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A ojo de buen cubero

Cuatro años de gobierno en educación (I)


Teresa Tovar Samanez
A un año del fin del gobierno de Ollanta el Ministro Saavedra hizo un balance anticipado sobre educación. La
exposición se ordenó por políticas, sin una visión de conjunto que la articule con un imaginario de país.

Prioridad. El balance se da cuando el crecimiento económico se agota. Es claro que el gobierno no apostó a
por la educación en la época de las vacas gordas y esta decisión se implementó vía candados del MEF. El
aumento del 0.5% del PBI este año es tardío e insuficiente. El propio Ministro manifiesta que es imposible
mejorar los aprendizajes sin mayores recursos ya que ellos solo aumentan en países que gastan más de 5 mil
dólares por alumno/año.

¿Igualdad? Significa no solo oportunidades sino integración. Los Colegios de Alto Rendimiento la contradicen
y focalizan esfuerzos y recursos en espacios segregados. Aún en el sentido restringido de igualdad de
oportunidades se reconoce que las brechas socio-educativas siguen siendo enormes señalando que no se
avanza con velocidad suficiente. Pero no es cuestión de velocidad sino de tendencia. No sólo hay atraso sino
abismos. Durante los últimos 8 años las brechas territorial y urbano-rural han crecido y siguen aumentando.
Las regiones con peores resultados son las de mayor pobreza, población rural mayoritaria, menos ingresos
per cápita e inversión inferior en educación.

Calidad educativa. Hay avances en algunos aprendizajes pero se reduce el concepto de calidad a logros
mensurables en matemáticas y lectura. No se alude al desarrollo pleno de las personas a lo largo de toda la
vida, a desarrollar la sensibilidad y asumir la reciprocidad y el buen vivir como criterios nodales. Por el
contrario se sustituye el fin (las personas) con el medio (aprendizajes y desempeños), para lo cual se
reafirman cuestionados elementos como el bono por desempeño, que distorsiona el acto de educar
sustituyéndolo por entrenamiento para las pruebas.

La época. Lo ambiental y la formación ética brillan por su absoluta ausencia, pese a que están hoy en el
centro de la agenda de desarrollo poniendo en cuestión modos de vivir destruyendo la vida. El desafío de
una educación más allá de la escuela tampoco aparece en un mundo donde ésta ya no es el eje del
conocimiento. Una escueta alusión a la sociedad educadora enfatiza la alianza con el sector privado.

El factor clave. Los maestros siguen siendo el talón de Aquiles. Son aludidos en términos de meritoracia, no
como actores. Los estímulos y reconocimientos no llenan el vacío de un piso salarial insostenible. Todos
saben que 1,300 soles no es un salario digno ni suficiente, pero la mayoría calla.

Lucro o derecho. Grave omisión sobre la instalación del lucro en educación. Se anuncia fiscalización de la
educación privada pero las condiciones para que siga creciendo continúan, lo que favorece la dilución de lo
público. Se justifica la intervención privada para cubrir el vacío de Estado.

Urge hacer de la educación un movimiento social y cultural para la transformación del país.

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