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Diapositivas de sociología

LA IMPORTANCIA DE SU ROL SOCIAL

La palabra Abogado tiene su origen en el latín "advocare" cuyo significado literal es convocar, es
decir el Abogado está llamado a ser, dentro de su ejercicio profesional, alguien que sirva como un
intercesor o un mediador entre quienes en un momento dado pudieran requerir de sus servicios o
asesoría como profesional, como el natural conocedor del ordenamiento jurídico que rige la vida
de una sociedad, no para radicalizar una controversia o conflicto entre quienes tienen
desacuerdos como equivocadamente se cree, sino para procurar superar esa conflictividad,
pudiendo de igual manera prestar asesoramiento a quienes en una determinada circunstancia
necesitan conocer sobre el verdadero sentido de aplicación de una ley.

Para entender mejor la real misión social del Abogado es oportuno recordar la función que se le
asignó en la época de auge del Derecho y/o del Imperio Romano cuando se adoptó la terminología
de Jurisconsulto, que era aquel Abogado destacado dentro de la sociedad que como profundo y
especializado conocedor del Derecho, era a quien se consultaba los más importantes asuntos de
interés de la sociedad de aquel entonces y su versada opinión era considerada como un criterio
irrefutable e inapelable que debía ser respetado por todos, por eso en los textos de la Historia del
Derecho se sostiene que la opinión de un Jurisconsulto en aquella época tenía la fuerza de una
sentencia o cosa juzgada.

El Abogado Como Defensor de Causas Humanas.

La misión social del abogado es tan noble, en su concepción doctrinaria, que lo convierten en un
asistente o asesor de aquellas personas que estando limitadas por desconocimiento de sus
derechos o por limitaciones económicas necesitan ser o estar asistidas por un jurista, conocedor
de la ley, aquello explica el que la propia ley da la posibilidad de nombrar los llamados Defensores
de Oficio para que quienes cuentan por cualquier circunstancia con un abogado que los patrocine
o defienda en asuntos litigiosos que podrían afectar sus derechos o intereses, nunca dejen de
tener asesoría y ayuda jurídica que evite colocarlos en desventaja frente a su contradictor, existe
igualmente el caso de los llamados Defensores de Pobres que tradicionalmente han permitido
tener una asesoría legal en casos o procesos judiciales, en que la persona por su precaria situación
económica no estuviese en capacidad de contratar por sus propios medios a un profesional de la
abogacía.

El abogado sea un militante activo e invariable de un legítimo afán de vivir en un medio donde
resplandezca la justicia, o donde la paz sea una viva y constante manifestación del hombre en
sociedad. Nada es mejor que vivir en paz, sin la presión y el temor de reales o eventuales
conflictos, de la posibilidad de una guerra que sólo es posible entenderla con sus catastróficos
efectos cuando nos detenemos a observar y reflexionar sobre el flagelo que ellas han causado a la
humanidad, donde no se ha respetado a niños, ancianos, ni a personas inocentes, para escuchar
única y desgraciadamente el grito estridente de la guerra, en la que sólo hay lugar para el olor a
pólvora, para observar ríos de sangre, para sentir inseguridad, para no movilizarnos libremente
sino bajo la amenaza de ser apresados, o víctimas de atentados o agresiones armadas que
asesinan indiscriminadamente. Tener que sufrir y soportar raciones alimentarias y hambre, la
guerra no conoce del respeto a nada ni nadie, "en la guerra todo vale" es la expresión de los que
creen en ella como medio para superar conflictos, para quienes la vida humana no significa nada,
sólo apuestan a buscar quien vence a través de estrategias y tácticas, donde lo que importa es ser
vencedor para captar el poder, para imponer su voluntad sangrienta y sus criterios aunque sean
contrarios al interés colectivo.

Abogado concepción social moderna

Hoy en día, la concepción social que viene realizando el Abogado, aun no se le ha reconocido el
valor que en realidad se merece; sin embargo, su misión permanente sigue siendo constituir la
piedra angular de todas las agrupaciones humanas; en verdad no se le ha reconocido su valor
profundo, en la convivencia humana; y, más bien la ingratitud con la clase del Derecho se ha
elevado al más alto lugar, porque los enemigos y detractores consideran al Abogado como el
símbolo de la iniquidad moral y campeón de los delitos contra la propiedad.

Si anhelamos el bienestar de la sociedad, no podemos aceptar que un minúsculo sector de ella, se


haya formado un falso concepto sobre el Abogado y más bien con nuestra lucha honorable,
permanente y responsable procuremos que desaparezca. El Abogado como el Derecho no puede
permanecer inmutable frente a una sociedad que exige tantos cambios, a cambio de nada,
circunstancia que obliga a un replanteamiento de todos los valores éticos, morales y sociales.

Por lo tanto la sociedad tendrá que comprender que es necesario encontrar dialécticamente a los
mejores abogados para legislar, para las grandes masas de ciudadanos marginales, para las clases
profesionales, entre estas para el Abogado considerado como persona que se sacrifica por otros ,
porque es inconcebible aceptar al Abogado como el conquistador de las más grandes aspiraciones
de todas las agrupaciones humanas de todas las clases sociales, pero sin ninguna capacidad para
reivindicar la suya.

https://www.monografias.com/trabajos102/funcion-social-del-abogado/funcion-social-del-
abogado.shtml

La abogacía es considerada como protectora de los derechos de los ciudadanos frente al poder y
como defensora de los intereses de esos mismos ciudadanos, individualmente considerados,
desde la independencia. En esta vigésima primera centuria este papel tiene aún mayor
trascendencia, puesto que se ha universalizado el acceso a la Justicia de los ciudadanos, lo que
trae como consecuencia que los individuos socialmente considerados, quieran y deban recibir un
asesoramiento jurídico acorde con la nueva realidad social, sin que por ello la abogacía pierda,
sino todo lo contrario, las notas definitorias del papel histórico que ha venido desempeñando. Ese
nuevo rol social de la abogacía debe proyectarse a dos tipos de situaciones:

a. A las relaciones entre los ciudadanos y el poder público.

b. A las relaciones de los abogados con los ciudadanos que desean comprometerse con causas de
interés público.
http://cursos.aiu.edu/Etica%20Juridica/PDF/Tema%202.pdf

En síntesis, vale recordar a Justiniano, para manifestar que el Abogado debe volver a ser el
hombre probo, perito para hablar, lleno de probidad profesional, incapaz de producir la tiniebla y
luego enorgullecerse con el desgraciado honor de haber oscurecido la verdad; y volver a la era de
pensar en que el Abogado-Magistrado, a más de ser un verdadero sabio, debe ser un perfecto
caballero, sereno y desapasionado, porque para ser justo no necesita ser ala, como bien lo afirma
el ilustre Dr. Bolívar León Velásquez.

Señores luchemos porque el sistema legal y el Abogado del futuro, constituyan los mejores
garantes del convivir social, "porque el honor de una sociedad está reflejado en la rectitud de la
justicia", según lo expresaba Concepción Arenal. Luchemos también para que en el futuro se
olvide la vieja concepción que grita "desdichados los pueblos cuya última necesidad es la Justicia".
Con Eduardo Couture, afirmemos: "Seguid teniendo fe en el Derecho como el mejor instrumento
de la convivencia humana, en la Justicia como en el destino normal del Derecho; en la paz como el
sustitutivo bondadoso de la Justicia; y, sobre todo tened fe en la Libertad sin la cual no hay
Derecho, ni Justicia, ni Paz".
"El más fuerte no es nunca suficientemente fuerte para siempre el amo, sino de transformar la
fuerza en Derecho y la obediencia en Deber".

https://derechoecuador.com/la-funcion-social-del-abogado-y-su-papel-en-el-futuro

El abogado debe aspirar a la realización virtuosa de su función social; sin embargo, ante la
existencia de quienes pretenden ejercerlo desde la ignorancia o falta de estudio y se instauran
como falsos profetas, se debe luchar, pues como expresó Ihering, el Derecho solo se alcanza
luchando y es en la acción ante la anarquía o el desprecio de la dignidad humana en que la
abogacía se erige en la militancia por la lucha de derechos y libertades de todas las personas.

El jurista, entonces, como dice Recasens Siches, se enfrenta ante una realidad histórica concreta
que plantea problemas reales que exigen una regulación efectiva en la vida social, una solución
práctica determinada por el orden jurídico y en ese sentido el abogado debe vincular la
interpretación del orden jurídico con las valoraciones inherentes a este sobre las que se ha
establecido.

Ahora bien, en el ejercicio del Derecho es importante la moral, y en este aspecto Manuel Atienza
expone dos tesis para argumentarlo:

La primera de ellas es la de la necesidad de la ética, utilizándola como sinónimo de “moral”, para


conceptualizar al buen juez, buen fiscal o buen abogado y manifiesta que al hablar de un buen
profesional supone apelar no simplemente a la no inconformidad de su comportamiento con
normas jurídicas, que no es suficiente con abstenerse de infringir una norma, sino a lo que
solemos llamar normas ideales, las cuales solo pueden situarse en el universo de la moral: la idea
de un deber jurídico consistente en ser un juez, un fiscal o un abogado excelente parece
efectivamente contradictoria, pues la excelencia es una cualidad como una virtud, que va más allá ́
de lo que el Derecho en sentido estricto puede exigir del comportamiento de alguien.

La segunda tesis es la de la posibilidad de la ética, en el que las razones a las que apelamos cuando
emitimos juicios éticos pretenden razonarse desde la objetividad y no únicamente desde la
subjetividad o el relativismo considerando que ese juicio recibiría mejor reconocimiento o
aceptación en un determinado grupo social.

En este sentido, el abogado más allá ́ de sus aspiraciones profesionales y posturas ideológicas, debe
considerar que el Derecho es vida que se vive tanto por los que crean las normas como por lo que
las aplican y quienes las cumplen; es pues, un fenómeno social que interactúa con la realidad
concreta y la transforma, como un agente activo que

estimula el cambio social desde su componente normativo, histórico y axiológico. Al formar parte
de la realidad social, el Derecho se relaciona con otros subsistemas como el político, económico y
cultural por lo que no es posible analizarlo únicamente desde un enfoque estrictamente jurídico –
normativo.

Es en estos procesos de vida humana, en los que se va reconfigurando la realidad, sin que se trate
únicamente de una reproducción sino de transformación social que aporta nuevos elementos para
la aspiración del Derecho a la realización de determinados valores como la justicia, el bienestar
social, la seguridad, entre otros, que produzcan efectos objetivos y efectivos en esa realidad que
cuestiona, aporta, realimenta y exige en el abogado, tener patente la importancia de la función
social que este posee.

 https://www.decisioncolima.com.mx/funcion-social-del-abogado/

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