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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO

Lucleidy Gonzalez Marte


100166754

ESTADO DE EXCEPCIÓN. SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS. GARANTÍAS


JUDICIALES INDISPENSABLES NO SUSCEPTIBLES DE SUSPENSIÓN EN
LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS

En el presente informe académico, se realizan un conjunto de consideraciones

acorde al tema tratada, de igual forma, se recopila información doctrinaria y

jurisprudencial, sobre la suspensión de los derechos humanos durante estados de

excepción. A los efectos se evacúan distintos documentos, que contienen los

presupuestos básicos para suspender los derechos fundamentales, consagrados en los

textos constitucionales, así como aquel núcleo de derechos que son inalterables.

Dentro de las consideraciones iniciales, hay que establecer un concepto propio

del Estado de Excepción o Estado de Emergencia, donde el texto indica que se refiere a:

“la categoría abarcadora de una serie de instituciones como el estado de sitio,

el estado de emergencia, el toque de queda, el régimen de excepción, el estado

de guerra, el estado de conmoción, etcétera, que designa las facultades que los

Estados modernos tienen de decretar la suspensión temporal de ciertos

derechos y garantías con el objeto de enfrentar y superar situaciones

emergentes que pongan en riesgo la existencia, la soberanía, la independencia o

la seguridad del Estado”

Hay varios puntos que destacar en el desarrollo de este informe, y es que el

ejercicio de derechos y libertades se ha suspendido precisamente para garantizar el

ejercicio de esos derechos y libertades. Combinar esta fórmula significa que el orden
público y la moral son requisitos previos para el libre ejercicio de los derechos y

libertades y, de hecho, un cambio sustancial en el orden público y la moral conduce a la

violación del libre ejercicio de los derechos fundamentales. correcto. Por lo demás, esta

frase no debería tener muchas consecuencias, como cuestionarse si la falta de seguridad

para el ejercicio del derecho al voto libre podría desencadenar un estado de emergencia.

La Convención permite la suspensión temporal de determinadas obligaciones de

las que el Estado es signatario". Es solo el goce y ejercicio limitado de estos derechos.

La diferencia entre limitar y obstaculizar el goce y ejercicio de los derechos y libertades

es fruto de la propia Convención (artículos 16.3, 29.a y 30). Esta es una diferencia

importante, y al respecto, en la reunión de expertos en San José durante la elaboración

final de la Convención se introdujeron enmiendas para incluir las palabras “lucro y

haz”, aclarando conceptualmente el problema.

De hecho, como ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos,

particularmente en relación con el artículo 30 de la Convención de San José, la

Convención se limita a declarar un conjunto de derechos y libertades que garantizan la

no agresión en absoluto. Pero también se refiere a determinadas condiciones en las que

se puede restringir el goce o ejercicio de estos derechos o libertades sin infringirlos.

Para el tribunal, las disposiciones anteriores no pueden interpretarse como una forma

general de aprobación para establecer nuevas restricciones a los derechos protegidos por

el Pacto, además de las autorizadas en la esfera de la ley. Un área específica de cada

derecho. Más bien, el artículo 30 busca establecer una condición adicional de que las

restricciones permitidas sean legales.

Según la Corte, el significado de la palabra “ley” en el contexto de los sistemas

de protección de derechos humanos no puede disociarse de la naturaleza y origen de

estos sistemas. Tratado, parte del cual afirma la existencia de ciertos atributos humanos
inviolables que no pueden ser violados legalmente en el ejercicio del poder público. El

tribunal agregó que estas son áreas únicas que el estado no puede violar o en una

medida limitada. Por tanto, la protección de los derechos humanos incluye

necesariamente el concepto de limitar el ejercicio del poder estatal.

Por tanto, como afirma la Corte, la protección de los derechos humanos tiene

como objetivo asegurar que las acciones del Estado que afectan fundamentalmente a los

derechos humanos no se dejen a la discreción de las autoridades públicas, pero no a los

derechos humanos, que deben ser rodeados. por una serie de garantías. La violación de

sus inviolables atributos, y quizás, sobre todo, deben ser restricciones establecidas por la

legislación aprobada por los poderes legislativos, de acuerdo con las disposiciones de la

Constitución. Mediante este procedimiento, dichos actos se invierten no solo con el

consentimiento de los representantes públicos, sino también con la minoría que expresa

opiniones disidentes, propone distintas iniciativas, participa de la voluntad política, o

puede influir en la opinión pública y evitar la arbitrariedad de la mayoría. De hecho,

este procedimiento no impide que la legislación aprobada por el Parlamento se convierta

en una violación de los derechos humanos en cualquier caso y puede requerir la

necesidad de un seguimiento continuo. Pero ciertamente es un gran obstáculo para la

ejecución arbitraria del poder.

Como señaló Nieto Navia, aunque partamos de la idea de que "los tribunales

deben identificar dónde van estas restricciones", "en la protección de los derechos

humanos, en realidad limitan la realización de los derechos humanos". por lo tanto, la

Convención buscó abarcar restricciones al "goce y ejercicio" de los derechos y

libertades fundamentales, así como garantías de aplicación. La primera de estas

garantías es la "ley" aprobada.


Agregado de acuerdo a lo dispuesto en la Constitución: No sólo con este trámite

se hace con el consentimiento de los representantes populares, sino que los grupos

minoritarios pueden simultáneamente influir en la ciudadanía de diversas formas. Las

opiniones sobre números no actúan de forma arbitraria. De hecho, agregó. "Este

procedimiento no impide que la legislación aprobada por el parlamento se convierta en

una violación de los derechos humanos, en cualquier caso, pero puede requerir un

sistema de control, pero ciertamente es una facultad discrecional para referirse a los

principios de legitimidad y reserva de la ley.

Los tribunales consideran "principios fundamentales del desarrollo

constitucional democrático", un grave obstáculo para explicar la expresión "ley", en el

artículo 30, se utiliza como sinónimo de todas las normas jurídicas, aceptando que los

derechos fundamentales pueden ser limitados, limitados por la sola discreción de una

entidad pública, por lo que no existen restricciones formales en las Condiciones

Generales distintas de las establecidas.

En el sistema interamericano de protección de los derechos humanos, existe

jurisprudencia valiosa sobre las violaciones cometidas por los Estados en cuanto a la

prohibición de suspender determinadas garantías judiciales durante los estados de

excepción. Dicha prohibición tiene relación con el desarrollo del derecho penal

internacional y probablemente con la jurisprudencia presente y futura de la Corte Penal

Internacional, en dos sentidos.

Primero, así como en el sistema interamericano de protección de los derechos

humanos se establece que ningún Estado parte puede alegar como justificación o

atenuante de su responsabilidad por incumplimiento de las obligaciones que la

Convención Americana y la jurisprudencia de la Corte Interamericana le imponen, aun

bajo un estado de excepción, tampoco debería ser admisible esa alegada defensa para las
personas que sean juzgadas por la CPI por la comisión de los crímenes de su

competencia.

Segundo, la Corte Penal Internacional debe respetar y tomar las medidas

necesarias para asegurar el pleno goce de las garantías judiciales indispensables que por

derecho corresponden a las personas imputadas, independientemente de los crímenes

atroces que les sean imputados, puesto que si dichas garantías deben ser resguardadas

aún bajo cualquier tipo de emergencia o estado de excepción que impone una legalidad

excepcional, con mayor razón deben ser respetadas por un tribunal penal internacional

que se rige por la plena legalidad.

Las garantías específicas de los derechos humanos son los medios jurídicos

puestos a disposición del individuo para la defensa jurídica de sus derechos

fundamentales, para hacerlos prevalecer frente al Estado, ya sea como producto de las

relaciones intersubjetivas, o como consecuencia de las relaciones que tiene el individuo

y la colectividad con el Estado.

Derecho a la Jurisdicción. Este derecho o garantía judicial, en sentido

estrictamente procesal, constituye el primer derecho humano fundamental. Esta garantía

permite al individuo lesionado en sus derechos, invocar la protección del Estado a través

de los órganos jurisdiccionales y a la vez le permite ejercer otros derechos humanos,

tales como el derecho o garantía de audiencia, el derecho de petición y respuesta, y el

derecho de protección judicial, que le dan contenido a esta garantía fundamental, dado

que el simple acceso a los tribunales, por sí solo, no representa una garantía para el

individuo, si no es que se le permite al mismo tiempo invocar y ejercer otros derechos y

garantías que hagan posible la protección ante los mismos.


Los Estados deben reconocer de manera amplia y completa los derechos y

garantías fundamentales de la persona humana. Este reconocimiento formal debe

hacerse preferentemente a través de la Constitución, para que sean las leyes secundarias

las que tengan la tarea de desarrollar y facilitar su ejercicio práctico.

Los tratados internacionales deben también contribuir al reconocimiento y a la

reafirmación de los derechos humanos, que deben tener el carácter de normas

permanentes e inamovibles, no sujetas a derogación o reformas más que para ampliar o

mejorar su reconocimiento y protección.

Los derechos humanos deben ser reconocidos por los Estados de tal forma que

sean practicables por los particulares. Deben disponer de libertades que faciliten su

ejercicio y de garantías jurídicas que los protejan en caso de violación o amenaza.

Pero los Estados también deben tipificar las conductas antisociales lesivas de los

derechos reconocidos, y deben, en consecuencia, establecer los tipos penales y las

correspondientes sanciones a los infractores.

Los derechos humanos disponen de las anteriores garantías normativas y deben

estar protegidos en toda circunstancia por la cláusula de reserva de ley, mediante la cual

se garantiza que su reconocimiento, regulación, limitación o restricción a su ejercicio,

debe quedar sujeta exclusivamente a la ley y no a las disposiciones de la autoridad

administrativa.

El individuo debe disponer en todo momento y circunstancia de procedimientos

jurídicos, especialmente de carácter jurisdiccional, mediante los cuales pueda invocar

ante los órganos oficiales del Estado la protección de sus derechos en caso de infracción

o amenaza.
En todo momento los particulares deben tener, incluso, la facultad legal para

iniciar procedimientos judiciales en caso de violación a los derechos humanos de

terceras personas, y deben tener la posibilidad jurídica de presentar o aportar pruebas al

proceso judicial con el fin de establecer la infracción y contribuir así con la

investigación judicial y con la protección de los derechos humanos violados o puestos

en peligro.

En los casos de violación de los derechos humanos la sentencia judicial

respectiva debe tener efectos vinculantes para todos, es decir, que debe tener efectos

erga omnes. Debe ser, por lo tanto, de carácter vinculante para todos los funcionarios

del Estado.

Los derechos humanos fundamentales, pues, requieren de garantías

procedimentales, las cuales, para ser efectivas, entre otros requisitos, deben ser ágiles,

sencillas, accesibles, poco formales y conocidas por todos.

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