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Sistema Tegumentario
Sistema Tegumentario
Es el sistema corporal formado por las partes que cubren y protegen el cuerpo como la
piel, el cabello, las uñas y las glándulas sudoríparas y sebáceas que reciben el nombre de
tegumentos. Un tegumento es la cubierta del cuerpo que se compone de varios tejidos
que protegen al cuerpo del medio ambiente. Por lo tanto es importante estudiar
características, funciones y estructura de los tejidos que forman la piel, uñas, cabellos,
glándulas sudoríparas y sebáceas.
Los tejidos
La ciencia que estudia los tejidos que forman un organismo recibe el nombre de
histología.
Podemos definir el tejido como un conjunto de células semejantes que realizan una
función común.
En el ser humano se distinguen diferentes tipos de tejidos, los cuales se clasifican en:
tejido epitelial, tejido conectivo, tejido muscular y tejido nervioso.
Tejido epitelial
El epitelio (a veces llamado tejido epitelial) es el tejido formado por una o varias capas
de células unidas entre sí, que puestas recubren todas las superficies libres del organismo,
y constituyen el revestimiento interno de las cavidades, órganos huecos, conductos del
cuerpo, así como forman las mucosas y las glándulas.1 Los epitelios también forman
el parénquima de muchos órganos, cómo el hígado. Ciertos tipos de células epiteliales
tienen prolongaciones denominadas cilios, los cuáles ayudan a eliminar sustancias
extrañas, por ejemplo, de las vías respiratorias. El tejido epitelial deriva de las tres capas
germinativas: ectodermo, endodermo y mesodermo.
Origen embriológico
Estas células provienen de tres capas germinales
Tejido adiposo
Tejido cartilaginoso
Tejido óseo
Tejido sanguíneo (sangre)
Tejido adiposo
El tejido adiposo o tejido graso es el tejido de origen mesenquimal (un tipo de tejido
conjuntivo) conformado por la asociación de células que acumulan lípidos en
su citoplasma: los adipocitos.
El tejido adiposo, por un lado, cumple funciones mecánicas: servir como amortiguador,
proteger y mantener en su lugar tanto a los órganos internos, así como a otras estructuras
externas del cuerpo, y funciones metabólicas: generar grasas para el organismo.
Este tipo de tejido cumple funciones de relleno y de amortiguación, especialmente en las áreas
subcutáneas. También sirve de soporte estructural y una función de reserva energética. La grasa varía
de consistencia, es decir puede ser encontrada tanto en estado líquido como sólido.
El crecimiento de este tejido se puede producir por proliferación celular (crecimiento hiperplásico), por
acumulación de una mayor cantidad de lípidos en las células ya existentes (crecimiento hipertrófico),
pero nunca aumenta el número de adipocitos por división mitótica. Durante la adolescencia el
crecimiento es, generalmente, rápido, lo mismo que en el adulto hipertrófico.
En
los hu
manos,
el
tejido
Cartílago Hialino:
Se encuentra en cartílago del aparato respiratorio: el esqueleto nasal, la laringe,
la tráquea, los bronquios; y en los arcos costales (costillas), los extremos articulares de
los huesos y en el esqueleto temporal del embrión.
Cartílago Fibroso o fibrocartílago:
Tejido óseo
El tejido óseo es un tejido especializado del tejido conjuntivo, constituyente principal de
los huesos en los vertebrados. Está compuesto por células y componentes
extracelulares calcificados que forman la matriz ósea. Se caracteriza por su rigidez y su
gran resistencia a la tracción, compresión y a las lesiones.
Este tejido se renueva y se reabsorbe continuamente, gracias a la actividad de sus células
específicas. Estas son los osteoblastos, responsables de la formación de tejido óseo
nuevo; los osteocitos, que son los osteoblastos maduros y desarrollan una actividad
menor; y los osteoclastos, que se encargan de reabsorber o eliminar la materia ósea.
Tipos de tejido óseo
Tejido óseo esponjoso
El hueso esponjoso constituye la mayor parte del tejido óseo de los huesos cortos, planos,
de forma irregular y de la epífisis de los huesos largos. El tejido esponjoso de los huesos de
la pelvis, las costillas, el esternón, las vértebras, el cráneo y los extremos de algunos
huesos largos es el único reservorio de médula ósea roja y por lo tanto, de hematopoyesis
en los adultos. El hueso esponjoso no contiene verdaderas osteonas. Está formado por
laminillas dispuestas en un encaje irregular de finas placas de hueso llamadas trabéculas.
Tejido compacto o denso
Se puede localizar en la capa externa de los huesos largos formando la diáfisis, en el
exterior y en el interior de los huesos planos y en distintas zonas en los huesos cortos,
según cada hueso en concreto. Es un tejido duro, denso y frágil. Al observarlo con un
microscopio destacan estructuras cilíndricas, denominadas osteonas, formadas por capas
concéntricas de laminillas óseas, donde se encuentran insertos los osteocitos. En el
interior de la osteona hay un canal, el conducto de Havers, por donde circulan vasos
sanguíneos, linfáticos y nervios. Este tipo de hueso se encuentra en la diáfisis de los
huesos largos.
La Sangre
La sangre (del latín: sanguis, -ĭnis) es un tejido conectivo líquido, que circula
por capilares, venas y arterias de todos los vertebrados. Su color rojo característico es
debido a la presencia del pigmento hemoglobínico contenido en los glóbulos rojos.
Es un tipo de tejido conjuntivo especializado, con una matriz coloidal líquida y una
constitución compleja. Tiene una fase sólida (elementos formes), que incluye a
los eritrocitos (o glóbulos rojos), los leucocitos (o glóbulos blancos) y las plaquetas, y una
fase líquida, representada por el plasma sanguíneo. Estas fases son también llamadas
partes sanguíneas, las cuales se dividen en componente sérico (fase líquida) y
componente celular (fase sólida).1
Su función principal es la logística de distribución e integración sistémica, cuya contención
en los vasos sanguíneos (espacio vascular) admite su distribución (circulación sanguínea)
hacia prácticamente todo el organismo. El proceso de formación de sangre se
llama hematopoyesis.
Tejido Nervioso
El tejido nervioso es el conjunto de células especializadas que forman el sistema nervioso.
Las funciones más importantes del tejido nervioso son recibir, analizar, generar, transmitir
y almacenar información proveniente tanto del interior del organismo como fuera de éste.
¿En qué lugar se encuentra el tejido nervioso?
Las neuronas y las neuroglias, que componen al tejido nervioso se localizan en distintos
lugares del sistema nervioso central, así como también en el periférico. Los cuales son
sistemas que se componen de estructuras como el cerebro, cerebelo, tronco encéfalo,
médula espinal, nervios espinales y los pares craneales que se dirigen hacia la cara,
cabeza, cuello y parte del tronco.
Entonces, son células que se ubican tanto en la parte central del cuerpo como en las
extremidades, cabeza y cuello.
Cómo está formado el tejido nervioso?
Estos tejidos están compuestos principalmente por las neuronas que a su vez están
formadas por las prolongaciones que son el axón, las dendritas y el cuerpo celular o soma.
Así mismo comprende un conjunto de células que aunque no tienen las mismas
características que las anteriores, si son necesarias para el transporte de sustancias
nutritivas hacia las neuronas y para el soporte de los lugares donde se localizan.
¿Cómo se clasifica el tejido nervioso?
De acuerdo a las funciones que tienen las células estas se clasifican en dos tipos
principales, las neuronas y las neuroglias. Las cuales se localizan en lugares distintos del
sistema nervioso. Por lo que se describen a continuación de forma separada:
Músculo liso: Se encuentra en las paredes de las vísceras huecas y en la mayor parte de los
vasos sanguíneos. Sus células son fusiformes y no presentan estriaciones ni un sistema de
túbulos. Son células mononucleadas con el núcleo en la posición central. La contracción
del músculo liso tiene muchas funciones en el organismo y no está controlada de forma
consciente, sino automática a través del sistema nervioso simpático, parasimpático y
sustancias químicas circulantes.
La musculatura lisa del útero genera las contracciones de este órgano durante el parto.
El músculo liso de las paredes de los vasos sanguíneos hace que estos disminuyan de
calibre (vasoconstricción) o se dilaten (vasodilatación) dependiendo de las necesidades.
El músculo esfínter del iris hace que la pupila se contraiga y el músculo dilatador del
iris que la pupila se dilate para facilitar la visión nocturna.
El músculo cardíaco hace posible los movimientos del corazón que se contrae
regularmente para impulsar la sangre a través del sistema circulatorio.