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Artículo de Opinión:
Honor a Quien Honor Merece
Han sido nueve ediciones que la delegación paraolímpica representa al tricolor, la tercera
más numerosa luego de que en Londres 2012, fueron 30 los abanderados venezuelanos, pero en
resultados esta oportunidad ha sido la mejor zafra de éxitos. Estos atletas dieron el todo por el
todo, en la cabeza de ellos la joven Lisbeli Vera, quien fue la abanderada al llegar a Tokio, y que
logró ganar tres medallas, dos doradas y una de plata, convirtiéndose en referente histórico en la
nación.
“Para mí, la discapacidad que tengo nunca ha sido una limitante para hacer deporte.”
Expresó la primera medallista en Tokio 2020, Clara Fuentes, testimonio de superación y
concentración, que en la disciplina Levantamiento de Potencia, logró llevarse de regreso a
Caracas una medalla plateada, que hoy le han dado el privilegio de continuar con más fuerza
luego de que muchas puertas y horizontes se vayan truncando por un país lisiado por la ambición
y corrupción que cada vez más le cierra el camino a personas con pocos recursos o diversidad de
talentos para poder descubrir el suyo, la medallista de 24 años nos dejó como aprendizaje la
curiosa invitación que recibió de otra chica con la misma diversidad funcional a iniciarse el
camino de los deportes y es cuando conoce y descubre el powerlifting dedicando su tiempo libre
y esfuerzo.
Y es cuando nos podemos hacer la pregunta de ¿Qué tienen ellos de diferente que no
tenga yo?, ¿Por qué no ofrecerles alternativas distintas que estén a su mano?, como lo hizo la
chica del mercado con Fuentes, pero la realidad es otra, hoy en día somos parte de un país que
prefiere dejarlos a un lado por su “dudosa” capacidad de producir o de construir esa anhelada
imagen del mejor país, o porque terminan siendo “una carga” para quien decida abrirle las
puertas a cada uno de estos ciudadanos, que han aprovechado la oportunidad para dejar en alto su
maravillosa eficiencia.
En un país que presume sus ineficiencias voluntarias para poder potenciar a su gente
dotándolo de herramientas sociales, económicas y políticas al servicio de todos, discapacitado
de extremidades honestas que persigan con afán el éxito diario, invidente por la ambición de sus
gobernantes va en picada, sordomudos sin poder expresar lo que a su pueblo le pesa por la
mordaza de sus políticos o qué en sillas de ruedas se le hace imposible andar por falta de medios
viales para transitarlo, en medio de todo estos 26 venezolanos salieron a dar el todo por el todo
en Asia, en la capital del país de los cerezos.
Siete medallas y 17 diplomas se suman al medallero nacional, que llega al total de 24, en
esta ocasión, Lisbeli Vera fue la máxima ganadora con dos medallas de oro, una en 100 mts y la
segunda en 200 mt en la modalidad T47, que es para los corredores con un movimiento limitado
en un grado bajo o moderado de un brazo, o la ausencia de extremidades, y la medalla de plata
en los 400 mts T47 y sin embargo sigue corriendo para ganar ante la indiferencia de sus
compatriotas que no se interesan por celebrar su logros, ir más allá de lo simple o de ser
inclusivos en una realidad cotidiana.