Está en la página 1de 8

MEDICINA TRADICIONAL

ECUATORIANA
La salud integral, es un derecho del
ser humano, como tal dentro de las
manifestaciones implícitas de la
cultura, debe ser valorado en sus
distintas dimensiones. Dada la crisis
económica que atraviesa nuestro
país y la idiosincrasia de nuestro
pueblo la medicina tradicional ha
tomado un auge, auge que se debe
también a los equilibrios que
proporciona el hacer uso de la
misma, es decir las pocas
contraindicaciones médicas que
provoca.

La medicina tradicional, en el
Ecuador tiene raíces históricas que
se remontan diez mil años en el
tiempo, cuya permanencia se ha
hecho plausible a lo largo de tres
siglos de colonia española y dos de
vida republicana. Vigencia que ha
sido sustentada en satisfacer las
necesidades y cosmovisiones de los
pueblos necesitados del Ecuador, así
se han nutrido con su esencia; indios,
mestizos, montubios, campesinos, y
otros grupos que han encontrado en
ella una alternativa menos costosa y de fácil acceso.

Los viejos curanderos salen de la clandestinidad, difunden sus remedios, practican los ritos
ancestrales, como una consecuencia del resurgir cultural que marca la época, sin embargo las
estructuras de poder no han legalizado su ejercicio. Gracias a la iniciativa popular van
alcanzando y proyectando sus necesidades. Prueba de ello se creó el proyecto de medicina
tradicional "En la mira de nuestras abuelas", que se desarrolla en Calderón, una zona urbano-
marginal de Quito. Proyecto piloto de salud pluricultural ha sido diseñado de manera
participativa por madres de familia, curanderos y médicos.

La nueva medicina, no debe descartar posibilidades, debe ser un punto donde converjan de
manera integral todos los viejos y nuevos conocimientos promoviendo una visión integral de la
salud, que se exprese en el equilibrio espiritual, social, ambiental, mental y físico del hombre.

Los yachacs tienen el deseo de buscar soluciones para superar el prejuicio cultural de
desvalorización y miedo a la medicina ancestral, luchando también porque su conocimiento
milenario sea respetado por las transnacionales que ponen en peligro los delicados
ecosistemas en América Latina. Es quizá este el conflicto cultural, que debemos superar;
medicina tradicional, frente a medicina formal. Por un lado los laboratorios procesan,
comercializa y lucran de las plantas y por otro lado el hombre ve en natura la posibilidad de
salud familiar; en esta negación la corriente del nuevo ser humano es hallar los equilibrios
necesarios para que la medicina como ya dijimos sea una expresión complementaria.

Es bueno saber que aquellos que entregan su vida al servicio de la salud tradicional, en nuestra
provincia se hayan organizado en la Asociación de Productores de Plantas Medicinales de
Chimborazo “Jambi Kiwa”, la misma que agrupa a 623 familias, mayormente Puruhaes de 60
comunidades de los cantones Riobamba, Alausí, Pallatanga, Palmira, Guamote, Cumandá y
Chambo y que construyendo comunitariamente nos proyecten un futuro de alternativas donde
tengamos la posibilidad de elegir lo que entregamos a lo que más amamos, nuestros hijos. 

Medicina ancestral, sabiduría que no desaparecerá

Parteras, curanderos, fregadores y sanadores son algunas de las personas que practican
la medicina ancestral. Los remedios van acompañados de ceremonias espirituales. Pese a
los avances en la medicina moderna, hay muchas enfermedades para las que la ciencia no
encuentra respuesta. Varias personas acuden a tratamientos alternativos ya sea porque
los médicos no tienen un diagnóstico para los síntomas que padecen o porque
simplemente confían más en la medicina tradicional. Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), la medicina tradicional es un conjunto de conocimientos, aptitudes y
prácticas basados en teorías, creencias y experiencias indígenas de las diferentes
culturas, sean o no explicables, usados para el mantenimiento de la salud, así como para
la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas o
mentales.

Los conocimientos de la medicina ancestral han sido transmitidos de generación en


generación. Algunos de los males que cura son los espantos y las recaídas. Enrique
Cachiguango afirma ser un “caminante de esta medicina” y recuerda que todo lo aprendió
de sus antepasados. “Mi abuelo, mi madre y mi padre conocían esta medicina, yo me crié
con estos conocimientos; es más, yo nací en la casa con una partera”, comenta
Cachiguango, quien es oriundo de Otavalo, Imbabura. Aunque la mayoría de personas
relacionan la ancestralidad con el pasado o lo antiguo, en los pueblos indígenas tiene otro
significado. Ellos tienen una visión diferente del tiempo. Cachiguango asegura que no hay
pasado, presente y futuro, y que el tiempo no es lineal sino cíclico. “Lo que fue alguna vez
volverá a ser aunque con otros aportes, pero ese tiempo vuelve”, comenta. En ese sentido
—señala— lo ancestral no existe en los pueblos indígenas. Para ellos la ancestralidad es
la inspiración original que la naturaleza ha provocado en los seres humanos, la cual va
acompañada de las tradiciones de cada pueblo. La medicina ancestral tradicional andina
es todo un sistema de salud que se ha mantenido vivo gracias al esfuerzo y defensa de los
pueblos indígenas a través de los siglos. Esta medicina también tiene niveles o
especialistas.

Dentro del mundo kichwa del norte existe el yachakuk que es el aprendiz; el herbolario que
conoce todo sobre las hierbas medicinales; la partera; el fregador o huesero que se
encarga de las lesiones; el kuyphichak que es quien diagnostica y hace tratamientos con
cuyes; el riquk que diagnostica leyendo la vela; el hampiyachak que es el sabio de la
medicina y, finalmente, el yachak que es el máximo sabio de la comunidad. Todos ellos
ocupan elementos de la naturaleza. Por ejemplo, en ocasiones utilizan el corazón o núcleo
de la piedra para los tratamientos. Cachiguango aclara que la medicina ancestral no puede
tratar enfermedades modernas como el sida, el cáncer o el ébola. “Sí habría la posibilidad
de curar estas enfermedades, pero habría que cambiar completamente el sistema de vida.
La medicina tradicional ancestral no puede, como la medicina convencional, frenar de un
plumazo cualquier enfermedad”, explica Cachiguango.

La medicina ancestral cura las enfermedades conocidas como etnoculturales. Algunas de


ellas son el mal viento, los ojeados, el espanto y las recaídas, entre otras. Según Carmen
Cumba, de 54 años, partera desde hace 38, los médicos convencionales no pueden curar
estos males. Ella es de la comunidad de Alambuela (Imbabura) y comenta que varios
enfermos, después de estar hospitalizados, van a la comunidad para ser curados.
Recuerda que algunas de sus amigas fallecieron mientras daban a luz, incluso su primer
hijo murió en el parto. Fue entonces que decidió ser partera. Aprendió los conocimientos
de su madre y de su abuela. Aprendió cómo revisar a la mujer embarazada, qué peligros
pueden correr la madre y el bebé, cómo atenderlos, cómo debe acomodarse la madre para
dar a luz y qué hierbas le puede recomendar. También realiza una ceremonia para curar
del espanto a la parturienta, para ello combina tierra, agua, aire y fuego. Ahora atiende
partos en varias comunidades del norte. Además, cura las torceduras y resfriados. Estas
tradiciones medicinales se relacionan directamente con la cosmovisión de la comunidad y
su espiritualidad, y buscan que el paciente se conecte con la Tierra.

“La visión del mundo es que toda la naturaleza, el átomo de la materia, la célula animal, la
molécula del agua, son seres vivos que tienen inteligencia propia. El taita yachak hace que
el enfermo se reconcilie, a través del ritual, con su enfermedad, que acepte su realidad.
Cuando el paciente acepta empieza el proceso de sanación. En otras palabras, está
conversando con sus células enfermas para que se curen”, explica Cachiguango. Para él,
la modernidad está pensando en una lógica tal vez académica, de cálculo y de evidencias,
mientras que la medicina ancestral se rige por una lógica de la emotividad, es intuitiva; una
lógica del amor y de sentimientos.

Para el mundo indígena la medicina ancestral es una sabiduría sin tiempo, es una
sabiduría que surge de la tierra. “En el mundo indígena el ser humano no hace
conocimiento, el ser humano solo aprende, la que realmente hace el conocimiento es la
madre naturaleza y, según nosotros, es el libro más antiguo que existe”, añade
Cachiguango. Sabidurías La Organización Mundial de la Salud reconoce estos saberes
ancestrales Según la OMS, la medicina tradicional abarca diferentes terapias y prácticas
que varían entre países y entre regiones. En algunos lugares se denomina medicina
alternativa o complementaria.

La medicina tradicional se utiliza desde hace miles de años para contribuir a la salud
humana, en particular como proveedores de atención primaria en el ámbito comunitario.
De acuerdo con la OMS, a partir del decenio de 1990 se ha constatado un resurgimiento
de su utilización en muchos países desarrollados y en desarrollo. Según la Organización
Panamericana de la Salud, este tipo de medicina es parte de la cultura de un pueblo, no
hay sociedad que no haya desarrollado algún sistema de medicina, es decir, un sistema
ideológico o doctrinario acerca de la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, y más
concretamente sobre las causas de las afecciones, la manera de reconocerlas y
diagnosticarlas, así como las formas o procedimientos para aliviar, curar o prevenir las
enfermedades para preservar y promover la salud.
Verdades y mentiras sobre la técnica de la
acupuntura
CRECE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA SOBRE EL PROCEDIMIENTO MILENARIO, PERO AÚN ES
ESCASA. SEPA PARA QUÉ SIRVE Y CUÁLES SON SUS LÍMITES

MARÍA SÁNCHEZ-MONGE

Los pacientes llegan a la consulta con un diagnóstico occidental y salen con un tratamiento oriental.
Todo dentro del Sistema Nacional de Salud. La Unidad del Dolor del Centro de Salud Doña Mercedes
de Dos Hermanas (Sevilla), coordinada por el médico de familia Jorge Vas, es una de las
excepciones a la norma general en España. Administra acupuntura a unos 40 pacientes al día, a
pesar de que esta terapia no figura en la cartera de servicios de la sanidad pública. Ni siquiera en la
andaluza, aunque la Consejería de Salud lo prometió hace algunos años.

Quienes pasan por las manos de este experto en la milenaria técnica china sufren, sobre todo,
artrosis (de rodilla, lumbar o cervical) y problemas musculares, como contracturas. Sin embargo, la
dolencia en la que afirma obtener los resultados más espectaculares es la migraña. «Tras el
tratamiento, disminuye tanto la intensidad como el número de crisis. La mayoría de los pacientes se
va con sólo el 10% de fármacos que tomaba antes», asegura.

Prácticamente todos los médicos que se han adentrado en la senda de la acupuntura muestran el
mismo entusiasmo cuando se refieren a sus efectos. Este apasionamiento contrasta con los
modestos poderes que le confieren los ensayos clínicos y las revisiones científicas.

En todo caso, el escepticismo respecto a esta terapia complementaria es cada vez menor, incluso
entre la clase médica. Una prueba de ello es que los colegios de médicos acogen secciones o
asociaciones de facultativos que la practican. Aún así, su implantación es mucho menor que en
países como Francia o Alemania. Muchos especialistas creen que, a medida que avancen las
investigaciones, se confirmará todo el potencial de la técnica.

¿La inserción de agujas en puntos clave del organismo puede curar o sus efectos son producto de la
sugestión? Hay opiniones para todos los gustos y muy pocas evidencias, aunque el creciente interés
por la medicina complementaria está empezando a despejar algunas dudas. El denominado efecto
placebo, es decir, la obtención de beneficios por la mera expectativa de lograrlos, puede ser uno de
los motores que impulsan esta técnica. Si es así, ¿qué hay de malo en ello? Pero la pregunta clave
es si hay algo más.

Este debate se reabrió recientemente, a raíz de una revisión sistemática que publicó el 'British
Medical Journal' ('BMJ') el pasado enero sobre la utilidad de la acupuntura en el tratamiento del
dolor. El trabajo, realizado por investigadores de la Colaboración Cochrane, concluía que los efectos
analgésicos observados por la mayoría de los estudios son tan pequeños que carecen de relevancia
clínica. Esos ensayos compararon la inserción de agujas en los puntos indicados y con la profundidad
adecuada con la introducción de las mismas de manera más superficial y en localizaciones no
'oficiales'. Incluso esta acupuntura simulada calmaba las molestias, aunque también muy
modestamente.

Los médicos acupuntores, como Isabel Giralt, editora de la 'Revista Internacional de Acupuntura', no
niegan que aún existan muchas incertidumbres. Según esta experta, la adaptación occidental de la
filosofía china ha servido para constatar que los puntos de inserción tradicionales «tienen relación
con los sistemas vascular y nervioso». Sin embargo, advierte de que esta concepción está
empezando a cambiar «porque se han observado efectos sólo por el hecho de pinchar la piel, aunque
sea superficialmente». Por eso, cree que «la acupuntura no se debería comparar con un placebo
[tratamiento simulado], sino con otras intervenciones».

En este sentido, recalca que los pinchazos 'no estratégicos' son eficaces, sobre todo, «en las
enfermedades con mucho componente sensorial, mientras que en las más físicas es mejor la
profunda, la que se inserta en el músculo».

Alberto Labodía, de la sección de médicos acupuntores del Colegio de Zaragoza, admite que esta
técnica, puede actuar como un placebo, un fenómeno que, por otra parte, «existe desde siempre en
la medicina». Pero niega que ésta sea la única explicación de su eficacia. «En animales se han visto
efectos llamativos. Un perro o un caballo difícilmente entienden de sugestión», precisa el facultativo.

Una posible explicación de los beneficios de la acupuntura sería la siguiente: una parte está en la
mente, pero también hay algo más. Se han observado efectos fisiológicos tras las sesiones de
punción, como la liberación de sustancias analgésicas, pero no se conocen los mecanismos exactos.

EVIDENCIAS

La Colaboración Cochrane, encargada de realizar revisiones de estudios sobre tratamientos médicos,


evalúa periódicamente las aportaciones científicas sobre la efectividad de la acupuntura en diversas
patologías. En la mayoría de los casos, el repaso de los ensayos concluye con un ni 'sí' 'ni' 'no': no
existe suficiente evidencia de que la técnica sea beneficiosa porque hacen falta más estudios o estos
son demasiado heterogéneos, los trabajos realizados se basan en muestras muy pequeñas o no
tienen la calidad deseada... Sin embargo, en determinadas patologías ha cambiado el panorama. Así,
algunas revisiones ya son concluyentes porque en los últimos años la actividad investigadora ha sido
muy prolífica. Estos son los principales problemas de salud que han recibido un veredicto positivo:

Artrosis de rodilla.

La acupuntura reduce el dolor y mejora la función articular a corto plazo. También resulta útil como
adyuvante al tratamiento con analgésicos.

Dolor dental posoperatorio.

La inserción de agujas alivia las molestias tras la extracción de molares cuando se compara con
acupuntura simulada o con no dar ningún tratamiento.

Lumbalgia.

Cuando este problema es crónico, la terapia milenaria lo alivia a corto y medio plazo cuando se
aplica en combinación con otras estrategias.

Migraña.

La frecuencia y la intensidad de los ataques de dolor de cabeza se reducen por el efecto de la


introducción en la piel de las finas agujas. No obstante, esto ocurre tanto con el procedimiento real
como con el simulado.

Cefalea tensional.

Ante estas molestias, la última revisión de estudios muestra unos resultados más contundentes que
los obtenidos con la migraña. Así, la mitad de los pacientes que recibieron la técnica no simulada
comunicaron un descenso de al menos un 50% en el número de días con dolor de cabeza, frente a
sólo un 41% de las personas que se sometieron a métodos falsos o inadecuados.

Dolor de cuello.
La acupuntura proporciona un mayor alivio que el tratamiento simulado cuando se produce de forma
crónica. También se ha observado que es mejor que permanecer en lista de espera sin hacer nada
cuando los síntomas dolorosos descienden hacia los brazos.

MENOR CERTEZA

La Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía publicó hace unos meses un repaso
de las principales indicaciones de la acupuntura, basado en las revisiones de la Cochrane. Los
autores del trabajo hacen constar «la complejidad de la técnica evaluada, la heterogeneidad de los
estudios y las dificultades metodológicas encontradas». Teniendo en cuenta estos factores,
clasificaron como «beneficiosas» las aplicaciones con un mayor respaldo científico y como
«probablemente beneficiosas» aquellas intervenciones «de eficacia bastante clara, pero menos
concluyente», como el tratamiento del dolor de la fibromialgia a corto plazo, la reducción de las
náuseas y vómitos provocados por la quimioterapia o las molestias pélvicas y lumbares de las
embarazadas en combinación con un programa de ejercicios.

Un tercer escalón sería el de las «intervenciones potencialmente beneficiosas o de cierta eficacia


sugerida por una evidencia escasa o limitada», que recoge indicaciones tan diversas como la mejora
de la tasa de fertilidad, el insomnio, las náuseas y vómitos en el posoperatorio o la dismenorrea
(menstruación dolorosa) primaria.

El resto de posibles áreas de aplicación, muchas de las cuales se tratan habitualmente en las
consultas de los médicos acupuntores, son incluidas en el apartado de «eficacia desconocida o
controvertida», donde están las adicciones (como el tabaquismo), el asma, el colon irritable, el
manejo de los síntomas de la menopausia... o en el de «probablemente no beneficiosa», aunque en
este último sólo hay dos indicaciones: el manejo de las náuseas y vómitos tardíos (horas después de
la cirugía o la quimioterapia) y la mejora sintomática de los acúfenos (pitidos en los oídos).

El hecho de que en la mayoría de los estudios se compare la acupuntura con la ausencia de


tratamiento o con una técnica simulada dificulta, según los autores de la revisión andaluza, la
obtención de conclusiones. «Incluso aceptando la evidencia de que la acupuntura puede ser útil en el
tratamiento de algunas dolencias, persiste la incertidumbre de si su eficacia es equivalente o no a la
de las opciones terapéuticas más utilizadas, en particular, las farmacológicas», señalan.

TERAPIA PERSONALIZADA

La necesidad de comparar los efectos del método basado en la medicina tradicional china con los de
los procedimientos habituales en Occidente se añade, según Antonio Ferrández, miembro de la
Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y máster en acupuntura, al
imperativo de ampliar la duración de las investigaciones: «No hay estudios de seguimiento a largo
plazo de las enfermedades crónicas que se han estudiado».

Sin embargo, este facultativo precisa que las disparidades entre las dos concepciones de la medicina
dificultan (pero no imposibilitan) la puesta en marcha de ensayos clínicos a la manera occidental. La
acupuntura no aplica siempre el mismo tratamiento a todos los pacientes con una enfermedad
concreta ni se guía por los síntomas, los análisis de sangre o las pruebas de imagen, sino que el
punto de inserción de las agujas será diferente en cada individuo y dependerá, en palabras del
médico de familia, «de ciertos hallazgos» que el acupuntor observa en el pulso de esa persona, su
aspecto general, cómo es su lengua o sus ojos... Si la terapia es tan variable de una persona a otra,
a pesar de que las dos padezcan la misma patología, con parecida gravedad y similares síntomas,
¿cómo se puede lograr la estandarización necesaria para que los resultados de la técnica puedan
pasar el filtro de un ensayo clínico? Este es el principal reto, que requiere un mayor esfuerzo y más
dinero, al que se enfrenta la acupuntura.

Todo lo que rodea a las medicinas denominadas naturales sigue siendo observado con escepticismo
por gran parte de los especialistas convencionales. Ferrández percibe que sus compañeros de la
semFYC «se están abriendo cada vez más a la acupuntura». Lo mismo puede decirse de la
población: la Unidad del Dolor de Dos Hermanas ya tiene lista de espera.
UNA TÉCNICA QUE PUEDE PRACTICAR 'CUALQUIERA'

En la legislación española sobre donación de sangre y en las recomendaciones del Ministerio de


Sanidad sobre prevención de la infección por VIH se advierte sobre la posibilidad de contagio del
virus del sida a través de las agujas que se emplean en las sesiones de acupuntura. Sin embargo,
los médicos acupuntores subrayan que los utensilios que utilizan son desechables, al igual que los de
las consultas de los dentistas.

Pero, mientras que los odontólogos gozan de leyes que garantizan que su profesión se ciñe al ámbito
sanitario, los facultativos acupuntores, así como las enfermeras, los fisioterapeutas y los
veterinarios, no cuentan con esa exclusividad. De hecho, tal y como apunta León Siboni, presidente
hasta el año pasado de la Asociación de Médicos Acupuntores del Colegio de Médicos de Madrid, «no
se ha legislado sobre los requisitos para ejercer la acupuntura. Cualquier persona puede hacerlo
pagando el Impuesto de Actividades Económicas». Ha habido muchos anuncios y proyectos de
regulación de la medicina complementaria en España, pero ninguno ha salido adelante. Cataluña
puso en marcha un Decreto de Terapias Naturales que fue impugnado tanto por la Organización
Médica Colegial como por el propio Ministerio de Sanidad, ya que dejaba entrar por la 'puerta
grande' a quienes no son profesionales sanitarios. Hasta que se regule este ámbito, los colegios
disponen de sus propios sistemas de acreditación como garantía para los ciudadanos.

DOS VISIONES DIFERENTES PARA UNA MISMA TERAPIA

RESTABLECER EL EQUILIBRIO DEL 'YIN' Y EL 'YANG'

La práctica de la acupuntura se remonta a la China de hace más de 2.500 años. La medicina


tradicional del país asiático contempla el cuerpo humano como un sistema sustentado en el delicado
equilibrio entre dos fuerzas opuestas e inseparables: el 'Yin', que representa el frío, la lentitud, la
pasividad...; y el 'Yang', que simboliza el calor, el movimiento, la actividad... La salud se mantiene
gracias a un adecuado balance entre ambos elementos, mientras que la enfermedad surge cuando
se produce un desequilibrio interno de los mismos, que produce un bloqueo del flujo de energía vital
('qi') a través de unos canales que recorren longitudinalmente la superficie del cuerpo, conocidos
como meridianos. El 'qi' puede desbloquearse de diferentes formas, entre las que se encuentra la
inserción de unas finas agujas que, colocadas en los lugares adecuados, conectan con los meridianos
y logran restablecer el equilibrio energético. La medicina tradicional china también bebe de la fuente
del confucionismo y adopta la teoría de los cinco elementos (madera, fuego, tierra, metal y agua)
para explicar las relaciones entre el cuerpo y el medio ambiente y guiar el diagnóstico y el
tratamiento.

ACTIVACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Los médicos que practican la acupuntura en Europa y Estados Unidos consideran que los
fundamentos orientales de la acupuntura son demasiado filosóficos o poéticos como para ser
adoptados en Occidente, pero no cuentan con una explicación tan 'redonda'. De hecho, hoy por hoy
se desconoce el funcionamiento exacto de la técnica milenaria. Sin embargo, hay algunas pistas de
por qué puede resultar eficaz. En primer lugar, se ha observado que tras la aplicación de agujas se
producen cambios fisiológicos en el cuerpo humano, como la liberación de neuromoduladores
-endorfina, encefalina, dinorfina, lipotropina-, que son unas hormonas que producen cambios en el
sistema nervioso central. Se sabe que estas sustancias poseen propiedades analgésicas y producen
efectos euforizantes y de relajación, lo que explicaría, al menos en parte, los beneficios de la
acupuntura. Por otro lado, se han observado diferencias individuales de carácter no genético en la
analgesia que provoca la acupuntura, lo que se ha comprobado a través de técnicas de imagen,
como la resonancia magnética funcional o el escáner PET (siglas en inglés de Tomografía por Emisión
de Positrones).

MODALIDADES DE APLICACIÓN

La inserción de agujas finas de acero, que miden entre uno y 10 centímetros, es la forma de
administración de acupuntura más conocida, pero hay otras que también son muy utilizadas. Estas
son algunas de ellas:

Moxibustión. Consiste en la utilización de una hierba, 'Artemisia vulgaris', que se quema sobre el


punto de aplicación para generar calor local.

Electroacupuntura. Se basa en aplicar una corriente eléctrica (en diferentes frecuencias) a la aguja
una vez que ésta se ha introducido en la piel.

Acupuntura láser. Utiliza esta tecnología para estimular los puntos específicos de acupuntura.

Acupresión. Hace presión con las manos o con dispositivos en diferentes zonas.

Auriculopuntura. Trata síntomas de todo el cuerpo situando agujas en el pabellón auricular.

También podría gustarte