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UNIVERSIDAD N A C I O N A L D E QUILMES Historia social del

Rector
Daniel G ó m e z

Vicerrector
mundo occidental
Jorge Flores
Del feudalismo a la
sociedad contemporánea

Susana Bianchi

Universidad
f S l Nacional
\WtM de Quilines
XI Editorial

Bernal, 2007
Cuadernos Universitarios ÍNDICE
Colección dirigida por Jorge Flores

Bianchi, Susana
Historia social del mundo occidental : del feudalismo a
la sociedad c o n t e m p o r á n e a - 1 a ed. 2a reimp. - Bernal : Introducción 11
Universidad Nacional de Quilmes, 2007.
280 p. ; 20x15 cm.- (Cuadernos Universitarios; 10) C a p í t u l o I. La sociedad feudal 21
1. De la a n t i g ü e d a d al feudalismo: los tres legados 21
ISBN 978-987-558-048-0
El legado romano . .' 21
E l cristianismo 25
1. Historia Universal I. T í t u l o
Los germanos 26
C D D 909
La lenta fusión de los legados (siglo VI-VIII) 27
2. La sociedad feudal 28
Señores y campesinos 30
M o n a r q u í a s y nobleza feudal 33
Propiedad y familia señorial 34
La Iglesia y el orden ecuménico 35
I a edición: 2005 3. Las transformaciones de la sociedad feudal 37
I a reimpresión: 2006
El proceso de expansión 37
2 a reimpresión: 2007
Las transformaciones de la sociedad 42
Los cambios de las mentalidades 50
© Susana Bianchi. 2005
4. La crisis del siglo XIV 56
© Universidad Nacional de Quilmes. 2005
La crisis del feudalismo 56
Roque Sáenz Peña 180 - Bernal - ( B 1 8 7 6 B X D ) Pcia. de Buenos Aires
Cronología 64
(5411) 4365-7100
http://www.unq.edu.ar Referencias bibliográficas 69
editorial@unq.edu.ar
C a p í t u l o II. La é p o c a de la transición: de la sociedad feudal
ISBN: 978-987-558-048-0 a la sociedad burguesa (siglos XV-XVIIl) 71
1. La expansión del siglo XVI 71
Edición y diseño de interiores: Rafael Centeno La formación de los imperios coloniales 72
Diseño de tapa: Lorenzo Shakespear Las transformaciones del m u n d o rural. Agricultura comercial
y refeudalización 73
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Las transformaciones de las manufacturas y el comercio. C a p i t a l
mercantil y producción manufacturera 75
Impreso en Argentina 2. El Estado absolutista y la sociedad 76
HISTORIA SOCIAL D E L M U N D O O C C I D E N T A L 37
SUSANA BIANCHI
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desigualdades sociales formando parte de un plan d i v i n o . Según su f o r m u -


era considerada una actividad normal de las clases señoriales. Y los saqueos
lación, desde la creación Dios había otorgado a los hombres tareas especí-
y depredaciones afectaban sobre todo a la e c o n o m í a campesina, i m p oni en-
ficas que determinaban una particular y jerarquizada organización de la
do una e c o n o m í a que se basaba en el pillaje.
sociedad. E n la cúspide se colocaba el primer orden, el de los oratores, el
S i n embargo, desde las últimas etapas de la feudalización, la Iglesia i n -
clero que tenía la misión de orar por la salvación de todos; en segundo l u -
tervino c o m o factor de m o d e r a c i ó n , imponiendo lo que se conoció c o m o
gar, estaban los bellatores (del latín, bella = guerra), es decir, la nobleza gue-
la Paz de D i o s . El f e n ó m e n o c o m e n z ó al sur de la G a l i a , pero a lo largo del
rrera que c o m b a t í a para defender al resto de sociedad; por último, los
siglo XI se extendió por toda Europa occidental. C o m o señala George
laboratores, es decir, los campesinos que debían trabajar la tierra para m a n -
D u b y , los principios de la Paz de D i o s eran m u y simples: D i o s había dele-
tener con su trabajo a la gente de oración y a la gente de guerra.
gado en los reyes la misión de la paz y la justicia, pero c o m o éstos eran i n -
Este esquema se impuso m u y rápidamente en la conciencia colectiva
capaces de c u m p l i r l a , Dios había reasumido estos poderes y los había
sosteniendo un profundo consenso acerca de c ó m o debía funcionar el
entregado a sus servidores los obispos, auxiliados por los señores locales. 5
cuerpo social: presentaba una visión organicista de la sociedad percibida
Para ejecutar este principio, los obispos reunían a los grandes nobles en
como un todo a r m ó n i c o , en el que cada una de sus partes d e s e m p e ñ a b a
C o n c i l i o s donde se impusieron ciertas normas sobre la guerra y se estable-
una función designada por D i o s . De este m o d o , este modelo de sociedad,
ció que quien las violara caería en la excomunión. Esas reglas fueron m u y
que se consideraba ecuménico, se impuso c o n la misma fuerza de la natu-
sencillas: no se podía combatir ciertos días de la semana, en fiestas religio-
raleza: era un orden sagrado y, por lo tanto, inmutable. Permitía funda-
sas o en los días de mercado; no se podía luchar en ciertos lugares como en
mentalmente legitimar la explotación señorial considerada el precio de la
los atrios de las iglesias o en los cruces de los caminos; no se p o d í a atacar a
seguridad que los señores ofrecían.
los sectores considerados más vulnérales como los clérigos y los pobres. Es
cierto que la eficacia de la Paz de Dios fue relativa y que Europa no dejó de
estar libre de tumultos señoriales. Sin embargo, al imponerse algunas nor-
3. Las transformaciones de la sociedad feudal
mas se pudieron registrar ciertos cambios en los comportamientos.
S i n duda tuvo influencia en las estructuras más profundas de la vida
El proceso de expansión
e c o n ó m i c a : al evitar que se impusiera una e c o n o m í a basada en el pillaje, fa-
voreció la consolidación del feudalismo. Pero fundamentalmente, la Paz de
H a c i a el siglo XI c o m e n z ó a registrarse una serie de síntomas: las fuentes se-
D i o s creó una nueva moral acerca de la guerra, una nueva moral que des-
ñalan que las iglesias eran más grandes y lujosas, que había más animación
vió los poderes de agresión que contenía la sociedad feudal fuera de los lí-
en los caminos, que los mercados eran más activos. Eran signos de una ex-
mites de la cristiandad. Si contra los cristianos no se p o d í a luchar, contra
pansión e c o n ó m i c a e incluso demográfica, expansión estrechamente v i n c u -
los "infieles", contra los enemigos de Dios no sólo era lícito sino deseable
lada c o n la consolidación del feudalismo y con un mayor desarrollo de las
combatirlos. En síntesis, de la Paz de Dios derivó el "espíritu de cruzada"
fuerzas productivas.
de esos señores que se dirigieron a Tierra Santa en defensa de la religión.
Pero hay algo m á s : al bendecir a los cruzados y sus espadas, la Iglesia legi-
La expansión demográfica y agrícola
timó la función guerrera de la nobleza feudal, transformándola en el brazo
armado de la cristiandad.
El aumento de la productividad se vinculó con la introducción de una se-
Esta moral d e s e m b o c ó en una peculiar imagen de la sociedad que con-
rie de perfeccionamientos técnicos. El proceso no fue simple ni lineal. Es
tribuyó a la consolidación de sus estructuras. En efecto, hacia el año 1000
cierto que aún influía una mentalidad que consideraba que el trabajo no
llegó a su madurez el modelo de los tres órdenes, teoría lentamente elabo-
era cuestión de señores. Pero también es cierto que la revalorización del tra-
rada entre los intelectuales eclesiásticos. Esta teoría, que incluía sin dificul-
bajo que hizo la Iglesia —a través de las órdenes religiosas, c o m o la de San
tad las relaciones de s u b o r d i n a c i ó n y dependencia, presentaba las
Benito de N u r s i a que consideraba que "labrar es o r a r " - junto con la nece-
sidad de aumentar el excedente permitieron introducir nuevas técnicas: los
5 Véase Duby, G . (1985), pp. 199-342.
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molinos hidráulicos, que exigieron obras de desagüe o endicamiento; el conquistaron las tierras de los eslavos. Estos señores impulsaron una vigoro-
empleo de arados de hierro, el uso de la tracción animal con un collar de sa colonización en los territorios ubicados en las márgenes derechas de los
estructura rígida que permitía un aprovechamiento intensivo de la fuerza ríos Elba y Saale, que fueron ocupados por campesinos de Sajonia y de T u -
de los animales; el herrado y un paulatino reemplazo de los bueyes por los ringia y que permitió un avance posterior de la colonización que en el si-
caballos. Algunos señores fueron activos difusores de estas técnicas. Los glo XIII alcanzó hasta Lituania y el golfo de Finlandia.
condes de Flandes, por ejemplo, en los Países Bajos alentaron y sostuvieron
Este tipo de colonización implicaba el trasvasamiento de poblaciones
la construcción de diques para ganar tierras al mar y contener los ríos. M á s
a distancias m u y largas y adquirió la forma de una verdadera empresa en la
tarde, los príncipes alemanes llamaron a estos técnicos flamencos para de-
que el señor debía adelantar fondos para instalar colonos, roturar, desecar
secar las márgenes del Elba inferior.
pantanos, talar bosques. A d e m á s , para alentar a los campesinos a trasladar-
El aumento de la producción agrícola permitía alimentar a más gente. se se les p r o m e t í a n ciertas ventajas: por acuerdos orales o escriros, los po-
De allí que pronto se reflejara en un aumento de la población. Pero esta ex- bladores de estas villasnuevas quedaban liberados de algunas cargas. D a d a
pansión demográfica también creó problemas. La ocupación humana se h i - la magnitud de la empresa, los señores debieron incluso contratar a locuto-
zo excesivamente densa en las zonas más antiguamente pobladas del área res, verdaderos agentes de colonización, encargados de dar a conocer a los
romanogermánica y las tierras se volvieron escasas: era necesario incorporar campesinos las condiciones de la empresa, de trasladarlos y de distribuir las
nuevas tierras a la actividad productiva. A partir de las últimas décadas del tierras. De este m o d o , el primitivo núcleo europeo comenzaba a expandir
siglo XI se c o m e n z ó entonces llevar a cabo un amplio movimiento de rotu- sus fronteras.
ración, es decir, crear campos de cultivo a expensas de las extensiones i n c u l -
tas. Esto fue posible por el empuje demográfico, pero también por los La expansión hacia la periferia
perfeccionamientos técnicos que permitieron desecar pantanos, endicar ríos
y, con la aparición de la sierra hidráulica, atacar bosque de maderas duras.
La expansión hacia la periferia se encontraba estrechamente vinculada con
Los primeros movimientos de roturación fueron de iniciativa campe- la oleada de invasiones que desde el siglo VIII en el caso de los musulma-
sina. Los campesinos ampliaron el claro aldeano, ganando las tierras i n c u l - nes, en el M e d i t e r r á n e o , y desde el siglo IX en el caso de los normandos, en
tas que rodeaban a la aldea. Estas nuevas tierras se dedicaban en los el norte, y de magiares y eslavos, en el este, habían asolado a Europa. C o -
primeros tiempos a las pasturas - l o que benefició la cría de animales de t i - mo ya señalamos, estas invasiones habían demostrado la impotencia de los
ro y m e j o r ó el equipo de arar- y luego al cultivo de cereales, lo que aumen- poderes centrales frente a las amenazas sobre sus extensas fronteras y con-
tó la producción de alimentos. Pero además de esta ampliación del claro solidó el poder de los señores a quienes correspondió la protección de sus
aldeano, los campesinos iniciaron movimientos más audaces como la crea- tierras. Pero estas invasiones también atrajeron la atención hacia las ni
ción de nuevos núcleos de poblamiento. El motor de este movimiento fue- zonas de las que provenía el ataque y hacia las que se dirigió, más tarde, i
r o n los más pobres, los hijos de familias campesinas demasiado numerosas enérgica contraofensiva.
que no p o d í a n hallar alimento en las tierras familiares. Esto implicaba tras-
En efecto, en la defensa primero, y en el ataque después, el pri
ladarse al corazón de los espacios incultos, en los que nadie o m u y pocos
núcleo europeo estableció contactos con regiones con las que hasta
habían penetrado anteriormente, para atacarlos desde su interior: allí los
ees había tenido m u y escasa c o m u ni c a c i ó n. Es cierto que, en
campesinos, roturando y desecando tierras, creaban nuevos núcleos de po-
momento, los invasores habían producido un fuerte retroceso i
blamiento y nuevos espacios para el cultivo.
las costas del Mediterráneo, del mar del N o r t e y del Báltico y i
Pero los señores m á s sensibles al espíritu de lucro también advirtieron del Elba y del D a n u b i o . Pero a mediados del siglo X, la cor
las ventajas del procedimiento. De este modo, las roturaciones se transfor- los agresores d i s m i n u y ó , mientras aumentaba la capacidad
maron en una empresa señorial, en un movimiento que cubrió el siglo X I I . señores: de este m o d o , en el siglo XI c o m e n z ó una enérgic
Esto consistió muchas veces en la apertura de nuevas tierras, muchas veces La Paz de Dios a d e m á s había confirmado a la nobleza ep
m u y distantes del núcleo originario, generalmente, en las zonas fronterizas. fensora de la cristiandad: era necesario combatir a los
U n o de los casos m á s notables lo constituyó el de los señores alemanes que migos de D i o s .
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D o n d e primero se manifestó la capacidad contraofensiva fue sobre las No debo omitir hablar de aquellos que, llenos de celo por nuestra muy santa ex-
fronteras del Elba y del D a n u b i o donde se movían eslavos y magiares, con- pedición, no temían navegar a través de los vastos y desconocidos espacios del
traofensiva que permitió una expansión hacia el este, en donde los señores mar Mediterráneo y del Océano. Los ingleses, informados de la empresa que te-
alemanes iniciaron el proceso de colonización agrícola al que ya nos referi- nía por objeto vengar a Nuestro Señor Jesucristo de aquellos que se habían apo-
mos. El movimiento de expansión hacia el norte adquirió características d i - derado indignamente de la tierra natal del Señor y de sus apóstoles, entraron en
ferentes. Durante los siglos IX y X, los normandos habían lanzado una serie el mar de Inglaterra, hicieron la vuelta de España después de haber atravesado
de ataques desde las costas del Báltico y del M a r del N o r t e y habían hecho el O c é a n o , y surcando enseguida el mar Mediterráneo llegaron después de gran-
pie en el continente: en el a ñ o 9 1 1 , el rey de Francia, Carlos el Simple, de- des esfuerzos al puerto de Antioquía. Los navios de esos ingleses nos fueron en-
be cederles un territorio, la N o r m a n d í a , donde se estableció un señorío tonces infinitamente útiles. Gracias a ellos tuvimos los medios para llevar a cabo
normando. En Italia, a lo largo del siglo XI, los señores de L o m b a r d í a ha- las operaciones de sitio y para comerciar con la isla de Chipre y otras islas (Ray-
bían llamado a grupos normandos para luchar contra los musulmanes y a mond D'Agiles, Historia Francorum qui ceperunt Hierusalem).
cambio de estos servicios habían entregado tierras a los principales jefes de
estas bandas. En síntesis, aparecieron enclaves normandos que se convirtie- A esos enclaves cristianos transformados en emporios m a r í t i m o s llegaron
r o n en puntos de contacto c o n el área del Báltico y del M a r del N o r t e . A d e - písanos, venecianos, genoveses, ingleses y normandos que abrieron una i m -
m á s , la conversión del m u n d o nórdico al cristianismo permitió que la portante corriente mercantil y m u y rápidamente la posibilidad de impor-
organización eclesiástica se transformara en una importante vía de cone- tar mercaderías de Oriente q u e d ó en manos de navegantes y mercaderes
x i ó n . De este m o d o se establecieron con zonas periféricas lazos e c o n ó m i - cristianos. Este comercio marítimo se complementaba con el comercio por
cos, políticos y culturales que transformaron al primitivo núcleo europeo tierra que benefició sobre todo a las ciudades-puertos del Mediterráneo co-
en el centro de un á m b i t o mucho más vasto. mo Genova, Venecia, Marsella, Barcelona. Estas ciudades se tranformaron
Pero también la expansión a la periferia se dirigió hacia el área del M e - en importantes centros mercantiles donde se concentraban los productos
diterráneo oriental a través de una enérgica ofensiva de los señores —en su orientales de lujo: especias, tinturas, orfebrería y, sobre todo, telas de fabri-
calidad de defensores de la fe— contra los musulmanes de Levante. La no- cación oriental, los damascos provenientes de Damasco, las gasas de G a z a
ticia de la caída de Jerusalén en manos de los "infieles" m o v i ó , desde el si- y las muselinas de M o u s u l .
glo XI y con el objetivo de rescatar el Santo Sepulcro, a organizar esas T a m b i é n en el norte se estableció una fuerte corriente comercial, so-
empresas militares que se conocen como las Cruzadas. C o m o resultado de bre todo en las ciudades alemanas que, a través de los pasos alpinos, se co-
la primera C r u z a d a (1095) -a la que marcharon señores franceses, alema- nectaban con Venecia y otras ciudades italianas. Aparecieron así importan-
nes, flamencos y los normandos del sur de Italia- se establecieron algunos tes núcleos c o m o C o l o n i a , Brujas, H a m b u r g o , L ü b e c k que controlaban el
señoríos cristianos en Antioquía, Trípoli y Jerusalén. Esos señoríos tuvieron comercio de telas, pieles, sal y maderas duras que se extendía por el Báltico,
una existencia efímera pero ejercieron una influencia fundamental, no só- el M a r del N o r t e y el Atlántico. Incluso estas ciudades formalizaron sus re-
lo en la región donde estaban enclavados, sino en toda el área del M e d i t e - laciones para proteger la navegación, unificar los esfuerzos y llegar a acuer-
rráneo, al intensificar las comunicaciones, sobre todo cuando esos enclaves dos comerciales. Así surgió esa liga de ciudades conocida c o m o la Liga
cristianos se transformaron en importantes emporios marítimos. Hanseática o Hansa G e r m á n i c a .
De este m o d o , la expansión a la periferia permitió el surgimiento de
La expansión mercantil y urbana dos grandes áreas comerciales marítimas, el Mediterráneo y el área del Bál-
t i c o - M a r del N o r t e , que a su vez se comunicaron entre sí por vías fluviales
El movimiento de las Cruzadas q u e d ó estrechamente vinculado a una i n - y terrestres dando origen a una vasta red mercantil. Esta red tenía como
tensa corriente mercantil. En efecto, la "defensa de la fe" y las actividades uno de sus principales centros la zona de Champagne, en Francia, en d o n -
comerciales m u y pronto quedaron confundidas. R a y m o n d D'Agiles, cape- de se desarrollaban ferias anuales que pronto se transformaron en el p r i n -
llán del C o n d e de Toulouse, era explícito al respecto: cipal centro del comercio internacional.
Al calor de las actividades mercantiles crecieron las ciudades: se repo-
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blaron los antiguos centros urbanos, pero también surgieron nuevos. Esto Aventureros y siempre ambulantes, estos mercaderes realizaban viajes
fue posible a d e m á s por otros factores: por el crecimiento demográfico que a lugares m u y lejanos ya que la escasez de los productos aumentaba su va-
caracterizó al largo período que se extiende entre los siglos XI y XIII y por el lor y les permitía poner a sus mercancías precios altos. Pero luego también
aumento de la producción agrícola que permitía alimentar a un creciente iban en busca de sus clientes: desembalaban sus existencias en los castillos,
n ú m e r o de personas dedicadas a tareas no agrarias. En síntesis, a partir del en donde se habían reunido los vasallos para prestar consejo; en las entra-
siglo XI también se registró un movimiento de expansión de la vida urbana. das de las iglesias de centros de peregrinación duranre los grandes festejos
En Italia, el comercio internacional permitió el crecimiento de ciuda- que atraían a los nobles. Esto constituía una novedad: antes aprovisionar-
des-puertos c o m o Venecia, Genova, Pisa, A m a l f i . A d e m á s , crecieron otras se era para los señores una empresa aventurada en la que debían enviar a
en la medida que el desarrollo del comercio favorecía la p r o d u c c i ó n de ma- sus servidores en b ú s q u e d a de los objetos exóticos. A h o r a , en cambio, el
nufacturas: fue el caso de Florencia, donde se desarrollaron las artesanías de mercader se adelantaba a sus deseos, los tentaba a comprar.
p a ñ o s finos, de seda, de perfumes y pieles, o de las ciudades flamencas co- Para comprar, los señores entonces debieron recurrir a sus reservas de
mo Gantes, Ypres y Bruselas especializadas en tejidos finos, encajes y tapi- metales preciosos: se acuñaron nuevas monedas con la plata de las copas,
ces. Pero t a m b i é n la misma a n i m a c i ó n que comenzaba a suceder en los los brazaletes y los ornamentos del altar. A u n q u e también la pimienta en
caminos fue un factor de crecimiento urbano: fue el caso de París, situada saco y las pepitas de oro se utilizaban como instrumentos de cambio, fue-
en el punto estratégico de cruce de varias rutas, y fue el caso de aquellas ron las monedas las que comenzaron a circular m á s rápidamente. Al ser
que jalonaban los caminos hacia R o m a o hacia Santiago de Compostela m á s comunes, las monedas tuvieron menos valor y en los últimos años del
convertidas en centros de peregrinación. Y las ciudades se transformaron siglo XI se registró un alza de precios, imposible de evaluar, pero que con-
en centros de actividades estrechamente vinculadas al surgimiento de nue- tinuó regularmente. Pero los hombres rambién advirtieron que las mone-
vos grupos sociales. das salidas de los numerosos talleres de acuñación no eran todas idénticas.
De allí el surgimiento de una nueva noción, la de la cotización de las mo-
nedas, y el surgimiento de nuevos oficios, c o m o cambistas, pesadores, re-
Las transformaciones de la sociedad cortadores y, por último, prestamistas de dinero.
Los comerciantes de los siglos XI y XII eran vagabundos que llevaban
Los burgueses en el mundo feudal sus géneros sobre sus espaldas o, m á s a menudo, sobre los lomos de los ani-
males de carga. Salvo los meses más crudos del invierno, en los que la nie-
En el primer tercio del siglo XI, conforme avanzaba el desarrollo mercantil, ve cerraba los caminos, se encontraban siempre de viaje; de allí el nombre
apareció y se difundió un nuevo tipo social: el mercader profesional. 6 de "polvorientos" que recibieron en los países anglo-normandos. El merca-
M u c h a s veces, los mercaderes habían surgido de los m á s humildes i n i - der era entonces un forastero objeto de desconfianza y de escándalo, pues
cios. El crecimiento demográfico y la escasez de tierras habían empujado a se enriquecía de m o d o visible vendiendo con ganancia lo que sus p r ó j i m o s
muchos, casi menesterosos, al vagabundeo y a ocuparse de actividades m u y necesitaban, pero su paso también despertaba la codicia. Las dificultades y
marginales c o m o , por ejemplo, recoger en las playas restos de naufragios. los peligros hicieron que los comerciantes formaran asociaciones -llamadas
C o m o resultado de algunos encuentros afortunados, algunos p o d í a n trans- Guildas en los Países Bajos—, es decir, c o m p a ñ í a s de mercaderes que poco a
formarse en buhoneros -vendedores ambulantes de baratijas-, amasar al- poco fueron logrando establecer una mayor seguridad en los caminos, ne-
gunas monedas y unirse a las caravanas que se dirigían a Oriente o al gociar con los señores para que les redujeran razonablemente los peajes o
Báltico. Podían entonces comprar algunos productos y trasladarse de feria los derechos de mercado en los territorios de su jurisdicción, ya que el pa-
en feria transformándose en mercaderes profesionales. En síntesis, de la so de las caravanas de mercaderes despertaba la avidez señorial.
masa de menesterosos pudieron salir algunos nuevos ricos. En efecro, en sus viajes de largas distancias, para velar por la propia se-
guridad, los mercaderes por lo c o m ú n viajaban en grupos, caravanas disci-
plinadas y armadas -semejantes a una expedición m i l i t a r - que reunían a
6
Véase Gurevic, Aron J. (1990), pp. 255-294. los comerciantes de una misma ciudad o que debían recorrer un m i s m o ca-
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m i n o . Pero esto muchas veces no era suficiente contra los peligros de un


maestros. Y esto ocurrió porque los viejos maestros pronto controlaron las
m u n d o en el que cada señor local tenía toda suerte de derechos sobre los
corporaciones gremiales -llamadas Artes en Italia- que monopolizaban los
forasteros que atravesaban sus d o m i n i o s . Es cierto que la Paz de D i o s o b l i -
oficios. Las corporaciones, cuyo origen databa del siglo XI, habían surgido
gaba a no dañar a los mercaderes, pero la salvaguardia de las caravanas que-
como sociedades de "ayuda mutua", destinadas a proteger a sus miembros de
dó verdaderamente asegurada mediante una institución nueva, el conducto:
diversas dificultades, sobre todo, la inseguridad de los caminos. Pero, al mis-
al ingresar en un territorio señorial, los mercaderes quedaban bajo la pro-
mo ritmo de la expansión económica y la circulación monetaria, sus objeti-
tección del señor a cambio de un impuesto especial, el "peaje," que se con-
vos cambiaron: regularon la producción -tanto en calidad como en canti-
virtió en una especie de un seguro contra la expoliación.
d a d - , fijaron los precios, controlaron los mercados. En síntesis, ejercieron un
Pero también era necesario asegurar la paz de las ferias, esas grandes firme m o n o p o l i o sobre cada actividad. El monopolio fue así un rasgo distin-
reuniones de negocios, que permitían a los mercaderes entrar en contacto. tivo de las corporaciones gremiales que, desde fines de siglo XII y sobre todo
Algunos grandes señores, c o m o los de Champagne, los de Flandes o los en el siglo XIII, quedaron controladas por maestros que impusieron una rígi-
abades de Saint Denis, deseosos de fomentar estas actividades por los re- da organización estamentaria. En este sentido, por su carácter jerárquico, las
cursos que obtenían, fueron eficaces en otorgar protección a los mercade- corporaciones reflejaban el carácter mismo de la sociedad feudal.
res de m o d o tal que esos centros se convirtieron, en fechas fijas durante
El paso de los viajantes durante el verano, la residencia en invierno de
algunos días del a ñ o , en el siglo XII, en los focos m á s animados de la reno-
estos profesionales de los negocios, y el desarrollo de actividades financie-
vación comercial. Sobre todo, c o m o ya señalamos, fueron las ferias de
ras y de las manufacturas, c o m o señalamos, a n i m ó la función de las ciuda-
Champagne las que se transformaron en el centro del comercio internacio-
des. En las proximidades de las antiguas ciudades romanas, de algunos
nal. Allí los comerciantes que llegaban desde las costas del mar del N o r t e ,
castillos importantes, y de monasterios poderosos se formaron barrios nue-
o desde Italia se reunían, intercambiaban sus productos, ajustaban sus
vos, los burgos, muchas veces situados en antiguas fortalezas destinadas a
cuentas y se separaban después para distribuir las mercaderías por sus dis-
la protección de la población circundanre. Algunas veces eran sólo una lí-
tintas zonas de acción. Pero las ferias de Champagne no fueron sólo un l u -
nea de cabanas, de aspecto m u y rústico, alrededor de la plaza donde se dis-
gar de intercambio de mercancías, sino que allí comenzaron a desarrollarse
p o n í a el mercado.
los primeros sistemas de crédito y a circular las letras de cambio. De este
m o d o , muchos mercaderes se transformaron también en banqueros - l l a m a - El burgo era, sin embargo, el centro de las nuevas actividades y otor-
dos así porque ajustaban sus cuentas en los bancos de la feria- y financistas. gó su nombre, burgueses, a aquellos que lo habitaban. Al p r i n c i p i o , el bur-
go no estaba demasiado separado del medio rural, ni los burgueses parecían
C o m o ya dijimos, la reactivación del comercio y la intensificación de
en sus hábitos y en su mentalidad demasiado diferentes de los campesinos.
la circulación monetaria favorecieron el desarrollo de la p r o d u c c i ó n m a n u -
Incluso, estos burgueses como los campesinos se encontraban sometidos al
facturera, fundamentalmente de artículos suntuarios, es decir, productos
derecho de ban de un señor que los sometía a su justicia y les arrancaba
de alto precio y calidad y bajo v o l u m e n que se destinaban a mercados m u y
contribuciones.
restringidos (a la nobleza feudal, a señores eclesiásticos, a iglesias, a cortes
Pero pronto se estableció la diferencia. Los jefes de las familias burgue-
señoriales). Esta p r o d u c c i ó n manufacturera se desarrollaba en talleres arte-
sas d e s e m p e ñ a b a n un "oficio", es decir, un trabajo especializado, diferente
sanales muchas veces sobre la base de la mano de obra familiar.
del trabajo c o m ú n que era la tierra. A d e m á s sus actividades dejaban una ga-
Pero la organización de los talleres también presentaba una mayor
nancia directa en dinero. Y esto señalaba la principal característica de la bur-
complejidad: estaban integrados por un maestro, el m á s experto en el ofi-
guesía: la naturaleza de su fortuna. Y otra gran diferencia: los habitantes de
cio, a c o m p a ñ a d o de varios oficiales y "aprendices." Estos últimos eran j ó -
los burgos por su misma riqueza en dinero eran más libres, estaban mejor
venes que deseaban aprender el oficio, que convivían con el maestro y su
protegidos de las exacciones arbitrarias del señor. En síntesis, los burgueses
familia y que, a cambio de su trabajo, obtenían su m a n u t e n c i ó n .
comenzaban a perfilarse como un grupo social claramente diferenciado.
En teoría, los aprendices p o d í a n llegar a ser oficiales, y los oficiales,
La sociedad urbana se había conformado a partir de diferentes elemen-
maestros cuando dominaran perfectamente el oficio. Pero en la práctica,
tos sociales: mercaderes y artesanos; siervos que huían de los campos bus-
para los oficiales resultó m u y difícil poder instalar un taller para llegar a ser
cando mejores condiciones de vida; p e q u e ñ a nobleza, muchas veces sin
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tierras que había logrado juntar un capital y asociarse a algún comercian- en lo útil y lo honesto". Pero m u y pronto esta asociación para protección
te, y t a m b i é n extranjeros. ¿Por q u é extranjeros? Los señores muchas veces mutua -o C o m u n a , como se la llamaba en la é p o c a - fue cubriendo otros
habían querido fomentar las nuevas actividades económicas - e l cobro de objetivos. Por "protección" se entendía también negociar con los señores
peajes y de derechos de mercado eran importantes fuentes de recursos- y del burgo algunas exigencias que molestaban particularmente a estos h o m -
para ello estimularon su desarrollo trayendo desde otros lugares a grupos bres de negocios: los impuestos arbitrarios e imprevisibles, peajes demasia-
especializados. En las fuentes es frecuente encontrar menciones a comer- do pesados que alejaban a los viandantes, procedimientos judiciales
ciantes alemanes en las ciudades del Báltico, a franceses en el norte de Es- demasiado primitivos que se ajustaban mal a las nuevas actividades mer-
p a ñ a , a lombardos en Inglaterra. Sin embargo, pese a sus orígenes cantiles, requisas militares que cerraban los caminos. E incluso se fue m á s
heterogéneos, pronto se c o n f o r m ó una sociedad urbana relativamente ho- allá: cuando el grupo adquirió m á s fuerza reclamó que la C o m u n a fuera la
m o g é n e a . H o m o g é n e a en su interior, pero esencialmente diferente al con- responsable de administrar los asuntos de la ciudad.
texto de la sociedad feudal. M u c h a s veces, los acuerdos con el señor fueron pacíficos. Los burgue-
ses tenían el dinero que tanto tentaba a la nobleza y, a cambio de cuantio-
Los conflictos sociales: los movimientos antiseñoriales sos donativos y de impuestos regulares, algunos señores concedieron las
"franquicias" o "cartas francas" que, sin suprimirlo totalmente, limitaban
Los burgueses constituían un grupo social extraño al orden tradicional, es- dentro de la ciudad el poder señorial. Pero otras veces, frente a la disiden-
taban fuera de ese modelo de los tres órdenes (los oradores, los guerreros y cia, los señores acudieron al principio de autoridad. Fue el caso, sobre todo,
los labradores) al que la Iglesia había atribuido un carácter sagrado y ecumé- de los señoríos eclesiásticos, allí donde el señor era un obispo o el abad de un
nico. En síntesis, no tenían una existencia reconocida. De allí que las fuen- monasterio. En efecto, estos hombres de Iglesia -menos necesitados de d i -
tes, cuando se refieren a ellos como "extranjeros" (en latín, advenae) no sólo nero, ya que contaban con las ricas limosnas burguesas y nobiliarias, y ce-
indican las comarcas de procedencia de muchos, sino fundamentalmente su losos custodios del orden constituido— fueron los primeros en denunciar la
carácter de "advenedizos", de gente que es diferente a la del contexto. naturaleza de estos movimientos, en denunciar "esas execrables institucio-
Pero, como señala J o s é Luis Romero, los nuevos sectores sociales, a nes de la C o m u n a en la que se ve a los siervos, contra toda justicia y todo
partir de su experiencia c o m ú n , a través de las distintas formas de vida so- derecho, sustraerse violentamente a la legítima autoridad de los señores"
cial - e n el mercado, en la plaza del burgo, en el seno de sus propias asocia- (Guibert de Noguent, De vita sua, 1112).
ciones- fueron tomando cierta conciencia de grupo. Se sabían excluidos de Frente a la aspiración señorial de considerar a los burgueses como sus
la c o m u n i d a d rradicional y fundamentalmente, se sentían expoliados por siervos, los burgueses aspiraban al reconocimiento de sus libertades, en-
la clase señorial. Incluso descubrían las normas en c o m ú n que poseían y la tendidas como "libertades" concretas frente a prohibiciones taxativas,
coincidencia en ciertos valores. Surgidos del cambio m i s m o , los grupos franquicias para transitar, para contar con seguridad en las ferias, para ex-
burgueses descubrían lo que les era hostil y lo que constituía un obstáculo plotar los molinos y los lagares. De allí que los conflictos no tardaran en
para el desarrollo de sus actividades y para su propio ascenso y pronto pa- esrallar, con una violencia cuya magnitud estaba dada por los intereses en
recieron dispuestos a modificar esas condiciones. 7 juego. M u c h a s veces los motivos de la insurrección p o d í a n ser ocasionales:
Entre los burgueses se reforzaron entonces los vínculos a través de la un nuevo impuesto, un nuevo peaje que el señor quería cobrar p o d í a ser la
conjura, expresada en la práctica de la "amistad", un juramento de frater- chispa que encendía el movimiento. La confiscación de un barco de un r i -
nidad destinado a consolidar la propia seguridad. La carta de Aire-sur-la- co negociante por el arzobispo suscitó en C o l o n i a una vigorosa rebelión
Lys, en la Francia del siglo XII, resulta explícita del carácter de estas (1074). El uso de las aguas de un río cuyo derecho reivindicaban los tinto-
conjuras: "Todos los que pertenecen a la amistad de la ciudad han firmado reros de Beauvais fue el origen de un difícil conflicto (1099). La prohibición
por la fe y el juramento que cada uno ayudará al otro como a un hermano de viajar establecida por el conde de Flandes m o v i ó a los mercaderes de
Brujas a rebelarse contra él (1127). En general, en los siglos XI y XII, en
Francia, A l e m a n i a e Italia estos movimientos parecían difundirse cada vez
7
Véase Romero, José Luis (1967), tercera parte, cap. 1 "Los enfrentamientos sociales". con m á s intensidad.
48 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O OCCIDENTAL 49

M u c h a s veces los insurrectos podían ver en la sublevación sólo una señalaba su falta de prestigio y significación. Eran p e q u e ñ o s comerciantes
o p o r t u n i d a d para el saqueo, para satisfacer venganzas personales, para ase- y artesanos y quienes ejercían profesiones consideradas menores, como car-
sinar al señor o al ejecutor visible de los actos de expoliación. Pero también niceros y taberneros, que se confundían en un amplio abanico con una i n -
en el seno de la insurrección las aspiraciones se definían y adquirían mayor definida masa de gente sin oficio y un sector de asalariados. Estos últimos,
precisión. Y desafiando la misma e x c o m u n i ó n con que la Iglesia los casti- ubicados en los estratos m á s bajos de la sociedad urbana, sin embargo ad-
gaba, los movimientos desembocaban en la aspiración al ejercicio del po- quirieron una considerable gravitación que les permitió imponer, en algu-
der: al establecimiento de la C o m u n a en el gobierno de la ciudad. C u a n d o na medida, sus puntos de vista sociales y políticos.
estos movimientos triunfaban, quedaba claro que estos nuevos grupos so- En efecto, las manufacturas textiles, la metalúrgica e incluso la indus-
ciales escapaban poco a poco -aunque con dificultades e intermitencias— al tria naviera habían creado en algunas ciudades un grupo de asalariados
poder de los señores, al m i s m o tiempo que se ponían en tela de juicio los bien diferenciados del resto, que constituyeron el núcleo en la lucha con-
fundamentos de ese orden tradicional considerado eterno e inmutable. tra las oligarquías urbanas: los nuevos conflictos se relacionaban con las rei-
vindicaciones e c o n ó m i c a s de los m á s pobres confundidas c o n las
Oligarquías urbanas e insurrecciones populares aspiraciones de aquellos más ricos que habían quedado excluidos del poder
urbano. A mediados del siglo XII, las insurrecciones se hicieron graves y tu-
La burguesía que p o d í a acceder al gobierno de la ciudad ya no constituía multuosas. El movimiento se aceleró particularmente allí donde los grupos
un grupo h o m o g é n e o . Un grupo, generalmente conocido como el patricia- populares encontraron un jefe resuelto como ocurrió en Lieja en 1253.
do, se desprendió del conjunto y adquirió desde el siglo XII una singular A d e m á s , la agitación no tardó en extenderse por todos los Países Bajos y en
posición de predominio en todas las ciudades. Eran indudablemente los Francia. M o v i m i e n t o s análogos se registraban en diversas ciudades italia-
sectores burgueses m á s ricos y poderosos. En algunas viejas ciudades de los nas, como Parma, Siena, Novara, Pistoia, Brescia y Pisa en la última déca-
Países Bajos o de Italia, se confundían con una baja nobleza que no d u d ó da del siglo XIII.
en emprender negocios lucrativos, se instaló en las ciudades y pronto esta- Los enfrentamientos de los sectores populares c o n las oligarquías urba-
bleció vínculos con los prósperos grupos de comerciantes. En otras ciuda- nas, si bien tuvieron en cada caso una fisonomía local, fueron un fenóme-
des, el patriciado se constituyó por el libre juego de la fortuna que les no general europeo que reflejaba el aumento de las tensiones sociales. La
p e r m i t i ó a algunos el acceso a ciertos símbolos de diferenciación social, co- novedad m á s significativa apareció en las estrategias de lucha. A d e m á s de
mo el uso de armas y de caballo, y a afortunados matrimonios nobiliarios. los actos violentos y de los motines, se encontró un m é t o d o que afectaba
A s í por ejemplo, en Parma (Italia), las damas nobles solían casarse con los los intereses m á s caros de la burguesía: el abandono del trabajo cuando la
ricos burgueses de San D o n i n o ; mientras que en los Países Bajos, la fami- jornada se hacía insoportable o los salarios eran insuficientes comenzaron
lia burguesa de Erembauld, de Brujas, había logrado casar a sus hijas c o n a conformar la huelga como una nueva forma de acción. El m é t o d o fue
caballeros de alta posición. Lo cierto es que la memoria de los orígenes ser- particularmente significativo en aquellas ciudades como Arras y Gantes
viles se borraba, mientras se conformaban linajes de familias cuyo poder, que concentraban grandes sectores de asalariados (1274).
riqueza e influencia dominaban la ciudad. Estos movimientos no aspiraban a soluciones generales abiertas al futu-
Fuera de esas oligarquías urbanas, que cerraron sus filas creando una ro - c o m o transformar el orden social y político— sino respuestas ante pro-
verdadera barrera para el ascenso, quedaban muchos otros grupos. C o m e r - blemas concretos. El objetivo inmediato de muchos fue la revisión de la
ciantes, grandes empresarios y banqueros de gran poder e c o n ó m i c o aun- política económica y fiscal de las oligarquías urbanas. Para otros, el objetivo
que sin una influencia decisiva; grupos marginales dedicados al préstamo era participar del poder político y del poder e c o n ó m i c o por el privilegio que
de dinero, como judíos y lombardos; clérigos y frailes mendicantes, buró- esto significaba. De este modo, allí donde los movimientos se impusieron
cratas del gobierno urbano, e incluso profesionales como notarios, médi- debieron introducirse algunas modificaciones en la constitución de la C o -
cos y farmacéuticos, formaban parte de una sociedad urbana cada vez más muna, creando nuevas magistraturas que representaban los intereses de los
diversificada. Por debajo, había también otros grupos que se abarcaban en nuevos sectores en ascenso o, como en el caso de Florencia, garantizando la
una designación generalizada, plebe, popólo minuto, cuya misma vaguedad participación de los gremios, las Artes, en el gobierno de la ciudad.
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HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L

S i n embargo, estos movimientos tuvieron también algunas repercusio- elaborar e imponer sus propias tendencias, pero que también poseían aspira-
nes de m á s largo alcance. Las oligarquías urbanas, hostigadas por el ascen- ciones definidas que irrumpirían cuando se agrietase el orden feudal.
so de las nuevas burguesías y la inestabilidad política que frecuentemente Mientras perduró la situación de inseguridad (tras la disolución del
siguió a las insurrecciones, necesitaban un poder fuerte que restaurara la Imperio de C a r l o m a g n o , las guerras civiles, las invasiones), las actitudes
paz y el orden en la vida pública y restringiera las aspiraciones de los gru- dominantes mantuvieron rasgos semejantes a los de la época de la conquis-
pos en ascenso. En este sentido, en algunas regiones, donde los reinos ha- ta: se luchaba por la tierra, por el prestigio, por el poder. La mentalidad ba-
bían comenzado a constituirse con fuerza progresiva, c o m o en Francia, en ronial nacía de las exigencias de la acción, en un medio donde se había
Castilla y en Inglaterra, recurrieron al auxilio del poder real. Esto i m p l i c a - quebrado todo ordenamiento jurídico y que, al mismo tiempo, abría i n f i -
ba la pérdida de algunas de las viejas a u t o n o m í a s urbanas, pero la integra- nitas posibilidades a la acción i n d i v i d u a l . C o n una fuerte perduración del
ción en esos á m b i t o s mayores que eran los reinos permitía regularizar la viejo legado cultural germánico, en un m u n d o donde se i m p o n í a el m á s
situación de muchas ciudades. En este sentido, el patriciado favoreció la ex- fuerte, el ideal de vida era el del señor que se realizaba en una hazaña, de-
p a n s i ó n de las m o n a r q u í a s . fendiendo su tierra o arrebatándosela a los invasores o a sus vecinos, en esas
Pero t a m b i é n h u b o otra salida. En las ciudades italianas, cuando el or- interminables guerras señoriales. Primaban así actitudes fuertemente i n d i -
den fundado en el equilibrio de los distintos grupos pareció difícil de sos- vidualistas que dificultaban el ordenamiento social.
tener, las comunas ensayaron otro tipo de autoridad, encarnada en el Sin embargo, la certeza de haber alcanzado una situación de hegemonía
podestá. Se trataba de una autoridad unipersonal y ajena a las facciones, con modificó las actitudes, los sentimientos y los valores. Los señores, junto con
la que se ensayaba una nueva concepción del Estado entendido c o m o un los miembros de su entorno -anteriormente nómades, movilizados cada pri-
poder equidistante que se apoyaba en normas objetivas. S i n embargo, con mavera por las expediciones militares o, en los inrervalos, por las partidas de
la agudización de la lucha de facciones, el poder personal c o m e n z ó a ad- caza en las zonas incultas-, comenzaron a instalarse. Ya era posible abando-
quirir rasgos definidos. Quien lo alcanzaba, con el apoyo de la fuerza m i l i - nar las armas para gozar, en el ámbito de la corte, las riquezas y la posición
tar o de un grupo suficientemente fuerte, procuraba conservarlo y muchos adquiridas. De este m o d o , las primeras manifestaciones de la mentalidad cor-
p u d i e r o n trasmitir el poder a sus hijos, fundando dinastías que tuvieron un tés, se esbozaron en el siglo XI, en el M e d i o d í a francés, donde nunca había
nuevo p r i n c i p i o de legitimidad. Surgía así, donde los conflictos sociales y desaparecido totalmente ese legado romano que señalaba al hedonismo co-
políticos habían sido m á s agudos y m á s largos, la señoría italiana. mo ideal de vida y a donde pronto llegaron las influencias musulmanas. Pe-
ro desde allí, los rasgos de esta mentalidad se difundieron sobre Europa en
una tendencia que los cronistas -hombres de la Iglesia— juzgaban alarmante.
Los cambios de Las mentalidades La felicidad terrenal, hecha fundamentalmente de sensualidad, se
transformaba en la aspiración suprema. La nobleza descubría la posibilidad
Las formas de mentalidad señorial de múltiples ocios refinados. La corte, en el á m b i t o del castillo señorial, fue
el escenario de estas nuevas formas de convivencia.
¿Cuáles fueron las concepciones del m u n d o y las formas de vida que se orga- Distintas ocasiones permitían la celebración de fiestas: la coronación
nizaron e impusieron en la sociedad feudal? C o m o señala José Luis Romero, de un rey, la consagración como caballero del hijo de un noble, las bodas de
es posible advertirlas a través de los ideales de vida que se fueron formulan- una hija. En este sentido, se pueden recordar los quince días que duraron
do, elaborados como respuestas a las exigencias que planteaba el entorno. 8 los festejos de las bodas de las hijas del C i d con los infantes de C a r r i ó n . La
Eran ideales que correspondían a aquellos, los señores, que buscaban incidir corte era t a m b i é n el á m b i t o de justas y torneos, de banquetes y de diversos
sobre el conjunto de la sociedad imponiendo sus normas y sus valores. Por entretenimientos. En estas formas de vida cortesana, tuvieron un papel
debajo de ellos, quedaban vastos grupos sociales faltos de a u t o n o m í a para central los juglares y trovadores que con versos y cantos no sólo alegraban
la vida de los nobles, sino que al ir de corte en corte, relatando las maravi-
8
Véase Romero, José Luis (1967), primera parte, cap. III, punto I "Las formas de llas vistas, despertaron el espíritu de emulación de los señores. De este mo-
mentalidad señorial". do, difundieron y dieron homogeneidad a la vida cortesana.
52 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 53

El legendario ejemplo de la corte del rey A r t u r o , de los caballeros de Estos ideales desembocaron en una doctrina de perfección espiritual y
la Tabla Redonda, excitaba la fantasía y crecía enriquecido por la imagina- una concepción monacal de la vida seglar que se plasmaron en reducidísi-
ción y el artificio de los juglares. Los poetas relataban las reglas a las que se mos sectores de la nobleza y que condujeron, en el siglo XII, a la formación
s o m e t í a n huéspedes y anfitriones, los objetos que ornaban los castillos, las de las Ó r d e n e s de Caballería, c o m o la de los Caballeros del T e m p l o . Ó r d e -
vestimentas de damas y señores, y los espléndidos obsequios que se p r o d i - nes religiosas integradas por guerreros, sus miembros eran a la vez caballe-
gaban. De este m o d o , pronto se esbozó un nuevo ideal de vida: que se d i - ros y sacerdotes consagrados al servicio de D i o s . La novedad de la "nueva
fundiera la fama, la riqueza, la generosidad y la cortesía de un señor. La m i l i c i a " , e n t u s i a s m ó , a comienzos del siglo XII, a muchos de sus contem-
exhibición del lujo era la prueba de la superioridad social de aquellos que poráneos:
p o d í a n desplegarlo.
Estas nuevas formas de sociabilidad también incorporaron a las muje- Lo que para mí es tan admirable como evidentemente raro es ver las dos cosas
res. C o b r a b a mayor importancia el amor, cantado por los trovadores que reunidas, ver a un mismo hombre ceñir con coraje a un mismo tiempo la do-
dieron origen a la poesía lírica medieval. ble espada y el doble tahalí. El guerrero que reviste al mismo tiempo su alma
De esta manera, el ideal del señor también p o d í a ser el de realizarse en con la coraza de la fe y su cuerpo con la coraza de hierro, no puede sino ser in-
una hazaña, pero ya no en el combate por tierras, sino en una justa o tor- trépido, porque bajo su doble armadura no teme al hombre ni al diablo (San
neo, con el objetivo de ganar el amor de su dama. De esre m o d o , el erotis- Bernardo, Líber de laude novoa militia ad milites templi).
mo se enmascaraba en el ennoblecimiento de la figura femenina. La
cortesía -transformada en una verdadera filosofía de v i d a - recubría los i m - La "nueva m i l i c i a " de sacerdotes-guerreros, si bien no p o d í a dejar de estar
pulsos y llevaba a obrar según las reglas de convivencia que i m p o n í a n los reducida a esos p e q u e ñ o s núcleos de señores dispuestos a "abandonar el
nuevos ideales de vida. m u n d o " , constituyó un importante fermento para d i f u n d i r los nuevos
En rigor, el prestigio de los antiguos valores guerreros no había decaí- ideales de vida. Pero también se transformó en una nueva fuente de pro-
do totalmente. M u c h o s de estos valores se transformaron en aventuras lú- blemas. En efecto, estas Ó r d e n e s de Caballería quedaron como poseedoras
dicas sometidas a reglas, c o m o las justas, los torneos y las cacerías; pero de la mayor parte de las tierras que conquistaron, a las que se agregaron i m -
fundamentalmente la guerra continuaba siendo una necesidad. No sólo era portantes donaciones de reyes y señores. Se constituyeron así en una va-
necesario luchar en esas interminables guerras señoriales para mantener o nante de poder feudal que por la influencia y el poderío que alcanzaron
acrecentar lo adquirido, sino que los señores debían ser fundamentalmen- pronto entraron en conflicto con reyes y con las mismas autoridades ecle-
' te el brazo armado de la cristiandad según las normas impuestas por la Igle- siásticas. Fue el caso, por ejemplo, de los Templarios, cuya orden fue d i -
sia. De este m o d o , si la consolidación del privilegio y la seguridad adquiri- suelta en 1312 por el papa Clemente V.
dos por la nobleza estimularon el ideal del goce, t a m b i é n favorecieron la
aceptación de una nueva moral que implicaba la aceptación de los ideales Las nuevas mentalidades
cristianos de vida.
De este m o d o , también comenzaba a esbozarse la mentalidad caballe- La expansión e c o n ó m i c a , el surgimiento de nuevas actividades y de nuevos
resca. El ideal del caballero era la guerra, pero ahora se hacía la guerra en grupos sociales, y la expansión hacia la periferia fueron factores que incidie-
nombre de D i o s : se luchaba para defender la fe. Su legitimidad radicaba en ron profundamente en las mentalidades. Mercaderes trashumantes, pero
la función que la Iglesia había otorgado a los señores. Así, la nobleza terra- también escolares y monjes de las grandes órdenes internacionales, peregri-
teniente y militar, cuyo poder había estado basado en el derecho de con- nos y juglares, dentro de la misma área romano-germánica, contribuyeron a
quista, se veía justificada por una misión trascendental. Pero esto implicaba establecer un nuevo sistema de comunicación entre diversas regiones y a d i -
t a m b i é n la aceptación de ideales cristianos de vida. De este m o d o , se con- fundir formas de vida antes desconocidas, que permitían confrontar las pro-
figuró una mentalidad que ya no era individualista, sino que se i m p o n í a n pias actitudes con otras semejantes o diferentes.
normas de convivencia expresadas bajo la forma de virtudes morales: el ho- M á s decisivos aún que la trashumancia dentro de la antigua área ro-
nor, la verdad, la generosidad, la modestia eran las virtudes del caballero. m a n o - g e r m á n i c a fueron los contactos establecidos con el m u n d o m u s u l -
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m a n y el bizantino. Se descubrían nuevas culturas, cuyos fundamentos po- En esa nueva imagen del hombre, el i n d i v i d u o no estaba predestina-
dían parecer condenables, pero que indudablemente poseían un fuerte do, sino que era el d u e ñ o de su propio destino. Poseía "bienes interiores"
atractivo: el refinamiento y el lujo, la abundancia de ciertos bienes, la fiso- (su libertad, su capacidad para trabajar, para pensar, para elegir) que le per-
n o m í a de las ciudades constituían insospechadas revelaciones. No sólo se mitían emprender la aventura individual. Es cierto que la experiencia de
c o n m o v í a n los fundamentos de la visión ecuménica e inmutable que d i - sentirse solo frente a innumerables perspectivas posibles hizo también que
fundía la Iglesia, sino que los contactos favorecieron el intercambio de surgiera la idea del azar, de la fortuna ciega; sin embargo, la confianza en
ideas. Desde el siglo XII, en los reinos hispánicos y en las Dos Sicilias sur- los propios "bienes interiores" otorgaron la certeza de que gran parte del
gieron centros intelectuales en los que se c o m e n z ó a traducir al hebreo y al propio destino p o d í a ser encaminado según los propios designios. De allí,
latín obras filosóficas y científicas de origen m u s u l m á n y griego. De este el orgullo —las fuentes siempre se refieren a la vanidad y soberbia de los r i -
m o d o , la vida intelectual se abría a nuevos problemas vivificando la ense- cos burgueses- de sentir el propio triunfo, el orgullo del hombre que se ha
ñanza en las escuelas conventuales y en las universidades. hecho a sí mismo.

Dos cambios de mentalidades afectaron a toda la sociedad feudal. En el Pero el hombre también descubría que era un ser de la naturaleza, que
seno de la nobleza, se promovió un cambio de actitud económica. Algunos poseía un cuerpo dotado de pasiones. La novedad radicaba tal vez, no en
eligieron un estilo de vida distinto al tradicional, abandonaron sus castillos su negación, sino en su reconocimiento. Los eclesiásticos denunciaban que
y se instalaron en esas renovadas ciudades que comenzaban a dominar el en- este "nuevo" hombre "es esclavo de todos los vicios y a todos aloja en sí",
torno rural. Otros, como vimos, prefirieron quedarse en sus castillos pero denunciando el triunfo del hedonismo. Lo importante era la alegría de v i -
modificando sus costumbres según el modo de vida cortés. Incluso, el cam- vir, el disfrute del ocio en esos espacio de sociabilidad que contenía la c i u -
bio también pareció reflejarse en las clases rurales que comenzaron a retirar dad y que proporcionaba esparcimientos antes reservados a los señores. La
paulatinamente el consenso que antes habían otorgado al orden feudal. conversación misma era un hecho nuevo en los ambientes abiertos urbanos
Sin embargo, los cambios m á s notables de mentalidad se registraron -plazas, mercados, atrios de iglesias- donde se cambiaban opiniones, d o n -
en los nuevos grupos sociales, las burguesías, que surgían al calor de las de se escuchaban relatos inocentes o desvengonzados, donde se recibían
nuevas actividades e c o n ó m i c a s . Estos grupos se habían caracterizado por noticias de lugares remotos. Pero fue sobre todo la taberna —contracara de
un rápido ascenso social y por estar fuera del orden tradicional. H a b í a n la corte— el lugar por excelencia de la nueva sociabilidad: la conversación, la
afrontado situaciones nuevas, situaciones de riesgo y, como respuesta, ha- música, el juego y la bebida daban las nuevas satisfacciones vitales.
bían generado nuevas actitudes y nuevos valores, de un m o d o espontáneo Reconocerse como un ser de la naturaleza implicaba evadirse de las
y casi tumultuoso, sin n i n g ú n tipo de sistematización. En este sentido, i m - normas impuestas por la vida social. De allí, la exaltación de la embriaguez
porta marcar el carácrer inestable y heterogéneo de estas nuevas mentalida- y del erotismo que aparecían expresadas en ese conjunto de canciones que
des que estaban lejos de ser algo acabado y m á s bien se encontraban en un conformaron el Carmina Burana. Pero el hombre descubría t a m b i é n , entre
proceso de gestación: estaban naciendo de la misma experiencia. sus "bienes interiores", que estaba dotado de razón. Y la razón le permitía
El principal rasgo de la experiencia de los nuevos grupos sociales fue el no sólo moderar sus pasiones, sino que también era un instrumento para
haber escapado de los vínculos de dependencia, el haberse colocado fuera actuar y conocer. Y un nuevo tipo de conocimiento fue ejercitado también
del orden tradicional en una situación insegura pero que se abría a múlti- para comprender la naturaleza.
ples posibilidades. Librado a sus propias fuerzas, el hombre, como dice Jo- La ciudad, las actividades manufactureras o mercantiles implicaban
sé Luis Romero, tomaba conciencia de ser " n i criatura de D i o s ni hombre para el hombre un alejamiento, que permitió precisamente modificar la
de su señor, sino, simplemente individuo lanzado a una aventura descono- imagen de la naturaleza. Era la distancia la que permitía observar la natu-
I cida". Y la idea de ser un individuo modificó profundamente la concepción raleza y descubrir en ella un objeto de placer estético; pero también la dis-
que el hombre tenía de sí m i s m o . 9 tancia hizo posible conocerla, preguntarse por sus causas e incluso operar
y experimentar sobre ella. Se abrían así múltiples posibilidades: instrumen-
9
Véase Romero, José Luis (1967), cuarta parte "La formación del orden feudo-
talizar la naturaleza a través de nuevas actitudes técnicas, obtener resulta-
burgués. Los cambios de mentalidad", caps. 1, 2, y 3. dos útiles para los hombres, pero también tener acceso a un conocimiento
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m e t ó d i c o que encerraba los gérmenes de lo que posteriormente se organi- sario abonar la tierra, pero el abono - e l estiércol- resultaba insuficiente. Pa-
zaría c o m o pensamiento científico. ra obtener mayor cantidad de abono hubiera sido necesario aumentar el nú-
En estas nuevas mentalidades también se transformaba la idea de D i o s mero de animales. Pero esto resultaba m u y difícil para las comunidades
y, sobre todo, de la trascendencia. Según las nuevas concepciones, D i o s ha- rurales pequeñas, por la imposibilidad de alimentarlo: aumentar los campos
bía colocado a los hombres en el m u n d o , no sólo para que ganaran su sal- de pastura significaba reducir los campos de cereales. D i c h o de otra mane-
vación eterna, sino también para disfrutarlo y para realizar allí esa aventura ra, la alimentación del ganado era incompatible con la alimentación h u m a -
del ascenso i n d i v i d u a l . De este m o d o , la naturaleza y la sociedad se trans- na. A esto se sumaban otros problemas, el desmonte intensivo (sobre todo
formaban en intermediarios entre el hombre y un D i o s que se tornaba m á s después que se c o m e n z ó a aplicar la sierra hidráulica) determinó la falta de
distante. La exaltación de la vida no borró la esperanza en la vida eterna ni madera, pero a d e m á s el agua no contenida por los bosques destruyó las ca-
la esperanza de salvación, pero esta mentalidad burguesa postergó esas pas arables superficiales. En síntesis, los cultivos disminuyeron.
preocupaciones: no pareció necesario vivir para la muerte, sino vivir la v i - D e n t r o de las manufacturas, básicamente en la textil, también comen-
da y confiar en el valor de un oportuno acto de contrición. zaron a registrarse dificultades. Es cierto que en este sector las técnicas ha-
Esta concepción inmanente de la vida ofreció a los hombres un nuevo bían continuado desarrollándose, pero las prescripciones de los gremios
tipo de trascendencia diferente a la religiosa, la trascendencia profana. Se muchas veces prohibían emplearlas. Fue el caso, por ejemplo, del torno de
b u s c ó así permanecer, aun después de la muerte, en la memoria de los hilar. Estas medidas no eran sólo producto de una mentalidad conservado-
hombres. Se buscaba permanecer pero no en un m u n d o incógnito, sino en ra, deseosa de mantener la calidad del producto, sino que atendían al ca-
el recuerdo, en la c o n t i n u i d a d de la vida. Esta trascendencia profana p o d í a rácter limitado de sus mercados. La introducción de técnicas p o d í a
adquirir múltiples formas. Se p o d í a acuñar una fortuna que heredarían los aumentar la p r o d u c c i ó n generando una crisis de s o b r e p r o d u c c i ó n , con la
hijos y los hijos de los hijos. Se p o d í a crear belleza en una obra de arte o consiguiente caída de los precios.
adquirir nuevos conocimientos que darían la fama de sabio. Pero t a m b i é n T a m b i é n se detuvo la expansión a la periferia. Por ejemplo, los seño-
los retratos, las ricas tumbas, los epitafios laudatorios fueron instrumentos res alemanes detuvieron su expansión en Lituania; en los reinos españoles,
eficaces para perdurar en la memoria. la frontera con los musulmanes se mantuvo durante dos siglos en el reino
Y a tono con las nuevas situaciones, la elaboración de esta nueva men- de Granada. T a m b i é n el movimiento de las Cruzadas llegó a su fin después
talidad constituyó a los ojos de muchos el testimonio m á s inequívoco e i n - del fracaso del efímero Imperio latino en Oriente, y la caída de San Juan de
quietante de las transformaciones de la sociedad. Acre (1291) puso fin a la aventura. Se había cerrado la etapa de los largos
viajes: el m i s m o título de la obra de M a r c o Polo, el Libro de las Maravillas,
era explícito del carácrer excepcional de su expedición (1271-1295). Junto
4 . L a crisis del siglo X I V con los viajes, se redujo la actividad comercial: las ciudades del Hansa re-
dujeron su área de influencia y las ferias de Champagne entraban en deca-
La crisis del feudalismo dencia (1300) mientras eran reemplazadas por otras vías secundarias.
Esta reducción comercial también se vinculó con la escasez de moneda,
Tras la expansión de los siglos XI y XII, en las últimas décadas del siglo XIII co- con la falta de metálico. En efecto, los monarcas comenzaban - c o m o vere-
menzaron a registrarse los primeros signos de estancamiento. Se frenaba el m o s - a recuperar su poder e intentaban levantar sus reinos. Pero para ello ne-
movimiento de roturaciones y se observaban retrocesos: suelos periféricos, cesitaban metálico: necesitaban pagar ejércitos que se impusiesen a las
agotados por los cultivos, paulatinamente fueron abandonados. El retroceso autonomías feudales, necesitaban pagar una burocracia que organizara el Es-
de la agricultura se puede explicar, en parte, por razones climáticas - l a "peque- tado. Para esto recurrieron en gran escala a los préstamos, lo que provocó la
ña edad del hielo", es decir, el enfriamiento del hemisferio norte- pero sobre crisis de varios banqueros - c o m o el caso de los Bousignori en 1297-; pero
todo por el estado de las técnicas que no lograban salvar ciertos obstáculos. también, para aumentar la masa monetaria, los reyes comenzaron a acuñar
La rotación trienal no permitía, en zonas menos fértiles, que los suelos moneda con distintas aleaciones, lo que produjo devaluación y problemas de
descansaran lo suficiente; para aumentar el rendimiento hubiera sido nece- inflación que repercutieron en la inseguridad de las transacciones comerciales.
58 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O OCCIDENTAL 59

Todos estos síntomas se acentuaron en el curso del siglo XIV. Sin d u - campesinos: la caída de la producción significaba la disminución de las ren-
da, el m á s grave fue la d i s m i n u c i ó n de la superficie cultivada (que obligó a tas. Es cierto que los señores intentaron solucionar el problema aumentan-
algunas ciudades italianas a importar cereales de Danzig), que demostraba do las cargas sobre los siervos, es decir reforzando la servidumbre, como
la fragilidad de la e c o n o m í a . Entre 1313 y 1317 se produjo la primera de ocurrió por ejemplo en Europa oriental. Pero en otras regiones esto sólo sir-
las muchas crisis que se dieron a lo largo del siglo. U n a mala cosecha p r o n - vió para acentuar los problemas de alimentación y la huida de los campos.
to se traducía en falta de alimentos y hambrunas, y una población mal ali- El abandono de los campos de cultivo posibilitó la extensión de las
mentada resultaba presa fácil de pestes y epidemias. Pero el problema pasturas y de la ganadería, sobre todo ovina, que transformaron a E s p a ñ a
radicaba en que el ciclo carestía-hambruna-epidemia se reproducía a sí mis- y a Inglaterra en los grandes productores de lana para las manufacturas eu-
m o . En efecto, la hambruna y la peste despoblaban los campos, no sólo por ropeas. Pero también la existencia de tierras que habían quedado vacantes
el aumento de la mortandad sino por la huida de los campesinos hacia las permitió apropiarse de ellas a algunos campesinos que vieron mejorar su si-
ciudades, generalmente mejor abastecidas por las políticas comunales. El tuación. Esto condujo a la formación de una clase de medianos y pequeños
resultado era la falta de mano de obra para las tareas rurales, una nueva ma- propietarios libres —que en Inglaterra fueron llamados yeomen— que ya no
la cosecha, carestía, hambruna y epidemias. A mediados de siglo, la G u e - d e p e n d í a n de n i n g ú n señor, sino que se vinculaban directamente con el
rra de los C i e n A ñ o s —conflicto en el que participaron varios países mercado. Algunos de ellos acuñaron fortuna, campesinos ricos —como los
europeos pero fundamentalmente Inglaterra y Francia (1339-1453)— acen- squire en Inglaterra o los junker en A l e m a n i a - que aspiraron a formas de
tuó la crisis agrícola, sobre todo, en los campos franceses. Los incendios y ennoblecimiento y, sobre todo, a tener alguna participación en la adminis-
las depredaciones que las caballadas inglesas infligían a los campesinos y sus tración política.
sembrados provocaron m á s muertes que las mismas acciones bélicas. En Estos nuevos propietarios ya no p o d í a n invocar antiguos derechos
síntesis, a las malas cosechas, las hambrunas y las epidemias se sumaban los consuetudinarios sobre los campesinos, por lo tanto, para explotar la tierra
efectos de la guerra. 1 0 debieron - d a d a la extensión de su propiedad y una mayor complejidad de
En 1348, llegaba a Europa la Peste Negra. Era la peste b u b ó n i c a , de los c u l t i v o s - contratar mano de obra asalariada. T a m b i é n los señores debie-
origen asiático, trasmitida por las pulgas de las ratas que c o m e n z ó a propa- ron contratar trabajadores asalariados o, m á s frecuentemente, arrendar sus
garse desde los puertos del Mediterráneo, y que al caer sobre una población tierras a campesinos libres. De un modo u otro, esto significaba la d i s m i -
profundamente debilitada por hambrunas y epidemias causó verdaderos nución de la servidumbre y, por lo tanto, de la base del orden feudal. Al
estragos. En 1348, la Peste Negra llegaba a Italia y a Francia; en 1349, al- mismo tiempo, comenzaba a conformarse un mercado de mano de obra
canzaba a Inglaterra y a A l e m a n i a ; en 1350, a los países escandinavos. De asalariada rural.
este m o d o , la población europea quedaba reducida a sus dos terceras par- La crisis también se sintió dentro de las manufacturas. Afectó, sobre
tes. La caída demográfica sólo pudo recuperarse en el siglo XVI. todo, la p r o d u c c i ó n suntuaria, de alto costo y de alta calidad, controlada
Pero la crisis del siglo XIV fue fundamentalmente una crisis social: la por los gremios, que entró en crisis por la falta de moneda y por la restric-
crisis de las estructuras feudales. En el transcurso de la Guerra de los C i e n ción de sus reducidos mercados. Sin embargo, esto también abrió la posi-
A ñ o s , los cambios en las tácticas militares, con mayor peso de la infantería bilidad de otras transformaciones. Algunos comerciantes, para escapar de
y la arquería (incluso la artillería en las primeras décadas del siglo XV) con- la rigidez de las corporaciones urbanas, comenzaron a aprovechar la larga
movieron la función guerrera de la nobleza feudal, a caballo y con pesadas tradición textil campesina. Estos comerciantes compraban la materia p r i -
armaduras. ma y la entregaban a los campesinos que realizaban el tejido con sus pro-
Incluso, la importancia que comenzaba a adquirir la arquería quedaba pios instrumentos, luego el comerciante recogía el producto terminado,
reflejada en las leyendas que comenzaron a madurar en el siglo XIV, como pagando por la cantidad producida, y se encargaba de su comercialización.
las de R o b i n H o o d y G u i l l e r m o Tell. Pero el poder de la nobleza se vio de- Comenzaban a desarrollarse así las manufacturas domésticas rurales.
bilitado fundamentalmente por la crisis de la agricultura y la huida de los Si bien el acabado y el teñido de los tejidos se efectuaba en las ciuda-
des, dentro del á m b i t o de las corporaciones, muchas veces los gremios de
1 0
Véase Romano, Ruggiero (1972), "La crisis del siglo XIV...", pp. 3-39. tejedores urbanos vieron en las manufacturas domésticas una fuerte c o m -
60 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 61

petencia. En algunas ciudades, c o m o en Gantes, los gremios urbanos orga- 1337, al grito de "Libertad y trabajo" se amotinaron los bataneros de G a n -
nizaron expediciones armadas para destruir los telares campesinos. A pesar tes— y problemas vinculados a contratos y salarios, c o m o en los levanta-
de esto, la nueva forma de p r o d u c c i ó n manufacturera se extendió amplia- mientos de tejedores en los Países Bajos entre 1320 y 1332; en la rebelión
mente, sobre todo en las zonas de actividad ganadera, c o m o un comple- de los ciompi (tejedores) en Florencia en 1378, y en los disturbios en varias
mento de las tareas rurales. Esto ocurrió en Inglaterra, pero también en los ciudades de Francia entre 1379 y 1383. Los movimientos urbanos - c o m o
Países Bajos, A l e m a n i a , Italia y Francia. Esta nueva p r o d u c c i ó n textil era de los rurales- fueron duramente reprimidos pero también permitían percibir
más baja calidad que los antiguos p a ñ o s —incluso la p r o d u c c i ó n de extendió la quiebra de las antiguas formas corporativas.
al lino y al cáñamo—, sin embargo, tuvo amplia acogida entre la burguesía y M u c h o s de estos movimientos estuvieron revestidos de ideas religiosas.
los sectores campesinos m á s ricos que ya dejaban de hilar y tejer. A d e m á s de Si la religión era el sistema cultural e ideológico de toda la sociedad, tam-
textiles, con el mismo sistema comenzaron a producirse cuchillos, clavos y bién la protesta a s u m í a lenguaje y formas religiosas. La protesta religiosa
objetos de madera. En síntesis, como consecuencia de la crisis tanto la agri- asumió varias formas. En Francia, ya desde 1256, jóvenes de ambos sexos,
cultura como las manufacruras sufrieron importantes transformaciones que dedicados al vagabundeo y la mendicidad, engrosaron las bandas de místi-
pusieron en jaque los pilares del antiguo orden social. cos {beguines) que llevaban una vida de pobreza dedicados al trabajo ma-
La crisis del antiguo orden implicó también profundos conflictos socia- nual. En Inglaterra, pese a la represión, durante mucho tiempo persistió el
les. En primer lugar, movimientos campesinos. La inquietud social en el á m - movimiento de los "lolardos", cuyas ideas resonaron en la rebelión campe-
bito rural se había expresado en la huida de los campos, y muchas veces es- sina de 1381. En efecto, los lolardos habían recogido y llevado hasta sus úl-
ta inquietud t o m ó la forma de la marginalidad y el vagabundeo, o incluso timas consecuencias algunos de los principios de John W y c l y f f (1320-1384)
de estallidos desesperados, violentos y cortos. Pero hubo también movimien- - m o n j e de O x f o r d considerado herético—, quien pretendía demoler el fun-
tos de mayor envergadura que expresaron las dificultades de reacomoda- cionamiento de las estructuras clericales de su época a través del m i t o del re-
miento, derivadas de los cambios que se estaban viviendo, c o m o la Jacquerie torno al cristianismo primitivo. Los lolardos condenaron la corrupción, la
francesa de 1358 y el levantamiento inglés de 1381. C o m o señala Fossier, es- molicie, la riqueza y el lujo desmesurado que corroían a la Iglesia en una crí-
tos movimientos no fueron el resultado de una miseria exacerbada sino la tica religiosa que se confundía con la crítica social. En toda Europa, apare-
reacción de campesinos que habían comenzado a mejorar y temían perder cieron también los "flagelantes", bandas de hombres que recorrían las
su s i t u a c i ó n . 1 1 Los motivos que estaban atrás de los levantamientos - l a falta ciudades autocastigándose con correas con puntas de hierro (1349). M o v i -
de consideración de los nobles, el desorden de la hacienda real, las fluctua- miento milenarista, ellos se preparaban para el fin del m u n d o y el adveni-
ciones monetarias- dejaban indiferentes a los más miserables pero eran asun- miento de la "edad de oro", edad que caracterizaban como un m u n d o más
tos de importancia para los campesinos medios en la medida que constituían justo sin ricos ni pobres.
el marco de su vida social. En este sentido, estos movimientos, aún sin de- En síntesis, los movimientos religiosos que estallaron en el siglo XIV
masiada organización ni objetivos precisos, reflejaban las transformaciones fueron movimientos heréticos e igualitarios y estaban señalando la crisis de
que se estaban produciendo en la esrructura de la sociedad. la conciencia cristiana colectiva. Y esto se vinculaba también con el profun-
T a m b i é n la época fue propicia para los movimientos urbanos. Desde do impacto que la crisis producía sobre las mentalidades. La presencia
fines del siglo XIII y a lo largo del siglo XIV, se ampliaron los movimientos constante de la muerte, sobre todo durante los años de la Peste Negra que
en contra del poder político de las oligarquías urbanas: h u b o agitación so- diezmó a la p o b l a c i ó n europea, transformaba la imagen de D i o s : el D i o s
cial en las ciudades flamencas (1280); se levantaron Gantes, Lieja y Brujas paternal era reemplazado por la imagen de un D i o s vengativo, el D i o s de
por nuevos impuestos (1292); hubo estallidos en Florencia y otras ciuda- la ira. Pero se transformaba también la misma idea de la muerte. Si antes
des italianas (1300); se amotinaron los artesanos de París (1306). Pero tam- la muerte era representada c o m o un ángel, como un tránsito i n d o l o r o , a
bién apareció un nuevo tipo de movimiento que marcaba la crisis de las partir de 1350, c o m e n z ó a representarse c o m o un ser cadavérico armado
antiguas corporaciones. Se comenzaban a invocar el derecho al trabajo - e n que causaba estragos a su alrededor. La muerte fue personificada c o m o un
poder a u t ó n o m o , independiente de D i o s , que p o d í a actuar arbitrariamen-
11
Véase Fossier, Roberc (1996), pp. 371-477. te por propia iniciativa.
62 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 63

A n t e la idea de la arbitrariedad de la muerte surgieron entonces acti- cada vez con m á s vigor una cultura laica que p o n í a su acento en la razón.
tudes polarizadas. U n o s procuraron salvar el alma, asumiendo una religio- Es cierto que los herejes fueron condenados a la hoguera y que muchos i n -
sidad m á s pura que permitía prepararse para la muerte. Y esta idea de telectuales fueron perseguidos y enviados a prisión. Incluso, el O b i s p o de
purificación alimentó a los movimientos heréticos. Pero también, la cerca- París llegó a condenar una serie de proposiciones de T o m á s de A q u i n o —a
nía de la muerte reforzó las actitudes hedonistas. A n t e lo efímero de la v i - pesar de que había sido canonizado en 1 3 2 3 - donde se distinguía la fe de la
da, se valoró el goce, el erotismo y los placeres sensoriales. Esta fue la razón para unirlas después en una relación necesaria. Sin embargo, el m o v i -
actitud que q u e d ó plasmada en dos importantes textos literarios de la é p o - miento continuó para culminar en la constitución de una cultura laica que
ca, el Decamerón de Boccaccio (1313-1375) y los Cuentos de Canterbury, tendrá su primera expresión en el H u m a n i s m o de los siglos XV y XVI.
de Chaucer ( ¿ 1 3 4 0 Í - 1 4 0 0 ) .
Pero la literatura también c o m e n z ó recoger y registrar manifestaciones Ciudades y monarquías
-antes desechadas- de la cultura popular de tono fuertemente satírico. La
"cencerrada", por ejemplo, era un alborotador y ruidoso ritual -apostrofes, El efecto m á s notable de la crisis del siglo XIV fue el crecimiento de las c i u -
clamores, gestos obscenos y de b u r l a - que los jóvenes dedicaban a las per- dades. La multiplicación de barrios nuevos, adosados a las ciudades, pro-
sonas de mayor edad que habían cometido algún acto de transgresión: el vocó una brusca dilatación del espacio urbano. Esta ampliación q u e d ó
m á s frecuente era el m a t r i m o n i o que violaba los límites habituales de la registrada en la construcción de nuevas murallas: la mayoría de ellas se le-
edad. Pero muchas veces, t a m b i é n la "cencerrada," en sus burlas mostraba vantaron entre 1300 y 1380. El caso de París es p a r a d i g m á t i c o : si las m u -
elementos de crítica social, al mismo tiempo que con la música, el ruido, rallas del siglo XII rodeaban 275 hectáreas, las construidas en 1360
los bailes, los gestos proclamaban el triunfo del placer de sensorial. La Igle- contenían 450 hectáreas. Eran ciudades también donde la preocupación
sia era hostil a estos rituales por su carácter licenciosos y por las máscaras por la apariencia resultaba más notable. Las disposiciones municipales bus-
que deformaban la figura natural del hombre hecha por D i o s a su semejan- caban el decoro —ordenaban la limpieza de las inmundicias, procuraban
za. De allí que en 1329 se a m e n a z ó , vanamente, con la e x c o m u n i ó n a sus que los carniceros establecieran los mataderos fuera de las murallas— al mis-
participantes. Pero esto tampoco i m p i d i ó que la "cencerrada" fuera recogi- mo tiempo que las casas burguesas aparecían con nuevos adornos. Era una
da por otros sectores sociales: como el culto autor de la Román de Fauvel. 12 ciudad - d e una gran heterogeneidad s o c i a l - donde claramente los m á s r i -
cos i m p o n í a n un "orden burgués".
En síntesis, si bien la cristiandad continuaba siendo presenrada como
un todo a r m ó n i c o y el cristianismo seguía siendo el sistema cultural e ideo- Era también una ciudad que se vinculaba cada vez más con el campo.
lógico de toda la sociedad, la crisis del siglo XIV c o m e n z ó a manifestar las En efecto, la quiebra de los marcos señoriales permitió a la ciudad extender
rupturas. En primer lugar, la crítica al sistema eclesiástico y a lo que se con- el d o m i n i o sobre su entorno. Los burgueses ricos acentuaron las inversiones
sideraban "falsos" valores religiosos anunciaba la ruptura que implicó la Re- rurales, pero eran hombres que no estaban acostumbrados a las tareas agrí-
forma en el siglo XVI. A d e m á s , c o m o veremos, comenzaba a conformarse colas, por lo tanto, arrendaban las tierras o las explotaban con la ayuda de
un administrador. Lo significativo era tal vez el cambio de actitud: la bús-
queda permanente y consciente de la ganancia, expresada en el dinero que
1 2
Obra blasfematoria y crítica, el R o m á n de Fauvel satirizaba el estado deplorable se transformaba en la medida del poder. En síntesis, la crisis nobiliaria abría
de la corte de los reyes Felipe IV y Felipe V y enunciaba una profecía sobre el siniestro las puertas del comercio de la tierra a nuevos inversores urbanos.
fin de ese mundo. Según el argumento, Fauvel -que vivía en un establo- es conducido
Junto con esta poderosa burguesía urbana, también se recortaron cada
por la Fortuna al palacio real donde rápidamente -en medio de los halagos cortesanos-
vez con mayor claridad nuevos grupos sociales, reclutados de las filas bur-
se transforma en el señor más poderoso de mundo. En su espléndida corte, contrae ma-
guesas: los juristas -hombres de leyes-, o los nuevos funcionarios al servi-
trimonio con la Dama Vana Gloria, unión de la que nacerán innumerables pequeños
"Fauveles" que se esparcirán como una plaga por el mundo entero. En 1316, un amigo
cio de la administración. La presencia de éstos, c o m o la de los jefes de las
del autor, también magistrado de la Corte de París, puso música a la obra a partir de bandas de guerreros mercenarios que actuaban mediante un contrato o
partituras originales (compuestas por Philippe de Vitry para tal fin) o adaptando otras condona - d e allí la figura del condottiero-, se vinculaba estrechamente c o n
composiciones anteriores (algunas de las cuales se remontan a fines del siglo XII). las modificaciones que se estaban produciendo dentro de las m o n a r q u í a s .
SUSANA BIANCHI
64 HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O OCCIDENTAL 65

Indudablemente, la debilidad de los señores feudales permitía el mayor for- ta con la que intenta reconstituir el antiguo Imperio Romano de Occi-
dente y que le valió el nombre de Carlomagno.
talecimiento de las m o n a r q u í a s , la consolidación de esas entidades territo-
800 El papa L e ó n III corona Emperador a Carlomagno, en Roma.
riales que constituían los reinos. La prueba m á s notable la constituyó tal
814 Tras la muerte de Carlomagno, el trono pasa a su hijo Ludovico Pío.
vez la Guerra de los C i e n Años que iniciada en 1339 c o m o una lucha feu-
840 D e s p u é s de la muerte de Ludovico P í o , comienza la guerra civil entre sus
dal c u l m i n ó a mediados del siglo XV como una lucha entre m o n a r q u í a s . En hijos por el título imperial.
síntesis, la profesionalización de la guerra, la aparición de sistemas fiscales Se intensifican los ataques normandos sobre Europa occidental.
para mantenerla, la validación de la política y la administración c o m o una 843 Por el Tratado de V e r d ú n se desmembra el Imperio Carolingio. Lotario
o c u p a c i ó n sentó las bases del poder de los reyes y de la formación de los recibe el título de emperador, meramente honorífico, y territorios en Ita-
nuevos estados. lia; Luis, la Germania, y Carlos II el Calvo, la actual Francia.
El rey Carlos II el Calvo establece la obligatoriedad del juramento de fi-

delidad a los vasallos.
899 Comienzan los ataques magiares sobre la frontera este de Europa occi-
Cronología13
dental.
911 E n Alemania, tras la muerte del carolingio Luis el G e r m á n i c o , los gran-
395 Muere Teodosio, quien divide el Imperio Romano entre sus hijos Hono-
des s e ñ o r e s de Sajonia, Franconia, Suavia y Baviera establecen una mo-
rio, emperador de Occidente, y Arcadio, de Oriente.
n a r q u í a electiva.
406 Grupos g e r m á n i c o s invaden el Imperio Romano de Occidente. Se esta-
En Francia, Carlos el Simple otorga a los normandos el ducado de la
blecen en distintas regiones y comienzan a operar la d i s g r e g a c i ó n p o l í t i -
Normandía
ca de la antigua unidad imperial.
912 A d b e r r a m á n III inicia el p e r í o d o de mayor desarrollo del Emirato de
466 Se establece el reino visigodo en E s p a ñ a .
Córdoba.
476 Es depuesto el ú l t i m o emperador romano de Occidente, R ó m u l o A u -
936 El duque de Sajonia, O t ó n I el Grande, ocupa el trono de Germania
gústulo.
(Alemania), y hace prestar juramento de fidelidad a los duques alemanes.
486 Clovis establece el reino franco en la Galia; se inicia la dinastía de los me-
962 Tras rechazar a los invasores que asolaban las fronteras y conquistar Ita-
rovingios.
lia, O t ó n I el Grande se corona emperador, creando el Sacro Imperio Ro-
493 Teodorico funda el reino ostrogodo en Italia.
mano G e r m á n i c o .
518 Justino, quien establece las bases del Estado bizantino, asume el trono del
980 Los daneses comienzan la conquista de Inglaterra.
Imperio Romano de Oriente.
987 Hugo Capero es coronado rey de Francia, reemplazando a la d i n a s t í a ca-
632 Muere Mahoma d e s p u é s de haber dado unidad en el islamismo al mun-
rolingia.
do árabe. Lo sucede el califa Abu Beker, quien comienza la política de ex-
1016 Tras completar la conquista del territorio, el d a n é s Canuto el Grande es
pansión.
rey de Dinamarca e Inglaterra.
713 Los musulmanes triunfan en la batalla de Guadalete y ocupan el territo-
1028 Canuto el Grande conquista Noruega, estableciendo un poderoso reino
rio visigodo, excepto algunos valles del C a n t á b r i c o .
anglodanés.
732 El mayordomo del reino franco, el duque Carlos Martel, impide el avan-
1037 Fernando 1, rey de Castilla, obtiene L e ó n .
ce de los musulmanes al derrotarlos en la batalla de Poitiers.
1056 Es electo en el trono del Sacro Imperio Romano G e r m á n i c o , Enrique IV,
750 E n E s p a ñ a se constituye un emirato bajo dependencia del Califa de Da-
de la casa de Franconia.
masco con capital en C ó r d o b a .
1059 Los normandos se instalan en el sur de Italia y comienzan la conquista
751 Pipino el Breve, que h a b í a heredado de su padre Carlos Martel el cargo
de Sicilia.
de mayordomo del reino, despoja del trono franco a Childerico, inaugu-
U n s í n o d o establece la elección del Papa por voto secreto, para evitar las
rando así la d i n a s t í a carolingia.
influencias de los poderes p o l í t i c o s .
771 Carlos, hijo y heredero de Pipino el Breve, inicia la p o l í t i c a de conquis-
°66 El duque de N o r m a n d í a , Guillermo el Conquistador, tras triunfar en la
batalla de Hasting, conquista Inglaterra.
073 Gregorio VII es designado Papa; su objetivo es consolidar el poder de la
'3 Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner (1974), pp. 108-211. Iglesia y la autoridad papal.
6 6 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O OCCIDENTAL 67

1075 Comienza la Querella de las Investiduras, sobre a quién le corresponde in- 1202 El papa Inocencio III convoca la cuarta Cruzada.
vestir a los obispos, entre el papado y el emperador Enrique IV. 1204 Se funda el e f í m e r o Imperio Latino de Oriente del que Balduino de Flan-
1077 C o m o el Papa h a b í a excomulgado al Emperador y, en consecuencia, li- des es el primer emperador.
berado a los nobles del juramento de fidelidad, en la " h u m i l l a c i ó n de Ca- 1212 Alfonso VIII de Castilla derrota a los musulmanes en las Navas de Tolo-
nosa" el emperador Enrique IV se somete a Gregorio VII. Sin embargo, sa, e n c e r r á n d o l o s en A n d a l u c í a .
poco d e s p u é s se reiniciaron las hostilidades. 1214 El rey de Francia, Felipe Augusto, derrota a los ingleses en la batalla de
1085 En la guerra contra los musulmanes, Alfonso VI de Castilla y L e ó n toma Boivines.
Toledo que se transforma en la capital del reino. 1215 En Inglaterra, los nobles imponen al rey Juan Sin Tierras la Carta Mag-
1095 El papa Urbano II convoca en Clemont un Concilio que decide la orga- na, que establece garantías contra la autoridad de los reyes.
n i z a c i ó n de las Cruzadas. 1228 El emperador Federico II organiza la quinta Cruzada, sin el concurso de
1097 La primera Cruzada es organizada por señores normandos, franceses, ale- la Iglesia, por sus conflicros con el papado. Realiza negociaciones con los
manes y flamencos. musulmanes por las que obtiene Jerusalén y ventajas que favorecieron el
1099 Los cruzados toman Jerusalén. Se establece un señorío cristiano, bajo la movimiento comercial.
autoridad de Godofredo de Bouillon que roma el t í t u l o de Protector del 1236 El rey de Castilla, Fernando III el Santo, conquista C ó r d o b a .
Santo Sepulcro. 1244 Los musulmanes reconquistan definitivamente J e r u s a l é n .
1118 El rey de A r a g ó n , Alfonso I, conquista Zaragoza. 1248 El rey de Francia, Luis IX - m á s tarde San Luis- organiza la sexta Cruzada,
1119 Se funda la Orden de los Caballeros de Templo. que riene como objetivo Egipto, la base m á s fuerte del poder m u s u l m á n .
1122 El Concordato de Worms, entre el papa Calixto II y el emperador E n - 1250 Tras la muerte de Federico II, por p r e s i ó n del papado, la corona imperial
rique V, pone fin a la Querella de las Investiduras, aunque los conflic- queda vacante por un largo p e r í o d o . El "gran interregno a l e m á n " favore-

tos entre el papado y el Emperador por la s u p r e m a c í a del poder conti- ce el desarrollo de las ciudades libres en Italia y Alemania. El Reino de las
Dos Sicilias es entregado a Carlos de Anjou, hermano del rey de Francia,
nuarán.
Luis IX que llega a ser el m á s poderoso arbitro de los asuntos europeos.
1127 Ciudades flamencas obtienen cartas de franquicias.
1138 Comienzan los conflictos entre dos grandes partidos que se forman en 1252 El rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, dicta las Siete Partidas por las que
Alemania e Italia: g ü e l f o s , partidarios del Papa, y gibelinos, partidarios reorganiza el orden p o l í t i c o y j u r í d i c o del reino de acuerdo a los princi-
del Emperador. pios del derecho romano.
1147 Se organiza la segunda Cruzada bajo el liderazgo de los Hohenstaufen, 1258 E n Inglaterra, los señores hacen suscribir al rey Enrique III los Estatutos
con la alianza del rey de Francia Luis VII. de Oxford, que establecen la obligación del rey de gobernar asistido por
1152 Federico I Barbarroja, de la casa de Suavia, de la familia de los Hohens- un consejo de nobles.
taufen, es electo Emperador. Sus intenciones de afirmar el poder impe- Inglaterra y Francia firman el Tratado de París que pone fin a los conflic-
rial intensifican el enfrentamiento con el papado. tos entre ambos reinos. Sin embargo, las relaciones no fueron cordiales
En Francia, Enrique de Plantagenet, duque de N o r m a n d í a y conde de ya que la p o s e s i ó n de la Guyena (Aquitania) p o n í a al rey de Inglaterra en
Anjou, se subleva contra Luis V I L c o n d i c i ó n de vasallo del de Francia y ambos reinos tenían intereses en-
1154 Enrique de Plantagenet es coronado rey de Inglaterra, como Enrique II. contrados en Flandes.
La guerra feudal se convierte en la guerra entre dos reinos, Francia e In- 1270 Luis IX organiza la última Cruzada que fracasa en parte por la muerte del
rey frente a T ú n e z .
glaterra.
1176 Federico Barbarroja es derrotado en la batalla de Legnano por la Liga 1273 Finaliza el "interregno a l e m á n " y Rodolfo de Habsburgo es electo empe-
Lombarda, formada por las ciudades italianas por inspiración del papado. rador.
1187 El s u l t á n Saladino toma J e r u s a l é n . 1282 E n las "vísperas sicilianas", los franceses son expulsados de Sicilia que es
1189 Se inicia la tercera Cruzada encabezada por el emperador Federico Bar- ocupada por los aragoneses.
barroja, el rey de Inglaterra, Ricardo C o r a z ó n de L e ó n , y el rey de Fran- J315 Comienza en Europa la crisis a g r í c o l a con hambrunas generalizadas.
cia, Felipe Augusto. 327 Sube al trono de Inglaterra Eduardo III, a quien se debe la división del par-
1191 Los cruzados toman San Juan de Acre. lamento en dos c á m a r a s , la de los lores y la de los comunes.
1197 Federico II Hohenstaufen es electo emperador. C o n t i n ú a n las luchas con Comienza la Guerra de los Cien A ñ o s . Ante la falta de descendencia de
el papado. los ú l t i m o s reyes franceses, Eduardo III de Inglaterra, alegando sus dere-
68 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L
69

chos como nieto de Felipe el Hermoso, r e c l a m ó el trono de Francia. La 1453 La victoria francesa de Castillon pone fin a la Guerra de los Cien A ñ o s .
e l e c c i ó n recayó, sin embargo, en Felipe de Valois, que fue coronado co- Los turcos toman Constantinopla.
mo Felipe VI. Se iniciaron entonces las hostilidades.
1346 Los ingleses derrotan a Felipe VI en la batalla de Crecy y se apoderan del
puerto de Calais.
1348 Comienza la Peste Negra que o b l i g ó a los beligerantes a una tregua. Referencias bibliográficas
1356 Reanudada la lucha, el hijo del rey de Inglaterra, el P r í n c i p e Negro, de-
rrota y toma prisionero al rey francés Juan el Bueno, sucesor de Felipe VI. Duby, George (1985), Guerreros y campesinos. Desarrollo inicial de la economía euro-
La Bula de O r o establece el sistema de d e s i g n a c i ó n de los emperadores pea, Madrid, Siglo X X I , primera parte, cap. 2 "Las estructuras sociales", tercera
que queda a cargo de siete electores. T a m b i é n se establece una Dieta que parte "Las conquistas campesinas. Mediados del siglo Xl-fines del siglo X I I " ,
se reserva la resolución de los asuntos m á s importantes del imperio. pp. 39-60 y 199-342, respectivamente.
1358 Levantamientos urbanos y campesinos (la jacquerie) en Francia.
Fossier, Robert (1996), La sociedad medieval, Barcelona, Crítica, tercera parte " L a
1360 Se forma la paz de Bretigny, por la que Francia estipula el retorno del rey aceleración, 1270-1520", pp. 371-477.
y la c o m p e n s a c i ó n a los ingleses en dinero y territorios.
Gurevic, Aron J. (1990), " E l mercader", en Jacques Le GofF (ed.), El hombre
1378 La ofensiva francesa, a cargo de Bertrand du Guesclin, reduce a los inva-
medieval, Madrid, Alianza, pp. 255-294.
sores ingleses al puerto de Calais.
1381 Levantamiento campesino en Inglaterra. Hilton, Rodney (1984), Siervos liberados. Los movimientos campesinos medievales y
1388 Inglaterra y Francia pactan una tregua. el levantamiento inglés de 1381, Siglo X X I , I n t r o d u c c i ó n y cap. 1 "La natu-
1399 En Inglaterra, los nobles se sublevan contra el rey Ricardo II que es de- raleza de la e c o n o m í a campesina medieval", Madrid, pp. 7-78.
puesto por el Parlamento. El jefe de los insurrectos, Enrique de Lancas- Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner (1974), The Penguin Atlas of World
ter, es coronado como Enrique IV. History. Vol. I: From the Beginnig to the Eve of the French Revolution, Midd-
1407 En Francia, se entabla la lucha por el poder entre el Duque de Orleans, lesex-Nueva York, Penguin Books, pp. 108-211.
que ejercía la regencia por la incapacidad del rey Carlos V I , y Juan Sin
Romano, Ruggiero y Tenenti, Alberto (1972), Los findamentos del mundo moder-
Miedo, duque de B o r g o ñ a . no, Historia Universal Siglo X X I , vol. 12, Madrid, Siglo X X I , cap. 1 " L a 'crisis'
1415 Enrique V de Inglaterra reinicia las hostilidades contra Francia y triunfa del siglo X I V " , pp. 3-39.
en la batalla de Azincourt, a p o d e r á n d o s e de la N o r m a n d í a . El duque de
B o r g o ñ a , que se había apoderado de Flandes y los Países Bajos, rompe Romero, J o s é Luis (1967), La Revolución burguesa en el mundo feudal, Buenos
Aires, Sudamericana, tercera parte, cap. 1 "Los enfrentamientos sociales";
con el rey de Francia y formaliza su alianza con el monarca inglés.
primera parte, cap. 3, punto I "Las formas de mentalidad s e ñ o r i a l " ; cuarta
1420 Se firma el Tratado de Troyes por el que se establece la futura u n i ó n de
parte " L a f o r m a c i ó n del orden f e u d o b u r g u é s . Los cambios de mentalidad",
los reinos de Francia e Inglaterra. Para ello se deshereda al delfín Carlos
caps. 1, 2, y 3.
y se da en matrimonio a Enrique V una hija de Carlos vi para que el des-
cendiente pueda asumir la doble corona. (1984), La cultura occidental, Buenos Aires, Legasa, cap. I " I n t r o d u c c i ó n "
1422 A la muerte de los reyes de Francia e Inglaterra, Enrique, de un a ñ o de y cap. II "Los legados".
edad, es coronado en ambos reinos. Comienzan los conflictos con quie-
nes reconocen al delfín como Carlos VII, rey de Francia.
1429 Juana de Arco encabeza la lucha francesa. Cae el sitio de Orleans y Car-
los VII es coronado en Reims.
1431 Juana de Arco es condenada a morir en la hoguera tras ser apresada por
los partidarios del duque de B o r g o ñ a y entregada a los ingleses.
1435 Por medio del Tratado de Arras se firma la paz entre los b o r g o ñ e s e s y
Carlos V I L
1436 Carlos VII toma París.
1449 Se inicia la c a m p a ñ a francesa para desalojar a los ingleses de N o r m a n d í a
y Guyena.
86 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 87

de diferentes maneras. Y sobre todo convivía con la pobreza, la c r i m i n a l i - 3. Las transformaciones del pensamiento
dad y la discriminación social. Las transformaciones de la agricultura ha-
bían empujado a muchos a la vagancia, mientras el n ú m e r o de pobres La división de la cristiandad
aumentaba notablemente. En todos las regiones existían mendigos y vaga-
bundos, en particular, en Inglaterra, a causa de los cercamientos y en Fran- Durante la é p o c a feudal, a pesar de la fragmentación del poder político,
cia, a causa de las guerras. S i n embargo, fue E s p a ñ a el país de la vagancia siempre se había aceptado la idea de que existía -o pot lo menos, debía
por antonomasia y donde se le mostraría a d e m á s el m á s alto grado de to- existir- una instancia superior que unificaba a la cristiandad. Era una con-
lerancia. D o n d e el trabajo físico se consideraba denigrante, los mendigos cepción heredada del Imperio R o m a n o , representada en el ideal de un or-
trataban de vivir de la abundancia de los ricos que a su vez necesitaban de den e c u m é n i c o . De esta manera se consideraba que esa unidad se
la mendicidad para demostrar su rango social, ya que dar limosna era con- encontraba representada por el Emperador, en el plano político, y por el
sustancial a la ostentación. De este m o d o , parece conformarse una socie- Papa, en el plano religioso.
dad parasitaria -favorecida en el siglo XVI por la afluencia del oro Pero ese ideal de una unidad ecuménica c o m e n z ó a perderse con el as-
a m e r i c a n o - en donde hasta los mendigos p o d í a n tener un sirviente. ¿Aca- censo de las m o n a r q u í a s absolutas: cada rey en su reino era la autoridad su-
so el Lazarillo de Tormes era algo diferente de la situación que se retrata? prema, no se reconocía ninguna otra instancia superior a la que se pudiera
De este m o d o , en Europa occidental, la vagancia y la marginalidad se apelar. Pero esta ruptura de la idea de unidad no se dio solamente en el pla-
transformaron en f e n ó m e n o s absolutamente normales. Y de allí surgió un no político, sino también en el plano religioso. Desde el siglo XIV, muchos
grupo abigarrado y de n i n g ú n modo h o m o g é n e o de aventureros, artistas, movimientos considerados heréticos por la Iglesia habían reclamado una
saltimbanquis, soldados mercenarios licenciados, peregrinos, buhoneros, espiritualidad m á s pura y habían condenado la conducta corrupta de los
gitanos y mendigos provenientes de las clases m á s empobrecidas e incluso eclesiásticos. En el siglo XVI estos movimientos adquirieron la coherencia
de marginales proscriptos que constituían un m u n d o particular c o n sus necesaria para d i v i d i r a Europa en dos áreas: la católica y la reformada. 1 2
propios códigos, su lengua y su cultura. Los hombres eran en él mayorita- En 1515, el monje alemán Martín Lutero había colocado en las puer-
rios, aunque el n ú m e r o de mujeres tampoco era despreciable. Y la frontera tas del castillo de W i t t e n b e r g sus célebres 95 tesis o p o n i é n d o s e a la venta
entre la pobreza y la vagancia y entre la vagancia y el delito se volvía cada de las indulgencias. Lutero no aspiraba a dar origen a un movimiento re-
vez m á s tenue. Algunos grupos alcanzaban un alto grado de cohesión co- formista pero, en la medida que sus críticas se difundieron rápidamente,
mo las bandas de ladrones o las "hermandades" de mendigos especializadas fue definiendo con mayor precisión su doctrina: la libre interpretación de
en diferentes tipos de delitos. Era el m u n d o que Cervantes describió ma- la B i b l i a , la fe c o m o el único medio de salvación, y el diálogo con D i o s co-
gistralmente en Rinconete y Cortadillo, una de sus Novelas ejemplares, en mo un acto directo e i n d i v i d u a l . La condena de su doctrina por el Papado
que muestra este s u b m u n d o como la contracara del brillo de las cortes. (1519) y su posterior e x c o m u n i ó n tuvieron efectos distintos a los buscados
T a m b i é n los piratas y los corsarios -importante elemento de lucha pa- por R o m a : a partir de allí se inició el movimiento conocido c o m o la Refor-
ra los estados— se reclutaban de estos grupos socialmente desclasados, pero ma, que se difundió por el norte y centro de Europa, dando origen a n u -
no era extraño que entre ellos hubiera algunos representantes de la noble- merosas interpretaciones locales.
za empobrecida que esperaban hallar en el mar la suerte que no habían te- Entre estas interpretaciones locales, la m á s importante fue la desarro-
nido en la tierra. Estos formaban un m u n d o propio, ya que habían llada en Suiza por Juan C a l v i n o (1509-1564). En efecto, el calvinismo ge-
quemado todas las naves de regreso a la sociedad burguesa, y vivían exclu- neró una d i n á m i c a que a largo plazo contribuyó a transformar a la sociedad
sivamente del robo y el saqueo no perdonando ni a los barcos de guerra ni influenciando sobre todo el protestantismo e incluso sobre el mismo cato-
a los mercantes. licismo. Excluyendo cualquier práctica religiosa de carácter mágico-católi-
Para impedir estas situaciones sería necesario definir la contravención ca, a partir de una severa disciplina eclesiástica, consideraba a la fe no como
de las normas del nuevo orden estatal, con lo que se penalizaría por prime- un mero reconocimiento intelectual sino c o m o una conducta que se refle-
ra vez toda una gama de comportamientos populares.
12
Tenenti, Alberto (1985), pp. 188-217.
88 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 89

jaba en la vida cotidiana, tanto en la esfera familiar como en la praxis esta- ciedad y a sus bienes buscando formas de vida más igualitarias. El m o v i -
tal. En síntesis, el calvinismo i mp u ls ó una vida comunitaria activa que i m - miento se extendió y alcanzó regiones de Austria y del T i r o l , adoptando
pregnó todos los á m b i t o s de la existencia. distintas expresiones. En Turingia, Thomas Müntzer (1489-1525) predica-
L a influencia del calvinismo sobre el catolicismo se advierte en el jan- ba entre los campesinos no sólo la comunidad de bienes sino también la
senismo, movimiento que se formó en Francia por oposición a la influencia necesidad de la muerte de los "enemigos de D i o s " que para él eran los no-
que los jesuítas ejercían dentro de la Iglesia romana. Contrarios a toda ma- bles y el clero. Sin embargo, estas expresiones igualitarias no entraban den-
nifestación religiosa externa de pompa y lujo, los jansenistas abogaban por tro de la reforma propuesta por Lutero, que no d u d ó en alentar a la nobleza
un rigorismo ético. Si bien el movimiento, indudablemente elitista, había para que reprimiera a los campesinos y restaurara la autoridad política.
surgido en círculos clericales pronto se extendió a capas de la nobleza y de En Suiza, las ideas de Lutero fueron reelaboradas también por U l r i c o
la burguesía letrada. Incluso, su relación con círculos literarios y científicos Z w i n g l i o a partir de la exclusiva aceptación de la Ley de Dios revelada en
- R a c i n e y Pascal fueron jansenistas— a u m e n t ó su prestigio social. A pesar las Escrituras. A partir de este principio, Z w i n g l i o estableció en Z u r i c h un
de la condena papal a comienzos del siglo XVIII, la influencia del jansenis- gobierno teocrático, donde él, llamado El Profeta, era quien dirigía las de-
m o , fuera y dentro de Francia, se extendió hasta entrado el siglo XIX. cisiones de la c o m u n a . S i n embargo, esto no fue totalmente aceptado. Los
La rebelión contra R o m a llegó también a Inglaterra. En un primer m o - cantones suizos se dividieron en protestantes y católicos y c o m e n z ó una
mento, el rey Enrique V I I I (1509-1547) se había opuesto al movimiento re- guerra civil que concluyó con la muerte de Z w i n g l i o (1531) y el acuerdo
formista e incluso escribió un manifiesto en contra de Lutero que le valió el de que la elección de religión y la organización de la Iglesia deberían ser de-
título de "defensor de la fe". Sin embargo, pronto se iniciaron los conflictos cididas por cada cantón.
religiosos. La Iglesia católica en Inglaterra poseía grandes bienes, fundamen- Al mismo tiempo, en Suiza c o m e n z ó a difundirse otro movimiento re-
talmente tierras, y privilegios políticos que eran considerados por la corona ligioso de gran aceptación entre los sectores populares, tanto rurales como
un obstáculo para la consolidación de un poder m o n á r q u i c o fuerte y cen- urbanos. Llamados anabaptistas, sostenían que nadie debía ser bautizado
tralizado. El conflicto estalló en 1527 a raíz del pedido que hizo Enrique hasta no comprender el contenido de la fe. Proponían entonces un segun-
V I I I al Papa sobre la anulación de su matrimonio. La negativa del Papa le do bautismo para los adultos. La difusión del anabaptismo —que organizó
dio a Enrique V I I I la oportunidad de romper con R o m a y controlar los bie- comunidades en Alemania y los Países Bajos- también provocó conflictos.
nes eclesiásticos. El rey se proclamó jefe de la Iglesia dando origen a la Igle- El más grave ocurrió en la ciudad de Munster, al norte de A l e m a n i a en
sia Anglicana, que se consolidó durante el reinado de su hija Isabel I. donde los anabaptistas expulsaron a todos los que no aceptaban el segun-
El protestantismo, en particular el calvinismo, era la confesión de los do bautismo y durante un año organizaron una comunidad llamada "Jeru-
sectores altos de la sociedad, fundamentalmente, urbanos. En efecro, el r i - salem Celeste" en donde impusieron la c o m u n i d a d de bienes y la abolición
gor intelectual y moral que se exigía, la necesidad de la lectura para la libre del matrimonio para prepararse para el Apocalipsis considerado como el
interpretación de la Biblia, ofrecían escasas posibilidades de participación fin del m u n d o . La sublevación de Munster fue reprimida por un ejército
a los campesinos cuyo apego, además, a los ritos católico-mágicos era difí- de nobles y sus principales cabecillas fueron ejecutados (1535). S i n embar-
cil de desarraigar. S i n embargo, en algunas regiones, algunos seguidores de go, a pesar de la represión a la que fueron sometidos, muchos de ellos man-
la Reforma también orientaron el movimiento hacia la esfera social: los tuvieron sus creencias y se difundieron por distintas ciudades de Europa.
predicadores llamados "evangelistas" partieron de la región de Turingia y A n t e el avance de estos movimientos, la Iglesia romana decidió tomar
Sajonia y difundieron una doctrina que pronto se confundió con los con- una serie de medidas que se conocen como Contrarreforma o Reforma ca-
flictos sociales. En 1524, en el sudeste de A l e m a n i a se inició un m o v i m i e n - tólica. U n a de las principales medidas fue la convocatoria del C o n c i l i o de
to campesino que reclamaba, en nombre de la religión reivindicaciones Trento (1545-1563) que fijó el dogma y estableció un estricto control so-
c o m o la abolición de los censos y de las prestaciones personales. Al a ñ o si- bre el clero y las órdenes religiosas. Pero era a d e m á s necesario reforzar la
guiente sus demandas se ampliaron e incluían reformas políticas: querían debilitada autoridad papal. Para ello, la Iglesia se apoyó en la C o m p a ñ í a de
la instauración de la C i u d a d de D i o s en la Tierra. De esta manera, en Fran- Jesús, recientemente fundada por Ignacio de Loyola (1534), caracterizada
conia se intentó poner en práctica una reforma que incluyera a toda la so- por su disciplina y su obediencia al Papa, cuyo objetivo era la enseñanza
90 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O OCCIDENTAL 91

para robustecer las creencias católicas. A d e m á s , para la vigilancia de los fie- eran los condenados. A u n q u e también hubo procesos resonantes, como el
les, evitar desviaciones y controlar los avances protestantes se reorganizó el caso de L o u n d u n , en general, los principales afectados provenían de los es-
T r i b u n a l de la Inquisición. tratos m á s pobres y marginales de la sociedad: hombres y sobre todo m u -
En rigor, la Iglesia católica procuraba cambiar la actitud frente a la re- jeres —como Eva, s í m b o l o de la naturaleza y la sexualidad-, niños, viejos,
ligión: la "salvación" no p o d í a ser una cuestión i n d i v i d u a l , sino que debía deformes y proscriptos sociales. 1 3
involucrar a toda la sociedad. Se trataba de reemplazar una actitud contem- Si la creencia generalizada era que los marginados sociales p o d í a n en-
plativa por una acción militante definida como "apostolado". C o n este fin frentar la discriminación por un pacto con el demonio, y desarrollaban for-
organizaron misiones para la conversión de los "infieles" en Asia y Améri- mas de conducta que, de hecho, producían un efecto amenazador sobre las
ca. Pero esto no significa desconocer ni m i n i m i z a r las acciones que se de- clases amantes del orden, también era creencia generalizada la necesidad de
sarrollaron dentro de la misma Europa, en particular entre los campesinos. su exterminio. Entre los campesinos, la misma persecución permitía ade-
Las antiguas fiestas populares, muchas de viejo carácter pagano que persis- más consolidar la imagen de las brujas como las responsables de sus catás-
tían fuertemente, fueron transformadas adoptando un carácter religioso. trofes: no eran víctimas de reyes y señores, sino de algún vecino o vecina
Algunos cultos campesinos, sospechosos de escasa ortodoxia como el culto que practicaba sus malas artes... De este modo, el Estado y la Iglesia, como
a los santos y a la V i r g e n María, fueron reorganizados y autorizados, e i n - responsables de las c a m p a ñ a s contra estos enemigos imaginarios de la so-
cluso, el "marianismo" fue firmemente estimulado. Se trataba de d i f u n d i r ciedad, no sólo desplazaban responsabilidades sino que p o d í a n consolidar
entre los pobres una religión que fundamentalmente apelara a los "senti- su posición y transformarse en elementos insoslayables para asegurar el or-
mientos," en contraposición al frío rigorismo protestante. den y la paz social.
Entre los campesinos, era necesario además desterrar viejas creencias En síntesis, tras la Reforma, Europa había quedado d i v i d i d a en dos
populares, consideradas supersticiosas, y sobre todo los sueños de una vida grandes áreas religiosas. Sin embargo, la ruptura de la unidad también se
sin opresiones. Se trataba también de hacer desaparecer prácticas como la aceleró por una "nacionalización" de las iglesias locales que quedaron cada
brujería, estrechamente ligada a usos tradicionales. En efecto, la "creencia vez más subordinadas a la autoridad del Estado. La situación fue m u y cla-
en las brujas" junto con la astrología y la magia estaban ampliamente d i - ra en el área reformada donde, como en el caso de Inglaterra, el rey era la
fundidas en las sociedades agrarias, como expresión de sentimientos de de- cabeza de la Iglesia; o en Alemania, donde la difusión del luteranismo es-
pendencia directa de la naturaleza dentro de la vida cotidiana. Sin tuvo estrechamente relacionada con la acción de los príncipes alemanes.
embargo, a partir del siglo X V I y durante el siglo XVII c o m e n z ó a perseguír- Pero también el f e n ó m e n o se dio en el área católica. En muchos países, la
sela con particular e n s a ñ a m i e n t o : muchos -y sobre todo, muchas mujeres- Inquisición fue una institución religiosa, pero fundamentalmente un ins-
fueron condenados a morir en la hoguera acusados de brujería. Y al mismo trumento de la m o n a r q u í a para mantener el orden social y político. En
tiempo que se la c o m b a t í a surgía la imagen de la brujería como una cons- Francia, las doctrinas galicanas en el siglo XVII consideraron a la Iglesia u n
piración coherente inspirada por el demonio -es decir, una contrarreli- aparato de la estructura del Estado. El Estado absolutista también incluía
g i ó n - c o n su propia organización expresada en el sabbat (o en vasco, la esfera religiosa, al mismo tiempo que la pérdida del ideal e c u m é n i c o per-
aquelarre, es decir, la reunión de brujas). mitía también construir una incipiente idea de "nacionalidad".
De la lectura de los procesos de brujería, puede afirmarse que todos los
condenados eran inocentes y los delitos de los que los acusaban inexisten-
tes (a menos que estemos convencidos de la posibilidad de trasladarse por Las nuevas actitudes frente al conocimiento. Del desarrollo
los aires, reunirse en el sabbat, tener relaciones sexuales c o n el demonio, del pensamiento científico a la Ilustración
etc.). Sin embargo, para esa época, la brujería constituía una realidad. E n -
tre los condenados había confesiones espontáneas, por histeria o autosuges- Desde el m u n d o urbano, el distanciamiento de la naturaleza había permi-
tión - n o podemos olvidar el uso de alucinógenos en algunas prácticas tido transformarla en una fuente de placer estético, en una actitud que c u l -
populares- y también arrancadas por el tormento. Pero tal vez, para c o m -
prender la extensión del f e n ó m e n o , la clave esté en preguntarse quiénes 1 3
Véase Kamen, Henry (1990), pp. 182-213 y 259-285.
SUSANA BIANCHI
98 HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 99

ganancias, la burguesía adquiría tierras - l o que constituía una vía para el nes para el advenimiento del capitalismo. Se pudo, de esta manera, ingresar
e n n o b l e c i m i e n t o - o gastaba en bienes suntuarios. En rigor, los palacios y en la última etapa: la del triunfo del sistema capitalista, en la segunda mitad
las obras de arte renacentistas pueden considerarse efectivamente desde el del siglo XVIII. Se entraba en el período de las "revoluciones burguesas".
punto de vista e c o n ó m i c o como una gran inversión improductiva. Sin em-
bargo, los "hombres de negocios" habían actuado con plena sensatez: no
tenían muchas otras posibilidades de inversión. Cronología17
El obstáculo para invertir productivamente estaba dado por la falta de
un mercado extenso, por los límites que i m p o n í a una sociedad que conti- 1455 En Inglaterra comienza la Guerra de las Dos Rosas, por la que se impo-
nuaba siendo mayoritariamente rural. Las formas de autoabastecimiento, ne la d i n a s t í a de los Tudor en el trono inglés.
el poco consumo y bajo nivel adquisitivo constituían una poderosa barre- 1456 Gutenberg, en Maguncia, imprime el primer libro.
ra para encontrar nuevas formas de inversión. En esta contradicción de la 1468 Sube al trono Isabel de Castilla.
expansión del siglo XVI - q u e no alcanzó a romper c o n los marcos que le 1473 Nace en Polonia N i c o l á s C o p é r n i c o , quien enuncia en su obra Las revo-
i m p o n í a la estructura de la sociedad r u r a l - H o b s b a w m encuentra la clave luciones del mundo celeste, la p o s i c i ó n heliocéntrica.
de la "crisis". Pero el problema no era sólo de los mercados internos. En 1488 El marino p o r t u g u é s B a r t o l o m é D í a z alcanza el extremo meridional de
África.
cierta medida, la especialización de Europa oriental en la producción de ce-
1492 En E s p a ñ a , los Reyes C a t ó l i c o s toman Granada. C r i s t ó b a l C o l ó n llega a
reales para la exportación había permitido la relativa especialización de las
América.
ciudades de Europa occidental en el comercio y las manufacturas. Pero, co-
1494 El Trarado de Tordesillas ratifica la d i v i s i ó n territorial de un hemisferio
mo ya señalamos, la expansión de la producción cerealera, por ejemplo en
occidental e s p a ñ o l y otro oriental, p o r t u g u é s .
el caso de Polonia, había intensificado la servidumbre (es decir, la falta de 1497 Vasco de Gama inicia el viaje que le permitirá alcanzar Calcuta.
capacidad de pago y refuerzo de las formas de autoabastecimiento) y había 1502 Primer envío de esclavos negros a A m é r i c a . Comienzan a difundirse las
beneficiado a un p e q u e ñ o grupo de grandes señores. En síntesis, Europa cartas de A m é r i c o Vespucio sobre la existencia de un continente nuevo.
oriental no pudo constituirse en un amplio mercado, limitando las posibi- 1503 Comienza el reinado del papa Julio II, uno de los grandes mecenas del
lidades del desarrollo de las manufacturas en Europa occidental. De este Renacimiento.
m o d o , al darse dentro de las estructuras rurales que aún d o m i n a b a n en E u - 1515 El Papado inicia la venta de las indulgencias, es decir, la r e m i s i ó n de los
ropa, al no poder hacer "estallar" esas estructuras, la expansión encontró pecados, con el objetivo de obtener recursos para terminar la construc-
sus límites. De allí, la llegada de la crisis. c i ó n de la Basílica de San Pedro. En Alemania, comienza la protesta de
Lutero.
S i n embargo, hubo regiones que estaban resguardadas. Era el caso de
Francisco I es rey de Francia.
Inglaterra, donde los cambios cualitativos en la e c o n o m í a -paralelos a pro- 1516 Carlos de Habsburgo sube al trono de E s p a ñ a como Carlos I. H a here-
cesos de cambio social y a transformaciones políticas (las revoluciones i n - dado del trono de sus abuelos maternos, Isabel de Castilla y Fernando de
glesas del siglo XVII)- permitieron aprovechar los efectos de la crisis, en Aragón.
particular la concentración de la riqueza (tierras, capitales y mercados). La S o l í s llega al R í o de la Plata.
crisis permitió que los grandes terratenientes prosperaran a expensas de los '519 Carlos de Habsburgo, nieto por rama paterna de Maximiliano de Aus-
campesinos y p e q u e ñ o s propietarios en un proceso que c u l m i n ó en la "re- tria y M a r í a de B o r g o ñ a , es consagrado emperador de Alemania como
volución agraria" del siglo XVIII. Carlos V.

La crisis de los gremios urbanos -que fueron eliminados de la produc- Magallanes comienza el viaje de c i r c u n n a v e g a c i ó n .
520 El Papado condena a Lutero como hereje. La reforma se extiende de Ale-
ción a gran escala- permitió la concentración de las manufacturas bajo el
mania a los Países Bajos.
control del capital mercantil. A s i m i s m o , la concentración del poder econó-
Se desata la guerra entre el emperador Carlos V y Francisco I, rey de
m i c o en las e c o n o m í a s marítimas, y el flujo creciente del comercio colo-
Francia por el control de territorios en Italia.
nial, estimuló el crecimiento de las industrias de la metrópoli.
En este sentido, la "crisis" barrió con los obstáculos y creó las condicio- 17
Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner (1974), pp. 212-287.
100 SUSANA BIANCHI
HISTORIA SOCIAL D E L M U N D O O C C I D E N T A L 101

1527 La Reforma llega a Suecia y Dinamarca. 1598 En Francia, el Edicto de Nantes garantiza a los hugonotes (protesrantes)
una limitada libertad de culto e igualdad p o l í t i c a .
1531 En Inglaterra, por iniciativa de Enrique VIII, la Iglesia se separa de Roma.
En E s p a ñ a , hereda el trono Felipe III.
Tras la decisión del emperador Carlos V de defender la Iglesia romana,
1600 F u n d a c i ó n de la C o m p a ñ í a holandesa de las Indias orientales.
los príncipes alemanes forman la Liga de Esmalcalda para preparase pa-
1603 Al morir Isabel I sin herederos directos, el trono pasa a Jacobo I, de la di-
ra la lucha.
nastía Estuardo, t a m b i é n rey de Escocia.
1536 Calvino da a conocer los fundamentos de su doctrina reformista, expues-
Primeros intentos franceses de colonización de C a n a d á .
ta en su obra La institución cristiana.
1604 F u n d a c i ó n de la C o m p a ñ í a francesa de las Indias orientales.
1540 Se constituye la C o m p a ñ í a de J e s ú s , fundada por Ignacio de Loyola.
1609 Comienza la ú l t i m a e x p u l s i ó n de los moros en E s p a ñ a . Se funda el Ban-
1542 El papa Pablo III confirma el Tribunal de la I n q u i s i c i ó n para perseguir
co de Á m s t e r d a m .
las herejías.
M a r í a Estuardo es reina de Escocia. 1610 Tras el asesinato de Enrique IV, Luis XIII es rey de Francia. Durante el pe-

1545 En el marco de la contrarreforma católica, se reúne el Concilio de Trento. ríodo de minoridad es regente su madre, M a r í a de Médicis.

1547 Nace Miguel de Cervantes uno de los m á s grandes prosistas españoles. 1613 La d i n a s t í a de los Romanov llega al trono de Rusia.
1553 Los franceses derrotan a Carlos V en la batalla de Metz. 1614 Los holandeses fundan Nueva Amsterdam (actualmente Nueva York), en
1555 En Alemania, tras la derrota de Carlos V, se firma la paz de Ausburgo. la isla de Manhattan.
1556. Carlos V abdica el trono. Su hijo, Felipe II, hereda el trono de E s p a ñ a y 1618 Comienza la Guerra de los Treinta A ñ o s como un conflicto religioso que

su hermano, Fernando, es consagrado Emperador. culmina en una lucha por la h e g e m o n í a europea.

1557 Los intentos del emperador Fernando I de restaurar el catolicismo en 1620 Los "Padres Peregrinos" llegan a A m é r i c a del Norte.

Alemania choca contra la o p o s i c i ó n de los p r í n c i p e s alemanes. 1621 En E s p a ñ a llega al trono Felipe IV; el gobierno queda a cargo de su fa-
vorito, el conde-duque de Olivares. Comienza la decadencia del comer-
1558 Isabel I, hija de Enrique VIII, es reina de Inglaterra.
cio de Sevilla.
1559 Se firma el tratado de Cateau-Cambresis entre E s p a ñ a y Francia.
Se funda la C o m p a ñ í a holandesa de las Indias occidentales.
1562 Comienzan en Francia las Guerras de R e l i g i ó n . Los c a t ó l i c o s encabeza-
dos por Enrique de Guisa forman la Santa Liga para combatir contra la En Francia, durante el reinado de Luis XIII, el cardenal Richelieu sienta

U n i ó n Protestante. las bases del Estado absolutista.

1563 Fin del Concilio de Trenro. Establecimiento definitivo de la Iglesia angli- 1624 Comienza la c o n s t r u c c i ó n del palacio de Versalles, s í m b o l o del absolutis-

cana en Inglaterra. mo francés.

1567 Felipe II envía al Duque de Alba a somerer la s u b l e v a c i ó n de los Países 1625 Carlos I hereda el trono de Inglaterra.
Bajos. 1629 Carlos I de Inglaterra disuelve el Parlamento.

1570 Los turcos toman Chipre. 1635 Francia declara la guerra a E s p a ñ a .

1571 La baralla de Lepanto termina con la d o m i n a c i ó n turca en el Mediterráneo. 1640 Los ingleses se asientan en la India.

Durante la guerra de corsarios, Francis Drake araca las posiciones espa- 1642 Contra los intentos absolutistas de Carlos I estalla la guerra civil en In-
ñolas en A m é r i c a . glaterra. En Francia, llega al trono Luis X I V , durante su minoridad go-

1580 Felipe II de E s p a ñ a anexa el reino de Portugal. bierna su madre Ana de Ausrria.

Juan de Garay funda Buenos Aires. 1643 El cardenal Mazarino se hace cargo de los negocios p ú b l i c o s en Francia.
1581 Los rusos comienzan la conquista de Siberia. 1648 Fin de la Guerra de los Treinta A ñ o s .
La región norte de los Países Bajos adopta el nombre de Provincias Uni- En Francia estalla La Fronda.
das y declara su independencia. 1649 Tras el Trarado de Westfalia, Holanda se independiza del poder e s p a ñ o l .
1582 El papa Gregorio XIII reforma el calendario. Carlos I es ejecutado en Inglaterra; Cromwell establece el C o m m o n -
1588 Para acabar con la hostilidad de Inglaterra, Felipe II de E s p a ñ a organiza wealth.
la Armada Invencible, que es derrotada por los ingleses. Comienza el pe- 1653 Cromwell es designado Lord Protector de Inglaterra, instaurando una
r í o d o de la h e g e m o n í a comercial de Inglaterra. dictadura.
1591 Primera e x p e d i c i ó n de Inglaterra a la India. 1659 Se firma la Paz de los Pirineos entre E s p a ñ a y Francia.
1593 Tras abjurar del protestantismo ("París bien vale una misa"), Enrique IV, 1660 En Inglaterra se restaura la m o n a r q u í a , Carlos II en el trono.
de la dinastía B o r b ó n , asume el trono de Francia. 1661 Comienza el reinado absoluto de Luis X I V .
102 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 103

1664 F u n d a c i ó n de la C o m p a ñ í a francesa de las Indias orientales. D i Simplicio, Oscar (1989), Las revueltas campesinas en Europa, Barcelona, Crírica,
1665 Carlos II es rey de E s p a ñ a , bajo la regencia de su madre Ana M a r í a de segunda parte, cap. II "Las revueltas en Francia", pp. 67-94.
Ausrria. Hobsbawm, Eric J. (1982): " D e l feudalismo al capitalismo", en Hilton, Rodney
1667 Luis X I V inicia operaciones para tomar posesión de Flandes. Se desata la (ed.), La transición del feudalismo al capitalismo, Barcelona, Crítica.
llamada Guerra de D e v o l u c i ó n .
(1983), " L a crisis' del siglo XVII", en Aston, Trevor (comp.), Crisis en
1670 Francia ocupa Lorraine.
Europa, ¡560-1660, Madrid, Alianza.
1672 Comienza la guerra entre Francia y Holanda, auxiliada por E s p a ñ a y el
Emperador de Alemania. Kamen, Henry (1990), La Inquisición española, M é x i c o , Grijalbo, cap. VIII "Orga-
1680 Se establece el imperio colonial francés en A m é r i c a del Norte. n i z a c i ó n y conrrol social" y cap. XI "Cultura popular y contrarreforma", pp.
1681 Francia anexa Esrrasburgo. 182-213 y 259-285.
1685 Jacobo II llega al trono de Inglaterra intensificándose los problemas reli- Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner (1974), The Penguin Atlas of World
giosos y políticos. History. Volume 1: From the Beginnig to the Eve of the French Revolution,
1688 La "gloriosa revolución" establece los principios de la m o n a r q u í a limira- Middlesex-Nueva York, Penguin Books, pp. 212-287.
da, Guillermo de Orange desembarca en Inglaterra y ocupa el trono. Kriedte, Peter (1986), Feudalismo tardío y capitalismo mercantil, Barcelona, C r í t i c a ,
1694 Se crea el Banco de Inglaterra.
cap. I "La é p o c a de la revolución de los precios".
1697 Paz de Ryswick entre Francia y E s p a ñ a , Inglaterra y Holanda.
Mackenney, Richard (1996), La Europa del siglo XVI, Madrid, Akal, cap. II "Los sín-
1698 Comienzan los conflictos por la s u c e s i ó n del trono de E s p a ñ a .
tomas de la e x p a n s i ó n " .
1701 Tras la muerte de Carlos II, ú l t i m o rey de la d i n a s t í a Habsburgo, co-
mienza la Guerra de S u c e s i ó n en E s p a ñ a . Mandrou, Robert (1966), "La Francia moderna y c o n t e m p o r á n e a " (primera parte,
1702 Ana es reina de Inglaterra. cap. V, punto B " E l rey. Versalles"), en Duby, George y Mandrou, Robert,
1707 U n i ó n de Escocia con Inglaterra. Historia de la civilización francesa, M é x i c o , Fondo de Cultura E c o n ó m i c a .
1713 Por el Tratado de Utrech se reconoce a Felipe V, rey de E s p a ñ a a cambio Romero, J o s é Luis (1987), Estudio de la mentalidad burguesa, Buenos Aires,
de su renuncia a la corona francesa. Se inicia la d i n a s t í a de los Borbones. Alianza, cap. II " T e o r í a de la mentalidad burguesa" y cap. III "Los contenidos
Diderot comienza a publicar la Enciclopedia. de la mentalidad burguesa", pp. 26-137.
1714 Jorge I, de la casa Hannover, es rey de Inglaterra.
R u d é , George (1981), Revuelta popular y conciencia de clase, Barcelona, Crírica, Ter-
1715 Luis XV es rey de Francia bajo la regencia de Felipe de Orleans.
cera parte, cap. I " L a revolución inglesa", pp. 105-123.
1718 Se forma la C u á d r u p l e Alianza (Austria, Holanda, Francia e Inglaterra)
(1982), Europa en el siglo XVIII. La aristocracia y el desafio burgués, Madrid,
contra E s p a ñ a .
Alianza, cap. 10 "Ilustración", pp. 184-215.
1727 Jorge II es rey de Inglaterra; Pedro II, zar de Rusia.
1733 E s p a ñ a participa junto con Francia en la Guerra de S u c e s i ó n de Polonia. Schiera, Pierangelo (1987), "Absolutismo", en Bobbio, Norberto y Matteucci, N i -
1746 Fernando VI es rey de E s p a ñ a . cola, Diccionario de política, vol. I, M é x i c o , Siglo XXI.
1759 Carlos III sucede en el trono de E s p a ñ a ; comienzan a aplicarse las polí- Tenenti, Alberto (1985), La formación del mundo moderno, Barcelona, C r í t i c a ,
ticas "ilustradas". segunda parte, cap. II "Reforma religiosa y conflictos europeos", pp. 188-217.
1762 Sube al trono Caralina la Grande, con el proyecto de occidentalizar Rusia.
Van Dulmen, Richard (1984), Los inicios de la Europa moderna (1550-1648), Madrid,
Siglo XXI, cap. 2 "La sociedad estamental y el dominio político", pp. 92-134.

Referencias b i b l i o g r á f i c a s

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absolutista en Occidente", pp. 9-37.

Burke, Peter (1993), El Renacimiento, Barcelona, Crítica.


FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y
RELACIONES INTERNACIONALES
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO
Historia I: América y la construcción del mundo moderno
Ficha de Cátedra – Unidad 2

América a fines del siglo XV: diversidad étnica, cultural y política

Marina Caputo
Cuando los europeos a fines del siglo XV alcanzaron las costas insulares de América,
cientos de pueblos desarrollaban su existencia desde la llegada del homo sapiens al
continente dieciséis mil años antes: desde cazadores recolectores, variadas tribus,
1
expansivas Jefaturas y dos grandes Estados como fueron el Inca y el Mexica.
Abordaremos los aspectos más relevantes de aquellas sociedades en el período
anterior a la conquista, a fin de comprender los procesos que desde el año 1519 dieron
lugar a la ocupación, poblamiento y sometimiento de las poblaciones originarias de la
América continental por parte de los españoles. Desde México hasta el sur de los
Andes Centrales, incluyendo los territorios del litoral rioplatense, los autóctonos, a la
vez que condicionaron la presencia de los españoles, se constituyeron en el soporte de
una dominación perdurable, que supuso variadas formas de explotación del trabajo, la

1
En este punto resumimos muy abreviadamente la clasificación propuesta por el antropólogo
norteamericano Elman Service respecto del grado de complejidad alcanzado por las sociedades
americanas. Las ​bandas e​ ran sociedades pequeñas que agrupaban a conjuntos de familias cuyos
miembros estaban integrados a partir de vínculos de parentesco. Se desplazaban por un territorio
extenso aunque acotado en función de sus principales actividades: caza, recolección y pesca. Las ​tribus
son sociedades formadas por varios conjuntos de familias o comunidades asentadas en caseríos o
aldeas. Cada unidad corresponde a un grupo de parentesco –linaje-, que se articula con los demás a
partir del reconocimiento de un antepasado común. Son en gran medida igualitarias, y la toma de
decisiones proviene de consejos o formas asamblearias caracterizadas por su horizontalidad. Las
jefaturas e​ n cambio aglutinan a varias tribus a nivel regional bajo la autoridad de un jefe. Están
articuladas jerárquicamente en una estructura genealógica que tiene como principal referencia a un jefe
que además de pertenecer al linaje más antiguo, requiere de cualidades como la capacidad guerrera y
de negociación. Estas jefaturas se sostienen a partir del control de un territorio y la captación del
excedente productivo generado por una agricultura que alcanzado continuidad y especialización y que
supone el trabajo organizado de los miembros de las comunidades que la integran. Dicho excedente
está dirigido a sostener una estructura de poder legitimada por el culto religioso. Los ​Estados antiguos,​
definidos territorialmente, derivan de las ​jefaturas​, que amplían su influencia a partir de la guerra y el
control del intercambio, creando estructuras sociopolíticas relativamente centralizadas, con elaborados
sistemas religiosos y ceremoniales que expresan la supremacía de un señor o jefe. La jerarquía
alcanzada proviene de la supremacía militar y la difusión de un credo religioso. Supone una
estructuración administrativa que permite un relativo control y subordinación a la autoridad del Señor y
la captación de tributos y trabajo destinado a obras de envergadura.

1
consolidación de un sistema mercantil de acumulación y el establecimiento de un
patrón europeo de ordenamiento político y cultural.
Nos referiremos a dos grandes áreas culturales, que a los largo de cuatro milenios
configuraron modos originales de vincularse con la naturaleza, de producir, acumular,
distribuir recursos y de instituir formas de autoridad y de dominio de diversa
2 3
complejidad. Mesoamérica y los Andes Centrales fueron el escenario en el que
encuadraron complejas formaciones sociales que desarrollaron potentes sistemas
culturales, afirmados sobre la producción de saberes efectivos en cuanto al desarrollo
de tecnologías que potenciaron la producción agrícola y el ordenamiento territorial. A
la vez, sofisticados patrones simbólicos de conocimiento se expresaron en calendarios,
monumentos, formas de urbanización, finas elaboraciones de cerámicas y textiles,
sistemas de escritura, ceremoniales religiosos, entre las expresiones más visibles. La
llegada de los europeos significó el arrasamiento y la destrucción de dichos patrones,
subordinando los restos que sobrevivieron al modelo occidental de dominación.

Las sociedades mesoamericanas antes de la conquista: apuntes en torno a las bases


de la dominación mexica
La historia de los pueblos mesoamericanos da cuenta de complejos desarrollos locales
y regionales, con un denso espesor temporal y una heterogeneidad de identidades y
tipos de organización social. En este mosaico sin embargo, algunos polos regionales
alcanzaron importante influencia y ejercieron un control ampliado a través de
mecanismos de intercambio y en el último período, desde la expansión militar.
En el valle de México se sucedieron las experiencias de ordenamiento social y político
más perdurables. Se trata de una cuenca lacustre en la que confluyen los ríos que
descienden de las sierras que rodean el valle, regando suelos de singular fertilidad. La
agricultura alcanzó un gran desarrollo a partir de innovaciones continuas que
potenciaron la producción. Una variada flora y fauna se complementaba con
yacimientos de obsidiana que proporcionaron abundante materia prima para el
desarrollo de bienes básicos, como diverso tipo de utensilios, herramientas y objetos
suntuarios.
Entre los siglos I y VIII el gran centro urbano de Teotihuacán fue el ámbito de
desarrollo y consolidación de una sociedad multiétnica, numerosa y eficazmente
organizada a partir de distritos barriales articulados en torno a un centro político cuya
caracterización es fruto de intensos debates entre arqueólogos y antropólogos. La
prosperidad de los teotihuacanos se expresó en monumentales obras arquitectónicas,
como la famosa pirámide del Sol o el templo de Quetzacoatl. La vida de la ciudad
giraba en torno a los ceremoniales y rituales que convocaban a una numerosa

2
Esta región abarca gran parte del actual México, Guatemala, Bélice, el Salvador y Honduras.
3
Se denomina Andes centrales a la extensa franja cordillerana que vertebra el territorio desde el
Ecuador hasta el actual noroeste argentino, articulando ambientes muy diversos entre sí: la costa del
Pacífico, la sierra y la selva oriental.

2
población proveniente de lugares distantes. No obstante, dicha ritualidad era la
contraparte de densas redes de intercambio que articulaban el mercado de la ciudad
con el tráfico interregional. La explotación y fabricación de objetos de obsidiana en
gran escala potenció y especializó dicho comercio.
La decadencia y abandono de la ciudad hacia el 800 generó la dispersión de la
población, que se fragmentó en aldeas y pueblos de agricultores que competían por el
acceso a tierras y recursos. Entre los siglo IX y XII sucesivas oleadas de migrantes,
cazadores recolectores en su mayoría, arribaron al valle desde el norte para instalarse,
intensificando las diputas por el acceso a tierras. La actividad guerrera era uno de los
fuertes principales de estos grupos –denominados por los españoles en forma genérica
como chichimecas-, lo que propició la formación de alianzas con los pueblos del valle
para consolidar el control territorial. La expresión más acabada de este nuevo
ordenamiento se materializó en la expansión de los toltecas, cuya ciudad cabecera,
Tula, ocupó durante casi doscientos años un lugar de primacía. El origen de este grupo
se supone por la confluencia de linajes correspondientes a los pueblos migrantes con
agricultores del valle. El militarismo caracterizó la vida social, política y fue potenciado
a partir de elaborados sistemas de creencias que atribuían importancia central al ritual
del sacrificio humano. Las elites gobernantes construyeron un prestigio lo
suficientemente sólido para generar influencia sobre poblaciones menores. Las bases
materiales de su expansión además de la guerra, estuvieron afirmadas en la
integración de un conjunto de actividades como la agricultura, la explotación de
yacimientos de obsidiana, piedra caliza y el intercambio regional e interregional, dado
que Tula era un punto de intersección de rutas entre el valle y el golfo. El control de
densas redes de intercambio habría alcanzado hasta la actual Costa Rica.
El agotamiento de la hegemonía de los toltecas se tradujo, al igual que en Teotihuacán,
en el abandono de la ciudad y la dispersión de su ocupantes en el valle de la cuenca.
Una crisis general reforzada por cambios climáticos graves profundizó la fragmentación
social y política en medio de la escasez, agudizando las disputas bélicas. Renovadas
oleadas de migrantes se incorporaron al valle, buscando desde el comienzo el lugar
para radicarse. Nuevas unidades políticas –de reducida extensión-, denominadas
4
altepemes , ​se fueron consolidando a partir de intensificar el desarrollo agrícola y el
intercambio con otras parcialidades dada la imposibilidad de alcanzar la
autosuficiencia. Los ​tianguis o mercados del valle dinamizaron la vida social y política
y fomentaron la interdependencia y la complementariedad entre los centros. Esto tuvo
su correlato en la formación de intrincadas redes de parentesco y en la formación de
grupos dinásticos hereditarios que buscaron reivindicar una descendencia tolteca,
como símbolo de prestigio. La base social de dichos centros estaba compuestas por el
calpulli,​ la unidad básica de pertenencia social, articulada por el parentesco, cuyos
miembros poseían en común las tierras asignadas. En un principio la toma de
decisiones era colectiva aunque progresivamente se fue modificando hasta recaer en
un jefe hereditario. En la medida que dichos jefes incrementaban prestigio –que se

4
Los historiadores también refieren a los ​altepemes​ como ​ciudades-estados​ o también, siguiéndolas
fuentes de proveniencia española, ​señoríos​.

3
concretaba en la apropiación particular de tierras-, los miembros del calpulli, los
macehuales​, se veían sujetos a cada vez más prestaciones, como la tributación y el
servicio militar.
Los mexicas, fueron uno de los grupos protagonistas de la dinámica social y política
que describimos. Asentados en una isla en la parte sur del lago Texcoco, en la ciudad
por ellos fundada, Tenochtitlan, iniciaron hacia 1430 una fase de rápido ascenso a
partir de la unión con otros centros –Tacuba y Texcoco- constituyendo la triple alianza
conocida como ​Azteca.​ Luego de derrotar a los Tepanencas, quienes detentaban la
supremacía en el valle, iniciaron un proceso de transformación a fin de ensanchar el
control de poblaciones y recursos. En función de ello potenciaron la autoridad política
–​tlatoani- ​asociada directamente al culto religioso de su dios guerrero, Huitzilopochtli,
que posibilitó la integración de los sistemas religioso, económico y social a partir de la
expansión bélica, iniciando una etapa que muchos autores denominan como
5
imperialista . La propagación y afirmación de la ideología mexica fue posible por la
importancia atribuida a la construcción de monumentales templos y palacios que
expresaban el poderío de la elite y su culto, los códices que narraban la historia
reescrita por ellos y la instrucción sacerdotal que afirmaba las creencias a partir del
manejo del calendario y la administración de rituales y ceremonias ligadas al sacrificio
humano.
La formación de un poderoso ejército, dirigido en sus puestos principales por
miembros de la elite gobernante, garantizó la conquista y sometimiento de varias
decenas de pueblos, treinta y ocho provincias en total, que se obligaban a pagar un
tributo regularmente, el ​tequitl​, compuesto por artículos que no se obtenían en las
economías centrales: bienes elaborados varios, textiles, materias primas, objetos de
lujo, etc. No se trató de un control centralizado dado que la población mantenía su
autonomía si cumplía con la demanda del estado. Un administrador recogía el caudal
tributario, que de incumplirse llevaba nuevamente a utilizar la fuerza.
En cambio, en el valle central, los mexicas lograron una cohesión e integración mayor.
Se intensificaron los sistemas de cultivo y se reorganizó el trabajo maximizando la
explotación agrícola, aunque la tierra pasó a manos de una nobleza ampliada al calor
de los triunfos militares –​pillis-​ . Una parte de la población descendió de categoría
–​mayeques- a fin de cubrir las necesidades de trabajo agrícola de los nuevos
poseedores de tierras. Dicha cohesión se expresó también en el sistema de mercado o
tiangui, que se estableció en casi todos los centros con el objetivo de afirmar el
intercambio de bienes que eran necesarios para cubrir el tributo. En el caso de las
provincias alejadas, el estado ejerció un control difuso a través de los ​potchecas,
comerciantes de larga distancia de bienes suntuarios que obtenían bienes valiosos,
además de información sobre las características y recursos de las ciudades y aldeas
que visitaban.

5
Los mexicas alteraron los antiguos mitos y cosmología religiosa elevando a Huitzilopochtli como
divinidad protectora, que requería de cautivos para el sacrificio a fin de fortalecer con la sangre de los
sacrificados el ciclo solar, del que dependía la vida en la tierra.

4
El poderío de los mexicas, afirmado en una poderosa maquinaria bélica comenzó a
debilitarse en el período previo a la llegada de los españoles. Las continuas rebeliones
de sus subordinados, la importancia creciente de otros estados, entre ellos los
tarascos, que frenaron el avance hacia el norte y los límites de un culto religioso que
exigía permanentemente cautivos para el sacrificio profundizaron las diferencias
internas y la necesidad de reformas que solo agudizaron la decadencia. Hacia 1519
otros pueblos se hallaban en condiciones de disputar el poderío azteca.

Los modelos de organización social y política en los Andes antes de la conquista: en


torno a la formación del Estado Inca.
La región de los Andes Centrales en Sudamérica está conformada por una diversidad
de paisajes que se extienden verticalmente desde el actual Ecuador hasta el noroeste
del territorio que hoy comprende Argentina. Dichos paisajes adquieren características
originales de acuerdo la zona en que se ubican: la extensa franja costera del océano
Pacífico –una estrecha llanura desértica atravesada por más de cuarenta ríos que
descienden desde las altas montañas-, la cordillera de los Andes, cuyos picos alcanzan
hasta cinco mil metros de altura y albergan ríos, valles, quebradas y punas generando
variados microambientes o pisos ecológicos y una intensa biodiversidad, y, por último,
las yungas y selvas ubicadas en la ladera oriental del sistema serrano, que van
descendiendo hasta confluir en las grandes cuencas fluviales de las llanuras centrales
del continente.
Este espacio exigió a quienes lo poblaron, el desarrollo lento pero sin pausa de
prácticas y estrategias de adaptación. Aldeas y centros ceremoniales dispersos en las
costas del actual Perú fueron el preludio de una cultura andina que se difundió e
integró en sus aspectos básicos alrededor del año -900 –​Chavín de Huantar​-. Los
arqueólogos coinciden en señalar en que en este período se compuso un corpus de
conocimientos básicos que alcanzaron una alta difusión, habilitando la integración de
los grupos humanos que se desenvolvían en las distintas regiones: saberes en torno a
las estaciones y por lo tanto a la agricultura, el pastoreo de camélidos, la cerámica y un
registro simbólico y mítico de la relación entre los hombres, las mujeres y la naturaleza
que se plasmó en un relato dominante, ordenador y contendedor acerca de un paisaje
que resultaba abrumador ante el desafío de la reproducción social de la existencia
humana.
Desde Chavín en adelante se desarrollaron complejas formaciones sociales integradas
de diverso modo de acuerdo a cada período. La unidad básica de organización social
fue el ​ayllu,​ compuesto por un conjunto de familias que reconocían un antepasado
común y adscribían a un territorio determinado. La autoridad recaía sobre un ​jefe o

5
curaca que descendía del antepasado común, referente del culto y los rituales que
aseguraban la permanencia del grupo. El principio de ​reciprocidad ​fue el sistema que
reguló el intercambio de bienes y servicios –trabajo- tanto a nivel horizontal como
entre distintos niveles. Fue el mecanismo que garantizó la producción y el intercambio
de productos: “​existió en todo el ámbito andino y actuó como eslabón entre los
diversos modelos de organizaciones económicas presentes en el amplio territorio.”
(Rostworoswski, 1999,69)
La necesidad de defender los territorios, obtener fuentes de agua o establecer redes
de intercambio y de garantizar la continuidad del culto a medida que las poblaciones
crecían en número dio lugar a la formación de ​curacazgos,​ entidades políticas que
ampliaron el control territorial y de ayllus a partir de la guerra. Estas entidades
regionales desarrollaron estilos propios, profundizaron y adaptaron las tecnologías
agrícolas conocidas a fin de garantizar un excedente continuo, complejizando sus
propios ceremoniales y representaciones simbólicas que dieron lugar a grandes
monumentos arquitectónicos además de estilizados modelos de cerámica y textiles.
Como corolario se profundizó la distancia entre quienes ejercían la autoridad y quienes
obedecían. Las diferencias se manifestaron en el lujo y los monumentos fúnebres que
correspondieron a gobernantes, cuya construcción demandó miles de horas hombres y
una producción de bienes y objetos suntuarios.
Hacia el año 700 se produjeron los primeros ensayos de ordenamientos sociopolíticos
transregionales, como el caso del curacazgo de Huarpa –en la región de Ayacucho-,
antecedente directo de ​Huari​, la entidad política que se expandió subordinando las
poblaciones de la sierra central del Perú entre los años 750 y 1000. Los cataclismos
naturales, el crecimiento de la población, la necesidad de sumar otras fuentes de agua,
garantizar el acceso a tierras fértiles y controlar redes de intercambio fueron
probablemente los factores que promovieron su expansión. Al igual que en la sierra
central, en el altiplano, al suroeste del lago Titikaka, otro centro político
administrativo, ​Tiawanaku​, alcanzó una gran influencia, generada en un inicio por su
capacidad para establecer una red jerárquica de centros secundarios, y, en un segundo
momento, hacia el año 600, por su capacidad de expansión bélica. Los dominios de
Tiawanaku abarcaron desde el sur del Perú, el norte de Chile, el altiplano boliviano
hasta el noroeste de Argentina. Una densa red de intercambio de bienes y flujo de
trabajadores fue asegurada mediante el envío de colonos y la fundación de enclaves en
esta vasta región. La tributación, el control militar, la instalación de centros
políticos–religiosos dirigidos a administrar y negociar el tributo y el culto religioso
fueron modos de ejercer autoridad y control asimilables a la función estatal.
En general, los investigadores se refieren a Huari y Tiawanaku como los dos ensayos
estatales predecesores del estado Inca, con las características singulares que
posibilitaron su reproducción en un territorio como el andino, de extrema diversidad
6
ambiental . Esas características tienen que ver con la capacidad para ejercer un control
6
Es necesario reparar metodológicamente sobre la categoría de ​Estado,​ de origen europeo y moderno,
respecto de su aplicación a las sociedades americanas anteriores a la conquista. En el caso andino se usa
el término para definir sistemas de ejercicio de poder y control cuyos componentes son sumamente

6
transregional, que abarque pisos ecológicos diferenciados en función de captar una
variada gama de recursos y bienes de acuerdo a cada ecosistema. Los estudiosos
andinos han denominado a este patrón de expansión “​control vertical”,​ y se gesta
inicialmente, en una escala reducida, en el ámbito del ayllu, que requiere para su
subsistencia acceder a ambientes diferenciados que garanticen los diversos bienes
7
agrícolas y otros derivados de la fauna . Con este fin el ayllu o la etnia se dispersa en
varios pisos ecológicos para asegurar su control y la obtención de dichos bienes. Los
lazos de parentesco se sostienen fundamentalmente en torno al culto del antepasado
común, que requiere de ofrendas periódicas –comida, bebida, textiles-para garantizar
de la fertilidad y la bonanza del grupo y evitar su desmembramiento.
EL agotamiento de los modelos estatales de Tiawanaku y Wari hacia el 1100 generó el
retorno al ayllu, la proliferación de aldeas dispersas y afirmadas en el trabajo colectivo,
es decir, la vuelta a las antiguas formas tradicionales de organización y explotación de
recursos (patrón vertical en una escala reducida). Los curacazgos mantuvieron el
control de sus territorios, no exentos de disputas o tensiones que periódicamente
decantaban en enfrentamientos bélicos. El entorno del lago Titicaca, cuna de la etnia
incaica, albergó en este período, dinámicos curacazgos que especializaron sus
producciones ya sea en el pastoreo y reproducción de los camélidos, lo salares de
altura, la agricultura en los distintos nichos ecológicos -fundada en obras que
requerían del trabajo de varias comunidades, como las terrazas en las montañas o la
canalización de los ríos-, la fauna lacustre y una diversidad de bienes artesanales que,
en conjunto nutrían densas redes de intercambio reguladas por los principios de
reciprocidad y redistribución además de potenciarse con las alianzas y acuerdos
8
establecidos entre los curacas . Estas alianzas no eran permanentes, se mantenían en
un equilibrio tenso por el acceso a tierras u otras fuentes de recursos.
El panorama diverso de curacazgos más o menos sólidos, confederaciones, tribus y
aldeas que entre el siglo XI y XIV configuraron identidades y rivalizaron por el control
de tierras y recursos, se alteró profundamente a partir del ascenso y expansión en la
primera mitad del siglo XV de una de dichas Jefaturas: la incaica, que remitía sus
orígenes a las tierras ubicadas al noroeste del lago Titicaca, en un pequeño valle
cercano al Cuzco.
Un nuevo orden para las sociedades andinas: el Tawantinsuyu

peculiares y muy diferente a los de Asia o Europa. Se trata de formaciones socio-políticas con capacidad
de control –vertical en este caso-, que derivan inicialmente de la fuerza pero que se adaptan y negocian
la subordinación incorporando las lógicas de reciprocidad y redistribución.
7
John Murra es quien ha propuesto este concepto para diferenciar las prácticas de acceso a recursos
que no se encuadran en el concepto de comercio, dado que las poblaciones disponían de
establecimientos permanentes en la periferia para producir recursos propios de otros ambientes. A su
vez la articulación del centro con estas ​islas s​ e daba bajo los concepto de reciprocidad y
redistribución​.(​ Murra, 1987, p.192)
8
La diversidad de etnias conformaban un mosaico cultural que se traducía también en la coexistencia de
varias lenguas – quechua, aymara, uru entre otras- y en especializaciones artesanales como textiles,
cerámica y metalurgia. Algunos de los grupos fueron los charcas, quillacas, lupacas, collas, pacajes,
caranjas, chancas, chichas, entre otros.

7
9
Los incas configuraron un Imperio peculiar, estrechamente vinculado a su concepción
cosmológica y a las tradiciones andinas que regulaban las relaciones entre los pueblos.
Dichas tradiciones vinculan a la máxima autoridad, el curaca, a los ancestros
10
–representados en ​huacas , que cumplían la función de proteger y asegurar las
buenas cosechas y la prosperidad del grupo. A cambio los vivos debían ofrecer
ofrendas que se sustanciaban en rituales y ceremonias. Este intercambio se replicaba
materialmente entre el curaca y sus subordinados, que estaban comprometidos a
prestarle servicios o tributación. El principal aporte se contabilizaba en trabajo: desde
la construcción de templos, la agricultura destinada a las ofrendas, hasta la
construcción de obras hidráulicas o de infraestructura que mejoraban la capacidad
productiva de toda la comunidad. El trabajo era colectivo en todos los niveles, inclusive
en las tierras de las familias del ayllu. En función de sostener el consenso y la armonía
el curaca estaba obligado a retribuir con alimentos, chicha y mantenimiento del culto.
Poseía la sabiduría de los ancestros, por lo que mediaba en los conflictos que se
suscitaban. En la guerra, cada grupo iba a la batalla como fieles y en defensa de su
dios, que los ayudaba en el enfrentamiento. El dios más poderoso se manifestaba en
estas ocasiones con el triunfo de su respectivo pueblo.
La expansión del curacazgo Inca se inició de acuerdo a esta lógica. La derrota a la
confederación Chanca, que invadió Cuzco desatando un enfrentamiento crucial,
posicionó a los incas y su culto, el culto del sol, en un lugar de primacía en el plano
regional. El sometimiento a los otrora poderos y expansivos chancas demostró la
superioridad del dios Sol, lo que habilitó la exigencia de obediencia y sumisión al culto
del triunfador. A la vez promovió aún más el prestigio de los incas como guerreros, que
prosiguieron sus conquistas subordinando a otras jefaturas y consolidando el culto del
dios solar.
La cosmovisión incaica se nutrió de las tradiciones precedentes de los pueblos andinos
y se plasmó en un relato de carácter mitológico, legitimador del poderío divino del jefe
máximo: el Inca como hijo del Sol, creador de la vida humana en la tierra. Esta
concepción confluyó con una renovada interpretación del territorio, que representaba
el mundo y se dividía en cuatro partes: el Tawantinsuyu –​tawa es cuatro y ​suyu lugar o
región-. No se trató de una mera división geográfica o administrativa de acuerdo a los
puntos cardinales sino que contenía una fuerte connotación simbólica: el este y oeste
en cuanto a la salida y puesta del sol se combinaban con la tradicional concepción
vertical y complementaria del espacio en los Andes, la mitad de arriba (Hanan) y la
mitad de abajo (Urin). Esta división, tomaba como referencia, como centro del mundo

9
Al igual que con el concepto de Estado, se impone reparar, que el término Imperio en los Andes no
refiere al modelo romano de centralización y poderío militar sino a la capacidad de un curacazgo para
alcanzar una dimensión estatal que articulaba o congregaba cientos de poblaciones en torno al culto
estatal, manifiesto en el Inca como descendiente del sol, que negociaba de distintos modos, la
participación de las etnias en dicho culto y el acatamiento a los mandatos centrales. Fundamentalmente
por la necesidad de captar mano de obras y ensanchar el territorio. (Ramírez, 2008, p.7)
10
Las huacas eran objetos de diversas índole considerados sagrados en los que se manifestaba el
espíritu de los ancestros. Por ejemplo, una piedra, un cerro o la momia de los jefes difuntos.

8
a la ciudad sagrada del Cuzco, desde la que se prolongaban las cuatro líneas
11
imaginarias que dividían el territorio del imperio –el mundo- .
Las representaciones simbólicas del poderío alcanzado inicialmente, se fueron
alimentando de los continuos triunfos militares, que a su vez incrementaban la
capacidad de negociación y legitimaba la autoridad del Inca y su linaje. La obediencia y
el cumplimiento de las demandas del Inca fueron posibles en tanto sus requerimientos
se inscribían en las lógicas de reciprocidad y autoridad tradicional. El primer paso luego
del triunfo militar –muchas veces no se concretaban los enfrentamientos- era la
negociación con el Curaca, ajustada a la capacidad material de que disponían. El
interés principal del Estado Inca era captar el trabajo de los miembros del grupo,
destinado a obras públicas, las tierras del culto o las del Inca. Además se requería de
servidores que desprendidos de su comunidad, sin las obligaciones de pertenencia,
pasaran al servicio del Inca –los ​Yanaconas-​ . Este grupo fue muy numeroso, estaba
compuesto por varias categorías y a medida que el Estado se extendía cumplieron
funciones sustanciales para su mantenimiento. La singularidad de los gobernantes
radicó en que pudieron captar de cada sociedad a los especialistas, productores de
bienes valiosos y vinculados al medio: orfebres en la costa norte, los artesanos textiles,
los constructores, escultores, especialistas en cerámica y metalurgia. Sin dudas esta
estrategia fue la que produjo una fuerte integración cultural aunque la articulación
política siempre dependió de la capacidad para negociar con los jefes étnicos.
Los curacas siempre mantuvieron su autoridad local. El Estado Inca no intervenía en los
asuntos de las comunidades aunque los líderes étnicos se constituyeron como una
pieza fundamental del sistema estatal. El modo de asegurar la lealtad y colaboración
del curaca era principalmente a través de su instrucción, en escuelas creadas en el
Cuzco para los no incas. Allí incorporaban la lengua, los códigos morales, los principios
del culto, el ceremonial y otros conocimientos del corpus estatal. En la medida que los
curacas eran retribuidos y distinguidos en su función, engrandeciendo su prestigio y
garantizando el bienestar de su respectiva comunidad, el Incanato incrementaba la
capacidad de control de mano de obra, soldados para el ejército y recursos. Los
hatunruna​, los miembros de los ayllus, mujeres y varones, eran la base principal de la
estructura política, social y económica creada por los Incas.
El vínculo con los curacas y sus respectivas parcialidades también dependía de la
capacidad redistributiva del Estado Inca. En este sentido, los depósitos del Inca o
almacenes –collcas- eran estructuras dirigidas a concentrar en cada provincia el

11
Ahora bien, esta representación del mundo en el plano simbólico tenía su correspondencia en el orden
político y administrativo. El Sapay Inca, como hijo del sol era el vértice de un sistema jerárquico y los
hermanos asumían también un carácter semidivino. La esposa del inca era su hermana o una familiar
directo porque el objetivo era mantener a estirpe en función de dividir la sociedad en dos: los incas
–collana- y el resto de las etnias –cayao-. Esa jerarquía se representaba territorialmente en el Cuzco que
se dividía en cuatro partes principales asignadas a la descendencia de los Incas fallecidos, los linajes
reales. Fueron miembros de las panacas principales los que administraron como ​Gobernadores ​las
cuatro partes del Imperio.

9
excedente en alimentos y tejidos proveniente de las poblaciones subordinadas, que no
solo servía para sustentar los ejércitos y las administraciones regionales sino para
cumplir las reglas de reciprocidad que se desprendían del vínculo con los líderes
étnicos: reservas alimenticias y textiles para los períodos de escases, crisis climáticas u
otros factores que alteraban la dinámica de las poblaciones. Por otro lado, la matriz de
este modelo de dominación, radicaba en la capacidad para mantener el equilibrio
demográfico, es decir, la reproducción constante del número de hombres en tanto
recurso indispensable para la explotación del principal recurso: la tierra.
Estos vínculos no estaban exentos de tensión, ya que en los grupos étnicos los líderes
rivalizaban por el acceso al prestigio y al poder o bien se rebelaban ante las presiones
de los dirigentes incas. En esos casos el Estado intervenía apelando a la fuerza o bien
traslados de una parte o toda la población.
Esto último, el traslado de poblaciones, fue un recurso muy importante para la
consolidación de la presencia territorial. El desplazamiento de ayllus completos formó
parte de una política de migraciones dirigida por el estado para poner en explotación
nuevas tierras o construir terrazas en las montañas, caminos, puentes, canalizar ríos,
12
sobre todo a medida que imperio se expandía . En muchos casos, especialmente en
las fronteras, se conformaban verdaderas colonias multiétnicas o de mitimaes​. La
lealtad del grupo quedaba asegurada al formar parte de las tareas comprometidas por
el respectivo curaca en el marco de acuerdos de reciprocidad. De allí que estas
parcialidades no se desvinculaban de sus tierras de origen, ni de sus jefes étnicos, con
los que seguían manteniendo relación e incluso recibían recompensas especiales. En el
caso de los ​mitimaes de castigo,​ la situación era inversa. Se los trasladaba
forzadamente ante situaciones de rebeldía u oposición. Eran ubicados en tierras
alejadas y poco favorables para la agricultura.
La expansión y el sometimiento de pueblos diversos, que abarcó un territorio
sumamente extenso -desde el Sur de Colombia hasta el Chile central, abarcando el
noroeste y la región cuyana en Argentina, vertebrado por la cordillera de los Andes-,
obligó a la estructuración de un sistema administrativo que abarcara todas las
regiones. Un mosaico discontinuo de poblaciones de diversa jerarquía, fue
comprendido por provincias, que tenías distinto rango y organización aunque posibilitó
medianamente al Estado, el ejercicio de las funciones de captación del excedente
–mano de obra y bienes- y redistributiva. La división de las poblaciones de acuerdo a
su tamaño tomando como referencia el sistema decimal sirvió para organizar
rotativamente las prestaciones de trabajo, el servicio militar y maximizar la apropiación
de bienes específicos.

12
“​Cuando pasamos de la colectividad basada en el parentesco al estado, hay un cambio fundamental
en el sentido y la función de la reciprocidad y generosidad…[…] Hay que organizar sistemáticamente la
producción de excedentes mediante prestaciones rotativas (mita) y la creación de fundos estatales, surge
una maquinaria administrativa para planear, verificar y almacenar los ingresos del estado; y se erigen los
depósitos indispensables para la redistribución, tanto en el centro, como en las regiones y a lo largo de la
carretera.”​ (Murra, 1989, 178).

10
Algunos aspectos materiales de la dominación incaica
La construcción de un sistema de caminos y puentes a lo largo de todo el territorio –el
capacñam- fue vital para unir las diferentes regiones y posibilitar el desplazamiento de
los mensajeros y las tropas del ejército. Los trayectos estaban señalados por tambos o
paradores, con el fin de albergar o aprovisionar a los viajeros. Si bien el centro de
referencia era el Cuzco, la red de vías fue estructurada a partir de caminos
preexistentes con el objetivo e integrar a las poblaciones conquistadas. La extensión
desmesurada de los recorridos complicaba paulatinamente una comunicación
eficiente, limitando la presencia estatal en las zonas más o menos alejadas. No
obstante, cumplió el fin de captar los bienes de las distintas zonas ecológicas y servir
de apoyo al desplazamiento de las colonias de mitimaes y el Ejército.
En la sierra central predominó el cultivo de tubérculos como la papa en sus diversas
variedades. En el altiplano una variedad de cultivos, entre ellos el algodón,
complementaba la actividad principal: la cría de camélidos, fundamentales en cuanto a
la lana –la materia prima de textiles suntuarios y base de los rituales de reciprocidad
con los señores étnicos-, pero también transporte y como proteína. El maíz fue una de
las preocupaciones centrales del Inca dado que se consumía en forma de chicha en las
ceremonias y era utilizado también por los ejércitos. Las características del ambiente
condicionaban su cultivo –requiere de climas cálidos y húmedos-, sin embargo ello no
fue obstáculo: se realizaron obras como sistemas de regadíos, andenes en las
montañas y se incorporó el abono, alcanzando resultados inéditos en cuanto al
volumen y continuidad de las cosechas. La producción del maíz alcanzó un carácter casi
sagrado, por lo cual un complejo de rituales anticipaba las etapas de cultivo, en las que
participaba el propio Inca.
En la costa, la pesca, la recolección de mariscos y conchas destinadas a rituales fue el
sostén de poblaciones desde los comienzos de la vida aldeana. Las importantes
jefaturas de la costa norte habían alcanzado un notorio despliegue a partir del intenso
intercambio sostenido con la sierra y la organización guerrera como apoyo. La
especialización en cerámica, textiles y orfebrería atrajo el interés de los Incas, que en
sucesivas etapas conquistaron y sometieron a estos grupos bajo la lógica descripta
anteriormente, la del culto del Sol y la negociación con los curacas. La especialización
de sus artesanos era de alta calidad por lo que su incorporación fue jerarquizada y
correspondida. Un conjunto de originales y por lo tanto valiosos objetos completaba
un abanico de bienes y productos que el Incanato buscó concentrar, reforzando la
magnanimidad de los rituales y ceremonias, la suntuosidad de las vestimentas de las
jerarquías, y la generosidad a la hora de corresponder a las autoridades subordinadas.
La alta integración de economías locales y regionales a partir de los mecanismos de
tributación, basados en la lógica de reciprocidad y redistribución, dependió de la
capacidad del Estado para mantener un equilibrio aunque tenso, permanente, con los
jefes locales, los curacas, que negociaban las condiciones de subordinación. Sin
embargo era este un equilibrio complejo dado que las familias reales –las panacas-,
que tenían una presencia fuerte a través de los mandos militares, competían también

11
por el acceso y control de la población y los recursos. Al momento de la llegada de los
españoles, las familias incas disputaban la sucesión del mando político, generando un
contexto de inestabilidad que iba a depender de la capacidad de los aspirantes
-Huascar y Atahualpa- para establecer alianzas con los jefes regionales. Los hombres
llegados por el mar alteraron la relación de fuerzas y sumieron a la elite incaica y a los
pueblos andinos en una guerra que provocó una destrucción nunca vista.

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12
FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y
RELACIONES INTERNACIONALES
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO
Historia I: América y la construcción del mundo moderno
Ficha de Cátedra – Unidad 2

LA CONQUISTA DE AMÉRICA:
LA SOCIEDAD INICIAL Y LA MATRIZ DE LAS RELACIONES COLONIALES
Beatriz Dávilo

1-Formas de organización de la empresa conquistadora

La invasión y conquista del territorio americano es un proceso en el que confluyen la


iniciativa de particulares ligados a los circuitos del capital comercial -que buscan
expandir la frontera mercantil-, y la monarquía de Castilla -que apuesta a fortalecer
su rol institucional en la unificación de los reinos hispánicos. No hay que olvidar que,
1
como dice Pierre Manent (1990: 27), la monarquía es un proceso, y a fines del siglo
XV la concentración de atribuciones políticas y jurídicas en la figura del rey recién
está dando los primeros pasos. En la península ibérica, el primer paso es la unión
dinástica de Castilla y Aragón mediante el matrimonio de Isabel y Fernando, pero
eso no significa que se unifiquen las instituciones políticas ni que se eliminen
inmediatamente los obstáculos que representan para el poder real los privilegios
corporativos de la aristocracia, la Iglesia, las órdenes militares y religiosas.

Entonces, la ocupación y control de nuevos territorios aparece como un desafío para


la monarquía castellana, tanto en lo que refiere a las posibilidades materiales de
afrontar esa empresa, como a los resultados políticos a los que se espera que
contribuya –fundamentalmente, la consolidación del poder monárquico frente a la
aristocracia feudal de la península y frente a los demás reinos europeos.

1
Aquí cabría señalar que no siempre que encontremos reyes tendremos monarquía, si por ésta
entendemos un sistema político que apunta a concentrar el poder soberano –es decir, el poder que no
reconoce ningún otro por encima suyo- en una figura unipersonal que accede al trono, normalmente,
por sucesión dinástica. Manent señala que la monarquía se ‘inventa’ en Europa, entre los siglos XIV y
XV- en un contexto en el que las dos unidades políticas más arraigadas hasta entonces –esto es, el
imperio y la ciudad- tocan su límite como entidades autónomas (Manent, 1990: 19) Manent se refiere
al Sacro Imperio Romano Germánico que surge en el siglo X a partir de un acuerdo entre el Papado y
el rey sajón Otón I, quien conquista vastos territorios en Europa Central y del Este, y cuando avanza
sobre la península itálica acuerda respetar las posiciones papales a cambio de intervenir en la
elección del Papa. El sacro imperio tiene su momento de mayor expansión hacia el siglo XI, pero en
el XIII está en franca declinación. Por su parte, las ciudades de las que habla Manent son las italianas
–Florencia, Venecia, Lucca, entre otras- y las de la Liga Hanseática –Hamburgo, Lubeck, Rostock,
por ejemplo.

1
Tras la caída del Imperio Bizantino a manos de los turcos que toman Constantinopla
en 1453, se bloquea la ruta asiática que vehiculizaba el comercio suntuario con
Oriente, y comienzan a explorarse nuevas vías que permitan mantener la actividad
mercantil. Portugal –donde la monarquía también avanza en el proceso de
concentración del poder- emprende la exploración de las costas africanas y así
establece una nueva ruta para llegar a las regiones que hoy constituyen China e
India.

Cuando el navegante genovés Cristóbal Colón –que adhiere a las teorías de la


esfericidad de la Tierra- en 1486 le propone por primera vez a la reina Isabel de
Castilla financiar una expedición para alcanzar esas regiones a través del Océano
Atlántico, el proyecto resulta una alternativa interesante para competir con Portugal,
que controla la ruta que circunnavega África. Pero la aceptación no es inmediata
porque Castilla y Aragón tienen en ese momento otra prioridad, que es la expulsión
definitiva de los moros, lograda en 1492. La expulsión de los moros es una
necesidad política, porque fortalece la capacidad efectiva de ejercicio del poder de la
unidad dinástica de ambos reinos, y también una necesidad simbólica que refuerza
esa estrategia política a través de la homogeneidad de las creencias, aunque se
trate de una homogeneidad impuesta: la lucha contra los moros es también la lucha
de, y por, el catolicismo.

En este sentido, 1492, con la expulsión de los moros y el comienzo de la invasión y


conquista de los pueblos originarios americanos, expresa, como señala Enrique
Dussel, la confrontación del mundo europeo con ‘lo otro’, y marca el inicio de la
‘Modernidad’ entendida como la autoafirmación europea mediante la violencia frente
a ese ‘otro’ (Dussel, 1992: 6-8).

Cuando la expulsión de los moros parece consumada, la reina Isabel firma con
Colón las Capitulaciones de Santa Fe en las que se acuerda que los territorios por
‘descubrir’ quedan bajo el dominio de la Corona de Castilla, y al marino genovés se
le reconocen los títulos vitalicios y hereditarios de Virrey, Almirante y gobernador con
poderes jurisdiccionales sobre esas tierras, además del derecho a quedarse con un
porcentaje de las riquezas ‘descubiertas’. Pero la financiación de la expedición no
proviene exclusivamente de la Corona, sino que los recursos más cuantiosos son
aportados por comerciantes europeos, que buscan obtener beneficios de la empresa
de conquista.

Por lo tanto, la colonización americana nace condicionada por las expectativas de


ganancias del capital comercial, y por los alcances de las concesiones hechas a
Colón en las capitulaciones. Cuando en la primera década del siglo XVI se advierta
la magnitud y las potencialidades del territorio americano, la Corona dará marcha
atrás en relación a esas concesiones. Pero igualmente hay en ellas un elemento
clave para entender las tensiones que se producirán con los primeros
conquistadores: los poderes jurisdiccionales concedidos a ellos, es decir las

2
atribuciones para ejercer funciones relativas a la aplicación de justicia sobre las
poblaciones conquistadas. Los poderes jurisdiccionales son un obstáculo en ese
proceso de concentración del poder en la institución monárquica, y a medida que se
avance en la ocupación, sometimiento y control sobre la población y el territorio
americanos, se intentará recortar esas atribuciones y reafirmar el poder de la Corona
que, por lo demás, obtendrá velozmente del papado, en 1493, una bula
reconociendo a Castilla el derecho exclusivo a conquistar las tierras americanas,
ratificado en su compromiso de expandir la fe cristiana.

No obstante, como el avance de la conquista se da por etapas y a partir de núcleos


geográficos que sucesivamente van constituyendo la base de la expansión ulterior,
no puede plantearse un modelo uniforme en el tiempo y en el espacio para
caracterizar la sociedad inicial. El primer núcleo de asentamiento y expansión es el
área del Caribe, a la que llega Colón en su primer viaje, creyendo haber arribado al
extremo oriental de Asia. A partir de las islas que hoy conocemos como Cuba y
Santo Domingo se explora la región caribeña, hasta llegar a las costas centro y
mesoamericana. La conquista definitiva de la principal ciudad de los aztecas,
Tenochtitlan, por parte de Hernán Cortés, se produce en 1521-tras dos años de
haber arribado a las costas mexicanas y fundado Veracruz en 1519-. México se
convierte entonces en el segundo núcleo expansivo, inaugurando una nueva etapa
de exploración por tierra hacia Centro y Sudamérica, en el marco de la cual se
avanzará hasta el área andina, conquistada en 1532. Aquí, tras la derrota de los
incas se asienta un tercer núcleo, desde el que se explorarán los territorios de los
actuales países de Bolivia, Chile y Argentina.

Pero como hacia 1510 queda claro que las tierras descubiertas son un nuevo
continente y que la empresa de conquista deberá ser más vasta y compleja de lo
que originalmente se creía, otras expediciones parten hacia el Atlántico Sur
buscando tomar parte en el reparto colonial del mundo americano, y llegan hasta el
Río de la Plata –Juan Díaz de Solís descubre este río en 1516-, avanzan hacia el
2
sur, pasan al Océano Pacífico e incluso circunnavegan el globo. Así, el área
rioplatense –lo que hoy sería Argentina, Uruguay y Paraguay- se convertirá en el
foco de atención de expediciones provenientes tanto del área andina como del
Atlántico –aunque éstas últimas solo consiguen establecer asentamientos precarios
como el fuerte de Sancti Spiritu erigido en 1526 en el sur de la actual provincia de
Santa Fe por una expedición al mando de Sebastián Caboto, y la primera fundación
de Buenos Aires, por Pedro de Mendoza en 1536, que acaba siendo abandonada en
1541 cuando sus habitantes se trasladan a Asunción, fundada en 1537.

A partir de mediados del siglo XVI, en el espacio rioplatense confluirán corrientes


pobladoras provenientes del Virreinato del Perú, de Chile y de la propia Asunción, en

2
La expedición comandada por Fernando de Magallanes, que se desarrolla entre 1519 y 1522, logra
circunnavegar la Tierra -aunque Magallanes muere en 1521 y la completa Sebastián Elcano.

3
un proceso de ocupación del territorio dinamizado –como en el resto de América- por
dos motores: el ideal señorial de vida al que aspiraban los conquistadores, que
implicaba conseguir tierras y vasallos, y la búsqueda de metales preciosos, que llevó
en 1545 al descubrimiento de los centros mineros de Zacatecas, en México, y de
Potosí, en el área andina.

Todo este proceso de invasión, exploración y conquista iniciado en 1492 se pone en


marcha a través de huestes financiadas por el capital comercial que invierten en el
aprovisionamiento de la expedición con expectativas de lucro a futuro. Como dice
James Lockhart (2005: 351), la hueste conquistadora es como una ciudad en
movimiento: contiene todas las jerarquías y funciones urbanas, desde miembros de
la aristocracia hasta pobres cuyas condiciones de vida hacen que los riesgos de
cruzar el océano no parezcan peores que los de sobrevivir en medio de la miseria,
además de sacerdotes, escribanos, comerciantes, médicos. Obviamente, esa
jerarquía da cuenta de relaciones muy diferentes con quienes financian la
expedición, por lo que no todos pueden aspirar a las mismas retribuciones
económicas.

Por otra parte, la Corona no monta inmediatamente un aparato institucional para


poner en funcionamiento los mecanismos de control tanto sobre la población
conquistada, como sobre los conquistadores –siempre dispuestos a participar en
levantamientos cuando las retribuciones por su participación en la conquista no
satisface sus expectativas-. Pero sí traslada a América una institución de carácter
local, los cabildos, que comienzan a dar forma al poder blanco, masculino,
conquistador y elitista en América: los cabildos se integran con los miembros de la
élite conquistadora, que aspiran a dirigir el reparto de tierras e indixs y acceden al
cargo por un mecanismo de autoafirmación interna de esa élite –los miembros
salientes eligen a quienes los reemplazarán-. Al mismo tiempo, y para hacer frente al
peso del capital comercial, cuyo objetivo es comprar barato y vender caro a fin de
generar acumulación, la Corona crea tempranamente, en 1503, la primera institución
con sede en la península: la Casa de Contratación, que tiene la función de regular el
tráfico mercantil. En los dos extremos del esquema político –la dimensión local en
cada ciudad americana, y la dimensión global que desde la península establece
regulaciones para todo el ámbito colonial-, esas instituciones dan cuenta de la
centralidad del capital comercial, que presiona para asegurarse la participación de
individuos que defiendan sus intereses en los procesos de expansión y ocupación
territorial y de organización política de los espacios conquistados.

Hacia fines del siglo XVI se estabiliza el movimiento poblacional, en parte porque
–como veremos más adelante- la Corona comienza a querer limitar el poder de los
conquistadores –y de quienes ejercen presiones a través de ellos- y también porque
los descubrimientos de Potosí y Zacatecas marcan el punto culminante de la

4
expansión minera, motivos ambos que están en la base del cambio de rumbo que
tendrá la política colonial en las últimas décadas de ese siglo.

2-La sociedad inicial: la encomienda como matriz de las relaciones coloniales

En las sucesivas etapas de conquista y ocupación del territorio americano, el


proceso de colonización se enfrenta a desafíos específicos, relacionados con las
características de los pueblos originarios de las diferentes regiones. En este sentido,
podría decirse que si hay algo que define la sociedad inicial no es una fase temporal
–puesto que cuando Buenos Aires, por ejemplo, se halla en su período inicial, tras la
segunda fundación en 1580, México ya ha superado ese momento-, ni un modelo
rígido -dado que la empresa colonial, para prosperar, debe adaptarse a
características de las etnías conquistadas-, sino la adecuación de la estrategia de
ocupación y control del territorio y dominación de las poblaciones a los recursos
materiales, institucionales y simbólicos disponibles. Esta adecuación se desenvuelve
según una lógica de ensayo y error, con el objetivo fundamental de sentar las bases
que permitan forjar relaciones coloniales, es decir, relaciones que produzcan y
reproduzcan las condiciones necesarias para que los conquistados se mantengan en
posiciones subalternas, tanto en cuestiones económicas, como políticas y religiosas.

Para esto, la combinación de jerarquías socio-raciales, de clase y de género es


clave. El hombre blanco, conquistador, dispuesto a acumular riqueza a cualquier
precio, se convierte en el paradigma a partir del cual se juzga al resto de la sociedad.
Por lo tanto, los que no son blancos pasan a ocupar posiciones subordinadas y
deben trabajar para alimentar el enriquecimiento de los conquistadores. Las mujeres
indígenas sufren doblemente las prácticas de subalternización: no solo se les
expropia su trabajo para satisfacer las necesidades de la sociedad de los blancos,
sino que su propio cuerpo se vuelve un objeto apropiable por los europeos.

Si bien la jerarquización en base a diferencias socio-raciales, de clase y de género


se mantiene a lo largo de todo el período colonial, y bastante más allá de él, es
necesario identificar la dinámica específica del período inicial para luego poder
captar y comprender las mutaciones que se suceden entre los siglo XVI y XVIII.
Dado que, como dijimos más arriba, en este período la Corona debe definir sus
estrategias en función de los recursos disponibles, en el plano político-institucional
se adapta a las situaciones americanas una institución heredada de la Reconquista
de los territorios peninsulares que habían estado en manos de los moros: la
encomienda.

¿En qué consiste la encomienda? En la transferencia de parte de la Corona a los


conquistadores del derecho a cobrar tributo a los pueblos conquistados, a cambio de
garantizar la defensa del territorio y la expansión de la conquista, y de evangelizar a

5
los indios. Como dice Francisco Jiménez Abollado (2005: 3): “La encomienda fue,
en sentido riguroso, una cesión de tributos: el monarca, que era quien debía cobrar
el tributo de los indígenas, cedía ese derecho de cobranza a favor de los
encomenderos, en razón de que éstos merecían tal recompensa por los servicios
prestados a la Corona en la conquista.”

El tributo puede ser pagado con trabajo, especies o metálico, y legalmente la


encomienda no habilita a sus beneficiarios a apropiarse de las tierras de los indios
encomendados –aunque en ocasiones esto haya ocurrido. Como en los inicios del
proceso la Corona de Castilla no tiene suficientes recursos económicos para montar
un aparato institucional que garantice el control sobre hombres y territorios, y
tampoco hay certezas sobre los alcances y la rentabilidad potencial de la empresa
conquistadora, la encomienda aparece como el mecanismo más eficaz para avanzar
en la ocupación del espacio americano y someter a las etnías originarias,
articulándolas a la economía mercantil de los europeos.

Así, esta concesión que hace la Corona a las figuras más destacadas de la empresa
de conquista se convierte en la matriz en la que comienzan a forjarse las relaciones
coloniales: los encomenderos, a través de la hueste conquistadora, disponen de
medios de coerción física para someter a los indios, tienen poderes jurisdiccionales
–aplicar la ley y dictaminar en materia de justicia- que permiten reorganizar las
relaciones sociales entre conquistadores y conquistados, y también entre éstos, de
acuerdo con los objetivos de la sociedad blanca, y mediante el tributo financian la
maquinaria de la dominación colonial.

En el marco de la fase inicial de la conquista, en la cual la Corona orienta su política


según una lógica adecuación a los recursos disponibles y a las características de las
sociedades originarias con las que se encuentran los conquistadores, la encomienda
adquiere un rol central porque permite delegar las funciones de defensa y
poblamiento del territorio y de control político de las etnías originarias, especialmente
a través de los poderes jurisdiccionales que tienen los encomenderos.

Estas funciones –que hoy serían consideradas estatales- algunos años más tarde
intentarán ser absorbidas por la corona a través de una estructura institucional con
centro en la península. Pero en la etapa inicial forman parte de las atribuciones
concedidas a quienes participan de empresa conquistadora, y por eso muchos
historiadores han caracterizado a ese orden político inicial como un “Estado premial”:
esas funciones que luego quedarían en la órbita estatal son también un premio, un
reconocimiento, a los esfuerzos asumidos por los conquistadores.

Sin embargo, la encomienda no se instrumenta de manera uniforme en todo el


período inicial ni en todas las regiones conquistadas. En principio, la eficacia de esta
institución solo se revela posible en las zonas habitadas por pueblos sedentarios,
habituados a formas de trabajo y tributación regulares, y con algún tipo de liderazgo

6
político que pueda actuar como interlocutor del poder conquistador. Por lo tanto, en
áreas como el norte de México o la que se extiende al norte de lo que hoy es la
ciudad de Santa Fe y al sur de la actual provincia de Buenos Aires, con poblaciones
entonces nómades o seminómades, de economía cazadora-recolectora y liderazgos
políticos débiles, la encomienda se muestra impotente a la hora de forjar relaciones
coloniales, y esos grupos étnicos se mantuvieron resistentes durante los tres siglo de
dominación española.

En las Antillas, por su parte, se ponen en marcha el primer experimento de


encomienda, consistente en entregar indios a un encomendero. Los resultados son
catastróficos en términos demográficos por las desmesuradas exigencias laborales
impuestas a lxs encomendados –que trabajaban de sol a sol extrayendo el oro
aluvional que arrastraban los ríos-, sumadas a la vulnerabilidad epidemiológica de
una población carente de defensas frente a las enfermedades que introducen los
conquistadores.

Algo similar ocurre en México, tras la caída de Tenochtitlan. Hernán Cortés y su


hueste conquistadora aspiran a dar forma a un modelo de sociedad feudal, y el
propio Cortés asumiría el rol señorial propio de un régimen vasallático, entregando a
cada miembro destacado de esa hueste “un número determinado de indios, a los
que gobernaría y de los que recibirían tributo en servicios personales y en especies;
de esta suma, el encomendero debería cubrir sus necesidades y, aparte, cumplir con
una serie de deberes como residir en su distrito de forma permanente; llevar una
vida apropiadamente aristocrática con su familia, disponer de “casa poblada” con
suficientes armas y caballos; aplicar justicia en el territorio con derecho de apelación
a los jueces del rey, y costear el gasto de los doctrineros, especialmente clérigos,
que llevarían a cabo el proceso de evangelización.” (Jiménez Abollado, 2005: 6)

El saldo de ese modelo de encomienda también fue una catástrofe demográfica,


sobre todo en el área central mexicana-, y entonces, y de acuerdo con esa lógica de
ensayo y error mencionada anteriormente, la Corona modifica las condiciones de la
encomienda a través de las Leyes Nuevas, de 1542: así, en los nuevos territorios
que se incorporen al dominio colonial ya no se entregará de manera directa una
cantidad de indixs a los encomenderos, sino que se optará por transferirles a éstos
el derecho a cobrarles el tributo. Las Leyes Nuevas apuntaban incluso a impedir que
las encomiendas pudieran heredarse, pero las resistencias de los encomenderos
llevaron a que finalmente en 1545 se estableciera el criterio de “las dos vidas”, es
decir que la encomienda se mantenía durante la vida del titular inicial y su sucesor, y
después volvían a la Corona. En 1549, se sumó otra disposición que prohibía los
servicios personales, lo que podría interpretarse como un intento por canalizar la
fuerza de trabajo indígena hacia la economía mercantil.

La conquista del área andina, iniciada en 1532, ya da cuenta del impacto producido
por los resultados de la experiencia en las Antillas y en México, y por lo tanto la

7
encomienda se instrumenta según el modelo de cesión del derecho a cobrar tributo.
El funcionamiento de esta institución se vuelve aquí más eficaz gracias a las
alianzas que se tejen entre los conquistadores y algunas de las etnías locales a
través de los líderes o curacas. En esta región, la hueste conquistadora es muy
reducida: 162 europeos con recursos bélicos menos eficaces que espectaculares a
la mirada de lxs indixs. Al mismo tiempo, muchas de las poblaciones habían sido
sometidas por la fuerza al dominio inca, del que deseaban liberarse. Dice Steve
Stern: “Tras capturar el imperio Inca los españoles tendrían que aprender a
gobernarlo” (1986: 59). ‘Aprender a gobernar’ implica definir la mejor estrategia para
forjar relaciones coloniales, y en este caso la estrategia fue la articulación entre
encomienda y alianzas blanco-indias.

Así, el encuentro de 162 hombres que desconocen los recursos y las formas de
organización de la sociedad local y grupos étnicos que consideran al Incanato una
fuente de opresión da lugar a alianzas tanto más eficaces cuanto más lúcidamente
sepan actuar los encomenderos según los patrones de generosidad
institucionalizada propios del mundo andino. Por eso, las relaciones más fluidas se
dan con los encomenderos que respetan las modalidades de trabajos de las distintas
etnías, que entregan animales a las comunidades, que hacen regalos a los curacas.
A su vez, las etnías aliadas a los conquistadores esperan protección de parte de los
encomenderos, en un escenario marcado por las tensiones interétnicas
preexistentes a la conquista y la violencia de un proceso de ocupación y
expropiación en el cual los grupos que rechazan la dominación colonial huyen hacia
el norte del actual territorio de Perú y mantienen hasta 1570 un foco de resistencia al
que algunos historiadores han calificado como Estado Neo-inca.

El tributo exigido por la encomienda funciona, en el área andina -y en muchas otras


regiones- como una bisagra que articula la economía indígena y la lógica del capital
mercantil, dominante entre lxs blancsx. ¿Por qué? Porque lo que se entrega bajo la
exigencia de tributación abarca un rango muy amplio de bienes –alimentos,
animales, textiles de bajo costo, entre otras cosas- producidos de acuerdo a los
patrones de organización del trabajo propios del mundo andino. Y estos bienes luego
son introducidos en el circuito mercantil, para abastecer a los centros urbanos de lxs
blancxs. Al mismo tiempo, los ayllus andinos son autosuficientes, y por lo tanto no
tienen necesidad de acudir al mercado para asegurarse su subsistencia.

Además, el trabajo indígena pone en movimiento los emprendimientos económicos


de lxs blancxs, tanto la agricultura comercial como la minería. Las ciudades y los
centros productivos requieren insumos (herramientas, textiles, objetos de uso diario)
que eran puestos en circulación por el capital comercial pero que eran producidos
con mano de obra indígena.

Si bien es indudable que las alianzas no son absolutamente simétricas, y las


comunidades indias son sometidas a la dominación blanca, esta dependencia de la

8
economía mercantil respecto de productos y trabajo indígenas es un elemento de
desajuste estructural que la Corona deberá revisar en la segunda mitad del siglo
XVI.

Por otra parte, el mundo andino no es el único ámbito en el que se desarrollan


alianzas: también la conquista de Paraguay descansa en acuerdos establecidos
entre los líderes étnicos y los conquistadores; y la prenda de la negociación es el
cuerpo de las mujeres, a través de los ‘matrimonios’ interétnicos. Como señala Ana
María Lorandi (´2006, T. 3: 217), en esta región el “éxito parcial de la primera época
residió en la popularización de los matrimonios interétnicos, por medio de los cuales
los españoles obtenían la ayuda de sus ‘cuñados’, explotando una condición
necesaria de las relaciones de parentesco.”

De esta manera, mediante las alianzas matrimoniales, los conquistadores apelan a


la lógica de reciprocidad para obtener de los guaraníes trabajo y bienes, entre los
que las mujeres cuentan como un objeto más. Y frente a los grupos que se resisten,
se organizan expediciones con el objetivo de tomar víveres y mujeres. Esto da lugar
a la proliferación de uniones maritales de segunda, desconocidas por la ley, puesto
que los españoles, tan pronto pueden, van a buscar mujeres a la península con las
que contraerán matrimonio oficial. Se instalan así los cimientos de una sociedad
patriarcal en la que los hombres refuerzan su posición en la jerarquía social
sumando mujeres del mismo modo que acumulan riquezas. Y también se inicia
entonces el proceso de mestizaje, que en el caso de Asunción tiene un rasgo
particular, puesto que, según Lorandi, en poco tiempo son pocos los peninsulares en
la ciudad, “siendo mayoría los hijos de estas uniones interétnicas, los que
rápidamente se apropiaron del poder” (2006: 218).

Sin embargo, el mestizaje, tanto en Asunción como en el resto del mundo


hispanocolonial, contribuye a reforzar una jerarquía socio-racial en la que a mayor
blancura más alto se podía ascender en la pirámide social. Comienza a tomar forma,
así, lo que Antonio Serrera caracteriza como una pigmentocracia (1994: 52),
volviéndose el color de la piel uno de las marcas de estigmatización más perdurables
3
en América Latina.

3-Los desajustes estructurales del modelo inicial

En esas sociedades pigmentocráticas, en las que las prácticas económicas, sociales


y políticas traducen la necesidad del sistema colonial de inscribir a los pueblos
originarios en posiciones subalternas, para asegurar la dominación, las tensiones
entre blancos e indios no tardan en manifestarse, poniendo en escena los

3
Actualmente, la figura del ‘cabecita negra’ en Argentina, o del ‘cholo’ en el Altiplano, siguen
cargando con el peso de la discriminación pigmentocrática.

9
enfrentamientos entre los dos grupos. Este escenario ofrece a la Corona la
posibilidad de capitalizar los conflictos para impulsar transformaciones político-
institucionales, especialmente tras los descubrimientos mineros de Potosí y
Zacatecas que permitirán financiar los costos de funcionamiento de un aparato
administrativo manejado desde la península.

Estos descubrimientos hacen visible la magnitud de la empresa conquistadora y


vuelven necesario revisar las formas de organización a fin de garantizar a largo
plazo la reproducción del sistema colonial, obstaculizada por los encomenderos que
conciben a América como un botín a saquear para poder regresar, enriquecidos, a la
península. En este sentido, los representantes de la Corona trazan un diagnóstico
que, en el plano económico, pone el foco en la dependencia de los europeos de las
sociedades indígenas y, en el caso andino, de las formas de organización de esas
sociedades, para abastecer a las ciudades y centros productivos de los blancos. En
Perú no solo se mantienen prácticamente intactos los esquemas organizacionales
anteriores a la conquista, sino que también se depende la figura del curaca y de su
capacidad de movilización de recursos materiales y humanos para hacer funcionar la
economía colonial. Estas cuestiones, dice Stern, muestran el carácter artificial de la
hegemonía de los conquistadores (1986: 81-83), y al mismo tiempo marcan límites
severos a la expansión de la economía mercantil, puesto que la mayoría de la
población –lxs indixs- es autoficiente y no necesita participar en el mercado para
asegurarse su subsistencia (íd., 72). Por lo tanto, será fundamental utilizar los
mecanismos del poder político de la Corona para reorientar la fuerza de trabajo
indígena hacia las actividades económicas estructuradas por el capital comercial.

En el plano político, el encomendero comienza a ser visto como un obstáculo al


control de la metrópoli, porque la relación directa de subordinación que establece
con lxs indixs, sus poderes jurisdiccionales y sus posibilidades de movilizar una
hueste armada reproducen en América la lógica del régimen señorial que la Corona
está intentando desarticular en la península (Stern, 1986: 90)

A partir de ese diagnóstico, se intentará avanzar en un reordenamiento de la


economía y las instituciones americanas del período inicial, para lo que se requiere
un conocimiento profundo de las condiciones locales, que la Corona intentará
sistematizar a través del mecanismo de la ‘visita’. Ésta, implementada a partir de
mediados del siglo XVI, podría considerarse uno de los primeros instrumentos
tendientes a facilitar la organización de un sistema económico y político colonial,
puesto que funcionarios nombrados por la Corona recorrerán los territorios
conquistados relevando datos concernientes a la cantidad y las características de la
población, la disponibilidad de recursos naturales, las tradiciones andinas, entre
otras cuestiones.

Al mismo tiempo, a través de la visita puede verse cómo perciben las comunidades
indias y los encomenderos las relaciones forjadas a través de la encomienda. Para

10
los indios, el balance es negativo. En México, como vimos, para la segunda mitad
del siglo XVI la crisis demográfica de la población india es más que evidente, y la
introducción de esclavos africanos para paliar los efectos económicos de esa crisis,
y como alternativa para hacer frente a la normativa de la Corona que prohíbe los
servicios personales de los indios encomendados, no solo no resuelve la situación,
sino que contribuye a reforzar las jerarquías pigmentocráticas.

En Perú, los descubrimientos mineros aceleran el agotamiento de las alianzas,


puesto que lxs indixs son objeto de presiones crecientes para sostener con su
trabajo las empresas de los españoles. La posición de los curacas se vuelve cada
vez más incómoda, dado que si tiene que satisfacer la demanda de mano de obra
del encomendero, pierde legitimidad ante lxs miembrxs de la comunidad, pero si se
resiste, es desplazado por el poder político de los encomenderos, que se hace
efectivo también en relación al reconocimiento o destitución de las autoridades
étnicas. Lxs indios, entonces, comienzan a cuestionar el rol arbitral que han ido
adquiriendo los encomenderos en sus conflictos intra e interétnicos.

Los encomenderos, por su parte, ante el descontento indígena consideran que las
alianzas dejan de tener sentido si no pueden obtener de lxs indixs la fuerza de
trabajo necesaria para sus actividades económicas, particularmente las mineras. En
realidad, los pueblos andinos nunca fueron pasivos ante los cambios introducidos
por la economía mercantil, y según Stern (1986: 75), muchos de sus miembros
supieron aprovechar las oportunidades lucrativas que el nuevo escenario les ofrecía
–algunos sumándose incluso a las empresas de los españoles. Pero es indudable
que a largo plazo la lógica del capital comercial amenaza los patrones de
organización comunitaria, y, en el balance, las comunidades se ven afectadas
negativamente y manifiestan sus resistencias.

Además, las alianzas con los blancos habían implicado también, como dice Stern, la
alianza con sus deidades, facilitando la cristianización. Pero esto introduce un
elemento desestructurante para la cosmovisión andina, sumando otro elemento a
esa balance negativo.

En suma, para la segunda mitad del siglo XVI las alianzas entre encomenderos y
curacas en el mundo andino se vuelven problemáticas, y tanto lxs blancxs como lxs
indios buscan deshacerse de ellas. Los encomenderos tratan de presionar a la
Corona para que mantenga la institución de la encomienda, y los jefes andinos le
ofrecen al rey Felipe II un soborno para eliminar la encomienda: “100000 ducados
más que cualquier oferta que le hicieran los encomenderos españoles” (Stern, 1986:
85).

Este contexto será propicio para que la Corona dé un golpe de timón a la política
americana y avance en la concentración de atribuciones y recursos que le permitan

11
establecer de manera incontestada los principios rectores de la economía y la
organización institucional coloniales.

4-A modo de cierre

El período inicial de la conquista es particularmente relevante para comprender las


asimetrías que atraviesan el proceso de construcción del mundo moderno. Por un
lado, con la invasión y conquista de América, este continente se incorpora, en una
posición subordinada y a través de la mecánica del capital comercial, a un espacio
global controlado por las regiones más dinámicas de la economía europea. Pero al
interior de las sociedades americanas, se multiplican las formas de subalternización:
lxs indixs, mestizxs y mulatxs respecto de lxs blancxs, los sectores ubicado en los
márgenes del sistema económico –trabajadores reclutados de manera forzosa,
pequeños artesanos urbanos, grupos seminómades con una economía de
subsistencia- respecto de los grandes propietarios de tierras y minas, las mujeres
respecto de un orden patriarcal masculino. Esto nos obliga a abordar la dinámica de
la sociedad colonial en una perspectiva que visibilice las diversas formas de
solapamiento, imbricación y tensión entre las posiciones de clase, de raza y de
género que inciden en la estructuración de las jerarquías sociales.
Por otra parte, cabría preguntarse si el proceso de construcción del Estado moderno,
que tiene su punto de partida en la revisión de esas primeras formas de organización
analizadas páginas atrás –encomienda, cabildos, instituciones peninsulares- se
beneficia, o, más aún, requiere de esa lógica de subalternización. Pregunta que
queda abierta y para la cual tal vez se puedan esbozar algunas respuestas
avanzando en el análisis de las fases posteriores de ese proceso.
Finalmente, la persistencia de los patrones andinos comunitarios, articulados en
torno a principios de reciprocidad y redistribución intra e interétnicos, dan cuenta del
arraigo no solo de un entramado social que resiste la lógica avasallante del mundo
europeo, sino también de una cosmovisión en la que las relaciones interpersonales
se tejen a partir del conocimiento y reconocimiento del valor del otro. La diferencia
con el orden colonial no podría ser más marcada, si consideramos, como propone
Boaventura de Souza Santos (2003: 92), que éste se caracteriza por la incapacidad
de establecer una relación con el otro que no implique transformarlo en objeto.

Bibliografía citada:

JIMÉNEZ ABOLLADO, Francisco (2005). “La encomienda indiana: del sueño


señorial a la legitimidad de la Corona. El centro de la Nueva España (1521-1570)”,
Conferencia dictada en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de
Madrid. Disponible en:

12
https://www.researchgate.net/publication/317558657_''La_encomienda_indiana_del_
sueno_senorial_a_la_legitimidad_de_la_Corona_el_centro_de_la_Nueva_Espana_1
521-1570_''

LOCKHART, James (2005). “La formación de la sociedad hispanoamericana”. En


MOYA PONS, Frank y PEASE GARCÍA-IRIGOYEN, Franklin: ​El primer contacto y la
formación de las nuevas sociedades. Historia de América,​ Vol. 2. Madrid:
Trotta-UNESCO, pp. 343-372.

LORANDI, Ana M. (2006). “Sudamérica Oriental” en ​Ídem​, pp. 213-235.

MANENT, Pierre (1990). ​El pensamiento liberal.​ Buenos Aires: Emecé.

SERRERA, Raúl (1994). “Sociedad estamental y sistema colonial”, en ANNINO,


Antonio, CASTRO LEIVA, Luis y GUERRA, François-Xavier, ​De los imperios a las
naciones iberoamericanas.​ Zaragoza: Iber-Caja, pp. 45-74.

SOUZA SANTOS, Boaventura de (2003). Crítica de la razón indolente. Contra el


desperdicio de la experiencia: para un nuevo sentido común. Bilbao: Ed. Desclées
de Brouwer.

STERN, Steve (1986). “Ascensión y caída de las alianzas post-incaicas”,en ​Los


pueblos Indígenas del Perú y el desafío de la conquista española​, Madrid, Alianza.

13
FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

HISTORIA: AMÉRICA LATINA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA MODERNIDAD


Ciclo Básico de la Licenciatura en Ciencia Política

DIVERSIDAD CULTURAL AMERICANA


Selección de textos

Constitución de Bolivia
(sancionada en 2009)
Artículo 1
Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario, libre, independiente,soberano, democrático, intercultural,
descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el
pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso
integrador del país.
Artículo 2
Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre
determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a
la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus
instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta
Constitución y la ley.
Artículo 3
La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los
bolivianos, las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las
comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo
boliviano.
* * *
Artículo 5
Inciso 1
Son idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los idiomas de las
naciones y pueblos indígena originario campesinos, que son el aymara, araona,
baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja,
guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya,
machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén,
movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona,
uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco.
Inciso 2
El Gobierno plurinacional y los gobiernos departamentales deben utilizar al menos
dos idiomas oficiales. Uno de ellos debe ser el castellano, y el otro se decidirá
tomando en cuenta el uso, la conveniencia, las circunstancias, las necesidades y
preferencias de la población en su totalidad o del territorio en cuestión.
* * *
Artículo 8
Inciso 1
El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural:
ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón),
suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi
maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble.

* * *

ESTEBAN TICONA ALEJO, ​Saberes, conocimientos y prácticas


anticoloniales del pueblo Aymará-Quechua en Bolivia,​ L
​ a Paz, Ed.
Agruco-Plural, 2010 (Selección, pp. 131-135).

La territorialidad del ayllu/comunidad buscando subordinar al Estado

Algún investigador hace algunos años sintetizaba con la frase de “larga pulseada
histórica” las relaciones entre el Estado y el ayllu o la comunidad andina. Casi a lo
largo de muchas etapas de la historia boliviana, el Estado intentó no solo
subordinar a la comunidad, sino destruirla. Pero a pesar de todas estas
intenciones, la comunidad o el ayllu permaneció como la estructura socio-política
que permitió la re-organización territorial, bajo distintas denominaciones como
ayllu, comunidad originaria o simplemente como sindicato campesino, aunque en
los niveles más locales se optó por otros nombres como estancias o ranchos (Platt
1982).

Este forcejeo aun no está definido y la idea de autonomía comunal, que surge en
la coyuntura de la Asamblea Constituyente, precisamente está basada en la idea
del ayllu prehispánico o la antigua comunidad andina; pero ahora ya no sólo frente
al Estado, sino como un freno a algunas tendencias antinacionales, que hoy se
expresan en algunos comités cívicos regionales del país.

La territorialidad municipal buscando subordinar a la marka y los ayllus


Las políticas neoliberales emprendidas desde 1985, pero dinamizadas
fundamentalmente desde 1994, bajo el nombre de Participación Popular,
apuntaron al fortalecimiento del Estado neocolonial. Específicamente,
coadyuvadas con políticas neoliberales, los municipios se convirtieron en los
nuevos espacios territoriales que subordinan a los antiguos territorios comunales.

La retórica del neoliberalismo de la Participación Popular fue paradójica, por un


lado apoyó la vertiente del pluralismo liberal identitario; mientras paralelamente
fortalecía el municipio como la centralidad que subsume a otras formas de
organización. Esto hizo que en muchas regiones indígenas y campesinas se
impongan los criterios estatales territoriales sobre las antiguas formas
organizativas territoriales de los ayllus y comunidades andinas.

Sin embargo, en este forcejeo histórico, las políticas pluralistas neoliberales fueron
muy bien utilizadas por organizaciones indígenas y campesinas que acogiéndose
y aplicando al Convenio No. 169 de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) intentaron fortalecer sus propias organizaciones y en algunos casos
buscaron una especie de “retorno” a las antiguas territorialidades andinas, como el
suyu y la marka. Así, organizaciones de ayllus y de markas, como el conamaq u
otras más regionales como el consaq tuvieron un rol activo, donde una de las
demandas fue la del reconocimiento a formas de organización territorial
ancestrales andinas por el Estado boliviano.

Esta respuesta es otra estrategia anticolonial que está basada en la


“reconstitución” o la “restauración” de los antiguos territorios urus, aymaras y
quechuas. Aquí es interesante citar la propuesta de la provincia Pacajes por el de
Jach’a Suyu Pakajaqi, por la que se pretende rearticular 18 provincias de La Paz,
otrora Pakajaqi. Está claro, no es el retorno al ayllu prehispánico, sino una especie
de fortalecimiento de aquellas formas de cosmovisión y organización políticas
administrativas propias de las civilizaciones andinas, hoy vigentes en muchas
comunidades o ayllus andinos.

Complejas articulaciones territoriales. Markas, ayllus y Estado

Existen pocos trabajos empíricos que nos muestren esta compleja relación y
articulación de dos formas de visión de territorialidad, por una parte la
organización andina de los suyus, las markas y los ayllus y su relación con la
organización política administrativa y territorialidad del Estado boliviano, bajo
nombres como el de cantones e incluso de municipios.
La larga lucha anticolonial de los ayllus y comunidades, ha instaurado una especie
de estrategia de freno frente a estas políticas, donde el rechazo es una especie de
posicionamiento; pero a la vez una negociación sobre los grados de adscripción al
Estado. El resultado de todo esto es que muchos ayllus y comunidades
adoptaron nombres muy españolizados; pero a la vez no han dejado de
reivindicarse bajo criterios de los ayllus y las markas prehispánicas.

Los actuales movimientos de ayllus y comunidades originarias, han asentado su


discurso anticolonial en la idea de la restauración de los grandes territorios
andinos, como el Qullasuyu, los suyus, las markas y los ayllus. En esta nueva
dinámica, el suyu que en la época prehispánica fue una unidad territorial de
grandes proporciones, hoy ha quedado minimizado a territorios equivalentes a
provincias o la suma de algunas de ellas.

En otras palabras, existe un afán de retrotraer las prácticas administrativas


territoriales del Tawantinsuyu y del Qullasuyu a tiempo del presente y de la
Asamblea Constituyente; sabiendo que éstos sufrieron embates por la colonia y el
Estado republicano.

El ejercicio territorial comunal como otra forma de “autodeterminación” de lo


Nacional

Hay un fenómeno muy interesante en esta etapa especial que vive Bolivia y
particularmente los pueblos indígenas y campesinos andinos. Cuando la
administración del Estado estaba principalmente en manos de los mestizos y
criollos (antes del 18 de diciembre de 2005), el enfrentamiento de los ayllus y
comunidades casi siempre fue abierto contra el Estado; pero ahora que el
presidente es un aymara (Evo Morales), ha posibilitado una mirada y cambio de
estrategias a las anteriores mencionadas. Muchos dirigentes y líderes indígenas
dicen ahora: “sabemos que no estamos en el poder, pero estamos en el gobierno
y hay que defender a Evo de cualquier peligro”.

Bajo esta reflexión de carácter nacional, existe la propuesta de que la Asamblea


Constituyente viabilice la autonomía de los ayllus y comunidades indígenas en
todo el país, porque es otra manera de defender desde las territorialidades más
locales, cualquier intento “separatista” de algunas organizaciones cívicas. Aquí los
ayllus y las comunidades han comenzado a actuar como los núcleos territoriales
fundamentales de la constitución de la nueva Nación boliviana.
La búsqueda de lo indígena como municipio ¿Sin eliminar las otras
territorialidades?

A más de 500 años de colonización española e interna del Estado y la sociedad


boliviana sobre los pueblos indígenas y campesinos, el resultado es que no han
podido eliminar la perseverancia del ayllu ni de las comunidades andinas. El
municipio fue una de las primeras instituciones coloniales introducidas al actual
territorio de Bolivia. Y es el modelo municipal el que más ha buscado subordinar a
otras formas de organización territorial locales como son los ayllus y las
comunidades.

A pesar de la millonaria inversión del fortalecimiento municipal con la Participación


Popular, por ejemplo, bajo la consigna de “municipio productivo”, éste no pudo
imponerse sobre las territorialidades de los ayllus y comunidades. Se podría decir
que el resultado de toda esta pulseada es una especie de empate. Incluso en
algunos casos, varios ayllus y comunidades han reconfigurado el municipio, bajo
el concepto de “municipios indígenas”, aunque no existe esa figura legal en el
país. “Sólo cuando tienes dominio de algo o cuando te pertenece lo defiendes” y
eso es lo que ha comenzado a ocurrir con las nuevas estrategias de los ayllus y
comunidades en torno al municipio.

Considero que el municipio y el ayllu o la comunidad podrían ser los nuevos


espacios de articulación, tal vez bajo el nombre de “municipio indígena” y podrían
convertirse en un espacio de convivencia intercultural, territorial y político
administrativo, entre el modelo occidental de Estado boliviano y el modelo de los
ayllus y comunidades andinas.

Conclusiones

Un primer elemento fundamental es que el actual movimiento indígena y


campesino andino tiene una larga experiencia de lucha anticolonial y
principalmente en torno a la reivindicación territorial. El actual movimiento indígena
y campesino se encuentra en una etapa de gran movilización y dispuesta a
emprender las estrategias más adecuadas para cristalizar cambios profundos en
la política de tierra territorio, a partir de la propuesta de la nueva Constitución
Política del Estado de la Asamblea Constituyente.
La construcción de un Estado unitario plurinacional, que genere un
reordenamiento territorial nacional, que visibilice las regiones y, que reconozca las
autonomías indígenas y campesinas (como autodeterminación), incluidas las
urbanas, son las grandes demandas del movimiento indígena y campesino.

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