La Cuaresma conmemora los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto,
Cuarenta días de oración y de penitencia.
La Cuaresma es un tiempo para:
1. Fomentar la conversión del corazón. 2. Realizar obras de penitencia: Confesión frecuente, mortificación, limosna... 3. La Cuaresma, un tiempo para acercarnos más al Señor.
La Cuaresma es un tiempo de oración:
1. Pedir y agradecer, dos formas de relacionarnos con Dios. 2. Humildad y perseverancia en la petición. 3. El Señor siempre nos atiende. 4. Buscar también la intercesión de la Virgen, nuestra Madre, y del Ángel Custodio. La cuaresma es un tiempo para perdonar y disculpar: 1. Perdonar y olvidar las pequeñas ofensas que se producen a veces en la convivencia diaria. 2. Nuestro perdón en comparación con lo que el Señor nos perdona. 3. Disculpar y comprender. Aprender a ver lo bueno de los demás.
La Cuaresma es un tiempo para practicar la humildad y el servicio:
1. Sin humildad no es posible servir a los demás, y podemos hacer desgraciados a quienes nos rodean. 2. Imitar el servicio de Jesús, ejemplo supremo de humildad y de entrega a los demás. 3. De modo particular hemos de servir a aquellos que el Señor ha puesto junto a nosotros.
La cuaresma es un tiempo para practicar más el desprendimiento:
1. El desprendimiento de las cosas nos da la necesaria libertad para seguir a Cristo. Los bienes son sólo medios. 2. Desprendimiento de lo superfluo y de lo necesario, de la salud, de los dones que Dios nos ha dado, de lo que tenemos y usamos..
La cuaresma es un tiempo para luchar contra los defectos:
1. El paralítico de Betzatá. Constancia en la lucha y en los deseos
de mejorar. 2. Ser pacientes en la lucha interior. Volver al Señor cuantas veces sea necesario. La cuaresma es un tiempo para reconocer a Cristo en los enfermos y en la enfermedad