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-Eclesiastés 8, Parte 2-

La enseñanza de Eclesiastés es que debemos disfrutar lo que Dios nos da, sabiendo que todo es un
regalo de Dios, y siempre poniendo los ojos en Dios, en lo eterno porque la vida es vanidad.

La sabiduría es infinitamente mejor que la necedad, pero en última instancia también es vanidad. El
trabajo es importante y es un regalo de Dios y debemos disfrutarlo, pero siempre sabiendo que
puede convertirse en un ídolo y en un estorbo para nuestras vidas espirituales. Dios es la clave en
este libro. Debemos ver siempre hacia Dios porque Él es lo único eterno y él no es vanidad.

El rey / Dios

Ec. 8:4
Romanos 9:20

Ec. 8:6,7
Este pasaje nos regresa a la enseñanza de Eclesiastés 3
Tiempo y juicio

Ec. 8:8
Versión NVI es más clara.
Mejor traducción de espíritu es viento.
No sirve luchar ni ser malvado, la muerte alcanza a todos por igual.

Las Desigualdades de la Vida

Ec. 8:9,10
El ejemplo de Job nos ayuda a entender esta verdad.

Ec. 8:11
2 Pedro 3:9-12
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el
día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y
los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y
piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los
cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

Ec. 8:12,13
Al parecer, el Predicador comienza a ver las injusticias de la vida que ya hemos visto en otros
pasajes, pero mantiene firme su confianza en la soberanía de Dios y en la justicia final.
Ec. 8:14
Como dice el Predicador: es vanidad, es absurdo. En realidad, no podemos comprender por
completo por qué sucede eso, pero confiamos en lo mismo que confía el Predicador: hay una vida
después de la muerte, y hay justicia después de la muerte.
Ec. 8:15
La conclusión es la misma que en otras ocasiones. Sí, la vida es vanidad y hay cosas absurdas, pero
podemos y debemos disfrutar de lo que Dios nos ha dado mientras estemos en este mundo.

Ec. 8:16,17
El hombre, con su mente finita, es incapaz de conocer todos los designios de Dios. Sí, hay cosas en
esta vida que nos parecen completamente irracionales. Volteamos a ver a Dios y queremos una
explicación, a veces hasta se la demandamos. Debemos recordar varias cosas: debemos recordar
que Él es el Rey, nosotros no (Romanos 9:20). Debemos recordar que él es todo sabiduría y que lo
que Él dictamina es justo y recto, aun si nosotros no lo alcanzamos a ver. Debemos recordar que
Dios no le debe nada a nadie, todos somos pecadores y nos hemos rebelado contra él y somos
merecedores del infierno. Finalmente, debemos recordar que somos finitos: tratar de entender la
totalidad del plan de Dios es tan ridículo como el niño que trataba de meter el mar en un agujero en
la arena.

Romanos 11:33-36
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! !!Cuán insondables son sus
juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su
consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y
para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

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