Está en la página 1de 9

Tamames Ramón: Extractos Cap. 22, pág.

537-566

República Popular China


1.1 De gran Imperio a país semicolonial
Un inmenso país (9,2 millones de km2), sólo menor por su superficie que la ex-URSS y
Canadá. La nación más poblada de la Tierra, con 1.330 millones de habitantes (2009). Y
una de las unidades políticas y culturales más viejas de la Historia, pues en la tercera
centuria a. J.C., el pueblo chino formaba ya un gran Imperio, que a lo largo de los siglos dio
al mundo numerosas e importantes muestras de su genio en invenciones y técnicas: el
papel, los precedentes de la imprenta, la pólvora, la porcelana, la seda, la brújula, el uso de
los abonos, la rotación de cultivos, etc.
Desde los tiempos de Roma hubo comercio entre China y Occidente -recuérdese la Ruta
de la Seda-, que se incrementaron a partir del siglo XIII, gracias a los navegantes
venecianos primero y portugueses más tarde, que en 1533 establecieron su factoría en
Macao. Los productos de la excelente artesanía china (sedas, tejidos, porcelanas, marfiles,
etc.) fueron muy apreciados en Occidente durante los siglos XVIXVIII, compitiendo en
precio y calidad con los de otras procedencias. Sin embargo, esa situación
comparativamente buena de los artículos de fabricación china habría de cambiar de forma
dramática con el maquinismo. El mercado chino no tardó en convertirse, desde principios
del siglo XIX, según veremos, en el área de toda clase de ambiciones del capitalismo
europeo, japonés y de EE.UU.
Los problemas exteriores ya con caracteres bélicos se iniciaron en 1834, año en que las
fuerzas británicas y chinas se enfrentaron en lucha abierta por primera vez, ya que desde
Londres se veía China como un área de futura expansión británica a partir de la India; y a
corto plazo como el más importante mercado para colocar no sólo la producción de sus
nuevas industrias mecanizadas.
A comienzos del siglo XX los sectores jóvenes y progresistas presionaban en favor de una
modernización del país, y lograron el derrocamiento del Imperio y la proclamación de la
República (1912).
1.2 La larga guerra civil y la intervención japonesa
Con la proclamación de la República China se abrió así una fase de confusión general, y de
luchas internas. En medio de esas agitaciones, en julio de 1921, con la asistencia de la
Unión Soviética se organizó el Partido Comunista de China (PCCh) que tuvo una amplia
base popular campesina sostenida por Mao Tse Tung. El objetivo primordial era llevar
adelante la guerra revolucionaria para instaurar gobiernos tipo Soviet que llevaran a cabo la
Reforma Agraria.
Después de la SGM, en 1949 este sector tomó el poder y proclamó en Pekín, la República
Popular China. El PCCh, basándose en los campesinos llegaba al poder efectivo abriendo
una nueva y revolucionaria página de la historia china.

1
Pero antes de entrar en el análisis de las grandes transformaciones operadas por la
Revolución China, debemos hacer un breve paréntesis sobre la estructura económica y
social de la China tradicional, y sobre la política de aislamiento preconizada por EE.UU.
contra la nueva China.

1.3 La condición humana en la estructura económica anterior a la


Revolución de Mao
Según una estimación de las Naciones Unidas, en 1947 la renta per cápita de China era de
sólo unos 40 dólares por año, muy por debajo de los 250 dólares per cápita del promedio
mundial de entonces.
Un país rural, con escaso desarrollo de la industria y con una masiva población agrícola
empobrecida por los propietarios y los usureros. Ello tenía como consecuencia una
agricultura con muy escasa inversión: medios muy toscos de cultivo, ausencia de
fertilizantes químicos, labores poco profundas, desconocimiento de la selección de semillas,
etc. Por otra parte, la falta de una política nacional de conservación de recursos hidráulicos
contribuía a las enormes fluctuaciones en las cosechas, determinadas unas veces por sequías
y otras por inundaciones desastrosas. Tampoco existía un sistema de transportes a escala
nacional y, por ello, a menudo se daba la escasez de alimentos con hambres
exterminadoras en unas regiones, simultáneamente con situaciones de sobreabundancia y
de altos precios en otras.
La situación de los obreros en las ciudades industriales, sobre todo del litoral, no era mucho
mejor. Todavía en los años treinta y cuarenta eran frecuentes las jornadas de trabajo de
doce o catorce horas. En las fábricas de Shanghai lo normal eran dos turnos de doce horas
cada uno. Las mujeres y los niños, que en conjunto suponían más del 50 por 100 de la
fuerza laboral en la industria, eran objeto de especial explotación, con salarios muy
inferiores a lo que en cualquier otro país podría haberse considerado el nivel de
subsistencia. Las condiciones de vivienda llegaban a límites infrahumanos, y la educación
era casi inexistente por lo que sólo el 10% de la población sabía leer y escribir.
En definitiva, la China anterior a 1949 era un país de economía tradicional, explotado por
una clase mediocre de terratenientes y usureros locales, dominados a su vez por
concesionarios industriales y comerciantes en gran parte extranjeros.

2. El triunfo comunista y la política de aislamiento de China


Operando sobre la estructura económica tradicional que hemos considerado, el PCCh puso
en marcha una serie de reformas, con el propósito de desarrollar rápidamente el país en un
proceso de socialización que al propio tiempo lo había de convertir en una gran potencia
económica y militar, con aspiraciones ideológicas de llevar la revolución a todo el mundo
subdesarrollado.
En ese planteamiento, cuya evolución estudiamos en los apartados siguientes, operó hasta
1972 el intento de la segregación de China de la comunidad internacional de las Naciones
Unidas. Ello se debió básicamente a la decisión de EE.UU. de boicotear de manera

2
sistemática, hasta 1972, la entrada de la China Popular en la ONU. Esa situación de cerco
internacional, promovido por el protagonismo del capitalismo mundial (sólo el Reino
Unido, Francia, algunos países escandinavos y unas decenas de países del Tercer Mundo
tuvieron embajadas en Pekín antes de 1970), se vio agravada para China a partir de 1960,
con el enfriamiento progresivo de las relaciones con la URSS.

2.1 Las grandes transformaciones de la Revolución


Como veremos, la escisión chino-soviética también pudo imputarse en buena parte al
propio desarrollo de la Revolución china, que finalmente pasamos a examinar en sus
grandes fases: la Reforma Agraria seguida de la colectivización y las comunas, el Primer
Plan Quinquenal, el “Gran Salto Adelante” y su relativo fracaso, el reajuste subsiguiente, la
«Revolución Cultural», y la nueva política de Den Liaoning.
2.1.1 La reforma agraria
El slogan «la tierra para los campesinos», se puso en marcha en todo el país, y a fines de
1953 estaba prácticamente ultimada. El mecanismo básico consistió en la confiscación de
todas -o parte de sus tierras a los propietarios ricos y medios, para su redistribución entre
los campesinos pobres y los obreros agrícolas asalariados. La reforma, que se hizo a título
individual, significó la difusión máxima de la propiedad privada y la supresión definitiva de
la clase terrateniente, del alquiler de tierras a precios altos, de los salarios miserables y del
crédito usurario.
La reforma tuvo, pues, un tinte marcadamente individualista. No obstante, junto con la
entrega de los títulos de propiedad (diferencia con la URSS), se fomentaron una serie de
fórmulas de cultivo en común, como los “equipos de ayuda mutua” y las cooperativas de
formación voluntaria. De hecho, no se hacía sino reforzar los lazos entre los campesinos
libres en zonas de minifundio. Formadas con 20 a 50 socios cada una, estas cooperativas
voluntarias agrupaban al 90 por 100 de las explotaciones agrícolas.
La cooperativización constituyó una gran mejora. Permitió un aumento considerable de la
producción y de los rendimientos por trabajador, aunque desde el punto de vista de la
construcción del socialismo y del comunismo, las cooperativas tenían un inconveniente
para los dirigentes chinos: perpetuaban la noción de propiedad privada de la tierra. A ello
se unía la aspiración de conseguir economías de escala, merced a explotaciones de mayor
extensión y plenamente integradas. Con esos dos propósitos, desde fines de 1956 y durante
todo 1957, se pasó de las cooperativas voluntarias a las “cooperativas de producción
avanzada”, un paso para llegar a grandes explotaciones. Éstas comprendían cada una de
100 a 200 de las antiguas explotaciones familiares de propiedad privada, aunque fuera
dentro de un marco cooperativo.
El siguiente paso había de ser la construcción de las “comunas”, que combinaban
elementos estrictamente de política agraria con los de organización industrial y
administración en el plano regional. Con las comunas se buscaba pasar de forma acelerada
al comunismo integral. Este invento fue conocido como el “gran salto adelante» en el que
al tiempo que se iba a la concentración de una gran superficie bajo una sola dirección, se

3
suprimía por entero el concepto de propiedad privada. Mao Tse Tung visitó estas primeras
experiencias, dio su aprobación y la formación generalizada de las comunas no se hizo
esperar.
La explotación de cada comuna pasó a hacerse por medio de brigadas de trabajo (de 50 a
100 familias cada una, según las zonas), administradas por un Comité elegido, que decidía
en problemas de industrias rurales, comunicaciones, conservación de aguas, repoblación
forestal (a la cual se dio un fuerte impulso), esparcimiento, cultura e incluso defensa. Como
ya se indicó, con la formación de las comunas todas las antiguas formas de propiedad
privada de los medios de la producción rural “fueron abolidas”.
Este rápido esfuerzo de colectivización, por lo que parece, fue mucho más espontáneo y
racional que la experiencia soviética de los años finales de la década de 1920 y primeros de
la de 1930. Sin embargo, los resultados de la formación de las comunas no fueron
totalmente positivos. Coincidiendo con graves dificultades climatológicas durante 1959,
1960 y 1961 (las eternas secuencias de sequías e inundaciones) y con una intensa actividad
fabril en las áreas rurales, la producción agrícola cayó de forma muy sensible.
En ese contexto se autorizaron de nuevo algunas formas de propiedad privada, en concreto
hasta un 5 por 100 de la superficie de la comuna, para dedicarla a cultivos hortofrutícolas;
la cría de aves y cerdos, la artesanía doméstica y del los mercados locales de productos
provenientes de la producción privada también fueron autorizados. Al mismo tiempo, se
redujo la dimensión media de las comunas, para poder administrarlas mejor. Su número
pasó a unas 76.000, frente a las 26.500 que eran a fines de 1958. La mejora en la
producción no se hizo esperar, y desde mediados de la década de 1960, China ya no se vio
precisada de hacer las grandes compras de alimentos, especialmente cereales, en el exterior.
A ello contribuyeron también otros dos elementos importantes: las grandes obras de
embalses, regadíos y drenajes, que amortiguaron el «eterno» problema de las sequías y las
inundaciones; y la mejora del transporte interno, que permitió una mejor distribución de los
productos a escala nacional.

2.1.2 La primera industrialización y el Gran Salto Adelante


Inicialmente, el Gobierno de la República Popular China se planteó la industrialización del
país siguiendo el modelo soviético, si bien a partir de 1958 ya se apreció en la
industrialización un claro apartamiento de esa línea. Para comprender mejor cuál fue la
política industrial china, hay que distinguir varias fases en su evolución: recuperación (1949-
1952), el Primer Plan Quinquenal (1953-1957), la fase de transición de “las cien flores”
(1957), y el “Gran Salto Adelante” (1958-1960). Después nos referiremos a la “Revolución
Cultural” y a las reformas post-Mao.

a) La recuperación (1949-1952)
En esta primera etapa se dieron los primeros pasos en el control socialista de la economía.
Aparte de la reforma agraria se nacionalizaron las principales industrias, la banca y todo el
comercio al por mayor. Sin embargo, subsistió en manos privadas -aunque con un fuerte
control del Estado- la mayor parte de la pequeña y mediana industria.

4
b) El Primer Plan Quinquenal (1952-1957)
En 1953 fue aprobado el Primer Plan Quinquenal, y siguiendo el modelo soviético de
planificación. El núcleo central de ese Primer Plan consistió en la construcción de 694
importantes centros fabriles y mineros, de los cuales 156 habían de realizarse con asistencia
soviética. Los resultados, en términos generales, fueron excelentes: rápido aumento de las
producción, formación de gran número de técnicos, implantación progresiva de una
verdadera administración pública, información estadística, y mayor grado de
aprovechamiento de la capacidad en las industrias ligeras y en la artesanía. Sin duda, el
problema más importante que pudo apreciarse en el incipiente proceso de industrialización
fue la aparición de la burocracia similar a la URSS.
c) La fase de transición de «las cien flores» (1957)
Ante las incipientes muestras de rigidez del sistema en marzo de 1957, Mao Tse Tung
planteó una política de liberalización de la crítica, para que surgiesen las opiniones “como
cien flores”.
Las reacciones no tardaron en manifestarse. Las críticas fundamentalmente se dirigieron en
los siguientes puntos:
- Una planificación excesivamente centralizada, burocratizada, sin flexibilidad.
- El desconocimiento del óptimo de dimensión y localización para las plantas industriales
de las diversas ramas de la industria.
- La excesiva compartimentación (departamentalismo) de la burocracia del Estado y la
falta de coordinación.
- El movimiento excesivamente rápido de industrialización, con un derroche de recursos y
de técnicos calificados.
- La falta de uso de los precios como incentivos para conseguir mayores niveles de
productividad en la industria.
Estas críticas no fueron bien acogidas oficialmente. Por el contrario, provocaron una viva
reacción maoísta o de réplica a las actitudes liberalizantes y flexibilistas, a las que se calificó
de “economicismo”. De hecho se estaba combatiendo no ya la amenaza de una NEP,
impensable en la China de 1957, sino del paso a China de las incipientes tendencias a la
liberalización económica.
Se inició así una clara separación de las ideas soviéticas, y se impuso la teoría de la continua
contradicción preconizada por Mao, no tardaría en traducirse en un nuevo autodesafío de
China, en lo que se llamó “el gran salto adelante”.
d) El Gran Salto Adelante (1960)
Con ocasión de prepararse el Segundo Plan Quinquenal (1958-1962), el Gobierno suprimió
la libertad de crítica y reinstauró la expresión unificada, planteando la necesidad de forzar el
crecimiento económico acelerando la colectivización de ele la agricultura y el desarrollo
industrial.
Se trataba de industrializar no solamente a base de grandes inversiones y tecnología, en
buena parte soviética, sino utilizando también técnicas intermedias, recursos locales en

5
todo el país, incluso en las áreas rurales más remotas y con menos tradición industrial, y
haciendo uso de una nueva inversión masiva de “capital humano”. El propósito del GSA
era sobrepasar los niveles de producción del Gran Bretaña por entonces la tercera potencia
económica mundial para 1972.
EI GSA consiguió grandes éxitos inmediatos cuantitativos. Por ejemplo, la producción de
hierro y acero, el sector en que se puso más énfasis, se dobló en sólo un año. Lo mismo
sucedió en la minería del carbón, y también se consiguieron fuertes aumentos en otras
producciones. Pero la propia intensidad del esfuerzo, la falta de coordinación, las
catastróficas circunstancias meteorológicas y la retirada de la ayuda soviética en 1960,
provocaron una súbita suspensión de los propósitos del GSA, para pasar a una política de
reajuste.
¿Cuáles fueron las razones básicas de la retirada de la ayuda soviética a China?
-China con su GSA, intentaba quemar etapas, pasando directamente al comunismo, sin
necesidad de un largo período transitorio como el que desde 1917 estaba realizando la
URSS. De hecho, esto venía a ser una crítica a la política soviética de transformaciones
progresivas.
- Por otra parte, 1960 fue el momento en que Jruchev planteó en la URSS la política de la
“coexistencia pacífica” soviético-norteamericana, y se venía a aceptar, tácitamente, el
aislamiento internacional de China. La agresividad de China en los nuevos países de África
en apoyo a las revoluciones locales derivadas de movimientos guerrilleros en el Tercer
Mundo también producía una profunda irritación en la URSS.
- Por último, la URSS se había comprometido en 1958 a facilitar a China asistencia técnica
para que ésta construyese su propia bomba atómica, pero a último momento evaluaron la
no conveniencia de otorgar tan formidable arma a Mao.
Estas tres posibles razones explican en parte la retirada de la ayuda soviética, que ocasionó
un golpe a toda la economía china, pues, la construcción de grandes obras, plantas
industriales, centrales eléctricas, etc., quedó inevitablemente interrumpida.
Queda ahora otra cuestión, ¿fue un completo fracaso el GSA? Con el GSA se consiguió un
fortalecimiento de China: una más clara comprensión de que todo el conjunto chino es una
sola nación, y se fortaleció la idea de prestar servicio a la comunidad sin esperar un premio
inmediato, cosa que influyó decisivamente en la consolidación del sistema socialista en
China.
En la segunda mitad de 1960 se adoptó una línea más flexible en la política económica: se
redujeron las ambiciosas metas de crecimiento que eran excesivas, y se limitó el alto grado
de autarquía regional que se había generado con la fuerte dispersión de pequeñas
instalaciones industriales, muchas de ellas claramente antieconómicas. Así, se volvió de
nuevo a los proyectos de gran dimensión de ámbito nacional sobre la base de una
coordinación interregional. La recuperación económica se produjo relativamente rápido y
en 1964 China se encontraba de nuevo en condiciones de plantearse algo parecido a un
nuevo gran salto y organizar la Revolución Cultural.
“La gran revolución cultural proletaria procura capacitar al hombre para que revolucione
su propio pensamiento, permitiendo de ese modo la realización de tareas en todos los

6
campos con resultados mayores, más rápidos, mejores y más económicos. La gran
revolución cultural proletaria es una poderosa fuerza motivadora para el desarrollo de la
productividad social de nuestro país. Es erróneo oponer la gran revolución cultural al
desarrollo de la producción.” Esto era necesario para evitar una vuelta atrás hacia el
capitalismo.
En 1971 China Popular fue admitida como miembro de las Naciones Unidas, y se consagró
mundialmente como gran potencia, con su puesto en el Consejo de Seguridad junto a los
otros cuatro grandes: Estados Unidos, URSS, Reino Unido y Francia.
A partir de entonces normalizó sus relaciones con EE.UU y empezó a participar en todas
las grandes reuniones internacionales: la Conferencia sobre el Medio Humano, en
Estocolmo (1972); la de Población de Bucarest (1974), etc. En definitiva, la entrada de
China en la ONU contribuyó a disminuir la tensión mundial y sacó a China del aislamiento.

2.3 La política de modernizaciones y la teoría de los dos sistemas


Tras la muerte de Mao en 1977 y la definitiva consolidación de Den Xiaoping al frente del
poder, la formulación oficial del proceso de cambio político y social en China se basó en las
cuatro modernizaciones: agricultura, industria, ciencia y tecnología. Todo el cambio arrancó
en 1978.
-En la agricultura, se pasó del sistema de comunas, como proyecto de colectivización total, al
sistema generalizado de parcelas familiares individuales. El poseedor de la parcela se
comprometía a entregar la cantidad prevista de bienes a los almacenes del Estado, a un
precio fijado previamente, pero podía disponer del resto de su capacidad de producción
para los mercados libres. Incluso con la posibilidad de contratar otras parcelas y emplear
trabajo ajeno.
El proceso de reprivatización rural culminó en 1988, cuando la Asamblea Nacional
Popular (el Parlamento) aprobó una enmienda constitucional autorizando la legalidad de la
libre compraventa de derechos de utilización de la tierra.
-En la industria, las prioridades se dirigieron a resolver los cuellos de botella más
importantes: en la energía, para poner fin a las severas penurias del suministro de
electricidad; en el transporte, para superar la situación de atraso en los ferrocarriles y
atender los impresionantes aumentos de las necesidades de pasajeros y carga; y en las
telecomunicaciones para agilizar las interconexiones de la inmensa China en sus relaciones
internas y exteriores.
Pero el sector industrial se transformó, por un vasto proceso de desregulación, que fue
permitiendo a las empresas dedicar una parte de sus beneficios a atender el mejor
desarrollo de las inversiones, o a pagar pluses a sus trabajadores, vender en el mercado libre
por encima de una cierta cantidad oficialmente establecida; y retener parte de las divisas
obtenidas por exportación. Se introdujo, además, el derecho de despido de los obreros
ineficaces, y el acceso cada vez más libre al crédito bancario. Las nuevas fórmulas
establecieron la posibilidad de vender acciones a los propios obreros, a otros ciudadanos, o
incluso en la bolsa de valores.

7
-Otro instrumento introducido para estimular la productividad industrial y el desarrollo de
toda clase de servicios, fueron las zonas económicas especiales (ZEE), en las que se
impulsó la iniciativa extranjera, con toda clase de facilidades, para atraer a suelo chino
industrias de alta intensidad de capital, y tecnologías de punta; así como nuevas formas de
organización que luego pudiesen ser un modelo para el resto del país.
En definitiva, con las cuatro modernizaciones, China experimentó un importante progreso,
para agilizar la economía en la dirección de un nuevo sistema que los propios chinos
pasaron a denominar ambiguamente mercantilsocialismo.
En los años de 1990 se multiplicaron las zonas especiales para la inversión según los
métodos capitalistas y se dieron facilidades para adoptar mecanismos más flexibles en el
interior del país, lo que permitió a China continuar creciendo a ritmos inusitados.

2.4 Un gran país en marcha: liberalización, convertibilidad y apertura financiera


En 2001 China ingresó en la Organización Mundial de Comercio (OMC), que aceleró la
liberalización comercial, el establecimiento de entidades financieras, la inclusión de los
servicios fletes, seguros, etc.- para dar máxima flexibilidad a la economía. Y
fundamentalmente habrá de permitirse la libre circulación de capitales, suprimiéndose las
fuertes restricciones imperantes con facilidades también en el derecho de establecimiento.
Por lo demás, con la mayor afluencia de capitales extranjeros surgieron nuevas estructuras
de propiedad con mayor presencia de empresas multinacionales, y una mayor difusión de
bancos extranjeros y otras entidades financieras. Se introdujeron tecnologías de la
información y se potenciaron actividades relacionadas con internet, y comenzaron a
cotizar en bolsa las grandes compañías estatales.
La economía china experimentó un cambio extraordinario desde 1978 en adelante. En
2009, el 55 por % del PIB lo generaba el sector privado, el 25 % el sector público y el
restante 20 % las áreas rurales y el cooperativismo. Esa composición del PIB señala que la
economía, aún nominalmente comunista y está evolucionando con rapidez a una estructura
de carácter mixto, con un papel más relevante de la empresa privada y con fuerte presencia
del intervencionismo estatal.

Los cambios imprescindibles.


En medio del gran avance son necesarios importantes reajustes e inversiones en materia de
medio ambiente. Por la poca atención prestada al tema desde que en 1978 se inició el
crecimiento acelerado los ríos y lagos están contaminados y sin vida por la lluvia ácida; los
residuos se acumulan, y las exigencias energéticas conducen a fuertes emisiones de
carbono. Todo eso y muchas más cosas necesitan de cambios, ya que China es el primer
país industrial y también el máximo contaminador del planeta. No cabe dejar en el olvido la
adopción de una política de derechos humanos con la revisión de las leyes penales, para
entre otras cosas, acabar un día con la pena de muerte, que despiadadamente siega la vida
de miles de chinos cada año, por delitos que en Europa Occidental a veces no superan el
nivel de meras infracciones administrativas.

8
Lógicamente, desde la entrada de China en la OMC en 2001, ese proceso de
transformación fue ganando en velocidad. De modo que se hará inevitable el cambio de la
actual estructura política, todavía basada en el principio del poder monolítico del PCCh,
para ir dando paso a una expresión diferente
dif de fuerzas, derivando hacia la senda de la
democracia.

También podría gustarte