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Una ley de este tipo es muy importante, explica Casanova, porque “permite que aquellas
mujeres que quieran interrumpir su embarazo, puedan acudir a servicios legales de aborto”.
Sin embargo, la concepción de la ley por parte de las organizaciones provida, es muy
diferente. Victoria Vergara, vicepresidenta de Mujemi – Protección Materno Infantil,
manifestó que el aborto es un mal no deseable y agregó que “lo vemos como la eliminación
de una vida. Consideramos que existe vida desde la concepción y que el aborto libre como
está planteado en Uruguay es una atrocidad, y, también, que hay una desinformación
malintencionada sobre la población en general, para generar información sobre este tema”.
Por su parte, Portela lo definió como un “drama social muy importante, que también tiene
efectos en el desarrollo social del país”. Y agregó que “viola un derecho fundamental del ser
humano, que es el niño que está en el vientre de la madre, también vulnera derechos de la
madre gestante que tiene derecho a la protección social de su situación particular”.
La situación en Latinoamérica
Chile está, en estos momentos, debatiendo el aborto por tres causales, que son
embarazo por violación, grave riesgo de muerte materna, e incompatibilidad del feto con la
vida extrauterina. Antes de debatir dicha problemática, explicó González que “hace dos años
o tres, hubo una niña abusada de 11 años embarazada a la que no se le habilitó el aborto”.
Argentina, “por resolución de la Suprema Corte ha logrado que las mujeres aborten en los
casos de violación, de riesgo de salud materna, o feto incompatible con la vida extrauterina.
Colombia también, tiene la causal salud, es la que más utilizan las mujeres para poder
abortar”, contó González.
Sin embargo, hay otros países, como El Salvador, que tienen el aborto completamente
prohibido, y hay muchas mujeres condenadas a unos 30 años, según expresó González.
Brasil, por su parte, a través de la bancada evangelista, está intentando aprobar una ley
para proteger la vida del nonato.
Si bien la ley está en funcionamiento hace ya cuatro años, siguen existiendo debates
acerca de la misma.
Desde las organizaciones feministas consideran como positivo que exista una ley pero que,
sin embargo, existen barreras que impiden que una mujer aborte por su propia voluntad, y
dadas las circunstancias eligen abortar clandestinamente.
González, explicó que “la ley no funciona como debería funcionar”, y eso provoca que sigan
habiendo abortos clandestinos.
Es un derecho que tenemos todas las personas en las que, por ley, no se puede atacar
nuestra libertad de pensamiento. Sin embargo, muchísimos médicos han declarado
objeción de conciencia en Uruguay debido a los abortos, despertando la polémica de si
es, en esta situación, un derecho o un abuso.
Desde las organizaciones feministas, si bien aceptan que es un derecho, creen que debe
ser regulado. Casanova manifestó que “hay un abuso de la objeción de conciencia, muchos
ginecólogos están haciendo uso de la misma cuando en verdad no parte de su religión o sus
creencias filosóficas, sino que parte de otros intereses. Desde falta de información, o desde
que lo toman como pérdida de tiempo y no poder hacer otros actos que sí se consideran
actos médicos y que por lo tanto son redituables y se pagan aparte”.
Y, por su parte, González agregó que “si una persona no quiere intervenir en la interrupción
de un embarazo está bien, lo que ha pasado es que la objeción de conciencia se utilizó para
no cumplir una ley o imponer valores morales”.
Vergara, como abogada, expresó que es “fundamental que eso se respete, porque si no
llegamos a absurdos que son inimaginables. El grado de discusión que se da en Uruguay
es hasta absurdo, cuando hablamos de la eliminación de una vida, cuestionar lo que eso
puede afectar a un profesional es bastante vil”.