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Mujeres

dejando

OBJETIVO DEL TEMA

 Aprender de algunas mujeres extraordinarias, que dejaron huellas y un gran legado


sobre algunos personajes de las Sagradas Escrituras.
 Identificar cómo estas mujeres nos invitan a influir de manera positiva sobre
nuestros hijos y personas cercanas.
Desde el mismo primer capítulo de la Biblia se nos enseña que las mujeres, como los
hombres, llevan el sello de la imagen de Dios (Génesis 1.27; 5.1-2). Las mujeres juegan
papeles prominentes que regulan el tono de los relatos bíblicos. Los esposos ven a sus
esposas como compañeras veneradas y cálida ayuda. No meramente esclavas o piezas de
mobiliario doméstico (Génesis 2.20-24; Proverbios 19.14; Eclesiastés 9.9). En el Sinaí, Dios
mandó a los hijos honrar a su padre y a su madre (Éxodo 20.12). Ese fue un concepto
revolucionario en una era en que las culturas paganas estaban dominadas por hombres
que gobernaban a sus familias con puño de hierro, mientras las mujeres eran miradas
como criaturas menores, como simples servidoras de los hombres.

Por supuesto, la Biblia reconoce las diferentes funciones ordenadas para hombres y
mujeres, muchas de las cuales son perfectamente evidentes desde las circunstancias
mismas de la creación. Por ejemplo, las mujeres tienen un único y esencial papel en la
maternidad y en los pequeños actos de servicio. También tienen una necesidad especial
de soporte y protección, porque físicamente, son «vasos frágiles» (1 Pedro 3.7). La
Escritura establece el correcto orden en la familia y en la iglesia, asignando los deberes de
jefatura y protección en la casa a los maridos (Efesios 5.23) y aunque las escrituras señalan
a los varones en la iglesia como aptos para enseñar y ejercer funciones de liderazgo (1
Timoteo 2.11-15), Dios al no encontrar hombres dispuestos en el transcurso de la historia
ha usado a las mujeres.

En ningún caso esto significa que a las mujeres se las margina o relega a un segundo plano
(Gálatas 3.28). Por el contrario, las Escrituras parecen apartarlas para un honor especial (1
Pedro 3.7). A los maridos se les ordena amar a sus esposas con un amor sacrificial, como
Cristo ama a la iglesia, aún si fuera necesario, a costa de sus propias vidas (Efesios 5.25-
31). La Biblia reconoce y celebra el valor incalculable de una mujer virtuosa (Proverbios
12.4; 31.10; 1 Corintios 11.7). En otras palabras, de principio a fin, la Biblia describe a la
mujer como un ser extraordinario.

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Ministerio de Damas

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