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Desechos tecnológicos

La chatarra electrónica o desechos electrónicos o basura tecnológica, corresponde a todos


aquellos productos eléctricos o electrónicos que han sido desechados o descartados, tales
como: ordenadores, teléfonos móviles, televisores y electrodomésticos. La chatarra
electrónica se caracteriza por su rápido crecimiento debido a la rápida obsolescencia que están
adquiriendo los dispositivos electrónicos y por la mayor demanda de estos en todo el mundo,
entre otros factores. La ONU calcula que se producen en torno 50 millones de toneladas de
esta clase de residuos al año.

Qué hacer con la basura tecnológica

Vertederos tecnológicos, Al día de hoy se sabe de la existencia de grandes vertederos donde


los países occidentales vierten su basura electrónica. El mayor vertedero del mundo de ese
tipo se encuentra en China, concretamente en la ciudad de Guiyu, información que el propio
gobierno chino ha confirmado. Se calcula que en esa ciudad trabajan 150.000 personas para
tratar la basura que llega, principalmente, de EE.UU., Canada, Japon y Corea del Sur.

Algunas posibles soluciones consisten en:

Incorporar el consumo responsable que incluya el reciclado de los equipos electrónicos.

Reducir la generación de desechos electrónicos a través de la compra responsable y el buen


mantenimiento.

Donar o vender los equipos electrónicos que todavía funcionen.

Donar equipos rotos o viejos a organizaciones que los reparan y reutilizan con fines sociales.

Reciclar los componentes que no puedan repararse. Hay empresas que acopian y reciclan estos
aparatos sin costo para los dueños de los equipos en desuso.

Promover la reducción de sustancias peligrosas que se usan en ciertos productos electrónicos


que se venden en cada país.

La responsabilidad extendida del productor en la cual luego de su uso por los consumidores el
propio productor se lleva el producto, esto los impulsa a mejorar los diseños para que sean
más sencillos de reciclar y reutilizar.

En algunos países se piensa en todo el ciclo de vida de un producto. Se multa a la gente que no
se comporta responsablemente luego de consumir. Incluso algunos productos tienen una tasa
destinada a resolver la exposición final de esos materiales.
Contaminación ambiental por el desecho de celulares

Estos pequeños aparatos (o no tan pequeños) se han vuelto imprescindibles para el día a día
de la mayoría de personas. Sus ventas han crecido sin parar y cada par de años, más o menos,
compramos uno nuevo, ya sea porque se nos rompen o estropean o simplemente porque los
desechamos para poseer otro más nuevo. La cara oculta de esta realidad es un gran impacto
sobre el medio ambiente y una ingente generación de residuos.

“Sólo en el proceso de fabricación ya se genera un gran impacto”, advierte Maite Hellín,


responsable de desarrollo de nuevos negocios de Back Market. “Para obtener las materias
primas necesarias para su fabricación, es necesario extraer recursos naturales, muchos de ellos
minerales, lo que tiene un impacto negativo en la naturaleza, se emite CO2 y se gastan
recursos como agua y energía. Uno solo smartphone requiere de 12 litros de agua limpia”,
señala Hellín.

Para producir un móvil de 80 gramos de peso se consumen 44,4 kilogramos de recursos


naturales. Teniendo esto en cuenta y, según cálculos de Certideal, en 50 años, una persona
que cambie cada dos años de móvil habrá gastado más de una tonelada de recursos para tener
dispositivos de última generación. A ello hay que sumar el consumo de energía y el transporte
de los materiales hasta las fábricas y el de los dispositivos ya terminados hasta los puntos de
venta.

Se produjeron 7.100 millones de teléfonos inteligentes desde 2007 hasta la actualidad.

En 2014, se estimó que los desechos electrónicos de los pequeños productos tecnológicos,
como los teléfonos inteligentes, fueron de 3 millones de toneladas métricas, según un estudio
de la Universidad de las Naciones Unidas. Se cree que menos del 16% de los desechos
electrónicos globales se reciclan. [3]

Desde 2007, se utilizaron aproximadamente 968 teravatios para fabricar teléfonos inteligentes,
casi el equivalente a un año de suministro de energía para India (973 TWh en 2014). [4]

Sólo dos de los trece modelos que fueron revisados por Greenpeace Estados Unidos como
parte de la investigación tenían baterías fácilmente reemplazables. Esto significa que los
consumidores se ven obligados a cambiar todo el dispositivo cuando la duración de la batería
disminuye. En los Estados Unidos, los teléfonos inteligentes se utilizan durante un promedio de
26 meses.

Se espera que en 2020 habrá 6,1 millones de personas con teléfonos celulares,
aproximadamente el 70% de la población mundial.

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