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RicardoJ.

Gómez
I

La dimensión valorativa
de las ciencias

Hacia una filosofia Política ' .

Universidad Nacional de Qpilmes

Rector
Mütiof. Loaw '

Viccrrcctor
AQateoltib
OHffi#,#
.,
Colección Filosoffa y ciencia
Dirigida por Pablo Lorenzano

Gómez, RicardoJ.
La dimensión valorativa de las ciencias: hacia una
filosoña política . - la ed. - Bernal: Universidad Nacional
de Quilmes,20l4.
232 p.; 23x15 cm. - (Filosofía y ciencia) Indice
ISBN 97&987-55&30+7

l. Filosofía de las Ciencias.


CDD 5OI

Agradecimientos... ,.,...11
Introducción. .....13
I. El positivismo lógico: contra la historia oficiat ... .17
El manifiesto del Círculo de Viena: optimismo epistemológico en
arasdefinespolíticos ..........19
Carnap: más allá de la existencia de reglas para
la aceptación yel rechazo de hipótesiscientíñcas. .,.....22
Carnap, el valor de la ciencia y la preserración de la objetiüdad cientíñca . . . .29
[,a versión carnapiana de la unidad de la ciencia . . . .30
Un aspecto crucial de la carga valorativa práctica de las ciencias . . . . . .32
Otto Neurati: la presencia ineludible de valores no cognitivos
y la incidencia de la política . . . .36
Justificación no reduccionista: la ineludibilidad de "motivos auxiliares'
@ Ricardo-]. Gómez, 2014 ydevaloresnocognitivos ......39
@ Universidad Nacional de
euilmes, 2014 L¿incidenciadeladimensiónpolíticaenlaciencia. ..,.....42
PhilippFrank:lav¿riedadderazonesparalaaceptacióndeteorías...,......45
Universidad Nacional de erilmes
Roque Sáená Peña 352
II. IGrl Poppen vocero má¡rimo de la neutralidad valorativa de las ciencias. . . . .49
(8187óBXD) Bernal, Provincia de Buenos Aires I

Rcpública fugentina
i laagendapopperiana. ....50
I
Falsaciónycorroboración:¿ausenciadevalorescontextuales? ...,...57
editorial.unq.edu.ar I El tercer mundo objetivo popperiano y la legitimación ontológica
editorial@unq.edu.ar I
delaciencialibrede lores. ....,.....61
La responsabilidad del científico y la presencia
ISBN: 978-987-558-304-7 .t I
de valores... en el contexto de aplicación . . . . . . ,64

Qreda hecho el depósito que marca l.u.ley ll.l23 I III. Thomas Kuhn: loa valores como con¡titutivo¡ de las cienci¡¡ . . . . .69
Impreso en Argentina ln atnrctura d¿ las mnluciorus cictttífuar. tesis centrales innor¡adoras . . . . . . . ., . 69
I
I

i
DeCarnapaKuhn,¿sin pasarporPopper? ....... -.76 Neutralidad, imparcialidad yautonomía . '. " " " '167
..,.....78 l.osv¿loresen laciencia " ' " " "170
Juiciosdevaloryelecciónde teoría
El r¡¿lor de las estrategi¡rs y su carga valorativa rio cognitiva , . . " " '172

w. Imre L¡k¡tos: racionalidad y ciencia übre de valores en aras En torno de la deseabilidad y la conveniencia del ideal de
delaobjetiüdad..... .........83 libertady¿loratiy¿, ....; " " "180
I.af¡losofiadelacienciasinlahis¡oriadelacienciaesvacía ........'87
)CI. Más allá del lysenkoísmo
V. P¡r¡l Feyenbend: anarquismo epistemológico para defender Lyrsenko:lastemáticasylosobjetivosdesusinvesúga.r.r...:.....:..'.':.'l:;
¡lasociedrddelaciencia. .....93 I as investigaciones en la fisiología del desarrollo de plantas " " " " 186
Anarquismoepistemológico..... ... '.....93 Biologíayfilosofiade lasciencias " " " ' "190
Proliferacionismo... ......96 El ataque a la genética. " " " " " 195
Contrainductiüsmo. . ... ..9? Lysenko al poder: ¿y la genética? " " " " '202
Ot¡servacióne interpretacionesnaturales .. '..... -.97 Verdadydistorsión " " "204
Progresocualitativoeinconmensur¿bilidad .., '.. -100
..........104 XIII.¿Porqué'política"?... '. ...:... " " " " "2f 1
¿Despedidaalarazón?.
Filosofia política de las ciencias y responsabilidad social ' ' ' '211
¿Cómo defender a la sociedad de la ciencia?. . . . . . .105
Laconquistade laabundancia..... ..... '106 El ideal de la neutralidad valor¿tiva ¿es valorativamente neutro? ' ' ' -220
¿Yahoraqué?.. """"'221
VI.C¡rlG.Hempel:unmoderadollarnadoalasensatez. ......'...f09 :

Referenciasbibliográñcas. """'.' """225


VII. L,rr¡y kudan: ciencias y valores cognitivos .... . . ll3
[,a actividad cientíñca como solución de problemas conceptuales I

y empíricos .u3 I

Acerca de cómo llegar a acuerdos sobre hechos, métodos y objetivos. .' . . . . .u7 I
t

üII.Phtüpl$tcher:cienciasyvatoresético-pollticos .......123
[-ascienciascomomap:x¡. ..... '..125
El mito de la pureza. . . . . .127

¿Investigaciónsin restricciones?.... ......128


Ia organización bien ordenada de la investigación cientíñca . . . . . . .129
Iasresponsabilidadesdeloscientíficos..... .,....f3I
XlLCiencias,valoresyobjetividad.... ....f35
Valoresyobjetiüdad .....f39
Elcolapsodeladicotomíahecho,/valor...... .....f43
)LLadimensiónéticadelasprácticascientíficas ..........f49
Problemaséticosinvolucr¿dosenlainvestigacióncientífica ..'.....149
Megaprincipio y principios básicos que deben regii la ética
delainvestigacióncientíñca. .. ' '.....153
Economía y ética: un megacaso de la imbricación hecho/valor .... .158
I

Iü. Una reqruesta crítica a rma suül defer¡sa de la ciencia libr,e de valores . . .163
El rol constitutivo de los valores de la agencia humana . . . . .163 I

tsl
I
I
Agradecimientos

A los colegas y amigos que asistieron a los seminarios de ñlosoffa de las


ciencias y la tecnología dictados en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires. Muy especialmente a Carlos Agaya, Alfredo
Améndola, Celia Baldatti, Carlos Diéguez, SoniaDurán,Juan Carlos Gómez
Fulao, Teresa Guiber y Adriana Stagnaro.
Mi gratitud para Pablo Lorenzano tanto por su interés en que publi-
cara este estudio en la Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes,
.como por su magnífica, sensata y rigurosa revisión crítica del manuscrito.
Finalmente, mi may'or reconocimiento para Lola Proaño, cuya lectura
detallada del texto ha hecho posible una mejor versión final.

Ir rl
Introducción

La pregunta central de este libro es acerca de la presencia de valores en las


ciencias. La respuesta obvia parece ser positiva. En la elección de los pro.
blemas a resolver, los temas a investigar, los objetivos de la investigación,
los modos, lugares y circunstancias para sus aplicaciones, intervienen pre-
ferencias de todo tipo: políticas, sociales, económicas, en general contex-
tuales, es decir que varían según el lugar y el momento histórico.
Sin embargo, también se afirma que tal indudable presencia de valo-
res atenta contra las supuestas validez universal y objetividad del conoci-
miento cientíñco, dos creencias míticas cuasi-constitutivas del concePto
1

I
de ciencia. ¿Es pues el conocimiento científico universalmente válido? ¿Es
objetivo, en el sentido de que no depende de preferencias que varían de
l, contexto a contexto, y mucho meno§ de grupo de investigación a grupo
de investigación, y aún más de científ,tco a científico?
I
Para responder adecuadamente a dichas cuestiones es imprescindible
distinguir entre contextos en la actividad científica. Así, es esándar hoy
diferenciar entre contexto de descubrimiento, que involucra todas las acti-
vidades y procedimientos conducentes a hallar y proPoner nuevas hipó-
tesis; contexto de prosecución, en el que se Procede para establecer si es
1
pertinente y valioso continuar con una línea de investigación y desechar
ot¡as alternativas; el contexto de justificación, usualmente caracterizado
como compuesto por las razones Para acePtar o rechazar hipótesis y teo-
I

rías científicas; y el contexto de aplicación, constituido por todo aquello


l que tiene que ver con el uso práctico de una propuesta científrca en una
determinada área de la actiüdad humana.
i [,a respuesta estándar-ortodoxa, teniendo en cuenta dichos contextos,
es que h tiencia está cargada de valores de todo tipo en los contextos de

I [, s]

I
t4 La dimens¡ón valorativa de las ciencias
lntroducción rb

descubrimiento, prosecución y aplicación, y que se saha-retiene la univer- También sostendremos que tal carga valorativa no es meramente con-
salidad y la objetiüdad del conocimiento científico en el de justificación, tingente o eventual, y mucho menos es un caso eütable de "mala prácti-
pues se sostiene que en él la ciencia está libre de valores, o al menos de ca científica". Todo lo contrario, la práctica científica desmiüficada, real,
cierto tipo de valores. Esto significa que hay un método universal (único esrá preñada de valores de todo tipo en todo contexto, por necesidad y
y permanente en el espacio y en el tiempo) para contrastar hipótesis y por conveniencia.
teorías científicas, y establecer su aceptación. usualmente, estose hace Por necesidad porque, como ya lo pusieron de relieve los principales
mediante procedimientos mecánicos que requieren un número finito de miembros de la izquierda del Círculo de Viena (especialmente Carnap,
pasos y que, idealmente, toman la forma de algoritmos o fórmulas cuanti- Neurath y Frank), la buena lógica y la eüdencia empírica jamás bastan
ficables de decisión, capaces de decidir Ia aceptación o el rechazo de tales para decidir ¡Der s¿ si se debe aceptar o rechazar una hipótesis o teoría. por
teorías sobre la base de las mejores razones. A su vez, estas están exclusiva_ conveniencia, porque incluso alguno de dichos miembros enfatizó que
mente constituidas por la buena lógica y la conhable evidencia empírica. aceptar la presencia de valores permitiría a Ia ciencia proceder sin tapu-
Ahora bien, ¿la buena lógica y ra confiable eüdencia empírica .,o ,o., jos y engaño, al hacer explícito cuáles valores estaban siendo asumidos.
acaso valores? Por supuesto que lo son. son valores tales como la simplici-
¿Qué sucede entonces con la tan mentada objetiüdad?
dacl, la fertilidad predictiva, la consistencia, entre otros, que, como se verá, La respuesta a tal pregunta nos obligará a recurrir a versiones recien-
son indispensables para la decisión de aceptación o rechazo de hipótesis tes y renovadas de la objetividad científica, que permitirán mostrar que la
y teorías. intromisión de valores no epistémicos no atenta contra una auténtica y
Lo que sucede es que, en ras versiones ortodoxas del conocimiento defendible (no utópica) objetividad científica, sino que, por el contrario,
científico, dichos valores son distinguidos de manera t4iante de otro tipo esta solo es posible y alcanzable si se reconocen y explicitan tales valores.
de valores supuestámente externos al conocimiento científico mismo y Sin embargo, existe una objeción muy común a la presencia de valores
a
las actividades de justificación de sus hipótesis y teorías. se asume no cognitivos, cuando se pretende preservar la objetividad científica, que
una
así
distinción terminante entre lores cognitivos (como la adecuación empí- es necesario discutir. segrin la üeja tradición empirista dominante en la
rica, la consistencia, la simplicidad, etc.) y valores no cognitivos (socia- filosofía de las ciencias, los valores son subjetivos y los hechos, objetivos.
les, económicos, políticos, éticos), que, según se supone, son totalmente Esta dicotomía entre hechos (y por consiguienie juicios de hechos) y valo-
externos a la actiüdad científica propiamente dicha. De ahí que también res (yjuicios de valor) esrá hoy en crisis, por razones que discutiremos en
se distinga entre valores propios de la investigación (epistémicos¡ su momento. En cuanto a la capacidad de llegar a acuerdos unánimes y
y varo.
res externos a ella (no epistémicos), una distinción análoga definitivos, no hay diferencias entre losjuicios de hecho y los de valor, ya
y que se suele
utilizar como intercambiable con la anterior aunque no sea estrictamen- '.t que en ninguno de los dos casos es posible arribar a dicho acuerdo; ambos
te equivalente. son discutibles y el modo de llegar a acuerdos acerca de ellos siempre es
Ahora podemos precisar más claramente la primera pregunta provisional. No hay, por consiguiente, una diferencia radical entre ambos
-
I
centrar
de nuestro trabajo: ¿está la ciencia cargada de varores no colnitivos tipos dejuicios respecto de su objetiüdad.
en el
contexto dejustificación? o de manera anároga:
¿es la actiüáad científica En este sentido, mostraremos que todojuicio de hechos presuponejui-
libre de'alores no epistémicos e¡r el contextodejustificación? cios de valor, y viceversa (pragmatismo, Putnam). Se clebe hacer hincapié
La respuesta estándar a tales preguntas es que la ciencia en que es ineludible en los principios de toda teoría científica la presen-
está libre de
valores no epistémicos. La propuesta centml de este
libro es que, por el cia dejuicios de valor como presupuestos, lo cual rige para toda ciencia y
contrario, la ciencia está cargada de valores no gpistémicos, incluso no exclusilamente, como algunos sostienen, para las ciencias sociales, No
e de
valores éticos, en el conrexto de justificación.t hay, por lo tanto, una ciencia acerca de hechos libre de valores.

I Hay pues tres


dicotomias que se han usado para referirse a ra presencia
de rrarores
en
la investigación científica: cognitivoTno cognitivo, epistémico/no valentes o de si es adecuado seguirlas manteniendo, algo que para decidirlo requeriría de
epistémico e interno/
t*tr.tn3: cada auror riene preferencia por arluna de .itrr. eri, interminables disquisiciones especialmente semánticas, lo importante para nuesiro trab4io
los positiüstas rógicos frefie,
ren hablar de cog'itivo/no cognitivo, kuhn Iuele usar
epistémico/no epistémiá, _i,..r* e§ que su te§is central sostiene que en todo contexto de la investigación cientÍfica intervienen
que Lakatos habla de interno/externo. Más allá de ra
discusión de si son estrictamente equi- L

I
valores de ambos tipos en cada dicotomía.
I

.i
16 La dimensión valoraliva de las ciencias

Para defender tesis fuertes y de reciente Pertinencia entre los filósofos


de las ciencias, como las que Pretendemos sostener, es necesario conside-
rar la respuesta a las más fuertes y distinguidas tesis opuestas a aquellas. En
este caso, creemos que la más desarrollada y rigurosa defensa de la ciencia
libre de valores es la que hace Hugh Lacey en su libro Is kimu value Frec?
Para responder a ella usaremos, entre otros materiales, el ar§enal crítico
provi§to en los últimos años por la§ epistemólogas feministas, a la§ que
consideramos como una de las más fieles y sistemáticas defensoras de la
presencia de valores de todo tipo en la actiüdad cientíhca. El positiüsmo lógico: contra la historia oficial
Finalmente, echaremos una mirada retrospecti a todo lo sostenido en
este ensayo, desde el marco de las "prácticas científicas" (Kitcher), enfatizan-
do la presencia de valores no cognitivos en todos los comPonentes de dichas
prácticas. Ello permitirrí poner de relieve cómo nuestro modo de concebir
la presencia de valores en todo tipo de pnictica científica -que distingue
entre usos legítimos y espurios de valores en la actiüdad científica- hace
posible condenar las púcticas de la llamada ciencia nazi y de los grupos EI positiüsmo lógico es, en nuesEa oPinión, el inevitable punto de partida de
regidos normativamente por Lysenko como seudocientíficas y oPuestas a nuestro breve y esquemático peregrinaje histórico a través de la.filosoña
la racionalidad científica. de las ciencias del siglo xx. En contra de las interpretaciones tradiciona-
como corolario, resultaÉ evidente que la presencia de dichos valores no les del desarrollo histórico de la frlosofia de las ciencias, mostraremos que
atenta tampoco conÍa la racionalidad científica. Por el contrario, la enri- algunos de sus miembros más importantes reconocieron la insuñciencia
quece, pues pone en eüdencia la pertinencia y la operatividad de la razón de la eüdencia empírica para decidir la aceptación o el rechazo de hipó-
práctica en la actiüdad científica, y no la reduce a una mera racionalidad tesis y teorías científicas.
teóricodeductla y / o inductiva e instrumental- Es conveniente distinguir tres períodos en el desarrollo del positiüsmo

La razón humana presente en Ia§ ciencias es multidimensional y opera lógico: (l) el positiüsmo temPr¿no, de 1907 a 1912, (2) el positivismo del
desde el establecimiento de los fines de la actiüdad científica hasta las deci- Círculo de Viena, de 1924 a 1934, y (3) el positivismo de Ia égida o el des-
siones acerca de la aceptación y el rechazo de hipótesis y teorÍas. [,a pre- bande, desde 1934 hasta el fallecimiento de sus distintos miembros. Pero
sencia de valores no cognitivos y el retorno de la razón práctica §on las dos en todas estas etaPas, desde su comienzo, la postura de sus principales
caras de una misma realidad: la del mod,us opnaúi de los seres humanos miembros desmiente la historia oñcial.
al hacer ciencia. La historia oficial describe a los positivistas lógicos como fuertes defen-
sores de las ciencias, de su supremo valor cognitivo, dado que asignan al
conocimiento científico un rol positivo inigualable en la pretensión de
conocer el mundo para operar en él; dicha historia sostiene que ellos
defienden la capacidad de este conocimiento Para promover el progreso
no solo tecnológico y económico sino también social, y remarca Ia sóli-
da formación científica de sus miembros, su conocimiento y admiración
por la lógica simbólica, que había tenido tremendos saltos cualitativos
en su desarrollo, sobre todo gracias al trabajo de Frege y al de Russell y
whitehead, con su ópera magna hincipia Mathematica ( I 9 r 0-l 9 I 3 ) . Dicha
i
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I

I
I
lógica era considerada como el instrumento más apropiado Para el análi-
§i§ conceptual del lenguaje de las ciencias y, por añadidura, como el len-
I
Í
;

guaje én el cual expresar la estructura de las teorías y sus sentencias. Por la


I
I
f
I

I
t. Irz]
I

I
r8 La dimensión valoraliva de las cienc¡as
El positivismo lógico: conlra la historia oficial rg

relevancia dada a la lógica en el análisis de la ciencia -sin precedentes en A lo largo de sus distintas etapas, se hará mrís y mrís eüdente que para
el positiüsmo- fue, en tal sentido, un nuevo positivismo (neopositivismo). los miembros del positivismo el filósofo está modelado sobre el ideal del
El neopositivismo temprano es el resultado de la reunión informal en científico. Más aún, para elucidar y legitimar todos sus aportes, modela-
Viena, a partir de 1907, de algunos filósofos de izquierda: Hans Hahn, Olga ron su filosofia de las ciencias a partir de una obra ejemplar: la de Albert
Hahn y Philipp Frank, entre los más importantes. Todos disponían de un Einstein. No hay duda de que la elección es irreprochable. Pero ¿para toda
enüdiable conocimiento científico y una sólida formación filosófica. Sus ins- ciencia? [a obüa respuesta positiva muestra otra discutible limitación: la
piradores filosóficos eran Hume, Kant y el neokantianismo, Mach y Russell. adscripción a un método único y universal para toda ciencia sea cual sea su
Hay rastros también en ellos del convencionalismo de Poincaré y de los dominio ontológico. Hay pues aquí, desde el comienzo, una primacía dis-
pragmatistas norteamericanos, Peirce, James y Dewey. Adoptaron su pos- cutible de un proyecto epistemológico-metodológico respecto de la onto.
tura empirista especialmente por influencia de Hume; de Mach aceptaron logía (algo que se a manifestar posteriormente en la postura instrumen-
una interpretación muy peculiar de las sensaciones y la indispensable refe- talist¿, casi uniforme, de los principales miembros del Círculo de Viena).
rencia de la ciencia a cantidades observ-ables, y tomaron de Russell sus apor- En 1912, y en especial por razones personales de los distintos miem-
tes de lógica simbólica. De la fusión de todos estos elementos se nutre el bros (por ejemplo, Olga Hahn tenía serios problemas de üsta), dejaron de
empirismo lógico que caracteriza a esta primera etapa del neopositiüsmo.l reunirse. El grupo no estaba institucionalizado como tal. Ello solo ocurrirá
Hasta aquí, no hay discrepancias con la historia oficial. Pero lo que tras el fin de la primera hecatombe mundial (19f 419f 8).
esta siempre soslayó es que toda Ia postura, incluso la fuerte inclinación al La Primera Guerra Mundial había terminado con el imperio austro.
empirismo y la reverencial dependencia de la lógica, era parte de un pro. húngaro y sumido en el desastre económico a toda esa zona del mundo.
yecto político emancipadory funcional a é1. Subyace a ello una actitud más Se generalizó entre Ia población una actitud general de descreimiento y de
que positiva acerca de la funcionalidad de Ia ñlosofía para la consecución desaprobación respecto de la tecnología y de la ciencia, ya que se culpaba
de fines político-sociales emancipatorios. Ambas, la actitud empirista y la a ambas de haber hecho posible el gran desastre. Como consecuencia, se
prológica, debían ser parte nuclear de tal filosofia porque solo ellas eran produjo una vuelta a una posición romántica, de retorno a la naturaleza,
capaces de constituir una ñlosofía emancipadora; para ello, debía liberar- crítica de todo lo relacionado con el conocimiento científico; y esa visión
nos de la influencia y de la pertinencia de la metafisica, que era conside- pasó a formar el núcleo constitutivo del imaginario colectivo.
rada como alejada del mundo real de las conquistas científicas, políticas El positiüsmo lógicri, en su segunda fase, reaccionó contra esta actitud
y sociales, y que enm¿uicaraba, en su más que abstracta terminología, una romántica y de oposición a la ciencia. Alrededor de 1924, comienza a reu-
supuesta referencia al mundo cuando en verdad carecía de todo significa- nirse informalmente la mayoría de los que participaron en la primera fase,
do empírico. Es decir que su radical rechazo de la metafisica era un factor a los que se sumaron, entre otros, Moritz Schlick, Friedrich Waismann,
generador de todo el programa. Herbert Feigl, Otto Neurath y, más tardíamente, Rudolf Carnap.
Ahora bien, aquí ya se hacía presente una primera dificultad. L¿
supuesta ñdelidad de los miembros del positiüsmo, incluso los de esta
primera etapa, al conocimiento científico y su desarrollo histórico tenía El ma¡rifiesto del Círculo de Viena: optimismo
sus limitaciones, pues ellos no percibían que desde el fondo de la historia epistemológico en aras de fines políticos
la metafísica había estado relacionada de múltiples maneras con las cien-
cias. Desde el vamos, el positivismo lógico fue positiüsmo in extranis, pues En 1928 el grupo se institucionalizó oficialrhente como el.Círculo de Viena.
adoptaba una actitud reverencial hacia el conocimiento científico, que EIlo fue acompañado por un manifiesto titulado "[,a concepción científica
llegó a funcionar como modelo de todo tipo de conocimiento, incluso del del mundo", en el que se explicitaban los objetivos y las propuestas sobre
propio de la filosofía. el conocimiento científico. Los especialistas acerca del temasostienen que,
por lo allí propuesto, dicha declaración-manifiesto fue redactada princi-
I Para una clara
y rigurosa discusión de la
evolución del pensamiento de Rudolfcarnap,
palmente por Neurath y üsada por Carnap, alavez que se sabe con certe-
así como de los cambios en el desarrollo del positiüsmo lógico y sus relaciones con el ámbito za que Schlick, al menos, estaba en desacuerdo con el tono y con ciertes
más amplio de la filosofía del lenguaje, véase l,orenzano (201 la). partes del texto (Neurath y otros, 2002).

i
I
La dimeosión valorat¡va de las ciencias
El positivismo lógico: contra la histotia oficial 2r

'[,a concepción científ,rca del mundo" no tiene pérdida, especialmente posteriormente poi medio del óriterio empirista del significado, uno de los
para nuestro trabajo, pues en el maniñesto ya esrá claro el carácter último núcleos "trágicos" de las posturas del Círculo. En efecto, como discutire-
del proyecto positiüsta lógico, así como la postuftt sobre la no neutralidad mos más adelante, dicho criterio involucraba un extremismo epistemológi-
valorativa del conocimiento científico, Por lo que lo consideraremos con co que estaba condenado desde el principio al fracaso, algo que felizmente
cierto detalle sucedió y que fue reconocido por algunos de sus propios defensores; por
la propuesta inicial y central del proyecto es la de constituir la ciencia ejemplo, Carnap admitió que nunca había podido lograr una formulación
unificada. Es decir, una reunión comprehensiva de todas las ciencias que saúsfactoria de tal criterio de demarcación.
sea resultado del trab4io colectivo de los científicos, en donde el énfasis esté No resulta extraño, pues, que en el mismo manifiesto se distinga dico-
puesto en la unidad de acción y cuyo propósito último sea el de colaborar tómicamente entre lo signiñcativo y lo no significativo, y que se afirme que
para cambiar hacia un mundo mejor. [,a unidad de las ciencias en aras de el análisis lógico de conceptos y sentencias muesra que las oraciones del
la unidad de la acción tiene varios requisitos: unidad del lenguaje, lo que metafísico y del teólogo no dicen nada, que solo son expresiones de cier-
requiere la adopción de un simbolismo especial con ayuda de la nueva lógi- to sentimiento sobre la vida (la misma suerte han de correr las oraciones
ca, )r¿ que de ese modo dejan de importar las diferencias enue los lenguqies de la ética y de la poesía). Es que la concepción científica del mundo solo
coloquiales específicos de cada país o cultura en donde se realice y comu- reconoce oraciones de la experiencia sobre objetos de todo tipo y, como ya
nique la investigación científica; además, dichos lenguqjes lógicos, en tanto dijimos, oraciones analíticas de la lógica y de la matemática. Como corola-
aptos para la ciencia, tienen una estructura lógica común, que los miembros rio, y de acuerdo con el modo en que los miembros del círculo entendía¡
del Círculo deben explicitar y analizar adecuadamente, a lo que se suma la la metafisica y la filosofia kantiana, la concepción científica del mundo no
siempre defendida homogeneidad de procedimiento (almétodo científico). aceptaba ningún juicio sintético a Priori.
Esta estructura está formada por un lenguaje unificado en el que solo Por lo tanro, la filosofía entendida como concepción científica del
se aceptan enunciados analíticos (los de la lógica y la matemática) y enun- mundo se ocupa básicamente de problemas de fundamentación de las dis-
ciados sintéticos a posteriori (los de las demás ciencias, que son acePta- tintas ciencias: aritmética, fisica, geometría, biología, psicología y ciencias
dos solo luego de su chequeo empírico). Yel método que se debe utilizar sociales. Al circunscribirse a dicho estudio, "la concepción científica del
en la tarea filosóhca es el del análisis lógico de conceptos, lo que permiti- mundo se mantiene cercana a la üda contemPoránea" a la vez que aguar-
rá mostrar que los problemas filosóficos tradicionales se desenmascaran da "con esperanza la marcha de los acontecimientos por venir'! (Ñeurath
como seudoproblemas o, en algunos casos, son transformables en proble- y otros, 2002, p. f 23). (Tal oPtimismo sociopolítico fue hecho trizas por el
mas empíricos, o sea, sometibles aljuicio de la experiencia.2 advenimiento del nazismo.) El manifiesto presuPone, además, un extremo
Va de suyo que, por añadidura, no solo la metafisica sino también otras optimismo epistemológico, según el cual "todo es accesible al hombre" por
disciplinas cruciales de la filosofia, por ejemplo la ética, son denunciadas lo que "no hay enigmas insolubles". Mris que positiüsmo, esto Parece ser
como seudocognitivas, como no proveyendo tipo alguno de información "ilusionismo cientifi cista".3
acerca del mundo empírico. Esta actitud delimitadora entre conocimien-' Ahora bien, el manifiesto, que parece subrayar acuerdos fuertes y fun-
to auténtico del mundo y afirmaciones sin sentido a ser sacralizada damenrales entre los miembros del círculo, impide percibir que el círculo
de viena, y por ende el positiüsmo lógico, no constituyó un movimiento
2'Hemos caracterizado la concepción científica del mundo en lo fundamental mediante homogéneo. Hubo entre §us miembros diferencias importantes, no solo
dos rasgos. Primero, es cmpbista 1 positizüra hay solo conocimiento de la experiencia que se políticas sino también epistemológicas, lo que va a quedar en eüdencia
basa en lo dado inmediatamente. Con esto se establece la demarcación del contenido cientíñ- posteriormente cuando se consideren las posturas de Carnap y Neurath,
co legítimo. Segundo, la concepción científica det mundo ü distingue por la aplicación de un ambos miembros del ala izquierda del Círculo.
método determinado, a saber, el del anólkü logia. [a aspiración del trabajo científico r¿dica
en alcanzar el objetivo de la ciencia uniñcada por medio de la aplicación de ese análisis lógico
al material empírico' (Neuraü y otros,2002, p. ll5). El proyecto de una ciencia unificada
! Este optimismo es aún más eüdente en la última frase del manifiesto: "L..on..p.iór,
se materializó enla Encielopdia Intanacional fu la Cictcia Unificafu, en donde se publicaron
trabajos de las distintas disciplinas cientíñcas. [¿ Enciclopdiaapwntaba'a que se c'ompartieran cientÍfica del mundo sirve a la vida y la vida la acoge". Es, en verdad, una postura positiva
a nivel internacional los resultados nnto de la investigación científica como de la reflexión que excede el área epistemológica para abarcar tod¡s las formas de üda pública y privada,
epistemológica acerca de ellos. ya que se'afirma que dicha concepción científica del mundo las penetra profundamente.
La dimensión valoral¡va de las ciencias
El posilivismo lógico: contra la historia olicial 23

¿De dónde proüene pues la historia oficial distorsionadora de las tesis Dichas preguntas fueron, én particular, las siguientes: (l) ¿cuáles son
y puntos de üsta más relevantes del positiüsmo lógico? Básicamente, de la estructura y el contenido del conocimiento científico?, (2) ¿cuál es el
reducir su historia a la segunda etapa ya mencionada y dejar de lado u omi- criterio de demarcación entre ciencia y metafísica?, y (3) ¿cuál es el méto.
tir ex profeso todas las connotaciones políticas y sociales que aparecían ya do de la ciencia en el contexto de justificación?
desde los objetivos del proyecto mismo de la ciencia unificada, a Io que hay En el presente trabajo nos interesa casi exclusivamente la tercera, ya
que sumar el hecho de que lo que se transmitió sobre todo fueron los tra- que, por un lado, es la que permite explicitar el modo en que la postura
bajos de los positiüstas lógicos producidos durante Ia égida o tercera etapa, de Carnap desmiente la propia historia oficial relativa a ella y, por otro
luego de 1934. carnap, por ejemplo, fue contratado en los F-stados unidos, lado, es la que de manera más obüa e íntima se üncula con la presencia
en especial, gracias a la ayuda de charles Morris, quien le exigió que ense- de v¿lores en la actiüdad científica.
ñara e incluso publicara lo que producían intelectualmente pero dejara de Sin embargo, es conveniente hacer una breve referencia a la respuesta
lado los intereses políticos y sociales. Morris le sugirió a carnap que se dedi- de Carnap a las dos primeras preguntas. Toda teoría cientíñca (pregunta
case a temas como el de la probabilidad matemáticay su rol en las teorías l) es un sistema deductivo de hipótesis empíricas. Dichas hipótesis están
científicas, y también le manifestó el interés de que se continuara con el pro- compuest rs por términos lógicos -propios de la lógica y de la matemática-
yecto de la Encicloped.ia Intemati¡rnal d¿ la cisncin unifuada, pero con la condi- y descriptivos -los cuales pueden ser términos observacionales (que reñe-
ción de que se borrara Ia palabra "internacional" del título. ren a propiedades observables de entidades observables, como rojo, duro,
En esta tercera etapa se produce una total desporitización de la filoso. dulce, etc.) y teóricos, o no obsewacionales (como carga eléctrica, fuer-
fía neopositivista. Y con ello, como mostraremos, se empobrece y distor- za, precio, estatus, etc.)-. Aquí se plantean varias dificultades, tales como
siona la posición auténtica de carnap, incluso en cuestiones estrictamente la de una caracterización conüncente de los términos obserrracionales, la
internas a la filosofía de las ciencias como la de lajustificación de la acep de la interpretación de los enunciados que contienen términos teóricos a
tación o del rechazo de hipótesis y teorías científicas, que llevan a carnap partir de enunciados observacionales, etcétera. A su vez (pregunta 2), lo
a la formulación de la lógica inductiva, a cuestiones de sintaxis y semánti- que distingue a la ciencia de la metafisica es que los enunciados científicos
ca de los lenguajes cientíñcos, a tem:rs técnicos como la fundamentación son empíricamente significativos. El problema aquí es quejamás se logró
del cálculo de probabilidades, ercétera. una versión aceptable de tal criterio que no fuera ni demasiado amplia ni
La historia oficial es, pues, la historia escrita por los esbirros de tal des- demasiado estrecha; las versiones sucesivas de significatiüdad empírica,
politización, materializada especialmente en los libros de texto y de divul- igualándola a verif¡cabilidad, a falsabilidad y a confirmabilidad, fracasa-
gación sobre la filosofía del positivismo lógico, al que se suele entender ron. Carnap mismo abandonó {inalmente la empresa.4
como apolítico, solo interesado en cuestiones abstractas lógico.matemáti-
cas, totalmente indiferente al marco histórico y político de la producción aVéase Hempel (1959, pp. 10&164). En verdad, ya cn el manifiesto del Círculo de Viena
científicay a la posible incidencia de los resurtados de dicha producción en hay asumidas tres dicotomías fundacionales de la postura de los miembros del Cfrculo: (l)
el contexto correspondiente. Nada más alejado de la verdad, como mos- la dicotomía cognitivo/no cognitivo, (2) la clara demarcación entre enunciados analítico¡
y sintéticos, y (3) la dicotomía entre hecho y valor, o más claramente entre juicioc de hecho y
traremos mediante el examen de las posturas de carnap y Neurath acer- juicios de valor. En relación con la primera, el trabajo crítico mencionado de Hempel es el
ca de lajustificación de la aceptación o del rechazo de hipótesis y teorías que muestra las dificultades de cada uno de los intentos de dar una versión adecuada del
científicas. criterio de significado cognitiro. Por ejemplo, cuando la signilicatividad emplrica es identi
ficada con la veriñcabilidad empírica (un enunciado S es empíricamente signiñcativo si es
deducible de un número finito de enunciados de obsewación), Hempcl concluye quc este
criterio fracasa en demarcar la ciencia de la metaffsica, como ere su propísito, porque es
Carnap: más allá de la existencia de reglas para demasiado estrecho -las leyes científicas, al no cumplir con él (por no ser deducibles de un
la aceptación y el rechazo de hipótesis iientíficas número cualquiera finito de enunciados de obserwación), quedarían fuera de la ciencia por
no ser empíricamente significativas- y demasiado amplio, porque como p o q'es deducible
lógicamente de p, entonces del enunciado de obserrr¿ción ¡esta manzána es roja'se deduce
El positiüsmo lógico, especiahnente a rravés de la obra de Carnap, fijó la "esta manzana es roja o lo Absoluto es perfecto", lo que harfa a esta sentencia empfricamente
agenda para la filosoffa de las ciencias del siglo xx. o'sea, estabieció las significativa y, por ende, susceptible de pertenecer a la ciencia, algo inaceptable para los
miembros del Círculo que abjuraban de la presencia de todo enunciado metalisico en la
preguntas fundamentales y las respuestas b¿ísicas ortodoxas a ellas. ciencia, l,a distinción tajante entre enunciados analíticos (cuya verdad es aceptada mediante
24 La dimensión valoraliva de las ciencias El positivismo lógico: contra la historia oficial 2b

La discusión acerca de la tercera pregunta de la agenda del Círculo de premisas no aPoyan en absoluto a la conclusión' o sea, en los que es posible
Viena requiere sintetizar las propuestas hechas por Carnap en su monu- que las premisas sean verdaderas y la conclusión, falsa. Pero enúe apoyo
mental lqical Fmmdations of Mability ([1950] 1962). Carnap responde total y ningún apoyo, existe el caso de "algún apoyo". Elte e¡ el caso de
que el método parajustificar la aceptación o el rechazo de hipótesis requie- lo que Carnap llama argumentos inductivó§. En ellos las prémisas apoyan
re de una lógica inductiva (de la presencia de argurnentos inductivos regi- parcialmente a la conclusión. Entonces, argumentos inductivos son aque-
dos por pautas lógicas sistematizables en lo que él llamó "lógica inductira"). llos en los que la conclusión es a lo sumo probable de acuerdo con sus Pre-
Es necesario, por lo tanto, reconstruir las propuestas de Carnap al rer misas. Utilizando el concepto matemático de probabilidad condicional,
pecto, aclarando la terminología básica, para luego referirnos a las tesis puede afirmarse que en los argumentos deductivos válidos, hob(C/ Ps) =
fundamentales. l, en los inválidos, hob(C/ Ps) = 0, y en los inductivos,0 < M(C/ Ps) < 1'
Nos parece adecuado comenzar examinando el modo en que Carnap Una de las contribuciones importantes de Carnap e§ haber establecido
.
entiende el proceso de contrastación empírica de las hipótesis y teorías el tipo de probabilidad involucrada al afirmarse que el grado de confirma-
cientÍficas. Dicha contrastación es el primer paso imprescindible en la ción de una hipótesis por parre de la eüdencia empírica es la probabili-
tarea de aceptación o rechazo. En la contrastación de una hipótesis I/se dad de que dicha hipótesis sea verdadera. carnap señala que el concepto
deducen enunciados en el sistema deductivo al que pertenece H, hasta de probabilidad ha sido usado en dos sentidos en relación con la cien-
arribar a los enunciados observacionales. Dichos enunciados obsery-¿cio. cia: como probabilidad estadí§tica y como probabilidad lógica o inducti-
nales Q, O2,..., Ordeducidos de .EI, constituyen la eüdencia empírica de va. La probabilidad estadística está relacionada con la frecuencia relativa
fL Si todos ellos son ver{adencs, no podemoe afi¡"mar Que If ea verdade- en Unaserté'frhifa de aq6flt€cimiento§,,9:más pfecisarnente, conlal,lími- ¡'" 1''r' '
ra; ello implicaría cometer la falacia de la afirmación del consecuente (si te de frecuencias relativas en una serie sin fin de eventos (Relchenbach'
á, entonces B,y B, en consecuencia A). Solo podremos afirmar, siempre von Mises). Esre es el concepto de probabilidad usado en la investiga-
y en cualquier momento, que F/ha sido confirmada por dichos enuncia- ción meteorológica; por ejemplo, cuando se dice "la probabilidad de que
dos observacionales, o, lo que es lo mismo, por la evidencia empírica e. mañana llueva es del 67Vo" o cuando se afirma que "la probabilidad de
Ello conduce a la pregunta crucial: ¿Debe entonces aceptarse ¡l? Es que la droga sea efectiva para curar una enfermedad determinada es 0,72".
obvio que la respuesta es: "depende de cómo la evidencia empírica apoye Ambos ejemplos son enunciados en el lenguaje de una ciencia eipecífica y
a Il.Ya sabemos que nunca lo hace para concluir que es verdadera; pero, son establecidos como aceptables o no por la marcha de los hechos empí-
dependiendo de la mayor o menor eüdencia empírica y de su tipo, carnap ricos; ellos son en tal sentido sintéticos.
sugiere que ella hace más o menos probable que f/ sea verdadera. si es I.a probabilidad lógica (por primera vez ProPuesta porJohn Maynard
así, el argumento que tiene como premisa a la eüdencia empírica de r/, Keynes en su Tratado d¿ hobabilidnd) es concebida de tal modo que su§
y como conclusión a 11 (el argumento que resulta de tratar de establecer enunciados no son acerca del mundo sino acerca de la relación lógica entre
cómo dicha evidencia empírica apoya a r/), es un argumento inductivo. enunciados. Tal es el caso de los enunciados de probabilidad que resultan
Ello es así porque carnap, en Ia obra citada, divide a los argumentos en de establecer el grado de confirmación de una hipótesis por la evidencia
deductivos e inductivos. Los deductivos son válidos o inválidos. Los argu- empírica. Ellos involucran una relación lógica entre eyh. En el lenguaje de
mentos deductivos v:ílidos son aquellos en los que las premisas apoyan Carnap, tales enunciados de probabilidad lógica establecen una relación
toialmente a la conclusión, o sea que es imposible que las premisas sean determinar dicha'relación lógica
. de implicación parcial entfe e y h. Basta
verdaderas y la conclusión, falsa. Los inválidos son aquellos en los que las a partir del análisis lógico de e y h, para concluir el Valor de tal probabili-
aia. ns decir, que estos enunciados de probabilidad lógica son analíticos
cl mero análicis de rus términoc, sin nccc¡idad de recurrir at mundo empfrico para accp y se refieren a enunciados acerca del mundo y no directamente al mundo
tartoo).y rintéticoc (que rcquicren dc tal chequco con el mundo puo *.
fue y (pertenecen, pues; no al lenguaje objeto de la ciencia sino al metalengua-
riguc riendo tcm¡ de di¡cu¡ión crftica, cspcciimentc dcrde el trebqio aanco"".paaoa)
¿i ep¡nt "oos je en el que se habla acerca del lenguqje cientíñco)'
dogmer del empirlmo', en el ctal re mucrtra que la nocidn dc anal-iticided
o p"áiori"a. C,arnap agrega que es importantísimo establecer claramente una distin-
d: a" rignificado,, conccpto pam ct cuat, Egrin,epine, nL hay crttcrio
ll*"" lr§"1d{
atguno confi.blc. l¿ dicotomía .hecho,/valor, ción entre ambos tipos de probabilidad para evitar confusiones y usos ambi-
h¡ ¡ido rrcicntemente demotida porpumam,
tal aomo rholtraremos m& adclanrc. guos, cosa que §e agrava en muchas ocasiones porque ambos conceptos de
e6 La dimensión valorativa de las ciencias El posilivismo lógico: conlra la historia olicial 27

probabilidad son usados en el mismo contexto. El ejemplo de Camap al la hipótesis fuera verdadera de acuerdo con la eüdencia empírica dispo.
respecto es claro y conüncente. Supongamos el siguiente argumento: .El nible.s Tal valor numérico entre 0 y I establecía, según Carnap, el grado
807o de los hombres en Los Ángeles se afeita con afeitadora eléctrica.John en que la hipótesis Ílestaba confirmada por la eüdencia empírica e. De
üve en [,os Angeles. Luego,John se afeita con afeitadora eléctrica". L,a pri- ahí que Prob(Ille) = c, exprese que c es el grado de confirmación de II
mera premisa es un enunciado de probabilidad estadística, resultado de por la eüdencia empírica e.
una investigación empírica acerca de la conducta de los hombres en Los La historia oficial cree que Carnap sostiene que c basta para decidir si
Angeles. Pero, si nos preguntamos por cuál es la probabilidad de queJohn aceptar o rechazar IL Carnap los desmiente ya en su citada ópera magna,
se afeite con afeitadora eléctrica, de acuerdo con las premisas (o sea, con donde trata acerca de la inducción, la probabilidad y la conñrmación. Allí
la eüdencia empírica disponible) la conclusión es que dicha probabilidad afirma que "la selección de hipótesis [...] esuí determinada por distinlos
es también del 807o (o 0,8). El enunciado "l,a probabilidad de queJohn tipos de factores t...1. t a lógica inductiva representa sola¡¡wnt¿ los fadores
se afeite con afeitadora eléctrica es 0,8" es pues un enunciado de proba- lógicos, pero no aquellos de carácter práctico o metodológico' (Carnap,
bilidad lógica o inductiv-a y reñere a la relación lógica entre las premisas y 1962, p. 16l). Esos otros factores "no pueden ser evaluados numérica-
la conclusión, o sea, entre la eüdencia empírica acerca de los hábitos de mente" (i,bid., p. 219); y entre ellos, Carnap reconoce que hay algunos
los hombres en Los Ángeles y el lugar de residencia deJohn, por un lado, que son "puramente subjetivos" (r¿). Es importante recalcar que Carnap
y el enunciado-conclusión de qué usaJohn para afeitarse, por el otro. Es evita, hasta el límite de lo posible, el uso del término "valor", porque en
un enunciado "analítico porque no se requiere de investigación empíri- el empirismo y en relación con la ciencia ello implicaba la intromisión de
ca alguna para establecerlo. Expresa una relación lógica entre una sen- preferencias supuestamente subjetivas.
tencia que enuncia la evidencia y una sentencia que enuncia ra hipótesis" Pero, entonces, ante el reconocimiento explícito de Carnap de la pre-
(Carnap, 1995, p. 35). Todos los enunciados que establecen el grado de sencia de ingredientes subjetivos, cabe preguntarse por qué ello no consti-
confirmación de una hipótesis por la evidencia empírica son pues enun- tuye una amenaza a la objetiüdad de la ciencia. Lo que sucede es que, en
ciados de probabilidad lógica o inductirra, por lo que parecen requerir una opinión de Carnap, todos esos factores extra, incluso subjetivos, son abor-
eridencia empírica confiable, una formulación impecable de la hipótesis dables desde alguna disciplina científica. Así, por ejemplo, afirma que "la
y un riguroso cálculo lógico-inductivo. aplicación de la lógica inductiva a las decisiones prácticas [...] involucra
Para el c:iso de la contrastación empírica, Carnap había concluido que en adición a la metodología general de la inducción [...] consideraciones
los enunciados de observación apoyan a lo sumo parcialmente la hipótesis de naturaleza psitoligira (o sea, acerca de mediciones de preferencias y
(porque nunca se puede concluir su verdad a partir de ellos). por lo tanto, valuaciones) " (üid., p. 254).
los argumentos para determinar el apoyo que la eüdencia empírica otor- Esta presencia ineludible de ingredientes o factores extralógicos es evi-
ga a las hipótesis, algo clave para establecer su aceptación o rechazo, son dente ante el caso de selección de hipótesis con el mismo grado de confir-
inductivos. Ahora bien, si nos preguntamos cuándo dicho apoyo empírico mación. Una hipótesis acerca de una droga para Preservar la üda huma-
justifica aceptar o rechazar la hipótesis, transitamos ya en el área en que la na con un grado de conñrmación de 0,8 y una hipótesis acerca del envío
versión original de Carnap difiere de su historia of,rcial. de seres humanos con capacidad de sobreüda (y retorno) a Marte con
La historia oficial sostiene que Carnap propuso que la evidencia empí- un grado de confirmación de 0,8 no inclinan a los científicos a aceptar
.
rica y rigurosos argumentos inductivos permiten decidir racionalmente a ambas. Hay, como dice Carnap, factores adicionales-contextuales (hoy
(son razones suficientes para decidir) por la aceptación o el rechazo de rL diríamos, sistemas de valores) que inclinan en un caso a acePtar y en el
sin embargo, la lectura detallada de la obra de carnap nos muestra que
ello no es así. La buena evidencia empírica y aigumentos inductivos riguro
sos, incluso normados por la lógica inductiva propuesta por Carnap, son, 5 El cálculo cfectivo de talcs valores prÁabilísticos requería de lenguajes formalizados
al decir del mismo carnap, necesarios pero no suficientes para decidir si excesivamente simples, incapaces de formalizar los lenguajes científicos reales. Por ejemplo,
se acepta o rechaza una determinada hipótesis IL era necesario que en dichos lenguajcs hipersimples los predicados del lenguaje no tuvieren
Carnap suponía erróneamente que la lógica induitiva propuesta por relaciones lógicas. Por ejemplo, no podían pertenecer al mismo lenguqic predicados como
"coloreado" y "azul'. Esto hacía que la lógica inductiva fuera inaplicable a casos científicos
él permitía establecer numéricamente el valor de la probabilidad de que reBles.
r8 La dimens¡ón valorativa de las c¡encias El positivismo lógico: contra la h¡stor¡a ofic¡al 29

otro a rechazar la hipótesis. El mero valor numérico -o grado de confir- Carnap, el valor de [a ciencia y la preservación
mación- no decide per se. El cientíñco debe apelar, además de a la buena de la objetividad científica
lógica y a la confiable investigación empírica, a decisiones de su voluntad
("elementos volicionales", en su propia terminología) . Y dichas decisiones Carnap distingue entrejuicios absolutos yjuicios relativos de valor. En los
pueden ser abordadas y explicadas en función del conocimiento científico primeros no relatiü¿amos a nada ulterior o diferente, como cuando deci-
acerca de la voluntad humana. mos que algo es moralmente bueno; estos juicios carecen de significado
Por lo tanto, la presencia dejuicios de valor no conduce en última ins- cognitivo de acuerdo con el criterio empirista del significado. En losjuicios
tancia al subjetivismo, porque dichosjuicios son elucidados por una cierta relativos de valor, este es un predicado relativo a algo más, como en todo
teoría científica empírica: "los problemas aquí involucrados pertenecen a juicio instrumental de valor: por ejemplo, cuando decimos que un acto e§
una rama especial de la ciencia empírica: la psicología de las evaluaciones bueno porque es instrumental para alca¡zar cierto objetivo.
como parte de una teoría de la conducta humana" (id). Los juicios relativos de valor son enunciado§ emPíricos, mientras que
Más claramente: según Carnap no hay valores involucrados en la acep los juicios absolutos de valor carecen de contenido informativo y no son
tación o el rechazo de hipótesis no elucidables por una ciencia empírica. susceptibles de pertenecer a ciencia empírica alguna. Debe quedar claro:
Como corolario, la ética queda fuera de toda decisión racional acerca de son los juicios relativos de valor los únicos que intervienen en toda deci
decisiones para la aceptación o el rechazo de hipótesis científicas. Todo sión para aceptar o rechazar hipótesis. Ergo: en tanto son elucidables por
queda dentro del ámbito de la ciencia empírica, incluso las decisiones la investigación científica empírica, su objetiüdad no corre riesgo.
no basadas en algoritmos (otra vez, esta forma de cientifización de todo Otra vez, todo queda dentro de la investigación científica: no hay tribu-
es resultado de las dicotomías cognitivo/no cognitivo, hecho/valor y la nal o supramarco estrictamente epistemológico en el cual se pueda discu-
reducción de lo cognitivo y factual a lo científico). tir racionalmente Ia aceptación o el rechazo de hipótesis. No hay tribunal
En su respuesta a sus críticos, en el volumen editado por Paul Schilpp alguno más allá de la ciencia, con lo cual se reafirma la desaparición de
(Carnap, 1936a y 1963b), Carnap es aún más explícito acerca de esta cues- la epistemología como tribunal supracientífico. Además, los objetivos últi-
tión. Allí, distingue entre reglas de lógica inductiva y reglas de aceptación, mos a proseguir toda vez que se ProPonen juicios relativos de valor que-
y sostiene que'no es el objetivo propio de la lógica inductiva dar reglas de dan más allá de toda decisión en términos de lógica y eüdencia empírica.
aceptación" (Carnap, f963b, p. 972). Esto es así porque 'las reglas de acep Cabe preguntarse cuál es el rol de losjuicios absolutos de r'¿lor en el cone
tación [...] involucran factores no lógicos" (iüd,p.973). Más claro impo- cimiento científico. Hay al menos uno y fundamental. En su "Autobiografía
sible: la lógica y la eüdencia empírica no bastan para decidir la aceptación intelectual", Carnap (1963a) propone tres tesis principales acerca del valor
o el rechazo de hipótesis científicas. Pero también queda claro que no hay de la ciencia: (l) No hay autoridad superior, o sea, los seres humanos no
fundamentos últimos, no hay "un tercer tipo de conocimiento además del tienen protectores o enemigos sobrenaturales; (2) Los seres humanos son
conocimiento empírico y lógico" (ibid., p. 1000). El proceso de conrras- los únicos responsables por lo que §ucede, y (3) "la ciencia debe ser con-
tación empírica conducente a las decisiones de aceptación o rechazo de siderada como uno de los instrumentos más valiosos para mejorar la üda"
hipótesis científicas es un macroejemplo de ello. No en vano la filosofia, (üid, p.83).
de acuerdo con Carnap, no es nada más ni nada menos que'el análisis Al finat de su üda, Carnap parece cerrar todo su desarrollo intelectual
lógico del lenguaje de la ciencia". Pero esto es una exageración falsamente concibiendo ciencias de manera fiel y consistente con el Manifiesto de
a las
ultraoptimista del alcance de la lógica. Y, por supuesto, es un lamentable 1929 en defensa de un "humanismo cientíñco". Más precisamente: C;arnap
empobrecimiento de la ñlosofia. cree que la ciencia es valiosa para desarrollar e implementar una organi-
Hay atisbos de una filosofia no meramente reducida al análisis lógico zación social másjusta. Sin embargo, también reiteró que desarrollar todo
del discurso científico cuando Carnap habla explícitamente acerca dejui- ello es relativo, porque "el objetivo último [ . . .] es una forma de üda en la
cios de valor en su autobiografia intelectual. En ella se remarca que los cual el bienestar y desarrollo del indiüduo son valorados por sobre todo"
aparentesjuicios de valor involucrados en las decisiones para la aceptación (ü). Ese es.el rralor absoluto suPremor no relativo a nada ulterior. En
o el rechazo de hipótesis esán, en última instaniia, baiados en la investi- resumen: losjuicios absolutos de valor no intervienen en las decisiones de
gación científica empírica. Pero eso no es todo. aceptación o rechazo de hipótesis científicas; pero, la actividad científica
3o La dimensión valorativa de las ciencias
I
El positivismo lógico: contra la h¡stor¡a ofic¡al 3t

como un todo y nuestras decisiones en ella deben ser instrumentales para Hay una tesis central común a todos los positiüstas lógicos: los términos
alcanzar el valor supremo absoluto. teóricos jamás son definibles explícitamente a partir de términos obser-
No es necesario agregar que la historia oficial jamás mencionó ello vacionales (ello implicaría su eliminabilidad, cosa que no parece históri-
y, por ende, distorsionó el sentido último del proyecto positiüsta lógico camente factible, luego de más de dos mil años de ciencia occidental, ni
como un todo. Como siempre, tal ocultamiento distorsionador de toda tampoco epistemológicamente viable, pues, al decir de Carnap, significa-
una dimensión valorativa estuvo asentado en un enorme presupuesto: ría que los términos teóricos designan, en última instancia, propiedades
valorar, sea cuales sean las razones para ello, la negación-olvido de la exis- observables de objetos observables, lo que iría en contra de su definición
tencia de ingredientes valorativos en la actiüdad científica, en especial, de términos teóricos). En todos los casos, los términos teóricosjamás tie-
aunque no exclusivamente, la de sus obietivos últimos. nen significado completo, este es solo parcial e indefinidamente comple-
table. Por ejemplo, en el caso de introducir un término teórico por medio
de sentencias reductivas, se explicitan las condiciones de aplicación del
La versión carnapiana de la unidad de la ciencia uso de este, pero como puede tener distintas aplicaciones, potencialmente
sin fin, cada una con distintas condiciones, habría un número indefinido
Por supuesto, la versión de Carnap pretende ser funcional al manihesto de sentencias reductivas para cada término teórico. Además, en el caso de
del Círculo de Viena, pero para lograrlo utilizó distintos recursos lógicos. que se introduzcan los términos por medio de reglas de correspondencia,
Todos ellos, destinados a alcanzar la unidad de la ciencia, desembocaron existen para cada término un número indef¡nido de reglas de correspon-
siempre en una versión fisicalista, piramidal y reduccionista. Fisicalista, dencia con términos observacionales, por lo que el significado del térmi-
porque en sus versiones más reiteradas hay una base terminológica cons- I
no teórico es siempre abierto y nunca completo.T
tituida exclusivamente por predicados-cosa-observables (compuestos por Cada una de estas versiones tiene problemas específicos. Por ejemplo,
la intersección de los términos de la física y los términos observacionales en el caso de las sentencias reductivas, los términos teóricos operan como
I

del lenguaje común). La tesis reduccionista sostiene siempre que los tér- I si fueran términos disposicionales, es decir, expresando la disposición de
minos de toda disciplina científica son reducibles a los términos de dicha I
cierto objeto a actuar de determinadas maneras en determinadas situacio-
base fisicalista. Como resultado, las ciencias se disponen en una pirámide nes. Sin embargo, esto es inadecuado para abarcar el significado de una
con la física en su base, a la que le siguen la biología, la sociología, introdu- gran variedad de términos teóricos como, por ejemplo, "espacio-tiempo".
cidas cada una de ellas por reducción de su terminología a la de la ciencia Por otra parte, dicha versión permite introducir ciertos términos psi-
precedente hasta terminar en la física. Más precisamente, Carnap habla de I
cológicos, como "ira", mediante sentencias reductivas del tipo "Dada la
tres tipos de reduccionismo: terminológico, metodológico y de las leyes. situación Q (po. ejemplo Juan es golpeado') decimos que Juan está en
El reduccionismo terminológico consiste en la introducción de los tér- I estado de ira' ( Q si y solo siJuan enrojece, grita e insulta ( Q)". Variando
minos de una teoría determinada I, a partir de los términos de otra tec. Q y Q¿ obtendremos nuevos ingredientes del significado de 4 que nunca
ría l. Históricamente, Carnap intentó (luego de percatarse de la imposi- i queda completo porque siempre son concebibles y realizables nuevas
bilidad de introducir los términos deñnicionalmente) llerarlo a cabo en I
situaciones QV a¿.
tresversiones distintas: mediante cadenas de sentencias reductivas (1936), I
El inconveniente obüo de este enfoque es que los términos psicológi-
mediante la introducción de sistemas axiomáticos con algunos de los tér- cos son reducidos a términos refiriendo a conductas observ-¿bles por parte
minos hoy llamados 'teóricos" como primitivos, a partir de los cuales se
I
definen los términos hoy llamados "observ-4cionales" (1g38), y mediante enunciados de este tipo no habría maner¿ de derivar leyes empíricas acerca de obsenr¿bles
desde leye§ teóricas acerca de inobserv-¿bles' (Carnap, 1995, p. 235).
la introducción de reglas de correspondencia (1962).6 7 "El procedimiento
nunca tiene fin. Existe siempre la posibilidad de agregar nuevas
I
reglas, incrementando así la cantidad de interpretación especificada para los términos terí
I ricos; pero sea cual fuere el incremento, la interpretación nunca es final". Además, 'no hay
6
Un ejemplo de regla tle correspondencia es: "I.a temperatur¿ (medida por un termó modo de sabersi este es un proceso inñnito o si eventualmente tendní fin", aunque "la historia
metro y' en consecuencia, observ-¿ble [...]) de un g¿rs es proporcional a la energía cinética de la lisica no ha indicado aún si en algún momento devendní completo, pues hasta ahora
I
media de sus moléculas". Esta regla conecta un no observable en la teoría molecular, la ha consistido en una permanente adición de nuevas reglas de correspondencia y una modi-
energía cinética de las moléculas, con un obsevable, la temperatura del gas. si no existieran ficación continua de las interpretaciones de los términos teóricos" (Carnap, 1995, p. 258).
I

I
3? La dimensión valoratiya de las ciencias I
El positivismo lógico: contra la historia olicial 3g

I
de los agentes. Por lo tanto, términos como'superegoo o "inconsciente", y I
Por lo tanto, los científicos pueden elegir entre distintos marcos lin-
en general todos los términos del psicoanálisis freudiano, quedarían fuera güísticos. Luego, una vez adoptado determinado marco, podrán esta-
de la ciencia (como seudocientíficos), lo que vuelve la propuesta excesi- i
blecer cuáles expresiones son enunciables en él; qué entidades pueden
vamente estrecha, aunque fiel a su extremísimo criterio de demarcación. I asumirse como referentes en la teoría y en la investigación empírica y
Análogamente, lo mismo sucede en el caso de algunos términos de la eco- la contrastación empír'ica y decidir cuáles enunciados formulables en el
nomía, Ia sociología, etcétera. I
maico son aceptables o no en función de la evidencia empírica y los valo-
Otro resultado, que por distintas razones también va a enfatizar I
res pertinentes.
Neurath, es la naturalización de todas las ciencias, las cuales, a causa de Hay pues involucradas dos tipos de cuestiones: unas relativas a la elec-
I
la reducibilidad terminológica, deüenen acápites de las ciencias natura- ción del marco lingüístico (a las que Carnap denomina cuestiones extanas)
les, más específicamente de la fisica, lo cual también es muy discutible. Es I
y otras que se plantean dentro del marco, como, por ejemplo, cuáles sen-
notable que la postura anterior haya sido defendida por supuestos mar- I tencias de las enunciables dentro del marco son acePtables o no (a las
xistas, que parecerían haber olüdado la denuncia crítica que hizo Marx que Carnap llama cuestiona intemas\. Dado un marco lingüístico, afirma,
I
de la economía política ortodoxa capitalista de su época, !a cual, según "debemos distinguir entre dos cuestiones de existencia: primero, cuestio-
é1, cometía el gravísimo error de naturalizar las leyes de la economía (feti- I
nes acerca de la existencia de entidades de un nuevo tipo dmüo d'el tnarco
chizándola), como si tuüeran v¿lidez universal independientemente del a las que llamamos cuestiones intemas, y segundo, cuestiones acerca de la
I
modo de producción en el que operan. I
existencia o realidad d¿l sistanta d¿ rntidad¿s corno un todo,llamadas cuestiones
Carnap reconoce que Ia reducibilidad de las leyes, consistente en dedu- I *tema{ (Carnap, 1952, p.206).
cir los principios de una teoría a partir de los principios de otra, es algo I Ia aceptación de un marco lingüístico es externa a los procedimientos
aún no logrado; sin embargo, es optimista acerca de su posibilidad de rea- I usados para aceptar o rechazar enunciados dentro de dicho marco. Mientras
lización, porque supone que la reducibilidad terminológica es un paso I estas últimas son cuestiones decidibles internamente, usando los procedi-
imprescindible para ello. Tal posibilidad todavía no se ha actualizado, y mientos propios de la contrastación empírica y la lógica que opera en el
I
parece muy dificil que así suceda, más aún cuando se tienen en cuenta los marco, la elección del marco mismo no es una cuestión teórica, nos dice
inconvenientes señalados en mi crítica de la reducibilidad terminológica. i
Carnap (pues no es interna a la teoría formulable en el marco), sino prác-
I.a reducibilidad del mérodo consiste en la propuesta de un único méto-
I
tica. Esto se debe a que tiene que tomar en cuenta los objetivos por los
do en el contexto de justificación. Esta es la tesis que Carnap defendió I
que se adopta el marco, los propósitos de sus usos, las metas externas al
mejor y con más sofisticación técnica. Sin embargo, e independientemen- marco que se están tr¿tando de alcanzar con §u uso, etc. De ahí la afirma-
te de si tal método se reduce al método inductivo, la idea de ¿Imétodo ha i ción carnapiana de que se trata de una cuestión práclica. Así, Carnap afir-
sido reiteradamente puesta en crisis por los filósofos no estándar de la cien- ma que "la decisión de aceptar un determinado marco no es de naturaleza
cia, especialmente por Feyerabend, como en su momehto discutiremos. cognitiva [...]", y la "eficiencia, fertilidad y simplicidad del uso del marco
En síntesis: la gran piúmide que concretaba el proyecto de la unidad lingüístico pueden estar entre los factores decisivos" (Carnap, 199f, p. 87).
de la ciencia no parece tener la solidez que Carnap le atribuyó, aunque Por supuesto, tales valores presuponen a§Pectos cognitivos, pues debemos
solo fuera en principio. saber cómo concebir eficiencia, simplicidad' etcétera.
Carnap nunca caracterizó detalladamente el tipo de discurso externo
en el que se llevan a cabo las decisiones para cambiar o no de marco lin-
Un aspecto crucial de la carga valorativa. práctica de las ciencias güístico. Lo llamó "pragmáaca",y tal nombre se adecuaba a la caracteriza-
ción de la pragmática como el ámbito de la discusión de expresiones de un
I as teorías científicas pueden ser presentadas en distintos marcos lingüís- lenguaje, teniendo en cuenta a sus usuarios y las circunstancias de su uso.8
ticos: con distintas constantes y riables, reglas de formación de expresio-
nes bien formadas, así como con distintos principios y reglas de inferen-
s
Nótese cuán lejos está todo ello de la posición de Quine, para quien todas las cuestiones
cia. En cada caso, la elección permitiú decir ciertas c6sas, asumir ciertas
son internas; por lo tanto, la distinción misma entre cuestiones internas y externas carece de
entidades y no otras, etcétera. relevancia debido a la inexistencia de cuestiones meramente externas. C,omo Quine mismo
Z4 La dimensión valoraliva de las ciencias El positivismo lógico: conlra la historia olicial 3b

Debe quedar claro que la cuestión de adoptar un cierto marco lingüís- y los enunciados de observación" (ibid.,p.l54).s t ajustificación de tal meta-
tico es "práctica, no teórica; es la cuestión de si aceptar o no nuevas for- propuesta requiere apelar avalores no cognitivos. En efecto, la metapropues-
mas lingüísticas. La aceptación no puede ser juzgada como verdadera o ta deja de lado: a) el contenido, b) los usuarios de las hipótesis, c) el tipo par-
falsa porque no es una aserción. Solo puede serjuzgada como siendo más ticular de mundo que se pretende defender, d) las tradiciones culturales y e)
o menos expeditiva, fructífera conducente al objetivo para el cual se pro- las Welta¡xcha,uungen Presupone así un cierto igualitarismo muy abarcativo.
pone el lenguaje" (Carnap, 1991, p.91). jwtiñca-
¿Cómo justificar esta metapropuesta? Roberts ProPone como
De acuerdo con Carnap, el proceso de elección entre marcos lingúísticos ción la siguiente pauta rectora: "Debemos adoptar la metapropuesta Positi-
puede, en principio, ser representado formalmente dentro de una teoría de üsta porque al hacerlo nos dirigimos, en un modo en que las alternativas dis-
la decisión o teoría dejuegos, pero los valores y las preferencias involucra- ponibles no lo hacen, a buscar, desarrollary defender (algunos de) nuestros
dos en las funciones de utilidad que intervienen en las interpretaciones de valores no cognitivos" (id,.). En el caso considerado, cierto tipo de igualita-
tales formalismos deben ineütablemente ser provistos desde fuera por aque- rismo, el cual tiene todas las características de un valor cultural: algo que se
llos que hacen la elección. Entonces, siempre se requiere apelar a valores, considera r¡alioso en sí mismo. La teoría de la confirmación positivista corPo-
En tal elección, Carnap recomienda el mayor grado de libertad y, con- rizaría un ejemplo de lo que valoramos. Roberts concluye así que el positiüs
secuentemente, la mayor tolerancia para adoptar diversos marcos lingüís- mo lógico no está comprometido en absoluto con el ideal de la ciencia libre
ticos. Una vez elegido cierto marco lingüístico, la tolerancia desaparece; de v¿lores. [,a postura es interesante porque muestra contr¿ esa misma histo
allí deben seguirse férreamente las pautas internas del marco adoptado ria oficial que, incluso si la historia oficial fuera correcta, el positiüsmo lógico
para resolver las cuestiones internas a este. De ahí que Carnap termine su no estaría conminado a aceptar la tesis de la ciencia como libre de valores.
trabajo acerca del tema recomendando " sn cautelasos al hacer aserciones y trí- Sin embargo, nuestra propuesta va mís allá y es más fuerte: por una Parte, no
ticos al examina.rl.as, pno tolnant¿s m pamitirformas lingüistica^f (láld, p. 96). acepta que los positivistas propongan una teoía de la conñrmación que reco-
Pero, como ya hemos üsto, y en contra de la historia oficial, es inevi- miende apelar solo a la buena lógica para aceptar hipótesis, sino que por el
table la intervención de valores no cognitivos tanto en la adopción de los contrario muestra que ello no fue realmente así. Por otra Parte, no niega
marcos lingüísticos como en la adopción de determinadas hipótesis de la la funcionalidad de la propuesta positiüsta carnapiana re§Pecto de Ia con-
teoría formulada en el lenguaje de dicho marco. De otro modo, esos valo. secución de un valor cognitivo absoluto último, pues, como mo§tramos,
res intervienen tanto en las cuestiones internas como externas a los mar- Carnap refería la actiüdad científica a un último valor no cognitivo: la rea-
cos lingüísticos. lizabilidad de una forma de üda en la que el valor supremo sea el bienes-
[,a ciencia para Carnap, y en contra de la historia oficial, no está libre de tar y desarrollo del indiüduo.lo
valores. Por lo tanto, no necesitamos la ündicación del rol de los v¿lores no Neurath, como propondremos, estaría totalmente de acuerdo con
cognitivos que hace Roberts (2007), que propone que, incluso si la historia no§otro§.
oficial fuera cierta, el positiüsmo lógico estaría comprometido con la acepta-
ción de r¡alores no cognitivos. Precisamente, este autor sostiene que al propc I En verdad, Roberts se refiere al empirismo lógico, en general; por lo tanto, el positivismo
ner los positiüstas lógicos cierta máxima procedimental acerca de cómo con- lógico queda incluido en su propuesta.
hrmar hipótesis, ellos estaban necesariamente comprometidos con ciertos r0 En 1953, tres años después de pubticada la primera edición de bgical Foundations

r¡¿lores no cognitivos. Tal metapropuesta o máxima procedimental podría ol kobaülity de Camap, Richard Rudner propuso que el científico siempre necesita tomar
decisiones a fin de establecer si la eüdencia disponible es suficientemente fuerte Para aceptar
enunciarse así: "Búsquese desarrollar criterios para establecer en qué exten-
trna determinada hipótesis. Tal decisión "es una función de la im|o¡bncia, en el sentido ético
sión una hipótesis es apoyada por sus sentencias de obserr¡ación que estén estándar de cometer un error cuando aceptamos o rechazamos una hipótesis en discusión"
articuladas solo en términos de relaciones lógicas formales entre las hipótesis (Rudner, 1953, p. 2¡, Para ello tenemos que considerar las consecuencias de cometer un error
de acucrdo con nuestros estándares morates. Rudner parece tener a Carnap en mente cuando
I
alirma que "[a]hora, muchos empiristas que reflexionan sobre las consideraciones anteriores
lo reiteraba, tal distinción entre cuestiones internas y externÍs es reflejo especular de la I
esüin di acuerdo en que Ia aceptación o el rechazo de hipótesis involucrajuicios de r¡alor,
distinción entre enunciados analíticos y sintéticos, dicotomía que él también rechazaba. A -l I

I
pero son reacios a aceptar la conclusión [que el cientíñco qua científico hacejuicioc de valor]"
Carnap, en.cambio, Ie parecía que las cuestiones externas, especialmente tas concernientes I
(iiü, p. 3). Sin émbargo, Rudner reconoce que ahora ta ética está &¿¿ru, y finaliza afirmando
a la elección de marcos conceptuales, "pertenec[ían] a los problemas más importantes de la
qu" p"ra pr.r.*r la áb¡eti"idad los científicos "no deben cerrar sus ojos al hecho de que el
!

I
filosofia" (Carnap, 1963b, p.862). I
métodocüntífico requiere inúrízsaaanmt¿hacer decisiones en términosder¡alores' (üt¿' p.6)'
t

I
I

I
36 La dimensión valorativa de las ciencias El positivismo lógico: contra la historia oficial 3?

Otto Neurath: la presencia ineludible de valores Así, para Neurath, la predicción de un Proceso indiüdual concreto'no
no cognitivos y la incidencia de la poütica depende de un tipo determinado de leyes. Por ejemplo, si un bosque se
quemará en un determinado lugar depende del mal tiempo tanto como
L,a posición de Neurath acerca de la presencia de valores no cognitivos de si habr:í intervención humana o no. Esta intewención, sin embargo,
resulta eüdente en la relevancia que atribuye a la interrelación entre cien- solo puede ser predicha si uno conoce las leyes de la conducta humana.
cia unificada, enciclopedia y acción política. Esto es: bajo ciertas circunstancias debe ser posible conectar toda clase de
[,a tesis de la ciencia unificada era crucial por su funcionalidad para la leyes entre sí" (Neurath, f983, P.59).
acción política en aras de una humanidad mejor (el "humanismo cientíñco" Neurath señala, una y otra vez, que "hacer predicciones" es lo que toda
del proyecto del Círculo de Viena). La ciencia unificada era el instrumen- ciencia hace: "con Ia ayuda de enunciados de observación formulamos
to clave para la unidad de la acción, la cual a su vez requería de una comu- leyes [...] [as] que no han de serüstas propiamente como enunciados
nicación fluida que dependía de cierta unidad del lenguaje de la ciencia. sino como directivas para enconrar predicciones de cursos individuales
De acuerdo con la concepción de Neurath, la unificación de las cien- de hechos; estas predicciones pueden ser luego conrastadas mediante
cias es cotnprehensiaa, porque abarca a todas las ciencias que se relacionan más enunciados de observ¿ción" (ibid..,p.53). Esto no es nada más ni nada
entre sí sin necesidad de principio externo de unificación; dinámico,ples menos que una clarísima y apretada síntesis de la postura instrumentalista.
es siempre cambiante como resultado del trabajo colectivo y no fruto de Más importante aún es que, mediante tales predicciones, Neurath pre-
algún sujeto indiüdual; incompbta, debido a que funciona como meta y tende "crear una ciencia unificada que pueda servir Para cambiar con éxito
no como un conjunto acabado de enunciados de todas las ciencias orga- el mundo" (üid^, p. 42). Y ello incluía, imprescindiblemente, una completa
nizados en un sistema; pred,ictiaa, pues su frnalidad consiste básicamente socialización de la economía y la política. El conocimiento incompleto del
en anticipar hechos para alcanzar objetivos que deben ser en última ins- presente y del pasado generaba problemas para la elección no solo de teoría
tancia de acción translontadorq ratrictiaa, pues debe estar compuesta exclu- sino también de planes de acción. La propuesta de Neuraü es' en este sen-
sivamente de enunciados que pertenecen a la lógica y a la matemática o tido, revolucionaria, ya que la ciencia era para él "la gran tarea para cultivar
que son fisicalistas, y establecen relaciones espacio-temporales entre ítems conscientemente el futuro y lo posible" (Neuraü, 1973, p' 155)' Subyacía
espacio-temporales; y además exclusiaista, porque prescinde de los enuncia- a ello la creencia optimista de Neurath de que el éstado de las ciencias y
dos de distinta naturaleza a los antes citados, por ejemplo, los de la meta- la tecnología de entonces permitían elaborar un Plan económico üable.
fisica, a los que caracteriza como "aislados" por su incapacidad de formar Unificación de las ciencias y socialización de la economía eran para él dos
parte de las colecciones que constituyen la ciencia unificada. car¿s de la misma moneda.l2 Era necesaria pues la colaboración de todos
Se debe enfatizar que Neuraü creía que la lucha de la ciencia contra los científicos de todas las ciencias, unificados en su acción, para lo cual se
la metafisica significaba la lucha del proletariado contra la burguesía, esto requería una comunicación fluida, solo posible con un lenguaje unificado.
es, la lucha del proletariado era tanto una lucha contra la metafisica como Es importante recalcar que mientras Para carnaP la unidad del len-
en favor de la ciencia. Neurath estaba en busca, en realidad, de la inter- guaje requería esencialmente de "sistemas", tanto Para organizar deduc-
sección entre ciencia y política progresista.ll Además, la unificación de tivamente cada teoría científica como Para sistematizarlas entre sí arm&
las ciencias también es intrínsecamente tuccsaria porque para predecir nicamente en un gran sistema unificador deductivo organizado en forma
un enunciado determinado se requiere la utilización de leyes de distin- piramidal, Neurath propone una imagen alternativa a tal unidad del len-
tas ciencias que oper¿n de modo conjunto, leyes que funcionan no como guaje: la imagen de la " enciclopedia" en lugar de la de "sistema"'
enunciados susceptibles de verdad o falsedad, sino como meras directivas La noción de "enciclopedia" proveía una imagen de lo que debía ser,
en concreto, la uniñcación de las ciencias. El proyecto de enciclopedia
propuesto por Neurath es fuertemente antirreduccionista. El lenguaje de

ll De manera cohercnte con esta posición, Neur¿th organizó congreso!¡ para promover
li¡ unificación dc las ciencias; el primero de ellos tuvo lugar en parir (septiémbre de lg35), ¡2Tal optimismo no decayó después. Neurath hablaba entonces de "orquesución" de las
que fue precedido por una conferencia preparatoria en Praga (fines de agosto de lg34). Btas ciencias enfatizando la necesidad de la cooperación de los cientíñcos Para lograr la unidad
reuniones lanzaron el moümienro internacional por la unidad de la ciencia. de acción.
38 La dimensión valorativa de las ciencias I El positiv¡smo lógico: contra la historia oficial 39

la enciclopedia incluye los lenguajes de las ciencias, que no constituyen combinar términos vagos del lenguaje común y términos del lenguaje
colecciones de enunciados relacionados de modo piramidal sino transver- científico avanzado.
sal, y en los que aparecen enunciados protocolares mediante los cuales se Nunca hay sistematizzción única, global, completa, final; solo hay siste-
contrastan empíricamente los demás enunciados no protocolares. Todos matizaciones que siempre son locales e incompletas y que tratanín de ser
ellos son falibles y reemplazables, como se explicará posteriormente. coherentes entre sí, en una dinámica de cambio continuo y sin término.
El lenguaje de toda enciclopedia es no formal y se expresa en una ter- En verdad, Neurath utilizó el concepto de enciclopedia para oponerse a
minología espacio-temporal, lo que lo hace, al decir de Neurath, fisicalista. la idea de El Sist¿na,lo que lo diferencia rotundamente de otros positivis-
Puesto que incluye enunciados de protocolo, en donde debe haber, inelu- tas lógicos y de la mayoría de los empiristas del siglo xx.l3
diblemente, el nombre de una persona y términos de percepción (.per-
cibir", "ver"), dicho lenguaje contiene expresiones imprecisas y vagas no
eliminables. Los enunciados protocolares sqn enunciados factuales con la
Justiñcación no reduccionista: la ineludibilidad de
misma forma lingüística que otros enunciados factuales, aunque en ellos
'motivos auxiliares'y de valores no cognitivos
siempre aparece varias veces un nombre personal en una conexión defini-
da con otros términos. Un enunciaclo protocolar puede, por ejemplo; ser Debemos preguntarnos ahora acerca de cómo proceder no solo para la
formulado así: "Enunciado protocolar de Otto a las 3.17: [El pensamiento aceptación o el rechazo de hipótesis sino también de enciclopedias.
expresado en el habla de otto a las 3.16 era (a las 3.15 había una mesa en Neurath repite una y otra vez que la complejidad de lajustiñcación en
la habitación percibida por Otto)1" (Neurath, 1983, p.95). ciencia no es reducible al merojuego lógico entre enunciados, o a PurÍu¡
Todo enunciado fisicalista y toda ley, así como todo enunciado proto- restricciones de base empírica (sensorial, fenoménica). Todo, las reglas
colar, puede cambiar. Luego, "no hay enunciaclos protocolares primitivos" del lenguaje y la adopción de enunciados, protocolares o no, es resulta-
(ibid., p.96) . Todo es susceptible de reüsión, siempre desde dentro de las do de decisiones convencionales. No existen proposiciones definitivas y,
i
ciencias. No hay primitivos, en el sentido de que son distintos de los enun- por consiguiente, no hay roca o fundamento firme sobre el cual puedan
ciados de observación de carnap, los cuales funcionaban como tribunal I
erigirse las teorías cientíñcas, ni existe instancia básica alguna que dirima
no cambiable de otros enunciados. I
la rivalidad entre hipótesis. Nada es inmune a la reüsión. Pero, por otra
I
Los enunciados protocolares, según Neurath, evitan la oposición I parte, y muy especialmente, no hay tal reducibilidad al merojuego lógico
Yo-mundo, que siempre presupone una oposición metafísica. Esto es con- I
entre enunciados porque lajustificación de la adopción o el rechazo de
l
sistente con la muy particular postura de Neurath según la cual los enun- I
enunciados científicos siempre requiere de ingredientes prácticovolicio'
ciados cientínicos siempre se contrastan (comparan) solo con otros enun- I nales a los que Neuraü llama "motivos auxiliares".
ciados' En el caso de Neurath, los enunciados científicos se comparan con Aunque Neurath no los llame así, hay al menos tres instancias donde
I
los enunciados protocolares que, según afirma, tienen la ventaja de poseer su convencionalismo permite entender la incidencia de valores no episté-
mayor estabilidad. Por e.iemplo, "[e]l enunciado: ,En el siglo xvr la gente micos involucrados en los motivos auxiliares. La expresión misma indica la
veía espadas ardientes en el cielo' puede ser retenido, mientras que el incidencia ineludible de algo no lógico-empírico (no eüdencia empírica
enunciado 'Había espadas ardientes en el cielo' tendría que ser abando- I más buena lógica), de algo que requiere la intervención de una decisión
nado" (ibid., p. 129).
A pesar de la presencia ineludible de expresiones vagas e imprecisas, I

según Neurath, pueden construirse localmente zonas parciales de len- I


l! El concepto de enciclopedia no debe confundirse con el que usa Neurath cuando habla
guaje exacto y transparente, aunque este nunca cubra la totalidad del I del proyccto de I a bwiclopdb Intemmio¡al fu b Cicncia Uniflcda que no es nada más que una
publicación enciclopédica "destinada a scrvir como comple mento a las enciclopedias exi¡tentes'
lenguaje científico. De acuerdo con Neurath, el lenguaje científico luce
(Neurath,1983, p.139). Neurath agreg.aque "mientrasque otrasenciclopediasdan unasíntesic
como una "jerga universal", que es irreducible a todo lenguaje transpa_ t retrospectiva, este nuevo trabajo mostrará sobre todo qué nuoas maneras y direcciones tc not
rente y preciso y, sin embargo, es distinta del lenguaje corriente porque abren, adónde conducen los problemas, y dónde, desde la perspectiva de una ciencia unili-
contiene términos precisos ausentes en el lenguaje'cotidiano. De ahí cada, pueden descubrir¡e nuevas posibilidades' (iáü1, P. 140). Sw primeros dos r¡olúmenes
t fueron planeadot para su publicación en 1938 y 1939, y consistieron de vcinte monografias
la presencia en tal jerga universal de "aglomeraciones" que resultan de reunidas bajo el títttlo Fu¡danc¡ttos d¿ b U¡iM d¿ l4 Cbncio-

l
,l

I
40 La dimensión valoraiiva de las ciencias El positivismo lógico: contra la historia oficial 4r

de la voluntad. Neurath jamás desarrolló una teoría sistemática de los reemplazo de la decisión páctica de la ciencia [. . .] se cree posible median-
motivos auxiliares. Ellos forman parte de nuestra conducta, y es Por eso te el cálculo de la lógica de la ciencia" (Neurath, 1983, p. 136). Neurath
que la teoría que él llama "behaüorista" [conductista] es la disciplina que se opone a la idea de una racionalidad mera y completamente teórica y,
incluye estos motivos (estudiarlos más detalladamente involucra analizar mucho más, a una razón teórica reducida a logicalidad. La necesidad de
con más precisión cierta forma de conducta). los motivos auxiliares en la investigación científica muestra claramente la
La primera instancia en donde es evidente la presencia de "motivos operatiüdad de una razón, para la decisión de la voluntad, en aras de lle-
auxiliares" es la recolección de datos para proponer la hipótesis que los var a cabo determinadas acciones.
abarque. Nunca los datos empíricos apuntan unívocamente a una determi- En la adopción de teorías puede suceder que estas tengan problemas
nada hipótesis; se necesita algo más: Neurath cita una variedad de posibles puntuales y, sin embargo, sea racional aceptarlas. Aquí el criterio parece
motivos auxiliares, desde "tirar los dados" hasta elegir "la más progresista" ser: si una teoría es útil para nuestra enciclopedia, en un determinado
y otras veces 'la m¿ís útil", pasando por "elegir la más simple'; obsérvese momento, entonces tal teoría es admisible. Por supuesto, "útil" es un con-
que, fuera de lo "simple" de una teoría como razón para la elección, todos cepto con una obüa dimensión práctica. EIlo es más indiscutible e impor-
los dem¿ís motivos involucran valores no epistémicos. tante en el caso de Neurath porque, para é1, tal utilidad esrá siempre rela-
El segundo caso es el de la célebre subdeterminación de hipótesis y cionada con la funcionalidad para mejorar la situación de la gente, y en su
teorías por los hechos. Aquí, otra vez, Neurath reconoce que no son sufi- proyecto más amplio, muchas veces para la transformación de la sociedad.
cientes ni la buena lógica más eüdencia empírica, ni lo que hoy llamamos Todo ello es consistente con el concepto de "quiebre". Se trata de un
valores estrictamente epistémicos, algo que enfatiza P. Frank. concepto realmente distintivo de la teoría de lajustificación de Neurath,
El tercer caso es la toma de decisión, al contrastar una hipótesis que por el cual estatuye, en abierta oposición a todo falsacionismo extremo
tiene problemas (porque hay enunciados protocolares que la contradicen) (incluido el del propio Popper), que "los resultados negativos pueden que-
y elegir entre abandonar la hipótesis en cuestión o salvarla haciendo-modi- brar la confianza respecto de una enciclopedia", pero no pueden reducirla
ficaciones a otra (s) hipótesis utilizada(s) para contrastar a dicha hipótesis "automáticamente a cero aplicando ciertas reglas" (ibid., p. 124).
(lo que hoy llamaríamos'hipótesis auxiliares", expresión que no hemos Parte de esa misma flexibilidad es la no imposición, por parte de
encontrado en la obra de Neurath). La decisión entre abandonarla o sal- Neurath, de un único método (¿Jmétodo) universal aplicable a todo con-
varla requiere apelar a motivos auxiliares. texto científico. Neurath niega la existencia de métodos generales de
F-s importantísimo remarcarque, en ninguno de los casos, Neurath excluye inducción y métodos generales de contrastación para las ciencias posi-
la posibilidad (y en el caso de hipótesis y teorías sociales, señala su importan- tivas, aunque hay métodos particulares, como la inducción misma, que
cia) de cerrar la pluralidad de motivos auxiliares utilizables y reducirlos solo a pueden ser útiles en marcos limitados. En consecuencia, por una Parte,
un motivo au-xiliar recomendable: mejorar la condición de la clase trabajado- no hay métodos algorítmicos que permitan articular "grados de confirma-
ra. Neuraü no propone que en todos los casos se use el mismo motivo at¡xi- ción" o "grados de verosimilitud", y, por otra parte, siempre puede poner-
liar, pero reconoce que hay casos en que uno de ellos debe ser el dominante. se en discusión la masa entera de enunciados y métodos. Otra vez, nada
Lo constante es que (l) no hay algoritmo o reglas para usar y/o elegir es inmune a la reüsión.
motivos auxiliares; (2) ellos van mucho más allá de la apelación exclusiva No hay pues nada prefijado, ni nada impuesto nofinativamente a las
a rr¿lores epistémicos: hay presencia de otros valores, entre los que sobre- ciencias mismas desde fuera. El científico es como un marinero que arre-
salen valores políticos; (3) no hay instancia supra o extracientífica desde gla su bote desde adentro -un bote que no tiene parte que no sea mejora-
la cual se norna a paura lajustificación de hipótesis o reorías, y (4) nada ble-, que hace las modificaciones pertinentes, si así conüene, sin nunca
de ello implica el abandono de prácticas racionales. poder llevar el bote a tierra para arreglarlo desde una plataforma firme,
Por el contrario, lo irr¿cional seúa, al decir de Neurath, negar la pre- desde una exterioridad no-bote.l4 Además, para Neurath, estamos todos
sencia de lo que ocurre fáctualmente: la ineludible apelación a motivos
auxiliares. La aséptica teoría de lajustiñcación que decide mediante buena
l{ Neurath utilizó la metáfora del bote desde el comienzo d. ,.-,. ...r¡,o. filosóñcos,
lógica y eüdencia empírica exclusivamente es, en sus flalabrzs, "seudorr¿-
alrededor de 1913, y la reiteró en al menos tres versiones distintas: la primera para reiterar
cional". En efecto: "el peligro de seudorracionalismo aparece cuando el su postuia antifundacional y antifilosófica, pues no da lugar ni a la existencia de discurso
42 La dimensión valoraliva de las ciencias El posilivismo lógico: conlra la hisloria olicial 43

en un mismo mundo; en él llevamos a cabo nuestrns acciones, las cuales, (l) Ciencia y política son dos ítems totalmente separados y no rienen
realizadas desde una perspectiva unificadora, con un lenguaje que facili- dependencia alguna entre sí.
te la comunicación y por lo tanto la cooperación, pueden devenir en un (2) t¿ ciencia es un instrumento neutral que debería servir a fines socia-
mundo unificado y socialmentejusto. Para lograrlo, no hay regla ni princi- les y políticos particulares para así contribuir a la construcción de un
pios prefijados, ni tampoco métodos definitivos; solo la cooperación, para nuevo modo de r¡ida.
lo cual, la explicitación clara de objetivos y motivos auxiliares, así como la (3) I-a ciencia es un instrumento que debe servir a fines sociales y políticos.
persuasión y la educación (cuya base debe ser una adecuada formación Los valores sociales asociados a dichos fines son exteriores a la ciencia
científica) son pertinentes y funcionales. Más aún, Neurath consideraba y no son susceptibles de juicio racional, pero las elecciones que ellos
que es innecesaria e inconveniente una teoría de la verdad como corres- generan a¡rdan a dar forma a la dirección y al contenido de la ciencia.
pondencia con una realidad que trascienda al lenguaje, porque tal con- (4) La ciencia, por sí misma, terminará con toda forma de tiranía. [,a ver-
cepto de verdad tiene connotaciones metafísicas y solo tiene sentido cuan- I dad nos hará libres.
do se lo entiende como consistencia entre el enunciado en cuestión y los (5) La ciencia es solo política, por otros medios (no tiene un estatus epis-
restantes enunciados con los que se opera. Y, principalmente, porque es temológico especial).
enmascarador del hecho de que lo que podemos lograr es aceptar buenas (6) Algunos valores políticos son conducentes a una mejor ciencia. La
razones a los enunciados (así como a las teorías y las enciclopedias), para ciencia y la lucha política se plleden apoyar mutuamente en ciertas
lo cual siempre se requerirá de decisiones irrevocables de la voluntad. ocasiones.
EIlo uo es nada más y nada menos que afirmar, a todo nivel, la impres- (7) Toda epistemología adecuada debe tomar en cuenta no solo las rela-
cindibilidad y la primacía de la razón práctica en toda actiüdad, incluida ciones entre la ciencia y sus éxitos empíricos, sino también los valo
la científica. res sociales, políticos y culturales que ejercen influencia sobre su
desarrollo.

La incidencia de la dimensión política en la ciencia Neurath no aceptaría, tal como esfán enunciadas, ninguna de las afirma-
ciones (l)-(7), aunque algunas de ellas se acercan más a su concepción.
Como hemos visto, hay una incidencia obüa de la dimensión política en [,a primera (l) es totalmente opuesta a su postura, §egún la cual hay
la.justiñcación de hipótesis, teorías y enciclopedias. En verdad, los pará- una fuerte relación entre ciencia y realidad política. Neurath no aceptaría
metros externos que constitr¡yen los motivos auxiliares tienen una dimen- (2) porque, según é1, la ciencia no es un instrumento neutral en absolu-
sión práctico-política -en el contexto de determinada polis- y son funcio- to: desde sus objetivos últimos (la felicidad, la realización de una sociedad
nales para la utilización progresista tanto de hipótesis como de teorías y justa) hasta la aceptación o rechazo de sus propuestas, la ciencia esá carga-
enciclopedias. Por ello, creemos couveniente ubicar la postura de Neurath da de una dimensión práctico-política. Acerca de (3), los valores políticos
con mayor precisión como parte de aquellas que sostienen una relación son, según Neurath, elucidables cientíñcamente; es decir, son susceptibles
importante entre ciencia y política. Entre las principales, mencionaremos dejuicio racional. En relación con (4) afirmaría que sin acción colectiva,
a las siguientes:15 sin cooperación más allá de la ciencia, no hay libertad; la ciencia por sí
sola, y mucho más aún la ciencia tal como la entienden los que deFrenden
(4), nos permitiría solo conocer la realidad (en el sentido pasivo del térmi-
no), pero no cambiarla. Nada m:ís alejado que (5) de laüsión de Neurath
algunojuzgador y validador fuera de las ciencias (de alií sus reiteradas alusiones a la inexis-
tencia de una teoría del conocimi€nto, además de a la inexistencia de la metañsica y la ética,
de la ciencia, pues esta tiene ¿J estatus que la hace única para lograr los
en el sentido filnsófico usual). L.a segunda versión fue en oposición al relatiüsmo nihilista objetivos humanos últimos. Por su parte, (6) es una versión muy débil de
spengleriano, y la tercera, para enfatizar la presencia imprescindible de sentencias imprecisas la relación entre ciencia y política; en verdad es triüal por la obviedad de
ineliminables en la ciencia {Baüunga), en la política y en toda teoría política no enmascara-
lo que afirma..No.se trata en especial del apoyo mutuo, sino de la inserción
dora, como por ejemplo la marxista. ,
l5 Estas sicte
alternativas para considerar la rclación entre ciencia y política esuín tomadas de la dimensión política en la actividad científica misma, tanto en sus obje-
de Okruhlik (2004, pp. 6t-62). tivos, cómo en la tarea crucial de aceptar o rechazar proPuesta§' Neurath
El positivismo lógico: contra la historia olicial 4b
44 La dimensión valorativa de las ciencias

aceptaría entusiastamente que algunos valores políticos conducen a una Philipp Frank la variedad de razones
mejor cienciay reforzaríala segunda afirmación de (6), la de que "la cien- para la aceptación de teorías
cia y la lucha política se pueden aPoyar mutuamente en cierta§ ocasiones"'
colocando "debe" en lugar de "puede", y "siempre" en lugar de "en ciertas según Frank, la buena lógica y la evidencia empírica no son suficientes
ocasiones". [,a postura (?) es la más cercana a la de Neurath, aunque él para la aceptación dr: teorías. Existe una variedad de razones para ello, y
prescindiría, por lo señalado en un acápite anterior, de la expresión "epis- todas involucran valores no cognitivos. La influencia de factores cont.ex-
temología", por considerarla vacua, y la reemplazaría por algo como "el tuales, filosóficos y morales, vinculados a la versión del mundo y de la üda
análisis crítico de las ciencias". dominante en determinado contexto, son lo§ que siempre aParecen como
Si recordamos ahora las versiones usuales del positiüsmo lógico que decisivos para Ia aceptación o el rechazo de teorías; y entre los más impor-
circulan en los libros de texto o de divulgación, se nos haría prácticamente tantes esrán la ideología política y la afiliación al sentido común'
imposible reconocer las propuestas sintetizadas de Neurath como propias Esto va en contra de la tradición oficial dominante entre científicos y
del neopositiüsmo tal como se lo suele describir- filósofos de la ciencia, que con§idera que la influencia de dichos factores
es ilegítima y, además, evitable por medio de una buena práctica metodo-
De otro modo, en contra de la historia oficial, Parece que:
lógica. Puede slrceder, so§tiene la tradición ortodoxa en filosofia de las
ciencias, pero no es ni necesaria ni recomendable. A todo ello se opone
la
(1) No hay una homogeneidad aglutinante entre las versiones del conoci-
miento científico por parte de los positivistas lógicos. Por ejemplo, parte propuesta de Frank.
de lo dicho acerca de Neurath no es extendible a Carnap. Es harto conocido que toda teoría está subdeterminada por los hechos

(2) No siempre el estudio del conocimiento científico es reducido a un empíricos. Ello significa que dichos hechos, por sí solos, no permiten ele-
la
mero análisis lógico del discurso científico. Neurath es un ejemplo para- gir ia teoría miis adecuada; y es Por ello que, a lo largo de la historia de
ciencia, se ha recurrido a adoptar la teoría más simple' Sin embargo' es
digmático de ello, como lo será Frank.
(3) Hay un rol innegociable at¡ibuido a la razón práctica que, en última ins- también más que conocido que existen insalvables dificultades Para carac-
tancia, tiene primacía sobre la razón teórica. La racionalidad científica terizar satisfactoriamente la noción de simplicidad'
no es reducida a mera logicalidad. Ahora bien, existe además otra dificultad. L,os dos criterios disponibles
(4) Los que llamaríamos valores no exclusivamente ePistémicosjuegan un hasta aquí-adecuación empírica y simplicidad- pueden entrar en conflicto,
papel importantísimo en la aceptación o el rechazo de hipótesis y con- como sucedió en celebérrimos casos históricos. Por ejemplo, suele afirmarse
que cuando copérnico propone su teoría heliocéntrica, esta em más
simple
juntos de ellas.
que la de Ptolomeo (se asumía que los planetas se movían de manera
circu-
(5) Enue dichos valores, cierto ideal político, consistente con el humanis-
lar alrededor del sol, y por tanto no era necesaria la complejidad ptolemaica
mo científico del manifiesto del Círculo de Viena, juega algunas veces
un rol decisivo y definitivo. de excéntricas y epicicios).16 Pero obviamente, en ese momento' la versión
(6) No hayfundamentos últimos de tipo alguno: todo es susceptible de reü- copernicana era menos adecuada desde el Punto de üsta empírico' Por-
sión y cambio, desde los datos, pasando por las hipótesis, hasta arribar que la capacidad predictiva acerca del movimiento de Marte' por ejemplo'
a losmétodos. era mucho menos satisfactoria que la de la versión Ptolemaica. copérnico
circu-
(7) No hay extraterritorialidad. Todo lo relativo a las ciencias se elucida suponía que Marte y todos los planetas, incluida la Tierr¿' se movían
Marte hacían que la
desde dentro de las ciencias. Ia aceptación o el rechazo de hipótesis, larmente; así, las diferencia§ con el movimiento real de
por ejemplo, requiere apelar a la dimenpión pragmática de la conduc- propuesta de Copérnico fuera empíricamente inaceptable'
'
ta humana (Carnap) o a una ciencia de la conducta humana llamada ioao..,o..*bió con las leyes de Kepler de fines del mismo siglo xvl'
behaviorista (Neurath), pero, en todos los casos, la investig"ación acerca Pero, si bien ahora la difrcultad empírica anterior desaparece' surgen
de ellas es empírica y científica.
€s Parte de
16 Esta supuesta mayor simplicidad cle la versión copemicana ,o-t1]ristoria
Es dificil pensar en forma más fuertemente positiva'y consistentemente oficial errónea, en especial fori,r. ro,cálculos para hacer predicciones son más complejos
cerrada en sí misma que la del positiüsmo lógico, así concebida. que si sé usara la versión ptolemaica.
46 La dimensión valorativa de las ciencias El positivismo lógico: conlra la historia oficial 47

otros factores relevantes que muestran que la elección acerca de qué teo- estructura de la sociedad en la que opera el científico. Más allá del modelo
ría aceptar no estaba unívocamente decidida. esándar de los cientíñcos neutros reunidos en grupos asépticos, intocados
Por una parte, la moülidad de la Tierra, como hecho real, es incompa- por los lores e influencias extemos al grupo q?ragrupo cientÍfico "objetivo",
tible con la interpretación del sentido común. El conflicto entre teoría y "[os cientíñcos son también seres humanos que esrán definidamente inclina-
sentido común fue siempre dominante y, en muchos casos, retrasó el avan- dos hacia algún credo moral, religioso o político. Yjustamente aquellos que
ce de la ciencia. Por ejemplo, Francis Bacon -antiaristotélico radical- se niega.n con énfasis que existe alguna conexión entre teorías científicas y cre-
opuso a la teoría copernicana porque iba en contra del sentido común.l7 dos políticos o religiosos creen en ellos sobre la base de un cierto adoctrina-
Agréguese que dicha moülidad traía el inconveniente del conflicto entre miento proüsto por organizaciones como iglesias, partidos políticos [e insti-
la teoría copernicana de la Tierra en movimiento y la única física exis- tuciones educativas fuertemente ünculadas a ellos] " (üid., p. 3ll).
tente en la época, apropiada exclusivamente para una Tierra en reposo Es más, los científicos, en su mayoría, sostienen que los factores contex-
y para la cual solo los cuerpos celestes (como el sol y la luna) se mueven tuales "no deben" tener influencia alguna en la aceptación de una teoría
"naturalmente" en órbitas circulares, mientras que los objetos ter:renales científica. Pero, de acuerdo con Frank, lo afirman debido a la filosofía y la
(como una piedra y la Tierra) se mueven naturalmente en línea recta. Hay educación que han absorbido desde temprana edad. Según esa filosofia,
un conflicto aún m¿ís serio: el conflicto entre la idea de la Tierra y del ser el objetivo de la ciencia es dar una representación "pictórica" verdadera
humano en ella no ubicados en el centro de la Creación, dado que se mue- de la realidad (y es exitosa cuando lo alcanza). Frank argumenta que si ese
ven alrededor de otro objeto, y la interpretación tradicional de la Biblia es el objetivo, sin duda, la presencia de la multiplicidad de factores citados
según la cual el ser humano está en el centro de la Creación. haría imposible lograrlo. Por ende, la consecución de tal meta, "la verdad
Hay también factores morales. Frank sostiene que la conducta del ser objetiva acerca de la realidad", hace necesario que se niegue la existencia
humano ha sido siempre evaluada en relación con la concepción de la de dichos factores y/o que se eüte quejueguen rol alguno.
sociedad ideal de la época. Este ideal de la sociedad representa la conduc- Por el contrario, la ciencia, en la versión instrumentalista de Frank, es
ta del universo: las leyes físicas del universo han sido siempre interpretadas solo un instrumento exitoso para alcanzar ciertos objetivos. El fundamen-
como ejemplos para la conducta del ser humano, o, en suma, como leyes tal, del que dependen los demás, es la predicción exitosa de hechos obser-
morales. Emerson afirmó que "las leyes de la física son también las leyes de vables futuros a partir de los hechos que han sido observados en el pasado
la ética" y "la física de Newton fue aceptada en tanto apoyaba la creencia y en el presente. Por ello, ha de contribuir a la construcción de máquinas y
en un Dios como un ingeniero extremadamente hábil que había creado medios que pueden ahorrarnos tiempo y trabajo: 'Una teoría cientíñca es,
el mundo como r¡na máquina que realizaba sus moümientos de acuerdo en un sentido, una herramienta que produce otras herramientas de acuer-
con sus planes" (Frank, 1988, p.310). do con un esquema práctico" (i.bfuL,p.3l2).
Todo ello enfatiza que "la decisión [acerca de la aceptación de una Pero es posible que existan varios objetivos en conflicto. Algo puede
*perfecto"
teoría] no puede alcanzarse mediante argumento alguno tomado de la ser para alcanzar un objetivo pero no para otro.Ylo mismo vale
ciencia frsica" (ibid., p. 307). Hay pues una compleja variedad de razones, para las teorías cientíñcas: bien puede suceder que una teoría sea funcio-
muchas veces incompatibles, que entran en conflicto. nal para alcanzar un objetivoyno para lograr otros. Ladecisión depende
Frank enfatiza la contextualidad<ontingencia de la que depende que se en tal caso de la elección entre objetivos, y esta, a su vez, depende de una
actualice la tendencia a aceptar o rechazar una teoría de acuerdo a dicha elección entre valores. Es posible que para elegir en términos de determi-
multiplicidad de factores. Lo que se actualiza depende básicamente de la nado valor, en lugar de otros, haya que hacer compromisos.
Elegimos una teoría de acuerdo con nuestro propósito. Para algunos
17
(influidos porvalores económicos, sociales, políticos, morales, religiosos),
Esto se repitió ha-sta el siglo xx, cuando por ejemplo Lenard, entre otros, rechazó la
teoría de la relatiüdad por su supucsta incompatibilidad con el sentido común. ta biotogía la elección se hace en términos de eficiencia a fin de construir instrumen-
evolucionista cs rechazada a veces porque disminuye Ia dignidacl del ser humano, mientras I tos útiles para la üda social; para otros (siemp¡e con influencia de factores
que la mecánica cuántica es a vcces apoyada fervientemente porque supuestamente introdu-
como los citados), la elección debe hacerse en términos de la teoría que
ciría el indeterminismo en la fisica y permitiría explicar la posibilidad di la libertad humana.
Muchos políticos, cducadores, sociólogos, etc. apoyan la nueva.f-rsica por haber introducido t
nos dé unavisión amplia del universo en el cual los seres humanosjueguen
el indeterminismo como principio básico de la ciencia. el rol que consideramos deseable.
t
48 La dimensión valorativa de las ciencias

Frank sostiene que "si queremos hablar de modo más breve y general,
podemos distinguir solo entre dos propósitos para una teoría: el uso para la
construcción de instrumentos (propósito tecnológico) y el uso para guiar
la conducta humana (propósito sociológico)" (üid., P.313). Esto lleva a
que el factor central en la historia de la ciencia en tanto emPresa humana
sea el conflicto enre sus objetivos sociológicos y tecnológicos. Una investi
gación detallada de tal conflicto echaría luz sobre una de las consignas que II
más se han repetido en los últimos tiempos para explicar "la crisis social
de nuestra época: el retraso del progreso social respecto del progreso tec- Kart Popper: vocero máximo de la
nológico" (id.). neutralidad valorativa de las ciencias
Afirmar, como muchos, que el conflicto entre los objetivos tecnoló
gicos y sociales es resuelto hoy por el método científico es ridículamente
falso. Porque de ese modo se oculta o se olvida, precisamente, que es el uso
del método científico, como recurso decisivo para acePtar'teorías, el que
desemboca en la dificultad de que el método per se no toma en cu.entafacto-
r¿s adicionales inevitables, en otras palabras, el que conduce a percibir la Popper es, sin duda, el máximo defensor-protector de Ia ausencia de valo-
existencia de conflictos que requieren ser resueltos desde fuera del méto- res no cognitivos en las teorías, así como en toda forma de actividad cien-
do científico en la medida en que no pueden ser resueltos con su exclu- tífica, en el contexto en donde tiene lugar la discusión más relevante en la
siva utilización. actualidad: aquel donde se decide, Por suPuestas buenas razones, la acep-
A la vez, queda claro que a la propuesta que afirma que debe'eütarse tación o el rechazo de hipótesis y teorías científicas.
apelar a tales factores extras, cabe responder: "No se debe, Porque no se En la historia de la hlosofia de las ciencias del siglo xx, Popper ocupa
puede". Esa es para nosotros la conclusión más importante e iluminadora un lugar importantísimo, no igualado según muchos, compartido con
del trabajo de Frank. Kuhn según algunos, ampliamente desmentido y criticado por otros.
Finalmente, si recordamos el núcleo central de las conclusiones de las Popper ha sido especialmente criticado por aquellos que ven en §u Postu-
propuestas de Carnap y Neuraü, observ-¿mos una notable consistencia entre ra una legitimación ex profeso de cierto tipo de sociedad; para estos críti-
las conclusiones de los tres representantes máximos del ala izquierda del cos, su concepción del conocimiento y el lugar que le adjudica a la cien-
Círculo de Viena acerca de la imprescindible presencia de valores no cog- cia en la sociedad son funcionales al status quo, es decir, a la democracia
nitivos en lajustificación de la aceptación y rechazo de hipótesis y teorías.l8 liberal republicana aceptada de modo acrítico. Otros ven en su ProPuesta
Nos queda una deuda. La propuesta de Frank depende fuertemente una distorsión de la libertad en nombre de la preservación innegociable
de la adopción de una postura instrumentalista acerca del objetivo de Ia de la libertad del mercado, afirmación que discutiremos luego.
ciencia. En capítulos posteriores, especialmente en el dedicado a Kitcher, En nuestra üsión, Popper defiende una filosofia de las ciencia§ que
mostraremos que puede defenderse la presencia ineludible de valores sin no es ni valorativamente neutra, ni objetiva, de acuerdo con sus propios
necesidad de abjurar de una concepción del conocimiento científico que parámetros de objetiüdad; tampoco es económica, política y socialmente
sostenga la pretensión de alcanzar Ia verdad sobre la realidad estudiada. aséptica e inocua, sino todo lo contrario.
Esta afirmación no implica de por sí una crítica negativa. Ninguna
filosofia es inocua, aséptica, objetiva, de acuerdo con los estándares de
Popper o de cualquier otro filósofo. Pero debe quedar claro que su con-
cepción de la neutralidad valorativa de la ciencia, que, según creemos, está
¡E
plagada de problemas y es argumentativamente inaceptable, está formu-
No debemos olüdar que, además, tanto Carnap como Neuraü y Frank coinciden en la
presencia de valores no cognitivos en la adopción de Ios objetivos últimos de la investigación
lada a partir de una versión filosófica general del conocimiento científico
cienúfica. y su relación con el contexto político y social. Este es, por tanto, un caso

[+s]
50 La dimensión valorativa de las ciencias Karl Popper: vocero máximo de la neulralidad valorativa de las ciencias 5r

representativo de una postura cargada de valores de todo tipo, epistémi- cientíñcas. Otra vez, el acento está puesto no en el sujeto productor y en
cos y no epistémicos. su actiüdad productiva, sino en el producto final cristalizado en cierto tipo
Sin embargo, nada de Io dicho debe entenderse en detrimento de la de lenguaje, artificialmente creado para codificar, en forma de enuncia-
calidad y la relevancia de la obra de Popper, llena de notables aportes que dos, la información obtenida acerca de determinado dominio de estudio.
contribuyeron a redireccionar Ia filosofia de las ciencias. Una teoría cientíñca es un sistema deductivo de hipótesis empíricas,
En principio, Popper amplió la agenda. A las tres preguntas constiru- que nunca dejan de ser coqieturas; es decir, se trata de enunciados de cuya
tivas de la agenda del positiüsmo lógico (estructura, método y demarca- verdad jamás podemos estar ciertos. A diferencia de los positiüstas, para
ción) agregó las preguntas clave sobre el objetivo de la ciencia y los modos Popper dichos enunciados proveen toda la información mediante el uso
en que ella cambia. Sacó así a luz el problema del progreso cienrífico, de términos teóricos, sin presencia alguna de términos de observación.
planteando finalmente si dicho cambio est'á basado en buenas razones, o Por lo tanto, una teoría científica es un sistema de hipótesis entre las cua-
sea, si la actiüdad científica y su desarrollo en el tiempo son racionales. les hay algunas de máxima generalidad (estrictamente universales), usual-
Consideramos que ello hizo, como Popper correctamente lo reconoce, mente llamadas "principios" de las que se derivan hipótesis de generalidad
que se pasara de una concepción esática del conocimiento científico, en decreciente, hasta llegar a hipótesis de generalidad mínima, los enuncia-
la que importan centralmente las cuestiones estructurales y de contrasta- dos singulares, que son convencionalmente adoptados (se eligen algunos
ción, a una concepción dinámica, en la que el cambio hacia determinado I
de ellos pero bien se podría, en principio, haber elegido otros) para com-
objetivo pasa a ser la temática dominante. parar la teoría con el mundo empírico. Por ello, son llamados "enunciados
A cada una de esas tres nuevas y fundamentales preguntas, Popper pro- básicos", pues constituyen la base empírica a través de la cual se contrasta
puso respuestas clarísimas y sistemáticas, que fueron consideradas desde i la teoría con el mundo.
entonces como referente ineludible toda vez que se discutiera acerca del I

objetivo, el cambio progresivo y la racionalidad de la ciencia. I

Comencemos con un brevísimo resumen de las tesis centrales acer- Métada


ca de las seis cuestiones definitorias de la agenda popperiana, para luego
centrarnos en aquellas que tienen que ver más cercanamente con la pre- I Al igual que el positiüsmo lógico, Popper afirma la eistencia de un méto'
sencia de valores en la actiüdad científica. En cada caso nos abstendremos do priülegiado e imprescindible parajustificar la aceptación o el rechazo
de toda discusión crítica, a la que solo nos dedicaremos para elucidar la I de hipótesis. Dada una determinada hipótesis.ÉI, se deducen de ella enun-
cuestión central de nuestro estudio relativa a la presencia de valores no ciados básicos que se comparan con el mundo. Pueden darse dos situacio-
cognitivos en el contexto de justificación y su relación con la objetiüdad y nes extremas: que dichos enunciados básicos, en determinado momento,
la racionalidad de la ciencia.t sean todos verdaderos o que al menos uno de ellos sea falso. En tal caso,
la hipótesis Ilno puede afirmarse como verdadera' so pena de cometer la
falacia de la lógica deductiva de la afirmación del consecuente; por ello,
La agenda popperiana Popper sostiene que solo puede afirmarse que la hipótesis est:í co¡robma-
da, lo que es algo muy distinto de lo que los positiüstas lógicos llamaban
EstntcAray contenido "confirmación".
De acuerdo con Popper, la contrastación empírica es básicamen-
Como los positivistas lógicos, de los cuales trató obsesivamente de diferen- te un test de resistencia. Dada una hipótesis, los científicos tratan de
ciarse durante toda su producción intelectual, al hablar de ciencia popper encontrarle contraejemplos, es decir, tratan de encontrar enunciados
reduce la temática a la discusión acerca de teorías científicas. [.a ciencia básicos falsos. El método científico consiste entonce§ en, dado determi-
es pues un conjunto, diacrónica y sincrónicamente hablando, de teorías nado problema, tratar de encontrar una hipótesis para resolverlo, a la
cual se intenta refutar encontrando enunciados básicos falsos deducidos
I Para una crÍtica
sistemática de la posrura de popper r..r.JO. las seis preguntas clave de ella, Si todos son verdaderos, solo puede concluirse que "hasta ese
de su agenda, véase Gómez (lggb, caps. r-rrr). moménto" ha fracasado el intento de refutarla. t a hipótesis ha quedado
La dimensión valoral¡va de las ciencias Karl Popper: vocero máx¡mo de la neutralidad valorativa de las c¡encias

corroborada, lo cual significa que hasta ese momento ha resistido a los Popper sostiene que el criterio de demarcación entre ciencia y seudo-
I
intentos de falsarla, pero nada dice (a diferencia de la confirmación a la ciencia es el de la falsabilidad empírica. Mientras las hipótesis científicas
Carnap) acerca de la credibilidad de la hipótesis para predecir nuevos son empíricamente falsables, Ias de la seudociencia no lo son. Más aún,
I
enunciados verdaderos. I considera que el psicoanálisis freudiano, la economía política marxista y
Si hay enunciados básicos falsos deducidos de r1I, esto basta para con- la astrología son seudociencias, ya que, supuestamente, no son falsables
I
cluir que .EI es falsa (aplicando la regla de la lógica deductiva del modus (Freud, Marx y Horangel -famoso "horoscopero"- son colocados en una
tollsndo toIüs?z§ Si A entonces B, y no-B, en consecuencia no-A) . La hipótesis misma bolsa; lo cual basta para sospechar que algo huele mal camino a...).
ha quedado falsada o refutada. Popper aclara que para poder afirmar lo Todo esto plantea de por sí un serio problema crítico para la postura de
I
anterior de modo concluyente, la contrastación empírica debe ser severa; Popper, fa que no es cierto que el psicoanálisis y la economía política mar-
o dicho de otro modo, que los enunciados básicos falsos deben ser el resul- t xista no sean empíricamente falsables. En efecto, se ha dicho en múltiples
I
tado de determinados procedimientos que hacen que la contrastación sea I ocasiones que la ley de Marx de la disminución de la tasa de ganancia ha
severa (algo que se discutirá críticamente más adelante). quedado refutada. Y él mismo cambió de postura respecto de muchas de
Por lo tanto, si bien no podemos concluir que una hipótesis determi- sus tesis originales a lo largo de su üda por considerar que el mundo había
nada es verdadera (a lo sumo podemos decir que está corroborada), pode- I mostrado que debía modificar su posición; por ejemplo, Ia necesidad de
mos concluir que está falsada o refutada. De ahí que Popper añrme que I que la sociedad pase por una etapa caPitalista antes de que sea posible la
la contrastación empírica esrá regida por la tesis de la asimetría lógica de revolución comunista, o la afirmación de que el proletariado urbano es el
verificabilidad y falsabilidad: si bien no es posible concluir la verdad de una t único agente del cambio revolucionario, algo que Marx abandonó en sus
hipótesis, sí puede concluirse su falsedad. En ambos casos basta la lógica escritos sobre la India e Irlanda al ñnal de su üda.
deductila. Es por ello que Popper también afirma que si bien no hay lógi- I
Además, es un hecho obvio que los enunciados estrictamente existen-
ca del descubrimiento, hay lógica de lajustificación. ciales son infalsables, por Io que, de acuerdo con el criterio de falsabili-
En ambos casos, corroboración o f¡lsación-refutación, solo se necesitó, dad de Popper, quedarían fuera de las ciencias, algo contrafactual, pues
de acuerdo con Popper, el uso exclusivo de las pautas de la lógica deduc- las más potentes teorías científicas están Plagadas de ellos.
tiva. Por lo tanto, contra, el positivismo lógico, en el contexto de justifica-
ción no es necesario apelar a argumento inductivo alguno. Popper afirma
por ello que "ha resuelto el problema de la inducción". Et objetivo de la ciencia
Tal como remarcaremos en su momento, debe señalarse que no hay
hasta aquí aparentemente ninguna referencia a valores de ningún tipo. En una serie de notables trabajos, Popper defrende la tesis de que el obje-
Solo basta la eüdencia empírica, expresada lingüísticamente por los enun- tivo principal de la ciencia es la explicación satisfactoria de hechos, leyes
ciados básicos y obtenida mediante la lógica deductiva. El ideal de la neu- y teorías (véanse, por ejemplo, Popper 1963 y 1972).
tralidad valorativa ha sido consumado incluso de manera más extrema y Una explicación es un argumento en el que lo que se pretende explicar
reductiva que en la historia oficial del positiüsmo lógico: parajustificar la (explicandum) es la conclusión y en el que las razones explicativas constitu-
aceptación o el rechazo de hipótesis bastan la eüdencia empírica y la lógi- yen las premisas de dicho argumento (explicans). Para que la explicación
ca deductiva. sea satisfactoria deben cumplirse ciertas condiciones: (l) el explicans debe
implicar lógicamente al explicandunr: el argumento debe ser lógicamente
válido; (2) el explicans debe contener leyes científicas; (3) el explicans debe
El ritnio de demarcación predecir consecuencias independientes del explicanilum, y (4) el explicans
no debe estar falsado.
A Popper también le interesó, como al positiüsmo lógico, diferenciar dico. Por lo tanto, toda explicación científica satisfactoria es una explicación
tómicamente el conocimiento científico de "algo" considerado como su según leyes: explicar un hecho es, Por ejemplo, exhibir que queda abar-
antítesis. Pero con una diferencia notable: ese ¿algo" ño es ahora la meta- cado por alguna ley cientíñca. Además, como las hipótesis científicas, las
fisica, sino la seudociencia. explicaciones científicas son siempre Proüsionales, es decir que pueden
b4 La dimensión valorativa de las ciencias Karl Popper: vocero máximo de la neulralidad valorativa de las ciencias bb

cambiar o abandonarse (porque su explicans ha quedado falsado), razón falsedad, lo que hace imposible decidir si hay acercamiento a la verdad
por la cual no hay explicaciones últimas. Todo conduce a Ia muy plausible (mayor verosimilitud).
tesis de que la ciencia no tiene ñn; siempre habrá lugar para nuevas pre- Independientemente de dicha dificultad, es importante reconocer que
guntas, nuevos problemas y nuevas explicaciones. hay aquí un intento plausible, aunque fallido, de defender una concepción
de progreso científic«r como un acercamiento gradual a la verdad, homo.
géneamente discontinuo, con aumento del contenido informativo e incre-
El ptogreso cierúífi.co mento de la falsabilidad de teorías sucesivas cuando estas progresan. Todo
esto es coherente con una postura realista moderada (las teorías científi-
Según Popper, la ciencia progresa al pasar de explicaciones satisfactorias cas pretenden darnos una versión representativa del mundo real), según
a explicaciones aún más satisfactorias; y al hacerlo, avanza hacia la verdad, la cual, al progresar, las teorías van pasando de niveles epistemológicos de
se aproxima a ella. Ahora bien, como buen falsacionista, no puede afirmar leyes cada vez más abarcadoras, con el consigqlente av¿nce hacia niveles
que en algún momento hemos de alcanzar toda Ia verdad y estar ciertos I
más profundos de la realidad estudiada. Estamos pues en presencia de una
de ello. Pero eso no impide que la verdad funcione como ideal regulativo, versión del progreso como aumento en la unificación de las teorías que uti-
como la meta que los cientíhcos tratan de alcanzar y cuya prosecución es lizamos para explicar el mundo. Dicha unificación abarca mrís y miís infor-
la guía conductora de la investigación. mación acerca de un número creciente de diferentes niveles del mundo.
Popper sostiene que los científicos pretenden alcanzar la verdad, y que'
aplicando el método cientíñco de hacer conjeturas para resolver proble-
mas e intentos para refutarlas, con hipótesis que sobreüven por un tiem- Rncimalilladci,enrf frÍa
po a dichos intentos, la ciencia se aproxima hacia ella. Dice entonces que
la ciencia progresa en "verosimilitud", que es su expresión para sintetizar Popper reconoce que términos como *racionalidad', "racional" y otros
el "acercamiento a la verdad". relacionados con ellos se aplican a muy diversos ítems: conceptos, enuncia-
Si uno se plantea, ¿cómo es posible que teorías del pasado ya todas dos, hipótesis, teorías, decisiones, elecciones, etc. En todas esas aplicacie.
falsadas más las siguientes teorías que irán a quedar falsadas en algún nes hay dos características comunes sobresalientes: ia presencia de buenas
I
momento lleguen a constituir una sucesión de teorías que se acercan a la razones (siempre en términos de la lógica deductiva) y la instrument¿lidad
verdad?, Popper da una respuesta simple pero sabia: decir que una teoría I
de dichos ítems para alca¡zar determinados objetivos.
esrá falsada no es sinónimo de afirmar que todas sus hipótesis sean falsas, Así, una teoría es racional porque disponemos de buenas razones para
o hayan quedado falsadas una por una. aceptarla; una decisión es racional porque esfá sustentada por buenas
Para cada teoría científica, siempre puede hablarse del conjunto de razones, y la principal raz6n es que adoptando dicha decisión se logra
sus consecuencias lógicas (o contenido), del conjunto de sus consecuen- alcanzar un objetivo determinado. Se trata pues, como se ha afirmado
cias verdaderas (o conteni.do dz uerdad) y del conjunto de sus consecuen- muchas veces, de una racionalidad reducida a una mera racionalidad ins-
cias falsas (o contenido de faked.ad). Por ende, dadas dos teorías nuevas o trumental y a una logicalidad, es decir, a una racionalidad lógica empobre-
dos teorías sucesivas, pueden compararse sus contenidos de verdad y fal- cida, porque las razones en términos de lógica inductiva quedan excluidas.
sedad y establecer si una de ellas es un progreso respecto de la otra (por Pero hay más. Popper señaló reiteradamente que hay una fuerte rela-
ejemplo, si el contenido de verdad de una crece y el de falsedad decrece ción entre el modo en que la ciencia progresa y la racionalidad de la
resPecto de la otra, indudablemente la primera constituye un progreso, ciencia: "la ciencia es racional por el modo en que progresa" (Popper,
o aumento de verosimilitud, respecto de la segunda). Sin embargo, esta 1963, p. x). Como ya hemos üsto, según su concepción, el progreso cien-
versión popperiana del progreso científico es inaplicable a casos reales de tífico consiste en el paso de teorías explicativas a nuevas teorías que expli-
teorías refutadas. Tal como Tichy mostró ya en 1g74, dadas dos teorías can más y mejor que lo que explicaban las anteriores, mediante la apli-
con contenido de falsedad no nulo, el conteuido de verdad y de falsedad cación del método de conjeturas y refutaciones, lo cual hace posible un
de ellas crecen (decrecen) solidariamente: si el conténido de verdad de mayor acercamiento a la verdad. En la medida en que, según Popper, la
7, crece (decrece) respecto del de verdad o, mejor dicho, su acercamiento a ella es el objetivo de la ciencia,
e, también lo hace el contenido de
bO La dimensión valoraliva de las ciencias Karl Popper: vocero máximo de la neutralidad valorativa de las ciencias b7

la aplicación sucesiva del método científico puesta de manifiesto en el concepción de la ciencia de Popper no existe tal ciencia libre de valores,
desarrollo progresivo de la ciencia muestra patentemente que la ciencia como se pondrá de relieve al recorrer con más detalle otros aspectos de
cambia de acuerdo con las mejores razones, ya que lo hace utilizando el dicha concepción.
método que mejor le permite alcanzar la verdad, su real objetivo. Por aña-
didura, queda claro que, para Popper, la ciencia es racional porque hace
uso del método científico, cuya aplicación garantiza la consecución del Falsación y corroboración: ¿ausencia de valores contextuales?
objetivo de la tarea científica.
Racionalidad, nrétodo científico, explicación satisfactoria, modo de Recordemos que, según Popper, existe una asimetría lógica entre verifi-
progreso e instrumentalidad para alcanzar la verdad, son todas propues- cabilidad y falsabilidad. Como señala, a Ia naturaleza le podemos extraer
tas conducentes a una teoría de la racionalidad que luce como síntesis un "no" claro, fuerte y deñnitivo, pero un "sí" apenas audible. La falsaciór-l
final de los principales ingredientes de la concepción popperiana de la es definitiva; la corroboración no lo es. El problema es: ¿cuán audible? y
ciencia. Sin embargo, no podemos dejar de advertir que es una raciona- ¿cuándo tal respuesta afirmativa es confiable? O, de manera más rigurosa,
lidad excesivamente limitada. En principio, porque es meramente ins- ¿cómo comparar la conñabilidad de distintas hipótesis alternativas?
trumental: solo permite discutir y llegar a decisiones lógicamente bien Popper intentó responder a estas preguntas con algunas respuestas
fundadas acerca de la elección de los medios una vez que se han estable- sutiles y, en general, insatisfactorias, pero sin duda claras y contundentes
cidos los fines. Pero los fines mismos son inabarcables. La lógica deduc- respecto de su total aversión a reconocer la presencia de valores de todo
tiva no permite elucidar abarcativamente enunciados acerca de fines, tipo en el proceso de corroboración.
pues estos asumen valores, y los enunciados valorativos quedan fuera de Popper reconoce que el proceso de investigación comienza con las pre-
la lógica deductiva. guntas que le planteamos a la naturaleza, y que somos nosotros los que
Esta es una limitación sobrecogedora, porque los fines, que constitu- decidimos acerca de la respuesta a dichas preguntas. Según su Propuesta
yen lomá importante en la acción humana en cualquier área, y obüa- f,alsacionista, las respuestas aceptadas üenen siempre luego de nuestros
mente en la científica, donde son fundamentales y definitorios del tipo intentos de sonsacarle un "no" inequívoco a Ia naturaleza. El problema
de investigación que se ha de realizar, quedan fuera de la discusión racio- surge cuando el "no" inequívoco no aparece.
nal. Popper lo reconoce casi de manera trágica al afirmar que "los ñnes La respuesta popperiana a ese problema es justamente su teoría de la
se adoptan prerracionalmente". Obsérvese la expresión utilizada: no se corroboración. El grado de corroboración de una hipótesis "C(h, e)" solo
dice que se los adopta "irracionalmente" (contra la racionalidad y sus puede ser interpretado como una medida del grado en que ha sido contras-
pautas), sino que se los elige por medio de decisiones que no dependen tada una hipótesis áy del grado en que ha salido indemne de las contrasta-
de la concepción de racionalidad adoptada; son *lógicamente" previos a ciones. Porsupuesto, ñse contrasta respecto de ciertos enunciados básicos
dicha adopción. La consecuencia'trágica" es que entonces se los elige por en un determinado momento. Pero ¿basta cualquier contrastación? La res-
disponer de mayor poder para hacerlo, por preferencias políticas o eco- puesta de Popper es rotundamente negativa: solo aquellas "contrastaciones
nómicas, etc. O como dice Popper, "por tradición". Por consiguiente, la exigentes que hayamos sido capaces de idear". Si es un informe acerca de
tan mentada ciencia libre de valores no es tal, pues dichos valores entran contrastaciones exigentes, entonces e nos "presenta un informe de nuestros
ahora en masa por la ventana. Con el agregado de que nadie puede dejar intentos sincc¡os d¿ dcnocar h" (Popper, 1977, p. 390).
de reconocer que "la tradición" involucra una amplia variedad de distin- Lo mrís relevante es que Popper reconoce que "no es posible formalizar
tos tipos de valores no cognitivos. el requisito de sinceridad" (Popper, 1977), lo que se pone de relieve en sus
Si, por otra parte, recordamos que para Popper, la ciencia es el arque- numerosos y fracasados intentos de dar una medida convincenrc de la corro-
tipo positivo de conocimiento, como lo es para todo el empirismo de los boración. La lógica parecería ser insuficiente o inadecuada, porque hay otros
siglos xrx y xx, concluimos que la expresión máxima de racionalidad ingredientes -valoresjamás reconocidos por Popper- que deberían tomarse
humana involucra, desde su perspecti , la presuposición de un enorme en cuentayque no son formalizables, especialmente por la lógica deductiva'
sistema de valores de todo tipo. La ran mentada "clencia libre de valo- El establecimiento de en qué medida está corroborada una hipóte-
res" es, pues, nada más que una manera engañosa de hablar. En la real sis o teóría es, según Popper, un índice de la medida en que es aPta Para
58 La dimensión valoraliva de las ciencias Karl Popper: vocero máximo de la neutralidad valorativa de las ciencias

sobreviür, pero solo hasta determinado momento, justamente hasta el cuál es la mejor hipótesis o teoría. La no necesidad de apelar a valores es,
momento en que se realiza la corroboración. Ella, a diferencia de la con- pues, más que obüa.S
firmación carnapiana, no permite hacer proyección alguna hacia el futuro, En el caso de la falsación, la no presencia de valores es aún más relevan-
debido a que la contrastabilidad "se encuentra en algo así como en razón te. La pregunta crucial es: ¿cuándo una hipótesis o teoría queda empírica-
inversa a su probabilidad lógica" (ibid, p.251).2 Es el contenido de una mente falsada? Popper reconoce que la afirmación "una teoría esá falsada
hipótesis o teoría, que es lo mismo que su improbabilidad, "lo que deter- si hemos aceptado enunciados básicos que la contradigan" es meramente
mina su contrastobilid,ad.y su corrobmabilidat (ibid, p. 367). una "condición necesaria", pero no suficiente, pues para considerarla fal-
En efecto: cuanto más dice una hipótesis acerca del mundo, o sea, cuan- sada no basta con encontrar enunciados aislados o desconectados que la
to mayor es su contenido, es más probable que choque contra el mundo, refuten, sino que "la daremos por tal si descubrimos un efecto rSroduciblz
es decir, es más probable que el mundo la falsee. Por consiguiente, cuan- que la refute" (ibi¿, p. 83). [,a reproducibilidad del efecto llevó a Popper
to mayor el contenido, mayor su falsabilidad; y menor la probabilidad de a proponer el criterio de severidad de las contrastaciones: una hipótesis
que sea verdadera. En suma, a mayor contenido, mayor improbabilidad. o teoría esá falsada si tiene enunciados básicos que la contradicen como
Popper afrrma, además, que "una teoría está corroborada si sale resultado de haberla sometido a contrastaciones severas. Si resiste a la
indemne de las contrastaciones duras", y reconoce que se necesita algo contrastación severa, se la considera corroborada, pero mientras que esta
más que contar el número de contrastaciones, ya que, en efecto, la dure- corrobor¿ciór-r es temporal, pues subsiste hasta la realización de una próxi-
za de las contrastaciones depende del grado de contrastabilidad "y por ma contrastación severa, la falsación es, dice Popper, definitiva.
tanto de la sencillez" -léase "simplicidad"- de la hipótesis. Pero cuando Seamos más precisos y fieles a los textos de Popper: "aceptamos la falsa-
uno esperaría que la noción de sencillez remita a consideraciones de tipo ción solamente si se propone y corrobora una hipótesis empírica de bajo
pragmático, Popper mismo se encarga de rechazarlo abogando por un tra- nivel que corrobora dicho efecto [reproducible], y.podemos denominar
tamiento puramente lógico de la sencillez: sostiene que la hipótesis o teo. a este tipo de hipótesis una hipótzsis faka.dord' (ibiú). Falsar una hipótesis
ría más sencilla es la más falsable -o sea, la más improbable- y, por ende, involucra corroborar otra ligada a ella, y es dicha corroboración la que
también la más corroborable (ibid, pp.24&249; y también pp. f 2&136). exige que el contraste sea duro, severo. Sin embargo, Popper nunca dio
La simplicidad, que desde Galileo hasta Einstein, implicaba preferencias una versión satisfactoria de la severidad de las contrastaciones, L,a nece-
metafísicas o en términos de gusto, se reduce en Popper a elucubracio. sidad de garantizar efectos reproducibles confiables asimila la noción de
nes lógicas. Estamos en presencia de un reduccionismo de otro tipo pero contrastación severa a la de experimento bien diseñado. Pero un experi-
más extremo que el del ala izquierda del Círculo de Viena: todo, inclu- mento bien diseñado es aquel que garantiza en alto grado que la reprodu-
so losjuicios de preferencia, son reducidos a cuestiones de lógica mera- cibilidad de las condiciones iniciales garantice la reproducibilidad de los
mente deductiva. efectos. Popper reitera: "debo insistir que C(ñ, a) puede ser interpretado
Esto pone de relieve la notable diferencia entre confirmación carna- como grado de corroboración solo si ¿es un rEoñe d¿ las contrastaciones más
piana y corroboración popperiana. Mientras que Carnap reconoce que seütrcts que hemos sido capaces d¿ diseñol (ibid., p. 3go).
el proceso de determinar un grado de confirmación no basta para deci- Todo esto es letal para la postura de Popper, porque pone en eüden-
dir racionalmente la aceptación de hipótesis y teorías, debido a la ineü- cia que la noción de experimento bien diseñado presupone laügencia de
table presencia de factores extralógicos (elementos volicionales), Popper argumentos inductivos y la aceptación del principio de inducción (de cau-
guarda total silencio al respecto. Y más aún, cuando dice algo, como, por sas semejantes, efectos semejantes). Hay, por lo tanto, ingredientes induc-
ejemplo, cuando habla de la comparación de grados de corroboración tiüstas en la postura de Popper. No es cierto que él haya resuelto el pro'
de hipótesis o teorías para establecer cuál es mejor, pareciera que todo blema de la inducción respecto de su no pertinencia, en el ámbito de la
se reduce a ser precisos, aunque jamás pueda obtenerse total precisión. justificación de la actividad científica, para la aceptación o el rechazo de
Es decir que el cálculo del grado de corroboración bastaría para decidir

, 3
Es más: cuando en el volumen Schilpp dedicado a él Popper se refiere, al responder
a sus críticos, a cuestiones de corroboración,jamá hace referencia alguna a ingredientes
2
Aquí, "probabilidad lógica" es lo que Keynes había llamado "probabilidad a extralógicos o extraalgorítmicos.
Friori'.

I
6<¡ La dimensión valorat¡va de las ciencias Karl Popper: vocero máximo de la neutralidad valorat¡va de las ciencias 6r

hipótesis y teorías. Además, la no vigencia y la no relevancia de la induc- Finalmente, cabe enfatizar que subyace en toda esta discusión el pre-
ción en ciencia no permitirían explicar la aplicabilidad de las leyes cientí- supuesto de que la ciencia está constituida exclusivamente porjuicios de
ficas, porque la inducción "involucra la anticipación de éxitos futuros [ . . . ] hecho y que no intervienen en ella, en especial en la actiüdad científica
por lo que no es cierto que ella no sea necesaria. Aun cuando los cientí- propiamente dicha, juicios de valor. De allí Ia obsesión por eütar o logi-
ficos no anticiparan el futuro (algo que Por supuesto hacen), sí lo harían cizar expresiones como "sinceridad", "severidad", "dureza", etc. Y, como
aquellos que aplican leyes científicas" (Putnam, 1981, P. 62).4 veremos en la próxima sección, la obsesión por tratar de desubjetivarlo
L,a falsación conclusi tiene aún mayores problemas. El más serio todo -la ciencia y su versión epistemológica- para así lograr una versión
es que la supuesta asimetría entre verificabilidad y falsabilidad no es tal. "auténticamente objetiva" -léase, avalorativa- de la ciencia.
Así como no se puede concluir la verdad de una hipótesis o ley, tampc' Sin embargo, el intento está plagado de problemas y, como mostrare-
co se puede concluir su falsedad, principalmente porque Para contrastar mos en una sección especial posterior, tal dicotomía entre hechos y valo-
una hipótesis es necesario utilizar hipótesis auxiliares. Por eso, para con- res ha colapsado.
trastar empíricamente la ley de gravitación universal de Newton deben
predecirse enunciados singulares; para ello, se requiere de enunciados
como la posición de la Tierra relativa a la Luna, la masa de ambas y su El tercer mundo objetivo popperiano y la legitimación
velocidad relativa en un determinado momento, además del supuesto ontológica de la ciencia libre de valores
adicional de la no intervención de otras fuerzas como las de la interac-
ción de la Tierra con el Sol, la Luna con el Sol y con otros planetas, etc. Para justificar el carácter objetivo del conocimiento científico, o sea, la
Si una de las predicciones es falsa, ello no basta para concluir la falsedad no presencia en él de elementos subjetivos, grupales o societales, entre
de la ley de graütación universal. Lo que ha quedado refutado es la con- ellos incluidos, por supuesto, Ios valores que los individuos, grupos o
junción de dicha hipótesis con las hipótesis auxiliares citadas. ¿A quién sociedades puedan respetar, Popper hipostasia la existencia de tres mun-
hacer responsable? No hayun modo lógico-algorítmico que permita iden- dos: el mundo I de los hechos espaciotemporales, el mundo 2 de nues-
tificarlo. Usualmente, los científicos eligen no considerar como falsada tras experiencias acerca del mundo l, y el mundo 3, compuesto por los
la ley gravitacional de Newton, pero, en principio, podría elegirse cual- contenidos objetivos de nuestros pensamientos, nuestra§ sentencias, ya
quier hipótesis auxiliar o conjunción parcial de ellas como responsable §ean preguntas o respuestas a estas, argumentos, problemas, hipótesis,
de la predicción falsa. leyes, teorías, en el caso de las ciencias. Ahora bien, el mundo central,
Lo importante es percibir que, (i) como dice Putnam, ni siquiera la ley relevante, crucial para los propósitos de Popper es el mundo 3, porque
de graütación universal es falsable (pues solo lo es Ia conjunción de ella "el conocimiento científico pertenece al tercer mundo, el mundo de las
con otros enunciados), y (ii) el principio de asimetría citado es falso. Esto teorías objetivas, de los problemas objetivos y de los argumentos objeti-
lo lleva a Putnam a concluir que si bien no hay lógica del descubrimiento, vos" (Popper,1972, p 108).
tampoco lo hay de la justificación, ya que esta requiere mucho más que Por supuesto, ese mundo es objetivo porque se ha eliminado de él toda
buena lógica y eüdencia empírica.5 subjetiüdad. Lo que acaece en él se ha independizado previamente -Por
definición- de toda actiüdad de un sujeto cognoscente. Por consiguiente,
a
tanto la ciencia, con sus contenidos objetivos, como toda consideración res-
En tal caso, la ciencia devendría "sin importancia práctica, porque los cientíñcos nunca
nos dirían que una ley o teoría es lo suficientemente segura para apoyarnos en ella con fines pecto de ella no tendrán que hacer referencia alguna al sujeto cognoscen-
prácticos; y carecería de importancia también para cl propósito de entender pues, de acuer- te. I-a epistemología deviene así en "epistemología sin sujeto cognoscente".
do con Popper, los cientíñcos nunca nos dicen si uriá ley o teoría es verdadera o siquiera
Hay que recordar aquí el empirismo y la dicotomía humeana entre
probatrle" (Putnam, f981, p. 62).
5
Poreso, Putnam (1981, p. 6?) afirma: "ta doctrina de Popper no da una versión correcta juicios de hecho (objetivos) y juicios de valor (subjetivos). Popper sigue
de la natur¿leza de las teorías cientíñcas [a de la gravitación universal de Newtón no es estric- haciendo un acto de fe respecto de esta tesis: afirma, por lo tanto, que los
tamente f,alsable] ni de la práctica de la comunidad científica en este caso flos científicos no
trataron por años de refutar la teoría de Newton de la graütacióDuniversal sino que derira-
ron predicciones para explicar diversos fenómenos asrronómicosl". En verdad, 'la falsación deallada de los problemas de la tesis popperiana de la asimetría lógica de verificabilidad y
en ciencia no es más conclusiva que la verificación" (üd., p.68), Para una ampliación más falsabitidad, véase Gómez (1995, pp. 2S33).
6z La dimensión valorativa de las ciencias Karl Popper: vocero máximo de la neutralidad valorativa de las ciencias 69

juicios de valor no pueden pertenecer a tal mundo objetivo, y como la cien- losjuicios de r¡alor al mundo 3, y, por consiguiente, se adhiere a la tesis de
cia pertenece a é1, ella está, sostiene, libre de valores. la ciencia libre de y¿lores.
Según Popper, el tercer mundo -el de la ciencia- es autónomo.o La legitimación de dicha libertad se opera mediante la hipostasiasión
Aunque sean una creación humana, una vez producidos, los pensamien- de determinada ontología que prevacía el problema, eliminando al sujeto
tos, las hipótesis y las teorías adquieren independencia, lo que se pone de cognoscente-rr¿lorante de ella. Por añadidura, se condena como no objeti-
manifiesto, por ejemplo, en las relaciones lógicas entre hipótesis o entre vo a todo estudio de la ciencia que no la ubique en el tercer mundo, lo que
teorías, que son independientes de quien las haya suscitado, del cuándo acarrea la defenestración lisa y llana de todo enfoque de la ciencia que no
y del cómo. El desarrollo progresivo de teorías, las relaciones entre hipó- pertenezca al tipo tercermundista. En palabras de Popper, "de ahora en
tesis y sus enunciados básicos, así como lo que es relevante para evaluar la adelante llamaré 'objetivo' o 'propio del tercer mundo' al enfoque desde
aceptación o el rechazo, la explicación, la predicción, el cambio cientíñco I
el punto de üsta de los productos -teorías y argumentos- y 'subjetivo' o
y su carácter racional, todo ello se da en el mundo 3. Solo basta escudriñar I 'propio del segundo mundo' al enfoque del conocimiento científico desde
con precisión lo que sucede en ese mundo y tomar nota de ello. Ser obje- el punto de vista conductista, psicológico o sociológico" (Popper, 1972,
tivo en la descripción y la elucidación de lo que allí acaece no requiere, ni p. ll3). Como consecuencia: por definición-postulación se ha arrojado
I
debe, ni puede apelar a stljeto alguno. fuera de la ciencia todo abordaje del conocimiento científico que con-
Más claramente: aquí no hay una argumentación justificativa de que Ia sidere factores de la conducta de los científicos aspectos psicológicos de
ciencia sea, tal como se afirma, objetiva por pertenecer al mundo 3, sino esta y elementos sociales. No hay duda de que todo valor contextual queda
que ello ha sido hipostasiado. No se ha argumentado en favor de la no pre- excluido. Pero, enfatizamos otra vez: no porque haya argumentos conün-
i
sencia de v¿lores en la ciencia, sino que también se ha hipostasiado dicha centes, sino porque se adoptan ciertas definiciones y se postulan ciertas
asunción en una serie de reducciones. Primero, se ha reducido la ciencia a tesis ontológicas constitutivas de lo que Popper llama una "ontología plu-
conjuntos de enunciados llamados teorías; segundo, se ha postulado un ter- ralista" (suponemos que por aquello de "los tres mundos").
cer mundo sin sujeto al cual pertenecen dichas teorías; tercero, se ha acep En el tercer mundo es donde se producen las refutaciones y las elimi-
tado la dicotomía humeana entrejuicios de hecho yjuicios de valor, y por naciones. Aquí otra vez se hace eüdente, en contra de los hechos, la no
último, como corolario de todo ello, se ha asumido la no pertenencia de relevancia del contexto histórico en el cual se deciden las eliminaciones.
Como afirma Feyerabend, "Popper establece reglas de eliminación que
tratan a todas las teorías de la misma manera, independientemente de la
6 Popper
defiende tres tesis. La primera es que la epistemología tradicional es irrele-
situación histórica en la cual sonjuzgadas" (Feyerabend, 1981, p. lg6). No
vante, por "su concentración en el segundo mundo, para el estudio del conocimiento cien-
tífico"; la segunda es que "el estudio del tercer mundo del conocimiento objetivo, en gran podría ser de otra manera, dado que, en última instancia, el tercer mundo
medida autónomo, es de importancia decisirra para la epistemología'; y la tercera afirma es autónomo respecto de toda circunstancia histórica. Y como en él se
qtte "una epistemología objetivista que estudie el tercer mundo puede contribuir a arrojar
halla situada la ciencia "objetiva", esta es, en consecuencia, independien-
muchísima luz sobre el segundo mundo de la conciencia subjetiva; especialmente, sobre
los procesos de pensamiento subjetivos de los científicos. pero trr inuosa no a ondabrd te de todo contexto histórico. Esto constituye, al menos desde el punto de
(Popper, 1972, pp. I l0-l ll). Obsérvese la seudojustificación del enfoque popperiano: no üsta histórico, una falsedad obvia.
vale la pena estudiar, conro Io hizo la tradición filosófica desde Aristóteles, pasando por
Efectivamente, en oposición a la fantasmagórica creación de un mundo
Kant, Hume y Russell, los modos en que el sujeto conoce y procede en ciencia, porque
ello no arroja luz sobre lo importante: las hipótesis y teorías ya producidas (atgo difÍcil de
ahistórico al que pertenecerían las teorías científicas, en realidad, "el
creer y defender); por el contrario, hay que concentrarse en el producto lingüístico final: mundo de una teoría es un mundo social, es un mundo construido por
las hipótesis y teorías como conjuntos de sentencias para elucidai todo lo demás (algo aun los científicos y son ellos, sí, ellos, los seres humanos, los que deciden qué
más difícil de creer). Además, la estrategia es clara:'como en la noción tradicionat de teoría
mantener y qué eliminar" (id^). Para esto, solo podrán usar lo que crea-
todas las sentencias son declarativas, con una carencia absoluta de sentencias valoretivas,
al mirar esas teorías nunca puedo inferir retrodictivamente que hubo que apelar, en algrin ron y necesitan para manejarse en el mundo social: sus pautas valorativas.
momento de la actividad cientíñca, a juicios de valor. Ello me hace recordar a un alumno Nadie como Feyerabend ha expresado de manera tan contundente su
de un curso de graduados en los Estados unidos, que, ante mi defensa de la cargavaloradva'
desencanto filosófico con la propuesta "tercermundista" de Popper, cuando
de la ciencia, abrió una edición contemporánea de los hinciph de Newton y me espetó:
"A ver, muéstreme aquí donde estárr los juicios de valor'. Todo dice: "El tercer mundo no es nada más que una quimera [ . . . ] [resultado de
comenrario ulterior es un
insulto a la inteligencia del lector. lal retórica [y de un] análisis insuñciente" (rádd., p. 191).
64 [a dimensión val0rativa de las ciencias Karl Popper: vocero máx¡mo de la neutralidad valorativa de las cienc¡as 65

La responsabilidad del científico y la presencia planificada porque ella exigiría -lo cual no es cierto- el conocimien-
de valores... en el contexto de aplicación to completo de todas las variables intervinientes.

Popper reconoce explícitamente la presencia de valores en el contexto (b) La responsabilidad respecto de su.comunidad exige al científico:
de aplicación, algo no nuevo y obviamente trivial. ¿Quién puede negar ¡ No sucumbir a sr¡ arrogancia intelectual. Si se recuerda que parte cen-
dicha presencia cuando aplicamos teorías científicas en un dominio de tral de esa arrogancia era, para Popper, la pretensión de transformar
la realidad empírica? Estamos pues de acuerdo con esta presencia y tam- Ia sociedad como un todo en vez de hacerlo de manera fragmenta-
bién con relacionarla, tal como hace Popper, con la responsabilidad del ria y gradual, el científico responsable respecto de la comunidad no
científico. Él aclara que el problema de la responsabilidad mo¡al del cien- debe involucrarse en procesos revolucionarios o, como dice Popper,
tífico tiene hoy más relevancia que nunca porque casi toda la ciencia ha en "revoluciones totales". De este modo legitima su aseveración acer-
devenido potencialmente aplicable. También reconoce que científicos y ca de la irresponsabilidad económica, política y social del intelectual
filósofos tuüeron en cuenta esta responsabilidad en el pasado; que ella revolucionario.T Nótese la presencia de v¿lores estrictamente político-
estuvo presente, por ejemplo, en el llamadojuramento hipocrático, cuyo económicos para calificar a un científico de irresponsable. ¿Cuáles son
propósito y tenor puede y debería extenderse hoy a todas las aplicacio- estos valores? Los valores políticoeconómicos del mismo Popper, pues
nes de las ciencias. es a partir de ellos, por ellos y para que se efectivice su cumplimiento
Popper distingue entre tres tipos de responsabilidad: (a) responsabili- en la tarea cientíñca que se propone esta pauta normativa.
dad respecto de la profesión del científico, o sea, responsabilidad profe-
sional; (b) responsabilidad en relación con la pertenencia del científico Hay asimismo una cuestión relativa a la defensa popperiana de su versión
a determinada comunidad, y finalmente (c) responsabilidad en tanto ser de la racionalidad científica: proceder racionalmente es proceder de acuer-
humano, o sea, respecto de la humanidad. do con el método científico de conjeturas, de modo de resolver gradual-
mente problemas puntuales intentando refutarlas, lo cual se manifiesta,
(a) La responsabilidad profesional exige al científico: en el caso de las ciencias sociales, a través del método de la lógica situacio.
o Participar activamente en la búsqueda de laverdad. Desde el vamos, se nal, la tecnología social fragmentaria y la ingeniería social. Básicamente,
adüerte la coherencia entre la postura de Popper acerca de la respon- este método consiste en la realización de arreglos graduales gue deben ser
sabilidad del cientíñco y su propia postura epistemológica; es decir, realizados por expertos especialistas en zonas-fragmentos de un ámbito
es responsabilidad del científico actuar de acuerdo con las pautas de social. Para Popper, por ende, el acto supremo de irracionalidad es pre-
*mi" "epistemología", o "como yo digo", o "fiel tender cambiar la sociedad de manera radical y súbita. Él exige del cientí-
a lo que yo propon-
go", etcétera. fico que sea responsable y, para ello, debe ser racional, o sea, proceder de
o No hacer concesiones a ninguno de nuestros errores, o sea, no aceptar acuerdo con "mis,/sus" pautas de racionalidad. En última instancia, dichas
nada que esté falsado; esto es consistente con su propuesta del méto- Pautas invitan al científico responsable a acePtar el status quo y a no Pre-
do de conjeturas y refutaciones. tender cambiarlo.
o Proponer estándares altos para juzgar nuestro trabajo; por ejemplo, Además, es importante percibir que, Para actuar respon§ablemente,
no hacer concesiones -tal como lo recomienda su metodología- a la lo se recomienda aquí es actuar de acuerdo con las Pautas de la racionali-
ad-hocidad. dad metodológica de las ciencias, o sea, de la racionalidad teórica. En su
o Utilizar la crítica sistemáticamente toda vez que se aplique el conoci-
miento; recuérdese que él caracterira a su método como "método crí- TEsto no es así para las revoluciones científrcas, porque Popper (1994) aclara que estas son
tico". Por consiguiente, la responsabilidad del científico, cuando apli- racionales, pues hay criterios racionales -léase en términos de algoritmos lógicodeductivos-
ca el conocimiento, es "seguir mi método". para establecer si hubo progreso a través de un cambio revolucionario, cosa que no es así
¡ Reconocer nuestra falibilidad y la infinitud de nuestra ignorancia. Se para las revotuciones torales. Todo esto depende para su aceptabilidad de que sea cierto que
su versión del progreso científico no tenga serios problemas (cosa que no es así) y que no
trata de algo obüo, pero Popper lo utilizó de nianera falaz; por ejem- puedan estabtecerse parámetros de comparación para determinar el estado de una sociedad
plo, para justificar la imposibilidad de cualquier tipo de economía antes y despu& de una revolución total.
66 La dimensión valoraliva de las cienc¡as Karl Popper: vocero máx¡mo de la neulralidad valorativa de las ciencias 67

teoría de la responsabilidad del científico, Popper Pone en eüdencia otra Ante una propuesta filosófica, Wittgenstein nos invitó sabiamente a for-
gafÍede su propuesta: extiende la racionalidad teórica al dominio práctico, mularnos la pregunta acerca de dónde el filósofo "asienta la espada". En
algo que ha sido criticado por lo mejor de la tradición ética, desde Kant el caso de Popper, su espada está firmemente hundida en el sistema de
en adelante. No hay en Popper una auténtica racionalidad práctica, sino valores de la sociedad liberal del Atlántico norte del siglo xx. Y en esa base
una extensión indebida e ilimitada de la racionalidad teórica al dominio se asienta una concepción de la ciencia que, supuestamente -aunque esto
práctico. Ahora bien, la invasión del dominio de la ética por las Pautas de sea una falacia-,justifica la aceptación o el rechazo de sus tesis sin apelar
lo teóricocientífico es algo humanamente nefasto para Kanty, Por suPues- a valores sociales, políticos, económicos.
to, para todos aquellos que criticamos la postura de Popper al resPecto.

(c) La responsabilidad respecto de la humanidad exige al científico:


. Ante todo, "evitar el sufrimiento". Suena bien; pero de inmediato nos
permite percibir otros motivos más discutibles, que esán involucra-
dos en tan "sensata" propuesta. Si uno se pregunta: ¿por qué el obje-
tivo no debe ser, como se ha afirmado desde Aristóteles en adelante,
"la buena üda" o "la felicidad"?, Popper responde que maximizar la
felicidad es una misión privada de cada indiüduo mientras que la dis-
minución del sufrimiento es un problema de política pública. Aquí,
la distinción liberal entre dos orbes separados tajantemente, lo priva-
do y lo público (algo impensado para la cosmoüsión griega, siempre
elogiada, justamente por los liberales, entre otros), esá usada para
coartar toda pretensión de desarrollar políticas públicas en favor de
un cambio hacia lafelicidad, las que, según palabras de su compinche
neoliberal, Friedrich Hayek, "en vez de traer el cielo a la tierra nos
llevan al inñerno". Queda claro que para Popper lo que se considera
como bueno, lo que hace la felicidad, es una cuestión privada, es una
decisión personal de cada indiüduo. Como consecuencia, parece que
no hay ética pública. Pero sí que la hay; la ética, presente en la radi-
ción liberal, en Popper y en Hayek, es la que dicta la actividad públi-
ca por excelencia, la de mayor racionalidadr es la ética del mercado.

¿Qué mrís es necesario agregar para concluir que la supuesta neutralidad


valorativa, en el contexto de justificación de Popper, es parte de una con-
cepción general del ser humano y su ámbito social fuertemente asentada
en valores de toda especie que legitiman un tipo de sociedad y un tipo de
üda? La supuesta neutralidad valorativa es solo aparente, pues esá imbri-
cada y es funcional a un sistema de valores, que además no es universal,
sino propio de un contexto histórico.político.económico determinado.
L,a concepción de los tres mundos de Popper presupone la actitud fuer-
temente valorativa descrita y, lo peor, la enmascara con la ficción metafí-
sica de un tercer mundo supuestamente objetivo al que, según se afirma,
pertenece la ciencia.
m
Thomas Kuhn: los valores como
constitutivos de las ciencias

Ia estrucfiffa de lr.s ranluci.ones científicas:


tesis centrales innovadoras

Hilary Putnam, entre otros, ha afirmado que La estructu¡a d¿ las reuoluciones


cimtíftcas es la obra, en el área de la filosofia de las ciencias, más publica-
day leída en el siglo xx. Ha sido raducida a la mayoría de los idiomas del
mundo y, en varios casos, a dialectos locales. Agréguese que es el libro más
usado en el mundo en todo tipo de curso en el que en algún momento se
discuta algo relativo al conocimiento científico. Una de las razones bási-
car¡ para ello, además de sus méritos de claddad, sistematicidad y rigurosa
amenidad, es el eüdente carácter innovador que rePresenta respecto de
la tradición tanto en historia como en filosofia de las ciencias.
Nuestro interés en este trabajo es centrarnos en uno de los aspectos
fundamentales de tal innovación: el reconocimiento explícito de la presen-
cia de v¿lores no solo en la actividad científrca, sino también en su unidad
de análisis. Los valores ahora no son dejados fuera de ella, sino que son
un componente suyo, como se muestra de manera explícita en el concep-
to de paradigma. Para ello, haremos primero una simple enumeración de
las tesis centrales del libro de Kuhn, para después centrarnos en aquello
que constituye el objetivo cenral del presente rabajo.
Kuhn comienza haciendo hincapié en la necesidad de proponer un
nuevo rol para la historia. El concepto de ciencia debe ser siempre contex-
tualizado respecto del momento histórico en que se lo produce yutilice Para
evitar la deshistorización de la historia de las cierÍcias, como se ha hecho en
los libros de texto en los cuales se adopta ahistóricamente el concepto de
ciencia dominante en el momento presente y se lo proyecta al pasado' Así
7o La dimensión valorativa de las ciencias Thomas Kuhn: los valores como constitutivos de las ciencias 7r

se hace de la ñsica aristotélica o de la astronomía ptolemaica o de Ia biole' actividad científica madura, como consistencia, simplicidad, capacidad
gía del siglo vrr casos de no ciencia o, en el mejor de los casos, de ciencia predictiva, abarcarniento, fertilidad, rigor y precisión en las afirmacio-
de segunda clase. Para que ello no suceda, debe asignársele a la historia un nes sobre el mundo empírico; estos criterios son valorados¡ierarquiza-
nuevo rol constitutivo que sea ñel al que realmente juega en la constitu- dos de manera distinta según la disciplina y el momento histórico, de
ción del conocimiento científico en su momento de producción. modo tal que, por ejemplo, en el paradigma newtoniano la capacidad
Parte de tal historización es el abandono de dicotomías atemPorales predictiva sea mucho más importante que la simplicidad, lo que no
como la de la distinción entre contextos (el de descubrimiento y el de jus- ocurre en el caso de Einstein a lo largo de su obra.
tificación) o la de teoría vs. hechos, de las cuales Kuhn abjura por conside- . Ejemplares, o pares de enigmas y sus soluciones que son determina-
rarlas meros presupuestos a primi de determinadas posturas epistemológi- I
das-garantizadas por el paradigma mismo.
cas que no tienen contraparte en los hechos científicos reales.
Kuhn distingue en el desarrollo de las ciencias dos momentos clave: I Los enigmas o problemas cuya solución constituye la actiüdad científica
una etapa preparadigmática en la que los involucrados en conocer el normal por ei<celencia pueden ser teórico'conceptuales (como proponer
mundo tienen distintas interpretaciones de este y, por lo tanto, no se llega t nuevas hipótesis para resolver un problema), prácticos, de tipo instru-
a acuerdos unánimes para adoptar una única interpretación; y una etaPa I mental (como diseñar nuevos instrumentos para investigar cierto tipo de
posterior, la del desarrollo propio de lo que Kuhn llama "ciencia madu-
I
entidades), o experimentales (acerca de la realizabilidad de experimen-
ra", en la que una determinada interpretación pasa a ser la única adoptada tos que involucren un complejo de pautas rectoras para su realización y
por todos y domina la actiüdad científica de manera monopólica. Ahora I para validar sus resultados). En cada caso, los enigmas pueden ser de tres
bien, Kuhn aclara que solo se ocupará de las ciencias que ya han alcan- I tipos: enigmas para arribar a un mejor conocimiento de los hechos estu-
zado dicho estado de madurez: léase la astronomía, la fisica, la química y
I
diados por el paradigma, enigmas para ampliar el alcance del paradigma,
recientemente la biología. Reconocer que lo que se propone no v:ile para o enigmas para lograr una mejor articulación del paradigma, como en el
todas las llamadas ciencias, sino solo para un pequeño puñado de ellas, es caso de que se logre una mejor sistematización de su teoría, o Para medir
también una novedad en el ámbito epistemológico. con más precisión una constante universal.
El desarrollo de las ciencias maduras se caracteriza por la presencia de Cada paradigma es también una manera de concebir el mundo, y los
dos tipos de períodos: por un lado, los períodos de ciencia normal y, por científicos solo tienen acceso al mundo tal como lo concibe un paradig-
otro lado, los de las revoluciones científicas, que separan dos períodos ma. No hay acceso a un mundo aparadigmático, Porque estudiar el mundo
sucesivos de ciencia normal. científicamente presupone el uso de un paradigma. Cada paradigma, en
Kuhn enfatiza una y otra vez que su aporte-novedad más importante y consecuencia, define además un modo de percibir el mundo, una üsión
heterodoxo es el haber propllesto que la ciencia consiste en una actiüdad global de este.
o un conjunto de actividades llevadas a cabo por un grupo muy especial, Históricamente, la ciencia normal abarca la mayor parte del tiem-
la comunidad científica, que se dedica exclusilamente a la tarea central- po de la historia de la investigación científica. Pero siempre sucede que,
normal: resolución de problemas, que Kuhn llama 'enigmas'. Dicha acti- en determinado momento, "la naturaleza}ra violado de algrin modo las
üdad esrá regida por un paradigma, compuesto por cuatro ingredientes expectativas inducidas por el paradigma que gobierna la ciencia normal"
principales: (Kuhn, 1962, pp. 52-53). Es decir, la naturaleza le presenta al paradigma
un problema que, contra las expectativas de su alcance, no puede resolver
o Presupuestos metafísicos, o presupuestos ontológicos acerca de la cons- ni tampoco agregar aditiv¿mente a su propia lista de soluciones. Es, en tal
titución del dominio de investigación a ser abarcado por el paradigma. sentido, un problema anómalo o anomalía,
. Ley y teoría, lo que pone de relieve que todo paradigma eslá consti- Si se acumulan anomalías, que son una condición necesaria Pero no
tuido por leyes organizadas usualmente en teorías, aunque no solo §uficiente para cambiar de paradigma, la comunidad científica comienza a
por ellas. perder lay'que tenía en el paradigma Por todos los éxitos pasados. Se pro'
o Valores, o modos de evaluar de manera variablá de contexto a con- duce además una suerte de desbarajuste técnico, en el sentido de que los
texto ciertos criterios, que aparecen a lo largo de la historia en toda instrumentos tampoco parecen b¡tstar Para abordar los aspectos prácticos
7z La dimensión valoraliva de las ciencias Thomas Kuhn: los valores como constitutivos de las ciencias 73

de las anomalías, lo que lleva a una situación de inseguridad profesional. posible decir cuándo un paradigma es mejor o constituye un progreso
Esto se pone de relieve en el hecho de que los científicos buscan fuera del respecto del otro. Esto sucede, por ejemplo, cuando el nuevo paradig-
paradigma -por ejemplo, recurriendo a la investigación filosófica- guías ma resuelve las anomalías del anterior, y aborda y resuelve sus enigmas
que ayuden a abordar las cada vez mayores anomalías. Cuando todo ello con mayor rigor y precisión.
se da simulráneamente y de modo creciente por un período prolongado, Por Io tanto, si bien se habla de "conversión", de 'fe en el nuevo para-
la comunidad cientíñca y su paradigma entran en crisds. digma", etc., no debe inferirse de ello la presencia de una elección irra-
Si no hay en el horizonte histórico-contextual un paradigma alterna- cional entre paradigmas. Kuhn defiende la racionalidad de la ciencia. En
tivo, la crisis persiste por largo tiempo (como en el caso del paradigma períodos de ciencia nornal, el científico actúa racionalmente, en tanto
ptolemaico que estuvo en crisis por más de doce siglos); si existe un para- trabaja y procede para maximizar la consecución del objetivo de la cien-
digma alternativo que cumpla determinadas condiciones, entonces la cia normal: resolver enigmas. De ahí que sea racional una mayor especia-
comunidad científica se conai¿rteal nueyo paradigma, es decir, transfiere lización, ya que ella favorece la probabilidad de resolver los enigmas de
la fe en el üejo paradigma al nuevo, produciéndose así lo que Kuhn llama modo más exitoso en la medida en que la comunidad cientíñca se puede
u¡a ran o luc ión ci mtífi c a. dedicar a un número menor de problemas y de un determinado tipo. Si
Una revolución científica es por tanto aquel episodio en el que una hay una conversión al adoptarse un nuevo paradigma, ella está basada en
comunidad científica abandona un paradigma y adopta uno nuevo. Ahora una fe sustentada por buenas razones.
bien, tal adopción sucede solo si el nuevo paradigma resuelve las anoma- La inconmensurabilidad impide que haya algoritmo decisorio; no hay
lías del anterior, permite suscitar hechos nuevos imposibles de anticipar fórmula o conjunto de reglas mecánicas para decidir unívocamente la
por el üejo paradigma, y resuelve sus enigmas con más rigor y precisión adopción de un nuevo paradigma, pero hay siempre buenas razones que
que aquellos con que el viejo paradigma resolvía sus propios enigmas. involucran, además, la presencia de un plus no formalizable. Así, ante las
Kuhn llama "revolución" a cada uno de estos episodios porque satisfacen reiteradas acusaciones de irracionalidad que se han hecho sobre su pos-
las dos condiciones básicas que, según é1, deben satisf;acer las revoluciones tura, Kuhn responde que son insultantes y fruto de no percibir que él no
políticas: la pérdida en determinado momento de la fe de la comunidad defiende una concepción estrecha de racionalidad reducida a logicalidad,
en las instituciones vigentes y el cambio radical de dichas instituciones. sino que sostiene una postura más amplia en la que siempre intervienen
Luego de la revolución, comienza un nuevo período de ciencia nor- ingredientes contextuales, además de la irrenunciable presencia de bue-
mal con nuevos presupuestos, valores, leyes y teorías, así como ejemplares. nas razones.
En dicho proceso, "todo cambia", pues cambian los cuatro ingredientes Su defensa de la racionalidad científica esá ünculada a su defensa de
fundamentales citados y, consistentemente, la concepción del mundo y el las críticas de relativismo total. Kuhn reconoce que es relatiüsta concep
modo de percibirlo (C*stalt witch). En especial, es importante y novedo- tual, pues al cambiarse de paradigma cambia el significado de los términos;
so el modo en que cambia el paradigma, pü€s, según Kuhn, el cambio a relatiüsta perceptual, porque cambia el modo de ver el mundo; relatiüsta
través de las revoluciones científic¿¡s es tal, que los paradigmas sucesivos acerca de la verdad, porque una misma sentencia verdadera en un para-
separados por ella son inconmensurabl¿s. digma puede no serlo en el otro, pero afirma que no es relatiüsta respecto
Kuhn aclara que su concepto de inconmensurabilidad es fiel al con- del progreso científico.l
cepto de los matemáticos griegos, en particular de Euclides. Así como Kuhn tiene una Versión sin precedentes acerca del progreso científico:
la diagonal y el lado del cuadrado son magnitudes inconmensurabres, existen dos tipos de progreso: el progreso en ciencia normal y el progreso
o sea, no hay una cantidad-medida común a ambos (el cociente entre a través de las revoluciones con características muy distintas. El progreso en
ambas no es un número racional), ..rt.. io, términos, por ejemplo, de ciencia normal es acumulativo (por sucesiva acumulación de solución de
dos paradigmas sucesivos no hay un diccionario común-neutro de tra- enigmas), continuo (pues resulta de la ininterrumpida tarea de la comu-
ducción literal. Inconmensurabilidad no significa, por lo tanto, incom- nidad en la resolución de enigmas), y luce como muy exitoso (porque,
Parabilidad (por ejemplo, la diagonal del cuadrado es comparable con
el lado; es mayor en longitud que el lado): paradigmas sucesivos son r Para un estudio crÍtico de las variantes d. ,.lutiuirrno Presentes en la obra de Kuhn,
inconmensurables pero comparables. De acuerdo con Kuhn, siempre es véase Góinez (2006).
74 La dimensión valorativa de las ciencias Thomas Kuhn: los valores como consl¡lulivos de las ciencias 7b

hasta la presencia de anomalías, el paradigma aparece como resolüendo con Fleck -quien en 1935 hablaba de "estilos de pensamiento"-, en
todo problema que se presenta). El cambio científico a través de las reve' proponer en la tradición filosóñca-científica del siglo xx el rol consti-
luciones, debido a la ruptura radical producida en todos los ingredientes tutivo de los paradigmas; el mundo estudiado Por un paradigma es el
del paradigma, no es acumulativo, es discontinuo, y no puede ser üsto mundo tal como él lo determina.
como un progreso hacia meta alguna (debido a la inconmensurabilidad (4) Acerca de ciencia e historia de la ciencia: mientftui que en la concep
entre paradigmas sucesivos); así, no puede hablarse de progreso hacia la ción estándar solo se utiliza la historia usada para ejemplificar alguna
verdad, o de progreso hacia un mundo en el que convergen las ontolo- de las tesis epistemológicas, en la versión no estándar inaugurada por
gías de los mundos precedentes. Se trata de un progreso en que el nuevo Kuhn, las tesis epistemológicas son el resultado de tener en cuenta pri-
paradigma resuelve las anomalías del anterior y re§uelve mejor sus enig- mariamente el contexto histórico de los acontecimientos científicos.
mas. Si bien no puede hablarse de progreso "hacia", debe hablarse de (5) Progreso: hay coincidencias en tanto que la concepción estríndar y
progreso "desde". Kuhn afirman que la ciencia Progre§a, pero la concepción no están-
Todo este cúmulo de propuestas originales y distintas a las de la epis- dar hace de ese progreso un desarrollo no elucidable por algoritmo
temología vigente hasta la década de 1960 explica el enorme impacto de lógico.matemático alguno.
La estructura...: se consideró que con ella terminaba la llamada conceP (6) Racionalidad: Kuhn también sostiene, como la tradición estándar, que
ción estándar o heredada de la ciencia, para inaugurar la concepción no la actiüdad científica es racional, pero requiere de una racionalidad
esrándar. más amplia que incluya ingredientes no reducibles a algoritmos' De
Visto desde una perspectiva filosófica más abarcadora, es adecuado ahí la fuerte relación entre Progreso y racionalidad. El modo en que
proponer las siguientes modificaciones fundamentales suscitadas por la la ciencia avarrza,, tanto bajo un paradigma como en la concepción
obra de Kuhn: esrándar, exhibe su racionalidad.
(?) Ciencia y sujeto cognoscente: la concepción estándar respeta el ddc-
(1) Acerca de la unidad de análisis: se pasó del concepto de teoría, como twnde Popper acerca de una "epistemología sin sujeto cogno§cente',
una entidad lingüística, al concepto de paradigma, como Pauta rec- pues, como solo se ocupa del producto acabado de una actividad, no
tora de una actiüdad conducida Por un tipo de sujeto, la comunidad requiere de la elucidación de quién y cómo la produce. En la medida
científica. Mientras que la unidad de análisis en la concepción están- en que la versión kuhniana se centra no en el producto acabado sino
dar era el producto lingüístico final de una actividad, en la postura en el modo de producirlo, es crucial referirse a quiénes lo producen'
de Kuhn se inaugura una unidad de análisis que en última instancia Kuhn demarca la ciencia a través del sujeto productor, de la comuni-
hace que la filosofia de las ciencias se ocupe primariamente de deter- dad científica. Lo que distingue a la ciencia de otras actiüdades es el
minada actiüdad, de un modo de producir, más que del producto de sujeto que la produce (su educación, la§ Pauta§ Procedim€ntale§, las
este. Además, mientras las teorías son entidades unidimensionales, normas de conducta, lo que determina un tipo particulary distinto de
pues esán compuestas Por un mismo y único tipo de entidades +en- actiüdad).
tencias-, los paradigmas son multidimensionales, Pues sus ingredien- (8) Ciencia y método: mientras que en la concepción estándar en su tota-
tes son de muy distinta naturaleza -sentencias, valores, problemas-. lidad el método científico es lo que hace que la ciencia sea lo que e§'
(2) Acerca de las dicotomías: se abandonan las dicotomías ProPuestas tal concepto y sus problemas desaparecen en la concepción no esán-
por la concepción estándar, como aquella entre contexto de descu- dar de Kuhn, donde ni siquiera se habla de ello, f¿ que no es nece§a-
brimiento y contexto de.justificación, por considerarlas irrelevantes; rio para tener una versión históricamente adecuada del conocimiento
el concepto de paradigma y actividad normal atraüesa ambos comPo- científico y su desarrollo.
nentes de dicha distinción: en la actiüdad científica normal se descu- (9) Cienciayvalores: este es el tema"o sea, la cuestión que más nos interesa
bre y se justifica. y a la que nos dedicaremos con más detalle, luego de establecer algu-
(3) Acerca de teoría-hechos: es otra de las dicotomías abandonada-s. nas diferencias notables entre Kuhn y distintos repre§entante§ con§Pi-
Mientras que para la concepción estándar las te6rías se refieren a un cuos de la tradición estándar, más prqcisamente Carnap y Popper' Es
mundo totalmente independiente de ellas, Kuhn es el primero,junto suñciente por ahora con señalar que el concepto mismo de paradigma
Thomas Kuhn: los valores como constiluiivos de las ciencias 77
76 La dimensión valorativa de las ciencias

muestra que ciertos valores están siempre presentes; si no fuera así, de sus consecuencias una evaluación muy distinta de su relación con
la ciencia no sería la actiüdad que recibe tal nombre. De otro modo, Kuhn.2
ello involucraría que no podríamos hablar de ciencia tal como se ha Debemos comenzar señalando que carnap fue quien leyó el manuscri-
hecho a lo largo de la historia. to de La estrurtura,.. cuando Kuhn lo envió para que §e pusiera en con§i-
(10) Ciencia como conocimiento y ciencia como práctica: este es el otro deración su publicación en la Biblioteca de la ciencia unifrcada. carnap
tema importante para nosotros, pues esá íntimamente vinculado al mostró de manera enfática ciertos puntos de acuerdo con Kuhn, y remar-
de la ciencia y los valores. Cuando Kuhn afirma, en la primera pági- có la originalidad y el interés que desPertaría la nueva PersPectiva abierta
¡a de La estructura..., que la historia de la ciencia puede producir por la obra.
una concepción totalmente distinta de la imagen dominante de la Entre los puntos de acuerdo, carnap señaló "el énfasis de Kuhn en la
ciencia, anticipa algo que se produjo muy gradualmente y que solo presencia de nuevos marcos conceptuales toda vez que se produce una
desde hace relativamente poco tiempo comenzó a tener tratamiento revolución", así como en su carácter de no interraducibles, todo ello con-
teórico, lo cual discutiremos en su momento. Esa imagen surge de sistente con el concepto carnapiaio de rnarco conceptualy con el hecho de
los estudios históricos acerca de la investigación científica, que exhi- que dichos marcos no se adoptan por razones lógicas, sino que involu-
be sus resultados a lo largo de su historia. Se trata de una nueva ima- cran siempre una dimensión pragmática-contextual (funcionalidad a los
gen de la ciencia a partir de la cual esta es üsta básicamente no como intereses-propósitos a proseguir según el contexto). Así como en Carnap
conocimiento sino como próctica, lo que se pone de relieve en los el marco conceptual define, desde el vamos, aquello de lo que se puede
diversos componentes en los que se centra la concepción de Kuhn: hablar dentro de é1, los paradigmas en Kuhn establecen el dominio de Io
el proceso de producción en la investigación científica; la concep que se ha de discutir en ellos. Hay pues en ambos, tal como Kuhn recono-
ción de esta como básicamente dedicada a la solución de problemas; ce, una suerte de aceptación del a primi kantiano qn un sentido no abso-
el concepto de Qemplares, incluida la práctica de iustrumentación y luto, sino relativo a determinado contexto (pues los marcos conceptuales,
experimentación; el modo de hablar de las crisis como una pérdida así como los paradigmas, pueden cambiar).3
de fe de los científicos en lo que los científicos hacen, lo que involu- Hay, por supuesto, diferencias importantes entre ellos, en su mayoría
cra un desbarajuste técnico; las revoluciones como sucesos en los que ya señaladas en las diez notas del parágrafo anterior. Ahora bien, lo que
se pasa de un modo de hacer investigación a otro modo distinto, a lo nos interesa destacar en este punto es que Para Kuhn la dimensión his-
que hay que sumar la idea de que las revoluciones solo son exitosas tórica de la investigación cientíñca y de su cambio es determinante de
si dan nuevo ímpetu a la investigación. Bastan estos ejemplos para todas las restantes características que él adscribe a dicha investigación,
mostrar que Kuhn propuso básicamente, como ya hemos dicho, un pero no así para Carnap, donde no hay tal contextualización histórica
desplazamiento-cambio de la imagen de la ciencia como conocimien- determinante. Para Carnap, los problemas filosóficos son estrictamente
to a la de la ciencia como práctica. formales, mientras que para Kuhn es crucial mostrar que siempre van
más allá de cuesriones de formalizaciónlígicay/o matemática. No hay
Estas diez notls separan a Kuhn de la tradición esándar. pero no de todos duda de que dichas diferencias se deben a un cambio imPortante en el
sus miembros de la misma manera y en el mismo grado. A nosotros nos modo de entender la filosoña: en carnap, era clave lógico-formalizarla
interesa remarcar el distanciamiento de su propuesta respecto de los auto- en el sentido de reducirla al análisis lógico del lenguaje científico; en
res más representativos de la concepción heredafta ya discutidos, Carnap Kuhn, historizarla.
y Popper. La distancia de Carnap a Kuhn no es la misma que la de Popper a
Kuhn. t a primera gran diferencia, además de las arriba señaladas en las

De Carnap a Kuhn, ¿sin pasar por popper?


2Agradezco a Pablo Lorenzano por haberme facilitado la correspondencia
de Carnap, así
.o-o áb4o, acerca de ella relaciónados con la influencia de Carnap en Kuhn, obtenidos
El renovado interés por la postura de Carnap, así'como la nueva mane-
enlos &nap's A¡chünsde ta Universidad de Pittsburgh'
ra de entenderla, que ya data de más de diez años, ha tenido s Paia una discusión de la presencia de Kant en Kuhn, véase Gómez (1993)'
como una
78 La dimensión valorat¡va de las ciencias Thomas Kuhn: los valores como conslilulivos de las ciencias 79

diez notas, es el rol de la falsación. Mienras ella es ütal para la postura cambiar de teoría. Ya en el primer párrafo de dicho trabqio, sostiene que
de Popper, no lo es para Kuhn, dado que la falsación no tiene (ni puede, las decisiones al respecto "no pueden resolverse mediante prueba", sino
ni debe tener) rol alguno en la ciencia normal o en las revoluciones. El que se necesitan "técnicas de persuasión", por lo que es comprensible que
fracaso en la solución de determinados enigmas no invalida al paradigma haya resistencia a abandonar una determinada teoría. I-a decisión nunca es
mostrándolo falsado y necesariamente abandonable; a lo sumo muestra de algunos científicos por separado, sino que, en la medida en que no hay
la inhabilidad de la comunidad para resolverlos. Si alguien insiste en cul- criterios neutros y uílidos para todo contexto, para cada científico indiü-
par al paradigma, lo que realmente sucede es que muy probablemente la dual no puede haber mejor criterio que "la decisión del grupo científico"
comunidad científica expulse a dicho miembro: "aunque las contrastacio' (Kuhn, 1977, pp. 321-322).
nes ocurren frecuentemente en ciencia normal, estas contra§taciones son En una pregunta valorativa crucial, Kuhn se interroga acerca de las
de un tipo peculiar pues, en última instancia, es el científico indiüdual y características de una buenateoría científica. Como respuesta, cita cinco:
no la teoría el que cs puesto a prueba" (Kuhn, 1970a, p. 5).
Como ha afirmado Kuhn varias veces, si fuera cierto que ante los con- (1) Adecuación, lo que significa que las consecuencias que se deducen
traejemplos se debería considerar a la teoría falsada y abandonable, la de ella deben estar de acuerdo con los resultados de experimentos y
ciencia estaría entonces en un estado de "revolución en permanencia". Es obsenr¿ciones existentes.
decir que, según Kuhn, Popper nunca üo claramente la relevancia de la (2) Consistencia, no solo interna sino con otras teorías aceptadas en ese
ciencia normal (por el contrario, la condenó al afrrmar que "el científico momento.
normal, tal como Kuhn lo describe, es una persona a la que habría que (3) Alcance, lo que significa que las consecuencias de la teoría deben ir
compadecer" [Popper, 1970, p. 53]).4 más allá de las observ¿ciones, experimentos o subteorías que preten-
No resulta extraño, pues, que Kuhn rechace el carácter decisorio que de explicar.
Popper adscribe a los llamados experimentos cruciales, ya quq no hay anc' (4) Simplicidad, de modo de dotar de orden a los fenómenos que, si no
malía ni contrastación empírica o experimento crucial que refute una teo- fuera así, eshfían aislados.
ría. En consecuencia, la versión popperiana de la contrastación empírica (5) Ser fructuosa, o sea, permitir descubrir nuevos fenómenos o nuevas
con la falsabilidad como centro no es válida ni en la ciencia normal ni en relaciones entre fenómenos conocidos.
las revoluciones, tal como Kuhn las entiende.
Sin embargo, el mayor distanciamiento de Kuhn respecto de Popper Todos estos criterios son epistémicos, o sea, internos a la práctica misma de
-no así de Carnap- concierne a la cuestión de los valores. la cienciay sin referencia extracientÍfica. Pueden entrar en conflicto mutuo y
no todos son igrralmente decisivos. Por ejemplo, la adecuación puede deter-
minar elegir una teoría, mientras que el alcance puede inütar a elegir otra
Juicios de vdor y elección de teoría en competencia con la anterior. Además, la adecuación parece ser, entre
todos, el criterio considerado como más decisivo por los Brupos científicos,
En el celebérrimo artículo "Objetiüdad, juicio de valor y elección de teo- pero ello plantea el inconveniente de que no siempre las teorías pueden
ría", Kuhn (1977) argumenta acerca del modo en que intervienen valores, ser claramente distinguidas para su elección en términos de adecuación.
tanto cognitivos como no cognitivos, en las elecciones de los científicos al Lo m¡ís importante es que dichos criterios no funcionan como reglas
sino como Vemos así que "dos personas totalmente comprometi-
{ Popper (1970) afirmó que la comunidad científica que lleva a cabo la investiga.ción "alores.
das con la misma lista de criterios pueden llegar a distintas conclusiones.
científica normal es dogmática, porque sigue férreamente las pautas del paradigma y no
[Es decir,] person¡rs particulares hacen decisiones particulares en momen-
da lugar a la crítica. Kuhn (1970b) respondió que los científicos normales estaban compro
metidos con ciertas parrtas procedimentales y lo hacían en grr¡pos con las características de tos específicos" (Kuhn, 1977,p.324). Pueden interpretar, por ejemplo, la
las comunidades científicas á l¿ Kuhn, porque ello era un requisito para ser exitosos en la simplicidad de distinta manera o diferir en el modo de asignar peso rela-
solución dc los enigmas, que sería el objetivo fundamental de la actiüdad científica. No había' tivo a los distintos criterios cuando se los considera conjuntamente.
pues tal dogmatismo, sino una práctica fiel a pautas de racionalllad instrumental, En rrcz de
"ser un peligro para la ciülización", como desorbitadamente afirmaba Popper, esto era para Lo crucial es que Kuhn reconoce que existen "otros factores relevan-
Kuhn una condición necesaria para el avance progresivo de la ciencia madura. tes para la elección [que] esuín fuera de la ciencia. [a elección inicial de
8o La dimensión valorativa de las ciencias Thomas Kuhn: los valores como constitulivos de las c¡enc¡as gr

Kepler por el copernicanismo se debió en parte a estar inmerso en los Ahora bien, a partir de la primera edición de La esttuctura d¿ las reuolu-
moümientos neoplatónicos y herméticos de su tiempo" (üü1., p.325). Es ciones cimtlficas, Kuhn fue gradualmente debilitando su posición. Dejó de
por ello que Kuhn afirma que "toda elección entre teorías en competen- usar cada vez más el concepto de paradigma, que fue reemplazado suce-
cia depende de una mezcla de factores objetivos y subjetivos, o de criterios sivamente, primero, por matriz disciplinaria y, luego, por léxico, núcleo
compartidos e indiüduales" (¿). Para decirlo de otro modo: intervienen lexical y marco conceptual, en la segunda mitad de Ia década de 1980,
factores tanto cognitivos como contextuales externos (sociales, políticos, hasta que él mismo afirmó que dejaría de utilizarlo porque el uso que se
religiosos, etc.) . Y es la presencia de ellos lo que hace que Kuhn afirme que le había dado había llegado hasta su distorsión. El rol constitutivo de los
dichos criterios "no funcionan como reglas que determinan la elección, paradigmas disminuyó, hasta hacer desaparecer, en 1986, Ia meráfora del
sino como valores que la influencian" (ibid., p.331). Distintas comunida- desplazamiento perceptual en las revoluciones científicas. Estas se hicie-
des, y distintos individuos dentro de ellas, los interpretan-valoran-enlistan ron menos radicales, y se aceptó que, üstas localmente, eran el resulta-
jerárquicamente de distinta manera según el contexto. do de una serie de cambios sucesivos que se acumulaban, los que su vez,
Tales valores pueden "ser insuficientes para un algoritmo compartido üstos siglos después, con perspectiva histórica, eran considerados como
de elección", pero proporcionan lo suficiente como para esrablecer "qué radicales. Las revoluciones son ahora básicamente episodios con cambios
debe considerar cada científico para alcanzar una decisión, qué puede taxonómicos locales, cuya característica sobresaliente es el incremento en
considerar o no como relevante, y qué se le puede requerir legítimamen- el número de especialidades cientíñcas. La inconmensurabilidad se hizo
te que señale como base de la elección que ha hecho". Si agregamos otros inconmensurabilidad local, solo válida para algunos términos del núcleo
valores a la lista, como por ejemplo la utilidad social, la elección quizá sea conceptual del léxico. Se mantiene la analogía entre desarrollo científico
diferente, y si eliminamos algún valor, como por ejemplo la "adecuación", y desarrollo evolutivo, en los que el objetivo principal es el incremento de
"la empresa resultante no se parece en absoluto a la ciencia, sino quizás a la eficiencia en Ia solución de problemas, y a ello se suma que las revolu-
la filosofia" (dd). ciones son üstas como acontecimientos de especiación.
Este planteo suele ser considerado por la tradición en filosofia de las Sin embargo, la presencia de valores no cognitivos compartidos por los
ciencias como un atentado contra la objetividad científica. Kuhn cree que miembros de una comunidad científica, junto a la lista kuhniana de valo,
no es así, porque esa tradición no se refiere de manera adecuada a la his- res cognitivos, se mantuvo sin modificaciones relevántes, como también la
toria real de la ciencia, sino que lo hace a una historia reconstruida, de fuerte tesis kuhniana de que los valores cognitivos constituyen los estánda-
modo tal que, en vez de hablarse del contexto histórico real de la ciencia, res más importantes de racionalidad, algo así como una plataforma arqui-
se crea el.contexto pedagó§co, que consiste en la ciencia tal como la presen- mediana, aunque no f{a ni permanente. Correlativamente, Kuhn endu-
tan los libros de texto, con el inconveniente de que "[e]l contexto de peda- reció más y mrís la posición respecto del programa fuerte de Edimburgo
gogía diñere casi tanto del contexto dejustificación como del contexto de (Daüd Bloor) y el constructivismo social (Latour, Woolgar, entre otros).
descubrimie nto" (ihid,., p. 327). fuí, contra el programa fuerte, Ilegó a afirmar que "[e]stoy entre aquellos
Kuhn enfatiza además que dichos valores varían con el avance de la que encuentran absurdas las afirmaciones del programa fuerte: un ejemplo
investigación a lo largo de Ia historia. [,a "adecuación", por ejemplo, hoy de deconstrucción disparatada" (Kuhn, 2000, p. 110), mientras que acer-
se refiere más a aspectos cuantitativos como "exactitud y rigor procedimen- ca de las versiones sociológicas-constructiüstas sostiene que, aunque ellas
tal" que a aspectos cualitativos, mientras que en el pasado predominaba el reconocen que las observacionesjuegan un rol importante en el desarrollo
acuerdo en el sentido cualitativo de estar de acuerdo con lo que se obserrr¿. de la ciencia,jamás discuten cuál es ese rol, poniendo tal acento en el papel
Nada impide la supervivencia de la objetiüdad, ahora no idealizada del poder y el interés en las negociaciones para llegar a acuerdos entre los
pedagógicamente, sino considerada como resultado de la posibilidad de científicos que la naturaleza prácticamente queda fuera en dichas nego-
que los miembros de una comunidad lleguen a acuerdos intersubjetivos ciaciones; pero si ello es así, "no hablaríamos más de algo que merezca §er
acerca de los valores que utilizan al tomar las decisioiies para elegir entre llamado ciencia' (Kuhn, 2000, p. 317).
teorías. En su nueva concepción no estándar de la ciencia, Krrhn propone
la consistencia de la tríada ciencia-valores-objetiüdzíd, e inaugura así una
nuev¿ mirada respecto de la relación entre los miembros de dicha tríada.
IV
Imre Lakatos: racionalidad y ciencia libre
de valores en aras de la objetiüdad

[,a relación entre los miembros de la tríada racionalidad científica, valo.


res y objetividad parece sintetizar la propuesta central de [,akatos en rela-
ción con el tema de la presencia de valores en la investigación científica.
l,akatos, comunista húngaro que tuvo que emigrar súbitamente ante
la invasión soüética de Budapest, terminó en l,ondres estudiando en la
London School of Economics. A pesar de ser fuertemente influenciado
por la obra de Popper, algunas de sus tesis centrales hacen que se lo suela
considerar entre los filósofos no esrándar de la ciencia.
l,akatos ocupa en nuestro proyecto un lugar especial: pocos como é1,
y ninguno como él después de 1960, defendió la neutralidad valorativa
de la ciencia de manera tan extrema, al identificar la presencia de valores
no cognitivos en la actiüdad científica con la presencia de irracionalidad.
Para mostrarlo, nos limitaremos a dos trabajos fundamentales de l,akatos,
"La falsación y la metodología de los programas de investigación científi-
ca" y "[^a historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales"; en los dos
trabqjos l,akatos tiene como polo crítico motivador la postura de Kuhn'
Nos referiremos también a sus "Conferencias sobre el método científico"
y a su correspondencia con su amigo P. Feyerabend.
En "I",a falsación y la metodología de los programas de investigación
científica", Lakatos comienza criticando diversas formas del falsacionis-
mo; distingue entre falsacionismo dogmático, falsacionismo metodol&
gico y falsacionismo soñsticado, y desemboca en su proPuesta de los pro'
Sram:rs de investigación científica. Lakatos afirma "que de acuerdo con la
lógica del falsacionismo dogmático, la ciencia se desarrolla mediante el
repetido derrocamiento de teorías cbn ayuda de puros hechos" (Lakatos'
1975a, p. 210). Pero no hay cosa tal como "puros hechos", a§í como no hay

tssl
84 La dimensión valoral¡va de las ciencias lmre Lakatos: racionalidad y ciencia libre de valores en aras de la obietividad 85

observaciones puras no contaminadas de teoría, que son indispensables Todo programa de investigación se caracteriza por un núcleo duro y
para el falsacionismo popperiano. una heurística. El núcleo duro esrá comPuesto por aquellos suPuestos que
Popper es el caso representativo del falsacionsimo metodológico, que no estamos dispuestos a abandonar pase lo que Pase en el mundo empí-
Lakatos considera como una combinación de convencionalismo y falsacio- rico. La heurística negativa del programa nos prohíbe entonces dirigir
nismo dogmático, con dos diferencias cruciales: "Popper difiere del con- el nod,us tollcns a este núcleo duro, ante hechos empíricos oPuestos a los
vencionalismo al sostener que los enunciados que se deciden mediante un supuestos. Para ello, la heurística positiva debe guiarnos en la construcción
acuerdo no son espacio-temporalmente universales, sino espacio-temporal- de un cinlurón protcctm d,e hipótesis auxiliares que debe irse reajustando o
mente singulares". Además, Popper difiere de los falsacionistas dogmáticos sustituyendo para defender al núcleo de manera efectiva.
al proponer que "el valor veritativo de esos enunciados [de la base empíri- Lakatos concibe la actiüdad científica dentro de un programa de inves-
ca] no puede ser demostrado solo por los hechos; sin embargo, en algunos tigación centrada en la resolución de problemas. Cada problema puede
casos, puede ser decidido por un acuerdo" (ibid., p.219). resolverse progresiva o degenerativamente, y la guía para ello es la heu-
Lakatos sostiene que hay dos notas comunes al falsacionsimo dogmá- rística positiva. Un problema es resuelto progresivamente (o, en la termi-
tico y al metodológico que no se corresponden con la marcha real de la nología de l.akatos, produce un desplazamiento o cambio progresivo del
ciencia: (l) una contrastación es un enfrentamiento entre solo dos con- problema) si la hipótesis que permite resolverlo tiene un exceso de conte-
tendientes, teoría y experimentación, y (2) el único resultado interesan- nido empírico, o sea, si además de resolver el problema permite predecir
te de esa confrontación es la falsación (concluyente). Pero la historia de consecuencias novedosas. En ese caso, el Progreso habrá sido meramente
la ciencia muestra que "(1) las contrastaciones son -al menos- un triple "teórico", pero si el exceso de contenido es confirmado empíricamente,
enfrentamiento entre teorías rivales y experimentación, y (2) algunos de entonces el progreso es también empírico. En la concepción lakatosiana
los experimentos más interesantes resultan, a primera üsta, a favor de la de progreso en un programa de investigación, el progreso teórico siempre
confirmación más que de la falsación" (ibid., p. 228). De ahí la necesidad precede al empírico. si, por el contrario, la hipótesis que permite resolver
de introducir un tercer tipo de falsacionismo, al que l,akatos llama "sofisti- un problema no tiene exceso de contenido empírico, l.akatos estatuye que
cado". A diferencia del falsacionismo "ingenuo", que considera a una teG. se ha producido un desplazamiento o cambio degenerativo del problema.
ría como falsada por un enunciado "observacional" que entra en conflicto En laüda de un programa de investigación, el núcleo duro esÍá acom-
con ella, el falsacionista sofisticado considera falsada una teoría ?si y solo pañado por una serie de hipótesis que resuelven problemas, o §ea, Por una
si (i) ha propuesto una teoría T'tal que T'tenga más contenido empíri- serie de teorías que constituirán un avance dentro del programa si cada
co que I es decir, que prediga nuevos hechos improbables a la luz de T una de ellas resuelve progresivamente los problemas que la anterior resol-
(ii) T'explique los aciertos preüos de T,y (iii) alguna parte del contenido vía de manera degenerativa. Pero también se da el caso en que el progra-
excedente de T'esté corroborada. ma, para resolver problemas, va produciendo mrís y mris un desplazamien-
El problema para satisfacer (i)-(iii) es que hay que hacer ajustes para to degenerativo de ellos (el programa esrá degenerando)' Sin embargo' el
armonizar los enunciados con los hechos utilizando hipótesis auxiliares, y hectrá de que esté degenerando no es razón suficiente para abandonarlo.
por ende hay que distinguir entre modos científicos y seudocientíficos de por ejempio, "la teoría social más respetable, la economía neoclásica, está
hacer tal armonización. A menudo, ello requiere del uso de hipótesis ad actualmente degenerando, y parece no haber tenido una etapa progresiva
hoc, algo que los científicos tienden a usar a lo largo de la historia, pero en punto alguno de su vida" (Lakatos y Feyerabend, 1999, p' 107)'
que Popper critica como irracional. Esta crítica eliminadora de las hip& En razón de la estrategia de proteger el núcleo terl z y la relevancia
tesis ad hoc hace que el falsacionsismo sofisticado de popper sea históri- de las soluciones o cambios progresivos de problemas, se muestra que "la
camente insostenible. heurísdca positiva avanza haciendo caso omiso de las 'refutaciones': pare-
Lakatos encuentra una vía defendible para el falsacionismo sofuticado ce que más que las refutacione§ son las 'verificaciones' las que proPor-
que conduce a su metodología de los programas de investigación: 'el progra- cionan los puntos de contacto con la realidad" (L'akatos, 1975a' p' 249)'
ma consiste en reglas metodológicas; unas nos dicen qué senderos de inves. En verdad, Lakato§ abjura de la "refutación instantánea": no hay caso
tigación hemos de evitar (hanística nzgatioa), y otras,'qué senderos hemos particular alguno que permita considerar definitivamente refutada una
de seguir (h¿urírtica psitiaa)" (ibid,, p. 244\. hipótesis; siempre hay modos, mediante el uso de hipótesis auxiliares'
86 La dimensión valorativa de las ciencias lmre Lakalos: racionalidad y ciencia libre de valores en aras de la obletividad 87

de salvarla. Por el contrario, "las más grandes üctorias en ciencia fueron En consecuencia, es comprensible la afirmación lakatosiana de que "si la
verificaciones, no falsaciones" ([.akatos, lggg, p. 95).1 En abierta oposi- racionalidad de la ciencia es popperiana, la ciencia real no es racional; si
ción a Popper, que recomendaba "que los científicos deben elegir ignorar es racional, no es popperiana" ([,akatosyFeyerabend, 1999, p. llf).
completamente cualquier confirmación", Lakatos afi rma reiteradamente I-^akatos afirma que la cimcia m.adura "consiste en programas de inves-
que "sin la duraa [del núcleo] no habría progreso científico en absoluto" tigación en los que se anticipan no solo hechos nuevos, sino también, en
(ibid., p.89).2 un sentido importante, nuevas teorías; la ciencia madura, al contrario del
Surge entonces la pregunta de cuándo es racional abandonar un pro. pedestre ensayo'y-error, tiene 'poder heurístico'" ([,akatos, lg75a, p. 286).
grama de investigación. La respuesta tiene que ver con su proceso de dege- Por ejemplo, el poder de la heurística positiva comienza con su guía para
neración, o sea, con cuál es el punto de degeneración en el que se acuerde construir los cinturones de protección, lo que "engendrala autonomía de
en la necesidad indispensable de abandonar el programa. En principio, l.a cimcid (ibid^, p. 287).
por supuesto, no se abandona un programa y se adopta otro mientras no Lakatos reconoce finalmente las influencias y diferencias respecto de
haya uno disponible. Lakatos afirma que "la razón objetiva [para ello] la Popper y Kuhn. Kuhn y l,akatos enfatizan la resistencia de los científicos a
proporciona un programa de investigación rival que explique el éxito pre- abandonar sus versiones del mundo. Pero Lakatos y Popper no ven la nece-
üo de su oponente y lo supere haciendo patente lunmayor podr ha$ísticd, sidad de apelar a marcos constitutivos del mundo; mucho menos acepta
(Lakatos, 1975a, p.267). Percararnos del 'mayor poder heurístico" puede [,akatos la presencia de ingredientes extralógicos para explicar la raciona-
llevar a su vez mucho tiempo. De ahí que hay que tener paciencia con los lidad de la ciencia o el cambio científico. Como Popper, Lakatos ve la mar-
programas nuevos, incluso protegiéndolos'durante un tiempo de un rival cha de la ciencia como gradual y continua, sin rupturas no acumulativas;
poderoso y establecido" (Lakatos, 1999, p. 269). es comprensible entonces que [akatos afirme: Yo veo la continuidad en la
Según Lakatos, todo lo afirmado subraya la importancia de la tole- ciencia a través de unas 'gafas popperianas'", y que donde Kuhn ve "para-
rancia metodológica. Esta permite, además, entender la afirmación de digmas", él vea "programas de investigación racionales" (róii, p. 288).
I-akatos de que "tuvo que sustiruir aceptación y rechazo de teorías por ra Según l,akatos, es como si la propuesta de Kuhn sobre la actiüdad cien-
preferencia de una teoría en lugar de otra" (ibid., p. 296). Ni siquiera los tífica no hiciera de ella una investigación racional, dado que no la cita
experimentos cruciales son decisivos para abandonar un programa (con- enre las posibles metodologías alternativas para reconstruir racionalmen-
sistente con la inexistencia de falsación instantánea). Lakatos sostiene que te la historia de la ciencia. Parece extraño que se pueda afirmar algo así;
"los experimentos se ven como cruciales solo cuando han transcurrido sin embargo, Lakatos cree firrnemente en ello, tal como se eüdencia en
decenas de años", es decir, no son decisivos para eliminar teorías en deter- su reconstrucción pretendidamente racional de la historia de la ciencia.
minado momento de la marcha del programa de investigación. por ejem-
plo, solo después de que Einstein eliminara la hipótesis del éter en 1g05,
se üsualizó el experimento de Michelson-Morley como ..el experimento La filosofía de la ciencia sin la historia de la ciencia es yacía
negativo más grande de la historia de la ciencia" (Lakatos, lg7ba, p.297).
[,as tesis de la no-falsación instanránea y de la nocaracterización instan- Con esta paráfrasis de la célebre frase de Kant acerca de la relación entre
ránea del carácter cnrcial de un experimento llevan a afirmar la no-raciona- conceptos e intuiciones, Lakatos comienza su trab{o sobre el rol de las
lidad instantánea, o sea, la inexistencia de razones suficientes conclusivas. metodologías de las ciencias para llevar a cabo una reconstrucción racio-
nal de su historia. Ello pone en evidencia uno de los aspectos no e§tándar
I Ademiis, "las
sobresalientes de la postura de Lakatos: asignarle a la historia de la ciencia
teorías crecen en un mar de anoinalías, y ros contraejemplos son ignora-
dos' pero 5¿ p¡ssta mucha atención a las dramáticas confirmaciones' (t-akatás y Fey.,.b.nd, un rol fundamental en una elaboración adecuada de la ciencia.
1999, p.99). [,a racionalidad es, en última instancia, el criterio Para acePtar no
2Véase
también L,akatos
y Feyerabend, 199g, p. 100. A la pregunta acerca de qué es lo que solo una filosofía de la ciencia, sino también su reconstrucción históri-
,hay en el núcleo
duro, l,akatos contesta con ejemplos históricos. Así, afirma que usualmente '
nos encontramos con núcleos duros de dos, tres, cuatro ó cinca postulados
ca. r.a adecuación depende de que, como resultado de la inserción de la
como máximo.
considérese la teoría de Newton: su núcr¿o duru está compuesto por tres leyes
dinámicas más
historia en la ñlosofÍa de la ciencia, esta resulte Io más racional posible.
su ley de graütación" (dár'd., p. f 0B). Feyerabend ha señalado que "[,akatos [...] cree que hay esándares que
La dimensión valoratlva de las c¡enc¡as lmre Lakatos: racionalidad y ciencia libre de valores en aras de la obletividad gg

permiten que la ciencia [...1 y la razón sobreüvan [...] tales esándares acuerdo con la oposición popperiana a reconocer el uso renovado, inevi-
juzgan a los programas de investigación, pero no le indican al cientíñco table y comprensible por parre de los científicos de las hipótesis ad hoc.
qué hacer" (Lakatos y Feyerabend, 1999, p. l16). Feyerabend, sagazmen- "[E]l historiador de la ciencia inductivista no puede ofrecer una explica-
te, le hace la siguiente observación en una de sus cartas a Lakatos: "¿por ción 'interna' racional de pm qui fueron seleccionados en primera instan-
qué debemos hipostasiar la ciencia de modo absoluto (wallout scimce) no cia unos hechos en lugar de otros. Para él este es un problema no racional,
solo como una ayuda instrumental para la tecnología, etc., sino también unpírico, extsmd' (Lakatos, 1975b, p. a58). El convencionalismo es también
como una versión del mundo? Nadie que conozco ha respondido a ello. rechazado, porque "la historiograffa convencionalista no puede ofrecer
Tú reconstruyes la ciencia y la haces la medida de todas las cosas, pero no una explicación racional de por qué ciertos hechos fueron seleccionados
nos dices por qué ello debe ser así" (ibid., p. 315). en primera instancia [yl, como el inductivismo, es compatible con diver-
Esta formidable afirmación de Feyerabend remite a la pregunta inicial- sos programas empírico-'externalistas' complementarios" (ibid., p. a61) .
fundamental cuando se discute la relación entre ciencia y valores: ¿por qué la La conclusión es obüa: la mejor metodología desde la cual reconstruir
ciencia es hoy Elralor? Feyerabend está en lo cierto cuando afirma que nadie, la historia de las ciencias es la metodología de los programas de investiga-
ni siquiera los filósofos de la ciencia que proponen tal tesis, da una respues. ción. Nótese que entre las metodologías alternativas posibles no figura la
ta a esta pregunta. Es necesaria una versión adecuada de la ciencia libre de propuesta de Kuhn. Aquí es crucial percatarse de que el criterio de racio-
valores y, por supuesto, la respuesta tendrá que apelar a valores externos a nalidad de Lakatos es el mismo que el de Popper: racionalidad como logi-
la ciencia, puesto que, a pesar de su entronización como unidad valor¿tila, calidad. I aq decisiones son racionales si dan razones pura y exclusivarnen-
la ciencia no está libre de ellos. Ella misma es E/valor. Una auténtica acti- te en términos de la lógica deductiva. Sin algoritmo lógico como criterio
tud crítica requiere no sacralizar esta tesis, que exige una discusión desde exclusivo, no hay racionalidad. Como Kuhn habla de una racionalidad
un punto de üsta norrnativo, o sea, valorativo. más amplia, que incluye ingredientes no algorítmicos, Lakatos siempre lo
Lakatos reconoce que toda historia como narrativa del pasado es acusó de defender una versión de la actiüdad científica que la hace irracio-
reconstructiva, es decir, es selectiva, puesto que es desde cierto punto de nal. Por lo tanto, de acuerdo con su esrándar para reconstruir adecuada-
üsta que selecciona los hechos. Esto es imprescindible, porque es huma- mente la historia de la ciencia; la propuesta de Kuhn no debe ser tenida en
namente imposible una narrati histórica que sea reflejo especular de lo cuenta. Feyerabend, por el contrario, sostiene que "Lakatos no ha tenido
acaecido factualmente a lo largo del tiempo en cualquier área de la acti- éxito en mostrar que hay 'cambio racional' [. . . J ", pues "los programas de
üdad humana. El problema es que, ante la posibilidad de múltiples y dis- investigación [. . . ] no resuelven el problema de la racionalidad" (Lakatos
tintas perspectivas reconstructivas, es necesario decidir cuál considerar yFeyerabend, 1999, p. 117).
aceptable. Es allí donde enra ajugar un rol central el concepto de racio- El avance científico, según Lakatos, tiene un desarrollo r¿cional si se lo
nalidad. La reconstrucción debe ser racional en el sentido arriba indicado. entiende como una sucesión de programas de investigaciórr en la que, en
Surge entonces el problema de cómo proceder para que la reconstruc- determinado momento, puede existir una pluralidad de programas en com-
ción de la historia de la ciencia sea racional. ¿Cuál es el criterio de racio- Petencia (contra el monismo monopólico kuhniano). Los programas se
nalidad a seguir para lograrla? Según Lakatos, debe narra¡se la historia abandonan por otros en función de su éxito en resolver sus problemas de
de la ciencia desde la perspectiva de la metodología de la ciencia. Pero el manera progresiva. Este progreso se establece en términos de exceso de con-
problema es que ha habido y hay variadas me todologías. I-akatos tiene una tenido confirmado. El exceso de contenido se determina solo con la lógica
respuesta contundente al respecto: debe elegirse aquella metodología que, deductiva, y la confirmación de tal contenido, con la buena eüdencia empí-
consistentemente con el requisito de racionalidad, haga de la ciencia una rica y la utilización sagaz de Ia experimentación. Para señalar el progreso
actiüdad Io más racional posible. dentro de los programas de investigación y entre ellos, se siguen las mismas
Es por ello que Lakatos pasa revista a las distintas metodologías, más pautas de elección, con la diferencia de que la decisión entre distintos pro-
específicamente al inductivismo, al popperianismo y al convencionalismo Sram¿¡s requiere el cambio del núcleo tenaz. Pero la comparación es siem-
de Duhem y Poincaré, y concluye que todas ellas tienen problemas al res- pre de las.consecuencias predictivas, sin olvidar que "no hay nada que haga
pecto. Por ejemplo, la popperiana deja gran parte áe h actividad científi- inevitable el triunfo de un programa. Ni tampoco hay nada que haga ineü-
ca real fuera de la reconstrucción por el rechazo del carácter ad hoc, de table su derrota" (Lakatos, 1975b, p.467).
go La d¡mensión valorativa de las c¡encias lmre Lakatos: racionalidad y ciencia libre de valores en aras de la obietividad gr

Para ser racional, una hipótesis o procedimiento o decisión deben ser En el caso de I-akatos y aún más en el de Popper, estas dicotomías son
internos a las pautas reconstn¡ctivas de la metodología de los programas de discutibles e históricamente legitimadoras de la ciencia como máxima
investigación. Hasta la elección de los problemas a resolver en el programa expresión del conocimiento humano; como la más noble (nótese el peso
es interna al programa, porque "es la heurística positiva de su programa ideológico de "racional") actiüdad humana, en tanto ligada como ningu-
t...1 la que fundamentalmente dicta la elección de sus problemas" (iádd, na otra al progreso (que necesariamente debe ser concebido como racio.
p. 465). De ahí que "la metodología de los programas de investigación nal). Esto condujo a Feyerabend a afirmar que la ciencia se ha transforma-
pueda explicar el alto grad,o d¿ autonomía de l.a ci¿nci,a teñcoi' (id.). Por ende, do en la nueva lglesia, por lo que ha "argumentado a f,avor de la separación
Lakatos va más allá que el popperianismo en su afán de autonomiz-ar ala del estado respecto de la ciencia que se ha transformado en una iglesia"
ciencia, de evitar la influencia de "lo externo", o sea, de eütar la influen- (L"akatos y Feyerabend, 1999, p. 339).
cia de valores externos en las pautas lógicodeductivas de la ciencia, entre Además, ¿por qué una reconstrucción de la ciencia para ser racional
otros factores. Es eüdente la correlación: interno-autónomo-libre de valo' debe ser realizada desde la perspecti de una metodología de la investi-
res contextuales-objetivo. gación? ¿Por qué no desde la perspectiva de la historia política o social o
Lakatos reconoce que, ineütablemente, toda reconstrucción de la his- económica del medio en que se desarrolló y aplicó? La férrea adhesión a
toria, racional o no, deja una multiplicidad de hechos sin explicar (porque Ias dicotomías es parte de la explicación. Pero hay más aún: el responsa-
el criterio utilizado no permitió su inclusión). En consecuencia, también ble obvio es la reducción de racionalidad cientíñca a método científico,
reconoce que la historia interna, tal como la concibe l,akatos de acuer- otra indudable herencia popperiana. Pero esto depende de la creencia
do con su metodología de los programas de investigación, deja fuera una en ¿lmétodo cientíhco, que, para que sea cogsistente con la validez de las
variedad de hechos. De ahí que admita que "la historia interna debe ser dicotomías ( 1)-(5) , debe ser contextualmente aséptico y valorativamente
suplementada por la externa", ya que "la reconstrucción racional de la neutro, algo que, justamente, toda reconstrucción histórica smsata-ftel
ciencia [...] no puede abarcar todo, Porque los seres humanos no son a los hechos mismos- de la marcha de la ciencia refuta más allá de toda
aninrales co'mpktammb racional¿{ (ibid^, p. 468). Nótese, sin embargo, que duda razonable.
todo lo externo, todo lo que queda afuera de la reconstrucción hecha Para l,akatos, es un hecho que la ciencia progresa. Lo hace recurriendo
de acuerdo con el criterio de racionalidad, es irracional; por ejemplo, la a modos de proceder racionales, a una metodología que, como en la tra-
decisión de algún científico no abarcable por la historia interna necesaria- dición empirista poskantiana, ha reemplazado cualquier otra versión epir
mente será considerada irracional. El círculo se cierra con la afirmación temológica en términos de teorías acerca de la posibilidad de que los suje-
de Lakatos de que en esos casos puede apelarse a factores externos como tos representen el mundo que estudian.a Kuhn y Feyerabend rompen esta
los sociales, políticos, religiosos, económicos, para dar cuenta de lo que la tradición, [,akatos aún la respeta. Tal metodología reconstruye una historia
reconstrucción "racional" dejó afuera. interna para la cual lo que la gente cree y hace es irrelevante, una historia de
Ahora todo es claro y cristalino: Lakatos sigue preso de varias dicoto' programas de investigación autónomos y alienados, de conocimiento alie-
mías. Entre ellas merecen citarse: (1) juicios de hecho (objetivos);iuicios nado, lo que hace que la historia de la ciencia d Ia Lakatos deje afuera gran
de valor (subjetivos), (2) objetiüdad-no presencia de juicios de valor, parte de la historia, dejando de lado a los que la hacen.s
(3) interno-externo, (4) interno (racional)-externo (irracional) y (5) Por todo lo dicho, es eüdente que la concepción no esándar no e§tá
racional-social.3 constituida por posturas homogéneas entre sí. Así, las propuesta^s de
Lakatos, aunque fieles a muchas de las tesis popperianas, no comParten
algunas notas centrales no estándar, como, por ejemplo, la del carácter
!'I¡ reconstrucción racional o historia interna prima sobre la historia externa, ya que la constitutivo de la unidad de análisis, la irrelevancia de las consideraciones
mayoría de los problemas importantes de la historia externa se definen mediante la historia
interna" (takatos, 1975b, p. 472). Esto no dice toda la verdad: cabe preguntarse por qué la
es consistente con la afirmación de Hacking (f 981, e. 129):'El problema de l-akatos
{ Ello
historia interna elige determinados problemas externos: ¿no hay influencia de intereses o
preferencias contextuales? ¿Por qué se elige determinada versión interna de la ciencia para es dar una teoría de la objetividad sin una teoría represLntacional de la verdad'.
haccr las elecciones acerca de la historia externa? En última instancia, la cita muestra la 5
Sin reconocerlo explícitamente, los programas de investig'ación ysu desarrollo están en
extremísima autonomía "objetila, atatorativa" de la ciencia que sublace a la concepción de el tercer mundo poppcriano, y asumen de manera acrítica la ügencia y el carácter irreem-
Lakatos de las reconstrucciones racionales de la historia de la ciencia. plazabte del estilo hipotéticodeductivo.
La dimensión valorativa de las ciencias

sobre el método, la adscripción a una racionalidad más amplia no redu-


cida a logicalidad, el carácter central del sujeto productor y del modo de
producción propio de la actividad científica, la presencia de profundos
cambios revolucionarios y, especialmente, la tesis de la no neutralidad
r¡alorativa de la ciencia.
Sin embargo, todo ello va a ser recuperado por el más original, radical
y heterodoxo de los filósofos no estándar de la ciencia, Paul Feyerabend. v
Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico
para defender a la sociedad de la ciencia

Paul Feyerabend propuso una concepción de la ciencia en la que se aban-


donan las versiones ortodoxas estándar de los paámetros usuales del empi-
rismo en relación con las ciencias: su objetivo epistémico (verdad, predicti-
bilidad exitosa, etc.);su concepción del método considerado como único,
universal y atemporalmente viílido; la teoría como Ia unidad de análisis; la
neutralidad valorativa; la conmensurabilidad entre teorías; la invariancia
de sus términos; la irrelevancia del contexto histórico; la descontextualiza-
ción del estudio de la ciencia; la racionalidad y la objetividad al estilo del
empirismo clásico y contemporáneo, y especialmente del popperianismo.
Nosofos nos centraremos exclusivamente en las obras de Feyerabend en
las que aparecen desarrollados los argumentos centrales para defender sus
heterodoxas propuestas. [,as organizaremos en siete tesis principales: (1)
anarquismo epistemológico, (2) proliferacionismo, (3) contrainducción,
(4) concepción pragmática de la observación, (5) progreso cualitativo de
la ciencia, (6) despedid a a la razón, (7) defensa -Protección- de la socie-
dad respecto de la ciencia. Como corolario, concluiremos con su tesis de
la fuerte incidencia de valores no cognitivos en la actiüdad científica, lo
que hace posible la conquista de la abundancia.

Anarquismo epistemológico

Feyerabend comienza aclarando que no es un anarquista Político, sino epis-


temológico. Sostiene que es imposible defender la tesis de un único méto-
do --caracterizador de la actiüdad científica- cuyo uso sea imprescindible;
y que es indefendible la idea de que el método sea el mismo a lo largo de

tsrl
94 La dimensión valoraliva de las ciencias Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico para delender a la sociedad do la
cienc¡a 95

la historia o de que sirva parajustificar nuestra aceptación o rechazo de micos, sociales /, muy especialmente, éticos. El modo de hacer ciencia y
hipótesis y teorías. la aceptación de sus resultados son un asunto de decisión de acuerdo con
Feyerabend utiliza tres tipos distintos de argumentos para justificar exigencias éticas.
cada una de sus tesis (l)-(7). un argumento de tipo "histórico', para mos- Feyerabend deñende, pues, una fuerte postura crítica y pluralista res-
trar que los hechos científicos del pasado hacen plausibles sus propuestas; pecto del método. Parte de ella es que hoy las propuestas metodológicas
un argumento de tipo "epistemológico", en el que se usan buenas razones de los filósofos de las ciencias no buscan contribuir a renovar la ciencia
epistemológicas parajustificar cada una de las siete tesis mencionadas y un (como, por ejemplo, sucedía en Ios casos de Galileo y Mach). [,a crítica de
argumento de tipo "prospectivo", en el que se establece Ia funcionalidad la ciencia a través su método es reemplazada por su reconstrucción racio.
de defender la propuesta para la realización de un tipo de sociedad ideal, nal, que resulta ser básica y meramente descriptiva y conformista, aunque
que, en su caso, es una sociedad libre de acuerdo con las ideas de Mill en luzca rigurosa por proponer algoritmos formales de decisión supuesta-
sobre la libertad. Por obvias razones, utilizaremos en cada caso uno solo mente v:ílidos para toda disciplina y situación. Esto es contraproducente,
de
esos tipos de razones, variándolo según lo que sea más conveniente porque los científicos, en su práctica real, son eclécticos y metodológica-
en tér-
minos de su brevedad y su claridad. mente oportunistas, como, por ejemplo, Einstein reconoció de manera
si se estudia la historia de las ciencias se concluye que los científicos explícita. Esta logicización formalista del método tiene además otro serio
han utilizado distintas pautas procedimentales en cada disciplina y en cada inconveniente: exige que las teorías respeten los principios lógicos, y por
momento histórico. Es innegable asimismo que todas las pautas metodoló ende, el principio de no contradicción. Sin embargo, tal principio ha sido
gicas prop,estas, incluidas las reglas metodológicas expuestas por Newton reiteradamente üolado en el desarrollo progresivo de las ciencias: las teo-
en Principia, han sido violadas en algún momento de su historia; en el caso rías fÍsicas inconsistentes han sido seguidas por teorías físicas inconsisten-
de Newton, la Regla [V, que recomienda no fingir hipótesis distintas tes exitosas. Feyerabend agrega que "la objeción de que la lógica exige
de los
enunciados obtenidos por inducción a partir de la experiencia, fue reitera- no contradicción es una objeción contra la lógica y no contra la fisica'
damente violada por el mismo Newton. No se puede inferirjam:ís del estu- (Feyerabend,1999b, p. 178, n. 102).
dio de Ia historia de las ciencias q,e los científicos usan siempre el mismo El remedio debe ser radical: es necesario reemplazar los formalismos
método; por el contrario, usan lo que les conüene, según la situación, la por el estudio de fuentes primarias en la historia de la ciencia. De ahí han
temática, el objetivo, etc. Por erlo, si se pretendiera extraer alguna máxi- de surgir los problemas filosóficos, que deben abordarse, no de manera
ma válida para todo momento y actividad científica es que nada queda en autónoma, sino teniendo en cuenta el contacto con el proceso de investi-
principio excluido apriori,sino que, en principio, "todo vale". Feyerabend gación científica.
aclara que esta máxima no implica escepticismo: "Ella signifi ca: tado uar¿, Cabe hacer un comentario cuasi terminológico: Feyerabend es un
en consecuencia también valen ley y orden, argumento, irracionalismo, maestro en el uso de expresiones muy sugerentes, conüncentes y fáciles
etc." (Feyerabend, lgg9b, p. 224). de recordar y repetir. En este caso, "todo vale" pretende sintetizar lo que
Esta máxima es instrumental para aquellos que la respetan, ya que se quiere criticar y afirmar. No hay duda de que coincidimos con lo que se
puede imbuirlos de una actitud pluralista que es coherentelon una prác- rechaza, pero tenemos objeciones acerca de lo que se afirma.
¿Todouale?
tica política pluralista, algo imprescindible en una sociedad ri I¿Mill. Todo aquel que estuvo involucrado en la práctica científica, o está media-
Debe
quedar bien claro, entonces, que er título de su trabajo más famoso, contra namente informado acerca de ella, sabe que, dada una situación proble-
el rnétod.o ( 1975) , no significa que Feyerabend mática en un momento de la investigación científica, para abordarla y
niegue la existencia de méte.
dos, sino que sugiere reemplazar la postura monista, resolverla de modo satisfactorio es históricamente falso que úodovalga; en
absolutista y atem-
poral por una propuesta pluralista, reratiüsta y contextualista. verdad, "poco vale", y la dificultad que explica la complejidad de la inves-
No hubo ni
hay a/ método, pero hay y habrá /os métodos. tigación cientíñca es encontrar ese poco. Por supuesto, si miramos la his-
. La regla metodológica que es válida para determinada situación no '
lo será para cualquier orra. y es por ello que las reglas
toria desde una perspectiva global, veiemos que lo poco que vale en un
metodológicas de- caso puede no y¿ler en otro y así sucesivamente. Entonces, podría decir-
ben ser reinventadas y acraptadas a cada-nueva siiuación §e que en la historia de una disciplina üsta en su totalidad todo (en ver-
consiáerando
todos sus aspectos constitutivos, religiosos, políticos, dad, sería más riguroso decir "casi todo") vale. Pero Feyerabend debería
metafisicos, econó
96 La dimensión valorat¡va de las ciencias Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico para defender a la sociedad de la ciencia 97

haber sido más explícito semánticamente en relación con ello. La misma Contrainductivismo
observación es aplicable al argumento prospectivo: no sucede ni puede
suceder, especialmente para alguien que confiesa que no es un anarquis- Feyerabend acepta la existencia en la práctica científica de argumentos
ta político, que todo valga en la esfera de las decisiones políticas en una tanto deductivos como inductivos. La contrainducción no signiñca abjurar
sociedad libre. de la inducción, sin,> la necesidad y la conveniencia de proponer ocasio-
nalmente argumentos que vayan contra las hipótesis o teorías aceptadas,
e hipótesis que vayan contra los hechos. Por Io tanto, el proliferacionismo
Proliferacionismo es un caso particular de la contrainducción del primer tipo. Dada una teo-
ría o hipótesis deben proponerse hipótesis alternativas, incluso hipótesis
Feyerabend afirma que es un buen empirista, es decir, que considera la o teorías que conradigan a la dada. La üsión heliocéntrica del mundo es
experiencia factual como árbitro para la aceptación o el rechazo de hipó un ejemplo del segundo caso de argumento contrainductivo, porque pro-
tesis y teorías. Pero no hay una sola teoría que, en un momento, coincida pone algo contra los hechos tal como aparecen (con el Sol moviéndose
con todos los hechos. Muchas veces la teoría T coincide con los hechos alrededor de la Tierra). Sin contrainducción no hay cambios radicales; sin
conocidos. Por ende, se requieren hipótesis o teorías inconsistentes con contrainducción no hay revoluciones científicas.
Ty que pueden conducir a resultados factuales falsadores de T, Solo der Por ejemplo, la ley de inercia que reemplazó el esquema dinámico
pués de confrontar con alternatir¡as puede afirmarse la adecuación factual de Aristóteles es contrainductiva. La ciencia moderna comenzó siendo
de una teoría en un determinado momento f. inconsistente con los hechos y teorías fÍsicas confirmadas. Por el contrario,
Esta etapa de proliferación de alternativas no es una etapa preliminar comenzó con una especulación no apoyada por los hechos e inconsistente
de conocimiento que habría de ser reemplazada por laTeoríaVerdadera. con leyes fisicas aristotélicas hasta entonces bien confirmadas. Feyerabend
El pluralismo teórico es un rasgo esencial de la actitud crítica,-ya que las reitera que el punto de partida de un gran cambio científico es un punto
teorías alternativas permiten criticar a aquella con la que estamos traba- de üsta absurdo, es decir, incompatible con la eüdencia empírica.
jando. En consecuencia, la unidad metodológica está constituida por teo-
rías que se intersectan parcialmente y son factualmente adecuadas, pero
mutuamente inconsistentes. Observación e interpretaciones naturales
A estas consideraciones estrictamente epistemológicas, Feyerabend
agrega razones de corte prospectivo: la proliferación de puntos de vista es Feyerabend, como Kuhn, Hanson y otros, reniega de la existencia de obser-
funcional a una sociedad auténticamente democrática, en donde reine la raciones puras. Toda obserración esrá cargada de una serie de ingredientes:
libertad y sea posible tener diversas posturas, defenderlas y conviür con influencia de la educación recibida desde la infancia, teoría, prejuicios ideológi-
las posturas alternativas. todo lo cual hace que una comunidad específica tienda naturalmente
cos, etc.,
Por una parte, el problema que suscita la propuesta de Feyerabend ainterpretar de determinada manera lo que observa. No hay observación sin la
es de carácter histórico. Muy raramente se han dado en un determinado presencia de interpretaciones natur¿les, que son dependientes del contexto y
campo la presencia simulánea de varias teorías en competencia. En fisi- de losr¡alores dominantes en é1. La presencia de tales interpretaciones, que se
ca, por ejemplo, solo unas pocÍu¡ veces han existido simuláneamente dos proyectan sobre los datos sensibles recibidos, es una constante en la tarea cien-
teorías dominantes en competencia; siempre hubo una triunfadora en tÍfica,yde ello existen importantísimosyrepresentativos ejemplos. Es el caso de
un determinado momento, aunque la situación pudiera cambiar en un Galileo, que, para convencer a la gente de su época acerca de laveracidad de la
momento posterior (la historia de las versiones corpuscularistas y ondula- versión copernicana del universo, apeló a interpretaciones nanrrales, más cier-
torias de la luz son un caso siempre citado como ejemplo de esto). tos recursos retóricos que Feyerabend abarca bqio el rótulo de "propaganda".
Por otra parte, cabe además preguntarse si Feyerabend cree que el pre. Ahora bien,. esto tiene moralejas epistemológicas importantísimas:
liferacionismo es algo que se ha dado o que debiera darse. En el primei
caso, estaría históricamente equivocado; en el segündo caso, sería contra- (1) Es extremadamente imprudente permitir que la evidenciajuzgue a las
producente con su antinormatiüsmo en filosofia de las ciencias. teórías de por sí, de manera directa, sin consideración adicional alguna.
98 La dimensión valorativa de las ciencias Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico para defender a la sociedad de la ciencia gg

(2) Bien puede ser que, ante contraejemplos, no sea la teoría la responsa- el telescopio dé una versión verdadera de los cielos" (ibid, p.99).1 En
ble, sino "la ideología observacional que damos por sentada sin exami- resumen: Galileo tuvo éxito en convencer al público acerca del sistema
narla críticamente", que impide percibir la relevancia de las interpre- copernicano "por su estilo y sus inteligentes técnicas de persuasión, por-
taciones naturales en las observaciones; si se cambia la interpretación que escribe en italiano en lugar de hacerlo en latín y porque apela a gente
natural es posible salvar la teoría respecto de las observ-¿ciones supues- [que era proclive a estar] opuesta a las üejas ideas y a los estándares de
tamente falsadoras (véase Feyerabend, 1975, p.67). aprendizaje relacionados con ellas" (ibid., p. l4l).
(3) Si se exigiera abandonar toda teoría falsada por los hechos no existiría De todo ello, Feyerabend extrae impactantes consecuencias epistemo-
Ia ciencia, ya que difícilmente una teoría sea totalmente consistente lógicas generales: la abolición de la distinción entre contexto de descubri-
con los hechos. Es por eso que "el método correcto no debe contener miento y contexto de justifrcación, y el abandono de la distinción entre
reglas que nos hagan elegir teorías sobre la base de la falsación. Más términos observacionales y términos teóricos, pues "ninguna de estas dis-
bien, sus reglas nos deben permitir elegir entre teorías que hemos tincionesjuega rol alguno en la práctica cientíñca" (eádd, p. 165).
contrastado y están falsadas" (ibid., p. 66). Desde nuestra perspectiva, es crucial el reconocimiento por parte de
(4) El material con el que trabaja el científico "nunca puede ser totalmen- Feyerabend de que en la práctica real lo que se utiliza en el contexto dejus-
te separado de su background histórico. [Dicho material] está siempre tificación de las versiones estándar es lo que resulta de prohibir toda inje-
contaminado por principios que no conoce, y si los conociera, dificil- rencia de lo psicológico y lo cultural-contextual, algo que para los mismos
mente serían contrastables" (ibid.). filósofos esándar pertenecería al contexto de descubrimiento. Feyerabend
reconoce que en la práctica real dichos ingredientes contextuales también
Galileo, para defender a Copérnico de la crítica de que su propuesta iba aparecen, y son ineliminables, en el contexto de justiñcación.2
contra los hechos observados (por ejemplo, si la Tierra se moviera, una Todo ello muestra que Feyerabend defiende la imprescindibilidad de la
piedra no caería desde una torre en línea recta, y no obstante esto es lo presencia de valores extemos contextuales para la existencia y para la super-
que sucede ante nuestros ojos), identificó las interpretaciones naturales üvencia de la páctica científica, tal como se ha dado a lo largo de la histo'
inconsistentes con Copérnico y las reemplazó por otras. Además, para ria. Este es un paso radical hacia adelante en el reconocimiento de que no
mostrar que estas eran consistentes con los hechos, utilizó trucos pro- existe algo así como la ciencia libre de valores.
pagandísticos. Para é1, las interpretaciones naturales eran necesarias e ¿Por qué se produjo una oposición extrema y casi única a Feyerabend?
inevitables, porque, tal como lo reconoció el propio Galileo, "los senti- Una oposición que a menudo üoló las reglas de la elegancia argumenta-
dos por sí solos no pueden darnos una versión verdadera de la naturale- tiva, que se valió de epítetos conra su persona, incluso por parte de dis-
za" (ibid., p.73). tinguidos person{es del siempre "distinguido" ámbito cultural briánico.
Al cambiar la interpretación natural por otra en la que se asumía el Ello se debe a que las críticas epistemológicas de Feyerabend son las más
carácter relativo de todo movimiento, Galileo introdujo un nuevo lenguaje abarcadoras, profundas y radicales que se hayan hecho a la Postura e§án-
de observación que permitía la consistencia entre los hechos observados y dar. A partir de la crítica demoledora a los cimientos básicos de la concep
la teoría copernicana. Ese nuevo lenguaje de observación está permeado ción esrándar, especialmente la popperiana, nada de ella quedó en pie.
por nllevas interpretaciones naturales, las cuales "son introducidas y ocul-
tadas de modo que nadie pueda notar que se ha llevado a cabo un cambio I Además,
"la experiencia inicial con el microscopio no nos da tales razones. Las primeras
(método de anamnesis). Ellas contienen la idea de la relatiüdad de todo observaciones telescópicas del cielo eran indistintas, indeterminadas, contradictorias y en
movimiento y la ley de inercia circular" (ibid., p. 8l). conflicto con lo que cada uno puede ver con sus propios ojos" (Feyerabend, 1975' p' l2l)'
2 "Una aplicación determinada de los métodos de crítica y prueba, que se dice que
En la tarea de convencimiento retórico, el telescopio también cum-
pertenecen al contexto de justiñcación, eliminaría la ciencia tal como la conocemos -y
plió una importante función: "en adición a las interpretaciones natu- nunca le hubiera permitido surgir-. Por el contrario, el hecho de que la ciencia exista
rales, Galileo también cambió las sensaciones que ponían en peligro a prueba que estos métodos fueron frecuentemente deneg"ados. [.'.] Para expresarlo de
Copérnico [...] y afirma que las ha dejado de lado con la ayuda del tele- modo diferente: en la historia de la ciencia, los estándares dejustificación a menudo pro'
hÍben procedimiéntos causados por condiciones psicológicas, sociales y otras condiciones
scopio". Pero lo más importante es que Feyerabend éree que "[Copérnico]
externas, y la ciencia sobrevive porque se permite que estos procedimientos sean los que
no ofrece razones teóricas que expliquen por qué debería esperarse que dominan" (dáid., p. 166).
loo La dimensión valorativa de las ciencias
Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico para delender a la sociedad de la ciencia ror

[.a concepción estándar queda desacreditada, además, por la interpre-


El conocimiento que surge cuando se usan alternativas para contras-
tación que ella hace de Galileo. Hay aquí que señalar al menos dos aspec- rar críticamente una teoría (tesis del proliferacionismo) impide hablar
tos: es tema de debate si la interpretación de Feyerabend acerca de lo de aproximación a la verdad, pues en tal caso no hay teoría que aparezca
que Galileo dijo e hizo es históricamente adecuada, y en esto tiene tanto y haga desaparecer deñnitivamente a sus rivales. Feyerabend agrega que
defensores como una enorme mayoría de detractores. Entre estos últimos toda teoría que tien(le a ese tipo de autocracia se ve siempre limitada por
se encuentran famosos estudiosos de la obra de Galileo a los que les irrita
alguna teoría alternativa; o sea, ningún punto de vista puede ser excluido
"la propaganda", o sea, la idea de que Galileo debió apelar a técnicas de del debate para siempre.
En consecuencia, la tarea del científico no consiste en la búsqueda de la
persuasión para convencer de algo que no era lo que se estaba realmente
verdad o la sistematizaciín de enunciados de observación, sino en "mante-
observando. La polémica sigue, aunque con menos ürulencia que hace
unos años, y no hay, ni tenemos, una opinión conüncentemente fundada ner nuestras ideas en moümiento"' Además, según Feyerabend, las teorías
acerca de qué partido tomar al resPecto. De lo que no dudamos es del bri- científicas cumplen dos roles en las ciencias. [.as ciencias son básicamente
llante uso que Feyerabend hace del estudio de su héroe científico máxi- prácticas; luego, por una parte, las teoría§ científicas son la versión final de
mo, Galileo -a quien admiraba como una figura representativa del cientí- los resultados de cada prácticay, Por otra, constituyen la base teórica para

fico moderno-, para mostrar que no era hipotético-deductiüsta (basta con prácticas posteriores. De ahí que Feyerabend sostenga que en vez de opo-
leer sus diálogos para que ello resulte burdamente evidente) y que recurría sición entre teoría y práctica, haya oposición entre dos tipos de práctica'
en su práctica científica tanto a razones no formalizables por medio de la Feyerabend se opone, debido a la presencia de la no invariancia de
estrecha lógica deductiva, como a valores contextuales. los términos, al progreso cuantitativo entendido como una acumulación
aditiva de éxitos de la investigación científica. Pero cree no obstante que
hay progreso cualitativo, o sea, en el caso en que "no hay solo incremento

Progreso cualitativo e inconÍrensurabiüdad en los números, sino que también cambian las propiedades de las cosas"
(Feyerabend, 198?b, p. 1a5). Por ejemplo, la versión copernicana de los
La tesis central de Feyerabend sobre el progreso de la ciencia es que e§te cielos, según el mismo Copérnico, "no condujo a más y mejores prediccio-
nes que las de sus rivales [.. . ] sino a una versión más armoniosa del sis-
siempre se ha dado a través de cambios radicales. Tal radicalidad involu-
cra una crítica profunda a la concepción usual del cambio y el progreso tema planetario [...]. [Sin duda,] en todos estos casos (y, según Parece,
cientíñcos, que asume que las teorías científicas sucesivas satisfacen la con- en todos los cambios científicos mayores) los suPuestos cualitativosjuga-
dición de consistencia (los principios de dos teorías sucesivas son consis- ron un rol decisivo, aunque a menudo no advertido o tomado en cuen-
tentes entre sí) y de invariancia (un mismo término tiene el mismo signi- t^" (ibid., p. la6).
ficado en dos teorías sucesivas). La fuerza de la relación entre hechos y valores se muestra con toda cla-
Feyerabend sostiene que el desarrollo de la ciencia real a menudo üola
ridad, dice Feyerabend, en que losjuicios de hecho presuponenjuicios de
esos principios, especialmente en los casos de cambios radicales progre-
valor y recíprocamente: "los hechos esrán constituidos por procedimien-
tos que contienen valores; a su vez, los valores cambian bajo el impacto de
sivos. En dichos cambios, algún principio de una de las teorías es incon-
los hechos, y los principios de argumentación asumen un cierto orden del
sistente con alguno de la otra (por ejemplo, en el cambio del geocentris'
mo al heliocentrismo o en el de la teoría de la relatiüdad respecto de mundo (la ley de no contradicción es absurda en un mundo absurdo)"
teorías anteriores). La invariancia de los términos tampoco se mantiene;
(ibid.,p.25, n.6).
por ejemplo, "planeta" tiene un significa{g y un referente en Ptolomeo y Estos v¿lores siempre incluyen valores contextuales (no cognitivos).
otros en Copérnico. Por ejemplo, ante una decisión científica con resonancias de aplicación
r.a no invariancia de los términos también abarca a los términos de general, la opinión de los cientíñcos y exPertos necesita ser controla-
obsenr¿ción. Y los que lo niegan es porque asumen erróneamente que el - da desde fuera (valores externos) y, en una democracia, controlada Por
signilicado de dichos términos no presupone teoría alguna, ni leyes o tér- la decisión de los ciudadanos, especialmente de aquellos beneficiados
minos teóricos, cuando, en verdad, si alguno de esíos cambia radicalmen- o pe{udicados Por la eventual decisión de los expertos' Además, sin la
te, cambia el significado de los términos de observación. apelación a valores contextuales externos no se entenderían las mayores
r02 La dimensión valorativa de las ciencias
Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico para defender a la sociedad de la ciencia rog

revoluciones cientÍficas, en particular aquella que reemplazó la cosmoü- cientíñcas no son sino otra línea partidaria, que siempre debe ser evalua-
sión aristotélico-ptolemaica por la galileano-newtoniana. Finalmente, cabe da, en términos de objetivos y posibilidades de realización, con otras líneas
recordar que las tensiones involucradas en la aceptación o el rechazo de partidarias o versiones alternativas, pues no hay criterio universal unánime-
teorÍas o prácticas cientíñcas reflejan conflictos de intereses, que son, en mente aceptado que permita dirimir la cuestión de cuál es la mejor línea
última instancia, conflictos entre los rralores ligados a dichos intereses. partidaria, indepenrlientemente de toda circunstancia o contexto.{
Tan importante como ello es poder advertir, mediante el mero estudio de [,os científicos mismos son los que a lo largo de la historia han ido
dichos conflictos, que no hay en estos valores inmutables, eternos y uni- cambiando y adaptando a las nuevas circunstancias los esándares supues-
versales, sino que cambian de contexto en contexto, según las circunstan- tamente únicos y universales de investigación que aceptaban, en cada
cias históricas. momento. Esto es una buena noticia, porque "la creencia en estándares
No debe olüdarse que los valores contextuales reflejan el tipo o modo universales de conocimiento es un caso especial de la creencia de que
de üda de los miembros de la comunidad que los acepta, del modo de üda existe ¿n modo correcto de vida y que el mundo debe ser conducido a su
que lleva o que cree debe llevar, por lo que es obüo que acciones y nor- aceptación". Lo anterior va, por supuesto, en contra de algo fundamental
mas procedimentales que parecen normales en un contexto de actiüdad e innegociable para Feyerabend: el pluralismo como condición inaliena-
científica puedan ser rechazadas en otros. Es más, las decisiones acerca del ble de la libertad indiüdual plena.
uso y el valor de las ciencias serán buenas o malas, destructivas o construc- Como corolario, Feyerabend cree que "la idea de una investigación
tivas, "dependiendo del tipo de vida que uno quiera .vrwr" (ibid^,p. 30).3y libre e independiente es una quimera" (Feyerabend, 1987b, p. 259). Por lo
en cada caso, el estudio empírico de por qué los cientínrcos aceptan cier- tanto, colapsa también la noción de objetiüdad en el sentido usual de una
tos valores últimos muestra que lo hacen on tntst, es decir, a partir de una objetiüdad descontextualizaday de una existencia neutra de valores univer-
confianza basada en la autoridad de aque[os que los defienden o en la salmente compartidos espacio.temporalmente. Pero, más importante aún,
tradición a la que pertenecen, o bien por razones de prestigio, pero siem- también entra en crisis la idea de que hay un modo universal compartido
pre, en suma, en base a factores políticos y sociales. e infalible de resolver todo tipo de problemas: el de la tradición científica
Sin embargo, no debemos olüdar que, en la versión de Feyerabend occidental en manos de expertos; o la de que hay una tradición superior a
de las prácticas científicas, hay un valor último que una concepción ade- las demás, en particular, como se cree en vastas regiones del planeta, la del
cuada de las ciencias debe asumir: la realización en plenitud de la liber- hombre blanco occidental, que con "su ciencia" y "su método" ha deveni-
tad indiüdual (valor ético-político fiel a la propuesta del liberalismo de do medida de todo lo demás.5 ¿Acaso Feyerabend, al atacar esa posición,
Mill). Las prácticas científicas, su rnodtu operand.iy sus resultados deben no esá atacando una forma extrema de protagorismo?
ser funcionales a la realización de tal objetivo. Hay, pues, presupuesta en Creemos que para salvar la civilización es crucial abjurar, como
Feyerabend una clara postura ético-política a la que subordina su üsión Feyerabend nos inüta a hacerlo, de la nefasta, dogmática y rustica creencia
del conocimiento cientíhco, la cual funciona normativamente para la e - de que "la ciencia y la tecnología han de resolver todos los problemas de
Iuación de las concepciones de las prácticas científicas y de las prácticas
científicas mismas.

. Dicha postura feyerabendiana se opone al d.ictumauroritario contempo-


a
Feyerabend denuncia que, por ejemplo, "las ciencias de hoy son empresas de negocios
ráneo "lo que es compatible con la ciencia debe üür, lo que no es compa- que funcionan con critcrios comerciales. En los grandes institutos, la investigación no esá
guiada por la Verdad y la Razón, sino por la moda más rentable, y las grandes mentes de la
tible, debe morir", que generalmente legitima prácticas políticas que asu- actualidadv¿n cada vez más adonde está el dinero, lo cual, desde hace mucho tiempo, signiñca
men, por razones no científicas, determinado sistema económico, o una a los lugares donde se hace investigación militar. En nuesrat universidades no se enseña la
práctica discriminatoria, etc. En el pluralisino feyerabendiano, las prácticas verdad, sino la opinión de las escuelas más influyentes" (ürL, p. f07).
5'[-a Igtesia controlaba entonces
[siglos xvI-xvtr] buena parte de la üda intelectual, y era
importante tencr una iuerza capaz de contr¿rrestarla. Hoy la situación se ha invertido; ahora
por ejemplo, en la época de Galileo, cuando el geocentrismo era ya €nonnemente
- :§i así como se alababa
familiar,
necesitamos una fuerza capaz dc contrarrestar eljuego de poder de los científicos" (Feye-
manrener un esdro de ücra y tos significados habituales, er cam-- r¿bend, 1991, p. 94). Hay en ql sentido que oponerse a la filosoffa que mistilica la ciencia
bio radical no era apreciado, buscado o prioritario,
Porque, Por una Partc, su crítica jamás se
qup hoy, segrin Feyerabend, la y su método: el racionalismo crítico popperiano,
-ieit"¿s
innovación y el progreso no son soro manías intelectuares,
sinone..ria"aá, p.átorias para refiere'a la ciencia como un todo", y, por otra, porque "es una escuela de filosoña del peor
mantener en marcha la máquina productiva capitalista. tipo, una ideología estrecha, paralizadora y esclavizadora"'(iáia, p. 83).

l",
r04 La d¡mens¡ón valorat¡va de las ciencias Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico para defender a la soc¡edad de la ciencia r05

la humanidad" (osef stalin). Descreer de ello es básico para defender a la Esta "Razón", reducida a una razón formal-instrumental, recomienda a
sociedad de la ciencia !, así, hacer posible "la conquista de la abundancia". vecesdejar de lado las "nuevas ideas", las cuales no obstante sobreüven debi-
do a los prejuicios, las pasiones, Ias ilusiones, los errores, la perseverancia, ele-
mentos que suelen ser considerados como fuera del contexto dejustificación.
Así, el copernicanisnro sobreüve hoy porque esa Razón formal-instrumenral
¿Despedida a la razón?
fue a menudo superada en el pasado por factores de ot¡o orden. Y muchas
Feyerabend responde a esta pregunta-título de uno de sus trab,4ios más comen- veces se ha llegado a lo que hoy es aceptado "racionalmente" mediante una
tados y ütuperados por la crítica empirista- de manera afirmativa. Nosotros defensa "irracional" de ello. Por otra parte, el rechazo de tal Razón es condi-
nos preguntamos: ¿despedida a qué razón? Obüamente, Feyerabend no ción irreemplarable para poder salvar a la sociedad de la ciencia.
niega la existencia y la pertinencia de razones parajustificar o criticar las
hipótesis o teorías científicas. En tal sentido, no hay, y es imposible que lo
hubiera, tal despedida. ¿Cómo defender a la sociedad de la ciencia?
Sin embargo, la filosofia empirista ortodoxa de las ciencias y el poppe-
rianismo se valen de una concepción de racionalidad cientíñca que esrá Defendemos a la sociedad de la ciencia desmitificándola y desdogmati-
reducida a logicalidad, o sea, a dar argumentos validados exclusivamente ándola, y para ello la ciencia debe ser concebida de acuerdo con los pun-
por la lógica deductiva, y por consiguiente consideran que Proceder de tos (l)-(6) ya discutidos. Pero, además, la defendemos concretizando los
modo racional equivale a hacerlo de acuerdo con el método científico. aspectos positivos de (f)-(6) en las prácticas científicas actuales de una
El argumento de Feyerabend es que esta Razón emPobrecida no está sociedad, algo que es posible realizar por medio de la educación.
presente en la actividad de sus héroes científicos, como Por ejemplo En el proceso que va desde los programas hasta su realización concre-
Galileo. Sostiene que si se aplican los estándares de dicha racionalidad ta se debe respetar el anarquismo epistemológico, el proliferacionismo,
popperiana (o positiüsta, en tanto suPonga que Proceder racionalmente el contrainductivismo y la despedida a la Razón. Por lo tanto, si se ense-
es hacerlo de acuerdo con las pautas de la lógica deductiva e inductiva, que ña astronomía occidental newtoniana, también debe enseñarse astrono-
norman el método científico) a la obra de Galileo, daría como resultado mía hopi; y de manera análoga, la enseñanza de la medicina alopática
que Galileo procedió irracionalmente. Por lo tanto, Feyerabend plantea debe ser suplementada por alternativas homeopáticas u orientales, etc.
que no§ enfrentamos a una disyuntiva: o bien aceptamos dicha raciona- Posteriormente, los ciudadanos podrán ejercer mejor su libertad al dispo-
lidad reducida a logicalidad, o nos inclinamos por el carácter auténtica- ner de mayor número y variedad de alternativas.
mente científico no irracional de Galileo. Por supuesto, Feyerabend opta Dicho de otro modo, la ciencia tal como se Ia concibe y practica en
por esto último y, consecuentemente, "le da la despedida a la Razón" de Occidente debe ser vista y transmitida como una "línea partidaria" entre
los empiristas y de los popperianos. otras líneas partidarias, y no como la Nueva Verdad Revelada.? Ello es fun-
Su crítica es consistente con el rechazo de Feyerabend al desastroso cional y consistente con el logro de la abundancia.
papel que esa Razón Occidental, modelada sobre el arquetipo empirista de
la razón, desempeñó en el malestar de gran parte de la humanidad, Porque amparo de gran parte del Tercer Mundo es el resultado, y no la razón, de tal interferencia"
es esa razón la que ha "infectado el mundo como una enfermedad conta- (Fcyerabend, f 98?b, p. 298).
giosa [.. .] no ha mejorado las vidas de aquellos que fueron alcanzados por ?
Es sorprendente y sobrecogedor ver que alguien del talento de Feyerabend olvide una
dimensión clave en todo su análisis: la del desarrollo material-productivo de la üda humana.
ella [...]. [Porque] fue impuesta porlafuerza [...] ysu avance causó enor-
Todo sucede como si estuüese desanclado de la realidad concreta, y se habla de teorías,
me daño al destruir valores espirituales que daban sentido a la vida huma- ¡ealidad, hipótesis y, peor aún, de "mundo", etc., sin referencia alguna a la dimensión
na, y dañó un modo de dominar el entorno natural sin reemplazarlo por económico€structural en que todo ello tiene lugar. Porejemplo, dada las tesis de Feyerabend
¡obre cómo salr¡ar a la sociedad de la ciencia, nos preguntamos
métodos de eficiencia comparable" (Feyerabend, 1987b, pP. 297-298).6 ¿quiénes se salvarían siguien-
do su propuesta? Obüamente, los que tienen acceso a la educación. Los demás irán, como
mínimo, al purg'atorio feyerabendiano. A su vez, entre los que tienen acceso están aquellos
6
Feyerabend agrega que este conocimiento fue dañado ,J".o-.n* por los gánsteres -la inmensa mayoría- para los que la educación es una condición necesaria para conseguir
trabajo, ascender socialmente, etc. Ahora bien, la pregunta es
del colonialismo y luego por los humanistas de la ayuda para el desarrollo. "El estado de de§' ¿dónde? En un mundo ya
r06 La dimensión val0rativa de las ciencias Paul Feyerabend: anarquismo epistemológico para delender a la sociedad de la ciencia roz

La conquista de la abundancia esa versión del mundo usualmente se la considera como Ia que caracteri-
za al mundo real. Sin embargo, el término "real'es "solo aparentemente
La abundancia a la que se refiere Feyerabend es la abundancia del mundo. descriptivo; este término, al reflejar una preferencia en la caracterización
Se asume, pues, una fuerte tesis ontológica: "El mundo que habitamos es del mundo, lo hace mediante formas de coherencia que pueden ser mani-
abundante m;ís allá de toda imaginación. Hay árboles, sueños, amaneceres; puladas sin mayor esfuerzo, este término contiene t¿mbién evaluaciones,
hay tormentas, sombras, ríos; hay guerras, picaduras de mosquitos, roman- aunque ellas sean implícitas". Siempre es posible contrarrestar una prefe-
ces; hay üdas de la gente, dioses, galaxias enteras", pero "solo una fracción rencia con otras; oponer a la manipulabilidad de una preferencia Ia sim-
pequeñísima de esta abundancia afecta a nuestras mentes" (Feyerabend, plicidad de otra, o disponer de mayor libertad, etc. Esto significa, según
1999a, p.3). Esto no significa que el mundo sea un paraíso, pues en él Feyerabend, que "la ética (en el sentido de una disciplina que guía nues.
hay enfermedades de todo tipo, condiciones geológicas y meteorológicas tras elecciones entre formas de üda) afeclaa la ontología" y por lo tanto
adversas, etcétera. también a la ciencia, "aunque de manera subrepticia, y sin debate algu-
El mundo es muy peculiar. Si lo abordamos de distintas maneras, nos no" (ibid,p.247).
da distintas respuestas, lo que da lugar a una abundancia de puntos de üsta Estamos frente a una concepción de la ciencia que concluye afirmando
acerca de é1. Lo importante es percatarse de que no hay manera de esta- la primacía de la razón práctica, aquella que interviene en nuestras elec-
blecer una de dichas respuestas como Ja respuesta, porque si proyectamos ciones y determina nuestras responsabilidades. Feyerabend lo reconoce de
una respuesta como si fuera l¿ verdadera respuesta esta es "solo expresión modo explícito al afirmar que "es posible decir que la ética, que alguna
de nuestros deseos y no ciencia" (ibid, p. 239).8 Feyerabend concluye que vez fue una medida secreta de la verdad científica, puede ahora devenir
la naturaleza, tal como la describen los científicos, es "un artefacto cons- su juez explícito" (i¿).e Estas elecciones propias de la ética están presen-
truido en colaboración con un Ser suficientemente complejo f...1" (ibid., tes en ciencia desde el vamos, incluso desde la elección de formas de üda,
p.2a0). de las cuales dependen nuestr¿rs elecciones ontológicas, o sea, de lo que
Los científicos, y los seres humanos en general, eligen una de es¿u; ver- hemos de considerar como real.
siones del mundo en un momento determinado, pero no porque haya sufi- Feyerabend enf,atiza, como ningrin otro filósofo de la ciencia en la tra-
cientes garantías de que es la verdadera, ya que eso es algo imposible. Y a dición anglosajona, la primacía de la razón prácticaal proponer que debe
invertirse el modo usual de .rrgumentación en ciencia, que de las cosas
a las normas: Yo sugiero que argumentemos al revés, [...] de la clase idio-
pautado económica y políricamente, en donde para sobreviür mediante una profesión se
necesita la mejor preparación posible, algo diffcit de lograr siquiera con un único enfoque
sincrática de vida con la que simpatizamos a lo que consideramos como
o aproximación, sea la medicina occidental alópata o la ingeniería. El pluralismo "scrio', real"; y reconoce que esa inversión tiene muchas ventajas, como, por ejem-
dadas las condiciones materiales del mundo en el que viüó Feyerabend, hace imposible y plo, la de que nuestra ve rsión de la realidad pueda ser modificada y esté en
contraproducente para la sobreüda real en él lo que educati m€nte propone Feyerabcnd.
total acuerdo con una forma fuerte de existencia de derechos humanos,
Es utopismo del peor gusto, porque suena etegante y atr¿yente, cuando, por el contrario,
cs en realidad sumamente discriminatorio. si ya lo es un sistema educativo que solo exige y "no nos paralice con discusiones estériles acerca de la universalidad, el
(ciertamente, por razones de especialización motivadas en última instancia por Ia diüsión dcl progreso, etcétera' (ibid,p.25l). En verdad, la razón-motivo crucial de la
trabajo) una sola especialización, y cuanto más especializada mejor, imaginemos lo que sería inversión es la humanización de la ciencia, es decir, el deseo de someter a
exigir una pluralidad de perspectivas. [.a respuesta a todo ello es: "si queremos cambiar de
verdad cl sistema educativo, cambiemos primero las condiciones que hacen posible el sistema este producto de agentes relati mente libres aljuicio de otros agentes, en
ügente". Pero,justamente, Feyerabend no habla de ello, porque no cree que sea necesario vez de estar atemorizados por una versión petriñcada de dicho producto.
hace-r algo con dichas condiciones materiales, pues ni siquiera las discute en su obra.
E
[,a primacía de la razón púctica es, pues, condición imprescindible
Feyerabend afirn¡a al respecto que "es importárite no caer en la trampa del relatiüsmo
para la realización de la abundancia y del pluralismo de nuestras formas
[...]. No todos los intercambios [entre seres humanos y la naturaleza] producen resultados
beneficiosr¡s [..']. No hay solo una cultura exitosa, hay muchas, y su éiito es una cuestión de aproximación al mundo al que pretendemos conocer para llevar ade-
empírica' y ,o de definiciones filosóficas [... ]. El relatiüsmo, a su vez, cree que puede tratar lante en él una üda plena y en libertad. Y este objetivo es el r¡alor último
las culturas sobre la base delfo!filosófico: deñnase un cont€xr.o apropiadolforma de üda) '
con.criterios propios y todo lo que acaezca en tal contexto puedp conñrmarlo. En oposición
a ello, las culturas reates cambian cuando intentan resolvir problemas mayores y no todas e
Fe¡,erabend agrega que "'real' es lo quejuega un rol importante en la clase de vida que
sobreviven a los intentos dc estabilización" (Feyerabend, 199óa, p. 240). uno quidre üür" (úi¿, p.248).
l08 La dimensión valorativa de las cienc¡as

e innegociable de la concepción de cienciay de sociedad que Feyerabend


sostuvo a lo largo de su üda intelectual, que culminó en el manuscrito,
publicado póstumamente, acerca de la abundancia del Ser y de nuestra¡¡
versiones humanas respecto de é1.
Nuestra gran duda es si, para ilcanzar esa abundancia, el mejor medio
es la realización de una sociedad ¿ laMill. Para nosotros, la gran moraleja es
que con demasiada frecuencia la sutileza epistemológica no \r¿ acompa.ñada VI
por el mismo grado de sofsticación en el ámbito económico'político de la
propuesta, e incluso ciertas vece§ se llega al extremo de que no exista con- Carl G. Hempel: un moderado
sideración alguna acerca de al ámbito. Si es así, no podemos discutir con llamado a la sensatez
seriedad, profundidad y rigor cómo salr¡ar a la sociedad, y no solo de la cien-
cia, sino de lo que sea. ..

Como hemos üsto hasta el momento, parece haber propuestas de muy


diverso tipo acerca de las relaciones de incidencia entre ciencias y valores
no cognitivos. Desde fuertes negativas acerca de tal incidencia, como la de
Popper, pasando por aquellas que reconocen la ineludible presencia en
determinados momentos de la investigación científica de valores extracog-
nitivos, como, de acuerdo con nuestra interpretación, sucede en las versio-
nes de Carnap, Neurath y Frank, hasta posturas fuertemente afirmativas
de la ineludibilidad de las relaciones entre ciencias y valores de todo tipo,
como la de Feyerabend.
Carl G. Hempel -el más sensato y sagaz crítico del empirismo lógico, y
uno de sus miembros más célebres por sus propuestas acerca de la explica-
ción científica, la racionalidad cientíñca, el realismo versus el instrumen-
talismo, entre otros temas- ha reconocido la presencia de valores en la
investigación científica y ha señalado de qué tipo son y en qué aspectos o
momentos de dicha investigación intervienen, alavez que ha distinguido
entre varias radiciones para abordar tal presencia. [¿ conclusión general
es que, sea cual sea dicha tradición, de manera implícita o explícita, siem-

Pre se asumen ciertos sistemas de valores, o bien se reconoce su presencia


en la contrastación empírica y en la decisión para aceptar o rechazar hipó-
tesis y teorías, así como en el establecimiento de objetivos.

Queremos destacar el modo en que Hempel, con claridad, sistematici-


dad y rigor, plantea sus propuestas. En "Ciencia y valores humanos", seña-
la que nuestra cultura es la cultura de la ciencia y la tecnología, con las
ventajas y desvenujas que ello implica. Entre las primeras están la elela-
ción del nivel de vida, un mayor y más preciso conocimiento de lo grande
-el universo- y lo pequeño -el átomo-; y entre las desventajas se cuentan

t
.-,..
Iro9l
r ro La dimensión valotativa de las ciencias Carl G. Hempel: un moderado llamado a la sensalez I I I

la explotación de la población, la devastación de la naturaleza y los pro- positivamente determinada investigación a la cual dedican sus esfuerzos.
blemas generados por la energía nuclear. Hempel afirma que este tiPo Sin embargo, la respuesta es distinta cuando Hempel niega que el cono.
de problemas no son solucionables por las ciencias y la tecnología por cimiento científico derive de ciertos valores o impliquejuicios de valor.
sí mismas, debido a que siempre hay involucrada una cuestión valorati- Ahora bien, Hempel va más allá y se interroga acerca de la evaluación
va (Hempel, f 965, pp. 8l-96). Surgen entonces Preguntas cruciales acer- de nuesras presuposiciones sobre el método científico. Aquí, en conso.
ca de si las ventaias y desventajas pueden ser abordadas por los métodos nancia con las propuestas de Carnap, considera que el método debe con-
objetivos de la ciencia empírica, y si dichos métodos son pertinentes Para tener reglas de conñrmación y reglas de aceptación, y reconoce que estas
establecer criterios objetivos acerca de lo correcto y lo incorrecto, para así últimas son reglas de decisión, por lo que requieren evaluaciones acerca
proporcionar normas morales uílidas. de las posibles consecuencias que se producen al aceptar o rechazar deter-
Hempel considera obüo que no es posible concluir que hemos arribado minada hipótesis o teoría. Por eso, en otro de sus trabajos, Hempel (1979)
a un conocimiento objetivo acerca del mundo empírico mediante la contra§- propone que no hay condiciones suficientes para alcanzar los objetivos de
tación empírica decidible por obserrración; por ejemplo, la tesis de que la luz la ciencia. Es imposible formular criterios generales precisos de elección
es un proceso de ondas electromaguéúcas no se puede decidir de esa mane' de teorías en términos de pautas tales como el alcance, la predicción de
ra. Plantea la misma cuestión acerca de los.iuicios de valor y concluye que efectos novedosos, etcétera. I
solo los juicios instrumentales de valor pueden contrastarse emPíricamen- Esta última cuestión es de la mayor importancia, )¡a que Hempel reco'
te: una acción es buena si se alcanza mediante ella un objetivo propuesto. noce, como antes lo habían hecho Carnap y Neurath en la tradición empi-
Pero entonces, ¿cómo decidimos acerca de los objetivos? Hempel es rotun- rista, que en la aceptación y el rechazo de hipótesis intervienen losjuicios
do: los juicios acerca de los objetivos son "juicios categóricos de r¡alor": no que hoyllamamos devalor.Ytal como en el caso, porejemplo, de Carnap,
buscan establecer los medios para alcanzar un objetivo, sino que Pretenden Hempel admite que la aceptación y el rechazo de hipótesis se apoyan en
evaluar el objetivo mismo. Por lo general, estos juicios categóricos añrman
juicios instrumentales de valor, los que siempre son elucidables empírica-
que es necesario alcanzar determinado objetivo; en otros casos, responden a mente. También es importante enfatizar que, al igual que los positiüstas
la pregunta acerca de si determinado objetivo es más valioso que otros y Por lógicos, queda un área que sigue dependiendo de las discutibles dicoto-
ello debe ser alcanzado; por ejemplo, eütar el sufrimiento humano en un mías de la herencia humeana, lo que impide una elucidación racional de
caso de enfermedad terminal o preservar la üda hasta el límite de lo posible. losjuicios categóricos de valor. Sin embargo, ello no impide que Hempel,
Losjuicios categóricos de valor no son susceptibles de decisión Por con- consistentemente con lo anterior, reconozca que la investigación empíri-
trastación empírica, porque no son susceptibles de ser clasificados como ca puede contribuir a un mejor conocimiento de ciertos juicios de valor
verdaderos o falsos (algo muy discutible, que es herencia de una dicoto' (los instrumentales), lo que también contribuye a clarificar si determina-
mía humeana entre juicios de valor -subjetivos- versus juicios de hecho dos objetivos son o no alcanzables.
[,a coda es clara y clásicamente empirista del siglo xx: no hay funda-
-objeüvos-, y que criticaremos más adelante); dichos juicios expresan un
esándar de evaluación moral o una norma de conducta, en donde han mentos últimos ni en ciencias (todo, incluso losjuicios obsenacionales, es
desaparecido todos los ingredientes descriptivos, sin dejar rastro alSuno. reüsable), ni en nuestras evaluaciones, porque lo que nos sucede y nues-
tro creciente conocimiento empírico puede hacernos cambiar nuestros
¿Cómo fundamentar, entonces, losjuicios categóricos de valor? Desde
el punto de üsta de las fuentes o los recursos a partir de los cuales obtene- \r¿lores; la aceptación de ciertos valores básicos hecha en determinado
mos nuestros valores básicos, cabría afirmar que'e§tos valores proüenen momento no es irrevocable.
de la sociedad en que üümos; es decir, no.se obtienen mediante un Proce-
so de elección racional, sino por la influencia de grupos, tradiciones, etc. t También señala que no podemos formular un conjunto de reglas para elegir teorlas,
Desde el punto de üsta de su validación, son aceptados sin justificación, esdecir, reglas que permiten d€terminar de manera unívoca cuál es la teorfa má! acePtable
de¡de el punto de vista racional, aunque sería posible, al menos, mencionar unas Poctut.
en tanto son básicos.
Hempel reconoce incluso que las teorías que se adoptan y siguen en pie de modo razonable
Si pasamos ahora a una de las cuestiones centrales en nuestro traba- dependen de la concepción general del mundo que domine en ese momcnto. Por ejemplo,
jo, Hempel admite que el conocimiento y el méiodo científico presu- hace ciento cincueñta años, una teoría que propusiese la cuantización de Ia energía no
hubiera sido considerada como una opción teórica racional (Hempel, 1979).
Ponen evaluaciones, pero ello solo debido a que los científicos evalúan
rl q La dimensión val0fativa de las ciencias

Hempel finaliza sensatamente enfatizando que si bien en toda argu-


mentación, incluso científica o ética, necesitamos Puntos últimos de par-
tida, estos no pueden ni deben ser absolutos. Solo necesitamos Puntos de
partida relativos a un contexto, un momento, una cultura, etc., y, por ende,
deben ser adoptados y criticados dejando de lado toda actitud dogmática.
Hempel reconoce, en otro trabajo, que la presencia de evaluaciones
en las ciencias no atenta conra su objetiüdad, pues siempre es posible VII
ofrecer razones plausibles que apoyen las pautas procedimentales, algu-
nas de las cuales son explícitas e incluso en ciertos casos, formalizables, Larry Laudan: ciencias y valores cognitivos
como en Carnap, mientras que en otros, como en el caso de Kuhn, son
menos precisas (Hempel, 1983, pp. 372-395). Es importante, pues, enfa-
tizar que Hempel no identificó, como erróneamente lo han hecho divul-
gadores del empirismo, la presencia de valores con la violación de la obje-
tiüdad científica.
Ningún empirista posterior a Neurath fue tan lejos como Hempel en
aceptar la presencia de valores contextuales en la actiüdad científica, a La actividad científica como solución de
pesar de seguir manteniendo la validez de las dicotomías más que discu- problemas conceptuales y empíricos
tibles del empirismo.
l,arry Laudan se refirió explícitamente en una de.sus obras a la presen-
cia de valores en la actiüdad científica, especialmente en relación con los
objetivos de la ciencia y los modos en que son elegidos para que la elec-
ción sea parte constitutiva de la racionalidad de los procedimientos cien-
tíficos (Laudan, 1984).
Por lo tanto, es imprescindible considerar previamente la versión de
Laudan de la actividad científica. La primera gran novedad es que esta
actiüdad esá siempre encuadrada en ciertos marcos llamados "tradicio-
nes de investigación", dentro de los cuales los científicos desarrollan sus
actiüdades y proponen sus teorías. l,as tradiciones están conformadas por
compromisos duraderos, que hacen que las teorías desarrolladas dentro
de una tradición tengan ciertos parecidos de familia, luciendo como ejem-
,W plos representativos de las visiones básicas del mundo que toda tradición
de investigación constituye.
Toda tradición de investigación está compuesta al menos por (l) un
conjunto de creencias acerca de qué tipos de entidades y Procesos cons-
tituyen el dominio a investigar, y (2) un conjunto de normas epistémicas
y metodológicas acerca de cómo ha de ser investigado dicho dominio,
cómo han de ser contrastadas sus teorías, cómo han de ser coleccionados
los datos, etc. I-as tradiciones de investigación no son contrastadas direc-
tamente, pero sí lo son las teorías dentro de ellas, mediante el uso de las
nonnas metodológicas de la misma tradición acerca de las entidades -la
ontología- que comparte con las otras teorías que son parte de ella. Es

Irr3l
r r4 La dimensión valorativa de las ciencias Larry laudan: ciencias y valores cognitivos r r5

obüo que las tradiciones de investigación son por lo general más durade- etcétera. También nos parece excesiva la afirmación de Laudan según la
ras que sus teorías; por lo tanto, ellas representan el ingrediente de conti- cual su postura es diferente a la de las filosofias empiristas de la ciencia
nuidad en el desarrollo histórico de las ciencias porque estas no le dieron importancia a la relación entre solución de pro-
La actiüdad cientíñca dentro de una tradición de investigación con- blemas empíricos y conceptuales. Ahora bien, una cosa es sostener que no
siste, básicamente, en la resolución de problemas que pueden ser funda- tomaron en cuenta (lichos problemas -algo que es obüamente falso- y otra
mentalmente conceptuales y empíricos. En consecuencia, el objetivo de la muy distinta sostener que les dieron menor relevancia -algo que habría
ciencia es alcanzar teorías, siempre dentro de una determinada tradición, quejustiñcar caso por caso-. Lo que sí es sensato aceptar es que Laudan
con un alto grado de efectividad en la resolución de problemas; es decir, enfatiza, como pocos, la relevancia de los problemas conceptuales y ello
que la ciencia progresa cuando teorías sucesivas posteriores resuelven más es de por sí un acierto.
problemas que sus predecesoras. Como resultado, Laudan propone que hay progreso tanto dentro de una
Por lo tanto, el objetivo de la ciencia así definida no es la verdad intrín- tradición de investigación como a través de distintas tradiciones de inves-
secamente trascendente a la actiüdad científica, sino aquel conocimien- tigación. Sin embargo, como veremos, en ambos casos las pautas para e -
to que es accesible epistemológicamente. Esto requiere una serie de luarlo son las mismas. Como en ambos casos siempre hay buenas razones
aclaraciones. para añrmar la progresiüdad del cambio, tal progreso es muestra de la
En primer lugar, hay larios tipos de problemas. Los problemas empí- racionalidad de la ciencia.l Dicha racionalidad es un hecho que salta a
ricos pueden ser "potenciales" (carecemos de explicación de lo que suce- la üsta mediante una adecuada percepción y descripción de la marcha de la
de en el mundo al respecto), "resueltos" (por cierta teoría) y "anómalos" ciencia, y luce como no impuesta desde un marco teórico sin contraparte
(resueltos por alguna teoría rival, pero no por la teoría con la cual trabaja- histórico-factual.
mos). Los problemas conceptuales, a su vez, esrán vinculados a cierta teo- Estamos otra vez en presencia de una concepción de las ciencias que
ría T,y pueden ser también de diversos tipos: se considera a sí misma mejor que otras versiones por hacerlas más racio-
nales.2 En su concepción de la racionalidad, l,audan afirma que existen
(l) Cuando ?es internamente inconsistente o slrs mecanismos teóricos ciertas notas que son transtemporales y transculturales, y a la vez insiste
son ambiguos. en que lo que es específicamente racional en el pasado lo es en parte en
(2) Cuando Ttiene presupuestos acerca del mundo opuestos a otras teo' función del lugar, el momento y el contexto (véase, por ejemplo, Laudan,
rías o a supuestos rnetafísicos dominantes, o no garantizados por pau- 1977, p. 130).
tas epistemológicas o metodológicas. La historia de la ciencia, dice [,audan, nos enseña que muy raramente
(3) Cuando Tüola principios de la tradición de la cual es parte. hay retención acumulativa entre teorías sucesivas. Cada teoría establece
(4) Cuando Tfracasa en utilizar conceptos de teorías generales a las cua- el número y el peso de sus problemas empíricos, así como el número y la
les está subordinada lógicamente. centralidad de sus dificultades conceptuales, en una suerte de análisis de
costos-beneficios. [,a norma fundamental es preferir aquella teoría con
La eliminación de problemas conceptuales es tan constitutiva del progreso el número mayor de problemas empíricos resueltos que genera el menor
como la solución de problemas empíricos. Puede incluso darse el caso de número de anomalías y problemas conceptuales.s
que haya progreso cuando se pasa de una teoría con más soporte empírico Es un acierto de Laudan hacer hincapié en que no basta con el análisis
a otra con menos, cuando esta última resuelve dificultades conceptuales. en términos de aceptación o rechazo, sino que también debe tenerse en
l,audan cree que su propuesta es distinta y mejor que la de Kuhn en esto,
dado que considera que este, al centrarse fundamentalmente en la reso- I ser racional signilica hacer elecciones que son progresiras" (t¿udan, 1977' p. 125).
"[...]
lución de problemas empíricos, no les da importancia a las dificultades 2
l,audan (f 9$, pp. 154155):'el modelo puede considerarcomo racionales a un número
conceptuales. Esto nos parece inapropiado, porque Kuhn, explícitamente, de características persistentes del desarrollo científico que versiones dominantes de la ciencia
habló de enigmas cuya solución llevaba a una mejor articulación de lbs consideran como irracionales".

paradigmas, por ejemplo, a un mejor establecimiénto de las constantes uni-


3
"[..,] la efectividad para resolver problemas de una teoría esüí determinada por el estable'
cimiento del número yde la importancia de problemas que la teoría resuelve y [.'.] el número
versales, a una formulación más apropiada de los principios del paradigma' y la importancia de los problemas conceptuales que genera" (Laudan, 1977' p. 68).
r rO La dimens¡ón valorativa de las ciencias Lary Laudan: ciencias y yalores cognii¡vos II?

cuenta cuándo una teoría es aPta yvaliosa Para una investigación y una ela- ciencias; por lo tanto, las diferencias son de grado y no de clase. En vez de
boración posteriores. Estos casos intermedios entre acePtación y rechazo tratar de demarcar la ciencia (del discurso sin sentido, de la seudociencia,
parecen depender funcionalmente del progreso científico relativo y de la de las no ciencias) debemos preocuparnos "por distinguir entre las afir-
tasa de progreso de las teorías. Así, Laudan distingue entre la ad¿cwaciinde maciones bien contrastadas con retención de conocimiento de las que no
una teoría, que consiste en haber resuelto más problemas que sus competi- lo son" (Laudan, 19E3, p. 153).
doras, y sü promesa, que consiste en la tasa de progreso en resolver sus Pro- Laudan enfatiza, de manera acertada, el carácter relacional de la acep
blemas. Puede darse el caso de teorías muy progresivas que, sin embargo, tación o el rechazo de teorías y tradiciones.o En efecto, esras se aceptan o
no merecen aún ser aceptadas, aunque su progreso las hace merecedoras rechazan en relación con teorÍas o progmmas competidores. Solo mediante
de continuar la investigación con ellas.a la comparación de la efectiüdad en la solución de problemas de una teo-
En la disputa entre monismo versus pluralismo simultáneo (de para- ría o tradición con la de sus rivales estamos en condiciones de ofrecer una
digmas, programas de investigación), Laudan claramente se inclina por evaluación para determinar cuál debe ser aceptada o proseguida.
la coexistencia de distintas tradiciones de investigación, porque histórica- Finalmente, es muy importante enfatizar que el progreso científico tal
mente esto parece ser la regla más que la excepción, sin llegar al extremo como l,audan lo concibe es meramente progreso cognitivo, pues no impli-
feyerabendiano de afirmar que es necesaria la coexistencia de una proli- ca ni es implicado por ningún tipo de progreso material, social o espiritual.
feración de teorías. Para decirlo con mayor precisión, una teoría es más Tal postura tiene su reflejo especular en su concepción de la relación entre
adecuada (aceptable) que su rival cuando ha mostrado mayor efectividad ciencias y valores.
en la resolución de problemas que la otra. A su vez, una tradición de inves-
tigación es más adecuada que otra en el caso en que el conjunto de teorías
que la caracteriza en determinado momento sea más adecuado que las tee. Acerca de cómo llegar a acuerdos sobre
rías que constituyen cualquier otra tradición de investigación. ' hechos, métodos y objeüvos
Hay también, como anticiparnos, un ingrediente prospectivo que toma
en cuenta el caúcter promisorio o de fertilidad. Una tradición de investi. l.audan reconoce que, aunque hay presencia de valores no cognitivos en la
gación puede ser menos adecuada que otra y, sin embargo, ser más progre- actiüdad científica, no hablaú de ellos porque no ion los predominantes;
sir¡a en el sentido de ser promisoria hacia el futuro. Por ende, es recomen- lo cual es más que discutible, ya que, como veremos, la elección de ciertos
dable continuar explorando teorías muy promisorias, pero solo aceptar las valores cognitivos esrá, en muchos casos cruciales, subordinada a valores
teorías más adecuadas. Laudan señala que esto lo diferencia de Carnap, no cognitivos que se asumen como válidos y últimos. Laudan incluso acep-
Popper y l,akatos, puesto que ellos igualan la medida de adecuación a la ta que "los \r¿lores éticos están siempre Presentes en la decisión cientíh-
de promesa.s ca [...] pero [su importancia] termina siendo insignificante cuando se la
Laudan, en otro acierto, rechaza todo intento de demarcación entre compara con el [...] rol de los valores cognitivos" ([.audan, 1984, p. xll).
ciencias y no ciencias. No hay diferencias fundamentales tajantes entre ellas, He aquí un caso de subestimación contrafáctica del rol de los valores no
y todas tratan de entender el mundo y nuestra experiencia. Aquellas disci- cognitivos en la actiüdad científica.
plinas que llamamos ciencias son usualmente más progresivas que las no I-os valores cognitivosjuegan, según Laudan, el rol más importante en la
conformación de la racionalidad científica, con lo que resulta obüa la pri-
{ En toda su discusión del progreso científico, l,audan es critico del concepto de incon- macía que otorga a las cuestiones de racionalidad teórica-instrumental Por
mensurabilidad al como es usado por Kuhn y Feyer¡bend. Sin embargo, subyace a tal crítica sobre cuestiones fundamentales de racionalidad práctica. Para mostrar esta
el crarc error de relacionar inconmensurabilidad con incomparabilidad: "ellos [Kuhn y tesis, l.audan exhibe el desarrollo real de Ia ciencia considerado como Pro'
Feyerabendl sugirieron que las teorías eran inconmensurables y por ende no abierus a la
compa.ración objetiva' (Laudan, 1977 , p. 143) . Ambos, Ifuhn y Feyerabend, afirmaron de gresivo y racional.
manera reiterada que tcorías inconmensurables pueden ser comparadas; por,ejcmplo, en el
caso de Kuhn, mcdiante la resolución de anomalías de una de ellas por la otra, o por el rigof
y la precisión en resolver sus respectivos enigmas, etcétera. , 6"[...] lo que imPorta no es, en algrin sentido absoluto, cuán efectiva [" '] es una tr¿dición
5
Para una crítica detallada de esta diferenciación crítica que laudan hace con respecto o teoría, sino más bien cómo t .o-p"ra su efectiüdad [...] con la de sus competidoras"
a C,arnap, Popper, Lakatos e inctuso Feyerabend, véase Feyerabend (lg8l, pp. 23$241). (laudan, 1977, p. f20).
l r8 La dimensión valorativa de las ciencias
Larry Laudan: ciencias y valores cognitivos r rg

Laudan sostiene que se suele explicar er consenso y


er disenso de mane- factuales son resueltos mediante consensos en el nivel metodológico; los
ras completamente distintas, y agrega que para
obtener una teoría unifi- desacuerdos en el nivel metodológico son resueltos por acuerdos en el
cada y abarcadora de los procedimientos racionales
reales en ciencia se nivel axiológico.
necesita un único modelo que contenga tanto las
divergencias como los Cabe ahora hacerse la pregunta, ¿cómo se resuelven los eventuales des-
consensos o, más claramente, que incluya el
modo en que se arriba al con- acuerdos entre los ob.|etivos de la actiüdad? El modelojerárquico esándar
senso a partir de divergencias. siguiendo
críticamente el moderojeúrqui- carece, según [,audan, de una respuesta que haga racional a la actiüdad
co de inspiración leibniziana, plantea que los
disensos en la actividad cien- científica, que la haga capaz de arribar a consensos a partir de eventuales
tífica se dan en tres niveles, pa.a luego llegar a
consensos. disensos. Muchas veces se afirma que las decisiones al respecto son 'prerra-
Laudan distingue entre un nivel de los hechos, un
niver de los métodos cionales", lo que muestra los límites de la teoría de la racionalidad cientí-
y un nivel de los valores. En un primer niver,
se arriba a consensos a par- fica sustentada por los defensores de tal respuesta (por ejemplo, Popper),
tir de desacuerdos acerca de ros hechos recurriendo
a estándares metodo- o se postulan ciertos fines últimos usualmente no cognitivos (la felicidad,
Iógicos. Por ejemplo, Carnap, Reichenbach y popper
propusieron reglas el bienestar general de la población, la tradición, etc.), algo que l,audan
metodológicas que los científicos usan en sus
elecciones entre teorías. e ncuentra insuficiente e inadecuado en una propuesta que pretende exhi-
Aquí la presuposición es obvia: existe una rógica imparcial
para evaluar bir, al máximo, la racionalidad de los procedimientos científicos. No hay
teorías, algo también sumamente discutible,
pues, como Carnap y otros duda: dejar fuera del alcance de tal racionalidad las decisiones acerca de
sabían, tal lógica es por lo común insuficiente
para alcanzar una clecisión los fines es una limitación importantísima y fuertemente limitativa de la
unánime. Sin embargo, más importante aún
es qlle hay fuertes desacuer_ ralidez de dicha versión de racionalidad.T
dos entre los científicos acerca de ros métodos
que conviene utilizar. No l,audan señala adecuadamente que "los objetivos cognitivos subdeter-
hay una postura unánime y universal al respecto
para todos ros problemas minan por lo común las reglas metodológicas del .mismo modo que las
de las distintas disciplinas, Io que es también
un hecho rear coLprobado reglas metodológicas subdeterminan las elecciones factuales" ([,audan,
una y otra vez en la práctica científica a Io largo
de Ia historia. 1984, p. 35). Por ejemplo, ante objetivos cognitivos tales como verdad,
Bien puede suceder entonces que para resolver
disensos en torno a los coherencia, simplicidad, no hay conjunto alguno de reglas metodológi-
hechos se recurra al niver n.toao-togi.o,
pero que tampoco haya consen- cas que conduzca únicamente -sin que otros conjuntos de reglas puedan
so acerca de los métodos. La mejor solución
de este problema es, según hacerlo- a la consecución de dichos objetivos. De ahí que Laudan afir-
L.aufan, provista por el "modelo jerárquico
de justificación,,. Hay tres me, con razón, que "buscar las reglas d¿lmétodo científico es presuponer
niveles interrelacionados para arcanzar.o.rr..rror.
En el nivel mrís b4io se [erróneamente] que hay un único modo legítimo de alcanzar los objetivos
encuentran las disputas acerca de hechos (desacuerdos
factuales). para el compartidos de la ciencia" (ibid, p. 36).8
consenso fact'al' los científicos se mueven
a un nivel superior en lajerar- l,audan pretende resolver el problema de cómo llegar a acuerdos acer-
quía, el de las reglas metodológicas compartidas (algoritmos
mecá.ricos o ca de los objetivos cognitivos mediante la introducción del mad¿b reticular
atributos como contrzrstabilidacl independiente,
carácter no ad hoc, etc.). d¿ la ra¡ionalidad cimtífua" [,a novedad del modelo reside, segrin [,audan,
Tales normas metodológicas son de ;apoyo
empírico,,y, dado el caso de en la existencia de procesos de ajuste mutuo (no uni- sino bidireccionales)
desacuerdos en el niver factuar, se ha
de .ecrr.ri. a pautas metodológicas entre los distintos niveles factual, metodológico y axiológico: 'La justifi-
que establecerán cuál teoría o hipótesis tiene
mayor apoyo empírico de cación fluye tanto hacia arriba como hacia abajo en lajerarquía [...]. No
acuerdo con la pauta metodológica
elegida.
Es obüo, sin embargo, que también
..^
tíficos no se pongan de acuerdo
fuede darse el caso de que los cien- T
Sin embargo, Andrew Lugg objeta que en la pnictica científica real "los científicos
acercadi cuár es el mejor método a utili- raramente se mueven a un nivel más alto para limarsus diferencias. No pasan del examcn de
zar, algo que sucede a menudo cuesdones factuales al examen de cuestiones metodológicas y aún menos pasan de cuestiones
en la actiüdad científica. otra vez, la reco-
mendación es moverse a un nivel metodológicas a axiológicas. Todo lo contrario: ellos delienden usualmente sus puntos dc
más alto en el moderojerárquico: ahora vbta de los ataques de sus oponentes [.,.] sobre la base de lo que consideran como indepen'
al nivel de los objetivos compartidos,
ros cuales por supuesto son preferi- ' dientemente sostcnible' (Lugg, 1986, p. 421).
dos en términos de valores; 8
laudan agrega que 'otro obctáculo, probablemente insuperable, para la búsqueda &I
y es por ello que l,audanlo llama.nivel axiol&
gico". En resumen, en una marchajenírquica método cientíñco es la ausencia de consenso total entre los cientíñcos acerca de cuáles deben
ascendente, los desacuerdos §cr los objetivos cognitivos de la ciencia' (Laudan, 1984, n. 12).
r20 La dimensión valorativa de las ciencias Lary Laudan: ciencias y valores cognitivos rsr

debemos considerar a alguno de estos niveles de lajerarquía como priü- usualmente es reducida a una mera relación especular entre el discurso
legiado o más fundamental que los otros. Axiología, metodología y afir- científico y el mundo, algo que padece, desde el vamos, del peor de los
maciones factuales están ineütablemente interrelacionadas en relaciones inconvenientes de toda versión de los objetivos y valores intervinientes en
de dependencia mutua" (ibid., p. 63). la actividad científica. I-audan mismo reconoce su carácter utópico por
Hay, pues, en la elección consensuada de los fines, una actividad que irrealizable. Sin embargo, I-audan no ha podido lograr lo que pretende:
desciende de los objetivos a los niveles inferiores hasta arribar incluso al sustituir la concepción de la ciencia de sus antecesores por una versión
nivel factual. Así, nuestros objetivos cognitivos deben reflejar acerca de lo fiel a la real marcha de la actividad científica, que siempre tiene Iugar en
que es y no es posible lograr en los hechos, y además reflejar que nues- determinado contexto históricosocial y cuyos valores cognitivos y no cog-
tros métodos esán apropiadamente relacionados con nuestros objetivos. nitivos son cruciales para dar cuenta de las decisiones de los cientíhcos que
l,audan cree que los científicos pueden resolver sus desacuerdos acerca investigan en dicho contexto.
de los objetivos de manera racional; la adopción de un objetivo no implica Esta contextualización ineütable es la que esá en el núcleo mismo de la
"una cuestión subjetiva y emotiva" sino que puede ser "negociada racional- concepción de Philip Kitcher, quien desde el comienzo discute la actiüdad
mente" (iüd., p. 4?). Por ejemplo, un objetivo puede ser criticado "porque científica en términos de valores contextualizados en comunidades que pre-
es utópico o no realizable" o "porque es inconsistente con losyalores implí- tenden llegar, de manera democrática, a consensos en la actiüdad científica
citos en las prácticas y losjuicios que aceptamos en la comunidad en que como parte de las actiüdades que tienen lugar en una sociedad democrática.
trabajamos" (ibid,p.50). Cabe preguntarnos: ¿son, pueden o deben ser
estos yalores meramente cognitivos? ¿Son todos ellos igualmente relevan-
tes? Si no fuera así, ¿en términos de qué r¡alores preferimos a unos sobre
otros? Nos parece muy dificil poder sostener que tal preferencia se dé a
partir de valores exclusiva o principalmente cognitivos, o afirmar que los
tálores no cognitivos nojuegan un papel importante.
Laudan afirma que todo puede cambiar: las teorías, sus métodos y sus
\¡alores cognitivos. Como consecuencia, y en tanto los juicios acerca del
progreso dependen de la especificación de los objetivos de este, podemos
seguir hablando de progreso en relación con los objetivos eventuales. Y
podremos hablar de progreso tanto en nuesüas teorías como en el plano
metodológico, pregunrándonos si cierta metodología está en una mejor
relación con nuestros objetivos que su predecesora.
Aquí se pone de relieve una carencia fundamental. Si nos preguntamos
"¿relacionados con cuáles objetivos?", la respuesta de Laudan es exclusiva
y reductina: con objetivos cognitivos. ¿Solo o especialmente con ellos? La
respuesta positira a dicha pregunta parecq, por una parte, ser histórica-
mente falsa y epistemológicamente hipersimplificadora y empobrecedo-
ra. En los seres humanos, en especial en su actiüdad para obtener poder
s$¡e el mundo -natural o no-, los objetivos no cognitivosjuegan el rol de
ettándares últimos y suelen ser contextualmente validados por una comu-
nidad tanto científica como social más amplia.
Solo la referencia a esos valores extracognitivos nos dará acceso a una
auténtica racionalidad científica, que no está ni puede estar reducida a
una racionalidad meramente teórica en téiminod de objetivos cogniti-
vos, y a una objetiüdad real, no neutralizada. La objetiüdad científica
VIII
Philip Kitcher: ciencias y valores ético,políticos

En Scicnce, TruthandDemaoacy (2001\,Philip Kitcher critica lo que conside-


¡a como la concepción esrándar de la ciencia, de acuerdo con la cual ( I ) las
ciencias tienen un único objetivo totalmente independiente de cualquier
contexto, y (2) dicho objetivo y las actiüdades que se realizan para alcanzar-
lo están siempre más allá de crítica moral alguna. Kitcher, por el contrario,
sostiene que los objetivos son dependientes del contexto históricosocial
y que, por supuesto, son susceptibles de ser evaluados críticamente,junto
con las actiüdades de los científicos, sobre la base de estándares morales.
Ello requiere aclarar cuál es su concepción de las ciencias, el rol inevi-
table y omnipresente en ellas de v¿lores externos, especialmente morales,
y las características fundamentales que los grupos científicos y las socie-
dades a las que pertenecen deben tener para que dichas actividades sean
exitosas y cumplan con los estándares morales vigentes. Más claramente,
Kitcher esá conminado a proponer una versión de las ciencias, una moral
y un tipo de grupos y sociedades en los cuales, idealmente, se cumplan sus
objetivos de acuerdo con las pautas morales adoptadas.
De entrada, Kitcher (l) plantea una nueva, plausible y muy rica uni-
dad de análisis de la investigación científica: en vez de teorías, paradigmas
y Programas de investigación, prefiere hablar de "prácticas científicas"; y
(2) propone que la verdad es el objetivo de las ciencias y argumenta en
favor de la idea de que las ciencias alcanzzn la verdad incluso acerca de
entidades y propiedades que están más allá de las apariencias inmediatas.
F.s por ello que afirma que un modesto realismo sobreüve a los desafios
más sofisticados:
En relación con ( I ) , y como resultado del estudio de la obra de Darwin,
Kitcher propone que una práctica científica esrá compuesta por nuevas

Irr3l
r24 La dimensión valorativa de las c¡encia§ Philip Kitcher: c¡enc¡as y valores ético-políticos r 25

preguntas y por un vocabulario especíñco que se utiliza Para formular En Ia medida en que usamos categorías para clasificar los ítems del
las preguntas y sus respuestas, las cuales se concretizan en sentencias que dominio que se ha de investigar, organizamos la naturaleza en nuestro
se usan no solo para describir hechos, sino también, y muy esPecialmen- pensamiento, habla y comunicación escrita. Por lo tanto, el mundo es par-
te, para explicarlos mediante determinadas formas peculiares y rePresen- cialmente tal como lo hacemos; la naturaleza está conformada por nues-
tativas de cada práctica o esquemas explicatiaos. Además, cada práctica está tros intereses pasados; y las configuraciones existentes en ella determinan
constituida por los paradigmas de experimentación y observación, los ins- en parte nuestros intereses pre§entes, de los que surge nuestro interés
trumentos mismos y los criterios para el buen uso de ellos y sus resultados, por resolver los problemas que consideramos epistémica y prácticamente
los criterios de admisibilidad de información y de informantes confiables, significativos.
y los estándares o valores metodológicos de decisión o evaluación, que Los valores epistémicos esán interrelacionados y balanceados con y por
dan lugar a nornas o pautas de prestigio. Dichas prácticas son en princi- intereses prácticos. Muchas veces el interés teórico en proponer y resolver
pio individuales, pero con el correr del tiempo devienen prácticas consen- ciertos problemas puede interferir con la autoestima y el bienestar de cier-
suadas compartidas por cierto grupo científico que actúa de acuerdo con tos grupos en la sociedad, especialmente de los desposeídos o de los que
los componentes definitorios de la práctica.l se encuentran en una situación de desventaja. De ahí que los "puros inte-
Kitcher sostiene que en cada una de las prácticas, desde las preguntas reses epistémicos", considerados como ideales, abstractos y universales, y
y los esquemas explicativos hasta las pautas metodológicas, intervienen que supongan una clara separación entre intereses epistémicos y prácticos,
valores, debido a que las preguntas son significativas en tanto lo sean Para son muchas veces inapropiados. De esto se sigue su ataque devastador a la
lograr el objetivo de la ciencia, que es, como veremos, alcanzar verdades "investigación libre o pura", a la que es necesario poner límites teniendo
significativas. Esta propuesta de Kitcher acerca de las prácticas científicas en cuenta las condiciones prácticas de su realización.
le permite enriquecer la noción de progreso científico, Porque así podní [,as ciencias, como también la elección de los proyectos que han de lle-
hablar de progreso no solo dentro de una práctica y a tmvé§ de prácticas varse a cabo, deben estar sujetas a la evaluación moral.
sucesivas, sino también dentro de alguno de los componentes de una prác-
tica en particular o de todos los componentes de las prácticas.
En relación con (2), el objetivo de las ciencias no es la verdad (a secas), [¿s ciencias como mapas
sino la verdad significativa, la cual es dePendiente del contexto Porque lo que
es significativo para un cont€xto puede no serlo para otros. Su postura es, Tanto cuando hacemos ciencia como cuando dibujamos mapas, nuestros
por lo tanto, la de un pluralismo dependiente de contexto (Kitcher, 2001). modos de diüdir el mundo dependen de nuestros intereses y capacida-
des. Las convenciones y divisiones cartográficas cambian en respuesta a
nuestros propósitos humanos cambiantes. Dibujamos mapas que sean per-
l'[...] consideraré que la práctica de un científico es una entidad multidimensional tinentes con respecto a los proyectos e intereses de nuestra sociedad. De
cuyos componentes son los siguientes:
manera análoga, el objetivo de las ciencias es abordar las cuestiones que
l. El lenguaje que el científico utiliza en su trabajo profesional.
2. I aq preguntas que identifica como los problemas importantes del área' son significativas para las persona¡i en una etapa particular de la evolución
3. Los enunciados (imágenes, diagramas) que acepta sobre la materia de estudio del de la cultura humana. Y así como a lo largo de la historia no hay un único
área. mapa, sino una sucesión de ellos con distintas convenciones para sus lec'
4, El conjunto de patrones (o esquemas) que subyacen en esos textos que el científico
consideraúa explicativos.
turas, en la historia de las ciencias hay una sucesión de marcos de lengua-
5. t os ejemplos esándar de informantes confiables además de los criterios de credi- je, a menudo imperfectos, para llevar a cabo los proyectos que Parecen,
bilidad que el cientÍfico utiliza al err¿luai' las contribuciones de fuentes de infor- en determinado momento, los más importantes.
mación potenciales pertinentes para la materia de estudio del área.
6. t os paradigmas de experimentación y observación, junto con los instrumentos y Kitcher es escéptico acerca de un objetivo de la ciencia supremo y abar-
las herramientas que el científico considera conf¡ables, así como sus criterios para cador, como también Ie parece difícil poder dar razones para creer en la
la experimentación, la obsenr¿ción y la confiabilidad de los instrumentos. existencia d¿latlasideal. En ambos casos, la noción de significatiüdad debe
7. Muestras de razonamientos científicos buenoe y defectuosos,juhto con los criterios
ser relativizada respecto de las comunidades. No hay, ni para los mapas
para evaluar los enunciados que se propongan (la'merodología'del cientÍfico)"
(Kitcher, f993, p. 7{). ni para las ciencias, un objetivo único e independiente de todo contexto.

ji&&,
I
I 26 La dimensión valoraliva de las cienc¡as Philip Kitcher: c¡enc¡as y valores élico-políticos 127
I

Los mapas y las teorías científicas pueden ser aproximadamente verdade- Todo ello pone de relieve la historicidad de las ciencias. Los gráficos l

ros, pero teniendo en cuenta que no hay una teoría totalmente completa de significatividad reflejan siempre las preocupaciones de una época.
ni un atla^s ideal. Los desafíos del presente, teóricos y prácticos, y por ende el mundo
Hay "significaúüdad práctica" (las verdades significativas son aquellas estudiado, están conformados por las decisiones hechas en el pasado.
cuyo conocimiento incrementa las chances de alcanzar objetivos prácticos) Como dice Kitche¡:, el rastro de los caminos de la historia aparece por
y "significatiüdad epistémica" (que demarca aquellas verdades cuyo cono' todos lados.
cimiento es intrínsecamente valioso). En ambos casos, la significatiüdad es
depeudiente del contexto. Ni siquiera las verdades intrínsecamente signifi-
cativas quedan más allá de la evaluación moral y social en un determinado El mito de la pureza
contexto, ya que la búsqueda de una noción de significatividad epistémica
independiente de todo contexto implica la idea de una organización sis- Las preguntas que planteamos, el aparato que empleamos para contes-
temática de las verdades de las ciencias para poder alcanzar explicaciones tarlas, las categorías que organizan nuestras investigaciones, incluso los
objetivas. Lo anterior, a su vez, presupone la posibilidad de la Unidad de objetos que investigamos son como son debido a los ideales morales, socia-
las ciencias a cuyas dos fuentes constitutivas se opone Kitcher: la prime- les y políticos de nuestros predecesores. Esto es muy fuerte y conduce a
ra, la que dice que las ciencias pueden ser unificadas jerárquicamente; y nuestra tesis de la necesidad y la conveniencia de marchar en pos de una
la segunda, la idea de que la integración dentro de un marco único es la filosofía política de las ciencias que sea fiel a dicha presencia de ideales,
esencia de la comprensión objetiva. De acuerdo con Kitcher, todo sistema en este caso, a la peculiar naturaleza ético-político-social de la historici-
completo de leyes de la naturaleza está de hecho constituido por partes dad misma de las ciencias. Lo que cuesta creer es que se haya defendido
localmente unificadas, es decir, ciencias con sus propios esquemas de cla- la idea de la pureza asocial, apolítica, aética de.las ciencias, algo insos-
sificación y sus propios modos sistemáticos de tratar un conjunto de fenó tenible incluso desde el vamos. ¿Desde dónde y cuándo debemos pre-
menos. Por lo tanto, no hay razón alguna para suponer que exista nece- guntarnos acerca del origen de nuestras preguntas? Esto nos lleva a la
sariamente un número finito de marcos clasificatorio-sistematizadores; ni cuestión del origen de nuestros intereses presentes en ellas y de nuestras
hay razón alguna para que en determinado momento haya que dejar de urgencias para contestarlas. ¿Pueden tener el mismo origen para todos
hacer propuestas sobre tales marcos. Además, en la organización jerár- los seres humanos? ¿Siempre? Una rápida mirada a la historia, especial-
quica, la significatividad no fluye de lo más general a lo más particular; en mente de nuestras sociedades, y de sus prácticas científicas, nos da como
verdad, las conexiones que confieren significatiüdad irradian en distintas respuesta un rotundo "no".
direcciones, así como un mapa no muestra una organización jeúrquica Las diüsiones entre ciencia pura, aplicada y tecnología no son simples,
de lugares.2 ni claras, ni definitivas. La ciencia pura no se diferencia de la aplicada y de
la tecnología por los lugares en que se practican. Los laboratorios indus-
2
triales utilizan investigadores "puros" y los entomos académicos están pla-
Kitcher propone mapas o gráficos de signiñcatiüdad que describen la interdependencia
de tas preguntas significativas cn determinada investigación. Dichos gnífrcos representan las gados de gente dedicada a proyectos tecnológicos. Tanto la ciencia b:isica
preguntas significatiras como nodos con flechas dirigidas hacia un nodo desde otros nodos, como la tecnología producen instrumentos y conocimiento. En este aspec-
si es que hay alguno, del cual deriva su significatiüdad. Si partimos de la pregunta, por ejem- to no hay gran diferencia; en cambio, parece posible diferenciarlas en tér-
plo, acerca de cuán antiguo es el universo, para responderla tendremos que contestar a la
minos de objetivos. El objetivo de la ciencia pura es encontrar la verdad, el
Pregunta acerca de cómo construir un telescopio, y esta, a su vez, llev¿ a la pregunta acerca
dc las leyes de la óptica, Por otra parte, tendremos que preguntarnos acerca de cómo poner de la tecnologíay la ciencia aplicada, resolver problemas prácticos. Pero la
el [elcscopio en órbita y cómo mantenerlo en ella. Cada pregunta genera nuevos nodos con ciencia no busca merarnente la verdad, sino la verdad significativa, y enton-
flechas que parten de nuestra pregrrnta original. Todas las preguntas ulteriores son signifi-
ces intervienen la significatiüdad tanto teórica como práctica, por lo que
cativas para contestar la primera. Es ohüo que los gráfrcos de significatiüdad cambian, a lo
largo dcl tiempo, en función del cambio de nuestros intercses. Deben ser siempre estable- la distinción aparentemente clara se hace borrosa otra vez.
cidos respecto de un momento en el tiempo. Así, el gráIico de signilicatMdad brevementé Por lo tanto, si la distinción no es clara, no puede añrmarse que lo
resumido con anterioridad debe ser establecido respecto de fines del siglo xx, Los intereses
político y lo social afecten solamente a la ciencia aplicada y a la tecno'
que Kitcher considera en su construcción son siempre los intereses acerca de los cuales un
grupo ha llegado a determinado consenso. logía. Si abandonamos por inexistente la idea de una concepción de la
r?8 La dimensión valoraliva de las ciencias Philip Kitcher: ciencias y valores ético-polÍticos reg

significatividad epistémica que sea independiente del contexto, todo La organización bien ordenada de la investigación científica
proyecto de investigación en ciencia Pura o aplicada debe de ser evalua-
do en términos de los méritos de los intereses prácticos y los modos de Kitcher afirma, acertadamente, que hay una tensión entre la ciencia que se
satisfacerlos. practica en las sociedades democráticas y los ideales dominantes en ellas:
son las prácticas científicas las que no se adecuan a dichos ideales. Es por
ello que Kitcher sostiene que la ciencia no está bien ordenada; léase, su
¿Investigación sin restricciones? práctica trata de contestar preguntas que no promueven nuestro bien.
Para que la ciencia esté bien ordenada, las investigaciones no deben entrar
La pregunta formulada alude a otro tema enervante, porque atañe a la en conflicto con nuestros intereses (Kitcher,200l, p. 108); y para garan-
supuestamente impoluta, ideal e irrenunciable libertad de la investiga- tizar que la ciencia esté bien ordenada, la sociedad debe estar organizada
ción científica. democráticamente.
Kitcher, como buen liberal, recurre a Mill. En Sobte la libefiad, Mill afrr- [,a investigación científica debe satisfacer las preferencias de los ciuda-
mó que la única libertad que merece ese nombre es aquella que persigue danos en la sociedad en lá cual se practica. Kitcher propone tres condicio-
nuestro propio bien a nuestro modo, en tanto no intentemos privar a otros nes para que la ciencia esté "bien ordenada" en la sociedad. Se presupone
del suyo o impidamos sus esfuerzos para obtenerlo. Sin embargo, no hay la idea de una deliberación ideal entre agentes ideales que representan la
un argumento directo que vaya de los preceptos de Mill a la libertad de la distribución de los puntos de vista de la sociedad, con un árbitro en el caso
investigación científica. De acuerdo con Kitcher, es posible ir aún más lejos de desacuerdos entre ellos. Puede ser que no se llegue a acuerdos finales,
y afirmar que puede suceder que por llevar a cabo una investigación sin pero el mero hecho de conocer el origen de tales desacuerdos puede ser
restricciones lleguemos muchas veces a interferir con la libertad de otros posteriormente muy importante. La condición para la realización efectiva
miembros de la sociedad. Por ejemplo, en sociedades con diferencias de de tal organización es que dentro de la sociedad haya instituciones rigien-
priülegio, las defensas de las desigualdades siempre'venden más" que las do la práctica científica que conduzcan invariablemente a los investigado-
de las igualdades. res a arribar a coincidencias con los juicios de los deliberadores ideales,
Además, menos controversial que el deber de buscar la verdad es el en tres a¡¡pectos: (l) en la etapa de la determinación de las agendas, las
deber de cuidar las üdas de aquellos a los que les va peor y protegerlos de instituciones asignarán los recursos a proyectos que estén de acuerdo con
acontecimientos preüsibles que continuarán disminuyendo su bienestar. los proyectos elegidos en los procesos de deliberación ideal; (2) en la pro-
El derecho a la investigación libre no es más fundamental que el derecho secución de proyectos, las estrategias a adoptar serán las de máxima efi-
de aquellos que sufren a ser protegidos respecto de investigaciones que ciencia del conjunto de aquellas que están de acuerdo con las restriccio-
refuerzan los estereotipos. Por lo tanto, los principios de Mill no apoyan nes morales que los deliberadores ideales elegirían, y (3) al trasladar los
la conclusión de que ciertas formas de investigación deben ser llevadas a resultados de la investigación a aplicaciones, la política a seguir es aquella
cabo; Mill limita la popularÍsima versión de que la libertad de investigación que sería recomendada por los deliberadores ideales que siguieron todo
es siempre algo bueno e irrenunciable. el proceso descripto.
Esto no implica, como Mill lo anticipó, que se deba establecer la cen- Obviamente, según Kitcher, una ciencia perfectamente ordenada, por
sura pública a la investigación científica. No se afirma que determinada cumplir estrictamente con los requisitos señalados, es solo un ideal; y lo
investigación debe ser proscripta. Lo que se dice es que hay buenas razo' recomendable es acercarse Io más posible a é1. Moralmente hablando, una
nes para "contenernos a nosotros mismos de realizar tal investigación". ciencia bien ordenada debe llevar a cabo solo aquellos proyectos que sir-
Restringir "oficialmente' la libertad de ia investigación exacerbaría los van a los mejores intereses compartidos de la comunidad.
problemas sociales. Inütaría, por ejemplo, a decir que "la ideología oficial Creemos que habría que discutir algo mrís importante. Si es así, cuánto
interviene para ocultar verdades no confortables". Lo que debe imponer- es posible acercarnos a este ideal. Nos parece que no mucho, en especial
se es una suerte de "imperativo moral" para los científicos, pero no una porque quedan muchas cuestiones por aclarar. (1) ¿Es necesaria e impos-
prohibición oñcial. Por lo tanto, no se sugieie una'censura pública de la tergable una organización democrática de la investigación científica? La
investigación. resPuesta obüa, para muchos, es rotundamente afirmatila. Pero pensemos
rBo La dimensión valorativa de las ciencias
Philip Kitcher: ciencias y valores ético-polfticos l3l
en las comunidades científicas d, laKuhn: su objetivo es la solución efecti-
fundamento de la calidad de vida para elegir nuestros proyectos centrales
va de enigmas' Para ello sugiere una educación férrea, con pautas aún más
es o§etable porque los planes que una persona establece pueden foca-
fuertes de pertenencia, con la consecuencia de que si un científico critica
lizarse en lo triüal (o algo peor). Estaríamos equivocados si juzgáramos
al paradigma, responsabiliándolo de no resolver determinados enigmas,
la calidad de vida de una persona dedicada a los ejercicios abdominales
ello significará la expulsión del investigador. (2)
¿para qué fines es funcio como muy elevada r¡obre la base de que eligió tal tipo de üda a través de
nal una ciencia bien ordenada? Habría que discutir en detalle la relación
decisiones libres.
entre fines significativos y organización de la investigación para alcanzarlos.
Kitcher concluye que toda propuesta de relación entre conocimien-
Kitcher asume, sin brindar una argumentación detallada, que siempre,
to y cambio progresivo de y¿lores está llena de problemas y dificultades.
para todo fin signiñcativo, conüene una organización democrática. sería
Hay, según é1, una suerte de retórica evangélica acerca del valor del cono.
ideal y bienvenido que así fuera, pero para aceptarlo se requiere bastan-
cimiento bajo la cual se halla una discutible teología, una fe precrítica
te más que lo que él nos propone. (3) ¿Cómo se eligen los debatidores
de que proseguir la investigación es y será siempre bueno para nosotros,
ideales? ¿Entre quiénes? ¿Por quiénes? Kitcher no da respuestas claras y
incluso cuando transforme nuestros esquemas de valores. Kitcher cree que
conüncentes en ninguno de los casos. Agréguese a ello, (4) la crucial pre-
es tiempo de abandonar tal teología. Lo que se necesita es una actitud bási-
gunta de cuál es el bien colectivo que la investigación debe promover. [,a
ca e inicialmente agnóstica.
respuesta es por supuesto dependiente del contexto. pero, entonces, (5)
Es loable la actitud general de Kitcher de rechazar por buenas razones
¿cómo establecer en cada contexto el bien común? Kitcher parece comen- todo "universalismo descontextualizado". Kitcher, por supuesto, no niega
zar investigando las preferencias individuales en términos de valores indi-
que el aumento del conocimiento pueda aportar beneficios para los seres
üduales y luego, ras relacionar esas preferencias indiüduales acerca del
humanos, ni rotula como negativo todo cambio de valores. Lo que enfati-
bien, concluye con la preferencia del grupo dentro del contexto de una
za es la ineludible contextualidad del análisis crítico de cada c¿rso en par-
organización democrática. Pero este es un caso enonne de.indiüdualis-
ticular, lo que lo lleva a su conclusión de que no se puede af,rrmar que de
mo metodológico, muy criticado sobre todo en la discusión de las ciencias
la relación entre mayor conocimiento y cambio de valores resulte siempre
sociales, que requeriría una defensa más elaborada.
un cambio progresivo. Menos aún propone Kitcher que el conocimiento
En todos los casos, parecería ser un hecho que, a pesar de que se pro_
y su aumento sean siempre malos, algo totalmente refutado por la marcha
ponga una deliberación entre ciudadanos, la decisión final esá siempre
de las disciplinas científicas.
en manos de los científicos, al asesorar acerca de la significatiüdad de
Ahora bien, el universalismo al que más se opone Kitcher es aquel que
los objetivos, de las investigaciones a proseguir y de la aplicación de los
aísla la investigación científica de toda crítica política y moral; un aisla-
resultados. Nos suena a algo que Kitcher critica: elitismo científico, aun-.
miento que forma parte también de una teología de la ciencia.
que edulcorado por la presencia de procesos de decisión aparentemente
democráticos.
Es importantísimo recalcar que Kitcher desmirifica la versión clásica de
Las responsabilidades de los cientíñcos
Ia relación entre cambio de valores y progreso. según ella, se cree que al
disponer de mayor conocimiento usualmente se cambian determinados
Si las ciencias esán plagadas de valores morales y políticos -desde el plan-
valores porque tal conocimiento los muestra como inapropiados, inalcan-
teamiento de sus objetivos, pasando por la prosecución de la investigación,
zables, etc. Se asume además que ello es siempre para bien, que consti-
hasta la aplicación de sus resultados-, y si además la investigación nunca
tuye un progreso. Por ejemplo, se dice que el aumento de conocimiento
esá estrictamente bien ordenada, sino que, a lo sumo, tratamos de acer-
es funcional a la realización creciente de libertad. pero, por
una parte, carnos a su ideal, cabe preguntarse cuáles son las responsabilidades de los
no está claro en absoluto que adquirir conocimiento siempre aumenta la
científicos, tanto indiüdual como colectivamente.
libertad humana. Por otra parte, el aumento de conocimi.r,to ,ro, puede
Los científicos tienen la obligación de hacer aquello que permita que
limitar para alcanzar otras habilidades beneficiosas (por ejemplo, conocér
sus prácticas de investigación se acerquen Io más posible a la ciencia bien
los mecanismos del sadng en el golf puede minar .r.r.rtá
n"Uinara p".a ordenada; a la vez, los ciudadanos tienen la responsabilidad de hacer lo
golpear la pelotita adecuadamente). Finalmente, apelar
a la libertad como que aproxime su actuación, lo máximo posible, a los ideales democúticos.
Philip Kilcher: cienc¡as y valores ético-p0llt¡c0s r33
r3s La dimensión valorativa de las ciencias

Si uno plantea, globalmente, cuáles son las razones de Kitcher para


[.as persbnas participan en distintos emprendimientos, cada uno de los
cuales tiene funciones estrechas y amplias. Por ejemplo, la función estre-
enfatizar el papel inalienable que debe cumplir la organización democrá-
cha de una institución educativa es enseñar correctamente a sus estudian-
tica de la ciencia, su respuesta sería que "la democracia generalmente es
tes, pero tiene también la función más amplia de contribuir a la realiza-
preferible a cualquier otra alternativa". Es pertinente, entonces, reflexio-
ción de una sociedadjusta. En el caso de las ciencias, su función estrecha nar sobre el alcance de la expresión "generalmente" y plantearse a futu-
es generar verdades significativas, en donde los criterios de signiñcatiü-
ro qué hacer ante otras posibles alternativas. l,a cuestión, Por ende, no
está cerrada, pues tendríamos que comenzar pregunfándonos acerca de
dad son los que utilizan en ese momento los investigadores. La función
amplia es promover la prácüca democrática de las ciencias, tal como se cómo entender en e§o§ casos una ciencia bien ordenada y cómo cambia-
la concibe de acuerdo con los ideales de la ciencia bien ordenada. Esta ría la noción de deliberación ideal, o bien argumentar que en tales casos
función amplia genera la responsabilidad de los científicos de disminuir no tiene sentido hablar de una ciencia bien ordenada. El inconveniente
con la segunda alternativa es que impediría hablar de práctica científica
la distancia entre la práctica real y el ideal' En un nivel aún más amplio,
el científ,rco, como ciudadano, tiene también la obligación de hacer todo bien ordenada en la Inglaterra de Newton o en laAlemania de Bismark...
Y ello sería cometer un exceso poco recomendable. A lo que habría que
lo posible para que se realicen rnás completamente los ideales democrá-
agregar que bien puede darse el caso, como ha ocurrido en distintas opor-
ticos de la sociedad.
Estas obligaciones, individuales y colectivas, de aproximarse alarealiz*
tunidades, en que no se llegue a un consenso moral. Kitcher no aclara qué
debe hacerse en tales casos.
ción de una ciencia bien ordenada son hoy más Pertinentes, en un mundo
Reiteramos que quedan muchos interrogantes abiertos. Ello muestra
donde los empresarios cooptan la investigación científica Para que respon-
Ia riqueza prospectiva de la propuesta de Kitcher y su acierto al üncular
da a sus propios intereses económicos. Los científicos son resPon§ables de
de modo necesario las prácticas científicas con valores éticos, económicos,
reflexionar cuidadosamente acerca de ello, tanto desde un Punto de üsta
sociales y políticos, que deüenen así internos a la práctica de las ciencias,
político como social, para así adoptar las decisiones adecuadas.
a las que hacen, por añadidura, susceptibles de evaluación moral. va de
La dependencia de la investigación científica respecto de intereses eco'
suyo que Kitcher cree que si dicha práctica científica está bien ordenada,
nómicos corporativos se pone aún más de relieve. en las sociedades que
además de no ser valorativamente neutral, es valoradvamente beneficiosa
han decidido no invertir en mejorar las condiciones de üda de sus miem-
bros más pobres y no interferir mediante medidas regulatorias en el mer-
porque llevani adelante proyectos que contribuyan a nuestro bienestar.
cado. Lo lamentable es que, en tales casos, no se quiere admitir que ciertas
aplicaciones de una ciencia pueden exacerbar la desigualdad o empeorar
la situación de los pobres.
[-as cuestiones relacionadas con la investigación científica, como Por
ejemplo hoy el proyecto Benoma, no pueden ser separadas de cuestiones
más amplias -económicas, éticas, sociales y políticas-, algo que es aún más
eüdente en el test genético prenatal.t Coincidimos totalmente con el énfa-
sis con que Kitcher señala la íntima intersección entre distintos tipos de
valores no cognitivos en toda decisión dentro de las prácticas científicas.a

3
Kitcher sostiene que los prejuicios sociates iuedenjugar un rol perturbador en deci-
siones relacionadas con los estudios prenatales; por ejemplo, los católicos, la población del
norte de la India y de partes de China se oponen tehazmenie a inrcmrmpir el embarazo en

{ No se puede pasar por alto que reducir las consideraciones morales a la satisfacción de
los interes€s de ta gente, si bien tiene sus defensores, también ticne celebérrimos opositores. entrc oras'
Un kantiano, por ejemplo, negaría que satisfacer los intereses de la gente sea siquiera rele'
ab"t" q". Kt,al-r anume una suerte de consecuencialismo ético' algo rechazado'
vante y rechazaría que el ideal de toda detiberación es dar una guía rnoral para la acción. Es por todd postura kantiana acerca de la ética.
IX
Ciencias, valores y objetiüdad

Ha llegado el momento de dejar atrás la perspectiva histórica sobre la pos-


tura de las más importantes figuras recientes en filosoña de las ciencias
para sistematizar las tesis que consideramos como las más importantes y
defendibles acerca de las relaciones entre ciencias y valores, y luego argu-
mentar en favor de que la inexistencia factual y la inconveniencia, tanto
teórica como práctica, de una ciencia libre de valores no atenta conra la
obj etividad cien tífica.
Los compromisos valorativos y los intereses ligados a ellos dan forma a
Ias prácticas cientíñcas en cualquier área de investigación, de muchas mane-
ras. Ellos intervienen ineludiblemente en la generación de los motivos, las
preguntas y los problemas; en la formulación y la argumentación de sus res-
puestas; en la adopción de métodos y teorías; en los usos, distribución y ejer-
cicio del poder; en el reconocimiento; en la dirección de la financiación; en
la conformación del sistema educativo, y hasta en la composición misma de
los grupos científicos (en términos de clase, género, raza, etnia, religión).
En todos los casos, como )ra r¡arios autores han enfatizado, el contexto
histórico, político, económico y social es determinante respecto de los valo-
res intewinientes, así como del lugar y el modo en que estos inciden en la
práctica. En cada caso, se requiere de la investigación empírica para estable-
cer la naturaleza y el grado de tal relación. Sin embargo, pueden €stabl€cer-
se ciertas tesis generales acerca de cómo "siempre la relación es contexto-
dependiente", las que p:uiamos a abreüar sistemáticamente.
El término "valor" va a ser usado de manera genérica como un "vec-
tor de decisiónr considerado favorablemente en una comunidad, esto es,
como un factor que influye sobre el resultado de una decisión y que es
valorado favorablemente en el contexto de determinada comunidad.

Irss]
r36 La dimensión valorativa de las ciencias Ciencias, valores y objetividad r17

La presencia constante de valores en la práctica científica es resulta- De allí que sea absurdo sostener que los científicos no deben estar
do de un hecho obvio: los científicos hacen elecciones (no pueden dejar influidos porvalores políticos (de la "polis" o entorno). Por una parte,
de hacerlas), y en cada una de ellas necesitan de valores para guiar-orien- son personas como todos nosotros. Suele decirse que, en tanto científi-
tardeterminar la elección. Cualquier elección involucra la posibilidad cos, deben dejar tales valores fuera del Iaboratorio en que operan; pero no
de cometer errores, y para pesar distintos errores se asignan valores a sus todos quieren hacerlt¡ o pueden lograrlo. Esto no significa que sea posible
consecuencias. explicar totalmente Ia práctica científica y sus resultados apelando a estos
Ya hemos añrmado, al comienzo de nuestro trabajo, que se distingue valores, pero sí que es imposible abordarla, sensatamente y con el míni-
entre valores cognitivos o epistémicos y valores no cognitivos. Estos últi- mo grado de verosimilitud, sin ellos. Por otra parte, en la argumentación
mos esrán enraizados en los intereses o las metas más amplias de la socie- misma, por {emplo, para contrastar empíricamente las hipótesis y teorías
dad. Ambos tipos de valores, cognitivos y no cognitivos, son contingentes se deben realizar inferencias de acuerdo con ciertas normas que permiten
yvariables históricamente. Los valores cognitivos, por ejemplo, funcionan distinguir las contrastaciones "buenas" de las que no lo son, así como dis-
cuando se los baja a tierra y se articulan en términos de estándares locales. tinguir entre explicaciones adecuadas e inadecuadas, o entre inferencias
En el pesaje de los errores deben tomarse en cuenta las consecuencias no débiles o fuertes. Todo esto muestra que los cientíñcos esrán involucrados
cognitivas que siempre están presentes. Por lo tanto, los valores no cogniti- en tareas de evaluración, y la clave no es negarlo, sino inquirir qué tipo de
vos intervienen en las decisiones internas de la práctica científica; es decir, valores, por qué, para qué y cuándo inciden en la práctica.
las consecuencias ligadas a los valores no cognitivos forman parte de la evi- La relación entre enunciados de valor cognitivo y no cognitivo es cru-
dencia a partir de la cual los científicos toman decisiones. De otro modo: cial porque suelen hacerse generalizaciones infundadas acerca de ella.
( I ) un objetivo central de la investigación científica ei decidir si aceptar o Consideremos, por ejemplo, Ia importante relación entre enunciados des-
rechazar hipótesis (teorías); (2) las decisiones acerca de aceptar o recha- criptivos verdaderos y enunciados éticos o políticos; aparentemente vincu-
zar hipótesis (teorías) deben depender en parte de valores no cognitivos lados a aquellos. Suele afirmarse que el hecho de creer que una proposi-
acerca de los costos de aceptar la hipótesis cuando es falsa y rechazarla ción tenga buenas o malas consecuencias ético.políticas no es una prueba
cuando es verdadera; (3) por lo tanto, los valores no cognitivos influyen a favor o en conra de que ella sea verdadera. De ello se sigue que el hecho
sobre la argumentación cientíhc de que una proposición sea verdadera no es prueba de que tenga buenas
Por lo tanto, eüdencia y distintos, están inextricable- o malas consecuencias ético-políticas.
mente unidos en nuestra i ,acerca del mundo y en la üsión Sin embargo, esta última proposición tiene contraejemplos obüos.
final que tengamos de este, como de la investigación. Por una En medicina, la verdad del enunciado "la droga es segura" es prueba del
parte, debe recordarse que los llamados enunciados descriptivos, que enunciado ético: "tiene buenas consecuencias para los pacientes". O sea:
usualmente son concebidos como los enunciados constitutivos de la eü- un hecho ético y uno no ético están relacionados de manera evidente. En
dencia empírica, no están libres de valores (por ejemplo, desde la elección ciencias, los juicios factuales pueden apoyar a juicios de valor. Por ejem-
de los términos hay una influencia notable de lo que se pretende decir, a plo, juicios acerca de nuestras emociones, y los cambios que ellas sufren,
quiénes, de qué manera, con qué objetivos...). Muchos términos ordina- apoyanjuicios acerca del cambio de valores (abandono o abrazo nuevos
rios son descriptivos y evaluativos. Cuando describimos cosas lo hacemos r¡alores en función de mis reacciones emocionales a lo que me va pasando
en términos de la relelancia de dichas cosas para satisfacer nuestros inte- en la üda). Ergo, los enunciados de valor no están libres de apoyo factual o
reses. En estos casos no es posible establecer una distinción clara entre científico. En verdad, son susceptibles de ser reüsados a la luz de la eüden-
hecho y valor. Hay que reconocer que ni el lenguaje ordinario ni el cien- cia empírica, Ia misma que puede conducir a darnos cuenta de que nues-
tíñco pueden eliminar por completo el lenguaje híbrido de descripción trosjuicios de valor eran equivocados. Por lo tanto, Iosjuicios de hecho y
y evaluación. Separarlos dicotómicamente es insostenible y sería dañino de valor no ocupan esferas diferentes: están integrados en la misma red de
para la ciencia porque ocultaría algo que sucede en los hechos. Por otra creencias, aunque en la presentación escrita de estas el requisito de siste-
parte, los datos mismos con que se comienza la investigación esrán pre-' maticidad deductiva deja de lado losjuicios de valor.
ñados desde el comienzo de cierta interpretación (ue, ineludiblemente, Es también importantísimo agregar que los enunciados evaluativos cog-
involucra valores. nitivos y no cognitivos pueden formar parte de la eüdencia empírica. Así,
IBB La dimensión valorativa de las ciencias Ciencias, valores y obietividad r39

en economía ciertos enunciados que enfatizan consecuencias dañinas fun- Es necesario eliminar, como discutiremos para el caso de la objetiüdad
cionan como evidencia refutatoria de leyes o como enunciados de deter- -quiziís el más cercano y dependiente de la presencia de valores-, las con-
minada teoría económica. Los desastres ético-políticos provocados por las cepciones unilineales, acumulativas, unidimensionales o algorítmicas de
teorías neoliberales en boga en las décadas de 1980 y lgg0 en América dichos conceptos.
l,atina son un caso paradigmático de tal carácter refutatorio. Basta mostrar [,a presencia de v¡ilores es un hecho, pero ¿es positivo o dañino para el
claramente las nefastas consecuencias ético.políticas para impugnar una ideal de la buena ciencia? Coincidimos con quienes rechazan el ideal de la
propuesta económica. Las debacles ético-políticas refutan teorías econó- ciencia libre de valores; sostenemos lo contrario: tal ideal sería malo para
micas en apariencia rigurosas e irreemplazables. la ciencia (véase, por ejemplo, Douglas, 2007, pp. f2Gl39). El reconoci-
Surgen dos preguntas cruciales: ¿es siempre la presencia de valores no miento de los valores presentes en una investigación hace que ella sea más
cognitivos bienvenida (no mala)?, y ¿cuándo es legítimo el uso de valores fácil y confiable, ya que en ese caso habría menos dificultades para indicar
no cognitivos? dónde se hicieron elecciones y por qué los científicos esán de acuerdo
La influencia de valores no cognitivos en ciencia es mala solo si ellos o en desacuerdo al respecto. Además, este reconocimiento permitirá una
ocultan u obstruyen el logro de la verdad. Es importante señalar que los mejor üsión de los desacuerdos científicos existentes, lo que conduciría a
valores no cognitivos pueden ejercer influencia sobre la argumentación una resolución más rápida y transparente de dichas disputas. Por último,
científica, sin entrar en conflicto con valores epistémicos, solo si estos hará más claro para el público en general la importancia de los debates
últimos no determinan por completo todos los aspectos de la argumenta- acerca de cuáles deben ser nuestros valores. Si nos preguntáramos, final-
ción científica (algo que sucede realmente según, por ejemplo, Carnap y mente, cuáles valores son los que, en determinado contexto, hacen avan-
Neurath). En estos casos, es ütal cuestionarse cuánta eüdencia es suficien- zar ala ciencia, la respuesta debe ser el resultado de una rigurosa investi-
te antes de adoptar una decisión. El deseo de esperar para eütar el error gación empírica y no de una descontextualizada postura filosófica.
debe tener como contrapeso los costos de suspender eljuicio por demasia- En consecuencia, lo que se necesita es reflexionar acerca de los valores
do tiempo. Además, por razones no epistémicas, ciertos errores deben ser en lugar de mantener una neutralidad valorativa imposible. Esto resulta
juzgados como más costosos que otros. Esto conduce a establecer estánda- aún más evidente al discutir la lamentable y errónea identificación entre
res de evidencia más estrictos: por ejemplo, exigimos estándares de eviden- neutralidad valorativa y objetividad.
cia rnás elevados para aceptar que una sustancia química no es tóxica que
para aceptar que es tóxica. En ello interviene una valoración no cogniti-
va que nos hace pensar que es mejor sobreproteger que subproteger ante Valores y objeüüdad
riesgos para la salud humana. Además, nunca se debe tolerar que el uso de
valores no cognitivos involucren la üolación grosera de valores cognitivos, Heather Douglas (2007, p. 120) enfatiza que la objetiüdad no equivale a
tales como recortar la investigación para que conduzca a resultados pre- estar libre de valores. Para fundamentarlo, distingue entre siete significa-
determinados, u ocultar descubrimientos no favorables o no bienvenidos. dos distintos de objetividad:
En cuanto a la cuestión de la legitimidad del uso de valores no cogniti-
vos, cabe afirmar rotundamente que el criterio de legitimidad debe exigir (l) Objetiüdad "manipulable": ella se afirma cuando se usa una entidad
que los valores no cogniúvos no operen para dirigir a la investigación a científica para que intervenga en el mundo y su intervención es exito.
resultados predeterminados. sin duda, losjuicios de valor guían la investi- sa; por ejemplo, cuando se utilizan neutrones para desüar electrones,
gación, pero deben hacerlo de manera no tendenciosa o sesgada. se habla de la existencia objetiva de los neutrones.
No solo la práctica científica esuí infiuenciada por valores, también (2) Objetiüdad'convergente": cuando se enfoca detcrminado objeto
está influido el conocimiento involucrado y obtenido como resultado mediante métodos diferentes e independientes; si id objeto continúa
de dichas prácticas. Alcanzar la verdad, por ejemplo, no es un objetivo apareciendo, tenemos confianza en su existencia. Este significado es
valorativamente neutro; de hecho, ninguno lo es. Esto nos conmina a' muy usado en astronomía y biología evolucionista.
repensar el rol de los valores en las prácticas cierltíficas sin abandonar (3) Objetividad "distanciada", "impersonal" (d¿ta¡luü: se refiere a la pro'
las concepciones de objetiüdad, racionalidad, progreso y éxito empírico. hibición de usarr¡alores personales del investigador o el grupo en lugar
Ciencias, valotes y obietividad r4r
l40 La dimensión valorativa de las ciencias

de la eüdencia. Los valores solo pueden ayudar a determinar cuánta (2) "Objetivo" significa "públicamente accesible"'
eüdencia se requiere antes de aceptar una información. Este tipo de (3) "objetivo" significa "existiendo independientemente de nosotros".
objetividad aparece criticada en las posturas de Carnap, Neurath y (4) "Objetivo'significa "existiendo realmente" (el modo en que las cosas
Kitcher, y en la defendida por mí en el acápite anterior. son realmente).
(a) Objetiüdad como "neutralidad valorativa": se refiere a no adoptar una
(2)
posición acerca de valores. No es útil en todo contexto. Si los valores El punto (1) es una propiedad del sujeto del conocimiento' Los puntos
mientras que (4)
racistas o sexistas existen en una discusión, la neutralidad valorativa y (á) son una relación enrre el conocimiento y la realidad,
su relación con
no es aceptable, porque los valores sexistas o racistas deben ser recha- se refiere al estatus de lo que hay independientemente de
zados. Mantenerse neutro puede ser útil en un debate no resuelto, si el sujeto.
adopta una posición reflexivamente equilibrada acerca de valores,
se Es obüo que (l)-(4) no son equivalentes' Por ejemplo' mi conciencia
en aras de no tomar posición anticipadamente si no se tienen buenas es real -objeúva, en el sentido de (4)-, Pero no es un fenómeno público
en el sentido de (2)'
razones para ello. -es decir que no es objetiva
Hay que evitar la "tiranía ontológica'', sea, la tesis de que lo que
o real-
(5) Objetiüdad "procedimental": ocurre cuando un proceso es dirimido
mente existe puede ser conocido en su totalidad si es públicamente acce-
de tal manera que, independientemente del gue lo lleva a cabo, siem-
sible mediante el modo apropiado y se combina con el modo correcto
de
pre se produce el mismo resultado. Este es siempre un significado elo-
proceder, de manera impersonal y desinteresada. La tiranía ontológica
giable de objetiüdad, que no se ve perjudicado por la presencia de
valores al llevar a cabo tal proceso. ufi.*" que los métodos objetivos nos Proveen de nuestro único acceso a
(6) Objetiüdad "concordante": se aplica a todo caso en el que un gruPo la ontología de lo real. Esto es así solo si Io que realmente existe es Por
de personas esrá de acuerdo, sin discusión preüa, acerca de un resul- completo independiente de nosotros'
tado, ya sea una observación, un experimento, una descripción o un En la historia de las ciencias, lo que realmente existe fue caracterizado
en términos de las llamadas "cualidades primarias", y esto condujo
a Ia tesis
juicio de hecho. El resultado se toma como objetivo y como resultado
la tiranía
de un acuerdo intersubjetivo. de que no hay nada sino materia en movimiento. una vez que
(?) Objetiüdad "interactiva": existe cuando hay acuerdo intersubjetivo ontológicaestatuyequehayunúnicométodoadecüado,tambiénidentifi-
ca a un único conjunto de objetos como objetos posibles
de conocimiento.
como resultado de una discusión intensa ller"¿da a cabo Por gruPos
Sin embargo, hay serios problemas con la tiranía ontológica' Ellajugó
constituidos de manera apropiada. Este es el signiñcado de objetivi-
dad quizá más usado hoy por los científicos y los hlósofos de las cien- un papel ceniral en las ciencias durante los siglos xvII y xvIII y su filoso-
fia (cualidades primarias versus cualidades secundarias) estaba basada en
cias. Por supuesto, habr.:í que aclarar cuáles han de ser las caracterís-
siglos xlx
ticas del grupo para que sea'apropiado" (por ejemplo, cuán diverso posiciones religiosas (Descartes y Galileo)' Hoy' así como en los
y con qué tipo de experiencia), así como habrá que consensuar acer- y**,.,independientedeellas,enespecialenürtuddelacreenciadeque
hacia
ca de cómo deben organizarse las discusiones y qué es lo que cuenta ia objetividaá real nos conducirá como resultado de la convergencia
defensores
como'acuerdo". una iinica descripción verdadera' Ello es así, por ejemplo' para
C. Peirce y B' Williams' porque la natura-
de la tiranía ontológica como S'
Douglas concluye que estos siete sentidos de objetiüdad muestran que la leza misma est¡i diüdida realmente de modo de ser captada Por nuestras
ausencia de valores no es un aspecto esencial de la objetiüdad, más aún categorías clasifrcatorias. Todos los defensores de la tiranía ontológica
cuando se reconoce que se puede llegar a acuerdos interactivos acerca de dejan de lado la variedad de consideraciones sociales que ineludiblemen-
valores, algo que resultará indudable cuando critiquemos la dicotomía te entran enjuego en nuestra investigación acerca del mundo'
de la objeti-
entrejuicios de hecho yjuicios de valor. Luego, rechazar la necesidad de Nada de l,o dicho debe conducirnos al escepticismo acerca
üdad científica. Hay muchas manerrui de redefrnir y conectar los sentidos
la ausencia de valores no amenaza la objetiüdad de la ciencia.
Tales reüsiones
Elisabeth Uoyd (1995, pp. 351-381), a su vez, propone cuatro sentido§ de objetiüdad eütando o rechazando la tiranía ontológica.
objetivo" y'lo
distintos de objetiüdad: críticas usualmente requieren refinar el concePto de "método
todos los
(l ) "Objetivo" significa "desinteresado", "impersonal",'no sesgado". limitar la aplicabilid"d a. h metodología objetiva Para conocer

ffi
r42 La dimensión valorativa de las ciencias Ciencias, valores y obietividad 143

aspectos de la realidad (por ejemplo, Carnap). Como resultado, se conclu- (a) Tienen modos institucionalizados para llev¿r a cabo la discusión crítica.
ye que en la selección de lengu{es para la investigación científica intervie- (b) Hay esándares compartidos de crítica.
nen valores de distinto tipo. t a discusión es acerca de las consecuencias, los (c) l,a comunidad debe siempre responder a cualquier crítica.
objetivos y las razones involucradas en la selección de dichos lenguajes, y, en (d) t a autoridad intelectual debe ser compartida de modo igualitario
consecuencia, en los modos de concebir las cosx de un modo determinado. entre los practit:antes de la comunidad.
Por supuesto, no hay consenso acerca de cómo redefinir la objetiüdad (e) La objetiüdad de los indiüduos consiste en su participación en el
una vez que se abandona la tiranía ontológica. Lo importante es advertir "toma y daca" de la discusión crítica.
que, por una parte, sea cual sea ese modo, no se abandona la objetiüdad,
sino una versión problemática y caduca de ella, y, por otra parte, que cual- Esto conduce a la conclusión de que la objetiüdad científica es, en todos los
qtrier versión del conocimiento que no sugiera un único y determinado casos, una cuestión de grado, Pero también nos lleva a afirmar que cuan-
conocimiento de la realidad como su objetivo está sujeta legítimamente a to mayor sea el número de distintos puntos de vista en una comunidad,
ocuparse de la irreducible importancia de la üda social, o sea, de las prác- mayor es la posibilidad de que la práctica científica sea objetiva (otra vez,
ticas y los estándares para establecer los objetivos, las preguntas y las pau- en contra de Lysenko). En todos los casos, los valores pueden intervenir,
tas de prosecución y de aceptación o rechazo dejuicios. ya sea mediante valores individuales o mediante valores de la comunidad.
Lloyd concluye que "epistemología pura", "conocimiento desinteresa- Longino ha también enfatizado que su planteo eüta la trágica dico-
do", "investigación valorativamente neutral" son un oxímoron. Es absurdo tomía de lo racional y lo social, como si todo aquello en donde intervie-
caricaturizar la objetividad cientíñca reduciéndola a un único y perimido nen aspectos sociales no pudiera ser racional. Todo lo que interviene en
sentido o significado en contra de Ia práctica real de la ciencia y, muchas las prácticas científicas presupone lo social; incluso nuestros estándares y
veces, con el propósito de legitimar modos de llelar a cabo agendas polí- pautas normativas son generados socialmente y llegan a ser considerados
ticas. Por ejemplo, atacar hoy la epistemología feminista con lá excusa de como norma.&fruías en función de su éxito en nuestras púcticas sociales
que no es objetiva, así como se lo hizo en su momento con las propuestas (Longino, 2002, p. v).1 Nuestros estándares de proceder "racionalmente,
de Krrhn y Feyerabend, o defenestrar toda discusión en teoría económica cambian en el tiempo y según el contextojustamente por su funcionalidad
que se refiera a valores, bajo la excusa de que su presencia haría de la eco' a dicho contexto social. Nada viene a la actiüdad científica desde fuera
nomía una disciplina no científica porque la cientificidad va ineludible- del ámbito social.
mente a contramano de la normatividad. Por lo tanto, la presencia de r¡alores no solo no atenta contra la objeti-
Finalmente, Helen Longino afirma sutilmente que la objetiüdad de üdad de la ciencia, sino que tampoco lo hace contra su racionalidad. por
la ciencia esá asegurada, justamente, por el carácter social de la investi- supuesto, la enriquece, porque no solo es racionalidad teórico-argumen-
gación. El conocimiento resultante de dicha investigación es social por el tativa, sino también, y necesariamente, práctico-er¡aluativa.
modo en que es creado y por los usos que tiene (Longino, 1998, pp. l7G
191). L¿s ciencias son entendidas como prácticas sociales, y sus métodos
son practicados no por indiüduos sino por grupos o comunidades. I-a obje- El cola¡»o de la dicotomía hecho/valor
tiüdad requiere bloquear la influencia de preferencias subjetivas; en ese
sentido, Lpenko no era objetivo. De ahí la relerr¿ncia de la discusión críti- Hilary Putnam es el autor de la crítica más devastadora a la dicotomía
ca interactiva de la comunidad (objetiüdad en el sentido [7] de Douglas). hecho/valor. Todo comenzó en 1981 con la publicación del primer mani-
Longino distingue entre objetiüda{ del conocimiento cientíñco, de ñesto de su nueva posición, el "realismo interno". De acuerdo con este
su método, de las comunidades cientíhcas y de los indiüduos que partici- planteo, el significado de los conceptos y el modo de concebir el orbe
Pan en ellas. El conocimiento científico es objetivo si se obtiene por con-
eshdiado por un marco conceptual depende de dicho marco. Lo mismo
senso, como resultado de la discusión crítica interactir¡a de los miembros
de la comunidad científica. Un método es obietivo en la medida en qué I En
la'Conclusión", Longino sostienc que "la socialidad no entra enjuego en el límite
permita la crítica transformadora. [,as .o-..riid"'d.s científicas, a su vez, o en lugar de lo cognitivo. Por el contrario, los procesos sociales
[como la discusión interac-
son objetivas según el grado en que satisfacen las siguientes condiciones: tra] son cognitirros .
r44 La dimensiÓn valorativa de las ciencias Ciencias, valores y obietividad 145

sucede con el marco de nuestro conocimiento común; por lo tanto, lo es indiscutible la presencia de valores éticos en las prácticas científicas.
que consideramos como realmente existente depende del marco utiliza- Putnam señala, acertadamente, que la ética no entra en conflicto con la
do. Esto hace que el realismo sea interno al marco y, alavez, consistente fisica, ya que cuando se habla de la presencia de valores éticos, por ejem-
con el realismo del sentido común. plo, no se añaden la "bondad" o la Justicia" a la lista de los objetos reco-
Solo tiene sentido formular la pregunta acerca de los objetos que cons- nocidos por la fisica; además, tampoco el discurso sobre lajusticia es redu-
tan en el mundo con relación a, o dentro de, un marco, teoría o descrip cible al discurso de la fisica.
ción. Por supuesto, ello implica un obvio relatiüsmo conceptual y onto- En 1987, en una serie de conferencias publicadas bajo el título The
lógico (así como de nuestras Preguntas y resPuestas), Pero no involucra Many Faces of Realism, Putnam vuelve a reafirmar su crítica a la dicotomía
forma alguna de relatiüsmo cultural (la verdad como lo aceptado por los hecho,/valor. Ahora, el argumento más importante es que la distinción
miembros de una cultura). Y la objetividad, aunque no se ve amenazada tajante y separadora entre ambos es insostenible porque está basada en
en absoluto porque sigue siendo el resultado de un consenso por acuer- una üsión errónea de los juicios de hecho. A la vez, Putnam señala que
do interactivo, es ineludiblemente una "objetiüdad para nosotros" (y no hay, por parte de los defensores de esta dicotomía, una visión insuficiente
ta objetividad metafisica del "ojo de Dios"). Pero esta, "nuestra" objeti- y estrecha de losjuicios de valor. Pero el énfasis eslá en que la dicotomía
üdad, es suficiente para pautar nuestras actividades científ¡cas, siempre hecho/valor no es tal porque nunca el empirismo, desde Hume hasta el
humanas. presente, logró una versión adecuada del concepto de "hecho" (algo anti-
Denro de este enfoque, Putnam se opone a la dicotomía absoluta cipado también en l98l).
entre Juicios de hecho" y Juicios de valor": la distinción entre hechos El empirismo ha sostenido, por lo general, que losjuicios de hecho son
y valores es difusa deffio a que los enunciados y procedimientos de la aquellos respecto de los cuales los seres humanos, tarde o temprano, arri-
investigación científica para decidir si algo es un hecho presuPone valores ban a un consenso definitivo, ya sea para aceptarlos o rechazarlos. Losjui-
(tal como quedó claro ya en Carnap y Neurath). Además, adoptar como cios de valor, por el contrario, son aquellos respecto de los cuales nunca
objetivo "la verdad" involucra valores. Esto sucede, Por una Parte, Porque se puede afirmar cohclusivamente la existencia de consenso. Sin embargo,
resulta de una preferencia por algo en lugar de una opción distinta y por- tal tesis básica, que es crucial para la dicotomía, es evidentemente falsa.
que importan solo las verdades relevantes, tal como analizó Kitcher' Por Tampoco es posible arribar a un consenso definitivo y para siempre acerca
otra parte, la aceptación de una teoría científica involucra valores episté- de los juicios de hecho. [.a filosofía de las ciencias del siglo xx reconoce
micos como la simplicidad, la capacidad de predicción, etc. Estas ürtudes que no podemos alcanzar certezaacerca ni de los principios de una teoría
son adoptadas como criterios, porque una teoría con dichas caracterísdcas ni de las leyes científicas.
forma parte de nuestra idea de florecimiento humano, o es funcional a En Ttu Collapw of thz Fact/Value Dichotomy (2002), Putnam desarrolla el
ella, que para Putnam es el ideal regulativo último y tiene todas las carac- ataque más sistemático a la dicotomía hecho/valor, otro dogma del empi-
terísticas de un valor no meramente epistémico. Dicho ideal funciona tam- rismo según é1. Allí comienza reconociendo que hayjuicios de hecho que
bién normando nuestros criterios de racionalidad; es decir, define lo que son distintos de ciertosjuicios de valor, pero que, a Pesar de ello, no hay
es racional aceptar cuando nos referimos al mundo. En consecuencia, lo una separación qjante entre ellos. Hayjuicios en los que no se puede dis-
que consideramos como el mundo real depende de nuestros valores. tinguir tajantemente entre su componente o contenido descriptivo y su
En la tradición filosófica empirista se había rechazado de manera siv componente valorativo, como por ejemplo en "los nazis eran malvados", el
temática la presencia de valores en la investigación científica, porque' cual se refiere a un hecho pero contiene también una evaluación. Esto es
trivialmente, se asimilaban todos los valo¡es a valores éticos.2 Y esto inde- lo que sucede en los llamados "conceptos éticos den§os", como "crueldad",
pendientemente de que, como mo§traremos en el próximo capítulo, que puede tener usos "éticos" (como en "es una Persona cruel") y descrip-
tivos ("las crueldades del régimen provocaron la rebelión").3

2'[L]a dicotomía hecho/valor es, en el fondo, no una distinción sino una ,¿sis la tesh
de que la'ética' no trara de'cuestiones de hecho'" (Putnam, !p02, p. l9). Esto, en la versión
positivista y como resultado de la aplicación del criterio empirista de significado, hace que s ''Cruel'
simplemente ignora la suPuesta dicotomía hecho,/ralor y se usa [" '] a veces
la ética sea empíricamcnte no significativa. con un proptísito normativo y a veces como un ¡érmino descriptivo" (Pumam, 2002, p' 35)'
r46 La dimensión valorat¡va de las c¡encias Ciencias, valores y obietividad 147

Putnam define a esta no separabilidad como la "imbricación" entre (l) El conocimiento de hechos particulares presupone el conocimiento de
hechos yvalores (factutalue mtanglzmtnt).4 Tal imbricación permea el voca- teorías, algo obvio incluso para toda la tradición empirista del siglo xx.
bulario científico, toda vez que usamos términos que funcionan como los (2) El conocimiento de teorías presupone el conocimiento de hechos par-
términos de valor "densos", como es eüdente en el vocabulario de las cien- ticulares, algo más obüo aún, en especial si se defiende una postura
cias sociales, por ejemplo, en términos como "eficiencia" y "racionalidad" empirista.
en economía, así como en el término "aceptable" usado en la práctica cien- (3) El conocimiento de hechos presupone el conocimiento de valores (la
tífica de cualquier ciencia. actividad de justificación de afirmaciones factuales presupone juicios
La dicotomía era funcional al empirismo para eliminar los términos y de valor).
juicios de valor de la investigación científica y para, desde Hume en ade- (4) El conocimiento de valores presupone el conocimiento de hechos
lante, eliminarlos de toda discusión acerca de la racionalidad de ellos. (ninguna parte de la ética es a priurí).
Putnam señala que, desde Hume, la meta era borrar de la ética toda pre-
tensión de racionalidad, algo que Kant revirtió radicalmente al otorgar- La tradición empirista en filosofía de las ciencias, según Putnam, ha preten-
le un área especíñca distinta a la de la racionalidad teórica. No en vano dido evitar los valores incluso en la selección de teorías. Esto le ha hecho
Putnam señala como uno de sus mayores aciertos haberse percatado de daño a la tradición empirista misma porque ha distorsionado algo que es
que Kant propuso que hay diversas imágenes del mundo, entre ellas, una eüdente desde el punto de üsta factual: la misma práctica científica, anali-
teórica y otra práctica. De otro modo: en la tradición empirista, la dicoto. zada de manera desp§uiciada, exhibe la presencia de todo tipo de valores,
mía excluye de entrada la posibilidad de la razón práctica. La eliminación epistémicos y no cognitivos. Como dice Putnam, la investigación científica
de la dicotomía restituye el lugar crucial de la razón práctica en toda acti- presuponejuicios de razonabilidad, o sea, de lo que es razonable aceptar o
vidad humana y enfatiza que las prácticas científicas, incluidas las prác- rechazar, lo cual requierejuicios acerca de en qué'obser ciones confiar,
ticas teóricas, involucran de modo ineludible una dimensión-valorativa, cuáles son los científicos cuyos informes son conñables, etc., sin olüdar
es decir, en términos kantianos, una dimensión práctica de la actividad que losjuicios de razonabilidad son juicios de valor que también pueden
racional humana, discutirse r¿cionalmente y ser reconocidos como objetivos.o
Debe también quedar claro que se puede arribar a un consenso, aun- Resta por considerar en particular la existencia de valores específica-
que nunca sea definitivo, acerca de valores, porque siempre es posible esta- mente éticos entre los valores que intervienen en las púcticas científicas.
blecer buenas razones para aceptarlos o rechazarlos.5 Por lo tanto, la pre- Pero la importancia y la complejidad del tema nos obligan a trasladar
sencia de valores no impide que haya una objetividad científica más rica: dicha discusión al próximo capítulo.
ni mejor ni peor que la objetiüdad a Ia que se pueda arribar mediante la
discusión de juicios de hecho. En consecuencia, la posibilidad de la obje-
tiüdad científica plena queda garantizada tanto en el nivel teóricodescrip
tivo como en el valorativo (Putnam, 1990, pp. f 6&178).
Putnam reañrma esta posición al aceptar Ia tesis pragmatista, recono-
cidamente presente en Dewey, que estatuye que:
6 "He argr,rmentado que los juicios de razonabilidad pueden ser objetivos, y he argumen-

tado que tienen todas las propiedades de losjuicios de v¿lor. En suma, he argumentado que
mis maestros pragmatistas estaban en lo correcto: 'el conocimiento de hechos presupone el
conocimiento de valores', Pero la historia dc la filosoña de la ciencia en la última mitad del
a "Si
observamos el vocabulario de nuestro leriguaje como un todo [...] encontraremos siglo pasado ha sido una historia de intentos [...] de evitar la cuestión. Aparentemente, cual-
una imbricación (mtanglanattl mucho más profunda enue hecho y valor (que incluye el quier fanusía-la fantasía de hacer ciencia usando solamente la lógica deductiva (PoPP€r) t...]
valor ético y estético así como todo otro tipo de valor) aun en el nivel de los predicados Ientre otras]-cs considerada preferible a repensar el dogma (el último dogma del empirismo)
indiüduales" (ibid., p. 34). de que los hechos son objetivos y los nlores, subjetivos" (Putnam, 1990, p. 145). En una nota
5 "El
valor objetivo surge, no por la intervención de algún 'órgano sensible' especial, sinó a pie de página, Putnam d€fenestra la concepción popperiana de las ciencias afirmando que
mediante la rítica d¿ ntustra¡ valmacio¡es" (üid., p.103). Además, "de acuerdo con Dewey, el el hecho de "que la teoría general de la relatividad haya sido aceptada antes de que hubiera
juicio de que algo es valioso, en particular, requiere no solo de la experiencia del tipo que experimentos decisivos en su favor contradice totalmente la versión popperiana, que puede
él llama unavaloración, sino también de la actiüdad que él llama'crítica'' (il]üc., p. ll0). ser caracterizada como mitológic{ (üid", p. I80, n. 22).
x
La dimensión ética de las prácticas científicas

Nos interesa, como a Nicholas Rescher, ocuparnos de la dimensión ética de


las prácticas científicas, dejando de lado Ia dimensión evaluativa de lo que
se hace con los resultados de la investigación científica. No nos referiremos,
entonces, a los aspectos morales de los usos de los resultados científicos.
Los problemas éticos aparecen en numerosos asPectos de las prácticas
cientíñcas, ya que, cuando hacen ciencia, los científicos no pueden dejar
de lado ni su humanidad ni sus actividades evaluativas. [,as cuestiones éticas
(que discuten lo correcto o incorrecto de las decisiones y acciones) surgen
como resultado de las interacciones entre las personas' y atañen, por ende,
a los deberes, los derechos y las obligaciones que existen en cualquier rela-
ción interpersonal. Y en mucha mayor medida más hoy, cuando se obserya
en la ciencia una tendencia hacia la colectivización y la dispersión del invo-
lucramiento social. El científico ya no funciona como una unidad indiüdual
separada, sino como parte de un grupo, o como miembro de un equipo.

Problemas éticos involucrados en la investigación científica

Rescher considera siete áreas principales en las que existen obvios proble-
mas éticos (véase Rescher, 1980).

boblem.as éücos relatiuos a los objaiuos de la inaestigación

Estos problemas tienen que ver con la elección de objetivos de la investi-


gación a nivel nacional, institucional e indiüdual.

lr+gl
r50 La d¡mensión élica de las prácticas cientflicas r5r
La dimensión valorat¡va de las ciencias

de no
A nivel nacional, la sociedad misma está involucrada en las decisiones existir Presiones para llevar a cabo esa Presentación' con el riesgo
de las incertezas. Por lo tanto, las exageraciones acer-
acerca de la "dirección" de la investigación a través de sus representantes ser ver;z respecto
los resultados o las minimizaciones acerca de la§
en el gobierno. Tal elección, que conlleva Ia distribución de fondos en el ca de la importancia de
presupuesto nacional, depende del sistema de valores del contexto y de las incertezas son dos Pecados que es necesario evitar'
circunstancias particulares que este atraüesa. Por ejemplo, ya no tiene sen-
tido proponer como objetivo de la investigación médica en América l,atina
la búsqueda de la droga para curar la tuberculosis, pero sigue siendo rele- Probl.emas relaü:rlrls a los mátad'os de iruesti'ganion
vante la investigación cuyo objetivo sea la eliminación del mal de Chagas.
Estos problema§ son más agudos en los experimentos
médicos, biológicos
Cuando hablamos de nivel institucional nos referimos a la investiga-
humanos (y que pue-
ción que se lleva a cabo en los laboratorios y los institutos de investigación. o psicllógicos en los que §e utilizan animales o seres
Además, en los
Aquí, la dimensión ética esrá relacionada con la selección de proyectos. den involucrar riesgo de üda, o causar dolor o bienestar).
se com-
Una de las cuestiones relevantes es si la investigación ha de ser pura o apli- experimentos psicológicos o sociales existe la posibilidad de que
cada; cuanto más aplicada, más inmediatos los beneficios; cuanto más bási- pámeta la integridad o la dignidad de las personas involucradas. siempre
ca, mayor su contribución al desarrollo mismo de la ciencia.l se debe garantizar que los Procedimientos sean
correctos yjustos'
También nivel indiüdual, un caso paradigmático de elección de obje-
tivos es la de si el científico se ha de dedicar a la investigación pura o apli.-
cada. Y a nivel de la investigación aplicada, tendrá que decidir si acepta Probtcnas relatiuos at personal da bwesli'gación
participar de un proyecto militar o no, o elegir, por ejemplo, entre bom-
de un proyec-
bas y rayos X, o entre gas venenoso y calmante. Lo importante es enfatizar El reclutamiento de personal y la asignación de tareas dentro
A modo
que cada científico debe afrontar dichos problemas de decisión sin excu- to de investigación presentan una variedad de problemas éticos.
hay que hacer entre
sarse ni protegerse en el fallo de la institución a la que pertenece, ya que de ejemplo, irna decisión inicial importante es la que
otros hacen
esto implicaría eütar asumir todo tipo de responsabilidad, con el incon- "hacer" iiencia o "supervisar e controlar" el modo en que
la especie
veniente, entre otros, de perder todo poder y autoridad para decir "no" ciencia. l,a colectiüzación de las prácticas científicas ha creado
ante cualquier decisión futura. delosadministradoresdeciencia,cuyaexistenciageneracuestionesde
cuánto poder
todo tipo, como por ejemplo cuál debe ser su rol y alcance o
debentener.Unacienciadominadaporadministradoresesunaciencia
"menos
hoblnnas éücos relaüaos a las esttímdares dc pteba entendida por administradores' y como tal deüene gradualmente
ciencia" hasta su desaparición como tal'
Los esándares de prueba son aquellos relativos a la cantidad de eüden-
cia que un cientíIico considera como suficiente para anunciar sus descu-
brimientos y considerar a algo como un hecho establecido. Ellos indican hoblenas éticos relaüaos ata d'isenina¡ión de las ilesabrimientas
cuándo las pmebas son suficientes para establecer una conclusión y cómo
los resultados
han de ser presentadas las incertezas acerca de tal conclusión. Esta deci- El científico tiene el derecho y la obligación de comunicar
de su investigación a ru, .ol"ia' de modo que se
puedan discuúr abierta-
sión es el problema que establece un puente entre la investigación teórica
y el hacer práctico. mente, ya sea Para su aceptación o para su rechazo'
lugar a la crítica'
En esta instancia, el riesgo "ético" ., p.Lr.rrt". de manera apresurada En este plano, hay circunstancias que pueden dar
para mantenerse a la
los resultados, sobre todo si hay en juego aspectos importantes, Pueden Por ejemplo, demorar la difusión de los resultados
las publicaciones cientí-
vanguardia en un área determinada; hacer que
ficas favorezcrrr.i.rÁ líneas de investigación
por razones económicas o
I Ot¡a elección
más sutil se <la, por ejempto, entre dedicar recupos para la producción de
incluso políticas, o enfatizar los resultado' q"t
ittttt espectaculares' todo
una \?cuna que no es dañina y protege contra un ürus que es mortal en unos pocos cí¡sos, o
mismo de las ciencias'
para la producción de una vacuna contra un vims no mortal pero que afecta a mucha gente. lo cual puede no ser saludable para el desarrollo
r5a la dimensión valorativa de las c¡encias La dimensión ética de las prácticas cientfficas I 53

Hay, pues, formas de control que poco o nada tienen que ver con el méri- Rescher concluye que los siete puntos muestran lo errónea y dañina que
to estrictamente cientíñco. es la versión de la ciencia centrada en la lógica de un método científico
idealizado, pues ella ha hecho desaparecer la dimensión ética de la cien-
cia al vaciarla, asépticamente, de valores humanos,
boblemas relatiaos al control de la infonnaei&t atónca Además, se ha ak:ntado así una dicotomía entre ciencias y humanida-
des, cuando, en verdad, ambas son el resultado de la creación y Ia actiü-
Es la otra cara de la moneda, pues tiene que ver con el control, la censura y dad humanas. Enfatizar la dimensión ética muestra la interdependencia
la supresión de la información errónea. y la interpenetración entre ambos dominios: ellos son compañeros que
Por una parte, todos deben ser protegidos de la información errónea, se benefician mutuamente en la empresa humana de conducir a los seres
especialmente en salud pública, medicina y nutrición. Pero esto tiene que humanos hacia un mejor entendimiento de sí mismos y del mundo en
estar siempre balanceado por el librejuego de las ideas y la actitud de perrna- que viven.
necer abierto ante el posible ralor de lo que no es usual o familiar. En gene. Por último, si existe, como es el caso, una dimensión ética en las prác-
ral, la comunidad cientÍfica tiende a resistir la novedad y la innovación. Por ticas científicas, debe haber una normatividad que guíe la investigación
ejemplo, el descubrimiento de Pasteur del carácter biológico de la fermen- científica de modo de no violar ninguna pauta ética.
tación fue fuertemente resistido por los químicos franceses. Otro ejemplo
es el de la actitud de la Academia Francesa, en el período de la Ilustración,
cuando descartó toda la información acerca de la existencia de meteoritos. Megaprincipio y principios basicos que deben
Por ora parte, un problema crucial en este plano es el del límite entre regir la ética de la investigación científica
los casos de ciencia y los de seudociencia (¿es la parapsicología una seu-
dociencia?). Hay sobre esto antecedentes famosos en el pasado. Bacon, Karen Shrader-Frechette ha desarrollado una de las propuestas más com-
por ejemplo, negó todos los fenómenos con magnetos por considerar que pletac acerca de los principios normativos de una ética apropiada para la
no eran verdaderamente científicos. El peligro real es cuando se ejerce la investigación cientÍfica (veríse Shrader-Frechette, lgg4). Como principio
censura y el control con la excusa de que nos encontramos frente a una mayor y condición sine qua non, propone que la investigación científica
seudociencia, o cuando se eütan ciertos discursos con el supuesto argu- tenga objetivos sociales deseables, es decir, que promueva el bien común.
mento de que arruinarían la "imagen de la ciencia" o con el propósito de Este principio, que opera como condición restrictiva para cualquier otro
favorecer una versión de la ciencia por sobre otras. principio ético que se proponga, tiene una justificación directa y convin-
cente: debe promove$e el bien común porque son los ciudadanos los que
por lo general financian la investigación científica. Cuando el bien común
hoblemas éücos relatiws a Ia asignacion de entra en conflicto con intereses sectoriales relacionados con la financiación
crédita a los lagos de la inaestigaciht privada, la cuestión debe resolverse a favor de la realización del primero.2
Hay otras razones para exigir una normariüdad ética en la ciencia: (1)
Si la investigación científica es llevada a cabo por cierto tipo de comuni- los investigadores científicos son parte de la sociedad y dependen de ella,
dad, ¿a quién debe asignarse crédito por sus contribuciones? Si Yy Xtraba-
jan bqjo la dirección de Zo ¿c6mo distribuir el crédito de acuerdo con sus 2 Shrader-Frechette
es consciente de que cada vez más la investigación científica esá
contribuciones? También deben mencionarse los problemas relativos a la en manos privadas, lo que muy a menudo restringe la posibilidad de la realización del bien
primacía de los descubrimientos en h Éistoria de las ciencias. Aquí inter- común, ya que dominan los intereses exclusivamente privados. Un ejemplo de ello es el modo
en que se manejan los conflicaos de intereses relacionados con los desastres ecológicos, Tam-
üenen incluso intereses políticos, como en el caso de la discusión entre
bién hace hincapié en la necesidad de eütar todo tipo de sesgo, en especial los ocasionados
Leibniz y Newton sobre la primacía respecto de la creación del cálculo infi- por el racismo y el sexismo. En este sentido, recomienda eütar tres tipos de sesgo: (a') adomar,
nitesimal, o en el del grosero "olüdo" de W¿tson y Crick de mencionar lá que consiste en suaüzar y disimular irregularidades en los datos de modo que parezcan más
contribución imprescindible de Rosalind Fianklirt para arribar a la estruc- exactos y precisosi (b) cainar, lo que ocurre cuando se descaran algunos datos y se redene
solo la evidencia que esá de acuerdo con la teoría, y (c) fraguar, o inventar algunos o todos
tur¿ de la molécula de eoN. los datos Que se informan.
rb4 La dimensión valorativa de las ciencias La dimensión ética de las prácticas cientfficas r5b

por lo que tienen que devolverle algo, (2) los científicos tienen la habili- análisis contextual particular para establecer cuál es el más importante,
dad de hacer un aporte positivo real para promover el bien público' (3) los preservando la consistencia procedimental y el megaprincipio de la reali-
códigos de ética profesional exigen la promoción del bien común. z^ción del bien común.
Sin embargo, al promover el bien común debe eütarse el Paternali§mo En la aplicación de ambos principios, hay que tomar en considera-
cientificista, según el cual solo los científicos deben juzgar y decidir acerca ción tres áreas básicas de la responsabilidad ética del científico: (1) con el
de las cuestiones científicas. Esta actitud, que en deñnitiva es un modo de empleador y el cliente (ser honesto, sincero, diligente, competente, leal y
ocultar la verdad o parte de ella, suele estar basada en afirmaciones reba- discreto); (2) con la profesión (hacer investigación abierta y honesta, prG
tibles, tales como: (a) por lo general, la gente no está caPacitada para opi- poner una reforma de la profesión si es necesaria y proceder promoüendo
nar y tomar decisiones acerca de cuestiones cientíñcas; a ello se responde su respeto), y (3) con el público en general (ser veraz y razonablemente
que los científicos tienen Ia obligación de dar información adecuada al justo, y no tener propósitos dañinos).
público; (b) los problemas científicos son arduos; a esto cabe responder Todas estas nornas apuntan a preserr¿r y promover los v¿lores de la
que los resultados cientíhcos que Promueven el bien común involucran sociedad ideal. De acuerdo con Shrader-Frechette, esta es una sociedad
aspectos científicos y no científicos, por lo que se debe lograr un equilibrio de corte liberal (imperio de la ley, libertad, protección respecto de daños,
entre cuestiones profesionales y técnicas, Por un lado, y asPecto§ de salud igualdad de oportunidades, privacidad y bienestar) . Y aquí es donde la ética
y bienestar público, por el otro. Con respecto a un proyecto de investiga- se intersecta con la concepción política, en la medida en que se postula un
ción, tanto los clientes como el público en general tienen derecho a tornar modelo de organización política (algo semejante a lo que ümos con la pro,
sus propias decisiones. puesta de Philip Kitcher). Todo ello corrobora nuestra creencia de que nin-
Hay una pregunta normativa inicial: ¿cuándo no se debe hacer investi- guna vertión frlosófica, en particular de las ciencias, es valorativamente neu-
gación científica? Al menos cuando la investigación (a) ocasiona un daño tra: siempre asume los v¿lores del contexto sociopolítico en donde se realiza
injustificado a las personas, (b) üola las normas de consentimiento bien la investigación o donde se considera que idealmente debería realizarse.
informado, (c) transforma recursos públicos en ganancias privadas, (d) Shrader-Frechette enfatiza, como también lo hizo Kitcher, que no
daña seriamente el ecosistema, y (e) es sesgada. hay investigación científica v¿lorativamente neutra, incluso en la llamada
Por cierto, esto no debe entenderse como una inütación a no hacer investigación pura. Y mucho menos aún debido a la presencia de situa-
investigación científica, sino que, todo lo contrario, esta debe realizarse, ciones de incerteza, a las que, por lo general, se da como respuesta "más
pero siempre respetando su dimensión ética. Es decir, no siempre y de investigación". Sin embargo, esto no siempre reduce la incerteza, porque
cualquier manera y sin evaluar siquiera las consecuencias, especialmente esta, en su mayor parte, deriva de los ineütablesjuicios de valor inheren-
las dañinas, lo que a veces se hace con la excusa de que son impredecibles, tes a toda investigación
cuando en verdad podrían eütarse con un examen mejor y más detallado. Los expertos y la gente común lidian de distinta manera con la incerte-
Por todas estas razones, siempre deben estar operando códigos éti- za. Muchos inyestigadores industriales piensan que la oposición del públi-
cos profesionales. Ahora bien, dentro de ellos hay conflictos potenciales, co a la investigación sobre nuevas tecnologías se debe a la ignorancia o a
como los arriba citados. Y, dado que no hay una lista de principios éticos la paranoia de las masas, a uha actitud antiindustria o antigobierno. Por
que dé respuesta a los casos específicos de investigación, siempre se nece- su parte, las personas comunes suelen añrmar que los expertos científicos
sita algo más que los códigos mencionados. tienen interés en llevar adelante ciertas investigaciones, aun cuando estas
Los códigos deben respetar ciertos principios de ética de investiga- amenacen la salud y la seguridad de la población; afirman, además, su
ción científica, los cuales deben estar subordinados y ser funcionales al derecho a decidir acerca del riesgo que otros les pretenden imponer, pre-
I
megaprincipio de la realización del bien común. El primer principio es cisamente, porque consideran que la posibilidad dejustificar la imposición
la objetiüdad, que requiere muy especialmente que los resultados de la del riesgo es una cuestión éttcay no meramente técnica. En una democra-
I

investigación sean informados sin distorsión ni plagio. El segundo piin- cia, los ciudadanos, y no solo los expertos, deben hacer losjuicios éticos y
I
i
,
¡
I
cipio estatuye que los resultados deben ser presentados de modo que ie tomar las decisiones que afectan al bienestar público.
I
I eüten las interpretaciones y los usos incorrectos'de ellos. Estos dos prin- Shrader-Frechette afirma que hay al menos cinco principios éticos en
I cipios pueden entrar en conflicto mutuo, en cuyo caso debe hacerse un el núcleo de los derechos de los ciudadanos para controlar los riesgos que
I
I
I

i
r56 La d¡mensión valoral¡va de las ciencias
La dimensión ética de las prácticas cienlíficas rb7

otros les imponen. Primero, en la investigación relacionada con incertezas subjetivos (inferencias de muestras a poblaciones, decisiones referidas a
ambientales y tecnológicas, el gobierno debe tener un papel activo para cómo llenar un hueco en los datos o al establecimiento del tamaño adecua-
asegurar que los miembros del público rengan disponible la mejor infor- do de una muestra, aceptación de cierta interpolación en los datos, etc.).
mación de modo que puedan realizar decisiones adecuadas. segundo, las Toda vez que los científicos emplean o aplican inferencias, datos o premi-
personas comunes, y no los investigadores o implementadores de tecnolo- sas en sus investigaciones, deben decidir cómo interpretar criterios lales
gía, tienen el derecho de dar el consentimiento bien informado a los ries como la simplicidad, el poder predictivo, la adecuación, etc., en determi-
gos que se les imponen. Tercero, la sociedad tiene el deber de usar regla- nado caso particular. Shrader-Frechette nos recuerda, al respecto, que Saul
mentaciones y leyes para proteger a los miembros que fueron afectados Ikipke señaló que no hay regla alguna para saber cómo aplicar una regla.
y que ahora son wrlnerables a los riesgos de la investigación por falta de
¿Es inevitable y siempre bienvenida la libertad de investigación? La
información, pobre educación o pobreza, puesto que todos tienen dere- pregunta es especialmente pertinente en el caso de la elección del tipo
cho a igual protección de la üda y la seguridad fisica. cuarto, los peligros o la dirección de la investigación. Aquí Shrader-Frechette tiende a coin-
impuestos por la sociedad deben ser distribuidos de acuerdo con el prin- cidir con Kitcher. Si los ciudadanos no son libres para dejar de pagar los
cipio de equidad, para eütar que ciertos grupos tengan que padecer los impuestos, entonces los investigadores no son libres para elegir y hacer lo
riesgos asociados con la investigación, mientras que otros reciben la mayor que quieran; por ejemplo, venderse a una investigación superfinanciada.
parte de los beneficios. Quinto, el gobierno no debe asumir que riesgos Si ello ocurriera, el sewicio al interés público quedaría seriamente amena-
desconocidos o inciertos sean nulos o sin importancia. Ausencia de evi- zado. No es verdad que de servir a los intereses privados se siga que tam-
dencia no es eüdencia de ausencia. bién se sirve al interés público. Recordemos que los intereses privados se
Hay dos tipos de errores relacionados con la incerteza y los riesgos de opusieron por años a cualquier ley que prohibiera el trabajo de niños, y
investigación. Los errores de tipo-l ocurren cuando se rechaza una hipó en la actualidad los representantes de dichos intereses hacen loáfur en con-
tesis verdadera; los errores de tipo-2 ocurren cuando se fracasa en recha- tra de cualquier proyecto de ley para la protección del medioambiente.
zar una hipótesis falsa. En la investigación pura, los científicos evalúan de La objetiüdad entendida de manera adecuada exige incluso que los
modo que se prefiera el tipo2 de errores. prefieren correr el riesgo de no científicos expliciten los juicios metodológicos de valor (exigencia con-
rechazar una hipótesis falsa al riesgo de rechazar una verdadera. Los con- sistente con lo propuesto por Neurath, Kuhn, Feyerabend y Kitcher). A
sumidores y el público en general, especialmente respecto de la investiga- menudo, estos valores están basados en supuestos cuestionables que se
ción aplicada, prefieren en cambio el tipo-l de errores: tienden a preferir asumen en üsta de que a veces es imposible confirmarlos (por ejemplo,
el riesgo de rechazar desarrollos no dañinos que el riesgo de no rechazar un supuesto de Ia investigación aplicada hoy afirma que "es posible el
desarrollos o consecuencias dañinas. shrader Frechette, a su vez, conside- almacenamiento seguro y geológico de desecho altamente radioactivo a
ra que' en situaciones de incerteza en las que las hipótesis tienen conse-,,.), perpetuidad"). Por lo tanto, los científicos pueden proveer conclusiones
cuencias potencialmente serias, es mejor minimizar el tipo-2 de errores, si S más confiables y objetivas de su investigación si utilizan supuestos yjuicios
lo que se pretende es proteger al público. metodológicos de valor más fiables y, alavez, muestran que son conscien-
En síntesis, en situaciones de incerteza reracionadas con la investiga- tes de losjuicios de valor que esrán realizando.
ción científica con consecuencias potencialmente serias, hay razones para Por lo tanto, y coincidiendo con H. Longino al respecto, Shrader-
dar prioridad al bienestar del público y a la decisión púbiica. Esto, a su Frechette concluye que, aun cuando la investigación científica pueda ser
vez, ayudará a los científ,rcos a ser más sensibles a la dimensión ética de los más o menos objetiva, nunca puede ser perfectamente objetiva. Para ser real-
efectos y las aplicaciones de la investigación. mente objetivos, los científicos deben reconocer que la completa objetiü-
¿Qué es lo eütable y lo inevitable en cuanto a los valores éticos relacio- dad en ciencia es realmente imposible, aunque una investigación pueda
nados con la investigación científica? Aunque los científicos pueden eütar ser más objetiva que otra.3
el sexismo y el racismo y algunos valores culturales como la ganancia eco-
nómica, ciertos valores epistemológicos y metodológicos son ineütables,'
! Shrader-Frechette
Porque todo científico debe usarlos cuando trabaja én situaciones que invo- concluye que, de acuerdo con el requisito de objetividad, se requieren
otros dos principios: eütar resulados e informes sesgados, y promover usos no sesgados de
lucran datos incompletos y métodos. En todos los casos
hay ingrldie.tes resultadós y datos.

t
r58 La dimensión valoraliva de las ciencias La dimensión ética de las prácticas cienlll¡cas r59

Finalmente, Shrader-Frechette propone que se distinga entre la "obje- ayuden a alcanzarcomo fin "el hombre bueno". Porconsiguiente: la rique-
tividad epistémica", no sesgada y relacionada con la objetiüdad de nues- za no es el ñn último, sino uno de los medios para alcanzar algo más impor-
tras creencias, y la "objetividad ética", relacionada con la objetiüdad de las tante. En consecuencia, la economía se relaciona con el estudio de la ética
acciones del cientÍfico indiüdual. La última requiere considerar nuestras y la política, por lo que la evaluación económica no puede llevarse a cabo
obligaciones respecto del bien general toda vez que evaluamos la deseabi- solo en términos de eficiencia. Hoy aceptaríamos en líneas generales este
lidad de actuar a partir de nuestras hipótesis y sus consecuencias.4 planteo aristotélico, es decir, este acercamiento imprescindible entre cien-
En resumen: toda investigación científica está cargada de valores, pero cias y política, en el sentido aristotélico del término.
eso no impide que sea doblemente objetiva, lo cual pone de relieve la pre- El enfoque "de la ingeniería" se ocupa fundamentalmente de los
sencia ineütable en ella de una dimensión no solo epistémica sino tam- medios y no de los fines últimos, por lo que deja fuera cuestiones acerca
bién ética. de cómo debemos üvir o cómo podemos colaborar para la realización del
hombre bueno. Los ñnes se consideran dados (pero... he aquí que la gran
tragedia es que los f¡ja el poder de turno, en general de tipo estrictamente
Economía y ética: un megacaso de la imbricación hecho /'valor económico, razón por la cual, contraaristotélicamente, la riqueza se trans-
forma de un medio en un ñn último, y la economía, a su vez, pasa a ser
En sus tesis acerca de la relación íntima y favorable que debe existir entre solo descriptiva, sin faceta normativa alguna). Esta versión es la dominan-
ética y economía, Amartya Sen afirma que, desde un punto de üsta histó- te desde, en especial, Lionel Robbins (1932), que aplicó el criterio empi-
rico-sistemático, el pensamiento económico dominante ha separado cues- rista del significado propuesto por el positiüsmo de la década de lg30 a la
tiones económicas y sentimientos morales, Esto es sorprendente, según economía y condenó todo enunciado normativo como carente de sentido
Sen, porque se supone gue la economía debe tratar acerca de Ia gente real, (recordemos que, de acuerdo con el criterio positiüsta, losjuicios de valor
Esta separación inadecuada tiene su antecedente histórico en los oríge- no tienen significado). Desde esta perspectiva, entonces, para ser auténti-
nes de la economía, uno vinculado a la ética, el otro a lo que Sen cree que camente científica la economía debería ser solo descriptiva, algo que repe-
se puede llamar "ingeniería". La tradición ética comenzó con Aristóteles tirán de modo acrítico y hasta el hartazgo personqies de menor estatura
quien, e, Éilca a Nicómaco, relacionó el tema de la economía con los filosófica y científica como Milton Friedman.5 En consecuencia, las consi-
"u
fines humanos, en particular políticos; por su parte, la política debe esta- deraciones éticas no cumplirían ningún rol importante en las discusiones
blecer la relación entre la economía y los fines humanos, en especial la económicas. Esto sacralizó (i) la reducción de la economía a la llamada
riqueza, con el propósito final de que las ciencias, incluida la economía, "economía positiva", lo que ya desde el título denuncia su progenie posi-
tiüsta; (ii) la reducción de la racionalidad a la racionalidad instrumental,
y (iii) la eliminación de la dimensión ética de la ciencia económica, todo
{ Paralelamente, Shrader-Frechette distingue entre r¿cionalidad
epistémica y raciona- a contramano de su innegable presencia, como muestran los cuidadosos
lidad ética: "[,a racionalidad epistémica es primariamente una racionalidad de creencias.
Establece los diversos grados de probabilidad asociados con las hipótesis competidoras análisis de Rescher y Shrader-Frechette y, más aún, la tradición aristotéli-
del investigador y las consecuencias científicas, prácticas y económicas que se siguen de la ca, que ligaba, por necesidad, economía y éuca.
elección entre las hipótesis alternativas. Por lo tanto, la racionalidad epistémica se focaliza
Sen afirma que el enfoque de la ingeniería ha empobrecido de manera
en consideraciones epistémicas y prácticas. A menudo hace uso de algrin tipo de teoría de
la decisión para establecer distintos grados de utilidad, y los diversos costos y beneficios sustancial la economía moderna, porque ha distanciado la economía de
asociados con las hipótesis competidoras' (Shrader-Frechette, lgg4, p. 134). En cambio, la ética, o sea, de la actiüdad real de los seres humanos que la producen
"la racionalidad ética es primariamente una racionalidad de acción. cuando los investi- y actúan en su vida de acuerdo con ella. En otras palabras, la economía
gadores usan la racionalidad ética, emplean alguhá teoría ética para establecer el bien o
se ha distanciado de la vida realmente üüda y, por lo tanto, ha perdido
nral moral de acciones altcrnativas" (ibid,., p. 136). Adem:is, ',en el caso en el que et juicio
del investigador afccte a los intereses de otta"s personas y los deberes hacia otras personas,
lo que es racional no es meramente una cuestión de racionalidad epistémica. Cuando se 5
Robbins sostiene quc "no parece lógicamente posible asociar tos dos estudios [ética y
pasa de la investigación pura a la aplicada afectando a la política y el bienestar públicos, lr economíal en forma alguna excepto por yuxtaposición. L¿ economía se ocupa de hechos
cuestión de la racionalidad pasa de las consideraciones epistemplógicas a la consideraciones [...]; la ética, de raluaciones y oblig-eciones' (Robbins, 1932, p. 134). Como se observ¿, Rob-
epistemológicas y éticas [...]se pasa de servir a un ideal purament€ eüdencial a servir a un bins, al igual que tdo el empirismo, asume la dicotomíajuicios de hecho/juicios de r"alor,
ideal moral" (dáiL). criticada en el capítulo anterior,
l60 La dimensión valorat¡Ya de las c¡encias La d¡mens¡ón ét¡ca de las práct¡cas cientfficas r6r

relevancia para ser realmente exitosa, para ser funcional a la vida. Sen llamado un estado óptimo de Pareto porque al menos un agente
-Adolfo
propone que la economía sería más producúva, incluso desde el punto de Hitler- fue desplazado a un nivel menor de utilidad.T
üsta ingenieril, porque aumentaría la probabilidad de que las prediccio- sen concluye que la separación y el distanciamiento de la economía
nes fueran más cercanas a lo que realmente acaece, si se prestara más aten- respecto de la ética han empobrecido a la economía como ciencia, al
ción a las consideraciones éticas que están siempre piesentes y que dan hipersimpliñcarla y distorsionarla, además de debilitar una gran parte de
forma al juicio y la conducta humanos. Los economistas fieles al enfoque la economía descriptiva y predictiva. L,a predicción del enfoque ingcnie-
ingenieril, por el contrario, sostienen la necesidad de la eliminación de la ril también fracasa porque se hace en términos de una realidad que no es
ética de la economía, en anu¡ de su objetiüdad y su racionalidad estricta, y tal debido a que se ha eliminado del accionar de los agentes económicos
borran, en consecuencia, todo aquello llamado "economía de bienestar". toda motivación ética, la cual sin embargo siempre está presente. I.a gran
El núcleo teórico de la crítica de Sen al empobrecimiento de la econo- excusa de que se mantiene a la ética fuera de la economía para eütar la
mía mediante su separación de la ética es que, al eliminar a esta' se emPo' pérdida de objetiüdad ha quedado refutada ya por todo lo disct¡tido en
brece la racionalidad que opera en la ciencia y, esPecialmente, en la eco- los capítulos anteriores, que no solo abarcan la economía sino también
nomía: cuando la racionalidad queda fuera de las consideraciones éticas toda práctica científica.
se transforma en un recurso aPenas formal que, supuestamente, puede ser
reduci{o a un algoritmo. Lo importante es cómo remárca Sen tal empc
brecimiento y por qué condujo a un fracaso incluso operativo (el algorit-
mo no siwe para alcanzar lo que se pretende).
El enfoque ingenieril PresuPone que tenemos que ser egoístas Para ser
racionales; que hemos llegado a ser egoístas para ser exitosos en un largo
proceso de selección natur¿l que, supuestamente, legitima ese egoí§mo. Por
lo tanto, la racionalidad se identifica con la "maximización del autointerés".
Pero se tmta de una identificación empíricamente falsa, porque la gente
no actúa solo motivada por el autointerés. Sen sostiene que a menudo las
pen¡onas actúan tanto por motivo§ distintos de los placeres subjetivos, como
por una gran variedad de motivos no interesados, tanto éticos como deri-
vados de su lealtad a ideas y grupos. Todo esto atañe a una cuestión clave:
si hay una pluralidad de motivaciones posibles o si el autointerés es la gría
exclusiva de los seres humanos.o
Sin embargo, los economistas seguidores de Robbins y Friedman creye-
ron encontrar el criterio formal-algorítmico en el criterio de optimalidad
de Pareto ("Nadie puede estar mejor sin que alguien esté Peor"). Pero este
criterio es excesivamente débil para evahü[ estados de hechos socioeconó
micos. Por ejemplo, "derrotar a la Alemania nazi en 1945" no podría ser

6 Adam Smith no era reduccionista en cuanió a la racionatidad identificada con la


satisfacción del autointerés. Por el contrario, los seres humanos, segrin Smith, deben actuar
tomando en cuenta los intereses de ta comunidad humana y, mrís aún, sacrificar, en toda
oportunidad, su propio y pequeño interés. Par¿ sorPres de muchos, Smiü nunca af¡rmó
TAdemrís, como Putnam señaló, el
que estaba en contra del apoyo público a los pobres, pero sí fustigó al desempleo y los salariol criterio de Pareto no es un criterio valorativamente
bqios como causas del hambre, enfatizando la necesidad de que hubiera »rrl4lhr- Por ello, neutro de optimalidad (Putnam, 2002, p. 56). Es decir que ya en la pretensión misma de
Se¡r considera los enfoques que dejan fuera de la economía toda dimensión ética como un encontrar un criterio de optimalidad se hace imposible la eliminación de la dimensión
reroceso, incluso respecto de Adam Smiü. rr¿lo¡atiy¿ de la economía.
XI
Una respuesta crítica a una sutil defensa
de la ciencia libre de valores

Hugh t acey ha desarrollado en los últimos años la defensa más bizanti-


namente urdida de la ciencia libre de valores (aalue free scimce), no solo
en su muy bien elaborado libro Is Sci¿nu Valae Free? Values and Scizntifu
Undostand.ing (1999), sino también en trabqjos posteriores en los que cen-
tralmente se ocupa del mismo tema. De manera notable, Lacey no niega
Ia presencia de valores en la investigación científica, incluso no cognitivos,
pero a pesar de ello propone circunscribir su presencia de modo tal que se
pueda responder afirmativamente a la pregunta-título de su ópera magna.

El rol constihrtivo de los valores de la agencia humana

Los seres humanos son agentes sociales y son lo que son porque inte-
ractúan con la naturaleza y con la sociedad a la que pertenecen refle-
jando sus valores, los cuales siempre se vinculan con sus creencias, §us
intereses y sus posibilidades de alcanzarlos. [,as prácticas sociales son,
por tanto, el resultado de la interacción dialéctica entre los seres huma-
nos y la sociedad que constituyen, y ellos son, a su vez, constituidos por
dicha interacción.
Toda variación social y cultural refleja una rariación de tales valores, y
por ende de los indiüduos que los encarnan. A cada sistema de valores
corresponde una concepción del mundo que expresa, en última instan-
cia, la concepción de una sociedad y una cultura respecto de sus ideales
últimos, en especial, del florecimiento humano. Por lo tanto, la actividad
científica se da siempre en determinado contexto sociocultural. En la tra-
dición de la ciencia moderna, la ciencia misma es considerada como un

I r6s]
Una respuesta crftica a una sut¡l defensa de la ciencia libre de valores r65
r64 La dimensiÓn valorat¡va de las c¡encias

¿Por qué "descontextualizado"? Simplemente porque se deja fuera de


valor universal, como un modo particular de aproximarse al mundo y de
Ios fenómenos investigables todo lo concerniente o relativo al contexto
apropiárselo, que resulta ejemplar para cualquier otra actividad humana.
ecológico, humano y social, y al descontextualizar, se reduce el ámbito de
[,a ciencia representa un valor universal porque, según Lacey, en ella se
lo abarcable científicamente (en especial a lo medible, controlable, eluci-
manifiestan dos ideales de la investigación: la objetividad y la inclusiüdad.
dable algorítmicame nte).
La primera se asienta en Ia existencia de la contrastación de las teorías en
Lacey afirma que se puede utilizar el enfoque reduccionista descon-
términos de datos empíricos y criterios cognitivos que no involucran com-
textualizado con el objetivo de control (como plantea la mayor parte de
promiso alguno con valores éticos y sociales. [-a inclusividad, a su vez, postu-
los científicos de la tradición moderna), pero que se fracasa si solo se lo
la que el conocimiento científico Pertenece, sin favoritismos, al patrimonio
usa para estudiar riesgos a largo plazo de las innovaciones científico-tec-
de la humanidad, y puede satisfacer, en piincipio, a cualquier interés de
nológicas (como el calentamiento global),la pobreza, prácticas alternati-
cualquier cultura, de modo que una cantidad creciente de intereses puede
vas, como la agroecología, la acción intencional humana y las estructuras
ser satisfecha por la acumulación creciente del conocimiento científico.
sociales. De acuerdo, totalmente de acuerdo. Para abarcar dichos fenó-
Mientras que el concepto de objetiüdad es, según [.acey, innegociable
menos hay que utilizar estrategias que no descontextualicen o reduzcan.l
y realizable (algo muy discutible, porque la objetiüdad de la que se habla
Entonces, en todos estos casos de estrategias descontextualizadas no reduc-
aquí es aquella que se identifica con la ausencia de valores no cognitivos' lo
tivas intervienen, tal como Lacey lo reconoce, valores ético-sociales.
cual han criticado desde el positiüsta Neurath hasta Kitchery las epistemó
Ahora bien, según L,acey, esto no implica el abandono del ideal de
logas feministas, como Lloyd y Longino, pasando por los filósofos no esán-
objetiüdad, como lo caraclerizó (cuando en verdad parece ocurrir lo con-
dar de la ciencia como Kuhn), el de inclusividad debe ser empíricamente
trario); ni tampoco el de la ciencia libre de valores.Justamente, un presu-
chequeado caso por caso. Y a menudo este concePto no se cumple, ni se
puesto de toda su versión es que hay que descontextualizar para ser objeti-
puede cumplir. Sin embargo, hoy se cree en la universalidad de su validez
vo. Por cierto, de acuerdo con todo Io discutido en este trabajo, disentimos
porque se acepta que el crecimiento económico es una condición para el
profundamente con ello, pues, tal como Neurath y otros autores lo reco-
bienestar de todos en todo lugar y que la innovación científico-tecnológica
nocieron, ello daría lugar a una objetiüdad y una racionalidad empobre-
es la condición necesaria fundamental para la efectiüzación de tal creci-
cidas y distorsionadas
miento. Nosotros, sin embargo, no podemos suscribir a ese ideal, Porque
Uno de los problemas centrales que encontramos en la postura de
no aceptamos la relación crecimiento económico/bienestar/florecimien-
Lacey es que, más allá de sus aciertos y muchas veces brillantes afirmacio-
to humano, algo con lo que, en nuestra oPinión, t acey estaría de acuerdo'
nes, siempre queda preso, a lo largo de su obra, de una noción de obje-
I-a objetividad es elevada a la categoría de ideal porqlle, al ser resultado
tiüdad perimida por inadecuada, que es Ia nota constitutiva de su con-
de una investigación científica exitosa en términos empíricos y sin com-
cepto de práctica científica. Se trata de una üsión, en suma, determinada
promisos Iorativos con determinados intereses o gruPo esPecial, Permite
por ideales concebidos de manera limitada por la tradición científico-
actuar sobre el mundo, tanto natural como social, a través del conocimien-
tecnológica. Para Lacey, la investigación realizada con el enfoque D-R es
to de las causas, producir los efectos deseados y controlar su real efectiviza-
un ejemplo paradigmático y laudable de cómo acePtar teorías y ProPo-
ción; es decir, controlar la realización de los efectos deseados. Por supues-
ner juicios de acuerdo con la objüiaidad,, y recomienda trasladar sus cri-
to, no solo permite prevenir y curar enfermedades, sino también producir
terios epistémicos a otras actiüdades conducidas bajo otras estrategias
arrnas de enorme poder destructivo. Pero, como tradicionalmente se argu-
(no necesariamente funcionales al control y a la prosecución de objetivos
menta en estos casos, la responsabilidad no es del científico objetivo (neu-
económico-tecnológicos) .
ro, aséptico) sino de aquel que utiliza las aplicaciones de la investigación.
Lacey es consciente de que la prosecución de una investigación científi-
Para Lacey, la práctica cientíñca se caracteriza Por ser una investiga-
ca ünculada estrechamente a la innovación tecnocientífica y al crecimiento
ción científica sistemática que utiliza estrategias propias de lo que él define
como "enfoque descontextualizado-reduccionista" (o-n). Ningun fenóme-
no significativo para la vida humana queda en Prlncipio excluido, y esto I A lo largo de su obra, l-acey sostiene que ya existen etaboradas estrategias descontex-

posibilita que los resultados de dicha investigación sean aplicables incluso tualizadas y no reductir¡as, como por ejemplo en la agroecología, que también se utilizan en
estudios de cuestiones ambientales y de la acción humana intencional.
tecnológicamente.
166 La dimensión valorativa de las ciencias
una respuesta irftica a una sutil defensa de ra ciencia ribre de varores 167

económico ha contribuido a generar la crisis ambiental, la que a menu-


ineütablemente valores éticos, por lo general contextual es.l,a objetiuidad
do'ajunto con una devastación social y cultural; y más aún, de que no se
yla inclusiaidad,esá, indisolublemenre unidos al enfoque o-n. Toáa h crÍ-
ha dado todavía prioridad a la producción de un conocimiento científico
tica desarrollada en capítulos anteriores a esa üsión de la objetividad, con
adecuado para lidiar con dichas crisis. También reconoce que los bene-
el propósito de llegar a una versión más rica, es válida respecto de la pro.
ficios de la investigación científica no se han distribuido de modo ética-
puesta de Lacey de mantener dicha objetiüdad o, lo qr..r rrrrr rrr,á" g.n.-
mente adecuado entre ricos y pobres. subyace a todo ello la aceptación
ral, el enfoque nn. Lacey propone la reinstitucionalización de la ciencia
de lo que Lacey llama el principio de lzgitimación d¿ la innoaación tecnotógica
con objeto de eütar los nefastos r.rr- y vrp, y lograr que las prácticas cien-
(rrr): "A me.os que haya eüdencia de que existen serios riesgos, es legí-
tíficas estén más de acuerdo con los valores tradicionales de objetiui.da.d e
timo implementar sin demora las aplicaciones del conocimiento científico
inclwiaid,ad,. Otra vez planteamos un profundo desacuerdo, porque estos
confirmado objetiuamar,td'.2 Esto prioriza, incluso desde un punto de vista
valores esrán enraizados en el enfoque D-R, cuya pauta suprema, la descon-
cercano al de un imperativo ético, las soluciones tecnocientíficas de los
textualización, es la que distorsiona todo modelo de una práctica real de
grandes problemas mundiales.
la ciencia por parte de agentes reales como los seres humanos. El enfoque
No nos cabe duda de que esto es la legitimación ética de un cientifi-
n-n es empíricamente vacuo, ya quejam:ís se efectiüzó; y, si su realización
cismo extremo, rayano con una inclusividacl ontológica aberrante (todos
ftrera posible, ella no sería beneficiosa para la ciencia (véase el capítulo
los problemas son científicos, toda realiclad está compuesta de entidades
donde discutimos la trilogía ciencia-valores-objetiüdad).
abordables tecnocientíf,rcamente). vrp es el sisterna de y¿lores tecno-cien-
tíficos dominante que ha penetrado hoy en el imaginario colectivo trans-
formando a dicho sistema en parámetro incluso cle bondad, bienestar y
Neutralidad, imparcialidad y autonomía
progreso. De ahí quc Lacey proponga, para contrarrestar al yrt, un prin_
cipio dc precaución (w) que estatuye que, "debido a sus riesgos potenciales,
¿Cómo es posible que, a pesar de todo lo dicho acerca de las prácticas des-
es obligatorio procedcr con precaución con las nuevas innovaciones tec-
contextualizadas y su insuficiencia para abarcar una multiplicidad de fenó
nocientíficas antes de su implementación en prácticas sociales, de modo
menos con obüa dimensión valorativa, Lacey siga afirmando la libertad
tal que haya un período razonable para conducir y evaluar investigaciones
valorativa de la ciencia? Él mismo reconoce q,r. prr" seguir defendiendo
ecológicas sobre riesgos, alternativas y el contexto de aplicación".3 Esto
tal libertad rralorativa hay que considerarla como compuesta de tres carac-
haría éticamente irresponsable toda investigación que üole al pp. El rr¡,
terísticas constitutivas que identifica de manera muy precisa, pero pecu-
y el rr amenazan la objetiüdad y haccn irrealizable la inclusiüdad. pero
liar: nantralidad. imparciaüd.ady autmtomío,a las cuales no implican que los
Lacey cree que no debemos abandonar la objetiaid,ad y la inclwiuil,ad, tal
valores no intervengan en la ciencia.
como él las concibe.
Las tres características están ünculadas a distintas fuentes: metafisica,
Es aquí donde comienza nuestro desacuerdo. En última instancia, es
epistemológica-metodológica y práctica-institucional. Consideremos de
el enfoque mayor »n aquel en el que se dan las actividades que adoptan
manera ordenada a cada una de ellas.
el rrr y como valores últimos los de tipo vrp. Es el mismo .rrfoqrr. o-r
f,a neutralid,ad está ünculada a la metafísica implícita en el proyecto
(descontextualizado de toclo valor no epistémico) el que funciona
co, la galileano para la ciencia, según el cual el pensamiento científico debe
objetiüdad y la inclusiüdad. d, lalacey. El enfoque p-n debe ser reempla-
dejar de lado toda consideración respecto de valores (armonía, perfec-
zado por otro en el que, justamente, en la misma contrastación
empírica ción, fines) para poder referirse a los hechos de la naturaleza, que en sí
y en los criterios de aceptación o rechazo de hipótesis y teorías figuren
son independientes y sordos a nuestros deseos, intereses, etc. Esta postu-
ra se cristaliza en la idea de neutralidad entendida como la tesis de que
^.
'El-:l III congreso Iberoamericano de Filosofia de la ciencia y la Tecnorogía (Buenos las teorías científicas no tienen juicios de valor entre sus implicaciones o
Aires, 2010), Lacey leyó diez tesis que resumÍan su posición, más de diez
años dlspués de la consecuencias lógicas; para ello, dichas tesis no contienen categorías de
edición del libro que estamos discutiendo. Agraclezco a Gustavo Giuriano
lllT:.,
hayaiecho llegar una copia de ras diez tesis reüsadas por r-acey
que me-
mismo. Esta cita p".i.rr...
a dicho texto.
{ "Las ideas de imparcialidad,
s
Vale para esta cita lo dicho en ia cita anterior. neutralidad y autonomía resumen lo que considero que es
el núcleo de la idea de que la ciencia esuí libre de valores' (Lacey, 1999, p. l2).
r68 La dimensión valorativa de las c¡enc¡as
I Una respuesta crftica a una sutil delensa de la ciencia libre de valores r69

valor. Por ende, Ia aceptación de teorías no tiene consecuencias acerca de, a la luz de los datos empíricos relevantes de que se disponga, y de recha-
o relevantes para, los valores que el científico acePta. zar una teoría si y solo si es inconsistente con una teoría sólidamente
l-z imparci.alidad tiene que ver con las bases o los fundamentos que aceptada; así no hay un papel legítimo para los valores éticos y sociales al
intervienen en la acePtación o rechazo de hipótesis y teorías, y añrma que lado de los valores cognitivos a la hora de formularjuicios sobre la acep-
i tación de una teoría".5
ellos consisten exclusivamente en la evidencia empírica, que puede incluir I
enunciados de observación así como leyes y teorías previamente e§tableci- Obsérvese que en la misma noción de imparcialidad están involucradas
das, pero ningún juicio de valor' expresiones como "grado suficientemente elevado", "relevante", "sólida-
Tanto la neutralidad como la imparcialidad tienen que ver con el con- mente", que son valores y cuyl elucidación es muy dificil realizar sin ape-
tenido de lo que se afirma en las teorías científicas. Pero hay una diferencia lar a algún valor no cognitivo (COmo resultó claro en la discusión acerca
importante entre ellas: la neutralidad se relaciona con las implicaciones y de Carnap, Neurath y Kitcher).
consecuencias, mientras que la imparcialidad lo hace con los fundamentos Lacey agrega, en la misma tesis 2, que la "autonomía no es un valor
para aceptarlas. En la práctica, neutralidad e imparcialidad tienden a fusio- realizable, y [que] la neuralidad se ve comPrometida dentro de las prác-
narse, y se supone que tal fr»ión subyace al éxito de la ciencia moderna. ticas de la corriente principal de la ciencia [es obvio que las teorías cientí-
Sin embargo, Lacey reconoce que muy raramente sucede que la ciencia ficas tienen consecuencias que pueden llevar a avalar o a rechazarjuicios
esté libre de valores. Por eso, Lacey afirma que la libertad valorativa repre- de valor, cosa que queda cristalizada en la expresión ualues are nol scim-
senta un ideal más que un hecho. Habrá entonces que preguntarse si es un a free, tal como señalamos en el capítulo sobre ciencia, valores y objetivi-
ideal deseable o provechoso. lacey cree que sí, hasta el punto de conside- dad], pero se podría manifestar más plenamente si la investigación cientí-
rarlo constitutivo de la ciencia y explicativo de su éxito. Para criticar dicha fica se desarrollara bajo el marco de un adecuado pluralismo de enfoques
tesis, en términos de Lacey, habrá que mostrar que no es deseable porque metodológicos".6
es distorsionador, oscurecedor e incluso antidemocrático. No hay duda: el núcleo de su tesis de la libertad valorativa de la ciencia
la. autonomía se relaciona con el hecho de que la actiüdad cientíñca es la noción de imparcialidad, la cual es Ia base o fundamento de su carac-
se llerr¿ a cabo dentro de instituciones en una sociedad, por lo que siem- terización de la aceptación de teorías.7
pre existe la posibilidad de que los intereses y valores de ese ámbito social Una teoría (7) es siempre aceptada en relación con cierto o ciertos
se entrometan y restrinjan las conductas de los científicos y §us resultados. dominios (D) de fenómenos. Aceptar Tacerca de D es juzgar, a la luz de
Afirmar la autonomía de la ciencia es Proponer que tal intrusión no se pro la eüdencia disponible, que T acerca de D est'á lo suficientemente bien
duzca. Por lo tanto, la autonomía implica sostener que la ciencia e§ tarea apoyada (suppmted) para no necesitar ser sometida a una investigación
exclusiva de los científicos, sin intromisión de políticos, ideólogos, clérigos, ulterior. Rechazar Tacerca de D es acePtar T'acerca de D, donde 7'y ?'
etc., y tiene su propia dinámica interna, al definir sus problemas, identificar son inconsistentes. Aplicar una teoría f,, a su vez, es aplicar Ta fenómenos
sus propias prioridades, proponer sus soluciones, etcétera. significativos de la experiencia y üda diariay/o aplicarla en la actiüdad
Lacey reconoce que esta autonomía es prácticamente irrealizable y práctica. l,acey sostiene que los valores morales y sociales deben jugar un
que, a lo largo de la historia, fue üolada de manera reiterada, de lo cual rol importante cuando se aplica una teoría.
hay ejemplos paradigmáticos como et juicio a Galileo o el lysenkoísmo. Lacey cierra ahora el círculo para centrarse en el alcance real de la liber-
Además, es obüo que siempre hay valores influyendo en la práctica cien- tad valorativa de la ciencia: la afirmación "La ciencia está libre de valores"
tífica, lo que hace que la autonomía sea irrealizable (aunque sigue siendo debe ser considerada compatible con Ia idea de que los valores cognitivos
posible, deseable e imprescindible la actualización de la imparcialidad). juegan un rol esencial en la aceptación o el rechazo de teorías (imparciali-
En la tesis 2 del texto leído en el III Congreso Iberoamericano de dad), pero la interpretación correcta de la imparcialidad es que losjuicios
Filosofia de la Ciencia y la Tecnología (Buenos Aires, 2010), Lacey hace
hincapié en la relevancia innegociable y la presencia de la imparcialidad: 5 Esta cita pertenece al texto mencionado, y forma parte de la tesis 2.
6
Vale lo dicho en la nota anterior.
"Solo la imparcialidad puede ser defendidasin ambigüedad. [Ella] enun- 7 Para una caracterización más rigurosa de imparcialidad, véase Lacey (1999, pp' 70'71 )'
cia el valor de expresar una teoría de un dominio'de fenómenos si y solo Análogamente, para et tema de la neutralidad , üid" (pp.7+75 y 79A$ 'y para el de la auto'
si manifiesta los valores cognitivos en un grado suficientemente elevado nomía, [acey (19{D, p.83).
t7o La dimensión valorativa de las ciencias Una respuesta crltica a una sutil defensa de la ciencia ¡¡bre de valores t7r

de valor no cognitivos (personales, morales, sociales, estéticos, etc.) nojue- r Las prácticas científicas requieren que quienes las realizan ponBan
gan rol alguno en la elección de teorías. Podríamos agregar: estamos ante de manifiesto ciertos valores personales y morales (el " ethos científi-
una rigorización de algo que venimos discutiendo como versión esrándar co") y refuercen el lalor de ciertos rasgos personales (por ejemplo,
de la libertad valorativa de la ciencia: la ausencia de valores no cognitivos la creatiüdad).
en el contexto dejustificación para la aceptación o el rechazo de las teo- . Los practicantes científicos pueden tener responsabilidades morales
rías científicas. y sociales a la luz de sus actiüdades y descubrimientos.
Con urr bonrxLacey reconoce explícitamente una variedad de modos
en que los valores y la ciencia entran en contacto. En todo ello estamos por completo de acuerdo. Sin embargo, l-acey enfa-
tiza que, a pesar de que hay interacción entre ciencia y valores, como lo
demuestra la lista, ello no afecta a los tres componentes citados.
Los valores en la ciencia En verdad, lo que sucede es que Lacey no considera adecuadamente
todos los modos en que los valores no cognitivos intervienen, en especial
Lacey hace una lista de puntos en los que se observa "cómo la ciencia y los en la aceptación o el rechazo de teorías. Repetimos que es allí donde resi- ,
valores entran en contacto": de nuestro mayor desacuerdo con su Postura; más precisamente, en rela-
ción con el componente de imparcialidad.
o La ciencia misma es un valor. Esto se da de diversas maneras: la ver- l,acey ha admitido que muchas veces se üola en la práctica científica el
dad es un valor, la ciencia informa prácticas que producen valor, su requisito de imparcialidad. Yes sin duda elogiable que l,acey no se escude
propia práctica requiere de la racionalidad científica, de por sí un de manera burda afirmando que ello significa que estamos en presencia de
valor universal. mala práctica científica. Ahora bien, en verdad, eso sería contraproducen-
c Hacerjuicios de valor, y establecer relaciones entre ellos, requiere de la te para su postura, porque Ia imparcialidad se viola reiteradamente y, por
ayuday la crítica por parte del conocimiento cientÍfico acerca de los medios lo tanto, las prácticas científicas serían, en su mayor Parte o en su totali-
para alcanzar ciertos fines, así como de la posibilidad de alcanzarlos. dad, malas. Peor aún es dar el salto cualitativo al plano normativo, como
o Hay estudios cientíhcos (psicológicos, sociológicos, históricos, incluso lo han hecho muchos ilustres filósofos de la ciencia, afirmando que "no
biológicos) aceÍca de los valores. interesa cómo es la ciencia, sino cómo debería ser", ya que ello detiene
o La práctica y las aplicaciones científicas pueden ser objeto de evalua- a Nffi toda la enorme variedad de críticas que se podrían realizar a una
ción y restricción éticas. púctica científica debido a que no cumple ciertos requisitos normativos,
c Los valores desempeñan diversos roles en el contexto de descubri impuestos desde fuera, desde alguna versión exterior a la ciencia misma
miento, así como en losjuicios acerca de las diversas posturas que pre- (por ejemplo, epistemológica). Pero entonces cabría preguntarse por las
ceden a la aceptación de teorías; en la sensibilización de los investiga- razones o los parámetros que permitan evaluar una posición epistemoló-
dores acerca de la significación de distintos hechos; en la motivación gica acerca de las ciencias. Al deslindar a ptioti de la ciencia los contrae-
de los esfuerzos para llevar a cabo la investigación, / en la evaluación jemplos de carácter histórico o de la práctica real, se deja a la filosofía de
respecto de la realización de experimentos o en la escritura de traba- las ciencias sin iundamentos empíricos creíbles; es hacerla aceptable, pero
jos de investigación. de un modo vacuo, mrís allá de lo que sucede en la práctica científica real.
o Los valores juegan un rol importante en cuestiones vinculadas a la Este último aspecto tiene mucho que ver con el planteo de Lacey de
autonomía, como las preguntas g\re se formulan, la investigación hacer que los valores de la trilogía -imparcialidad, neutralidad y auto'
financiada y los problcmas seleccionados, y en cuestiones acerca de nomía-'sean constitutivos del ideal de ciencia. Si Lacey reconoce que la
si una línea de investigación debe ser proseguida teniendo en cuenta autonomía es irrealizable, si la neutralidad hoy es üolada' aunque podría
sus probables aplicaciones. evitarse ello con un mayor pluralismo metodológico, y si los contraejem-
r El compromiso con ciertos valores puede motivar el escrutinio de ld plos a la imparcialidad son irrelevantes porque ella es un ideal y además
práctica científica para cstablecer su sesgo asf como el de las institu- deseable (ergo, altamente positivo), cabría preguntarse: ¿por qué es reco-
ciones que la financian o en las que se lleva a cabo. mendable que sigan funcionando como ideales? O bien serían vacuos, o
172 La dimensión valorativa de las ciencias Una respuesla crítica a una sutil delensa de la cienc¡a libre de valores r7B

impuestos de manera dogmática y externa, o habría que aceptarlos porque compromete a aceptar determinada teoría, sino que Presenta el marco
son positivamente deseables. para construir teorías de cierto tipo sin garantizar la validez de alguna de
En función de todo lo dicho, lo único que Lacey puede racionalmen- ellas. Si estas teorías fallan reiteradamente en su Pretensión de dar una
te afirmar es que solo la imparcialidad es el valor crucial e ideal deseable, versión adecuada de su orbe temático, ello, a la larga, lleva a abandonar
debido a que es beneficioso (en especial, porsu estrechaünculación con la estrategia correspondiente. Por lo tanto, la adopción de estrategias está
Ia objetividad, la cual es constitutiva de la noción misma de ciencia). ligada dialécticamente con valores, Pero, a Ia vez, está restringida empíri-
Nuestro trabqio a través de diversos autores, desde Neurath hasta Kitcher, camente a lárgo plazo.
ha mostrado que esa conveniencia o beneficiosa deseabilidad no existe, por- Es claro que esta es una maniobra para Poder afirmar que, Por una
gue, en principio, distorsionaríalo que se pudzhacer al determinar la acep parte, intervienen valores de todo tipo en la investigación científica,
tación o el rechazo de teorías; lo que se puede hacer para ello es, a lo sumo, pero solo en las estrategias, mientras que la imparcialidad sigue siendo
usar recursos lógicos y eüdenciales empíricos, que por sí solos no bastan una nota indiscutible de la aceptación o el rechazo de teorías, polqrte
para decidir la aceptación o el rechazo de hipótesis y teorías, algo que hasta "en el momento concreto de elección de teoría solo los valores cogniti-
Carnap reconoce. El plus pragmático.volicional que funciona como motiao vosjuegan un rol apropiado" (Lacey, I999, p. 231). Es decir, se ha cir-
auxilior (Neurath), y que es siempre contextual (Kuhn), es lo que hace impo cunscripto, ahora de manera más cerrada qLre nunca, el sentido en que
sible por distorsionadora e imealizable la noción de ciencia pura (Kitcher). puede hablarse de ciencia libre de valores (o sea, en tanto y en cuanto
La ciencia y la práctica cientíñca no deben, ni siquiera idealmente, se pueda seguir defendiendo que la práctica de aceptación o rechazo de
ser imparciales, porque no pueden serlo. Ahora bien, esto no le resta a la teorías es imparcial).e
ciencia en lo más mínimo objetiüdad, que ahora se vuelve real, realiza- Lacey reconoce (en su cuarta tesis) que la investigación científica moder-
ble, auténticamente humana. Como Robert Nozick sutilmente afirmó, la na se ha realizado casi exclusivamente bajo un tipo de prácticas que él Ilama
ciencia no es objetiva porque es valorativamente neutra, sino porque "es de abordaje descontextualizado (las o-n de las que hablábamos antes). Las
objetiva por los valores de los que está infusa". Sabemos que dichos valores estrategias que él llama "materiales", cuyo objetivo es el control de lo abar-
incluyen siempre valores no cognitivos, justamente aquellos que el enfo. cado por dichas estrategias que Pretenden, para lograr ello, alcanzarversic¡
que D-R y la objetividad d lal-zcey dejan fuera. nes legaliformes acerca de la estructura última del máterial estudiado, son el
caso representativo de tales prácticas.lo Pero, además, Lacey reconoce que

El valor de las estrategias y su carga valorativa no cognitiva 9 [.acey, en su tesis octava, señala que "el mornento de la adopción de trna estrategia
puede ser separado de la tógica de la opción de acePtar o rechazar una teoría (de un domi-
En la tercera de sus diez tesis acerca de la interacción entre las actividades nio..p..ífiá de los fenóminos), construido bajo la estrategia, por Io que el compromiso
científicas y los valores éticos, Lacey propone que " (a) la investigación cien- con laimparcialidad puede ser mantenido en el úrltimo momento, aunqtte los valores sociales
pueden tiner un rol llgítimo en el primer momento", y agrega que dichos valores sociales que
tífica siempre se desarrolla bajo una estrategia, cuya función es, en primer
intervienen en el primer momentá pueden ser los mismos que intervienen en la.aplicación
lugar, prescribir límites a los tipos de teorías (y a los tipos de categorías del conocimiento científico. consistente con ello, Lacey había afirmado que "los valoles
que ellas podrían emplear) que pueden ser consideradas e investigadas sociales pueden influenciar fuertemente la elección entre estrategias. Luego, la aceptabilidad
de teorü construidas bajo las estrategias esjuzgada a la luz de los datos y los valores cogni-
[. . . ] y, en segundo lugar, seleccionar los tipos relevantes de datos empíri- sus
tivos. [,o importante €s mantener separados los roles de los valores sociales y cogltitivos.
cos que deben ser buscados e informados, y los fenómenos y aspectos de diferentes rátes reflejan momenros (lógicos) distintos conectados con la actividad de llevar
a

ellos que habnin de ser observados y experimentados. (b) El objetivo de cabo elecciones de teoría" (Lacey, 1999, p. 231).
lo lacéy sostiene que el florecimiento humano, en todas sus dimensiones y variaciones, y
la ciencia permite que la investigación re ileve a cabo con éxito de acuer-
toda
para la mayor cantidaá posible de personas, es su punto fundamental de referencia para
do con distintos tipos de estrategias".s pregunta valor coexistir adecuadamen-
ir¡aluación de una páctica científiia, y se si este Puede
Las estrategias son adoptadas de acuerdo con intereses, los que se te con el complejode ralores relacionados con el valor de control. su resPuesta es¡ a
nuestro
derivan de determinados valores. Adoptar una estrategia particular no p*...r, .*"..i*ente débil, porque consiste en señalar que hoy es tema abierto de discusión
impírica acerca de las formasie investigación empírica arealizar para poder_responder a tal
8
p..grrro. Creemos que, de modo más contundente, se puede afirmar que la investigación
vale lo dicho para las dos notas precedentes. .rrr[í.i." ha mostradl que en muchas ocasiones ules pnícticas han sido contraProducentes

if
r74 La dimensión val0rativa de las ciencias Una respuesla critica a una sutil delensa de la ciencia libre de valores ryb

hay investigación científica imparcialque puede ser realizada bajo estrategias ya se hacía antes con respecto a los objetos celestes. Se trató, además, de
no descontextualizadas ni materiales. una revalorización de Ia naturaleza, ya que los asuntos terrenales fueron
Esto sucede toda vez que la temática de estudio involucra la agencia elevados al mismo nivel de los celestes, con el agregado de que las cues-
humana, es decir, cuando se trata de un dominio donde lo estudiado es tiones humanas pasaron a formar parte del orbe natural. Es que dado un
resultado dc la acción intencional humana. Lacey reconoce que en toda rrarco con sus presu¡rosiciones específicas no solo ciertos fenómenos no
intervención agencial-intencional hay una presencia fuerte e ineludible de son observados, sino t¿mpoco son factibles ciertas preguntas, por lo que
valores, pero exige para su estudio científico que haya imparcialidad en la hay investigaciones que no se llevan a cabo.
práctica científica de tal área temática. Es decir, valores en la ciencia, sí; en Más claramente: la "evidencia" no es algo que está allí fuera esperando
todo contexto, sí; en las pautas y los procedimientos investigativos, sí; en la a que la captemos. t o que es aceptado como evidencia depende de mar-
determinación de objetivos y pregunras a conrestar, sí; en la aplicación de cos conceptuales, los que a su vez están "conformados" por lo que Weber
los resultados, sí. Es más, en cada caso se reconoce que ello es inevitable. llamó "versiones del mundo" que dan sentido a nuestras acciones y a todo
Pero, otra vez, queda el nricleo neutro e impoluto, ahora más reducido lo que nos rodea, en respuesta a nuestro entorno y situación social y a
que nunca, en el que no están presentes valores no cognitivos: el núcleo nuestras actividades y luchas allí. t as "versiones del mundo" están, pues,
de la aceptación o el re chazo cle hipótesis y teorías. Lacey va más allá, por- cargadas de ralores de la pol'u en la que se desenvuelve nuestra vida. En
que inüta a que no nos lljemos en córno procedernos para llevar a cabo la última instancia, los valores sociales y políticos dan lugar a una versión del
determinacióu de aceptación o rechazo, sino solo en los fundamentos en mundo a la que pertenecen nuestros conceptos, aquellos que se presupG.
que tomamos la decisión. Pero, aun así, sigue siendo válida nuestra obje- nen ante toda eüdencia y la constituyen internamente.
ción, en coincidencia cor-r la propuesta de los autores considerados ante- Ello es tan así que para explicarse por qué se abandonó el sistema pto-
riorrnente, de que siempre hay un plus más allá de la presencia de una lemaico y se adoptó una versión copernicana-kepleriana de los cielos, lo
buena lógica más e'ide,cia empírica para deterrrrinar la aceptación, y ese que debe identificarse son las versiones del mundo involucradas en ambas
plus involucra siempre la presencia de valores no cognitivos, posturas, tal como parecen recomendarlo Frank y Hempel. Hay que agre-
Además, en Ia noción misma de "evidencia" hay incluidos conceptos gar que esas versiones dependen a su vez de las condiciones sociales del
que involucrany/o presuporlell valores. Esto es así, en principio, porque entorno er1 que viven los que las sostienen. Incluso Io que suele llamarse
no hay evidcncia obsen,acio¡ral quc no dependa de cierto marco con- "sentido común" es, en última instancia, un producto social y varÍa según
ceptual (todas nuestras observaciones en ciencia están cargadas y presu- córtro viva la gente, o sea, según cuáles seau sus valores fundamentales.
ponen un marco conceptual preexistente). Por ejemplo, en tiempos de L,as nuevas versioncs del mundo dentro de las cuales se desarrollan las
Copérnico y sus predecesores, los cometas y las manchas dcl sol no eran actiüdades científicas por constituir el marco presupuesto por ellas son,
observados, ya que lo impedía el marco conceptual vigente, según el cual a la vez, explicaciones de las nue s situaciones en las que üven los seres
el área más allá de la luna era el dominio cle la perfccciórr, y la i,ppertec. humanos. Cada nr¡eva versión del mundo estimula y promueve nuevas
ción implicaba inmutabilidad; por el contrario, hay registro en la asúo- aproximaciones al mun«lo, con nuevos conceptos y, por lo tanto, con nue-
nomía china de la misma época, que no presuponía ese marco, de ll \os tipos de evidcncia. Ella misma está, en efecto, preñada por los con-
obsenación de cometas y manchas solares. Cuanclo el marco conccptual ceptos de determinada versión del mundo, la cual a su vez es respuesta a
cambió luego de Copérnico, se dio una verdadera carrera competitiva en determinades situaciones y condiciones sociales, o sea, situaciones y con-
la observación de cometas y manchas sollres. Además, al consi<lerarse que diciones d,ela polis.
la Tierra no era básicamente cliferente dc los ot5etos supralunares, se l"izo En resumen, en la aceptación o el rechazo de utra hipótesis o teoría
posible Lrsar con fundamento la matemátrca de un modo análogo al que citntífica, hay pues dos mornentos cruciales: (i) la contrastación empírica
que supu'esQmentÉ Fro\ee determinada evidencia, y (ii) el reconocimien-
t"o cn esta eüdencl¿ áe pres,rpuestos de una versión dcl mundo dada en
para favorccer el florccimiento hurnano. Es rrás, sea cual sea el enfoque rcsprr¿sta a determinaolas condi¿iones sociales con sus valores correspon-
empírico, la con-
clusión básica no puede ser otra. La pregunta entonces es:
¿cómo pu.áa r"a funcional a ese <lieni'es. Es este segundo momerlto-componente el que pasa inadvertido
florecimiento? Y Ia respuesta involucia rira investigación
que no puede ser reducida a mera
rnvestlgactón empíilca. murhas veces a los científicos, y es el que las versiones avalorativas de las
l?6 La dimensión valorativa de las ciencias
Una respuesta crftica a una sutil defensa de la ciencia libre de valores q7

ciencias en el contexto de justificación ignoran por considerarlo inexis- solo situacionales. En síntesis, "las estrategias en las cuales las hipótesis que
tente, irrelevante, indeseable y siempre evitable. Pero nada de esto es Posi- pueden ser propuestas esrán restringidas a ser consistentes con Ia intencio-
ble porque, ju§tamente, toda eüdencia presupone de manera ineludible nalidad de la agencia humana son incompatibles con las estrategias mate-
marcos conceptuales interpretativos en consonancia con la situación y las rialistas, pues la acción no puede ser representada simulráneamente corllo
condiciones sociales en las que oPera. intencionalylegaliforme" (ibid.,p.205).Entrelasposiblesestrategiasmate-
Esto se ve aún con más claridad en la aceptación posterior del coper- rialistas de la acción humana estarían aquellas en las que dicha conducta
es explicada en términos ñsicoquímicos o biológicos exclusivamente. Esto,
nicanismo, por ejemplo, Por Parte de Galileo y Newton, y especialmente
por este último, con una clara conciencia del valor de la filosofia natural según [,acey, es consistente con Longino, quien en relación con el uso de
para dominar la naturaleza. Además, ambos ya operaban con otra ver- estrategias materialistas afirmó que "nuestros compromisos políticos [...]
sión del mundo que incorporaba una fisica para la Tierra en moümiento, presuponen cierta comprensión de nuestra acción, de modo que cuando
aunque la versión newtoniana del sistema planetario conserva muy poco enfrentamos un conflicto entre estos compromisos y un particular modelo
de la de Copérnico. La principal coincidencia entre ambas astronomías de relaciones entre cerebro y conductas hemos de permitir que nuestros
es que la Tierra se mueve alrededor del Sol. Pero en la nueva PersPectiva compromisos políticos guíen nuestra elección" (Longino, 1990, p. 191).
se dejaba de lado todo aquello que no era funcional para cl dominio de Pero también resulta dé lo dicho que, si las estrategias materiales no
la naturaleza: cualidades sensibles, causas {inales, valores é¡téticos, todo impiden que la investigación cientíñca esté caracterizada por la impar-
ello quedó fuera de la ciencia. Esta idea del poder sobre la naturalcza cialidad en la aceptación o el rechazo de teorías, la§ esfategias no mate-
estaba íntimamente ünculada al surgimiento de una nueva clase social riales necesarias para una ver-sión feminista del conocirniento científico
que dependía de la dominación de la naturaleza -y confiaba ciegamente como la de Longino tampoco lo impiden. Según Lacey, no hay texto de
en elta- y también de los seres humanos, en tanto ellos mismos habían Longino que contradiga tal posibilidad de imparcialidad, especialmente
sido naturalizados. si sostenemos que los valores no cognitivos influyen sobre las estrategias,
Lacey discute el caso de la ciencia feminista para most¡ar la posibilidad mientras que los cognitivos son imprescindibles y únicos en la aceptación
de seguir manteniendo la imparcialidad en la investigación científica bajo de las teorías
estrategias no reducibles a estrategias de control, y elige las propuestas de Sin embargo, tal como Lacey lo reconoce, Longino abjura de la dis-
Helen Longino como caso rePresentativo de una epistemología feminista. tinción tajante entre los roles de los dos tipos de valores (en última ins-
Cree que así como en las estrategias materialistas los valores no cognitivos tancia, según Longino la noción de valor cognitivo PresuPone un tipo de
interactúan con los valores cognitivos, es Posible mantener la distinción universalidad acontextual inexistente), por lo que los valores deben ser
entre valores cognitivos y no cognitivo§, a lalvez que seParar clammente considerados como interactuando todos en un mismo nivel. Lacey Preten-
sus roles, en estrategias en las que los valores sean feministas. de mantener la distinción afirmando que él no requiere para los valores
En particular, Lacey afirma que en la obra de Helen Longino "el obje- cognitivos el tipo de universalidad que, según Longino, la tradición epis-
tivo de un enfoque feminista de la ciencia es identificar las posibilidades temológica les adscribe.
abiertas para la la agencia humana, las condiciones Para su mejoramiento Enfrentamos aquí otro a§Pecto discutible de la posición de Lacey. Todo
autor riene el derecho de estipular el significado que crea convenietlte a
t. . .l , y descubrir medios Para generar más condiciones Positivas (de mejo-
ramiento)" (I-acey, 1999, p. 204). Esto requiere aplicar estrategias que re§- determinadas expresiones como "imparcialidad", "neutralidad", "libertad
trinjan las formas admisibles para entender los fenómenos humanos. L Pri- valorativa" y ahora "valor epistémico". Pero cuando dichos términos tienen
mera distinción es que la primacía explicativa en el dominio de la conducta una larga tradición de uso con determinada carga semántica, no es escla-
húmana la tiene la explicación intencional, lo cual requiere asumir la eñ- recedor'proponer tesis aparentemente grandilocuentes como "la ciencia
cacia causal de las creencias y los deseos de los agentes, por lo que las cate- esfá libre de valores", cuando se entiende tal Iibertad de manera mucho
gorías primarias de esa explicación han de ser las de creencia, valor, deseo' más estrecha y restringida que la de la tradición, o cuando se caracteriza
intención. Muy raramente aicnas categorías y explicaciones han de estai a "valor epistémico" dejando de lado o contraviniendo algún sentido que

articuladas formal, deductiva y,/o matemáticamerfte, sino que lo están en siempie constituyó su significado. Un inconveniente obüo de esta actitud
forma de narrativas en las que eventualmente se establezcan regularidades es que casi elimina de cuajo toda posibilidad de diálogo fructífero con sus
lZ8 La dimensión valorativa de las ciencias Una respuesta crflica a una sutil defensa de la ciencia libre de valores rZg

interlocutores críticos. De ahí que hayamos sido reiterativos en enfatizar con otros agentes del grupo de investigación y, en muchos casos, de
que, aun reduciendo el postulado "ciencia libre de valores" a "imparciali- grupos más amplios.
dad en Ia aceptación o el rechazo de hipótesis y teorías científicas", no es
conüncente aceptar tal libertad valorativa, incluso si se trata de una con- El razonamientojustificativo es parte de una práctica de desafío y respues-
cepción estrecha de imparcialidad, ¿i lal-,acey. ta; ocurre, por lo tanto, en un contexto social de integración entre indi-
No hay duda de que Longino no acepta la libertad valorativa de la cien- üduos. Lo que cr¡enta como una razón apropiada es determinado y esta-
cia ni en el sentido estándar, ni en el sentido de la imparcialid4t de Lacey. bilizado a través de la interacción social. Análogamente, para afirmar la
Basta para mostrar ello algunos pocos escritos en los que, a posteriori de la relevancia de la eviJencia proüsta por datos para aceptar una hipótesis, se
publicación del libro principal de Lacey en 1999, Longino plantea fuertes requiere de supuestos sustantivos y metodologías que dependen del con-
desacuerdos con las propuestas de ese texto, sin necesitar referir-se explí- senso entre los miembros de la co¡nunidad científica, y que son aprendi-
citamente a él.ll dos como parte del entrenamiento del científico.
Así, en su notable trabajo The Fate of Knouledge (2002), Helen Longino
sostiene: o Los resultados de la obserr¡¿ción y el razonamiento son procesados
socialmeltte antes de ser incorporados al cuerpo de ideas ratificadas
¡ Los valores sociales permean la eüdencia empírica de tal manera que para su circulación y uso.
no hay reglas, formas o guías que puedan garantizar que no lo hacen. o En consecuencia: la socialización de la cognición no es corrupción o
o Estos valores no cognitivos no son más importantes o tienen mayor peso desplazamierrto de lo racional, sino un vehículo de su performativi-
que los cognitivos, sino que interactúan con los datos y las hipótesis. dad. Tampoco, por sí misrna, F;arantizzla imposibilidad de equivocar-
¡ Los valores orientan la investigación en direcciones que sin e(los no nos, algo análogo a lo qoe sucede con todo aspecto o dimensión del
hubiera tomado. conocimiento humano.
¡ Ellos contribuyen a fundamentar la crítica siempre necesa*'ia a }os pre-
supuestos de una teoría científica. Longiuo corrcluyc que, por ende, lá dicotomía entre lo racional y Io social
o Los que se oponen a la presencia de valores no cognitivos presupo- ha qucdado atrás.
nen la falsa dicotomía entre [o racional y lo social. Ello les irnpide tcr
que toda versión cognitiva no elimina lo social (si lo social no se id¿r¡ . La dintensión social ir¡eludible se pone obviamente de nranifiesto en
tifica, como usual y falazmente se hace, con sesgo). No pcrciben que las interacciones discursivas que llevan eventualmente a acuerdos con-
algunos procesos cognitivos (presentes en la investigación cicr,tíflca) sensuados, sin los cuales no hay posibilidad de afirmar que una deter-
son Procesos socieles. minada elid¿ncia es aceptable, y por ende, apunta a la presencia de
o Conocemos especialmente por observación y razonamiento, y ao.bos conocimiento objetivo.
esrán permeados socialmente. Lo que se ve en el laboratorio da lugri a
distintas lecturas, de modo que para llegar a la u'r¡nimrdad se reqtrre- las inf.eraccio;les discursivas críticas son procesos sociales de producción
re de la interacción discursiva del grupo de investigaiión. Además, de conocimiento y su versión normativa debe proceder de acuerdo con
lo que se observa es percibido con relación a categorias, concel4os norma^s que gobiernen tales interacciones. Longino consitlera los siguien-
y clases que son producidos socialnente (lo que es una observació¡r tes cuatro cnteritls como necesarios para asegurar la efectiüdad de las
para una comunidad C depende de.C). Finalmente, la apertttlc a que it¡teracciones cJiscursivas:
las observaciones sean desafiadas y corregidas dependc «le la relación
(l) iugarcs de operctividttl (amues): debe haber fonnas ¡econociclas
ll lacey, por clcontrario, cree que sus arguBrentos ¡cfuer¿an ciÉrtas conclus'lores de p(Sf.icunerztc para la crítica Je la eüllencia, el método, los supuestos
Longino: "que el conocimiento ci¡ntíf¡co etrrerge eR un proceso pcrmeal-lo de valores, qtrc
y l.ot rpzor,¡.rnie-fos.
las teorías tienen desider¿ra ligados con la signilicatir'.dad po; c i<d¡ a Ce valorcs cognitivos'
que los valores [...] explicz,n qué teorías son producidas y aceptadas en la comuniúrd cien- (2) llespuesta: uo so(il se debe to)¿rar la disensión, sino que se sclle cam-
tífica" (Lacey, 1999, p.222). bi¡.r (oceraci3.s, earías) en respues(a a las críticas.
r 80 La dimensión valorativa de las ciencias Una respuesta critica a una sutil defensa de la ciencia libre de valores r8r

(3) Estándares públicos, sin los cuales no se puecle evalt¡ar hipótesis, teo- científica. Y, en efecto, no se puede negar que Ia mayor parte de la eüden-
rías, prácticas observacionales. cia empírica proviene de confiar en el testimonio de los otros, cuya cre-
(4) Igualdad temperada. El consenso legítimo es aquel que.es resultado dibilidad involucra siempre aspectos relacionados con el contexto social.
del diálogo crítico y no del poder, ya sea político, económico o para Además, tal ideal condena a Priuri toda investigación que no satisfaga el
excluir perspectivas alternativas. Sin compartir tales esrándares 1ue criterio vacuo y aséptico de objetiüdad, vaciando de entrada el concepto
no son ñjos, pues pueden ser criticados y cambiados- es imposible la mismo de ciencia (porque en la práctica real siempre hay presencia de valo-
interacción crítica. res y, si se plantea que la objetiüdad depende por completo de que estos no
estén presentes, toda la ciencia sería no objetiva). Por el contrario, el reco-
Aceptar estos criterios asegura que las hipótesis y teorías que los obedecen nocimiento de la presencia de valores hace que se enriquezca el concepto
no incorporan sesgos idiosincráticos de individuos, en particular o en gru- de objetividad, ya que obliga a eliminar de toda evaluación los factores idio-
pos. [,as prácticas científicas son evaluables de acuerdo con la evidencia sincáticos personales y ello a su vez implica la necesidad de una interac-
empírica, el razonamiento válido y los criterios (1)-(a). ción crítica discursiva también acerca de los valores. Debemos recordar, al
No puede caber duda alguna de que si es así, la aceptación de teorías, respecto, que r1o hay, en principio, inconvenientes para llegar a acuerdos
de acuerdo con Longino, esá cargada de valores no cognitivos. Es más, en acerca de valores una vez que se abandona por injustificada la dicotomía
la observación, en tanto parte constituüva de la evidencia empírica, siem- entrejuicios de hecho yjuicios de valor. Por otra parte, como lo demuestran
pre hay presencia de valores, los que esuín también presentes en los cri- diversos ejemplos de práctica científica, advertir la presencia de ciertos valo-
terios (l)-(4). De ahí que Longino afirme que el conocimiento es social res en un proyecto de investigación 1o enriquece y mejora sus resultados.
de dos maneras: (i), el estatus de aceptabilidad epistémica es adquirido La libertad valorativa ha impedido el desarrollo de criterios para distin-
mediante interacciones sociales acerca de contenidos en contextos que guir entre usos legítimos e ilegítimos de valores en la ciencia. Recordemos
satisfacen la crítica efectiva -de acuerdo con (1)-(4)-, y (ii) los proyectos que Lacey no niega Ia presencia de valores (aunque estos sean siempre
de la comunidad científica con respecto a determinado conjunto de obje- cognitivos), pero el hecho de mantenerse fiel a la dicotourf{ hecho/valor
tos o procesos esfá determinado del mismo modo (Longino, 2002, p. v). no permite ver con claridad qué tipo de hechos factuales f,dhcionan como
Es decir, a diferencia de lo que plantea Lacey, en la misma aceptabilidad eüdencia relevante para losjuicios de valor. Contra io que parece suPoner
epistémica intervienen de modo ineütable valores no cognitivos. L,acey, los juicios de valor no son ni subjetivos ni dogmáticamente adop-
Longino agrega que no hay nada m:ís allá. Apelar a estándares o nor- tados; siempre son susceptibles de ser aceptados o rechazados a partir
mas metodológicas mrís allá de las ratificadas por las interacciones discur- de buenas razones, incluso cientíhcas, tal como sucede con los juicios de
sivas críticas de una comunidad es apelar a principios trascendentes, que hecho. Ambos tipos dejuicio no son scimcefree, sino que son sustentables
siempre resultan ser locales aun cuando, por razones de poder, hayan sido por razones fundadas científicamente.
impuestos como universales. En verdad, la libertad valorativa tal como la concibe Lacey impide per-
cibir la influencia bidireccional de los hechos y los valores Presente§ en
la investigación científica, lo cual reafirma la inconveniencia del ideal de
En torno de la deseabilidad y la conveniencia ciencia libre de valores. Hay muchos casos en los que esa influencia es evi-
del ideal de übertad valorativa dente, y las teorías económicas son un caso paradigmático. La elección
de determinados objetivos en dicha investigación determina el tipo de
Laúltima afirmación que comentamos de Longino contiene una razón pode- hechos a estudiar, el alcance del dominio de hechos que constituye la evi-
'
rosa para señalar, en contra de la postura de Lacey, la inconveniencia del dencia empírica, el tomar conciencia de que de Ios principios de la teoría
ideal de la libertad lorativa de la ciencia. Aceptarlo incluso como un ideal que pretende alcanzar dichos objetivos se siguen consecuencias cargadas
que es conveniente realizar lleva a involucrar a la comunidad científica de términos con alto contenido valorativo como "eficiencia", "racional",
en una tarea contraproducente, pues la hace falular en torno de norntai "pobreza", "consumo", etc., que han de influenciar la aceptación de la teo-
que supuestamente trascienden toda discusión hufrrana, distorsionando el rÍa (la debacle ética implicada por los principios de las versiones ulraneo-
carácter ineludiblemente social del proceso de decisión en la investigación liberales es una de las fuertes razones Para su rechazo)'
r82 La dimensión valorativa de las ciencias Una respuesta crftica a una sutil delensa de la ciencia libre de valores rgB

Por 10 tanto, la presencia fuerte de lo valorativo empieza desde el modo de investigación, instrumentos, estilos de experimentación, etc. pero todo
en que se concibe el objetivo de la investigación, tal como Longino (1990, esto es innocuo, es decir, no atenta contra la objetiüdad científica.
pp. 98-102) lo reconoce. Si pretendemos investigar el divorcio en un deter- El sesgo respecto de las hipótesis, por el contrario, es eütable y, por
minado contexto social, debemos tener en cuenta cómo se Io concibe y ende, ilegítimo y rechazable. No está implicado por la presencia de valores
qué valores positivos o negativos se le adscriben. Una cosa es concebi¡lo en porque, justamente, se deben establecer "valorativamente" criterios para
términos de "trauma" o "pérdida" o "estrés", otra en términos de "oportu- distirtg:uir entre los usos legítimos e ilegítimos de estos. Por ejemplo, 'si se
nidad para una mejorvida" o "para el crecimiento personal de cada miem- somete a contrastación una hipótesis, su diseño debe dejar abierta [en alto
bro de la pareja", etc. Todas estas expresiones manifiestan conceptos car- gradol la posibilidad de que la eüdencia lleve a refutar la hipótesis" (ibid, p.
gados de contenido factual y valorativo. Por consiguiente, los hechos que l9). Cuando hay sesgo acerca de las hipótesis, esto no tiene que ver intrín-
se considerarán en términos de trauma o de crecimiento personal tendrán secamente con la presencia de valores o las presuposiciones que guían Ia
una carga valorativa distinta y darán lugar a una eüdencia positiva, tam- investigación: "desde un punto de üsta epistemológico y metodológico,
bién cargada de valores, totalmente distinta. la investigación guiada por presuposiciones valorativas funciona como la
Efectivamente, la investigación será más rica y también más objetiva, por investigación guiada por cualquier otro tipo de presuposiciones" (r/.). Por
ser fiel a la naturaleza del dominio estudiado, si la ciencia no es concebida supuesto, la presencia de valores no impide la comparación entre el valor
como imparcial, en el sentido de Lacey. Lo dicho acerca cle la economíay el heurístico de ellos. Puede haber valores no cognitivos, sociales y morales,
ejemplo del divorcio, que menciona E. Anderson (2004, pp. l1-23), muer que tengan un valor epistémico asimétrico, o bien distinta fertilidad o poder
tran todo lo que se dejaría fuera, empobreciendo y pe{udicando la calidad para des-cubrir ttnómenos significativos en determinado dominio.
de la investigación asÍ como la credibilidad de sus resultados. Finalmente, la presencia de valores y su carácter cambiante añaden
Además, la presencia de valores favorece que haya guías confiables en otro factor importante en el carácter nunca final de la investigación cien-
la investigación. Concebir el divorcio como pérdida o trauma lleva a bus- tífica. Si nuestros valores cambian, también lo hacen los objetivos de la
car ciertos tipos de eüdencia, guiando la búsqueda y el uso de 'ciertas investigación factuáI, porque cambian al menos las que se considerarán
herramientas de investigación, por ejemplo, mediciones de perturbacio' como verdades relevantes para descubrir.l2 Si no hay valores dogmáticos
nes psicológicas [. . . ] , y en tanto la concepción del divorcio como trauma inmodificables e inevitables, no hay fin de las ciencias, algo que nos pare-
no garantiza que necesariamente se ha de encontrar tal tipo de eüdencia, ce vital sostener en contra de la tendencia observada en los últimos años
tliclra investigación es legítirna" (ibid., p. 14) (o sea, no está predetermina- en algunos círculos, incluso científ,rcos. En estos círculos se afirma que en
da, lo que muestra que la presencia de valores no necesariamentt hace que algún momen¿o la ciencia ha de llegar a su fin (así como la historia, las
la investigación lleve a prioria conclusiones preestablecidas). Si se concibe ideologÍas, y hasta la modernidad), aunque lamentablemente no se anun-
el divorcio como una "oportunidad para el desarrollo personal", sucerlerá cia el fin de todas las sandeces.
algo análogo: la eüdencia será distinta y también legítima. Por todo lo señalado, coincidimos ora vez con Longino cuando, en
En consecuencia, la presencia de valores a todo nivel proinueve un plu- contra de la posiciórr de I-acey, hace énfasis en el aspecto prospectivo de la
ralismo de enfoques y resultados que enriquece las divcr§as perspectivas ventaja de explicitar l¿ no libertad v¿lor¿tiva de las ciencias, pues "en tanto
para abordar una temática, y que va más allidel pluralismo generado por nuestro futuro descansa en lo que consideramos que las ciencias nos dicen,
la indeterminación de la teoría por los hecrios. deüene crecienternente importante someter §u§ aspectos sociales y políticos
Para finalizar, queremos hacer un bfeve comentario acerca de la reite- a la investigación filostífica [...] lo que saca a luz las dimensiones políticas de
rada afirnración de que la presencia de valores favorece el sesgo. Aquí con- la cicncia y amplía nuestra concepción de lo que debe ser la ñloscfia de las
viene distinguir, al menos, entre dos tipos de sesgo: con relación al obje- ciencias" (Longino, 2002, p. 213).
tivo de Ia investigación y con relación a las hipótesis defendidas en ella. Estamos totalmente «le acuerdo, porque lo que Longino nos dice coin-
El sesgo con relación al objetivo de la investigación es inevitat¡le. Al ele- cide hasta con el espíritu del subtítulo de nuestro libro.
gir un objetivo, se abren ciertas líneas o enfoques posibles de irrvestigación,
a la vez que se cierran otras. En este sentido, la adopción del objetivo es 12
Por supuesto, hay otras razones importantes para criticar la tesis del fin cle las ciencias,
selectiva y, en parte, necesariamente lleva a excluir ciertos datos, modos tal como lo sin(etizamos en Gómez (2002).
Ii

xII
Más allá del lysenkoÍsmo

Sie.np,e que se propone urraversión de las ciencias qlre muestre la presen-


cia de valores no cognitivos incluso en las cuestiones referidas a Ia acepta-
ciár o el rechazo de hipótesis y teorías, se responde con la acusación de
lysenkoísmo, o ,éu, .o. la amenaza de que la presencia de clichos valores
reproduzcan y legitimen, de alguna manera, el modo en que Lysenko pro-
cedió para responder y liberarse de los críticos de su postura acerca de la
genética. En consecuencia, debemos mostrar que las tesis de aquellos que
en este trabajo defienden la presencia de valores no cognttivos desde la
fijación rle lc4 objetivos de la investigación científica hasta las prácticas que
co:rsrituyen dicha investigación ni implican, ni sugieren, ni están comPro-
metidas con la postura de Lysenko.
Pero ¿qué es realmente lo que Lysenko defendió, contextual y metodo-
lógicamente, y por qué ello es objeto de crítica por Parte de los defensores
de la supuesta libertad valorativa de la ciencia? Y más aún, ¿de qué mane-
ra resr¡lta eüdente que, más allá de lo que es o no criticable en las pautas
procedimentales de Lysenko, nuestra postura no solo no tiene relación o
contacto alguno con dichas pautas -las criticables en Lysenko-, sino que
eüta toda forma de subordinación a ellas y puede guiar Ia investigación
en abierta oposición a ellas?

Lysenko: las temáticas y los objetivos de sus investigaciones

Digámoslo brevemente: Trofim Denísoüch Lysenko (1898-1976) era un


agrónomo de origen campesino de la proüncia ucraniana de Poltava,
quien, a pesar de no tener educación formal y desconocer todo idioma

lr8sl
r86 La dimensión valorativa de las ciencias Más allá del lysenkolsmo r82

;.
extranjero, se convirtió, gracias a su inteligencia y su ambición, en el líder cantidad y la calidad de la pioducción agrícola, y Para lograrlo hay bási-
de una escuela agrobiológica que rechazó la genética clásica esrándar. camente dos maneras: mejorar los métodos de cultivo e incrementar los
Debido a su fuerte compromiso con el poder de turno y a indudables súocfu de plantas y sus productos; es decir, crear condiciones ambientales
méritos científicos propios (por ejemplo, se graduó de agrónomo en 1925, más favorables o (y) mejorar las propiedades heredadas (el tamaño y la
luego de publicar en 1923 dos trabajos no meramente monográficos sobre capacidad nutritiva, por ejemplo de los tomates, uno de los objetos prefe-
la producción de plantas, a los que siguieron, en 1932, 1933 y 1938, otros ridos de la invesrigación por parte de Lpenko). Este campo de investiga-
trabajos con facetas originales y propuestas metodológic¿rs nuevas, que ción corresponde a dos ramas de la botánica, la fisiología y la genética. Si
fueron leídos, discutidos y comentados por eminentes figuras en el área, bien desde el principio la polémica acerca de Lysenko y sus métodos tuvo
como Vavilov) fue nombrado presidente de laAcademia Lenin de Ciencia que ver con la genética, en sus comienzos Lysenko se concentró en el pri-
Agrícola (1938) y ganó prestigio entre sus colegas, que terminaron dividi- mero de los temas: el desarrollo fisiológico de las plantas, que era, en ese
dos ent.re en los pro-y los anti-Lysenko. En 1948, Lysenko tuvo una influen- momento, un campo de investigación periférico (y no central, como el de
cia dcterminante en la condena oficial de la genética como anticientífica la genética).
por parte del gobierno soviético. Esto último ya se manifiesta como total- Desde sus comienzos, y de acuerdo con la Postura marxista acerca de la
mente condenable, y como un flagrante atentado contra la libertad de la unidad innegociable de teoría y práctica al hacer ciencia, Lysenko Puso un
investigación científica, por la presencia de censura "desde arriba y desde énfasis mayor y casi exclusivo en la dimensión práctica, en el éxito de los
afuera" (algo que nada tiene qlre ver con la libertad no valorativa), que con- resultados de la investigación. (A propóaito, cabe señalar que, a pesar de
vierte a la investigación científica y a su práctica en no objetilas (es decir, ser fiel al enfoque marxista-leninista de §investigación cientíhca, Lysenko
sesgadas sobre la base de consideraciones extracientíficas). no gastaba su tiempo en debates sobrt',pl marxismo y la política, y nunca
Sin embargo, por razones de veracidad histórica, es conveniente distin- fue miembro del Partido Comunista)"r,
guir entre dos momentos o etapas en la temática y la práctica científicas En esta primera etapa, en su afán por encontrar variedades de legum-
de Lysenko, así como tomar en cuenta, en ambos casos, las circunstancias bres capaces de crecer en inüerno, su gran aPorte fue lo que se llamó "ver-
histórico-políticas en que se llevaron a cabo: (1) las prácticas científicas nalización", cuyo descubrimiento básico fue que las legumbres respondían
conducentes a la investigación de la Frsiología en el desarrollo productivo, de modo diferente según las condiciones del inviérno, lo que lo llevó a
Ia variedad y el crecimiento de plantas, algo íntimamente vinculado a la experimentar con trigo y otras plantas. La idea central de Lpenko, elabo-
necesidad del régimen soüético de aumentar la producción de alimentos, rada a partir de un trabajo de 1928, era que podía establecerse una rela-
especiahnente entre las dos grandes guerras mundiales, y (2) las investi- ción matemática entre la duración del desarrollo de la planta y la tempe-
gaciones acerca de la validez de la genética clásica y las razones -algunas ratura: en cada etapa de su crecimiento la planta necesita cierta "cantidad
científ,rcas, otras no tanto y otras no en absoluto- para rechazar dicha ver- de calor". Esto ya era conocido y discutido en la tradición científica de la
sión como ciencia base de las investigaciones botánicas. Repetimos que, época, pero había que darle una explicación teórica, y así se conürtió en
sean cuales sean dichas razones, coincidimos con la condená a la censu- el objetivo de los trabajos de Lysenko.
ra a la genérica clásica, censura que Lysenho sugirió, apoyó y cor,tribuyó En 1928 Lysenko puso de relieve dos principios acerca del desarrollo
a implementar. de las plantas: (1) el desarrollo de una Planta debe ser distinguido de su
crecimiento, (2) la duración de las fases está determinada especialmen-
te por la temperatura (aquí el inconveniente fue que Lysenko no tuvo en
Las investigaciones en la fisiología del desarrollo de plantas cuenta las variaciones en la duración de la luz diurna). Todo ello fue apo'
yado por una enorme lariedad de datos estadísticos, aunque hubo quienes
Ya desde la segunda mitad del siglo xrx, tanto en Europa como en criücaron el carácter deficiente de algunos de sus métodos.
Norteamérica, se realizaron fuertes inversiones en la investigación agríco- Desde el punto de üsta epistemológico, Lpenko era fuertemente realis
-
la con el propósito de incrementar la producción de alimentos, lo cual se ta, lo que resulta eüdente en su tendencia a generalizar fórmulas maternáti-
acentuó luego de la Primera Guerra Mundial, sobie todo en un país de cas que habían sido exitosas en algunos casos particulares y a interpretarlas
ecc¡nomía centralizada como la Uniórr Soüética. Había que mejorar la como expresiones de relaciones naturales reales. Hay que señalar también
i
I

t
r88 La dimensión valorativa de las ciencias Más allá del lysenkoísmo r89

que tuvo algrrnos éxitos en sus predicciones e -^-tii t,c dictras rclrc:ones económica no podÍan ser t¡ansferidos automáticamente a la planifica-
matemáticas (por ejemplo, en la predicción de la conducta <[e plantas b4ic ción de la investigación.
nue'vai condiciones climáticas), pero que nojuti{ican el exagerado optimis (2) L,a planificación de la ciencia era necesaria porque esta había perdi-
mo con que fueron recibidas. Sin ducla, y a nesar de la presencia de cúticos, do contacto con la realidad de la práctica del trabajo (esto es lo que
Lpenko había logrado alrededor de la década de lg30 ser considerado un se concebía como la esterilidad de la ciencia).
miembro respetable de la comunidad cicntífica. Pero también debe señalarse (3) La ciencia y sus aplicaciones tecnológicas eran la mayor garantía de
que Lpenko carecía de actitud crítica acerca de srrs propios resultados y argr- éxito, pues si se procedía de modo correcto, todos los problemas prác-
mentos, alavez que tendía a dejar de lado explicaciones alternativas de los ticos podían ser resueltos.
datos observados. su peor falla epistemológica era sostener la verdad de teo. (4) Era imprescindible la creación de un órgano central para la planifica-
rías que solo habÍan sido contrastadas de manere supcrficial. ción y la evaluación del trabajo cientíhco, que debía tener en cuenta
Ahora bien, su postura epistemológica no puede ser ey¿hrada indepen- (a) la unidad de teoría y práctica, para lo cual la práctica (b) debÍa
dientemente de la concepción de la ciencia dominante en el marxismo-leni- representar los intereses de la clase trabajadora.
nismo soviético. En 1929, el año "de la gran ruptrrra" (Stalin), se estableció (5) De modo que la "práctica" era el criterio de verdad científica.2
un sistema de planificación centrado en dos grandes proyectos económicos: (6) Los laboratorios debían ser "fábricas de conocimiento acerca de la
la construcción de la gran industria y la colectiüzación de la agriculrura.l naturaleza".
Este plan quinquenal (192&1932) consistió también en una revoltrción cul- (7) El investigador inclividual había sido reemplazado por la investigación
tural en las áreas de educación y de investigación, con fuertes inversiones en colectivizada.
educación primaria, y la consiguiente y no siempre feliz idea seudoprogresis- (8) El presupuesto era una aceptación profunda del darwinismo (con-
ta de que las personas de origen proletario eran mejores para ocupar pos! sistente con la postura de Mach y su interpretación por parte de
ciones en la administración, la educación, la enseñanza y la investigación. Bogdánov),lo que hacía de la ciencia el instrumento crucial para la
[,a meta era la modernización de la economía en a¡as de una mayor organización social del trabajo.
y mejor producción, y es por ello que la "eficiencia económica", entendi- (9) Mediante la unificación de teoría y práctica, de ciencia y trabdo, se
da en términos de conveniencia política, se conürtió en el criterio supre- produciría "la entrada de las masas en la arena del trabajo cultural, y
mo de evaluación, con el agregado de que el dogma de la superioridad la transformación del proletario de un objeto cultural a ser el sujeto
del sistema económico socialista era aceptado más allá de toda discusión. de cultura, su organizador y creador [... ]. Esta revolución [...] estaba
Pero todo el esquema teórico chocó con nuevas y gmndes hambrunas, con acompañada necesariamente por una revolución en los métodos de la
millones de muertos, y las consiguientes purgas, esra vez cle los trabajado- ciencia" (Bujarin, 1931, pp. 31-32).
res rurales más ricos, aquellos que justamente estaban en mejores condi- (10) En dicha metodología el éxito práctico era el criterio de verdad, lo
ciones para disponer de recursos económicos y tecnología avanzada. r-a cual no aclara mucho la cuestión si no se discute el modo de entender
colectiüzación, por el modo en que fire realizada, fue parte importante "éxito práctico", pues al ser una expresión ambigua puede significar
del gran fracaso del plan quinquenal. muchas cosas distintas como, por ejemplo, "confirmación mediante
Nos interesa subrayar la concepción de ciencia subyacente a todo el experimentos científicos", "realizabilidad tecnológica", "eficiencia
proyecto. La postura dominante fue la sostenida por Nikolái Bujarin, económica", "üabilidad política", etcétera.
según la cual:

( I ) La ciencia debía ser organizada de acuárdo con los principios de la gran 2Anres de la revolución de 1917, Bujarin había sido discípulo del frlósofo bolchevique

industria, aunque se reconocía que los princ;pios de la planificación Aleksandr Bogdánov, el rival de Lenin y objetlvo principal de la crítica de este en su famoso
Matoialismoy anpiriooiticísma (1908). Bogdánov seguÍa el "empiriocriticismo" de Mach, bur-
d¡mepte entendido por t-enin, en una muestra de cómo no se debe hacer crÍtica en filosofia
¡ Fue todo de las ciencias, cualquiera sean sus motivos políticos. Lenin exigía a Mach mayor resPeto Por
un gran fracaso,'pues destruyó la economía tradicional e inspiró la eústencia de objetos reales independientes de la mente humana, algo que muestra hasta
¡ural
poca renovación, teniendo un efecto destrrrctivo en Ia produccíón
agrícola" (Roil-Hansen, qué punto distorsionaba la visión machiana de la ciencia y de su objeto de estudio. Lenin, a
2005, p. 75).
difereniia de Bogdánov, era r¡n realista rústico extremo,
rgo La dimensión valorat¡va de las ciencias Más allá del lysenkofsmo rgr

Todos estos puntos, que llegaron a ser muy aceptados incluso entre los En relación con la primera, dado que el lamarckismo hace hincapié
científicos en la década de 1g30, funcionaban como presupuestos epis- en Ia influencia del medioambiente, en especial respecto de los caracteres
temológicos en la investigación cientíhca de Lysenko y constituían parte adquiridos, parecía sacar venqja entre los dialécticos por su interés en la
de la explicación de su rápido ascenso en la comunidad científico-biol& interacción entre las totalidades y sus partes. La genética mendeliana, con
gica en esa época. su concepto de gene:s estables, no parecía tan funcional al respecto, pero
Es obüo que nuestra postura acerca de la presencia de valores en las terminó prevaleciendo más tarde, a ñnes de la década de 1920. En verdad,
prácticas científicas es totalmente independiente de que adscribamos o la genética clásica nunca desapareció totalmente del horizonte teórico.
no a dichos puntos. La propuesta soviética de entonces tenía una fuerte Los mecanicistas tenían una üsión cientificista y reduccionista según la
carga valorativa política, con la que los científicos estaban comprometidos. cual todos los fenómenos, incluidos los biológicos y sociales, eran explica-
Nosotros reconocemos la posible relación de Ia ciencia con valores, inclu- bles en última instancia mediante el análisis fisicoquímico. En ese enton-
so políticos, pero exigimos que las hipótesis no estén predeterminadas ces, era una versión excesivamente conservadora y considerada como muy
respecto de su aceptación por los valores asumidos. Además, no coincidi- simplista. Además, mientras la dialéctica asignaba un rol importante a la
mos, por ejemplo, con el éxito práctico como crirerio de verdad; ni tampo- filosoffa en relación con la ciencia, el mecanicismo negaba todo tipo de
co con una organización científica que siga las pautas de la organización relación entre filosoffa y ciencia y proclamaba la total autonomía de esta
industrial, ya sea al estilo soviético o al estilo capitalista. coincidimos, por I última.
supuesto, con la relación entre los cambios de objetivos y las transforma- La dificultad para combinar de manera coherente el mecanicismo
ciones en los métodos de investigación. genetista con el marxismo hizo que, a comienzos de la década de 1g30, la
En resumen' creemos que a toda esta concepción sobre cómo debe versión dialéctica pareciera la üctoriosa, lo que reforzó la relación entre
entenderse el conocimiento científico y su práctica subyace ,rrru ,..&t. la ciencia y la ideología f,rlosófica dominante y politizó aún más la biología
pragmática e hipersimplista, cuyos rasgos empiristas difícilmente puedan y la genética. Y esto aumentó con el auge del lysenkoísmo en la década de
conciliar con un enfoque materialista y dialéctico de la historia. I_¿ obvia 1930: el dogmatismo político-ideológico, más que l4¡ razones científicas,
pretensión de anclar la actiüdad científica en un programa político, en vez fue el factor predominante que influyó en toda decisión y dio lugar a una
de eütar la ideologización de la ciencia mediante su aislamiento de las con- lamentable actitud de intolerancia hacia los oponentes en las discusiones
diciones de producción, como sucede en la mayorÍa de las concepciones científicas. Hubo renovados ataques a las versiones liberales de la ciencia,
empiristas de la investigación cientíñca, paga el carísimo precio de hacer- que trataban de alcanzar objetivos independientemente de lealtades polí-
la depender de una ideología política. Esto tiene fuertes connotaciones ticas y de su utilidad práctica inmediata en la reconstrucción socialista de
antimarxistas: hacer depender unidireccionalmente algo perteneciente a la ciencia. Yse habló incluso de un "darwinismo creativo", que postulaba la
la base estrurctural de la sociedad -la ciencia y sus aplicaciones tecnológi- herencia de caracteres adquiridos, objetando la idea de genes estables que
cas que son parte de las fuerzas productivas- de la dimensión superestruc- no cambiaran en función de la adaptación a las influencias ambientales.
tural, en este caso, político-institucional. En 1929 se estableció formalmente la Academia Lenin (Vaskhnil) de
Nuestro rechazo de Lysenko y de la concepción soüética de la ciencia la ciencia agraria. La investigación en el área se conürtió en la prioridad
que se presupone en su obra es, plles, muy distinto y obedece a distintas mayor de la política científica del gobierno, lo que llevó a que los científi-
razones que el cle los filósofos empiristas o éticamente neutrales, preocu- cos se üeran sobrecargados de obligaciones administrativas; como conse-
pados básicamente por la presencia de valores en ra actiüdad cientíñca. cuencia, se restringió la investigación y la enseñanza ünculada a los resul-
tados de aquella.
En biología, y en agricultura en particular, todos los puntos generales
Biología y filosofía de las ciencias de la ciencia criticados anteriormente se replicaron sin mayores variacio.
nes. Se elogió la colectiüzación de la agricultura, a imagen y semejanza
En biología se dieron dos batallas. por una parte, entre genetistas y lamar- de la organización industrial a gran escala, y se condenó a la agricultura
ckianos; por la otra, entre mecanicistas y dialécticosl EI dominio en pequeña escala y en pequeñas granjas como el mayor obsáculo para el
de uno de
los contrincantes en cada una de ellas se alternó según progreso y la c,ientificidad de la agricultura. Todo esto, que fue un desatino
las circunstancias.
lg2 La dimensión valorativa de les cienc¡a§ Más allá del lysenkofsmo r93

absoluto a nivel político, científico y social, da muestra, entre otros aspec- es el término cientíñco estándar para referirse a la influencia de las bajas
tos ya criticados, del desastre que implica una excesiva actitud cientificista, temperaturas en el desarrollo de las plantas. Pero Lysenko fue más allá
en especial cuando esá ligada a una ideología política extrema (sea cual y afirmó que designaba una teoría genefalÁ$el desarrollo de las plantas.
fuera su orientación ideológica). Logró establecer que diferentes variedad¡fde plantas necesitaban dosis
La ideologización de la actiüdad y la persecución de los científicos no distintas de b{as teml)eraturas para florecer, y que mediante la vernaliza-
suficientemente involucrados con el programa del régimen aceleraron ción de granos de primavera se aceleraba su desarrollo, lo que podía lle-
la descomposición de la Acadernia Lenin debido a la pérdida de exper- gar a ser una medida práctica importante para menguar los efectos de las
tos científicos de valía, lo qrre trajo una baja notable del nivel de la inves- sequías del verano. En su centro de investigación de Odessa se desarro-
tigación y sus resultados. Ello llevó a una reorganización de la Academia llaron experimentos que permitieron establecer algunas bases teóricas y
entre 1934 y 1935. [,a propuesta fue contundente: basta de investigación nueva¡¡ técnicas de vernalización para el desarrollo en grandes extensiones
"en torres de marfil", lo que aumentó la tensión entre los científicos y la I agrícolas y a gran escala.3
burocracia política. En el decreto de reorganización de la Academia se Si bien en un comienzo (1929-1930) no había datos conclusivos acerca
criticaba la especialización excesiva y la distancia inadecuada entre teoría de los efectos cuantitativos en la producción hnal obtenida mediante la
y práctica, aunque se reconocían ciertos méritos... como la vernalización vernalización, o si se lograba una mayor producción en comparación con
de Lysenko, quien, por lo üsto, se cuidaba mt¡cho para quedar siempre otros métodos, el Ministerio de Agricultura le concedió una importante
bien parado ante las autoridades del régimen. Prueba de ello es su discur- a¡rda económica, lo que le permitió incluso comenzar con la edición de
so en febrero de 1935 ante Stalin, en el que defendió como el objetivo de I una reüsta especializada. Sin embargo, la reüsta no hablaba acerca de los
la investigación la alteración del mundo animal y vegetal para favorecer la efectos productivos o cuantitativos de la cosecha, ya que no había con rela-
i
construcción de una sociedad socialista. Otra vez, hay aquí una predeter- ción a estos un apoyo conclusivo en favor de la vernalización.
minación política de la aceptación de las hipótesis, lo cual está en contra Es necesario enfatizar, desde un punto de üsta metodológico, el silen-
de la postura defendida en nuestro trabajo. Y, en consonancia con toda cio de Lysenko respecto de las cantidades de cosecha obtenidas. En efecto,
esta postura, la presidencia y la secretaría de laAcademia fueron asignadas solo se informaba cuando había un incremento al respecto en pequeñas
a funcionarios que no eran científicos y que deberían lograr que los insti- zonas de la Unión Soüética, al mismo tiempo que se ocultaban los datos
tutos y los investigadores se concentraran más en problemas prácticos, sin de los lugares donde la cosecha era menor. Por cierto, nada en nuestra
dejar tiempo para la dedicación a cuestiones científicas teóricas. propuésta alienta "valorativamente" el silencio ante la evidencia desfavo-
Lysenko, a su vez, cada vez más fue el héroe arquetípico de la recons- i
rable y la cita exclusiva de la favorable. Es más, solo la apelación a valores
trucción de una ciencia socialista de acuerdo con el régimen y sus órga- no cognitivos presentes en la actividad de un científico permite explicar
nos oñciales de difusión. Por entonce§, Pero no por mucho tiempo, exis- por qué oculta o no determinados datos, o entender cómo sus informes
tió un romance político entre Lysenko y los directores de la Academia. varían de acuerdo con los valores dominantes en un contexto dado. De
Enfervorizado por el eüdente ascenso de su prestigio en el partido y en otro modo: la concepción de la ciencia preñada de valores, cualquiera sea
la Academia, se volüó cada vez más agresivo con los que disentían con su el contexto, nos permite desenmascarar Ios valores explicativos subyacen-
trabajo, llegando a desafiarlos a participar en una "competencia socialista", tes a las decisiones metodológicas.
lo que agudizó el conflicto entre distintas posturas acerca de la genética [.a mayoría de los científicos especialistas en agricultura aceptaron gra-
y la producción de plantas. Lysenko se propuso entonces aplicar el tipo dualmente la vernalización, aunque con reservas, pues lo consideraban un
de herencia lamarckiana y el criterio práctico de verdad -en los que creía método útil pero menor. Aún en 1935, cuando Lysenko ya había cerrado
sinceramente- para decidir controversias acerca de la ciencia y, en con-
secuencia, para mediar en la disputa entre su postura y la de sus críticos, 3
En un breve informe dejulio de 1930, Lysenko mencionaba, enre los avances técnicos
especialmente acerca de lo que se consideraba como su aporte más origi- logrados, que la semilla podía ser secada después de su vernalización, lo que permitía orga-
nal: la teoría de la aanalización. nizar de manem centralizada ese proceso y luego distribuir las semillas entre los distintos
agricuttores, utilizando la maquinaria de siembra común. A ello se sumaba que al haber
En un principio, "vernalización" fue un término'utilizado para designar menos humedad en la semilla disminuían el peligro de una germinación temprana y la
la transformación del grano de inüerno en grano de primavera, y aÍrn troy exposición a hongos destructivos.
r94 La dimensión valorativa de las ciencias Más allá del lysenkofsmo lg5

su primera reüsta y abierto otra, no existÍan conclusiones definitivas acerca proletaria. Esta imagen fue acogida con simpatía también en el exterior,
de la efectiüdad de la vernalización; y se eludía la pregunta crucial acerca de en especial por parte de científicos y biólogos ingleses en la década ante-
lascondiciones que hacían que la vernalización incrementara las cosechas y rior a la Segunda Guerra Mundial. Todo esto sin olüdar que, entre 1936 y
acerca de las cantidades de dicho incremento. 1937, la vernalización había sido gradual y silenciosamente abandonada,
Hacia 1936 ya habían surgido, desde fuera de Odessa, las críticas de por razones de ineficiencia práctica y debilidades teórico.metodológicas.
distinguidos investigadores en agricultura debido a la falta de informa-
ción acerca de los resultados efectivos del método respecto de su capaci-
dad para aumentar las cosechas. Lo que nos parece más relevante en este El ataque a la genética
sentido es recalcar que estos críticos reprobaban la actitud de Lysenko de
rehusarse a dar una discusión racional crítica. Además, denunciaban que L,aproducción de plantas fue para Lysenko el puente entre la fisiología y la
los resultados negativos eran descartados por Lysenko con el argumento genética. Entre los principales aportes de Lpenko en ese campo, mediante
de que no se habían usado las técnicas adecuadas de vernalización. La res- sus estrategiar de vernalización, se cuentan el acortamiento de los períodos
puesta de Lysenko era no solo elasiva sino también lamentable, pues acu- de crecimiento, la transformación de lariedades de inüerno en r¡¿riedades de
saba a dichas críticas de pertenecer a una ciencia burguesa obsoleta.a La primavera y la posibilidad de actuar metodológicamente sobre las semillas
moraleja es que el extremismo metodológico acrítico, tanto de izquierda mediante la combinación de períodos de luz y oscuridad, temperatura y
como de derecha, no es solo anticientífrco, sino también inaceptable para humedad. Esto equivalía a la posibilidad de trasladar la flora desde el sur
una concepción adecuada de la ciencia y de sus pautas rectoras, que enfa- hacia el norte y utilizar en el clima nrso, Para el trabajo de producción de
tizan la presencia y el rol guía de los valores. plantas y genética, variedades tropicales y subtropicales, extendiendo como
La eüdencia empírica en contra es tratada de modo análogo por ambos nunca hasta entonces el alcance del trabajo de genética y producción de
casos de extremismo acrítico, se la descarta evasivamente ("de eso no se plantas, lo cual permitía el entrecruzamiento de variedades que tienen
habla"). Nosotros proponemos que "hay que hablar", especialmente de los períodos diferentes de crecimiento.
valores que nos hacen adoptar nuestras actitudes rectoras en el proceso Alrededor de 1935, los expertos consideraban oscuro el trabajo de
de investigación científica. Lpenko en genéticay no lo tomaron seriamente hasta que fue nombrado
Lysenko acudió incluso a la amenaza política al responder a sus oponen- académico de Vaskhnil, en junio del mismo año. Lysenko sostenía que los
tes, señalando que "deberían ser barridos de la arena del trabqjo científi- genetistas no apreciaban suficientemente el rol del entorno' lo que hacía
co". Esto ya mostraba que Llnenko carecía de razones empíricas confiables que los caracteres dependieran exclusivamente de la herencia, y, en con-
para responder a las críticas acerca de los resultados efectivos de la verna- tra de la genética clásica, planteaba que el genotiPo está sometido a un
Iización en la producción de cosechas, algo nefasto para su objetivo de ser cambio continuo desde su estado de germen hasta su madurez, tal como
funcional al régimen y no caer en la desgracia.5 Gradualmente, abandonó sucede con el organismo. Esto hacía posible la influencia del entorno en la
el método de vcrnalización y se ocupó de otra área de discusión aún más herencia, es decir, abría la posibilidad teórica de la herencia de los carac-
ürulenta y relevante, la genética, con lo que mantuvo üv¿ su reputación. teres adquiridos.
En la LTnión Soviética, Lysenko continuó siendo reconocido como el Distinguidos biólogos t.ttsos, como Vaülov, habían criticado a Lysenko
representante del nuevo tipo de ciencia, no académica, orientada prácttca- ya en 1934 por malinterpretar las nociones de genotipo y fenotipo. Poco
mente y en consonancia con las docrinas soüéticas de una nueva ciencia le importó a Lysenko la crítica, que afirmó que el genotipo y la herencia
son propiedades del organismo como un todo y, por lo tanto, dependien-
a
Este estilo escapista de la crítica se observa también en la versión estíndar liberal cuando
tes del entorno. En contra de la genética clásica, el genotipo era descrito
acusa a sus críticos de estar presos de ideologías üejas y perimidas. como una posibilid,adpara el desarrollo en distintas direcciones, según las
5
La vernalización continuó aplicándose con mayor éxito en las zonas heladas del ártico condiciones del entorno.
ruso, donde la brevedad de la luz diurna durante largos períodos del año requerla de nuevos
modos de obtener alimentos vegetales; además, Ia explotacióg de los recursos natur¿les del
En una reunión de Vaskhnil en Odessa (unio de 1935) Lysenko aún
norte alentó la instalación de industrias, lo que incrementó de manera notable et mercado argumentaba dentro de un marco conceptual que no excluía a la genéti-
de producción de alimentos. ca cláiica; así, hablaba de genes homocigotos y heterocigotos, y se refería
I Más allá del lysenkoÍsmo gz
rgG La d¡mens¡ón valorat¡va de las ciencias
r
I

a líneas puras, mutaciones y recombinaciones de genes. No proponía un un genetista, cuando, en verdad, sus trabajos sobre vernalización Pertene-
paradigma alternativo, a pesar de contravenir algunos principios de la
I cían al estudio del desarrollo de organismos individuales (ontogénesis) y
genética clásica que, en esa época, ya habían criticado otros distinguidos no se ocupaban del estudio de las diferencias hereditarias entre genera-
biólogos. Ahora bien, a partir de su cada vez más radicalizada crítica a la
I
t ciones sucesivas. Es decir, no eran estudios de genética, ni tampoco de la
genética clásica, Lysenko se fue acercando a ciertas tesis lamarckianas, a las teoría evolucionista, porque no abordaban la cuestión de las fuerzas que
que prefirió por sobre las tesis de Darwin. Para apoyar esa Postura, Lysenko moldean las especies.
I
y sus seguidores utilizaron, fundamentalmente, una retórica dialéctica; en Otros críticos, como Zhebrak, sostenían que los principios de la gené-
esto los lysenkoístas no estaban solos, ya que había en la Unión Soüética
l tica clásica eran compatibles con el materialismo dialéctico, por lo que no
un moümiento de crítica a la genética clásica desde el punto de vista de i
I
había razón alguna para abandonarlos (en contra de la línea argumenta-
la dialéctica materialista.6 I tiva de Lysenko y otros), pero, para eütar un dualismo ontológico recha-
Entre las respuestas críticas a Lysenko en 1936 cabe mencionar al i zado por el materialismo histórico, aceptaban la existencia de variaciones
menos dos: la primera (M. Zavadovskii) consistía en enfatizar que el cono'
i
1 debido a cambios ambientales, junto a la presencia de cambios genotíPi-
cimiento científico era básicamente neutral, por lo que no había que atar- i cos y la herencia de modificaciones producidas por el medioambiente.
lo a ninguna postLlra filosófico-polÍtica, como por ejemplo la dialéctica, I A comienzos de 1936, el "clima" intelectual era de escepticismo acer-
y que eran sus aplicaciones las que deberían seguir los principios socia- I ca de la aceptación de la genética clásica sin modificación alguna' El con-
I
listas. Esta lamentable Iínea argumental fue la empleada en los Estados greso de diciembre de 1936, cuyo trasfondo político fue el gran terror de
Unidos, alrededor de 1945, por Edward Teller, en contra de la posición
I
I los años f 93G1937, fue crucial para el surgimiento de "dos direcciones en
de J. Robert Oppenheimer, Por suPuesto sin tener nada que ver con la I genética", y aunque este fue el tema dominante, no hubo mayores posibi-
necesidad de Ia práctica de acuerdo con principios socialistas. Teller, a
I
lidades de que se diera un debate exclusiva y auténticamente científico.
I
diferencia de Oppenheimer, no se sentía responsable por el dgsastre ató I Antes del congreso, Muralov, presidente de Vaskhnil, advirtió que la pla-
mico de Hiroshima y Nagasaki, porque, como argumentaba Zavadovskii, taforma común a Ias discusiones sería la concepción marxista-leninista del
é1, en tanto científico puro, no era responsable de las aplicaciones de sus I mundo, incluido el materialismo dialéctico, el rechazo de las teorías racis-
contribuciones teóricas.
II tas y fascistas y la confianza en la habilidad de la ciencia Para resolver todas
1

Véase la importancia de esta cuestión: la tesis de que la ciencia no I las controversias, una constante en el cientificismo soüético extremo.
esrá cargada de valores no cognitivos lleva a los científicos valorativamen- La primera parte estuvo dedicada a Ia eficiencia práctica de los métodos
te neutros a negar toda responsabilidad por los resultados de su tarea: la I para la producción de plantas. La discusión acerca de cuestiones de genéti-
responsabilidad es siempre de otros, políticos, militares, etc. Es reconfor- ca tuvo lugar en la segunda parte del congreso, que contó principalmer-rte
tante saber que tanto Einstein como Oppenheimer pensaban justamente con la intervención de Vaülov, Lysenko, Serebrovsky y Hermann Muller
lo contrario. Al hacer ciencia, en ningún momento dejamos de ser lo que y tuvo una audiencia de más de tres mil personas, aunque en el congreso
no podemos dejar de ser: sujetos éticos, que actúan de acuerdo con deter- había alrededor de setecientos participantes. Vavilov leyó un discurso con-
minados valores, y que, por ende, tienen la responsabilidad de medir las ciliatorio, defendió los logros prácticos de Lysenko, Pero, en su contra,
consecuencias de adoptar dichos valores y las hipótesis que se formulan y elogió la teoría genética de la estabilidad de los linajes puros, a la vez que
aceptan dentro o de acuerdo con ese marco valorativo. afirmó que no había necesidad de aPurarse en Ia polémica sobre la gerré-
La segunda crítica de Zavadovskii aLysenko, alrnque discutible, es más tica, adürtiendo que ella no se podía resolver en un congreso y había que
sensata. Según Zavadovskii, el error básico de Lpenko era considerarse esperar los resultados del trab4jo científico ulterior.
Lysenko, por el contrario, en su conferencia "En torno a dos tenden-
6
Esta es otra barbaridad críticometodológica no sustentada en lo más mínimo ni impli-
cias en genética", fue agresivo, directo y oPuesto a todo compromiso o
cada pol nuestra postura acerca de la carga valorativ¿ de la ciencia, al distinguir entre usos a concesiones intermedias. Afirmó que las diferencias entre ambas ten-
'
aceptables y no aceptabtes de valores, y las condiciones para establecer tal distinción. En dencias eran científicas en relación con los principios enjuego y político-
otras palabras, nosotros sostenemos la tesis de que las hipótesic no esrán predeterminadas
ideológicas respecto de sus consecuencias. Fue tan lejos que afirmó que
por adscribir a ciertos valores y negamos apelar a ellos en lugar de la eüdencia empíncapara
su aceptación o rechazo. lo que estaba en juego era la teoría mi§ma de la evolución, acusando a la
r98 La dimensión val0rat¡va de las ciencias
Más allá del lysenkofsmo r99

teoría de las líneas puras de descendencia (Johannsen) de estar


en abier- hacer notar que en la versión impresa de lo discutido en el congreso, bajo
ta contradicción con la versión de Darwin de la variabilidad
de las espe_ la admonición de sus autoridades, Ias declaraciones de Muller fueron pre-
cies, agregando que la evidencia en apoyo de la constancia
genética era sentadas de modo menos agresivo y lapidario resPecto de los ataques de
insuhciente. El error fundamental de los genetistas era, segrin
Lysenko, Lysenko a la genética.
negar el rol creativo de la selección en el proceso evolutivo (algo
negado En la discusión general que siguió a las presentaciones del congreso,
no solo porJohannsen sino también por el genetista norteamáricano
T. Kol'lstov defendió la genética teórica, reiterando su funcionalidad políti-
H. Morgan), y por eso, concluía, ambas posturas sobre la genética
eran ca, pues ni siquiera el seleccionista práctico m:ás hábil podría llevar a cabo
irreconciliables. Agregó consideraciones experimentales co.,
el fin de las tareas fljadas por el gobierno soüético sin conocer los logros cientíñcos
mostrar la influencia del entorno en la transmisión de caracteres
adquiri- recientes, incluidos los de las naciones burguesas. Agregó que ya el falle-
dos y de cómo la manipuración adecuada der entorno
permite cambiar la cido y famosísimo Pavlov había cambiado con resPecto a sus afirmaciones
herencia.T Ahora bien, lo limitado der material .upu, á.mostrar
un efec- lamarckianas cuando Morgan lo corrigió: Pavlov, dljo Kol'lstov en direc-
to positivo coherente con la teoría de Lysenk, puesto que
solo sobreviüó ta alusión contra Lysenko, era un científico humilde que sabía que podía
una planta, hacía que la eüdencia fuera insuficiente y no
conclusiva. pero cometer errore§ y que había tenido el cor{e de reconocerlos. Grigori
lo más sorprendente y perturbador para la audiencia y los defensores
de Levistkii, miembro del equipo de Vavilov, defendió el concepto de genes
la genética fue que Lysenko concluyó su exposición rechazando
la teoría corpusculares materiales, mencionando el reciente descubrimiento de
de los cromosomas y pronunciándose en favor de una versión
holista de ra cromosomas gigantes en las glándulas salivales de las moscas de la fruta,
herencia, según la cual la base de la herencia es la célula que
se desarrolra en las que se observaban, mediante el microscopio, las estructuras mor-
y transforma en un organismo. Usando el microscopio,
afirmó que en la fológicas específicas que corresPondían a los genes. Sin embargo, seguía
célula se observaban el núcleo y los cromosomas así como
otras iu.r., .r, habiendo al final de la conferencia cierto aPoyo a Lysenko, no solo por
ellos, pero nunca lo que los genetistas entienden por gen.
O sea, negaba parte de sus seguidores, especialmente en el tema de la herencia de los
rotundamente Ia existencia de genes. La respuesta de serebrovsky
fue for- caracteres adquiridos, sino también de algunos genetistas, la mayoría de
tísima: afirmó que Lysenko y sus seguidoresjuzgaban erróneamente
toda los cuales posteriormente se opusieron a él'
la situación porque no conocían la tradición científica;
más claramente, Meister, el vicepresidente de Vaskhnil, resumió al final los resultados
dijo que eran analfabetos cietrtíficos. i
I de la conferencia; afirmó que no trataría de reconciliar las principales
El trabajo de Muller fuc presentado por Kol'lstov, el más
diferencias sino de sacar a luz el núcleo saludable de cada posición, e hizo
I
prestigioso y
\¡eterano biólogo experimental ruso, especialista en cuestiones
de zoolo- Í
I hincapié en la necesidad de plantear toda discusión en un nivel científico
gía. La ponencia de Muller, leícla por Kol'lstov, era una
brillante popula- sin ataques personales y sin rótulos, condenando cierto "ismo" en la posi-
I

rización de las principales tesis de la genética, pero en I


términos excesiva- I

I
ción del eventual adversario. Como Lysenko, Meister apeló a Darwin, pero
mente dogmáticos. Al terminar la lectura, Muller mismo
agregó que las I
I recomendó ubicarlo en su tiempo, reconocer que había cometido errores
ideas de Lysenko eran propias de la astrología y
de la alquiÁia, r.-ut rr_ 1 y no seguirlo literalmente. Meister elogió abiertamente la genética, pero
do su breve alocución acusando a ros lysenkoístas I
cle deiender versiones I
señaló que había tendido a olüdar las amplias perspectivas del darwinis-
inaceptables de la genética h.mana. Muller creía I
en las implicaciones de I
mo, al soslayar su dimensión histórica y poner el acento exclusivamente en
tipo fascista-racista y en la discriminación clasista del lamarckismo, 1

ya que I
I la estabilidad de los genes, lo que hacía difícil entender cómo la herencia
si este estuüera en lo cierto ello implicaría,
en er presente, la inferiáridad puede cambiar, y criticó el desconocimiento total del papel del entorno
I
I
genética de las personas y de las crases que han
üvido bajo condiciones I
por parte de los genetistas. Según su posición, había que dar más énfasis
que daban menos oportunidades para el desárrollo i

físico y mental. Es de i al carácter creativo de la selección.


I
I I-amrís importante contribución de Meister, en su resumen final, fue haber
I
si se trabaja con tr.igo I señalado que como marxista no podía acePtar la pretensión de que la biolo
invernal, que fue vernalizado por miles de genera_ -l
-,^-'^l::_*-Olo,
crones a temperaturas relativamente I gía genéticajugar¿ un papel líder en las cuestiones sociales (una condena
bajas, y se ro somete a una vernalización a ta-pá,,.,',
más altas' sn descendencia nasaría
.". t.igo de primavera; este tipo de experimento se
I total a las pretensiones de una sociobiología). Además, defendió con inteligen-
realizó por única vez en 193i. " I
l cia a Llnenko de las acusaciones de favorecer Posturas racistas mediante
l
t
¡
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t
¿
l-a dimensión valoraliva de las ciencias Más allá del lysenkoÍsmo 2or

sus teorías de corte lamarckiano y en contra de la genética, señalando Stalin. No quedaba duda alguna de que la tarea primaria de la política
que la teoría genética de los linajes puros y los genes estables era aún más científica era asegurar que la ciencia sirviera a los intereses políticos de las
útil para la postura nazi que la de Lysenko. Finalmente, aunque elogió los personas y de su gobierno (lo que no debería horrorizar a los supuesta-
trabajos de Lysenko sobre Ia producción de plantas, susjuicios sobre su mente neutros liberales de todas las latitudes, porque algo análogo suce-
aporte en cuestiones genéticas fueron negativos, e hizo hincapié en que dió en cuanto a la relación entre política y ciencia en los Estados Unidos
Lysenko carecía de eüdencia confiable acerca de que las líneas puras de durante el macartismo).
descendencia degeneraran. Meister concluyó afirmando que las cuestic. El golpe final contra los científicos que defendían la genética y
nes más controversiales no habían sido resueltas y que debía continuarse la que favoreció a Lysenko y sus acólitos fue la cancelación del Congreso
investigación acerca de ellas con la intervención de pemonal competente. Internacional de Genética, que Vaülov, luego de habilísimas maniobras
Sin lugar a dudas, tanto Meister como Vaülov creían que las futuras diplomático-políticas, había logrado programar. EI objetivo central del
investigaciones probarían que la genética clásica era correcta y que las congreso sería atacar la relación entre genética y fascismo y rechazar la
ideas generales de Lysenko sobre la herencia eran erróneas. Sin embargo, legitimación del nazismo racista mediante las supuestas tesis de la genéti-
a diferencia de Vaülov, Meister sostenía que dichas investigaciones debían ca. En la Unión Soüética había dos bandos en pugna acerca de ello: algu-
ser realizadas dentro del marco conceptual de las teorías marxistas acer- nos afirmaban que la genética abría las puertas a legitimaciones del racis-
ca de la ciencia y b{o la guía política del Partido Comunista. Es eüdente mo, otros sostenían que el lamarckismo era mucho más funcional a ello.
que, por detrás de las discusiones del congreso, había partidismo político, A lo largo de 1936 se incrementó la presión en contra de la genética,
es decir, la pretensión de someter toda investigación a las líneas rectoras hasta que el Consejo de Ministros soviético decidió, a fines de ese año, can-
del Partido Comunista Soüético. (Nada más alejado de nuesra tesis, que celar el congreso, ante lo cual Ia Academia Soviética de Ciencias pidió una
reihaza que la presencia de valores conduzca a consecuencias acordes con postergación hasta 1938. Lysenko estaba a favor de Ia cancelación, para
una determinada política partidaria.) no mostrar ante el público soviético que había a nivel internacional una
[.a purga de 193&1937 costó la üda de políticos, militares e investiga- fuerte defensa de la genética. En abril de 1937, Mohr -el biólogo noruego
dores. Se sancionó una nueta constitución propagandizada como demo- que presidía Ia Academia Internacional- envió un memorándum a todos
crática, pero que en realidad restringía el debate crírico y exigía lealtad los miembros del comité del futuro congreso para que votaran a favor o en
incondicional a los lineamientos generales del régimen. La lógica era contra de su realización. Debido a la información que se tenía acerca de
extremadamente instrumental, con la efectiüdad en el trabqjo como están- las fuertes tensiones ideológicas existentes entre los científicos soviéticos
dar supremo. La genética clásica, a su vez, fue relacionada con traidores y la sospecha de que el congreso sería sumamente politizado, a lo que se
al gobierno comunista, y Lysenko, entre otros, calificó en la prensa a sus sumó la decisión del gobierno soüético de censurar las discusiones sobre
opositores científicos como "trotskistas.bujarinistas". El campo de los pro. genética humana para evitar la polémica en torno del racismo, la vota-
fesionales de la ciencia se diüdió aún más entre científicos y administra- ción resultó por amplia mayoría desfavorable a la realización del congrc-
dores políticos, en detrimento de los primeros. Algunos de los científicos so en Moscú, y se optó por realizarlo en Edimburgo en 1939. La decisión
académicos fueron acusados por los lysenkoístas de sostener una versión fue comunicada a los soüéticos en sepúembre de 1938, y en verdad, para
burguesa del mundo y también de ser racistas, especialmente Vaülov y Mohr, Ia teoría y práctica de la política científica estalinista era suficien-
Kol'ltsov, para lo cual se tomaban citas de ellos fuera de contexto. El aspec- te razón para rechazar la realización de un congreso cientíñco en Moscú.
to más interesante de esta disputa fue la discusión en torno de la primacía Estamos de acuerdo con Mohr. Una ñlosofia política de las ciencias, tal
de la ciencia sobre la política, o la inversa, y de la competencia científica como la entendemos, postula una concepción capaz de eütar que la cien-
para dirigir los programas de investigación. cia sea utilizada funcionalmente para una política científica que hable de
i
Es notable cómo, en esta atmósfera, los enemigos político-intelectuales ¿I único método, I¿ única aproximación al mundo y la identificación del
de Lysenko se cuidaron de criticarlo, ya que percibían que este se había método científico (o los métodos científicos) con esrategias políticas de
-
transformado en el ícono del nuevo tipo "revolucionario" de la ciencia, de cualquier tipo. Para ello, otra vez, nada mejor que la expliciución clara
I

la llamada "ciencia proletaria"; y se percataban adelnás del poder especial de los valores asumidos al buscar y,/o alcanzar determinado (s) objetivo (s) .
que tenía por el modo condescendiente y aprobatorio con que lo trataba Lo que no se puede eütar es que desde fuera, y con propósitos espurios,
:

I
{
1
La dimensión valoraliva de las ciencias Más allá del lysenkofsmo 2oZ

se use una propuesta filosófica -política o no- para legitimar determina- constituyera una comisión para evaluar objetivamente los resultados de las
dos objetivos políticos. Pero debe quedar claro que nuestra propuesta no investigaciones de aquel. Sin embargo, no fue escuchado, bqio la excusa de
predetermina la investigación en aras de una postura política. Y lo que no que lo que perseguía Zhebrak era solo "agraüar políticamente a Lysenko"
acepta ni favorece es la imposición, como se hizo en la época de Lysenko, y de que su análisis carecía de autocrítica.
de cerrar el debate científico e imponer una única versión como necesa- [,a conferencia fue efectir¡amente política; o, peor aún, las posturas acer-
riamente aceptable, condenándose toda alternativa hasta el extremo de ca de la ciencia eran esclavas de la ideología política. Pero hubo algo más sor-
rechazar una disciplina de creciente relevancia científica como la genética. prendente: Lpenko llegó a sostener que había presentado una nueva inter-
pretación de la genética científicamente defendible y mejor que la clásica. Al
final de la conferencia, Mitin sintetizó benévolamente las críticas a Lysenko
Lysenko al poder: ¿y la genéticaP y retó a los genetistas "conseryadores", aunque reconoció que estaban en lo
cierto en su oposición a Lysenko por su rechazo a considerar seriamente la
Los acontecimientos de 193&1937 facilitaron que Lysenko se hiciera cargo teoría de los cromosomas. La más importante conclusión crítica de Mitin
de la conducción de la ciencia agrícola soüética, cuyo objetivo era lograr fue que si bien el mendelismo era válido para casos especiales, sus leyes eran
una proclucción agrícola económicamente beneficiosa. Ahora bien, el fac- incompatibles con el materialismo dialéctico, como también lo era el con-
tor determinante para que Lysenko alcanzara la cima fue su incondicio- cepto de Ben con respecto a la teoía de le evolución. Todo esto linda con
nal lealtad política. Lysenko logró así llegar a la presidencia de Vaskhnil, la barbarie epistemológica y es, obüamente, criticable desde la perspectiva
ayudado por el hecho de que otros candidatos como Meister, Muralov y de una concepción de la ciencia que exige ser consciente de los valores que
Margolin habían sido arrestados, no en particular por su apoyo a la gené- operan en la investigación científica y se opone a ser predirigida, en función
tica, sino por una lucha política interna dentro de la comunidad científica. de cualquier posición o ideología política, a determinadas conclusiones.
En 1939 se organizó ttna conferencia en la que Lysenko, que había En 1939, los ñlósofos aplicaron principalmente el criterio práctico de
planteado la liberación de la biología respecto del mendelismo, tuvo que verdad para la evaluación de la genética. De allí que enfatizaran los éxitos
enfrentarse con aquellos que enfatizaban los defectos de su crítica a la prácticos de Lysenko para sostener la verdad de sus propuestas, lo que, en
genética clásica. En este caso, el informe principal de la conferencia y su opinión, mostraba que este había tenido éxito en'unir teoría y prácti-
el resumen de sus conclusiones estuüeron a cargo de un filósofo, Mitin, ca (viejo mito de la ciencia soviética), mientras que los genetistas conti-
quien dirigía el Instituto de Filosofía de Ia Academia de Ciencias. Debido nuaban manteniéndolas separadas. En enero de 1939, Lysenko fue elegi-
a que los aspectos filosófico-ideológicos eran cada vez más relevantes, do miembro de la Academia de Cienciasr p€ro, a pesar de ello, no pudo
muchas veces los filósofos arbitraban en disputas científicas. suprimir por completo la genética clásica. Los acontecimientos políticos se
En su breve introducción, Mitin llamó a Ia reeducación ideológica de aceleraron cuando Vaülov fue arrestado y quedó vacante la dirección del
los científicos, afirmando que su tarea investigativa más importante era Instituto de Genética, tras lo cual siguieron las detenciones de los antily-
"el estudio del materialismo dialéctico, para que no cayeran en la tram- senkoístas, por lo que Lpenko tomó la dirección de la Academia y expul-
pa de aceptar acríticamente [. . .] teorías reaccionarias y enfoques obsole- só a la mayoría del equipo científico.
tos". Vaülov criticó acerbamente las ideas de Lysenko sobre la genética, y La presión contra la genética disminuyó después de la Segunda Guerra
sus distorsiones de las ideas de genotipo y fenotipo, defendiendo además lvfundial, y Zhebrak dirigió la campaña para restaurar la genética soüéti-
la teoría de los cromosomas. Zhebrak protestó contra las dificultades que ca. Su respuesta al doctor Sax, un científico norteamericano que había
tenían los genetistas para publicar sus críticas a los errores que se difun- criticado la ciencia soüética, fue muy bien recibida en la esfera política;
dían en diarios y reüstas sobre Ia genética, pero a la vez se cuidó muy bien en ella afirmaba que la ciencia podía ser conducida con éxito de manera
de enfatizar que el materialismo dialéctico era el marco teórico para desa- progresiva en un Estado socialista, centralmente organizado, al que Sax
rrollar la genética, animándose a concluir que la genética clásica confirma "erróneamente había llamado totalitario". Zhebrak no atacó a Lysenko,
"las leyes de la dialéctica y, en primer lugar, la ley de transformación de sino que reconoció los éxitos pasados de su investigación.
cantidad en cualidad". Además, criticó a Lysenko por ho producir, contra Sin embargo, Lysenko y sus seguidores se fueron preocupando más y
lo que había prometido, una nueva variedad de trigo, y propuso que se más al ver la creciente actiüdad de los genetistas y el nombramiento de

I
I

I
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zo4 [a dimensión valorativa de las ciencias Más allá del lysenkoÍsmo 205

Zhebrak como presidente de la Academia de Ciencias de Bielorrusia. Por sus seguidores. Su obra puede üsualizarse como el paso desde propuestas
su parte, lor genetistas sostenían que el éxito futuro de la biología, a ejem- científicas teóricamente pobres, algunas de las cuales alcanzaron éxito en
plo del éxito de la fisica atómica, dependía de un estudio más detallado de sus aplicaciones púcticas (como la vernalización), hasta llegar a la supre-
los componentes últimos, los genes, a cuya investigación se había opuesto sión de una ciencia aceptable y desarrollada tjn otras latitudes con enorme
Lysenko por medio de malentendidos y distorsiones de la teoría genética. éxito teórico y pr:íctico, como la genética.
haoda, el diario oficial soüético, respondió acusando a Zhebrak de escri- L,a aproximación histórica a su obra nos muestra que ella se desarro-
bir artículos antipatrióticos, por lo que debía ser juzgado por una "corte lló y se volüó influyente en medio de un clima sociopolítico de terror que
de honor". La discusión científica que degeneraba en ideológica voMa a alentaba una lealtad acrítica hacia el poder de turno. Por otra parte, es
aParecer en e§cena. también verdad que su tarea cientíñca ha sido distorsionada, pues, al prin-
Todo llevó a un fortalecimiento de la posición de Lysenko y a la remo- cipio, Lysenko trabajó con entusiasmo y dedicación y no tuvo siempre una
ción de Zhebrak de la presidencia de la Academia de Bielorrusia en 1947. actitud anti- y seudocientífica, a pesar de lo que la crítica empirista occi-
Pero en una conferencia sobre problemas referidos al darwinismo (Moscú, dental ha propagandizado falazmente.
1948) la postura de Lysenko fue otra vez criticada duramente y se señala- No hay duda de que su investigación se dio dentro del marco de un
ron sus errores científicos. En esta ocasión hubo poca respuesta a dichas proyecto enonne y único de experimento social centrado en un interés
críticas y comenzó a producirse una operación para alejar a Lysenko de general, casi inigualado, respecto de la política científica. El estalinismo
las posiciones directivas. Además, en la clase política, incluido a Stalin, se es, en efecto, un megacaso de cientificismo y tecnologismo llevado a cabo
tomó conciencia de que lo que se necesitaba era el fortalecimiento de la a partir de una organización centralizada en aras del éxito de un gigan-
investigación científica, por lo que poco a poco fueron apareciendo acti- tesco programa político. En ello no hay anticiencia ni seudociencia, sino
tudes negativas con respecto a Lysenko en el Comité Cenral. A pesar de exceso de ciencia o una razón científico-tecnológica desbocada y sin lími-
ello Stalin no removió a Lysenko, a quien defendió públicamente en reu- tes, algo que los críticos occidentales, por conveniencia, no suelen des-
niones, incluso científicas, en contra de sus detractores. Hubo, no obstan- tacar. En este caso no vale la respuesta de que en Occidente no se sujeta
te, un desacuerdo interesante entre Stalin y Lysenko: Stalin corrigió todas esta razón científico-tecnológica a ningún programa extracientífico, pues,
las referencias de Lysenko a la "biología burguesa", ridiculizó su dicho de como ya señalamos anteriormente, se trata de una ridícula falsedad. En
que "toda ciencia es ciencia de clases" y, en el margen de uno de los escri- Occidente, la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas siempre han estado y
tos del científico escribió: Ja, ja, ja... ¿Y las matemáticas? ¿Y el darwinis- esrán sujetas a un programa político, tan esclavo de intereses económicos
mo?". Stalin, como muchos otros, se oponía al relatiüsmo social radical. como en otras latitudes. Muchas veces con un contra-áonzs dichos inte-
Todo esto estimuló, en 1948, la resistencia de la comunidad científi- reses, vistos desde determinado lugar, son foráneos, cosa que no sucedía
ca de los biólogos soüéticos contra la excesiva ideologización de la cien- con los proyectos soüéticos.
cia, en lo que fueron apoyados por fisicos, químicos y matemáticos. Sin Que quede claro: estamos criticando en ambos casos, usualmente rotu-
embargo, tras la muerte de Stalin en 1953, en contra de las expectativas lados como extremos del espectro político, cómo la racionalidad teórica
de los genetistas, no cambió la situación de Lpenko, porque Krushchev manifiesta en la ciencia y la tecnología opera sin límites, más allá de toda
lo estimaba en grado sumo debido a sus contribuciones en la agricultura. normatiüdad ética. Ambos casos representan algo lamentable: el olvido y
Solo cuando Krushchev fue desplazado en 1g64, los lysenkoístas fueron la desaparición de la razón páctica (en el sentido filosófico{tico del tér-
despedidos, aunque Lysenko no perdió su membrecía en la Academia de mino). Nuestro trabajo, repetimos, al añrmar la presencia ineludible de Ia
Ciencias, hasta su muerte en 1976. dimensión valorativa y ética en la investigación científica, incluso teórica,
pretende ser un llamado al retorno de la dimensión práctica de la razón.
[,a supresión de la genética es el asPecto epistemológico, ético y poli
Verdad y distorsión ticamente condenable, sin ningún tipo de reParo§, del lysenkoísmo, y es
también un ejemplo paradigmático de la política estalini§ta en todas las
Entre las verdades cabe mencionar algunas gue sorl obvias por el mismo dimensiones de la üda soviética: censura y/o desaparición de aquello que
desarrollo histórico de los acontecimientos en torno a Lysenko, su obra y suPue§tamente se oPonía a los dogmas, Ios Proyectos o Ia§ Preferencias de

I
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2oO La dimensión valoraliva de las ciencias I Más allá del lysenkofsmo 2o7

stalin. La biología fue un ejemplo de ciencia natural, pocas veces visto, en las excepcionales, lo dominante es la intolerancia con los "distintos", no
I
/
el cual la evidencia empírica y los argumentos defendibles eran despla- I
I
la libertad de investigación auténtica y consistente.
zados y sustituidos por consideraciones normativas de carácter político. Es pues correcto, en nuestr¿ opinión, remarcar y condenar la forma extre-
Esto requiere dos aclaraciones: primero, cuando no se da el peso sufi- ma de no autonomía de la ciencia materializada por el lpenkoísmo en la
ciente a lo que realmente está involucrado en la eüdencia de hipótesis y Unión Soüética, p(:ro no podemos olüdar que la autonomía no se da efec-
teorías se desvirtúa el carácter científico de la investigación; ahora bien, tiv¿mente en la investigación para mejorar el diseño para la producción en
cuando se olüda la presencia de los auténticos valores presentes en Ia masa tanto de un aüón supersónico como de un secador de cabello.s Ya
aceptación de dicha eüdencia se desürtúa Io que realmente se hace cuan- hemos señalado que incluso I-acey reconoce que aunque la autonomía es
do se contrasta científicamente una hipótesis y/o teoría..fustamente, la un valor deseable es hoy irrealizable: repetimos, hoy y en todo lugar.
toma de conciencia del tipo de valores presentes en la contrastación y En relación con la genética, especíñcamente, hay que señalar que lo
en los criterios de aceptación permitiría descartar, desde el comienzo, que se dio entre 1930 y 1960 fue una lucha entre dos versiones acerca de
la presencia de valores que sesgarían necesariamente la investigación en ella. Eran lysenkoístas versus antilysenkoístas, y no genetistas contra anti-
determinada dirección política. De otro modo: la mejor actitud contra el genetistas. Con el agregado de que la versión de Lysenko era la equivo.
lysenkoísmo es el reconocimiento, la identificación y el abandono de toda cada, y fue abandonada mucho antes del colapso del régimen soüético a
hipótesis o teoría necesaria y apriorísticamente parasitaria de determina- fines del siglo xx. En efecto, a comienzos de la década de 1960, la estruc-
dos valores políticos. tura del ADN como material hereditario primario terminó con todo tipo
Lamentablemente, la "eliminación" de programas e investigadores de disputa acerca de la base material de la herencia,justamente en contra de
científicos por razones políticas existe en diversas latitudes. [,a "ciencia las tesis de Lysenko.
nazi" que condenó las teorías "de esejudío Einstein" es el caso siempre Es necesario señalar un factor no siempre.recordado al criticar al
mencionado, aunque pocas veces se menciona que fue otro distinguidísi- lysenkoísmo: su relación y su dependencia vital respecto de la inexisten-
mo científico alemán, Lenard, el que estuvo al frente de la cruzada cien- cia de un pluralismo científico y epistemológico, en especial metodológi-
tífico-racista. o sea, "los malos de la película" no son siempre los políticos co, en Ia investigación científica. Eso debe ser una inütación para que no
y solamente los políticos. Recuérdese además que Einstein tuvo que dejar recurramos hoy a la negación de versiones alternátivas, o a la sacralización
el cali{or¡ria Institute of rechnology en pasadena (19s4) por sugeren- de una perspectiva científica -algo muy común en la ciencia contemporá-
cia de otro Premio Nobel -Robert A. Millikan- debido a que no se negó rrea-, por ejemplo de la economía neoliberal, que tuvo lamentables con-
a hacer declaraciones en los medios periodísticos contrarias al modo de sccuencias globales como la reciente crisis económica mundial.
producción capitalista. Hay también que recordar que en los Estados Es el momento también de remarcar el criticable papel siempre jugado
unidos, siempre ponderados por su libertad en la investigación cientí- por la prensa de turno, que por estar subyugada por intereses económicos
fica, Oppenheimer fue destituido de su cargo de director del proyecto
Manhattan porque se opuso a llevar adelante la investigación científica sFoucault (f980, p. 109) afirma que "alrededor del c¡so Lpenko
[...] se ge,reró un
para construir la superbomba de hidrógeno (programa que, sin duda, número de interesantes cuestiones'; una de ellas fue que no había que considerar el poder
no tenía fines muy humanitarios). Y no debemos olvidar que Roosevelt como algo puramente neg'ativo, f epresivo, sino que lo importante era ver'que la veldad no
y churchill coi,cidieron en ügilar las actiüdades de Niels Bohr bajo la está fuera del poder o carece de poder [...]. I a verdad es algo de este mundo, producida
por una multiplicidad de restricciones. Yella misma induce efectos regulares de poder, Cada
sospecha de subversión por la posibitidad de que Eltrara i¡rformación a socied¡d tiene su régimen de verdad, su 'política general' de verdad: este es el tipo de discur-
los soüéticos. Por supuesto, esto no implica identificaciones o analogías so qu€ acepta y hace funcionar como verdaderos los mecanismos y ejemplos que permiten
absolutas: mientras que a varios biólogos soüéticos antilysenkoístas se los distinguir los enunciados verdaderos de los falsos,[.,.] [y] el status de aquellos encargados
de decir qué es lo que cuenta como verdad [.,.]. En sociedades como la nuestra, la 'verdad'
expulsó, detuvo, enjuició sumariamente y fusiló, en los países líderes de
está centrada en el discurso científico y las instituciones que lo producen' (ibüL, p. l3f). Es
occidente las consecuencias son menos "extremas": solo se libran de ellos, dificil enconFar enfoques acerca de la relación entre ciencia y política, mostrando miís enfá-
muchas veces con el lamentable resultado de transformarlos en parias cien- ticamente cómo la verdad cientíñca as poder y es producida por restricciones de poder, a la
rrez que exhibe el carácter esencialmente político de la ciencia contemporánea. Por razones
tíficos y políticos, corno acaeció, por ejemplo, con el'mismo Opienheimer.
de seriedad, et tratamiento de la postura de Foucault al respecto merece un trabajo específi-
La moraleja de la historia es que en las comunidades científiias, incluso camerite dedicado a ello.


¿
I
qo8 La dimensión valorat¡va de las cienc¡as I Más allá del lysenkoÍsmo 2og
I
I
o políticos también de turno, apoya proyectos científico-tecnológicos y A modo de síntesis final, plantear algunas conclusiones, usando las
I
legitima determinada concepción de la ciencia y la tecnorogía según su I áreas de problemas éticos relacionados con la investigación científica seña-
funcionalidad a dichos intereses. hauda e lzuestia son los casos lamenta- I lados por Rescher:
bles, siempre mencionados como representativos de los aspectos negativos I
i
de la falta de libertad de prensa; pero en el mundo occidental hay ejem- I (i) Lysenko es un caso representativo de los problemas relativos a los
plos deplorables de esa falta de libertad, no impuesta por los gobiernos {
estándares de investigación, pues parece siempre ignorar o minimi-
I
sino por presiones o intereses, sobre todo económicos, lo cual a menudo I zar las incertezas involucradas en las conclusiones de su investigación,
es legitimado "en nombre de la libertad de prensa" por organizaciones I
I procediendo como si sus hipótesis estuüeran a salvo de ellas y corrien-
internacionales supuestamente creadas para defenderla. I
do a menudo el riesgo ético de presentar de modo apresurado los
I
Finalmente, vale la pena hacer un comentario acerca de un salto argu- resultados.
I
mentativo al vacío, que es común hacer cuando se identifica el programa i (ii) Como le señalaron varias veces sus adversarios, hay siempre en él
¡
científico soüético con Ia concepción de Marx, concluyéndose que el fra- I una tendencia a enfatizar los resultados aparentemente espectacula-
caso de uno implica el fracaso del otro. No hay relación seria alguna entre res, olüdando toda posible eüdencia en contrario (cocinando) y disi-
la concepción de Marx del conocimiento científico en general, y de la eco. i mulando las diferencias entre sus conclusiones y los datos empíricos
i
nomía política en particular, y la versión leninista-estalinista. Aunque los i (a"dmnando).
une el rol progresista asignado por todos ellos a la ciencia y la tecnología, I
l (iii) Exacerbó el control de las investigaciones sobre genética opuestas a
las analogías restantes son fundamentalmente "de palabra": unión de teo- I

su Postura.
ría y práctica, relevancia de la praxis, carácter revolucionario de la ciencia (iv) Muy especialmente, subordinó todo aspecto ético a lo político-parti-
1
como vehículo para eliminar Ia alienación y explotación, etc., pero cada i dista, y toda línea de investigación a su funcionalidad respecto de Ia
uno de dichos concepros es entendido y usado de modo muy diferente. si I
ideología soüética del momento.
I
bien no es este el lugar adecuado para mostrarlo de manera detallada, es 1
(v) También llevó la subordinación al plano metodológico, porque siem-
I
urgente hacerlo a fin de eütar "muertes preanunciadas", como la del mar- pre se usó como canon metodológico la coherencia de las paut2s pro-
I
xismo o la de la ciencia económica tal como la concibió Marx.9 puestas respecto de las de la dialéctica, entendida esta de un modo
l
una breve acotación al respecto: hemos experimentado personalmen- :i
burdamente hipersimplificador.
te la suerte de descontento que provoca entre algunos marxista" hablar j

de la fuerte carga valorativa en la obra científica de Marx. En ellos perdura I


Si usáramos las recomendaciones de Shrader-Frechette acerca del proce-
!
la creencia en que la neutralidad valorativa es un requisito innegociable I der de acuerdo con nonnas éticas en la investigación científica, agrega-
de la objetiüdad, e incluso apoyan férreamente la dicotomía I
ríamos que:
-empirista- I
entrejuicios de hecho yjuicios de valor. pero ambas, la neuralidad valo- I

I
rativa y la dicotomÍa, son empíricamente falsas. Además, la obra de Marx ,{' (ü) La investigación científica de Lysenko estaba apriorísticamente sesga-
acerca de la economía política está cargada de valores, ya desde su voca- da para favorecer determinados programas políticos, aun al precio de
I
bulario: alienación, explotación, plusvalía, etc., términos todos que tienen I
oponerse a posturas científicas respetables como la genética clásica.
i
una enonne carga ética negativa. Y como ya dliimos reiteradamente, en el (vii)En distintas oportunidades se violó la objetiüdad científica, en tanto
I
objetivo mismo de la ciencia -en el caso de Marx, la realización de la üda { susresultados eran presentados de modo distorsionado para hacerlos
humana en plenitud, para lo cual es imprescindible superar el modo capi- I
coincidir con los datos empíricos.
I
talista de producción- esÍá presente una en'orme carga valorativa positiva. { (viü)Rotuló como anticientífica toda investigación que pareciera contraria
Nada de ello va en desmedro del caúcter científico de la econoÁía poli I
I
a los dogmas del sistema polÍtico.
tica de Marx. Todo lo contrario: la hace más rica, plena, revolucionaria. (ix) Censuró y hasta persiguió a los científicos involucrados en tal oposición.
I

e Para
una versión abreüada de la concepción revolucionariate Marx de ra economía I No hay duda: el lysenkoísmo es el megacaso paradigmático de la nefasta
política como ciencia, véase Gómez (200g).
I desaparición de los auténticos valores éticos en la investigación científica,
I
I
I
1

¡
2r o La dimensión valorativa de las ciencias

al subordinarlos a una línea política partidista. Y en consecuencia, tal como


lo muestran (i)-(ix), Lysenko üoló tanto la racionalidad epistémica como
la racionalidad ética, de acuerdo con las pautas de Longino que Shrader-
Frechette acepta.
La denuncia se hace más obüa y sistemática si se reconocen los distin-
tos tipos de valores presentes en la investigación científica y, muy espe-
cialmente, los valores éticos, para que la auténtica razón práctica, libre de XIII
toda subordinación partidista, sea una de las guías de dicha investigación.

¿Por qué "po[ítica"?

Para responder a la pregunta ñnal de nuestro trabajo, planteada en el títu-


lo, es mejor comenzar sintetiza¡rdo qué es lo que no entendemos por "filo-
sofía política" de las ciencias.
La primera e importante afirmación negativa de la dimensiór-r políti-
ca de la filosofía de las ciencias qLle defendemos es que no cousideramos
que deba satisfacer la mayoría de las siguientes formulaciones referidas a
la relación entre ciencia y política:

(a) La ciencia es un instrumento neutral para alcanzar ñnes políticos o


sociales: lo negamos especialmente, porque ella esá cargada de valores.
(b) t a ciencia es política por otros medios: nos oponemos porque la cien-
cia no es básicamente política, sino un conjunto de leyes sobre el com-
portamiento del mundo de los hechos, cuya aceptación o rechazo,
entre otros ingredientes de las prácticas cientíñcas, depende de valo-
res no cognitivos contextuales.
(c) Las hipótesis científicas muy confirmadas nos harán políticamente
libres: no creernos que nos hagan ni siquiera mejores, pues sostener
ello involucraría una postura inocente acerca de lo necesario y sufi-
ciente para la acción política, y mucho más aún si se pretenden carn-
bios políticamente radicales.
(d) La ciencia y política no tienen relación alguna entre sí: esto es falso
porque están rélacionadas al menos en sus objetivos, en las preguntas
a contestar, en los valores que intervienen en la aceptación y el recha-
zo de hipótesis y teorías y en las decisiones acerca de las aplicaciones
de la ciencia, todo ello debido a la contextualidad histórico-política
l de la investigación científica.
:

[zr r]
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I
I

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T
sr 2 La dimensión valorativa de las ciencias ¿Por qué "políl¡ca"? 2r3

Por otra parte, es una filosoffa de la ciencia "política", pero apartidari¿. No presencia de valores no cognitivos en la investigación cientÍñca, lo cual
presupone, ni implica, posición política partidaria alguna, sea cual sea su involucra la presencia de una actitud crítica, desde la adopción de dichos
origen. En particular, no involucra la funcionalidad de la aceptabilidad o valores, pasando por el rol quejuegan y dónde y cuándo lo hacen, hasta
del rechazo de hipótesis y teorías con respecto a postur¿s políticas previa- la decisión acerca de su aceptabilidad o, en caso contrario, acerca de cuá-
mente determinadas. Es decir, las tesis aceptables de la teoría científica no les otros v¿lores debe n utilizarse. Al devenir valorativa, deüene crítica. La
deben apriorísticamente favorecer ningún sesgo político. evaluación lleva a la pregunta ¿por qué esto en lugar de aquello?, y Presu-
Tampoco es fund.ammtista en ningún sentido de esta expresión. Es pone una postura crítica desde Ia que ha de responderse a dicha pregunta.
más, rechazamos la creencia de que la filosoffa de las ciencias, política o Una manera rápida de percibir de manera sistemática la presencia de
no, pueda proveer los fundamentos o las bases sólidas del conocimiento valores no cognitivos en la,investigación científica es considerar q". .ff
científico, legitimándolo como seguro o como mejor que otras formas de es llevada a cabo mediante prácticas consensuadas (Kitcher) y advertir quC
conocimiento, etcétera. cada uno de los momentos de dichas prácticas, tal como se señaló en el
También abjura del indiaidualismo liheral que considera al sujeto libe- capítulo dedicado a Kitcher, involucra de manera necesaria la presencia
ral, valorativamente neutro, como el creador/productor de conocimiento de valores no cognitivos.
científico. Especialmente en el mundo de hoy, es perentorio abrir la posi- A§í,
bilidad de tomar en cuenta la experiencia que reúne a distintos grupos
productores con conciencia colectiva; de tomar en cuenta la experiencia (i) El lenguaje elegido con su terminología específica, o sea, la elección
gradualmente adquirida a través de sus discusiones y críticas pam arribar a de un marco conceptual, lo cual es una cuestión externa no elucida-
consensos unánimes. Es cada vez más obvia en la nilosoña contemporánea ble sin usar valores no cognitivos, como ya planteó Carnap.
de las ciencias la tendencia a proponer un sujeto del conocimiento cientí- (ii) Las preguntas significativas que nos hacen percatar que no hay crite-
fico que no es el sujero "contextualmente libre" del indiüdualismo liberal. rios puramente epistémicos de relevancia.
[.a filosofia de las ciencias 7¿o es reducibl¿ a una mera epistmtotogía; es (iii) Lás sentencias que codihcan las respuestas aceptables a dichas pre-
decir, no es un metadiscurso que utiliza básicamente recursos lógicos para guntas presuPonen valores no cognitivo§, Pues la aceptación de ellas
elucidar el conocimiento científico en una dimensión pura y simplemente requiere de contrastación empírica en la que Ia decisión de adoptar
cognitiva, dejando de lado aspectos de otras dimensiones, como por ejem- o rechazar no es reducible a lógica más pura evidencia empírica, algo
plo la ética o la metafisica. Por eso es "filosoña de", porque recurre a todas enfatizado por Carnap, Neurath, Kitcher mismo, e incluso Hempel.
las dimensiones del ámbito filosófico. (iv) La adopción de los métodos que dependen de cuáles objetivos se Pre-
No implica el abandono de la objetiail.ady de la racionatid,ad, científica. tende alcanzar, lo que lleva a reconocer a Hempel que también en su
Ya es un logro de la filosofra el haber enfatizado la presencia de la razón adopción hay presentes valores contextuales no cognitivos.
práctica, aquella que regula nuestftrs decisiones éticas en términos de valo- (v) Las pautas Para usar adecuadamente instrumentos de observación y
res, está íntimamente ligada a nuestra libertad y es constitutiva de nues- experimentación y
tra humanidad. Nuestra propuesta es un llamado al retorno de una razón (ü) Los criterios de confiabilidad de información y de los informantes que
enriquecida por la presencia de dicha dimensión práctica, lo cual está en la producen (Rescher y Shrader-Frechette).
sintonía con una objetividad más rica porque incluye la posibilidad de
acuerdos consensuados críticamente, incluso acerca de valores. Los ítems (i)-(ü) remiten a preferencias basadas en ciertos valores no
Finalmente, 7¿o creemos que lo propuesto sea una filosofia original sus cognitivos.
principales tesis ya fueron gestadas, y en muchos casos de manera explíci- Y recíprocamente, toda Postura crítica requiere de valores, al menos
ta, por varios de los autores discutidos en este trabajo (como, por ejemplo, para establecer desde dónde y por qué y con cuáles objetivos se llevará a
Neurath, Kuhn, Feyerabend, Kitcher, Anderson, Longino, entre otros). cabo determinada crítica.
Cabe preguntarse ahora por las añrmaciones positivas. Es inclusiao,porque no recomienda que se dejen de lado las posturas de
Es ffítica, incluso de las aproximaciones tradiciorlales u ortodoxas ava- los filósofos de la ciencia (desde el neopositivismo hasta nuestros días) que
lorativas de las ciencias, j¡-rstamente y en primer lugar, por reconocer la sostienen o involucran planteos avalorativos. En nuestro trabajo, hemos
2t4 La dimensión valorativa de las ciencias I 'polftica'? 2tb
¿Por qué
I
I
I
recorrido las posturas rnás importantes del siglo xx y, desde ellas, hemos
I No hay escapatoria. Es "política" porque esá hecha por seres huma-
concluido en la necesidad de acudir hoy a una filosofía de las ciencias que i
nos, en contextos humanos, tomando en cuenta los valores de dichos con-
asigne un rol central a los valores no cognitivos en el contexto
dejustif,rca- l
i
textos; aun cuando se afirme que ciertos valores son universales, su apli-
ción. Nada riguroso en dichas filosofías de las ciencias ha sido al.¡aao ae
cación efectiva siempre se hace en determinado contexto y de acuerdo
lado. Además, desde una filosofía de ras ciencias valoraüva r. pr.á.r, y r.
con é1. t a idea de que si esto es así, entonces, los argumentos cientíñcos
deben discutir las limitaciones y los aciertos de cada una de las filosofías
deberían ser reemplazados por argumentos políticos no es más que una
ortodoxas de las ciencias.
soberana triüalidad.
Es d,iná¡nica, porque es relativa al cambio cre las circunstancias: se modi-
Por ello, es humana, pues se lleva a cabo desde una perspectiva de seres
fican los objetivos así como los recursos metodológicos para alcanzarlos,
humanos para seres humanos, con valores humanos, y no desde algún
las preguntas consideradas relevantes y los propios valores involucrados
en lugar definitivo, seguro, desde fuera de todo discurso, valor y actitud
la aceptación o el rechazo de lripótesis.
humana, en otras palabras, desde fuera de la polis.2
Es socialmente relannte, como consecuencia del reconocimiento de la
Por ser humana, es histórica: hace imposible que cualquier aspecto cons-
presencia de valores del corltexto social, externos a la práctica científica,
titutivo de las prácticas científicas pueda afectar a su relación integral con
incluso para la aceptación o el rechazo cle hipótesis.l i
el contexto histórico. Por ello se recomienda que al estudiar todo cambio
Es pluralista. No hay una solaÍlosofía política aceptable de las ciencias.
científico se lo analice y evalúe en consonancia con dicha relación.
Nuestro proyecro es defender la necesidad y Ia factibilidad de una filoso-
Nos debemos preguntar si, en sentido estricto, ha habido alguna filoso.
fía política de las ciencias, y no presentar aquella que sea la única acepta-
fía apolítica o no política de las ciencias, al menos en el siglo xx. De acuer-
ble. En tal sentido, nuestro proyecto es mctafihsófico. pr¡es propone lo que
do con lo discutido en este trab{o, podríamos decir que la ortodoxia filosó
creelnos que debe ser una hlosofía de las cienci¡¡ aceptable. Ahora bien,
fica acerca de las ciencias (básicamente la del empirismo y sus sucedáneos)
la razón principal de este carácter pluralista de nuesrra propuesta está en
defienden las siguientes tesis:
el más importante y auténticamente "político" rasgo de toda filosofía polí-
tica de las ciencias, su contextualidad.
Es contextual, es
( I )
Unidad: hay un conjunto.variado de ciencias, pero son todas sistemati-
decir, procede cle un contexto humano con institucio- zables de una única manera (deductiva), llegándose en algunos casos
nes determinadas-po[i*y adopta sus valores e, consonancia (o, en
casos a un reduccionismo piramidal, en cuya base estarían las ciencias exac-
excepcionales, en oposición) con los valores de ella. por ser contextual,
tas -especialmente la ffsica-, con unidad de método, suplementado, a
nrotiva y hace necesaria una nLleva investigación empírica acerca de cuá-
lo sumo, por valores epistémicos.
Ies so' los valores no cognitivos que en cada contexto favorecen (o
no) (2) Carácter avalorativo, que niega la presencia de valores no cognitivos
el crecimiento del conocimiento científico. En consecuencia, una filoso-
en lajustificación de la aceptación o el rechazo de hipótesis y teorías.
fía política dc las ciencias, en el sentido que le hemos dado en nuestro
(3) Autonomía de las prácticas científicas de toda influencia exterior, ya
traba-io, en vez de eliminar la porítica de la ciencia, da lugar a dos
pre- sea política, económica, social o religiosa. O al menos se sostiene que,
guntas: ¿ctráles políticas favorecen y cuáles obstruyen el desarrollo
de las aunque difícil, es un principio realizable.
cicncias? y ¿para quiénes, especialmente, se produce tal favorecimiento
(4) Racionalidad, o modo de dar buenas razones, para toda decisión cien-
u obstrt¡cción?
tífica, aunque reducida a los modos lógicoformales que operan en el
sacralizado "método científico".
I una lilosofia
de las ciencias sociarmente rerevante, de acuerdo con sandra Harding,
"debería alcanzar dos objetivos:
[...] debería disponer de ros recursos conceptuales para
reconocer un conjunto de maneras en las cuales las ciencias,
incluidos sus núcleos cognitivos, 2
Deberíamos remarcar que es política porque reconoce que lo aceptado como verdad
participan de relaciones sociales. En segundo rugar, deber-ía
tener recursos p"."..Iorroa., científica en cada momento es, cristaliza, lleua en sí ?obr, tal como acertadamente lo ha dis-
también participa compleramente eri las reraciones sociares del momento.
:9t"--tll1
lrlosoria de la ciencia, también, tiene .un inconsciente
[,a cutido ir¡ ¿¡ú¿ruo Michel Foucault, quien ha afirmado que 'no es cuestión de emancipar a la
político,J...J. euiéranto o no $§ verdad de todo sistema de poder (algo que sería una quimera, porque laverdad es ya poder)'
autores, 'las filosoffas dc ra ciencia, como
cuarquier ot* io.-, de conocimiento htrmano, sino de separar, aislar el poder de la verdad de formas de hegemonía social, económica y
estátr siempre social y políücamenre
situaclas'" (Harding, 2006, p. Bg). cultural dentro de las cuales opera en el presente" (Foucault, 1980, p' 133).

i
I ¿
2 rO La dimensión val0rativa de las ciencias ¿Por qué 'polÍtica"? 2r7

(5) Objetiüdad, o independencia de distorsiones o sesgos causados espe- medios permitir que todos sus miembros üvan bien y mejoren la calidad de
cialmente por influencias subjetivas o grupales; se presupone que era su vida". Esto exige cambios que hagan posible "la reproducción de la üda
posible llegar a acuerdos intersubjetivos en donde es posible dejar de en plenitud" de los seres humanos, evitando así la exclusión de grandes
lado todo valor "externo", personal o grupal. mayorías (véase Dussel, 2006).3 Entre dichos cambios, se afirma Ia nece-
(6) Unicidad: todo lo anterior describía las características del único modo sidad de modificaciones sustanciales en la política científica. Ahora bien,
de arribar al Conocimiento, fuera cual fuera el área de estudio. este objetivo requiere de cambios en la concepción de las ciencias, en las
que no se anule, desde el comienzo, su irrenunciable dimensión polÍtica.
No es la primera vez que afirmamos que el complejo (1)-(6) es el núcleo Hablamos de "frlosofia política de las ciencias" Porque ella reinserta
epistémico de lo que algunos autores llamaron el 'inconsciente políti- la dimensión auténticamente política, no espuria, en las prácticas cien-
co de la ciencia moderna", justamente por la obvia dimensión política tíficas en todos sus contextos. Y esto obedece a nuesra adscripción a un
de (l)-(6): la del capitalismo liberal, en especial posterior a 1945 (véase valor ético irrenunciable: el Bien de los seres humanos, algo que pueden
Gómez, 2009b). A decir verdad, ( I )-(6) es ideológicamente funcional a él lograr las personas que viven en comunidades, con sus valores e institu-
del modo más sagaz y útil: enmascarando a la ciencia como apolítica. En ciones (siempre d,ela pol§, utilizando, entre otros instrumentos, las prác-
efecto, el carácter avalorativo muestra a la ciencia como culturalmente ticas científicas, sin renegar de su dimensión valorativa, lo que incluye de
inocua, independiente de los intereses de cualquier grupo en cualquier manera imprescindible los valores éticos.
contexto, lo que facilita su utilización neutra, es decir, "inocente", para Bienvenido, pues, el retorno de la razón práctica a la filosofia de las
emplearla con fines extracientíficos, y legitima la afirmación de que los ciencias.
responsables de los resultados de la investigación nunca son los científicos,
sino aquellos -sobre todo los políticos- que los aplican.
El inconsciente político de la concepción que acabamos de describir Filosofiía políüca de las ciencias y resPonsabilidad social
es ambiguo: por un lado, reconoce a dicha concepción como ¿Ivehículo
del progreso social, pero también le reconoce el peligro de extrapolarse En la medida en que las prácticas científicas siempre tienen lugar en un
en su poder de dominación. Sin embargo, en el nivel consciente de las contexto social, ellas deben tener en cuenta los valores de dicho contex-
declaraciones explícitas, dicha concepción esrá unida por necesidad con to y, de acuerdo con esto, proceder tratando de alcanzar o producir el
una separación tajante entre ciencia y política (o entre sus prácticas corres mayor bien social.
pondientes); no se recomienda la intrusión de la política en la ciencia por- una f¡losofía de las ciencias socialmente responsable debe tomal'en
que se la considera nociva. En buen romance, esto significa la eliminación cuenta el hecho básico de la imbricación social de toda práctica científica y,
de toda crítica externa a la ciencia misma, y en especial a las sacralizadas por ende, colaborar para promover que las ciencias raten de ser funciona-
afirmaciones (1)-(6), las cuales fueron transmitidas por un grair apara- ies al logro del bien social. Para ello, han de considerar de manera cuidado-
to político-económico-educacional (universidad, propaganda mediática, sa lasconsecuencias sociales de las prácticas científicas, las cuales, obviamen-
fuerzas armadas). te, deben ser conscientes de los presupuestos y valores sociales involucrados
Una filosofia política de las ciencias rechaza las afirmaciones (1)-(6), en ellas. Una filosofia de las ciencias socialmente responsable debe tomar
literalmente, una por una, en especial por el modo en que esán formula- en cuenta no solo losvalores epistémicos apropiados, sino también aquellos
que se consideran relevantes y a los que se debe asignar un rol inevitable
e
das de acuerdo con el citado inconsciente político de la ciencia moderna.
Ellas "ocultan por enmascaramiento" la dimensión política de las ciencias. irreemplazable en la actiüdad científica.a Además, no es posible reconocer
Nuestra versión, al oponerse a (f )-(6), evita tal enmascaramiento y hace
que la filosofia de las ciencias se muestre "política" en el sentido conside- 3Ya Aristóteles era explíciamente consciente de que para el bien de la polis habÍa que
los propósitos
rado al comienzo de esta sección. condenar la acumulación de riqueza más allá de lo que fuera necesario para
Además, nuestra propuesta de una ñlosofia política de las ciencias es de la üda (véase Aristóteles, 1957).
{El término "valor'ha sido usado en filosofia de las ciencias para incluir valores políticos'
coherente con una filosoña política que sostiene que "[a potítica, siendo la y facrcres
estéticos, preferencias, objetivos personales y grupales, PresuPuestos preteóricos
voluntad de üür consensual y factiblemente, debe intentar por todos sus ree
pa.a prefiri, una hipótesis o ,.oiu sobre otra- "Valor" no es, por lo tanto' un término
2r 8 La dimensión valorativa de las ciencias ¿Por quá 'polltica'?

el éxito o fracaso de determinada práctica científica si no se han definido Por lo tanto, una tarea importante de una filosofía de las ciencias social-
los valores que se intentan promover con ella. mente responsable es la reflexión sobre los códigos éticos para la práctica
Todo esto resulta ya evidente cuando advertimos que ni siquiera científica en determinado contexto, así como su reüsión. En estos casos, el
es posible describir e[ mundo sin usar un lenguaje cargado de valores: ñlósofo socialmente responsable no puede trabajar aislado, ya que la for-
"salud", "bienestar", "enfermedad", "crimen", por ejemplo, son términos mulación y la reüsión de dichos códigos deben ser resultado de una tarea
fuertemente normativos. Incluso un término como "inflación',, que pare- interdisciplinaria en la que se deben tomar en cuenta los objetivos y las
ce ser solo descriptivo (ya que suplrestamente es una medida objetiva del responsabilidades que los científicos deben Proponer para ellos mismos,
alza d,e los precios), nos invita a recordar que no todos los precios crecen tanto indiüdual como colectivamente.
al mismo ritmo y en el mismo porcentaje, de modo que hay decisiones ya ¿cuál es la relación entre una filoso{ía de las ciencias socialmente res-
"insertas" en el proceso de decisión acerca de cuándo se puede o debe ponsable y sus versiones "tradicionales"? Debe quedar claro que no son
hablar de inflació., lo cual presupone actuar de acuerdo con determina- necesariamente excluyentes. En verdad, Ia primera es una alternativa que
dos valores. creemos imprescindible. [.as "tradicionales" se ocupan de elucidar la estruc-
Ya hemos dicho que la presencia de valores en la actiüdad científica, tura, el contenido y los fundamentos epistémicos exclusivamente para las
incluso en la de dar razones para la aceptación o el rechazo de hipótesis propuestas científicas. Ahora bien, una filosofia de las ciencias socialmente
y teorías, involucra la dimensión práctica de la razón. Ahora nos resulta responsable "ensancha" nuestra concepción de las ciencias, en especial de
más claro que una hlosofía de las ciencias socialmente responsable debe la racionalidad científica, al abarcar los aspectos no epistémicos -y sobre
promover y elucidar la presencia de una racionalidad, vigente en las cien- todo éticos- de la actividad científica.
cias, que integre lo ético y lo epistémico, en cuyo caso será funcional, del Debemos ser conscientes de que no hay una "esencia" de la filosofía de
rnejor modo posible, a la reforma social. las ciencias; es decir, no hay un único modo posible de llevarla a cabo. Yes
En esa integración hay que reconocer que "bueno para la ciencia" no por ello que no tiene que ser necesariamente una ñlosofía al estilo tradi-
necesariamente es sinónimo de "bueno para la sociedad". por lo tanto, si cional ni una filosofia como la que aquí recomendamos, aunque creemos
bien lo epistémico y lo ético han de estar integrados, ellos no son necesa- haber dado sobradas razones para preferir y considerar más rica y veraz una
riamente convergente§, lo cual es coherente con el hecho de que la eva- filosoffa que explicite los valores de todo tipo que irttervienen en la actiü-
luación del mismo logro científico puede variar en función der contexto dad científica, para así poder lograr que sea socialmente responsable' Ella
social. requiere localizar la ciencia en su contexto sociopolítico, dejando de anali-
En todos los casos, la pregunta filosófica crucial es: ¿cuáles son los mejo- zarla como si existiera en un vacío político, social y económico, y conduce '
res valores? Y ¿cuáles son los que se pretende promover en la investigación a concebir la racionalidad científica como apropiada a su contexto político
científica en determinado contexto social? [,as respuestas a tales preguntas y social de operación, integrando lo ético y lo epistémico (véase, por ejem-
son siempre contextuales.5 como en la actiüdad científica, los valores son plo, Kourany,2010).
siempre contextuales, los que son buenos en un área o contexto científi- No cabe duda de que el ideal de ciencia y de filosofía de las ciencias
co pueden no serlo en otros. En cada caso, la coherencia con los valores socialmente responsable es político. En verdad, como hemos visto, el ideal
éticos cle la comuniclacl es un aspecto ütal a tener en clrenta. de la ciencia como valorativamente neutra no fue ni es valorativamen-
te apolítico: es "político" en el sentido de que esá informado por cierta
visión de una relación apropiada entre ciencia y política, y, más explícita-
tringido al plano ético. obviamente, ciertos valores no son ni deben ser tenidos en cuenta,
mente, cuando afirma que una ciencia valorativamente neutra puede con-
cotno, pol-ejemplo, los de la ciencia nazi.
5
Esto ponc de relieve ciertas preguntas imposibles de evitar. Entre ellas cabe citar: tribuir mejor a la reforma social. Nosotros creemosjustamente lo opuesto'
¿cómo
llegar a u, acuerdo acerca de qué valores sociales-contextuales se van a promover?;
¿quiénes
una filosofia para una ciencia valorativamente neutra enmascara siempre
los estableccn y cómo?; ¿cómo deninir "éxiro científico"?;
¿en términós de éxito empÍrico (y muchas veces Por razones políticas) su íntima conexión con el contex-
exclusivanrcnte (algo que se ha hccho muchas veces pero que es necesario descartar
hipersirnplificador y distorsionador) o en términos de "florecimier¡to humano"? y la más
por to y los valores sociopolíticos, Por lo general, como ya señalamos anterior-
difícil quizás sea: ¿cómo prreden integrar-se lo epistémico y lo social iin q.,. ,rno sea un obs- mente en este trabajo, en aras de una supuesta' aunque empobrecida'
objetividad científi ca.

J
La dimensión valorativa de las ciencias ¿Por qué 'política"? rp I

Una filosofia política de las ciencias no es la única filosofía de las cien- La conexión con la frlosofia política libertaria es obüa. De acuerdo con
cias posible, pero es, sin duda, la más recomendable en aras de la verdad esta, la sociedad es claramente diferente de cada uno de los indiüduos que
empírica acerca de las prácticas científicas reales siempre situadas en con- la componen. La función del Estado es protegerlos de toda interferencia
textos político+ociales y siempre con la exigencia normativa de ser fun- con su libertad indiüdual, razón por la cual las restricciones existen solo
cionales a los valores éticos positivos ügentes en las comunidades donde para garantizar que no se interñera con la autonomía de los
individuos. De
tienen lugar dichas prácticas. acuerdo con ello, estos no deben esPerar que otros individuos produzcan
algoporelbienpúblicooParaelbienestardeotros,loque,asuvez,es
.Á.i.rr,. con el ideal de la ciencia libre de valores: la sociedad no tiene
El ideal de la neutralidad valorativa ¿es valorativamente neutro? por qué esPerar que la práctica de la ciencia produzca una ciencia por o
p"to.f bienestar público. En suma: la sociedad no puede exigir que los
Coincidimos con Dan Hicks cuando argumenta que el ideal de la neutrali- individuos o la ciencia produzcan nada con miras a satisfacer la§ necesida-
dad valorativa esrá teñido de los valores ético-políticos del libertarianismo. des básicas de los demás.
Es decir: no es valorativamenre neutro. Según la síntesis de Hicks (2011, I-a ñlosofia política liberal y el comunitarismo requieren,
por el contra-
al bienes-
p. 1241), dicho ideal implica que los científicos deben involucrarse en la rio, que los indiüduos hagan contribuciones al bien público' o
los liber-
práctica científica (1) solo para producir excelentes teorías científicas de tar de lo, otros, aun involuntariamente (Rawls, 1999).6 Además,
acuerdo con estándares que son independientes de todo conjunto de valo- tarios,entantoafirmanquelosindividuosnodebentomarencuentala
res éticos y políticos, (2) solo en tanto los medios para producir esas teorías totalidad de las consecuencias de sus acciones, hacen que se cumpla la ana-
científicas sean moralmente permisibles. Por lo tanto, no es permisible que logíaconelprimerpuntodelidealdelacienciavalorativamenteneutra,
de investi-
la ciencia, en tanto práctica, viole los derechos de otros. deacuerdo con el cual las decisiones acerca de los programas
la "calidad" de las teorías producidas,
Este ideal tiene dos rasgos obüos. En primer lugar, los científicos, al gación solo deben tomar en cuenta
elegir programas de investigación, no deben tomar en cuenta las conse- independientementedecualquierotraConsecuenciadesusacciones.Los
fines de los otros, así como los efectos de las acciones indivi$ales
cuencias de sus acciones, excepto la excelencia de la teoría producida. Esto sob¡'e

es coherente con la lamentable actitud del Premio Nobel de Física percy los otros, no deben necesariamente ser tenidos en cuenta'!¿f', i'
Williams Bridgman, quien en diciembre de lg46 respondió aJ. Robert Porlotanto,lasanalogíasseñaladasjustificanlaafirmacióndequeel
éticopolí-
Oppenheimer que los científicos no deben ser considerados responsa- ideal de la ciencia valoratiámente neutra depende de supuestos
bles por las consecuencias de sus acciones o desaciertos (afirmaciones ticos,enparticular,enelcasodiscutido,deloslibertarios'porloqueno
hechas en el marco de la célebre polémica acerca del uso del armamen- p.,.d.r.rconsideradolibredevaloreséticosypolíticos'Luego'nosololas
to nuclear). p"í.ti.rrci..rtíficas,entodossuscontextos,estáncargadasdelalores"exter-
que no son valo-
En segundo lugar, la sociedad es considerada como externa a la ciencia nos" (ya sean éticos, políticos, económicos o sociales) ' o sea
las filosofias de las ciencias que Pos-
y separada tajantemente de ella. De acuerdo con este ideal, solo es posible rativamente neutras, sino que, además,
asumen valores ético-políticos'
establecer restricciones mínimas, como no dañar a otros cuando se inten- tulan la neutralidad valorativa de las ciencias
ta alcanzar los propios objetivos, pero no qué debe hacer la ciencia (a lo
sumo, podría deternrinar qué no debe hacer). Requiere asimismo que la
influencia externa sobre la ciencia sea mínima, y que el rol del Estado y ¿Y ahora qué?
otras instituciones sociales se limite a la protección de la ciencia de esa
influencia (aunque hay que señalar también la actitud hipócrita de cier- Para contestar, nada mejor que tratar de ubicarnos
dentro de un Programa
abarcador posible'
tos personajes, como por ejemplo Bridgman, cuando requieren y aceptan posible para una filorodu potititu de las ciencias lo rnás
la acción del Estado si esta consiste en la entrega de fondos económicos
para proteger a la ciencia de toda "eventualidad externa").
.6Además,parzTaylor(1985)vivirensociedadesunacondiciónnecesariaparalalibertad
En breve, considerando los dos rasgos, cabe'conclúir que el científico su libertad'
humana, el luiar cruiiat Para que los individuos ejerciten
no es responsable de los efectos positivos o negativos de la investigación. 7 Todo esto es coherente cán hs tesis libertarias de Nozick
(19?4)'
La dimensión valorativa de las ciencias ¿Por qué 'polftica'? 222

Dominique Pestre nos ayuda al proponer las siguientes tendencias Creemos que ahora queda más claro que nos hemos concentrado en
dominantes acerca de las ciencias y sus intersecciones con el ámbito polí- la segunda tendencia, porque es allí donde se sigue discutiendo la posibi-
tico en el siglo xx. lidad de una ciencia descontextualizada de su ámbito político, totalmente
independiente de sus valores, incluidos los éticos'
(1) Las ciencias como sistemas de conocimiento, como propone la histo- Nuestro trabajo puede también leerse, Pues' como una muestra de que
ria de las ideas, conceptos y teorías con total abstracción de los marcos no es necesario hacer filosofía de las ciencias siguiendo las tendencias (3)
político-económicos en que se desarrollan. y (4) para considerar ineludiblemente el marco dela polis donde se desa-
Esta tendencia es justamente la que hemos criticado en este rabajo, rrollan las prácticas científicas.
pues la neutralidad valorativa como garantía de la objetiüdad cientí- En síntesis: se avzrnza hacia una filosofía política de las ciencias ya antes
fica es parte constitlttiva de ella. de arribar al ámbito de sus aplicaciones en un contexto políticoeconómi-
(2) Las ciencias como sistemas de prácticas. Se obtiene una historia basa- coindustrial-militar. Tal avance es ettriquecedor, porque des-oculta los
da en conceptos, hipótesis y especialmente actiüdades y métodos polí- valores de todo tipo presentes en las prácticas científicas, haciendo nece-
ticamente contextualizados, aunque sin discutir en detalle los disposi- sarias versiones más apropiadas de la objetividad y la racionalidad cientí-
tivos y el ámbito político-ecor-rómico en los que se desarrollan dichas ñca que ahora incluyen ineludiblemente su dimensión práctica de tomas
prácticas científicas. de decisión de acuerdo con valores epistémicos, como verdad, simplicidad,
Esta ha sido la temática básicamente discutida en nuestro estudio, etc., y ético-políticos, como, por ejemplo, el florecimiento humano. Todo
por-riendo el acento en la dimensión valorativa de la actiüdad científi- ello implica ir más allá de la versión cientificista y engañadora de la cien-
ca, en especial donde más se Ia rechaza, en el contexto dejustificación. cia como una investigación "pura" conducente a las "certezas fundamen-
(3) Estudiar la interrelación entre ciencia, tecnología e indurstria. La histo- tales". Nuestro trabajo muestra, como lo han hecho ciertos autores, que
ria de las ideas es una historia externa que se intersecta con la historia la investigación cientíñca no es ni una cosa ni la otra.
de la tecnología, la industria y, especialmente, los negocios. Uno de Ello no impide que la ciencia sea una herramienta humana importantí-
sLrs temas centrales es el de la investigación y desarrollo, sobre todo sima y muchas veces exitosa; tal como Bertrand Russell la considera, como
respecto de los modos de innovación tecnológica. Aquí la relación con el auténtico carácter del conocimiento humano: "pasar de la certeza infun-
la política es notable, en especial con las políticas públicas. dada a incertezas bien fundadas". Ahora tenemos claro que en esa funda-
(4) Como un acápite de (3), esta tendencia se centra en las relaciones mentación intervienen tanto la razón teórica como la razón práctica, que
entre la ciencia y el complejo de la industria rnilitar, por lo que no opera inevitablemente de acuerdo con valores.
extraña que haya adquirido más y más interés luego de la Segunda En ese avance hacia una filosofía política de las ciencias han de tomar-
Guerra Mundial y las guerras de expansión imperial del capitalismo. se en cuenta dos notas de cautela: (1) decir rotundamente "no" al empo-
brecimiento de la filosofía de las ciencias (como cuando se la reduce a la
Lo afirmado en (3) y (4) ha quedado fuera de nuestra discusión, porque mera lógica del lenguaje científico) o al empobrecimiento de la filosofía
ha sido vastamente discutido y se ha reconocido, sin objeción, que toda misma (como cuando se la reduce a la filosofiLa de las ciencias sin más,
filosofía de las ciencias y la tecnología que se ocupe de ello es necesa- dejando de lado, por ejemplo, la ética, la estética' la ontología y la filoso-
riamente "política". Sin embargo, sigue habiendo ámbitos vírgenes muy ffa de la historia), algo muy común en las versiones positivistas y/o empi-
importantes para una filosofía política de las ciencias. Las relaciones entre ristas del conocimiento científico, y (2) decir también rotundamente "no"
ciencias y política han de ser ñlosóficamente abordadas para esclarecer: (a) a la desaparición de la política, como sucede cuando se la sustituye por la
la relación entre éxito científico y poder poiíti.o, (b) Ias relaciones entre opinión de científicos y tecnólogos §in más (léase "por expertos"). En las
éxito científico y seguridad nacional, y (c) la administración de las "cien- sociedades occidentales, especialmente en los siglos xx y xxl, la ciencia se
cias duras" en bcneñcio de las economías nacionales. Falta, por ejemplo, ha transformado en "la" autoridad para legitimar la acción política públi-
más investigación y discusión filosófica acerca de cómo la ciencia (y las ca. Además, esto parte de una concepción de la ciencia según la cual ella
ideologías científicas) son usadas por el Estado para ríranipular el ámbito no depende de decisione§ partidaria§, lo que permite a los que detentan
de lo social. el poder "tecnificar" las decisiones en política pública, o sea, "desPolitizar"
zz4 La dimensión valoraliva de las ciencias

tales decisiones. se produce entonces una instrumentalización de la polí-


tica mediante el uso de especialistas, lo que da a las resoluciones una
apariencia de necesidad, de "no hay otra", que es una forma de sustituir
las decisiones democráticas adoptadas en términos de los valores de una
comunidad por imposiciones aparentemente "científicas" de supuestos
expertos apolíticos.
No existen los seres humanos apolíticos, como no existe una ciencia Referencias bibliográficas
"pro" fuera de un contexto sociopolítico. En tanto la ciencia es una institu-
ción social, esrá imbricada siempre en un sistema político. Toda sustitución
de la política por expertos y de las humanidades por supuestas "ciencias
sociales" meramente analítico-cuantitativas ha sido usualmente parte fun-
damental de las ideologías conservadoras; no debemos olüdarque uno de
sus gritos legitimadores esjustamente el de "no hay otra", que es el mismo
grito usualmente proferido por los "expertos" cuando objetamos algunas
de sus propuestas. El resultado estremecedor fue, y es siempre, la desapa-
rición de la distancia crítica.
Anderson, E. (2004), "Use of Value Judgments in Science: A General Argument
De modo análogo, negamos rotundamente la reducción de la políti- with Lessons from a Case-Study of Feminist Research on Divorce", Hypatia,
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En el avance hacia una üda cada vez en mayor plenitud, tanto las cien- Carnap,R. (1962) tl950l, LogicalFoundationsofProbabilitl,ChicagoyLondres,The
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tajantemente enre sí o sustituir unas por otras ha sido parte de progra_ - Rudalf Camap. Illinois, Open Court, pp. &86.
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