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CÓMO SER UN PENSADOR POSITIVO

Parece que algunos son por naturaleza pensadores positivos, en tanto que otros aprenden hacerlo
mediante rudo esfuerzo.

A mí me parece que tiene mucho de verdad tal teoría de que todos nacemos como pensadores
positivos, por lo menos yo no recuerdo haber visto nunca un bebé negativo, como no sea tal vez
alguno que esté muy enfermo. Crecerán con actitudes mentales. Más tarde a los 20 o 30 años de
edad, si quieren ser pensadores positivos tienen el problema de olvidar los hábitos ya arreglados de
pensamiento y aprender nuevos hábitos proceso que puede ser difícil. Pero el ser humano está
dotado de la facultad de romper viejos hábitos y deformar otros nuevos de modo que cualquier
hábito se puede modificar. Aun cuando a veces son profundas las huellas cerebrales que dejan los
procesos habituales de pensamiento, están sin embargo sujetas a revisión si es fuerte el deseo de
revisarlas, la voluntad firme y la imaginación aguda.

Los seres humanos hechos a imagen del creador y dotados de sus características, son por naturaleza
creativos porque él es positivo y tiene una asombrosa confianza en sus criaturas, puesto que les
concede el derecho y el privilegio de elegir. Estás pueden elegir el error en lugar de la verdad, el
mal en lugar del bien. Pueden ser negativas en lugar de positivas en su manera de pensar; pero
habiendo elegido una serie de valores y habiendo vivido de acuerdo con ellos durante años, pueden
en cualquier momento volver a ejercer el derecho de elegir y adoptar entonces los valores
contrarios.

Se puede cambiar el pensamiento negativo por pensamiento positivo y gozar de las bendiciones que
esa conversión trae. Esto es posible aun cuando durante mucho tiempo y de manera muy completa
haya sido usted pensador negativo. La máxima prioridad para convertirse en una persona positiva es
la voluntad. Es necesario que usted quiera ser una persona positiva con tanta vehemencia que se
resuelva a empezar inmediatamente el proceso de cambiar su modo de ser.

Hay un aspecto curioso en este cambio de negativo a positivo, si usted es soy una persona positiva
tal vez no se haya dado cuenta de cómo llegó a serlo. Cuando se esforzaba por crecer estaba ya en el
proceso de volverse, desde el momento en que hizo el esfuerzo entró en el flujo poderoso del
pensamiento nuevo y dinámico.

Ciertamente el pensamiento positivo no es como la firman algunas negativitas, un concepto ingenuo


o sensiblero ni es tampoco una filosofía fácil y alejada de la realidad. Por el contrario, el
pensamiento positivo es para personas fuertes: fuertes en la fe, fuertes en el pensamiento, fuerte de
carácter. Y si ya no lo son cuando adoptan el pensamiento positivo el esfuerzo por llegar a ser
positivas les da fortaleza.

El pensamiento positivo es todo lo contrario del pensamiento negativo. El negativita es un descreído


mientras que el positivista es un creyente; el uno está lleno de dudas sobre sí mismo, el otro lleno de
confianza en sí mismo. El uno se da por vencido cuando se encuentra con una dificultad; el otro se
pone a la altura de las circunstancias cuando las cosas marchan mal. El pensador negativo con su
desesperanza cierra el flujo de la potencia creadora. El pensador positivo, apoyándose en la fe en
Dios y en ti mismo, abre del todos los canales por dónde fluyen la potencia y la creatividad que
producen resultados sorprendentes. En resumen el pensador negativo tiende a ver, y por tanto a
producir, fracasos. El pensador positivo imagina lo posible y atrae el éxito hacia sí mismo y hacia
sus proyectos.

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