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INSTITUTO SAN JOSÉ DE CALASANZ

CARRERA: TECNICATURA SUPERIOR EN


PSICOPEDAGOGÍA
MATERIA: METODOLOGIA DE LA
INVESTIGACION APLICADA
PROFESOR: CARLOS VISCA
ALUMNAS: EVELYN GOILÁN Y ROMINA
OLIVA
4° AÑO

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Tema: “Comportamiento antisocial desde la infancia”

En la primera infancia, ya se pueden encontrar indicadores claros sobre


comportamiento antisocial , a estos comportamientos se consideran predictores y se
los llama problemas de conductas exteriorizados, como por ejemplo: la
desobediencia, los berrinches, las agresiones, etc.

1° Estudio de los indicadores predictivos del comportamiento antisocial en la primera


infancia.

2° Análisis de la evolución antisocial desde la infancia a la adolescencia.

Objetivo: Prevención o intervención temprana

Problema: Identificación de factores para intervenir tempranamente

Si las conductas antisociales no se previenen desde el momento que comienzan a


aparecer sobre todo en la infancia, pueden llegar a convertirse en un comportamiento
estable (cronificación) en una etapa evolutiva posterior si se siguen manteniendo.

Hay autores que afirman que entre el 50 y el 75% de los problemas qué conductas
graves en la infancia que no se abordan adecuadamente continúan manifestándose en
la adolescencia. Destacando conductas como robo, vandalismo, resistencia a la
autoridad, agresiones, crueldad hacia los animales, absentismo. Mientras que en la
edad adulta las conductas vendrían determinada por actos delictivos y/o criminales,
abuso de drogas, violencia de género, negligencia en el cuidado de los hijos, etc.

Resumen

Teniendo en cuenta la importancia de los problemas de conducta antisocial en la


infancia, no sólo como trastorno en esa etapa, sino como “factor de riesgo” para
problemas psicológicos y desajustes sociales en la edad adulta, hemos realizado esta
investigación con 363 niños y niñas de 7 a 13 años, pertenecientes a 13 colegios
públicos de Salamanca y provincia, con el objetivo global de detectar los casos con
conductas antisociales y el seguimiento futuro de los mismos. En el contexto de esta
investigación aportamos, en el presente artículo, los datos de la primera parte,

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referidos a la prevalencia del trastorno en el grupo total de estudio, así como la
identificación de algunas variables psico-sociales que puedan considerarse asociadas
en los casos valorados. Los resultados obtenidos indican que el 15,15% de los sujetos
del grupo de estudio tienen un problema de conducta antisocial. Esta prevalencia es
más elevada en el grupo de niños (9,64%) que en el de niñas (5,50%). Así mismo, la
diferencia entre las medias del número de conductas antisociales y delictivas es
superior en el grupo de niños, pero no es estadísticamente significativa. El porcentaje
de casos es más elevado en los sujetos que presenten fracaso escolar. Palabras clave
Conducta antisocial infantil / Trastornos de conducta antisocial / Psicopatología infantil

Hipótesis:

Los problemas de conducta exteriorizados son los de mayor riesgo y los que mejor
predicen problemas graves en edad adulta.

La infancia es un periodo clave para el desarrollo social y emocional.

Marco teórico:

El comportamiento antisocial hace referencia a todas aquellas conductas que infringen


las normas causando distintos tipos de daño interfiriendo con los derechos de los
demás.

Para delimitar más el concepto se establecerán comportamientos que pueden ser


tipificados de antisociales y cuáles no a los comportamientos antisociales infantiles se
los considera predictores se lo llama problemas de conducta. En la infancia el
comportamiento exteriorizado se caracteriza por comportamientos como la
desobediencia, los berrinches o las agresiones.

Durante los años escolares se desarrollan nuevas formas de comportamiento


disruptivo, como pelear y otras manifestaciones que acontecen en violencia…

(Desde la prevención mediante la interv. temprana):

El estudio de la competencia social como dimensión del comportamiento adaptativo,


ha estado vinculado con el estudio de los problemas de conducta, entendidos como

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conductas no adaptativas. Anteriormente se ha mencionado la relación negativa
existente entre ambas variables. La investigación de Bornstein et al. (2010) pone de
manifiesto el rol predictivo que ejerce la competencia social infantil sobre la aparición
de problemas de conducta en la niñez y en la adolescencia. Los principales hallazgos
del estudio demuestran que niños con buenos niveles de competencia social a los 4
años de edad manifiestan menos problemas de conducta interiorizados y
exteriorizados a esa edad también a los 10 y 14 años, y viceversa.

Los problemas de conducta son dificultades que presenta el sujeto ante determinadas
circunstancias y que se manifiestan mediante un comportamiento inadecuado (agredir,
falta de atención o aislamiento, entre otros). Este tipo de problemas pueden ser
habituales y normales en una edad temprana, pero si perduran en el tiempo suelen
derivar en patrones de comportamiento más severos y complejos. En este sentido, los
problemas de conducta han sido señalados por diversos autores como indicadores del
comportamiento antisocial temprano.

Será fundamental establecer medidas y acciones socioeducativas desde edades


muy tempranas con el objetivo de prevenir la aparición de conductas de riesgo,
antisociales.

La infancia es un periodo clave para el desarrollo social y emocional de la persona por


lo que el ambiente y la estimulación temprano serán fundamentales para el ajuste
social y psicológico.

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