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Es la ley suprema del país.

Fue creada en 1985 por la Asamblea Nacional Constituyente y reformada por


última vez en 1993. En ella se encuentran los derechos y libertades de los ciudadanos, entre ellos el
derecho a la educación (artículo 71 a 81); el Estado y su forma de gobierno; y las garantías y mecanismos
para hacer valer los derechos establecidos en dicha Constitución.

Adopción, promulgación y modificación


La Constitución de Guatemala fue aprobada el 31 de mayo de 1985 y entró en vigencia el 14 de enero de
1986. El texto fue enmendado con la reforma del 17 de noviembre de 1993, que declaró a Guatemala
como un Estado libre, independiente y soberano. Los artículos 277-280 regulan el procedimiento de
reforma constitucional. Tienen iniciativa para proponer reformas a la Constitución: a) el Presidente de la
República en Consejo de Ministros; b) diez o más diputados al Congreso de la República; c) la Corte de
Constitucionalidad; d) el pueblo mediante petición dirigida al Congreso de la República, por no menos de
cinco mil ciudadanos debidamente empadronados por el Registros de Ciudadanos.
Estructura de la Constitución
El texto de la Constitución se compone de los siguientes ocho Títulos: I) La persona humana, fines y
deberes del Estado; II) Derechos humanos; III) El Estado; IV) Poder Público; V) Estructura y organización
del Estado; VI) Garantías constitucionales y defensa del orden constitucional; VII) Reformas a la
Constitución; VIII) Disposiciones transitorias.
Forma de gobierno y principios básicos del Estado
Guatemala es un Estado libre, independiente y soberano, organizado para garantizar a sus habitantes el
goce de sus derechos y de sus libertades. Su sistema de Gobierno es republicano, democrático y
representativo. La soberanía radica en el pueblo quien la delega, para su ejercicio, en los Organismos
Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La subordinación entre los mismos está prohibida.
Las instituciones fundamentales del Estado y el estado de derecho
Se reconoce el Estado de derecho. En virtud artículo 153, el imperio de la ley se extiende a todas las
personas que se encuentren en el territorio de la República. En el mismo sentido, se establece que los
funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su conducta oficial, sujetos a
la ley y jamás superiores a ella (art. 154). El poder proviene del pueblo. Su ejercicio está sujeto a las
limitaciones señaladas por esta Constitución y la ley. Ninguna persona, sector del pueblo, fuerza armada
o política, puede arrogarse su ejercicio. El Poder Legislativo es ejercido por el Congreso, integrado por
158 diputados. El Poder Ejecutivo lo ejercen el Presidente, el Vicepresidente y el Consejo de Ministros. El
Poder Judicial es desempeñado por la Corte Suprema de Justicia y los tribunales establecidos mediante
la ley.
La supremacía del derecho internacional
El artículo 46 establece la supremacía del derecho internacional en tema de derechos humanos: los
tratados y convenciones aceptados y ratificados por Guatemala tienen preeminencia sobre el derecho
interno en materia de derechos humanos.
DERECHOS FUNDAMENTALES Y PRINCIPIOS DIRECTIVOS DE LA POLÍTICA DE
ESTADO
Información general
Son principios fundamentales de la Constitución la primacía de la persona humana y la protección de los
derechos humanos. El Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin
supremo es la realización del bien común (art. 1). Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de la
República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona (art. 2).
Los artículos 138 y 139 describen las circunstancias excepcionales bajo las cuales se admiten ciertas
limitaciones a los derechos constitucionales (Estado de prevención; Estado de alarma; Estado de
calamidad pública; Estado de sitio; Estado de guerra).
Derechos de propiedad
Se garantiza la propiedad privada como un derecho inherente a la persona humana. Toda persona puede
disponer libremente de sus bienes de acuerdo con la ley. El Estado garantiza el ejercicio de este derecho
y deberá crear las condiciones que faciliten al propietario el uso y disfrute de sus bienes, de manera que
se alcance el progreso individual y el desarrollo nacional en beneficio de todos los guatemaltecos (art. 39).
También se contempla el procedimiento de expropiación (art. 40). Por causa de actividad o delito político
no puede limitarse el derecho de propiedad en forma alguna. Se prohibe la confiscación de bienes y la
imposición de multas confiscatorias (art. 41).
Derecho a la alimentación
En tema de derecho a la alimentación, cabe destacar el artículo 99: el Estado velará porque la
alimentación y nutrición de la población reúna los requisitos mínimos de salud. Las instituciones
especializadas del Estado deberán coordinar sus acciones entre sí o con organismos internacionales
dedicados a la salud, para lograr un sistema alimentario nacional efectivo. Cabe asimismo mencionar el
artículo 51, que reconoce explícitamente el derecho a la alimentación de menroes y ancianos: el Estado
les garantizará su derecho a la alimentación, salud, educación y seguridad y previsión social.
Derechos indígenas
En tema de derechos de las comunidades indígenas, cabe mencionar los artículos 66-70. Se reconoce
protección a los grupos étnicos. Guatemala está formada por diversos grupos étnicos entre los que
figuran los grupos indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta y promueve sus formas
de vida, costumbres, tradición es, formas de organización social, el uso del traje indígena en hombres y
mujeres, idiomas y dialectos. El artículo 67 se refiere a la protección a las tierras y las cooperativas
agrícolas indígenas, mientras que el artículo 68 se refiere a las tierras para las comunidades indígenas.
Disposiciones relacionadas con el mandato de la FAO
Medio ambiente
La Constitución contempla la protección del medio ambiente y el equilibrio ecológico. El Estado, las
municipalidades y los habitantes del territorio nacional están obligados a propiciar el desarrollo social,
económico y tecnológico que prevenga la contaminación del ambiente y mantenga el equilibrio ecológico.
Se dictarán todas las normas necesarias para garantizar que la utilización y el aprovechamiento de la
fauna, de la flora, de la tierra y del agua, se realicen racionalmente, evitando su depredación (art. 97). El
Estado controlará la calidad de los productos alimenticios, farmacéuticos, químicos y de todos aquéllos
que puedan afectar la salud y bienestar de los habitantes. Velará por el establecimiento y programación
de la atención primaria de la salud, y por el mejoramiento de las condiciones de saneamiento ambiental
básico de las comunidades menos protegidas (art. 96).
Tierra y propriedad
En tema de tierras y derecho de propiedad, véanse los artículos 66-70.
Recursos naturales
Una de las obligaciones fundamentales del Estado es adoptar las medidas que sean necesarias para la
conservación, desarrollo y aprovechamiento de los recursos naturales en forma eficiente (art. 119, párrafo
c). En lo referente a los recursos naturales no renovables, el artículo 125 declara de utilidad y necesidad
públicas la explotación técnica y racional de hidrocarburos, minerales y demás recursos naturales no
renovables. Los artículos 127 y 128 fijan los principios en tema de régimen de aguas y del
aprovechamiento de aguas, lagos y ríos. El Estado establecerá y propiciará las condiciones propias para
su exploración, explotación y comercialización. Por otro lado, el artículo 142 establece que el Estado
ejerce plena soberanía, sobre: a) el territorio nacional integrado por su suelo, subsuelo, aguas interiores,
el mar territorial en la extensión que fija la ley y el espacio aéreo que se extiende sobre los mismos; b) la
zona contigua del mar adyacente al mar territorial, para el ejercicio de determinadas actividades
reconocidas por el derecho internacional; c) los recursos naturales y vivos del lecho y subsuelo marinos y
los existentes en las aguas adyacentes a las costas fuera del mar territorial, que constituyen la zona
económica exclusiva, en la extensión que fija la ley, conforme la práctica internacional.
Agricultura
En materia agrícola, además del artículo 119 (relativo a la obligación del Estado de promocionar el sector
agropecuario) cabe mencionar las disposiciones relativas a las tierras de las cooperativas, comunidades
indígenas o cualesquiera otras formas de tenencia comunal o colectiva de propiedad agraria, así como el
patrimonio familiar y vivienda popular, que gozarán de protección especial del Estado, asistencia crediticia
y de técnica preferencial, que garanticen su posesión y desarrollo, a fin de asegurar a todos los habitantes
una mejor calidad de vida (art. 67).
Ganado
Entre las obligaciones fundamentales del Estado, el artículo 119 contempla promover el desarrollo
económico de la Nación, estimulando la iniciativa en actividades agrícolas y pecuarias.
Bosques
Se declara de urgencia nacional y de interés social, la reforestación del país y la conservación de los
bosques. La ley determinará la forma y requisitos para la explotación racional de los recursos forestales y
su renovación, incluyendo las resinas, gomas, productos vegetales silvestres no cultivados y demás
productos similares, y fomentará su industrialización. La explotación de todos estos recursos,
corresponderá exclusivamente a personas guatemaltecos, individua les o jurídicas. Los bosques y la
vegetación en las riberas de los ríos y lagos, y en las cercanías de las fuentes de aguas, gozarán de
especial protección (art. 126).
La actual Constitución Política de la República de Guatemala es producto de un
proceso legislativo constituyente realizado por una Asamblea Nacional,  electa
directa y popularmente con ese objetivo y para suplir la ausencia de la misma,  a
raíz del golpe de Estado producido en el país en marzo de 1982.

En ese entonces, el jefe de Estado general Efraín Ríos Montt y el Consejo de


Estado, crearon el andamiaje del proceso de transición que llevaría a la
consolidación de una futura constituyente con la promulgación de tres leyes
importantes:

El Decreto 3083, Ley Orgánica del Tribunal Supremo Electoral (TSE); el Decreto
3183, Ley del Registro de Ciudadanos; y el Decreto 3283, Ley de Organizaciones
Políticas.

El TSE empezó a funcionar el 1 de Julio de 1983, después de que fueron emitidas


las denominadas leyes políticas. Se creó la primera Comisión de Postulación en la
primera Ley del TSE.

En agosto de 1983 se dio el relevo del general Ríos Montt y como jefe de Estado,
el general Oscar Humberto Mejía Víctores. El régimen militar y los partidos
políticos de la época, acuerdan entonces, la creación de una Asamblea Nacional
Constituyente para llevar de nuevo al país por la senda constitucional.

Se convoca entonces a elecciones para conformar dicha Asamblea el 1 de Julio de


1984, con participación de 17 partidos políticos y tres Comités Cívicos para elegir a
88 diputados.

La participación ciudadana fue entusiasta y masiva, y de aquel momento electoral


surgieron los nombres de éstos 88 diputados, que con fecha 31 de mayo de 1985
promulgaron la nueva Carta Magna de la Nación, vigente hasta nuestros días.

Recordamos ése momento trascendental con la firme convicción de que construir


una democracia no es tarea exclusiva de nadie, sino el esfuerzo conjunto de todo
un pueblo para alcanzar una manera de vivir que garantice la libertad, la
seguridad, la justicia y la paz; que base su fortalecimiento institucional en un
sistema político, económico y social justo que asegure el bienestar y la calidad de
vida a que todo guatemalteco tiene derecho

El resultado del esfuerzo de la Asamblea Nacional Constituyente sustenta al


sistema de gobierno y establece las garantías de legitimidad en las autoridades y
la institucionalidad del Estado.

 En el trigésimo sexto aniversario de la promulgación de nuestra Carta Magna,  es


importante reafirmar el compromiso de todos y cada uno de los guatemaltecos en
velar por el régimen de legalidad,  iniciando por enseñar a cada uno de los niños y
niñas guatemaltecas el contenido de la misma para garantizar su cumplimiento.

     
PARTE ORGANICA DE LA CONSTITUCION

1. Parte Dogmática
La parte dogmática inicia en el artículo 1 y termina en el artículo 139. En
estos artículos se encuentran los derechos, obligaciones y libertades
fundamentales que toda persona goza en Guatemala.

La parte dogmática cuenta con 2 divisiones, la primera es la persona humana,


fines y deberes del estado y los derechos humanos. Es decir, los derechos y
principios fundamentales pueden ser individuales o sociales. Entre los
derechos individuales que se regulan en la parte dogmática, se encuentra el
derecho a la vida y la obligación del Estado a protegerla, el derecho de debida
defensa, de petición, de protección a la vivienda, de libertad, tanto de
expresión como de locomoción. En cuanto a los derechos sociales, se
encuentra la familia, las comunidades indígenas, la educación, la salud, el
deporte, entre otros. Como nota importante, en esta parte existe un apartado
donde se regula que los derechos constitucionales fundamentales pueden
limitarse, siempre y cuando exista una estado de necesidad, tal como el de
sitio, de guerra o de calamidad pública. Por último, se reglan los derechos y
deberes cívicos y políticos de todos los guatemaltecos.

Está formada por las disposiciones que declaran los principios


generales relativos a la fuente y residencia de la soberanía, a los
derechos y garantías de la personalidad, a las limitaciones del poder
público y a los fundamentos doctrinales sobre que descansa la
sociedad política.
 
En esta parte se reconocen las garantías o principios constitucionales
individuales y colectivos. En ellos se encuentran los derechos
humanos en su aspecto individual y social que se le reconoce al
pueblo como sector gobernado, frente al poder público como sector
gobernante, para que éste último respete tales derechos.
 
La parte dogmática la encontramos contenida en el Preámbulo y los
títulos I y II de nuestra Constitución, Artículos del 1 al 139.
 

2. Parte Orgánica
La segunda parte en la que se divide la Constitución Política de la República
de Guatemala es la parte orgánica. Como su nombre lo indica, este sector se
encarga de la organización y la estructura básica del Estado. En otras palabras,
es la división de las estructura jurídico-política del Estado y regula, asimismo,
las limitaciones del poder público con los ciudadanos. La parte orgánica inicia
en el artículo 140 y termina en el artículo 262.

La parte orgánica se divide en el Estado, el poder público, estructura y


organización del estado.  En esta parte de la Constitución se establece que la
soberanía radica en el pueblo, quien la delega para su ejercicio en los
Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial. El Organismo Legislativo es
ejercido por el Congreso de la República, quienes se encargan, entre otras
cosas, de crear las leyes que rigen en Guatemala.

El Organismo Ejecutivo es integrado por el Presidente, Vicepresidente y los


Ministros de Estado en Consejo de Ministros. Finalmente, el Organismo
Judicial está organizado por la Corte Suprema de Justica y los tribunales del
país. La parte orgánica regula al ejército, el Ministerio Público, las
Municipalidades, entre otros. 

La Corte de Constitucionalidad

3. Parte Pragmática
La Constitución termina con la parte pragmática o práctica. Se regula en los
artículos 263 al 281 y se divide en las garantías constitucionales y defensa del
orden constitucional, reformas a la Constitución y las disposiciones finales y
transitorias. Esta parte de la Constitución regula las los mecanismos para
proteger los derechos constitucionales que se amparan en la Constitución.

Las garantías constitucionales que se encuentran reguladas son la Exhibición


Personal, el Amparo y la Inconstitucionalidad sea esta en caso concreto o
general. Uno de los elementos más importantes que se encuentra regulado son
las reformas a la Constitución, en la cual se establece quienes la pueden
solicitar y la forma en que se realizan las modificaciones y finalmente, qué
artículos no se pueden reformar, los llamados “artículos pétreos”, los cuales
no son reformables porque aseguran la forma republicana de gobierno.
En ésta se establecen las garantías y los mecanismos para hacer
valer los derechos establecidos en la Constitución, con el objeto de
defender el orden constitucional. La encontramos contenida en los
títulos VI y VII y comprende los Artículos 263 al 281.
 
En  el  Titulo  VI,  Garantías  y  Defensa  del  Orden Constitucional, los
constituyentes previeron la verdad práctica de las normas
constitucionales en manos de los gobernantes, quienes en ejercicio
del poder pueden cometer abuso o arbitrariedades, y para ello se
establecieron reglas aplicables ante tal transgresión que mecaniza una
forma útil y práctica al inmediato encausamiento del marco jurídico y
político.
MEDIOS DE DEFENSA DEL ORDEN CONSTITUCIONAL

La Constitución asigna a la Corte de Constitucionalidad (CC) la función primordial de


defender el orden constitucional, es decir la obligación de guardar, proteger y preservar
el régimen jurídico-político determinado por la misma Constitución, que es la ley
suprema de la nación. Esto supone que todas las leyes, decretos y disposiciones de
observancia general que contravengan la Constitución son nulas de pleno derecho.

En todo caso, la Constitución regula y orienta la vida civil, reconoce principios y


valores humanistas, republicanos y democráticos, protege derechos fundamentales,
asegura un genuino autogobierno, impone límites al ejercicio del poder público,
privilegia el mérito en el sector público, protege la economía de mercado, propugna por
la justicia social y el bienestar general, así como legitima y garantiza el pluralismo y la
participación ciudadanas.

La estabilidad del modelo democrático republicano, adoptado en la Constitución, exige


un mecanismo de control de constitucionalidad que asegure la supremacía de la
Constitución y que los órganos y entidades estatales operen dentro de los parámetros
constitucionales y neutralice las desviaciones en su funcionamiento, haciendo volver las
cosas a la normalidad constitucional. Este sistema de control está a cargo de la CC.

O sea que la CC es, por mandato constitucional, el celoso guardián del Estado de
Derecho, sustentado en la plena vigencia y aplicación de la Constitución, así como en el
imperio de la ley, el gobierno de leyes legítimas y justas (generales, abstractas,
impersonales, razonables, coercibles). Inequívocamente, la CC no debe apartarse jamás
de este cometido principalísimo.

La seguridad jurídica, que es la certeza normativa y la previsibilidad de la aplicación de


la Constitución y la ley, excluye la posibilidad del “gobierno de los jueces”, es decir la
dominación política por parte de los juzgadores, que se materializa a través de la
adopción de decisiones o interpretaciones arbitrarias, antojadizas, complacientes,
inciertas o que favorecen intereses creados y no el interés general. Inequívocamente, los
fallos y las sentencias judiciales deben ser estrictamente apegados a los mandatos
constitucionales y legales, en los cuales los juzgadores no deben arrogarse potestades
legislativas ni funciones reservadas a los órganos del Estado de corte esencialmente
política.

 Cuando los juzgadores caen en la tentación de ejercer el poder político a través del
denominado “gobierno de los jueces”, automáticamente inhiben la acción política
legítima y caen inexorablemente en esquemas de politización de la justicia y de
judicialización de la política, que son las dos caras de una misma medalla. El “gobierno
de los jueces” coarta la autocrítica inherente a la democracia e imposibilita el sistema
republicano de gobierno, basado en la supremacía de la Constitución y el imperio de la
ley, poniendo en peligro la paz social,

Los sesgos ideológicos y políticos en el desempeño de la magistratura de lo


constitucional, así como su subordinación o sujeción a poderes fácticos, traicionan la
confianza ciudadana depositada en ella, no contribuyen a la consecución del bien común
y alimentan el germen de la insatisfacción, del odio, de la intolerancia, de la
confrontación, de la ruptura y de la violencia.

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