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NIHIL OBSTAT
Censor
IMPRIMATUR
Episcopus Tlanepantlanus
Sobre la autora:
Sor Clotilde, nació en la ciudad de Puebla de los ángeles el 7 de agosto de 1939.
Tiene estudios en Filosofía, Psicología y Teología, además de diplomados en
Pedagogía, Ciencias de la Educación, Historia de México y de España, Logoterapia y
Misionología. Ingresó a la Comunidad de Hermanas Josefinas en 1956, hasta el inicio
de la Fundación. Cofundadora de la Comunidad Hermanas Eremitas de Dios.
Ha asistido a varios Congresos y dictado Conferencias entre las que destacan: "La
mística de santa Teresa", "La mística española en la edad media", "La identidad
mexicana a través de la evangelización", "El moderno Agustín" (Maestro Vasconcelos).
Entre sus escritos destacan los siguientes libros publicados: La triple génesis del
hombre, El temperamento, La influencia de la psicología racional sobre la psicología
experimental, El árbol de la educación, Los falsos ángeles de la Nueva Era, entre
otros.
¿Todas las Religiones son Buenas? ¿Todas las Religiones nos
conducen a Dios?
PRIMERA PARTE
Entre los innumerables errores que ha provocado en los católicos de nuestro tiempo,
la falsa interpretación de "LA LIBERTAD RELIGIOSA", está el creer y enseñar, "QUE
TODAS LAS RELIGIONES SON BUENAS; QUE TODAS LAS RELIGIONES NOS
CONDUCEN A DIOS".
Con gran sorpresa, hemos descubierto católicos que se asocian a sectas protestantes,
para "conocer mejor a Dios". ¿A cuál dios? Mientras tanto, los hijos de Lutero, ya sean
directos, ya de los divididos por el libre examen, aprovechan esta situación para
llevarse de la luz a las tinieblas a nuestros frágiles católicos.
Según lo expuesto, el mundo inverso y confuso de hoy, concibe por libertad religiosa el
derecho absoluto de escoger, de seguir cualquier religión que le convenga, y asocia
ese derecho a la seguridad de la salvación eterna -eso si aún cree en la existencia de
las postrimerías-. Por consiguiente, el que intente disuadirlo del error, es calificado de
falto de respeto a la persona humana y a la libertad religiosa.
¡Espantosa y grave concepción, quizá una de las más trascendentes de nuestra era,
pues es, por su importancia, una de las que más trastornan el criterio y la fe del
hombre de nuestro tiempo!
Empecemos por entender que no hay libertad absoluta. Absoluto sólo dios, pues el
Absoluto que usamos para lo creado y en lo creado, sólo es figura, analogía o
relatividad.
La perfección de la libertad reside en que ésta goza de derechos y tiene deberes que
cumplir. La libertad no se obstaculiza o limita con los deberes, ni se hace omnímoda
con los derechos... repito: estos deberes y derechos la conducen a la perfección y a
una gran elevación que, lógicamente, enaltece y perfecciona al hombre. Por tanto, la
libertad religiosa, para ser auténtica, necesita surgir de la luz y tender hacia ella y no
emerger de la obscuridad buscando en las tinieblas la luz; ir en busca de la verdad y
no de la mentira y la ambigüedad. El hombre únicamente se realiza, llega a su fin, en
la consecución del bien y de la verdad. ¿y dónde mejor ha de encontrar el auténtico
Bien y la eterna verdad, sino en la Religión Católica fundada por N.S Jesucristo?
¡Cuánta falsedad! ¡Terrible equivocación!. Deja a su prójimo que camine por donde
sea -aunque eso le cueste su felicidad terrena y su vida eterna-; respeta sus devaneos
y languideces; ¡Ah! Pero que no pretenda tocar sus propiedades, porque se olvida del
gran respeto y lo deshace. ¡Qué equivocado está el mundo desde que hizo su propia
religión! No hemos de guiarlo a la verdadera luz, porque eso es faltarle al respeto: que
tenga al Dios verdadero o uno falso es cosa suya; pero sí se le "honra", se le
"dignifica" corrompiéndolo con la asquerosa televisión cuyos programas y noveluchas
plagadas de sexo degenerado, crimen, asaltos, secuestros, intrigas ... logran que
abuelos, padres y nietos contemplen y escuchen ávidos esta ensarta de pecados que
no sólo rompen la Ley Positiva (mandamientos de la Ley de Dios) y la Ley Natural
inserta en el hombre que suplen con un criterio no sólo equivocado, sino abiertamente
oscuro y pecaminoso ... o los antros inundados de drogas, de toda clase de vicios
donde adultos y jóvenes pierden lo poco que pudieran tener de bueno y positivo y los
niños alguna sombra de inocencia que pudiera quedarles en este mundo soez y crudo,
advirtiendo que la mayoría de padres y maestros habiendo perdido ya el sentido
cristiano, la decencia y la más elemental responsabilidad aprueban para sus hijos esa
clase de lugares donde se vuelve a clavar a Jesucristo. Pierden todo valor y se
complacen con el mundo olvidando la salvación eterna de su propia alma... basta que
dichos antros paguen sus impuestos, que el crimen y el pecado a la autoridad no le
importa.
Ahora, y ¿qué decir del internet? Fruto de la tecnología y que pudiendo hacer mucho
bien no sólo ha limitado inteligencias, capacidades humanas, sino ha desvirtuado todo
valor moral, toda virtud, todo empeño por el bien y miles de veces peor que la misma
televisión, ha dividido familias. Ya no hay comunicación entre esposos, padres e hijos,
hermanos, amigos, pues el amigo del hombre es uno virtual, que encuentra a través
del internet y que lo conduce al adulterio, a una falsa vanidad, a una vida pública aún
de lo más secreto de su cuerpo y de su alma. Pendiendo del amor universal auténtico
y sus propios frutos.
La equivocada utilización de toda la tecnología, pero especialmente del internet, ha
conducido al hombre a tal estado que ya no es hombre, pero tampoco animal, queda
en un término medio, usar de sus facultades superiores para hacer reinar los sentidos.
¿Nosotros somos, ante este panorama, los que respetamos a nuestros hermanos y a
su libertad? ¡Mentira! Lo que sucede es que ya no nos importa DIOS, sino "mi dios",
no amamos al prójimo ni esperamos una vida después de ésta.
"Todas las religiones son buenas, todas las religiones nos llevan a Dios".
Esta clase de católicos de nombre, me parece que ya han dejado de serlo, pues sin
conocimientos ni reflexión identifican la verdad con el error y niegan la existencia del
mal reuniendo la luz con las tinieblas; han obscurecido los conceptos básicos en la
formación del verdadero católico, que se esfuerza en conocer, amar y servir a Dios y
así llegar al Cielo.
Ahora hagamos este necesario distingo: Es verdad que, quienes han nacido en una
falsa religión, y son fieles a la Ley Natural y a las leyes de su religión que sean
realmente morales, y viven haciendo el bien y evitando el mal, no han tenido
oportunidad de encontrarse con la Verdad, alcanzarán la Vida Eterna. Pero advirtamos
que no es esa falsa religión por sí misma la que ofrece y da la salvación; sino que es
nuestro Dios misericordiosísimo, quien, conociendo determinadas circunstancias,
acepta el esfuerzo, hace eficaces los deseos y otorga la salvación. Conste que en esto
operan el mismo Dios y el débil esfuerzo del hombre, que es elevado por la
misericordia divina; pero esa salvación no debe ser atribuida a la falsa religión.
Igualmente los que, confundiendo lo sensible con lo místico y, deseosos más de sus
caprichos que de vivir con Dios, andan en busca de milagros patentes, de carismas
que los hagan notables y de una salud más corporal que espiritual. Los católicos
modernos autosuficientes que comulgan sin confesarse, tienen discretos adulterios,
calumnian, difaman, roban "decentemente" y llevan un catolicismo hipócrita.
Todos los antes citados, caen fácilmente en el error, porque habiendo nacido en la
Verdad, andan buscando la verdad en la mentira, se desarrollan en apariencias, y eso
ya no es permisión divina de circunstancias no culpables, sino medios puestos por
ellos mismos, que al final resbalan a los abismos de otras religiones.
Reflexionemos: ¿Acaso todas las cosas tienen el mismo valor? ¿Con la misma
cantidad de dinero podríamos comprar objetos diferentes? ¿Todas las profesiones nos
llevan a curar enfermos? ¿Todos los caminos nos conducen al mismo sitio?
¡IMPOSIBLE! Pues si en estas cosas tan secundarias y tan insulsas, la Lógica
perecería, antes que aceptarlas, desvirtuando así su exactitud; ¿qué diremos de
nuestra Religión Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo, donde no sólo la
Lógica protestaría, sino la excelsa Teología dejaría de ser antes que identificarse con
ese falso concepto, de que todas las religiones son buenas, todas nos llevan a Dios;
cuando muchas no sólo no nos llevan a Dios, sino que nos desvían y son fuente de
corrupción y condenación eterna?.
SEGUNDA PARTE
Las condiciones para pertenecer a la Iglesia son: ser bautizado, profesar por la fe y las
obras la doctrina de Cristo y reconocer al Papa como Vicario de Cristo.
Sabemos que esta Iglesia es verdadera, porque además de ser fundada por el mismo
redentor del Mundo, "tú eres Pedro..." posee cuatro notas que la hacen veraz, única e
insustituible. Estas notas son: UNIDAD, SANTIDAD, CATOLICIDAD y
APOSTOLICIDAD; advirtiendo que estas Notas las señaló el mismo Espíritu Santo en
el Sagrado Libro del Apocalipsis (Cap. XXI Unidad: Versículos 2; 9-10, Santidad: 10-
11-27, Catolicidad: 12,24-36, Apostolicidad: 14).
Es UNA, porque Jesucristo no quiso formar sino una sola Iglesia con una sola doctrina
y un solo Jefe. El mismo prometió a San Pedro que sobre él edificaría su Iglesia; no
sus Iglesias. Expresa su deseo de que todos los hombres formen "un solo rebaño bajo
un solo Pastor" (Jn X-16) y manifiesta que todo reino dividido en facciones contrarias
será desolado (Mt XII-25).
Y San Pablo, recomendando a los fieles de Éfeso una estricta unidad, escribe: "Un
solo Señor, una sola Fe, un solo Bautismo" (IV-5); de donde se infiere el triple aspecto
de la unidad: el de la doctrina (= una sola fe); el del gobierno (= un solo Señor) y el del
culto (= un solo bautismo).
CATOLICA, porque Cristo la estableció para todos los pueblos y para todos los
tiempos. "Id y enseñad a todas las naciones" (Mt XXVIII-19); "Yo estaré con vosotros
todos los días hasta la consumación de los siglos" (XXVIII-20); "Seréis mis
testigos...hasta los confines del mundo" (He I-8).
APOSTOLICA, porque sólo a los apóstoles y a sus legítimos Sucesores confió Cristo
poder enseñar, santificar y gobernar. "Como mi padre me envió, así yo os envío a
vosotros" (Jn XX-21) "Quien a vosotros oye, a Mí me oye" (Lc X-16) y San Pablo:
"Estáis edificados sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas, siendo la Piedra
Angular el mismo Cristo Jesús" (Ef II-20).
La Iglesia Católica Romana, y sólo Ella, es quien por institución posee estas cuatro
notas distintivas. Luego es la UNICA VERDADERA, pero no sólo posee esas ricas
notas, sino que además Jesucristo su Fundador la adornó con cuatro espléndidas
cualidades: Visible, Perpetua, Invariable e Infalible.
VISIBLE
A pesar de ser una Sociedad fundada para llevar al hombre al Cielo y ser depositaria
de los más altos y sublimes Misterios, posee la cualidad de ser patente y perceptible a
los sentidos. Por esta cualidad de la Iglesia, el hombre es llevado, de lo visible a lo
invisible, y por medios visibles trasciende a las realidades invisibles y sobrenaturales.
Los siete Sacramentos instituidos por Nuestro Señor Jesucristo, son manantiales de
Gracia que nos elevan en esta vida natural al orden sobrenatural y nos hacen
trascender, después de esta vida, a la Eterna Gloria. Ellos son, no digo trasparentes,
sino visibles. Pues ¿qué son los Sacramentos, sino medios visibles instituidos por
Nuestro Señor Jesucristo para darnos la Gracia?
Con la Fe gozamos del misterio traspasando lo físico y hasta lo metafísico, con base
en los sentidos apoyados por la razón.
Estos nos hacen palpar la forma exterior de cada Sacramento: vemos al ministro que
lo aplica, al sujeto a quien se le administra, percibimos la materia y la forma,
necesarias para la realización de este Sacramento.
PERPETUA
La Iglesia existe para la salvación de los hombres; por tanto, es necesario que perdure
mientras el hombre exista y haya de salvarse; pues Cristo, Cabeza y Fundador de la
Iglesia, "es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Jn
1-9). El mismo que, al retornar al Padre, aseguró a los Apóstoles: "Yo estaré con
vosotros todos los días, hasta la consumación de los siglos" (Mt XXVIII-20).
Sí. Permanecerá como cabeza invisible de la Iglesia, asistiéndola para que no yerre,
consolando e irradiando luz en este pequeño Gran Sagrario; sufriendo mística pero
realmente, todos los días, en todas partes del mundo en el Santo Sacrificio de la Misa,
santificando con su Gracia a los hombres, perdonando los pecados a través del
Sacerdote en el extraordinario Sacramento de la Confesión, dándose a los hombres en
la Sagrada Comunión con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad.
Evidente es la perpetuidad de la Iglesia ... perpetuidad que suena a tiempo, pero que
se antoja a eternidad ... que suena a Cielo, pero que sabe anticipadamente a
Bienaventuranza...
Esta perpetuidad trascenderá hasta el Reino del Padre cuando, terminado el universo,
concluyan los aspectos militante y purgante de la Iglesia y persista para siempre su
aspecto triunfante, para cantar eternamente en el Cielo: Gloria a la Augusta Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ahora bien, quienes forman la Iglesia Triunfante son los Bienaventurados; la Iglesia
Purgante, las almas de aquellos que se purifican en el Purgatorio, y la Iglesia Militante
la formamos nosotros los vivos, que aún luchamos, militamos dentro de la Santa
Iglesia Católica, Apostólica, Romana.
Según esto, ¿no será perpetua la Iglesia que trasciende hasta la Eternidad?
INVARIABLE.
No cambian los dogmas, es decir, las verdades de la Fe, ni los Misterios, no digo en su
esencia; ni siquiera en la forma o expresión, si el cambio, aunque fuera accidental,
pudiera inducir a error o confusión.
Los principales Misterios, como el de la Santísima Trinidad (Tres Personas en una sola
Esencia Divina); la Encarnación (El Verbo que, mediante la Unión Hipostática se hace
Hombre en el Seno Virginal de María); la Redención (Dios-Hombre que sufre y muere
en la Cruz para redimir al género humano); la Transubstanciación (cambio de las
substancias de pan y vino por el Cuerpo y la Sangre de Cristo en fuerza de las
palabras consagratorias en la Misa ...) Estos Misterios, como otros, son inconmovibles
e irrefutables, y el que se atreva a negarlos o a desviar su sentido, es hereje e impío.
La Moral, que contiene preceptos, no puede interpretarse según los tiempos. Dios en
la Revelación y la Iglesia en Nombre de Dios, nos presenta los Mandamientos, los
cuáles son de ayer, de hoy y de siempre. Decir que ya no es pecado lo que antes sí
fue, es un craso error. ¡Irreparable sorpresa llevarán al llegar a la eternidad, aquellos
que aseveran que por ser otros tiempos, ya podemos pecar!
Los Sacramentos, como que fueron instituidos por Nuestro Señor Jesucristo, son de
derecho Divino; y serán siempre los mismos hasta el fin del mundo, sin cambiar en su
esencia o en su finalidad.
La Santa Misa fué, es y será el mismo Único Sacrificio de Cristo en el Calvario, pero
de manera incruenta, y nada de que ahora ya es "la Palabra de Dios", "la Asamblea",
"la Comida", "el Banquete", "la Fiesta" ... No, señores. Eso denuncia ignorancia de la
intención redentora de Cristo, y ansia irreprimible de novedades.
¿Qué sucedería con una Iglesia cambiante y tornadiza? Que, además de no ser
verdadera, nos llevaría a la más espantosa confusión, debilidad, revolución y anarquía.
Por ejemplo: La Sagrada Escritura enseña que existe el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, y sin ser tres dioses, son el mismo Dios. La Teología se fue desenvolviendo
hasta encontrar la fórmula adecuada para enseñar que en Dios hay tres Personas
distintas, inconfundibles, pero consubstanciales; es decir: Uno en Esencia y Trino en
Personas, lo mismo que se ha enseñado en todos los siglos.
A esta frialdad e indiferencia se le llama "respeto" hacia los demás y poco importa la
moralidad -ya no digo inmoralidad- de nuestros tiempos, sociedad aburguesada, muy
ajena a la Doctrina del Verdadero Dios.
INFALIBLE.
Por tanto, Obispos, Sacerdotes, Religiosos y todos los fieles en general, están
obligados a no salirse de la auténtica doctrina, y se han de sujetar a las definiciones
dogmáticas y enseñanzas "Ex-Cáthedra" del sumo Pontífice y de los Concilios
Ecuménicos.
Manchando la historia de la Iglesia está Martín Lutero, Sacerdote regular de la Orden
Agustina, quien rompió con la Doctrina Infalible, con la Autoridad Papal, y cayó en
espantosas herejías y se hizo una nueva religión a su gusto, la Luterana.
Si existe otra Iglesia que sea Una, Santa, Católica y Apostólica y que, además posea
en sí y en su religión las propiedades de Visible, Perpetua, Invariable e Infalible, que
me la muestren y luego me la demuestren. Pero como esto es imposible, me quedo
con mi Iglesia, la única que fundó Jesucristo, amándola entrañablemente.
Después de haber probado que la Iglesia Católica es una de las tres grandes
columnas de la Religión Católica, entre las otras dos: Revelación y Magisterio;
probaremos ahora, que la Religión Católica es la única por verdadera, y en verdadera
porque es Divina y lo avalan sus milagros y sus profecías.
El milagro y la profecía son como la firma de Dios que dice: esta es mi Religión,
estructurada para los hombres, para que en ella alcancen su fin para el que Yo los he
creado.
Tanto el milagro como la profecía prueban la intervención divina, pues sólo Dios, Autor
de la naturaleza, tiene poder para suspender sus leyes y sólo Dios puede con absoluta
certeza conocer los hechos que dependen de la libre voluntad de Dios o del hombre.
Miqueas anuncia que el Mesías nacerá en Belén y en Belén precisamente nació Jesús
y este nacimiento lo consigna incluso la historia profana (V-2) "Una estrella saldrá de
Jacob, un cetro se levantará de Israel" (Num XXIV-17).
"No temas María, concebirás y darás a luz un Hijo y lo llamarás Jesús. El será grande
y será llamado Hijo del Altísimo y Dios le dará el trono de David, su padre; reinará en
la casa de Jacob, para siempre y su Reino no tendrá fin (Lc I-30-33).
"Dios mismo vendrá y os salvará. Entonces, los ojos de los ciegos serán abiertos, los
sordos oirán, el cojo saltará como un ciervo, y la lengua de los mudos será desatada
(lsaías XXXV, 4-6; Zac IX-9; XI-13) en esos textos encontrarían las predicciones de
Zacarías en el Antiguo Testamento sobre su entrada triunfal en Jerusalén y sobre el
dinero entregado a Judas y encontrando su cumplimiento en el Nuevo Testamento. Y
así, la Pasión, Muerte y Resurrección, las encontramos profetizadas en el A.T y
realizadas en el N.T.
Cuántas almas, sobre todo en los primeros tiempos, dieron la vida por Cristo, por su
Iglesia, por su Religión.
¡Qué diremos de tanto Santo, de tantos hombres y mujeres que en distintas edades y
circunstancias se han entregado a Dios para cumplir el "ser perfectos como vuestro
Padre Celestial es perfecto" y cuántos, no sólo santos, sino sabios, Lumbreras no sólo
vistos dentro de la Iglesia, sino admirados y reconocidos por el mundo!
Ahora, ¿después de tanta consideración, seguirán repitiendo: "que todas las religiones
son buenas, que todas nos conducen a Dios"?
Si insisten les contestaré: ¿Conque todas las religiones son buenas y todas nos llevan
a Dios? ¿A Dios? ¿A cuál dios? ¡Pues qué dios tan pluralista y tan falsamente
universal! Oír "Dogma", es pensar sin reparo en algo perenne, inmutable. Dogma,
decimos, es la revelación de una verdad; es la parte de la ciencia de la Religión que
nos enseña a Dios eterno, justo, inmutable, infinito, omnisciente, sapientísimo, veraz,
fiel, omnipotente, inmenso, uno y con El toda la verdad revelada.
Y Dios inmutable, sabio, veraz, fiel, que es por esencia, no por accidente, por no ser
cualidades que se le atribuyan, sino perfecciones de su Esencia Divina ¿Es El quien
ha permitido un maremágnum de religiones, y quien garantiza que cualquiera de ellas
conduce a El? ¿Dónde quedó el Único Camino, la Única Verdad, la Única Vida, si se
convierte en varios caminos, verdades y vidas?
¿Dónde está el Dios veraz, con varias y contradictorias verdades sobre su propia
esencia, su creación y su palabra? ¿Dónde está el Dios Inmutable si varía, y promete
lo mismo para la Religión fundada por El y las que por error, malicia, soberbia, espíritu
de contradicción o maldad, han estructurado los hombres?
El Dios fiel a su palabra, ¿así jugará con los conceptos?
Si así fuera, ¿qué objeto tendría luchar por la Verdad, si aparte existiera otra "verdad",
la que cada religión se adjudica para sí?
Y de otras, que ni siquiera pueden autonombrarse religiones, pues son nidos de ateos
(no de los que dan "gracias a dios" de serlo, sino de verdaderos ateos), entre los
cuáles hay feroces perseguidores de nuestra Santa Fe católica, que usan hoy de su
astucia y sutileza. Pero hoy, negando la caridad para los propios, la prodigamos a los
extraños y nos convertimos en cómplices y camaradas de todo hombre aunque éste
vuelva la espalda a Dios.
Es insólito que el mundo de hoy pueda ver con indiferencia la confusión que muchos
propician entre la verdad objetiva y la verdad subjetiva, y peor aún, entre la verdad y la
mentira. Tratar de conciliar estos términos y vivir en aparente paz, es desconocer el
principio, la naturaleza y el fin del hombre, cuya felicidad sólo puede vivirla en el
encuentro con la Verdad y en el abrazo con el Bien.
Que el Espíritu Santo, unido al Padre Eterno y a Jesucristo Nuestro Señor, nos guarde
de perder la Fe, aunque todos crean que tenemos perdida la cabeza.
Invita a toda joven que se sienta llamada a una vida plena de inmolación por la gloria
de Dios y la salvación de las almas, a ingresar a este Instituto Religioso.
Condiciones de Admisión:
Escribe a:
Hermanas Eremitas de Dios
Apartado Postal No. 616
54000 Tlalnepantla, Edo de Mex
Tel: 3-61-01-53