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Taxonomía de Bloom:

dimensiones, verbos y objetivos


Por
 Alejandro Rodriguez Puerta
La taxonomía de Bloom es un conjunto de tres modelos jerárquicos que se utilizan
para clasificar distintos objetivos de aprendizaje en función de su complejidad y su
especificidad. Esta clasificación considera que los aprendizajes se llevan a cabo en
tres niveles: cognitivo, afectivo y psicomotor.

La taxonomía de Bloom recibe su nombre por Benjamin Bloom, un pedagogo que


presidió el comité de educadores que crearon este sistema de clasificación. Además,
fue el editor del primer tomo del manual del sistema, llamado “Taxonomía de los
Objetivos Educativos: La Clasificación de las metas educativas”.

Rueda de Bloom
Más adelante, en la segunda mitad del siglo XX, se publicaron varios manuales
sobre los distintos tipos de objetivos educativos. En 1956 se publicó el relativo a las
metas cognitivas, y en 1964, el que tenía que ver con las metas afectivas.
Índice del artículo [Mostrar]

Niveles taxonómicos de Bloom

6 Crear, 5 Evaluar, 4 Analizar, 3 Aplicar, 2 Entender, 1 Recordar


Los creadores de este sistema de clasificación consideraron que los objetivos de
aprendizaje pueden ser de tres tipos: cognitivos, afectivos y psicomotores. A pesar
de que la educación tradicional se ha preocupado tan solo de los objetivos
cognitivos, los tres tipos son igual de importantes para el desarrollo correcto de los
estudiantes.

Dentro de cada una de las dimensiones, se establecen una serie de niveles, que van
del más sencillo hasta el más complejo. Los creadores de este sistema de
clasificación consideran que es necesario pasar por cada uno de ellos para llegar a
los más complicados.

Dimensión cognitiva
Desde la aparición de la taxonomía de Bloom, los dominios han cambiado
ligeramente, especialmente tras la revisión del año 2001 de este sistema de
clasificación. En la actualidad, los niveles de la dimensión cognitiva son los
siguientes: recordar, entender, aplicar, analizar, evaluar y crear.

Recordar
El primer nivel, el recuerdo, implica ser capaz de almacenar en la memoria distintos
tipos de información: hechos, conceptos básicos, ideas… En este primer nivel, no es
necesario entender qué significan estas ideas, sino tan solo recordarlas.

El nivel del recuerdo, por tanto, es el más sencillo de alcanzar, y a menudo es el


único que se consigue en los entornos educativos tradicionales.

 Verbos: describir, relacionar, decir, encontrar,

Comprender
El segundo nivel, la comprensión, implica no solo recordar información sino
también entender su significado. Esto se consigue mediante la organización,
comparación e interpretación de las ideas memorizadas.

 Verbos: discutir, esbozar, explicar, predecir.

Aplicar
El tercer nivel, la aplicación, consiste en utilizar el conocimiento memorizado y
comprendido para conseguir resolver problemas. De esta forma, los aprendices
deben ser capaces de extrapolar lo que han aprendido a situaciones nuevas con las
que no se han encontrado antes.

A menudo, la aplicación de las ideas aprendidas refuerza a su vez la memorización y


la comprensión.

 Verbos: usar, ilustrar, completar, resolver.

Analizar
El cuarto nivel es el análisis. Este nivel de aprendizaje cognitivo implica examinar la
información aprendida, encontrar relaciones entre sus componentes, y ser capaz de
hacer inferencias, predicciones y deducciones.

En general, se pueden analizar tres componentes de la información: los elementos,


su organización, y la relación entre ellos.

 Verbos: identificar, comparar, explicar, categorizar.

Evaluar
El quinto nivel de la nueva taxonomía de Bloom es la evaluación. Consiste en ser
capaz de hacer juicios sobre las ideas y su validez, además de sobre el método
seguido para llegar a ellas. La evaluación se puede hacer en función de la evidencia
interna o de criterios externos, como los gustos personales.

 Verbos: decidir, priorizar, valorar, justificar.

Crear
Por último, el sexto nivel en la dimensión cognitiva del aprendizaje es la creación de
nuevos conocimientos. En general, se trata de reorganizar las ideas ya existentes de
formas novedosas, de tal forma que se generan soluciones alternativas a un
problema y se proponen nuevas teorías.

Antes de la revisión del 2001 del modelo de Bloom, esta última categoría no era la
creación sino la síntesis de conocimientos.

 Verbos: crear, imaginar, diseñar, planear.

Dimensión afectiva
La dimensión afectiva incluye todos aquellos conocimientos que sirven para
entender los propios sentimientos y los de los demás. También tiene que ver con
habilidades como la empatía, la gestión emocional y la comunicación de los propios
sentimientos.

Según la clasificación de la taxonomía de Bloom, hay cinco niveles en el dominio


afectivo, que van del más simple al más complejo: recepción, respuesta, valoración,
organización y caracterización.
Recepción
En la recepción, el primer nivel y el más sencillo de todos, el estudiante tan solo
tiene que prestar atención de forma pasiva. 

Utilizando su memoria, es capaz de reconocer el componente emocional de una


interacción. A pesar de que es el nivel más simple, sin él no pueden darse los demás.

Respuesta
En la respuesta, el segundo nivel, el estudiante actúa después de haber reconocido el
componente emocional de la situación. Si se da correctamente, este nivel de
aprendizaje afectivo puede mejorar la predisposición del alumno a aprender o su
motivación.

Evaluación
El tercer nivel, la evaluación, consiste en que el aprendiz le otorga un valor concreto
a un objeto, una información o un fenómeno. Este valor puede ir desde la simple
aceptación del hecho, hasta un compromiso más fuerte. La evaluación se basa en la
internalización de una serie de valores específicos.

Organización
El cuarto nivel es la organización. Cuando lo alcanza, el aprendiz puede organizar
diferentes valores, informaciones e ideas, y puede acomodarlas dentro de sus
propios esquemas de pensamiento. El estudiante compara sus propios valores y es
capaz de establecer una jerarquía entre ellos.

Caracterización
En el último nivel, la caracterización, el estudiante es capaz de crear su propio
sistema de valores que guía su comportamiento a partir de ese momento. Cuando
alcanza este nivel, el aprendiz muestra un comportamiento consistente, predecible y
totalmente individual, en función de los valores que ha adquirido.

Dimensión psicomotora
La dimensión psicomotora tiene que ver con la capacidad de manipular físicamente
una herramienta o un instrumento. Por ello, los objetivos psicomotores tienen que
ver habitualmente con el aprendizaje de nuevos comportamientos o habilidades.

A pesar de que en la clasificación original de Bloom nunca se crearon subcategorías


para el dominio psicomotor, otros educadores han tomado el relevo y desarrollado
su propia clasificación. 

La más utilizada es la de Simpson, que divide los aprendizajes psicomotores en los


siguientes niveles: percepción, disposición, respuesta guiada, mecanismo, respuesta
compleja, adaptación y creación.

Percepción
El primer nivel, la percepción, implica la habilidad para utilizar la información del
entorno para guiar la propia actividad física. En función de los estímulos detectados
por el estudiante, éste podrá elegir el mejor curso de acción para cada momento.

Disposición
El segundo nivel, la disposición, tiene que ver con la respuesta predeterminada que
el aprendiz tendrá ante cada tipo de estímulo. Cuando una situación se da las
suficientes veces, el estudiante tendrá una disposición a ofrecer una respuesta
mental, física y emocional determinada.

Respuesta guiada
La respuesta guiada, el tercer nivel, implica la práctica de habilidades complejas
mediante la imitación y la prueba y error. Este nivel es fundamental para adquirir
maestría en una nueva habilidad.

Mecanismo
El mecanismo, el cuarto nivel, es el punto intermedio en el proceso de adquirir una
habilidad compleja. Las respuestas aprendidas se han vuelto ya habituales, y los
movimientos pueden realizarse con cierto grado de confianza y éxito.

Respuesta compleja
El siguiente nivel, la respuesta compleja, es el punto en el que se ha dominado una
nueva habilidad. Los movimientos y acciones pueden realizarse rápidamente, sin
requerir atención consciente y de forma exitosa.

Adaptación
La adaptación, el penúltimo nivel, consiste en la capacidad del aprendiz de
modificar las respuestas aprendidas para adaptarlas a sus propias necesidades
individuales.

Creación
Por último, la creación consiste en el desarrollo de nuevos movimientos acciones y
movimientos para adaptarse a nuevas situaciones para las que las habilidades
aprendidas no son suficientes.

Objetivos de la taxonomía de Bloom


La taxonomía de Bloom se creó en un primer momento con el objetivo de diseñar
objetivos concretos que ayudasen a los alumnos a adquirir conocimiento de forma
más sencilla. 

La idea era que entendiendo cómo funcionaba el proceso de aprendizaje, los


educadores podrían crear metas que estuvieran de acuerdo al paso en el que se
encontraban sus alumnos.

Para ayudar a los educadores a diseñar objetivos concretos para sus alumnos
basándose en la taxonomía, Bloom y sus colaboradores crearon tablas de verbos con
las que éstos podían guiarse a la hora de proponer las metas de cada etapa.

La taxonomía de Bloom puede utilizarse tanto para crear objetivos generales (a nivel
de objetivos del curso) como específicos (los que se trabajarán en cada lección). La
forma de hacerlo es la siguiente:

 Primero se establecen los objetivos del curso. Al ser más amplios, tan solo se eligen entre 3
y 5 de ellos. Son complejos de medir, porque están relacionados con todos los contenidos
que se van a estudiar a lo largo del curso.
 Después se eligen los objetivos de las sesiones. Éstos tienen que estar relacionados con los
objetivos generales del curso, de tal forma que si se cumplen todos los objetivos de sesión se
consiga el objetivo general. Además, los objetivos de las sesiones son los que se evaluarán a
lo largo del curso.
 Para crear los objetivos de las sesiones, los educadores tienen que pasar de la parte más baja
de la taxonomía de Bloom hasta la más alta. Usando las listas de verbos incluidas en la
taxonomía, éstos pueden elegir el tipo de objetivos que más ayudarán a los estudiantes a
progresar en su aprendizaje.

Elaboración de objetivos
La elaboración de los objetivos estará vinculada con un fin que variará según la
persona que haga la aplicación. Debido a ello, se estableció un par de herramientas
principales:

 La definición de la estructura, un objetivo general y específico se describiría de la siguiente


manera: verbo en infinitivo + contenido. En el área de contenido, hace referencia a los
conceptos, datos, procesos, actitudes.
 Una lista de verbos que pueden usarse para la elaboración de objetivos generales y
específicos. Para tener una mejor idea al respecto, se presentan algunos ejemplos a
continuación:
-Verbos para objetivos generales: analizar, calcular, categorizar, comparar, formular,
fundamentar, generar, identificar, compilar, inferir, concretar, mostrar, contrastar,
orientar, crear.

-Verbos para objetivos específicos: advertir, analizar, basar, calcular, enunciar,


especificar, estimar, examinar, explicar, fraccionar, calificar, categorizar, comparar,
fraccionar, identificar.

La elaboración de los objetivos, en la dimensión cognitiva, dependerá de la persona


que desea ponerlo en práctica, sin embargo, esta ilustración servirá para ilustrar
mejor este proceso, el cual requiere tomar en cuenta varios aspectos importantes:
Críticas
Incluso en la actualidad, la taxonomía de Bloom todavía sigue siendo un recurso
importante en los últimos años, ya que los educadores lo consideran como una
poderosa herramienta en las aulas.

Sin embargo, la llegada de la Era Digital así como nuevos desarrollos tecnológicos y
estudios del cerebro humano, ha provocado una serie de críticas sobre este
planteamiento:

 Sus bases se asientan en los principios conductistas que se hicieron populares a mediados
del S.XX. Es por ello que muestra retraso en cuanto a la evolución del estudio y el
aprendizaje.
 Se critica el hecho de que los educadores hagan énfasis en la memorización, dejando de lado
otros procesos cognitivos igual de importantes. El aprendizaje no puede ser mecánico.
 Debido a la fragmentación del currículo, carece de una visión más amplia de los objetivos
generales que deben perseguir el sistema educativo, comparándolo incluso con un modelo
empresarial.
 Frecuentemente, se confunde la taxonomía de Bloom como una teoría del aprendizaje,
cuando más bien es una herramienta para mejorar el proceso educativo. Por lo tanto, se cree
que busca explicar el proceso del pensamiento humano cuando ese no es su objetivo.
 La taxonomía, ciertamente, reúne parámetros principales para la impartición de
conocimiento. No obstante, se dejó en un segundo plano padecimientos y otros factores que
afectan al proceso de aprendizaje y que, además, fueron resaltados por la neurociencia.
Algunos de ellos son: la dislexia, la influencia de las emociones, tipos de memoria y tipos de
inteligencia.
 Sólo refuerza el área de la cognición, dando menor protagonismo a las otras dos
dimensiones de la taxonomía.
 Hay presencia de ambigüedad y falta de precisión en varios conceptos, entre los más
resaltantes, están los relacionados al conocimiento y la memoria. En el caso de la memoria,
la taxonomía pareciera que sólo menciona a un solo tipo, cuando realmente existen otros que
también forman parte importante en el proceso del aprendizaje.
 Con la llegada de la Era Digital, la taxonomía de Bloom se volvió obsoleta. No obstante, la
revisión realizada por el doctor, Andrew Churches, introduce una serie de herramientas
propias de la época para potenciar las categorías establecidas por Bloom.
 Propicia la pasividad y la homogenización de la educación, en vez de potenciar la
individualidad y las capacidades diferenciadoras.
 Deja en un segundo plano las habilidades creadoras.
 Es un recurso interesante para materias científicas pero no para áreas menos predecibles
como aquellas que están vinculadas a las artes.
Referencias
1. “Bloom’s Taxonomy” en: Wikipedia. Recuperado en: 27 Febrero 2018 de Wikipedia:
en.wikipedia.com.
2. “Bloom’s Taxonomy” en: Center for teaching. Recuperado en: 27 Febrero 2018 de Center
for teaching: cft.vanderbilt.edu.
3. “Bloom’s Taxonomy of learning domains” en: NwLink. Recuperado en: 27 Febrero 2018 de
NwLink: nwlink.com.
4. “Bloom’s Taxonomy of educational objectvies” en: Center for teaching and learning.
Recuperado en: 27 Febrero 2018 de Center for teaching and learning: teaching.uncc.edu.
5. “Using Bloom’s Taxonomy to Write Effective Learning Objectives” en: University of
Arkansas. Recuperado en: 27 Febrero 2018 de University of Arkansas: tips.uark.edu.
APA

Rodriguez Puerta, Alejandro. (15 de octubre de 2020). Taxonomía de Bloom:


dimensiones, verbos y objetivos. Lifeder. Recuperado
de https://www.lifeder.com/taxonomia-de-bloom/.

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