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1.

MADRE ASFIXIANTE Y SOBREPROTECTORA:


“Dentro de sí misma lleva una niña desamparada que siempre tiene miedo”. Este tipo se
madre protegerá en exceso a sus hijos para que no sufran ni sientan temor como a ella le
ocurre.
Se entromete constantemente en la vida de su hija y no tolera que la hija rompa con el
modelo o lo cuestione críticamente. La hija se convierte en una personita siempre
demasiado infantil, inmadura y estancada en determinada etapa de su vida.
Cuida en exceso de su hija para ocultar sus problemas y provoca en ella un sentimiento de
fragilidad. Este tipo de madre sufre mucho, no se relaja, se imagina múltiples peligros   que
acechan a sus hijos y continuamente está en activo para cuidarlos; para ella están
indefensos y no tienen recursos para salir adelante. ES LA MADRE QUE TODO LO PUEDE,
siempre está ahí ante la más mínima contrariedad con poca vida propia pues vive la vida
de la hija. Ésta, por su parte, cree no poder arreglárselas sin su madre, y trae a la madre
con ella a su casa o viven muy cerca inclusive en el mismo edificio. Son niñas con miedo a
cualquier novedad (amistades, actividades, maneras de pensar…) que crecen y
evolucionan cuando la madre ha desaparecido o queda relegada a una parte de su vida.
Cuando la hija es pequeña está controlada, pero al llegar la pubertad  las cosas se
complican, la madre se angustia cuando la niña pide libertad y, sin darse cuenta, tiende a
solucionarle los grandes y pequeños problemas provocando una carencia de autonomía y
cierta indefensión cuyas consecuencia se traduce a una demanda permanente de la
madre. En la adolescencia aparecen ciertas tensiones pues la hija se rebela para librarse
de ataduras internas.

LA MADRE SOBREPROTECTORA DEPENDE AFECTIVAMENTE DE SUS HIJOS.

Madre sobreprotectora:
-Repite a su hija continuamente lo mucho que la quiere.
-Le hace la comida, le limpia su habitación…todo aquello que la hija debería hacer o  por lo
menos colaborar par realizarlo.
-Tiene una conducta invasora y se expresa con rodeos o evasivas.
-Rechaza la evolución en su propia vida, vive para ser madre.
-Tiene pocas amigas, solamente quiere estar unida a su hija.
-Expresiones más comunes: “No vayas muy lejos”, “ten cuidado”…

Hija sobreprotegida:

-No se pone a prueba ella misma para no perder el cariño de su madre.


-Es buena y obediente, no pide, siempre espera a que los demás den.
-Se repliega ante la autoridad y se amolda a su pareja.
-Siempre está llamando a su madre, es quien la domina.

Este tipo hija  debe intentar reivindicar su propia vida y no ser igual que la madre.
Tampoco es conveniente contar a la madre las cosas que están en proyecto, así no dará su
opinión.

2. MADRE CONTROLADORA, DOMINANTE Y ABSORBENTE:


“Agobiar en exceso a su hija  con reglas estrictas que sólo tienen sentido para ella es su
máxima pretensión… trasladándole todas sus dudas y temores “.

Este tipo de madre “devora a su hija”. Investiga para conocer todos y cada uno de  los
detalles de la vida de ésta pues para su propia  realización personal necesita  estar
vinculada a la hija.

Madre controladora:

–          Siempre está donde su hija pueda necesitarla, pero sólo ésta  puede contar con su
apoyo sin no se opone a ella.
–          Recomienda a su hija hombres que ella misma pueda controlar.
–          No respeta las fronteras físicas o emocionales de su hija.

Hija controlada:

–          No puede existir sin su madre porque tiene muchos miedos.


–          Cuando está sola, su madre sigue estando en sus pensamientos “protegiéndola”.
–          Habla con expresiones de su propia madre.
–          Piensa que su madre es capaz de ver cosas que ella no ve.
–          Proclama las semejanzas entre su madre y ella.

Este tipo de hija debe vencer el miedo, no sentir lástima de sí misma ni buscar la
aprobación de su madre en todas sus decisiones.

3. MADRE NARCISISTA, BELLA Y SEDUCTORA:


“Ella siempre hará todo bien… su hija puede ser su rival causando en ésta graves
problemas de autoconfianza”.

Este tipo de madre tiene problemas de identidad, ha sido poco amada y sus deseos están
sin satisfacer. Alardea de su belleza y su objetivo es llamar la atención. Se compara
constantemente con su hija para demostrarle que es más bella, inteligente y poderosa,
entonces aparecen los celos y la envidia tiñendo todo el vínculo y produciendo un efecto
destructivo.

Madre seductora:

–          No aprueba las decisiones de su hija y no tiene en cuenta los sentimientos que su
hija experimente por ello.
–          Enseña a su hija que sólo cuentan sus necesidades.
–          Tiene mucha dificultad para animar a su hija a que sea femenina.
–          Se expresa con frases como “¡mira qué bonito!, lo he hecho yo, ¿quién si no iba a
hacer algo tan perfecto?…”

Hija seducida:

–          Se autoculpa y se descarga con su pareja. Se ve imperfecta y está desorientada por


los constantes desprecios de su madre.
–          Se viste con ropa que cubre su cuerpo para reaccionar a las continuas exhibiciones
de su madre.
–          Es eficiente en todos los  campos menos en el de la feminidad, donde acaba
retrayéndose.

Este tipo de hija deberá alejarse de la madre para organizar su propia vida, olvidando la
venganza y los accesos de cólera para conseguir su propia identidad.

4.  MADRE CREADORA DE CULPAS O MADRE VAMPIRO.


“Vive a expensas de la hija quejándose de padecer una enfermedad psíquica o somática
real o fantástica “.

Este tipo de madre es débil, dependiente y deposita en su hija deberes o


responsabilidades que ella no asume. Magnifica las capacidades de su hija y sus
posibilidades de hacer frente a grandes problemas y situaciones. Si la hija reclama su
derecho de vida independiente o con otra persona aparece en ella el sentimiento de
culpa, si su madre se autocompadece ella se sentirá culpable por ello. Este tipo de madre
asegura sentirse sola y siempre se está quejando; dice a todo el mundo que ella es la
víctima, que se ha sacrificado siempre tanto por su hija, anulando la propia identidad de
esta.
Madre vampiro:

–          Se autocompadece para buscar compasión en los demás, siempre le duele algo o
está preocupada o sufre con los problemas cotidianos…
–          Si no se está con ella, se está contra ella.
–          Consigue que todo el mundo esté pendiente de sus necesidades aunque no lo
admita y haga creer a los demás que es todo lo contrario.

Hija vampirizada:

–        Se siente culpable de la vida que lleva, de la gente que la rodea, de la familia que
tiene y hasta de ser feliz, pero no se atreve a comunicarlo.
–         Necesita estar al lado de su madre protegiéndola de forma exagerada, culpándose
en ocasiones con pensamientos compulsivos de hechos en los que nada ha tenido que ver:
“si yo hubiera actuado de otra manera, nada de esto habría pasado”.
–         Tiene un nivel de sobreexigencia muy alto acompañado en ocasiones de
enfermedades psicosomáticas, ausencia de niñez y modelo de sacrificio. Piensa que debe
superarse día a día para hacer feliz a su madre.
–        En ocasiones y desde edades muy tempranas debe mantener la organización
doméstica o sostener emocionalmente a sus padres.

Este tipo de hija debe dejar de ver a su madre como víctima y enfrentarse al complejo de
culpa, actuando a pesar de su existencia.

5        Existen otros tipos de madres, como la EXHIBICIONISTA-MANIPULADORA, que se


apropia de los éxitos de su hija como si fueran suyos y exhibe a su hija como la mejor y la
más guapa del mundo, dependiendo imperiosamente de lo que piensen los demás; y en el
otro extremo, la DESCALIFICADORA, que atrofia la autoestima de la hija pues los logros de
ésta nunca la satisfacen, demostrando que ella misma no se valora y proyectando sobre su
hija su poca valía.
Todas estas descripciones sobre los vínculos entre madres e hijas  ocurren en la realidad
con variaciones y mezclas diversas, pudiendo llegar a ser insanos en función de la
intensidad con la que desarrollen en cada caso concreto. Tema aparte por su complejidad 
son las adopciones, ya que la relación de la madre con la hija adoptiva dependerá de las
condiciones de la adopción, del planteamiento que aquella realiza para convertirse en
madre que adopta, de las características  de la niña…

Para recuperar la valía de nuestra madre hay que “alejarse” de ella; es difícil para las dos
cortar un vínculo consanguíneo repleto de similitudes y diferencias, pues el camino
hacia la verdadera independencia nunca ha sido sencillo.

¿EXISTE LA MADRE IDEAL?

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