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Boletinplagasenfermedades 01 Deseptiembre
Boletinplagasenfermedades 01 Deseptiembre
Como es práctica habitual, el Servicio de Extensión hace al año cuatro sondeos para mirar el estado
sanitario de la caficultura país, y con base en los resultados de este ejercicio de campo, realizamos
las acciones pertinentes de control y manejo.
Si miramos la roya en un estado general país, podemos determinar que no tenemos problemas. En
Colombia tenemos el 76% del área sembrada en variedades resistentes a esta enfermedad y los
niveles son muy bajos. El ataque de la roya a cafetales resistentes es bajo, lo que confirma que las
variedades producidas por Cenicafé: Colombia, Tabi y Castillo®, mantienen la resistencia a la roya,
mientras que la diferencia se hace relevante en las variedades susceptibles a la enfermedad, en las
cuales los niveles de infección son de entre 15% y 20%.
La roya es una amenaza permanente y se debe controlar cuando no se ve. Una vez que la
enfermedad es evidente en el cafetal, ya es en un problema complejo de administrar. Entonces los
caficultores deben seguir adelante con los controles para evitar su dispersión. Nuestra
recomendación técnica se mantiene en motivar al cafetero a que renueve con variedades
resistentes a esta enfermedad y así evite el costo permanente que requiere su control.
Sí. Este punto también es determinante, pues en árboles viejos el control se hace más complejo por
el tamaño. Para lotes de 2 a 5 años el nivel se encuentra en 1.39%. En lotes de 5 a 7 años en 1,7%.
Es normal que en lotes más adultos, más viejos, más entreverados, la broca tenga niveles
superiores, siendo estos todavía mínimos, pues están por debajo del 2%.
También evaluamos una plaga como la arañita roja, la cual tampoco es un problema pues a nivel
país la tenemos en menos del 3%. El minador de la hoja se encuentra en el 1%. Enfermedades
como el mal rosado se mantienen por debajo del 2%.
Hacia finales del año anterior se presentó un resurgimiento de la gotera del café. ¿Qué
porcentajes arrojó la actual medición?
Esta enfermedad ha resurgido en los dos últimos años y está presentando problemas en
departamentos como Boyacá, Caquetá, Casanare y Meta, con niveles de más del 10%. La gotera es
un problema complejo de manejar y estas zonas nos están marcando una recurrencia con la
presencia de la enfermedad.
En general los departamentos cafeteros muestran 70% o más de árboles sin síntomas de
deficiencia. Sin embargo en Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Meta y Quindío se observó que entre
40% y 50% de árboles tienen deficiencia. En estos casos tenemos que determinar si hay alguna
demora en la fertilización, si se han presentado problemas en la acidez del suelo; todo esto para
que el caficultor proceda a corregir los síntomas que detectamos y que generan deficiencias
nutricionales.
¿Qué factores han permitido estos buenos resultados sanitarios en la caficultura del país?
Son varios. En broca, por ejemplo, influyen las buenas recolecciones. Además no hemos tenido
periodos secos largos ni hemos visto frutos en el plato de los árboles. Pienso que hemos avanzado
mucho en la cultura del manejo de esta plaga.
Arañita y minador son dos plagas muy relacionadas con el clima. El manejo integrado de arvenses
es un gran contribuyente a que el minador de la hoja no se desarrolle. Nos preocupa la gotera en
Boyacá, Caquetá, Casanare y Meta, donde ya estamos trabajando con los caficultores y el Servicio
de Extensión.
Con esta campaña hemos buscado que el caficultor entienda que las decisiones agronómicas que
tome para el manejo del cultivo son muy importantes. Con frecuencia nos preguntan cuándo llega
la variedad productiva y la respuesta es: ya están ahí. Lo que se debe hacer es manejar bien las
plantaciones e indudablemente su administración conduce a un mejor estado sanitario, como el
que estamos viendo hoy.
Seguiremos hablando de “Más agronomía, más productividad” porque este camino nos lleva por la
ruta correcta hacia cultivos en buen estado, con sistemas de producción sólidos y productividades
superiores. Pensemos que la caficultura no es de una cosecha o un año, es un cultivo inter
temporal: mucho de lo que hagamos hoy, el cultivo lo devuelve el próximo año o el siguiente, por
eso nunca se puede bajar la guardia. Cuando un cultivo pierde el curso de acción es muy
complicado recuperarlo. El café requiere trabajarlo todos los días, pensando en que más adelante
retribuye el esfuerzo del productor.