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Para otros usos de este término, véase Ponto (desambiguación).
Reino del Ponto
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281 a. C.-63 a. C.
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Ubicación de Ponto
Reino del Ponto 250 a.C y sucesivas expansiones
Capital Sínope
Idiomas Griego antiguo
Antiguo persa
Laz, etc
Religión Mitraísmo
Gobierno Monarquía
Período histórico Edad del Hierro
• 281 a. C.
• 63 a. C.
El reino del Ponto (en griego antiguo, Βασιλεία τοῦ Πόντου, Basileía toû Póntou, en
latín, Regnum Pontii) fue un Estado helenístico de la Antigüedad fundado en el año
281 a. C. tras las guerras de los Diádocos por Mitrídates I, procedente de una
dinastía de origen persa la cual podría provenir de Darío I y la dinastía
aqueménida. Estaba localizado al noreste de la península de Anatolia en la propia
costa del mar Negro, entre los ríos Fasis y Halis, lugar que se conoce como la
región del Ponto. Como Estado helenístico, el reino poseía principalmente una
cultura griega y el idioma oficial de facto era el griego, remontándose la
presencia griega en el Ponto hasta el siglo VIII a. C., a los griegos de esta zona
se les conoce actualmente como griegos pónticos.1
Su nombre deriva de Ponto Euxino, nombre que dieron los griegos jonios al mar
Negro. Gradualmente, el territorio se identificó con ese nombre y en algún momento
del siglo III a. C. se redujo a Ponto, que significa simplemente mar. Lo más
probable es que el nombre de Ponto no fuera originalmente el nombre propio del
reino: llegó a serlo sólo durante el reinado del último rey (Mitrídates VI),
coincidiendo con su cénit y mayor expansión; lo que provocó una serie de guerras
con la República romana conocidas como guerras mitridáticas.23 Después de la muerte
de Mitrídates VI, el reino fue desmantelado por Roma en el año 63 a. C.
Índice
1 Historia
1.1 Nacimiento
1.2 Consolidación
1.3 Reinado de Mitrídates VI
1.3.1 Primera guerra mitridática
1.3.2 Segunda guerra mitridática
1.3.3 Tercera guerra mitridática
1.4 Final del reino
2 Sociedad
3 Gobernantes del Ponto
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Historia
En su origen fue una satrapía del Imperio aqueménida, consolidada por el sátrapa
Ariobarzanes II de Cíos en el año 363 a. C., que consiguió someter a las tribus del
interior y estabilizar la satrapía. El porvenir de la región fue alterado
radicalmente cuando en el año 334 a. C. Alejandro Magno inició sus campañas en
Anatolia.4 Tras las batallas del Gránico y de Issos el poder de Persia en Asia
Menor se derrumbó. La satrapía del Ponto no fue inicialmente ocupada por los
ejércitos griegos, generándose un vacío de poder que consolidó a Mitrídates II de
Cíos como gobernador.5
Nacimiento
Consolidación
Imperio seléucida
Reino de Pérgamo
Reino de Bitinia
Partos
Reino Grecobactriano
Tras la caída del imperio de Antígono, Ptolomeo, el gobernador de Egipto, se hizo
con muchas de sus posesiones en Anatolia. Ptolomeo aprovechó los problemas internos
de los seléucidas para iniciar la Primera Guerra Siria en el año 274 a. C. contra
los seléucidas, con la pretensión de seguir extendiendo sus dominios en Siria y
Asia Menor, lo que le llevó a enfrentarse a varios estados, entre ellos el Ponto.13
Ariobarzanes derrotó a las fuerzas enviadas en su contra por Ptolomeo I de Egipto
con la ayuda de tropas galas, recientemente instaladas en Asia.14 En estos
enfrentamientos, Egipto no consiguió controlar Asia Menor, pero aumentó sus
territorios controlando el sur de Siria y Fenicia. Además consolidó su posición
como primera potencia naval del Mediterráneo oriental. Después de terminar la
guerra en el año 271 a. C., Egipto controlaba numerosos enclaves que se extendían
desde las Cícladas a Samotracia, y los puertos y ciudades costeras de Cilicia,
Traquea, Panfilia, Licia y Caria. Tras la muerte de Ariobarzanes, su hijo tuvo que
hacer frente a una invasión por los gálatas, que fueron expulsados con éxito.
Años después, en el año 260 a. C., comenzó la Segunda Guerra Siria en la que
Antígono Gónatas y Antíoco II Theos, sucesor de Antíoco I Sóter, se aliaron y
atacaron a Ptolomeo II, quien por su parte intentó atraer a su bando a Eumenes I de
Pérgamo. La guerra concluyó en el año 253 a. C. con la derrota de la flota egipcia
en Cos, en la que el faraón perdió el predominio naval en el Egeo. Esto motivó la
pérdida del control de muchos territorios por parte de Egipto en Asia Menor y que
el Reino del Ponto entrase dentro de la esfera de influencia seléucida. Egipto
continuó controlando algunas ciudades del sur de Anatolia, sin seguir influyendo
decisivamente en la región.
Reinado de Mitrídates VI
Las derrotas pónticas y los cambios políticos habidos en Roma propiciaron una
situación desfavorable tanto para Sila como para Mitrídates. Esta coincidencia
motivó que los dos hombres se entrevistasen para firmar el tratado de paz de
Dárdanos en el 85 a. C., por el cual el Ponto entregó a Sila 70 navíos, 2.000
talentos y renunció a sus posesiones sobre Capadocia y Bitinia.
César tuvo noticias de los hechos en Egipto e inició la marcha hacia el Ponto para
enfrentarse a Farnaces. La batalla entre las tropas cesarianas y las de Farnaces
tuvo lugar en el norte de Capadocia, cerca de la ciudad de Zela. El enfrentamiento
derivó con celeridad en una victoria romana, aniquilando completamente las fuerzas
enemigas. Farnaces huyó hacia el Bósforo con una pequeña sección de sus tropas de
caballería. Sin poder alguno, fue asesinado por un antiguo rival al trono del
Bósforo. Tras la campaña, Julio César pronunció sus famosas palabras en el Senado:
veni, vidi, vici, en alusión a la rapidez y totalidad de su victoria.32
Sociedad
Artículo principal: Período helenístico
Las conquistas de Alejandro posibilitaron que todo Oriente fuese influenciado por
la cultura y las relaciones comerciales griegas, si bien las costas de Anatolia
llevaban siglos recibiendo la influencia griega a través de las numerosas colonias
que allí se establecieron. Son destacables las dos ciudades que fueron capitales
del Reino del Ponto: Amasia y Sinope. En el ámbito militar, también se extendió la
influencia griega, introduciéndose la utilización de las falanges por todo Oriente,
en combinación con las viejas costumbres iranias como montar a caballo y el arco,
artes que debían dominar los reyes del Ponto.34
El Reino del Ponto se caracterizó por una marcada distinción entre la clase rural y
la urbana. La distancia social entre las clases altas y las bajas fue acentuada por
las diferencias culturales prevalentes entre ellas. Las ciudades costeras estaban
plenamente helenizadas; en cambio, sólo se puede especular que en algunas zonas
rurales penetró la civilización griega. Los territorios montañosos lejanos a la
costa siguieron aferrándose tenazmente a sus antiguos lenguajes, costumbres y
formas de vida. Sin lugar a dudas, el Ponto es un ejemplo más de la propagación de
la cultura helénica después de las conquistas de Alejandro en otras regiones
bárbaras. Esto también afectó a la concepción e idea de la realeza, que se vio
envuelta en círculos griegos cada vez más influyentes y poderosos, terminando por
adoptar las pautas de educación y los criterios sucesorios que predominaban en las
grandes dinastías macedonias. Sin obviar la permanencia de ciertos rasgos
ancestrales, que permanecieron posiblemente con vistas a legitimar al heredero
respecto a la nobleza irania y al conjunto de población indígena, en particular la
rural, a la que gustaba ver en el rey la encarnación tradicional de la soberanía,
al margen de unos cambios que afectaban ante todo a algunas élites de la sociedad
póntica.35