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3-Sectas 2021-09-11
TRABAJO N#5
Las Escrituras Griegas (Nuevo Testamento) dan el mismo punto de vista acerca del
alma y la muerte. Jesús dijo que Dios “puede destruir tanto el alma como el cuerpo.” De
modo que, si el alma puede ser destruida, no puede ser inmortal. (Mateo 10:28)
Respecto a Jesús, el apóstol Pedro declaró: “Cualquier alma que no escuche a ese
Profeta será completamente destruida.” (Hechos 3:23) Jesús también mostró que los
muertos están inconscientes, porque asemejó la muerte a ‘un sueño que da descanso.’
(Juan 11:11-14) Esto está en armonía con lo que fácilmente puede discernir cualquier
persona que asista a un funeral donde pueda verse el cuerpo del difunto.
Según el relato de la creación registrado en Génesis 2:7, Adán fue formado del polvo
del suelo y “el hombre vino a ser alma viviente.” Por lo tanto, a menudo la Biblia usa la
expresión “su alma” para referirse a la persona “misma,” como en el caso del joven
David: “Jonatán empezó a amarlo como a su propia alma [como a sí mismo].” (1
Samuel 18:1) Al comentar al respecto, The New International Dictionary of New
Testament Theology dice: “A tal grado es el alma la suma de toda la personalidad, de
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todo el ser de la persona, que ‘alma’ puede ser equivalente a ‘yo mismo’ o ‘tú mismo’
(1 Samuel 18:1). En Génesis 2:7 [alma] significa ‘persona’ o ‘ser.’”
La gloriosa esperanza de vida futura que ofrece la Biblia se realizará por medio de una
resurrección. William Tyndale, famoso traductor de la Biblia, del siglo dieciséis, en
cierta ocasión comentó: “Si el alma está en el cielo, díganme: ¿qué razón hay para la
resurrección?” La Biblia dice que, en el momento en que son levantados de la muerte a
la vida, ciertos escogidos ’se visten de inmortalidad,’ y disfrutan de ella con Dios y
Cristo en el cielo. Obviamente, pues, estos escogidos no nacen con inmortalidad; si
permanecen fieles hasta la muerte, se ‘vestirán de inmortalidad’ como recompensa. —1
Corintios 15:51-54; vea también Romanos 2:6, 7.
La mayoría, por mucho, de los muertos serán resucitados para vivir de nuevo en esta
Tierra en el venidero nuevo orden de Dios. Jesús, cuando estuvo sobre la Tierra,
demostró esto al levantar de entre los muertos a cierto número de personas. Además,
prometió: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en
las tumbas conmemorativas oirán [mi] voz y saldrán.”—Juan 5:28, 29.
Los testigos de Jehová creen firmemente en esto. Por esa razón, cuando personalmente
se enfrentan a la muerte, o cuando pierden a un ser querido en la muerte, tienen una
base para esperanza genuina. Este será uno de los extraordinarios sucesos que producirá
gozo inefable en el Nuevo Orden, cuando Dios, con su poder y sabiduría infinitos,
resucite a los muertos. Cumplirá así su promesa de ‘limpiar toda lágrima’ en ese tiempo
en que ‘haga nuevas todas las cosas.’—Revelación 21:4, 5.
“El alma que pecare, esa morirá.” (Ezequiel 18:4, Reina-Valera, 1960.)
Las Escrituras describen así la creación de la primera alma humana: “Jehová Dios
procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de
vida, y el hombre vino a ser alma [en hebreo, néfesch] viviente” (Génesis 2:7).
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La palabra hebrea néfesch, que se traduce por “alma”, significa literalmente “criatura
que respira”. Cuando Dios creó a Adán, lo que infundió en su cuerpo no fue un alma
inmortal, sino la fuerza de vida, que se conserva por medio de la respiración. Por lo
tanto, cuando la Biblia habla del alma, se refiere al entero ser vivo. Y ¿qué ocurre si el
alma pierde la fuerza de vida? Dicho sencillamente, muere (Génesis 3:19; Ezequiel
18:20).
LA VERDAD:
1) La muerte física implica la separación del cuerpo con el alma. Génesis 35:18
1) En Apocalipsis 6:9-11 se nos enseña “Y cuando abrió el quinto sello, vi. debajo del
altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa
de la obra de testimonio que solían tener. Y clamaban con voz fuerte y decían: ¿Hasta
cuándo, Señor Santo y verdadero, ¿te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en
los que moran en la tierra? Y a cada uno de ellos se les dio una larga ropa blanca; y se
les dijo que descansaran por un poco tiempo más, hasta que se completara también el
número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como
ellos también lo habían sido”. El pasaje habla por sí solo, las almas de los muertos no
solo están conscientes, sino que se dirigen a Dios y le expresan sus deseos
Los Testigos de Jehová aseguran que los muertos están inconscientes y que, por lo
tanto, no hay vida después de la muerte según Eclesiastés 9:5 “Porque los vivos tienen
conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de
nada en lo absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha
olvidado”
Se cree por este pasaje que los muertos están inconscientes y que, por lo tanto, no hay
vida después de la muerte. La interpretación es insostenible a la luz del texto hebreo
original este pasaje dice; literalmente significa: “No saben nada”. Ahora bien, no saber
o ignorar no es ni mucho menos lo mismo que estar inconscientes, sin sentir o padecer.
Compárese con Job 8:9, aun los vivos "nada sabemos". ¿Estamos inconscientes? 2 Sam.
15:11, los doscientos hombres que fueron con Absalón iban con él "sin saber nada".
¿Estuvieron inconscientes? Surge la pregunta, Eclesiastés 9:5, 10, ¿está hablando
específicamente acerca de la vida después de la muerte? Como respuesta, en primer
lugar, diríamos que el autor está hablando desde su punto de vista temporal, no está
hablando acerca de la vida después de la muerte, o de una aniquilación, sino que está
hablando acerca de los que han muerto y que se encuentran “en el sepulcro”
En Salmos 146:4 El texto es traducido en la versión del nuevo mundo: “sale su espíritu,
el Vuelve al suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos”
Aquí interpretan este pasaje como una clara referencia a que tras la muerte el ser
humano deja de pensar y que, por lo tanto, queda inconsciente, aniquilado. Pero el
pasaje no está hablando en lo absoluto de actividad mental. La palabra aquí se traduce
como “sus pensamientos” es stinio, es decir sus proyectos. Así lo traducen las versiones
de la Biblia como la latinoamericana, las ediciones Paulinas o la Biblia de Jerusalén. La
misma versión judía de la Jewish publication society, a la que no se puede acusar de
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fanatismo cristiano, traduce “plans” indicando con ello que el texto no habla de la
actividad mental sino de sus proyectos. El contexto del salmo deja esto muy claro.
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El infierno no es el sepulcro
Nota: Es importante notar la diferencia entre Alma y Espíritu y la condición del mundo
de los espíritus antes y después de la Resurrección.