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TOMAR EL LAPIZ PARA ESCRIBIR:

Condiciones indispensables para que los niños escriban lo mejor que puedan y
progresivamente, de manera más convencional:

 Que los niños cuenten con fuentes de información, con escrituras confiables y
seguras para obtener informaciones para producir sus propias escrituras.
Ejemplo: El propio nombre y el de los compañeros, rótulos de cajas donde se
guardan materiales de uso común en la sala, agenda semanal donde aparecen
los nombres de los días de la semana, títulos de libros muy conocidos, y toda
escritura producida por el maestro frente a los alumnos.
Para que las escrituras resulten una fuente de información, se requiere que
los niños sepan que función cumplen y que dicen, hay que usarlas con
suficiente frecuencia para que les resulten conocidas.
 Es indispensable que los alumnos encuentren situaciones donde tenga
sentido escribir.
Ejemplo: Para informar a otros, para dar indicaciones a otros, para guardar
memoria de un paseo, etc.
 Las escrituras resultaran más productivas si es posible abrir espacios de
discusión entre pares y con el docente acerca de cómo escribir. (Esto
promueve la reflexión sobre el sistema de escritura)
El maestro debe abstenerse de decir cómo se escribe convencionalmente una
palabra para permitir que sus alumnos elaboren alguna manera de hacerlo. Hay
que intervenir de modos que ayuden a los niños, pero no escribiendo la palabra
de forma convencional.
Cuando los niños tienen que escribir por sí mismos, en pequeños equipos, tienen
información muy útil en las fuentes de información permanentes, en los libros
recientemente consultados y en el afiche que dictaron a la docente: hay muchas
palabras convencionalmente escritas, el problema será que usar y como, haciendo
interactuar lo que ellos piensan de la escritura (sus hipótesis) con la escritura
convencional que ha producido la maestra. Esta última es una sola, pero las hipótesis
de los niños son diversas, por lo tanto también son diferentes resultados.
Durante los intercambios circula gran cantidad de información sobre el sistema de
escritura, sobre cómo escribir, sobre cómo se vinculan los segmentos de la escritura
con los segmentos de la oralidad, sobre cuáles son esos segmentos. Al discutir los
alumnos tuvieron oportunidades de coordinar tales informaciones para construir
progresivamente conocimientos sobre el escribir y la escritura.
Cuando los alumnos toman el lápiz para escribir por si mismos se centran en
problemas relativos a la producción material de la escritura: cuantas y cuales letras
se necesitan “para que diga”. Para que esto resulte posible, el maestro interviene
aportando el mismo información necesaria, proponiendo consultas entre compañeros
y en diversas fuentes escritas (nombres propios, escritura de los días de la semana en
el calendario o en la agenda de trabajo, títulos de los libros de la biblioteca)

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