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DIVISIÓN DEL ACTO HUMANO

Los actos Humanos. El Acto constituye, el objeto material de la ética. No puede estar jamás fuera del
entorno de la moral, que es la ciencia que se encarga de los objetos morales en cada una de sus
maneras.

Algo tiene carácter de bien o mal en sentido absoluto sí constituye un bien o un mal que perjudica
drásticamente al desarrollo en plenitud de la vida humana, en cuanto humana. De entre todos los
vivientes, el ser humano es el exclusivo ser para quien su propia vida, su realidad, constituye una labor:
algo que debería conseguir y que, correlativamente, puede llevar a cabo malograrse.

Las actividades buenas moralmente, son esas que contribuyen a la perfección del individuo que las
ejecuta, o a la idealización de su carácter moral (hacer el bien a los otros, ser honesto, ser justo, ser
responsable).

Por mal moral se entiende la desviación de la voluntad humana de las normas del orden moral y la
acción que resulta de dicha desviación. Tal acción, una vez que proceda exclusivamente de la ignorancia,
no va a ser clasificada como mal moral, que está restringido propiamente a los actos de la voluntad,
hacia los objetivos que la conciencia rechaza.

Por su relación con la moralidad, el acto humano puede ser:

• Bueno o lícito, si está conforme con la ley moral (por ejemplo, el dar limosna).

• Malo o ilícito, si le es contrario (por ejemplo, mentir).

• Indiferente, cuando ni le es contrario ni conforme a la moral (por ejemplo, el caminar)

Aunque ésta es la división más importante, interesa señalar también que, en razón de las
facultades que lo perfeccionan, el acto puede ser:

• Interno: el realizado a través de las facultades internas del hombre, inteligencia, memoria,
imaginación, por ejemplo, el recuerdo de una acción pasada, o el deseo de algo futuro.

• Externo: cuando intervienen también los órganos y sentidos del cuerpo (por ejemplo, comer
o leer).

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