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Guerra Espiritual

La Guerra Espiritual
Resumen del capitulo #7 del libro "Guerra Espiritual"
autor: Dean Sherman

La jerarquía de Satanás y sus planes de batalla


Sabemos quienes componen el reino de las tinieblas: Satanás y sus demonios. Necesitamos considerar como
opera su reino para no ser ignorantes de sus maquinaciones (II Corintios 2:11).
La manera de operar de Satanás se puede describir mejor como un asalto de tres componentes sobre el
mundo.
Componente #1: La jerarquía de Satanás
El primer componente del asalto es una jerarquía. Está allí para supervisar y controlar los acontecimientos en
el mundo. Como príncipe de este mundo, Satanás tiene estrategias de gran alcance. Al igual que cualquier
jerarquía hay diferentes funciones. La Biblia describe tres funciones del reino de las tinieblas, y estas
son: gobernadores, principados y potestades.
Gobernadores
La Biblia usa palabras como "tronos", "dominios", "autoridades" y "gobernadores". Estas palabras describen
los puestos desempeñados por los seres espirituales. Gobernar tiene que ver con ejercer opinión o voluntad
sobre otros. Es importante entender como consigue entrada el enemigo en la tierra para ejercer su opinión sobre
la voluntad de los hombres.
Jesús habló en Mateo 16 acerca de las "puertas del Hades". Las puertas de una ciudad era el lugar donde los
líderes se sentaban para adoptar las decisiones que gobernaban al pueblo. El equivalente moderno de "puertas"
serían el municipio, o el congreso, el parlamento, la casa presidencial; cualquier lugar donde se adoptan las
decisiones corporativas importantes. Satanás infiltra las existentes estructuras de autoridad para tratar de
gobernar a través de ellas. ¿Y cómo lo hace? Satanás sigue usando la misma táctica que usó en el huerto del
Edén. Satanás consigue la entrada para gobernar mediante las elecciones equivocadas y egoístas de los
hombres y las mujeres.
Si "puertas" se refiere a la elección que hacen las autoridades entonces los "muros" son un símbolo bíblico
para la protección de la autoridad de la sociedad. Satanás ve las estructuras legítimas de nuestra sociedad.
El sabe que si están funcionando debidamente, él no puede gobernar. Los muros de la autoridad lo excluyen. Si
los muros están en mal estado, él puede gobernar y lo hará. Se puede infiltrar. Satanás gobierna donde no hay
autoridad o sujeción a la autoridad. Al grado que estas instituciones se desmoronan, así gobierna él. Es fácil
entender por qué los matrimonios, las familias y las iglesias están hoy bajo tan violento ataque.
El Antiguo Testamento es el manual máximo sobre la guerra espiritual. Las batallas que se libraron entonces
en la dimensión terrenal son exactamente las mismas que libramos hoy en el mundo invisible. Satanás incitó e
infiltró a ejércitos de carne y sangre para destruir a Israel. Hoy todavía intenta destruir al pueblo de Dios, y sus
estrategias de guerra han cambiado poco.
En la Israel del Antiguo Testamento, la gente vivía en ciudades. Las ciudades tenían altos muros para
mantener fuera el enemigo. Si solo una porción del muro estaba derribada, los soldados enemigos podían
entrar, saquear y matar. Cuando Nehemías regresó a la ciudad de Jerusalén, antes de construir su propia casa,
la casa de Dios, o cualquier otra cosa, él reedificó los muros de la ciudad. Los muros de una ciudad eran la
mejor defensa en un mundo hostil, y eran siempre primero en el orden de importancia.
Estas ciudades antiguas son una figura histórica de lo que enfrentamos ahora en el mundo invisible. Satanás se
ocupa con eficiencia de destruir los muros de tres maneras:
1. El liderazgo sin Dios
Cuando los líderes no viven y gobiernan de acuerdo con los principios bíblicos y de acuerdo con la voluntad
de Dios, los muros de su autoridad se derrumban. Se le permite a Satanás que gobierne por medio de ellos. Por
ejemplo, si un juez es corrupto y no teme a Dios, él abdica su liderazgo a favor de los poderes de las tinieblas,
todos los que están bajo su autoridad están expuestos al ataque de Satanás. Lo mismo es cierto en todas las
estructuras de liderazgo. El liderazgo sin Dios destruye los muros y permite a los gobernantes del mundo
invisible que gobierne. Y ellos nunca pierden la oportunidad.
Por eso I Timoteo 2:1,2 nos encarga orar "por todos los que están en eminencia". Toda autoridad está bajo
ataque, porque el enemigo quiere mandar. Tenemos que fortalecer sus muros. Necesitamos orar por nuestros
gobernantes. Y como líderes nosotros mismos, necesitamos ser fuertes y dirigir con integridad. Si por el
contrario, constantemente socavamos la autoridad, estaremos colaborando con la causa de Satanás.
2. La negligencia
Otro destructor de los muros es la negligencia: líderes que no guían. Hay esposos que no se conducen como
esposos, padres que no cumplen con su función, maestros que no enseñan. Hasta donde dejamos nuestras
responsabilidades como líderes dejamos un vació para que los gobernadores de las tinieblas manden en nuestro
lugar.
3. La rebeldía
El tercero y más común destructor de muros es la rebeldía. I Samuel 15:23 dice que "como pecado de
adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación". Esta comparación es muy seria. La
rebeldía es una actitud del corazón que dice "no necesito de reglas. No necesito de líderes ni de nadie que me
diga lo que tengo que hacer".
Dicho en otras palabras, el espíritu de rebeldía es el rechazo a la autoridad. Es el deseo de quedar libres de
cualquier cosa impuesta sobre nosotros. La razón por la que es como hechicería es porque la rebelión da
entrada a Satanás. La rebelión y la hechicería cumplen lo mismo en las estructuras de gobierno y en las vidas
individuales: Ambas tratan con los poderes de las tinieblas.
"Sométase cada persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las
que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por
Dios resiste; y los que resisten; acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para
infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues no temer la autoridad? Haz lo bueno y
tendrás alabanza de ella (Ro. 13:1-3).
Romanos 13:1 no dice que toda autoridad no sea piadosa. No todas son. Tenemos policías, jueces, presidentes,
pastores y padres corrompidos. Pero el puesto de autoridad fue establecido por Dios. Es su voluntad que hayan
estructuras de autoridad y que todos estemos en sumisión a los que ocupan puestos de liderazgo. Los líderes en
sí pueden ser malignos, pero los puestos que ocupan existen como muros de protección.
De acuerdo con Romanos 13:3 la autoridad en sí misma impide y retarda la maldad. Es causa de temor a los
malhechores. El diablo es detenido por los muros de autoridad que rodean las instituciones. Este es un principio
universal de Dios que afecta a todo el mundo.
¿Significa esto que debamos escoger la obediencia a las autoridades mundanas por encima a la de Dios? No.
En Hechos 4, Pedro fue llevado ante los sacerdotes por predicar el evangelio. Las órdenes de ellos estaban en
conflicto directo con los mandatos de Dios. Pedro se negó a obedecerlos. Obedeció a Dios antes que al hombre,
pero no atacó la autoridad del sacerdote. No respondió en rebeldía.
Podemos disentir, confrontar y reprender en el Espíritu de Cristo cuando necesitamos hacerlo (Santiago
3:17,18). Pero nunca debemos derribar las estructuras u oponernos a los líderes meramente porque están en
autoridad.
Satanás tiene la mira a las familias, a los sindicatos de trabajadores, y a los países. Cuando albergamos la
rebelión, cuando tratamos de derrocar la autoridad, nos convertimos en aliados del diablo.
Nuestra respuesta
¿Qué debemos hacer ante el intento de Satanás de derribar los muros? Ezequiel 22:30 dice: "Busqué
entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha..." Dios busca hombres y mujeres que
reedifiquen los muros mediante la oración intercesora. Las estructuras de la sociedad se derrumban. Debemos
ponernos en la brecha intercediendo ante Dios a favor de nuestras ciudades, familias, escuelas e individuos, y no
permitir entrar al enemigo. Somos llamados a ponernos en pie y reparar el daño en los muros de la sociedad
mediante la guerra, la oración y el involucramiento (Isaías 58:6-12).
Principados
La segunda función entre la jerarquía demoníaca es la de los principados, llamados con frecuencia como
"espíritus territoriales". Los principados son seres con vastas extensiones de influencia dentro del reino satánico.
Un "príncipe" es un líder con título; el sufijo "ado" tiene que ver con la geografía y la demografía. Geografía es
el estudio de las extensiones de tierra, y demografía es el estudio de cómo se agrupa la gente en la
sociedad. El término principado revela un aspecto muy significativo en el acceso de Satanás a nuestro planeta.
Satanás despliega sus fuerzas de acuerdo con el mapa del mundo.
El reino de las tinieblas está bien organizado como el mejor ejercito militar del mundo. Satanás tiene un plan
de batalla particular para cada zona geográfica y para cada grupo humano. Poderes de las tinieblas específicos
son asignados a regiones y gente específica (Daniel 10:12-14).
Los planes de Satanás de gobernar al mundo han comenzado con buenos mapas. El ve el mundo en sectores.
El ve imperios, naciones, regiones, ciudades, barrios y vecindarios. El considera la densidad de población rural
y urbana. Conoce bien las razas, las nacionalidades, las tribus, los clanes y las familias. Satanás es también un
estudioso de los grupos de idiomas, dialectos de la herencia cultural y del linaje étnico. El conoce toda sociedad,
organización y asociación. Satanás conoce su campo de batalla. El conoce a su enemigo, y está bien
preparado para la lucha.
Satanás despliega sus fuerzas y formula sus estrategias de acuerdo con el mapa. Si vamos a tomar en serio la
guerra espiritual, es absolutamente imperativo que nos familiaricemos con la geografía y los grupos sociales en
este planeta.
A la luz de nuestra gran comisión de "Ir por todo el mundo", orar por todo el mundo debiera ser nuestra
primera respuesta, y nuestro primer compromiso para ganar el mundo para Cristo. Orar por la gente de todo el
mundo es la responsabilidad de todo creyente.
La iglesia puede bloquear los poderes de las tinieblas a través de la guerra espiritual. Podemos entablar
combate con el enemigo y entorpecer sus estrategias específicas para la gente, siendo específicos con nuestras
oraciones. Atajar al enemigo según sus estrategias geográficas y demográficas. Para nuestra ofensiva, la
iglesia debiera estar orando geográficamente y planeando estrategias para ganar todas las zonas y todos
los grupos sociales para Cristo. El enemigo ha hecho estragos en todo el mundo. Países enteros están
esclavizados, casi sin testimonio cristiano, debido a que nosotros, la iglesia, no hemos combatido
específicamente a Satanás. No hemos conocido la manera como él ha estado haciendo el trabajo en el mundo.
Hemos ignorado sus estratagemas.
Sin embargo existen regiones enteras, que eran resistentes al evangelio, cambiar notablemente como resultado
directo de creyentes que oran geográficamente y específicamente. Por ejemplo, Rumania.
Potestades
La tercera función en la jerarquía de Satanás es de "potestades" o "fortalezas". Estas se refieren a géneros de
maldad y a los demonios consignados a esos pecados. Indica un esfuerzo concentrado hacia el aumento de
ciertos males.
¿Cómo es que un diablo derrotado tenga tal dominio en la tierra? El está activo en nuestra sociedad en la
medida que la gente esté pecando y viviendo egoístamente. El tiene exactamente la cantidad de
autoridad que le damos cuando vivimos en oposición a la voluntad de Dios. La actividad de Satanás está
determinada también por la naturaleza de nuestro pecado. La manera en que pecamos le permite a Satanás
ejercer influencia en conexión con esos pecados. El usa "comisiones de poder", o fuerzas demoníacas
comisionadas de acuerdo con el tipo de mal al que nos entregamos. De esa manera tenemos potestades de
codicia, homosexualidad, depresión, miedo, brujería, etc. Puede haber tantas potestades como hay pecados.
Una ciudad y un país pueden colectivamente entregarse a la lujuria u otros pecados y a causa de esto formarse
una comisión de poder de esos pecados en particular. Por eso una ciudad puede caracterizarse como la capital
de la pornografía, mientras que otra puede ser conocida por sus actividades ocultistas, un centro de codicia en
los juegos de azar.
Las comisiones de poder entran en las familias también cuando estas se entregan a pecados en particular. Hasta
las iglesias pueden tener comisiones de poder. Una iglesia con una historia de divisiones y contiendas puede
tener una comisión de poder de división y contienda. Países, ciudades, grupos sociales y hasta individuos
pueden tener comisiones de poder. En algunos casos, las luchas de un pueblo o lugar se pueden trazar cientos de
años atrás.
En la guerra espiritual, Dios nos puede mostrar la naturaleza de las potestades en una situación en particular,
en hogares, ciudades y naciones para que tomemos acción sobre ellas.
Tres cosas que debemos hacer:
1. Evitar su influencia
Si nos encontramos en una casa donde hay contiendas o conversamos con una persona contenciosa debemos
tener cuidados de no ser atraídos a la contención. No discutamos de religión o con ningún miembro de sectas,
como los testigos de Jehová, o los mormones. La contención jamás ganará a nadie para Cristo porque es el
mismo espíritu bajo el que operan estos grupos. Debemos compartir a Cristo bajo el espíritu de verdad.
2. Orar específicamente contra las potestades de espíritus
Dios nos mostrará el espíritu en particular que ejerce su influencia para que nuestras oraciones sean
específicas. Por ejemplo, cuando vemos un patrón de esclavitud en una familia por generaciones, necesitamos
reconocerlo sencillamente y entonces, en oración ordenarlo que se rompa en le nombre de Jesús. Si es una
potestad sobre una región más amplia, como una nación, se necesitará más personas orando en unidad por un
tiempo más largo para hacerlo retroceder
3. Vivir en el espíritu opuesto
Vivir en un espíritu opuesto significa que cuando veamos prevalecer la codicia en una situación, nos
volvamos generosos; desde luego bajo la dirección del Espíritu. Si nos encontramos deprimidos, decidimos
alabar a Dios y regocijarnos en todas las cosas. Si vivimos contrarrestando con un espíritu opuesto a las
potestades de las tinieblas y a la gente, nos abriremos paso y cambiaremos lo que está allí, derribando esas
potestades. Dios no nos llama a actuar ocasionalmente contra las potestades, sino a vivir diaria y total y
completamente ocupados en la guerra espiritual.
Si no reconocemos las potestades específicas en un lugar, podemos volvernos susceptibles a su influenc
Otra cosa que debemos percatarnos respecto a la jerarquía de Satanás sus gobernadores, principados y
potestades es que esta división no es inflexible. A veces una potestad puede también ser un gobernador,
ejerciendo dominio sobre una estructura humana de autoridad. Una potestad puede ser también un principado.
El mismo demonio puede tener varias funciones.
Debemos pedir al Espíritu Santo que nos revele la manera de obrar de Satanás en un lugar o situación. Simple
obediencia en la oración es muchísimo más importante que los intentos de definir las intrincadas categorías del
mundo espiritual.
Que significa ponerse la armadura
Muchas veces he escuchado a hermanos exhortar a otros a "ponerse la armadura"
como si con el solo hecho de leer el pasaje o mencionarlo pudiera protegernos de
cualquier ataque del enemigo. A través de los años hemos hecho varios estudios
sobre Efesios 6:10-18. Hemos leído y estudiado libros que hablan del tema, pero
nunca nadie nos había explicado en detalle como Charles F. Stanley en su libro
"Cuando el Enemigo Ataca" lo que cada pieza de la armadura requiere de
nosotros. Ponerse la armadura significa revestirse de Cristo cada día. Si
andamos bajo a su voluntad y guía en todo momento estaremos seguros y ninguna
arma forjada contra nosotros prosperará porque esta es la herencia de los que le
sirven (Is. 54:17) Le exhorto a copiar "Poniéndose la Armadura", a leerlo cada
mañana y aplicarlo durante el día.

Poniéndose la Armadura
Señor por fe esto es lo que estoy haciendo ahora mismo para prepararme
para el día que me espera. Me pongo el cinturón de la verdad. Te pido
que me muestres muy claramente lo que debo aceptar en mi vida y lo que
debo rechazar. Ayúdame a ver con claridad los motivos de otras personas
a medida que tratan conmigo y que conversan conmigo. Ayúdame a
caminar en tu verdad, tomando decisiones y realizando elecciones
deacuerdo a tus planes y propósitos para mi vida.
Me pongo ahora la coraza de justicia. Guarda mis emociones hoy. Protege
mi corazón. Ayúdame a tomar en mi vida solo las cosas que son puras y
nada que sea venenoso o contaminante. Ayúdame a vivir en integridad y
a tener una reputación basada en hacer, decir, creer, pensar y sentir todo
lo que es recto. Ayúdame a vivir en una relación recta contigo, cada
momento del día que tengo por delante.
Me estoy colocando el calzado espiritual, mis botas
espirituales. Ayúdame a pararme y a caminar en tu paz y a avanzar de
maneras que traiga tu paz y tu amor a otros. Ayúdame a tener
la completa confianza y seguridad que vienen de saber que estoy lleno
de la paz que solo tú puedes dar a aquellos que son tus hijos
tuyos. Ayúdame a ser un pacificador. Muéstrame dónde y cómo
caminar como caminarías tú.
Ahora tomo el escudo de la fe. Ayúdame a confiar en ti para que seas mi
Victoria en cada esfera de mi vida hoy. Ayúdame a confiar en que me
defenderás, proveerás y me mantendrás seguro cada hora de este día.
Me pongo ahora el yelmo de la salvación. Guarda mi mente hoy . Tráeme
a la memoria todo lo que has hecho por mí como mí Salvador. Permíteme
vivir en la esperanza y la confianza de que tú me estás salvando,
rescatando y liberando del mal.
Ahora tomo la Espada del Espíritu, la palabra de Dios. Tráeme a la
memoria los vesículos de la Biblia que he leído y aprendido de memoria,
ayúdame a aplicarlos a las situaciones y las circunstancias que enfrentaré.
Que pueda usar tu Palabra para traer tu luz a las tinieblas de este mundo
y para derrotar al diablo cuando venga a tentarme.
Padre, quiero estar completamente vestido con la identidad de Jesucristo
hoy. Estoy en Cristo y él está en mí. Ayúdame a darme cuenta totalmente
y aceptar que Él es mi Verdad, mi Justicia, mi Paz, mi Salvador, la fuente
de mi fe y él siempre presente Señor de mi vida.
Quiero traer gloria a tu nombre hoy. Todo lo pido en el nombre de Jesús.
Amén.

Salmo 149
(Salmo del guerrero espiritual)
!Aleluya! !Alabado sea el Señor!
Cantad al Señor un cántico nuevo,
Su alabanza sea en la comunidad de los fieles.
Alégrese Israel en su Hacedor;
los hijos de Sión alégrense en su Rey
alaben su nombre con danza;
con pandero y arpa a Él canten.
Porque el Señor tiene contentamiento en su pueblo;
hermoseará a los humildes con su salvación.
Regocíjense los santos por su gloria,
y canten aun sobre sus camas.
Exalten a Dios con sus gargantas,
y espadas de dos filos en sus manos,
para ejecutar venganza entre las naciones,
y castigo entre los pueblos;
para aprisionar a sus reyes con grillos,
y a los nobles con cadenas de hierro;
para ejecutar sobre ellos el juicio decretado;
gloria será esto para todos sus santos.
¡Aleluya!
Celebración de la victoria
149:1-5. La Iglesia Jubilosa
1 ¡Aleluya! Canten al Señor un cántico nuevo, alábenlo en la comunidad de los
fieles.
2 Alégrese Israel en su Creador; regocíjense los hijos de Sion en su Rey.
3 Alaben su nombre con danza; cántenle alabanza con pandero y lira.
4 Porque el Señor se deleita en su pueblo; a los humildes concede el honor de la
victoria.
Un cántico nuevo sugiere que se da una situación que tiene todas las marcas de
una victoria, incluido el modo corriente de celebrarla en esa época, por medio
de la danza y el pandero (cf. Éx. 15:20; Jue. 11:34; I S. 18:6). El autor siente
que vive en una situación nueva, siente la necesidad de componer un canto
nuevo para expresar dicha situación. Aquí la escala es mundial (7ss), y
evidentemente estamos cantando acerca de un acontecimiento que es nada
menos que el reinado de Dios, como en los Sal. 93, 96-99 (cf. el "cántico nuevo"
de 96:1; 98:1; cantos de la nueva era).
5 Regocíjense de gloria los fieles, canten con gozo sobre sus camas.
Los fieles figuran en el salmo como un grupo devoto y combativo.
a) Devotos: ejercen su devoción cantando, celebrando y festejando, alabando y
tocando instrumentos musicales, glorificando y jubilando a su Dios. Cantan y
danzan al son de la lira y el pandero.
b) Combativos: el verso 6 lo canta con energía: "En sus gargantas los vítores a
Dios, en sus manos espadas de dos filos". Nos recuerda otra famosa expresión
de Nehemías 4:11 "Con una mano trabajan y con la otra empuñan el arma".
5. Las camas puede aludir al acto de reclinarse durante una comida de
celebración (cf. también el "himno" Salmo 118 cantado en Mr. 14:26),
especialmente si el tema del festejo es la victoria final de Dios.
En nuestro contexto yo diría que la cama es uno de los lugares donde podemos
ser más vulnerables a los ataques del enemigo o más sensibles al Espíritu de
Dios. Es el lugar donde vamos cuando nos sentimos tristes, cansados o con
sueño, o simplemente estar a solas y meditar. El hecho de estar en la cama
descansando, llorando, orando o meditando y erguirnos sobre ella alabando a
Dios y usando la espada del Espíritu para traer justicia y salvación a las
naciones me habla de alguien que ha sido iluminado por Dios y se ha levantado
en el poder de Su fuerza para interceder y hacer guerra espiritual (Ef. 5:14; I
Ts. 5::4-6, 10; I Pd. 4:7; 5:8; Ap. 16:15). Esto nos habla de la victoria que
Cristo ha ganado para nosotros en el Calvario.
149:6-9. La Iglesia Militante.
6 Sean los loores de Dios en su boca, y una espada de dos filos en sus manos...
7 para ejecutar venganza en las naciones, y castigo en los pueblos;
8 para atar a sus reyes con cadenas y a sus nobles con grillos de hierro;
9 para ejecutar en ellos el juicio decretado: esto es la gloria para todos sus santos.
¡Aleluya!
En términos de una guerra santa, como los que aluden a Israel en lucha contra
los cananeos, cantamos acerca de la retribución que sobrevendrá a los
enemigos de Dios. Como nación, Israel debió encargarse de ejecutar este juicio
en forma literal al entrar en la tierra prometida; en el día final los ángeles, las
huestes del cielo, acompañarán a nuestro Señor en el juicio (II Ts. 1:7ss; cf. Ap.
19:11ss). Por contraste, los enemigos de la iglesia no están constituidos
por "carne ni sangre...sino huestes espirituales de maldad"; y las armas con que
cuenta la iglesia no son las de este mundo. Nuestra espada de dos filos (Ef. 6:
17) es la Palabra de Dios, creada para derribar fortalezas, (argumentos o
especulaciones) y toda altivez que se levanta contra el "conocimiento de
Dios". El equivalente nuestro a aprisionar reyes con grillos (8), es el
llevar "cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (II Co. 10.5; cf. Ef.
6:12; He. 4:12). El Apocalipsis, pese a todas las imágenes terribles del juicio,
describe la victoria de la iglesia como consecuente con la del Calvario. "Han
vencido por medio de la sangre del Codero y de la palabra del testimonio de ellos,
y menospreciaron sus vidas hasta la muerte" (Ap.12:11).
Este es el juicio decretado por la cruz contra el "príncipe de este mundo" (Jn.
16:11), que es el poder que apoya a los reyes mencionados en el v.8. Dios ha
decretado gloria...para todos sus santos en un nivel más elevado que el que
podía percibirse claramente en la época veterotestamentaria. Esos son los
laureles de la verdadera guerra santa.
Gobiernen el Mundo
"Dios Llama"

Acuérdense no hay oración sin respuesta. Recuerden que apenas


algo les parezca mal, o las acciones de una persona no sean lo que
ustedes creen que han de ser, en ese momento comienza su
obligación y responsabilidad de orar porque se corrijan esos
errores, o porque esa persona sea diferente.
Enfrenten sus responsabilidades ¿Qué es lo que está mal en su país,
en sus políticos, sus leyes, su gente? Mediten en silencio y hagan de
estos asuntos el motivo de sus oraciones. Verán que cambian vidas
que jamás han tocado, que se hacen leyes a su pedido,
que desaparecen males.
¡Sí! vivan en sentido extenso (Isaías 54:2,3). Vivan para servir y
salvar. Quizás jamás salgan de una habitación, y aun así, pueden
llegar a ser una de las fuerzas más poderosas del bien en su país, en
el mundo.
Quizás nunca vean la poderosa obra que hacen, pero yo sí la veo.
¡Oh, es una vida gloriosa, la del que salva!
Trabajen junto a mí. Perciban esto cada vez más. Amen conmigo,
compartan mi vida.

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