
de un medio perfectamente regulado en el protoplasm a de la bacteria. Es
oportuno señalar ahora que en los procariotas los complejos proteicos de la
cadena respiratoria (cap. 8-11) y los fotosistemas utilizados en la fotosíntesis
(cap. y K) se localizan en la membrana plasmática.
l ín el protoplusnui se encuentran partículas de 25 nm de diámetro, deno
minad.r. rilmsimiuN. compuestas por acido ribonucleico (AUN) y proteínas;
|ii >m i ii iiii.i Niihunitlad j*i .iinli* y nha pcqucHa I os libosonuis se hallan a p u
pudo ( ii ]•• >111111o i , i n >lio1, licni luj'iii I i uii' i proli i' i Adnti r.. el
6 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
P orlna
F ig. 1-3. A . M icrografía elec
tró n ica d e una E scherichia
co li q u e m uestra, p o r fuera de
la m em brana plasm ática, el
espacio p erip lasm ático y la
m em brana externa de la pared M em b ran a e x tern a
celular. E l nucleoide aparece
com o u na región irregular de
p oca densidad electrónica. El
re sto d el p ro to p lasm a está
P ep tid o g lican o
ocupado p o r ribosom as. (C or
tesía d e B. M enge, M . W urtz
y E. K ellenberger.) B . Esque
m a d e la pared celu lar de una
bacteria gram negativa. O bsér M em b ra n a p la sm á tic a
vese el p eptidoglicano y la
m em brana externa, cuya bica-
pa lipídica está atravesada por protoplasm a contiene agua, iones, otros tipos de ARN, proteínas estructura
porinas. E n el lado inferior de
les y enzimáticas, diversas moléculas pequeñas, etcétera.
la figura se ve u na parte de la
m em brana plasm ática. El c r o m o s o m a bacteriano es una molécula circular única de ADN desnu
do, plegado apretadamente dentro del n u c le o id e , el cual, visto con el micros
copio electrónico, se observa como la región más clara del protoplasma (fig.
1-3). Es importante advertir que e! ADN de la Escherichia coli, que posee
una longitud aproximada de 106 nm (1 mm), contiene información genética
para codificar entre 2.000 y 3.000 proteínas distintas.
El cromosoma de los procariotas se halla unido a la membrana plasmáti
ca. Se cree que esta fijación contribuye a la separación de los dos cromoso
mas hijos después de la replicación del ADN. Tal separación se produciría al
crecer la membrana plasmática interpuesta entre ambos cromosomas.
Además del cromosoma, algunas bacterias contienen un ADN pequeño
— también circular— denominado p lá s m id o . E) plásmido puede conferir a la
célula bacteriana resistencia a uno o a varios antibióticos. Mediante el uso de
técnicas de ingeniería genética (cap. 23-34) es posible aislar los plásmidos,
insertarles fragmentos específicos de ADN (genes) y luego trasplantarlos a
otras bacterias.
M icoplasm as. La mayoría de las células procariotas son pequeñas (miden
entre 1 y 10 |im ), pero algunas pueden alcanzar un diám etro de hasta 60 Jim.
Entre los organismos vivos que poseen la masa más pequeña, los que mejor
se adaptan para su estudio son las pequeñas bacterias llamadas micoplasmas,
las cuales producen enfermedades infecciosas en diferentes animales y en el
hombre y pueden ser cultivadas m vitro como cualquier otra bacteria Estos
Hítenles tienen un diámetro de 0.1 a 0,25 |im , como el de algunos vlm mi
de '.ii Importúnela biológica radica en que poseen una inm.n mil .............
I. LA C E L U L A 8 7
ñor que el tamaño promedio de una bacteria y un millón de veces menor que
el de una célula eucariota.
V irus. Los virus fueron reconocidos por su propiedad de atravesar los po
ros de un filtro de porcelana (de ahí su denominación original de virus filtra-
bles) y por los cambios patológicos que producen en las células. El tamaño
de los virus varía entre 30 y 300 nm y su estructura muestra diferentes gra
dos de complejidad. Muchos presentan simetría icosaédrica (fig. 1-4); ésta
deriva del modo como se combinan entre sí ciertas unidades proteicas llama
das capsóm eros, que forman la envoltura del virus o cápside.
Los virus no son considerados células verdaderas. Aunque participan de
algunas propiedades celulares — como la autorreproducción, la herencia y la
mutación génica— , dependen de células huéspedes (procariotas o eucariotas)
para ponerlas de manifiesto. Fuera de la célula huésped los virus son meta-
bólicamente inertes y hasta pueden cristalizarse; se activan (es decir, se re
producen) cuando ingresan en una célula.
De acuerdo con el tipo de ácido nucleico que contienen, existen dos tipos
de virus: 1) los que poseen una molécula de ARN como cromosoma (por
ejemplo, el virus del sida), y 2) los que tienen una molécula de ADN (por
ejemplo, los virus bacterianos o bacteriófagos).
Los virus replican sus genes para reproducirse. También los transcriben
(en ARN mensajeros), pero dependen de la maquinaria biosintética de la cé
lula huésped (es decir, ribosomas, ARN de transferencia, enzimas, am inoáci
dos, etc.) para sintetizar sus proteínas (por ejemplo, los capsómeros).
Los virus son producidos por un proceso de agregación macromolecular,
lo cual significa que sus componentes son sintetizados separadamente en di
ferentes lugares de la célula huésped y luego reunidos de manera coordinada
en otra parte de ella.
Los bacteriófagos son virus que usan como huéspedes a células bacteria
nas. El ADN se halla en la cabeza del bacteriófago y es inyectado en la bac
teria por medio de una cola que se adhiere a la pared de la célula huésped y
actúa como una jeringa. Los procesos ulteriores en la bacteria son muy rápi
dos y comienzan con la hidrólisis enzimática de su ADN. Los nucleótidos re
sultantes son utilizados para sintetizar el ADN de los nuevos bacteriófagos.
A partir de este ADN se sintetizan los ARN mensajeros y las proteínas estruc
turales de los virus. Finalmente, se reúnen todos estos componentes y se ar
man los bacteriófagos maduros dentro de la bacteria infectada. Como se ve
F ig . 1-5. Escherichia coli infectada en la figura 1-5, después de haber sido infectada por un bacteriófago, la
por un bacteriófago (com párese con
Escherichia coli aparece repleta de virus y pronta a rom perse para dejar
la figura 1-3 de control). Se obser
van algunos residuos del bacteriófa a los nuevos bacteriófagos en libertad.
go adheridos a la pared celular (fle Cuando se trata de virus que infectan a células eucariotas el proceso
ch a s), d esp u és d el in g re so del
es más complejo. Así, el ADN o el ARN del virus se replica en el núcleo
ADN . El nucleoide no se ve y la cé
lula aparece repleta de virus. (C or de la célula huésped y las proteínas virales se sintetizan en los riboso-
tesía de B. M enge, M. W urtz y E. mas citoplasmáticos. Luego, los nuevos componentes virales se com bi
K ellenberger.)
nan entre sí en el interior de la célula.
Para concluir el estudio de los virus, comparémoslos con las células
verdaderas. Estas poseen: 1) un program a genético específico que per
mite la formación de nuevas células similares a las predecesoras; 2) una
membrana plasmática que regula los intercambios entre el interior y el
exterior de la célula; 3) una estructura que atrapa la energía de los ali
mentos, y 4) una m aquinaria que sintetiza proteínas. Como vimos, los
virus poseen sólo la primera de estas facultades y carecen de las demás.
Por este motivo no son considerados como células verdaderas, a pesar
de contener los patrones genéticos para codificar sus proteínas y repro
ducirse.
1 -6 . O rg a n iz a c ió n g e n e ra l de las cé lu la s e u c a rio ta s
Retículo
en d o p lasm ático
rugoso
Com plejo
d e Golgi Núcleo
Nucléolo
P lasm o d e sm o
M itocondria
Vacuola
R etículo
en d o p lasm ático
P ared celular liso
10 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
M icrovellosidad
V esícula _ V esícula d e
d e secreció n pinocitosis
E n d o so m a
M em b ran a
p la sm ática
L isosom a
C entríolos
N ucléolo
i í)f R etículo
e n d o p lasm ático
fV ru g o so
N úcleo
M itocondrias
T r e s ti p o s d e f i l a m e n t o s p r i n c i p a l e s — lo s d e a c tin a , lo s in t e r m e d i o s y lo s
m ic ro tú b u lo s — y v a ria s c la s e s d e p ro te ín a s a c c e s o ria s c o m p o n e n u n a e s p e
c ie d e citoesqueleto d i s t r i b u i d o p o r to d o e l c i to s o l. E l c i t o e s q u e l e t o e s r e s
p o n s a b l e d e l a f o r m a d e la c é l u l a e i n t e r v i e n e e n o tr a s i m p o r t a n t e s f u n c i o n e s .
Los filam entos de actin a m i d e n 8 n m d e d iá m e t r o ( f ig . 1 -9 ). E n t r e s u s
f u n c i o n e s m á s s a l i e n t e s s e h a l la l a d e c o n f e r i r m o t i l i d a d a la s c é lu la s .
Los filam entos interm edios, d e 1 0 n m d e d iá m e t r o , e s tá n f o r m a d o s p o r
p r o t e í n a s f i b r o s a s y t i e n e n p r i n c i p a l m e n t e u n p a p e l m e c á n ic o .
Los m icrotúbulos s o n e s t r u c t u r a s tu b u l a r e s r íg i d a s d e u n o s 2 5 n m d e d i á
m e tr o ( f ig . 1 -9 ). N a c e n d e u n a e s t r u c t u r a l l a m a d a centrosom a, en la q u e se
h a l l a n lo s c e n t r í o l o s . J u n t o c o n lo s f i l a m e n t o s d e a c t i n a t i e n e n a s u c a r g o e l
d e s p l a z a m i e n t o d e lo s o r g a n o i d e s p o r e l c i t o p l a s m a . A d e m á s , lo s m i c r o t ú b u
lo s c o m p o n e n la s f ib r a s d e l h u s o m i t ó t i c o d u r a n t e la d i v i s i ó n c e lu la r .
Los centríolos s o n e s tru c tu ra s c ilin d ric a s q u e m id e n a p ro x im a d a m e n te
0 ,2 |i m p o r 0 ,4 |o.m y s u s p a r e d e s e s tá n f o r m a d a s p o r m i c r o t ú b u l o s . E n g e n e
ra l s o n d o b l e s y s u s d o s u n id a d e s e s t á n d i s p u e s t a s p e r p e n d i c u l a r m e n t e . S i
b ie n s e e n c u e n t r a n e n lo s c e n t r o s o m a s , n o in t e r v i e n e n e n l a f o r m a c i ó n d e lo s
m i c r o t ú b u l o s ( la s c é l u l a s v e g e t a l e s c a r e c e n d e c e n t r í o l o s y lo s m i c r o tú b u l o s
i g u a l m e n t e s e f o r m a n ) . D u r a n t e la m i t o s i s lo s c e n t r í o l o s m i g r a n h a c ia lo s p o
lo s d e la c é lu la .
C élula C élula
epitelial epitelial
m u c o sa ciliada
C élula
m u c o sa
O vocito
C élu las
. d e la
* san g re •
C élula
dni tejido
< i'ln h riflivlou/i 'l " l « nm ln'l <:oii(iollvo ( iili iln <h !I| m a n
1. L A C E L U L A ■ 13
hicrta por ribosomas, los cuales sintetizan las proteínas destinadas al sistema
de endomembranas y a la m embrana plasmática. El retículo endoplasmático
liso se continúa con el rugoso e interviene en la síntesis de diversas m olécu
las. Del retículo endoplasm ático deriva la en v o ltu ra nuclear, compuesta por
dos membranas concéntricas. Estas se unen entre sí a nivel de los poros nu
cleares, que son orificios que permiten el paso de moléculas entre el núcleo
y el citosol. La m embrana nuclear interna se halla en contacto con los cromo
somas, mientras que la externa suele estar cubierta por ribosomas.
El com plejo de Golgi está formado por pilas de sacos aplanados, túbulos
y vesículas (figs. 1-7 y 1-10). En él se procesan moléculas provenientes del
retículo endoplasm ático, las cuales son luego incorporadas a endosom as o
son liberadas (secretadas) fuera de la célula por exocitosis.
Los endosom as son organoides destinados a recibir enzimas hidrolíticas
provenientes del complejo de Golgi así como el material ingresado en la cé
lula por endocitosis. Cuando suman ambos contenidos se convierten en liso-
somas.
Los lisosom as son organoides polimorfos (figs. 1-7 y 1-11). Contienen las
enzimas hidrolíticas responsables de la digestión de las sustancias incorpora
das a la célula por endocitosis. También degradan a los organoides obsoletos
(autofagia).
Los peroxisom as están rodeados por una sola membrana. Contienen en
zimas vinculadas con la degradación del peróxido de hidrógeno (H20 2) y una
de sus funciones es proteger a la célula.
l 'lK. i lo . M icrografía electrónica de una célula plasm ática. C erca del núcleo (AO se observa el com plejo de G olgi (G ), co n s
tituido poi pcqueflas cisternas aplanadas y vesículas. A lgunas vesículas se encuentran llenas de m aterial (flechas). A lrededor
ili I «im iplejo ilc ( ¡ol/’i existe un abundante retículo endoplasm ático rugoso (RK R) con cisternas llenas de m aterial am orfo (fie-
i luis) l\i i ihosumiiN; M, nutocom li iie.; l‘‘N, envoltura nuclear, -IK 000 ; recuadro, IOO.OOOx. ( l) r lí. I). I)e Rohcrtis y A. Peí le
l'i Ino ilc Inildi )
16 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
L a s c é lu la s p a s a n p o r d o s p e r í o d o s e n e l c u r s o d e s u s v id a s : u n o d e ínter-
fase (n o d i v i s i ó n ) y o tr o d e división (e n e l c u a l se p ro d u c e n d o s c é lu la s h i
j a s ) . E s t e c i c lo s e r e p i t e e n c a d a g e n e r a c i ó n c e l u l a r , p e r o e l ti e m p o v a r í a c o n
s i d e r a b l e m e n t e d e u n ti p o c e l u l a r a o tr o . L a f u n c i ó n e s e n c i a l d e l n ú c l e o e s
p r o p o r c i o n a r a la c é l u l a la i n f o r m a c i ó n g e n é t i c a a l m a c e n a d a e n e l A D N .
L a s m o l é c u l a s d e A D N s e d u p li c a n d u r a n t e u n p e r í o d o e s p e c i a l d e l a in -
te rfa s e d e n o m in a d o fase S ( p o r s í n t e s i s d e A D N ) , e n p r e p a r a c i ó n p a r a la d i
v is ió n c e l u l a r ( f ig . 1 8 -2 ).
D u r a n t e l a i n t e r f a s e l a i n f o r m a c i ó n c o n t e n i d a e n lo s g e n e s e s tr a n s c r i p t a
e n d ife re n te s c la s e s d e m o lé c u la s d e A R N (m e n s a je ro , rib o s ó m ic o y d e tra n s
f e r e n c i a ) , la s c u a l e s , d e s p u é s d e p a s a r al c i t o p l a s m a , t r a d u c e n e s a i n f o r m a
c ió n y s i n te tiz a n p r o t e í n a s e s p e c í f i c a s .
E n e l n ú c l e o i n t e r f á s i c o h u m a n o s e r e c o n o c e n la s s i g u i e n t e s e s t r u c t u r a s
( f ig . 1 -7 ): 1) la e n v o ltu ra n u c le ar o carioteca, c o m p u e s ta p o r d o s m e m b ra
n a s p e r f o r a d a s p o r o r i f i c i o s ll a m a d o s p o r o s n u c l e a r e s ; 2 ) l a m a triz n u clear
o nucleoplasm a, q u e o c u p a g r a n p a r t e d e l e s p a c i o n u c l e a r ; 3 ) el nucléolo,
q u e e s m á s g r a n d e e n l a s c é lu la s c o n s í n t e s i s p r o t e i c a m u y a c tiv a , p o r lo g e
n e r a l e s f é r ic o ; p u e d e s e r ú n ic o o m ú l t i p l e y e n é l s e s in t e t i z a n lo s A R N r ib o -
s ó m ic o s , lo s c u a le s s e a s o c i a n c o n n u m e r o s a s p r o t e í n a s p a r a f o r m a r Jo s r ib o -
so m as; 4) 46 crom osom as o fib ras de c ro in atin a; é s ta s s e c o m p o n e n d e
A D N y d e p r o t e í n a s b á s i c a s ll a m a d a s h is to n a s .
E l A D N y la s h i s to n a s f o r m a n e s t r u c t u r a s g r a n u l a r e s d e u n o s 10 n m d e
d iá m e t r o — c o n o c i d a s c o m o nucleosom as— , q u e a lte rn a n c o n tra m o s d e
A D N li b r e s d e h is to n a s . L a c r o m a t i n a a s í d is p u e s t a e s la m á s d e l g a d a ( f ig .
1 2 - 1 0 ) y e s c a p a z d e e n r o l l a r s e s o b r e s í m i s m a e n d i s t i n t o s g r a d o s . E n la i n
te rfa s e p u e d e n v e rs e re g io n e s d e eucrom atina, d o n d e la s f ib r a s s e e n c u e n
tr a n m e n o s e n r o l l a d a s , y r e g i o n e s d e hetero cro m atin a, q u e r e p r e s e n t a n la s
p a r t e s d e l a c r o m a t i n a m á s c o n d e n s a d a s . D u r a n t e l a d i v i s i ó n c e l u l a r la s f ib r a s
d e c r o m a t i n a s e e n r o l la n al m á x i m o , d e m o d o q u e s e la s p u e d e o b s e r v a r c o n
el m i c r o s c o p i o ó p t i c o b a j o la f o r m a d e c r o m o s o m a s ( d e l g r i e g o c h r o m a , c o
lo r, y s o m a , c u e r p o ) (f ig . 1 2 -1 4 ) .
L o s o rg a n is m o s p lu ric e lu la re s q u e se re p ro d u c e n s e x u a lm e n te s e d e s a r r o
lla n a p a r t i r d e u n a s o la c é l u l a — e l cigoto o célula huevo— , q u e re s u lta d e
la u n i ó n d e u n o v o c i t o c o n u n e s p e r m a t o z o i d e d u r a n t e l a f e c u n d a c i ó n .
L a s c é lu la s s o m á tic a s d e s c e n d ie n te s d e l c ig o to c o n tie n e n d o s ju e g o s id é n
ti c o s d e c r o m o s o m a s . E n o t r a s p a l a b r a s , lo s c r o m o s o m a s s e p r e s e n t a n d e a
p a re s . U n c ro m o s o m a d e c a d a p a r e s a p o rta d o p o r e l o v o c ito y el o tro p o r e l
e s p e rm a to z o id e .
L o s d o s m ie m b ro s d e c a d a p a r d e c ro m o s o m a s se d e n o m in a n hom ólogos,
y p a r a in d ic a r e l n ú m e ro d e c ro m o s o m a s d e u n a e s p e c ie se h a c e re fe re n c ia a
lo s p a r e s d e c r o m o s o m a s o a lo s p a r e s d e h o m ó l o g o s . P o r e j e m p l o , el ser h u
m a n o p o s e e 2 3 p a r e s d e c r o m o s o m a s , 4 6 e n to t a l. L o s h o m ó l o g o s d e c a d a p a r
s o n p r á c t i c a m e n t e id é n t i c o s , p e r o lo s d i s t i n t o s p a r e s d e h o m ó l o g o s s o n d i f e
r e n t e s e n t r e s í.
Para hacer referencia a la presencia de los dos juegos de cromosomas ho
mólogos se utiliza la expresión diploide (2n). En las células somáticas am
bos juegos de cromosomas se conservan durante las sucesivas divisiones ce
lulares a lo largo del desarrollo embrionario, el ereeiiiiieiilo corporal y el
niiiuleiiiniii'iilo de los (ejidos en la vida posnalnl,
I. L A C E L U L A ■ 17
Mg. I II, R egión periférica de una cé lu la hepática en la que, enlre otros co m ponentes, se observan lisosom as (L ), el núcleo
i N), un canalículo hiliai (CU), m ilocondrias (A/), el relíenlo endoplasm ático (AVO e inclusiones de glucógeno (G l). 31.000x.
i* >'iii MÍa de K K l’oilei )
18 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
MITOSIS MEIOSIS
Interfase
2n
Interfase
a
P rofas 9
P ro fase (larga y
4n
(corta) com pleja)
M etafase
M eta fase I
A n afase
t t A n afase I
<>
/ \
folofase 2n T elofase I
Telofase II
ti / /
1n 1n
b 1n
<t
1n
l'lg . 1-12. I'.squemas com parativos de* la m itosis y la m eiosis de una célula diploide (2n) con cuatro crom osom as. Los crom o-
Nomii', |»n>c edontcH ii cada progenitor esirtn representados en azul y en rojo, respectivam ente. En la m itosis, la d ivisión es ecua-
<IhiiiiI, nilriin r. i|iic en ln meloNlN es reducelomil, I .as dos divisiones de lii meiosis dan lugar n cu atro células haploides ( In)
i|iK |Ic’in n n |n tlus i roiiioHoniiis Ademrtu, durtlnle In m rio ’.is i’hímIo un in(ei<nmbln de segm entos entre los eronioHonnis
20 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
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Acad. Sci. U SA 74:5088.
Los componentes
químicos de la célula 2
IN TR O D U C C IO N
2 - 1 . Los c o m p o n e n te s q u ím ic o s de la c é lu la se c la s ific a n
en in o rg á n ic o s y o rg á n ic o s
A G U A Y M IN E R A LES
2 - 2 . El agua es el com ponente más a b u n d an te de los tejidos
A C ID O S NUCLEICOS
2 - 3 . Existen dos clases de ácidos nucleicos, el ADN y el ARN
') 4. El A D N es un a d o b le h é lic e
estructura del ADN que contem plaba las propiedades químicas ante
dichas, pero también las propiedades biológicas, en especial la capa
cidad de duplicación de la molécula.
La molécula de ADN se ilustra en la figura 2-4. Está form ada por
dos cad en as de ácidos nucleicos helicoidales con giro a la derecha,
que componen una doble hélice en torno de un mismo eje central.
Las dos cadenas son antiparalelas, lo cual significa que sus uniones
3',5'-fosfodiéster siguen sentidos contrarios. Las bases están situadas
en el lado interior de la doble hélice, casi en ángulo recto con respec
to al eje helicoidal. Cada vuelta completa de la doble hélice compren
de 10,5 pares de nucleótidos y mide 3,4 nm.
Ambas cadenas se hallan unidas entre sí mediante puentes de hi
drógeno establecidos entre los pares de bases (sección 2-10). Puesto
que entre las pentosas de las cadenas opuestas existe una distancia fi
ja, pueden establecerse dentro de la estructura solamente ciertos pa
res de bases. Como se advierte en las figuras 2-4 y 2-5, los únicos pa
res posibles son A-T, T-A, C-G y G-C. Es importante observar que
entre las A y las T se forman dos puentes de hidrógeno, y entre las C
y las G, tres. En consecuencia, el par C-G es más estable que el par
A-T. La doble estructura helicoidal se mantiene estabilizada gracias
a los puentes de hidrógeno y a las interacciones hidrofóbicas existen
tes entre las bases de cada cadena.
Si bien en las distintas moléculas de ADN las secuencias de las
bases a lo largo de las cadenas varían considerablemente, en una m is
ma molécula de ADN las secuencias de las dos cadenas son com ple
S u rco Surco
m entarias, como se aprecia en el siguiente ejemplo:
m ayor m en o r
Cadena 1 5' T G C T G A C G T 3'
I I I I I I I I I
C adena 2 3 ' A C G A C T G C A 5 '
uucleótidos A-U y C-G entre varias regiones de la misma molécula. Las fi
nuras 14-20, 15-4, 15-5, 15-11 y 16-3 muestran cómo la molécula de ARN
luiede aparear algunas de sus partes. En ellas suele formarse una estructura
helicoidal semejante a la del ADN. Las estructuras tridimensionales de los
ARN tienen importantes consecuencias biológicas.
H IDRATO S DE C AR B O N O
2 - 6 . Los h id ra to s de c a rb o n o c o n s titu y e n ia p rin c ip a l fu e n te
de en e rg ía de la c é lu la
N A N A - G a l- M a n
Man - GIcNAc - GIcNAc - N — A
NANA - Gal - Man
H O ¿ H'2, HOCH,
H A ° \ H H /T — -Q , ti H a H
HO O
H OH H OH H OH
CH,
H O C H ,, H C ¿H , H O ^H , H O ¿H ?
H H -o . H H
• -O -
II OH W OH II OH H OH H OH
30 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Fig. 2-10. R epresentación de se mencionan las unidades disacáridas repetitivas que los integran; como
un pequeño tramo de un glico- puede apreciarse, con excepción del ácido hialurónico, se hallan sulfatados.
sam inoglicano (G A G ). A, á c i
d o glucurónico o ácido íduró- Casi todos los GAG se encuentran ligados a proteínas, con las que forman
nico o galactosa; B , N -acelil- glicoproteínas complejas llamadas proteoglicanos (fig. 2-11). Estas m olécu
galactosam ina o N -acetilglu- las prevalecen en el medio extracelular (cap. 6-3). El GAG se une a la proteí-
cosam ina.
na mediante un tetrasacáxido integrado por una xilosa, dos galactosas y un
ácido glucurónico. La xilosa se conecta con una serina de la proteína median
te una unión O, mientras que el ácido glucurónico lo hace con la primera he-,
xosa del GAG.
LIPIDO S
2 - 7 . Los triacilgliceroles, los fosfolípidos y los esferoides son los lipidos
más ab undantes de la célula
CO O H
I
(CH2)n
I
CH,
Los grupos carboxilo de estos ácidos reaccionan con los grupos hidroxilo
del glicerol de la manera expuesta en la figura 2-12.
Cuando sólo dos carbonos del glicerol se hallan ligados a ácidos grasos,
la molécula se llama diacilglicerol (D A G ) (fig. 2-13).
Los ácidos grasos tienen siempre un núm ero par de carbonos, ya que se
sintetizan a partir de grupos acetilo de dos carbonos. Por ejemplo, el ácido
F ig. 2-11. R epresentación de palm ítico tiene 16 carbonos, mientras que el esteárico y el oleico poseen 18.
un p roteogücano. Se muestra La cadena hidrocarbonada suele exhibir uniones dobles (-C = C -), y en este
el m odo com o el GAG se une caso se dice que el ácido graso es insaturado. Estas dobles ligaduras son im
a la proteína. A cG lu , ácido
glucurónico; G al, galactosa; portantes porque producen angulosidades en las cadenas hidrocarbonadas
X ii, xilosa. (fig. 2-20).
1 1
NH
r— ° —, i— ° —i 1— ° ~ 1 1
Gal G al XII O —CH? CH
A o 4 J < S > 1
\
C vr N
NH 1
j n
<¡A( 1 liilM in iti n liln
2. L O S C O M P O N E N T E S Q U IM IC O S D E LA C E L U L A 31
C H j— o — CO — (CH2)n— CH,
CH2— OH
Diacilglicerol
CH?— O — C O — (CH2)n— CH 3
CH — O — CO — (CH,) — CH 3
CHj— O — P O H
""O
A cido fosfatídico
La combinación del glicerol con los dos ácidos grasos y el fosfato da lu
gar a una molécula llamada ácido fosfatídico (AF) (fig. 2-13), que constitu
ye la estructura básica de los glicerofosfolípidos. Como se acaba de señalar,
éstos poseen un segundo alcohol, que puede ser la etanolamina, la serina, la F ig . 2-15. R epresentación de
los g licerofosfolípidos fo sfa
colina o el inositol (fig. 2-14). Con ellos se obtienen los fosfolípidos llama
tidiletanolam ina (PE), fosfati
dos fosfatidiletanolam ina (PE), fosfatidilserina (PS), fosfatidilcolina (PC) d ilserina (PS), fosfatidilcolina
y fosfatidilinositol (P í) (fig. 2-15). (PC ) y fosfatidilinositol (Pl).
CHj
H£ ' .CH,
'N H , ‘ NH, * ^ N 5
7 \
CH, H -C -C O O ' CH, H0 T T 0H
CH,
O
P 0
CH,
0
1
CH,
0 H
0\ ¿ 0H
o
i
CH, CH CH, CH, — CH - CH?
O O O O
C O C= 0 C= 0 C = 0
I m lii llil iln liiii iilu m in o I 11 1. di* III .i >i lid i I H '.lilllillli n llllM I II'.I. lili lililí' >'.ll< >1
32 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R V M O L E C U L A R
F ig . 2-16. Representación de Dado que el inositol del PI suele estar com binado con uno, dos o tres
los gKcero fosfolípidos fosfati
fosfatos, la célula tiene también fosfa tid ilin o sito l 4-fosfato (P IP ), fo sfa ti
dilinositol fosfato (PIP), fos
fatidilinositol di fosfato (PIP2) dilinositol 4,5-difosfato (.PIP 2 ) y fosfa tid ilin o sito l 3,4,5-trifosfato (PIP 3)
y fosfatidilinositol trifosfato (fig. 2-16).
(PIP3). Por otra parte, en la mem brana interna de las m itocondrias existe un glice-
rofosfolípido doble denominado difosfatidilglicerol, al que comúnmente se le
da el nombre de cardiolipina (cap. 8-11). Lo componen dos ácidos fosfatídi-
cos ligados entre sí por una tercera molécula de glicerol (fig. 2-17).
El esfingofosfolípido existente en las células es la esfingom ielina, que se
genera por la combinación de la fosforilcolina con la ceramida (fig. 2-18). La
fosforilcolina (un fosfato unido a la colina) se halla también en la fosfatid.il-
colina (fig. 2-15), mientras que la ceramida se forma por el agregado de un
ácido graso a la esfingosina, que como ilustra la figura 2-19 es un aminoal-
cohol que posee una cadena hidrocarbonada relativamente larga.
La figura 2-20 muestra que los fosfolípidos poseen dos largas colas hidro-
fóbicas no polares (dos ácidos grasos) y una cabeza hidroftlica polar consti
tuida por glicerol (excepto en la esfingomielina), un segundo alcohol y un fos
fato. Por lo tanto, los fosfolípidos son moléculas anfipáticas.
Los fosfolípidos son los principales componentes de las m em branas celu
lares y tanto su anfipatía como las características de sus ácidos grasos (nú
C H j ------- - C H — — C H 7
m ero de carbonos, presencia de dobles ligaduras) les confieren m u
0 OH 0 chas de sus propiedades. Más aún, cuando los fosfolípidos se disper
- "0—
HO - P = 0
O
X
0 0
I de las m em branas celulares, con sus cabezas polares dirigidas hacia
C H ,— C H - C H . C H j - C H - CH
l 1 i 1 afuera y sus colas no polares enfrentadas entre sí en el interior de una
0 O 0 o
1 I 1 I bicapa (cap. 3-2).
c=o c=o o= c o=c
G licolípidos. Los glicolípidos presentes en las células se clasifican
en cerebrósidos y gangliósidos.
Los cerebrósidos se forman por la unión de una glucosa o una ga
lactosa con la ceramida (fig. 2-21). Así, se trata de esfingomielinas
cuyas fosforilcolinas se reemplazan por uno de esos monosacáridos.
La estructura básica de los gangliósidos es sim ilar a la de los ce
Cardiolipina rebrósidos, pero el hidrato de carbono no es la glucosa ni la'galactosa
F ig . 2-17. M olécula del difosfatidilgli- sino un oligosacárido integrado por varios monómeros, uno :i iros de
cerol o cardiolipina. los cuales son ácidos siálicos (fig. 2-22). Los cIíkIíiiIon Iip»>■, de | mmi
2. L O S C O M P O N E N T E S Q U IM IC O S D E L A C E L U L A ■ 33
OH OH
i l
CH 2 — CH - CH CHj — CH - CH
gliósidos difieren entre sí tanto por el número como por el ordenamiento re
lativo de sus monómeros. El m onosacárido unido a la ceramida es casi siem
pre una glucosa y a continuación se ubica una galactosa. Luego suele hacer
lo una N-acetilgalactosam ina o una N-acetilglucosamina, y luego otra gluco
sa u otra galactosa. A veces existe una fucosa. Generalmente el o los ácidos
siálicos se localizan en la parte final del oligosacárido.
h ,c '
nc h ,
F ig. 2-20. FüHÍolfpido con su cubcza hiürofflicu y sus dos colas hidrofóbicas. líl fosfolípi-
dii rcproHoufiulo cn el paliuíloll oleII l’o Hl'alulilcoliim, ObHÍrvcsc que la unión doble en (‘I
iU Id*>ulolí " produce un cnm hli) do dirección n i la endona lildrocurboniida {flccha),
34 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
CH,
II
C -C H ,
I
CH
OH, CH3 II
I
CH— (CH2)3— CH
I CH
H .........
: CH
: ii
; c —ch 3
Isopreno
CH, ; ch
■ii
ch
• - I ............... - r .
CH, <l5 a 1 9 >
I H ,C
CH — CH,
I Benzoquinona
CH2
ch 2- o - p o |- OCH,
]' l«. 2-23. M olécnln de colcslcrol, derivad» del com puesto F i g . 2 - 2 4 . MohVuln de dolicol (< n m p m ni o p u l I / u 'I
de \ / nu h u iiti', lliimndo <icIopoiH iiiiopriliidíolciiunlícnii ¡ '. o p i m o s ) v d r u l» l(|iiín u im (i " ii .ii i n i ........... i
2. L O S C O M P O N E N T E S Q U IM IC O S D E L A C E L U L A ■ 35
PROTEINAS
2 - 8 . Las p ro te ín a s son cad enas de a m in o á c id o s lig a d o s
p o r u n io n e s p e p tid ic a s
un pigm ento. D os ejem plos de crom oproteínas son la hem oglobina y la m io-
globina, en las cuales el grupo p rostético es el hem , un co m puesto orgánico
q ue contiene hierro y que se com bina con oxígeno.
2
1
c
Y OH 0
// \
NH,
NEUTROS POLARES
NEUTROS NO POLARES
U I i
H
1 1
S
1
Mr. 2-25. Estructura química de los veinte aminoácidos, clasificados cu itcidos, básicos, uculros pohuc1. v iu mim. mi |•<itin. •
Las csliutdmis que se cm'timltim drlmjo de lo:; y,nipos mniiio y nithoxllo son Iiih ciuIoiimn Inlernlt'N U
2. L O S C O M P O N E N T E S Q U IM IC O S D E LA C E L U L A ■ 37
H H 0 H H O H H O
I I II I I II I I II I I II
H - N - C — C -O H H — N — C — C — OH H - N - C - C - N - C - C - O H
I
Ju Unión H - C — OH
.r j*
peptídica
CH3
SER
'■ ¡se*
_ 'SCR
, TR
:T &) '
® <wi
«ó H ----------
w **;•. .. “ u ...
Fig. 2-27. E structura prim aria
de una p roteína (ribonueleasa
pancreática bovina). Véan8©
los m a lro puonle.s dlflullm o
(A fcN) .
'""Ifnr iv4, |Ml| |(,|ui u mi,f u' * rnlrr Imn cíMcíiiiih (I)•■ (' 11
A i i I I i i m ii i
38 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
COOH
c
2 . L O S C O M P O N E N T E S Q U IM IC O S D E L A C E L U L A ■ 39
ENZIMAS
E + S “ [ES] “ E + P ,
J 13. A lg u n a s e n zim a s re q u ie re n c o fa e to re s
( 'orno vimos, las enzimas tienen una gran especificidad para sus sustratos
V suelen no aceptar moléculas relacionadas o que tengan una forma ligera
mente distinta. Esto puede explicarse considerando que la enzima y el sustra
ía exhiben una interacción semejante a la de una cerradura con su llave. En
ln lisura 2-33 se observa que la enzim a posee un sitio activo, complementa-
no u uno de los dominios del sustrato. Aunque la imagen de la llave y la ce-
1 1 ii<Imii es válida, no significa que enzim as y sustratos sean moléculas estruc-
2 - 1 6 . A lg u n a s e n zim a s e stá n s u je ta s a re g u la c io n e s
a lo s té ric a s
EL O R IG EN DE LAS CELULAS
2 -1 9 . Los m ecanism os de au to e n sa m b la je dieron lugar
a las prim eras células
En la sección 2-9 vimos que una proteína compleja (como la hemoglobi
na) se forma como resultado del a u to en sam b laje de varias unidades protei
cas menores, y en la sección 2-7 estudiamos que los fosfolípidos dispersos en
agua desarrollan espontáneam ente una bicapa lipídica semejante a la de las
membranas celulares. Otro ejem plo de autoensamblaje lo encontramos en los
virus (cap. 1-5), que se forman en el interior de la célula huésped a partir de
material genético (ADN o ARN) y proteínas (capsómeros). Como puede
apreciarse, mediante estos mecanismos de autoensamblaje pueden formarse
lanío maeromoléculas como estructuras subcelulares de variada complejidad.
I .a s c a u s a s p o r la s c u a le s s e f o r m a n e n la s c é lu l a s e s t r u c t u r a s s ig u i e n d o un
o rd e n ca d a ve z m á s c o m p le jo d e b e n b u s c a r s e e n la in f o r m a c ió n c o n t e n id a en
el A U N , lis ia c :. la q u e d c l e r m i n i i la e s t r u c t u r a de la s p r o te ín a s . P o r o tr a p a r-
2 - 2 0 . La e v o lu c ió n q u ím ic a p ro d u jo m o lé c u la s o rg á n ic a s con c a rb o n o
„ F o rm ac ió n del s is te m a s o la r
h a c e 4 ,6 x 10 9 a ñ o s
M o léc u las b ió g e n a s ,
a g u a , am o n io ,
fo rm a ld eh íd o ,
á c id o cian h íd rico , D e scarg as
acetonitrilo, e tc . e lé c tric a s ,
l'VOlUCÍÓn luz ultravioleta
q u ím ica calor, p resió n
A m in o á cid o s, a z ú c a r e s ,
b a s e s d e lo s á c id o s
n u c le ic o s
i
P ro te ín a s
V * + \
C ó d ig o g e n é tic o
Evo lu ción
biológica i
P rim e r p ro cario ta
l
H a c e 3 ,5 - 3 ,0 x 10” a ñ o s
I
P rim e r e u c a rio ta
I
H a c e 0 ,9 x 1 0 a a ñ o s
F ig. 2-36. S ecuencia tem po
ral del origen de las células.
Una vez que se form ó la primera proteína pudieron haber actuado los me
canismos de agregación o autoensamblaje descritos más arriba. De esta ma
nera podrían haberse originado las funciones enzimáticas. Es probable que en
el “caldo” primordial las macromoléculas hayan formado complejos más
grandes, denominados proteinoides o coacervados, que tienen una pared se
mejante a la de una m em brana y un interior líquido. Estos proteinoides pri
mitivos pudieron tener actividad enzim ática y permeabilidad, como en el ca
so de las membranas artificiales que mencionaremos en el capítulo 3-2. Em
pero, la ausencia de ácidos nucleicos impidió su continuidad, y es posible que
íuvieran una vida muy corta, dado que no podían autorreproducirse.
Sólo después de la aparición de los ácidos nucleicos fue posible que se ori
ginara un organismo capaz de autoperpetuarse. En ese momento habría apa
recido la primera célula procariota y, así, la vida en la Tieixa.
Es probable que el ARN, y no el ADN. haya sido el primer material gené
tico que apareció, de modo que desde el punto de vista cronológico las ma
cromoléculas habrían evolucionado de la siguiente manera:
A R N ---------------- -» P R O T EIN A S
I----------------------> A D N
I .a replicación del ARN es más sencilla que la del ADN, pues requiere un
m enor número de enzimas. Además, el ARN puede usarse como material ge
nético y corno ARN mensajero, y muchos de los pasos de la síntesis proteica
dependen de interacciones ARN-ARN (ARNm-ARNt, ARNm-ARNr, ARNr-
AKNi).
'lod o s los organism os vivos licúen el mism o código genético, lo cual se-
n.i iin.i pr ueba do que la vida en la l iona se inicio a partir de un solo orga
mi .mu pn i iir.ni I ir. lucí ;r, di l.i evolución, al \elcci i<>11:11 lio; miiliu iom
46 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
favorables en las células, llevaron más tarde a una variedad asombrosa de for
mas de vida.
Es posible que los primeros procariotas fueran heterótrofos (es decir, se
nutrieran con moléculas orgánicas). Más tarde aparecieron los procariotas au-
tótrofos, como las algas azules. Gracias a la fotosíntesis se produjo y acumu
ló el oxígeno en la atmósfera, y ello hizo posible el surgimiento de células
procariotas aeróbicas.
La célula eucariota pudo haberse originado después de la aparición de una
célula eucariota anaeróbica. Esta debió ser parasitada por una procariota ae-
róbica, que más tarde se convirtió en milocondria (cap. 8-29).
De acuerdo con ciertos restos fósiles, los organismos eucariotas debieron
haber aparecido unos 1.500 millones de años atrás — al establecerse una at
mósfera de oxígeno estable— y, como dijimos, tales organismos pudieron ser
primero anaerobios y luego aerobios. Hasta entonces la vida se hallaba sola
mente en el agua, desde donde las plantas y los animales pasaron a la tierra.
El surgimiento de la reproducción sexual, millones de años después, ace
leró la evolución de las formas vivientes, que hasta entonces era relativamen
te lenta. Los sexos hicieron posible el intercam bio de información genética
entre los individuos, mientras que la mutación y la selección produjeron las
diferentes formas vivientes que hoy se encuentran en nuestro planeta.
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Las membranas celulares
Permeabilidad de las membranas
-0 =
o = = o
0 = ==o
o = = o
o =
B icapa lipídica arti
F ig . 3 - 4 .
ficial fo rm ada al co lo carse O ■ ii
fosfolípidos cnirc dos m edios -i
líenosos,
3. L A S M E M B R A N A S C E L U L A R E S ■ 49
puestos a las células; para ello se los construye en un medio acuoso al que se
le agrega uno o más compuestos (medicamentos, cosméticos), lo cual asegu
ra su incorporación al interior vesicular.
Cuando se colocan fosfolípidos entre dos soluciones acuosas separadas
por un tabique incompleto, forman una bicapa lipídica que com pleta la sepa
ración (fig. 3-4). Aquí también las cabezas polares de los fosfolípidos se di
rigen hacia las soluciones acuosas y los ácidos grasos se orientan hacia el in
terior de la bicapa, que por tal motivo resulta altamente hidrofóbico. Estas bi-
capas lipídicas artificiales se construyen para estudiar la permeabilidad y las
propiedades fisicoquím icas de las membranas biológicas, dado que exhiben
una estructura básica y un com portam iento semejantes.
3 - 5 . Las m e m b ra n a s c e lu la re s re sp o n d e n al m o d e lo
lla m a d o de m o saico flu id o
Como los lipidos, las proteínas también pueden girar en torno de sus pro
pios ejes y desplazarse lateralmente en el plano de la bicapa. Se las ha com
parado con “icebergs” que flotan en la bicapa lipídica. A esta propiedad diná
mica de las membranas biológicas se le da el nombre de mosaico fluido.
La capacidad de m igrar por la bicapa indicaría que las interrelaciones quí
micas entre proteínas y lipidos son efímeras. Sin embargo, en la mayoría de
los casos tienen cierta estabilidad. Así, los lipidos que rodean a una proteína
dada se mantienen asociados a ella, lo cual parece ser im portante para asegu
rar la configuración de la proteína. Com únmente las proteínas m embranosas
muestran propiedades diferentes cuando se encuentran en las m embranas y
cuando han sido aisladas y purificadas. Ello ha llevado a revalorizar el entor
no lipídico en que se hallan y a reconocer la existencia de m ovimientos com
binados de las proteínas con los lipidos. Más aún, las actividades de las pro
teínas podrían variar por m odificaciones en los lipidos anexos.
Algunas proteínas de la m em brana plasmática tienen restringida su mo
vilidad lateral por hallarse unidas a componentes del citoesqueleto, los cua
les las inm ovilizan en determinados puntos de la m em brana (cap. 5-24) (fig.
5-31). Por otra parte, la unión oclusiva (cap. 6-11) (fig. 6-9) impide que las
proteínas pasen de un lado al otro del límite m arcado por ella (fig. 3-27).
* » » •! , Virus • -• * * •* # * «
#»* » 4- ■'»**** „ ,► •••
J>0 *ür
C élula h u m a n a C élula d e ratón H eterocarión
unión de las células se consigue con la ayuda del virus Sendai inactivado o Fig. 3-12. O btención de un he
del polietilenglicol, cuyas propiedades fusógenas propician el contacto y la terocarión al unirse dos células
de especies diferentes m edian
integración de las membranas plasmáticas. Si previamente se marcan las cé te el virus S endai inactivado.
lulas con sendos anticuerpos fluorescentes de colores diferentes (como la
fluoresceína, que es verde, y la rodamina, que es roja), luego de la fusión pue
den reconocerse en la m em brana plasmática del heterocarión las partes apor
tadas por cada célula. No obstante, debido a que los receptores marcados se
desplazan por la membrana, pronto los dos colores se entremezclan en toda
la superficie de la célula.
En la figura 3-13 se representa el posible mecanismo molecular de fusión
de membranas. Cuando se hallan próximas entre sí y bajo la influencia de ele
mentos fusógenos (en nuestro caso, el virus Sendai o el polietilenglicol), se
suceden los siguientes fenómenos: 1 ) se despejan las proteínas membranosas,
lo que deja a las bicapas sin otro tipo de moléculas que los lípidcjs; 2 ) las bi-
capas establecen íntimo contacto a través de sus respectivas m onocapas en
frentadas; 3) dichas capas desaparecen y se desarrolla una interfase de estruc
turas lipídicas hexagonales entre las dos m onocapas restantes (esta interfase
parece ser esencial en todos los procesos de fusión de membranas); 4) final
mente, la interfase desaparece y se completa la fusión. El m ecanism o descri
to se produce en todos los procesos fisiológicos de fusión de m embranas y en
ellos intervienen agentes fusógenos presentes en el citosol. Se describirán
cuando analicemos la dinámica de las vesículas transportadoras en el sistema
de endomembranas (cap. 7-41) y la fusión del espermatozoide con el ovoci
to durante la fecundación (cap. 19-19).
Otro método utilizado para estudiar el desplazamiento lateral de las pro
teínas en el plano de las membranas es la técnica de recuperación de la fluo
rescencia después del fotoblanqueo, conocida con la sigla F R A P (por fluo-
rescence recovery after photobleaching). Aquí ciertas proteínas membrano E squem a que ilustra
F ig . 3 - 1 3 .
sas son marcadas con fluorocromos y un pequeño sector de la membrana es el p o sible m ecanism o m o lecu
lar responsable de la fusión de
irradiado con rayos láser. Dicho sector se “blanquea”, es decir, queda sin d o s m em branas celulares. (De
fluorescencia. No obstante, pronto es invadido por proteínas fluorescentes R. Schaier y P. O verath.)
54 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
3 - 7 . Los h id ra to s de c a rb o n o de las m e m b ra n a s ce lu la re s
fo rm a n p a rte de g lic o líp id o s y de g lic o p ro te in a s
mucosa intestinal las protege del contacto con los alimentos y de los efectos
destructivos de las enzimas digestivas.
2) Debido a la presencia de ácidos siálicos en muchos de los oligosacári-
dos del glicocáliz, la carga eléctrica en su superficie es negativa. Ello atrae a
los cationes del medio extracelular, que quedan retenidos en la cara exterior
de la célula. Esta condición es importante particularmente en las células ner
viosas y en las musculares, puesto que necesitan incorporar gran cantidad de
Na+ de fácil disponibilidad durante la despolarización de sus membranas.
3) Algunos oligosacáridos del glicocáliz son necesarios para los procesos
de reconocimiento y de adhesión celular (caps. 6 - 8 y 6-9).
4) La membrana plasmática que circunda varias veces el axón de algunas
neuronas para form ar la vaina de mielina contiene abundantes glicolípidos,
los cuales contribuyen al aislamiento eléctrico del axón.
5) La especificidad del sistema ABO de grupos sanguíneos se halla deter
minada por ciertos oligosacáridos muy cortos y parecidos entre sí, presentes
en la membrana plasmática de los glóbulos rojos. Estos oligosacáridos sólo
difieren por sus monómeros term inales y están ligados a una proteína trans-
membranosa o a una ceramida, como muestra la figura 3-15. Así, en los eri
trocitos pertenecientes al grupo A el monosacárido terminal de la cadena oli-
líosacárida es la N-acetilgalactosam ina y en los del grupo B es la galactosa;
cuando estos monosacáridos terminales están ausentes los eritrocitos pertene
cen al grupo sanguíneo O (fig. 3-15).
6 ) En las células tumorales m alignas se han observado cambios en algu
. G lu co sa
G ala c to sa
N -A cetilglucosam ina
N -A cetllgalactosam lna
tk
i ■ I ran | I I m
I ir a
• ■
Difusión Difusión Difusión 11 fii mi ii ii l«i
H im p lo Ij ii . l l l f i k I j i fncllllntlji mi lk/..
I
3. L A S M E M B R A N A S C E L U L A R E S ■ 57
3 -1 2 . La d if u s ió n s im p le se p ro d u c e a tra v é s d e la b ic a p a lip id ic a
El transporte pasivo de solutos puede tam bién ocurrir entre com parti
mientos acuosos separados por m embranas sem iperm eables, como lo son las
b icap as lipídicas de las mem branas celulares. Este tipo de transporte se de
nom ina difusión sim ple. Dichas m embranas se llaman sem iperm eables por
que los solutos están obligados a sortear el tam iz que representa su doble ca
pa de lípidos.
Las sustancias que se disuelven en los lípidos atraviesan con cierta facili
dad la zona hidrofóbica de las membranas. Existe una relación lineal directa
entre la solubilidad en lípidos de una sustancia y su velocidad de difusión a
través de las mem branas semipermeables. Tal relación se expresa mediante el
coeficiente de partición aceite/agua, que se mide agitando el soluto en una
mezcla de ambos fluidos. Cuando se separan las dos fases, se determina la
concentración de la sustancia disuelta en cada una de ellas. L a relación con
centración del soluto en aceite/concentración del soluto en agua da el valor
del coeficiente de partición.
Las m oléculas no polares pequeñas — como el 0 2, el C 0 2 y el N2— difun
den librem ente a través de las bicapas lipídicas (fig. 3-18). También lo hacen
compuestos liposolubles de mayor tamaño, por ejemplo, los ácidos grasos y
los esteroides. A pesar de ser moléculas polares, el glicerol y la urea atravie
san fácilm ente las membranas celulares porque son pequeñas y no poseen
carga eléctrica.
La bicapa lipidica de las m embranas celulares permite el paso del agua
por difusión simple. Debido a que el agua constituye el solvente en que se ha-
N2 U rea
co2 E ste ro id es
o2 A cidos g ra s o s
H ,0 Glicerol
SllSSSOllfiSSS
¡1lili!!!!)!!!!!II)!)!!! Fif*. 3-18. Solutos (|iic alra
viesan I j i s m em branas de la
calilla |mu ihlii'.ion simple
58 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
<1)
-j-j ''máx
cfl -----
■OS 2
F ig . 3-19. V elocidades de flu O
jo de los solutos al atravesar
u na m em brana p o r difusión
sim p le y difusión facilitada,
seg ú n sus g radientes de con
centración. C oncentración del soluto
lian disueltos los solutos y dispersas las m aeromoléculas, el sentido del mo
vimiento de las moléculas acuosas depende del g ra d ie n te osm ótico entre
ambos lados de la membrana. En la sección 3-16 se analizarán otros aspectos
vinculados con el pasaje del agua a través de las membranas celulares.
La difusión de las moléculas polares a través de la bicapa lipídica es tan
to menor cuanto m ayor es su tamaño; las hexosas, los aminoácidos y los nu
cleótidos, por ejemplo, prácticamente no difunden. En cuanto a los iones, da
da su carga eléctrica se unen a varias moléculas de agua, lo cual les impide
atravesar la bicapa lipídica por más pequeños que sean (en el capítulo 2 - 2 vi
mos que el agua se comporta como un dipolo).
La difusión simple se realiza en forma espontánea, con una velocidad di
rectamente proporcional a la diferencia de concentración (o gradiente) del so
luto entre uno y otro lado de la membrana, como se observa en el gráfico de
la figura 3-19. Debe señalarse que la pendiente de la recta depende del grado
de permeabilidad de la membrana al soluto. Como se vio, el sentido de la di
fusión depende del lado en que se halla más concentrado el soluto.
btíracelular Exíracelular
N a+ 12 145
K 1- 140 4
M g2+ 0,5 1,5
C a2t < 0,0005 1,5
ir pM 7,2 pH 7,4
Cl 10 110
neo, 27 10
60 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Rl
zF Ci zF Ci
F ig . 3 -2 1 . E sq u em as trid i
m ensionales d e los canales ió
nicos dependientes de voltaje
(A) y de ligando (B).
3. LA S M E M B R A N A S C E L U L A R E S ■ 61
w m F ig . 3 - 2 2 . A . P a s a je d e io n e s a
m um i
8 o
tr a v é s d e io n ó f o r o s tr a n s p o r ta
d o r e s m ó v ile s . B . P a s a je d e i o
n e s a tra v é s d e io n ó fo r o s f o r
m a d o r e s d e c a n a le s .
m il \ l í i *
Fig. 3-24. E squem a que re
presenta a una perm easa y el
m odo nom o In atraviesan los
%Wm¡¡ mmw,
HOlUtON.
3. L A S M E M B R A N A S C E L U L A R E S ■ 63
3 N a *¡ + 2 K * c + A T P —> 3 N a » c + 2 K * ¡ + A D P + P ,
3 -2 6 . Las MDR son tra n sp o rta d o res que confieren a las células
resistencia a c iertas drogas
Las proteínas M D R (por multidrug resistance) pertenecen a una familia
de transportadores activos que se identifican con la sigla A B C (por ATP-bin-
ding cassette) porque poseen un par de dominios o “casetes” con actividad
ATPasa. Esta hidroliza el ATP que provee la energía necesaria para movilizar
a determinados solutos en contra de sus gradientes.
Los transportadores ABC se encuentran normalmente en las membranas
de muchos tipos celulares. Han sido identificados en la membrana plasmáti
ca, en la del retículo endoplasmático, en la del peroxisoma y en la m em bra
na mitocondrial interna.
Algunos de esos transportadores tienen p or función elim inar sustancias tó
xicas derivadas del metabolismo celular normal. En cambio, otros permiten
el paso de moléculas de tamaño mayor que el esperado, como polipéptidos
pequeños (caps. 7-14 y 7-24).
A veces ciertos tipos de transportadores ABC aparecen en gran número en
la membrana plasmática de varias clases de células cancerosas, u las que les
confieren una indeseada resistencia contra algunas drogas eiloióxá »•. I llo es
debido a que las M I ) K bombean a esas dm ^as l'ueia de lir . < < In l.r. ■nm r i o
\.r. lo que liare que rslir. .i vuelvan ir'.r.teule. .i hi qiilmlnh iii|n.i
i
3. L A S M E M B R A N A S C E L U L A R E S ■ 67
LA M E M B R A N A P LA S M A TIC A Y LA PARED
DE LA CELULA VEGETAL
3 - 2 8 . La m em brana plasm ática de la célula vegetal
se halla rodeada por una especie de exoesqueleto
Las células de las plantas son similares a las de los animales, aunque pre
sentan algunas diferencias (fígs. 1-6 y 1-7). Por ejemplo, la célula vegetal po
see una gruesa p a re d c elu lar que envuelve a la membrana plasmática, como
si se tratara de un exoesqueleto.
Además de darle protección y sostén mecánico a la célula y determinar su
forma, dicha pared participa en el mantenimiento del balance entre la presión
osmótica intracelular y la tendencia del agua a penetrar en el citosol.
También el crecimiento y la diferenciación de las células vegetales depen
den en gran m edida de la organización de la pared celular. Así, a partir de és
ta se produce la diferenciación de las células del cám bium , de los vasos cri-
bosos del flo e m a (los cuales sirven para el transporte de material desde las
hojas) y de los vasos del xilem a (que se lignifican).
ch 2o h
Hu
|3-Glucosa
1 /
Celulosa Fibrilla elemental Corte transversal
(mícela) de una microfibrilla
compuesta por vesículas del complejo de Golgi que se alinean en el plano Fig. 3-30. Elem entos estru ctu
rales de la celu lo sa en sus su
ecuatorial de la célula y forman el primer rudimento o capa intermedia de la
cesivos niveles de o rganiza
futura pared celular. Esta capa sólo contiene pectina, un compuesto amorfo ción. (D e D. K. M ühlethaler.)
que posee ácido galacturónico. Posteriormente, cada célula hija deposita
otras capas, compuestas por pectina, hemicelulosa y un retículo laxo de mi-
crofibrillas celulósicas orientadas transversalmente con respecto al eje mayor
de la célula, cuyo conjunto constituye la citada pared primaria.
Sólo cuando la célula alcanza su madurez aparece la p a red secu n d aria,
que com prende m ateriales agregados sobre la superficie interna de la pared
primaria, sea como espesamientos localizados (vasos del. xilema) o como un
espesamiento homogéneo (tubos cribosos del floema). En ambos casos la pa
red secundaria queda formada por celulosa, hemicelulosa y escasas sustan
cias pécticas. La diferenciación ulterior del xilema se produce por la infiltra
ción de lignina en los espesamientos localizados. En este caso el polím ero
reem plaza al agua e infiltra a la matriz y a las microfibrillas celulósicas.
Cuando la pared se lignifica, la célula vegetal muere.
BIBLIOGRAFIA
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El citosol 4
4 -1 . Introducción
En el capítulo 1-3 se vio que las células eucariotas poseen algunas sem e
janzas con las procariotas. Así, el citosol — o m atriz citoplasm ática— de la
célula eucariota contiene muchos de los componentes que se encuentran en
el protoplasm a de la bacteria, por ejemplo, complejos enzimáticos de diver
so orden y moléculas de ARN ribosómico, mensajero y de transferencia. Las
diferencias entre ambos tipos celulares están dadas por la presencia en la cé
lula eucariota de varias estructuras singulares, como el núcleo, el citoesque-
leto, los organoides que integran el sistem a de endomembranas, las mitocon-
drias, los cloroplastos (en la célula vegetal) y los peroxisomas.
La célula eucariota se halla dividida en numerosos compartimientos, en
tre los cuales sobresale el núcleo. La parte de la célula que no corresponde al
núcleo — es decir, el citoplasma— puede ser subdividida esquemáticamente
en dos espacios, el correspondiente al citosol y el encerrado en el interior de
los organoides. En este esquema, el citosol es considerado como el verdade
ro medio interno celular, que se extiende desde la envoltura nuclear hasta la
membrana plasmática y que llena el espacio no ocupado por el sistema de en
domembranas, las mitocondrias y los peroxisomas (fig. 1-7).
En promedio el citosol representa el 50% del volumen del citoplasma, ci
fra que aumenta en las células embrionarias y en las menos diferenciadas.
El pH del citosol es de 7,2.
Por ejemplo, tanto e n los hepatocitos como e n las células m usculares es
triadas es común la presencia en el citosol de g rá n u lo s de glucógeno (figs.
1-11 y 4-1). Se llaman glicosom as, miden entre 50 y 200 nm y están com
puestos por subpartículas de 20 a 30 nm de diámetro. Es preciso señalar que
en las imágenes ultramicroscópicas los glicosomas no corresponden directa
mente al glucógeno; representan a las proteínas enzimáticas que intervienen
en la síntesis y en la degradación del polisacárido, cuya molécula no toma los
colorantes electrónicos de uso corriente. Los gránulos de glucógeno constitu
yen depósitos de energía para las células; ello es claram ente visible en la cé
lula muscular, en la que los gránulos desaparecen durante las contracciones
debido a la glucogenólisis producida para proveer glucosa. Existen enferm e
dades congénitas producidas por mutaciones de los genes que codifican a las
enzimas que regulan la síntesis y la degradación del glucógeno, conocidas
como glucogeitosis. En ellas las células muestran una acumulación excesiva
de inclusiones de glucógeno o formas anormales del polisacárido.
Diversos tipos de células contienen g otitas de g rasa (triacilgliceroles) en
el citosol, que tam bién constituyen reservas de energía. Son muy comunes
en los hepatocitos y en las células m usculares estriadas. En las células m us
culares las inclusiones de grasa se localizan cerca de las mitocondrias, hacia
las cuales se dirigen los ácidos grasos de los triacilgliceroles para su oxida
ción (cap. 8 - 8 ). Las células llamadas adipocitos contienen una gran gota de
grasa — con num erosas gotitas a su alrededor— que ocupa casi todo el cito-
sol (fig. 1 - 8 ).
En el citosol de las células secretoras de la glándula m amaria en actividad
se generan gotas de grasa que se convierten en elementos importantes de la
leche. Durante la secreción m am aria cada gota sale de la célula envuelta por
una fina capa de citosol rodeada por una fracción de la membrana plasmáti
ca (secreción apocrina) (fig. 4-2).
E n a l g u n o s t i p o s c e l u l a r e s e l c i t o s o l c o n t i e n e pigm entos ( s i i s l i m d n s c o n
c o lo r p r o p io ) q n r M' r l i i l x u i m c u la m i s m a c í l l i l n >> p r o v i e n e n t l c l r s l e i i m I I
4. E L C IT O S O L ■ 73
La síntesis de las proteínas celulares tiene lugar en los ribosom as, de cu
yo estudio nos ocuparemos en el capítulo 16. Se trata de estructuras ribonu-
cleoproteicas muy complejas, la mayoría de las cuales se localizan en el ci
tosol (en los capítulos 8-11 y 9-15 se verá que también existen ribosomas en
las m itocondrias y los cloroplastos).
Solamente una parte de las proteínas que se sintetizan en los ribosomas
citosólicos perm anece en el citosol, ya que las restantes emigran hacia el nú
cleo, el sistema de endomem branas, las m itocondrias y los peroxisomas (fig. — — ------ — J
4-3).
Com o es lógico, para que las proteínas puedan llegar a esos destinos se re F ig . 4-2. E squem a de una cé
lula m am aria activa, con nu
quiere de un sistema de señales específicas que sean capaces de discrim inar m erosas gotas d e grasa en el
los, a fin de asegurar la llegada de cada proteína al lugar que le corresponde. citosol. O bsérvese Ja salida de
Tales señales se encuentran en las mismas moléculas proteicas y consisten en las gotas de g rasa por secre
ción apocrina.
una o varias secuencias de unos pocos aminoácidos, denominadas péptidos
señal y señales de anclaje (cap. 7-12).
Según cuál sea el destino de la proteína que emerge del ribosoma, esas se
cuencias se localizan en el extremo amino, en el extremo carboxilo, o en uno
o más puntos intermedios de la cadena proteica. La tabla 4-1 informa sobre
las señales m ás comunes halladas en las proteínas que se dirigen al núcleo, al
sistema de endomembranas, a las mitocondrias y a los peroxisomas. Natural
mente, las proteínas que no emigran y se radican en el citosol no necesitan
ningún tipo de señal.
CITOSOL
Retículo endoplasmático
- C h ap ero n in a
Pcptido señal para el retículo ^H jN -M et-M et-Ser-Phe-V al-Ser-L eu-Leu-Leu-V al-G Iy-Ile-L eu-Phe-Trp-A la-
endopiasm ático Thr-G lu-A la-G lu-G ln-L eu-Thr-l.ys-C ys-G lu-V al-Phe-G ln COO
Señal de anclaje para el retículo H ;N --------------- Lys-lle-Ile-Thr-Ile-G ly-Ser-Ile-C ys-M ct-V al*V al-G ly-Ile-Ile-Ser-
endoplasm ático Leu-H e-Leu-G ln-Ile-G ly-A sn-lle-lle-Ser-Ile-Trp-lle-Ser-H is— -C O O
Páptido señal para el núcleo *H3N - ----------- L ys-A rg-Pro-A la-A la-Ile-Lys-Lys-
A la-G ly-G ln-A la-L ys-L ys-L ys-L ys COO'
O ligopéptidos
U biquitina
Polipéptidos
PROTEASOM A reg u lad o res
Las proteínas destinadas al sistema de endomembranas, a diferencia de las F ig . 4-5. D egradación de pro-
citosólicas, debido a que a medida que salen del ribosoma ingresan en el re- teínas en eI Pro te asoma.
tículo endoplasm ático, se pliegan en la cavidad de este organoide, que cuen
ta con chaperonas hsp70 (cap. 7-12).
Respecto de las proteínas destinadas a las mitocondrias, desde que salen
del ribosoma son asistidas por chaperonas hsp70 citosólicas, las cuales las
mantienen desplegadas hasta que llegan a su paradero. En el capítulo 8-28 se
verá que se pliegan después que se incorporan a las mitocondrias, en cuya
matriz hay chaperonas hsp70 y hspéO.
Opuestamente, las proteínas destinadas a los peroxisomas los abordan
después de haberse plegado en el citosol (cap. 10-5), de lo cual se deduce que
se pliegan con la asistencia de chaperonas hsp70 y hsp60 citosólicas y que los
peroxisomas carecen de chaperonas.
Lo m ismo ocurre con las proteínas destinadas al núcleo, que tampoco po
see chaperonas. En el capítulo 11-6 se analizará cómo estas proteínas — ple
gadas en el citosol— atraviesan los poros de la envoltura nuclear'. Además se
verá que algunas ingresan en el núcleo asociadas a chaperonas de la familia
hsp90.
Debe agregarse que las chaperonas consumen energía derivada del ATP y
que pueden ser reutilizadas apenas concluyen sus funciones.
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El citoesqueleto
Forma y motilidad 5
5 - 1 . El citoesqueleto está com puesto por tres tipos de filam ento s
y numerosas proteínas accesorias
Filamentos intermedios
Microtúbulos
FILA M EN TO S IN TE R M E D IO S
5 -2. El d iám etro de los filam entos interm edios es de 10 nm
En el citoesqueleto de la mayoría de las células existen filam entos de 10
nm de diámetro; se denominan interm edios porque tienen un grosor menor
que el de los microtúbulos y m ayor que el de los filam entos de actina (fig.
5-1).
La composición química de los filam entos interm edios es diversa. Por
esta causa, aunque también por su morfología y su distribución en las distin
tas clases de células, se los agrupa en seis tipos, llamados: 1 ) laminofilamen-
tos; 2) filamentos de queratina; 3) filamentos de vimentina; 4) filamentos de
desmina; 5) filamentos gliales, y 6 ) neurofilamentos.
Todos los filamentos intermedios muestran la misma organización estruc
tural. Se trata de polímeros lineales cuyos monómeros son proteínas que pre
sentan una estructura en hélice a fibrosa (fig. 5-2). Esto los diferencia de los
microtúbulos y los filamentos de actina, que poseen monómeros globulares.
Las proteínas fibrosas están integradas por una sucesión de secuencias
idénticas de siete aminoácidos cada una (...abcdefgabcdefgabcdefg...), lo que
les permite combinarse entre sí lado con lado y componer dímeros lineales.
En virtud de que los dímeros vuelven a combinarse entre sí — también de a
dos, pero en forma desfasada y antiparalela— se generan tetrámeros como los
ilustrados en la figura 5-2. A continuación, los tetrámeros se conectan por sus
extremos y dan lugar a estructuras cilindricas alargadas llamadas protofila-
m entos. Los filamentos intermedios se forman con el concurso de cuatro pa
res de protofilamentos, los cuales se adosan por sus lados y componen una
estructura fibrilar de 10 nm de grosor (fig. 5-2).
A pesar de las diferencias entre los monómeros de las distintas clases de
filamentos intermedios, todos se organizan de la forma en que se acaba de
describir. Los monómeros son codificados por multigenes que se expresan de
manera diferente en los distintos tipos de células. Más aún, a veces en una lí
nea celular se expresan sucesivamente varios de esos genes conforme avan
za su diferenciación.
Los filamentos intermedios forman una red continua tendida entre la
membrana plasmática y la envoltura nuclear, alrededor de la cual componen
una malla filam entosa compacta (fig. 5-3A). Otra malla como ésta cubre la
N 'TP-
i N T P —*-----------* TpC 1 D ímero
! N -v -
N 'B '- —JpC i Tetrámero
c jl-------------- --------------
F ig . 5-3. A . D istribución de
los filam entos interm edios en
el núcleo y en el citoplasm a.
L os nucleares, llam ados la-
m inofilam entos, form an una
m alla sobre la cara interna de
la envoltura nuclear. B. M i-
crografía de una célu la trata
da con anticuerpos antiquera-
tina fluorescentes. (D e R. D.
G oldm an.)
M IC R O TU B U LO S
5 - 4 . El d iám e tro de los m icrotúbulos es de 2 5 nm
con una pared de 6 nm de espesor y una luz central uniformem ente clara
(fig. 5-1).
De acuerdo con su localización, los microtúbulos se clasifican en: 1) cito-
plasm áticos, presentes en la célula en interfase; 2 ) m itóticos, correspondien
tes a las fibras del huso mitótico; 3) ciliares, localizados en el eje de los ci
lios, y 4) c entriolares, pertenecientes a los cuerpos basales y los centríolos.
Aunque todos tienen las mismas características morfológicas, difieren en
unas pocas propiedades. Por ejemplo, los ciliares y los centriolares son muy
estables comparados con los citoplasmáticos y los mitóticos, que cambian
perm anentemente de longitud.
Las proteínas accesorias de los microtúbulos (reguladoras, ligadoras y
m otoras) reciben el nombre de M A P (por microtubule-associated proteins).
C # +« 0 ^ @ C » 0 @0 +« 0 — 19 $ )
82 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
CD CO
CO CO
CO co
Fig. 5-6. Polim erización (alar linas y seis de p-tubulinas, pero siempre se combinan una a-tubulina con una
g am iento) y despolim erización
p-tubulina, nunca dos a-tubulinas ni dos P-tubulinas entre sí.
(acortam iento) de los microtú-
bulos por sus dos extrem os. En el capítulo 16-21 serán analizados los mecanismos que regulan la pro
ducción de las a-tubulinas y de las p-tubulinas en los ribosomas.
Además de ser distintas, las dos subunidades de las tubulinas son muy afi
nes, lo cual permite que la subunidad a de cada tubulina pueda combinarse
no sólo con la subunidad [3 del propio heterodímero sino también — por me
dio de su extremo libre— con la subunidad (3 de otra tubulina (fig. 5-5). Ade
% más, los heterodímeros pueden unirse entre sí por sus flancos, y lo hacen de
V t un modo tal que se cierran en círculo. Estas particularidades llevan a la for
\\ ñ #
mación de una estructura tubular cuya pared parece estar integrada por varios
filamentos que recorren el eje longitudinal del microtúbulo, conocidos como
protofilam entos. Observado el m icrotúbulo en un corte transversal, puede
verse que contiene 13 protofilamentos (fig. 5-5).
La figura 5-5 permite com probar que existe un desfase entre las a-tubuli
nas y las P-tubulinas de los protofilamentos contiguos. Es por ello que en los
cortes transversales de los microtúbulos no se observa una alternancia regu
lar entre las a-tubulinas y las p-tubulinas sino dos o tres subunidades iguales
contiguas (fig. 5-5).
Debido a la polaridad de las tubulinas, el propio microtúbulo resulta pola
rizado, ya que en uno de sus extremos quedan expuestas las subunidades a y
en el otro las subunidades p. Los heterodím eros pueden agregarse (polimeri-
F ig. 5-7. N acim iento de un zarse) o retirarse (despolim erizarse) por ambos extremos. Com o es obvio, du
m icrotúbulo a p artir de la m a
rante la polimerización el m icrotúbulo se alarga, y durante la despolim eriza
triz ce n tro só m ica , m ien tra s
otros se alargan, se acortan o ción se acorta.
desaparecen. Uno de los extremos del microtúbulo se llama m ás [+]; el otro, m enos [-]
(fig. 5-6). Estas designaciones se deben a que por el extremo [+] el m icrotú
bulo se alarga y se acorta más rápidamente que por el extremo [-] (fig. 5-6).
Capuchón
L
84 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
— Material transportado
- Dineína Quinesina
11^
F ig . 5-11. U tilización de ios radas demoran un tiempo en hidrolizar sus G TP y forman un capuchón de
m icrotúbulos com o vías sobre
tu b u Iin as-G T P en el extremo del microtúbulo, el cual impide la salida de las
las cuales se desplazan las
proteínas m otoras dineína y tubulinas arribadas con anterioridad, a pesar de que en ellas el GTP ya se con
q u in e sin a para tra n sp o rta r virtió en GDP (fig. 5-10).
m a teriales e n tre d istin to s
A causa de esta particularidad — denominada inestabilidad dinám ica—•,
pu n to s del citoplasm a.
cuando un m icrotúbulo alcanza la longitud deseada, para mantenerla debería
alternar breves períodos de polim erización con otros de despolimerización.
Dado que en términos energéticos ello sería muy oneroso, se descuenta la
existencia de proteínas reguladoras que se unen al extrem o [+] del microtú
bulo para evitar esa inestabilidad.
La despolimerización del microtúbulo es mucho más rápida que la poli
merización. La diferencia de velocidad se hace evidente cuando el microtú
bulo pasa de una fase de alargam iento a otra de acortamiento y viceversa. En
el primer caso la despolimerización es tan abrupta que se la conoce como
“catástrofe”. En cambio, cuando el acortamiento cesa y el microtúbulo co
mienza a alargarse, el proceso — por ser relativamente lento— lleva el nom
bre de “salvam ento”.
En el citosol existe una protem a reguladora — llamada c atastro fin a — que
detiene el crecimiento de los m icrotúbulos y lleva a su despolimerización tras
la pérdida del capuchón de tubuIinas-GTP.
La colchicina, un m edicamento utilizado para el tratamiento de la gota,
actúa en forma semejante, ya que se une a las tubulinas e impide su polim e
rización, lo que lleva — al no form arse el capuchón— a la desaparición de los
microtúbulos. El colcem id es un derivado de la colchicina que posee los mis
mos efectos.
ras. Se ha calculado que la quinesina se desplaza unos 8 nm por cada ATP F ig. 5-12. Unión de las vesí
culas transportadoras a la q u i
hidrolizado.
nesina y a la d ineína m edian
Un ejem plo de transporte mediante estas proteínas se observa en los me- te las proteínas transm em bra
lanocitos de )a piel, cuyos gránulos de melanina, ante determinados estímu nosas quinectina y dinactina,
respectivam ente.
los, se deslizan a lo largo de los microtúbulos tanto centrípeta como centrífu
gamente. Otro ejem plo corresponde a los axones, donde las quinesinas con
ducen moléculas y vesículas desde el cuerpo neuronal hasta el terminal axó-
nico, y las dineínas las retornan.
Las neuronas contienen otra proteína motora ligada a los microtúbulos.
Se llama d in am in a y, a diferencia de la quinesina y la dineína, posee activi
dad GTPasa. Además, como se verá en el capítulo 7-37, en todos los tipos ce
lulares la dinamina provoca el desprendim iento de las vesículas transportado
ras que se generan mediante cubiertas de clatrina.
tubulinas en los extremos de los microtúbulos. Ejerce también una función li-
gadora, ya que establece puentes entre los m icrotúbulos contiguos y les con
fiere estabilidad. Otras MAP ligadoras, llamadas M A P I y M A P2, crean
puentes similares entre los microtúbulos neuronales.
Las tau contienen un número determinado de fosfatos, cuyo aumento al
tera su funcionamiento normal. El aumento de los fosfatos podría producirse
D istribución de los
F ig . 5 - 1 4 . por la presencia de quinasas sobreactivas o de fosfatasas hipoactivas. Esto
m icrotúbulos m itóticos (o fi ocurre en la enferm edad de A lzheim er, caracterizada por un deterioro neuro-
bras del huso m itótico) d uran
nal progresivo a consecuencia de la inestabilidad de los microtúbulos. Como
te la división celular.
se vio en la sección anterior, éstos son imprescindibles para el transporte in-
tracelular de organoides y de otros materiales vitales para la célula.
Los cilios son apéndices delgados — de 0,25 p.m de diámetro y varios rni-
crones de largo— que surgen de la superficie de diversos tipos celulares (fig.
1-7). Los de mayor longitud se llaman flagelos. Cada uno está compuesto por
un eje citosólico — la m atriz ciliar— envuelto por una prolongación de la
membrana plasmática. En medio de dicha matriz, siguiendo el eje longitudi
nal del cilio, se encuentra un armazón filamentoso regular llamado axonem a,
integrado por varios microtúbulos paralelos entre sí asociados con proteínas
accesorias (figs. 5-15 y 5-16). Más adelante describiremos su composición y
sus funciones.
Cada cilio nace en un c u erp o b a sa l o cinetosom a (del griego kineetós,
m ovible, y som a, cuerpo), que es una estructura idéntica a un centríolo del
diplosoma. Los cuerpos basales y los centríolos serán analizados en la sec
ción 5-14.
L o s c ilio s s o n e s tr u c tu ra s q u e se m u e v e n . S e g ú n la s c é lu la s e n q u e se h a
lla n , s u s m o v im ie n t o s s ir v e n p a ra a r ra s tra r f lu id o s y p a r tí c u la s (c o m o o c u it c
F i f ’ . 5 - 1 5 . M icrolúbulos ei c u e l á r b o l r e s p ir a to r io ) , p a r a d e s p la z a r a o t r a s c é lu la s ( p o i e je m p lo lo : , e s
llares. O b sé rv ese su nucí
p e í n ia lo /. o it le s , e l o v o c it o o e l c ig o t o e n la tro m p a m e r in a ) i > p a i i m o v i li / a i
m ie n to m e l ( M ir ip o ln r . n l o
i illl'IO H O lllil a i r ln l. r . a u tó n o m a m e n te I p o i e je m p lo , l o 1, e s p e r m a l o / o k l i 1
5. E L C IT O E S Q U E L E T O ■ 87
Microtúbulo B Microtúbulo A
Nexina
Doblete
Brazo
externo
Brazo
interno
Proteína
radial
Microtúbulo Vaina
central interna
Microtúbulo B Microtúbulo A
Doblete
Brazo
externo
Proteína
Brazo
radial
interno
Microtúbulo
central Vaina
interna
- P ro te ín a lig a d o ra
l i” - 5-20. Iz q u ie rd a . E sque
ma de un centríolo o de un
cuerpo basa], con su caracte
rística configuración 9 + 0.
D erech a. S e ilustra la triple
asociación ca ra cte rístic a de
los m icrotúbulos cenlriolares,
conocida com o triplete.
del cuerpo basal o del centríolo está formada por 9 unidades microtubulares,
cada una compuesta por tres microtúbulos fusionados entre sí, llamados A, B
y C (figs. 5-20, 5-21 y 5-22).
El raicrotúbulo A es completo, pues posee 13 protofilamentos; en cambio,
los microtúbulos B y C son incompletos, ya que contienen 11 protofilamen-
tos cada uno (fig. 5-20). Como los dobletes en el axonema, estos tripletes se
disponen en forma oblicua, de m anera que el microtúbulo A se halla más cer
ca del centro del centríolo que el microtúbulo C (fig. 5-21).
Los 9 tripletes del cuerpo basal están conectados entre sí por dos clases de
proteínas ligadoras. Unas son fibras cortas que enlazan el microtúbulo A de
un triplete con el microtúbulo C del triplete vecino. Las otras son fibras lar
gas que unen a los tripletes de forma semejante a los rayos de una rueda (fig.
5-21).
Vimos que cada cilio nace de un cuerpo basal, el cual, como el cilio, se
Fig. 5-21. Iz q u ie rd a . E sque halla perpendicular a la membrana plasmática (fig. 5-15). Cabe agregar que
ma de un corte transversal del
los microtúbulos A y B de los dobletes del cilio se continúan con los micro-
centríolo en el que se ilustran
los nueve tripletes y las pro túbulos A y B de los tripletes del cuerpo basal. Se ignora el significado de los
teín as ligado ras. D e re c h a . m icrotúbulos C de los tripletes y dónde se originan los microtúbulos centra
M icrografía electrónica de un
les del axonema.
corte transversal de un cen
triólo revelado m ediante áci A menudo el extremo libre del cuerpo basal muestra una raíz fibrilar cor
do tánico. (D e V. K alnins.) ta que se interna en el citoplasma y que tiene por función sostener al cilio.
5. E L C IT O E S Q U E L E T O ■ 91
F i g . 5 - 2 2 . I z q u i e r d a . M icro-
g rafía electrónica de un corte
longitudinal de la raíz de un
cilio (C í), con su cuerpo basal
o cinetosom a (C fl). D e r e c h a .
C ortes transversales de cilios
y cuerpos basales. 70.000x.
(C ortesía de .1. A ndré y E.
Faurel-Frem iet.)
Los cuerpos basales se diferencian de los centríolos del diplosoma por las
siguientes particularidades: 1 ) los primeros se localizan cerca de la superficie
celular (en la raíz de los cilios) y los segundos cerca del núcleo (figs. 5-4A y
5-15); 2) los cuerpos basales no poseen la matriz centrosómica que envuelve
a los centríolos (fig. 5-23); 3) los cuerpos basales suelen estar formados por
una sola unidad, mientras que los centríolos se presentan de a dos, ambos per
pendiculares entre sí (fig. 5-23).
Por lo dicho en la sección anterior se deduce que antes de que los cilios Matriz
nazcan se forman los respectivos cuerpos basales. Estos aparecerían como centrosómica Centríolo
consecuencia de una reproducción dicotóm ica por parte de los centríolos del F ig . 5 - 2 3 . R e p r e s e n ta c ió n e s
q u e m á tic a del c e n tro s o m a ,
diplosoma, medíanle un proceso basado en el desarrollo de p rocentríolos si-
q u e in c lu y o la i i i . i l r i / c c n lr o
iniI;n :il que :,r imicslm en la lisura IH S. ( Vira (eoría subiere que los cuerpos s ó lllic n v e l p a l d e c e n lr ío lo s n
Ii.i ..i li- . m Ini 11ni i i.iii ,/e litan in l.i pm li< i| ii h nm di In*, • i lili lo lu\ ilip ln m iin il
92 l'U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
FILA M EN TO S DE A C TIN A
5 -1 7 . El diám etro de los filam en to s de actina es de 8 nm
Los filam entos de a ctin a o m icrofilam entos poseen un diámetro de 8 nm
y son más flexibles que los microtúbulos. Suelen asociarse en haces o atados,
de modo que raram ente se los ve aislados (fig. 1-9).
Sobre la base de su distribución en la célula, los filamentos de actina se
clasifican en: 1 ) corticales, los cuales se ubican por debajo de la membrana
plasmática, donde constituyen el componente citosólico más im portante (fig.
5-24), y 2) tran scelu lares, dado que atraviesan el citoplasma en todas las di
F ig . 5-24. D istribución de los
filam entos de actina cortica
recciones (fig. 5-25A). De igual forma que los m icrotúbulos tratados con an
les en una célula epitelial. ticuerpos antitubulina, los filam entos de actina pueden ser localizados con la
ayuda de anticuerpos antiactina fluorescentes (fig. 5-25B).
Como se describirá en la parte final del capítulo, los filamentos de actina
también forman el esqueleto de las microvellosidades e integran el armazón
contráctil de las células musculares.
Los filam entos de actina son polímeros construidos por la suma lineal de
monómeros, cuyo ensamblaje les da a los filamentos una configuración heli
coidal característica (figs. 5-1 y 5-26). Los monómeros se encuentran libres
en el citosol, donde forman un depósito al que la célula recurre cuando los
necesita. Cada monómero es un polipéptido de 375 aminoácidos que se halla
asociado a un ADP o a un ATP; su estructura terciaria es globular, de ahí que
reciba el nombre de actina G.
Al igual que los microtúbulos, los filamentos de actina poseen un extremo
[+] y un extremo [-] (sección 5-6); por el primero se alargan y se acortan más
rápidamente que por el segundo (fig. 5-26). Esta bipolaridad se debe a que
los propios m onómeros la poseen.
Bomba de Na+K+
Como en todas las células, en las epiteliales los filamentos de actina trans
celulares se hallan tendidos entre puntos opuestos de la membrana plasmáti
ca y entre ésta y la envoltura nuclear, de modo que atraviesan el citoplasma
en múltiples direcciones (fig. 5-25). Asimismo, cerca de la envoltura nuclear
existe una red de filamentos de actina que descansa sobre la malla perinuclear
de filamentos intermedios (sección 5-2); a esa red se ligan los filamentos de
actina que parten de la envoltura. En cambio, a nivel de la membrana plas
mática los filamentos transcelulares se conectan con los filamentos de actina
corticales o se unen a proteínas membranosas especiales.
Los filamentos de actina transcelulares actúan como vías para transportar
\
organoides por el citoplasma. Este transporte es mediado por las proteínas
motoras miosina I y miosina V.
La m iosina I posee una cabeza y una cola, pues uno de sus extremos es
Tubo globular y el otro fibroso (fig. 5-29). Cuando esta proteína motora funciona,
su cola se liga a la membrana del organoide que va a ser trasladado — por lo
general una vesícula del sistema de endomembranas (cap. 7-1)— y su cabeza
F l». 5-28. F ilam entos de acti-
se une intermitentemente a un filamento de actina vecino, esto último porque
nn del cinturón adhesivo (véa
hc fig. 6-10). M erced a estos la cabeza de la miosina 1 cambia de posición repetidamente. Las uniones y de-
f iliinieiitos, durante el desa simioncs alternadas hacen que la miosina I se deslice en dirección del extre
m illo em b rio n ario u ltim o 1,
mu 11 | ilc-l filamento de actina (fig. 5 30).
epitelios pimíos •nífiinnn •
11 ni iniii'. inhuliiu 'i t p o i • |i n i I i m ullios di' posición d r la rah e/n icsponsiihli . d r . Ii. lio .l< ti/.i
|llu I I lili HI lli (Mili | Mi111IIi\ ni m in tió t'oiiMiiiirn ATI', q ilr r \ h id loli/m lo A l >1' y I* |»oi m..i I I ' 1 1 . |.
5. E L C IT O E S Q U E L E T O ■ 95
*. ,« Vesícula
transportadora
*¿f r ti »
Miosina I * 7 **
[+1 y [-]
Miosina I
Miosina II
* - - ¡ í — Vesícula
transportadora
Entre los filam entos de actina de las fibras tensoras se hallan numerosas
unidades de la proteína motora m iosina II, que se compone de dos poüpép-
tidos pesados, cada uno combinado con dos polipéptidos livianos (fig. 5-29).
Los seis polipéptidos generan una m olécula fibrosa con dos cabezas en una
de sus puntas, ya que en ella los polipéptidos pesados tienen una estructura
globular. Como en la miosina I, las cabezas de Ja miosina II poseen actividad
ATPasa y son responsables de las propiedades mecánicas de la molécula.
Las m iosinas II no funcionan aisladas. Para poder actuar se asocian y for
man conjuntos bipolares, con las colas de las moléculas fusionadas entre sí y
las cabezas dirigidas hacia los extremos del conjunto (fig. 5-30). Las cabezas
establecen uniones intermitentes con los filam entos de actina adyacentes. Da
do que se deslizan sobre ellos en direcciones contrarias — hacia los respecti
vos extremos [+]— los tensan y generan fuerzas mecánicas en los contactos
focales, lo cual, además de producir leves pero continuas deformaciones en
la superficie celular, contribuye al establecimiento de la forma global de la
célula. Es por estas propiedades que en las células conectivas ¡os filamentos
de actina transcelulares llevan el nom bre de fibras tensoras. El mecanismo
molecular que hace posible el deslizamiento de las m iosinas II sobre los fila
mentos de actina será analizado en la sección 5-33, referida a la contractili
dad muscular.
Debe agregarse que las fibras tensoras y los contactos focales se forman
m ediante la inducción de la proteína R ho (por la letra griega p), que es miem
bro de una familia de GTPasas que actúan asociadas a las proteínas regula
doras GEF y GAP, de cuyo análisis nos ocuparemos en el capítulo 7-38.
De igual modo que en las células epiteliales, las fibras tensoras sirven co
mo vías para transportar organoides por el citoplasma, con intervención de la
m iosina I y la m iosina V (secciones 5-23 y 5-28).
Filopodio
Lamollpodio
M y . 5-.M . U c p ic s fn lu firtn d r
mui t ■Ittht cu m ovim iento.
98 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Como se sabe, las neuronas se bailan conectadas entre sí y con las células
musculares y secretorias por medio de prolongaciones citoplasmáticas llam a
das axones. l as células así conectadas pueden estar separadas por distancias
considerables, v la mayoría di' las conexiones se establecen durante cl dcsa
1 II lili I I*II ll II It lililí III
100 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
A m edida que van ocupando los lugares vacíos, las células que se
reproducen en los cultivos de tejidos m igran y establecen contactos
con sus vecinas. No obstante, cuando una célula queda rodeada por
otras, deja de dividirse y pierde su motilidad. Este fenómeno — de
nominado inhibición p o r co ntacto— ocurre en todas las células del
cultivo, por lo que terminan formando una monocapa celular carac
terística. Debe señalarse que las células cancerosas cullivadas no ex
H j» . 5 -3 6 . T r a s la d o de d e t e r m in a d a s perimentan esta clase de inhibición y, dado que se siguen dividiendo
n e u r o n a s ¡t t r a v é s d e In p a r e d d e l lu h o
y moviendo, se apilan unas sobre otras hasta foinmi mu .,i. n ■
u r in a l p r im itiv o , g u in d a r ; poi e m u la s
l ' l i n l c . r a d ia le s ii"; di' varias capas di- profundidad (ti)’ '< t/)
5. E L C IT O E S Q U E L E T O ■ 101
F ig . 5 -3 7 . A . C rec im ien to
norm al, sobre un sustrato sóli
do, d e las células en cultivo.
C uando estas células tom an
contacto con sus vecinas p ie r
den su m otilidad, d e ja r de
m ultiplicarse y form an una
m onocapa característica. B.
En circu n stan cias sim ilares,
las células cancerosas no se
inm ovilizan ni dejan de m ulti
plicarse, po r lo que form an
m ulticapas.
5 -3 1 . Los fila m e n to s de a c tin a in te rv ie n e n en la c ito e in e s is
M em brana
plasm ática Retículo sarcoplasmático
Disco Z
F ig. 5-39. F ib ras del m úsculo ca que lleva ei nombre de m e m b r a n a te r m in a l, desde la cual nacen los fila
estriado en las que se ilustran
m entos de actina que ingresan en las microvellosidades (fig. 5-38). Es nece
las m iofibrillas con sus sarcó-
m eros (obsérvense las bandas sario agregar que en las células epiteliales el perímetro de la membrana ter
A e I y los discos Z ), el retícu mina] se continúa con ios filamentos de actina del cinturón adhesivo (sección
lo sarcoplasm ático y la m em
5-21 y cap. 6-12) (fig. 6 - 8 ).
brana plasm ática. Los tribuios
T son invaginaciones de la Volviendo al eje de la microvellosidad, sus filam entos de actina se unen
m em brana plasm ática que se entre sí por medio de dos proteínas ligadoras, la v illin a y la fim b r in a (fig.
vinculan con el retículo sarco-
5-38). Además, los filamentos de actina más periféricos se conectan con pro
plasm ático, organizadas para
conducir im pulsos desde la teínas integrales de la membrana plasmática por intermedio de m oléculas de
superficie de la célula al inte m io s in a I. Se desconoce por qué esta proteína motora se localiza en una es
rior de ésta, a fin de que todas
tructura celular inmóvil.
las m iofibrillas se contraigan
sincrónicam ente.
5 -3 3 . En la contractilid ad de las células m usculares estria d as
intervienen filam en to s de actina y varias p ro teín as accesorias
El músculo estriado está constituido por células (o fibras) cilindricas de 10
a 100 fim de diám etro y varios m ilímetros o centímetros de longitud. Los
componentes del citoesqueleto comprometidos en la actividad mecánica de
estas células forman estructuras regulares y estables, adaptadas para acortar
se durante la contracción y alargarse en los periodos de reposo.
El músculo constituye uno de los ejemplos más claros de asociación mor-
fofuncional y de cómo, en una célula, la energía química puede traducirse en
trabajo mecánico. El diseño de las células musculares estriadas es tan eficien-
te que son capaces de contraerse y relajarse cien o más veces por segundo y Fig. 5-41. M icrografía elec
trónica de cuairo m iofibrillas
de producir un trabajo mil veces superior a su propio peso.
en las que se observan los sar-
La maquinaria contráctil de las células musculares está representada por cóm eros, con los d iscos Z y
unas estructuras regulares derivadas del citoesqueleto, las m iofibrillas (fig. las bandas H, A e I. Se aprecia
tam bién el retículo sarcoplas-
5-39). Estas son tan largas como las propias células y se disponen paralela
m ático (RS) en tre las miofí-
mente una al lado de la otra. El grosor de cada miofibrilla es de 1 a 2 |iim. Su brillas. 60.0 0 0 x . (C ortesía de
largo y su número dependen de la longitud y del diámetro de la célula mus H. H uxley.)
cular, respectivamente.
La miofibrilla está compuesta por una sucesión lineal de unidades con
tráctiles denominadas sarcóm eros (figs. 5-40 y 5-41), de 2,2 p.m de longitud
y un ancho equivalente al de la miofibrilla, de 1 a 2 pm. Con el microscopio
electrónico se observa que entre los sarcómeros existe una estructura electro-
densa, el disco Z , localizada en medio de una región poco densa, la banda ¡
(por isotrópica) (fig. 5-41). A lo largo de las miofibrillas las bandas 1 se al
ternan con otras más densas, las bandas A (por anisotrópica), y en la parte
media de éstas se distingue una zona de menor densidad — la banda H —
dividida a su vez por la línea M , más densa que la H.
Las distintas bandas resultan de la variación periódica en la superposición
de las proteínas citoesqueléticas a lo largo de las miofibrillas. Como cada
banda se encuentra a la misma altura en todas las miofibrillas, en conjunto
generan una alternancia de zonas de diferente densidad, que es la que le con
fiere la designación de estriado a esta clase de músculo.
En la figura 5-40 se m uestra la estructura básica de un sarcómero, en el
que se observa a los filamentos de actina naciendo de los discos Z y a fibras
gruesas bipolares — de m iosina II — entre dichos filamentos. El extremo de
los filamentos de actina que se une al disco 7. es el [+]. En los cortes trans
versales se comprueba que la banda 1 contiene únicamente filamentos de ac-
1 1na. !n banda 11 sólo libia', de miosina 11. v la banda A ambos componentes.
Contracción
1 Contracción máxima
5 - 4 3 .I z q u ie rd a . E squem as que m uestran, en un conjunto d e seis sarcóm eros, el m ecanism o di* relajación contracción del
m úsculo estriado. D urante la relajación la bandas II se am plían. D urante la contracción los filam entos de netiua ■• dcMÜ/im luí
cía I»;; lincas M y el ancho de Ijih hundas II se reduce. C on la contracción mrixima los extrem os libres dr lo>. filn m * ufoti de m
tilín pueden llejjin liaMtii In;¡ linnei N I D e r e r l i n . K'iquemns li idimenMonidc-i de un snicóniei'o del nni*n ulo • i h h .I m • i í r - imln\
de ic ln |iu ion, t milim c ion y <milnu <mu im m m ti
5. E L C IT O E S Q U E L E T O ■ 105
T C I
O
Actina Tropomiosina
• •
Troponinas
F ig . 5 -4 5 . E sq u em a que
m uestra la estructura m olecu
lar del filam ento de actina del
sarcóm ero, ju n to a algunas
profofniiM reguladoras de In
I llflll|H|||(l l i l i >11 l il i lí I ( » l l l , I M ll>ll I II MM Ill ll l
106 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Tropom iosina -
Fig. 5-46. D esplazam iento de lo 11-18). El complejo Ca2+-troponina C bloquea la acción de la troponina I,
la tropom iosina antes de la
lo que permite que la tropomiosina cambie de posición con respecto a los fi
unión de la cabeza de la m io
sina II con el filam ento de ac lamentos de actina y las cabezas de la m iosina II puedan unirse a ellos. La fi
tina (véase fig. 5-44B). gura 5-46 muestra esa reacción; obsérvese a la molécula de tropomiosina en
sus dos posiciones, correspondientes a los estados de relajación y de contrac
ción del músculo.
En los discos Z se encuentra la proteína ligadora a -ac tin in a. En ella se an
clan no sólo los filamentos de actina sino también los de titin a, una proleína
ligadora que se extiende hasta el centro del sarcómero, es decir, hasta la línea
M (fig. 5-47). La titina desempeña dos funciones: mantiene a la fibra de mio
sina II en su posición y, debido a que tiene un segmento que se com porta co
mo un resorte, restablece la longitud de reposo de la célula durante la relaja
ción muscular. La titina es la proteína más grande detectada en el organismo
humano; pesa nada menos que 3.000 kDa y está compuesta por una cadena
lineal de casi 27.000 aminoácidos.
Cada filamento de actina se halla asociado a otra proteína gigante llama
da n e b u lin a , que tiene por función determinar el largo del filamento durante
la miogénesis y conferirle rigidez (fig. 5-47).
Las miofibrillas se hallan unidas por sus lados mediante filamentos inter
medios de d e s m in a (sección 5-3). Gracias a ellos se evita la pérdida del ali
neamiento de lo s sarcómeros en el interior de las células musculares ante las
fuertes tensiones mecánicas a que están sometidas.
Finalmente, por debajo de la membrana plasmática la célula muscular
posee la proteína ligadora distrofina. Es semejante a la espectrina (sección
5-32) y conecta a los filamentos de actina localizados en la periferia de la cé
lula con un complejo de proteínas membranosas llamadas distroglicanos y
sarcoglicanos. A su vez, este complejo se une a la lam in in a de la lámina ba-
sal que rodea a la célula (cap. 6-1). Diversas anomalías en la distrofina o en
alguna de las proteínas asociadas — a consecuencia de alteraciones genéti
cas— dan lugar a enfermedades conocidas como distrofias musculares. Se
caracterizan por la degeneración progresiva de los músculos, lo cual puede
hacer claudicar las funciones cardíaca y pulmonar y llevar a la muerte.
F ig . 5-48. C itoesqueleto de la
.X X célula m uscular lisa. O bsér
vese de qué m anera los fila
m entos interm edios de d es
X . m ina, situados entre lo s fila
m entos de actina, protegen al
núcleo y a los com ponentes
5 - 3 4 . En la contractilid ad de las células musculares cardíacas c ito p la sm á tico s d u ran te la
contracción.
particip an estructuras similares a las del m úsculo estriado
Una de las diferencias más notables entre las células musculares esquelé
ticas y las células musculares cardíacas es la presencia en éstas de los discos
in te rca lare s, encargados de unir a las células cardíacas por sus extremos. E s
tos discos se comportan como si fueran discos Z, pues de ellos nacen los fi
lamentos de actina y de titina.
Los discos intercalares contienen desinosom as (cap. 6-13); éstos se aso
cian a filam entos intermedios de desinina que derivan de los que unen a las
miofibrillas entre sí, mencionados en la sección anterior. Además poseen
uniones com unicantes (cap. 6-14), necesarias para sincronizar las contrac
ciones de las células miocárdicas.
B an d a 3
G licoforina
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hum o inloritelioiiH Scioneo .’ ’>H 1> i . i-iicoiIiii)' JtHhotaclin, which HU|*puiI iumihmmI u iij'u iil o n
M iu N m I II ( l 1)1) .* ) T o w i i k In m i iiin lir.tm id ín jj ol inicio lllollp. fililí I iln ‘1 .‘.V icm r ' / ' 11/
La unión de las células
entre sí y con la matriz
extracelular
M A T R IZ EXTRACELULAR
6-.". La m a triz extracelu lar contiene elem entos flu ido s y fibrosos
Proteína
Acido
hialurónico
un medio por e] que arriban a las células las sustancias inductoras (señales)
provenientes de otras células (cap. 1 1 - 2 ).
Los componentes de la matriz extracelular pueden clasificarse en fluidos
y fibrosos. Los fluidos corresponden principalmente a glicosaminoglicanos y
proteoglicanos (cap. 2 - 6 ), mientras que los fibrosos se dividen en proteínas
estructurales (colágeno) y proteínas adhesivas (fibronectina, laminina).
- T r o p o c o lá g e n o -
Fibras colágenas
C o lá g e n o
pesor (fig. 6-2). El tropocolágeno está integrado por tres cadenas pohpeptídi- F ig. 6-2. Fibras colágenas. Se
com ponen de fibrillas, y éstas
cas del mismo tamaño trenzadas en forma helicoidal. La periodicidad de 67
de tropocolágeno. La m icro-
nm en las estriaciones de las fibrillas colágenas se debe a que los tropocolá- grafía electrónica perm ite ver
genos se agregan en paralelo y se superponen en unas tres cuartas partes de su estriació n c a ra cte rístic a,
derivada de disposición esca
su longitud (fig. 6 - 2 ).
lonada de las m oléculas de
Existen alrededor de 25 clases de cadenas polipeptídicas. En todas, un ter tropocolágeno en las fibrillas.
cio de los aminoácidos son glicinas, otro tercio suelen ser prolinas e hidroxi-
prolinas y el tercio restante son aminoácidos de distintos tipos.
Estas cadenas polipeptídicas se combinan de diversas maneras, lo que da
lugar a unos 15 tipos de colágenos. Estos se identifican con números rom a
nos, y los principales corresponden a los colágenos de tipo I, II, III, IV, VII,
IX y XI.
El colágeno de tipo I se encuentra en la dermis, la cápsula de los órganos,
el tendón, el hueso, la córnea y la dentina; los de tipo II, IX y XI, en el cartí
lago; el de tipo III, en la dermis fetal, el tejido conectivo laxo, la pared de los
vasos sanguíneos, el útero, el riñón y los tejidos hemopoyético y linfático; los
de tipo IV y VII, en la lámina basal y en el tejido conectivo subyacente.
En el capítulo 5-27 vimos que las fibras de colágeno desempeñan un pa
pel crucial en la migración de las células, dado que proveen los puntos fijos
de sostén para el anclaje temporario de los filopodios.
Placa
discoidal
Integrina
En los epitelios, las células basales se vinculan con una parte especializa
da de la matriz extracelular conocida como lám ina basal (sección 6-1). L a
conexión entre las células y la lámina es bastante firme, ya que se produce
mediante unas estructuras llamadas hem idesm osom as (figs. 6-3 y 6-7).
Como los contactos focales, los hem idesm osom as poseen in teg rin as, pe
ro éstas se hallan agrupadas, sus dom inios citosólicos se unen a filamentos
interm edios de q u e ra tin a (no a fibras tensoras de actina) y sus dom inios ex
ternos se conectan a una red de colágeno de tip o IV , que existe sólo en la
lámina basal. Esta última conexión se realiza por medio de la lam inina (fig.
6. L A U N IO N D E L A S C E L U L A S E N T R E SI Y C O N LA M A T R IZ E X T R A C E L U L A R ■ I 1.1
I Ihinii I ii >|h |[ ifillí a llnli'in lu m illllrii Unión n u il lim ito i M ilh iirlllm l
116 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
discoidal
Filamentos
Filamentos intermedios
de actina
Cadherinas
Cadherinas
Conexón
das por una distancia de 2 a 4 nm. Por este motivo a la unión com unicante se
la llama también unión en hendidura (fig. 6 - 1 2 ).
En las células epiteliales los conexones se encuentran entre los desmoso-
mas. No están uniformemente distribuidos sino agrupados en conjuntos ais
lados, cada uno compuesto por unos pocos o por cientos de conexones.
La figura 6-13 corresponde a una imagen ultramicroscópica con colora
ción negativa de numerosos conexones en la membrana plasmática de un he-
patocito. Los conexones aparecen como anillos que forman un enrejado he
xagonal con una periodicidad de 8,5 nm. En el recuadro se observa una re
presentación lograda mediante el procesamiento densitom étrico computari-
zado de las imágenes electrónicas.
El conducto centra! del conexón tiene un diám etro de alrededor de 1,5 nm.
Por él pasan librem ente algunos solutos (iones, monosacáridos, nucleótidos,
aminoácidos, etc.) del citoplasma de una célula ai citoplasma de la célula ve
cina, pero no las macromoléculas. Tales pasajes indican que existen acopla
mientos metabólicos y eléctricos entre las células contiguas.
La estructura de los conexones es comparable a la de los canales iónicos
vistos en el capítulo 3-14. Debe recordarse que los canales dependientes de
voltaje y de ligando están compuestos, respectivamente, por cuatro y cinco
proteínas transmem branosas, en lugar de las seis de los conexones. Estos, co
mo los canales iónicos, no son estructuras estáticas, ya que tienen la capaci
dad de abrirse y de cerrarse. Comúnmente se hallan abiertos, y se cierran
cuando aumenta la concentración de Ca2* en el citosoi. La figura 6-12 m ues
tra que el cierre obedece a un cam bio de inclinación de las conexinas.
Las conexinas contienen cuatro dominios transmembranosos y sus extre
mos amino y carboxilo se hallan orientados hacia el citosoi. El dominio con
tiguo al extremo carboxilo tiene una función importante debido a que su fos
forilación modifica la posición de la conexina y lleva al cierre del conexón.
D a d o q u e en u n a u n ió n c o m u n ic a n te la c la u s u r a de u n c o n e x ó n se p ro d u
ce in d e p e n d ie n t e m e n t e d e l o t r o , e l c ie r r e d e l c a n a l p u e d e s e r c o n n m in i a ( l i
la c la u s u r a de u n o d e lo s c o n e x o n e s s o la m e n te .
c ia c ió n c e lu la r . A s í, en la s c é lu la s v e g e t a le s q u e se a la r g a n , e l n ú m e ro de
p la s m o d e s m o s se re d u c e a Iti Im y o d e s u s e je s m a y o re s y a n í lle n la en lo s la
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El sistema de
endomembranas
Digestión y secreción
sentan más del 80% de su peso (fig. 3-14). Los hidratos de carbono se orien
tan siempre hacia la cavidad de los organoides.
El tamaño del sistema de endomembranas varía en las distintas clases de
células. Es muy pequeño en los ovocitos, en las células poco diferenciadas y
en las que producen proteínas para el citosol exclusivamente, como los reti-
culocitos.
El R E R está muy desarrollado en las células que realizan una activa sín
tesis proteica. En su composición predominan los sacos aplanados, que cuan
do son abundantes se encuenlran separados por un angosto espacio citosóli-
co repleto de ribosomas (fig. 7-4).
Estos ribosom as s-e hallan adheridos a la cara citosólica de la membrana
del RE (fig. 7-6). Por lo general componen complejos llamados polisom as o
polirribosom as, consistentes en grupos de ribosomas enlazados por una mo
lécula de ARNm (figs. 7-3 y 16-7) (cap. 16-11). La afinidad del RER por los
ribosomas se debe a que en su m embrana existen receptores específicos (sec
ción 7-12), de los cuales carece el REL.
Vesículas destinadas
a la membrana plasmática
Red trans
Cisterna trans
C iste rn a m edia
Cisterna cis
Red cis
El complejo de Golgi está integrado por una o por varias unidades funcio
nales llamadas dictiosom as (del griego díktyon, red, y som a, cuerpo). En la
célula secretoria polarizada el organoide posee un solo dictiosoma grande
que ocupa una posición intermedia entre el núcleo y la superficie celular,
donde se libera la secreción (fig. 1-7). Complejos de Golgi con estas caracte
rísticas se observan, por ejemplo, en células de la mucosa intestinal, de la ti
roides y del páncreas exocrino. En cambio, otras células, como las plasmáti
cas, los hepatocitos y las neuronas, poseen varios dictiosomas pequeños dis
tribuidos por todo el citoplasma (fig. 1-10). En el hepatocito existen unos 50
dictiosomas, que representan el 2 % del volumen citoplasmático.
Aunque su localización y su núm ero varían en las distintas clases de célu
las, los dictiosom as presentan características morfológicas constantes. Suelen
adoptar una forma curvada, con la cara convexa mirando al mieleo y la cón
i .ivii niinitada hacia la membrana plasmática, I ,a primera se denomina iim i
ili imIi mili o cIn. v la secunda, ('m il ilr s a l i d a ■> liiinv (lip‘, / / ii y / /)
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 125
Tioquinasa
A cido graso + CoA + ATP ------------------------> Aci) CoA + A D P + P
Glicerol quinasa
G licerol + ATP > Glicerol 3-fosfato + A D P
A ciltransferasa
Glicerol 3-fosfato + 2 Acil CoA > A cido fosfatídico + 2 CoA
Fosfatasa
A cido fosfatídico -------------------- > 1,2-diacilglicerol + P
F in a lm e n t e , m e d ia n t e la d ia c i lg l ic e r o l a c ilt r a n s f e r a s a , u n a n u e v a a c il C o A
r d e l l i i a c i l j ’. l i c c m l . q u e pasa al » iln s o l (t ap I I)
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 127
D iacilglicerol aciltransferasa
1,2-diacilglicerol + A cil C oA --------------------------------------------- > Triacilglicerol + CoA
p
CoA CoA 1
ÜH? -CH —CH*
\ V
\ 1
(
( +
UH,
1 1
k.,H U u _ <
( +
CoA
^ OH OH CoA
I'ij.',. 7-K. I‘usos mclnhólk'ns irq u a id o N piirn lit,sfnK'si.s do los (línciljjIurm lrK ( /, \ i y -(A)
y d r lu loslnlidilrollm i (/, \ i Y ///) I ir. iciucioiu'1, / y .? <>« uihiiiM i »'l ' il<»*u)l l ;,n uim hío,
I r. *ii|i in ni*•. í, 1.1 v I I I ' |im din i n n t In iiiiiiinriipM ( iIiimi^IIi iid i In mriiihi iiiih tlrl l í l U
128 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
FosfotTansferasa
1,2-diacilglicerol + C D P-colina -------------------------------> F osfatidilcolina + C M P
Q uinasa
C olina + ATP -------------------- > Fosforilcolina + A DP
Transferasa
A cido fosfatídico + C T P ------------------------> C D P-1,2-diacilglicerol + PP
B I f o s f o lí p id o se fo rm a a l c o m b in a r s e c l C D P 1 ,2 d im il^ lú r io l ro n el
Transferasa
S erina + C D P-1,2-diacilglicerol ------------------------» Fosfatidilserina + CM P
Quinasa
PI + ATP -------------------- > P IP + A DP
Q uinasa
PIP + ATP -------------------- > P IP! + A DP
Q uinasa
PIP2 + A T P -------------------- > P IP , + A D P
Transferasa
Ceram ida + U D P-galactosa —> G alaciocerebrósido + U D P
Transferasa
C eram ida + U D P-glucosa G lucocerebrósido + U DP
ru s A '
#
.u U in fn K
sKÍiiiMiinB»uiuuiutiasum i
R ec ep to r
d e la P R S
C IT O S O L
m sjjsss j®tj¡5ro
u x u iii v m m m m m
COOH
P éptido
se ñ a l P ep tid asa
señal
CAVIDAD DEL RE
Fig. 7-11. Esquem a que ilus quilla. Luego, en virtud de que el péptido señal es escindido por una protea-
tra el ingreso de las proteínas
sa conocida corno p ep tid asa señal, el péptido se pierde y se genera en la pro-
en la cavidad del RER.
teína un nuevo extremo amino. que pasa a la cavidad (fig. 7-11). Finalmente,
ésta recibe a los restantes tramos de la proteína, cuya síntesis continúa en el
ribosoma por el incesante agregado de aminoácidos en su extremo carboxilo
(cap. 16-13).
Al térm ino de la síntesis, la proteína se libera en la cavidad de] RER (figs.
7-9 y 7-11). Según de qué proteína se trate, permanecerá en el RE o se diri
girá, mediante vesículas transportadoras, al complejo de Golgi, donde residi
rá en forma permanente o se transferirá, tam bién por medio de vesículas
transportadoras, a un endosoma o a la m embrana plasmática, en el último ca
so para su secreción.
En la sección anterior también se dijo que, salvo excepciones, las proteí
nas destinadas a la m e m b ra n a del R E R poseen un péptido señal en el extre
mo amino y una o más señales adicionales. Tales proteínas se insertan en la
membrana del RER por alguno de los siguientes mecanismos (figs. 7-12, 7-13
y 7-14).
Si la proteína posee una sola señal adicional, ésta se ancla en la bicapa li-
I'ff*. 7 -1 2 . E sq u em as q u e
m uestran cóm o se incorporan pídica — de ahí el nombre de señal de anclaje— y el péptido señal es escin
las proteínas a la m em brana dido por la peptidasa señal. Como consecuencia, se forma una proteína trans
del RER . El extrem o am ino
membranosa m onopaso (cruza la bicapa una sola vez), con el extremo ami
do la proteína puede quedar
en la cavidad del organoide no dirigido hacia la cavidad del RE y el extremo carboxilo en el lado citosó
(A ) o en el citosol (B). lico (fig. 7-12A).
*8 * 1 1 1 1 ■ I..................
m M M B p m
nh J
CL-NHj
inntni m m m m
U U IU ti u i i t i m m E iu iit iu ii
1 <X >11
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 133
ga al fosfato del dolicol. A continuación, de a uno por vez., se agregan otros F ig. 7-16. Esquem a que ilus
seis monosacáridos, primero una nueva N-acetilglucosamina y luego ctnco tra cóm o e) olig o sacárid o pre
cu rso r (d e cato rce h exosas) se
mañosas. Como muestra la figura 7-15, la unión del dolicol fosfato con la pri d esprende de! dolicol y se liga
mera N-acetilglucosamina se realiza por medio de otro fosfato — cedido por a una p roteína de la m em bra
la UDP que dona la hexosa— , por lo que se forma un puente pirofosfato. na del RER, A sn , asparagina.
si
en lo s su cesiv o s co m p a rti
Q N - a c o tilg lu c o s a m in a m ientos del co m plejo de G ol
i ' ' i i gi. E sta figura ilu stra tres
O Mano**
ejem p lo s de olij.'osm iíi idoN
t 3 G n ls c lo iin
form ados cubo d< ■ .• p ío
O A o k ln iM llo o , • ■ m iili'iiii> \ \m. .t ■pntiip.lnil
1.16 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
En la sección 7-13 definimos las distintas vías seguidas por las proteínas
luego de su incorporación al RER. Estas moléculas, excepto las que se esta
blecen como residentes permanentes en el RE o en el complejo de Golgi. al
canzan el extremo de salida de este último, donde se clasifican para su ulte
rior despacho. Según su naturaleza, tendrán como destino incorporarse a un
endosom a o dirigirse a la superficie celular (fig. 7-1).
Los itinerarios seguidos por las proteínas dependen de ciertas señales en
sus m oléculas y de receptores específicos en los lugares por donde pasan.
La prim era señal fue descubierta en las enzimas hidrolíticas destinadas a
los endosomas. Como se verá en la sección 7-30, luego de arribar a un sector
específico de la región de salida del complejo de Golgi, estas proteínas se
transfieren — mediante vesículas transportadoras— a endosom as cargados
con sustancias endocitadas en la superficie celular.
¿Por qué las vesículas que transportan enzimas hidrolíticas destinadas a
los endosomas se fusionan con ellos y no se dirigen a la membrana plasmá
tica? Téngase en cuenta que en el segundo caso podrían ser secretadas hacia
el medio extracelular y producir graves consecuencias. La respuesta abarca
varios procesos, pero la causa responsable de la conducción de las enzimas
hacia el lugar adecuado es la presencia de grupos m anos» 6 -iosfato en sus
iik iIi'v m Iu s .
138 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
\
G O LG I
M E M B R A N A
|= Enzima hidrolitica
F ig . 7 - 2 0 . T ra slad o de las Estos grupos son las señales que conducen a las enzimas hasta la región
proteínas provenientes del R E
de salida del complejo de Golgi y las colocan en los sectores reservados pa
a través de los restantes orga
noides del sistem a de endo ra su envío hacia los endosomas (fig. 7-20).
m em branas, su clasificación La mañosa 6 -fosfato se forma apenas la enzim a hidrolitica — proveniente
en el co m plejo de G olgi y sus
del RE— arriba a la región de entrada del complejo de Golgi (fig. 7-18). Es
lugares de destino. En la pro
teína (enzim ática) destinada generada por la acción de dos enzimas, la N-acetilglucosamina fosfotransfe-
al endosom a se ilustra tam rasa y la N-acetilglucosam ina glicosidasa. La primera agrega una N -acetil
bién la señal (es una m añosa
glucosamina fosfato al C 6 ' de una de las mañosas de los oligosacáridos de la
6-fosfato) que determ ina su
ilinerario correcto. Se inclu enzima hidrolitica (como vemos, ésta es una glicoproteína). La segunda re
yen los procesos de endocito mueve a la N-acetilglucosamina pero no al fosfato, que queda retenido en el
sis y de exocitosis, este últi
C 6 ' de la mañosa. Conviene agregar que durante el procesam iento de las en
m o en sus dos m odalidades,
la secreción constitutiva y la zimas en el complejo de Golgi las mañosas fosforiladas nunca son removidas.
secreción regulada. Una vez arribada la enzima hidrolitica al lugar correcto de la región de sa
lida del complejo de Golgi, se liga — a través de la mañosa 6 -fosfato— a un
receptor específico presente en 1 a membrana del organoide, que corresponde
a ese lugar. Luego la enzima es despachada hacia el endosoma m ediante el
m ecanismo selectivo que se analizará en la sección 7-40.
La importancia del arribo de las enzimas hidrolíticas a los lugares correc
tos del complejo de Golgi se confirma por la existencia de una rara enferm e
dad lisosómica que se produce por la falla de dicha función. Así, en la enfer
m edad de células I (por inclusión), a causa de trastornos genéticos los fibro
blastos no poseen N-acetilglucosam ina fosfotransferasa, de modo que no se
forman mañosas 6 -fosfato en las enzimas hidrolíticas destinadas a los endo
somas. Por consecuencia, las vesículas que transportan a esas enzimas se di
rigen hacía la membrana plasmática y se secretan en el medio extracelular. La
falta de enzim as en los endosomas impide la digestión de las sustancias en-
docitadas, las cuales pasan al citosol y pueden acum ularse como inclusiones
(cap. 4-3).
E l h a lla z g o d e la m a ñ o sa 6 -fo s fa to y de su r e c e p to r lle v ó al d e s e iib ii
m ie n to d e o t r a s s e ñ a le s in v o lu c r a d a s e n la d is t r i b u c ió n y la c a n a li/. - u im i de
I n liln / I
7 . E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 139
Señal Transporte
/>. /i» ido hn|milico; Acido hIuiAmik ", A . I r . mu; / , Icucina; N , aspar:i^*iiin; / ’, piolina; (/, jdul¡im¡mi;
li, iiijmiiIhh, r, (momiki; i iml<|iim nintiioiU ido. <//*/. jdieoNdlo^liilidilinositol
140 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
i l i n . i l , i i m i l i . ii i K m
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 141
ENDOSO M AS
7 -2 8 . El endosoina posee u n a bom ba de H+ en su m em brana
Los endosom as (del griego éndon, dentro, y soma, cuerpo) son organoi
des localizados funcionalm ente entre el complejo de Golgi y la membrana
plasmática (fig. 7-1). Sus formas y dimensiones son variadas, aunque por lo
general constituyen vesículas o cisternas relativamente pequeñas.
La m embrana del endosoma posee una bomba protónica (cap. 3-24) que
cuando se activa transporta H* del citosol hacia el interior del organoide, cu
yo pH desciende a 6,0 (fig. 7-22). En el capítulo 4-1 se vio que el pH citosó-
lico es de 7,2.
Antes de analizar las funciones de los endosomas conviene describir el
proceso de endocitosis.
porque porciones circunscritas del líquido que se halla en contacto con la su
perficie externa de la célula son atrapadas mediante invaginaciones de la
membrana plasmática, lo cual da lugar a fositas y finalmente a vesículas que
se liberan en el citosol.
El proceso de pinocitosis puede dem ostrarse experimentalm ente median
te el uso de una solución de proteínas marcadas con colorantes fluorescentes;
a veces es tan rápido que pareciera que la solución es “bebida” por la célula.
Según la calidad de la sustancia que habrá de incorporarse a la célula, la
pinocitosis puede ser ine-specífica o regulada (fig. 7-23). En la pinocitosis
inespecífica las sustancias ingresan automáticamente, ¡o cual ocurre en todos
los tipos celulares. En cambio, en la pinocitosis regulada las sustancias inte-
ractúan con receptores específicos localizados en la membrana plasmática y
ello desencadena la formación de las vesículas pinocilóticas. Debido a la se
lectividad de este mecanismo, una sustancia puede ingresar en algunas célu
las pero no en otras, de acuerdo con los receptores presentes en sus mem bra
nas plasmáticas.
La fagocitosis (del griego phagein, comer) tiene lugar en unos pocos ti
pos celulares, particularmente en los m acrófagos y en los leucocitos neutró-
filos. Según las circunstancias, constituye un medio de defensa o de lim pie
za, capaz de eliminar parásitos pequeños, bacterias, células perjudiciales, da
ñadas o muertas, restos de células y todo tipo de partículas extrañas al orga
nismo. Como vemos, la fagocitosis permite la incorporación de partículas re
lativam ente grandes y estructuradas.
Una vez que el m aterial se fija sobre la superficie externa de la célula, la
m em brana plasmática emite prolongaciones envolventes que lo rodean hasta
dejarlo englobado en el interior del citoplasma, lo cual forma una vesícula
mucho más grande que la pinocitótica, llamada fagosom a (fig. 7-23).
Para poder ser fagocilado, el malerial dehe contener o adquiiii eieila.s sr
ualiv. que son reconocidas poi receploivs localizados en la uu iiilm uu pl.r.
ni ilh .i di l.r. i i-lulas liij'orilm i:i\ l’m i-jrinplii. . i l p . i i n n s I i i h í< i i i ><u i i i .i i
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 143
©
PINO CITO SIS
INESPECIF1CA
Vesícula pinocitótica
Vesícula pinocitótica
A
FAGOCITOSIS
* ^
Fagosoma
cadas” por anticuerpos llamados opsoninas (del griego ópson, manjar), pro F ig. 7-23. E squem as que ilus
tran cóm o se incorporan m a
vistos por el sistema inmunitario.
teriales en la célula m edian
te d istintas form as de endoci
7 - 3 0 . Se cree que los endosomas se convierten en lisosomas tosis.
Aquí también se reciclan las membranas, que junto con los receptores de
la mañosa 6 -fosfato regresan a la región de salida del complejo de Golgi (fig.
7-20). Este reciclaje hace posible la reutilización de los receptores.
En síntesis, el endosom a es el lugar de la célula donde convergen tanto los
m ateriales que van a ser digeridos — ingresados por endocitosis— como las
enzim as hidrolíticas encargadas de hacerlo (figs. 7-20 y 7-22). Se cree que la
combinación do estos elementos convierte al endosoma en lisosoina, de cuyo
iuuiIíms nos ocuparemos ;i In luevcdiid
144 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Pinocitosfs
7-3 1 . Existen dos clases de endosom as, los prim arios y los secundarios
Es preciso advertir que el análisis m orfofuncional realizado hasta aquí so
bre los endosomas elude un paso, premeditadam ente excluido para facilitar la
descripción. Es que existen dos clases de endosomas, los primarios (o tem
pranos) y los secundarios (o tardíos) (fig. 7-24).
Los e n d o s o m a s p r im a r io s se localizan cerca de la membrana plasmática
y los e n d o s o m a s s e c u n d a r io s cerca del complejo de Golgi. En consecuen
cia, existe un flujo unidireccional de vesículas transportadoras para transferir
el material endocitado desde la membrana plasmática al endosoma primario
y desde éste ai endosoma secundario.
Debe señalarse que esta organización morfofuncional corresponde a las
vesículas pinocitóticas, ya que el fagosom a — en los ma-
crófagos y en los leucocitos neutrófilos— prescinde del
endosoma primario y se fusiona directamente con un en
dosoma secundario, que al recibir enzimas hidrolíticas del
complejo de Golgi se convierte en un lisosom a de gran ta
maño llamado fa g o lis o s o m a .
Además de servir como estación de relevo para la ca
nalización del material endocitado, el endosoma primario
—a través de las vesículas recicladoras analizadas al co
mienzo de la sección anterior— devuelve a la membrana
plasmática las porciones de membrana y los receptores
traídos por las vesículas pinocitóticas.
Dado que en el endosom a primario los receptores se
hallan unidos al material endocitado, antes del reciclaje
deben separarse de él. La separación se produce a conse
cuencia del descenso del pH en el endosoma, que empieza
l'lj*. 7-25. I la iis i i t i >m n en tn célula riiilnlt'liiil del eii a bajar cuando se acliva la bomba ptolnim ;i di- lu m e m
Iiiluí '.miHiifnro brana del itij'.auoiile
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 145
F ig . 7-26. T ranscitosis de la
7 - 3 2 . En la transcitosis los endosomas cum plen funciones distintas IgA en una célu la epitelial se
de las descritas cretoria.
LISO S O M A S
7 - 3 3 . Los lisosomas sun organoides polim orfos
Todas las células contienen lisosom as (del griego lysis, disolución, y so
ma, cuerpo), que son los organoides que digieren a los materiales incorpora
dos por endocitosis. Además, mediante un proceso denominado autofagia
(que se analizará en la sección 7-35) también digieren elementos de la propia
célula.
Como se señaló, se cree que los lisosomas se form an a partir de endoso-
mas que recibieron dos clases de vesículas transportadoras, unas con material
endocitado y otras con enzimas hidrolítícas (figs. 7-20 y 7-22).
La característica más saliente de los lisosomas es su polimorfismo, no só
lo porque poseen aspectos y tamaños disímiles sino también por la irregula
ridad de sus componentes (figs. 1-11 y 7-29). La causa del polimorfismo es
doble; p o r un lado se debe a la diversidad del m aterial endocitado y p o r el
otro aj hecho de que cada clase de lisosom a posee una combinación singular
de enzimas hidrolítícas, de las que existen alrededor de 50 diferentes.
Las enzimas lisosóm ícas se activan a pH 5,0. Este grado de acidificación
se alcanza gracias a una bom ba de H+ presente en la membrana del lisosoma,
heredada de la mem brana del endosom a secundario (cap. 3-2 y sección 7 28)
(lig. 7-22),
I a m e m b ra n a d e l lis o s o m a s e h a lla p r o te g id a d e l r íc e lo d i s lim tm de In-,
i ii u n .i . liid io lllie . T . p o r q u e m i i .ii:i l u i l l i n . i l t n u li e n e mili r n m i i u < i i i l n l . u l • I*
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 147
glicoproteínas (cap. 3-8). Por otro lado, si la membrana del lisosoma se rom
piera, las enzim as escapadas no afectarían a los demás componentes celula
res debido a que se inactivarían al tom ar contacto con el citosol, cuyo pH es
de 7.2.
En el interior de los lisosomas las proteínas y los hidratos de carbono en-
docitados son digeridos a dipéptidos y monosacáridos, respectivamente. Es
tos y otros productos de degradación atraviesan la membrana lisosómica y
pasan al citosol, donde terminan de digerirse o se aprovechan para construir
nuevas m oléculas. Por su parte, culm inadas sus funciones, las enzimas liso-
sómicas tam bién pasan al citosol, donde son degradadas por proteasomas
(cap. 4-6). Finalmente, libres de las enzim as y del material digerido, los liso
somas se reconvertirían en endosomas.
Algunas sustancias endocitadas no terminan de digerirse y permanecen en
los lisosomas, que por ello adquieren el nombre de cu erp o s residuales. En
ocasiones las sustancias no digeridas son expulsadas de la célula mediante un
proceso comparable a la exocitosis. Si esto no ocurre, con el tiempo se con
vierten en pigm entos de desgaste depositados en el citosol (cap. 4-3).
A utofagosom a FAGOLISOSOMA
GOLGI
ENDOSOMA - Endocitosis
C \+ -" ■ \
* *
A>- O —
- Exocitosis
- Exocitosis
nasa, que es la enzima que hidroliza al esfingofosfolípido en ceramida y fos Fig. 7-31. E squem a que ilus
tra la participación d e las cu
forilcolina.
biertas de C O P y d e clatrina
En la sección 7-20 estudiamos el mecanismo que lleva a la acumulación en la form ación d e las vesícu
de m oléculas en la enferm edad de células I, producida por un defecto en el las surgidas de la m em brana
plasm ática (por endocitosis) y
receptor de la mañosa 6 -fosfato, no en una enzima lisosómica.
de los organoides del sistem a
de endom em branas.
VESIC ULAS TR ANSPORTADORAS
7 - 3 7 . D uran te su form ación, las vesículas transportadoras
se envuelven con una cubierta proteica
Con excepción de los fagosomas, que suelen ser mucho más grandes, las
vesículas tra n s p o rta d o ra s tienen un diámetro que fluctúa entre los 50 y los
250 nm. La medida mayor corresponde a las vesículas secretorias.
La figura 7-31 muestra que las vesículas transportadoras se originan en la
membrana plasmática y en las membranas de los organoides del sistema de
endomembranas. Lo hacen con el concurso de una cubierta proteica de la que
existen varias clases, aunque de algunas no fueron descubiertas todavía sus
proteínas. Las más estudiadas se conocen con los nombres de cubierta de
C O P y cubierta de clatrina.
La c u b ie rta de C O P (por coat protein) se form a mediante la asociación
ordenada de múltiples unidades proteicas. Existen dos clases de cubiertas de
COP, las cuales se diferencian no sólo porque se componen de unidades pro
teicas distintas — denominadas COPI y COPII— , sino tam bién porque gene
ran vesículas en lugares diferentes del sistema de endomembranas. Así, la cu
bierta de C O P II genera las vesículas que se forman en el RE y se dirigen a
la cara de entrada del complejo de Golgi, mientras que la cubierta de COPI
genera tanto las vesículas que se forman en la cara de entrada del complejo
de Golgi y retoman al RE como las que interconectan a las cisternas del com
plejo de Golgi.
Por su parte, la c u b ie rta de c la trin a (del latín clathrun o del griego kle-
ter, enrejado de varillas) resulta de la asociación de múltiples unidades pro
teicas llamadas trisqueliones (del griego skelos, pierna). Genera las vesícu
las que surgen de la membrana plasmática durante la endocitosis y las que se
loiinan en la cara de salida del complejo tic Clolfi v se dirigen a los endoso
mas y a la iiieinliiana pl.i.m nlkn iliiraule la noi io mmi ii fiilnila
150 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
C A V ID A D D E L O R G A N O ID E O LAD O EXTR A C E LU LA R
H --- 1-
1
X J
\ IS ✓
/ ^ I'
D e p ó s ito d e
u n id a d e s C O P
C IT O S O L o d e t r is q u e lio n e s
E volución seguida
F ig . 7 - 3 2 . A pesar de las numerosas investigaciones realizadas, no se conoce la com
por la m em brana durante la posición de las cubiertas proteicas de las vesículas que se forman en la cara
form ación de una vesícula. Se
ilustra tam bién la dinám ica de de salida del complejo de Golgi y se dirigen a la m embrana plasmática du
las unidades C O P y de los rante la secreción constitutiva, ni la de las vesículas que nacen de los endo
trisqueliones. somas.
L a primera cubierta de COP en ser revelada fue la de las vesículas que in-
terconectan a las cisternas del complejo de Golgi, compuesta por unidades
COPI. Se denominó c u b ie rta de coatóm ero (por coat protonier) y, puesto
que se creyó que todas las cubiertas que faltaba descubrir eran iguales a ella,
se les dio ese nombre a todas las que no eran de clatrina, la cual había sido
identificada mucho tiempo antes. A partir del descubrim iento de las unidades
COPII, retiene el nombre de cubierta de coatóm ero sólo la que se compone
de unidades COPI.
Las vesículas transportadoras comienzan a formarse cuando las unidades
proteicas de la futura cubierta se apoyan sobre el lado citosólico de un área
circunscrita de una membrana celular plana, a la que le proveen la fuerza me
cánica para que se curve hacia el citosol. Como muestra la figura 7-32, el pro
greso de la curvatura desarrolla una fosita, que finalmente se desprende de la
membrana convertida en vesícula.
En el caso de las vesículas cubiertas de clatrina, el desprendimiento se
produce cuando varias unidades de la proteína motora din am in a rodean el
cuello de las fositas y lo estrangulan hasta seccionarlo (cap. 5-8). Estas vesí
culas tienen forma esférica, a diferencia de las vesículas cubiertas de COP,
que en algunos lugares suelen ser poliedros irregulares y en otros poseen una
apariencia tubular.
U nión d e la unidad
F ig . 7 - 3 3 . 7 -3 8 . Las c u b iertas de COP se construyen con el concurso
C O P a la m em brana. V éase de las unidades proteicas COPI o COPII
có m o participan la A R F y el
receptor del m aterial que va a En la sección anterior se dijo que existen dos tipos de c u b ie rta s de C O P
ser transportado. y que se construyen mediante las cubiertas compuestas por las unidades pro
teicas COPI y COPII. Debe agregarse que
C A V ID A D D E L O R G A N O ID E
cada unidad COPI se compone de siete sub
- M o lé c u la a t r a n s p o r ta r
R e c ee pp ttoo rr- — unidades proteicas, identificadas con las le
tras griegas a , P, (3\ y, 6 , £ y C- En cambio,
iiiffliiiim sfi* cada unidad CO PII consta de dos subuni
dades proteicas heterodiméricas, las cuales
se identifican con las siglas Secl3/Sec31 y
r z s r n m ii U n id a d C O P Sec23/Scc24 (por xeven transm em brime
pm tein coniph-x). Ivn la figura / se til)
AH I G il1
serva t|iir las unidades C O I’I v ( ’OI'II si'
lo iis liiiy m iii i I i itir.n l. i m i l i ’.mm .i Iti
7. E L S IS T E M A D E E N D O M E M B R A N A S ■ 151
G T P asas q u e f u n c i o n a n a s o c i a d a s a l a s p r o t e í n a s n y u l a i l m a s ( ¡ l i l ; y GAP.
R e c u é r d e s e q u e l a ( ilíF i n t e r c a m b i a e l ( II >1’ p i n m i * . 111 v 'I'" l a (¡Al* r s l i
V Í J -5
Vesícula
CITOSOL
r e c ic la d o r a
4 V -S N A R E
Q
- X - rr-Y -n A V t-S N A R E
M E M B R A N A R E C E P TO R A
F ig . 7 -3 9 . E sq u em a que nes de actuar una vez que las vesículas se desprenden de las cubiertas protei
m uestra de qué form a la vesí
cas de COP o de clalrina.
cula transportadora es condu
cida hacia la m em brana re Debido a que este mecanismo requiere especificidad, por cada pareja de
ceptora y cóm o la vesícula re com partim ientos donante y receptor existe una pareja particular de proteínas
c ic la d o ra es d ev u e lta a la
v-SNARE y t-SNARE complementarias. Ello hace que durante el traslado de
m em brana donante.
una vesícula transportadora su v-SNARE deba “tantear” múltiples t-SNARE
antes de encontrar a su complementaria.
El retom o de una vesícula recicladora al compartim iento donante apropia
do y no a otro se debe a que su m embrana recupera la v-SNARE original y a
que la m embrana del compartimiento de origen posee una t-SNARE idéntica
a la de la membrana del compartimiento receptor (fig. 7-39). Por consecuen
cia, durante el reciclaje de las vesículas transportadoras los compartimientos
M E M B R A N A D O N AN TE
invierten sus comportamientos, pues el donante se conduce como re
ceptor y éste como donante.
La unión entre una v-SNARE y su t-SNARE complementaria de
pende de una proteína llamada R ab (por Ras protein from brain), que
actúa sobre ambas (fig. 7-38). Se han identificado cerca de 30 Rab di
ferentes, una para cada pareja de v-SNARE/t-SNARE.
Las proteínas Rab pertenecen a una subfamilia de GTPasas que
depende de las proteínas G EF y GAP (sección 7-38). Así, cuando son
influidas por la G E F reem plazan el GDP de sus m oléculas por un
GTP (fig. 11-9) y se activan, es decir, se unen a la membrana del com
partim iento donante y hacen que la v-SNARE y la t-SNARE se co
necten entre sí. En cambio, cuando son influidas por la G A P hidroli-
zan el GTP (a GDP y P) y se inactivan, lo cual las separa de la m em
brana del compartim iento donante.
En virtud de que son moléculas muy hidrofóbicas, el colesterol y sus á s F ig. 7-41. Esquem a que ilus
tra el m ecanism o de ingreso
teres circulan por la sangre como lipoproteínas. El ejem plo más conocido
del colesterol-L D L en la c¿ln
corresponde al colesteroI-L D L (por low-density lipoprotein), que es un com la, su paso p o r los endosom as
puesto lipoproteico originado en el REL de los hepatocitos (sección 7-27). El p rim ario y secundario y su
p rocesam iento en el lisosomn.
colesterol-LDL ingresa en las células por endocitosis, previa unión con re
ceptores específicos situados en la m embrana plasmática. Esta unión atrae a
trisqueliones libres en el citosol, los cuales — por intermedio de adaptinas es
pecíficas— se conectan con los receptores en el lado citosólico de la m em
brana y generan una cubierta de clatrina (fig. 7-41).
Como se sabe, la cubierta se desprende de la membrana de la vesícula ape
nas ésta se forma. En la luz vesicular el colesterol-LDL continúa unido a los
receptores heredados de la m embrana plasmática. La vesícula se conecta con
un endosom a primario, cuyo pH ácido hace que el colesterol-LDL se des
prenda de los receptores, los cuales retornan a la mem brana plasmática con
una vesícula recicladora. El colesterol-LDL pasa del endosoma primario a un
endosoma secundario, y éste se convierte en lisosom a al recibir enzimas hi
drolíticas del complejo de Golgi (fig. 7-41). Las enzim as actúan sobre el co
lesterol-LDL y separan a la LDL del colesterol, que pasa al citosol y se utili
za como m ateria prim a para la síntesis de otras moléculas o se incorpora a la
membrana del RE (sección 7-10).
La liipercolesíerolemia fa m ilia r es una enfermedad causada por una mu
tación del gen que codifica al receptor del colesterol-LDL, que resulta defec
tuoso o está ausente. Como consecuencia, el colesterol no ingresa en las cé
lulas v su concenliai ión :.e eleva c^n la sanare, lo que lleva ¡i la aparición de
1 ii.iiIiiis le n ifiia m iM ili h r< > \¡\
156 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
ion, lo que ha llevado a compararlas con los túbulos T del m úsculo estriado
(fig- 5-39).
El mecanismo que interna solutos y sus transportadores mediante caveo-
las y permite que los primeros ingresen masivamente en la célula se denomi
na potocítosis (del griego potos, bebida).
EL S IS T E M A DE E N D O M E M B R A N A S EN LA CELULA VEGETAL
7-4-4. En la célula vegetal el sistema de endom em branas
posee vacuolas
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111 ii i i , II M k mui ’ ii l n l l i i !■’ I I (IU*M| IIh- ni iilrctil iii tu . m u I 'm i I Ipi ii Nllili lluil i i 11
iiiiii l i l i n i v I ' 1' i i ti l i n i i l ■ i mi i i m iI 111 m i vrii'il li i i n ii l ’li vi . A l ....... I i'lly II II l l'l'IM I ' , .................... i ........
158 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
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Las mitocondrias
Energía celular I 8
8 - 1 . La m a y o r p a rte de la en e rg ía que usa la c é lu la
es p ro v is ta p o r el ATP
Las células necesitan energía para realizar casi todas sus actividades, al
gunas de las cuales se ilustran en la figura 8-1. La energía es tomada de mo
léculas de ATP. Estas, a pesar del insignificante espacio que ocupan, permi
ten tener al alcance una gran cantidad de energía de fácil disponibilidad, de
modo que pueda ser utilizada tan pronto y donde se la necesite. La energía se
halla depositada en las uniones químicas entre los fosfatos del ATP — unio
nes de alta energía— , aunque suele utilizarse solamente la que involucra al
fosfato terminal (figs. 2-3 y 8-2). Así, cuando el ATP se hidroliza, junto con
la liberación de energía se genera ADP y un fosfato (fig. 8-3). Como vemos,
el ADP se comporta como una pequeña “batería descargada”, que al cargar
se por la unión de un fosfato se convierte en ATP, la “batería cargada”.
Las usinas generadoras de moléculas de ATP son las mitocondrias, que to
man la energía depositada en las uniones covalentes de las moléculas de los
alimentos y la transfieren al ADP. Una vez formado, el ATP sale de la mito-
condria y se difunde por la célula, de modo que su energía puede ser usada
para las distintas actividades celulares. Al removerse la energía del ATP, se
reconstituye el ADP, que reingresa en las mitocondrias para recibir una nue
va “carga” de energía. E squem a que m ues
F ig . 8 - 1 .
Las células poseen una enorme cantidad de mitocondrias, cada una de las tra a la m itocondria com o l a
cuales produce innumerables m oléculas de ATP. Estas, como las m itocon planta de producción energé
tica de la célula. El ATP pro
drias, se localizan cerca de los sitios de consumo. ducido se em plea, entre otras,
en las funciones indicadas.
8 - 2 . La e n e rg ía es to m a d a de los a lim e n to s
F U N C I ON E S DE LA CEL UL A Q U E R E QU I E RE N ENERGI A
Al provenir la energía de los alimentos, en últi
MITOSIS - MEIOSIS
ma instancia procede del sol. En las plantas, a par
MOTILIDAD - CONTRACCION .
tir de C 0 2 y H 2 0 , la luz solar da lugar a una serie
BIOSINTESIS DE
de reacciones que — además de generar 0 2— con MATERIALES CELULARES
vierten la energía lumínica en energía química, que
TRANSPORTE ACTIVO
queda depositada en las uniones covalentes de las
TRANSMISION DE SEÑALES •
m oléculas de los vegetales (cap. 9-4) (tabla 8-1).
ENDOCITOSIS - EXOCITOSIS J
La energía de los alimentos vegetales es tomada
por los animales herbívoros, que a su vez sirven de A D P + P ATP
alimento — y fuente de energía— a los animales
carnívoros. L MITOCONDRIA
J
Las sustancias alim enticias se clasifican en hi
dratos de carbono, j’iasns, proteínas, minerales y HIDRATOS DE CARnONO
CEH) CO., . 11 ,0
NH 2
O 0 0
N II II II
CHj O>
—P—O—P - -o —P—'
1 1 i
o-
o-
O"
En cloroplastos , .. En m itocondrias
R eacción endergóm ea: R eacció n exergónica:
Energía + C 0 2 + H 20 -^> A lim entos + 0 3 A lim entos +. 0 2 —-> Energía + C 0 2 + H20
H idroliza agua Form a agua
Libera 0 2 Libera C 0 2
Sólo en presencia de luz Independiente ile la luz
IVrlótlu ;» ( O lllllU U l
8. L A S M IT O C O N D R IA S ■ 161
0 0 0 0 0 0
II II II II II II
O _p_0~ + ► R — 0 — p — 0 — P— ( + H O — P— 0 “ + H+
Q. -
0. -
0
HgO
cc
1
1
1
1
1 i i
i l 1 1 1 1
O" o" 0“ o" 0“ CT
ATP A D P P¡
léculas y se form a H20 y C 0 2, respectivamente. La gradualidad arriba men F ig . $-3. H idrólisis y síntesis
deJ ATP.
cionada resulta de tales oxidaciones, puesto que éstas se cumplen paso a pa
so y en algunos de esos pasos se liberan pequeñas porciones de energía. Si las
oxidaciones no fueran graduales, la energía química se liberaría súbitamente
y se disiparía como calor.
Deberá recordarse que una molécula se oxida no solamente cuando gana
oxígeno (O) sino también cuando pierde hidrógeno (H). Debido a que éste
puede disociarse en un electrón (e~) y un protón (H*), en un sentido general
toda remoción de e~ de cualquier átomo o molécula constituye una reacción
de oxidación.
Si el e~ removido proviene de un átomo de H, el H+ resultante puede per
m anecer en la molécula oxidada (que entonces queda con una carga positiva)
o puede ser removido y pasar al medio acuoso. Ulteriormente los e~ y los H+
pueden volver a unirse — para componer nuevos átomos de H— , por ejem
plo, cuando son transferidos e~ y H + al 0 2 y se forma H 2 0 .
Toda oxidación de un átomo o de una molécula está atada a la reducción
de otro átomo o de otra molécula, que entonces ganan hidrógeno o e_, o pier
den oxígeno.
Durante el procesam iento de los alimentos, en algunas reacciones de oxi
dación y reducción intervienen dos moléculas intermediarias cardinales: las
coenzimas nicotinam ida a d en in a dinucleótido (NAD) y flavina adenina
dinucleótido (FAD) (fig. 8-4). En su form a oxidada la primera se representa
con la sigla NAD+, y en su form a reducida con la sigla NADH. La segunda,
con las siglas FAD y FADH2, respectivamente.
Apenas los alimentos son ingeridos, los polisacáridos, los lípidos y las
proteínas que los integran comienzan a ser escindidos en moléculas cada vez
o H O
ü. II I II
Orí
N
NH2
H 3C—
H 3C— Cv c—o
H
N
I I
H H— C — H
H— C— OH
I
H— C— OH
I nh2
H—C— OH
I
H— C— H N^'C-'-N,
I ii KC
I HCV ° - v
O
"O — P— O — P— O C H 2 o
F ig . 8-4. E stru ctu ra quím ica
d e la n ico tin am id a adenina
d in u cleó tid o (N A D 1) y de* la
HO flavina adenina dinuclcólido
I Al) (I■AI >)
162 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Citocromo oxidasa
8 - 6 . La glucólisis tie n e lugar en el citosoi
4 AT M ediante una serie de reacciones químicas
— agr upadas con el nombre de g lu c ó lis is — en las
2H+ + Vfe 0 2-
H2° que intervienen 1 0 e n z im a s consecutivas locali
zadas en el citosoi— , cada m olécula de g lu c o s a ,
8-5. E squem a general de que posee 6 átomos de carbono, da lugar a dos moléculas de p ir u v a to , que
Im degradación de los alim en
constan de 3 carbonos cada una (figs. 8 - 6 y 8-11).
tos una vez incorporados al
o rg an ism o : 1) d eg rad a ció n Al comienzo de este proceso -—que constituye la segunda etapa de la de
en/,m ullica en el tubo digesti gradación de los glúcidos— se invierte la energía de dos ATP. No obstante,
vo; 2) glucólisis en el citosoi;
debido a que de inmediato se generan cuatro, se ganan dos ATP, uno por ca
i) desenrboxilación oxidali-
vn; <1) ciclo de K rebs; 5) fos- da piruvato.
loiilación oxidulivji, A d e m á s, una |)¡irlc (le la energía lib erad a duranle la glucíM lsis no es trans
teiiiln dilectam ente ni A l 1* sino que p rom ueve la redui i mu cli dos NAI >'
8. L A S M IT O C O N D R IA S ■ !(> '
0 0
° II © II
c —0 ~ c -c r 3 -F osfogltceraio c - opoi-
I 1 1 tosíalo d e sh id ro g e n as
HCOPOj" < ------------------ HCOH HCOH
I I I
CH,OH CHj OPOj ' CHjOPOS' JCH,0H
ATP NADH NAD*
2-Fosfogllceralo 3 -F osIogllceralo ( x 2) 1,3-D Ü o slo g lfc e ra 1 o D ihidroxiacetona
(x 2 ) (x 2 ) (X )
2
fo s fa to (x 2 )
"• H j O (x 2 )
©
v _
0‘
O l*<)}
I 1!)». 8 - 6 . I{lu p u s «le lil fjrltlt'óli
Ni» V l'tl/llllilM illtl •I Vllili lll<
164 B F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
C H 3 H o
I I II
O — C H j— C — C — C — N — ( C H á , — C — N — (C H 2) , — S- -c —c h 3
I I II II
c h 3 o h O O A C E T IL O
Fig. 8-7. Estructura química una pequeña fracción se aprovecha para generar un A T P en forma directa
de la^acetilcoenzima A (acetil (aunque por vía del GTP), pero la mayor parte es utilizada para reducir tres
N A D + — que entonces se convierten en otros tantos NADH— y un F A D , que
pasa a su estado reducido o F A D H 2.
En el segundo üempo, contemporáneo al del ciclo de Krebs, los NADH y
los FADH 2 son oxidados en sendos puntos al comienzo de una serie de com
plejos moleculares que se agrupan con el nombre de cadena tra n s p o rta d o ra
de electrones (o cadena re sp ira to ria ), de modo que los NADH y los FADH 2
vuelven a convertirse en NAD* y FAD, respectivamente. Cuando ambos di-
nucleótidos son oxidados, la energía depositada en sus moléculas se libera y
es transferida al ADP que se halla en las mitocondrias, el cual, dado que se
fosforila, se convierte en ATP.
Esta etapa — la quinta y última en la degradación de los glúcidos— , por
que da lugar a oxidaciones acopladas a fosforilaciones recibe el nom bre de
fosforilación oxidativa (fig. 8-5).
---------------------- ADN
ATP sintasa
Membrana externa
M a tr iz
Membrana interna
lulares, como los espermatozoides, los adipocitos y las céluias musculares es
triadas, las mitocondrias se hallan inmovilizadas en lugares fijos.
8-11. Las m itocondrias poseen dos m em branas y dos com partim ientos
Las m itocondrias poseen dos m embranas — una externa y otra interna— ,
que dan lugar a dos compartimientos, el espacio intermembranoso y la m a
triz mitocondrial (figs. 8 - 8 y 8-9). M encionaremos las características y las
moléculas de mayor interés de estos cuatro componentes.
M a triz m itocondrial. La matriz mitocondrial contiene numerosas m olé
culas, entre ellas:
1) El complejo enzimático piruvato deshidrogenasa, responsable de la
descarboxilación oxidativa (fig. 8 - 1 1 ).
2) Las enzimas involucradas en ¡a (3-oxidación de los ácidos grasos (fig.
8 - 10 ).
3) Las enzimas responsables del ciclo de Krebs, excepto la succinato des
hidrogenasa (fig. 8 - 1 1 ).
4) La coenzima A (CoA), la coenzima NAD+, ADP, fosfato, 0 2, etc.
5) Gránulos de distintos tamaños, compuestos principalmente por Ca2+
(fig. 8-9).
6 ) Varias copias de un ADN circular (sección 8-26) (figs. 8-9, 8-16 y 8-18).
M e m b ra n a M embrana
C IT O S O L CO, externa intern a
i
ESPACIO INTERMEMBRANOSO
¿ S # ^rtSwnmm üiiiHSffiiiSi
^ t,; ^ p í ! H W 8 m « ii l W 8SSí
Jtp
O O C o ,A
, C 02 ( P¡ + G D P GTP
" :• II II
P i r u v a t o ^ -----------------------^► CH3- C - C - OH 7 ^ C c h 3-'C — C o A v -- > 2CO g ; i-
m
te;
| |
A cido jj i :
g raso
♦ ATP
t!— -A D P
d é *
merables copias de estos conjuntos en el plano de la bicapa lipídica. Cada uno F ig . 8-10. R epresentación g rá
fica d e la m itocondria. Se ilus
se compone de cuatro complejos proteicos relativamente grandes, llamados
tran las reacciones co rresp o n
N A D H deshidrogenasa (I), succinato deshidrogenasa (II), b-c¡ (III) y cito- dientes a la descarboxilación
cromo oxidasa (IV ), entre los cuales se encuentran dos transportadores de oxidativa (verde), al ciclo de
Krebs (rojo), a la P-oxidación
electrones pequeños, denominados ubiquinona y citocromo c.
d e los ácidos grasos (am a rillo )
Debe señalarse que la succinato deshidrogenasa es una de las enzimas del y a la fosforilación oxidativa
ciclo de Krebs y que funciona asociada a otra proteína de la membrana mito- (azul). L a acetil C oA deriva
tanto de la descarboxilación
condrial interna, la coenzim a FAD (figs. 8-5 y 8-11). Además, que el citocro
oxidativa com o de la P -oxida
mo c no es una proteína intrínseca de esta membrana sino una proteína peri ción de los ácidos grasos y es
férica que apunta al espacio intermembranoso (fig. 8 - 1 0 ), y que la ubiquino el punto d e partida del ciclo de
K rebs. I, N A D H deshidroge
na es una m olécula no proteica que puede alojarse en la zona apolar de la bi
n asa; 11, S uccinato d esh id ro
capa lipídica merced a su cadena de 1 0 isoprenos, que es hidrofóbica (caps. genasa (y FAD ); U bi, U biqui-
2-7 y 3-2) (fig. 2-24). tina; III, C om plejo b -c ,; Cil,
C itocrom o c; IV , Citocrom o
2) La ATP sintasa, que es un complejo proteico ubicado en las inmedia
oxidasa.
ciones de la cadena transportadora de electrones (figs. 8-10 y 8-12). Presen
ta dos sectores, uno transmembranoso (porción F 0), que tiene un túnel para
el pasaje de H+, y otro orientado hacia la matriz m itocondrial (porción F ,)
(fig. 8-13). Este último cataliza la form ación de ATP a partir de ADP y fosfa
to, o sea, es el responsable de las fosforilaciones a que hace referencia el tér
mino “fosforilación oxidativa” . El origen de la energía requerida por la por
ción F, de la ATP sintasa para que pueda concretar tales fosforilaciones será
analizado más adelante.
3) I In l'oslolípido doble el difosfalidilgliccrol o cardiolipina ilustrado en
l:i finura ’ I / . que impide el pasaje de cualquier soluto a Iraviís de la bien
p .l I } 111111< ,l e m I |i|n ( I , I I >, I I ,1 1, NI I , V il e n l i r , |'l
168 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
FU N C IO N ES DE LAS M IT O C O N D R IA S
8 -1 2 . La función principal de las m itocondrias es g e n era r ATP
Vimos que mediante la descarboxilación oxidativa, el ciclo de Krebs y la
fosforilación oxidativa, la m itocondria traslada al ADP — para form ar ATP—
la energía existente en las uniones químicas de las moléculas alimenticias.
Analizaremos estos tres procesos en el escenario biológico donde tienen
lugar, es decir, en el andamiaje estructural provisto por la mitocondria.
CoA
Piruvato deshidrogenasa
COOH II Aconitasa
Acortitas
Succinato
deshidrogenasa COOH
r \,
H?0
I
CH 2
COOH
I
HC— COOH Acido isocll
C
Acido succínico
Succinato
CoA + CH nuinasa
a-Cetogiutarato
deshidrogenasa COOH
co2 ^ 1
COOH ch 2
I I '
CH 2 NAD+ c h 2
NADH H+
ADP CoA NADH C=0
ATP I
o = c — s -CoA COOH
Succinil CoA Acido a-cetoglutárico
Puesto que se necesitan dos vueltas del ciclo de Krebs para procesar a los F ig . 8-11. La descarl» i»x Ü m
dos acetilos derivados de la glucólisis de una m olécula de glucosa, cada uno ción oxidativa y el ci* lo <l<
K rebs (o ciclo del ácido
de estos m onosacáridos da lugar a dos ATP, seis NADH y dos FADH2. Debe co) en las mitocondrin.s.
advertirse que el ATP se forma a partir de GTP, que es el nucleósido trifosfa representadas las rcncc
to surgido del ciclo. las enzim as intervinien
los productos de ambo?
Como se aprecia en la figura 8-11, la enzim a del ciclo de Krebs encarga cesos.
da de transferir el H 2 al FAD es la succinato deshidrogenasa (vimos que la en
zima y la coenzim a se localizan en la membrana mitocondrial interna).
En la m isma figura puede advertirse que junto al primero y al tercer
NADH surgidos del ciclo de Krebs aparecen sendos II', pues los sustratos
oxidados, ;i diferencia de In que acontece en la j’lueijlisis, en l;i deseuiboxiln
eióu oxiduliva y eu l.i Iniiu.it ion del secundo NADII mu ido del ( icio de
k irh . ceden un 1 1 , en lupu <1* un II
170 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
MATRIZ MITOCONDRIAL
:: *
Ü
ATP i;
U biquinona Citocrom o c s in ta s a };
í¡i^V«.!5FÍ;Sip
w m m m
H+ H+ H+ H’
N A D H -> NAD* t 1 H* + 2 r
CITOSOL MITOCONDRIA
NADH H+ FADH2
F ig. 8-14. M odo com o actúa ! Glicerol 3-fosfato Glicerol 3-fosfato
la lanzadera de glicerol 3-fos- deshidrogenasa deshidrogenasa
NAD+ FAD
fato para tran sportar a la mi-
tocondria los electrones de los
N AD H generados durante la Glicerol 3-fosfato ----------
glucólisis.
Cabe ahora indagar sobre el destino de los e~, los cuales, luego de perder
una parte sustancial de su energía, abandonan la cadena respiratoria y regre
san a la matriz mitocondrial. Se combinan con los H+ venidos del espacio in
termembranoso y el 0 2 proveniente de la atmósfera, lo que da lugar a la for
mación de H 20 (figs. 8-10 y 8-12). La atracción de los e~ por el 0 2 se debe a
que poseen una gran afinidad por éste, mayor que la que tienen por la cito-
cromo oxidasa, lugar por donde salen de la cadena respiratoria. Con la for
m ación del H20 culm ina la fosforilación oxidativa.
Se necesitan 4 e~ y 4 H+ por cada 0 2 para que se produzcan 2 moléculas
de H 2 0 , que es uno de los productos finales del metabolismo (el otro es el
C 0 2). El H20 pasa de la m itocondria al citosol, donde puede quedar retenida
o salir al espacio extracelular.
CITOSOL MITOCONDRIA
NAD+ NAD+
Malato Malato
deshidrogenasa deshidrogenasa
- NADH H+ NADH H+ -
Oxalacetato Oxalacetato
I''ÍK. 8-15. M odo com o actúa
la lanzadera de m alato-aspar- Aspartato amino- Aspartato amino-
l.ilo para transportar a la m ito transterasa
«om lria lo-, clei'l roñes de lo:.
NAI >i I i'.cnrrmli r. iltitnnli In A s p a rta to Aspartato
j'lm nli .r.
8. L A S M IT O C O N D R IA S ■ 173
mmmm
w m ám
178 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
R ec ep to r
psss
MATRIZ
8 - 2 9 . P robablem ente las m itocondrias deriven de bacterias aeróbicas Fig- 8-20. M odo co m o ingrc
sa en la m atriz mitocondriíil
Vimos que las mitocondrias se reproducen por fisión binaria, como lo ha- Una proteína procedente del
cen las bacterias. Esta no es la única semejanza con los procariotas; se pare- citosol.
cen también en sus formas y medidas y porque poseen varios componentes
comunes. Tales semejanzas han llevado a sugerir que las mitocondrias son un
producto evolutivo de bacterias aeróbicas.
Sustentan esta teoría otros supuestos. Así, se cree que las primeras células
eucariotas eran anaeróbicas y que cuando la atmósfera terrestre se hizo rica
en oxígeno incorporaron en sus citoplasmas bacterias aeróbicas que, tras su
cesivos cambios adaptativos, se convirtieron en las actuales mitocondrias. La
simbiosis les permitió a las células eucariotas aprovechar el oxígeno atmos
férico, por lo que comenzaron a producir una m ayor cantidad de energía a
partir de la misma cantidad de alimentos. Paralelamente, la membrana plas
mática de la célula eucariota quedó eximida de realizar procesos energéticos
y pudo concentrarse en otras actividades, como controlar la transferencia de
solutos, posibilitar la entrada y la salida de macromoléculas, recibir y emitir
señales, etcétera.
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Los cloroplastos q
Energía celular II w
Los plástidos son organoides especiales de las células vegetales. Los más
comunes y de mayor importancia biológica son los cloroplastos (fig. 1 -6 ),
que junto con las mitocondrias constituyen las maquinarias bioquímicas que
se encargan de producir las transformaciones energéticas necesarias para
mantener las funciones de las células. En el caso de los cloroplastos, atrapan
la energía electromagnética derivada de la luz solar y la convierten en ener
gía química mediante un proceso llamado fotosíntesis. Luego utilizan esa
energía junto con el C 0 2 atm osférico para sintetizar varias clases de m olécu
las, algunas de las cuales sirven de alimento para las mismas plantas y para
los organismos heterótrofos herbívoros (cap. 1-4) (fig. 1-2).
Los cloroplastos se caracterizan por poseer pigmentos (clorofilas, carote-
noides) y, como se dijo, en ellos tiene lugar la fotosíntesis. Por este proceso
producen oxígeno y la mayor parte de la energía química utilizada por los or
ganismos vivos. La vida se mantiene gracias a los cloroplastos. Sin ellos no
habría plantas ni animales, ya que estos últimos se alimentan de lo produci
do por los vegetales; así, puede decirse que cada molécula de oxígeno usada
en la respiración y cada átomo de carbono presente en sus cuerpos pasaron
alguna vez por un cloroplasto.
Además de los cloroplastos existen otros plástidos con pigmentos, agru
pados bajo la denominación genérica de crom oplastos. En los pétalos, frutos
y raíces de ciertas plantas superiores hay cromoplastos amarillos o anaranja
dos. En general, éstos tienen menor contenido de clorofila y por lo tanto me
nor actividad fotosintética. El color rojo del tomate maduro se debe a la pre
sencia de cromoplastos cuyo pigmento rojo, llamado licopeno, pertenece al
grupo de los carotenoides. En las algas rojas existen cromoplastos que con
tienen, además de clorofila a y carotenoides, un pigmento rojo y un pigmen
to azul, la ficoeritrina y la ficocianina, respectivamente.
Otros plástidos son incoloros. Se denominan leucoplastos y se encuentran
tanto en las células em brionarias como en las células de los órganos de las
plantas que no reciben luz. Debe señalarse que los plástidos de las células de
los cotiledones y de los esbozos foliares del tallo inicialmente son incoloros,
pero más tarde comienzan a acum ular clorofila y adquieren el color verde ca
racterístico de los cloroplastos. Sin embargo, las células diferenciadas poseen
leucoplastos verdaderos que nunca se vuelven verdes. Algunos leucoplastos
a los que se les d» el nomine de m niloplastos— producen y acumulan grá-
nulos de almidón. <'m n ™ di lilmsomas, lilaeoides y pigmentos y son muy
ahiindimli". en l.r. *elnl i «l* I » i n< <-.'y <lr lo:; liihéiculos
182 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
los, A luí,jo. I ;,M|UCinu iriilim ciisíom il tic* dos j'uinn y de lilín.'oidt", qnr uiiuvu niiii In <".in>iim
d rl cloroplHsio,
9. LO S C L O R O P L A S T O S ■ 183
todos los tilacoides están interconectadas, de modo que existiría un solo es
pacio tilacoide (fig. 9-4).
Por lo tanto, el cloroplasto tendría tres compartimientos: el interm em bra
noso (entre la membrana externa y la membrana interna), la estroma (entre la
membrana interna y la membrana tilacoide) y el espacio tilacoide. Se verá
que desde el punto de vista funcional el espacio tilacoide equivale a la matriz
mitocondrial.
FOTOSINTESIS
9 -4 . En la fo to sín tesis ía energía lum ínica se convierte
en energía quím ica
La fotosíntesis es una de las funciones biológicas fundamentales de las
células vegetales. Por m edio de la clorofila contenida en los cloroplastos, los
vegetales verdes son capaces de absorber la energía que la luz solar emite co
mo fotones y transformarla en energía química. Esta se acumula en las unio
nes químicas entre los átomos de las moléculas alimenticias que se forman
con el concurso del C 0 2 atmosférico. En el capítulo 8-15 se analizó la fosfo
rilación oxidativa que se cumple en la mitocondria, mediante la cual se pro
cesa la energía contenida en las sustancias alimenticias. La fotosíntesis es, en
cierta medida, un proceso inverso, de modo que los cloroplastos y las m ito
condrias poseen muchas semejanzas estructurales y funcionales.
En la fotosíntesis la reacción principal es:
Membrana
t ila c o id e
aiumlMumimn ¡ I S if í!
Espacio tilacoide
m rn !
F ig . 9-4. Esquem a q u e ilustra
E strom a nninnniiwiUittBiimiímmiiiimmfiiunmnttiKimtuinmimiv la continuidad del espacio ti
lacoide y cóm o se halla sep a
rado de la estrom a.
he
ESTROM A
k P¡ + ADP
4e“
2H ?0
4H ++ 0 2
ESPACIO TILACOIDE
hacia la estroma y se encarga de capturar la luz, y el centro de reacción, que F ig . 9-6. E structura m olecu
lar de la m em brana tilacoide.
da hacia el espacio tilacoide. La antena ha sido comparada con un embudo y
L a línea gruesa m arca el flujo
su pared se compone de agregados de proteínas y pigmentos, especialmente de electrones a través de una
de clorofila a, clorofila b y carotenoides. Por su parte, el centro de reacción cadena de com plejos m olecu
lares. La energía lum ínica es
contiene varias proteínas asociadas a m oléculas de clorofila de tipo P680.
captada p o r el fotosistem a II.
C om plejo b-f. Este complejo contiene una protema de 17 kDa asociada a Se p ro d u ce la fo tó lisis del
los citocromos b y f, y una protem a con un centro Fe-S. H 20 en el interior del tilacoi
de y los electrones son trans
Fotosistem a I. Es un complejo molecular que, como el fotosistema II, po
m itid o s a la p lasto q u in o n a
see una antena captadora de energía lumínica, integrada por proteínas, clo ( P 0 . De allí pasan al com
rofila a, clorofila b y carotenoides, y un centro de reacción, compuesto por plejo b-f y luego a la plasto
cian in a (PC). E sta los trans
proteínas y moléculas de clorofila de tipo P700.
fiere al fotosistem a I, que ab
NA D P red u ctasa. Este complejo reduce al NADP* tomado de la estroma sorbe luz. Luego los electro
y lo convierte en NADPH, Los H+ necesarios para la reducción pertenecen a n es son transportados a la fe
rredoxina y a la N A D P
la estroma.
red u ctasa, que red u ce el
Como se observa en la figura 9-6, entre estos complejos se encuentran va- NADP* a N AD PH. L a acu
lias moléculas intermediarias: 1) la plastoquinona, entre el fotosistema II y m ulación de protones (H*) en
el interior del tilacoide crea
el complejo b-f (equivale a la ubiquinona de las mitocondrias); 2 ) una peque-
un g radiente con respecto a la
ila proteína llamada plastocianina, entre el complejo b-f y el fotosistema I, y estrom a, de m odo que los H +
<) la ferredoxina, entre el fotosistema I y la NADP reductasa. salen a través de la ATP sinta
sa y se produce ATP. (C ortesía
d e L. B ogorad; m odificado.)
'i-9 . La m em brana de los tilacoldes posee ATP sintasa
J
9. LO S C L O R O P L A S T O S B 189
luz
6 C 0 2 + 12 H , 0 ---------- > C „H 120 6 + 6 0 2 + 6 H ,0 ,
que representa una acumulación de 686.000 calorías por mol. Esta energía es
proporcionada por 12 moléculas de NADPH y 18 de ATP, que contienen
750.000 calorías. Así, la eficiencia alcanzada por el ciclo fotosintético llega
al 90%.
Como hemos visto, los fotones absorbidos por la clorofila y otros pigmen
tos primero son convertidos en energía química bajo la forma de ATP y
NADPH. Durante esta fase fotoquímica el H20 pierde su 0 2, el cual se libe
ra hacia la atm ósfera como un producto secundario. La reducción del C 0 2 se
produce en la oscuridad (no necesariamente), siempre que haya ATP y
NADPII. Los producios d e i :i« luso son hexosas, a partir de las cuales, en
o l i o : ; I n c a l e s d e la i >lula c p m i a u diversas clases de ludíalos d e carbono,
l l p id n 'i y [ m il i I n .i'
190 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
N U C LE O
A D N
0 AR N m P re c u rs o r
/ C LO R O P LA S TO ^ S u b u n id a d
r pequeña
i S u b u n id a d
—MÍ
R D C asa
AD N A R N m -
g ra n d e Fig. 9-9. M odelo propuesto
para la síntesis de la enzim a
ribulosa 1,5-difosfato carb o
C IT O S O L
xilasa {RDCasa). (D e P. E.
Highfield y R. .1. Ellis.)
B IB L IO G R A F IA
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Los peroxisomas
Destoxificación celular
II I l iiliiiin v S .......
194 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
En las células hepáticas y renales la catalasa actúa también como una en
zima destoxificante. Para ello, ante la presencia de ciertos tóxicos, en lugar
de convertir al H 2 0 2 en H20 y 0 2 utiliza al H 2 0 2 para oxidarlos y neutralizar
su toxicidad. La reacción puede expresarse mediante la siguiente ecuación:
catalasa
H 20 , + T H , ------------------ > 2 H , 0 + T
Se cree que los pero x iso m as tienen una vida m edia de 5 a 6 días, al cabo
I
de los cuales son elim inados po r autofagosom as. Su núm ero se restablece del
m ism o m odo com o lo hacen las m itocondrias (cap. 8-23), m ediante la dupli
cación de pero x iso m as “jó v e n e s” , es decir, po r fisión b in aria de peroxisom as
p reexistentes (fig. 10-2). C om o es obvio, antes de la m itosis se produce la du
I Fisión
plicación de todos los pero xisom as de la célula. P ara que la fisión binaria se
concrete, prev iam en te deben duplicarse las estructuras que integran el pero-
xisom a.
A sí, la b icapa lipídica de su m em brana crece por el agregado de fo sfo líp i
A
dos ex traíd o s del RE, los cuales son transferidos de una m em bran a a otra por
proteínas in te rca m b ia d o ras (fig. 8-17).
F ig . 10-2. R eproducción de
P o r su parte, las pro teín as que se incorporan a la m em brana o a la m atriz
los peroxisom as.
del p ero x iso m a provienen de ribosom as libres en el citosol, e ingresan en el
organoide una vez q u e se han plegado (cap. 4-5). Son conducidas se lectiv a
m ente al p ero x iso m a p o rq u e poseen, cerca del extrem o carboxilo, un péptido
señal esp ecífico com p u esto por tres am inoácidos (serina, lisina, leucina)
(cap. 4-4) (tabla 4-1). El p éptido señal es reconocido po r un receptor p ro tei
co que resid e en el citosol, el cual, á su vez, interactúa con una p ro teín a es
p ecífica de la m em b ran a del organoide.
Los canales que atraviesan la m em brana del peroxisom a p a ra el paso de
las proteínas no han sido identificados.
[.a m u tació n del gen que codifica la síntesis de una proteína pertenecien-
lc a la m em brana de los peroxisom as — involucrada ap arentem ente en la in
co rporación de las en zim as oxidativas a la m atriz— g enera un cuadro llam a
do s ín d ro m e de Z e llw e g e r, caracterizado po r la presencia de peroxisom as
“vacío s” . L os p acien tes m ueren antes del prim er año de vida.
I ,u diferencia con cl ciclo de K rebs radica en que el ciclo del glioxilato re
quiere ilos moléculas di- acetil C oA y utiliza dos enzimas exclusivas, la iso-
i Míalo liasa v la mal.ilo sinlasa. Las oirás iros enzimas de este cielo, la acó
ni! i'.ji la muíalo de Iihlnir. im .1 v ti eiliato siiiliisn, conespouden lambien al
ii li. d> Kleh (In- H l I i
196 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
o=¿— S — C o A
Las células de las hojas verdes poseen un tipo de peroxisoma que median
te una oxidasa específica cataliza la oxidación de una molécula de dos carbo
nos, el glicolato. Este se sintetiza en el cloroplasto en los días secos de sol in
tenso. La oxidación del glicolato consume 0 2 y produce H 2 0 2 y glioxilato.
Luego el H 2 0 2 es descompuesto por la catalasa del peroxisoma (en H 20 y 0 2)
y — siem pre en el peroxisoma— el glioxilato se convierte en glicina, que se
m etaboliza en la m itocondria y genera C 0 2.
Este proceso, en el que participan tres organoides — el cloroplasto, la mi
tocondria y el peroxisoma— , se denomina foto rresp iració n , ya que para la
síntesis y la oxidación del glicolato se necesita luz y 0 2 y se libera C 0 2.
B IB L IO G R A F IA
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La comunicación inter
celular y la transmisión
intracelular de señales
tras que en las células adiposas estimula 1.a lipólisís. Otras ve
ces, distintas sustancias inductoras producidos por células in
ductoras diferentes generan una sola clase de respuesta por
parte de uno o de varios tipos de células blanco. S u sta n c ia
inductora
1 1 -4 . Las sustancias inductoras se unen a los
receptores con una gran especificidad
IN D U C C IO N E S CELULARES M E D IA D A S
POR RECEPTORES CITOSOLICOS
11-6. Las horm onas e stero id eas se unen a receptores citosólicos
Las h o rm o n as esteroideas, las h o rm o n as tiroideas, la vitam ina D y el
ácido retinoico son sustancias inductores que se unen con receptores de las
células inducidas situados en el citosol. Las tres primeras generan induccio
nes endocrinas, ya que habitualm ente se vuelcan en la sangre. En cambio, el
ácido retinoico — una sustancia que interviene m ayormente durante el desa
rrollo embrionario (cap. 21-16)— da lugar a inducciones paracrinas.
Una vez en el citosol, la sustancia inductora se une a su receptor específi
co y ambos forman un complejo que ingresa en el núcleo. Allí el complejo se
combina con la secuencia reguladora de un gen particular, el cual se activa
(caps. 13-6 y 14-7). Su transcripción conduce a la síntesis de una proteína cu
ya presencia provoca la respuesta celular (fig. 1 1 -2 ).
Los receptores citosólicos son proteínas que poseen cuatro dominios (fig.
11-3): 1) uno diseñado para unirse al inductor; 2) otro flexible, que se dobla
como una bisagra; 3) otro que se une a la secuencia reguladora del gen, y 4)
otro que activa al gen.
Cuando la sustancia inductora se une al receptor, éste adquiere una forma
característica que le permite ingresar en el núcleo y unirse a la secuencia re
guladora del gen. Debe señalarse que en ausencia de la sustancia inductora,
el receptor permanece en el citosol unido a la c h ap e ro n a hsp90 (cap. 4-5),
la cual lo encorva. En cambio, cuando la sustancia inductora se une al recep
tor, éste se libera de la chaperona y adquiere una configuración extendida de
bido a que su dominio flexible se endereza. Como consecuencia, el receptor
puede ingresar en el núcleo y unirse a la secuencia reguladora del gen (fig.
11-3) (cap. 12-4).
R e g ió n q u e s e
a s o c ia a l g e n
I I . L A C O M U N IC A C IO N IN T E R C E L U L A R Y L A T R A N S M IS IO N IN T R A C E L U L A R D E S E Ñ A L E S ■ 201
O xido nítrico n
// //
0 O O
II 11 II y
Q_ -
0
o
P -O - p Guanilato
1
L L 1 1
0 O O ciclasa
HO OH
G TP G M Pc
E) NO secretado por las células endoteliales de los vasos sanguíneos tie F ig . 11-4. T ransform ación del
G T P en G M Pc al actuar el
ne como blanco a las células musculares lisas de los propios vasos (secreción
óxido nítrico sobre la guan ila
paracrina), que se relajan y producen vasodilatación. En algunos casos el pro to ciclasa.
ceso se inicia antes, cuando otra sustancia inductora — la acetilcolina—
emerge de los terminales axónicos que inervan a las células endoteliales e in-
leractúa con receptores localizados en sus membranas plasmáticas (fig. 11-5).
Debido a ello las células endoteliales producen óxido nítrico sintasa, una en
zima que genera NO a partir del aminoácido arginina. Finalmente, el NO se
cretado por las células endoteliales induce la relajación de las células muscu
lares lisas de los vasos.
Un ejem plo de inducción de esta clase corresponde a la dilatación de los
vasos sanguíneos del pene durante la erección. La vasodilatación es inducida
por el NO que secretan las células endoteliales de los vasos penianos ante la
Ilegada de estímulos nerviosos especiales. Otro ejemplo corresponde a la ni-
imgl¿cerina, que es un fárm aco que se emplea para tratar las crisis de angi
n a de pecho. A poco de su administración, los vasos coronarios obstruidos
se dilatan por períodos relativam ente prolongados debido a que la nitrogli
cerina se convierte en NO en forma lenta y gradual.
C E L U L A E N D O T E L IA L M U S C U LO L IS O
A c e t ilc o lin a
+
N O s in ta s a
Las sustancias inductoras que interactúan con los receptores que poseen ac-
l i vidad de se rin a-treo n in a q uinasa pertenecen a una familia de moléculas 1 1 a-
das TGF-/5 (por transfonning grow thfactor-p), cuyos miembros — algunos
:;e analizan en el capítulo 21-16— regulan diversas actividades celulares.
La figura 11-7 muestra que la llegada de la sustancia inductora a la mem-
Inana plasmática de la célula inducida reúne a las cuatro subunidades protei-
i as que integran el receptor, las cuales se hallan agrupadas de a dos y serían
diferentes entre sí.
A continuación, mediante fosfatos tomados de moléculas de ATP, los do
minios citosólicos de dos de las cuatro subunidades fosforilan a serinas y
i leoninas de los dominios citosólicos de las otras dos subunidades, que se ac-
l i van y fosforilan a serinas específicas de la proteína citosólica Sm ad (por se-
ven mothers against dpp, un gen de la Drosophila de los que hay siete análo
gos en los vertebrados).
Luego la Smad se une a otra protem a de su misma familia y ambas ingre
san en el núcleo, donde se combinan con factores de transcripción que acti-
S u sta n c ia inductora
88 1
1 Fig. 11-7. R ecep to r m em bra
noso cuyo dom inio citosólico
po see ac tiv id ad de serina-
treonina quinasa. O bsérvese
S m ad 1 Sm ad I que el receptor se com pone de
S m ad 2
inactiva activa cuatro subunidades — aparen
tem ente diferentes entre sí ,
las cu ales se retinen con la Me
gada de las dos snhunidades
NÚOlftO de la Nii.Htanciu Inductora y
forman un u v rp io r lid eró le
D
204 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
F ig . 11-10. R eceptor m em branoso cuyo dom inio cito F ig . 11-11. R eceptor m em branoso cuyo d om inio ci
sólico posee actividad de tirosina quinasa. El receptor tosólico posee actividad de tirosina quinasa. E l re
se com pone de dos unidades idénticas, las cuales se cep to r se com pone de dos unidades idénticas, las
reúnen con la llegada de las dos subunidades de la cuales se reúnen con la llegada de las dos subunida
sustancia inductora y fon^un un com plejo hom odi d es de la sustancia Inductora y form an un com plejo
m arico. ( )l»sri vese que rl irrc p tu i n« Ii va a la fosíoli hom odim érico. O bsérvese que r l receploi se une a
pilNll ( 1 y ( / ’/ ( ' /<■'//. I-l ili lili) . H.lnphiMiiúll. I» Ir,ti mui loNlalidiliiioNilol * qiiHiiiMii (/7 i A ) y In .u livn
206 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
S u sta n c ia inductora
Existen receptores que cuando son inducidos activan a una tirosina quina-
sa independiente de sus m oléculas, localizada en el citosol (fig. 11-12). Las
sustancias inductoras más conocidas que se unen a estos receptores son la
horm ona del crecim iento, la prolactina, la eritropoyetina (cap. 18-18), algu
nas citoquinas y los antígenos cuando se unen a los linfocitos B o T.
La vía de señales que nace en estos receptores com ienza cuando la sustan
cia inductora interactúa con las dos o tres subunidades que integran el recep
tor. En algunos receptores esas subunidades son iguales entre sí y en otros son
diferentes. Como muestra la figura 11-12, la llegada de la sustancia inducto
ra reúne a las subunidades, lo cual activa al receptor y origina una vía de se
ñales que llega al núcleo muy rápidamente, pues se vale de un escaso núme
ro de moléculas intermediarias.
Una de las primeras moléculas de esta vía de señales es la tirosina quina-
sa nom brada al comienzo de la sección. Entre las enzimas más difundidas de
este tipo se encuentra la tirosina quinasa JA K (por Janus ¡únase), que nos
servirá de ejemplo.
Así, apenas se activan los dominios citosólicos de las subunidades del re
ceptor, atraen a sendas JAK, las cuales se fosforilan recíprocamente y se ac
tivan (fig. 1 1 - 1 2 ).
Luego las JAK fosforilan a los dominios citosólicos del receptor, que se
vuelven a activar y atraen a unas proteínas citosólicas llamadas STAT (por
signal transducer and activators o f transcription), las cuales son fosforiladas
por las JAK. Como se ve, las JAK primero se autofosforilan y luego fosfori
lan a los dominios citosólicos del receptor y a las proteínas STAT.
Una vez fosforiladas, las STAT se dimerizan e ingresan en el núcleo (fig.
1 1 - 1 2 ), donde se combinan con proteínas especiales y forman complejos que
activan a diversos tipos de genes. Estos — y sus productos— varían según las
sustancias inductoras y las células inducidas. Por ejemplo, la prolactina hace
que las células de la glándula m amaria secreten leche, mientras que otras in
dlicciones regulan la proliferación de algunos tipos celulares, el desarrollo
embrionario, ele.
I 1. L A C O M U N I C A C IO N IN T E R C E L U L A R Y L A T R A N S M IS IO N IN T R A C E L U L A R D E S E Ñ A L E S ■ 207
S u s ta n c ia in d u c to r a
F ig . 11-13. R eceptor m em
branoso acoplado a una pro
teína G. A . En reposo. B. En
actividad.
O o o
íl II II
O
CL-
Q_-
p -
1
1
1_
1 1 1_
o o o
O AMPc
H ,0
Fosfodiesterasa
a e l i v a r i o n e s o i n h i b i c i o n e s , q u e e r s n n a p e n a s l.i m i I .i i i i i i u l m l o r a :.e \ e p a
11. L A C O M U N IC A C IO N IN T E R C E L U L A R Y L A T R A N S M IS IO N IN T R A C E L U L A R D E S E Ñ A L E S ■ 209
üulnasa A inactiva
► '>
G lucógeno fosforilasa
q u in a sa inactiva q u in a sa activa
G lucógeno fosforilasa
activa
0 G lucógeno G lu co sa 1-P
i ilimógeno s in ta s a G lu có g en o sin ta sa
activa inactiva
■uusecuencia del estrés liberan adrenalina, una sustancia inductora que se F ig. 11-17. U nidades regula
doras (R) y catalíticas (C) de
i iirlca en la sangre y llega a las células m usculares estriadas, a cuyas mem-
la quinasa A. O bsérvese la
Iii anas plasmáticas se une. Se conecta con un receptor mem branoso llamado unión del A M Pc con las uni
Pi-n<lrenérgico, que activa a la proteína G s. Dado que ésta activa a la enzi- dades reguladoras y cóm o las
unidades catalíticas fosforilan
imi «denilato ciclasa, se genera AMPc y se activa la quinasa A, cuyas sub-
a las enzim as citosólicas res
imnlades catalíticas fosforilan a dos enzimas citosólicas: la glucógeno fos- ponsables de la glucogenólisis
I' >i ilusa quinasa y la glucógeno sintasa (fig. 11-17). (A) y la glucogenogénesis (B)
e ingresan en el núcleo para
I .a glucógeno fosforilasa q u in asa se activa y fosforila a otra enzima, la
fosforilar a la proteína CREB.
ulucógeno fosforilasa, que degrada a! glucógeno m ediante la liberación pro-
l M ti va de sus monómeros, representados por m oléculas de glucosa 1 -fosfa-
hi (estimulación de la glucogenólisis).
I n cambio, la glucógeno sintasa se inhibe y deja de sintetizar glucógeno
i inirlir de moléculas de glucosa (detención de la glucogenogénesis).
( '(uno se ve, en las células m usculares estriadas la activación del recep-
iiii | 1 , ¡idrenérgico eleva la concentración de glucosa 1 -fosfato y de glucosa.
i nlir agregar que posteriorm ente estas dos hexosas se convierten en gluco-
i o fosfato por acción de las enzim as fosfoglucom utasa y hexoquinasa,
ii pe-divamente.
I )»do que para generar ATP el organismo consume glucosa 6 -fosfato
ii ii|■■.. K (i y 8-7) (fig. 8 -6 ), en situaciones de estrés recurre a ella en grandes
miniados a fin de sostener la contracción m uscular (cap. 5-33). Tal deman-
. 1 1 1 1 íii i- que parte de la glucosa 6 -fosfato requerida por los m úsculos sea pro-
i I I por el hígado. Para ello, a través también del receptor p 2 -adrenérgico,
i ' ulirimlina induce al hepatocito a producir glucosa 6 -fosfato m ediante las
reacciones de las células m usculares estriadas. Luego, una enzima
un .nía i-u la m em brana del REL, la glucosa 6-fosfatasa, transform a a la
........i (i loslalo en glucosa, que sale del hepatocito, pasa a la circulación
hu í i (cap. 7-27) y llega a las células musculares, donde la hexoquina-
i l.i n i «nivierte en glucosa 6 -fosfato con el fin de generar ATP (fig. 8 - 6 ).
• mui i |i 11 >|ilo di', respuesta inmediata mediada por la adrenalina se da en
I" ■i luí i iiiii'ii'tiliucs lisas del liilio dii'i'sfivo y los bronquios, I .n esle caso
212 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
p°r
°7 \
?\ 0 P - 0 - A - V - OH
P ro teín a G a
OH
i
C H j— C H - CH2
Fosfolipasa C-[3 O O
I
0 ¿ = 0 { = 0
1
C H j~ CH - (C H 2)n ( C H j)n
I
0 CH, CH,
1
c=o c=o
PIP*
I I
(C H 2)n (C H 2) n DAG
CH, CH,
F ig . 11-18. D ivisión del P IP 2 la adrenalina se une a un receptor diferente, llamado ct^-adrenérgico, que ac
en IP3 y D A G cuando actúa la
tiva a la proteína G¡, la cual funciona de una m anera distinta de la esperada,
proteína G q sobre la fosfoJipa-
sa C -p. puesto que no interviene su subunidad a — que según se vio inhibe a la ade-
nilato ciclasa— sino su complejo Py. Más aún, este complejo no se une a una
enzima sino a un canal de K+ de la m embrana plasmática, que se abre y per
mite que el K+ se escape de la célula. Debido a ello la m embrana plasmática
se hiperpolariza y su excitabilidad disminuye, con la consiguiente relajación
de las células musculares lisas mencionadas.
La figura 19-20 muestra un sector de la membrana plasmática del esper
matozoide en el que se ilustra otro ejem plo de respuesta inmediata distinta
m ediada por una proteína G. Obsérvese que aquí la subunidad a se une a la
adenilato ciclasa y que el complejo Py lo hace con un canal de Ca2+ localiza
do en la mem brana (cap. 19-18).
Los dos últimos ejemplos añaden un nuevo dato sobre las funciones de las
proteínas G, dado que en algunos casos sus complejos Py interactúan con ca
nales iónicos.
A continuación se analizará la actuación de las subunidades catalíticas de
la quinasa A que entran en el núcleo y generan respuestas tardías (fig. 11-17).
En el nucleoplasma, mediante un fosfato tomado de un ATP, cada subunidad
catalítica fosforila a una serina de una proteína llamada CR EB (por cAMP
response element binding protein), que se activa y se une a otra proteína nu
clear, denominada C B P (por CREB binding protein).
Luego el complejo CREB-CBP se une a la secuencia reguladora de algu
nos genes, más precisamente a un segmento llamado C R E (por cAMP res
ponse element). Dado que ello estimula la expresión de esos genes, puede de
cirse que la CREB y la CBP son factores de transcripción activadores (cap.
14-7).
La secuencia CRE se halla en genes relacionados con la proliferación y la
diferenciación celular. Además se encuentra en el gen de la somatostatina,
una horm ona producida por los islotes de Langerhans y la m ucosa del tubo
digestivo, que inhibe la síntesis de glucosa y la secreción de gastrina.
11
ciclasa, por lo que los niveles de AMPc se mantienen altos y la quinasa A per Fig. 11-19. Acción de la sub
unidad a de la proteína Gq so
manece activa. Como consecuencia, los canales de K+ mencionados en la sec
bre la enzim a fosfolipasa C-P
ción anterior se cierran y la excitabilidad del músculo liso bronquial aumen- (PLC-p).
la, por lo que el músculo se contrae en forma sostenida y causa la tos que ca-
lacteriza a la enfermedad.
El cólera es una enfermedad producida por la toxina del bacilo Vibrio cho-
terne, caracterizada por diarreas profusas, desequilibrios iónicos y deshidra-
Iación. Estos trastornos se deben al aumento de los niveles de AMPc en las
células de la m ucosa intestinal. Es que la toxina bloquea a la GTPasa de la
Mibunidad a de la proteína Gs, lo cual impide que el GTP se hidrolice a GDP
v P. Por consecuencia, la proteína Gs y la adenilato ciclasa se mantienen ac-
n vas y la enzima produce AMPc en forma sostenida. Dado que en las células
<lel epitelio intestinal el AMPc se une a un canal de Cl" de la membrana plas
mática, ese canal se abre y el ion pasa a la luz del intestino en forma masiva.
I a diarrea se debe a que el Cl" arrastra al Na* y a que ambos iones provocan
la salida de grandes cantidades de agua.
P r o t e í n a s G 13 o G ¡
0 0 0 0
F i g . 1 1 - 2 0 . Form ación d e P I P 3 I l l i
C=0 C=0 C =0 C=0
a p artir de P I P 2 cuando actúa
la proteína G ,3 o la proteína G¡ p lp 2 (CH2)„(CH2)„ P IP 3 (CH2)n(CH2)n
sobre la enzim a fosfatidilino- ch3 ch3
ch3 ch3
sitol 3-quinasa.
liffllllK f ffll
m¡i s l i l l a
F i g . 1 1 - 2 1 . A cción de la sub-
unidad a d e la proteína G l3 (A)
y del com plejo fty de la proteí
na G¡ (B) sobre la fosfatidil-
inosilol < c|tiinasa (V I .f K).
.11. L A C O M U N IC A C IO N IN T E R C E L U L A R Y L A T R A N S M IS IO N IN T R A C E L U L A R D E SE Ñ A L E S 217
P LC -p PIP2 PLC-Y
IR DAG Q u ina sa C R af R as
M EK
Pl 3-K PIP2 Pl 3 -K
P IP,
AC ATP A M Pc Q u ina sa A
11-20. La vía de tra n s m is ió n de señales q u e o rig in a la en zim a Pl 3 -K F ig. 11-22. A lgunas integra
se re la c io n a con la s u p e rv iv e n c ia c e lu la r ciones de las vías de señales
que nacen de receptores con
En la sección 11-12 se dijo que existen varias clases de fosfatidilinositol actividad de tirosina quinasa o
.'•quinasas (P l 3-K), entre ellas una que se activa mediante receptores con de receptores acoplados a pro
teínas G. P LC -fi, fosfolipasa
•irlividad de tirosina quinasa y otras que lo hacen mediante receptores aco C-|3; PLC-y, fosfolipasa C-y;
plados aproteínas G (figs. 11-11, 11-21 y 11-22). Debe agregarse que las se A C , adenilato ciclasa.
cundas se activan a través de la subunidad a de la p ro teín a G 13 o del com
plejo (3yde la p ro teín a G¡ (figs. 11-20 y 11-21).
Las Pl 3-K se hallan en el citosoi y todas producen los mismos efectos: le
.maden un fosfato al fosfatidilinositol 4,5-difosfato (PIP2) de la membrana
plasmática y lo convierten en fosfatidilinositol 3,4,5-trifosfato (P IP ¡). Así, el
l’ll >2 no sólo es fuente de IP 3 y DAG sino tam bién de PIP3.
Como m uestran las figuras 11-20 y 11-21, el PIP 2 se localiza en la mono-
eapa citosólica de la m em brana plasmática y es fosforilado en el sitio 3 del
mositol.
El estudio de las vías de señales nacidas en las Pl 3-K se completa en el
eapítulo 22-4 debido a que su interrupción conduce a la muerte celular.
ItlULIOGRAFIA
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I »1111*v KM., H ln m ri K I I IliMf1 V I I an d Krlirl ,1.11, 10 : 1 0 .',
i !')■)(,) .....ni I i ; p m li .......... I M A I“ I ni,iv ....... I I I mui M c y i ‘1 I I !<>*>/) F l e n u n f i u v eii li m i l i e I' iim
218 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Retículo
I ’oro nuclear endoplasmático
I nvolturaíMembr interna
nuclear |[^erribr. externa
Cromosomas
ARNr en el nucléolo, las ADN polimerasas, las ARN polimerasas, etc. Estas
proteínas son fabricadas en el citosol e ingresan en el núcleo por los poros de
la envoltura nuclear.
5) Los elementos mencionados se hallan dispersos en la m a triz n u c le ar o
nucleoplasm a, cuya composición es escasamente conocida.
ENVOLTURA NUCLEAR
1 2 -2 . La e n v o ltu ra n u c le a r está co m p u e s ta p o r dos m e m b ra n a s
c o n c é n tric a s a travesa das p o r poros
I .os 3.000 a 4.000 poros que posee la envoltura nuclear son mucho más
■|iic simples canales entre el nucleoplasma y el citosol. En ellos existe un con-
imilo de proteínas llamadas nucleoporinas, las cuales componen una estruc-
itna denominada com plejo del poro que consta de los siguientes elementos
ilir;.. 12-3 y 12-4):
I ) O cho colum nas p roteicas que forman una pared cilindrica en torno a
la cual la m em brana externa de la carioteca se continúa con la membrana in-
ii i na. En el lado citosólico los extremos de las columnas proteicas componen
mi anillo o boca interna del poro nuclear. En el lado externo ocurre algo si
milar.
.’.) P roteínas de an claje que amarran las columnas proteicas a la envoltu-
i i nuclear. Cada proteína se liga a una de las columnas, atraviesa la membra-
iia de la envoltura y su extremo sobresale en el espacio perinuclear.
Colum na proteica
C IT O S O L
Ran
\ /
\ /
G ¡ r J ^
N U C LE O
A
F ig . 12-5. A . Pasaje d e proteí 3) P ro teín as rad ia le s que surgen de las columnas y se orientan hacia el
nas d esde el citosol hasta el
centro del poro. Dado que se acortan y se alargan, convierten al complejo del
núcleo a través del com plejo
del poro. poro en un diafragma.
4) F ib rilla s p roteicas que nacen de las bocas interna y externa del com
plejo y se proyectan hacia el nucleoplasma y el citosol, respectivamente.
Además, una fibra circular une entre sí extremos distales de las fibrillas que
parten de la boca interna. M ás adelante se verá que las fibrillas proteicas in
tervienen en el pasaje de las proteínas a través del poro (fig. 1 2 - 6 ).
El complejo del poro m ide alrededor de 30 nm de altura y 100 nm de diá
metro. Sin embargo, las proteínas radiales reducen su orificio, cuyo diámetro
fluctúa entre 9 y 25 nm. A través de él pasan iones y m oléculas pequeñas y
grandes en ambas direcciones.
Generalmente los iones y las moléculas pequeñas se transfieren en forma
pasiva, sin gasto de energía. En cambio, las macromoléculas (proteínas y mo
léculas de ARN), antes de pasar fuerzan el acortamiento de las proteínas ra
diales, por lo que el complejo del poro se comporta como un diafragma que
adapta su abertura a las dimensiones de las moléculas que deben atravesarlo.
i .1 ro s o L
NES
Proteína
N IIC L E O
I ,a entrada de las proteínas en el núcleo se realiza mediante un mecanis- F ig . 12-5. B. Pasaje de proteí
nas desde el núcleo hasta el ci
iiin selectivo que permite el ingreso sólo de las apropiadas, las cuales poseen
tosol a través del com plejo del
mi péptido señal específico que abre el camino para que puedan pasar por el poro.
■omplcjo del poro.
I .os péptidos señal más estudiados se llaman NSL (por nuclear signal lo-
• ulixition) (cap. 4-4). Como muestra la figura 12-5A, no interactúan directa-
iik ule con el complejo del poro sino mediante una proteína heterodimérica
<Unominada im p o rtin a. Debido a que existen distintos tipos de NSL para di-
li i i-ules grupos de proteínas destinadas al núcleo, cada tipo de NSL requiere
iiiiii importina especial. Por otra parte, existen NSL que se unen a proteínas
ilislintas de las importinas, entre las que se encuentran unas que se volverán
i mencionar más adelante, llamadas tra n sp o rtin a s.
i :i pasaje de una proteína desde el citosol al núcleo a través del complejo
ili'l poro se produce en varias etapas. Son las siguientes y se ilustran en la fi
ema 1 2-5A:
I ) La proteína se une a la importina por medio del NSL y ambas molécu
la. se colocan cerca del complejo del poro. Lo atraviesan previo agranda-
mienlo de su diafragma, cuyo diámetro puede alcanzar los 25 nm.
.!) El pasaje requiere que la importina sea guiada por las fibrillas protei-
i ns externas e internas del complejo del poro de la m anera ilustrada en la fi-
)'iiia 1 2 - 6 .
() Durante el pasaje se gasta un GTP, cuya hidrólisis está a cargo de una
pioloína llamada R an (por Ras-related nuclear protein). Como se ve, se tra-
i i de un transporte activo.
I) La Ran pertenece a la familia de GTPasas que actúan asociadas a las
luiileínas reguladoras GEF y GAP. En ios capítulos 7-38 y 11-12 se dijo que
i ii,indo son influidas por la G E F , estas GTPasas intercambian el GDP inclui-
.ln en sus moléculas por un GTP, mientras que cuando son influidas por la
( ;A I’ liidmli/.an el GTP a GDP y P (fig. 11-9). La GEF y la GAP que se aso-
i i■ni ;i la Kan se localizan en el núcleo y en el citosol, respectivamente.
'O ( 'u n ió im ie s lm In l i s u r a I ’ 5 A , c u a n d o e l c o m p l e j o im p o r tin a p r o te ín a
i i i j .m i ..i e n el nm le o In Inti i h u illín n l.i k .m ( i l )!'
224 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
CITOSOL
Fibrilla
Fig. 12-6. Esquem a de] com
plejo del poro en el que se
ilustra la función de las fibri
llas proteicas que se proyec
tan hacia ei nucleoplasm a y el
citosol. NUCLEO
1) La proteína se une a la exportina por medio del NES. Sim ultáneam en
te, la GEF remueve el GDP de una Ran-GDP y lo reemplaza por un GTP, de
modo que se forma una Ran-GTP.
2) La Ran-GTP se une a la proteína por medio de la exportina.
3) Unidas entre sí, la Ran-GTP, la proteína y la exportina se acercan al po
ní nuclear y lo atraviesan previo agrandamiento de su diafragma, cuyo diá
metro puede alcanzar los 25 nm.
4) Al igual que la importina, durante el pasaje la exportina es guiada por
las fibrillas proteicas del complejo del poro.
5) Al cabo del pasaje, inducida por la GAP, la Ran-GTP hidroliza el GTP
¡i (¡DP y P, de lo que resulta una Ran-GDP.
6 ) Ello hace que la Ran-GDP se independice de la exportina, la cual, a su
CROM OSOMAS
i '¿-5. El m aterial de que están form ados los cromosomas
es la crom atina
I '} -6. El crom osom a posee un centróm ero, dos telóm eros
y numerosos orígenes de replicación
el ADN de otros telómeros o puede ser degradado por una nucleasa. Normal
mente estas contingencias no ocurren porque el ADN telomérico se dobla so
bre sí mismo (adopta la forma de un lazo) y es protegido por un capuchón de
proteínas llamadas T R F (por telomeric repeat binding factor) (fig. 17-12).
3) En el capítulo 17-4 se verá que la enorme longitud del ADN exige que
su replicación se inicie en muchos puntos a la vez a fin de que su duración
sea relativamente breve. Esos puntos se denominan orígenes de replicación
y en ellos el ADN posee secuencias de nucleótidos especiales. Más aún, to
dos los orígenes de replicación tienen en común secuencias conservadas de
alrededor de una docena de nucleótidos llamadas ARS (por autonomous re-
plication sequence), de las que nos volveremos a ocupar en dicho capítulo.
I .as lii.stomiN d e s e m p e ñ a n mi p a p e l f u n d a m e n t a l e n el e n r o l l a m i e n t o d e la
c i o n i n t i i i a S e l í a l a de* p r o l i I n a s I>i\ níciin q u e p u n c e n u n a all.i p r o p o r c i ó n d e li
228 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
ADN e s p a c ia d o r H1
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N ú c le o d e l
n u c le o s o m a
Fig. 12-11. A. C rom atina de proteínas no histónicas (figs. 12-12D y 12-13). Dado que el conjunto de cor
30 nm de diám etro. (D e F. dones proteicos compone una suerte de andamiaje, en los extremos de cada
T hom a, T. K oller y A. K lug.)
B . M icro g rafía electró n ica
lazo el ADN asociado al cordón proteico lleva el nombre de SA R (por scaf-
de una fibra de crom atina de fo ld associated regions). Los lazos se hallan firmem ente unidos al cordón,
30 nm de diám etro. (C ortesía pero se ignora cómo se sujetan a él las SAR.
d e J. B. R attn er y B. A.
H am kalo.)
Se considera que cada lazo constituiría una unidad de replicación del ADN
(cap. 17-3) y, probablemente, una unidad de transcripción, es decir, un gen
(cap. 14-12).
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234 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
trones normales, las bandas constituyen una guía muy valiosa para diagnos
ticar trastornos genéticos, por ejemplo, deleciones, duplicaciones, inversio
nes y translocaciones cromosómicas (cap. 20-10). Las técnicas de b a n d e a d o
c r o m o s ó m i c o más utilizadas son las siguientes:
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10 11
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12 13 15 16 17
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18 19 20 21 22
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Los genes 13
13 -1 . Los genes son los segm entos funcionales del ADN
1
T r a n s c r ip c ió n
A R N m
1
( 5 ' ) A U G G U U A A C .............................................................
— J i ------------il_ _ J
C U C U A A ( 3 ')
F ig. 13-2. Transferencia de la
f | i
inform ación genética co n ten i
( T e rm .)
( in ¡ c ) T r a d u c c ió n da en la secuencia de n u cleó ti
dos del A D N , que pasa al
A RN m (transcripción) y de
P R O T E IN A ( H 2 N ) M e t - V a l - A s n ................................................................ L e u (C O O H )
éste a la proteína (traducción ).
UNPpn (en inglés snRNP). Como se verá en el capítulo 15-5, estas m olécu
las desempeñan funciones salientes durante el procesamiento de los ARNm.
Los ARN pequeños nucleolares o A R N pno (en inglés sn o R N A , por
unall nucleolar RNA), que forman parte de unas ribonucleoproteínas llama
das RNPpno. Como se verá en el capítulo 15-8, estas moléculas intervienen
en cl procesam iento de los ARNr.
El ARN de inactivación del crom osom a X o ARN xist (en inglés xist-
RNA, por X-inactivation specific transcript RNA), cuyas funciones se descri-
Iu-ii en el capítulo 14-12.
El ARN de la telom erasa o A R N te (en inglés teR N A , por telóme rase
UNA), que integra un complejo ribonucleoproteico cuyas funciones se anali-
/.iin en el capítulo 17-9.
Los m icroA R N o m iA RN (en inglés m icroR N A o m iR N A ), cuyas proba
bles funciones se analizan en el capítulo 23-44.
'■ * . T r a n s c r ip c ió n T ra d u c c ió n
llo p llc a c ló n A D N ► A R N ► P r o te ín a I V V f l u j o d e ¡ n to n n u
240 F U N D A M E N T O S D E B IO L O G ÍA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
dos nucleicos (ADN, ARN) como las proteínas son moléculas formadas por
secuencias de monómeros (nucleótidos en los ácidos nucleicos y am inoáci
dos en las proteínas) dispuestos en línea.
El sistema de códigos se basa en la disposición ordenada de los nucleóti
dos en el ADN, los cuales determinan el ordenamiento de los nucleótidos en
el ARN. A su turno, los nucleótidos del ARNm determinan el ordenamiento
de los aminoácidos en la proteína (fig. 13-2).
Debido a que en el proceso de transmisión de la información genética ca
da nucleótido está representado por una letra (A, G, C o T en el ADN; A, G,
C o U en el ARN), el alfabeto contenido en las moléculas de ADN o de ARN
— al poseer cuatro letras solamente— no es suficiente para sim bolizar a los
2 0 tipos de aminoácidos que pueden hallarse en una proteína.
S e g u n d a b a se
P r im e r a Te rc era
b a se b a se
U C A G
ius se localizan lejos del codificador. Existen dos tipos de reguladores, los F ig . 13-4. C ódigo genético.
El codón A UG m arca el co
amplificadores y los inhibidores. Los primeros son más numerosos y, por
m ienzo de la síntesis proteica
rilo, los más estudiados. (codón de iniciación) y codi
( ’ada gen posee una combinación particular de varios amplificadores y va fica a las restantes m etioninas
d e la protem a.
n o s inhibidores. Algunas secuencias amplificadoras e inhibidoras se repiten
i ii genes diferentes, pero nunca dos genes distintos poseen una misma com-
I>iiilición de esas secuencias reguladoras. Se ha comprobado que cuando se
elimina una secuencia amplificadora de un gen, la velocidad de transcripción
disminuye. Opuestamente, cuando se elimina una secuencia inhibidora, la ve
locidad aumenta.
t) Finalmente, en las cercanías del extremo 3' del segmento codificador,
i I nen posee un tram o de ADN denominado secuencia de term in ació n — no
debe confundirse con el codón de terminación del ARNm— que marca la
i (inclusión de la síntesis del ARN.
A continuación analizaremos — separadamente— la composición de los
renes que codifican a los distintos tipos de ARN.
C O M P O S IC IO N DE LOS GENES
i ¡ / . Estructura de los genes que codifican a los ARN mensajeros
I ,:i figura 13-5 m uestra los distintos componentes de los genes que codifi-
' ,ui ¡i los ARNm.
I I prom otor suele poseer dos elementos. La combinación más común in-
■liiyr las secuencias llamadas TATA y CAAT, situadas cerca del codificador.
I i , aja TATA se localiza unos 25 nucleótidos “corriente arriba” del primer
mu leúlido del codificador. I .a caja CAAT se localiza en el mismo lado pero
mu |mM o n i , is lejos, a unos / ’>imeleólidos, es decir, a SO nucleólidos de la se
i in in i.i I ATA
242 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
5' ■ ■ ■ ■ G T G T AG AATAAA
-715 -2 5 +1
\
R E G U LA D O R PR O M O TO R 1*-------------------------------------------------------------- C O D I F I C A D O R ---------------------------------------------------------------------H
Fig. 13-5. Estructura general La secuencia de nucleótidos más común que se encuentra en la caja TATA
de los genes que codifican es ja t a t a a AA, aunque a menudo dos T reemplazan a las A en las posicio-
A R N m ensajeros, con sus dis- .
tintos componentes. nes quinta y séptima. La secuencia de la caja CAAT suele ser G GCCAAICT.
Debe advertirse que muchos prom otores contienen la secuencia TATA pero
no la CAAT. A veces están ausentes las dos, caso en el cual el prom otor sue
le presentar secuencias con una concentración inusualmente alta de citosinas
y guaninas, llamadas r e g i o n e s CG.
Los reguladores — amplificadores e inhibidores— también suelen hallar
se “corriente arriba” respecto del extremo 5' del segmento codificador, aun
que muy lejos, frecuentemente a miles de nucleótidos. A diferencia del pro
motor, en los reguladores la secuencia de nucleótidos — tanto en número co
mo en calidad— es específica, es decir, varía en los distintos genes.
En el segm ento codificador se alternan tramos de ADN utilizables con tra
mos no funcionales. Como en los transcriptos primarios, se llaman e x o n e s e
i n t r o n e s , respectivam ente (sección 13-3). La mayoría de los genes que codi
fican ARNm contienen entre uno y 60 intrones y son muy pocos los genes
que carecen de esta clase de secuencias.
La secuencia de term inación no ha podido ser identificada. No obstante,
en un sector previo a ella es común la presencia de la secuencia AATAAA,
que es necesaria para la conclusión de la síntesis del transcripto primario
(cap. 15-4).
La inmensa mayoría de los genes que codifican ARNm están representa
dos por copias únicas (más exactam ente por dos copias, dada la condición di-
Imj'. 13-6. M ic ro g ra fía electrónica tic un tram o de A D N parcialm ente dcsna lm alizudo (|tic contiene los c in co (.'.enes de la:. Iiis
lo n a s . l is io s g e n e s e s ld n s e p a r a d o s p o r s e g m e n lo s e s p a c ia d o r e s r ic o s e n A I l a m ó l d e n l a f u e i l o n a d n e n u n p lr t m n id o d e la
l ' \ r l i n ¡ c l i h i <<>li ( ( 'orle,«tí» d e M I lliiU H lie l y I< i)
13. L O S G E N E S ■ 243
ploide de las células somáticas). Una de las excepciones corresponde a los Fig. 13-7. Sucesión d e copias
nenes que codifican a las cinco histonas (cap. 12-9). Los cinco genes se en- del gen del A R N r4 5 S . O bsér
vense los espaciadores que se
i ncntran en el cromosoma alineados uno tras otro, separados entre sí por tra transcriben (barras claras) y
mos de ADN que no se transcriben, llamados espaciadores (fig. 13-6). De es- los que no lo hacen (líneas).
io juego de cinco genes existen entre 20 y 50 copias dispuestas en tándem, se
paradas entre sí por nuevos ADN espaciadores.
Kt- 8 . E structura del gen que codifica al ARN ribosóm ieo 45S
Los ribosom as están formados por dos subunidades, cada una compues-
in por ARN ribosóm icos combinados con proteínas. Los ARNr se identifi-
i un teniendo en cuenta sus tamaños, expresados como coeficientes de sedi
mentación (cap. 16-9). Así, existen cuatro tipos de ARNr, llamados 28S, 18S.
5,8S y 5S (fig. 15-9). Los tres primeros derivan de un transcripto primario co-
iniin denominado A R N r4 5 S (fig. 15-9). Existen, por lo tanto, dos genes co
dificadores de ARNr, el correspondiente al ARNr 45S (fig. 13-7) y el que co
difica al A R N r 5S. Aquí nos ocuparemos del primero.
La célula posee alrededor de 200 copias del gen del ARNr 45S. Se locali-
/iiii en las constricciones secundarias de los cromosomas 13, 14, 15, 21 y 22,
«hiladas en el nucléolo. En promedio, cada constricción secundaria posee
mías 20 copias del gen. Como se observa en la figura 13-7, las 20 copias del
non se hallan alineadas en tándem, separadas entre sí por segmentos de ADN
espaciadores que no se transcriben. En cada uno de estos espaciadores se io-
• nli/.an el regulador y la mayor parte del promotor. Veamos los elementos ha
llullos en cada copia del gen (fig. 13-8):
Igual que los genes de los ARNm, el prom otor del gen del ARNr 45S se
encuentra “corriente arriba” respecto del extremo 5' del segmento codifica
dor. Se trata de una secuencia de alrededor de 70 nucleótidos, 20 de los cua
les son además los 20 primeros nucleótidos del sector codificador. Por lo tan-
li>, leída en dirección 5 '—>3', la última parte del promotor es la parte inicial
ilel segmento codificador.
I il regulador, que actúa como amplificador, es una secuencia de alrededor
de 100 nucleótidos. Está ubicado a unos 50 nucleótidos “corriente arriba” del
iHuniotor, es decir, a unos 100 nucleótidos del extremo 5' del segmento codi-
lu ador.
lin el segm ento codificador, las secuencias de ADN correspondientes a
liis ARNr 18S, 5,8S y 28S — en ese orden— se hallan separadas entre sí por
espaciadores. Estos, a diferencia de los espaciadores intercalados entre las
■upias, se transcriben, de modo que aparecen en el transcripto primario o
ARNr 45S (fig. 15-9).
I .a secuencia de term inación, en el extremo 3' de cada copia, aparece des
pués del sector que codifica al ARNr 28S. Se caracteriza por contener varias
i seguidas.
+1
200 -1 0 0 -5 0 Ro * trr;
28S 3' Fig. 13-8. E structura general
d e l f ie n q u e c o d i f i c a a l A K N
mi i .ni ai i o n i ' i u >m i 1 1 1 n i c o m í i c a i h ni i iI h in ú iiim ii 'I 'i S
244 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
, PR O M O TO R
E xisten en tre 10 y 100 copias de cada uno de los genes que codifican a los
d istintos A RN t, algunos de los cuales se hallan alineados en tándem — copia
tras copia— com o los genes del A R N r 5S.
E l prom otor de estos genes está constituido p o r dos secuencias de nucleó
tidos separadas, am bas en el interior del segm ento codificador, del que tam
bién form an parte (fig. 13-10). Así, tales secuencias, adem ás de cum plir la
función de prom otor, se transcriben.
A lgunos genes de los A R N t p resentan un intrón de 4 a 15 nucleótidos en
m edio del segm ento co d ificad o r y, por consiguiente, dos exones. N o se han
d escrito secuencias reguladoras.
L a secuencia de term inación es sim ilar a la de las copias de los genes de
los A R N r 4 5 S y 5S.
E xisten m últiples copias del gen del A RN pc, dispersas en los crom oso
m as. C ad a copia tendría su propio prom otor, aparentem ente en m edio del
segm ento codificador. C om o se vio en el capítulo 12-7, el gen del A R N pc
posee una extensa hom ología con el A D N repetitivo disperso de la fam ilia
A lu.
La m ayoría de los A R N pn derivan de genes independientes que poseen un
prom otor com puesto p o r tres secuencias separadas, situadas “corriente arri
b a ” respecto del segm ento codificador (fig. 13-11). L a secuencia m ás próxi
m a al segm ento co d ificad o r es una caja TATA, y las otras dos se identifican
con las siglas P S E (por p ro x im a l sequence elem ent) y O C T (por o c ta m e r se
quence).
El resto d e los A R N pn y todos los A R N pno no derivan d e genes conven
cionales sino de la inform ación contenida en algunos intrones de los g enes de
.P R O M O T O R
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La transcripción del ADN 14
1 4 -1 . D efinición
, C A C T C A G A T G C r
5 T
'• A G C T T G G A T AA G T C G C G T A T A C C 3"
i i D G A A C C T A
C - AT T C A G C G C A T A T G G 5'
G t g a g t c t a c g 6
, C A C T C A G A T G C r
A l i C T T G G A T 'a a g t c g c g t a t a c c
I C G A A C C T A , . A C —► . T T C A G C G C A T A T G G
^ T G A G T C T A C G 1
3C A C T C A G A T G C (
A.GC T T G G A T ' A A G T C G C G T A T A C C
I CGAACCTA, . A C U— . T T C A G C G C A T A T G G
' Gt G A G T C T A C G C
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O G A A C C T A C G . C U C A G —► c A G C G C A T A T G G
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C A G A T G C C T A A ,
( ¡ C T T G G A T G C A C T C G C G T A T A C C
I C G A A C C T A CGT y C A G A - f aGCGcatatgg
G T C T A C G G A T T C F ig. 14-2. Síntesis de ARN.
Puede o bservarse la A R N po-
lim erasa (en rojo) y una " b u r
buja" de A D N que se d esp la
______________________ c a g a t g c c t a a g t — ►
O C T T G G A T G C A C T C G C G T A T A C C 3' za debido a que sus cadenas
I 1 (J G A A C C T A C G T G c A G A u —* G C G C A T A T G G S ' se van separando en un extre
. c U TCTACGGATTCA mo a m edida que se ju n tan en
el otro.
líl promotor se une a la ARN polirnerasa y hace que ésta interactúe con
p| ADN en el sitio en que debe iniciarse la transcripción (el extremo 5' del
«■(■.mentó codificador del gen), el cual es m arcado por el propio promotor.
\lli la ARN polirnerasa form a una “burbuja”, pues determina la separación
Iih al izada de las dos cadenas del ADN y deja expuesto —junto con otros po-
■■i1, al primer desoxirribonucleótido que va a ser leído (fig. 14-2).
A continuación, frente a este desoxirribonucleótido se acomoda un ribo-
mu Irósido trifosfato complementario — será el primer nucleótido de la mo-
I' cuín de ARN— y su base establece una unión no covalente con la base del
■i' .iixirribonucleótido (fig. 14-2). Luego se arrima un segundo ribonucleósi-
■l<1 1 1 ifosfato — complementario del segundo desoxirribonucleótido expuesto
i ii rl ADN— y sus bases se unen. Pero lo más importante es que los dos ri-
liiiniu'leótidos que concurrieron a la burbuja quedan juntos, lo cual permite
>|iu rntre ellos se produzca — mediante la ARN polirnerasa— una unión fos-
Imliéstcr y se genere un dinucleótido (figs. 14-1 y 14-2). Con él se inicia la
■mu-sis del ARN, que prosigue en dirección 5 '—>3' a medida que se acercan
v .r unen entre sí— los ribonucleósidos trifosfato indicados por el ADN.
I I alargamiento progresivo del ARN es conducido por la misma ARN po-
llmeriisa. Esta, además de catalizar las uniones fosfodiéster, se desliza sobre
• l A l)N en dirección 5 '—>3' y hace avanzar la burbuja. Lo logra porque sepa-
i i i los nucleótidos en el lado frontal de la burbuja, en tanto que los de la re-
i.leii titlia se vuelven a unir (fig. 14-2). Esto último es posible porque allí el
\ I >N sr desliga de los ribonucleótidos. No obstante, el ARN — cada vez más
l iM 'i '.i)’iic unido :i la imlrii.i molde de ADN por medio de los últimos ri-
i '<m u i In iiiil< »s ím i ' i ii ] » »i I"
250 ■ F U N D A M E N T O S D E BT O LO G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Existen tres tipos de ARN polim erasas —llam adas I, II y III— , responsa
bles de la síntesis de las distintas clases de ARN. La ARN polim erasa II sin
tetiza los ARNm y la mayoría de los ARNpn; la ARN polim erasa I, el ARNr
45S; Ja ARN polim erasa III, el ARNr 5S, Jos ARNt, el ARNpc y unos po
cos ARNpn.
Estas polimerasas responden de manera distinta a la acción de un veneno
producido por el hongo Amanita phalloides, denominado O. am anitina. Así,
la ARN polimerasa II es muy sensible al veneno, la ARN polimerasa III es
medianamente sensible y la ARN polimerasa I es insensible.
l .ictores de
Imnscripción
«epecíficos
III A F ig . 14-3. A. F acto res de
Regulador Promotor Codificador tra n sc rip ció n e s p ecífico s y
basales unidos al regulador y
al prom otor de gen, respecti
vam ente. B. El A D N se dobla
sobre sí mismo, para q ue inte-
ARN polimerasa II racuíen el regulador y el pro
m otor, lo q u e e stim u la la
transcripción del sector co d i
ficador del gen p o r la A R N
■ ■ ■ ■ ■ ■ III B polim erasa II.
IIIG U L A C IO N D E LA A C T IV ID A D D E L O S G E N E S
HUI C O D IF IC A N A R N M E N S A J E R O S
Desde que se supo que en los organismos pluricelulares todas las células
poseen el mismo genoma, se ha planteado la necesidad de responder a este
interrogante: ¿por qué en cada tipo celular ciertos genes son seleccionados
l un ¡i su transcripción y no otros? La respuesta presenta varias facetas, cuyos
i onlenidos se desarrollan en distintos lugares del libro. Así, en el capítulo 11
'ie analiza cómo responden las células al ser influidas por otras, y en las si
cilianos secciones de este capítulo se describen los mecanismos moleculares
i|iie llevan a la diferenciación celular. Finalmente, en los capítulos 15, 16 y
' I se agregan datos que completan el panorama.
I ,os mecanismos celulares que determinan qué proteína ha de sintetizarse,
y en qué cantidad, operan en varios niveles, aunque los más importantes son
In . i |iic controlan la actividad transcripcional de los genes. No obstante, pue-
11- ii producirse regulaciones después de sintetizado el ARN, durante el pro-
■i . m í n e n lo c lc l t r a n s c r i p t o p r im a r io . In c lu s o m á s t a r d e , m e d ia n t e e l c o n tro l
sol (fig. 13-1). Finalmente, en algunos casos las regulaciones ocurren duran
te la traducción de los ARNm en proteínas o a través de la degradación de las
segundas. El control de la actividad transcripcional de los genes se analizará
en las siguientes secciones de este capítulo, y las regulaciones postranscrip-
cionales se estudiarán en los capítulos 15 y 16.
Es oportuno señalar que ei ARN de aproxim adam ente la m itad de los
transcriptos prim arios no com pleta su síntesis. Se ignora si esto se debe a la
existencia de alteraciones en los procesos de transcripción o si se trata de un
mecanism o generalizado de regulación de la actividad génica que opera
abortando la transcripción antes que la polim erasa II arribe a la señal de ter
minación.
Se conocen muy pocos casos de regulación génica derivados de la conclu
sión prematura de la transcripción. Como veremos, los mecanismos prevale
cientes operan en el comienzo de la síntesis de los ARNm, ya que actúan so
bre las secuencias reguladoras de los genes. Estas secuencias son influidas
por factores de transcripción específicos, que ingresan en el núcleo para ac
tivar o inhibir a los genes.
Un las secciones 14-20 a 14-26 se analizan los mecanismos reguladores de Fig. 14-4. Microgiafía elec-
lu n c l iv id a d g é n i c a e n la s c é lu la s p r o c a r io ta s . trónica q u e m uestra dos g e
nes transcribiéndose. 35.000x.
(Cortesía de O. L. M iJler y B.
14 t). La transcripción de los genes de los ARNm puede visualizarse R.Beatty.)
con la ayuda del microscopio electrónico
Los genes que producen ARNm a tan alta velocidad no son muchos, pues
la mayoría se transcribe a un ritmo relativamente moderado. Los más lentos
inician una nueva transcripción después de concluir la anterior. En estos ca
sos el gen se vería como un tronco con una sola rama — el ARNm — , cuya
longitud y posición en el tronco dependerían del instante en que es tomada la
microfotografía.
S U R C O M AYO R SU R C O M AYOR
H H
H o O H
S U R C O M E N O R S U R C O M E N O R
SU R C O M AYO R S U R C O M AYOR
O. . . h - n H N —‘ H • *
N -H • • • O
N \V
O • • ■ H - N
H H
S U R C O M E N O R S U R C O M E N O R
leóricas, cantidad desproporcionadam ente alta para el número de factores de F i g . 1 4 -5. Posiciones y co m b i
P ro m o to r S itio d e t e r m in a c ió n
F ig. 14-13. En la parte superior de la figura se observa un extendido con once genes consecutivos del A R N r 45,S, separad"»
por segm entos espaciadores que no se transcriben. E n la parte m edia aparece uno de dichos genes con m ayor mímenlo, i u pli
no proceso de transcripción; contiene m últiples m oléculas de A R N r 45S , lo que le oto rg a un aspecto de "¡írbnl de navidad” I "
la parte inferior se presenta un esquem a del gen, con las partes correspondientes u los A R N r I US, 2KS y \H.N |u n io u 1<■•. <i
montos espaciadores que se transcriben. (C ortesía de 11. Sehccr, M. I\ Trem lelcm burg y W W, I n m k r i
14. LA T R A N S C R IP C IO N D E L A D N ■ 261
11 alteración de la impronta del mismo gen — la del alelo materno y la del ale-
l r. aproxim adam ente 2.000 copias del gen que codifica el ARNr 5S se
■i lian fuera del nucléolo (cap. 13-9). Su transcripción es dirigida por la
l/í/V polim erasa I I I , que actúa cuando tres factores de transcripción distin-
IIamados T F IIIA , T F IIIB y T F IIIC — se unen al prom otor del gen
lile l I I I). lil.T F IIIB contiene varios TAF y la subunidad TBP del TFIID.
I i '.Inlcsis ili'l ARNr 5S cesa cuando la ARN polimerasa III arriba a la se-
in in u de k'i nimncióii, rica en limiiius.
262 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
F ig . 14-15. R epresentación
del gen de un A R N t asociado
a la ARN polim erasa III y a
los factores de transcripción
T FIH B y TFIIIC.
La transcripción de las 10 a 100 copias de cada uno de los genes que co
difican a los distintos ARNt (cap. 13-10) es dirigida también por la enzima
A R N polim erasa III , la cual requiere que se unan al prom otor dos factores
de transcripción, los recién nombrados T F IIIB y T F IIIC (fig. 14-15).
Debido a la presencia de varias tim inas consecutivas en el extremo 3 ' del
gen, la finalización de la síntesis de estos ARN es sim ilar a la de los ARNr
45S y 5S.
I .as bacterias poseen miles de genes, entre los cuales se encuentran los que
i mlifican a las proteínas enzimáticas, tanto las que participan en la degrada-
i liín de los alimentos provenientes del medio como las que intervienen en la
Iulosis de las moléculas que componen la célula bacteriana. En algunos ca
nos la expresión de tales genes es controlada en el comienzo de la transcrip-
■Ii>n y en otros tanto en el comienzo como en la terminación.
C odificador
llllllllllllllllllllllllil,' ,::::i,:' ,^H!illlllllllllllllll|||||||||||illl||||||!|llll!l||||||||¡lil||||j|||i||||i¡|||||¡|j|||||
i p o I------------------- z --------------------+ y + a H
I
ARNm i ARNm lac
I F ig . 14-16. R ep resen tació n
del operón lac, con el gen in
h ib id o r i (que c o d ifica al
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIII HIII!l!H!IMI!l|llllil!lllílflJIIII!lll!llll)lfíllllljlillMlflliílUflH!lll|lll| A R N m del represor lac), el
A R N p o lim e r a s a
I K jy j
I +
1 — Represor lac — 1
F ig. 14-17. R egulación del operón lac en ausencia y en presencia de una sustancia inductora. En el prim er caso el represor
lac — que es un tetrám ero— se une al o p erador e interfiere la transcripción de los genes. L a unión sim ultánea de la A R N p o
lim erasa con el prom otor y del rep reso r con el operador es im posible, ya que la en zim a es in cap az de unirse al p ro m o to r cuan
do el rep reso r ocupa el operador. En el segundo caso la sustancia inductora se une al rep reso r y le pro d u ce un cam b io con-
fo n n acio n al que im pide su unión con el operador. D e esta m anera la A RN polim erasa qu ed a en libertad y pu ed e activ ar la
transcripción de los genes. En la E scherichia coli la A RN polim erasa p osee cinco subunidades: dos a (de 4 0 kD a cada una),
dos (3 (de 160 kD a cada una) y una a (de 95 kD a). A dviértase que una vez iniciada la transcripción la subunidad a se libera
del com plejo.
ticas de 40 kDa, codificadas por el gen inhibidor (fig. 14-16). El represor lac
se une al operador, que está situado cerca del comienzo del gen z (de la (3-ga-
lactosidasa).
: Corno se observa en la figura 14-17, la unión del represor lac al operador
impide la síntesis del ARNm policistrónico. El represor lac se une a una se
cuencia de 2 1 pares de bases del operador que tiene regiones con simetría do
ble (en palíndromo), de modo que algunos sectores ubicados en el lado iz
quierdo se encuentran también en el lado derecho, pero en la cadena opuesta
y dispuestos “en espejo” (fig. 14-18).
Se han encontrado secuencias similares en los operadores de otros opero-
nes y en los reguladores de los genes de las células eucariotas (sección 14-11).
Las secuencias simétricas representan sitios de reconocimiento para las distin
tas subunidades del represor.
I p o z
''HutccituicccciittciiuuicuKirictMiciciinccciccccicccinicuinmcnecccctctuKmicicTliinctltíiáEftliciiujuiciíicuiititcHiticcMt
■ Mn imui»uttaiiccciimnfinr<.!tcicin[uuiic:ciccicttnn[ic>nl»cciK«[cniiu!m n»ci)iTiici)t|l|4 cml!liKnil[lciluunmicini!rt(lic
U nlrtndnl Secuencia Secuencia Unión del
AMI ’t i A l1 noennnrlfi c o n se rv a d o rnproHoi Inc
266 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
ARN RepresorTrp
p o lim e ra s a ^ -¿ £ —^ / ^. Correpresor (triptófano)
I r
adn P ° : :! illilllí lli! lll§ 'il¡ l 'll| l! ll li | ! ! í | | ! lí li ! l | ! ! [ ¡ l ! ! ll ll ll jí ll ! | ll l! l^
A R N m T rp lli1111IIliliIIIIIII11flilIHIU1111lllllllIltlllillililí(liillllillilllfillllllllllllllfllllllllllllllltfIIlilllllllllli
i i I i i
Antranifato Fosforribosil Fosforribosil Triptófano Triptófano
sintetasa antranilato antranilato sintetasa p sintetasa p
transferasa isomerasa
Fig. 14-19. R egulación p o r represión enzim ática de la actividad del operón T rp de la Escherichia coli. C uando la cantidad de
triptófano es suficiente, el represor Trp inhibe al operador, p o r lo q ue se suspend e la síntesis del A R N m p olicislrónico Trp que
codifica a las cinco enzim as requeridas para producir el am inoácido. D ebe agregarse que el represor es inducido por el propio
triptófano, que cuando se halla en exceso actúa com o correpresor. En cam bio, cuando la b acteria es privada de triptófano, és
te y elrep resor se separan del operador y se reanuda la síntesis de) A R N m Trp. (D e K. B ertrand y col.)
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\ Iutu iivtition m iiik i i -|<i< i >1 < eltmlvely l’roni iJie BioeHNiiyH I l: !‘M
268 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Transcripción
P rocesam ien to
P o li A
A R N m cap Exón 1 E xón 2 Exón 3
Traducción
U n ió n
CH,
tr if o s fa to
I C adena de AR N
xx>
5 '- 5 '
Nt
H2N N N 0 0 0
1! 11 ii
O
CL-
/H - U h; P - O —p -
1
i
BASE 1
1 1 1
/ oh \J
-o
-b
ho
0"
7-mel¡lguanos¡na OC H ,
"O—P = 0
I
0
1
5 'C H 2^ 0 . BASE 2
yadenylation specificity factor), C ST F (por cleavage stimulation factor), F ig. 15-3. Poliadenilación del
C FI y C F II (por cleavage factor). Uno de ellos — no se sabe cuál— corta el extrem o 3 ' del A RN m antes
de que term ine la transcrip
ARNm unos 20 nucleótidos después de la señal de poliadenilación y el trans ción. N ótese que el extrem o 5 '
cripto primario se desconecta del ADN. del A R N m ya posee el cap.
Llamativamente, el resto del gen se transcribe hasta la secuencia de termi
nación (como se señaló en el capítulo 13-7, en los genes de los ARNm esta
secuencia no se conoce). El tramo adicional de ARNm que resulta de la con-
íinuación de la transcripción no tarda en ser degradado por fosfatasas y nu-
i Icasas pues su extremo 5 ' carece de cap.
Volviendo al transcripto primario, una enzima llamada poli A polim erasa
agrega las 250 adeninas en su extremo 3', de a una por vez. Para ello se re
quiere la presencia del CPSF y de otro factor, el PA BII (por poli A-binding
protein). A diferencia de la ARN polimerasa II, la poli A polimerasa no nece
sita un m olde de ADN para realizar su trabajo.
La poli A es necesaria para proteger el extremo 3 ' del ARNm de la degra
dación enzimática y ayuda al ARNm a salir del núcleo.
El extremo 3' de los A R N m de las histonas no se poliadenila. En cambio,
desarrolla una estructura que también protege a la molécula, consistente en
una secuencia corta de nucleótidos que se pliega y forma un bucle (fig. 15-4).
F ig. 15-4. F o r m a c i ó n d e u n
M[)f h u e le e n el e x tre m o V d el
A l í M uí d e l.r. Iiíh Io d ii .
272 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
T ra m o d e
Punto de Punto de P u n to d e
corte 5' ramificación c o r te 3 '
1 i 1
F ig. 15-6. C ortas secuencias
de nucleótidos en los intrones
y exones, responsables de los
5' 3 '|5 '
G G U YN Y U H AY
J ■
(¡ ! ) „ AQ
3 '|5 '
0
3'
inl iza la form ació n de una u nión fo sfo d iéster inusual, ya que el C 5 ' de la G Fig. 15-7. R em oción de un in
no se liga al C 3 ' de la A sin o al C 2'. trón y em palm e de los exones
vecinos p o r acció n d e las
Dado que la A retien e en sus flancos a las dos uniones fosfodiéster origi R N Ppn U 1 .U 2 , U4, U5 y U6.
nales, presen ta tres d e esas uniones y no dos. P or eso se le ha dado el nom
ine de p unto d e ram ificació n. C uando esta etapa culm ina, de un lado queda
el p rim er ex ó n con su ex trem o 3 ' libre y del otro un lazo com puesto por el in-
Ii('m y el ex ó n sig u ien te (fig. 15-7).
La segunda etapa es dirig ida po r la U5 y tam bién requiere energía. D icha
i íhonucleoproteína, luego de com binarse con la A G del extrem o 3 ' del intrón,
ln corta en el p u n to en que se une con el exón y em palm a a este últim o con
rl exón sep arad o en ia etap a anterior. El intrón rem ovido, que p ersiste com o
mi lazo, es fin alm en te digerido.
R ecien tem en te se han d escu b ierto intrones que se elim inan en form a si
m ilar p ero m ed ian te otras R N P pn (excepto la U5, que participa). E stos in-
I roñes carecen del tram o rico en p irim id in as y en sus extrem os 5 ' y 3 ' co n
tienen los d in u cleó tid o s AU y AC, en lu g ar de los GU y A G de los intrones
i obven cio n ales.
Las R N P p n que reem p lazan a las U l, U2, U4 y U 6 se denom inan U U ,
1112, U 4atilc y Uóaiao resp ectivam ente (el subíndice “atac” hace referencia a
los d in u cleó tid o s AT y A C en el A D N , que corresponden a los dinucleótidos
A l J y A C en el ARN ).
Para q u e las R N P p n den lugar a los cortes y em palm es se necesita la pre
n d id a del cap en el extrem o 5 ' del transcripto prim ario. E n cam bio, puesto
<|uc estas reaccio n es p u ed en producirse sin que se h aya com pletado la sínte
sis del transcripto, no ex ig en la poliadenilación de su extrem o 3'.
lin alg u n o s A R N m los cortes y em palm es se com pletan en segundos, en
imito que en otros tien en una duración de m ás de 20 m inutos. D ebe señalar-
c que el A R N m no p u ed e atravesar los poros de la cario teca y salir al cito
plasm a si no fu ero n rem o v id os todos sus intrones.
I Ina d e las en ferm ed ad es autoinm unes que afectan al h om bre — el lu p u s
erltematoso se g en era p o r la producción d e anticuerpos contra varias pro-
ii h u í ', d e la s R N P p n d e l r s p liiv u s n iiiii.
274 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
1 5 -6 . A lg u n a s a d e n in a s del A R N m se m e tila n
Gen de la
calcitonina
y el CGRP
I
Transcripción
i
transcripto
primario
P ro cesa m ien to
_ ] L
E N L A T IR O ID E S EN E L H IP O T A L A M O
se con o cen tam bién com o pro teín as SR (la figura 2-25 inform a que esos F ig .1 5 - 8 . Procesam iento al
am inoácidos se identifican con las letras S y R, respectivam ente). ternativo del transcripto pri
mario del gen de la calcitoni
Un fen ó m en o sin g u lar se observa en las células parafoliculares d e la tiroi na y la proteína CGRP. Se sin
des y en un tipo de n euronas del h ipotálam o, puesto que am bas producen, en tetiza uno u otro producto se
tre otros, un tran scrip to p rim ario prácticam en te idéntico (fig. 15-8). N o obs gún el tipo celular im plicado.
(D e S. A m ara y col.)
tante, según la célula, los lugares del transcripto en que se p roducen los cor
tes y em p alm es varían, de m odo que en am bas células determ inados exones
son rem ovidos, pero no los m ism os. C om o resultado, en las células parafoli
culares de la tiro id es se produce el A R N m de la horm ona calcitonina y en las
neuronas hip o talám icas el A R N m de la proteína C G R P (por c a lc ito n in gene-
re la te d p ro d u c t).
C ontrol de la salida de los A RN m al citoplasm a. Se ha postulado, aun
que no probado, que ciertos A R N m no pasan al citoplasm a porque son d eg ra
dados selectiv am en te en el n úcleo, o p orque — selectivam ente tam bién— se
halla im p ed id a su salid a p o r los poros d e la envoltura nuclear. E ste m ecan is
mo reg u lato rio se p ro d u ciría en las células cuyos citoplasm as finalm ente no
requieren de tales A R N m a p esar de haberse sintetizado.
El tran scrip to prim ario del A R N r 45S no form a un cap en su extrem o 5 ' ni
poliad en ila su extrem o 3 '. Su p ro cesam iento — ilustrado en la figura 15-9—
tiene lugar en el nucléolo y co m ienza con una serie o rdenada de cortes para
e lim in a rla s secuencias e sp a d a d o ra s y h acer que los A R N r 28S, 18S y 5,8S
queden co m o un idades indepen d ientes. El origen de estos A R N r a partir de
un m ism o tran scrip to p rim ario asegura su p roducción equitativa. Las secuen
cias esp aciad o ras del tran scrip to prim ario son digeridas por enzim as apenas
se separan d e las secu en cias utilizables.
D ebe señ alarse q u e las secuencias de los futuros A R N r 28S, 18S y 5,8S
se m utilan antes de ser corlado el transcripto prim ario. Por ejem plo, 43 gru
pos inrlili) se unen a l:r. I u i m ■ o a las lihnsas de otros (aillos nucleótidos del
276 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
A R N r 18S. A lgo sem ejante ocurre con el A R N r 28S , al que se le unen 74 gru
pos m etilo. Igual que la m ed iació n del A R N m (sección 15-6), es p o sib le que
en el A R N r 45S los grupos m etilo tengan p o r función proteger a los sectores
utilizables del transcripto prim ario.
El procesam iento del A R N r 45S incluye la form ación de las dos subuni
d ades del ribosom a — la m ayor y la m enor— , cu y a com posición se describe
en el capítulo 16-9 (fig. 16-5). P ara ello, los A R N r 28S, 18S y 5,8S (m ás el
A R N r 5S) se ensam blan con v arias proteínas. E n este proceso intervienen
tres R N P pno (cap. 13-2) llam adas U3, U8 y U22. S e sabe que algunas pro
teínas ribosóm icas se asocian al A R N r 45S m ientras éste se sintetiza, es de
cir, antes de ser cortado y de ser separados sus tres com ponentes.
L os A R N r desarrollan asas en varios puntos de sus m oléculas (fig. 15-11).
E llo asegura el estab lecim ien to de sus co nfiguraciones tridim ensionales nor
m ales, lo cual es im p rescin d ib le para que las proteínas ribosóm icas se ensam
blen correctam ente. Las asas se form an porque los A R N r contienen secuen
cias d e nucleótidos com plem entarios qu e se a p a re a n e n tre sí (fig. 15-11).
D ebe agregarse que los tram os apareados form an dobles hélices sim ilares a
la del A DN.
F inalm ente, un grupo especial de R N P pno hace que algunas A, C , G y U
se conviertan en nucleótidos inusuales. A sí, varias A, C y G se m etilan — es
decir, se transform an en tn A , m C y m G — y una p arte de las U se convierten
en seudouridinas (i//).
L a enorm e cantidad de ribosom as que necesita la célula es abastecida hol
gadam ente p o r las 200 copias del gen del A R N r 45S (y por las 2.000 copias
del gen del A R N r 5S). A dem ás, la síntesis del A R N r 45S se realiza a una ve
locidad constante, lo que sugiere la ex isten cia de una baja regulación trans-
cripcional. En efecto, se ha com probado que el núm ero de ribosom as que la
célula construye es regulado prin cip alm en te m ediante el control del procesa
m iento del A R N r 45S.
.’) La región granular, ubicada en la periferia, en la que se encuentran Fig. 15-10. M ic ro g ra fía elec
tró n ic a de un n u c lé o lo con
lir. Mihunidades de los ribosom as en distintos estadios de procesamiento. Es-
su s p o r c io n e s fib rila r (/) y
i n icgión — y por lo tanto el nucléolo— no se halla envuelta por membrana g r a n u la r (g). L a f l e c h a s e ñ a l a
'ilfiin n . m a t e r i a l e s q u e s a l e n a l c ito
p l a s m a a t r a v é s d e u n poro
( 'nmo se indicó en el capítulo 13-8, las 200 copias del gen del ARNr 45S
n u c le a r. 7 0 .0 0 0 x . (C o rte sía
• .1 .ni distribuidas en las constricciones secundarias de los cromosomas 13, d e O . M i ll e r .)
I I. 15, 21 y 22 (figs. 12-15 y 12-16). Dada la condición diploide de los cro
mosomas, hay 1 0 de esas constricciones, por lo que existen en promedio 2 0
i opiiis del gen en cada una. Los tramos de ADN en que se hallan esos genes
i m.man como asas de las constricciones secundarias y en torno de ellas se
■i instruye el nucléolo. Cada asa — y, por consiguiente, las copias del gen con-
ii iinlas en ella— representa una unidad llamada o rg a n iz ad o r nucleolar. El
inmuno del nucléolo varía con la necesidad de la célula de generar ribosomas.
l ,i variación depende de la región granular, que se expande o se retrae según
i l i l i l í » c»n que se procesan las subunidades ribosómicas.
Fig. 15-11. F o r m a c o m o se
a p a re a n la s s e c u e n c ia s c o m
p l e m e n t a r i a s e n lo s A R N ri-
b o s ó m ic o s .
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I
ti n l i i : , m u i li r . A R N l, lo s c u id e s lle n e n u n ilm n in io q u e s e l i j ’ a e s p e c íf ie t im e n
i' i iiiin ili lo s ’ O . iii i i i i u : i i u lii- y n liii q u e lu lim o . o - .|io o lt io a n io iilo I n n ib ié ii,
282 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
3'
P P P A U G U G A A A A A
cap
P ro te ín a
lie m o s v is t o q u e lo s e n d o n e s d e l A R N m n o s e le c c io n a n a lo s a m in o á c i
5, C o dón 3,
ARNm U U C --------- ►
A nticodón
Y U
A mC
A A sa an ticodón
m C G
U A
G C
A G C
A sa v ariable G
mCu c g a g A g g
_ 't ' t G l i l i As a D
C G U G U mC I I I D
mA C A C A G U
U C A— U
A --------U
U --------A
U G
C --------G
G --------C
C G5 '
A
©
(q S Extremo aceptador
F ig . 16-3. M odelo en hoja de
trébol de los ARNt.
ARNt es alinear a los am inoácidos siguiendo el orden m arcado por los co
dones del ARNm.
A fin de ejercer sus funciones, los ARNt adquieren una forma caracterís
tica, prim ero parecida a una hoja de trébol y luego a la letra L. Com o mues
tran las figuras 16-3 y 16-4, los cuatro brazos de la hoja de trébol se gene
ran porque los ARNt poseen cuatro pares de secuencias complementarias
— de 3 a 6 nucleótidos cada una— que se aparean como lo hacen las dos ca
denas del ADN.
Los extrem os 5 ' y 3' de los ARNt se hallan juntos en la punta de uno de
los brazos, la cual recibe el nombre de extrem o a c e p ta d o r debido a que
acoge al aminoácido. Este se conecta con el último nucleótido del extremo
3 ' del ARNt, es decir, con la adenina del trin u c leó tid o C C A form ado du
rante el procesam iento (cap. 15-11) (fig. 16-4).
Los otros brazos de la hoja de trébol presentan en sus partes distales se
cuencias de 7 a 8 nucleótidos no apareados, con form a de asas, cuyas deno
m inaciones derivan de los nucleótidos que las caracterizan. Una de ellas, de
bido a que posee el trinucleótido TvyC, se conoce como a sa T (en el capítu
lo 15-11 se dijo que la letra T sim boliza a la ribotim idina y la y a la seudo-
uridina). Otra, en virtud de que contiene dihidrouridinas (éstas se identifican
con la letra D) se denomina asa D. La tercera contiene el triplete de nucleó
tidos del anticodón, por lo que se llama asa anticodón (obviam ente, su com
posición varía en los distintos tipos de ARNt).
Existe un asa adicional entre el asa T y el asa anticodón. Debido a que su
longitud difiere en cada tipo de ARNt, recibe el nombre de iisii variable.
E l p le g am ie n lo u lterior de los A U N t hace que ile je n d e p iu cre rse a una
hoja de lie lio l y ¡ulquieian In lu m ia de l.i le lia I 1 I <I» In i qm a lp in o s un
16. L A T R A D U C C IO N D E L A R N m ■ 285
i leótidos establecen apaream ientos inusuales entre sí, como por ejem plo la
combinación de un nucleótido con dos a la vez. La figura 16-4 m uestra que
ni cabo de este plegam iento el asa anticodón se halla en una de las puntas de
ln L, el pxtrem o aceptador en la otra punta, y las asas D y T quedan juntas
>-n la zona de unión de ambos brazos.
am inoacil
A A + A T P -------------------- > A A -A M P + PP
sintetasa
Debe señalarse que la energía del ATP usada en la primera reacción que
da depositada en la unión química entre el aminoácido y la A del trinucleó-
Iido CCA.
,
A R N r 5,8S
S ubunidad
m enor
i|iic migra más rápidamente hacia el fondo del tubo por acción de la fuerza
centrífuga. Juntas, las subunidades 40S y 60S forman la unidad 80S, que re
presenta al ribosoma completo (los números no se adicionan debido a que los
i oeficientes de sedimentación, si bien se relacionan, no equivalen a los pesos
ilc las partículas).
Cada subunidad ribosóm ica está integrada por una o más moléculas de
ARNr más un determinado número de proteínas. Así, la subunidad mayor
i nutiene los ARNr 28S, 5,8S y 5S más 50 proteínas; la subunidad menor, el
AKNr 18S más 33 proteínas (fig. 16-5). Las proteínas de la subunidad mayor
hc denominan L l, L2, [...] L50 (L por large), y las de la subunidad menor,
NI, S2, [...] S33 (S por small).
Dado que las 83 proteínas ribosómicas se construyen a partir de otros tan-
ios ARNm, puede decirse que los componentes del ribosoma derivan de 85
(iones (83 corresponden a las proteínas, uno al ARNr 45S y otro al ARNr 5S).
11 >>i el que se desliza el ARNm (fig. 16-6). Junto al canal se observan tres
meas excavadas contiguas — denom inadas sitio A (por am inoacil), sitio P
i |>or peptidil) y sitio E (por exit, salida)— , cuyas funciones se analizan en la
nección 16-12. La figura 16-9 m uestra las ubicaciones relativas de los sitios
A, P y E.
I ,a subunidad m ayor es también muy irregular. De una de sus caras — la
que se relaciona con el canal y los sitios A, P y E de la subunidad menor—
nii* i- un tú n el diseñado para que la proteína salga del ribosoma a medida que
sintetiza (fig. 16-6).
Ambas subunidades se reparten el trabajo que realiza el ribosoma. La
.iibimidad menor coloca juntos a los ARNt para que los am inoácidos que
um isporlan se liguen entre sí, es decir, para que se produzcan las uniones
pi-plídicas, En cambio, (a subunidad mayor cataliza dichas uniones y asiste
i lo:, inclines que regulan la síntesis proteica (secciones 16-12 a 16 14). De
ll' .Titularse que la lime:. i n catalnica de la subunidad mayor no está a cargo
>l< n u il ilr m i', pi o í r uta . .n m ilr u n o di- m i s A R N i , q t i r o b l a r o m o tilia i ib o
288 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
1
111111 ii I iii< u n í i li I m I i o n o i i i i i t | i i r p o N rr lo - , n Í I Í o : , I \ I 1y A
16. L A T R A D U C C IO N D E L A R N m ■ 289
INICIACION
¡± M ‘ UAC
r[ r - np jHr - r ht v 3’
?V rr- i \ m . . . ■Mi l i n
cap r c : J - - - - I a-6.jcjau
UGAAAUUC CUGUGA A A A AA
P o li A
(Inic.) (Term.)
A L A R G A M IE N T O
3' 5' E P A
m T m
AG C A U G k k k ú ú S¿ ¿ Á Á Á c c Ú G
ÜUU
A>we
TERMINACION
3'
r—j—i—i—>
A A AA A
_P^e
■Vi5'
I ,(> que ocuire durante los dos primeros episodios de la etapa de alarga-
iinenio de la síntesis proteica se repite en los siguientes. Por consecuencia,
Minante el tercer episodio se forma un tetrapeptidil-ARNt, y luego peptidil-
AKNl cada vez más largos, cuyas localizaciones alternan en los sitios P y E
n medida que se producen las translocaciones y se suceden las uniones pep-
(Idlc.ts. Se calcula que por segundo se agregan a la cadena peptídica unos cin-
• " iiiniiioácidos.
I i energía que se gasta durante la formación de cada unión peptídica pro-
ii ne de la ruptura de la unión química entre el ARNt ubicado en el sitio E y
ii aminoácido. En la sección 16-7 se dijo que al form arse cada aminoacil-
\l< N r " , la unión del aminoácido con el extremo aceptador del ARNt — más
i con su última adenina-— consume la energía suministrada por
m i \ 11 ’ I ' m lo la n í o , la e n e r g í a q u e e m p le a la s u b u n id a d m a y o r d e l r ib o s o m a
muy costoso, ya que se requiere no sólo el ATP recién mencionado sino tam
bién los dos GTP citados con anterioridad: el que se consum e en el sitio A pa
ra que el aminoacil-ARNtAA se conecte con el ARNm y el que se gasta en la
translocación.
Como se dijo, con cada translocación el ribosom a se aleja del extremo 5'
del ARNm y se acerca al extremo 3'. Cabe agregar que cuando el ribosoma
se halla a unos 30 codones del codón de iniciación, éste es abordado por un
segundo ribosom a y comienza la síntesis de una nueva copia de la proteína.
Puesto que ello se repite muchas veces, al cabo de un tiempo se encuentran
múltiples ribosomas a lo largo de todo el ARNm, separados entre sí por pe
ríodos de 30 codones (figs. 1-10, 7-4, 7-6, 16-7 y 16-8). En la sección 16-11
se dijo que esa asociación recibe el nombre de polirribosoma.
Así pues, cuando la cantidad de hierro cae, una proteína llamada aconitasa o
IRF (por iron responding factor) se une a la secuencia no traducible de! ex
humo 5' del ARNm de la ferritina y bloquea su traducción. Ello se debe a que
lu aconitasa dobla al ARNm y le forma un bucle (fig. 16-10), lo cual impedi
ría la acción del IF-4 y, por lo tanto, el comienzo de la traducción.
H ie r r o s u fic ie n t e c a p A U G ^ 4 - Q r ----------------------- n J i n j l T L A A A A
debido a que el ARNm que los codifica es degradado por una nucleasa es
pecífica. En este m ecanismo regulatorio tam bién interviene la aconitasa, ya
que al unirse a una señal ubicada en el extrem o 3 ' del ARNm, consistente en
cinco bucles de ARN con una secuencia CAGUG en cada uno, impide la ac
ción de la nucleasa. Ello ocurre cuando desciende la concentración del hie
rro (fig. 16-12).
Como vemos, al dism inuir el hierro en el citosol actúan dos mecanismos
regulatorios simultáneos, uno que baja la concentración de la ferritina (sec
ción 16-20) y otro que aumenta el número de receptores para la transferrina.
En el primero se bloquea la traducción de un ARNm y en el segundo se im
pide la degradación de otro. En ambos interviene una m isma molécula — la
aconitasa— , aunque en sectores diferentes de los ARNm.
La corta supervivencia de los ARNm de muchas proteínas — por ejemplo,
algunos factores de crecim iento (cap. 18-28)— , que no supera los 30 minu
tos, se debe a la presencia en su extremo 3' de secuencias de unos 50 nucleó
tidos ricas en A y U, localizadas entre el codón de terminación y la poli A
(sección 16-5). Se ha sugerido que estas secuencias atraen a ciertas nuclea-
sas, las cuales, mediante la remoción gradual de las A de la poli A, desesta
bilizan al ARNm y ello propicia la degradación de este último por otras nu-
cleasas (fig. 16-13).
La vida media del ARNm de la fi-globina, que es de unas 10 horas, depen
de de la integridad de su poli A. Diversas experiencias han demostrado que
el acortam iento gradual de esta secuencia mediante nucleasas reduce el tiem
po de vida del ARN mensajero.
La supervivencia de los ARNm que codifican a las histonas depende d e l
momento del ciclo en que se halla la célula (fig. 16-14). En la fase S la vi
da media de estos ARNm es de una hora, pero cuando concluye la replica
ción del ADN se reduce a unos pocos minutos. No se conoce el mecanismo
por el cual la replicación del ADN se vincula con la m enor velocidad d e la
degradación de estos ARNm. Sólo se sabe que su estabilidad es influida por
una corta secuencia de nucleótidos que form a un bucle en su extremo 3'
(cap. 15-5) (fig. 15-4).
AR N m de
fa c to r d e c a p A U G --------------------------------------A U A U ------------------ A A A A
c re c im ie n to
* m
Al c a b o d e c a p A U G A U A U
30 m inutos
F ig . 1 6 - 1 3 . R e g u la c ió n de la
***yy
e s ta b ilid a d de lo s A R N m de
l o s l i u I m i " , d e i ie < i m i e n l o
16. L A T R A D U C C IO N D E L A R N m ■ 297
Durante la fase S c a p ■ • A U G
I inspués de la fase S c a p • ■A U G
I loy se sabe que las señales utilizadas para degradar muchas proteínas de vi
lla corta son secuencias de aminoácidos llamadas PE ST , ricas en prolina
(/’), ácido glutám ico (£ ), serina (S ) y treonina {T) (las letras entre parénte
s i s identifican a esos aminoácidos, según se informa en la figura 2-25). Es-
II.N COOH
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285:1722.
La replicación del ADN i -j
Mutación y reparación
UEPLICACION DEL A D N
1 / 1 . La replicación del ADN se produce en la interfase
C adena
nueva
H o r q u illa d e
r e p lic a c ió n
17-.*. I .ti r i - p l i c u e i ó n del Al )N nc produce previo d rscnrnllninirnlo ilc Iiin don r m le n iiH de In dnltle In I m , < ndn uim d r In-,
rindi". rs iiHltdii rnini) m u llir p n n i H i n l r l i / i i i lim ciuIi'miin iiu i 'V iih ( I I i m ' i v i - ' h q u e In -.l ni • m \ in m lit f n i .............. < <1
17. L A R E P L IC A C IO N D E L A D N ■ 301
ADN polimerasa
-AD N polimerasa
5 P-P-P
OH
C ' 2
P-P-P
P + P-P
/\3 >
5r
Ar ; : T'
yenes activos, mientras que en la replicación no queda ningún sector del F ig. 17-4. A cción de la ADN
polim erasa durante la replica
ADN sin duplicar. Para la síntesis del ARN las dos cadenas del ADN se se-
ción del ADN. La enzim a ubi
(•Mían transitoriamente en la zona donde se produce la transcripción, por lo ca en su lugar a un nucleósido
• mil se forma una especie de “burbuja” que se desplaza en dirección 5' — . trifosfato y cataliza la unión
fosfodiéster, con liberación de
I I ARN copia una sola de las dos cadenas del ADN y, conforme progresa la
un difosfato. Se observa que
li adscripción, se despega de la cadena que le sirve de molde. Contrariamen- la ADN polim erasa só lo pue
ir. cu la replicación las dos cadenas del ADN se utilizan como moldes y una d e ag reg ar nucleótidos en la
dirección 5 '—>3'.
viv separadas no vuelven a juntarse (porque las cadenas hijas quedan unidas
i las progenitoras). Finalmente, la replicación exige un número considerable-
incdlc mayor de enzimas que la transcripción.
l in síntesis, a partir de una m olécula doble de ADN se originan dos molé-
i ulas dobles de ADN — dos dobles hélices— , cada una compuesta por una
*adcna heredada del ADN progenitor y una cadena recién sintetizada. Dado
« 1111 * las moléculas de ADN recibidas por las células hijas contienen una cade
M o lé c u la
p a te rn a
Orígenes de replicación
i
<o
i
F ig . 17-6. E sq u em a que
i
m uestra dos orígenes de repli 4
cación contiguos en un sector
de* un crom osom a,
i 7. L A R E P L IC A C IO N D E L A D N ■ 303
• ' / ; ,
* * W -
k #
3 » il-v.
x -o,.
(fig. 17-6). Ello da lugar — en cada extremo— a una estructura con forma de
Y denominada h o rq u illa de replicación, ilustrada en la figura 17-8. Sus ra
mas representan a las cadenas del ADN separadas, y el tronco, a la doble hé
lice en vías de separación.
Las dos horquillas que nacen en cada origen avanzan en direcciones
opuestas. Desaparecen cuando colisionan con sus similares de las burbujas
contiguas, al culm inar el acercamiento progresivo entre ellas (fig. 17-9). Co
mo es obvio, esto no ocurre con la horquilla que recorre el tramo distal del
telómero.
El segmento de ADN que se sintetiza a partir de un origen de replicación
recibe el nombre de replicón. La replicación concluye cuando se conectan
entre sí todos los replicones. La acción cooperativa de miles de ellos es lo que
permite que el ADN se sintetice en un tiempo relativamente breve para el ci
clo vital de la célula.
,V '
l
------------------------------------------------- 1------------------------------------------------------------------------1--------------------------------------------------- ---
5'
3'
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 1
En cambio, la otra cadena hija — que usa como molde la cadena progeni- F ig . 17-9. E sq u em a que
m uestra dos replicones conti
lora que corre en dirección 5 '—>3'— se sintetiza de un modo singular, ya que
guos y los lugares donde se
para poder crecer debe hacerlo en dirección contraria al avance de la horqui origina la replicación. A sim is
lla. Lo logra porque se fabrica de manera discontinua, lo cual significa que se mo m uestra el carácter bidi
reccional de la replicación y
<(instruyen pequeños tramos de ADN — llamados fragm entos de O kazaki—
los sectores donde el A D N se
(|iie se ligan entre sí conforme se van formando (fig. 17-8). sintetiza en form a continua y
La figura 17-8 muestra cómo se sintetiza un fragmento de Okazaki. Pue discontinua.
de verse que se copia un segmento de la cadena progenitora relativamente
alejado del ángulo de la horquilla, situado “por detrás” del que diera origen
.iI fragmento de Okazaki construido con anterioridad. Esto significa que el
segmento de ADN progenitor más cercano a la horquilla permanece sin co
piar, aunque a esa altura la otra cadena progenitora ya fue copiada por la ca
dena continua. Es por ello que a esta última se la llam a también adelantada,
v a la discontinua, retrasada.
Se dice que la replicación del ADN es un proceso bidireccional no sólo
porque las dos cadenas se sintetizan en direcciones opuestas sino también
porque las dos horquillas avanzan en direcciones divergentes.
Además es asim étrica, ya que una misma cadena se replica en forma con-
linua de un lado de la burbuja y en forma discontinua del otro lado (fig. 17-9).
En suma, cada burbuja presenta cuatro áreas generadoras de ADN, dos que
lo hacen de manera continua y dos de manera discontinua, las primeras cruza
das con las segundas (fig. 17-9). Como vimos, la síntesis continua se produce
en dirección de las horquillas y la discontinua en dirección contraria.
A continuación analizaremos de qué modo se sintetiza el ADN en la cade
na continua (adelantada) y en la cadena discontinua (atrasada). Por motivos
didácticos lo haremos en secciones separadas, aunque estos procesos — como
los ya explicados y los que falta explicar— ocurren simultáneamente.
17-7. La cadena de ADN que se sin tetiza en form a con tin u a com ienza
a replicarse a p a rtir de un cebador
Para iniciar la síntesis de la cadena continua de ADN, la ADN polimera
sa necesita, además de una cadena de ADN 3 '-» 5 ' molde, un extremo 3 ' pa-
ia poder colocar el primer desoxirribonucleótido. Ese extremo lo provee una
pequeña pieza de ARN de unos 10 nucleótidos llam ada c eb ad o r (fig. 17-8).
I ,a formación del cebador es catalizada por una ARN polim erasa específica,
la ADN p rim asa. Se diferencia de las ARN polim erasas porque genera un
AKN corlo que queda unido il AUN copiado.
I Ina vez formado el <i Imdoi. In sínlesis del ADN se produce por la acción
di l.i Al >N polilla i.t i I i | ' i i>ni de desoxiniboiuieleófidos, lisios se en
306 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
A b razad e ra d eslizan te
| H elicasa
va de su lugar. Cabe agregar que existen otros modelos teóricos de bucle que
proponen evoluciones distintas a la que se acaba de describir. El modelo pre
sentado aquí es uno de los más difundidos y, como los restantes, deriva de es
tudios efectuados en células procariotas.
Otro dato que revela la figura 17-11 es que los dos ADN moldes — el que
se acorta y el que se alarga— están asociados a múltiples unidades de una
proteína llamada SSB (por single-slrand DNA binding), cuya función es man
tener relativamente rectos a esos ADN simples para evitar que se apareen las
bases complementarias de sus propias cadenas, lo cual impediría la labor de
la ADN polimerasa a . Debe señalarse que una vez que la célula fabrica las
SSB necesarias, éstas se reutilizan mientras dura la replicación, ya que sus
unidades se transfieren de los ADN molde que se acortan a los ADN molde
que se alargan.
Al igual que las ADN polimerasas 8 y fi, la ADN polimerasa a no se des
prende del ADN molde debido a que se le asocia una a b ra z a d e ra deslizante,
cuyas partes se separan — y la abrazadera se desarma— apenas el fragmento
de Okazaki termina de sintetizarse (figs. 17-10 y 17-11). Luego el bucle se
endereza y sus dos componentes — el fragmento de Okazaki y el flamante
ADN molde— quedan situados en el lado opuesto de la enzima (fig. 17-11).
Ello crea las condiciones para que comience a formarse un nuevo fragmento
de Okazaki, lo cual ocurre una vez que se forma el cebador y que la ADN po
limerasa a se une al ADN molde como consecuencia del rearmado de la abra
zadera deslizante.
Como se vio en la sección 17-6, a partir de los orígenes de replicación ca
da una de las dos cadenas de la burbuja da origen a dos cadenas divergentes,
una que crece en forma continua y otra en forma discontinua (fig. 17-9). Da
da la manera como se construye la cadena discontinua, su extremo 3' corres
ponde al extremo 3' del. primer fragmento de Okazaki sintetizado, y su extre
mo 5', al extremo 5' del último fragmento. Además, el primer fragmento se
liga al extremo 5' de la cadena continua del replicón, mientras que el último
se liga con el extremo 3' de la cadena continua del replicón contiguo.
La ADN polimerasa a interrumpe su actividad después que agrega el úl
timo nucleótido del fragmento de Okazaki, cuyo extremo 3' queda junto al
extremo 5 ' del cebador formado precedentemente (fig. 17-8). Del mismo mo
do que en la cadena continua, los cebadores de la cadena discontinua son re
movidos por una nucleasa re p a ra d o ra y reemplazados con piezas de ADN
construidas por la ADN po lim erasa [3. Luego actúa la ADN ligasa, que suel
da el extremo 3' de esas piezas con el extremo 5' de los fragmentos de Oka
zaki precedentes.
En el capítulo 12-6 se dijo que el ADN de los telóm eros, a pesar de que
por su ubicación puede fusionarse con el ADN de otros telómeros o degra
darse mediante una nucleasa, en condiciones normales no corre esos riesgos
porque se dobla sobre sí mismo y las proteínas TRF le forman un capuchón
protector. Tanto el doblez como el capuchón se ilustran en la parte inferior (li
la figura 17-12. Obsérvese que el ADN se dobla porque una de sus cadenas
es más larga que la otra e invade un tram o cercano de la doble hélice, lo (lin
da lugar a una triple hélice de ADN de unos 150 nucleótidos de extensión.
C a b e a g re g a r q u e la ca d e n a d is c o n t in u a d e l A 1 > N le lo m c iic o s i- s i n l c l i / i i
&' 3'
* \ /? T T A G G G T T A G G G T T A G G G T T A G G G T T A G G G -
f AATCCCAATC
CCCC ^>A»UA C
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AAAAU CC /r
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5'
3I''E
í- - Telomerasa
3'
TTAG G G TTAG G G TTAG G G TTAG G G TTAG G G TTAG — ►
D
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■ AATCCCAATCCC ^A U C C C A A U C ^
f )
a: 3
TTAGGG TTAG GGTTAGG GTTAGGG TTAG GGTTAGG GTTAGGG TTAG
, ' AATCCCAATCCC -4— A ATCCCA ATCCCAAUCCC
5' 3' 5' 3' 5'
Humo de ADN que debe reem plazar al último cebador que se elimina de esa
i rnlcna porque carece de un extremo 3' a partir del cual pueda comenzar a
hum arse. Por consecuencia, en cada una de las sucesivas divisiones celula-
ii"., con la eliminación del último cebador se pierde un tramo del ADN telo-
iníiico, lo que provoca su progresivo acortamiento.
Naturalmente, si al cabo de un determinado número de divisiones los cro
mosomas no revirtieran ese acortamiento, no sólo perderían los telómeros si
no que comenzarían a perder información genética. En la mayoría de las cé-
lulus esto no sucede porque después de alrededor de 50 divisiones el acorta-
inu-nto telomérico llega a un nivel que les impide iniciar una nueva división.
Mrts aún, esas células envejecen y mueren debido a que desde sus telómeros
ni»'lados surgen señales que activan al gen de la proteína P53, lo cual, como
ni vcri'i en los capítulos 18-29 y 22-6, bloquea la división y determina la
muerte de las células. Así, la muerte sobreviene antes de que las células pier-
l,iii información genética.
I '.ii algunas células pertenecientes a las líneas germinativas del testículo y
■I ovario (cap. 19-3), lo anterior no ocurre a pesar de que se dividen repeti-
•luiiu'iilc, lo cual se debe a que contienen un complejo enzimático ribonucleo-
|noli ico diseñado pura rccupcriu el ADN telomérico que pierden durante las
310 F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
divisiones. Ese complejo se llam a telom erasa y está integrado por valia»
proteínas y un ARN de alrededor de 450 nucleótidos llam ado A R N te (cap
13-2), que incluye la secuencia AU C C C A A U C (fig. 17-12). Veamos cómo
actúa la telomerasa, adelantando que sus propiedades catalíticas derivan de
su fracción proteica.
En los telómeros la cadena 3 '—*5' del ADN está compuesta por numerosa
secuencias A A T C C C consecutivas que, junto con sus complementaria
TTAG GG de la cadena 5 '—>3', se van perdiendo durante las sucesivas divisio
nes celulares. La recuperación del ADN telomérico comienza en un ciclo ce
lular ulterior, cuando la secuencia AUCCCAAUC del ARN de la telomerasa
se une al extremo 3 ' de la cadena 5 '—>3', colocándose en el lado de ia cadena
3 '-» 5 ' del modo ilustrado en la figura 17-12.
A partir de ese momento la cadena 5'-> 3' reúne los requisitos que le peí1
miten crecer: tiene su propio extremo 3' libre y una secuencia de nucleótidos
que le sirve de molde, la del ARN de la telomerasa. Puesto que a medida que
crece provoca el corrimiento de la telomerasa, el proceso se reitera varias ve
ces. Concluye cuando la cadena 5 '—>3' recupera su longitud y el telómero se
libera de la telomerasa.
Como se ve, la telomerasa es una ADN polimerasa que copia una secuen
cia de ARN, de modo que se comporta como una transcriptasa inversa (cap,
17-24).
Resta describir cómo la cadena 3'-> 5' recupera su longitud. Es restaurada
por la ADN polim erasa a , que utiliza como molde el ADN 5'-> 3' recién sin
tetizado y agrega los nucleótidos complementarios a partir del extremo 3' del
ARN de un cebador previamente fabricado por la enzima ADN primasa. Fi
nalmente, el cebador es removido y la enzima ADN ligasa une el antiguo ex
tremo 5 ' de la cadena con el extremo 3' del segmento recién formado.
Dado que no existe un balance exacto entre las pérdidas teloméricas y sus
recuperaciones periódicas, la longitud de los telómeros varía en los distintos
cromosomas.
Se sospecha que los telóm eros no son estructuras diseñadas únicamente
para evitar el acortam iento progresivo de los extremos de los cromosomas.
En estudios sobre envejecim iento c e lu la r se ha comprobado que en medios
de cultivo las células provenientes de em briones y de individuos jóvenes se
dividen más veces que las células provenientes de individuos de mayor
edad, las cuales, además, m ueren mucho antes. Este fenómeno celular se co
noce con el nombre de senescencia replicativa. Muchos investigadores
creen que las células jóvenes cultivadas viven más porque sus telómeros re
cuperan el ADN perdido a una velocidad mayor que los telóm eros de las cé
lulas envejecidas, lo cual estaría relacionado con la reducción progresiva de
la síntesis de la telom erasa que tiene lugar en las células a m edida que se su
ceden sus divisiones.
Esto últim o no ocurre en las célu
las cancerosas, cuya telom erasa no se
reduce o se halla aumentada, lo que
explicaría por qué esas células suelen
dividirse en form a perpetua cuando se
las cultiva (cap. 21-3). Coincidente-
mente, varios estudios han demostra
do que la telom erasa es sintoli/.ada en
F ig. 17-13. Separación tic las dos cadenas del A D N .a nivel d e la horquilla las células de la mayoría (le los cálice
ilt* replicación y su consecuencia meerinicu, evitada poi las topoisoineiasus res humanos
17. L A R E P L IC A C IO N D E L A D N ■ 311
Debido a que el ADN es una molécula compuesta por dos cadenas heli
coidales apareadas y enrolladas entre sí, su síntesis presenta una dificultad
adicional, soslayada hasta ahora para no com plicar el análisis de los puntos
anteriores.
Hemos visto que las ADN polim erasas copian los nucleótidos del ADN
después que las dos cadenas de la doble hélice se separan. La separación es
producida por una enzima específica llam ada helicasa, que se sitúa en el án
gulo de la horquilla de replicación por delante de las ADN polimerasas S y a
v corta los puentes de hidrógeno entre las bases complementarias de las dos
radenas de la doble hélice (fig. 17-11). Este proceso requiere energía, que es
lomada del ATP.
Conforme avanza la horquilla de replicación, la helicasa deja tras de sí tra
mos de las dos cadenas del ADN con sus nucleótidos expuestos. Recordemos
i|ue para dar lugar a la cadena discontinua, los nucleótidos de la cadena pro
genitora 5'—>3' permanecen un tiempo sin replicar, combinados con las SSB.
Dada la naturaleza helicoidal del ADN, la helicasa no puede abrir la doble
hélice del ADN como si abriera un cierre relámpago. El modelo que se mues-
Ira en la figura 17-13 nos ayuda a comprender por qué. Conforme las cade
nas del ADN se separan a nivel de la horquilla, se va acumulando delante de
ésta — en la doble hélice no abierta todavía— una torsión cada vez mayor.
( '«rao es de suponer, esa torsión haría inviable la separación de las cadenas
por la helicasa. Por lo tanto, para que la acción de la enzima no sea frenada
es necesario evitar el superenrollam iento con un desenrollam iento equivalen
te, a fin de prevenir excesivas tensiones torsionales en los segmentos de la
doble hélice aún no replicados.
El desenrollam iento es producido por dos enzimas específicas, la topoiso
merasa I y la girasa (o topoisomerasa II). Ambas utilizan energía y evitan las
vueltas en exceso mediante un proceso que se cumple en tres pasos.
En el prim er paso, la topoisom erasa I corta una de las cadenas de la do
ble hélice; en el segundo, la cadena cortada gira en tom o de su propio eje; en
el tercero, los extremos cortados se vuelven a unir.
En cambio, la g irasa no corta una sino las dos cadenas del ADN, las cua-
Irs restablecen sus uniones después de haber girado.
Como se ve, ambas enzimas se comportan como
nucleasas (cortan al ADN a nivel de las uniones fos-
I<idiéster) y ADN ligasas (reconectan las piezas cor
ladas después de haber rotado el ADN).
La girasa es una de las proteínas que integra el
imdamio proteico en el que se sostienen los lazos de
cromatina de 30 nm (cap. 9-9); se asocia con el ADN
ilcl lazo colocándose cerca de sus extremos, donde
nim pondría una suerte de articulación giratoria si
milar a la mostrada en la figura 17-14. Con respecto
■i la topoisomerasa I, existirían varias en cada lazo,
pues operarían entre las burbujas de replicación.
I .a topoisomerasa I y la girasa se diferencian no
vilo porque la primera corta una sola cadena del
ADN y la segunda corta las dos, sino por la magni
tud de sus d e d o s , ya i p i r el dcsenrolliiinieiilo que
312 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
un ■i . N1 Nucleoplasmina
Il!i >H 4 --------------------------------- .. A D N ^ H 2A +H 2 B Fig. 17-16. Participación de
^ ir
N U C LE O S O M A
la proteína NI y de la núcleo-
plasmina en el armado de los
nucleosomas.
M U T A C IO N DEL A D N
i / - 1 5 . Las alteraciones del ADN pueden deberse a m utaciones génicas
o a aberraciones cromosómicas
H
\
N — H O, o— H -r/ N,
D e s a m in a c ió n
w
// % ----------« - ( I
O -------------- H —
w
N.
^
/ “ iO
.
N -H — N
\
C ito s in a H G uanina Uracilo A d e n in a
N — H O, c h 3 — H — N
D e s a m in a c ió n
-H -N
F ig . 17-17. C onsecuencias de
m utaciones génicas espontá
neas producidas p o r desam i « H O
nación. A d e n in a T im in a H ip o x a n tin a Citosina
CGATAACTAG
Apurinización
F ig . 17-18. C onsecuencia de
MI TATTGATC GCT TTGATC la m utación g énica espontánea
Á p roducida por apurinización.
I ,a mayor paite de las mutaciones génicas que afectan a las células se pro
ducen espontáneamente, durante la replicación del ADN. Ello se debe a que
• ii,indo se sintetizan las cadenas hijas pueden insertarse nucleótidos incorrec
to:,, o nucleótidos de m enos o de más. Como se verá en futuras secciones, la
i i'lula ha desarrollado mecanismos especiales para corregir tales errores y lo-
l'iur la mayor fidelidad posible en la duplicación del ADN. Esos mecanismos
' liminan el 99,9% de los errores producidos durante la replicación, de modo
i|iu\ de los numerosos nucleótidos incorrectamente insertados cada vez que
ir copian los millones de pares de nucleótidos del genoma humano, en pro
medio persisten errados sólo tres.
También existen mutaciones génicas espontáneas ajenas a la replicación.
Algunas aparecen como consecuencia de la desam inación de las bases de los
nucleótidos, dada la facilidad con que pierden sus grupos amino. Como
muestra la figura 17-17, cuando la citosina se desamina se convierte en ura-
i ilo, que se aparea con la adenina y no con la guanina. Si la célula no co rn
ee el error reem plazando al uracilo por una citosina, en la próxim a replica-
i Ion — al asum ir la cadena hija alterada el papel de cadena progenitora— in-
■Haría una adenina en lugar de una guanina, y esa mutación se instalaría en
■I genoma. Algo análogo ocurre — espontáneam ente también— cuando se
ilrsam ina la adenina, que al convertirse en hipoxantina se aparea con la cito-
hI iiii en vez de hacerlo con la timina.
Existen tres grupos de agentes ambientales que al actuar sobre las células
inducen la aparición de mutaciones: 1 ) los químicos, que son los más difun
didos; 2 ) las radiaciones ionizantes, por ejemplo, la radiación ultravioleta de
la luz solar, los rayos y y los rayos X, y 3) ciertos virus capaces de introducir
.cementos de ADN foráneo en los genes.
Algunos de estos agentes incrementan la aparición de mutaciones espon
taneas en el ADN (sustituciones de bases, deleciones, intercalaciones, desa
nimaciones, apurinizaciones). Otros dan lugar a otras clases de cambios. Por
ejemplo, los rayos y y los rayos X producen roturas en la doble hélice, mien-
n.is que la luz ultravioleta form a dímeros entre pirimidinas contiguas en una
de las dos cadenas del ADN. Los más comunes son los dím eros de tim ina
i li)' 17 19). La unión entre dos tim inas vecinas distorsiona su apareamiento
■ m i la s a d e n in a s d e la c a d e n a o p u e s t a , l o c u a l a lt e r a la r e p lic a c i ó n n o rm a l d e l
A D N y c o n d u c e a la iip iitic ió n de m u ta c io n e s
316 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
\ ^ ^ o
CGATAACTAG CGA \ \ / / TAC.
I I I I I I
GCTATTGATC Q C J S rn Tv &. A T (
F ig . 17-19. F orm ación de dí-
m eros de tim ina por acción de ^ Luz UV
la luz ultravioleta.
REPARACIO N DEL A D N
1 7 -1 9 . Existen varios mecanismos para reparar el ADN
1 7 -2 0 . La ADN polim erasa corrige los errores que ella misma comete
Durante la replicación del ADN, para que un nucleótido pueda ser agre
gado en el extremo 3' de la cadena hija en crecim iento es imprescindible que
el nucleótido incorporado precedentemente sea el que corresponde. Más
aún, si la ADN polim erasa inserta en form a accidental un nucleótido inco
rrecto, “percibe” el error y no agrega nuevos nucleótidos, de modo que el
crecim iento de la cadena se detiene transitoriam ente. El error es resuelto por
la propia enzim a m ediante el ejercicio de una función adicional conocida co
mo “lectura de p ru e b a s”.
Así, la ADN polimerasa, ante la presencia de un nucleótido insertado in
correctamente, retrocede y lo elimina. Para ello utiliza la actividad exonu
y / ' cleolítica 3 '—>5' de una de sus subunidades. Una vez elim inado el nucleótido,
la síntesis del ADN progresa normalmente.
Com o vemos, durante la replicación la ADN polim erasa controla los erro
res que ella misma comete y además los corrige. Sin embargo, dada la impor
tancia de la integridad del ADN para la vida celular, si falla esta “lectura de
pruebas” se pone en marcha un segundo sistema de reparación que se cum
ple de la manera descrita en la próxima sección.
En primer término, el o los nucleótidos erróneos son rem ovidos por una
nucleasa re p a ra d o ra , la m isma que remueve a los cebadores en la síntesis
continua y discontinua del ADN (secciones 17-7 y 17-8). Para ello, la nuclea
sa corta la unión fosfodiéster que conecta al nucleótido incorrecto con el nu
cleótido contiguo. La reparación se completa cuando la ADN polim erasa |1
sintetiza la pieza faltante y la ADN ligasa une esa pieza al ADN cortado.
Debe existir alguna señal que le permita a la nucleasa reparadora distinguii
en cuál de las dos cadenas del ADN se encuentra el nucleótido incorrecto. En
los procariotas tal reconocimiento se basaría en la existencia de una diferen
cia transitoria en la mediación de ciertas adeninas entre las dos cadenas des
pues ele la replicación. Dudo que transcurre un tiempo entre la síntesis di1 In
cadena hija y l;i iiieliliirión, I o n erroic. •.crían irparadn-, diiianle <\r peí Indo
17. L A R E P L IC A C IO N D E L A D N ■ 317
A G T G A C T T A G AD N ligasa A G T G A C T T A G
r C A C T G A A T C ' T C A C T G A A T C
5
D esa- 4
minación p o lim erasa (3
A G T G A C T T A G A G T G A C T T A G
I C A U T G A A T C T C A T G A A T C
ADN
g lico sid asa
is a \
A G T G A C T T A G AP e n d o n u c le a s a Fig- 17-20. A cción d e las en-
■ T C A T G A A T C
F o sfo d ie ste ra sa zim as que reparan el ADN
m utado po r desam inación.
(ieneralm ente las mutaciones inducidas por agentes am bientales son re
pinadas por los m ismos mecanism os que se utilizan para la corrección de las
mutaciones espontáneas. En cam bio, los d ím e r o s d e tim in a (fig. 17-19)
producidos por la luz ultravioleta— son .removidos por un sistema de en
zimas especiales, que hidrolizan sim ultáneamente dos uniones fosfodiéster,
mui a cada lado de la lesión.
Así, luego de reconocer la distorsión provocada por la presencia del díme-
iii , sendas nucleasas cortan en la cadena afectada la quinta y la vigésima cuar-
iM unión fosfodiéster, contadas a partir del dímero en dirección 3 ' y 5', res
pectivamente. A continuación, el segmento de 29 nucleótidos — que obvia
mente incluye al dímero— es separado de la cadena normal por la helicasa,
que corta los puentes de hidrógeno entre las bases del segmento que hay que
n mover y las bases de la cadena normal. La reparación se completa cuando
In Al >N polimerasa P reemplaza la pieza ausente por un tramo de ADN nue-
iii v hi ADN ligasa lo une ai ADN anterior.
.‘¡i u n a d e la s n u c l e a s u s i|in- r e m u e v e n l o s d í m e r o s d e t i m i n a e s d e f i c i e n t e
i d i i i o o r m i r e n i m l i v i i l i i n . I i n j u o r i ^ o l o s e n lo:; q u e ('I i'.eii d i 1 la e n / i m i i se
318 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
T R A N S P O S IC IO N DE S EC UEN CIAS DE A D N
1 7 -2 4 . Los transposones son segm entos de ADN que saltan
de un lu gar a otro del genom a
C o r te s d e l A D N m e d ia n t e la t r a n s p o s a s a
genética sino a partir de ARN que fueron copiados a ADN por la transcripta-
•a inversa e insertados en el genoma. Estos segmentos de ADN — que se co-
inicen como seudogenes procesados— se encuentran normalmente en las cé
lulas de todos los mamíferos. Están flanqueados por secuencias repetidas de
ADN similares a las descritas en los transposones y podrían ser “marcas” de
ludas en el genoma por algunos virus portadores de ARN (retrovirus). La
in.M lividad funcional de los seudogenes se debe a que carecen de secuencias
i emuladoras. Por otra parte, se han descubierto seudogenes procesados cuyas
I I n ii p ii '. i e io n e s s o n m u y p iu e e iil a s a la s d e lo s g e n e s d e la s in m u n o g lo b u lin a s ,
t i . i ’ liiliin u s v la 1 1 i l n i 11 m i |1
320 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
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La mitosis
Control del ciclo celular 18
M ITO S IS
1 8 -1 . Un individuo ad ulto está fo rm ad o por unas 1 0 l:i células
I I u s o ilc m é to d o s c ilo q u fm ie o s b r in d ó lo s p r im e r o s in d i c io s d e q u e In d u -
con tim idina m arcada perm itió determ inar el período exacto en que se pro
duce la duplicación del ADN, y demostró que la síntesis tiene lugar sola
mente durante un tramo lim itado de la interfase, denominado fase S (por sín
tesis de ADN), que es precedido y seguido por las fases G1 y G2 (por gap,
intervalo), en las que no hay síntesis de ADN. Esto llevó a dividir el ciclo
celular en cuatro fases sucesivas: G l, S, G2 y M (por m itosis) (fig. 17-1). G2
es el tiempo que transcurre entre el final de la síntesis de ADN y el comien
zo de la mitosis.
Como muestra la figura 18-1, durante la fase G2 la célula contiene el do
ble (4c) de la cantidad de ADN presente en la célula diploide original (2c).
Después de la mitosis las células hijas ingresan en la fase G l y recuperan el
contenido de ADN de las células diploides (2c).
M E TAFAS E A N A FA S E TE LO FA S E
mosomas y su reparto entre las células hijas. Los microtúbulos del huso na- Fig. 18-3. Esquema general
cen de un par de centrosomas, los cuales se forman durante la interfase al du- de la m>tosis-
plicarse el centrosom a ilustrado en la figura 5-23 (sección 18-12).
Como corolario de la mitosis se produce la partición del citoplasma y su
distribución equitativa en las células hijas, fenómeno conocido con el nom
ine de citocinesis.
En general, los procesos que dan lugar a las mitosis son sem ejantes en to
das las células del organismo. Las figuras 1-12 y 18-3 muestran las diferen
tes etapas de la mitosis, que son consideradas como fases de un ciclo que co
mienza al final de la interfase o período interm itótico— y termina al co
menzar la interfase siguiente. Las etapas en que se divide la mitosis son:
ludíase, p rom etafase, m etafase, anafase y telofase. A partir de la penúlti
ma comienza la citocinesis — o separación de los dos territorios citoplasmá-
licos hijos— , que culmina cuando concluye la telofase.
En prim er término, las distintas fases de la mitosis serán consideradas de
mía manera eminentemente descriptiva, tratando de dar una idea global de los
lenómenos que ocurren tanto en el núcleo como en el citoplasma. En seccio
nes ulteriores se pasará revista a la ultraestructura y a la bioquímica de algu
nos de esos fenómenos.
M ETAFASE
AN A FA S E A
AN A FASE
Fig. 18-4. Fibras del huso mi-
tóiico y su com portam iento en
la m etafase (A ), la anafase A
(B) y la anafase B (C).
marias) se vuelven claram ente visibles debido a que se les han asociado dos
placas proteicas llamadas cinetocoros, que dan hacia los lados externos de
las cromátidas (fig. 18-6). Al principio los cromosomas están distribuidos
hom ogéneam ente en el nucleoplasm a, pero luego se aproximan a la cariotc-
ca, de modo que aparece un espacio vacío en el centro del núcleo. Este mo
vimiento centrífugo de los crom osom as indica que se aproxim a el momento
de la desintegración de la envoltura nuclear. También pueden observarse las
constricciones secundarias de los cromosomas 13, 14, 15, 21 y 22. Otro
cambio es la reducción del tamaño del nucléolo, hasta su desaparición.
Debido a la desintegración del citoesqueleto, la célula tiende a hacerse es
férica; además pierde sus contactos con las células vecinas o con la matriz ex
tracelular. Simultáneamente, el RE y el complejo de Golgi se fragmentan en
vesículas pequeñas. Pero lo que más se destaca en el citoplasma es la forma
ción del huso m itótico. Trátase de conjuntos de haces de microtúbulos que
surgen de ambos centrosom as, los cuales se alejan recíprocam ente pues se
dirigen a los polos opuestos de la célula.
Más adelante veremos cómo — y en qué fases del ciclo celular— la célu
la forma el segundo centrosoma. Como se señaló en el capítulo 5-5, el cen
trosoma está integrado por la matriz centrosóm ica — que es el lugar de nací
miento de los m icrotúbulos— y un par de centríolos. Desde los centrosomas
las fibras del huso irradian en todas las direcciones, pero las más llamativas
son las que se extienden hacia el centro de la célula, donde dan lugar a aso
daciones <lc impoi lancin funcional
18 -7. D urante la p rom etafase se desintegra la carioteca
una mayor longitud comparadas con las de la anafase. Los cromosomas co
mienzan a desenrollarse y muestran cada ve/, menos condensados; así, cu
326 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
P rocentríolo
Como se dijo, las fibras del huso m itótico que se unen a los cromosomas
se implantan en los cinetocoros (figs. 18-4 y 18-6). Estos están adosados al
eentróm ero, es decir, al segmento más estrecho del cromosoma (constricción
primaria). Así, el eentrómero no es sólo el sector por el que las cromátidas
hermanas se unen entre sí a través de las cohesinas (cap. 17-1), sino también
el lugar donde los m icrotúbulos del huso se conectan — cinetocoros median
te— con los cromosomas. En los capítulos 12-7 y 12-11 se vio que la mayor
parte del eentrómero contiene ADN repetitivo satélite y que se halla en una
/.ona de heterocrom atina constitutiva.
Los cinetocoros están situados en los lados del eentrómero que dan a las
cromátidas, de modo que en la m etafase — que es cuando se ven mejor—
“miran” hacia sus respectivos polos celulares. En los cortes transversales el
microscopio electrónico revela que cada cinetocoro es una estructura trilami
nar compuesta por dos capas densas de unos 50 nm de espesor, y una capa in
termedia, más clara, de 25 nm de espesor (fig. 18-6).
La cara externa del cinetocoro es convexa y en ella se implantan entre 30
y 40 microtúbulos. En cambio, su cara interna es plana y está en contacto con
la crornatina del eentrómero. Se han observado fibras de crornatina surgidas
de este último que ingresan en la capa densa interna del cinetocoro y que lue-
go de doblarse sobre sí mismas retom an al cromosoma. Aparentemente man
tienen a los cinetocoros ligados al eentrómero. Volviendo a la cara externa,
posee una especie de corona fibrosa y los extremos de los 30 a 40 microtú-
liulos que se anclan en su superficie están asociados con proteínas motoras de
las familias de la dineína y la quinesina (cap. 5-8) (fig. 18-6).
Más adelante se analizará el papel que desempeñan los cinetocoros duran-
ic la separación de los cromosomas hijos en la anafase.
La esclerodermia es una enferm edad humana que genera autoanticuerpos
llamados C R E ST (por las iniciales de calcinosis, Raynaud's phenom enon,
csophageal dysphagia, sclerodactyly y telangiectasia), los cuales reaccionan
contra los cinetocoros. Ello ha permitido usarlos como marcadores para reco
nocer y estudiar a las proteínas cinetocóricas, especialmente las motoras de
las familias de la quinesina y la dineína y las que estabilizan la unión del ci-
nctocoro con la crornatina del eentrómero.
Los autoanticuerpos CREST permitieron detectar a las proteínas cinetocó-
i ¡cas en todas las etapas del ciclo celular, aunque aparecen asociadas a los
o ^
lio, se cree que los filamentos de actina van perdiendo monómeros por des-
polimerización.
I I lu g a r d o n d e se fo rm a e l a n illo c o n t r á c t il s e r ia d e t e r m in a d o — a l f in a li
z a i la a n a f a s o p m l < m u m in ia d o s d e l á s te r, c u y o s e x tr e m o s lib r e s s e tr a s
Profase Prometafase
Fibra polar
Fibra cinetocórica
Metafase Anafase
L as célu las se rep ro d u cen p ara p o sib ilitar el crecim iento corporal y para
reem plazar a las que desaparecen p o r envejecim iento o p o r m uerte pro g ram a
da (cap. 22-1). T am bién lo hacen durante ciertas situaciones patológicas, co
mo la rep aració n de herid as. P ara po d er reproducirse, la célula prim ero du
plica el co n ten id o de su n úcleo y de su citoplasm a y luego divide a estas
estructuras en dos.
La m u ltip licació n celu lar aparece al iniciarse la vida em brionaria, con la
segm entación de la célula huevo (cap. 21-7). D ad a la rapidez con que se su
ceden las div isio n es d e seg m entación, solam ente se duplican los m ateriales
nucleares d e e s a célu la (fig. 19-3). P or lo tanto, los com ponentes de su en o r
m e cito p lasm a se van rep artien d o entre las sucesivas células hijas. E sta fo r
m a de d iv isió n co n clu y e cuando en las células del blastocisto se recu p era la
relación nucleocitoplasm ática característica de las células som áticas (caps.
1-14 y 21-7).
E n el cap ítu lo 17 vim os q ue el A D N y las m oléculas que lo acom pañan se
duplican du ran te la fase S d el ciclo celular. L a duplicación d e los com ponen
tes cito p lasm ático s abarca las fases G l , S y G2.
E n la célu la existen m ecanism os esp eciales para coordinar los procesos de
síntesis en el n ú cleo y en el citoplasm a y determ in ar el inicio y la conclusión
de las fases del ciclo celular. L as próxim as secciones están destinadas al e s
tudio de eso s m ecanism os.
Fig. 18-10. D iagram a que ciones en sucesivas proteínas interm ediarias. La cadena culm ina con la acti
ilustra los cam bios de concen
vación de las m oléculas responsables de la replicación del ADN.
tración de las ciclinas G l y
m itólica durante el ciclo celu La C dk2 se activa sólo cuando la ciclin a G l alcanza un determ inado um
lar. La prim era se asocia con bral de concentración, ya que éste es un requisito indispensable para que se
la quinasa Cdk2, con la que
produzca la activación (figs. 18-10 y 18-11). M ás aún, a partir de ese m om en
forma el com plejo SPF. En
cam bio, la segunda se asocia to la C dk2 y la ciclina G l se unen y com ponen un com plejo proteico deno
con la quinasa C dc2 y form a m inado S P F (p o r S p h a s e -p ro m o tin g fa c to r).
el com plejo MPF. El S P F induce la apertura de los o rígenes de replicación y activa a m olé
culas involucradas en la síntesis del A D N , com o las A D N polim erasas, la he-
licasa, etc. C om o se señaló en el capítulo 17-4, el SFP actúa a través del com
plejo pre-R C .
D ado qu e en cierto m om ento de la fase S la concentración de la ciclin a G l
com ienza a declinar, cuando cae por d ebajo del um bral anteriorm ente citado
se separa de la C dk2, con lo cual el S P F deja de existir. L as ciclinas son de
g radadas por p roteasom as (cap. 4-6).
D e las dos m oléculas, la ciclina G l es la ú n ica cuya co n cen tració n varía,
y a q u e los n iv eles de la C d k 2 se m an tien en co n stan tes a lo largo del ciclo
celular. En cam bio, la ciclin a G l co m ien za a sintetizarse a partir del punto
de arranque, se increm enta d u ran te gran p arte de la fase S, en un m om ento
d e ésta co m ien za a d eclin ar y d esap arece en la fase G 2 (fig. 18-10).
En una fase S norm al el A D N se replica una sola vez, pues si así no fuese
las células hijas tendrían un núm ero de crom osom as m ayor que el norm al. El
im pedim ento para la aparición de nu evas duplicaciones del A D N ya rep lica
do d epende del com plejo proteico O R C (cap. 17-4). L os cuadros derivados
de alteraciones en el control de este proceso se d enom inan potíploidías y se
rán analizados en el capítulo 20-8.
1 8 -2 8 . D iversas s u s ta n c ia s in d u c e n la p r o life ra c ió n c e lu la r
1 8 -3 0 . M u c h o s tip o s de cánceres se p ro d u c e n p o r la a c u m u la c ió n
de a lte ra c io n e s g e n é tic a s
Los protooncogenes son genes norm ales que codifican proteínas impli
cadas en el control de la proliferación celular y la muerte celular. Hasta el
momento se han caracterizado aproxim adam ente cien, entre ellos los que co
difican a las siguientes proteínas (los nom bres de los genes figuran entre pa
réntesis):
1) Los factores de crecimiento PDGF (sis), EGF (cap. 11-12) y GM-CSF
(sección 18-28).
2) Los receptores de los factores de crecimiento PDGF, EGF (erb-B) (cap.
11-12) y GM -CSF (fms).
3) La proteína Ras (ras), que es fosforilada por receptores con actividad
de tirosina quinasa (cap. 11-12).
4) La serina-treonina quinasa Raf (raf), que es activada por la proteína Ras
(cap. 11-12).
5) Las tirosina quinasas Src (src), Fes (fes) y Abl (abl).
6) El receptor de la hormona tiroidea (erb-A), localizado en el citosol
(cap. 11-6).
7) Varias proteínas nucleares que actúan como factores de transcripción,
por ejemplo, las proteínas Myc (myc), Myb (myb), Fos (fos) y Jun (jun). Los
productos de los genes que activan promueven la proliferación celular.
8) La protema Bcl-2 (bcl-2), incluida en esta categoría no porque se halla
implicada en el control de la proliferación sino en la supervivencia de las cé
lulas (cap. 22-4).
La denominación de protooncogenes se debe a que, como resultado de
mutaciones, pueden dar lugar a sus versiones defectuosas: los oncogenes. Es
tos se diferencian de los norm ales porque se transcriben desmesuradamente
y generan cantidades excesivas de sus productos, o porque su transcripción
origina productos aberrantes. En ambos casos traen como consecuencia un
aumento descontrolado de la proliferación celular o una disminución de la
muerte celular (capítulo 22).
Diversos virus son portadores de oncogenes. Se cree que ingresaron en el
genoma viral como protooncogenes, cuando — en alguna remota ocasión—
esos virus infectaron células de animales y los “sustrajeron”; una vez instala
dos en el genoma viral, los protooncogenes se transformaron en oncogenes.
Respalda esta hipótesis el hecho de que en los virus los oncogenes no cum
plen ninguna función. En la actualidad, cuando esos virus infectan a diversas
especies animales, los oncogenes que les transfieren son causa de cuadros
cancerígenos (por ejemplo, el sarcoma de Rous en el pollo, provocado por el
oncogén src).
Si bien varios cánceres que afectan a la especie humana se hallan asocia
dos con infecciones virales (por ejemplo, cl virus de la hepatitis B aumenta
la incidencia de carcinom a hepático, cl papilomavinis incicincnla la apari
ción di' cáncer de cuello uterino, el virus del sitia lim c In piopio con cl sur
coma (le K n p o s i, clt ) alniliinmlniiiciilc n in g u n o d< tir. i mi <ti . h n n ifiiio N c\
18. L A M IT O S IS ■ 339
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La meiosis
Fecundación 19
M E IO SIS
19 -1. La m e io sis y la re p ro d u c c ió n sexual
VAR O N o* /*4 + X Y j
Mitosis
Í«+xy) I-w+xy:
/ \
r/ V
**+ X X ; 44+XXI
y
44+XXj
/ \ / \
/ v , / k M
(u + x y ) (« *x y ) (« + X y ) (4 4 + X Y l ( «+xy' j ( u + X 'r t 44+XX 4A + XX 44+XXj l4 4 + x x : 4 4+ XX 44 + XX M+XX¡ 44+X
i T
/ \ Meiosis I / \
i l i i
E s p e r m a t o z o id e s /& ) fe ) /^ )
Cigotos
Leptonema
C igonem a
Profase <
Paquinema
Diplonema
Anafase I
£ :r
Interfase
A
a
Anafase II 'C X
i ' /
Vi F ig . 19-2. E squem a general de
la m eiosis, que ilustra el ap a
ream iento de los crom osom as
hom ólogos, el intercam bio de
algunos de sus segm entos y la
segregación d e los cro m o so
m as. Los crom osom as pro ce
Gametos c B C B
Preleptonem a
L eptonem a
C igonem a
Profase I
Paquinem a
D iplonem a
M EIO SIS I D iacinesis
P rom etafase I
M etafase I
A nafase I
Telofase I
Interfase
M EIO SIS II
4c
o 2c
1c
G1 R G2 | Gl
t
Mitosis Meiosis I Interfase Meiosis II Mitosis Mitosis
1 2 -8 . D urante el leptonem a los cromosomas ap arentan ser simples Fig. 19-3. C élulas g erm inati
vas d ip lo id es (D ) y haploides
Al comenzar el leptonem a (del griego leptós, delgado, y nema, filamento) (H ) y cam bios en el contenido
el núcleo aumenta de tamaño y los cromosomas se tornan visibles (figs. 19-2 del A D N nu clear d u ran te las
m itosis q u e preceden a las di
y 19-4A). Además presentan una gran diferencia respecto de los crom oso
v isio n e s m eióticas., en el
mas de la profase mitótica: a pesar de haberse duplicado su ADN (durante la transcurso d e estas últim as, en
lase S) y, por lo tanto, contener dos eromátidas cada uno, parecen ser simples los g am etos, en el cigoto y en
las dos p rim eras divisiones de
en vez de dobles. Con frecuencia la mayoría de los cromosomas se doblan y
segm entación. Esperm atogo-
sus dos extremos (los telómeros) se fijan en un área circunscrita de la envol nios y ov o g o n io s {marrón).
tura nuclear cercana al centrosoma. E sperm atocitos I y o v ocitos I
(am arillo). E sperm atocitos II
y o vocitos II (azul). E sperm a
1 9 -7 . D uran te el cigonem a se produce el ap aream ien to de los tozoides (rojo) (el óvulo no
cromosomas homólogos, en tre los cuales existe en la esp ecie hum ana).
se fo rm a el com plejo sinaptoném ico C igoto (verde). C élu las em
brionarias d eriv ad as de la p ri
Durante el cigonema (del griego zygón, pareja) tiene lugar el primer fenó m era división d e segm enta
meno esencial de la meiosis: los cromosomas homólogos se alinean entre sí ción (violeta). F ase G1 del ci
c lo c e lu la r (Gl). F a se G 2
mediante un proceso denominado a p aream ien to o sinapsis (fig. 19-2). El (G 2). F ase S o d u p licació n del
apareamiento comprende la formación de una estructura compleja — observa A D N (S). C o n ten id o sim ple
ble con la ayuda del microscopio electrónico— , conocida con el nombre de d e A D N (1c). C o n ten id o d o
b le de A D N (2c). C ontenido
com plejo sinaptoném ico (CS) (figs. 19-5,19-6 y 19-7). El proceso puede co cuádruple de A D N (4c).
menzar en cualquier punto de los cromosomas. Así, en algunos casos los ho
mólogos se unen primero a nivel de uno de sus extremos y la unión progresa
hacia el otro extremo como un cierre relámpago. En otros, en cambio, la aso
ciación se produce simultáneamente en varios puntos a lo largo de los homó
logos. El apareamiento es muy exacto y específico, pues se produce punto por
liunto entre los homólogos. No obstante, los cromosomas quedan separados
por una distancia de unos 200 nm, que es ocupada por el complejo sinaptoné
mico. En términos moleculares esta separación es considerable, pues el diá
metro del ADN es de 2 nm y algunas partes de ambos ADN deben desplazar
s e 100 nm para poder encontrarse y recombinarse en medio de ese espacio.
som n h o m ó lo g o s
346 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
A LE P TO N E M A
C D IP L O N E M A T E M P R A N O
E D IA C IN E S IS
* ’ lw
m
m u y %
• / \
• 9
F M ETAFASE I G A N A F A S E lí
sa, las asas aparecen cada vez más juntas al lado de los componentes latera
les del CS. Más aún, igual que en los cromosomas mitóticos, en los meióti-
cos existe un armazón de proteínas no histónicas para sostener a las asas de
cromatina (fig. 19-8); la diferencia con los meióticos es que a éstos se les
agregan los componentes del CS.
La fijación de los telómeros a la envoltura nuclear ordena espacialmente
a los cromosomas, lo que favorece el alineamiento de los homólogos. Una
vez formados los CS, sus extremos también se insertan en la envoltura nu
clear (fig. 19-5). En los puntos donde lo hacen aparecen engrasam ientos lla
mados p lacas d e fijación.
Una de las funciones del CS es estabilizar el apaream iento de los hom ó
logos y facilitar su recom binación. Así, las moléculas proteicas de sus com
ponentes laterales perm iten que los ADN de los cromosomas homólogos se
dispongan de m anera tal que el intercam bio entre ellos resulte favorecido.
I íii consecuencia, el CS debe ser considerado un armazón proteico que se
slruyc para que se produzca el alineam iento y la recom binación de los
In im o lo g o s .
i 'liando comienza el aparcamiento, el acortamiento de los cromosomas es
V pronunciado y csislc poi lo menos una relación 100:1 enliv el largo
348 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
del ADN y la longitud cromosómica. Esto significa que sólo el 0,3% del ADN
de los cromosomas homólogos se halla en contacto directo con los compo
nentes laterales del CS.
19-8. D urante el paquinem a se recom binan las cro m átid as hom ologas
Durante el p aquinem a (del griego pachys, grueso) los cromosomas so
acortan y el apaream iento de los cromosomas homólogos se com pleta (figs.
19-2 y 19-4B). Pero lo más im portante de este período es que se produce el
intercam bio de segm entos de ADN entre las cromátidas hom ólogas, fenóme
no que lleva el nombre de recom binación genética (en inglés, crossinx
over) (fig. 19-9).
Los sucesos que conducen a la recom binación son muy complejos, pues
se cree que ésta tiene lugar al cabo de los pasos que se muestran en la figu
ra 19-10. No obstante, en esencia ocurre el proceso que se ilustra en la figu
ra 19-11, es decir, se producen cortes en las dos cromátidas seguidos por el
cruce y el em palm e de los segmentos que se intercam bian.
El paquinema es un proceso relativamente prolongado. Su duración se mi
de en días, a diferencia del leptonema y el cigonema, que se miden en horas.
En el paquinem a el núcleo parece contener un núm ero haploide de ero
m osomas, pero no es así, ya que cada una de las unidades visibles se com
pone de dos cromosomas independientes, si bien íntim am ente apareados.
Por tal m otivo, cada uno de los 23 pares de cromosomas recibe el nombre de
b ivalente. Dado que cada conjunto está integrado por cuatro crom álidas, se
llama también te tra d a (fig. 19-9).
Las ilos cromálidas hermanas de cada riom osonia se hallan ro n ri liulii.'
p i n i - l e c n l i i i i i i e r o . | » n l o i | i i r e n u n hivnlriile o I r h a t l u • ' r , l i n i l t r , < i n t i n i u i
19. L A M E I O S I S ■ 349
C o m p o n e n te c e n tra l ■ C o m p o n e n t e la t e r a l
N ó d u lo d e
r o c o m b in a c ió n
Cromátidas
h e rm a n a s
( C o m a lid a s
lio rm n n n s Fig. 19-7. Visión iridim ensio
nal del complejo simtptoné
m iro, ron un nódulo li II
i i m il m ili, m u
350 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
C D
F ig . 19-8. F orm ación de asas
de crom atina cada vez más
com pactas a m edida que avan
C D
za la profase de la m eiosis I.
F ig . 19-9 . E sq u em as que
m uestran cóm o se form a el bi
valente (tétrada), el desarrollo
del (|iiinsnm y In .epanuión
de Int. rioiiiuMiiimi',
19. L A M E I O S I S ■ 351
° h ^ H
A 3 C D
a b
a b c d
10
c D
B C B C d
11
b c D
F ig . 19-10. M o d elo teórico de recom binación g en é tica entre las crom átidas hom ólogas. 1. A paream iento de las crom átidas.
Los p ares d e letras A a , Bb, C e y D d sim b olizan a los dos alelos de los cuatro genes rep resen tad o s (cap. 20-3). 2. C o rte d e las
dos cad en as de A D N de una d e las crom átidas y am pliación de las separaciones m ediante exonucíeasas. D ad o q ue éstas re
m ueven nu cleó tid os en dirección 5 ’—» 3 \ se form a — en ca d a cadena cortada— un extrem o 3 ’ lib re (no ap aread o ). 3. U no de
eso s ex trem o s invade la crom átida hom óloga y se co lo ca en e! lugar de una de sus cadenas, la q ue a su v ez s e desp laza hacia
el sitio q u e deja v acante la cadena invasora. 4. S íntesis de A D N en las cadenas cortad as, para reco n stru ir los seg m en to s q ue
faltan. In tervienen polim erasas q u e usan a las dos cadenas de la crom átida hom óloga com o m oldes, p o r lo q u e los tram os que
faltan se sin tetizan p o r un m ecanism o sim ilar al d e ia reparación del A D N (cap. 17-21). L o s p aso s an terio res co nducen a la
form ació n d e dos entrecru za m ie n to s o estru ctu ra s d e H o llid a y (llam adas a s í en hom en aje al g en e tista R o b in H oliiday, quien
describ ió eso s en trecru zam ien to s en 1964). 5. C o rte de las dos ca d en as a nivel d e uno de lo s en trecru zam ien to s (flech a s).
6 . Iím palm e lateral de las cadenas cortad as en el paso anterior. 7. E ncorvadura d e am bas cro m átid as a la altu ra del segundo
enlreeru/.am iento y rotación de 180° de una de las crom átidas. 8 . F orm ación de una estru ctu ra de H o lliday isom étrica. 9. C o r
le en mui de las cadenas de cada crom átida (flechas). 10. Iinderezam iento de las crom átidas. I I . Em palm e lateral de las ea
d eiiii. i orliulic. (Mi i I puno *1.
35 2 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
F ig . 19-12. F orm ación de una La profase I I es muy breve, aunque suficiente para perm itir la reaparición
triple hélice transitoria al c o
de las fibras del huso y la desaparición de la envoltura nuclear.
m ienzo de la recom binación
/'.m élica. Tiene lugar entre los L a n ie t iifn . s e II lle v a a lo s c ro m o s o m a s al p la n o c v u n lo i in l d e la i i lu la
C rom átida
en los cromosomas mitóticos, es decir, uno apuntando a un polo y el otro al Fig. 19-13. M icrografía elec
trónica de un bivalente y su
polo opuesto (fig. 19-15).
in terp retació n . Se o b serv an
En la anafase II, debido a la tracción que las fibras del huso ejercen so dos quiasm as y la posición de
bre los cinetocoros, el eentrómero se divide y las cromátidas hermanas de ca lo s ce n tró m ero s herm an o s,
q u e se hallan unidos en tre sí.
da cromosoma son separadas y fraccionadas hacia los polos opuestos de la
célula (figs. 19-2, 19-4G y 19-15).
En la telofase II cada uno de los polos de la célula recibe un juego ha-
ploide de cromátidas, que pasan a llam arse cromosomas. La form ación de
una nueva envoltura nuclear en torno de cada conjunto cromosómico haploi-
de — seguida por la p a rtició n del citoplasm a— pone fin a la m eiosis (figs.
19-2 y 19-3),
Como se acaba de ver, la meiosis II se asemeja a la mitosis, excepto por
que en la primera las células hijas reciben una sola copia de cada cromosoma
y no los dos homólogos.
La figura 19-1 muestra que en el varón el resultado de la m eiosis II es la
formación de dos células hijas iguales — denominadas esperm átides— que
al cabo de un tiempo se diferencian en esperm atozoides. En cambio, en la
mujer, debido a que el reparto del citoplasm a del ovocito II es desigual, se
forman dos células de tamaño muy diferente: el óvulo, que es voluminoso,
y el segundo c u erp o polar, que como el primer cuerpo polar es pequeño y
desaparece.
En síntesis, la meiosis genera cuatro espermatozoides a partir de cada es-
pcrmatocito I, y un solo óvulo a partir de cada ovocito I (fig. 19-1).
C rom átidas
C rom óm ero
Q u iasm a
Cinetocoros de las
dos cromátidas
hermanas
(unidos entre sí)
METAFASE I
Cinetocoro de una
de las cromátidas •
hermanas
J
19. L A M E IO S IS ■ 355
1
DIPLONEMA DIPLONEMA
y METAFASE I
Fig. 19-17. C o n se c u e n c ia s
g en éticas d e la m eiosis en
tres p ares d e crom osom as,
a b c
un o con un quiasm a (a ), otro
con d o s q u iasm as (b) y otro
con tres q uiasm as (c). Los
cro m o so m as patern o s se re
p resen tan en azul y los m ater
n o s en ro jo. L o s círc u lo s
m arcan las localizaciones d e
lo s centróm eros. ANAFASE I
ANAFASEI
F E C U N D A C IO N
m ir o q u e c o n t ie n e v a r ia s i l a s e - , d e e u / . i i n a . 1. h i d r o l í l i t a - . , d o n d i la s < im l< - la
19. L A M E I O S I S ■ 357
L
19. L A M E I O S I S m 359
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p la s m á tic a d e l
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Q u in a s a A
P ro te ín a d e 15 kD a
H IP E R A C T IV A C IO N
4) Penetración de la m em brana pelúcida. Como se vio, la membrana Fig. 19-20. Mecanismo mole-
acrosómica interna queda expuesta cuando desaparecen la membrana pías- cular c,ue desencadena la h|-
. peractivacion del espermato-
matica y la m embrana acrosómica externa de la cabeza del espermatozoide.
Posee el re c e p to r PH 20 (por posterior head), que interactúa con la Z P2 de
la membrana pelúcida. Ello le permite al espermatozoide atravesar la mem
brana pelúcida en busca de la m embrana plasmática del ovocito II. Lo consi
g ue m erced a la acrosina, pues esta enzima hidroliza el material que compo
ne la m embrana pelúcida y fabrica en ella un tú n el que sigue una trayectoria
diagonal (fig. 19-21D).
De igual manera que en la penetración de la corona radiante, el avance del
espermatozoide se debe a la fuerza mecánica generada por los movimientos
de hiperactivación. Esa fuerza es del orden de las 3.000 microdinas, sufi
ciente para romper cualquier unión covalente.
Volviendo a la acrosina, no hidroliza masivamente a la membrana pelúci
da, como cabria esperar de una enzima hidrolítica liberada abruptamente en
el medio. Dijim os que fabrica un túnel, lo cual se explica porque hidroliza pe
queñas y sucesivas porciones de la m embrana pelúcida por delante del esper-
matozoide. La hidrólisis controlada se debe a que la enzima se libera como
mi precursor, l a proacrosina, la cual, a medida que el PH20 interactúa con
nuevas ZP2 halladas en el camino, da lugar, en dos pasos, a las formas acti
vas de la enzima, la a-acrosina y la (5-acrosina. Como vemos, igual que en la
penetración de la corona radiante, el espermatozoide realiza esta tarea delica
damente y avanza por el derrotero que él mismo va creando.
5) F usión. Si bien son muchos los espermatozoides que atraviesan la
membrana pelúcida, sólo uno establece íntimo contacto con la membrana
plasmática del ovocito II. Cuando esto ocurre, desaparecen sus movimientos
de hiperactivación.
A continuación, las partes de las membranas en contacto de ambos game-
lo . se fusionan, por lo que entre los dos citoplasmas se establece la continui-
360 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
M e m b ra n a
p e lú c id a
M e m b ra n a
p la s m á t ic a
R e a c c i ó n a c r o s ó m i c a -------------------------- T y i á y ift
C o r o n a r a d ia n t e
M e m b r a n a p e lú c id a —
M e m b r a n a p la s m á t ic a ■
M e m b ra n a
a c r o s ó m ic a in t e r n a
X
Fig. 19-21. Fases d e la fecun dad que hace posible la entrada del contenido del esperm atozoide en el inte
dación. A . Penetración de la
rior del ovocito (fig. 19-21E).
corona radiante. B . R eacción
acrosóm ica. C . D enudación. De parte del espermatozoide, la membrana plasmática involucrada en la
D. P enetración de la m em bra fusión corresponde a la región ecuatorial de la cabeza (fig. 19-19). De parte
na pelúcida. E . F usión d e las
del ovocito interviene cualquier zona de su extensa superficie, excepto la ale
m em branas plasm áticas d e los
gam etos y reanudación de la daña al núcleo (éste se halla detenido en la meiosis II). Recordemos que la
m eiosis II p o r p a n e del ovoci membrana plasmática del ovocito posee num erosísimas microvellosidades, y
to II. F. Form ación de los pro-
es precisamente con ellas que se fusiona la región ecuatorial de la cabeza del
núcleos m asculino y fem eni
no. G . U nión d e los pronú- espermatozoide.
cieos (singam ia). H . M etafase Una vez establecida la continuidad entre ambos citoplasmas, ingresan — en
d e la prim era división m itótica
el siguiente orden— la parte posterior de la cabeza, el cuello y la cola del es
(anfim ixis). I. C om ienzo de la
prim era división de segm enta permatozoide. Luego lo hace la parte anterior de la cabeza, que es introduci
ción de la célula huevo. da en el ovocito mediante un proceso que remeda una fagocitosis. El mate
rial incorporado tiene una evolución dispar. Así, mientras el ADN y el cen-
tríolo del espermatozoide sobreviven, las mitocondrias y las fibras axonémi-
cas no tardan en desaparecer.
La fusión de las membranas es mediada por p ro teín as fusógenas presen
tes en las dos bicapas lipídicas (cap. 7-41). Se han descubierto varias de es
tas proteínas en la membrana del espermatozoide; por ejemplo, las denomi
nadas DE y PH30, halladas en la rata y en el cobayo, respectivamente. La DE
está compuesta por dos proteínas de 37 kD a (D y E), adquiridas durante el
paso del esperm atozoide por el epidídimo. La PH 30 tam bién está integrada
por dos proteínas — ambas transmembranosas— , una que se liga a la proteí
na complementaria del ovocito y otra que es responsable de la fusión.
Se sabe muy poco sobre las proteínas fusógenas de la membrana plasma
tica del ovocito; no se encontrarían en la región aledaña al núcleo, donde lain
poco existen microvellosidades.
6) B loqueo de la polispermia. Un solo espermatozoide debe liisioniirsc
con el ovocito. I’ara que sen asi, tras la fusión de los quinetos se producen
cambios en a lp in a ’; c sliucliirns del ovo< íto, a fin il< nenlrah nu In <ulradu di
Membrana plasmática
del ovocito II
Cromosomas
Metafase de la
primera división meióti
ca
actúa sobre el PIP2 y genera DAG y el citado IP3 (cap. 11-17). En el próximo
punto se analizará el significado funcional del DAG.
El aumento del Ca2+ en el citosol com ienza a producirse a los 10 segun
dos de iniciada la fusión de los gametos, mientras que la exocitosis de los grá
nulos corticales se desencadena casi 2 minutos después.
7) R easunción de la segunda división m eiótica p o r parte del ovocito II.
Mientras bloquea la polispermia, el ovocito II reanuda la meiosis II. Esta ge
nera dos células haploides, el óvulo — que no llega a formarse porque el ovo
cito II fecundado se convierte directam ente en célula huevo— y el segundo
cuerpo polar (fig. 19-21EF).
Como ilustra la figura 19-23, la reanudación de la meiosis II es promovi
da por el DAG mencionado en el punto anterior. Este compuesto activa a la
quinasa C, la cual fosforila a las proteínas responsables del proceso.
8) F orm ación de los pronúcleos m asculino y fem en in o . En la célula hue
vo los núcleos haploides del esperm atozoide y del óvulo pasan a llamarse
pronúcleo m asculino y pronúcleo fem enino, respectivam ente (fig. 19-21F).
Mientras se tornan esféricos, ambos se dirigen a la región central de la célu
la, donde se desenrollan sus cromosomas y se replica el ADN.
La descondensación de los cromosomas en el pronúcleo masculino mere
ce una consideración especial. Es que en los espermatozoides el ADN no se
halla asociado a histonas sino a otro tipo de proteínas básicas — llamadas
p ro tam in as— , que compactan al ADN mucho más que las histonas. Cuando
el espermatozoide ingresa en el ovocito, las histonas reemplazan a las prota
minas apenas concluye la descondensación de los cromosomas, y lo hacen
muy rápidamente, en menos de 5 minutos.
F ig. 19-22. M ecanism o m ole
cular que desencadena la reac 9) Singam ia y anfim ixis. Los pronúcleos se colocan uno muy cerca del
ción acrosóm ica. PLC. PLA y otro en el centro de la célula huevo y pierden sus cariotecas (singam ia) (fig.
PLD, fosfolipasas C , A y D,
19-21G). Finalmente, los cromosomas se vuelven a condensar y se ubican en
respectivam ente; PC, fosfatí-
dilcotina; AF, ácido fosfalídi- el plano ecuatorial de la célula, igual que en una metafase m itótica común
co; LPC, lisofosfatidilcolina. (anfim ixis) (fig. 19-21H).
M em brana
ZP3 pelúcida
del ovocito
> pH
19. L A M E I O S I S ■ 363
ESPERM ATOZOIDE
Durante la anfimixis en cada polo de la célula huevo hay un par de cen- F ig . 19-23. M ecanism o m ole
cu lar que d esen ca d en a la
tríolos. Debido a que los cuatro derivan del centríolo aportado por el esper
reacción cortical y la rean u d a
matozoide (véase Fusión), éste tuvo que duplicarse, lo mismo que los dos pri ción de la m eiosis II en el
meros centríolos hijos (cap. 18-12). ovocito II.
La anfimixis representa el fin de la fecundación; con ella se inicia la pri
mera división de segmentación de la célula huevo, es decir, el desarrollo em
brionario (figs. 19-3 y 19-211) (véanse los capítulos 18-22 y 21-7).
Microsporos Msgasporo
(haploides) (haploíde)
Tegumentos (díploídes)
\
Tubo polínico
\ Gametofito
\f e m e n in o ^ /
/
Por su lado, cada grano de polen genera una estructura accesoria llamada
tubo polínico y dos espermatozoides haploides, uno de los cuales fecunda al
núcleo de la célula ovular. Se forma así la célula huevo dipioide, de la que se
origina — en el interior de la semilla— el embrión de la nueva planta. El otro
espermatozoide se une a los dos núcleos polares, lo que da lugar a un núcleo
tríploide que al cabo de varias divisiones mitóticas genera el endosperm a de
la semilla, es decir, el material nutritivo del embrión. Como se ve, la semilla
es un mosaico de tejidos en el que el embrión es dipioide, el endosperma es
triploide y los tegumentos poseen células diploides de origen materno.
B IB L IO G R A F IA
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Las bases de la citogenética 20
2 0 -1 . La unión de la biología celular con la genética dio origen
a la citogenética
LEYES DE LA H ER EN C IA M E N D E L IA N A
2 0 -2 . M e ndel descubrió las leyes que llevan su nombre en el año 1 8 6 5
tor” — conocido ahora como gen— podía transmitirse sin m ezclarse con otro
genes. M endel enunció que los genes se separan en los híbridos F ,, entran en
gametos diferentes y se distribuyen en los híbridos F2. A causa de ello, est
principio se denomina ley de la segregación de los genes.
Posteriormente observó que las plantas con semillas amarillas en la F2 po
seen diferentes constituciones genéticas. Un tercio de este grupo siempre da
semillas amarillas en la generación F,, pero los otros dos tercios originan
plantas con semillas amarillas y verdes en la proporción 3 :1. El 25% de plan
tas de la F2 con semillas verdes, cuando se cruzan entre sí, producen siempr
semillas verdes en la generación F3. Ello demuestra que existen dos líneas pu
ras para ese carácter.
Si en los cruzamientos se representa a los genes por medio de letras y s
designa con la A al gen para el carácter amarillo y con la a al gen para el ca
rácter verde, se obtiene el siguiente resultado:
G enes parcntales AA X aa
i
G eneración F, Aa X Aa
i
I—----- 1
G eneración F 2 \ AA 2 Aa 1 aa
(hom ocigota (heterocigotas) (hom ocigota
dom inante) recesiva)
Genotipos |¡|fe IX ta
Espermatozoides Ovulos
Genotipos | WJ
F e n o tip o s
Neg. 1o: 9
Neg go: 3
bio. Por lo tanto, el número de recom binaciones puede ser estimado median
te el recuento de los quiasmas meióticos. En las especies con más quiasmas
la posibilidad de recombinaciones es más elevada, y ello da lugar a mayores
variaciones en la descendencia.
A B E R R A C IO N E S C R O M O S O M IC A S
P oliploidías
T riplóidía 3n (A B C D ) (A B C D ) (A B CD )
Tetraploidía 4n (A B C D ) (A B C D ) (A B CD ) (A BCD)
A neuploidías
M onosom ía 2n - 1 (A B C D ) (A B C )
Trisom ía 2n + 1 (A B C D ) (A B C D ) (B)
Tetrasoraía 2n + 2 (A B C D ) (A B C D ) (B) (B )
D oble trisom ía 2n + 1 + 1 (A B C D ) (A B C D ) (AC)
N ulisom ía 2n - 2 (A BC ) (A B C)
* Con i'l propósito) de simplifici ii. imi esto ejemplo ■h* utilizan iiólo cutiiro cromoaouiaii,
llumiul*'*, a . 11, (' y 1 ).
20 L A S B A S E S D E L A C IT O G E N E T IC A ■ 371
M ETAFASE ü
¡i
Fig. 20-5. N o disyunción m i
tótica. A r r ib a . M etafase nor
mal. A b a jo iz q u ie r d a A na-
AN A FA S E
l fase norm al. A b a jo d erec h a.
A n afase no disyuntiva (da lu
^ i >
i
< . !i >> g ar a una célula h ija con una
trisom ía y a otra con una mo-
N orm al N o disyunción nosom ía).
ABCD EFGH
N o rm a l
A C D EFGH
In te r s tic ia l
D e le c ió n
T e r m in a l
ABCBCD EFGH
D u p lic a c ió n
ACBD EFGH
P a r a c é n tr ic a
In v e r s ió n
ABCGFE DH
| P e r ic é n t r ic a
A B C D E F G H A B C D E
■ H H B H
T r a n s lo c a c ió n + ~ F G H
•
A B c D^ j j
F ig . 20-6. E sq u em as que A B C D
m uestran algunas d e las abe T r a n s lo c a c ió n
+ H H
rraciones crom osóm icas más r o b e r t s o n ia n a
com unes. I. ■ M H
Ig u a l q u e la s m u t a c io n e s g é n i c a s , la s a b e r r a c i o n e s c r o in o s ó m ic a s c s tiiic
tu r a le s p u e d e n p r o d u c ir s e e s p o n tá n e a m e n te . No o b s ta n te , su f r e c u e n c ia au
m e n ta p o r la a c c i ó n d e a ) ', e n t e s q u í m i c o ' ; im í t a m e n o s , e i e i l n : i v i m s o p in i le í
A B E R R A C IO N E S C R O M O S O M IC A S EN LA ESPECIE H U M A N A
Miometrio P la c e n ta
D e c id u a
E x t r a c c ió n
d e lí q u id o
E x t r a c c ió n
a m n ió t ic o
d e v e llo s id a d e s
c o r ió n ic a s
T risom ía T etrasom ía 2
XXX XXXY
M etahem bra Tipo K linefelter
2n = 47 2n = 48
Tetrasom ía P entasom ía 3
XXXX XXXXY
M etahem bra Tipo K linefelter
2n - 48 2n 49
M ujeres X O /X Y T urner _
X O / X XY T urner -/+
XO / XXX Variable - /+ +
Varones X X /X X Y K linefelter +
X Y /X X Y K linefelter +
X X X Y / XXXXY O rganos sexuales ++/+++
poco desarrollados
X O /X Y H erraafrodita -
P R O G E N IT O R E S
NO RM AL PO RTADO R SANO | C ro m o so m a 21
C ro m o so m a 15
ii ii ii ii
i i
I I II NO RM AL
NO
I I ll S O B R E V IV E
B IB L IO G R A F IA
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tion. C hrom osom a 79:137. m osom al pictorial legacy. S cien ce 215:1525.
r
La diferenciación celular
21-1. Introducción
En la primera parte de este capítulo, después de exponer las característi
cas generales de las diferenciaciones celulares, analizaremos los posibles
m ecanismos que generan las diferencias iniciales entre las células de los em
briones m ás jóvenes. Luego veremos cómo se form a el cuerpo del embrión
y estudiarem os los mecanismos que dan lugar a las diferenciaciones celula
res — y el modo como se m antienen— en las etapas ulteriores del desarro
llo. Finalm ente, nos ocuparemos de los genes responsables del estableci
miento del plan corporal en la mosca Drosophila m elanogaster y de sus po
sibles equivalentes en los em briones de los vertebrados.
H e m b ra d o n a n te H e m b ra d o n a n te
d e l b la s t o c is t o d e l c ig o t o
F ig . 21-2. E squem a de un
trasplante nuclear en el ratón.
Se tom a un blastocisto de una
hem bra preñada y con una mi-
i
cropipeta se extrae el núcleo
de una de sus células. C on la
m ism a m icropipeta ese nú
cleo se introduce en un cigoto
recién form ado aportado p o r E x t r a c c ió n d e u n n ú c le o I n y e c c ió n d e l n ú c le o E x t r a c c ió n d e lo s
otra hem bra, al que posterior d e l b la s t o c is t o e n e l c ig o to p r o n ú c l e o s d e l c lQ 0 l< '
m ente se le extraen los p ronú
cleos m asculino y fem enino.
El em brión así obtenido se de
sarrolla in vitro hasta el perio
do de blastocisto y se im p lan
ta en el ú tero de una hem bra
scudoprcñada, donde evolu
d o n a hasta el nacim iento, I )Oíu:nníl<ii)(!ÍM I loiiihm !U)ll(l(l|linriíHlil I lliml( iiiImIi > «¡iilllvo
2 1. L A D IF E R E N C IA C IO N C E L U L A R ■ 381
M e m b ra n a
p e lú c id a
Iin a lg u n a s e s p e c ie s la s e g r e g a c ió n d e lo s c o m p o n e n t e s c it o p la s m á t i c o s d e
la c é l u l a h u e v o e s c v iili u li I In li ii c n e je m p lo lo p r o p o r c io n a n lo s h u e v o s de
P o lo a n im a l E s p e r m a t o z o id e B la s to c e le F u t u r o la d o d o r s a l
O r g a n iz a d o r
B la s to c e le
de S pem ann
P o lo v e g e t a tiv o M e d ia lu n a g r is B la s to p o r o C a v id a d F u tu ra c a b e z a I n te s t in o
in t e s t in a l
Fig. 21-8. D esarrollo de la ra llamada plasm a germ inativo, que puede reconocerse porque posee unos gr;¡
na X enopus laevis. L a gastru-
nulos especiales. Al culm inar la segmentación, esa región del citoplasma de
lacióti com ienza a las 1 0 ho
ras de la fecundación y d uran la célula huevo da origen a las células germinativas del nuevo organismo. Poi
te su transcurso se producen lo tanto, cuando se irradia con luz ultravioleta el plasma germinativo de los
extensos m ovim ientos celula
huevos, los animales resultan estériles. En cambio, si se inyectan plasmas
res m orfogenéticos. El M uslo-
poro se form a en el centro de germ inativos en otros puntos del huevo, en el individuo adulto aparecen cé
una zona pigm entada llam ada lulas germinativas en localizaciones anormales.
m edialuna gris, q u e aparece
en el lado opuesto al de la en
trada del esperm atozoide. Es
2 1 -1 0 . Los ovocitos acum ulan sustancias para ser usadas du rante
te punto determ ina el eje dor el desarrollo in cipiente del nuevo individuo
sal del em brión. (C ortesía de
J. B. G urdon.) En general, los ovocitos — y por ende, los cigotos— son muy volumirio
sos, ya que acumulan muchas de las moléculas y de las estructuras que se ni'
cesitan para que se concreten las primeras etapas del desarrollo embrionario
Por ejemplo, un ovocito de X enopus contiene 100.000 veces más ARN poli
merasas, histonas, mitocondrias y ribosomas que una célula somática del
mismo animal adulto. Una de las razones para acum ular esos materiales - y
no tener que fabricarlos durante la embriogénesis tem prana— es la extraoi
dinaria rapidez de las divisiones celulares durante el clivaje o segmentación
de la célula huevo. La velocidad es tan alta que no da tiempo para que se sin
teticen nuevos ARN y proteínas. Se sabe que la mayoría de estas moléculas
se forman durante la ovogénesis, de modo que están en el citoplasma del ovo
cito — y de la célula huevo— mucho antes de que se produzca la fecunda
ción. Obviamente, tales moléculas son codificadas por genes perteneciente',
a la madre, no al embrión.
La primera división de segmentación en el huevo de Xenopus tiene lugai
90 minutos después de la fertilización. Las once divisiones siguientes se pro
ducen cada 35 minutos, en forma sincrónica. Compárese este tiempo con el
de 24 horas utilizado por una célula común para dividirse. La producción di
estos ciclos celulares tan cortos se debe a que en el ADN de las primeras i r
lulas em brionarias aparecen muchos más orígenes de replicación (lo que
acorta la fase S) y las células omiten las fases G1 y G2. Así, cada mitosis es
seguida por otra en form a inmediata. El ARN comienza a sintetizarse a pin
tir de la duodécima división de segmentación. La causa que impide esa sin
tesis en las etapas previas sería la presencia de una sustancia que se une a In
cromatina y anula la transcripción del ADN. Dado que su cantidad serta m i
ficiente para bloquear el ADN de hasta 4.000 núcleos, esa sustancia si- a p i
taría en la duodécima división de segm entación, momento en que los jtih
comienzan a expresarse.
En m uchas espec ies la lo cal ización de las molécula:; ap olla d as pul el o v o
cito no se llalla lij ada de antem ano Pin ejem plo, en r l huevo 1 1> Vcmi/i/n In
o> ilivn se i onlrae i n l.e. aiillpoiln4, di 1 punto ili enliHila di I < |>i iniiilo/oiilt
2 1 . -LA D I F E R E N C I A C I O N C E L U L A R ■ 385
lo cual produce, en ese lugar, un área denominada m edialuna gris (fig. 21-8).
Más tarde esa región da origen al blastoporo, es decir, el lugar donde las cé
lulas superficiales se invaginan para form ar el mesodermo. En consecuencia,
el punto de entrada del espermatozoide, que es fortuito, determina la posición
del eje dorsoventral del futuro individuo (fig. 21-8).
2 1 -1 2 . En las etapas más prim itivas del desarrollo em brion ario las
células podrían diferenciarse de acuerdo con sus posiciones
(fig. 21-6)— , lo que da lugar a relaciones de vecindad entre los grupos celu
lares que hacen posible la influencia de algunas células sobre otras. Así, en
este contexto una célula puede actuar sobre otra — la primera emitiendo una
señal y la segunda diferenciándose— al posibilitar sus respectivos valores
posicionales tal acción y tal reacción. En otras palabras, los valores posicio-
nales crean las bases para la aparición de los fenóm enos inductivos propul
sores de la mayor parte de las diferenciaciones venideras. Los estudiaremos
después de analizar cómo se establece el modelo corporal en los embriones
de los mamíferos.
Las inducciones son procesos por los cuales las células de algunos tejidos
incitan a las células de otros tejidos a que se diferencien, es decir, a que se
transformen en otros tipos celulares (según la oportunidad, también pueden
hacer que mueran, cambien su ritm o de proliferación o se movilicen). La ma
nifestación de este mecanismo biológico revela la existencia de por lo menos
tres grupos celulares distintos: unos que se comportan como inductores,
otros que son inducidos y otros que no inducen ni se dejan inducir.
Para que las células puedan ser inducidas tienen que ser com petentes, es
decir, deben tener la capacidad de reaccionar con un cambio (diferenciación)
anle la presencia de una siislmiciii in ductora Tal competencia aban a un pe
rlotlo iir I icmpii muy pici i:,n. de modo i|ite 'a el india toi ai !u i ,mli , o dr .piii ,
2 1 . L A D IF E R E N C IA C IO N C E L U L A R ■ 387
El tipo de inducción que acabamos de analizar exige que los tejidos parti
cipantes sean vecinos, ya que el tejido inductor ejerce su influencia a través
de moléculas difusibles que secreta en el medio y que alcanzan al tejido com
petente si éste se encuentra en las inmediaciones (secreción paracrina). Cabe
agregar que el tejido reacciona — es competente— si sus células poseen re
ceptores específicos para tales moléculas.
Ultimamente se han identificado algunas moléculas con probada capaci
dad para generar inducciones. Una de ellas — a la que se le ha dado el nom
bre de a d iv in a — fue detectada en el embrión temprano de X en op us, en el
que podría desempeñar un papel inductivo en el labio dorsal del blastoporo
(a nivel del organizador de Spem ann), una estructura equivalente al nódulo
de Hensen de los embriones tempranos de los vertebrados superiores (figs.
21-6 y 21-8). La activina pertenece a la familia de sustancias inductoras
T G F-fí (cap. 11-11), lo mismo que otra molécula con similares funciones in
ductivas, llam ada Vg-1 (por ve g e ta lisin g -1 fa c to r) . El FG F, mencionado en
el capítulo 11-12, también está involucrado en actividades inductivas duran
te el desarrollo embrionario.
En diversas localizaciones de embriones de varias especies se han descu
bierto otras moléculas con funciones inductivas, como la d o rsa lin a — tam
bién perteneciente a la fam ilia TG F-p— ; una familia de moléculas llamadas
W n t (por w in g le s s /in t) — necesarias para la formación del mesodermo y el
sistema nervioso central— ; las proteínas denominadas noggina, folistatina,
c o rd in a y neu ro g en in a — inductoras del tejido neural— ; el ácido retinoico
(cap. 11-6) y las proteínas Shh (por so n ic hedgehog) y BM P4 (por bone
m o rp h o g e n e tic p ro te in ) — involucradas en la inducción de los miembros y
del tubo neural— ; etcétera. El ácido retinoico y la proteína Shh son secreta
dos por la notocorda.
minuyen a medida que fluyen por los citoplasmas de las células. Según sus
posiciones en el tejido inducido, las células reciben distintas concentraciones
del morfógeno, motivo por el cual se convierten en tipos celulares diferentes.
Más aún, cada umbral de concentración del m orfógeno le provee a las célu
las un valor posicional singular. Este se conserva en form a indeleble inde
pendientemente de que las células se mantengan juntas en el tejido o se sepa
ren y se sitúen en puntos distantes del embrión. Los distintos valores posicio-
nales crean las bases para las conductas futuras de las células, incluida la apa
rición de nuevas diferenciaciones.
Las células adquieren el “com prom iso” de cam biar antes que pueda des
cubrirse que están diferenciadas. Este comprom iso previo, llam ado d e te r
m inación, es irreversible y puede ser fijado por un determ inante eitoplasmá-
tico o por una sustancia inductora. Existe, entonces, un período de latencia
— que varía en cada tipo celular— entre el instante en que la célula queda
determ inada y el m omento en que se hace evidente su diferenciación.
gen y otro, conocida como c aja hom eótica. Su nom bre se debe a que fue des
cubierta en los genes homeóticos.
Se han descubierto genes con caja homeótica en todas las especies estudia
das — incluida la humana— , ordenados en los cromosomas de modo semejan
te a los de la Drosophila. Tal hallazgo ha llevado a suponer que los mecanis
mos genéticos responsables del desarrollo del plan corporal se encuentran di
fundidos en la mayor parte de los organismos multicelulares. Refuerza esta hi
pótesis el hecho de que en los embriones de los vertebrados se expresan va
rios genes con caja homeótica en las células de los somitas y del tubo neural,
órganos que presentan una organización metamérica análoga a la de los seg
mentos de la Drosophila. No obstante, las extrapolaciones en torno a este pun
to deben realizarse con cautela, por un lado porque para muchos tal analogía
no existe y, por otro, porque en el armado del modelo que lleva a la formación
del cuerpo de los vertebrados parecen prevalecer los fenómenos inductivos.
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I > r v l o p n i ‘ ni 11 / : H ). I ( J p i l l t , I »*■-v *. I7 H
La muerte celular
Los cambios que experimentan las células cuando mueren por apoptosis
son característicos. Se deben a que se activan unas proteasas citosólicas es
peciales llamadas caspasas (por cysteinyl aspartate. proteinases) y ocurren en
el siguiente orden (fig. 22-1):
1) El citoesqueleto se desarma debido a la ruptura de sus filamentos. Co
mo consecuencia, la célula pierde contacto con sus vecinas (o con la matriz
extracelular) y se vuelve esférica.
2) La célula se encoge porque el citosol y los organoides se condensan sin
ser afectadas sus estructuras. La condensación se debe a que se altera la per
m eabilidad de las membranas celulares.
3) Los lam inofilamentos se disocian, con la consiguiente desintegración
de la envoltura nuclear.
4) La crom atina se compacta y las moléculas de ADN se seccionan por ac
ción de una endonucleasa, lo cual divide al núcleo en pequeños fragmentos
que se distribuyen en el citoplasma.
5) De lo superficie de la célula em ergen num erosa s protrusiones, casi lo
das con Inii'inenlii', in icíem e en mi interior.
394 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Cada clase de célula es mantenida viva por una sustancia inductora espe
cífíca llamada fa cto r trófico o fa c to r de supervivencia, que le llega desde cé
lulas vecinas (cap. 1 l - l) (fig. 11 -1B). La m ayoría de las muertes celulares por
apoptosis tienen lugar cuando se suprimen esas sustancias.
Los factores tróficos más estudiados son las glicoproteínas C SF (por co-
lony-stimulating factors) y el grupo de sustancias llamadas neurotrofinas.
Las C SF estimulan la supervivencia, el crecimiento y la diferenciación de las
células sanguíneas. En cambio, las neurotrofinas — unas sustancias que se
cretan los tejidos inervados, a cuya familia pertenece el N G F visto en los ca
pítulos 11-12 y 18-28— tienen por función m antener vivas a las neuronas y
estim ular el crecim iento de sus axones.
La figura 22-2A muestra el modo en que los factores tróficos interactúan
con los receptores de las células inducidas, situados en la membrana plasmá
tica. Cabe aclarar que si bien esa figura ilustra un factor trófico que interac
túa con un receptor que posee actividad de tirosina quinasa (cap. 11-12) (fig.
11-11), existen factores que interactúan con receptores acoplados a las pro
teínas G ,3 o G¡ (cap. 11-20) (fig. 11-21).
En los capítulos 11-12, 11-14 y 11-20 se vio que cuando son activados,
esos receptores se unen y activan a distintas fosfatidilinositol 3-q u in asas (PI
3-K). También se vio que con fosfatos de moléculas de ATP, las PI 3-K acli
vadas fosforilan el inositol del fosfatidilinositol 4,5-difosfato (PIP2) de la
m embrana plasmática y lo convierten en fosfatidilinositol 3,4,5-trifostato
(P IP 3)(fig s. 11-11, 11-21 y 11-22).
A continuación, sin abandonar la membrana plasmática, un PIP, se une a
la quinasa PD K1 (por phosphatidylinositol dependent-protein kina.se) y olio
a la serina-treonina q u in asa B, lo que hace que ambas enzimas queden pió
ximas entre sí.
L a P D K l f’o sfo rila a la quinasa H, que se a c liv a y se separa del l ’ IP ,
1 ,1 1 1 * ^ 0 la qu inasa 11 aclivm la l<<. I■>i 1 1 .i a una protrm a II ni nada llm l (poi Iti I '
22. L A M UERTE C ELULAR ■ 395
Cuerpo apoptótico
F ig . 2 2 - 1 . C a m b io s c e lu la r e s
q u e o c u r r e n d u r a n te ia a p o p
t o s is . O b s é r v e s e la fa g o c ito s is
M a c ró fa g o de lo s c u e rp o s a p o p tó tic o s
p o r p a rte d e u n m a c ró fa g o .
396 m F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Factor trófico
cida por el TNF es la unión de sus tres subunidades con los dominios externos F ig . 2 2 - 2 . B . A p o p t o s is p ro
d u c id a por la s u p r e s ió n del
de las tres subunidades del receptor T N F-R (fig. 22-3). Ello reúne a estas úl
f a c t o r t r ó f ic o . PS, f o s f a t i d i l -
timas — el receptor se trimeriza— y hace que sus dominios citosólicos se co s e r in a ; M M E, m e m b ra n a m i-
necten con la protefna adaptadora TRADD (por TNF receptor-associated to c o n d r ia l e x te rn a ; M M I,
m e m b r a n a m ito c o n d r ia l in t e r
death domairí), la que a su vez se une a otras tres proteínas adaptadoras, deno
na; E IM , e s p a c i o i n t e r m e m
minadas FADD (por Fas receptor-associated death domain), R IP (por recep b ra n o s o .
to r-interacting protein) y T R A F (por TNF receptor-associated factor).
L as dos últimas proteínas se relacionan parcialm ente con la apoptosis, a
diferencia de la FADD, que se une a la procaspasa 8, la escinde y transforma
en caspasa 8. Luego esta enzima activa a la procaspasa 9 y la convierte en
caspasa 9, que como se vio en la sección anterior escinde a la procaspasa 3
y la transform a en caspasa 3. Los pasos que siguen hasta que se llega a la
apoptosis son sim ilares a los descritos en la sección 22-4.
El F asL (por fascicle ligated) es elaborado por linfocitos T citotóxicos y
linfocitos asesinos naturales a causa de algunos cánceres e infecciones. De
bido a que el FasL no se secreta sino que se sitúa en la membrana plasmáti
ca, para que pueda interactuar con el receptor F as es necesario que los linfo-
<ilos mencionados enlabien contacto con las células cancerosas o infectadas
(l'ígs. II II- y V 11
398 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
8 0 Procaspasa 8
Procaspasa 9 |Caspasa 9
i
Caspasa 3 ( Procaspasa 3
Fig. 2 2 - 3 . A p o p t o s is p r o d u c i
d a p o r la a c t iv a c ió n d e l r e c e p -
APOPTOSIS
to r T N F -R .
L IN F O C IT O T C IT O T O X IC O
O A S E S IN O N A T U R A L
P ro c a s p a s a 3
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Los métodos de estudio
en biología celular
2 3 -1 . Introducción
La observación de las estructuras biológicas se ve dificultada por el hecho
de que las células son muy pequeñas y transparentes. Más difícil aún es des
cubrir su organización m olecular y establecer de qué manera actúan las m o
léculas para determinar las estructuras y las funciones celulares.
El extraordinario progreso experimentado en los últimos años por la bio
logía m olecular de la célula es consecuencia del desarrollo de nuevos m éto
dos para el estudio de los componentes celulares, basados en la aplicación
de técnicas bioquím icas y biofísicas de últim a generación. Debido a que ac
tualm ente el número de m etodologías experim entales es muy grande, la idea
de describirlas exhaustivam ente en un libro de estas características resulta
imposible. Así, el presente capítulo no es más que una reseña de los m éto
dos generales que se emplean para descifrar las estructuras y las funciones
celulares.
Se describirán los principios generales de la microscopia óptica y electró
nica, algunos métodos especiales que hacen posible el estudio de la célula vi
va, diversos métodos de citoquímica, inmunoquímica, radioautografía y frac
cionamiento celular, y las técnicas que se emplean para el análisis molecular
de los ácidos nucleicos.
M IC R O S C O P IA OPTICA
2 3 -2 . M icroscopio óptico
En el capítulo 1 se describieron los límites de resolución del ojo humano
y de los distintos tipos de microscopios (fig. 1-1). El ojo es capaz de detectar
variaciones en la longitud de onda y en la intensidad de la luz. Los adelantos
de la m icroscopia permitieron aumentar ambas posibilidades, tanto mediante
el uso de instrumentos que amplían el poder de resolución como de técnicas
que contrarrestan la transparencia de las células aumentando el contraste de
sus estructuras.
La mayoría de los componentes celulares son transparentes, a excepción
de algunos pigmentos citoplasmáticos que absorben ciertas longitudes de on
da de la luz. La baja absorción de esas longitudes por la célula viva se debe
a su alto contenido de agua, aunque después de desecada sigue presentando
un contraste muy escaso. Un medio para contrarrestar esta limitación consis
te en emplear colorantes que tiñan selectivamente los distintos componentes
celulares introduciendo diversos compuestos que absorben longitudes de on
da e sp e c ífic a s. Sin em b arco, en la m ay o ría de los caso s las técnicas de colo-
i ación tienen el ......... i.... ir de no poder u tilizarse en c élu la s v iv a s. M ás
402 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
aún, antes de ser coloreados los tejidos deben ser fijados, deshidratados, in
cluidos y seccionados, y todos estos procedimientos generan cam bios quími
eos y morfológicos en las células y en la m atriz extracelular.
2 3 - 3 . Poder de re s o lu c ió n de l m ic ro s c o p io ó p tic o
0,61 X
Lím ite d e resolución = ------------
AN
AN = n . seno o.
M IC R O S C O P IO O P T IC O M IC R O S C O P IO E L E C T R O N IC O
O b s e rv a d o r F u e n t e d e e le c t r o n e s
- O c u la r
m - - C ondensador
M u e s tra
P * O b je tiv o
- O b je tiv o
---------------------M u e s t r a
- P r o y e c to r
<C . C ondensador
Para poder ser observado con el microscopio, el tejido debe cortarse en lá
m inas delgadas m ediante instrumentos llamados m icrótom os. Esta técnica
exige que el tejido haya sido incluido en un material que le confiera cierta
consistencia. Si el tejido ha de ser coloreado con los métodos convenciona
les, se lo incluye en parafina o en celoidina. Para poder ser infiltrado por el
material de inclusión, el tejido debe ser deshidratado. Este proceso requiere
el uso de un líquido intermediario apropiado, por ejemplo, xileno, benceno o
tolueno para la parafina, y etanol-éter para la celoidina.
( 'liando se «Irse» m in im n la com posición química de algunos componen
1*:. rehílan". <ni|>l> m nm m inino . Minados en cl inlcrioi di' caminas en
404 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
2 ? -7 . M icroscopio de fase
2 3 -8 . M icroscopio de in terferencia
El m icroscopio de interferencia se basa en prin
cipios similares a los del microscopio de fase, pero
tiene Ja ventaja de dar resultados cuantitativos.
Este instrumento permite determinar cambios en
el índice de refracción, mientras que el microscopio
de fase sólo revela las discontinuidades más nota
bles. Además, las variaciones de fase se pueden re
flejar en cambios de color tan acentuados que las
células vivas parecen coloreadas.
Un tipo especial de microscopio de interferencia
es el llamado microscopio de Nomarski, en el cual
un rayo de luz único atraviesa el material y el obje
tivo y luego se divide en dos rayos que se interfie
ren entre sí por medio de un prism a birrefringente.
También se utilizan filtros que actúan como polari-
/.adores y analizadores y un prism a compensador F ig . 23-4. M ic ro g ra fía obtenida con la óptica de N o m arski de
ubicado en el condensador. La imagen resultante una neurona coloreada con un anticuerpo. E l núcleo conlicnc
un nuclé o lo de gran tamaño y sobre la superficie ce lu la r se
presenta un relieve cnmclerístico (fig. 23-4). Este
observan term inaciones nerviosas que establecen contarlos
microscopio es pailii nlminciilc útil para el estudio sinópticos (Jlrchax). 1.os demás punios oscuros iv p ii's c n liin
dr la:.»clulus vi\ t 'I'" "ti> l ' n u lo s is coili"¡ d r inoiics, (Coilcslii de I IVi ( i Simvciliii y I 1‘ r.il l
406 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
2 3 -1 0 . M icroscopio de polarización
E ste m icroscopio se basa en el com portam iento de ciertos com ponentes
celulares y tisulares cuando son observados con luz polarizada. Si el material
es isotrópico, la luz polarizada se propaga a través de él con la m ism a velo
cidad, cu alq u iera que sea la dirección del p lan o de incidencia. Las sustancias
y estructuras isotrópicas se caracterizan por ten er el m ism o índice de refrac
ción en todas las direcciones. En cam bio, en un m aterial anisotrópico la ve
locidad de propagación de la luz polarizada es distinta seg ú n su dirección. Un
m aterial con estas características se d enom ina b irre frin g e n te porque presen
ta dos índices de refracción distintos, que corresp o n d en a dos velocidades de
transm isión de la luz.
En las fibras biológicas, la b irrefringencia es p ositiva si el índice de re
fracción existente cuando la luz sigue el plano longitudinal de la fibra es ma
yor qu e cuando sigue el plano perpendicular, m ientras que es negativa en la
situación contraria.
E l m icroscopio de polarización difiere de los convencionales por el agre
gado de dos elem entos, el p o larizad o r y el analizador, los cuales están cons
tituidos p o r u n a hoja de polaroid o por prism as de N icol de calcita. El pola
rizad o r se m onta debajo del condensador y el analizador se coloca por enei
m a de las lentes del objetivo. E ste m icroscopio p uede ser acoplado a una vi
deocám ara.
M IC R O S C O P IA ELECTRONICA
23-11. M icroscopio electrónico de transm isión
El m icroscopio electrónico de transmisión es un instrumento que permito
conocer la ultraestructura de las células y de la matriz extracelular, ya que po
see un poder de resolución mayor que el del microscopio óptico. Utiliza In
propiedad que tienen los haces de electrones de ser desviados por un campo
electrostático o electromagnético, de la m isma forma que un rayo de luz es
refractado al atravesar una lente.
Si se coloca un filamento en el interior de un tubo de vacío y luego se lo
calienta, el filamento emite electrones que pueden ser acelerados por medio
de un potencial eléctrico. En estas condiciones el haz de electrones tiende a
seguir una trayectoria rectilínea y presenta propiedades similares a las dt la
luz. Al igual que ésta, manifiesta un carácter vibratorio y corpuscular, pero In
longitud de onda es menor (X = 0,005 nm para los electrones, en Iugm de I o n
250 nm de la luz). El filamento (cátodo) que emite la coniente de clccliom n
actúa como lina fuente Icrmniómca. l’oi medio de una hollina elei tioinapn
lien que i limpie las limi iones del <omli i i m k I o i del nm i o m opio óptii o lo
2 3 . L O S M E T O D O S D E E S T U D IO E N B IO L O G IA C E L U L A R ■ 407
L ...................................................... ...
23. L O S M E T O D O S D E E S T U D IO E N B IO L O G IA C E L U L A R ■ 409
I 1 1 I i II
5. Extracción d© fa réplica
F ig. 23-5. A r r ib a . T écnica de congelación-grabado. 1. C ongelación del tejido y fractura con un instrum ento cortante. 2. E x
posición de uno de las fragm entos y grabado de su superficie p o r sublim ación del hielo al vacío. 3. Partes de la superficie g ra
bada se cu bren con un m etal aplicado en form a oblicua. 4. Las áreas de m etal y las que se hallan en tre ellas se cubren con c a r
bono, que se aplica con nn língnK» de ‘JO". 5. D isolución del tejido y extracción de la réplica de mclal carbono pora ser obsor
viulu con el m icroncopio <1* ■i m 'i i i I i o A b ajo . Réplica de una célula <lc ra í/ de cebolla, Se observan los poros nuclcaitv; ( / ’/V),
el mu In» (N ), l;i i iivnliniit iiiii h H i / N) rl i nm|>lrjo ilc ( inlj’i (í/) v una vacuola ( l ’). /■>()()() ( ( 'n ilc .la (le I > II u n ió n )
410 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
C IT O Q U IM IC A
2 3 -2 0 . Los m étodos citoquím icos perm iten id e n tific a r compuestos
quím icos en sus localizaciones celulares originales
A B
& C
A l
F ig. 23-7. M étodos inm uno- 2 3 - 2 4 . Los m étodos citofo to m étricos recurren a la absorción '
h isto q u ím ic o s d ire cto s que de la luz ultra vio leta
em plean anticuerpos m arca
dos con un colorante fluores Diversos componentes celulares tienen la propiedad de absorber específi
cente (A ), una sustancia ra
camente la luz ultravioleta. Así, los ácidos nucleicos la absorben en la banda
diactiva (B ) o la enzim a pero-
xidasa (C ). de 260 nm, mientras que las proteínas lo hacen en la de 280 nm. Estas sus
tancias pueden analizarse cuantitativamente por medio de instrumentos deno
minados citofotómetros. En los ácidos nucleicos la absorción específica de la
luz se debe a la presencia de las bases purínicas y pirimidínicas, por lo que
es semejante en el ADN, el ARN y los nucleótidos. En consecuencia, la cito-
fotometría con luz ultravioleta permite la localización de los dos tipos de áci
dos nucleicos, sin distinguirlos entre sí.
IN M U N O C IT O Q U IM IC A
2 3 -2 6 . En las reacciones inm unocitoquím icas se utilizan
an ticuerpos marcados
R AD IO A U TO G R A FIA
2 3 - 2 7 . La radio au to g ra fia tie n e m últiples aplicaciones
G e la tin a
C r is t a l d e B r A g
----------------------- T e j i d o
que la radiación que emite el radioisótopo incida sobre los cristales de BrAj’
de la película y convierta a los iones Ag en granos de plata metálica; 4) la pe
lícula se revela y los granos de plata se visualizan como puntos oscuros.
El radioisótopo que más se usa es el tritio (3H). Por ejemplo, se utiliza !i
midina tritiada para estudiar el metabolism o y el mecanismo de replicación
del ADN, ya que la timidina es un nucleósido específico de este ácido mi
cleico. Sim ilarm ente, se emplea uridina tritiada para estudiar la formación v
la dinám ica celular del ARN. Por otra parte, en el ejem plo que aparece en I»
figura 23-10 puede verse que los núcleos marcados con tim idina tritiada que
se hallan en el fondo de las criptas intestinales de un ratón inyectado hace H
horas, aparecen en el extremo libre de las vellosidades intestinales a las l(i
horas de la inyección. Así, el marcador revela en forma gráfica la evolución
de algunas células intestinales, mostrando que se m ultiplican en el fondo ■l>
las criptas, recorren el epitelio y mueren en la punta de las vellosidades.
FR A C C IO N A M IE N TO CELULAR Y M OLECULAR
2 3 -2 8 . El fracc io n am ien to celular sirve para aislar a los distintos
com ponentes de la célula
C.t' l l l il V I"', l ll .lI MHM. I . 1)|| Id i i n u n i i i II • • >i i t i i ■- 11 li i i t. > del l't i l i l ............
23. L O S M E T O D O S D E E S T U D IO E N B IO L O G IA C E L U L A R ■ 417
F ig . 2 3 -1 0 . C orte de intestino
de ratón inyectado con tim idi-
na tritiada. Iz q u ie r d a . Ratón
sacrificado a las 8 horas de la
in y e cció n . D e re c h a . Ratón
sacrificado a las 36 horiiN ele
In inyección. ( ( 'nricsln de <
l' i eblom l )
418 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Pero las poblaciones celulares pueden ser separadas mucho más eficiente
mente mediante un instrumento llamado c itóm etro de flujo, en el que las cé
lulas fluyen una tras otra por un tubo muy delgado. Son discriminadas — y
entonces separadas— de acuerdo con la fluorescencia que emiten. El fluoro-
cromo es agregado en los distintos tipos celulares mediante anticuerpos espe
cíficos (sección 23-26).
Teniendo ci nhi que In i inn (nm de doble hélice del ADN es manir
n u la p o r u n í ......................................... lililí li e . ln iN e s e n í r e n l i i d i i s { p n e n le r . d i lin lm
23, L O S M E T O D O S D E E S T U D IO E N B IO L O G IA C E L U L A R ■ 419
H o m o g e n e iz a d o
H o m o g e n e iz a c t ó n
C é i u la s in t a c t a s
N ú c le o s
o °
1$ o
M ito c o n d r ia s , lis o s o m a s y p e r o x is o m a s
M ic ro s o m a s
O o 0n00 O o o O
D e s o x ic o la to d e s o d io
105. 000 G ©°,O n oo o ° 0____ O ° o
2 0 m in . o O o o O
R e tíc u lo €
R ib o s o r r
F ig. 23-11. Etapas de la técnica de centrifugación diferencial. E n el lado izquierdo se observa un trozo de hígado homogonoi
zado y som etido » unu wcrle cío centrifugaciones d e fuerzas centrífugas crecientes. En el lado derech o se ilustran las siihlVac
d o rio s que <low uln* ni ml< ion* npln oleotrónico. (Do W. Uloom y D. W. Faw cctt; m odificado.)
420 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
geno), es posible separar sus dos cadenas por medio del calor y otros trata
mientos, como el pH alcalino. Este proceso se denomina desnatu ralizació n
del ADN. Dado que la tem peratura necesaria para rom per el par C-G (que
tiene tres puentes de hidrógeno) es m ayor que la requerida para rom per el
par A-T (que tiene dos puentes de hidrógeno), la tem peratura a la cual se se
paran las cadenas del ADN — llam ada punto de fisión— depende de la rela
ción CG/AT.
Si el ADN desnaturalizado se enfría lentamente, las cadenas com plem en
tarias se aparean en forma ordenada y se restablece la conform ación original
de la molécula. Este proceso se denomina renaturalización.
Más aún, una de las cadenas del ADN puede unirse a una cadena de ARN
complementario para form ar una molécula híbrida, mitad ADN y mitad ARN.
E n fo q u e iso e lé c tric o (u n id a d e s d e pH )
6
? 80
O
X
o 60
E
40
co
o
(/)
20
F ig . 23-12. E lectroforesis bidim ensional de las p roteínas del ov o cito de X enopus borcalis.
Las células se m arcaron con m elionina 35S y se hom ogeneizaron. L uego las p roteínas se se
pararon por enfoque isoeléctrico (prim era dim ensión) y se ag reg ó dodecllsull'ato de sodio
sobre un gcl de polincrilmiiidii (•.cmmdn dim ensión). Por radioaulografía se dctcclnm n d e »
los de proteínas, do «|ii> ■ «rltulnu l.i m lina y lus (ulnilimis u y (1 Véase <|iic In m igra
cion de las pml< lim • n l > ■(Uindii dlm< iislún t . p io p n id n in d ni lo p iiiln m del peno m uir
i iilm (I I M lli l‘•*1•• til i
2 3 . L O S M E T O D O S D E E S T U D IO EN B IO L O G IA C E L U L A R ■ 421
30 CCTGCGTGTA
Las técnicas del ADN recom binante son posibles gracias a las end o n u
40 cleasas de restricción, unas enzimas que reconocen en las moléculas de
GCGAACTGCG
ADN secuencias específicas de nucleótidos y las cortan. Así, cada endonu-
50 ATGGGCATAC
cleasa constituye una especie de bisturí molecular que corta al ADN en un lu
60 T G T A A C C A T A
gar determinado.
La mayoría de las células procariotas poseen endonucleasas de restricción,
cuya función principal es proteger a las bacterias cuando las invaden ADN
foráneos. Por lo tanto, si un b acteriófago (cap. 1-5) infecta a una bacteria,
ésta puede destruir al ADN viral mediante las endonucleasas presentes en su
protoplasma. El ADN bacteriano no es afectado porque en las bacterias exis
ten enzimas que lo m etilan a nivel de las secuencias susceptibles de ser cor
tadas por las endonucleasas, lo que lo tom a invulnerable.
La denominación de las endonucleasas de restricción procede de los nom
bres de los m icroorganismos en que fueron aisladas. Por ejemplo, la E co R I
es una endonucleasa que se halla en un plásmido de la Escherichia coli lla
mado RI, que le confiere a la bacteria resistencia a ciertas drogas.
Las endonucleasas do restricción suelen reconocer secuencias que poseen
entre cuatro y seis nudcótldo.s (tabla 23-1). I.as que reconocen cuatro nucleó
tidOI producen lnipini nlu- (In AKN cortos (de unos 250 pares de bases),
mientras <|ii< ln\ i | i i r . > imcleólldos producen lia^iiirulns mil',
23. L O S M E T O D O S D E E S T U D IO EN B IO L O G IA C E L U L A R ■ 423
T a b la 2 3 - 1 S e c u e n c ia s r e c o n o c id a s p o r a l g u n a s e n d o n u c l e a s a s d e r e s tr i c c ió n
i
E co R l -G A A T T C - -G A ATTC- Escherichia coli co n el plásm ido RI
-C T T A A G - -C T T A A | G-
t
Jt
i
H ind III -A A G C T T - -A 1 AGCTT- H aem ophilus influenzae serotipo D
-T T C G A A - -T T C G A A-
T
Jk
i
B am I -G G A T C C - -G GATCC- Bacillus am yloliquefaciens
-C C T A G G - -C C T A G G-
t
X
1
H ae/III -G G C C - -G G 1 CC- H aem ophilus aegypticus
-C C G G - -C C 1 GG-
T
X
5 — G A A — |— T T C — 3'
3 '— C T T — |— A A G — 5'
En la sección 23-35 se dijo que las bacterias poseen ADN circulares pe
queños — los plásmidos— que se replican autónomamente. Entre los plásmi
dos más conocidos se encuentran los que poseen genes que les confieren a las
bacterias resistencia a los antibióticos. Se dijo también que con la ayuda de
endonucleasas de restricción puede incorporarse un fragmento de ADN euca-
riótico en un plásmido e introducir a ambos en una bacteria para que se m ul
tiplique el ADN eucariótico. La combinación de dos ADN de diferentes pro
cedencias realizada para que uno se m ultiplique en una célula ajena dio ori
gen a la ingeniería genética. ^ #
La figura 23-16 m uestra las diferentes etapas compren- | | | | | | 1 1 1^ A A T T c i
L C T T A A jG 1
didas en la producción de un ADN recombinante. El ADN
* t
circular del plásmido se corta con una endonucleasa de
restricción, lo cual genera dos extremos de ADN “adhesi- Fig. 23-15. La endonucleasa Eco RI reconoce en el
vos” . Dado que se emplea la m isma endonucleasa para A D N una secuencia de cuatro nucleótidos. Los aste-
, » .... , riscos señalan la presencia de nucleótidos metilados,
cortar el ADN eu can ót.co, en este se generan segm entos |os cualcs ¡mpidcn quc „ ,ugarcs sc¡m c0rtad0í
de ADN con extrem os "adhesivos” idénticos a los del por eiidonuclcasns de restricción.
42 4 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
P L A S M ID O AD N A IN V E S T IG A R
T I T T T to ^ lT l i l i ! l'lL - M + , 1 I I I IT
G en de
r e s is te n c ia a
C O R TE C O N E N D O N U C LE A S A S u n a n t ib ió t ic o ^
L IG A M IE N T O C O N A D N L IG A S A
IN T R O D U C C IO N
EN
D E L P L A S M ID O
L A S B A C T E R IA S i
P lá s m id o 40 C r o m o s o m a b a c te ria n o
A G R E G A D O D E L A N T IB IO T IC O Y
M U L T IP L IC A C IO N D E L P L A S M ID O
ogU ) \ J
F ig . 2 3 - 1 6 . P r o d u c c ió n d e u n a plásmido cortado. Como consecuencia, ambos ADN — el del plásmido y el
m o lé c u la de A D N r e c o m b i
de la célula eucariota— .se adhieren a través de sus extremos, unión que se
n a n te m e d ia n t e in g e n ie r ía g e
n é t ic a . ( C o r t e s ía d e S . C o h é n ; completa con la ayuda de la ADN ligasa.
m o d ific a d o .) Luego el plásmido con el ADN recom binante se introduce en bacterias
con la sim ple maniobra de colocar a ambos en una solución de cloruro de
calcio (fig. 23-16). Debido a la función que desempeña, el plásmido recibe
el nombre de vector. A continuación se agregan antibióticos a fin de elim i
nar a las bacterias que no incorporaron el plásmido. Veamos un ejemplo: si
el plásmido contiene un gen que confiere resistencia a la tetraciclina, el
agregado de este antibiótico hace que sobrevivan únicamente las bacterias
cuyos plásmidos poseen el gen. Una vez que se seleccionan las bacterias de
seadas, éstas se reproducen y se consiguen millones de copias del ADN eu-
cariótico incorporado al plásmido (fig. 23-16). Debido a que todas las copias
del ADN provienen de una sola, la técnica se denomina clonación de fra g
m entos de ADN o clonación d e genes.
A D N C E LU LA R PLASMIDOS
° o ° o O
O o
C o r te c o n
e n d o n u c le a s a s
d e r e s tr ic c ió n
C ° o ° O u
L ig a m ie n t o
con A D N ügasa
° no ° o O ADN
o recombinante
I n tr o d u c c ió n
d e lo s p lá s m id o s
e n b a c te ria s
C u ltiv o d e c lo n e s d e b a c t e r ia s q u e
c o n t ie n e n g e n e s d if e r e n te s
R é p lic a d e l c u lt iv o e n p a p e l d e n it r o c e lu lo s a
U s a d o d e la s b a c t e r i a s y d e s n a t u r a liz a c ió n
del AD N
A d ic ió n d e la s o n d a d e A D N c r a d ia c t iv o
H ib r id a c ió n
R a d io a u to g r a f la
A D N c e lu la r
C o r t e d e l A D N c o n e n d o n u c le a s a s d e r e s tr ic c ió n
S e p a r a c ió n d e lo s f r a g m e n t o s d e r e s t r ic c ió n p o r
e le c t r o fo r e s is e n u n a p la c a d e g e l d e a g a r o s a
D e s n a t u r a liz a c ió n d e l A D N m e d ia n t e u n a
s o lu c ió n a lc a lin a
L o s fr a g m e n to s d e A D N s o n tr a n s fe r id o s d e l g e l a u n
f ilt r o d e n it r o c e lu lo s a
P a p e l a b s o r b e n te
F iltr o d e n it r o c e lu lo s a
P la c a d e g e l
P a p e l e m b e b id o e n s o lu c ió n f is io ló g ic a
S e r e tir a e l f ilt r o d e n it r o c e lu lo s a y s e h í b r id a e l A D N
c o n u n a s o n d a r a d ia c t iv a d e A D N c
E l f ilt r o d e n it r o c e lu lo s a s e c o lo c a s o b r e
p e lí c u la f o to g r á fic a
Entre los 3 x 109 pares de nucleótidos del genoma hum ano hay alrededor
de 30.000 genes que codifican proteínas, pero las funciones de la mayoría
— es decir, qué proteínas codifican los distintos genes— aún se ignoran. No
obstante, gracias a una nueva e ingeniosa técnica ahora es posible estudiar
las funciones de un numero creciente de genes, lo cual se logra sin necesi
dad de niiiiupiiliiiI** <ln. . iiiiiii'iile, maniobra que sería sumamente laboriosa.
430 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
D e s n a t u r a liz a c ió n p o r c a le n t a m ie n to
A d ic ió n d e c e b a d o r e s
C IC L O I
A d ic ió n d e A D N p o lim e r a s a y
d e s o x ir r ib o n u c le ó s id o s t r if o s fa to
R e p lic a c ió n
......... i-Lii.LLLTi'iirniiiiiiiiiiirrii: í
D e s n a t u r a liz a c ió n p o r c a le n t a m ie n to
A d ic ió n d e c e b a d o r e s
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A d ic ió n d e c e b a d o r e s
F ig . 2 3 - 2 0 . lírpu-M n im im t i i f Im ‘¡ l i l i » p r i m e r o s c i c l o s d e l a r e a c c i ó n e n c a d e n a d o ln p o lim e
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432 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
F ig . 23-21. A lte rn an cia de son capaces de silenciar genes mediante ei fenómeno de interferencia del
segm entos dobles y sim ples
en los ARN precursores de los
ARN. Ello se fundamenta en las semejanzas que los rniARN guardan con los
A R N'| i i. La tijera representa a ARNpi, particularmente las siguientes:
la endonucleasa Diccr. 1) Sus largos son casi idénticos, ya que Jos ARNpi poseen 21 a 23 nucleó
tidos y los miARN tienen 21.
2) Ambos se originan a partir de ARN dobles, los cuales derivan de la
transcripción de genes que poseen repeticiones invertidas,
3) Una misma endonucleasa citoplasmática — la Dicer— corta tanto a los
transcriptos primarios de los ARNpi como a los de los miARN.
Junto con estas semejanzas existen también diferencias. A continuación se
mencionan las más importantes:
1) Los transcriptos primarios de los ARNpi son relativamente largos y al
cabo de sus procesamientos contienen segmentos de ARN dobles alternados
con segmentos de ARN simples (fig. 23-21). En cambio, los transcriptos pri
marios de los miARN se componen de aproximadamente 70 nucleótidos y
adquieren forma de horquilla (cap. 15-13) (fig. 15-12).
2) Los ARNpi son dobles, a diferencia de los miARN, que son ácidos nu
cleicos simples.
3) Los ARNpi se aparean totalmente con las secuencias complementarias
de los ARNm, mientras que los miARN lo hacen sólo parcialmente.
4) Cuando los ARNpi se aparean con los ARNm, los destruyen, para lo
cual se asocian con el complejo proteico RISC. Por su parte, los miARN de
tienen la traducción de los ARNm en el ribosoma, de modo que no llevan a
cabo el fenómeno de interferencia del ARN.
No obstante, a raíz de un creciente núm ero de excepciones descubiertas
por distintos equipos de investigación, esa incapacidad de los miARN es aho
ra cuestionada, ya que en varias especies se descubrió que existen ARNpi de
cadena sim ple similares a los miARN, y que muchos miARN se comportan
como los ARNpi, pues se aparean totalmente con las secuencias complemen
tarias de sus respectivos ARNm, se asocian con el complejo RISC y no de
tienen la traducción de los ARNm sino que los destruyen.
Cabe señalar que a pesar de las semejanzas entre los miARN y los ARNpi
y de las excepciones que se acaban de mencionar, no se sabe si los miARN di
tos mamíferos participan en episodios de interferencia del ARN, ya que en los
ARNm <le esos animales aun nn se encom iaron secuenc ias totalmente coniplr
mentarías a las de los iniAKN l'm m i neiu la. Ii;i:.la la Irrlui no m- Ii ■, tiiin
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121:345.
Indice alfabético
A 23187, 61 A D N , 16, 23, 25, 225, 227, 247, 299 A m inoacil-A R N t sintetasa, 285
ABC, 6 6 , 67, 134, 140 circular, 25, 166, 176, 191 A m niocentesis, 373
A berraciones crom osóm icas, 313, 355, contenido de, 322, 344 AMP, 24, 210
370, 371, 373, 375 de los cloroplastos, 191 A M Pc, 67, 208, 209, 265, 357, 358
Abl. 338. 339 desnaturalización, 420, 4 2 1, 426 A M P cíclico, V. A M P c
A BO. sistem a, 55 espaciador, 228, 243, 244, 275 A nafase, 18, 323, 325, 329
ABP. 97 hipervariable, 227 I, 329, 352
A brazadera d eslizante, 306, 308, 337 m ediación del, 258 II, 329, 353
A C. V. A denilato a d o s a m itocondrial, 176 A neuploidías, 370, 373
A ceiil C oA , 163, 168 m utación del, V. M utación A nñ m ix is, 362
A ceiilcolina, 201 del A D N A ngelm an, síndrom e de, 260
N -A cciilgalactosam ina, 28 recom binante, 422, 423 A nillo contráctil, 101, 330
N -A cetilglucosam ina. 28 reparación del, V. Reparación A nión superóxido, 194, 398
A cctilo. 163, 164. 168 del AD N ANP, V. Péptido n alriuréüco auricular
Ac ido{ s ), N -aceti Ineuram ínico, repetitivo, 226, 318 A nquirina, 93, 108
V. Acido siálico disperso, 227, 319 A ntena, 186, 187
desoxirribonucleico, V. A D N dispuesto en tandas, 226 A ntibióticos, 292
fosfatídico, 31. 126, 128, 358 de los telóm eros, 227 A nticodón, 282, 285
fosfórico, 24 replicación del, V. Replicación A nticuerpos, 145
glucurónico, 27 d el A D N A ntígenos, 206
grasos, 31, 126, 162, 164, 174 satélite, 226, 231, 327 A ntim onio, 67
(3-oxidación de los, 164, 166, secuenciam iento del, 420 A paf-1, 395
168, 193, 194 sonda de, 426 A paream iento, 345, 347
hialurónico, 29, 109, 356, 357, 358 surco m ayor del, 26, 254 apc, 339
idurónico, 28 surco m enor del, 26, 254 A PC , 335
láctico, 174 transcripción del, V. Transcripción A poptosis, 393, 394
nucleicos, 21, 23 d el AD N A purinización, 315, 317
retinoico, 200, 387 transferencia del, 426 ARF, 151, 152,
ribonucleico, V. A R N transposición del, V. Transposición A RN, 16, 2 3 ,2 6 ,2 1 9 , 247
siálico, 28, 33 del A D N heterogéneo nuclear, V. A R N hn
A cil C oA , 126 A D N ligasa, 306, 308, 310, 316, 317 d e inactivación del crom osom a X,
A conitasa, 294, 296 A D N polim erasa(s), 300, 421 V. A R N xist
Acrosina, 357, 359 a , 306, 308 m ensajero, V. AR N m
A crosom a, 356, 357, 358 (3, 306, 3 0 8 ,3 1 7 pequeño(s), citosólico, V. A R N pc
A ctina, filam entos de, 12, 77, 92, 97, 5, 306, 308 de interferencia, V. A R N pi
101, 104, 108, 116, 283, A D N prim asa, 305, 306, 310 nuclear, V. AR N pn
330, 335 ADP, 24, 159, 167, 171, 187 núcleo lar, V. A R N pno
corticales, 92, 93 A drenalina, 211, 213 procesam iento del, V. P rocesa
transcelulares, 92, 94, 95 A ducina, 108 m iento del AR N
G, 92, 98 A gua, 21, 22, 5 7 ,1 7 2 ribosóm ico, V. A R N r
a-A ctin in a, 94, 95, 106, 116 A IF, 395 síntesis del, V. T ranscripción
A ctivación por precursor, 267 A lelo, 366 d el A D N
A ctivador, 250 A leurona, granos de, 157 d e la telom erasa, V. A R N te
A ctivina, 387 A lm idón, 29, 181, 185 d e transferencia, V. AR N t
A cuaporina, 61 A lteraciones funcionales, 314 A R N polim erasa(s), 247, 248, 250,
A daptación inducida, 199 A lu, 227, 319 265
A daptina, 153, 155 A lzheim er, enferm edad de, 8 6 I, 250, 261
A denilato ciclasa, 208, 209, 357 a-A m anitina, 250 H, 250, 262
A denina, 24 A m iloplastos, 181 III, 250, 261, 262
A denosina, 25 A m inoácidos, 35, 162, 165, 174, 240, A R N hn, 251
ADF, 93, 98 2 8 1 ,2 8 3 A RN m , 26, 166, 176, 238, 241, 250,
A dhesión celular, 113, IM . Am inoacil-AR N t, 2K2, 285, 2X9. 291 251, 269, 281
436 ■ F U N D A M E N T O S D E B IO L O G IA C E L U L A R Y M O L E C U L A R
Seudogenes, 319 Tirosina quinasa, 204, 206 gap, V. Unión com unicante
p rocesados, 319 Titina, 106 en hendidura, V. Unión com uni
Seudouridina, 276, 278 TN F, 396, 397 cante
Shh, 387 T N F -R , 396, 397 heterofílicas, 113
Sialoadhesina, 113 TO M , 178 hom offlicas, 114, 116
Sida, V. H IV Tonofílam entos, 79 intercelulares, 109
Significado evolutivo, 388 Topoisom erasas, 250, 311, 312 iónica, 39
Sinam ina, 80 Tos ferina, 212 N , 28, 54, 134
Sinapsis, 345 Toxina diftérica, 293 no covalentes, 39, 249, 254
nerviosa, 198 T R A D D , 397 O, 28, 54, 136
SIN E , 227 T raducción del A R N m , 23, 237, 281, oclusiva, 114
Singam ia, 362 288 peptídica, 35, 283, 286
sis, 338 regulación de la, 294 U racilo, 24
Sistem a d e endom em branas, 12, 75, TRA F, 397 U ridina, 25, 272, 278
121, 137, 157 Transcitosis, 145 UTP, 25
en la célula vegetal, 157 Transcripción del A D N , 23, 237, 247,
Sitio(s), A , 287, 288, 289 2 6 1 ,3 0 0 ,3 1 2 , 330
AP, 315, 317 en células procariotas, 253, 263, Vacuola, 157
E, 287, 288, 289 264, 265, 266, 267 Vaina interna, 88
P, 287, 288, 289 regulación d e la, 251, 265, 266 V alinom icina, 61
SL1, 261, 276 Transcriptasa inversa, 310, 318, 426 Valor posicional, 385, 388
Sm, 279 Transcripto prim ario, 239, 250, 269, van der W aals, interacción de, 39
Sm ad, 203 274, 275, 283 V ectores, 424, 426
SNAP, 154 Transferrina, 295 VEGF, 204, 336
SN A Pc, 262 Translocación, 290, 371, 372 V esícula(s), 56
SN A R E, 153, 154 robertsoniana, 372 secretora, 140
Solenoide, 229, 302 T ranslocón, 56, 131, 147 recicladora, 121, 139, 140, 154
S olutos, 56 Transportador, 56 transportadora, 121, 124, 139, 149,
Som atom edina, 336 Transporte, activo, 56, 62, 223 153
Som breado, 408 pasivo, 56, 65 V g-1, 387
Som ita, 386 Transportina, 223 Vibrátom o, 404
Southern blotting, 428 T ransposasa, 318 Vibrio cholerae, 213
SPF, 303, 334 Transposición del A D N , 318 Villina, 102
SR , 275 Transposón, 318 V im entina, 78, 80
Src, 338 Trasplante nuclear, 379 Vinblastina, 86
SSB , 308, 311 Trastornos m etabólicos, 314 V incristina, 86
STAT, 206 TRF, 226, 308 Vinculina, 94, 95, 116
S uccinato deshidrogenasa, 167, 169, Triacilgliceroles, 30, 72, 126, 162 Virus, 7, 338
170 Triglicéridos, V. Triacilgliceroles de la hepatitis B, 338
Sustancia inductora, 197, 199* 264, T ripieles, 240, 281 HIV, 67, 338
336, 386 T risom ías, 371, 373 Sendai, 53, 381
Trisquelión, 149, 152 V itam ina D , 200
T rofoblasto, 383
TAF, 250, 252, 261 TropocoJágeno, 110
Talina, 95 T ropom iosina, 105, 108 W estern blotting, 428
TATA, 241, 244 T ropom odulina, 108 W nt, 387
Tau, 85 T roponinas, 105, 215 wt, 339
Taxol, 86 TTP, 25
Tay-Sachs, enferm edad de, 148 Tubulina(s), 8 1 ,2 9 5 , 328
TBP, 250, 261, 262 a , 81 X antófila, 186
Telofase, 18, 323, 325 (3, 81, 319 X en o p u s, 379, 384, 387
I, 352 capuchón de, 84 X eroderm a pigm entoso, 318
II, 353 y ,8 1 ,8 2 ,9 1 X ic, 245, 258
Telom erasa, 239, 279, 310 Turner, síndrom e de, 375 X ilem a, 68
Telóm ero, 225, 308, 347 X ilosa, 27
Term ogenina, 174 X ist, 258
Territorio crom osóm ico, 234 UBF, 2 6 1 ,2 7 6 X X X , síndrom e, 375
Tetraciclina, 292, 424 U biquinona, 34, 167, 170 XYY, síndrom e, 374
Tétrada, 348 U biquitina, 76, 147, 297
TF1I, 250, 261 U ltracentrifugación, 417
TF IIS , 251 U ltram icrótom o, 407 YAC, 425
TFU I, 2 6 1 ,2 6 2 U nidad(es), de replicación, 302
TG F -p, 203, 387 S (S v e d b erg ), 4 , 286, 417
Tilacoide, 14, 183 U nión(es), com unicante, 107, i 17 Zellw eger, síndrom e de, 195
TIM» 178 covalentes, 39 Zo n u la adherens, V. C inturón adlwsivi
Ti mi na, 24 estrecha, V. Unión oclusiva Zonula occliulrns, V. Unión oclusiva
Tim osina, 25, 93, 98 fosfodiéster, 24, 247, 249, 300 ZP, 356, 358. 359