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Children's adoption
RESUMEN
Se realizó una revisión de la literatura existente sobre la adopción de niños con el objetivo
de acopiar información y precisar aspectos importantes a tener en cuenta desde los puntos
de vista social, psicológico, jurídico, ético y bioético. Se precisó la necesidad de abordar la
problemática de la adopción de forma multisectorial y multidisciplinaria y de preparar a las
familias adoptivas para ejercer su rol de modo que los niños logren un desarrollo armónico
de su personalidad jugando en ello un papel decisivo la comunicación de la verdad sobre el
origen. El personal encargado del manejo de estos casos debe conocer a profundidad sobre
los principios de la ética y la bioética. Se concluye además que la adopción de niños debe
ser considerado un problema de salud.
DeCS: ADOPCIÓN / psicología.
ABSTRACT
A review of the existing literature was made about the adoption of children, with the aim of
gathering information and specifying important aspects to take into account from the social,
psychological, juridical, ethical and bioethical points of view. Emphasis was made on the
need to approach the problem of adoption in a multisectorial and multidisciplinary way,
and of preparing the adoptive families to exercise their role so that children will achieve a
harmonic development of their personality, with communication of the truth about the
origin playing a decisive role in it. The personnel in charge of managing these cases must
know deeply about the principles of ethics and bioethics. It is also concluded that the
adoption of children must be considered a health problem.
MeSH: ADOPTION / psychology.
INTRODUCCIÓN
Desde la antigüedad la adopción ha sido uno de los métodos utilizados para asegurar la
continuidad de la familia: al respecto existen referencias en casi todas las leyes antiguas.
En las sociedades primitivas los grupos estaban unidos por complejas relaciones de
parentesco y el único método aceptable para incorporar extraños era el de convertirlos
artificialmente en parientes de sangre mediante la adopción. Esta significaba una separación
completa de la familia original: la búsqueda de los orígenes era vista, al igual que ahora
como una deslealtad (1).
En la India la adopción ha sido una costumbre bien establecida, es de gran importancia para
ellos el grado de cercanía del adoptante y el adoptado y tienen en cuenta casta, grado de
parentesco y nivel social con el objetivo de que el adoptado sea lo más similar posible a un
hijo biológico.
Para los británicos, los lazos de sangre eran los importantes, allí la adopción no fue
aceptada hasta el año 1926, lo que complicaba las necesidades emocionales y deseos de las
parejas sin hijos, esto llevó a una especie de adopción informal, bajo la forma de”
aprendices”, la que no perpetuaba la herencia ni la línea familiar.
En los Estados Unidos actualmente se adoptan una cantidad aproximada de 120,000 niños.
Los niños con incapacidades físicas, de desarrollo o emocionales, quienes antes eran
considerados no adoptables, hoy son adoptados. Esto les ayuda a crecer en familias
permanentes en lugar de instituciones.
Por una parte, la necesidad del niño que ha sufrido la pérdida o el abandono de los
padres de tener una familia que responda por su educación y amparo.
Por otro lado la necesidad de satisfacer los roles de paternidad de las parejas que por
diversas razones no han concebido hijos.
OBJETIVOS
1. Acopiar información sobre el problema de la adopción de niños a partir de la
literatura existente.
2. Precisar aspectos importantes a tener en cuenta en la adopción de niños desde el
punto de vista psicológico y social.
3. Señalar las implicaciones éticas y bioéticas relacionadas con la adopción.
DESARROLLO
Desde el punto de vista sociocultural una función importante del adulto es la de ser padres,
con hijos biológicos, así los niños desde edades tempranas se preparan para asumir este rol.
La familia se inicia con el acuerdo de la pareja de vivir juntos, procrear y proyectarse hacia
el futuro con hijos biológicos. En el caso de la pareja infértil, la adopción surge como una
solución para la construcción de la familia y este fenómeno se ve matizado por las
características socioculturales de esa sociedad en concreto.
La dificultad de los matrimonios para reproducirse sea involuntaria o no genera
disfuncionalidad a nivel individual y se considera como una desviación de las normas
aceptadas. Esto se ha demostrado, es causa de la estigmatización social de la familia.
Muchos padres para cumplir con lo socialmente establecido recurren a la adopción, sin
embargo no pocas veces existe una sanción social para ellos y la sociedad siempre insiste
en señalar a los padres adoptivos como no reales. Esto confirma la importancia que se le
adjudica a los lazos biológicos que además se patentiza en el temor de no conocer el pasado
genético del adoptado.
Es frecuente en muchos países (3) el que se recurra a la adopción como una alternativa de
separar al niño de su medio familiar consanguíneo por constituir este un medio
desfavorable para su cuidado y desarrollo, sobre todo en la literatura se hace referencia al
abuso y maltrato infantil por parte de los padres, en cuyos casos los niños son llevados a
hogares provisionales que cumplen las funciones correspondientes a la familia de modo
provisional hasta tanto son adoptados por una familia definitiva si así se decide en los
tribunales.
FACTORES PSICOLÓGICOS
Los padres tratando de seguir los patrones de la familia biológica esperan que el hijo
desarrolle intereses, actitudes, habilidades, comportamientos e inclusive rasgos físicos
como los de ellos, de hecho es de alta satisfacción para los padres adoptivos que el hijo se
les parezca físicamente y es fuente de preocupación que su fenotipo sea muy diferente.
Las parejas que se proponen adoptar a un niño deben ser preparadas para ello y responder a
sus inquietudes, las cuales giran fundamentalmente alrededor de cual es la mejor edad para
adoptar a un niño, si debe preferirse un niño con parecido físico a los padres adoptivos, qué
posibilidades hay de enfrentar problemas de conducta o de enfermedad en el futuro, debe
revelarse la identidad al adoptado, cómo, cuándo y quien debe hacerlo.
Las respuestas a estas interrogantes son aún discutibles, pero en particular en la última de
ellas haremos una observación por cuanto es uno de los problemas más difíciles que se
enfrentan en la adopción. Es mucho más conveniente el conocimiento de la verdad pues así
se evita la ansiedad y el temor que aparece en la familia de que el adoptado se entere por
otro de sus orígenes, el cómo no admite recetas de procedimientos, en algunos casos se
plantea la conveniencia de esperar el momento oportuno para introducir el tema con el niño
o aprovechar preguntas que admitan referirse a su verdadera identidad. El quien se
recomienda que sean los propios padres, aunque en ocasiones se busca la intervención de
sacerdotes o profesionales que sean capaces de manejar con inteligencia la situación del
niño. Muchas veces el niño o adolescente tienen algunas sospechas y esto facilita las cosas
(1,6).
Hay profesionales que han recomendado esperar a que el niño se interese por su origen o dé
a entender que tiene dudas, sin embargo en la actualidad se reconoce lo beneficioso de
propiciar la situación. En este aspecto la Lic. Beatriz Gelman, Directora de la Fundación
Adoptare recomienda aprovechar cuando se mira el álbum familiar, espacio para el que los
padres adoptivos deben prepararse y manejar con sinceridad y naturalidad la situación.
También sugiere eliminar el trato de “pobrecito” porque esto obstaculiza el normal
desarrollo del niño.
Durante este tiempo se hace necesario también ir abriendo un espacio para las preguntas de
los padres, para reconocer los propios temores. Todo esto posibilita que la situación pierda
el carácter de amenazante que con frecuencia se le atribuye y se pueda transformar en una
experiencia enriquecedora para toda la familia.
Desde el punto de vista de la ética consideramos importante tener presente las necesidades
psicológicas y sociales que tienen las familias de lograr una extensión y desarrollar los roles
paternales, así como las necesidades de información competente sobre todos los elementos
que rodean a la adopción.
Como señalamos en otras partes de este trabajo las personas que deciden adoptar un niño
como hijo tienen diversas inquietudes, unas relacionadas con la herencia intelectual y física
que aportan los padres biológicos y otras relacionadas con el estatus legal de ellos como
adoptantes y de los padres reales al ceder a sus hijos y esto último tiene mucho que ver con
el ocultamiento al niño y a la sociedad del origen de los padres biológicos, estas inquietudes
también aparecen en las familias de los padres adoptivos. Así hay un grupo de
profesionales que se ven incluidos en el manejo y orientación de esta problemática.
A nuestro juicio en estas situaciones se impone un cuidadoso cumplimiento de la ética, por
una parte el médico que frecuentemente es consultado para definir el estado de salud del
niño que se desea adoptar y que en muchas ocasiones tiene al menor ingresado en su
institución (pues muchos de los casos son abandonados por los padres estando ingresados
en hospitales infantiles), tiene el deber de estudiar y atender de forma minuciosa al niño e
informar debidamente y con la privacidad que se establece sobre la situación de salud que
presenta, considerando los derechos de los adoptantes y la necesidades de hacerse
responsables definitivamente del niño. Es decir que ellos tienen el derecho de conocer si se
trata de un niño sano con un desarrollo psíquico y físico normal o si por el contrario existe
alguna deficiencia en ese desarrollo o está presente algún tipo de enfermedad, en cuyo caso
el médico debe explicar el tipo de enfermedad, su tratamiento y evolución y complicaciones
posibles. (7, 8, 9)
En nuestro país las adopciones en familias tienen un carácter definitivo y sólo la adopción
por instituciones tiene un carácter Provisional, con la posibilidad de retornar a la familia
original o ser adoptado por personas que así lo solicitan, sin embargo en otros países como
es el caso de Estados Unidos de Norteamérica existen familias preadoptivas que han
recibido la preparación y licencia para actuar como tales y que se encargan del cuidado y
educación de estos niños hasta tanto puedan regresar al hogar original o sean adoptados por
otras personas.(6,10). Es común en estos casos el que los padres biológicos presenten
problemas de maltrato infantil, drogadicción y/o se les haya privado de la patria potestad.
Continuando con la responsabilidad ética del médico, este también se verá involucrado en
la petición de los padres adoptivos de callar sobre el origen del niño y aquí entra a jugar su
papel el secreto profesional. Se conoce que este secreto sólo debe ser revelado en caso de
que peligre la integridad del paciente, en este caso el niño o que afecte a terceras personas.
De este modo el médico estará en el deber de guardar ese secreto y en situación en que
necesite ser revelado solicitará el consentimiento de los padres adoptivos.
Entonces cumplirá el médico con su deber moral de no revelar nada que pueda afectar la
integridad moral y psíquica del paciente.(11, 12). Por supuesto que aquí hay que considerar
la edad del niño, pues cuando éste ya es consciente de su procedencia esto no es importante
a menos que el propio menor esté interesado en que se guarde silencio ante los demás.
En el acápite que trata lo relativo a los factores de tipo psicológico se señala lo que es
preferible hacer en cuanto a la comunicación de la verdad al niño si este no la conociera,
esto debe ser explicado por los padres si es necesario con la ayuda del médico o el
psicólogo. En relación a la comunicación a otras personas hay que tener en cuenta que la
intimidad es propiedad del paciente, lo que implica su libertad. Violar la intimidad del otro
es violar injustamente su persona, atropellar su libertad y su derecho a realizar su
existencia. (13)
Como sabemos, la ética ha estado ligada a la moral desde su surgimiento y existen algunas
condiciones y características en las personas que la sociedad ha considerado de cierto modo
amorales, tal es el caso de la homosexualidad que ha sido considerada como enfermedad,
psicopatía, conducta sexual contraria a las normas establecidas etc, pero que hoy en día se
considera una variante de la sexualidad y se está tratando de despojar de todo prejuicio
social y moral. Sin embargo sabemos que las creencias, juicios, opiniones y esquemas
cognitivos en general no cambian de un día para otro. Así pudiera incurrirse en el error de
considerar que los homosexuales no cumplen con la condición moral que exige la adopción,
cuando el artículo 100 del Código de familia plantea en su disposición cuarta que: para
adoptar se debe tener condiciones morales y haber observado una conducta que permita
presumir, razonablemente, que cumplirá respecto al adoptado los deberes. No encontramos
referencias cubanas en este aspecto pero sí de una autora española que ofrece sus criterios
al respecto. Ana B. Gómez refiere que en estudios longitudinales, por 2 años, en 14 hogares
de lesbianas en Manchester, Reino Unido, se asegura que hay más similitudes que
diferencias entre los niños criados en familias gay y lesbianas y los hijos de la familia
nuclear tradicional. Esta autora considera que todas las familias, del tipo que sean tienen
riesgo, esto es real y se demuestra fácilmente en la práctica asistencial.
Señala la autora que en dependencia del tipo de familia los niños adoptados pueden
afectarse al descubrir que los padres son gays o lesbianas, claro está que esto se establece
porque consideramos como normal solo a la pareja heterosexual. Podría esta situación tener
un difícil manejo desde el punto de vista ético. Ana B. Gómez considera que la presencia de
un rol materno adicional e implicado en la crianza siempre es positivo para el niño, las
lesbianas además establecen relaciones más equitativas que la pareja heterosexual, lo que
puede influir positivamente en el aprendizaje de roles igualitarios. Las parejas de gays por
su parte establecen claros límites, son sensibles, responsables y perceptivos con sus hijos,
en comparación a los heterosexuales trabajan menos y dedican mayor tiempo a sus hijos.
Considero que este problema tiene aristas psicológicas, sociales, éticas y bioéticas y que
para resolverla adecuadamente habría que analizar con justeza las condiciones,
comportamiento, e intenciones de la pareja adoptante, además de tener en cuenta la
aceptación del adoptado, es decir valorar la competencia general tal como se haría en
parejas de cualquier orientación.
Aunque la bioética y la ética médica son disciplinas consideradas por algunos como
diferentes pero relacionadas, por otros como partes de una misma disciplina y por otro
grupo se ve a la ética como parte de la bioética, nuestro problema se reduce a considerar
cómo la adopción pudiera presentarse como un dilema a decir de esta disciplina teniendo en
cuenta la necesidad del cumplimiento de sus principios, ya que como explicábamos antes,
el personal de salud se sitúa frente a esta problemática.
Si contribuimos a que un niño cuya familia no está presente o no se responsabiliza con
satisfacer sus necesidades materiales y espirituales o su relación con el niño atenta contra su
normal desarrollo, tenga una nueva familia que sí cumple con los requerimientos afectivos,
educativos y materiales necesarios para el normal desarrollo de su personalidad, estamos
cumpliendo con el principio de la beneficencia. De tal modo aquí también se implica la no
maleficencia.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS