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¿COMO ESTARÁN LOS QUE ESPERAN

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO?


En el cielo, Dios es todo en todos. Allí reina suprema la santidad Si estamos a la verdad en
viaje hacia allá, el espíritu del cielo morará en nuestro corazón aquí. Pero si no hallamos
placer ahora en la contemplación de las cosas celestiales; si no tenemos interés en tratar de
conocer a Dios, ningún deleite en contemplar el carácter de Cristo; si la santidad no tiene
atractivo para nosotros, podemos estar seguros de que nuestra esperanza del cielo es vana.
La perfecta conformidad a la voluntad de Dios es el alto blanco que debe estar
constantemente delante del cristiano. El se deleitará en hablar de Dios, de Jesús, del hogar
de felicidad y pureza que Cristo ha preparado para los que le aman. CPI 628.2

El hecho de que los hijos reconocidos de Dios están representados como de pie delante del
Señor con ropas inmundas debe inducir a todos los que profesan su nombre a sentir
humildad y a escudriñar profundamente su corazón.
I. ¿CUAL ES LA OPINIÓN QUE TIENE DE SI MISMO AQUELLOS QUE SE ESTÁN PURIFICANDO
A TRAVÉS DE LA OBEDIENCIA DE LA VERDAD?
a. Los que están de veras purificando su alma y obedeciendo la verdad, tendrán
una muy humilde opinión de sí mismos.
b. Cuanto más de cerca vean el carácter sin mancha de Cristo, mayor será su
deseo de ser transformados a su imagen y menos pureza y santidad verán en sí
mismos.
c. Pero aunque debemos comprender nuestra situación pecaminosa, debemos
fiar en Cristo como nuestra justicia, nuestra santificación y redención. CPI 640.2

II. DE QUE NECESITAMOS LIMPIARNOS TU Y YO PARA PERFECCIONAR LA SANTIDAD DEL


CARÁCTER
 2Co 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas,
limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
 ¿No nos acercaremos al Señor, para que nos salve de toda intemperancia en el
comer y beber, de toda pasión profana y concupiscente, de toda perversidad?
 ¿No nos humillaremos delante de Dios y desecharemos todo lo que corrompe la
carne y el espíritu, para que en su temor podamos perfeccionar la santidad del
carácter?—Joyas de los Testimonios 3:197, 198 (1902). . CRA 166.4

III. ¿QUE ES LO QUE LO HACE HERMOSO Y PURO AL VERDADERO CRISTIANO?


 1Pe 3:4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de
un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
 La religión de Cristo no necesita de tales atractivos para hacerse recomendable.
 Bajo los rayos de luz que emite la cruz, el verdadero cristianismo se muestra tan
puro y tan hermoso, que ninguna decoración exterior puede realzar su verdadero
valor.
 Es la hermosura de la santidad, o sea un espíritu manso y apacible, lo que tiene
valor delante de Dios. . CS 554.3

IV. ¿QUE FRUTO DESEÓ DIOS OBTENER DE SU PUEBLO EN TODO TIEMPO? ‘


 Exo 33:18-19 Se nos ha llamado a presentar al mundo el carácter de
Dios tal como le fue revelado a Moisés. En respuesta a la oración de
Moisés, “Muéstrame tu gloria” Exo 34:6-7 Y pasando Jehová por
delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso
y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;
 Este es el fruto que Dios desea obtener de su pueblo.
 Pureza de carácter,
 la santidad de la vida,
 su misericordia y
 bondad y
 compasión, CSI 200.4

V. ¿CUANDO NOS LLAMARÁ DIOS ASÍ COMO LLAMÓ AL PROFETA DANIEL ISAÍAS Y
APOSTOL PEDRO?
 Daniel dijo: “Mi fuerza se me trocó en desmayo, sin retener vigor alguno.”
 Isaías exclamó: “¡Ay de mí! que soy muerto; han visto mis ojos al Rey, Jehová de los
ejércitos.”Daniel 10:8; Isaías 6:5.
 Después que Isaías hubo contemplado la santidad de Dios y su propia indignidad,
 le fué confiado el mensaje divino.
 Después que Pedro fuera inducido a negarse a sí mismo y a confiar en el poder
divino fué cuando se le llamó a trabajar para Cristo. . DTG 213.1-DTG 213.2

En sus negocios, el cristiano ha de representar delante del mundo la manera en que nuestro
Señor dirigiría las empresas comerciales. En toda transacción ha de dejar manifiesto que Dios
es su maestro. Ha de escribirse “Santidad al Señor” en el diario y el libro mayor, en
escrituras, recibos y letras de cambio. Los que profesan seguir a Cristo y comercian de un
modo injusto dan un testimonio falso contra el carácter de un Dios santo, justo y
misericordioso.
VI. ¿CUÁL ES LA SEÑAL EN UN ALMA CONVERTIDA DE QUE CRISTO HA ENTRADO A SU
CORAZÓN?
 Toda alma convertida querrá, como Zaqueo, señalar la entrada de Cristo en su corazón
 Abandona las prácticas injustas que caracterizaban su vida.
 dará prueba de su sinceridad haciendo restitución.
 El Señor dice: “Si el impío restituyere la prenda,
 devolviere lo que hubiere robado,
 caminare en las ordenanzas de la vida,
 no haciendo iniquidad ...
 no se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido: ... vivirá
ciertarnente.”4Ezequiel 33:15, 16. . DTG 509.3

VII. ¿CUANTAS AFIRMAN ESTAR SANTIFICADOS A DIOS?


 Hay muchos que afirman que han sido santificados a Dios,
 y sin embargo, cuando se presenta ante ellos la gran norma de santidad, se excitan
grandemente y manifiestan un espíritu que demuestra que nada saben de lo que
significa ser santo.
 Un sentimiento de gran regocijo no es evidencia de santificacion. La afirmación “Soy
salvo, soy salvo”, no prueba que el alma esté salva o santificada. . FO 123.1
VIII. ¿COMO IGLESIA CUANDO LLEGAREMOS A SER LUZ DEL MUNDO?
 Cuando los miembros de la iglesia sean puros,
 firmes,
 inconmovibles y
 que manifiesten abundantemente el amor de Jesús,
 y entonces iluminarán el mundo.
 Que los hombres que están como centinelas y pastores de la grey proclamen la
verdad solemne, y hagan resonar las notas de amonestación a toda tribu, nación y
lengua.
 Que sean representantes vivientes de la verdad que predican, y que honren la ley de
Dios,
 cumpliendo sus requerimientos en forma estricta y piadosa, y andando delante del
Señor con pureza y santidad,
 y entonces el poder asistirá la proclamación de la verdad y ésta hará que la luz se
refleje en todas partes. . 2MS 434.2

IX. ¿ACEPTARA DIOS UNA OFRENDA DAÑADA O ENFERMA?


 Si los cuerpos colocados sobre el altar de Dios tuvieran que pasar por el escrutinio
por el cual pasan los sacrificios judíos,
 ¡cuán pocos pasarían la prueba y
 serían declarados perfectos delante de Dios,
 preservados en santidad,
 libres de manchas de pecado y
 contaminación!
 Dios no recibirá ningún sacrificio defectuoso.
 No aceptará ofrenda dañada o enferma.
 Se requería que la ofrenda fuera perfecta, sin mancha, valiosa. . TCS 112.3

Leed 1 Timoteo 2:9-10: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y
modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas
obras” (lo que conviene a las mujeres que profesan santidad). Leed también (1 Pedro 3:3-5):
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos
lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y
apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro
tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos”. . 1TI
252.1
X. ¿QUE SUCEDERA CON AQUELLOS OVSERVADORES DEL SABADO QUE NO HACEN UNA
REFORMA COMPLETA?
 Vi que muchos caerían de este lado del reino.
 Dios está probando su pueblo, y muchos no soportarán la prueba del carácter, la
medida de Dios.
 Muchos tendrán una labor ardua para vencer sus rasgos de carácter particulares para
aparecer sin mancha
 arruga, ni cosa semejante,
 irreprensibles delante de Dios y los hombres .
 Muchos profesos observadores del sábado no serán de beneficio especial a la causa
de Dios o a la iglesia, sin una reforma completa de su parte.
 No están en armonía con la palabra de Dios, ni se hallan unidos con el cuerpo de los
creyentes observadores del sábado.
 Sus convicciones no están de acuerdo con los principios de nuestra fe.
 Se ha dado suficiente luz para corregir a todos aquellos que desean ser corregidos.
 Por lo tanto, mientras permanezcan así, no pueden poseer el espíritu de libertad y
santidad. . 1TI 466.2
XI. ¿CUAL ES LA PRUEBA DE QUE NUETRA ESTA ALMA ESTA UNIDA CON DIOS?
a. La renovación del conocimiento
b. la verdadera santidad,
c. el estar crucificados al mundo y revivificados en Cristo,
d. eso une el alma con Dios.

XII. ¿CUAL ES EL OBJETO SUPREMO Y LA GRAN TAREA DE TODO SEGUIDOR DE CRISTO?


a. Los seguidores de Cristo tienen por delante un objeto supremo,
b. una gran tarea:
c. la salvación de sus semejantes .
d. Todo otro interés debería estar por debajo de éste;
e. debería comprometer los esfuerzos más fervientes y el más profundo
interés. . 2TI 152.2

Dios requiere en primer lugar el corazón, los afectos. Quiere que sus seguidores lo amen y lo
sirvan con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. . 2TI 152.2-2TI 153.1

La vida y la muerte están delante de usted. Debería considerar solemnemente que está
tratando con el gran Dios, y debería recordar que él no es un niño de quien uno se puede
burlar. No se puede dedicar a su servicio, y después apartarse de él cuando le da gusto y
gana. En lo más íntimo de su alma necesita conversión. Todos los que como usted, mi
hermano, han dejado de crecer en la gracia de Dios, y de perfeccionar la santidad en su
nombre, sufrirán grandes pérdidas en estos días de peligros y pruebas. Se descubrirá que su
fundamento es arena movediza y no la roca Cristo Jesús. . 2TI 200.1

¡Oh! Yo le ruego a usted, que tiene tan poco interés en las cosas santas, que escudriñe
minuciosamente su propio corazón. ¿Qué defensa va a hacer delante de Dios para justificar
su vida mundana y carente de consagración? En ese día tremendo no podrá defenderse.
Permanecerá mudo. Piense, le ruego, piense durante esas horas que dedica a buscar
placeres, que todas esas cosas terminarán. Si usted tuviera conceptos correctos acerca de la
vida, de la vida del Señor, que no tiene fin, cuán rápidamente se apartaría de esa vida de
placeres y pecados. Cuán prontamente cambiaría de actitud, de conducta, de amigos, y
volcaría la fuerza de sus afectos en Dios y en las cosas celestiales. Cuán decididamente
despreciaría usted el hecho de haber cedido a las tentaciones que lo han engañado y
cautivado. Cuán celosos serían sus esfuerzos por lograr la vida bendita; cuán fervientes y
perseverantes serían sus oraciones a Dios para pedirle que su gracia repose sobre usted,
para que su poder lo sostenga y le ayude a resistir al diablo. Cuán diligente sería para
aprovechar todos sus privilegios religiosos y aprender los caminos y la voluntad de Dios.
Cuán cuidadoso sería usted al meditar en la ley de Dios y al comparar su vida con sus
requerimientos. Cuánto temor tendría, no sea que peque en palabras u obras, y cuán
ferviente para crecer en la gracia y la verdadera santidad. Su conversación no se referiría a
cosas baladíes sino al Cielo. Entonces cosas gloriosas y eternas se abrirían ante usted, y no
descansaría hasta que su espiritualidad se desarrollara más y más. Pero las cosas de la tierra
reclaman su atención y usted se olvida de Dios. Le ruego que alce el rostro, que busque al
Señor para que lo pueda encontrar; llámelo mientras está cercano. . 2TI 261.1

Me sentí azorada al ver la terrible oscuridad de muchos de los miembros de nuestras


iglesias. La falta de verdadera santidad era tal que eran cuerpos de oscuridad y muerte, en
lugar de ser la luz del mundo. Muchos profesaban amar a Dios, pero lo negaban en sus
obras. No lo amaban, servían ni obedecían. Sus propios intereses egoístas estaban en primer
lugar. Un gran número parecía tener una alarmante carencia de principios. Influencias no
consagradas los desviaban y parecían no estar bien arraigados. Pregunté qué significaban
estas cosas. ¿Por qué había tal falta de espiritualidad, y tan pocos que tuvieran una
experiencia viva de las cosas religiosas? Se me señalaron las palabras del profeta: “Hijo de
hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de
su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos?
Háblales, por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel
que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante
de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud
de sus ídolos, para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí
todos ellos por sus ídolos”. Ezequiel 14:3-5. . 2TI 395.2

Se me mostró que el pueblo de Dios se había descarriado. No tiene su mira en la gloria de


Dios. Su propia gloria es lo que importa. Tratan de gloriarse a sí mismos y no obstante se
llaman cristianos. La santidad de corazón y la pureza de la vida era el gran tema de las
enseñanzas de Cristo. En el Sermón del Monte, después de especificar lo que debe y no debe
hacerse para recibir bendiciones, dice: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre
que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48. . 2TI 395.2-2TI 396.1

Los que profesan santidad, pero no están santificados por la verdad que profesan, no
cambiarán sustancialmente su proceder, el cual -según saben- es desagradable a la vista de
Dios, porque no se los ha hecho pasar por la prueba de ser censurados individualmente por
sus pecados. Ven, por medio de los testimonios de otros, que se les presenta fielmente su
caso. Están fomentando el mismo mal. Al continuar en su camino de pecado, violan sus
conciencias, endurecen sus corazones, y se mantienen altivos, exactamente como lo
hubiesen hecho si el testimonio hubiera sido dirigido directamente a ellos. Al pasarlo por
alto y negarse a dejar de lado sus pecados y corregir sus errores por medio de la humilde
confesión, el arrepentimiento y la humillación, eligen su propio camino, y son abandonados
a él, y finalmente son tomados cautivos por Satanás y sujetos a su voluntad. Pueden llegar a
ser muy osados porque pueden ocultar sus pecados de los demás y porque los juicios de Dios
no los alcanzan de un modo visible. Pueden ser aparentemente prósperos en este mundo.
Pueden engañar a los pobres, miopes mortales y ser considerados como ejemplos de piedad
aunque estén en sus pecados. Pero no pueden engañar a Dios. “Por cuanto no se ejecuta
luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos
dispuesto para hacer el mal. Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días,
con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su
presencia; y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados los días, que son como
sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios”. Eclesiastés 8:11-13. Aunque la
vida de un pecador pueda prolongarse en la tierra, sin embargo no será así en la tierra
nueva. Deberá estar entre el grupo que David menciona en su salmo: “Pues de aquí a poco
no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la
tierra”. Salmos 37:10-11. . 2TI 398.1

Dirijo mi voz de amonestación a todos los que llevan el nombre de Cristo, para que se
aparten de toda iniquidad. Purificad vuestras almas obedeciendo a la verdad. Limpiaos de
toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Vosotros a quienes esto se aplica, sabéis lo que quiero decir. Aun a vosotros que habéis
corrompido vuestros caminos delante del Señor, participando de la iniquidad que abunda y
ennegreciendo vuestras almas con el pecado, Cristo os invita a cambiar de conducta, a asiros
de su fortaleza y a hallar en él aquella paz, aquel poder y aquella gracia que os harán más
que vencedores en su nombre. . 3TI 521.3
“Pero esperamos, según su promesa, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales habita la
justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia
ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”. “Así que vosotros, oh amados,
sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que, arrastrados por el error de los inicuos,
caigáis de vuestra firmeza”. 2 Pedro 3:13, 14, 17. “Y el Señor os haga crecer y abundar en
amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con
vosotros, para afianzar vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de nuestro
Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”. 1
Tesalonicenses 3:12, 13. “Mas el justo vivirá por la fe, y si retrocede, mi alma no se complace
en él. Pero nosotros no somos de los que retroceden para destrucción, sino de los que tienen
fe para preservación del alma”. Hebreos 10:38, 39. . 5TI 648.3-5TI 648.4
Aquí está la elección bíblica claramente expuesta. Aquí se especifica quiénes serán
coronados en la ciudad de Dios, y quiénes son los que no tendrán parte con los justos.
“Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para poder tener acceso al árbol de la
vida y para entrar por las puertas en la ciudad”. Apocalipsis 22:14. . 5TI 649.1

Debido a que se ha concedido gran luz, debido a que los hombres, como los príncipes de
Israel, han ascendido al monte y han disfrutado del privilegio de la comunión con Dios y se
les ha permitido morar a la luz de su gloria, es un engaño fatal el que estas personas así
favorecidas piensen que después pueden pecar y corromper sus caminos delante de Dios y
seguir actuando como si hicieran su voluntad, como si él no tomara en cuenta sus pecados
porque han sido tan honrados por el Señor. La gran luz y los privilegios concedidos exigen
frutos de virtud y santidad correspondientes con la luz que les fue dada. Todo lo que sea
menos que esto, Dios no lo aceptará. . TM 454.1

Las corrupciones de esta era degenerada han manchado muchas almas que han estado
profesando servir a Dios. Pero aun ahora no es demasiado tarde para corregir los males ni
para obtener expiación por la sangre de un Salvador crucificado y resucitado, si os arrepentís
y sentís necesidad de perdón. Necesitamos velar y orar ahora como nunca antes, no sea que
caigamos bajo el poder de la tentación y dejemos el ejemplo de una vida que resultará en un
miserable naufragio. No debemos, como pueblo, llegar a ser negligentes y considerar el
pecado con indiferencia. El campamento necesita purificación. Todos los que llevan el
nombre de Cristo necesitan velar y orar, y guardar las avenidas del alma; porque Satanás
está obrando para corromper y destruir, si se le concede la menor ventaja. . 3TS 197.1-3TS
197.2

Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios
nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. 1
Tesalonicenses 3:13.
La ética inculcada por el Evangelio no reconoce otra norma sino la perfección de la mente de
Dios, de la voluntad de Dios. Dios requiere que sus criaturas se conformen con su voluntad.
La imperfección del carácter es pecado, y el pecado es la transgresión de la ley. Todos los
atributos correctos del carácter moran en Cristo como un todo perfecto y armonioso. Todo el
que recibe a Cristo como a su Salvador personal tiene el privilegio de poseer esos atributos.
Esta es la ciencia de la santidad.
La gloria de Dios es su carácter. ... Este carácter fue revelado por la vida de Cristo. Para que
pudiera condenar al pecado con su propio ejemplo en la carne, tomó sobre sí la semejanza
de la carne de pecado. Constantemente contempló el carácter de Dios; constantemente
reveló ese carácter al mundo. Cristo desea que sus seguidores revelen en su vida ese mismo
carácter.—The Signs of the Times, 3 de septiembre de 1902.
Ante el mundo, Dios nos está desarrollando como a testigos vivientes de lo que pueden
llegar a ser los hombres y las mujeres por la gracia de Cristo. Se nos manda que nos
esforcemos en procura de la perfección del carácter. Dice el Maestro divino: “Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48.
¿Nos martirizaría Cristo requiriéndonos una imposibilidad? ¡Nunca, nunca! Es un honor el
que nos confiere al instarnos a ser santos en la esfera de él. Puede capacitarnos para logralo
pues declara: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Mateo 28:18. Tenemos el
privilegio de pedir ese poder ilimitado.
Dios obra con los que representan debidamente su carácter. Mediante ellos se lleva a cabo
su voluntad en la tierra como en el cielo. La santidad induce a su poseedor a dar frutos,
abundando en toda buena obra.—Ibid. . AFC64 133.1-AFC64 133.5

Es una ofrenda muy pequeña la que podemos ofrecer, en el mejor de los casos, a nuestro
Padre celestial. En vista de que somos responsables delante de Dios, todos estamos
decididamente obligados a poner nuestros apetitos y pasiones bajo el dominio de la
voluntad inteligente. El gusto ha influido más que ninguna otra cosa en la perversión del
entendimiento y en el oscurecimiento del cielo espiritual. Satanás anubla el intelecto de
muchos mediante la indulgencia en el apetito, y luego convierte a esos intemperantes en
objetos especiales de tentación para alejarlos aún más del camino de la obediencia y la
santidad. Los que han recibido talentos especiales perderán la vida eterna a menos que vean
la necesidad de negarse a sí mismos diariamente. . AFC64 315.2-AFC64 315.3

Al alcance de todo aquel que tiene fe verdadera hay grandes posibilidades, logros elevados y
santos. ¿No ungiremos nuestros ojos con el colirio celestial a fin de poder discernir las cosas
maravillosas colocadas delante de nosotros? ¿Por qué no avanzamos hacia adelante y hacia
arriba, con fervorosa perseverancia, cumpliendo esta oración del Señor, a fin de alcanzar la
norma de la santidad? Somos obreros juntamente con Dios y debemos trabajar en armonía
el uno con el otro y con Dios, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como
el hacer, por su buena voluntad”. Filipenses 2:13... . ATO 97.3

Aparte su vista de las imperfecciones de los demás, y fíjela persistentemente en Cristo.


Investigue con corazón contrito su vida y su carácter. No solamente necesita recibir más luz
sino que debe ser vivificado para que pueda ver el banquete que tiene delante, y pueda
comer y beber la carne y la sangre del Hijo de Dios, que es su Palabra. Al probar la buena
Palabra de Vida, al alimentarse del Pan de Vida, puede percibir las virtudes del mundo
venidero, y ser creado de nuevo en Cristo Jesús. Si recibe sus dones, si se renueva en
santidad, su gracia producirá en usted frutos para gloria de Dios.
El Espíritu Santo revela a Cristo a la mente, y la fe se aferra a él. Si acepta a Cristo como su
Salvador personal, sabrá por experiencia propia cuánto vale el sacrificio hecho en su favor en
la cruz del Calvario. El Espíritu de Cristo, al obrar sobre el corazón, lo conforma a su imagen;
porque Cristo es el modelo sobre cuya base obra el Espíritu. Mediante el ministerio de su
Palabra, sus providencias, su obra interior, Dios estampa la semejanza de Cristo en el alma. .
CDCD 44.4-CDCD 44.5

Poseer a Cristo es su primera tarea, y revelarlo como el que puede salvar hasta lo sumo a
todos los que acuden a él es la tarea siguiente.—Manuscrito 10, del 7 de febrero de 1897,
“Representemos a Cristo”. . CDCD 44.6

Me dirijo al pueblo de Dios que hoy retiene firme su confianza, que no se apartará de la fe
que ha sido una vez dada a los santos, que está de pie en medio de las tinieblas morales de
estos días de corrupción. La palabra del Señor a vosotros es ésta: “Y me alegraré con
Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo”. ¿No podemos ver aquí el amor paternal de Dios
expresado hacia aquellos que se mantienen aferrados a la fe en la justicia? Existe la más
estrecha relación entre Dios y su pueblo. No solamente somos objeto de su misericordia
llena de gracia, de su amor perdonador; somos más que esto. El Señor se regocija sobre su
pueblo. El se deleita en sus hijos. El es su seguridad. Hermoseará con el espíritu de santidad
a todos los que le sirven con corazón íntegro. Los reviste de justicia. Ama a los que hacen su
voluntad, los que expresan su imagen. Todos los que son veraces y fieles se conforman a la
imagen de su Hijo. En su boca no ha sido hallado engaño, porque son sin falta delante del
trono de Dios.—Testimonios para los Ministros, 410, 414-415. . EJ 310.5

“En sus negocios, el cristiano ha de representar delante del mundo la manera en que nuestro
Señor dirigiría las empresas comerciales. En toda transacción ha de dejar manifiesto que Dios
es su maestro. Ha de escribirse ‘Santidad al Señor,’ en el diario y el libro mayor, en
escrituras, recibos y letras de cambio. Los que profesan seguir a Cristo, y comercian de un
modo injusto, están dando un testimonio falso contra el carácter de un Dios santo, justo y
misericordioso.... . FV 134.2-FV 134.3

Es un pecado hablar con impaciencia o mal humor, o sentir ira—aun cuando no hablemos.
Debemos trabajar dignamente, y representar correctamente a Cristo. Hablar palabras
airadas es como golpear un pedernal contra otro pedernal: inmediatamente surgen las
chispas de los sentimientos airados. Nunca seáis como el capullo de la castaña. En el hogar,
no uséis palabras ásperas e hirientes. Deberíais invitar al Huésped celestial a acudir a vuestro
hogar, y al mismo tiempo hacer lo posible para que él y los ángeles celestiales moren con
vostros. Deberíais recibir la justicia de Cristo, la santificación del Espíritu de Dios, la belleza
de la santidad, a fin de revelar la luz de la vida a los que están junto a vosotros... . HHD 86.3

Debido a la ofrenda hecha en nuestro favor, estamos en situación ventajosa. El pecador,


separado por el poder de Cristo de la confederación del pecado, se acerca a la cruz levantada
y se postra ante ella. Entonces surge una nueva criatura en Cristo Jesús. El pecador es
limpiado y purificado. Se le da un nuevo corazón. La santidad descubre que no tiene nada
más que pedir. La obra de la redención implica consecuencias difíciles de concebir para el
hombre. Había que impartir a los seres humanos que luchaban por conformarse a la imagen
divina un bosquejo de los tesoros celestiales, una excelencia de poder que los pusiera por
encima de los ángeles que nunca cayeron. La batalla se había librado, se había ganado la
victoria. El conflicto entre el pecado y la justicia exaltó al Señor del cielo, y reafirmó delante
de la familia humana salvada, delante de los mundos no caídos, delante de las huestes de
malhechores, la santidad, la misericordia, la bondad y la sabiduría de Dios.—General
Conference Bulletin, 33 (1899). . HHD 245.3

El Señor considera de supremo valor la santidad de su pueblo, y permite que sobrevengan


reveses sobre individuos, familias e iglesias, con el propósito de que su pueblo pueda
discernir el peligro en que se halla y se sienta inducido a humillar su corazón en
arrepentimiento delante de él. Tratará con ternura a los que yerran. Les dirigirá palabras de
perdón y los vestirá con el manto de la justicia de Cristo. Los honrará con su presencia. Hoy,
en el gran día de la expiación, es nuestro deber confesar nuestros pecados y reconocer la
misericordia y el amor de Dios al perdonar nuestras transgresiones. Agradezcamos a Dios por
las amonestaciones que nos ha dado para salvarnos de nuestros perversos caminos.
Ofrezcamos un testimonio de su bondad manifestando un cambio en nuestra vida. Si se
arrepienten aquellos a quienes el Señor ha enviado reprensiones, advirtiéndoles por ese
medio que no están andando por el camino que él trazó, y con humildad y contrición de
corazón confiesan su falta, de cierto que podrán contar otra vez con el favor del Señor... .
HHD 262.2

Satanás presentará como difícil la senda de la santidad, mientras los senderos del placer
mundanal están tapizados de flores. El tentador desplegará el mundo con sus placeres
delante de vosotros, con colores falsos y lisonjeros. La vanidad es uno de los rasgos más
fuertes de nuestra naturaleza depravada, y él sabe que puede recurrir a ella con éxito. Os va
a adular por medio de sus instrumentos. Recibiréis alabanza que agradará vuestra vanidad y
fomentará vuestro orgullo y estima propia, para que penséis que con semejantes ventajas y
atractivos es realmente una gran lástima que salgáis del mundo y os separéis de él para
convertiros en cristianos... Pero considerad que los placeres de la tierra terminarán, y que
también cosecharéis lo que sembráis. ¿Son vuestros atractivos personales, vuestra habilidad
o vuestros talentos, demasiado valiosos para dedicarlos a Dios, el Autor de vuestro ser, el
que os cuida a cada momento? ¿Son vuestras cualidades demasiado preciosas para
consagrarlas al Señor? . MSV76 69.3

La santidad que según la Palabra de Dios debe manifestar antes de ser salvo, es el resultado
de la obra de la gracia divina, a medida que se somete a la disciplina y a las influencias
refrenadoras del Espíritu de verdad. La obediencia del hombre sólo puede ser perfecta
gracias al incienso de la justicia de Cristo, que satura de fragancia divina cada acto de
obediencia. La parte que le toca a cada cristiano consiste en perseverar en la lucha para
vencer toda debilidad de carácter. Debe orar constantemente al Salvador para que sane las
dolencias de su alma enferma de pecado. No tiene la sabiduría ni la fuerza para vencer por sí
solo; pertenecen al Señor, y El las confiere a los que buscan su ayuda humildes y contritos.—
Los Hechos de los Apóstoles, 438, 439. . RJ 306.5
Com. 7 A
CAPÍTULO 25 29-34 (Heb. 12: 16, 17). La primogenitura perdió su valor y santidad.- Esaú se
sentía especial y fuertemente atraído por cierto alimento, y por tanto tiempo se había
complacido a sí mismo, que no sintió la necesidad de apartarse del plato codiciado y
tentador. Reflexionó, y no hizo ningún esfuerzo especial para reprimir su apetito, hasta que
el poder de ese alimento venció toda otra consideración y lo controló, y se imaginó que
sufriría una gran molestia y aun la muerte si no podía disponer precisamente de ese plato.
Mientras más pensaba en eso, más se fortalecía su deseo, hasta que su primogenitura -que
era sagrada- perdió su valor y su santidad. Pensó: pues bien, si la vendo ahora, fácilmente la
puedo comprar de nuevo... Cuando procuró recuperarla comprándola, aun a expensas de un
gran sacrificio suyo, no lo pudo hacer... Buscó afanosamente el arrepentimiento hasta con
lágrimas, pero todo fue en vano. Había despreciado la bendición, y el Señor se la quitó para
siempre (RH 27-4-1886).
CAPÍTULO 37 4. José ejemplifica a Cristo.- José ejemplifica a Cristo. Jesús vino a los suyos,
pero los suyos no lo recibieron. Fue rechazado y despreciado porque sus obras eran justas, y
su vida consecuente y abnegada era un reproche continuo para los que profesaban piedad
pero cuyas vidas eran corruptas. La integridad y la virtud de José fueron terriblemente
atacadas y no prevaleció la mujer que quiso descarriarlo; por lo tanto, se robusteció su odio
contra la virtud y la integridad que ella no pudo corromper, y testificó falsamente contra él.
El inocente sufrió debido a su rectitud. Fue arrojado en la prisión a causa de su virtud José
fue vendido a sus enemigos por sus propios hermanos por una pequeña suma de dinero. El
Hijo de Dios fue vendido a sus más acérrimos enemigos por uno de sus propios discípulos.
Jesús fue manso y santo. La suya fue una vida sin par de abnegación, bondad y santidad. No
fue culpable de ninguna falta. Sin embargo, fueron sobornados falsos testigos para que
testificaran contra él. Fue aborrecido porque había reprochado fielmente el pecado y la
corrupción. Los hermanos de José lo desnudaron de su túnica multicolor. Los verdugos de
Cristo echaron suertes sobre su túnica inconsútil
La santidad dada a conocer.- Nuestro deber de obedecer esta ley ha de ser la nota
dominante del último mensaje de misericordia al mundo. La ley de Dios no es algo nuevo. No
es la santidad creada, sino la santidad dada a conocer. Es un código de principios que
expresan misericordia, bondad y amor. 37 Presenta el carácter de Dios ante la humanidad
caída y declara llanamente todo el deber del hombre (MS 88, 1897).
JOSUE CAPÍTULO 7:21 Por un manto babilónico y un vil tesoro de oro y plata, Acán consintió
en venderse al mal, en traer sobre su alma la maldición de Dios, en renunciar a su título a una
rica posesión en Canaán, y perder toda perspectiva de la futura herencia inmortal en la tierra
renovada. ¡Ciertamente pagó un precio terrible por su ganancia mal habida! (ST 5-5-1881).
Hay muchos en estos días que conceptuaran el pecado de Acán como de poca importancia, y
excusarían su culpabilidad; pero esto se debe a que no comprenden el carácter del pecado y
sus consecuencias, no entienden la santidad de Dios y sus requerimientos. Con frecuencia se
oye la afirmación de que Dios no es exigente, ya sea que obedezcamos diligentemente su
Palabra o no, ya sea que obedezcamos todos los mandamientos de su santa ley o no; pero el
registro de la forma en que trató a Acán debiera ser una advertencia para nosotros. En ninguna
manera justificará al culpable... La controversia en favor de la verdad tendrá poco éxito cuando
hay pecado en los que la defienden. Hombres y mujeres pueden ser bien versados en el
conocimiento de la Biblia, pueden estar tan bien familiarizados con las Escrituras como lo
estuvieron los israelitas con el arca, y sin embargo, si sus corazones no son rectos delante de
Dios, no lograrán éxito en sus esfuerzos. Dios no estará con ellos. No tienen un concepto
elevado de las obligaciones de la ley del cielo ni comprenden el carácter sagrado de la verdad
que enseñan, La admonición es: "Purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová". No es
suficiente argüir en defensa de la verdad. La evidencia más eficaz de su valor se ve en una vida
piadosa; sin esto las afirmaciones más concluyentes carecerán de peso y de poder persuasivo,
pues nuestra fortaleza radica en estar relacionados con Dios por su Espíritu Santo, y la
transgresión nos separa de esta sagrada proximidad a la Fuente de poder y sabiduría (RH 20-3-
1888).

Prov.3:17 (1 Tim. 4: 8). La consagración a Dios mejora la salud y da alegría.- Refiriéndose a la


sabiduría, dice el sabio que "sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz".
Muchos albergan la impresión de que la consagración a Dios es perjudicial para la salud y para
la alegre felicidad de las relaciones sociales de la vida. Pero los que van por la senda de la
sabiduría y la santidad descubren que "la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de
esta vida presente, y de la venidera". Disfrutan de los gozos de los verdaderos placeres de la
vida, y además, no están turbados por las vanas recriminaciones de las horas despilfarradas, ni
su mente se entenebrece u horroriza, como sucede con demasiada frecuencia con los
mundanos cuando no se distraen con alguna diversión apasionadora... La piedad no está en
conflicto con las leyes de la salud; más bien está en armonía con ellas. Si los hombres siempre
hubiesen sido obedientes a la ley de los Diez Mandamientos, si hubiesen practicado en su vida
los principios de esos diez preceptos, no existiría la maldición de la enfermedad que ahora
inunda el mundo... El que tiene la mente tranquila y satisfecha en Dios, está en el camino de la
salud (ST 23- 10- 1884)

Isa 5:19- 23 (cap. 50: 11). Los hombres llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo.- [Se cita Isa.
5:19- 23] A fin de exaltar sus propias opiniones, los que aquí se representan emplean un
razonamiento que no está autorizado por la Palabra de Dios. Andan a la luz de las antorchas
que han encendido. Mediante sus razonamientos engañosos confunden la distinción que Dios
desea que se haga entre lo bueno y lo malo. Se rebaja lo sagrado colocándolo al mismo nivel
de las cosas comunes. La avaricia y el egoísmo reciben nombres falsos: se los llama prudencia.
Su actitud independiente y rebelde, su venganza y terquedad son, ante sus ojos, pruebas de
dignidad, evidencias de un pensamiento noble. Proceden como si el ignorar las cosas divinas
no fuera peligroso y aun fatal para el alma; y prefieren sus propios razonamientos antes que la
revelación divina, sus propios planes y sabiduría humana antes que las admoniciones y las
órdenes de Dios. La piedad y rectitud de otros son llamadas fanatismo, y los que practican la
verdad y la santidad son vigilados y criticados. Ridiculizan a los que enseñan y creen en el
misterio de la piedad: "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria". No disciernen los principios
que sostienen estas cosas, y continúan en su mal camino, dejando abiertas las defensas para
que Satanás encuentre fácil acceso al alma (RH 22- 12- 1896).

Isa 6:5- 7 (Mat. 12: 34- 36). Considerad las palabras a la luz del cielo.-¡Cuántas palabras son
pronunciadas con 151 liviandad y necedad, en forma de chanzas y de bromas! Esto no
sucedería si los seguidores de Cristo comprendieran la verdad de las palabras: "De toda
palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por
tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado". Los que afirman que son
hijos de Dios se permiten usar palabras ásperas y despiadadas, palabras de censura y crítica a
la obra de Dios y a sus mensajeros. Cuando esas almas descuidadas disciernan la grandeza del
carácter de Dios, no mezclarán su propio espíritu y sus propios atributos con el servicio divino.
Cuando nuestros ojos miren por fe dentro del santuario y admitan la realidad, la importancia y
la santidad de la obra que allí se está haciendo, aborreceremos todo lo que sea de naturaleza
egoísta. El pecado aparecerá tal como es: la transgresión de la santa ley de Dios. Se entenderá
mejor la expiación, y mediante una fe viviente y activa veremos que cualquier virtud que posea
la humanidad sólo existe en Jesucristo, el Redentor del mundo (RH 22- 12- 1896).

CAPÍTULO 8 12 (ver EGW com. cap. 5: 18-23). Satanás procura ampliar la distancia entre el
cielo y la tierra.- Los agentes satánicos trabajan constantemente sembrando y regando las
semillas de rebelión contra la ley de Dios, y Satanás está reuniendo almas bajo su negro
estandarte de la rebelión. Forma una confederación con seres humanos para luchar contra la
pureza y la santidad. Ha trabajado diligente y perseverantemente para aumentar el número de
los que se unirán con él. Mediante la forma en que presenta las cosas procura aumentar la
distancia entre el cielo y la tierra, y crece su convicción de que puede agotar la paciencia de
Dios, extinguir su amor por el hombre y hacer que sea condenada toda la raza humana (RH 21-
10-1902).

CAPÍTULO 53 1-3. La gracia y la virtud de Cristo no atrajeron a los judíos.- [Se cita Isa. 53: 1-3.]
Estas palabras no significan que la persona de Cristo fuera repulsiva. Ante los ojos de los
judíos, Cristo no tenía belleza para que ellos lo desearan. Buscaban un Mesías que viniera con
ostentación externa y gloria terrenal; que hiciera grandes cosas para la nación judía; que la
ensalzara por encima de toda otra nación de la tierra. Pero Cristo vino con su divinidad oculta
por la vestidura de la humanidad: modesto, humilde, pobre. Compararon a ese hombre con los
jactanciosos alardes que habían hecho, y no pudieron ver belleza en él. No discernieron la
santidad y pureza de su carácter. La grada y la virtud reveladas en su vida no tuvieron
atractivos para ellos (MS 331 1911).

CAPÍTULO 6 6-7 (Miq. 6: 6-8). Cuando los sacrificios son repugnantes.- [Se cita Ose. 6: 6-7.] Los
muchos sacrificios de los judíos y el fluir de la sangre para expiar pecados por los cuales ellos
no habían experimentado verdadero arrepentimiento, siempre fueron repugnantes para Dios.
El habló por medio de Miqueas diciendo: [Se cita Miq. 6:6-8.] Las ofrendas costosas y una
apariencia de santidad no pueden ganar el favor de Dios. El exige por sus misericordias un
espíritu contrito, un corazón abierto a la luz de la verdad, amor y compasión por nuestros
semejantes y un espíritu que se niegue a ser seducido por la avaricia o el egoísmo. Los
sacerdotes y gobernantes carecían de esos elementos esenciales para recibir el favor de Dios, y
sus ofrendas más preciosas y sus vistosas ceremonias eran una abominación a la vista del
Señor (ST 21-3-1878).
ZACARÍAS. CAPÍTULO 3:2-4. El orgullo proviene de la ignorancia.- Todo ensalzamiento propio y
todo orgullo, son el resultado de ignorar a Dios y a Jesucristo, a quien él ha enviado. Cuán
rápidamente muere la estimación propia y es humillado hasta el polvo el orgullo cuando
vemos los incomparables encantos del carácter de Cristo. La santidad de su carácter es
reflejada por todos los que le sirven en espíritu y en verdad. Si nuestros labios necesitan
limpieza, si nos damos cuenta de nuestra miseria y vamos a Dios con corazón contrito, el Señor
quitará la suciedad, y dirá a su ángel: "Quitadle esas vestiduras viles" y vestidlo con "ropas de
gala" (RH 22-12-1896).

Mt 5:13-14 (cap. 15: 9; 22: 29).La luz que brilla de los que reciben a Jesucristo no se origina por
sí misma. Toda ella proviene de la Luz y la Vida del mundo. El enciende esa luz, así como
enciende el fuego que todos deben emplear al cumplir su servicio. Cristo es la luz, la vida, la
santidad, la santificación de todos los que creen, y su luz debe ser recibida e impartida en toda
buena obra. Su gracia también actúa en muy diversas maneras como la sal de la tierra.
Adondequiera que logre llegar esta sal -a los hogares o a las comunidades- se convierte en un
poder que preserva para salvar todo lo que es bueno y para destruir todo lo que es malo (RH
22-8-1899).
CAPÍTULO Mt 24:2 (Luc. 19: 44)."La voz de los extraños" es la voz de los que no respetan ni
obedecen la ley de Dios: santa, justa y buena. Muchos hacen gran alarde de santidad, y se
jactan de las maravillas que realizan curando a los enfermos sin obedecer esta gran norma de
justicia.Hermanos, debemos estar alerta contra la falsa santidad que permite transgredir la ley
de Dios. Los que pisotean esa ley no pueden ser santificados, y se juzgan a sí mismos con una
norma de su propia invención (RH 17-11-1885).
. Hay, sin duda, gran necesidad de un cambio en el orden actual de lo que conocemos, pues la
santidad de la verdad presente no se comprende como se debiera; pero el cambio que
necesitamos es un cambio de corazón que sólo se puede obtener buscando individualmente la
bendición de Dios, implorando en busca de su poder, orando fervientemente para que su
gracia venga sobre nosotros y puedan ser transformados nuestros caracteres. (RH 22-3-1892).
CAPÍTULO Hech 5:1-11. Santidad de los votos y las promesas.- La gente necesitaba ser
impresionada con la santidad de sus votos y promesas para la causa de Dios. Tales promesas
no se consideraban por lo general tan obligatorias como un pagaré entre hombres. Sin
embargo, ¿es menos sagrada y obligatoria una promesa porque es hecha a Dios? Porque le
faltan algunos términos técnicos y no tiene valor legal, ¿descuidará el cristiano la obligación
ante la cual ha comprometido su palabra? Ningún documento legal o pagaré es más
obligatorio que una promesa hecha a la causa de Dios (RH 23-5-1893).
Rom 3:24-26(Sal. 18:35; 85:10; 89:14; Apoc. 4:3; ver EGW com. Juan 3:16.) La misericordia nos
invita a entrar por las puertas en la ciudad de Dios, y la justicia es inmolada para conceder a
cada alma obediente plenos privilegios como miembro de la familia real, hijo del Rey celestial.
Si fuéramos defectuosos de carácter, no podríamos pasar por las puertas que la misericordia
ha abierto para el obediente, pues la justicia está a la entrada y exige santidad y pureza en
todos los que quieran ver a Dios. Si la justicia fuera extinguida, y si fuera posible que la
misericordia divina abriera las puertas a todo el género humano sin tener en cuenta el
carácter, habría en el cielo una condición peor de descontento y rebelión que la que hubo
antes de que Satanás fuera expulsado. Se quebrantarían la paz, la felicidad y la armonía del
cielo. El traslado de la tierra al cielo no cambiará los caracteres de los hombres; la felicidad de
los redimidos en el cielo es el resultado de los caracteres formados en esta vida a semejanza
de la imagen de Cristo. Los santos en el ciclo primero habrán sido santos en la tierra. La
salvación para el hombre que Cristo ganó con un sacrificio tan grande, es la única que tiene
valor, es la que nos salva del pecado: la causa de todas las calamidades y desgracias de nuestro
mundo. La misericordia ofrecida al pecador constantemente lo está atrayendo a Jesús. Si
responde y acude arrepentido y confesando sus pecados, si con fe se aferra a la esperanza
puesta ante él por el Evangelio, Dios no despreciará al corazón quebrantado y contrito. De esta
manera no es debilitada la ley de Dios, sino que se quebranta el poder del pecado y el cetro de
la misericordia se extiende al pecador penitente (Carta 11, 1890).

Rom CAPÍTULO 6:19, 22 (1 Tes. 3: 13; 4: 7; Heb. 12: 14). Integridad ante Dios.- La santidad es
integridad ante Dios. El alma se rinde a Dios. La voluntad, y aun los pensamientos son puestos
en sujeción a la voluntad de Cristo. El amor de Jesús llena el alma, y fluye constantemente en
una corriente dará y refrigerante para alegrar los corazones de otros (MS 33, 1911).

EFESIOS. CAPÍTULO 4:20-24 (Heb. 12: 14; ver EGW com. 1 Tes. 4: 3). El secreto de la santidad.-
Nadie recibe la santidad como un derecho al nacer, o como una dádiva de algún otro ser
humano. La santidad es la dádiva de Dios por medio de Cristo. Los que reciben al Salvador, se
convierten en hijos de Dios. Son sus hijos espirituales, nacidos de nuevo, renovados en justicia
y verdadera santidad. Su mente se ha cambiado. Con visión más clara contemplan las
realidades eternas. Son adoptados en la familia de Dios, y se transforman conforme a su
imagen; son cambiados por el Espíritu de gloria en gloria. Han cultivado un supremo amor por
el yo, pero llegan a albergar un supremo amor por Dios y por Cristo... Aceptar a Cristo como el
Salvador personal y seguir su ejemplo de abnegación: este es el secreto de la santidad (ST 17-
12-1902).

1 TESALONICENSES. CAPÍTULO 2 9. Ver EGW com. Hech. 18:1-3; 20:17-35. CAPÍTULO 3 13. Ver
EGW com. Rom. 6:19, 22. CAPÍTULO 4 3 (cap. 5: 23; ver EGW com. Juan 17: 17; Rom. 6: 19,22;
Efe. 4: 20-24; 2 Ped. 3: 18). La comunión de lo humano y lo divino.- Nuestra santificación es la
obra del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es el cumplimiento del pacto que Dios ha hecho con
aquellos que se comprometen con él, a permanecer con él, con su Hijo y su Espíritu en santa
comunión. ¿Habéis renacido? ¿Os habéis convertido en un nuevo ser en Cristo Jesús? Entonces
cooperad con los tres grandes poderes del cielo que trabajan en favor de vosotros (MS 11,
1901). Evidencias de santificación.- La verdadera santificación se demostrará mediante una
cuidadosa obediencia de todos los mandamientos de Dios, mediante un cuidadoso desarrollo
de cada talento; por medio de una conversación decorosa, se demostrará revelando en cada
acto la humildad de Cristo (RH 5-10- 1886). (1 Juan 2:3-4.) La verdadera señal de santificación.-
Los que deshonran a Dios transgrediendo su ley pueden hablar de santificación; pero eso tiene
tanto valor y es tan aceptable como lo fue la ofrenda de Caín. Obediencia a todos los
mandamientos de Dios es la única verdadera señal de santificación. Desobediencia es la señal
de deslealtad y apostasía (MS 41,1897) (Rom. 3 :24-28.) La santidad al alcance de todos.- Dios
ha elegido a los hombres desde la eternidad para que sean santos. "La voluntad de Dios puede
ser nuestra santificación". La ley de Dios no tolera ningún pecado sino que demanda perfecta:
Más santo, más santo todavía. Y nuestra respuesta siempre debe ser: Sí, Señor más santo
todavía .La santidad está al alcance de todos los que buscan por fe, no debido a sus buenas
obras sino a los méritos de Cristo. Se da poder divino a cada alma que lucha por la victoria
sobre el pecado y Satanás. Justificación significa la salvación de un alma de la perdición para
que pueda obtener la santificación; y por medio de la santificación, la vida del cielo.
Justificación significa que la conciencia, limpia de obras muertas, es colocada donde puede
recibir la bendición de la santificación (MS 113,1902) Santificación y comunión.- Santificación
significa comunión habitual con Dios (RH 15-3-1906)
1 TIMOTEO. CAPÍTULO 1 9-10. Ver EGW com. Rom. 8:15-21. 15. Ver EGW com. 2 Cor. 12:1-4.
19-20. Los enemigos de Pablo.- Esos hombres se habían apartado de la fe del evangelio, y
además habían despreciado el Espíritu de gracia atribuyendo al poder de Satanás las
maravillosas revelaciones hechas a Pablo. Como habían rechazado la verdad, estaban llenos de
odio contra ella y procuraban destruir a su fiel abogado (LP 305). CAPÍTULO 2 5 (Juan 1: 1-3,14;
Fil. 2: 5-8; Heb. 2: 14-18; ver EGW com. Hech. 15: 11). Actuando en lugar de Dios.- A Adán y a
Eva se les dio la oportunidad de volver a su fidelidad, y en ese misericordioso plan estaba
incluida toda su posteridad. Cristo se convirtió después de la caída en el instructor de Adán.
Actuaba frente a la humanidad en lugar de Dios, salvando al linaje humano de la muerte
inmediata. Asumió la obra de mediador entre Dios y el hombre. Cuando el tiempo se cumpliera
sería revelado en forma humana. Debía ocupar su puesto a la cabeza de la humanidad
tomando la naturaleza del hombre, pero no su pecaminosidad (ST 29-5-1901). (Hech. 4: 12;
Heb. 7: 25; 9: 22; 1 Juan 1: 17-9.) Fe en la sangre de Cristo.- Se llega a Dios por medio de
Jesucristo, el Mediador, el único camino por el cual él perdona los pecados. Dios no puede
perdonar pecados a expensas de su justicia, su santidad y su verdad. Pero es seguro que
perdona pecados, y los perdona plenamente. No hay pecados que no perdone en el Señor
Jesucristo y por medio de él. Esta es la única esperanza del pecador y si depende de ella con fe
sincera, estará seguro del perdón pleno y gratuito. Hay solo un camino que es accesible a todo,
y mediante ese camino un perdón rico y abundante aguarda el alma arrepentida y contrita, y
los pecados más tenebrosos son perdonados. Estas lecciones fueron enseñadas al pueblo
escogido de Dios hace miles de años, y fueron repetidas mediante diversos símbolos y
representaciones para que la obra de la verdad pudiera ser afianzada en cada corazón: que sin
derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. La gran lección implícita en el sacrificio
de cada víctima sangrante, impresa en cada ceremonia e inculcada por Dios mismo, era que
únicamente mediante la sangre de Cristo se logra el perdón de los pecados; sin embargo,
cuántos sufren el irritante yugo y cuán pocos sienten la fuerza de esta verdad, la tienen en
cuenta personalmente y disfrutan de la bendición que podrían recibir mediante una fe
perfecta en la sangre del Cordero de Dios... La justicia exigía los sufrimientos del ser humano;
pero Cristo suministró los sufrimientos de un Dios. No necesitaba hacer expiación por sí mismo
mediante sufrimientos; todos sus sufrimientos fueron por nosotros. Todos sus méritos y toda
su santidad quedaron a disposición del hombre caído, presentados como un regalo (Carta 12,
1892).

1 PEDRO. CAPÍTULO 1 2. Ver EGW com. Rom. 11: 4-6; Efe. 1: 4-5, 11; 2 Ped. 1: 10. 5. Ver EGW
com. Apoc. 2: 1-5. 6-7. Ver EGW com. 2 Cor. 4: 17-18; Heb. 12: 11. 11-12. Ver EGW com. Fil. 2:
5-8; 1 Tim. 3: 16. 16 (Heb. 12: 14). Las cuerdas del amor que atraen.- Así como Jehová es santo,
él exige que los suyos sean santos, puros, inmaculados, pues sin santidad nadie verá al Señor.
Los que lo adoran con sinceridad y verdad serán aceptados por él. Si los miembros de iglesia
eliminan todo culto al yo y quieren recibir en su corazón el amor a Dios y el amor mutuo que
llenaba el corazón de Cristo, nuestro Padre celestial manifestará constantemente su poder
mediante ellos. Únanse los hijos de Dios con las cuerdas del amor divino. Entonces el mundo
reconocerá el poder de Dios que obra milagros, y reconocerá que él es la Fortaleza y el
Ayudador de su pueblo que guarda sus mandamientos (MS 125, 1907).
Jn. CAPÍTULO 4:7-8 (1 Ped. 1: 22). Trabajando con amor.- El amor puro es sencillo en la forma
en que actúa, y distinto de todo otro principio de acción. Cuando se combina con motivos
terrenales e intereses egoístas, deja de ser puro. Dios tiene más en cuenta con cuánto amor
trabajamos que la cantidad de trabajos que hacemos. El corazón natural no puede crear ese
amor. Esta planta celestial sólo florece donde Cristo reina supremo. Donde existe amor, hay
poder y verdad en la vida. El amor hace bien y nada más que bien. Los que tienen amor dan
frutos para santidad, y al fin tendrán vida eterna (YI 13-1-1898).
Cristo mantenía su pureza en medio de la impureza. Satanás no podía mancharla ni
corrompería. El carácter de Cristo revelaba un perfecto odio por el pecado. Su santidad era lo
que despertaba contra él toda la cólera de un mundo relajado, pues con su vida perfecta
proyectaba sobre el mundo un continuo reproche, y ponía de manifiesto el contraste entre la
transgresión y la pura e impecable justicia de Aquel que no conoció pecado (Comentario
Bíblico Adventista, t. 5, p. 1116).

Carta 35, del 1 de Enero de 1898.-Todos los adventistas que afirman estar guardando el
sábado y continúan pecando, son mentirosos a la vista de Dios. Su proceder pecaminoso
contrarresta la obra de Dios y conduce a otros al pecado. Dios le dice a cada miembro de
iglesia: “Enderezad el camino para vuestros pies, para que el lisiado no se desvíe, antes sea
sanado. Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien que
ninguno se aparte de la gracia de Dios, que no brote ninguna raíz de amargura que os impida, y
por ella muchos sean contaminados. Que ninguno sea fornicario ni profano como Esaú, que
por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que después, quiso recibir la
bendición, pero fue rechazado y no pudo cambiar el sentimiento de su padre, aunque lo
procuró con lágrimas” (Hebreos 12:13-17).

Carta 165, del 22 de Octubre de 1899.- El Señor utiliza en su obra una gran variedad de
talentos. Dios emplea en su servicio a todo aquel que esté convertido y santificado: al
expatriado inculto, al pagano, al europeo, al esclavo. Le pertenecen a Cristo por creación y
redención, no importa quiénes sean. No hay clases sociales en el cielo. Todos los que creen en
Cristo como su Salvador personal no importa su posición; ya sean superiores o inferiores, Pág.
9 ricos o pobres, negros o blancos, pertenecen a Cristo, quien los ha comprado por precio. Si
se han convertido del pecado a la santidad son miembros de la familia real, hijos del Rey
Celestial, herederos de Dios y coherederos con Cristo y sus amados hermanos que andarán con
él vestidos de blanco porque son dignos.
Manuscrito 44, de 1900.- También vea El conflicto de los siglos, 120-121; El evangelismo, pp.
90, 91; WM 232-33, 238. La iglesia ha entrado en comunión con el mundo y les ha brindado su
afecto a los enemigos de la santidad. La iglesia y el mundo están en la misma plataforma de
transgresión a la ley de Dios. La iglesia prefiere asemejarse al mundo en lugar de separarse de
sus costumbres y vanidades.
Manuscrito 148, del 8 de Octubre de 1899.- También vea 7ABC 99; Mensajes selectos, t. 3,
488-489. En todas las iglesias se necesita una experiencia religiosa personal. ¿Por qué? Porque
aquellos que no están siendo transformados por el Espíritu Santo, no podrán soportar los
peligros de los últimos días... Pág. 67 A menos que el Espíritu Santo produzca un
reavivamiento, los miembros de la iglesia jamás serán cristianos, no importa lo que profesen.
Hay pecadores en Sión que necesitan arrepentirse de los pecados que han acariciado como
tesoros preciados. Hasta que los reconozcan y los quiten de sus almas, y que cada defecto y
expresión de un carácter sin amor sean transformados en virtud de la influencia del Espíritu,
Dios no podrá manifestar su poder. Hay más esperanza para un pecador ostensible, que para
los profesos justos que no practican la pureza, la santidad y que no son sin mácula... El Señor
nunca ungirá espiritualmente a los hombres y mujeres autosuficientes... ciertamente serán
pesados en las balanzas doradas del santuario celestial y serán hallados faltos....
Carta 98a, del 9 de Abril de 1897.- La disposición a permitir que nuestra voluntad entre en
conformidad perfecta con la de Dios, su santidad y paz, abre el entendimiento para ver las
doctrinas de la Palabra. Así se fortalecen y se establecen los hijos de Dios: “firmes y
constantes, abundando en la obra del Señor siempre” (1 Corintios 15:58). El Señor pronto
vendrá en las nubes de los cielos con poder y gran gloria, para llevar a los que lo han recibido,
a las mansiones que fue a preparar para ellos. Estamos esperando ansiosamente su venida.
Debemos vestirnos de toda la armadura de Dios. Debemos ser todo lo que el ser cristiano
significa. Debemos vivir en una constante comunión con Dios nuestro Salvador y permanecer
en él.

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