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FECHA DE COMPOSICION
(12) Cf. De Trinitate, 1, 7, 14; 1, 4, 7; 11, 1,2; IlI, Pro!. 1: "Tengan en cuenta que las
obras (lue versan sobre estas materias no están escritas en latín o no se encuentran
-para nosotros fueron de difícil adquisición-; además, no estoy tan familiarizado
con el griego para poder leer y entender los libros publicados en dicho idioma,
aunque, por lo poco que nos ha sido traducido, no dudo que dichos escritos cOn-
tengan en abundancia lo que con tanta utilidad buscando voy". "Apoyado y soste-
nido en lecturas de obras ya divulgadas sobre este tema, emprendo la búsqueda de
cuanto juzgo se puede piadosamente investigar y escribir referente a la Trinidad ... ".
( 13) Teniendo en cuenta el índice de la edición del Corpus Christianorum, daría este
resultado bastante aproximado: citas de los símbolos, 800; de autores latinos: Ambro-
sio, 88; Jerónimo, 33. Hilario, 28; Eusebio Vercelense, 24; Tertuliano, 16; Mario Vic-
torino, 7. De autores griegos: Clemente de Alejandría, 29; Orígenes, 22; Basilio, 17;
Juan Crisóstomo, 6; Dídimo el Ciego, 4; Gregario Nacianceno, 2; Ireneo de Lyon, 2.
Explícitamente cita a san Hilario, De Trinitate, 6, 10, 11. Cf. Sancti Aurelii Augustini,
De Trinitate. Cura et studio W.S. Monntain, auxiliante Fr. Glorie (Corpus Christiano-
rumo Series Latina L y LA) (Aurelii Augustini Opera Pars XVI, 1 Y XVI, 2). Brepols,
Turnholt 1968. Ver también A. SCIDNDLER, Wort und Analogie in Augustinus Trini-
tiitslehre. Mohr, Tübingen 1965, 127-132 enumera las obras ciertamente conocidas
por san Agustín, pero que influyen poco en el De Trinitate (Cipriano, Jerónino);
las conocidas que influyen (Hilario, Tertuliano, Ambrosio, Gregorio Nacianceno); ld3
que no se es seguro si ha conocido (Mario Victorino, Novaciano y Atanasia) y las
que conoce, pero no influyen en su libro (Orígenes, Basilio, Dídimo e Ireneo). Cf.
E. ALTANER,"Augustinus Methode del' QueIlenbenützung. Sein Studium del' Vaterli-
teratur". En Sacris Erudiri 4 (1952) 5-17 Y sus artículos sobre la relación de san
Agustín con Basilio el Grande, Dídimo el Ciego y Gregorio de Nissa, en Revue
Bénédictine 60 (1950) 17-24, 61 (195,1- 54-62 Y Vigiliae Christianaes 5 (1951)
116-120.
(14) A. TRAPE, op. cít., IX, nota 12.
252 MAXIMINO ARIAS REYERO
estaba esperando tan sólo corregirlos, para hacer una redacción más seme-
jante entre todos los libros, más clara y sencilla. La otra posibilidad está
en que una vez que habla escrito los doce libros primeros, le fueron arre-
batados; después, vencido su desánimo, escribió los restantes (XIIb-XV) y
añadió las correcciones a los anteriores.
La opinión que sustenta Francisco Glorie (15), no parece convincente.
"Proponemos, pues, la hipótesis de que San Agustín escribiria los XV libros
De Trinitate a lo largo de 15 años, es decir, desde el año 397 al 410-411;
estos mismos, no bien corregidos, fueron arrebatados por Marcelino, pero
corregidos y completados durante 411-412, los editó en el año 413, junto
con el prólogo, es decir, con la carta 174 ... ". El inicio de la composición
no puede ser antes del 399-400. Pero también su terminación tiene que ser
bastante posterior.
La opinión de E. Hendrikx (16) seria, resumiendo, la siguiente:
En el año 412 ya tiene, con seguridad, todos los libros escritos, pero
espera corregirlos para publicarlos. En el año 416 le robarlan parte de lo
que tiene escrito. En el año 418, cuando vuelve a Hipona (17), concluye su
obra con las conecciones.
Difiere de la opinión del P. Hendrikx la del P. A. Trapé (18). San Agus-
tin habria comenzado su obra el 399. Este dato es bastante seguro, por la
lista de obras dada por Agustln en las Retractaciones. En el año 412 tenia
ya escritos los primeros XI libros y parte del XII, y no se los habian robado.
Dato que se deriva de la carta a Marcelino del 412. El resto de los libros,
es decir, XIIb-XV datarla, por la comparación que se hace de su contenido
con otras obras de San Agustin, de antes del 419-420. Todavia faltaba una
ultima redacción, que harla entre 419-420.
Anne Marie La Bonnardiere ha realizado también sobre este punto
algunas investigaciones y llega a los siguientes resultados (19): a su juicio
(22) Cf. H.I. MARROU, Saint Augustin et la fin de la culture antique, segunda edición
corregida y aumentada con una "Hetractatio", De Boccard, París 1949.
(23) Die psichologische Trinitiitslehre des heiligen Augustinus. Aschendorffsche V., Müns-
ter 1967 (original el 1927) 5.
(24) S. Augustin et la pensée grecque. Les relations trinitaires. Librairie de rUniversité,
Freiburg 1940.
(25) Con pocas diferencias también B. STUDER,op. cit., 238: "Come si ammette in genere
oggi, il De Trinitate comprende due parti principali: una parte piu dogmatica (libri
1-8) e una parte piu specuIativa (9-15). Nella primera parte si tratta di un'espositio-
ne del contenuto (1-4) como pure di una discussione suHa formuIatione della fede
trinitaria (5-7/8). Nella secondil parte, invece, 1'autore cerca di CDgliere in modo piu
profondo iI mistero di Padre, Figlio e Spirito a partire della vita interiore dell'uomo,
l'irnrnagine della reaIta trinitaria deH'unico Dio ([9]-15)".
(26) E. HENDRIKX,op. cit., 17-21.
(27) D.E. DANIELS, "The argument of the De Trinitate and Augustine's theory of signs".
En Augustinian Studies 8 (1977) 33-54.
(28) Sto Augustine' s, De Trinitate. "The d02trinaI significance of its structure". En RevuP
des études augustiniennes 19 (1973) 277~286.
LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTIN 255
EL PUNTO DE PARTIDA
INTERPRETACION DE LA ESCRITURA:
CUANDOHABLA DE DIOS SE REFIERE A LA TRINIDAD
(35) Ibídem 1, 4, 7.
(36) Ibídem 1, 3, 5.
(37) Ibtdem IX, 1, 1.
( 38 ) Ibídem.
(39) Cf. O. DU ROY, L'intelligern;e de la foí en la Trinité selon Saint Augustin. Genese
de sa théologie trinitaire iusqu'en 391. Etudes Augustiniennes, París 1966.
( 40) Cf. la protesta ante una interpretaci6n del De Trinitate de San Agustín carente de
dimensi6n vivencial e hist6rica de A. Turrado. "La teología trinitaria de San Agustín
en el 'Mysterium Salutis·". En Revista Augttstiniana de Espiritualidad (1971) 445-
459; también en F. BOURASSA, "Théologie trinitaire chez saint Augustin". En Grego-
rianttm 58 (1977) 673-725 Y 59 .(1978) 375-412, especialrrente 677-684.
2.58 MAXIMINO ARIAS REYERO
por lo tanto la unidad del Hijo y del Espíritu Santo, respecto del Padre.
Los cuatro primeros libros se dedican a solucionar este probLema de la
Escritura. San Agustín expone ciertas reglas para leer la Escritura. Reglas
que son díscutibles, aunque no lo sea lo que quiere demostrar: igualdad y
unidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Si Dios es Uno, hay que afirmar que los textos escriturísticos, cuando
hablan de Dios, han de referirse a la Trinidad (41), a no ser que explícita-
mente lo indiquen su referencia a una u otra persona. En estos pasajes,
dirá San Agustín:
Cuando San Juan habla de la creación, la dice del Hijo (Jn 1, 14);
cuando San Pablo habla de la inmortalidad, de la invisibilidad (1 Tim 6,
16), o de la sabiduría (1 Cor 1, 24); cuando se dic.e que Dios obra prodi-
gios (Salmo 71, 8), hay que entenderlas también del Hijo. Si el Hijo no es
creatura. sino que por él todo fue creado, y si el Espíritu Santo no es
creatura, entonces ambos son Dios. Y, por consiguiente, todas estas cuali-
dades o acciones han de ser entendidas del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, único y verdadero Dios. Por eso todo lo que se dice de Dios se dice
del Padre, del Hijo y del Espíritu. Por eso afirma San Agustín:
( 41) La investigación exegética actual ha dado a conocer que esto no es tan claro. Pem
el que Dios se refiera sólo al Padre, después de haber definido la divinidad de Jesu-
cristo y del Espiritu Santo no es tampoco tan evidente. Cuando en el Antiguo Tes-
tamento se dice que Dios crea, ¿hay que entenderlo, según la fe de la Iglesia, sólo
del Padre? ¿No hay que entenderlo del Hijo y del Espiritu Santo?
(42) Ibídem, 1, 6, 10.
(43) Ibídem 1I, 13, 23.
LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTII\ 259
Cuando San Agustin trata este tema hay una serie de opiniones dife-
rentes. La opinión de que Dios era un Dios desconocido, era común a judios,
paganos y cristianos. La manifestación de Dios se hacia por medio de
ángeles, eones, nombr,es, o a través del Hijo. Para Marción el Dios del
Antiguo Testamento, Yahvé, no es el verdadero Dios. No habia inconve-
niente en que se manifestara. El verdadero Dios es el Padre de Jesucristo
y se manifiesta por medio de su Hijo. ¿Se manifestó el Padre en el Antiguo
Testamento? Marción lo negaba; los judios lo afirmaban, basándose en las
Escrituras, aunque siempre permaneciera de algunas manera ignoto: el
Hijo no se manUestó, no existia, no era eterno. ¿Se manifestó el Hijo?
Evidentemente, porque el Padre es invisible, opinaban los neoplatónicos,
e incluso los arrianos.
Las opiniones católicas varia n también en este punto. Pero intentan
mantener la unidad del Antiguo y del Nuevo Testamento. Para San Ireneo,
por ejemplo, "la revelación Crespognosis) tiene también lugar en el A.T.
por medio del Hijo, con un conocimiento saludable para la fe" (46). La
doctrina de San Agustin se hace aqui cauta. Examina numerosas epifanias
del Antiguo Testamento antes de dar su contestación, que se puede resu-
mir en los siguientes puntos:
1> No se puede concr¡etar, sin temeridad, cuál de las tres personas se
apareció a los padres y profetas. No se puede determinar, a no ser que el
texto lo indique, si fue el Padre, el Hijo o el Espiritu Santo; o si unas veces
se apareció el Padre, otras el Hijo y algunas el Espiritu Santo; o, finalmen-
te, si se manifestó el Dios único, sin distinción de personas, es decir, la Tri-
nidad (47).
vina.
Las personas divinas o la Trinidad se manifiestan siempre bajo for-
(>
La diferencia entre esta epifania del Verbo y la del Padre (la voz) y
las del Esplritu Santo (paloma, lenguas de fuego) es grande. En éstas no
se da como en la Encarnación la unión con la persona (52).
Las epifanlas del Nuevo Testamento muestran tres verdades funda-
mentales: que "la Trinidad, inseparable en su esencia, puede manifestarse
separadamente en la criatura sensible", y que en estas manifestaciones la
acción de la Trinidad se da indivisamente. Cada una de las personas
-según San Agustln- se puede manifestar personalmente. Así ocurre en
la voz del Padre (Bautismo y Transfiguración), en las apariciones sensi-
bles del Esplritu Santo (hálito, fuego, paloma) y en la Encarnación del
Hijo. Sin embargo, toda la Trinidad actúa inseparablemente:
Así como para el Hijo nacer es ser del Padre, así para el Hijo
ser enviado es conocer ser originado de otro. Y de la misma ma-
nera como ser don de Dios es proceder del Padre, así también
ser enviado es conoc,erse como procedente de aquél (54a).
(56) De Trinítate, V, 2, 3.
(57) Ibídem V, 1, 2.
(58) Cf. El excelente aporte de 1. CHEVALIER, Saint Attgustin et la pensée grecque. Le:s
relations trinitaires. Librairie de l'Université, Fribourg 1940; J. P. MARE. Y a-t-iJ une
élaboration du concept de relation dans le De Trinitate de saint Augustin? Faculté
de Lettres et Sciences humaines, París, 1966.
264 MAXIMINO ARIAS REYERO
Que San Agustín tenía cierta antipatía para aplicar la palabra "per-
sona" a la Trínidad, es un as.erto del P. Boigelot que merece tenerse en
cuenta (62). B. Studer habla solamente, más comedido, de una incomo-
didad (63). Lo que sí es cierto es que San Agustín no alcanza a situar el
término de persona en el lugar que le corresponde: al lado de la relación,
(59) Ibídem V, 5, 6.
(60) Cf. A. TRAPE, op. cit., LXI, citando a su vez a 1. Chevalier, op. cit., 170.
(61) Cf. R. BOIGELOT,"Le mot 'personne' dans les écrits trinitaires de saint Augustin".
En Nouvelle Revue Théologique 57 (1930) 5-16; F BOURASSA, "Personne et conscien-
ce en théologie trinitaire" En Gregorianum 55 (1974) 471-193 Y 677-720; A. TRAPE,
"1 termini 'natura' e 'persona' neHa teologia trinitaria de S. Agostino". En Augusti-
nianum 13 (1973) 577-587; W. R. O'CONNOR."The Concept of the Person in Sto
Augustine's De Trinitate". En Augustinian Studies 13 (1982) 33-143; B. STUDER,
"Der Person-Begriff in der frühen kirchenamtlichen TrinitUatslehre". En Theologie
und Philosophie 57 (1982) 161-177 (sobre San Agustín 170-177); A. MILANO,Per-
sona in teología. Alle origini del significato di persona nel cristíanesimo antÚ:o. Deho-
niane, Nápoles, 1984.
( 62) R. BOIGELOT,arto cit., 10.
(63) B. STUDER,arto cit., 172: "Doch Augustinus zogert nicht, sein Unbehagen über die
Formel tres personae (oder auch tres substantiae) zllzllgeben".
LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTIN 265
es muy relativa (72), de tal manera que se puede hablar aqui con propie-
dad de una "revolución agustiniana" (73).
Lo que se ha dado en llamar "la Trinidad psicológica" o "la doctrina
psicológica de la Trinidad" no es sino ,el esfuerzo que hace San Agustin
para comprender la fe trinitaria mediante imágenes o semejanzas toma-
das de la naturaLeza y, especialmente, del hombre, para que le lleven a
un conocimiento más cercano de la Trinidad, para que le lleven al cono-
cimiento y quizás a la visión. No es, desde luego, ningún apéndice a la
obra (74). Comprender la fe en la Trinidad requiere no quedarse en la fe
ingenua, sino en la fe purificada. ¿Creemos en Dios Trino y no le cono-
cemos? ¿Amamos a Dios Trino y le ignoramos y desconocemos? Cierta-
mente:
(72) Cf. P. HADOT,"L'image de la Trinité dans rame chez Victorinus et chez saint
Augustin". En Papers present to the 3, conference of patristic Studies, held at Christ
Church Oxford 1959 (Studia Patristica 6, Tn. 81). Berlín 1962, 409-442. Concluye
Hadot, después de un excelente análisis, que el pensamiento de Agustín tiene seme-
janzas con la de Mario Victorino, que llevan a deducir una fuente común: el neo-
platonismode Plotino, Procle y, sobre todo, de Porfirio. Igualmente afirma que entre
Mario Victorino y Agustín, "al lado de innegables semejanzas, hay diferen2ias pro-
fundas. Más que diferencias, hay entre ellos, me parece, un abismo" (440). Al
mismo tiempo, los esquemas neoplatónicos sufren una suerte de "metamorfosis";
"subsisten en la estructura del yo (moi) agustiniano, pero todo ha cristalizado según
leyes enteramente nuevas" (Ibídem).
(73) P. HADcn,op. cit., 441.
(74) En contra de J. M. ROVIRA BELLOso,op. cit., 318. ¿Un apéndice de casi ocho libros
en una obra de quince?
(75) De Trinitate, VIII, 5, 8.
(76) Cf. Ibídem 1, 1, 2.
(77) Cf. Ibídem IV, 18, 24. Cf. O. DU Roy, "L'intelligence de la foi en la Trinité selon
Saint Augustin. Genese de sa théologie trinitaire jusqu'en 391. Etudes Augustiniennes,
París 1966, 454. Evidentemente que la tesis de O. DU Roy (Cf. 451) no puede sus-
cribirse. Pero hace alcances verdaderamente interesantes. El concepto de fe en San
Agustín no tiene hasta el 391 la hondura de la fe salvífica paulina, al menos en
todos sus textos.
LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTI1\ 267
Pero en los libros VIII-XV hay una búsqueda mayor y más decisiva.
Se da una cierta jerarquización y la elección de la imagen principal a la
cual todas las otras estarán subordinadas. Esta trinidad está en lo más
digno, lo más alto d,el hombre. San Agustín encuentra ocho imágenes:
EN EL PAIS DE LA DESEMEJANZA
y miré las demás cosas que están por bajo de ti, y vi que ni
son en absoluto ni absolutamente no son. Son ciertamente por-
que proceden de ti; mas no son, porque no son lo que eres tú,
y sólo es verdaderamente lo que permanece inconmutable (90).
REVISTA
UNIVERSITARIA
Publicación trimestral
editada por la
Universidad Católica de Chile