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En primer lugar debemos señalar que el monóxido de carbono (CO) es un gas toxico que
no emite olor, que ademas carece de sabor y es considerado no irritante, motivo por el
cual su exposición podría pasar completamente desapercibida, ya que no presenta una
diferencia notable. Asimismo este gas al ser menos pesado que el aire, se acumula en las
partes altas de los ambientes, por lo mismo que cuando se produce un incendio, el mejor
modo de evitar los gases es andar agachado.
Señalar también que una de las fuentes mas usuales para este tipo de intoxicación son los
incendios, en los cuales por su peligrosidad acaban siendo letales, ya que se sabe que
alrededor del 50% de las muertes no se deben al fuego producido sino a los gases
producto del incendio que causan esta intoxicación mortal.
Por otro lado si se llega a inhalar de forma lenta una menor concentración de monóxido,
puede provocar cefaleas, así como cuadros de mareos con sensación de zumbido en los
oídos, náuseas y vómitos, acompañados de intensos dolores abdominales. Este cuadro en
algunos casos podría llevar a la victima a un estado de coma, donde la piel toma una
coloración rojiza.
Considerar también que si un conductor adquiere una intoxicación por la noche, resulta
mas peligroso, ya que provoca una pésima adaptación a la oscuridad, ocasionando mayor
deslumbramiento por los faros de otros coches que circulan en dirección opuesta,
asimismo provoca errores al calcular las distancias mientras se conduce, reduciendo en
general el campo visual del conductor.
No olvidar que en algunos casos de intoxicación provocado por una fuga de gas de
alumbrado, podría no sentirse el típico olor a gas en el ambiente, ya que al atravesar
varias capas de estructuras el olor podría disiparse, sin embargo el monóxido de carbono
puede llegar a atravesar dichas estructuras, provocando la intoxicación.
Cuando se llega a inhalar el monóxido, este se
llega a combinar con la hemoglobina de la sangre, que básicamente se trata de un
componente que se encuentra unido al oxígeno, el cual finalmente es repartido por todo el
organismo. De este modo el monóxido tiene una capacidad de unirse a la hemoglobina
extremadamente mas fácil que con el propio oxígeno, produciendo el compuesto
carboxihemoglobina (COHb), que se sabe sabe resulta extremadamente más difícil de
separar que en el caso del compuesto que forma la hemoglobina con el oxígeno.
Ademas una vez que se llega a inhalar este gas, se llega a producir una hipoxia o
disminución del nivel de oxígeno en la sangre y tejidos, provocado por el deficiente
transporte del O2 al organismo. Es por eso que ante una exposición aguda a este gas, la
gravedad depende del tiempo de exposición, así como de la concentración de monóxido
inspirado, incluso podría verse influenciado a causa de un problema vascular.
Tratamiento
Lo primero que se debe hacer de manera inmediata es retirar a la victima del ambiente
saturado con el gas tóxico, para luego brindar un tratamiento que consiste en brindar el
soporte necesario de las funciones vitales, administrando al paciente oxígeno al 100%.
Una vez conocida la naturaleza toxica del monoxido de carbono (CO), se deberia tomar
ciertas medidas preventivas para evitar intoxicaciones, entre ellas se podria optar por
mantener todos los ambientes bien ventilados, en especial aquellos donde funcionan
braseros, calentadores de gas, o cualquier sistema que emita CO, asimismo se deberia
evitar a toda costa encender los motores de vehículos dentro de ambientes cerrados.