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Título: La prescripción en el derecho de seguros. Hacia el fin de una controversia


Autor: Cracogna, Fernando
Publicado en: LA LEY 09/02/2017, 09/02/2017, 8 - LA LEY2017-A, 277 - RCyS2017-III, 227
Cita Online: AR/DOC/3877/2016

Sumario: I. Introducción. — II. La prescripción en la ley de seguros. — III. La prescripción en la ley


24.240 y el inicio de la controversia. — IV. El Código Civil y Comercial. — V. La interpretación de la
Cámara Comercial y de la doctrina de la Corte Suprema. — VI. Hacia el fin de la controversia.

El plazo anual de prescripción previsto por el art. 58 de la Ley 17.418 debe prevalecer sobre el trienal
establecido en el art. 50 de la Ley 24.240.Y si bien se lo puede tildar como un plazo breve que podría ameritar
una reforma legislativa, hasta tanto ella no tenga lugar el plazo dispuesto por el art. 58 de la Ley de Seguros
debe respetarse, sea cual sea la postura que se tenga sobre su acierto.
I. Introducción
Desde el año 1993, cuando fuera sancionada la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor (LDC), venimos
asistiendo a un continuo debate sobre los alcances que dicha norma tiene sobre la regulación del contrato de
seguro.
En un principio la discusión se centraba en determinar si la normativa de la Ley de Defensa del Consumidor
resultaba aplicable al contrato de seguros. A la fecha entendemos que dicho debate se encuentra definitivamente
zanjado y que dicha la ley deviene aplicable al contrato de seguro, siempre y cuando nos encontremos frente a
una relación de consumo en los términos previstos por la Ley 24.240.
Apoya esta conclusión el hecho de que en febrero del año 2011 la Superintendencia de Seguros de la Nación
haya dictado la Res. 35614 mediante la cual dispuso en forma expresa que los elementos técnico-contractuales
deberán adecuarse a las disposiciones de la Ley 24.240, entre otras (1).
Es que, como ya hemos tenido oportunidad de manifestar, en varios aspectos la Ley 24.240 no es más que
una reiteración de principios básicos del Derecho. Así, la obligación de que los servicios san prestados en forma
tal que no presenten peligro alguno para la salud o integridad física de los consumidores y usuarios (art. 5) o que
quienes presten servicios de cualquier naturaleza estén obligados a respetar los términos, plazos, condiciones,
modalidades, reservas y demás circunstancias conforme a las cuales hayan sido ofrecidos, publicitados o
convenidos (art 19), por sólo citar algunas disposiciones, no son más que manifestaciones de los principios
alterum non laedere y pacta sunt servanda (2) .
No obstante, subsisten todavía algunos puntos donde ambas normativas colisionan. Uno de ellos es el
referido al plazo de prescripción aplicable a las acciones derivadas del contrato de seguro cuando nos
encontramos frente a una relación de consumo (3).
Ahondaremos en esta cuestión aprovechando el fallo de la Sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Comercial que motiva el presente comentario, en la esperanza de zanjar definitivamente esta controversia.
II. La prescripción en la ley de seguros
El art. 58 de la ley 17.418 establece en su primer párrafo: "Las acciones fundadas en el contrato de seguro
prescriben en el plazo de un año, computado desde que la correspondiente obligación es exigible".
Esta norma tiene su antecedente en el art. 853 del derogado Código de Comercio, el cual ya establecía el
término de prescripción anual para las acciones derivadas del contrato de seguro. Sin embargo, el art. 58 de la
Ley 17.418 pone fin a las discrepancias interpretativas acerca del punto de partida del curso de la prescripción.
Ello así toda vez que el último párrafo del art. 853 del Código fijaba el punto de partida del curso de la
prescripción "desde el momento en que ocurre el hecho del que la acción se deriva". Sin embargo, es de toda
claridad que desde la ocurrencia del siniestro hasta que la obligación indemnizatoria a cargo del asegurador
deviene exigible deberán cumplirse aún una serie de pasos previos, como ser la denuncia del siniestro, la
 

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expedición expresa o tácita del asegurador sobre el derecho del asegurado, el vencimiento del plazo de ley
otorgado para el pago de la indemnización, etc. La ocurrencia del siniestro no implica, pues, que la obligación a
cargo del asegurador sea exigible.
Por lo que la redacción del art. 58 de la Ley de Seguros resulta inobjetable al fijar el inicio del curso de la
prescripción recién en el momento en que la obligación resulta exigible (4). Por otra parte, esta es la regla que
impone en la materia el actual Código Civil y Comercial en su art. 2.554 (5).
Cuadra mencionar que el proyecto de Ley General de Seguros del Dr. Isaac Halperin no hacía mención
expresa de cuál era el plazo de prescripción, limitándose a precisar desde cuándo se computaba y decretando la
prohibición de abreviarlo o fijar término para la interposición de acción judicial (6). Sin embargo, en su mensaje
de elevación del proyecto, aclara que el término es el anual fijado por el art. 853 del Código de Comercio y
remarca que "es esencial darle al asegurado un lapso bastante amplio para sus reclamaciones judiciales" (7) .
Por su parte, el plazo anual fue también el utilizado por el Dr. Juan Carlos Felix Morandi en su proyecto de
Ley Modelo sobre el Contrato de Seguro para Latinoamérica (8).
III. La prescripción en la ley 24.240 y el inicio de la controversia
En el año 1993 es sancionada la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor, la cual en su art. 50 -conforme su
redacción original- establecía que "Las acciones y sanciones emergentes de la presente ley prescribirán en el
término de tres (3) años. La prescripción se interrumpirá por la comisión de nuevas infracciones o por el inicio
de las actuaciones administrativas o judiciales".
Daba comienzo así la discusión sobre cuál resultaba el plazo de prescripción aplicable a las acciones
derivadas del contrato de seguro en aquellos supuestos en que nos encontrábamos frente a una relación de
consumo. A tal efecto, el art. 1º de dicha norma consideraba consumidor o usuario a "las personas físicas o
jurídicas que contratan a título oneroso para su consumo final o beneficio propio o de su grupo familiar o
social... la prestación de servicios", excluyendo expresamente a "quienes adquieran, almacenen, utilicen o
consuman bienes o servicios para integrarlos en procesos de producción, transformación, comercialización o
prestación a terceros" (art. 2º).
Nos encontrábamos así frente a una curiosa situación en la cual, ante al reclamo iniciado por un asegurado
que revistiera el carácter de consumidor de conformidad con los preceptos de los arts. 1° y 2° de la Ley 24.240,
podían resultar aplicables los plazos de prescripción distintos para la misma acción: plazo anual conforme
disposición de la Ley de Seguros, o plazo trienal conforme lo estipulado por la Ley de Defensa del Consumidor.
Lejos de llegarse a un consenso, las reformas introducidas a la legislación del consumidor en el año 2008 por
la Ley 26.361 no hicieron más que avivar las discrepancias doctrinarias y jurisprudenciales.
El art. 50 de la Ley 24.240 quedaba ahora redactado de la siguiente manera: "Las acciones judiciales, las
administrativas y las sanciones emergentes de la presente ley prescribirán en el término de TRES (3) años.
Cuando por otras leyes generales o especiales se fijen plazos de prescripción distintos del establecido
precedentemente se estará al más favorable al consumidor o usuario. La prescripción se interrumpirá por la
comisión de nuevas infracciones o por el inicio de las actuaciones administrativas o judiciales".
El nuevo postulado del art. 50, junto con la ampliación del concepto de consumidor a través de la reforma de
los arts. 1° y 3° de la Ley de Defensa del Consumidor, llevaron a parte de la doctrina a sostener la aplicación
irrestricta del plazo de prescripción trienal a toda acción iniciada al amparo de la normativa consumeril. Otra
corriente, al contrario, se manifestó en favor del mantenimiento del plazo anual previsto por la Ley 17.418 (9).
Se planteaba, entonces una singular situación en la cual las acciones personales derivadas de un único
contrato —en este caso el de seguro- podrían tener dos plazos de prescripción distintos dependiendo de la
interpretación a la cual las partes o el juzgador se inclinen.
En conclusión, un panorama donde reina la inseguridad jurídica. Y paradójicamente en un campo -el de la
prescripción- cuya finalidad es, justamente, dar certeza a las relaciones interpersonales (10).
 

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Pero el marco de esta controversia iba a tener un nuevo y trascendental cambio en el plano legislativo...
IV. El Código Civil y Comercial
Luego de haber introducido importantes reformas al Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación
presentado al Poder Ejecutivo Nacional por la Comisión de Reforma, el 1 de octubre de 2014 es sancionada la
Ley 26.994 cuyo art. 1° tiene por aprobado el Código Civil y Comercial de la Nación.
En materia de prescripción las principales novedades que introduce el nuevo Código se centran,
esencialmente, en la extensión de los plazos de prescripción aplicables a las distintas acciones (11).
Los arts. 2560 a 2564 del nuevo Código enuncian los distintos plazos de prescripción, fijando el primero de
ellos como plazo genérico el de cinco años, excepto que esté previsto uno diferente en la legislación local.
En los Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación se sostiene que "en todos
los casos se ha procurado la actualización de los plazos regulados, intentando la unificación y la reducción en
cuanto resulta conveniente y ajustado al valor seguridad jurídica y a la realidad actual".
Esta unificación y simplificación de los plazos procesales responde a una demanda de larga data por otorgar
mayor claridad al instituto. Así lo hacía notar Guillermo Borda cuando alertaba que "nuestro régimen de plazos
de prescripción es tan complicado, que sólo puede ser conocido por los especialistas. Y quizás ninguna materia
como ésta debe ser puesta al alcance de los profanos" (12).
Pero el cambio de relevancia en la temática que es materia del presente análisis se da con la modificación
que la Ley 26.994 lleva a cabo sobre el texto del art. 50 de la Ley 24.240. Dicha norma en la actualidad ha
quedado redactada de la siguiente forma: "Prescripción. Las sanciones emergentes de la presente ley prescriben
en el término de TRES (3) años. La prescripción se interrumpe por la comisión de nuevas infracciones o por el
inicio de las actuaciones administrativas".
Conforme el nuevo texto de la norma, el plazo de prescripción trienal resulta aplicable ahora únicamente a
las sanciones emergentes de la Ley 24.240, omitiéndose la referencia a las acciones judiciales y administrativas
que hacía en su anterior redacción.
Se eliminó, asimismo, el criterio de interpretación que había introducido la Ley 26.361 por el cual ante la
existencia de leyes especiales o generales que fijaran plazos distintos debía prevalecer el más favorable al
consumidor o usuario.
Reducido el ámbito de aplicación del plazo trienal exclusivamente a las sanciones emergentes de la Ley de
Defensa del Consumidor (por ejemplo, la aplicación del daño punitivo) y frente a la existencia de una norma
específica como el art. 58 de la Ley 17.418, no cabe más que concluir que el plazo de prescripción aplicable al
contrato de seguro será el anual previsto por esta última norma, aún en los casos en que nos encontremos frente
a una relación de consumo.
Y si bien alguna doctrina entiende que ahora resultaría aplicable el plazo genérico de prescripción previsto
por el art. 2.560 del Código Civil y Comercial (13), la existencia de un plazo diferente previsto por la Ley de
Seguros torna aplicable la excepción prevista en la parte final de dicho artículo (14).
V. La interpretación de la Cámara Comercial y de la doctrina de la Corte Suprema
Frente a estos vaivenes legislativos y doctrinarios, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial ha
venido conformando en los últimos años una jurisprudencia uniforme que otorga preeminencia al plazo de
prescripción anual previsto por la Ley de Seguros sobre el plazo trienal establecido en la Ley de Defensa del
Consumidor (15).
En distintos pronunciamientos la Cámara Comercial ha venido bregando por una armonización entre la
normativa del consumidor y la del contrato de seguro, aclarando que la primera de ellas no ha tenido por
finalidad reemplazar ni derogar la ley 17.418 (16), agregando que las disposiciones de la Ley de Defensa del
Consumidor deben integrarse con las normas generales y especiales aplicables a las relaciones jurídicas
sustanciales, en el caso, las atinentes al contrato de seguro (17).
 

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Asimismo, ha puesto de resalto que la normativa del contrato de seguro tiene en cuenta, entre otras cosas, la
valoración del riesgo económico específico de este tipo de contrataciones, lo cual no puede quedar alterado por
la Ley de Defensa del Consumidor (18). Punto sobre el cual ya hemos tenido la oportunidad de hacer hincapié y
que el propio fallo en comentario se encarga también de poner de resalto (19).
En definitiva, la Cámara Comercial ha sido contundente al otorgar a la Ley 17.418 el carácter de norma
especial, prevaleciendo su aplicación por sobre la Ley 24.240 (20).
En este mismo sentido, la Corte Suprema en el fallo "Buffoni" (21) se ha encargado de despejar toda duda al
respecto sosteniendo expresamente que "esta Corte ha considerado que una ley general posterior no deroga ni
modifica, implícita o tácitamente, la ley especial anterior, tal como ocurre en el caso de la singularidad del
régimen de los contratos de seguro" (considerando 12).
Pero ya con anterioridad a este decisorio la Corte Suprema había fijado una clara pauta interpretativa a fin de
zanjar la discusión sobre el plazo de prescripción aplicable al precisar que la prescripción liberatoria no puede
separarse de la causa de la obligación jurídicamente demandable (22).
Como bien se sostiene en el fallo materia del presente comentario, claramente la causa de la obligación
jurídica demandable respecto de la entidad aseguradora no es otra que el contrato de seguro, por lo que
siguiendo la pauta interpretativa establecida en forma inveterada por el Máximo Tribunal, el plazo de
prescripción aplicable debe ser el anual previsto por el art. 58 de la Ley 17.418.
VI. Hacia el fin de la controversia
La nueva redacción del art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor, la clara doctrina que emana del fallo
"Buffoni" (23) y la interpretación jurisprudencial que se ha venido delineando -de la cual participa el fallo en
comentario- nos permiten augurar el fin de esta eterna discusión.
Una normativa clara y una interpretación judicial uniforme resultan dos herramientas esenciales a fin de dar
por finalizada la disyuntiva que se ha venido planteando desde hace más de dos décadas respecto al plazo de
prescripción aplicable a las acciones que deriven del contrato de seguros y que configuren, a su vez, relaciones
de consumo.
Podemos concluir, en concordancia con todo lo expuesto, que el plazo anual de prescripción previsto por el
art. 58 de la Ley 17.418 debe prevalecer sobre el trienal establecido en el art. 50 de la Ley 24.240.
Y si bien se lo puede tildar como un plazo breve (24) que podría ameritar una reforma legislativa (25), hasta
tanto ella no tenga lugar el plazo dispuesto por el art. 58 de la Ley de Seguros debe respetarse, sea cual sea la
postura que se tenga sobre su acierto.
No debemos dejarnos llevar por interpretaciones tendenciosas de este instituto y asimilar la prescripción a un
simple ardid procesal mediante el cual el deudor busca evadir el cumplimiento de sus obligaciones.
No nos olvidemos que la finalidad misma del instituto de la prescripción es, justamente, buscar el
mantenimiento del orden social poniéndole fin a situaciones de inestabilidad. Y que dicha finalidad se encuentra
por encima de los intereses particulares, de allí el carácter de orden público que nuestro Derecho le otorga a la
regulación de este instituto.
La razón de la existencia del instituto de la prescripción responde al interés de la sociedad de lograr que las
relaciones jurídicas se definan en un tiempo razonable, poniendo fin a situaciones de inestabilidad (26). El orden
social es situado en un lugar de jerarquía frente a ciertos derechos individuales, primando la búsqueda de la
certidumbre y la seguridad jurídica por sobre intereses particulares.
No existe actividad alguna que pueda ser ejercida sin la existencia del instituto de la prescripción. No contar
con la posibilidad de ejercer esta defensa llevaría a una parálisis de toda actividad, no sólo empresarial sino
también a nivel individual.
Y ello se vislumbra aún con mayor contundencia en el ámbito de la actividad aseguradora, donde la
prescripción juega un papel fundamental en la asunción del riego por parte de la entidad aseguradora, el cálculo
 

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de la prima, la formación de las reservas, etc. (27).


Esperemos, pues, estar arribando al final de una controversia que durante todos estos años sólo ha servido
para generar incertidumbre y para estimular la litigiosidad en detrimento tanto de los consumidores como de las
entidades aseguradoras.
 (1) El art. 1° de la Res. 35614 SSN reemplaza el punto 23.2 del Reglamento General de la Actividad
Aseguradora por el siguiente texto: "23.2. Aprobaciones de carácter particular. Los elementos técnico-
contractuales de carácter particular solamente podrán ser utilizados por las aseguradoras mediando previa
aprobación expresa de esta Superintendencia de Seguros de la Nación. A tal fin, el Organismo evaluará si tales
elementos técnico-contractuales se ajustan las normas constitucionales, legales y reglamentarias vigentes.
Especialmente se considerará la adecuación de tales elementos técnico-contractuales con las disposiciones de las
Leyes Nos. 17418, 20091, 24240 y demás legislación general aplicable; normas concordantes, modificatorias y
reglamentarias".
 (2) CRACOGNA, Fernando, "Prescripción en materia de seguros y de defensa del consumidor. Una difícil
convivencia", Revista de Responsabilidad Civil y Seguros, Ed. La Ley, Año XII, Nº 6, Junio 2010, págs. 96/105.
 (3) Otro de los puntos álgidos es el de la autoridad de control. Al respecto ver CRACOGNA, Dante y
CRACOGNA, Fernando, "El seguro y la defensa del consumidor. Necesidad de superar la controversia", en
"Seguros y Defensa del Consumidor", Ed. Abeledo Perrot, año 2012, págs. 85/102.
 (4) En el punto XVI de la Exposición de Motivos de la Ley 17.418 se hace expresa referencia a la necesidad
de "aclarar las reglas del art. 853, párrs. 2° a 4°, Cód. de Comercio, aprovechando la experiencia nacional con el
fin de evitar las dificultades que produjo su aplicación...".
 (5) Art. 2554.- Regla general. El transcurso del plazo de prescripción comienza el día en que la prestación
es exigible.
 (6) Arts. 53 y 54 del Proyecto de Ley General de Seguros.
 (7) Punto XIV del mensaje de elevación del Proyecto de Ley General de Seguros.
 (8) Art. 86, 1° párr.: Plazo. Se prescriben en un año todos los derechos derivados del contrato de seguro. El
plazo se cuenta desde que la obligación es exigible y el titular del derecho conoce o debe conocer su nacimiento
o el hecho en que se funda. La ignorancia debe ser excusable.
 (9) Para una síntesis de estas posturas ver ABBAS, Ana, "El plazo de prescripción aplicable al contrato de
seguro", LL 2012-E-102/108; BERGOGLIO, Remo y MARQUEZ, José Fernando, "La prescripción de las
acciones fundadas en el contrato de seguros", LA LEY, 2012-E, 108/111.
 (10) "La prescripción liberatoria es un instituto de suma utilidad para la sociedad. Ella estimula a que no se
prolonguen las situaciones de incertidumbre jurídica y contribuye así para que reine la tranquilidad y el orden en
la sociedad" (LLAMBIAS, Jorge Joaquín, RAFFO BENEGAS, Patricio, SASSOT, Rafael A., "Manual de
Derecho Civil. Obligaciones", Ed. Perrot, 10ª ed., año 1993, pág. 506).
 (11) No se han introducido cambios significativos en la regulación de la suspensión e interrupción del curso
de la prescripción, ni en cuanto a cuestiones procesales sobre su interposición o su carácter de orden público.
 (12) BORDA, Guillermo A., "Tratado de Derecho Civil. Obligaciones", Ed. Perrot, 1994, T. II, págs. 56/57.
También Llambias se pronunciaba en favor de una simplificación del régimen cuando sostenía en relación a la
multiplicidad de plazos de prescripción que "sería preferible una mayor simplificación y un menor número de
categorías" (LLAMBIAS, Jorge Joaquín, RAFFO BENEGAS, Patricio, SASSOT, Rafael A., "Manual de
Derecho Civil. Obligaciones", Ed. Perrot, 10ª ed., año 1993, pág. 520).
 (13) SOBRINO, Waldo, "El nuevo plazo de prescripción de cinco (5) años en los seguros por aplicación del
Código Civil y Comercial", ElDial — DC223D, publicado el 24/11/2016.
 (14) Conf. COMPIANI, María F., "El contrato de seguro en el Código Civil y Comercial", LA LEY, 2014-F,
 

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662/670; AGUIRRE, Felipe F., "El nuevo Código Civil y Comercial. Contrato de seguro. Plazos de
prescripción", Revista de Derecho Comercial y de las Obligaciones, Ed. Depalma, Volumen 2015-A, págs.
345/353.
 (15) CNCom, Sala D, "Zandona, Hugo M. c/ Caja de Seguros SA", 02/09/09; CNCom, Sala C, "Carbonel,
Eduardo J. c/ Provincia Seguros S.A.", 14/02/2012; CNCom, Sala B, "Belen, Ramón Angel c/ Mapfre Argentina
Seguros de Vida S.A.", 23/04/2012. Con una profusa cita de antecedentes jurisprudenciales y doctrinarios, el
presente fallo de la Sala D se integra en esta postura.
 (16) CNCom, Sala C, "Lois, María Hilda c/ La Buenos Aires Cía. Arg. de Seg. S.A.", 17/12/08.
 (17) CNCom, Sala C, "Cabral, Oscar Alberto c/ Caja de Seguros de Vida S.A. s/ Ordinario", 05/03/2010.
 (18) CNCom, Sala B, "Petorella, Liliana Irene c/ Siembra Seguros de Retiro S.A.", 03/07/09.
 (19) CRACOGNA, Fernando, "Prescripción en materia de seguros y de defensa del consumidor. Una difícil
convivencia", Revista de Responsabilidad Civil y Seguros, Ed. La Ley, Año XII, Nº 6, Junio 2010, págs. 96/105.
 (20) CNCom, Sala A, "Rilo Fandiño, Manuel c/ La Nueva Coop. de Seguros Ltda.", 15/11/2013; CNCom,
Sala A, "Rodriguez, Antonino c/ Liderar Cía. Gral. de Seguros S.A. s/ Ordinario", 05/05/2015.
 (21) CSJN, "Buffoni, Osvaldo Omar c/ Castro, Ramiro Martin s/ Daños y perjuicios", 08/04/2014, causa B.
915. XLVII, citado en el fallo en comentario.
 (22) CSJN, 04/11/1997, "Wiater, Carlos c. Ministerio de Economía de la Nación", Fallos 320:2289. El
criterio fue reiterado por la CSJN en diversos pronunciamientos, citados por el vocal preopinante en el fallo que
motiva este comentario.
 (23) En los últimos años la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha venido dictando una serie de
pronunciamientos esclarecedores en materia de seguros. Entre otros: "Cuello, Patricia Dorotea c Lucena, Pedro
Antonio y otro s/ Daños y perjuicios", C. 724. XLI. RHE, 07/08/2007, Fallos: 330:3483 y "Fernandez, Gustavo
Gabriel y otro c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires —Secretaría de Educación y otro s/ Daños y
perjuicios", F. 198. XLIX. RHE, 10/11/2015, Fallos: 338:1252.
 (24) Ver PIEDECASAS, Miguel A., "Consumidor y Seguros", LA LEY, 2014-D, 635, donde en la nota 19
efectúa un breve repaso por los plazos de prescripción en el Derecho comparado.
 (25) Ver COMPIANI, María F., "El contrato de seguro en el Código Civil y Comercial", LA LEY, 2014-F,
669; AGUIRRE, Felipe F., "El nuevo Código Civil y Comercial. Contrato de seguro. Plazos de prescripción",
Revista de Derecho Comercial y de las Obligaciones, Ed. Depalma, Volumen 2015-A, pág. 352.
 (26) BORAGINA, Juan C., "Prescripción liberatoria", JA, 2001-II-1153.
 (27) AGUIRRE, Felipe F., "El bystander y el tercero damnificado según la Corte Suprema de la Nación",
JA, 2014-II-751/757.

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