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Título: EL CORONAVIRUS NO DISCRIMINA, LAS DESIGUALDADES SÍ
NOTA INFORMATIVA DE OXFAM MARZO 2020
Editorial: Oxfam Internacional.
Autores/as: Rosa Cañete Alonso con colaboración de Hernán Cortés, Susana Ruiz, Carlos
Botella y Pablo Rivero en su elaboración.
Edición: primera edición.
Año: 2020.
“El virus no discrimina en el contagio, pero en sociedades tan fragmentadas como las
latinoamericanas sí discriminan las condiciones sociales. El acceso y la calidad de los
sistemas de salud, los sistemas de protección, el nivel de ahorro, las condiciones laborales,
la carga del cuidado, el abandono de las zonas rurales, el acceso a agua segura, los niveles
educativos, el hacinamiento en los barrios pobres o el acceso a la tecnología incrementan el
nivel de exposición al contagio y las limitaciones para protegerse.” ( Rosa Cañete Alonso,
Hernán Cortés, Susana Ruiz, Carlos Botella y Pablo Rivero, Nota Informativa de OXFAM
marzo 2020, 2020, p.1)1
En su texto Cañete Alonso comienza por contextualizar desde el uso de datos estadísticos
cuantitativos, el acceso desigual a servicios y materiales clave para la salud, cuya
precariedad ve sus efectos potenciados por la pandemia. Describe América Latina y el
Caribe como una región con un 81% de población que reside en zonas urbanas, con un
21% en barrios marginales, en 2018 el 13,5% de los hogares no tenía acceso a agua,
situación que en las zonas rurales aumenta hasta el 25%.
Los/as autores proponen garantizar los salarios mínimos, proteger el empleo y estimular la
economía para no profundizar una brecha económica que vulnera sistemáticamente la vida
de los ciudadanos hace décadas. Comentan las consecuencias futuras de 35 millones de
“nuevos pobres”, según estimaciones de la CEPAL, si no se toman acciones y medidas
urgentes para combatir la pandemia.
Las propuestas económicas para reducir el impacto de la pandemia sobre la economía van
desde transferencia de efectivo a poblaciones sin ingresos o ingresos mínimos, a corto
plazo, recortando y reorientando recursos no urgentes en el contexto de cuarentena.
Priorizar las micro empresas para mantener el empleo.
En la región los programas de transferencia se destinan a 130 millones de personas en
situación de pobreza, un 20% de la población regional.
Afirman que la protección estatal debe llegar a toda la población sin excepción,
enfocándose principalmente en los sectores más vulnerables.
Los autores creen que esto podría lograrse desde una cooperación regional y mundial, con
una mirada que abarque todas las disciplinas, sin exclusión de miradas y con la ayuda de
organismos multilaterales.
A partir de este texto y de los datos analizados por los diferentes autores encontramos
pertinente el siguiente artículo debido a que aporta un buen soporte teórico a partir de
1 Cañete, Alonzo, R., Cortés, H., Ruiz, S., Botella, C., & Rivero, P. (2020, Marzo). El
Coronavirus no discrimina las desigualdades. 13.
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Porcentajes estadísticos sobre las diferentes temáticas que abarca, propone visibilizar las
desigualdades que se pueden observar en América Latina y El Caribe tanto en su ámbito
sanitario como económico, sabiendo que si bien la actual situación de pandemia por el virus
COVID-19 trajo aparejado un impacto más que negativo en los distintos países, ya se podía
notar que las condiciones preexistentes no eran óptimas para afrontar una situación como
esta.
Año de publicación: Revista Ensambles Primavera 2020, año 7, n.13, pp. 12-42
El texto analiza la falta de acceso a servicios de salud y agua, así como insumos básicos de
higiene en barrios populares del AMBA, dentro de estas zonas, estudia las estrategias que
los residentes llevaron a cabo para suplir esta escasez, también investiga cómo afecta la
cuestión de género en la división de tareas. Esto dentro del contexto de Aislamiento Social
Preventivo y Obligatorio en la pandemia de Covid-19.
Las autoras explican sobre la distribución geográfica de las poblaciones, como en los
barrios alejados de la Ciudad de Buenos Aires se concentraron sujetos con menores
recursos debido al precio de las tierras en la zona, territorios inundables, basurales y
cuencas hídricas contaminadas. Tendencia potenciada con la expansión de urbanizaciones
cerradas. Esto dentro del AMBA que es la zona más densamente poblada del país.
Según datos del Registro Nacional de Barrios Populares e INDEC, el 30% de los barrios
populares del país están en el AMBA, allí viven 1.2 millones de personas con una tasa de
empleo del 40% y desocupación del 10%. Áreas donde hay falta de agua, gas y electricidad.
Para acceder a agua los residentes combinan “mangueras” que interceptan agua de redes
fuera de sus barrios, perforaciones individuales para acceder a agua subterránea que no
cumplen los requisitos de sanidad y que requieren de electricidad para funcionar, recurren a
conocidos que proveen agua pero que requiere trasladarse a otros barrios. Este conjunto
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impulsa la aparición de enfermedades como el dengue y el incumplimiento de las normas de
aislamiento social.
Frente a la situación los vecinos han tomado iniciativa en comedores y ollas comunitarias,
abastecidas por donaciones. Esta labor es principalmente realizada por mujeres que
señalan que aumenta la demanda de estos comedores, pero no sus recursos. Las tareas de
cuidado son realizadas principalmente por mujeres, tanto en las labores informales, como
entre profesionales médicos, según el Observatorio de Géneros y Políticas Públicas en abril
del 2020 sólo el 31% de las mujeres que viven en barrios populares tienen un trabajo con
ingreso.
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analizaran las propuestas para analizar la crisis sanitaria, las prácticas de estas y como se
han incorporado en la agenda ambiental y urbana de la ciudad.
La Región Metropolitana de Buenos Aires con una población de 14.918.187 millones de
habitantes, la vuelve el nido perfecto para un virus de contagio tan masivo, el hacinamiento
poblacional y las formas de trabajo no pueden garantizar una movilidad y una cuarentena
sustentable para la población.
Las autoras afirman que el colapso de esta región es inevitable sin las políticas públicas
correctas, las primeras consecuencias ya se han visto, y que además históricamente la
construcción y ampliación de la ciudad ha sido mal planeada y dirigida.
Este texto nos resulta pertinente para la construcción del estado del arte, ya que nos
permite ver las fallas históricas de la construcción, mantención, ampliación y distribución de
la población del área metropolitana y como esta crea severas consecuencias sobre la
movilidad y el hacinamiento que vive la población. Los diferentes barrios, edificios, oficinas
de trabajo, mal distribuidas le ofrecen al virus el lugar perfecto para sentarse, con el mapa
de políticas públicas histórico y de emergencia decretado en el año 2020, podremos tener
una visión más amplia del funcionamiento estatal en pandemia y las consecuencias de una
mala articulación de años de políticas públicas que no pudieron resolver el histórico
problema del hacinamiento metropolitano.
Este artículo tiene como objetivo realizar un análisis sobre las desigualdades socio-
espaciales presentes en la ciudad de La Plata, más específicamente del periurbano
platense, el foco de atención se centra a partir de indicadores socioeconómicos (vivienda,
educación, salud) en los distintos grupos sociales en el contexto de pandemia por COVID-
19.
El primer grupo social que se menciona en el texto son los trabajadores quinteros, los
cuales se dedican a actividades de producción ligados al uso del suelo. Para este grupo
social la pandemia con su lema “quédate en casa” no tiene un gran impacto en su
organización y quehaceres diarios debido a que su hogar como su espacio de trabajo está
ligados indisociablemente. Ahora bien, los problemas se remiten en este contexto a las
condiciones precarias de vivienda que estos poseen y su imposibilidad de llevar a cabo una
buena higienización, sin contar con el hecho de que su espacio laboral se ve afectado a
partir de la falta de insumos y su falta de transporte para llegar al centro de la ciudad para
comercializar sus productos.
Otro grupo presente en este territorio son les trabajadores informales de la economía
popular, para estos su principal fuente de ingresos se basa en “changas” como trabajos de
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construcción, tareas domésticas y hasta las ventas ambulantes. En este caso es inviable
pensar que puedan permanecer en sus casas cumpliendo el aislamiento debido a que de su
trabajo depende que sus respectivas familias puedan tener un plato de comida en la mesa y
puedan acceder a los servicios básicos (agua, luz y gas) los cuales no están garantizados.
Para estos dos grupos, las medidas de ayudas económicas implementadas por el gobierno
como el IFE, Tarjeta Alimentar y la entrega de productos básicos son esenciales pero
insuficientes. En este punto, las organizaciones barriales y populares juegan un rol
importante para hacerle frente a esta situación.
También sufren del mismo modo el problema de la conectividad, ya que el acceso a una red
wifi es casi inexistente y por hogar deben usar un celular con datos móviles para todas las
personas que allí conviven. Y por otro lado, también la imposibilidad de un medio de
transporte ya sea para la movilidad diaria o en casos de que deban acudir a un centro de
salud.
El último grupo que se analiza en el texto se trata de las personas que viven en países o
barrios cerrados, los cuales tienen acceso a los servicios básicos de manera privada y
cuentan con un medio de transporte propio. Para estos llevar a cabo el aislamiento se hace
de una manera muy cómoda.
Para nuestro grupo nos parece pertinente el uso de este artículo debido a los aportes que
hace en el aspecto territorial, ya que hace uso de una buena conceptualización del espacio
que se analiza y brinda una buena caracterización de los grupos sociales dentro de él y nos
muestra las desigualdades presentes en los distintos ámbitos de las vidas de personas que
comparten un mismo territorio pero sus condiciones de vida son muy diferentes.