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Hannah Arendt: una introducción

a su obra

Zulema Morresi
Mirta Tavella ( 2012)

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Hannah Arendt una introducción a su obra.

Para acercarnos a la singularidad de la producción de esta autora, nos interesa remarcar


el carácter experiencia! de sus obras, mostrar cómo su destino personal la llevó a
reflexionar sobre la política. En este sentido, en primer lugar nos dedicaremos a esbozar
algunas características que definen su pensamiento, luego, abordaremos aquellos
acontecimientos de su historia que cimentaron su producción, y finalmente ubicaremos,
en el camino recorrido por la autora, a las obras que forman parte de nuestro programa
de estudio.

La misma va a considerar a sus trabajos corno ejercicios de pensamiento político. Para


Arendt es siempre el acontecimiento el que esclarece retrospectivamente sus
condiciones de aparición, en este sentido considera a la filosofía hostil a la política
porque parte de aprioris, se desarrolla de acuerdo a la lógica del pensamiento, en
cambio la política es impredecible, incalculable, ligada a la libertad, producto del
accionar conjunto y siempre se puede esperar lo imprevisto, lo nuevo de ese accionar. 1

Hannah Arendt, nació en Hannover en 1906, estudió filosofía, sus maestros fueron
Husserl, Heidegger y Jaspers. El tema de su tesis de doctorado es el concepto de amor
en San Agustín, ese camino por la filosofía se cerró a partir de la experiencia del
nazismo. La autora fue perseguida, viajó a París y de allí a Estados Unidos. Esta
abrupta experiencia la llevará a decir que en 1933 se produce en su vida una triple
ruptura: biográfica, el destierro y lo este implica, la separación de su lugar y sus
afectos; con la filosofía, la autora se dedicará al pensamiento político, y con la historia,
el hilo de la tradición se ha roto, con el totalitarismo se abre una nueva forma política
que produce una escisión con el pasado de ahí la necesidad de comprensión.

Su primera gran obra fue: Los orígenes del totalitarismo, concluida en 1949, cuatro
años después de caído el régimen nazi y cuatro años antes de la caída de Stalin, periodo,
según la autora, de relativa calma después de décadas de desorden, confusión y horror.
Manifiesta su necesidad de reconciliarse con ese mundo trastocado: "mirar a nuestro
alrededor para ver que estarnos de pie en medio de una montaña de escombros de los
pilares de las verdades más conocidas "2

Tomando una relativa distancia con los acontecimientos, intenta comprender lo


ocurrido, ya que no es el actor involucrado en los hechos, sino el espectador el que se
encuentra en una posición que permite la comprensión.

1
Para profundizar sobre este aspecto de la obra de Arendt ver, A.miel, Anne, Hannah Arendt, política y
acontecimiento, Nueva Visión, Buenos Aires, 2000.
2
Arendt, Hannah, Hombres en tiempos de oscuridad, Barcelona, Gedisa, 1990, pág. 21. En esta obra la
autora reúne siete ensayos escritos a lo largo de 12 años y que habían sido publicados en Revistas. Trata
sobre personajes que no fueron coetáneos ni pertenecieron a los mismos lugares pero compartieron la
experiencia de haber vivido en tiempos que ella califica como "de oscuridad", Hermann Broch, Karl
Jaspers, Bertolt Brecht, Walter Benjamin, Isak Dinesen, Rosa Luxemburg y Gottfried Lessing.

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Comprender, para Arendt es el modo humano de estar en el mundo, Uno nace extranjero
y la forma de reconciliarse con el mundo, la necesidad de estar comprendido comienza
al nacer y termina con la muerte. Este es un complicado proceso, actividad sin fin,
cambiante, por la cual tratamos de sentimos en armonía con el mundo

Comprender no es perdonar, el perdón, una de las más grandes capacidades humanas,


que permite deshacer lo que se ha hecho, es una acción única, que comienza y termina,
la comprensión no tiene fin, es el modo específicamente humano de vivir. Por otra
parte hechos tan atroces como los ocurridos durante el nazismo merecen ser
comprendidos para reconciliarnos con el mundo pero eso no quiere decir que puedan ser
perdonados.

"Comprender no significa ( ...) negar lo terrible, comparar lo que es excepcional con


otros modelos o explicar ciertos fenómenos con ayuda de analogías y generalizaciones
que impiden que percibamos cuan estremecedora puede llegar a ser la realidad o hasta
que punto pueden llegar a ser traumáticos los acontecimientos. Significa, más bien,
analizar y soportar conscientemente la carga que los acontecimientos nos han legado
sin, por otra parte, negar su existencia o inclinarse ante su peso, como si todo aquello
que ha sucedido no pudiera haber sucedido de ninguna otra manera. En pocas palabras:
comprender significa enfrentarse a la realidad y acercarse a ella con atención y sin
prejuicios, viéndola tal como es y cómo fue."3

Hannah Arendt, alemana, judía, mujer, perseguida por el nazismo, exiliada en EEUU­
si bien en 1951 adquiere la ciudadanía norteameamericana- nunca dejará de reconocer
su lengua materna ni tampoco su condición de judía.

En su primera obra sobre, Rahel Varnhagen, define a esta mujer como paria; Elisabeth
Young Bruehl, quien escribió una de las biografías más completas sobre la autora, se
reapropia de dicha categoría para proyectarla en el pensamiento de Arendt, quien
también había sido despojada del sentimiento de estar en su casa.

"El paria es mucho más que un apátrida, que un desarraigado: es un outsider. La figura
completamente opuesta al arribista, al parvenu, quien a su vez no se limita a ser un
mero escalador social. Es alguien con una pulsión tan enfermiza por asimilarse al
mundo que está dispuesto a negarse a si mismo con tal de no sentirse separado de él."4

El desarraigo personal, que la hace pertenecer a distintos mundos y al mismo tiempo no


encajar plenamente en ninguno, se corresponde con su manera de pensar,
inclasificable.

3
Arendt, Hannah, Los orígenes del totalitarismo", Tomo: "Antisemitismo", en Ingeborg, Nordmann,
"Hannah Arendt, las vías hacia la acción y el pensamiento político", Revista Debats, N' 3 7, diciembre de
1991, pa_g. 42.
4
Manuel Cruz, en Introducción a La condicion humana, Paidós, Barcelona, 1993,pag.II.

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Su producción no puede encasillarse en ninguna de las teorías políticas clásicas, de allí
que ha sido definida de diferentes maneras, que no han clarificado sobre la originalidad
de su pensamiento: demócrata radical según Habermas o conservadora revolucionara
para Youg Bruehl.

Se distancia del marxismo que considera a la producción como base de la sociedad


desconociendo la especificidad de lo político.

Se distingue del liberalismo porque la libertad para ella no parte del individuo, solo en
la pluralidad y no como la suma de átomos aislados es que los hombres pueden expresar
su singularidad, generar lo nuevo.

No es en la vida privada sino en el espacio público donde los hombres son libres.

En las mismas palabras de la autora podemos observar esta falta de alineamiento teórico
y político, ante la pregunta sobre donde se sitúa, si es conservadora o liberal responde:

"No lo se realmente, no lo se y no lo he sabido nunca. Supongo que nunca he tenido una


posición de este tipo. Como saben, la izquierda piensa que soy conservadora y los
conservadores algunas veces me consideran de izquierda(...) No creo que este tipo de
cosas arrojen luz alguna sobre las cuestiones realmente importantes de nuestro siglo.

No pertenezco a ningún grupo. Como saben, el único grupo al que he pertenecido fue al
sionismo. Y, naturalmente, se debió a Hitler, duró desde 1933 a 1943, luego rompí con
él. Para mí, la única posibilidad de defenderse era hacerlo como judía y no como ser
humano; esta ultima posición me parecía un gran error, puesto que si se nos ataca como
judíos, hay que defenderse como judío y no podemos decir: "Perdón, no soy judía y soy
un ser humano"5

Mas adelante caracteriza a su actividad como: "pensar sin barandillas· y aclara:


"mientras usted sube y baja las escaleras siempre se apoya en la barandilla para no caer.
Pero hemos perdido esta barandilla. Esta es la forma en que me lo digo a mi misma e
incluso es lo que trato de hacer"6

Esta dificultad para encasillar sus escritos posiblemente esté ligada a que el pensamiento
para la autora no queda constreñido a un ejercicio lógico.

En su ultimo libro, inconcluso, publicado después de su muerte: "La vida del espíritu":

5
"Arendt sobre Arendt." Un debate sobre su pensamiento", en De la historia a la acción, Paidós,
Barcelona, 1995, pág.: 167.
6
Ibidem, pág. 170.

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"diferencia pensar y conocer. La primera actividad carecería de objeto y sería
autorreferencial, suponiendo la segunda una cognición científica que tendría objeto y
propósito." 7

El conocimiento es una actividad de construcción del mundo equiparable a la


construcción de cualquier objeto, por el contrario el pensar no deja nada tangible, es un
desvío de las actividades cotidianas ligadas al vivir, desligarse del mundo para
representarlo en nuestra mente.

En este sentido define a su obra del siguiente modo:

"desearía decir que cuanto he hecho y he escrito es provisional. Considero que todo
pensamiento- el modo en que yo me lo he permitido es quizás un poco desmesurado,
extravagante- tiene la reserva de ser experimental"8

Itinerarios cambiantes:

Luego de sus estudios secundarios, se traslada a Berlín para hacer cursos libres antes de
ingresar a la Universidad; allí conoció el pensamiento de Kierkegaard que influyó en
su interés por el estudio de la teología desde una postura crítica; ya a los 16 años había
leído Crítica de la razón pura y La religión dentro de los límites de la mera razón de
Kant. Al igual que gran parte de los estudiantes alemanes estaba dispuesta a seguir sus
estudios en varias Universidades, seleccionando asignaturas y profesores acordes a su
tema de tesis.

En Marburgo comienza a estudiar Filosofía con Heidegger. El estilo poético y la


originalidad del desarrollo que hace de la fenomenología de Husserl impactaron a la
joven Hannah. Nació entre ambos una relación académica y un romance que se mantuvo
en reserva. Él tenía 1 7 años más que ella, una familia y una vida organizada a la que no
renunció.

"Veinte años después del final de este período, le confesó a Hannah Arendt que ella
había sido la fuerza inspiradora de su trabajo en esos años, el ímpetu de su pensamiento
apasionado. Pero guardaron para sí mismos esta confesión, y convinieron mantener el
secreto de su relación tan cuidadosamente oculto como lo hicieron en 1925".9

Después de un año se trasladó a Friburgo para tomar clases con el maestro de


Heidegger, Husserl. Posteriormente se dirigió a Heidelberg a instancias de Heidegger
que la recomendó a su amigo Edmund Jaspers para que dirija su tesis de doctorado.

7
Rodrigues de Andrade, Rosangela, "Pensar: una actividad tensional que supone una construcción
virtual", en Anuario del Departamento de Ciencias de la Comunicación, UNR Editora, Año 97/98. Vol 3,
Rosario, 1998, pág.: 61-
8
Arendt sobre Arendt.. Un debate sobre su pensamiento, Op. Cit., pag. : 171.
9
Young Bruehl, Elisabeth, HannahArendt, Edicions Alfons El Magnanirn, Valencia, 1993, pág. 84.

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En esta etapa se interesó por el romanticismo, por los salones judíos donde se reunían
los románticos alemanes a fines del siglo XVIII. Se casó con un brillante estudiante con
el que comparte la vida académica, Günther Stern, deciden afincarse en Frankfurt donde
él intentará obtener un cargo como docente hasta que su postulación es desestimada.
Allí se conectan con los teóricos de la Escuela de Frankfurt y Arendt muestra su
antipatía por Adorno, quien influyó en el rechazo de la postulación de su esposo.

En ese periodo hace sus primeras incursiones en el campo del periodismo. Publicó en
uno de los periódicos más grandes de Alemania un artículo sobre San Agustín y el
protestantismo con motivo de la conmemoración del mil quinientos aniversario de su
muerte. En Berlín escribió para una importante publicación socialista una critica al libro
de Mannheim Ideología y utopía, que había sido publicado en ese entonces.

Paralelamente se dedica a escribir su primera obra: Rahel Varnhagen: vida de una


judía, una biografía poco convencional que trata de reconstruir el mundo de ideas de
una judía a la que , como vimos, considerará paria, esa mujer que vivió en el siglo
XVIII y sufrió buscando un lugar en la sociedad alemana inspiró a Arendt a indagar en
su corazón, más que ubicar su historia en e 1 espacio y el tiempo.

Cuando Heidegger se afilia al nazismo rompe con él y se mantiene distanciada por 1 7


años hasta el fin de la guerra, cuando volvieron a encontrarse, y según palabras de
Arendt, le hizo percibir la belleza del idioma alemán y ella en cierta forma lo perdonó.

A partir del avance del nazismo Arendt va a participar del sionismo y tendrá, desde un
primer momento la percepción del peligro de este movimiento, lo que generó muchas
discusiones con sus colegas y el propio Gunter Stern. Cuando los nazis llegan al
gobierno su marido se va de Alemania, Hannah decide quedarse. Protegió a perseguidos
por el régimen, refugiándolos en su departamento; fue arrestada, la interrogaron y a los
ocho días fue liberada. Después de este episodio abandona Alemania con su madre
huyendo sin documentación con destino a Praga. Luego se instala en Ginebra donde
consigue un trabajo temporario. En el otoño de 1933 se dirige a París, donde trabaja en
una institución de asistencia a judíos exiliados que deseaban emigrar a Palestina. Allí,
con Stern, se relacionan con intelectuales como Sartre, Koyré, Brecht y Benjamín, a
quien Hannah Arendt tenía en alta estima. Después de unos años, cuando está por
emigrar a Estados Unidos, Benjamín le confía unos manuscritos, incluido el de Las
Tesis sobre la Filosofía de la Historia, para que entregue al Instituto de Frankfurt que
funcionaba en Nueva York. Arendt cumplió con el pedido quedando descontenta ante
la actitud y el manejo dilatorio de Adorno del legado de su amigo.

En 1936 se separa de Günter Stern . Allí, además de su trabajo, su actividad política


fue complementada con una serie de conferencias relacionadas con el judaísmo; formó
parte de un grupo de intelectuales, algunos artistas, entre los que se encontraba el que
será su segundo marido: Heinrich Blücher, militante comunista alemán exiliado, los
dos recibirán una visa para entrar a EEUU en 1941. Ya en Nueva York escribirá en un
periódico de ese lugar en lengua alemana que había que formar un ejército judío para
luchar contra Hitler.

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Al final de la guerra empieza a escribir Los orígenes del totalitarismo

En 1951 adquiere la ciudadanía norteamericana. Se desempeñará como docente en


distintas universidades: de Princeton, Chicago y Nueva York. Fue conferencista
invitada en distintas oportunidades, muchas de sus obras son producto de esas
intervenciones. Recibió distinciones tanto en Estados Unidos como en Europa, después
de la guerra viajó por varios países europeos realizando distintas actividades
académicas.

Murió en 1975 mientras estaba escribiendo su obra póstuma: La vida del espíritu,
publicada en 1977 donde se aprecia la influencia de la filosofía de Heidegger y de la
tradición hebraica.

La obra:

Comenzaremos haciendo referencia a Los orígenes del totalitarismo y su significado en


la producción arendtiana, por la centralidad de esta obra en su pensamiento. Según
Anne Amiel, constituye la obra maestra de esta autora, tiene el valor de origen respecto
de la cual todos los textos posteriores son la recuperación, vale decir que cumple un
papel programático.

Si pensamos que su tesis de doctorado trata sobre el concepto de amor en San Agustín,
(1929) y que la autora en esos años estaba interesada en los estudios de teología y
filosófia, como hemos visto, podremos comprender que la obra marca un giro en su
interés. Su necesidad de pensar la política surge de la responsabilidad como ciudadana
para responder a la persecución que sufre juntamente con muchos judíos.

Los orígenes del totalitarismo , escrito en 1949 y publicado en 1951 consta de tres
tomos: Antisemitismo, Imperialismo y Totalitarismo.

El primer tomo presenta la historia política y social de los judíos desde el siglo XVIII.
Trata de comprender por qué el antisemitismo de ha convertido en uno de los elementos
fundamentales de las principales ideologías del siglo XX e intenta refutar explicaciones
corrientes sobre el caso: - No hay antisemitismo único y eterno, considerarlo así es no
tener en cuenta la realidad y eludir la responsabilidad; - Su expansión coincide con el
hundimiento del Estado- nación; - Los judíos no son chivos emisarios, esto supondría la
contingencia de su elección como blanco de persecución.

Por supuesto que los judíos fueron víctimas de atrocidades que no pueden ser castigadas
ni perdonadas, crímenes no previstos por los diez mandamientos, constituyen lo que la
autora llama "el mal radical" Ese mal se expresa en toda su plenitud en los campos de
concentración donde los hombres asisten a una triple muerte: muerte civil, muerte moral
y muerte de lo individual de cada uno. En sus cartas a Jaspers la autora se refiere al
tema considerando que los seres humanos nunca pueden ser tan inocentes como cuando
se encuentran delante de una cámara de gas. Pero esa inocencia monstruosa no significa
ausencia de responsabilidad ni autoriza a glorificarse de ser víctimas inocentes. Arendt
no identifica culpabilidad con responsabilidad, el concepto de responsabilidad es un

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concepto político, no ser responsable es estar excluido de la historia. Esta posición
explica su militancia en el sionismo, por considerar que hay que defenderse en los
términos en que se es atacado, al escuchar a un alemán que se avergonzaba de ser judío
ella afirmaba que se avergonzaba de pertenecer al género hum.ano.

En el segund.o volumen: "Imperialismo" distingue entre imperialismo colonial e


imperialismo continental, para luego caracterizar al imperialismo del siglo XX cuyo
antecedente es este último, la expansión sigue una continuidad geográfica donde
desaparece la diferencia entre gobierno metropolitano y dirección colonial.
Independiente del territorio y del pasado común hace de la nacionalidad una cualidad
desligada de la historia, niega todas las diferencias económicas, sociales, psicológicas,
de allí que el modo de organizar a las masas sea el movimiento y no el partido.

Con respecto al totalitarismo, también el tratamiento de este concepto es original. Enzo


Traverso, historiador de las ideas, se propone caracterizar el debate en relación a este
terna e historizar el concepto, incluso reflexionando sobre el alcance del mismo para
pensar la realidad latinoamericana. Esto nos permite aclarar que el concepto trabajado
por la autora no es la única acepción posible del mismo. Por ejemplo, no siempre para
referimos al nazismo hablamos de totalitarismo, a veces se lo denomina fascismo, no
distinguiéndolo de la experiencia italiana. Traverso, en el Prólogo 10 muestra su interés
por explicar al lector argentino por qué el totalitarismo está ausente en América Latina,
torna los casos de dictaduras militares corno las encabezadas por Videla Y Pinochet y
señala las diferencias: apuntan a un enemigo político, no a una raza, las víctimas eran
perseguidas por lo que hacían, no por lo que eran y no aspiraban a una transformación
total de la sociedad sino a restablecer el orden. Esto no impide que podamos encontrar
rasgos totalitarios en esos regímenes.

En relación al término el autor va a decir que es ambiguo refiere a un hecho, a un


concepto, (nueva forma de poder); a una teoría, (modelo de dominación). En su libro
trata de seguir el itinerario del debate que se dio en el siglo XX.

Es interesante resaltar que el autor manifiesta que su intención no es referirse al


totalitarismo para hacer una defensa al actual régimen político de occidente, en cambio
considera:

"Repensar el totalitarismo, ante al cambio de siglo, significa apropiarse de la


admonición de Hannah Arendt y Herbert Marcuse , a posteriori de la Segunda Guerra
Mundial, una época en la cual, corno hoy, el occidente quería encamar los designios del
mundo. Para Hannah Arendt, el totalitarismo rebela una "corriente subterránea de la
historia occidental (que) ha finalmente aflorado a la superficie y ha usurpado nuestra
tradición". Para Herbert Marcuse, "los campos de concentración, los exterminios en
masa, las guerras mundiales y las bombas atómicas- escribía en 1954, en su prólogo a­
Eros and civilization- no son una 'recaída en la barbarie'sino el cumplimiento no

10
Traverso, Enzo, Totalitarismo, Eudeba, Buenos Aires, 2001.

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reprimido de aquello que las conquistas modernas ofrecen al hombre en la ciencia, en la
técnica y en el ejercicio del poder"11

Luego va a ubicar la controversia en el exilio, si bien el término se origina en el corte


que se produce con la primera guerra y se desarrolla en un contexto de guerras, tres
experiencias nacidas de la Primera Guerra están en el origen del concepto:

El fascismo italiano(1922-1945).

El nacional socialismo alemán(1933- 1945)

El stalinismo de la URSS(1929-1953)

Este fenómeno es un acontecimiento de la modernidad que se produce con la sociedad


de masas. El autor sigue los avatares de las percepciones y conceptualizaciones del
mismo tanto para los socialistas como para los liberales. Nos interesa retomar la
situación del debate después de la Segunda Guerra, donde Traverso ubica la posición de
Arendt. Según este autor, la guerra fría relanzó el debate sobre el totalitarismo, la edad
de oro de esta noción será de 1947 a 1960, pero se producirá una mutación, ya no tendrá
una finalidad crítica sino que funcionará como defensa del orden occidental, se
constituirá como apología del régimen hegemonizado por EEUU. Un ejemplo que da es
la obra 1984 de Orwell. Traverso plantea que los teóricos del totalitarismo no serán ya
antifascistas emigrados o exiliados, se habrán integrado. Los parias, como se asumía
Arendt, se habían transformado en ciudadanos norteamericanos, defensores de ese
régimen asociado a la idea de derecho y libertad. En una carta a Jaspers en 1946 Hannah
Arendt escribe:

"Aquí,(en Norteamérica) hay en serio algo que se asemeja a la libertad y muchos


hombres sienten con fuerza que sin libertad no es posible vivir. La República no está
vacía de ilusiones, y el hecho de que aquí no exista un Estado nacional ni una verdadera
tradición nacional(...) genera una atmósfera favorable a la libertad o al menos inmune
al fanatismo".12

Esto no significa que Arendt no haya sido crítica en relación a ciertas cuestiones como
la educación o la política norteamericana en Vietnam para dar sólo algunos ejemplos.

En 1971, después de la muerte de su segundo esposo, escribe un ensayo a raíz de la


publicación en la prensa de documentos del Pentágono sobre la guerra de Vietnam, fue
publicado como La mentira en política. Reflexiones sobre los documentos del
Pentágono, donde cuestiona la política norteamericana, que estaba alejada de la
contingencia, tratando a las teorías como hechos. Interpela esa incapacidad de consultar
la experiencia y aprender de la realidad, que no sólo tuvo el gobierno norteamericano

11
Traverso, Enzo, Op. Cit., págs. 12-13- citas del autor a Los orígenes del totalitarismo y Eros y
civilización respectivamente.
12
Ibidem, pág. 86.

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sino también los grupos de izquierda. Después de haber expuesto este ensayo como
conferencia, fue invitada por varias universidades durante 1971- 1972, para discutir
sobre esta cuestión.

Retomando el tema del totalitarismo, esta era la situación del debate en el momento que
la autora que nos ocupa comienza a formular su concepto como una forma inédita de
gobierno y que se dio solamente en dos experiencias, la del nazimo y el stalinismo.

Como habíamos anticipado, ella intenta comprender qué ha sucedido y cómo ha podido
suceder. Nos interesa, en este punto, seguir un aspecto de la línea de pensamiento de la
autora, su afirmación de que esta forma atroz de gobierno es propia de la sociedad de
masas y que el germen que permitió su desarrollo está en el sustrato de estas
sociedades, podríamos decir, en nuestras sociedades. Hitler o Stalin no eran locos
sueltos, hubo un régimen formado por hombres comunes, y lo único que explica que
hayan cometido tales actos de crueldad es que no pensaban lo que hacían. La idea que la
autora desarrolla de "banalidad del mal" cuando fue corresponsal para la Revista New
Yorker del juicio a Eichmann en Jerusalén en 1961 nos ayuda a entender lo
imperdonable. Refiriéndose a este personaje expresa:

"Me impresionó la manifiesta superficialidad del acusado, que hacía imposible vincular

la incuestionable maldad de sus actos a ningún nivel más profundo de enraizamiento o


motivación. Los actos fueron monstruosos, pero el responsable- al menos el responsable
efectivo que estaba siendo juzgado- era totalmente corriente, del montón, ni demoníaco,
ni monstruoso." ¡­j

El problema de la culpabilidad y la responsabilidad pierden sentido si vivimos en un


mundo ficticio, desarraigados. En un ensayo escrito en 1944, -después de una
conversación con el teólogo Paul Tillich, publicado en 1945 con el título: La culpa
organizada, Arendt se pregunta por la complicidad y participación del pueblo alemán.
Haber formado parte del régimen totalitario establece las condiciones para que el pueblo
pierda neutralidad, ya que no contaba, como en la tiranía con su vida privada para
pensar y oponerse. Si bien el grado de responsabilidad no fue igual, la autora la está
pensando en sentido amplio. Para entender la actitud de los alemanes e incluso de los
funcionarios del nazismo, va a plantear que la misma no se explica por el espíritu del
pueblo alemán o por locuras personales sino por un tipo de hombre propio de las
sociedades modernas, padres de familia, pendientes sólo de su existencia privada, del
bienestar de su familia e ignorantes de la virtud pública, este es un fenómeno
internacional moderno. Este nuevo tipo de hombre que designa como "pequeño
burgués", al ser sometido a las calamidades de la época, desempleo, hambre,
hiperinflación, puede convertirse en cualquier momento en juguete de la locura y la
calamidad.

13
Cruz, Manuel en introducción a la obra escrita por Hannah Arendt: La condición Humana, Paidós,
Barcelona, 1993, pág. VI.

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Entre 1956 y 1959 Hannah Arendt trabajaba en el proyecto de una obra que se titularía:
"Introducción a la política", nunca llegó a escribirla porque se sucedieron compromisos
que lo impidieron, luego de su muerte se compilaron los manuscritos sobre este tema y
se publicaron con el título: ¿Qué es la política? En esos años, sus actividades dan
origen a otra obra: La condición humana, publicada en 1958, producto de una serie de
conferencias que la autora dictó en 1957 en la Universidad de Chicago denominadas:
"Vita activa". Arendt había considerado en primera instancia darle el título de "Amor
mundi" (amor al mundo), su editor norteamericano la disuadió para cambiarlo por
considerarlo oscuro y poco atrayente. Daniel Mundo señala que el título sugerido por
Arendt es la clave para pensar toda su obra: "Todo su pensamiento gira alrededor de ese
amor desinteresado al mundo". 14

El objetivo de La condición humana es, según la autora: "pensar lo que hacemos",


para eso se pregunta por las condiciones de existencia contemporáneas. Hace referencia
a una serie de hechos que modifican las condiciones de vida sobre la tierra. Señala la
diferencia entre la Edad Moderna, que se extiende del siglo XVII al XX, del Mundo
Moderno que nació con las primeras explosiones atómicas. Define las características
generales de la condición humana a lo largo de distintos capítulos rastreando en el
tiempo la alienación del Mundo Moderno en su doble huida: de la Tierra al Universo y
del mundo al yo.

Para Arendt el poder es la capacidad de actuar en común, surge cuando los hombres se
juntan y actúan concertadamente. Critica el privatisrno instaurado en las sociedades
contemporáneas donde se ha perdido la especificidad del espacio público corno
escenario de la política y ha sido reemplazado por el mercado para el consumo.

"una sociedad basada en la labor y el consumo, donde todo lo que se hace sirve para
ganarse la vida se relaciona con el principio de conformidad: un ser conforme, que
desprecia el dolor o el esfuerzo, o en otras palabras que privilegia el confort a cualquier
otra experiencia. En esta sociedad, "que considera la vida, es decir, la vida terrena del
individuo y de la familia, como el bien supremo", laborar y gastar y consumir agotan las
posibilidades de experiencias que los hombres puedan realizar o sufrir, y hasta que
puedan irnaginar" 15

Para Arendt, corno la actividad política es innecesaria e improductiva pierde su validez


en este tipo de sociedad, al hacer política uno abandona su sí mismo, para entregarse al

14
Mundo, Daniel, "Crítica apasionada Una lectura introductoria a la obra de Hannah Arendt,
Prometeo, Buenos Aires, 2003, pág 26. Para abordar el tema del poder en Arendt, además de la obra
citada, recomendamos su ensayo: ¿Qué es la política?; comentaristas como Fina Birulés que escribe la
introducción a esa obra; el libro escrito por Celso Lafer, -autor que introdujo en Brasil el pensamiento de
Arendt-: La reconstrucción de los derechos humanos. La biografia más completa escrita por Elizabeth
Young-; y el libro La condición humana, especialmente la introducción de Manuel Cruz y el capítulo
sobre acción.
15
Ibidem, pág. 30.

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mundo, no para preservar lo propio, sino lo siempre ajeno, lo de nadie, lo público. En la
época moderna la labor está por encima del trabajo y la acción. Se borra la diferencia
que existía para los griegos entre esas actividades. Se constituye lo social, un híbrido,
que confunde lo público con lo privado sin ser ninguno de los dos. Entre lo público,
espacio de la libertad y lo privado, lugar de la necesidad, entre ambos se genera lo
social.

"El agrandamiento de la casa ha significado la disminución del espacio público, el


espacio de la libertad. Y todo aquello que es propiamente 'privado' descansa ahora entre
individuos como experiencia subjetiva, a la que Hannah Arendt llama intimidad". 16

En este marco distingue lo político de lo social, circunscribiendo lo político a la


posibilidad de que haya distintas posiciones frente a una situación, en cambio aquello
que es administrable, que no es necesario debatir para gestionar corresponde a lo social.
Todas las cuestiones tienen una doble cara, una que no debería ser objeto de discusión,
por ejemplo que todo el mundo tenga un alojamiento adecuado, esto forma parte de lo
social. El debate político se da sobre aquello que no podemos resolver con certeza, que
no se reduce a una solución técnica.

Política es acción, actividad que expresa la capacidad que le es propia al hombre: la


libertad, que no es mera posibilidad de elección, no es lo mismo que el libre albedrío
propio de la tradición occidental; es la capacidad de comenzar algo nuevo. No es la
finalidad de la política, es su condición, constituye el sentido mismo de la política. Sólo
se ejerce en la pluralidad de hombres en igualdad de condiciones, ni siquiera el que
domina a otros es libre, porque depende de su obediencia.

Como afirma Manuel Cruz, en el concepto de acción quedan subrayados tres rasgos:

La pluralidad humana;- la naturaleza simbólica de las relaciones humanas


(necesidad del lenguaje: discurso); - el hecho de la natalidad en contraposición a
la mortalidad.

Los hombres no han nacido para morir sino para comenzar, por eso la lógica del
totalitarismo, que termina con la acción, es el campo de concentración.

La acción política nos sustrae del mundo previsible en el que cotidianamente


vivimos, la civilización actual enmarca los hechos en estadísticas, regulaciones en
detrimento de la acción política:

"Una sociedad en la que los hombres no nos sentimos convocados por nuestra
ciudad o por el mundo, es una sociedad que ha elegido trágicamente no encarar el
riesgo que implica la libertad. Desaparece la libertad en un mundo donde los

16
Young Bruehl, Elisabeth, Hannah Arendt, Op. Cit., pág.408.

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hombres no asumen riesgos o no quieren hacerse responsables de los que eligen, y
que ni si quiera recuerdan su capacidad de elegir." 17

Entre 1965 y 1966 la autora escribió un ensayo que se publicó en 1966 titulado
Verdad y Política , como explica en una nota al pie, este ensayo nació de la
controversia surgida tras la publicación de Eichmann en Jerusalén con la finalidad
de aclarar dos cuestiones: primero: si siempre es legítimo decir la verdad; segundo:
respondiendo a las mentiras que se dijeron en la controversia tanto en relación a lo
que había escrito, como a los hechos que se habían informado.

En 1960 AdolfEichmann fue secuestrado en Argentina por agentes israelíes y en


1961 fue juzgado en Israel. Cuando Hannah Arendt supo del juicio se ofreció como
reportera al editor del New Yorker y fue aceptada. El acusado había sido, Teniente
Coronel de las SS, considerado un "especialista en la cuestión judía", encargado de
la expulsión de los judíos del Reich entre 193 8 y 1941. Luego, entre 1941 y 1945
organizó la deportación de los judíos de Europa, así como de los polacos, eslovenos
y gitanos hacia los campos de concentración y exterminio. Hay un libro que
proporciona esta información e incluye el guión de la película: "El especialista"
cuyo Director es Eyal Sivan, es un documental de 1999 que muestra fragmentos del
juicio. Este último, con Rony Brauman, autores del libro, caracterizan al personaje,
no como un monstruo, sino un hombre vulgar, cuyos pensamientos eran huecos. No
era Jack el destripador, era corriente, y esa normalidad es más aterradora que todas
las atrocidades cometidas. Como lo subraya Arendt, lo singular de este régimen no
es el genocidio, que ya era conocido en la historia, sino el crimen administrativo y la
ejecución industrial; crimen moderno por excelencia, puesto en práctica por una
burocracia anónima, malogra a la justicia que no tiene herramientas para castigar
masivamente. El arma propia de estos crímenes, la cámara de gas es un instrumento
anónimo.

Arendt llegó a la conclusión de que Eichmann era incapaz de pensar y a preguntarse:


¿ Qué llevó a este hombre a dejar de pensar? Cuando publicó su libro sobre este
caso, lo subtituló: "la banalidad del mal". Esto generó la reacción del sionismo,
Arendt fue considerada una persona insensible y con escaso amor al pueblo judío,
acusada de anti- sionista, anti- Israel, etcétera.

Los juicios de la autora que motivaron la mayor parte de las críticas fueron:

1- Que resaltó la mentalidad burocrática del acusado, que lo consideró incapaz de


distinguir el bien del mal, si bien estuvo de acuerdo con el fallo judicial que lo
condenó, pensaba que eran necesarias nuevas categorías jurídicas para condenar
estos casos.

2- La autora consideró que la corrupción del régimen nazi afectaba a otros países,
e incluso a los judíos. Sostuvo la importancia de los Consejos Judíos, ya que sus
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Mundo, Daniel, Crítica Apasionada, Op. Cit. , pág 41.

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líderes colaboraron con los nazis, cuestión que no fue tenida en cuenta durante el
juicio. Este último punto no fue tolerado por los sionistas, que llegaron acusar a
la autora de enemiga de las víctimas del holocausto.

Después de varios años de silencio Arendt se dedicó a escribir un ensayo Verdad y


política, esta fue su respuesta a la controversia sobre Eichmann en Jerusalén y su
afirmación de la importancia que para la política tenía "la búsqueda desinteresada de
la verdad".

No caprichosamente nos detuvimos en estas obras que abren posibilidades, según


nuestro criterio, para pensar el accionar político, no son las únicas, los escritos sobre
la revolución, sobre la violencia o la autoridad son muy sugerentes, si bien el recorte
es arbitrario, esperamos que las lecturas de los textos introducidos en este escrito
sirvan para enriquecer el debate político, utilizando este término en sentido amplio.

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