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CONCEPCIONES ACERCA DEL HOMBRE A TRAVÉS DEL TIEMPO

¿QUÉ ERA EL HOMBRE PARA LAS DIFERENTES EDADES HISTÓRICAS?

ANTIGÜEDAD

En la Antigüedad diferentes pensadores se encargaron de reflexionar acerca de lo que


consideraban acerca de su existencia y de la finalidad del hombre. Entre ellos se destacan:

Sócrates: Fue quien centró todo el pensamiento filosófico en torno al hombre. Sobre la
dignidad humana, el conocimiento de sí mismo y la vida conforme a las normas morales que
dictaba la razón.

Platón: Para este pensador, el hombre es ante todo un alma, de origen divino, inmaterial,
eterna e inmortal, unida accidentalmente al cuerpo como consecuencia de un pecado y con la
misión de gobernar y dirigir el cuerpo como el timonel la nave.

Aristóteles: Define al hombre como animal racional que tiene razón o palabra. El hombre es un
animal sociable por naturaleza. Aislado sólo podrían vivir una bestia o un dios.

EDAD MEDIA= CRISTIANISMO

En la edad media fue muy poca la producción filosófica en torno a la concepción del hombre,
debido a que el cristianismo como corriente de pensamiento y relgiosa era la única verdad
posible para el hombre.

Para esta corriente de pensamiento Dios es el principio y fundamento absoluto. El cosmos, la


universo nace de un libre acto creador de Dios.

Por lo tanto, el hombre es una criatura de Dios, surge de este acto creador.

RENACIMIENTO

El renacimiento como nueva edad histórica produce un cambio radical en la concepción que se
tenía del hombre hasta el momento. Es una nueva comprensión del hombre.

Como su nombre lo indica, renace el entusiasmo por las culturas clásicas y la exaltación del
hombre en cuanto hombre. Surge un proceso de autonomía del hombre y de sus realizaciones.
Esta corriente desembocará en la idea de la importancia de la razón, la ciencia, la sociedad y la
política.

Uno de los pensadores que se destaca en esta época es Descartes con su frase célebre, “pienso
luego existo”. Con ello quiere decir que el ser queda subordinado al pensar. La razón, el
pensamiento está por arriba del ser del hombre. El hombre queda así definido como una
maquina que piensa. Las emociones y los sentimientos quedan por fuera de esta concepción.

ILUSTRACIÓN

Con la ilustración la concepción del hombre es la de un ser racional. Con ello quiere decir que
si el hombre se guía por la razón no necesita de otra instancia, ni siquiera de revelación divina
(religión- Dios). La razón ni nos engaña ni se engaña nunca. La razón llevará al hombre a la
felicidad para la que está hecho y a la que tiene derecho en este mundo.

MODERNIDAD
En esta época pensadores como S. Freud consideran que el ser humano es cualitativamente
diferente de los animales como consecuencia de la influencia de la cultura. El hombre se va a
constituir como tal en el momento en que es capaz de modificarse a sí mismo y a su entorno.

Otro pensador importante es Heidegger, quien considera que el hombre está arrojado a este
mundo e inmerso en las cosas que lo conforman y actúa sobre ellas, no sólo las piensa.

POSTMODERNIDAD

Esta época es el exponente de la situación actual de las sociedades, representa el fin del
intento por una explicación racional, coherente y sistemática de toda la realidad. En esta época
ya nadie espera que la ciencia resuelva los problemas humanos. A su vez, considera que la
multiplicidad de teorías ha generado la desconfianza con respecto a las grandes palabras: Dios,
personas, valores, verdades, sentido de la vida, etc.

Para los pensadores de esta época sólo le queda al hombre vivir en el presente sin
preocuparse por el pasado ni por el futuro y vivirlo sin un sentimiento trágico. Se intenta hacer
vialbe el vivir una situación contínuamente cambiante, con una tolerancia fruto del relativismo
que acepta las diferencias y las múltiples perspectivas, y con moderadas y pragmáticas
ambiciones.

Se considera al hombre como un ser subsistente y autónomo, esencialmente social y


comunitario, un ser libre, un ser moraln capaz de amar, de actuar en función de una
actualización de sus potencias y finalmente de definirse a sí mismo considerando siempre el
entorno, el contexto que le determina.

ACTIVIDADES

1- ¿Cuál es la concepción de hombre que nos gobierna hoy en día?


2- ¿Cómo definirían ustedes al hombre hoy? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Cuál es el
sentido de su vida?
3- Lean el siguiente artículo y reflexionen acerca de los adolescentes de hoy. ¿Se sienten
identificados con ellos?

Jóvenes posmodernos: ¿nueva generación irreverente?


En la sociedad contemporánea han ‘estallado’ fenómenos inéditos, a la luz de nuevos
paradigmas o modelos, que poco a poco se instalan en la moda, en la música, en la
cultura y en la vida cotidiana, en general. ¿Una nueva generación en camino? … El
mundo está globalizado. Eso nadie lo discute. Para bien o para mal todos estamos
conectados, gracias a la maravilla de las tecnologías, por un lado, y a un sistema de
pensamiento centrado en el mercado, nuevo dios de la aldea global, por otro. Bien se
ha dicho que esta aldea planetaria, preconizada por Marshall McLuhan, ya no es una
utopía: vivimos en un mundo empequeñecido donde todos nos pertenecemos.
En ese contexto, la humanidad esclava como es del progreso, no deja de tener en los
adolescentes y jóvenes no solo la esperanza, sino los nuevos referentes de un mundo
en permanente cambio. Los acontecimientos vividos en la primera década del siglo así
lo determinan.
• Signos de los tiempos
Pero, ¿qué está pasando? Ya no hay necesidad de ser expertos o visionarios para
identificar algunos signos de los tiempos. En esta etapa se percibe, en primer lugar, el
advenimiento de una nueva era de la vida humana –la audiovisual- es el eje del futuro.
La sociedad audiovisual –de la mano de las tecnologías- está cambiando todo: las
relaciones en los hogares, los procesos de aprendizaje en las escuelas, el tiempo libre,
el trabajo, las transacciones, los rituales sociales, las creencias.
La imagen está ganando terreno a la razón, y las repercusiones ya son manifiestos en
la utilización de las denominadas cuatro pantallas: la televisión, la computadora, el
celular y el video juego. Este cambio no solo es de aparatos, sino de valores,
comportamientos y actitudes, de manera especial de los niños y jóvenes, que son los
preferidos de este mercadeo gigantesco que manipula sutilmente los pensamientos,
sentimientos, acciones y… aún nuestras decisiones. Los adolescentes, en efecto, son
hijos del audio, de la imagen y de todos los programas –software- juntos, que forman
la parafernalia del show o espectáculo en el que se ha convertido el mundo. La
modernidad –según varios autores- ha comenzado a ‘licuarse’ y comienza a aparecer
un no-sistema –la posmodernidad- que no acepta los valores tradicionales por
caducos, y postula la libertad como meta y el anarquismo como camino.
En esa perspectiva toda creencia es historia; por lo tanto, hay que conquistar el futuro
sobre los despojos de una sociedad centrada en producir y consumir; en vivir ‘light’, y
buscar lo más rápido, lo más fácil y lo más rentable. Los padres se quejan que los
jóvenes ya no respetan; que hacen lo que quieren, y en ese afán de descubrir –a
veces alocado e irreverente- tienen caídas lamentables.
Otro fenómeno recurrente es la contaminación no solo en el ambiente -el agua, el aire
y, en general, en la naturaleza- sino de la gigantesca crisis moral que afronta la
economía, la política y la propia religión, inclusive. Vivimos la caída de referentes.
‘Bonsay humanos’
Un psicólogo –el doctor Jorge Zalles- decía que la sociedad moderna está formando
‘bonsay humanos’; es decir, personas que se expresan e intentan vivir con cuerpos de
hombres y mujeres, pero como enanos psicológicos. En otras palabras: gente
preparada para todo, inmadura e incapaz para gobernar a los demás y sobre todo para
gobernarse a sí mismo. Cierta o falsa esta teoría conmueve a la familia, que se
desintegra día a día, donde los divorcios abundan y aumentan las situaciones
irregulares. Y la descomposición de la familia es un reflejo de toda la sociedad, porque
constituye una caja de resonancia.
La complejidad que vive la sociedad, según Edgar Morin, no es sino la incertidumbre
como característica esencial de una sociedad vertiginosa, conectada y al mismo
tiempo solitaria. La caída de referentes y de valores absolutos impregna una
sensación de agotamiento del modelo. Frente a esta situación no hay recetas. Es
necesario pensar que este cambio sea para bien, y que el fulgor de la juventud –la
conciencia del mundo- lleve a la humanidad a nuevos escenarios donde prevalezca la
paz, la unidad, la solidaridad y no la violencia.

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