SEBASTIAN MARTINEZ BADILLO- 9-1 -ESPAÑOL COMPETENCIA:COMPRENSION Y PRODUCCION TEXTUAL Materia:Español SOLUCION 1. Para mi basándome en: Hacer corazones en las estatuas, orinar en ellas, dejar excremento en ellas. Es una falta de cultura por que las mismas son las que dañan algo que tiene valor histórico, las personas sin cultura no valoran lo que realmente tiene un valor en sí, a ellos no les importa por falta de cultura. Y por parte de poner un policía día y noche, me parece que sería una medida mientras que se adquiera conciencia ciudadana, porque no es necesario cuidar una obra de arte o una estatua, sabiendo que la misma comunidad debería de cuidar de ella, porque es de la comunidad y nos marca a cada uno como buena persona, como buen ciudadano es cuidar lo que nos beneficia a todos.
2. Dar a conocer la falta de conciencia del ser humano, para ver
la realidad de los casos, para mostrarnos que no sabemos respetar y que debemos mejorar, que vivimos en medio de un caos y no hacemos nada para mejorar estos sucesos.
3. Un sábado al anochecer un joven llamado Sebastian Martínez
llega al Parque de Botero, casualmente llega a ver las estatuas y a sus alrededores, furioso al ver las obras y el piso de una manera muy sucia y dañada, siente un olor muy putrefacto proveniente de las esculturas, el joven se sienta a pensar y a meditar el “por qué la gente no protege este entorno tan maravilloso y llego de aventuras”. El joven Sebastian sin darse cuenta, las estatuas empiezan a moverse suavemente, el piensa que puede ser un sueño, ya que es muy tarde y tal vez se quedó dormido y está soñando. Una de las estatuas lo queda mirando, señalando lo que el ser humano le ha hecho, el joven muy sorprendido, viendo que estaba solo, solo él podía evidenciar este suceso tan extraño que le ocurre a él en ese momento. El joven se da cuenta que cada una de ellas estaba moviéndose como si hubieran tomado vida de la nada, Sebastian intenta hablar con una de ellas, pero ve que no le responde, y Sebastian pensó: “¿Las estatuas me entiendes?” o “¿Sabrán hablar?” el joven Sebastian pensó así. Viendo los movimientos y los gestos que ellas le hacían, él podía ver claramente que las esculturas, no eran felices, por el maltrato y mal cuidado que las personas tenían sobre ellas. En un momento todo calla en la noche fría, Sebastian evidencia que cada una de las estatuas, todas a la vez se levantan, miran a Sebastian y cada una de ellas señala el lugar que cada una tiene como proveniencia. Así que Sebastian supuso que cada una de ellas, volverían a su lugar de origen, donde las cuidarían tal cual como lo merecen. Sebastian sorprendido, se sienta y ve a cada una de ellas salir del Parque de Botero, Pensando que allá serán felices. Al día siguiente todos muy asombrados, la policía, bomberos, ¡Todos! Se reunieron para ver que las esculturas, ya no estaban. El joven Sebastian había dejado una carta en la mitad del parque que decía: “Ya las esculturas volverán a su lugar de origen y serán felices” Dándoles una enseñanza a todos los de la comunidad, de que no supieron apreciar lo que tuvieron hasta que lo perdieron.
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