Está en la página 1de 16

Formación

Docente en Servicio

Inteligencia emocional
para el aprendizaje

Asignatura: Practica Pre Profesional II

Unidad 1: De la Inteligencia Emocional a las


Competencias Socioemocionales

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


1
Unidad 1
De la Inteligencia Emocional a las Competencias
Socioemocionales
Presentación

Estimado/a docente:
Bienvenido/a al curso Inteligencia Emocional para el Aprendizaje, cuyo propósito
es que el docente participante comprenda la importancia de las emociones en el
desarrollo de aprendizajes y la interacción con sus estudiantes, desde una visión
crítica de la inteligencia emocional y de las competencias socioemocionales.

La inteligencia ha estado asociada tradicionalmente a la aplicación de pruebas


psicométricas que determinaban el talento de las personas y predecían el
éxito de estas. Sin embargo, a lo largo de la historia encontramos varias
aproximaciones y esfuerzos por cuestionar las definiciones sobre la inteligencia
según cada corriente psicológica, sin llegar a resolverse hasta el momento. Es en
este proceso histórico que aparece Gardner (1983 citado por Bisquerra, 2009,
p. 119) con las inteligencias múltiples, y se pasa de la concepción de una sola
inteligencia a más de una. Posteriormente, la emoción se articula a la inteligencia,
pues Salovey y Mayer (1990) usan el concepto de inteligencia emocional,
popularizado por Goleman (1995), años más tarde. No obstante, antes de la
divulgación de la inteligencia emocional, el Consortium for the Advancement
of Social and Emotional Learning, conocido como CASEL, fundado el año 1994,
había empezado su trabajo sobre el aprendizaje emocional y social (SEL) en
niños de escuelas con la finalidad de promover “las competencias sociales y
emocionales a las tareas y desafíos diarios” (CASEL, s.f.). En esta línea, y más
adelante, llegamos a las competencias emocionales propuestas por Bisquerra y
Pérez, quienes señalan que “las competencias emocionales son un constructo
más amplio que el de inteligencia emocional” (Bisquerra, 2009, p. 146). Desde
esta perspectiva crítica estaremos analizando la inteligencia emocional y las
competencias emocionales y sociales en el campo educativo.

En nuestro rol docente y particularmente en este contexto de pandemia,


enfrentamos situaciones que demandan poner a prueba nuestros conocimientos,
habilidades y actitudes para persistir ante las adversidades, ser empático, saber
escuchar, gestionar nuestras emociones para favorecer entornos de bienestar
emocional en nosotros mismos y en nuestros estudiantes y comunidad educativa.

En esta unidad, De la inteligencia emocional a las competencias socioemocionales,


se espera comprender la inteligencia emocional y su relación con el desarrollo
de las competencias socioemocionales desde una visión crítica.
¡Listos para empezar!

2 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


Sesión 1

Estimado/a docente:
A continuación, encontrarás algunas afirmaciones que podrás marcar como MITO
o REALIDAD según tu percepción. Posteriormente, y de acuerdo a tu elección,
obtendrás algunas preguntas de reflexión sobre tu vivencia personal o sobre la forma
en que desarrollas tu práctica docente.

1. Luisa está en tercero de secundaria


y su mamá la motiva para que
piense en la carrera profesional que
estudiará. Para ello, la llevará a un
psicólogo, con la finalidad de que
evalúe su coeficiente intelectual,
ya que de eso dependerá el éxito
en la carrera que elija.

Mito Realidad

¡Es correcto!
Esto es un mito. Te invitamos a reflexionar: Desde tu experiencia personal,
¿cómo demuestras que el éxito como docente no depende únicamente de tu
coeficiente intelectual?, ¿qué otras habilidades consideras que es importante
en tu desempeño docente?

2. Juan le dice a la profesora María


que su hijo es brillante, saca
muy buenas calificaciones, al
término de cada año siempre trae
diplomas. ¡Es muy inteligente!,
definitivamente ¡será un excelente
profesional!

Mito Realidad

¡Es correcto!
Esto es un mito. Te invitamos a reflexionar: ¿Qué necesita saber Juan para que
cambie sus creencias sobre la inteligencia?, ¿de qué manera podrías promover la
deconstrucción de estas creencias en los padres y madres de familia?, ¿de qué
manera se relacionan las buenas calificaciones con el actuar competente?

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


3
3. Como profesor he visto a estudiantes
muy listos, no solo tienen una buena
memoria, resuelven problemas, otros
usan su creatividad para expresar sus
ideas en un dibujo. Estoy seguro de que
esto no se trata solo de una inteligencia,
sino de un actuar competente.

Mito Realidad

¡Es correcto!
Esto es realidad. Te invitamos a reflexionar: desde tu práctica docente, ¿qué
beneficios te aporta el conocer las capacidades y potencialidades que tienen cada
uno de tus estudiantes?, ¿de qué manera favorece esto en el proyecto de vida de
tus estudiantes?

4. La inteligencia se concentra en el cerebro


y su medición sirve para clasificar a las
personas para los puestos de trabajo.
Los de alto rendimiento en un área y los
de bajo rendimiento en otra.

Mito Realidad

¡Es correcto!
Esto es un mito. Te invitamos a reflexionar: desde tu práctica docente en el nivel
que trabajas, ¿qué evidencias tienes de que el logro del aprendizaje ocurre mejor
cuando los estudiantes se complementan de acuerdo con los distintos estilos y
ritmos de aprendizaje?

5. No nacemos sabiéndolo todo, a lo


largo de la vida vamos aprendiendo a
responder a las diferentes situaciones.
La inteligencia depende también de la
relación con los padres y el entorno, por
lo que la inteligencia y competencias se
desarrollan a lo largo de la vida.

Mito Realidad

¡Es correcto!
Esto es realidad. Te invitamos a reflexionar: ¿Qué entiendes por inteligencia?,
¿qué relación identificas entre la inteligencia y las competencias?, ¿de qué manera
has incorporado esta relación tu vida personal y profesional?

4 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


Para profundizar sobre estos mitos o realidades respecto a la inteligencia, te invitamos
a revisar atentamente la información que te presentamos en el siguiente momento:
analiza.

1. Mitos sobre la inteligencia


Podemos recordar algunos enunciados tales como: “Este niño es bien inteligente,
se aprendió el largo poema”, “qué rapidez para resolver los problemas de
matemáticas, es una niña bien inteligente”, “desde niño sacaba buenas notas hasta
que terminó la escuela ocupando el primer lugar”, “en la evaluación psicológica le
han dicho que ha obtenido un coeficiente intelectual alto, sin embargo, le cuesta
llevarse bien con sus compañeros”.

De Zubiría Samper (2013) describe cinco mitos de la inteligencia, los que


presentamos a continuación.

MITO 1: Creer que la inteligencia es única y universal

FALSO. En el siglo pasado, se suponía que había solo una sola inteligencia. Según
este paradigma, la inteligencia estaba concebida como “capacidad global, estable,
cuantificable, heredada y utilizada en todos los procesos de interpretación y
adaptación al mundo”. Sostener hoy en día que la inteligencia es una capacidad
general y universal implica desconocer los diversos procesos humanos y los
aportes hechos por Gardner (1983, 1994) con las 7 inteligencias múltiples y por
Sternberg (1996, 1999) con los 3 tipos de inteligencia: analítica, creativa y práctica
(De Zubiría, 2013, p.12)

Mito 2: Suponer que las inteligencias se pueden evaluar mediante pruebas


psicométricas

FALSO. “La creación de las pruebas de inteligencia marcó un hito en la historia


de la psicología al dotar a psicólogos y educadores de un instrumento que
supuestamente podría evaluar una capacidad tan compleja como la inteligencia”
(De Zubiría, 2013, p. 14). Sin embargo, al evaluar un aspecto quedan fuera “otros
procesos esenciales como la metacognición, o capacidad para reflexionar sobre
el pensamiento, para planificarlo, evaluarlo o reelaborarlo tal como inicialmente lo
formuló Flavell (1979)” (De Zubiría, 2013, p. 14).

La puntuación del coeficiente intelectual solo da cuenta del aspecto evaluado y


no de la complejidad de los procesos, ni puede ser considerado un predictor de
éxito en la vida.

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


5
MITO 3: Creer que la inteligencia es una capacidad estable y heredada

FALSO. Según De Zubiría (2013), “El niño llegaba al mundo con un ‘nivel’ de
inteligencia determinado que permanecía constante, independientemente de
lo que hiciera. En consecuencia, había niños más inteligentes y otros menos
inteligentes (p. 15), por lo que la inteligencia se heredaba. Este mito se evidencia
hoy cuando se dice lo siguiente: “Este niño es muy inteligente”, para referirnos
a unas características propias del sujeto, relativamente inmodificables” (p.15) Sin
embargo, esto no es así; “las dimensiones del ser humano son susceptibles de muy
altos niveles de modificabilidad” (p.15).

“No nacemos con los conceptos o las redes conceptuales instaladas en nuestro
cerebro, ni tampoco nacemos con las competencias argumentativas formadas.
Éstas se desarrollan gracias al esfuerzo, dedicación, desarrollo y lectura; por tanto,
son susceptibles de modificación” (p. 15).

MITO 4: Creer que las capacidades intelectuales (CI) tienen una alta participación
en la determinación del éxito académico y profesional

FALSO. De Zubiría (2013, p. 16) señala que “El mismo Terman, al final de su vida,
tuvo serias dudas al respecto y de manera autocrítica llegó a afirmar que variables
de tipo emocional e interpersonal tenían un alto impacto en la determinación
del éxito académico de un individuo” y que en sus propias palabras señalaría lo
siguiente:

Las cuatro características en las que (los grupos de más y menos éxito)
se diferenciaban más claramente eran en la persistencia en la finalización
de trabajos, integración en los objetivos, confianza en sí mismo, y
en carencia de complejo de inferioridad. En el marco total, el mayor
contraste entre ambos grupos estaba en la adaptación emocional y
social, y en la lucha por un fin’ (Terman, 1959; citado por Renzulli, 1996).

Antes que el CI, en el rendimiento escolar de un estudiante tienen un papel mucho


más importante la autonomía, el interés por el conocimiento, la creatividad, la
reflexividad y la resonancia familiar y escolar (De Zubiría y Ramírez, 2005, como
se citó en De Zubiría, 2013, p.17).

MITO 5: Suponer que la inteligencia y el talento solo están en la cabeza y en las


manos del individuo

FALSO. Es falso que la inteligencia y el talento solo reposa en la cabeza o en las


manos de un niño, como se supuso durante el siglo XX.

“Hoy resulta más plausible reconocer un ámbito práxico, otro analítico y otro
socioafectivo de la inteligencia, e infinidad de talentos asociados a los campos de
las artes, la ciencia, la tecnología y las relaciones interpersonales, entre otros” (…)
“Detrás de todo joven con talento siempre encontraremos un padre o una madre
que favoreció una amplia exploración de intereses desde edades tempranas;
siempre se podrán rastrear maestros que supieron concentrarse en los procesos

6 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


de desarrollo y no en los aprendizajes de tipo particular que han dominado la
escuela desde tiempos inmemoriales” (…) “La inteligencia y el talento dependen
esencialmente de la interacción entre el niño, los mediadores y la cultura” (p. 18).
Y esta conclusión implica que, en sentido estricto, no nacen niños más inteligentes
que otros. Las investigaciones mundiales y nacionales nos permiten concluir que
las inteligencias se desarrollan.

2. El ayer y hoy de la inteligencia


Desde la perspectiva científica, aún no se ha logrado establecer un acuerdo sobre
la definición de la inteligencia. Varias escuelas psicológicas han desarrollado sus
concepciones al respecto, por lo que, a continuación, presentamos una síntesis
de la línea histórica de la inteligencia en tres grandes momentos (propuesto por
Molero, Saiz y Esteban, 1998) con algunos de los exponentes.

Tabla 1
El concepto de inteligencia

Principio del Siglo XX De los años 20 a los 50 De los años 50 al hoy

BINET, STERN, CATELL TERMAN, WATSON, PIAGET, MAYER,


WECHSLER, THORNDlKE STERNBERG, GARDNER,
y GUTHRIE, WERTHEIMER, MAYER YSALOVEY,
KOHLER GOLEMAN

En el año 1905, se elabora Un único factor “general”, Procesos cognitivos


la primera escala de los test para valorar la reciben mayor atención.
inteligencia para niños, conducta inteligente. Teoría del desarrollo
para utilizarse en las intelectual contrasta
escuelas con el objetivo con los enfoques
de identificar a deficientes psicométricos y
mentales para recibir con el enfoque del
instrucción especial. procesamiento de la
información.

En 1912, por primera vez Aparece el componente Énfasis en las operaciones


aparece el término de CI social en la definición de cognitivas.
(Coeficiente Intelectual) inteligencia. Inteligencia múltiple:
que tendrá una gran Inteligencia social definida Existen muchas
aceptación y difusión. como la habilidad para capacidades humanas.
La versión del año 1916 se actuar sabiamente en las
le llamó test de Stanford- relaciones humanas.
Binet. La Escuela conductista
Luego fue difundida en considera a la inteligencia
EEUU como predictor de como asociaciones entre
rendimiento académico. estímulos y respuestas.
Gran número de
“vínculos” estructurales
independientes.

1ra. Guerra mundial (1918): Con la teoría de la Gestalt Inteligencia Emocional


Se usan pruebas de aparece el concepto de Coeficiente emocional
inteligencia aplicadas en discernimiento
grupo.
Nota. Adaptado de El concepto de Inteligencia (p. 20), C. Molero, E. Saiz y C. Esteban, 1998, Revista Latinoamericana
de Psicología, 30(1).

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


7
Bisquerra (2009) nos dice que el debate sobre la “inteligencia” ha estado presente
desde el siglo XX y su relevancia se debió a los test de inteligencia, los cuales
fueron creados para predecir el éxito académico (p. 117).

Varias pruebas de medición de inteligencia, como la de Alfred Binet (1857-1911),


estuvieron relacionadas al ámbito educativo para identificar a aquellos niños que
presentaran deficiencias y, por lo tanto, recibir instrucción especial. Es así como
se tiene la primera escala de inteligencia para niños. La versión del test en 1916
fue llamada el test de inteligencia Stanford-Binet y fue ampliamente conocida.
También fue aplicada a un grupo para evaluar a reclutas norteamericanos de la
Primera Guerra Mundial.

Hacia el año 1920 “Thorndike introduce por primera vez el concepto de inteligencia
social” (Bisquerra, 2009, p. 118). Además, habla sobre la inteligencia abstracta y
mecánica; define la inteligencia social como la habilidad de entender y manejar
a hombres y mujeres; en otras palabras, de actuar sabiamente en las relaciones
humanas. La inteligencia es por aquel entonces un concepto en auge” además
que en dicha época se caracteriza por el “énfasis en la medición” (Molero, Saiz y
Esteban, 1998, p. 15).

En este periodo (1920-1950), la inteligencia es concebida como algo único, innato


y medible, de allí que investigadores como Spearman, Thurstone, entre otros,
aplican el análisis factorial al estudio de la inteligencia (Bisquerra, 2009, p.118).

El conductismo como corriente o escuela psicológica, que se encuentra en


apogeo en este periodo, “concibió la inteligencia como meras asociaciones entre
estímulos y respuestas (Watson, 1930; Thorndike, 1931; Guthrie, 1935)” (Molero,
Saiz y Esteban, 1998, p. 15).

Posterior a los años 50 con la presencia de la psicología cognitiva, el enfoque


piagetano se interesa por las cualidades de la inteligencia a diferencia de la
cuantificación y medición de las habilidades intelectuales.

Otros autores plantean nuevos constructos de inteligencia. Así llegamos a Howard


Gardner, quien, con su teoría de las Inteligencias Múltiples, en 1983, marcó un
cambio de “la existencia de una inteligencia única como expresión de la cognición
humana, la cual era susceptible de cuantificación al ser evaluada con un instrumento
cuyos resultados numéricos señalaban la magnitud del desarrollo de la misma en
el individuo” (Macías, 2002, p.28) por el de las siete inteligencias, como conjunto
de capacidades en un contexto cultural.

Utiliza el concepto de “múltiples” con el objetivo de resaltar el número


desconocido de capacidades humanas, desde la inteligencia musical
hasta la inteligencia aplicada en el conocimiento de uno mismo (…)
Gardner resalta que estas capacidades son tan fundamentales, como
las que tradicionalmente detecta el test de CI (Molero, Saiz y Esteban,
1998, p. 24).

8 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


Para Gardner (2001), inteligencia es “un potencial biopsicológico para procesar
información que se puede activar en un marco cultural para resolver problemas o
crear productos que tienen valor para una cultura” (como se citó en Villamizar y
Donoso, 2013, p. 415)

Son siete las inteligencias que inicialmente propone (aunque después plantea dos
más, la naturalista y la existencial): la verbal y lógico-matemática, la capacidad
espacial, la capacidad cinestésica, el talento musical, la inteligencia interpersonal y
la inteligencia intrapsíquica o intrapersonal. Estas dos últimas son importantes en
tanto se relacionan con la inteligencia emocional que luego estaremos tratando.

Gardner define la inteligencia interpersonal como:

la habilidad de comprender a los demás: lo que les motiva, cómo


trabajan, cómo trabajar con ellos de forma cooperativa e inteligencia
intrapersonal se refiere a la capacidad de formarse un modelo preciso
de sí mismo y de utilizarlo de forma apropiada para interactuar de forma
efectiva a lo largo de la vida (Bisquerra, 2009, p. 120).

Hacia 1990 Mayer y Salovey publican el primer artículo científico sobre inteligencia
emocional, el cual no tuvo mayor impacto en dicho momento. Ellos definen la
inteligencia emocional como “la habilidad para manejar los sentimientos y
emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los
propios pensamientos y acciones” (como se cita en Bisquerra, 2009, p 128).

Este es un periodo en que el interés por las emociones, la inteligencia y la educación


se hace evidente. Es así que en 1994 se formó el CASEL (Consortium for the
Advancement of Social and Emotional Learning) “con el objetivo de establecer un
aprendizaje social y emocional (SEL) de alta calidad, basado en evidencia como
una parte esencial de la educación preescolar hasta la secundaria” (CASEL, s.f.).

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


9
Hacia el año 1995, Goleman publica su libro sobre inteligencia emocional basado
en el trabajo de Salovey y Mayer, y señala que la inteligencia emocional consiste en
conocer las propias emociones, habilidad para manejarlas de manera apropiada,
automotivarse, reconocer las emociones de los demás y establecer buenas
relaciones con los demás (como se citó en Bisquerra, 2009, p. 131).

Al igual que las diferentes propuestas de inteligencia, se pone en debate el concepto


de inteligencia emocional. Unos lo consideran como habilidad mental relacionada
con el procesamiento de información emocional, otros como rasgo de personalidad.
Como señala Bisquerra, las discrepancias que se tiene sobre la inteligencia y entre
los estudiosos de la inteligencia emocional continúa encontrando a los detractores
y los defensores. Y así, “la discusión sobre el constructo de inteligencia sigue
abierta” (Bisquerra, 2009, p.121).

En síntesis, hemos visto en el curso histórico que la inteligencia ha pasado de una


concepción restringida, asociada a la medición de este constructo mediante test
psicométricos, a una visión más amplia y compleja, que reconoce e incorpora las
emociones, así como su impacto en la vida intelectual, en el desarrollo personal y
en la relación social.

10 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


3. Desarrollo de la inteligencia emocional y su relación con las
competencias socioemocionales
Recordamos que, entre las diferentes inteligencias propuestas por Gardner, dos de
ellas se vinculan con la inteligencia emocional. Estas son:

• la inteligencia interpersonal y

• la inteligencia intrapersonal

“La inteligencia interpersonal se construye a partir de la capacidad para establecer


buenas relaciones con otras personas; la inteligencia intrapersonal se refiere al
conocimiento de los aspectos internos de uno mismo” (Bisquerra, 2009, p.160).
Ambas inteligencias dan lugar a la inteligencia emocional, según el modelo de
Goleman (Bisquerra, 2009, p. 121). Por ello, Goleman dirá que la inteligencia
emocional consiste en que es importante conocer las propias emociones, tener
la habilidad para manejar dichas emociones de manera apropiada, automotivarse,
reconocer las emociones de los demás y establecer buenas relaciones con ellos
(Bisquerra, 2009, p. 132). Varias conceptualizaciones sobre inteligencia emocional
aparecen; unos consideran la inteligencia emocional como un rasgo de personalidad,
ya que facilita la adaptación al medio; otros lo ven como una habilidad mental
relacionada al procesamiento de información emocional, entre otros. Lo cierto
es que hay divergencias entre los autores y sus respectivas concepciones de la
inteligencia emocional (Bisquerra, 2009, p. 135), además de quienes la critican y
los que la defienden.

Los detractores critican que, en realidad, la inteligencia emocional es un


aspecto más de la inteligencia o bien es un aspecto de la personalidad
(…) Entre los defensores se argumenta que la inteligencia emocional,
al poner en relación dos aspectos tradicionalmente antagónicos
(inteligencia y emoción), significa una aportación importante en la
investigación científica en psicología. El problema es que, al no haber
acuerdo sobre lo que realmente es la inteligencia emocional, produce
distintos métodos para su medición, que aporta resultados diferentes.
(Bisquerra, 2009, p.136)

Bisquerra (2009) señala que “más allá del debate en torno a la inteligencia emocional,
hay acuerdo en la importancia de desarrollar competencias emocionales en
todas las personas. Son competencias básicas para la vida que se proponen para
favorecer la convivencia y el bienestar personal y social” (p. 12).

Cabe resaltar que la inteligencia emocional y competencias emocionales no son


sinónimos, a pesar de tener como punto común las emociones, ambos corresponden
a campos diferentes, la inteligencia emocional en el terreno psicológico y las
competencias ubicadas en el marco educativo. La Dra. Fragoso (2015) señala que
“el desarrollo de la inteligencia emocional y de las competencias emocionales en
educación contribuyen en la formación integral del estudiante, sin embargo, cada
uno de estos conceptos tiene una perspectiva diferente sobre las capacidades
relacionadas con las emociones” (p.110).

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


11
Las competencias emocionales están consideradas como concepto educativo.
Bisquerra (2009) usa la noción de competencias emocionales que, si bien están
basadas en la inteligencia emocional, se puede considerar un marco más amplio.
De allí que algunos prefieren denominarlas competencias socioemocionales
o competencias sociales y emocionales. Por ello, es necesario que se distinga
entre conceptos psicológicos (inteligencia emocional) y conceptos educativos
(competencias emocionales). Los conceptos psicológicos serán restrictivos,
concretos y específicos para contribuir al desarrollo teórico, mientras que los
conceptos educativos pueden ser más comprensivos, amplios e integradores y
de aplicaciones prácticas. Es por esto que varios conceptos psicológicos pueden
ser integrados en un concepto educativo y en las propuestas de competencias
emocionales se puede incluir, además de la inteligencia emocional, otros aspectos
sociales y emocionales (autoestima, habilidades sociales, habilidades de vida,
automotivación, bienestar, etc.). Dado que la competencia es un concepto amplio
e integrador, las competencias emocionales son más amplios que la inteligencia
emocional (Bisquerra, 2009, p. 146)

Ahora bien, respecto de la definición de competencia, Bisquerra (2009) dice lo


siguiente:

Entendemos las competencias emocionales como el conjunto de


conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para
tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada
los fenómenos emocionales. La finalidad de estas competencias se
orienta a aportar valor añadido a las funciones profesionales y promover
el bienestar personal y social. (p. 146).

Bisquerra (2009) nos presenta el Modelo pentagonal de competencias


emocionales estructurada en cinco competencias: conciencia emocional,
regulación emocional, autonomía personal, competencia social y habilidades de
vida para el bienestar (p. 147).

Figura 1
Modelo pentagonal de competencias emocionales

Habilidades de vida Conciencia


y bienestar emocional

Competencias
Competencia emocionales Regulación
social emocional

Autonomía
emocional

12 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


Por su parte, el CASEL (2020) presenta cinco áreas de competencia amplias e
interrelacionadas: autoconciencia, autocontrol, conciencia social, habilidades para
relacionarse y toma de decisiones responsables. Estas se enseñan y se pone en
práctica en diversos contextos desde la niñez hasta edad adulta, articulando lo que
los estudiantes saben y pueden hacer para el logro de aprendizajes, el compromiso,
salud y el bienestar.

En síntesis, la inteligencia emocional y las competencias emocionales y sociales o


socioemocionales no son sinónimos, cada una responde a campos y perspectivas
diferentes. Las competencias emocionales (o socioemocionales) son más amplias,
comprensivas e integradores que la inteligencia emocional, la cual es restrictiva,
concreta y específica. Finalmente, existen divergencias entre el concepto que se tiene
de inteligencia emocional según los autores. Este es un tema pendiente por resolver.

Ideas fuerza

Los mitos sobre la inteligencia son los siguientes: creer que la


inteligencia es única y universal; suponer que las inteligencias
se pueden evaluar mediante pruebas psicométricas; creer que la
inteligencia es una capacidad estable y heredada; creer que las
altas capacidades intelectuales determinan el éxito académico y
profesional, y que la inteligencia y el talento solo reposa en la
cabeza o en las manos de un niño, como se supuso durante el
siglo XX.

La definición sobre la inteligencia aún está abierta. A lo largo de los


años el énfasis se ha centrado en la medición de habilidades de los
individuos para saber el rendimiento y predecir el éxito.

Con las inteligencias múltiples se produce un cambio de la existencia


de una inteligencia única como expresión de la cognición humana a
un número desconocido de capacidades humanas.

Mayer y Salovey definen la inteligencia emocional como “la habilidad


para manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos
y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos
y acciones” (Bisquerra, 2009, p. 128) Para Goleman, la inteligencia
emocional consiste en conocer las propias emociones, habilidad
para manejarlas de manera apropiada, automotivarse, reconocer
las emociones de los demás y establecer buenas relaciones.

Más allá del debate en torno a la inteligencia emocional, hay acuerdo


en la importancia de desarrollar competencias emocionales en
todas las personas. Son competencias básicas para la vida que se
proponen para favorecer la convivencia y el bienestar personal y
social (Bisquerra, 2009, p 12). Asimismo, la inteligencia interpersonal
e inteligencia intrapersonal son importantes para interactuar de
forma efectiva a lo largo de la vida.

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


13
Inteligencia emocional y competencias emocionales no son
sinónimos. La primera de ellas se refiere a un término más psicológico
y la segunda apela a las nociones de competencias entendidas
desde el campo de la educación, y es un concepto más amplio.

Las competencias emocionales definida por Bisquerra es como el


conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes
necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular
de forma apropiada los fenómenos emocionales. La finalidad
de estas competencias se orienta a aportar valor añadido a las
funciones profesionales y promover el bienestar personal y social.
Estas competencias pueden llamarse emocionales, sociales o
socioemocionales.

El modelo pentagonal de competencias emocionales de Bisquerra


considera las siguientes competencias: conciencia emocional,
regulación emocional, autonomía personal, competencia social y
habilidades de vida para el bienestar. El modelo de CASEL presenta
cinco competencias: autoconciencia, autocontrol, conciencia social,
habilidades para relacionarse y toma de decisiones responsables,
las que se enseñan desde la infancia.

Lee atentamente las preguntas que se te presentan a continuación y marca la


alternativa que contenga la respuesta correcta.

14 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


Caja de herramientas
BBVA Aprendemos juntos. (2018). Versión completa. Los beneficios de la inteligencia
emocional para nuestros hijos. Daniel Goleman. [Archivo de video]. Youtube. https://
www.youtube.com/watch?v=k6Op1gHtdoo&t=8s

Institut de Formació Contínua IL3 - Universitat de Barcelona. (3 de julio de 2017).


Rafael Bisquerra sobre la Inteligencia Emocional | IL3-UB [Archivo de video]. Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=OZk37Ne2zgw&t=313s

Referencias
Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Editorial Síntesis S.
A. [Archivo PDF]. http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/
P s i co p e d a g o g i a % 2 0 d e % 2 0 l a s % 2 0 e m o c i o n e s % 2 0 - % 2 0 R a fa e l % 2 0
Bisquerra%20Alzina-1_0.pdf

Colaborativo para el aprendizaje académico, social y emocional (CASEL). (2020).


Marco de SEL de CASEL: ¿Cuáles son las competencias principales y dónde se
promueven? [Archivo PDF]. https://casel.org/wp-content/uploads/2020/10/
SEL-Framework-Spanish.pdf

Colaborativo para el aprendizaje académico, social y emocional (CASEL). (s.f.).


Historia https://casel.org/history/

Colaborativo para el aprendizaje académico, social y emocional (CASEL). (s.f.). SEL:


nuestra teoría de la acción para una implementación efectiva. https://casel.
org/theory-of-action/

Colaborativo para el aprendizaje académico, social y emocional (CASEL). (s.f.). SEL:


¿Cuáles son las áreas de competencias básicas y dónde se promueven? https://
casel.org/sel-framework/CASEL

Colaborativo para el aprendizaje académico, social y emocional (CASEL). (s.f.). Sobre


SEL https://casel.org/about-2/

De Zubiría, J. (2013). Mitos y realidades sobre la inteligencia y el talento. Investigación


Educativa, 17(2), 11-20. ISSN 1728-5852

Dueñas, M. (2002). Importancia de la inteligencia emocional: un nuevo reto para la


orientación educativa. Educación XX1, 5, 77- 96. http://revistas.uned.es/index.
php/educacionXX1/article/view/384

Fernández-Martínez, A. M. y Montero-García, I. (2016). Aportes para la educación de


la Inteligencia Emocional desde la Educación Infantil. Revista Latinoamericana
de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 14(1), 53-66. http://www.scielo.org.co/
pdf/rlcs/v14n1/v14n1a03.pdf

Fragoso, R. (2015). Inteligencia emocional y competencias emocionales en educación


superior, ¿un mismo concepto? Revista Iberoamericana de Educación Superior,

Inteligencia Emocional para el Aprendizaje


15
VI(16),110-125. https://www.redalyc.org/pdf/2991/299138522006.pdf

Macías, M. (2002). Las múltiples inteligencias. Psicología desde el Caribe, 10,27-38.


https://www.redalyc.org/pdf/213/21301003.pdf

Molero, C., Saiz, E, y Esteban, C. (1998). Revisión histórica del concepto de inteligencia:
una aproximación a la inteligencia emocional. Revista Latinoamericana de
Psicología, 30(1),11-30. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80530101

Villamizar, G. y Donoso, R. (2013). Definiciones y teorías sobre inteligencia. Revisión


histórica. Psicogente, 16(30), 407-423. http://www.redalyc.org/articulo.
oa?id=497552364013

16 Inteligencia Emocional para el Aprendizaje

También podría gustarte