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LECTURA CUENTO “A LA DERIVA”

ESTUDIANTE: PAULA CAMILA GUTIÉRREZ CÁRDENAS

LA COMUNICACIÓN ESCRITA

PROFESOR: LEONARDO CONTRERAS MANTILLA

GRUPO: AN2
A la deriva

Horacio Quiroga
El hombre pisó algo blancuzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante,
y al volverse con un juramento vio una yaracacusú que, arrollada sobre sí misma,
esperaba otro ataque.

El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban
dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más
la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las
vértebras.

El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante
contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo
el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su
rancho.

El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el


hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado
desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una
metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo
juramento.

Llegó por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos
puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel
parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se
quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.

-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un exterior-. ¡Dame caña 1!


Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había
sentido gusto alguno.
-¡Te pedí caña, no agua! -rugió de nuevo-. ¡Dame caña!
-¡Pero es caña, Paulino! -protestó la mujer, espantada.
-¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!

La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos
vasos, pero no sintió nada en la garganta.

-Bueno; esto se pone feo -murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre
gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una
monstruosa morcilla.

Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y llegaban ahora a la


ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la
par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto
con la frente apoyada en la rueda de palo.
Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentose
en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en
las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-
Pacú.
El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero
allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito -de
sangre esta vez- dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.

La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que
reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el
bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso.
El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pacú, y se decidió a pedir
ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.

La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo
fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros,
exhausto, quedó tendido de pecho.

-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.


-¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! -clamó de nuevo, alzando la cabeza del
suelo.

En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar
hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.

El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien
metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de
basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna
muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes
borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte.
Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobran una majestad única.

El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un


violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía
mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta
inspiración.

El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía
fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo.
Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pacú.

El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni


en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pacú? Acaso
viera también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje.

¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había
coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer
sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre.
Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.
Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí
misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez
mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón
Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho
meses y medio? Eso sí, seguramente.

De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho.


¿Qué sería? Y la respiración también...

Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en


Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...

El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.


-Un jueves...
Y cesó de respirar

GUIA DE ANALISIS

1. Incluya las palabras desconocidas y su significado (mínimo 10).

1- Trapiche: Un trapiche es un molino utilizado para extraer el jugo de


determinados frutos de la tierra, como la aceituna o la caña de azúcar.
2- Damajuana: Vasija grande de vidrio o loza, de boca estrecha y muy
barriguda para almacenar principalmente vino.
3- Gangrenoso: Que tiene las características o la naturaleza de la
gangrena.
4- Fulgurantes: Que brilla con intensidad.
5- Hoya: Llanura extensa rodeada de montañas.
6- Basalto: El basalto es una roca ígnea extrusiva de color oscuro, de
composición máfica —rica en silicatos de magnesio y hierro y en sílice
—, que constituye una de las rocas más abundantes en la corteza
terrestre.
7- Lúgubre: Que es oscuro o sombrío y recuerda lo relacionado con la
muerte o el más allá.
8- Borbollones: Erupción que se hace en la superficie del agua por el
vapor que se desprende de ella cuando hierve o por el aire que sale de
algún orificio del recipiente que la contiene.
9- somnolencia: Estado intermedio entre el sueño y la vigilia en el que
todavía no se ha perdido la conciencia.
10- Efluvios: Emisión de vapor o de partículas muy pequeñas, que se
desprenden de un cuerpo y que se perciben normalmente como algo
agradable.
a. "un lugar cálidamente aromado de efluvios de hierbabuena"

11- Azahar: Flor del naranjo, del limonero y del cidro; es de color
blanco y muy aromática.

2. Nombre los personajes del cuento e indique en qué lugar se desarrolla


la historia.
 Personaje principal: Paulino, quien sufre la mordedura de una
Yararacusú.

 Personaje secundario: Dorotea su mujer, le atiende al escuchar que su


esposo le llamaba con dificultad.

El compadre Alves
 Personajes terciarios: El compadre Gaona
El ex patrón Dougald
Son mencionados al largo del cuento, pero sus acciones no son
relevantes en la historia. Pues son compadres del personaje principal
quien él busca su ayuda, pero no logra conseguirla.

3. Realice la macroestructura del cuento en un (1) párrafo de cinco líneas.


Es la historia de Paulino, quien es mordido en el pie por una Yararacusú, el
intentó defenderse con su machete. Paulino va en busca de su mujer Dorotea
porque el veneno ya estaba haciendo efecto en su cuerpo y decide buscar a
sus compadres y de paso pedir ayuda a Alves que llevaba sin hablarse, pero
no la consigue. Se queda en su canoa y que sea la corriente lo lleve Tacurú-
Pacú.

4. Realice la superestructura del cuento en 10 ideas jerárquicas,


reconociendo que el # 10 es el inicio del cuento y el # 01 el final.

1- Paulino es mordido por una Yararacusú en su pie.


2- Se defiende esta serpiente con su machete dislocándole las
vértebras.
3- Llama a su mujer Dorotea para pedirle caña
4- Decide viajar en canoa a Tacurú-Pacú aproximadamente cinco horas
de viaje.
5- El dolor aumentaba, llegaba hasta su medio muslo.
6- Paulino piensa que no podrá llegar solo a su destino, así que decide
buscar a su compadre Alves.
7- El veneno comienza a irse, pero sigue sin fuerzas para moverse.
8- Paulino en su agonía comienza preguntarse sobre sus compadres de
Tacurú-Pacú.
9- Se preguntaba hace cuanto no veía su ex patrón.
10- Finalmente ya no pudiendo contenerse más, muere Paulino.
5. Realice un mapa mental.
6. Realice una reseña critica del texto

El cuento “A la deriva” del escritor uruguayo Horacio Quiroga, publicado en


Uruguay, editado por Cooperación Editorial, abierto al público en 1917, con
un total de paginas 192.Es un libro de idioma español, su género es de
suspenso y ficción literaria.
El cuento está estructurado de forma narrativa, en la obra se trata el tema
supervivencia, pues la historia de Paulino (personaje principal) es la lucha a
sobrevivir tras ser picado por una Yararacusú, que lo llevan a tener una larga
agonía hasta finalmente morir. Horacio Quiroga algunos otra obras realizadas
por el escritor; Diario de viaje a París (Testimonio y observaciones, Ed.
Páginas de Espuma, Montevideo, 1900). Los arrecifes de coral (Prosa y verso,
El Siglo Ilustrado, Montevideo, 1901). El crimen del otro (Cuentos, Ed. Emilio
Spinelli, Buenos Aires, 1904).
En valorización personal me ha gustado la trama del cuento, los detalles con
que describe cada momento que vive Paulino, asimismo el tema es de
supervivencia este no consigue poder vivir, tras ser picado por una víbora sin
embargo muere al llevar al lugar del destino, la toma decisión que tuvo el
personaje para emprender un viaje en tal estado y solo al no conseguir ayuda
por su compadre. Sin embargo, algo que ha llevado a preguntarme es porque
su mujer Dorotea no lo acompaña en su agonía de estar entre la vida y la
muerte. Pero mientras leía comprendo mucho mejor la conexión que tiene
le título con el desenlace de la historia.

ANEXO: ¿CÓMO HACER UNA RESEÑA CRITICA?

http://noticias.universia.net.co/educacion/noticia/2015/04/24/1123986/consejos-elaborar-
resena-eficaz.html

http://noticias.universia.net.co/en-portada/noticia/2013/09/24/1051515/como-hacer-
resena.html

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