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EL ESPÍRITU DE LAS 2:30

LITERARIO

EL ESPÍRITU DE LAS 2:30

Esta es la historia de tres niños y una niña, ellos se llamaban: Ángel, Daniel, Luis y Ximena.
Ellos eran muy buenos amigos casi inseparables, a ellos les gustaba reunirse en casa de
Daniel y ver películas. Un día pidieron permiso para quedarse a dormir en casa de Ángel,
pues esa noche sus padres irían a una fiesta y estarían fuera desde las 10:00pm hasta las
5:00 am. Los padres de Ángel les dieron la confianza de dejarlos en casa con la condición
de portarse bien y no salir fuera.

Los papás de Ángel les dieron las últimas recomendaciones y salieron con rumbo a su
fiesta. Los niños contentos se reunieron en el cuarto de Ángel que estaba en la planta alta
y comenzaron a ver las películas que habían traído para esta ocasión.

Después de unas horas de estar viendo películas, a Daniel le pareció en varias ocasiones
escuchar algún ruido extraño pero no se preocupó, hasta que Ángel y Luis también
escucharon algo, como si movieran o arrastraran algún mueble en la planta baja, pero
decidieron ignorarlos. A Ximena le había dado sed, pero tenía miedo de bajar sola, Luis
fue muy caballeroso cuando se ofreció a acompañarla; Ximena aceptó y ambos
comenzaron a bajar las escaleras despacio; No comentaron nada, pero era obvio que
ambos tuvieron la sensación de que entre más escalones bajaban, más fuerte se sentía
una “mala vibra” en la casa. Llegaron a la cocina y Ximena tomó un vaso y comenzó a
llenarlo de agua. De pronto escucharon 2 ruidos, como si alguien hubiera arrastrado una
silla, rápidamente Ximena dejó su vaso a medio llenar con la intención de subir al cuarto,
pero Luis fue mucho más rápido y se adelantó a subir las escaleras, dejándola a ella atrás
mientras gritaba: ¡Espérame!. Luis ya había llegado al cuarto cuando Ximena por la prisa
de querer subir rápido, tropezó con uno de los escalones… -sintió que la tomaron de las
piernas, no pudo levantarse y gritó con todas sus fuerzas y cerró sus ojos Los niños
escucharon los gritos, pero se asustaron y no quisieron salir del cuarto.

Cuando por fin Ximena, se atrevió a abrir los ojos, se encontraba en algún lugar oscuro, no
lograba distinguir nada.

Mientras tanto Daniel, Luis y Ángel estaban muy asustados y se preguntaban qué había
pasado, Luis no podía hablar, estaba muy asustado. Daniel y Ángel se enfadaron con él y
comenzaron a gritar sin salir del cuarto: ¡Ximena! ¡Ximena! – Nadie contestó.
Daniel dijo: -¡Bien Luis! Si no quieres hablar, yo mismo voy a averiguar porque es mi amiga
y los amigos no se defraudan. Yo iré contigo –dijo Daniel- , Luis un poco repuesto también
accedió a acompañarlos, pero más bien con la intención de no quedarse solo en el cuarto.

Comenzaron a bajar las escaleras mientras gritaban: ¡Ximena!, ¡Ximena!, pero no la


encontraron. Enojados Ángel y Daniel le exigieron a Luis, le gritaron y le preguntaron qué
es lo que había pasado con su amiga. Luis respondió que mientras estaban en la cocina,
escucharon un ruido, ambos salieron corriendo y ya no supo nada más, pues pensaba que
Ximena venía detrás de él. Ángel y Daniel culparon a Luis y comenzaron a acusarlo de
haberle hecho daño a Ximena, Luis se defendía diciendo que nunca le haría daño a su
amiga.

Esto es un caos -dijo Daniel-, por suerte Ángel tenía un celular de emergencia para llamar a
sus padres, pero el celular se encontraba en el cuarto de ellos y la puerta se había cerrado
con seguro. Intentaron abrirla con todo lo que tenían a la mano pero no lo lograron.

¡Ya valimos! –Dijo Daniel- Los tres estaban muy cansados y asustados y regresaron al
cuarto de Ángel, donde se quedaron dormidos porque ya eran las 2:30 am.

Luis se despertó, volvió la cabeza para ver el reloj que marcaba las 5:00 am, y escuchó un
ruido en la puerta principal, apurado despertó a Daniel y a Ángel. Ángel les dijo: no se
asusten creo que son mis padres, bajaron con precaución mientras la puerta se abría. ¡Si
eran sus padres! Ellos preguntaron si todo estaba bien, y luego preguntaron por Ximena
pues no la vieron con ellos.

No lo sabemos –respondieron- Asustados los padres comenzaron a interrogarlos -¿Cómo


que no lo saben?, ¡se suponía que no saldrían de casa!-. Luis les contó todo lo que había
pasado y empezaron a buscar por todos lados. Los padres comenzaron a preocuparse aún
más por Ximena, pues no lograban encontrarla. De pronto, Ángel encontró una puerta de
madera en el piso, al parecer daba a un sótano, es extraño pues no recordaba haberla
visto antes. Comenzó a bajar, definitivamente este sótano nadie lo conocía, ni sus
padres… de pronto sintió que lo jalaron de sus piernas, comenzó a llorar y gritar: ayuda!,
ayuda! Y se encontró a Ximena a un lado de él, pero por la obscuridad no se reconocieron,
por lo que ambos comenzaron a gritar asustados.

¿Ángel eres tú? –Dijo Ximena- Si –respondió Ángel- se abrazaron.

Daniel y Luis comenzaron a gritar: Ángel ¿Encontraste algo?, Nadie respondió. Los papás
también comenzaron a gritar ¿Ángel dónde estás? ¡No estamos jugando! -Yo creo que
también él se perdió – dijo Daniel- Asustados empezaron a buscarlos. De pronto Luis gritó:
¡Aquí hay una puerta y creo que conduce a un sótano!, - ¿Un sótano? –pregunto la Mamá.
Si, un sótano- contestó Luis-. Los padres y Daniel fueron corriendo con Luis, abrieron la
puerta y gritaron: ¡Ángel! ¡Ximena!. ¡Aquí estamos! –Dijeron los dos, ambos llorando-
¡Ayúdenos!

Cuidadosamente fueron bajando, los rescataron y les preguntaron ¿qué había pasado?.

Ximena les contó que escuchó un ruido y salió corriendo, tropezó por las escaleras y cerró
los ojos, pero al momento de abrirlos se encontraba en el sótano. Ángel contó que le había
pasado casi lo mismo, pero que él había encontrado la puerta que daba al sótano, quiso
bajar y al momento lo jalaron. En ese momento los Padres de Ángel recordaron que el
Señor que les vendió la casa, les dijo que tuvieran cuidado porque allí habitaban los
espíritus de unos viejitos, y que siempre a las 2:30 am empiezan a hacer ruidos y a mover
cosas. Si se levantan a esa hora es probable que vean cosas extrañas y les pase algo malo.
Así terminó la noche, amaneció y todo volvió a la normalidad, los amigos nunca quisieron
volver a pasar la noche en la casa de Ángel y además sus padres decidieron cambiarse de
casa. Creo que fue lo mejor… Después de eso todos fueron felices. Fin.

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