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Construyendo una mentalidad ganadora

Para acostumbrarse a mantener una mentalidad productiva es necesario adoptar nuevos


hábitos y costumbres. Estas son algunas de ellas.

1. Localizando los objetivos


En primer lugar, es necesario saber cuáles son nuestros principales objetivos en la
vida o en un ámbito concreto de esta en la que sintamos que no avanzamos. Para ello
es bueno escribir un listado de posibles metas, para que no se nos olviden después
de pensar en ellas por primera vez, y luego ir haciendo un ejercicio de filtrado,
tachando las menos importantes hasta dejar no más de 4 o 5. Esto nos permitirá
conocer nuestras prioridades y conocer mejor hacia dónde queremos apuntar nuestras
estrategias de desarrollo a medio y largo plazo.

2. Detectando las excusas


El segundo paso para construir una mentalidad ganadora es examinar los propios
pensamientos y aprender a localizar las excusas que nos mantienen estancados. Es
conveniente hacer esto sin pretender ser muy indulgentes con nosotros mismos y, si
tenemos dudas, siempre podemos pedir la opinión de personas de confianza para tener
una segunda opinión.

3. Salir de la zona de confort


Este es el paso más difícil, ya que implica exponernos a situaciones algo
estresantes pero que nos acercan más a nuestras metas. Para ello es bueno encontrar
estrategias para "obligarnos" a seguir una secuencia de acciones muy claras y
específicas; de este modo no podremos justificarnos con excusas convenientes,
porque las pautas de lo que debemos hacer son tan claras que no queda lugar a dudas
de si las hemos realizado o no.

La procrastinación, o "síndrome de ya lo haré mañana" también es un refugio muy


habitual entre las personas estancadas en sus proyectos, y por eso es necesario
prevenir su aparición haciendo que todo lo que importe durante un momento sea
realizar aquello que sentimos que debemos hacer. Del mismo modo, la parálisis del
análisis (de la que se habla en este artículo) es utilizada con asiduidad para
disfrazar la inacción como si fuera una actividad productiva.

4. Mantener el hábito
Una vez hemos roto con la dinámica del inmovilismo, es mucho más fácil seguir
avanzando, pero igualmente hay que vigilar lo que hacemos para no renunciar al
proyecto.

Para eso es bueno pensar en la satisfacción que produce haber superado las
dificultades anteriores, las que una vez nos dieron tanta pereza o miedo, y pensar
que muchos pequeños premios como esos nos esperan. También es necesario seguir
programando planes de acción secuenciados en etapas muy cortas y concretas, para
que en todo momento sepamos lo que hay que hacer y utilicemos todas nuestras
energías en ejecutar esas acciones.

Concluyendo
Mantener una mentalidad ganadora nos permitirá estar prevenidos contra las excusas
que utilizamos para no salir de la zona de confort y, a la vez, ver cómo los
objetivos con los que tanto fantaseamos en el pasado se van acercando o cumpliendo,
siempre que dependan solo de nosotros.

Es por eso que adoptar esta manera de pensar haciendo que forme parte de nuestra
cotidianidad tendrá un impacto muy positivo tanto en nuestra autoestima como en la
satisfacción generada a través del esfuerzo.

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