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EL APRENDIZAJE AUTORREGULADO: GESTIONAR CÓMO APRENDEMOS

junio 1, 2020 por Belen Gonzalez- Larrea

Para aprender algo de manera eficaz y significativa


debemos aprender a regular los procesos
cognitivos y emocionales que intervienen en ello.
Como bien sabemos, el ser humano es
multidimensional, con la capacidad de aprender
constantemente. Por tanto, resulta muy
importante contemplar estos factores y enseñar a
los estudiantes sobre la relevancia que tiene el
aprendizaje autorregulado. Lo revisamos a
continuación.

¿QUÉ ES EL APRENDIZAJE AUTORREGULADO?

Hablamos de aprendizaje autorregulado cuando el estudiante es capaz de gestionar los


procesos cognitivos y emocionales que están involucrados en el aprendizaje, de forma
deliberada. Es decir, el estudiante es capaz de seleccionar aquellas estrategias que le resultan
beneficiosas en el momento de aprender, regulando sus emociones y desempeño para
alcanzar sus metas. Sumado a esto, no podría ser más cierto que “la capacidad de
autorregulación del aprendizaje podría ser un predictor de éxito académico incluso mayor que
la inteligencia” (Gomez et al., 2014, p.209).

CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTUDIANTES QUE AUTORREGULAN SU APRENDIZAJE

Todos podemos entrenar nuestras capacidades para poder aprender de una mejor manera. De
acuerdo a Zimmerman (2002), los estudiantes que autorregulan su aprendizaje se caracterizan
por participar activamente en este proceso.

Esta participación activa implica el desarrollo de habilidades metacognitivas, la influencia de


las emociones, motivación y el comportamiento. Si logramos entrenar adecuadamente estas
áreas, podremos gestionar de mejor manera nuestros aprendizajes dando paso a un mejor
rendimiento (Ruiz, 2020). Los diversos estudios han destacado algunas características del
alumnado que regula el aprendizaje. A continuación, mencionamos algunas (Torrano y
González, 2004, p. 3):

 Conocen, identifican y utilizan estrategias cognitivas que les permite entender, procesar,
organizar, elaborar y recuperar la información.
 Desarrollan habilidades metacognitivas para saber cómo planificar el trabajo que van a
realizar. Es decir, encaminan los diversos procesos mentales necesarios para la
consecución de la meta planteada.
 Desarrollan, modifican y controlan aquellas emociones que son positivas para el
aprendizaje. Generalmente ligadas al aspecto motivacional de la tarea. Por ejemplo,
entusiasmo, gusto y satisfacción, entre otras.
 Planifican adecuadamente la tarea. Es decir, prevén el tiempo de ejecución, consideran un
entorno favorable para el aprendizaje (lugar) y acuden en ayuda de sus profesores o
compañeros cuando lo necesitan.
 Apoyan a un clima motivacional de clase adecuado. Se involucran en las tareas, en su
planificación y organización.
 Se esfuerzan por mantener la atención en la tarea, evitando aquellos estímulos
distractores.

En otras palabras, estos estudiantes son conscientes de la importancia de asumir un rol activo
en su aprendizaje. En consecuencia, ajustarán sus procesos cognitivos y emocionales para
desenvolverse adecuadamente. Es decir, para poder responder a la tarea, alcanzar las metas
planteadas y tener un rendimiento positivo.

¿CÓMO ENSEÑAR UN APRENDIZAJE AUTORREGULADO?

Ahora que hemos abordado la importancia y, sobre todo, la utilidad de que nuestros
estudiantes aprendan a autorregular su aprendizaje, nos surge una duda, ¿cómo enseñar un
aprendizaje autorregulado? Pues bien, el diseño y planificación de estrategias se han basado
en que el aprendizaje autorregulado es una habilidad que se adquiere y desarrolla por medio
de procesos y actividades a lo largo de las diversas experiencias de aprendizaje. Según Torrano,
Fuentes y Soria (2017), estas estrategias deben buscar conseguir ciertos objetivos:

1. Enseñar habilidades de metacognición, cognitivas y comportamentales.


2. Desarrollar el conocimiento condicional que es útil para determinar cuáles son las
estrategias más eficaces y en qué momentos son necesarias de aplicar.
3. Motivar para que los estudiantes utilicen las estrategias identificadas para conseguir las
metas propuestas.

Como indican estos autores, se trata de explicar a los estudiantes qué estrategias son las más
adecuadas para que puedan procesar y controlar de mejor manera el aprendizaje
(conocimiento declarativo). Posteriormente, se les enseñarán cómo utilizar dichas estrategias
(conocimiento procedimental) y, consecuentemente, en qué momento utilizarlas
(conocimiento condicional). Siguiendo esta línea, el docente debe indicar también, cuáles son
los beneficios que conllevan.

Por otro lado, no debemos descuidar los elementos emocionales que subyacen en los procesos
cognitivos mencionados anteriormente. Por ello, es importante mejorar aquellas creencias
motivacionales, de autoeficacia o expectativas que pueden presentar nuestros estudiantes. Es
decir, no debemos descuidar cómo la motivación influye en este proceso (Ruiz, 2020).

MODELOS DIDÁCTICOS PARA ENSEÑAR UN APRENDIZAJE AUTORREGULADO

La base de estos modelos didácticos que buscan promover un aprendizaje autorregulado se


fundamenta en brindar un apoyo sistemático que permita que los estudiantes trabajen de
manera independiente. Es por ello que se recomienda integrar de forma curricular las
estrategias de aprendizaje a las actividades de clase. A continuación, mencionamos algunos de
ellos (Torrano, Fuentes & Soria, 2017).

1. Autoobservación
Los estudiantes deben aprender a valorar y supervisar si las estrategias que están
utilizando son efectivas. En caso de no estarlo, ser capaces de modificar, cambiar o
reajustar lo necesario para ello. Esto implica una toma de conciencia sobre sus procesos
cognitivos frente a su estado emocional, motivación, tiempo de la tarea y nivel de
esfuerzo. Por ejemplo, ser conscientes de que no están entendiendo la consigna, analizar
su nivel de comprensión de la tarea y verificar que están con predisposición para
aprender, entre otros. Es decir, verificar que sus habilidades metacognitivas les resultan
beneficiosas ante la tarea.
2. Modelado
Los seres humanos somos capaces de adquirir conductas, actitudes y destrezas por medio
de la imitación. En este caso, los profesores serán un modelo referencial que, si explican
abiertamente lo que hacen para resolver una tarea, enseñan implícitamente las
estrategias que están utilizando. En consecuencia, el estudiante asimilará de mejor
manera, mediante un ejemplo práctico, cómo planificar, ejecutar, supervisar y resolver
una tarea. Este tipo de modelo suele darse al inicio del aprendizaje, pero, idealmente,
mientras más visualizaciones y ejemplos tenga, mejor será el dominio en el futuro.
3. Práctica guiada y autónoma
Para conducir el proceso de aprendizaje de manera efectiva, es importante practicar las
estrategias de autorregulación. En principio, de forma guiada y, poco a poco, de forma
independiente.
El feedback es un aspecto importante para el análisis de dicha efectividad. Asimismo, lo
que se pretende a través de este modelo es promover la responsabilidad en el estudiante
para que logre controlar, desarrollar, aplicar y evaluar las estrategias que ha ido
adquiriendo a raíz de la práctica guiada. Un ejemplo de esta estrategia puesta en práctica
es el flipped classroom.
4. Apoyo social
En principio, a los estudiantes se les brinda un apoyo o también llamado “andamiaje”
(scaffolding) para guiar su proceso de aprendizaje. Con el paso del tiempo se va retirando
dicho apoyo de forma paulatina, convirtiendo este apoyo que, en principio era directivo,
en algo menos intenso. Es decir, este scaffolding se retirará gradualmente para que
empiece a ser el estudiante quien direccione sus procesos de aprendizaje.
5. Práctica autorreflexiva
Esta sería la última parte del proceso de autorregulación, pues es el paso en el que los
estudiantes practican todo lo que han aprendido de forma independiente. En ese sentido,
se espera que estén en capacidad de reflexionar sobre su proceso de aprendizaje, utilizar
estrategias adecuadas y ajustarlas al contexto en el que se encuentran.
Consecuentemente, todo esto favorecerá un entorno de aprendizaje positivo.

CONCLUSIÓN

En resumen, es importante enseñar y guiar a los estudiantes a regular su aprendizaje para


sacar provecho de esta experiencia. Conforme mejor sea la gestión de los elementos que
influyen en este proceso, mejor será el resultado y rendimiento general. En otras palabras,
mientras más activa sea su participación, mucho mejor será su disposición para aprender y
comprometerse con lo que aprenden. En consecuencia, su respuesta será mucho más positiva
para alcanzar las metas propuestas.

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