Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Paraula Edicions
Título del libro
Primera edición:
© De la obra: Da Vinchi y el códice queerness
© Autoría: Anaïs de frans Martínez
© cubierta: Pierre Dupont
© Edita: Paraula Edicions
http://www.uccreativa.org
C.P. 0400, La Massana
e-mail: ciencia@uccreativa.org
ISBN:
Briguitte Marrions
Índice
Et República……………………………………………………… 13
Objeto de estudio………………………………………………… 17
Enfoque sociológico…………………………………….………... 21
La naturaleza en función de cómo la observemos ……………….. 27
De la visión simultánea y un género……………………………… 31
Sujeto especular y reversibilidad…………………………………. 37
Entre la fisura de lo imaginario y su contigüidad……………….... 47
ANEXOS…………………………………………………………. 61
Sobre el dilema moral como materia de ruptura………………….. 63
Atenuando nuevas formas de moverse en la extravagancia………. 69
De la maximización en la conspiración Da Vinci………………… 77
Un resultado destacable, aunque no sorprendente ……….………. 87
1.
.
…..
Et República
Mientras que aquellas personas gays ven a su identidad sexual coma algo fijo,
inmutable, una parte esencial de quienes son desde su nacimiento,5 la
constitución de identidades y comunidades queer apelan a una reafirmación
melancólica de la mismidad. Es decir, la invisibilización histórica ha sido solo
aparente, una imagen extraña y distorsionada interesada por su potencia
mimética, lo que a su vez ha ido habilitando una búsqueda de razones a los
impulsos identificatorios, ya sobredistorsionados. Ahora bien, si nuestra
situación presente, es brindar una bateria de metáforas,6 frente a unas
desidentificaciones de nuestra propia experiencia, mucho se teme que a lo
sumo podríamos derivar en usos variados de la temporalidad queer y de toda
discrepancia con el concepto de performatividad. Una filosofía de lo raro y el
1
La literatura india antigua también incluye la noción filosófica de la existencia de la "Tritiya
Prakriti" o la tercera naturaleza.
2
Durante la expulsión de los Médici del poder los florentinos dejan de acicalarse, de pintarse
los labios, de maquillarse los ojos y hasta de bañarse considerándolo un acto de lujuria.
3
El Stonewall Inn abrió sus puertas como un club gay en 1967 en el corazón del bohemio
barrio de Greenwich Village de Manhattan. En realidad, Stonewall incitó a una generación de
activistas a formar un movimiento masivo de derechos civiles como es el día del orgullo.
4
Karl Heinrich Ulrichs era juez en Alemania, luego se convirtió en activista por los derechos
homosexuales. Escribió panfletos sobre ser gay en Alemania y, el 29 de agosto de 1867,
Ulrichs habló en Múnich en el Congreso de Juristas para demandar la igualdad de derechos
legales para todas las sexualidades.
5
Sedgwick Kosofsky, E. (2003) en su obra: Touching Feeling. Affect, Pedagogy,
Performativity, reivindica Ia productividad del esencialismo que permite reflexionar sobre un
tema poco analizado por el construccionismo: la niñez gay.
6
Laclau y Mouffe, en HegemonIa y estrategia socialista. Hacia una radicalización de Ia
democracia. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.2006: 32.
género o pensamiento disidente, contrasta con un discurso de toda una serie de
prácticas vinculadas a la secuencia idealizada e incondicionada. Asimismo, a
la hora de analizar la relación de un modelo sustancial de identidad con
inspiraciones temporales no lineales, puede haber solapamientos y confusiones
entre las ideas de "experiencia" y relatos de experiencia, como en todo. En
realidad, no hay necesidad de cuantificar los modos, históricamente muy
diferenciados y radicalmente modificados, pues el avance constante e
irrepetible de una época permite entrar en tension con la experiencia vivida.
La sociedad establece una imagen negativa hasta hacerla normal, sobre todo a
partir de los lugares de exclusión creados, no siempre definibles y que se
vinculan de una forma mediática y periférica a través de los procesos de
significación. Luego, nosotras y nosotros al tener en cuenta los procesos
sociales, nos detendremos imperceptibles, pero conscientes de cuanto genera
una mayor preocupación e interés por parte de aquella sociedad poco
conflictiva. Una posición crítica significa en contraposición de las identidades
unificadas, una posible historia de la verdad7 aún sin sacar a la luz aquello que
permanece más oculto. Se trata de cambio y de transformar nuestro entorno,
desde la transversalidad o una posición más activa para abordar un importante
papel, también en la reclusión en el espacio privado.8 Y es que un cuerpo que
no se adapta9 ni va más allá de los límites de la ciencia verdadera, ni responde
al ideal del yo obediente10 y es por ello, que inquieta y asombra en exceso.11
7
Foucault, Michel. Tecnologías del yo y otros textos afines. Barcelona: Paidós, 2008.
8
Vincent, Gérard. Historia de la vida privada: de la primera Guerra Mundial a nuestros días.
Madrid: Taurus, 1989.
9
Para Darwin las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las
más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.
10
Lacan: Lecon de 11 juin 1969.
11
Henning Beck explica que el cerebro, precisamente, como no está diseñado para trabajar de
manera perfecta se adapta "constantemente" al entorno, lo que posibilita la invención de ideas
nuevas, es decir, continuamente genera muchas oportunidades, muchos pensamientos
diferentes, muchas posibilidades.
12
Este conocimiento del mundo, lleno de sentidos y significados, elaborado desde nuestro
cuerpo, regresa al mundo como conocimiento sensorial y racional capaz de transformar ese
mismo mundo en que vivimos.
13
Bauman, Zygmunt. Vida Liquida. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica. 2006: 10.
inmediata se restituye rápidamente, orgánicamente, como parte de un sistema
autocontenido, encerrado en sí mismo.14
Objeto de estudio
14
Schivelbusch, 1986
15
La interferencia no puede concebirse como el cumplimiento o bloqueo de anhelos, sueños,
intenciones o deseos. Para otorgarle un aspecto más sustancial, es necesario considerar la
interferencia en relación con las acciones (Robin Evans, “Hacia una anarquitectura,”
Traducciones, 38:32)
16
Spinoza señala cómo “la mente y el cuerpo son un solo y mismo individuo, al que se
concibe, ya bajo el atributo del Pensamiento, ya bajo el atributo de la Extensión”
17
La individualización de la sociabilidad es un problema que cuestiona cómo se siguen
diseñando e implementando políticas públicas que generan jerarquías precarias para el
desarrollo de la vida de los que habitan en espacios múltiples de discriminación (por género,
raza, estatus socioeconómico o de migrante)
• Da Vinci osaba construir el divino carácter de la representación
icónica, comunicable y universal, aunque dependiera de la vía principal
de los sentidos, pero como su repercusión lo hacía vibrar como una
realidad viva; nosotros compartimos esa base sensible y discursiva,
asumiendo plenamente la complicidad con el relato biopolítico.
Entendemos que el conocimiento adquiere una estabilización y un
riesgo, es el de abandonar el contorno para desbordarse y definirse
como tendencia hacia un límite18 de nuestras percepciones y de
nuestros pensamientos. En este sentido John Searle, experto en
filosofía de la mente, diferencia entre teorías compatibles con todos los
datos y la infradeterminación de dichas teorías, al preocuparse, en
último término, por ofrecer una comprensión adecuadamente explicada
y difundida. Hoy, la validez del conocimiento genera una incómoda
situación de relativismo sobre la que debe regir nuestra validación
intersubjetiva,19 de modo que, formular preguntas, introduce en nuestra
mente unas indudables intuiciones de partida desde las que aplicar
demostraciones.
18
Gilles Deleuze, hablará de “salir de la filosofía, pero por la filosofía,” en su Abécédaire (C
Culture)
19
U. Beck, “La sociedad del riesgo global”, Siglo XXI, Madrid, 2002.
20
Roberto Harari ¿Cuál es la casuística de Freud?
demostrar un tipo de actuaciones u otras.21 La incertidumbre separa del
método nuevos riesgos en el conocimiento22 de los sistemas complejos,
en tanto que, el debate de la razón y sus últimas consecuencias, augura
un discurso de combate dialéctico en contra de la aplicación
sistemática de los conocimientos científicos y tecnológicos.23
21
Ver T. S. Khun, “La estructura de las revoluciones científicas”, Fondo de Cultura
Económica, Madrid, 1990. Su título original fue “The structure of scientific revolutions”, y fue
publicado en Chicago en 1962.
22
J. Álvarez Yágüez y C. García González, “Expertos, ciudadanos, decisiones y riesgos”,
PÁGINA ABIERTA, número 138, de junio de 2003.
23
Francisco Castejón. Los límites del conocimiento científico y sus repercusiones sociales
(Página Abierta, 148, mayo de 2004)
24
Dean Spade, Vida normal: violencia administrativa, política trans crítica y The Limits of
Law (Cambridge, MA: South End Press, 2011)
25
Esta filosofía microbioética, si se me permite la terminología, la iremos definiendo y
exponiendo como ciencia creativa en la serie “Ingeniería y Biopolítica Queerness” desde la
Unidad de investigación UCCbioethicLAB.
Enfoque sociológico
Para seguir construyendo nuestra filosofía del conocimiento sobre la tesis de
nuestra “falta de conocimiento”, en defensa de la tolerancia, y de principios
éticos, Karl Popper26 descubre el valor de objetar y revisionar conjeturas
inciertas, entreviendo la observación de cada diálogo racional, a favor y en
contra, para así, llegar a la verdad y un acercamiento a ella. Nuestro
conocimiento objetivo podría ser un descubrimiento de máxima importancia,
si desde todos los puntos de vista confirmase una verdad, en un mundo
cultural distinto y en cada categoría específica. Al fin y al cabo, vamos a
intentar dar alguna respuesta tal y como la percibimos, sobre cualquier aspecto
de la realidad por sus últimas causas,27 pero siempre que tuviere una cierta
universalidad.
26
Karl Popper. El conocimiento de la ignorancia. Polis [En línea] 1 | 2001, Publicado el 30
noviembre 2012 y consultado el 20 septiembre 2019. URL:
http://journals.openedition.org/polis/8267
27
Y entre las ciencias, aquella que se busca por sí misma, sólo por el ansia de saber, es más
filosófica que la que se estudia por sus resultados; así como la que domina a las demás es más
filosófica que la que está subordinada a cualquiera otra. No, el filósofo no debe recibir leyes, y
sí darlas; ni es preciso que obedezca a otro, sino que debe obedecerle el que sea menos
filósofo ([ Aristóteles· Metafísica· libro primero· Α · 980a-993a
28
Jesús García. Las propiedades de la Filosofía, F-145.
asentimiento científico y la repulsa de quienes a las virtudes intelectuales le
otorgan un círculo en la arena sobre el que saltar en última instancia respecto a
sus ideas. Si hacemos una revisión del entendimiento con una variedad
infinita, la sensación no radica propiamente en saber si la voluntad es libre, en
todo caso, la determinación de su pensamiento podría hacer que se imaginara
con más libertad que la que le proporciona el ser capaz de hacer lo que su
voluntad le dicta.29
29
John Locke. Ensayo sobre el entendimiento humano.
https://www.uv.es/ivorra/Filosofia/Historia/Ensayo.html
30
La filosofía idealista afirma: “No hay objeto sin sujeto”, es decir, el mundo exterior no
existe fuera de la conciencia e independientemente de ella. El materialismo dialéctico, por el
contrario, afirma que “el objeto existe independientemente del sujeto”; por consiguiente, sin el
ser material, no hay ni puede haber ninguna conciencia.
31
Sujeto y objeto. Diccionario de filosofía · 1984:413-414
32
Schopenhauer, A. Die Welt als Wille und Vorstellung I, VII (p. 473)
y ciega,33 es el caso del género humano, tan preocupado por la banalidad, el
sufrimiento y la maldad, sin otro consuelo que la total confusión en la dualidad
de voluntad y representación. Lo que hace que la realidad y su insuficiencia
sea asequible a nuestra razón se convierte en una pregunta tan estúpida como
paralógica, mientras que como señala Wittgenstein, queda fuera del campo
visual y se reduce a un punto inextensa.34
33
“Gespräche, ed. de A. Hübscher, Frommann-Holzboog, Stuttgart, 1971, p. 22.
34
Cf. L. Wittgenstein, Tractatus logico-philosophicus, 5.633-5.6331 y 5.64.
35
Vásquez, M. (2016) Universales y particulares en la teoría del conocimiento de Descartes y
Locke, en Ingenium. Revista Electrónica de Pensamiento Moderno y Metodología en Historia
de la Ideas 10, 209-228.
36
R. DESCARTES, Discurso del método, Dióptrica, Meteoros y Geometría. Madrid,
Alfaguara, 1981, 45. AT, VI, 61.
37
Locke, Ensayo sobre el Entendimiento Humano. 83, L II, Cap. I, § 1.
para percibirlas individualmente38 como lo sería por cierto en el caso del
realismo directo. Por tanto, la esencia de la materia queerness tiene como
causa a los objetos particulares y al mundo material con independencia de lo
que nosotros podamos percibir o suscribir. Dichos rasgos corresponderían a la
multiplicidad que podemos apreciar a partir de las ideas y de nuestras
reflexiones más interesadas o estimulantes y que no tienen por que ajustarse a
las cualidades primarias ni a las reglas sociales.
Entre la realidad formal y la realidad objetiva de una idea como acto39 hay
poco margen, pero sobre todo la indefinición para ser comprendidas, dado que
simplemente mediante la abstracción los universales gozan de la condición de
convertirse en verdades necesarias.40 En palabras de Arenas, el reconocimiento
queerness se encontraría «a la espera de que la reflexión sobre los propios
contenidos y actividades de la mente o el ejercicio de las facultades cognitivas
permitiera cobrar conciencia de ellas.41 Es decir, el entendimiento no ha de
estar involucrado42 conscientemente bajo ningún precepto del conocimiento
científico, pues este roza la tesis de que ninguna clase de idea innata podría
explicar su origen ni entenderíase la naturaleza de los universales. Por eso,
cuando abandonamos lo particular estamos desprendiéndonos de la capacidad
autónoma frente a una naturaleza artificialmente conceptual. Este arraigo del
conocimiento en el ser social desemboca lógicamente en la crítica de cualquier
forma de razón, tanto para Nietzsche43 como para la lógica queer, básicamente
porque carece de una obra docente. A lo largo de la vida, además podemos ir
38
Ibíd., 113, L II, Cap. VIII, §9.
39
V. Chappell, «The Theory of Ideas» en A. Oksenberg, (ed.). Essays on Descartes
Meditations, Los Angeles, University of California Press, 1986, 183.
40
Arenas, Descartes: la duda como punto de partida de la reflexión, 79.
41
Ibid, 77.
42
Sin embargo, independientemente del papel de la sensibilidad, queda claro que ninguna
clase de elemento proveniente del mundo exterior sería suficiente para la formación de ideas.
43
Nietzsche y el problema del conocimiento… Una trampa que nos impone una cierta
interpretación del mundo de la que no se puede escapar.
http://portal.uned.es/portal/page?_pageid=93,919689&_dad=portal&_schema=PORTAL
obteniendo una superación y una exaltación44 desplegándose entre un principio
apolíneo, que rige las formas, las apariencias, la claridad, y un principio
dionisíaco, de carácter queerness y aquellas consideraciones intempestivas
sobre la esterlidad de la cultura, realmente contraria a la vida.
44
Para Schopenhauer la voluntad es una cosa en sí que el universo es, mientras que para
Nietzsche no hay más que infinitas y fugaces puntuaciones de voluntad, cuyas tensiones y
choques son las que constituyen toda entidad perceptible o pensable.
45
Alarcón, V. Nietzsche y la filosofía del cristianismo. El Catoblepas. Número 19, septiembre
2003, página 17.
46
Izquierdo, A. El conceptode cultura en Nietzsche. Universidad Complutense de Madrid,
tesis doctoral, 1992.
47
Ibid, 42.
La naturaleza en función de cómo la observemos
48
Whitehead considera que la sociedad geométrica (de puras relaciones espaciales), la
electromagnetica (cuyas leyes intenta establecer la física matemática), las sociedades
orgánicas (vivientes)
nuestras percepciones sensoriales, desorientadas o inamovibles, nos
proporcionan algún fundamento para nuestras expectativas sobre el propósito
de autosuficiencia.
49
Marta Carmona Osorio. Transpsiquiatría. Abordajes queer en Salud Mental. Valencia, AEN/
5, 2018.
50
Sandra Harding. The Science Question in Feminism. Nueva York: Cornell University Press.
1986.
51
Paul B. Preciado pertenece a una generación de nuevos filósofos cosmopolitas que intentan
imaginar una transformación de la sociedad, pero desde un punto de vista asumido por
experimentación crítica y, en consecuencia, no se comprende lo que en esencia
significa la plasticidad del pensamiento queer o el reconocimiento biopolítico
queerness. En realidad, no hay teoría poscolonial, lo que ha caracterizado a
esta hibridación de la teoría no es otra que “utopías experimentales de
pedagogía radical”, según Preciado. Esto para él nos ha convertido en un
artefacto estético que nos capacita en su gozo y expansión propios, respecto
del poder que nos oprime. De ese pesimismo libertario,52 renace la idea que
cuestiona al contrato matrimonial en forma opresiva, donde la mujer ejercía
como objeto o como trabajadora sexual, doméstica y reproductiva a tiempo
completo, no asalariada, y cuyos derechos económicos y políticos eran
extremadamente limitados. Es curioso como vocalmente LGTB cuadra en
principio, no necesitaría más siglas y estamos de acuerdo, porque las que se
han ido sumando en realidad está por encima de esta sectorización, primero
porque no necesitan clasificarse como jerarquía social, sino opción personal y,
en segundo lugar, el poder identificarte como “normal” es prácticamente un
insulto queerness. La naturaleza dota y hace identificarse diferente a quien
discrepa y afecta a la experiencia, en el sentido de imponer estas normas u
otras, pues es más sencillo establecer un hermafroditismo conceptual en el que
nada es tangible, sino efímero, líquido y sobre todo transformativo u opcional.
No obstante, a todo aquel que no pudiera ser inmediatamente reconocido, no
solo escapan de lo heterosexual, por ejemplo, es que la injuria queer ha servido
sobre todo para desestabilizar normas aparentemente fijas.
Es posible afirmar que en todo el mundo hay personas transgeneristas sin errar
en la forma, otra cosa es cuando unas reglas del género contradicen los
códigos vigentes de masculinidad y feminidad mediante la disexualidad.53 En
estos espacios, cualquier ambigüedad se le deriva a justificar la coherencia de
su elección, pero vivir con dos géneros, incluso manteniendo la apariencia
Nietzsche en la que la filosofía es una forma de vida, como por jemplo el punk contracultural.
Frente a una sensibilidad kitsch y telecomunicativa, se apuesta por una fuente de comprensión
crítica que podía ir más allá de una simple descripción del Estado ideal derridaniano.
52
Preciado sitúa su Manifiesto contrasexual (Anagrama, 2002) entre la acción política y la
ciencia-ficción.
53
La disexualidad en la condición de transgénero by Michaelle de Fran Martínez.
https://www.bebee.com › @michaelle-de-fran-martinez-murcia
física54 no indica hacia qué género sino a qué persona o biotipo concreto nos
lleva la intuición. Se trata de activar el sistema nervioso autónomo con la
adaptación de señales o impulsos intuitivos a un proceso innato y universal,
estimulante y sexualizado sobre deseos personalizados y progresivamente
menos estereotipados. En este sentido, mi hermana menos Michaelleas
respuestas adaptativas son asertos ontogenéticos con capacidad de renovación
y de innovación erótico-proximal, tal que se derivan otras variables
psicofisiológicas de género fluido o líquido, entre las que hay una percepción
de lo disexual como una respuesta parasimpática, cuya naturaleza solo
obedece a patrones, más bien poco evolucionistas.
54
Un tiempo para pensar, vestir y actuar en masculino compartido con otro en el que se viste
como se siente en femenino, ya que el cuerpo se ha hormonado para ello. Esto no significa una
doble vida, sino compartida por conductas de género cruzado, y actitudespsicológicas y
psicosociales alternantes, que ayuden a una salud mental sui géneris, autónoma y compatible
con los valores universales definidos por la UNESCO.
55
Jessica Cabrera Cuevas. Conciencia y creatividad. Una reflexión transdisciplinar desde la
estimulación interna hacia la polinización educativa.
más que ver a personas tratando de ser normales. A los que no tienen apego a
roles universales y de masas, la pertenencia a un grupo no les supone una
nueva disyuntiva, es mucho más arriesgado facilitar el libre desarrollo de su
individualidad.
activa determinada.
Lo que es significativo para nuestro estudio, no es la emoción articulada ya
interpretada, pues para un fin particular nos diferencia el hecho de que hay
otras cosas valiosas independientemente de mi voluntad. Más de ello, requiere
de cierta consistencia que dará más o menos sentido de un modo peculiar, en
virtud de lo que definimos como nuestra identidad. Asimismo, la mejor
versión posible es conforme a naturaleza y esta a su vez, en conformidad con
la única razón que basa su discernimiento en la libertad de elección. Como
noción ilustrada, no aceptamos que lo normal sea lo más común ni viceversa, y
porque no es argumento para legitimarla, una mejor calidad de vida implica
asumir representaciones paródicas y subversivas, de facto más atractivas y
enriquecedoras. Ello informa que en lo queerness no hay habitualidad ni
discriminación, ni tiene por qué ser inmediatamente accesible a nuestro
horizonte cognoscitivo. Esta identidad también es universal, y para ello cada
individuo, realmente construye su identidad “práctica-personal” mediante un
análisis59 artificial y de distintividad. El individuo como identidad construye
su propia realidad, pero no determina su existencia como ser corporal y
biológico, ya que, sin necesidad de recurrir a la teoría de conflicto entre
fuerzas intrapsíquicas, el super-yo, ya conforma una imagen muy personal,
incluso de autoconcepto.
59
María Alejandra Carrasco. Género y Humanismo. Estudios públicos. Nº. 103, 2006, págs.
307-335.
60
Marcela Lagarde. “El género”, fragmento literal: ‘La perspectiva de género’, en Género y
feminismo. Desarrollo humano y democracia, Ed. horas y HORAS, España, 1996, pp. 13-38.
que se dan entre opuestos o divergentes, de las experiencias que abarcan una
deconstrucción de género, social o cultural, pues las limitaciones evidentes
representan ya avances notorios. La propuesta más acendrada y su sentido del
deber produce el contacto con ideas, valores y propuestas distintas a las
propias, ya que, por deferencia les otorga otros significados. En cambio,
cambiar la sociedad parcialmente, no provoca indiferencia y de paso, ha traído
también cierto desgaste cívico a escala humana y con perspectiva de género.
61
The traffic in women: Notes on the “Political Economy” of Sex. En: Reiter, Rayna, Toward
an antropology of women, Monthly Review Press, Nueva York. 1975:159.
concentrada desde la ingeniería y el arte y la observación de la Naturaleza
como expresión ideal de una belleza suprema, ha librado al ser de ser objeto,
de su muerte62 materialista y del tormento de la duda. El compromiso lo
entendía únicamente bajo un cambio de roles o del entretenimiento, lo que, a
su vez, presenta posiblemente como meras peculariedades entre tantas y tantas
opciones63 contemporáneas. Entonces, al hilo de apoyarse en nuevas verdades,
la teología fundada sobre los principios de la razón y sus fuerzas invisibles,
podría abrirse al propósito de afirmación personal, por medio de un retorno a
la indivisible naturaleza. Por nuestra parte, tiene alguna importancia seguir
investigando un contexto más amplio, máxime si la reconstrucción de los
orígenes en la cultura se refiere a su forma de representar una estrecha
vinculación con la elección del género por su funcionalidad, no la de razonar
de forma imperfecta y parcialmente, cuya consecuencia repercutiría en la
consideración reservada a su autor.
64
Ha sido uno de los fundadores de los estudios LGBTQ en la academia. Tenemos que ser
más conscientes de lo que somos que la identidad no depende de un solo factor, como la
orientación sexual, sino que todos tenemos múltiples identidades que se cruzan e influyen
entre sí.
65
Para Bolin (2003: 233) «variancia (o transversalidad) de género» se refiere a aquellos
fenómenos que constituy en «una combinación en forma de collage y/o un desmontaje y
recolocación de insignias fisiológicas o corpóreas y rasgos conductuales que se asignan
culturalmente como de género».
imaginarios desde una determinada posición, interpelan a la subjetividad de
pensar la cultura, alrededor de la intención heterogénea66 del sujeto.
66
La noción de “heteroglosia” emerge de la idea de que el yo, en el sentido de enunciante de
un discurso, no es un ente individual sino esencialmente colectivo constituido a través de la
incorporación de una heterogeneidad de voces que ha ido integrando en el contexto
sociocultural en que se desenvuelve (Martínez-Guzmán y Montenegro, 2010: 234)
67
Las tecnologías del yo, plagadas de discontinuidades y rupturas inmanentes, desvelan
variaciones mórbidas que serían ignoradas si efectuaba un corte genealógico radical.
68
Raquel Platero. La interseccionalidad como herramienta de estudio de la sexualidad. 2012:
22
69
Al representar gráficamente la pluralidad como posibilidad de perspectivas par-ticulares,
las narrativas en investigación social tienden a ser productivamente constituidas y expresadas
por aquello que se presenta particularmente poderosos y a la vez restringido.
70
Heidegger y la cuestión del ser. En https://dialnet.unirioja.es
puras relaciones técnicas.71 Desde aquello que es y es capaz de ser, el Ser
mismo tiene la potestad de lo plenamente consciente, aunque haya
desaparecido de cualquier existencia. De este modo está dirigido en el sentido
opuesto dentro de los límites de lo no objetual, véase como un solcitador
queerness de lo subsistente, de lo infinitimanente esencial. Toda variabilidad
como apertura o fundamento, que pudiera surgir en la totalidad instrumental,
cuando menos, se encuentra más allá de ser alteridad proyectante. En
consecuencia, un sentimiento meramente psicológico no explica mi otra
realidad distinguible entre otros. A partir de lo abisal, la persona por sí misma
ha de satisfacer la suprema exigencia de su esencia queerness. A diferencia de
lo ente, en la medida en que es, se sostiene la pregunta del hacedor pensante,
como derivado en cualquier sentido posible, siempre derivante hacia el
rechazo explícito y con un pensamiento tan imperceptible que se difumina en
el discurso razonado.
71
… ¿para qué?, ¿hacia dónde? ¿y luego qué? (Einführung in die Meta physik. (Nie -
meyer) pp. 28-29. Traducción castellana: Introducción a la metafísica (Gedisa), pp. 42-43)
72
Alberto Piñero. La consistencia especular del ser humano. Debate sobre las antropologías.
Thémata. Nº 35, 2005: 467.
Entre el Ser para sí, existencialmente hay constructos previsibles y otros
sociológicamente nada reprobables, pero la adopción deformada del yo,
cuando menos repugna por su inconsistencia especular. La dinámica queerness
sopesa aquellas turbiedades más accesibles a los sentidos primigenios en pro
de transformar un yo-imagen ideal en su propia naturaleza, a voluntad desde
una línea de continuidad. En todo ello se infiere una objetividad de adhesión
consecuente con todo aquello que más le convence, o sea, lo que conviene por
su sincretismo absolutamente personal e intransferible. Un yo ideal equivale a
un tipo de estatus revolucionario, dada la conjunción represora imperante
sobre la singular dimensión de sujetos y frente a ser reducidos a estrictos
objetos.73 Ante esto, el campo de presencia74 cobra algún sentido en su
quehacer integrado, donde todo acontecimiento o vivencia pasaría a la
inactualidad de no ser parte esencial de la conciencia. Por la idealidad de
referencia y medida los caractéres cualitativos enmarcan su experiencia desde
la perspectiva que ésta le proporciona, cuyo acontecer implementa su
estructura categorial combinada. Nadie duda de la plasticidad del pensamiento
respecto de la subjetividad a la hora de tarar de huir de una posición ajena, en
tanto que la incipiente versatilidad se abre camino por razones más que
abstractos de apertura. Ahora bien, de tanto funcionamiento la constancia se
articula bajo un dualismo pulsional para no precipaitarse a un vacío, cuyo
valor podría acabar con todo lo constituido.
73
Piñero, 476.
74
Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción, Barcelona, Península, 2000, pp. 423 y
424.
las respuestas interpretativas que conforman su identidad.75 El ser del sujeto
amalgama una masa más profunda que arriba en el mundo social, ya contenida
y por tanto menos operativa, por lo que su relación diádica permitiría abordar
y formalizar las distintas dimensiones de la experiencia y la significación76
indiciada sobre la intercorporeidad.
75
Jay Zeman. "Peirce´s Theory of Signs", en A Perfusion of Signs, ed. T. Sebeok, Indiana:
Bloomington, 1977.
76
Eliseo Verón. La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad. México:
Gedisa, 2004.
que se transforman de una a otra categoría, por medio de cualidades evidentes
para los demás, nada hace pensar que lo vayamos a seguir haciendo, y a
sabiendas de que lo que nos desvela como analistas queerness, viene siendo de
pura curiosidad ensayista. Es de recibo reflexionar, porque, así como un
proyecto exige la responsabilidad de tomar las riendas de nuestro destino, el
prestigio necesario incluye enfrentamientos con el orden y las restricciones de
la libertad, más allá empezaríamos a cambiarnos y volver a reescribir ese ser
viviente como una exigencia. Ahora, nuestro destino en su quehacer o vida
cotidiana es algo ilusorio, nos reporta la medición de la felicidad a través de la
libertad de ser, nos emplaza en lugar del individualismo exacerbado u otra
deriva más dogmática y perversa. Como seres actuales, el tener un potencial
altamente subversivo, constituye el haz de un instrumento ideológico con
signos de volverse katarista y autovalidante. Pero lo convenientemente cultural
se da entre límites, a veces reaccionarios, es por eso que la falencia patriarcal
no se sustenta al deconstruir su propio género.
78
Michel Foucault. Hermenéutica del sujeto. Madrid. La Piqueta. 1994:135.
79
C. Castoriadis. Los dominios del hombre: Las encrucijadas del laberinto, Editorial Gedisa,
Barcelona, España. 1995.
80
Durand. 1981:341.
81
E. Cassirer. Antropología filosófica. Colección popular. Fondo de Cultura Económica.
México. 1992: 119.
82
A. Carretero. Una aproximación a la sociología de lo imaginario de Michel Maffesoli.
Sociológica. Año 18. número 53. 2003:115.
regulaciones,83 cuando la indeterminación no queda religada como como una
unidad de diferencias instituyentes. Pero igualmente el simbolismo determina
grados de libertad84 que vale la pena explorar en su diferencia específica, cuya
materia física implica participar de una visión funcional o sustancialmente
antagonista. El ser reversible opta por hacer la distinción entre cosas reales e
ideales invirtiendo los términos, no en vano se concibe como la matriz
subjetivamente real, libre de cargos y de interpretaciones garantistas, cuya
inmediatez sorprendería al verdadero estado de la naturaleza. Esto es porque lo
que perturba agrada tanto como el orden normativo, por su relación a otras
formas significantes entre lo simbólico y lo imaginario.85
83
Celso Sánchez Capdequí. Las voces de la diversidad y los silencios de lo común: las
identidades a debate. Vol. 47. Nº 2. 2010:33.
84
E. Colombo. El Imaginario Social. Nordan-Comunidad. Montevideo. 1989:41.
85
C. Castoriadis. La institución imaginaria de la sociedad, Vol.1 Marxismo y teoría
revolucionaria, Tusquets Editores, Barcelona, España. 1983.
análisis en la lógica queerness, en términos de sujetos carenciados frente a
lógicas de transposición institucionales. La falta de conocimiento como fuente
de conflicto devela la falacia de igualdad y ausencia indiscriminada de
preservar la imagen y de resguardar el prestigio autoinflingido. No cabe duda,
la objetividad sustenta nuestras prácticas, ante una impotencia para posibilitar
la autoemancipación, permanentemente disfrazada de autonomía personal.
86
Lev Vygotsky (1932: 91) El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, México, DF,
Grijalbo, 1979.
Entre la fisura de lo imaginario y su contigüidad
87
Victor Frankl. El hombre doliente. Barcelona: Herder. 1987:18.
88
Hans-Georg Gadamer. El problema de la conciencia histórica. Madrid. Tecnos. 2007
89
Martin Heidegger. Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles. Madrid. Trotta.
2002:51.
Surge un interrogante sobre la naturaleza del sujeto en la identificación de su
ambivalencia, previa a mencionar que existen poderosas motivaciones
inconcientes, lo suficientemente devenidas como para referirse a las creaciones
oníricas latentes, de cuya instancia la elección sería cuando menos arriesgada.
En lo queerness una asociación diferente es el común denominador de la
escena primaria, en tanto en cuanto, la supuesta relación con la castración
social representa una desfiguración por trastorno o inversión, motivo por el
cual los procesos fundantes de la estructura de una individualidad han de
servirse de identificaciones secundarias. Ahora bien, la condición de formular
las discusiones y las diferencias, adquiere niveles altos de componer las partes
sobre codicilos y códigos en su contigüidad con la decadencia adquirida. En
nosotros no cabe el régimen de visibilidad de un sentido común divergente, si
no condiciona a la imagen homogénea, por lo que las diferentes maneras de
producir ficción no excluyen de proclives abyecciones a través de imágenes
involucionadas o realidades decadentes. A partir de evidencias controvertibles
la presentación de lo real auspicia la convertibilidad de formas residuales y el
uso irónico de la imagen del todo. Por ello, no es la suma de sus partes lo que
condiciona nuestra apariencia de unidad, lo que a raíz de la materialidad
trastoca los cánones establecidos en cuestión, es lo que nos vuelve
inexplicablemente atractivos a la vez.90
90
Pablo Ansolabehere. «Ascasubi y el mal argentino», en Julio Schvartzman, director del
volumen, Noé Jitrik, director. Historia crítica de la literatura argentina. La lucha de los
lenguajes. Buenos Aires: Emecé 2003:43.
91
Lluís Duch. Mito, interpretación y cultura. Aproximación a la logomítica. Herder, 1998:15.
cotidiano de la cultura. Por más que el saber ha de ser de igual escala que la
extensión causal de nuestra acción92 la naturaleza humana no tiene por qué
someterse con el deber condicional de cada individuo a la existencia. En ese
sentido, de la misma manera que, errar y acertar en relación con la experiencia,
operan armónicamente en la modernidad racionalista, la instauración de la
razón subjetiva supone consensos formales93 ante el mal uso de la palabra y
sobre todo de la imagen. Una corporalidad, como no se reduce a una mecánica
biológica, imbuida por la apertura de los sentidos, tampoco ha de reducirse a
una pasividad ni a la subjetividad, que por significar nos determina su
temporalidad y fragilidad.94 Desde la perspectiva de la conciencia se deriva
también, lo que debería ser una buena y adecuada expresión de lo corporal,
ligada a la contingencia y a la transformación continua.
92
Jonas Hans. El principio responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización
tecnológico. Herder, segunda edición. 2004:14.
93
M. Horkheimer. Dialéctica del Iluminismo. Sur. BuenosAires. 1970.
94
M. Bernant. Le corps. Paris. 1976:8.
operacional, pudiendo derivar en la neurosis propia de la posmodernidad,
aferrada esta a una tecnología supletoria95 con tintes de narcisas situaciones
que perturban su propio equilibrio.96
95
Alvin Gouldner. La dialéctica de la ideología y la tecnología. España: Alianza. 1978.
96
Max Pagès. L'emprise de l'organisation. Francia: PUF. 1979.
97
http://www.libertaddigital.com/cultura/arte/2016-05-24/el-bosco-aniversario-muerte-
1276573978/
queerness, y como consecuencia de lo anterior, la antropología filosófica
aprecia la destrucción de esas mismas identidades como hecho performativo,
entendiendo la destrucción de esas mismas identidades bajo toda clase de
representaciones, radicalmente antipopulares o por metáforas de constitución
imaginaria.
98
G. Bataille [1948] Teoría de la religión. Madrid. Taurus. 1991:24
actividad instituyente de dar forma y sentido, pues una perspectiva metafórica
singulariza un buen lugar para los imaginarios. Esa lógica retórica de la que
emergen la creatividad y el cambio social, perfila la forma de crecer más y
consolidarse por un entorno social más propicio. En lugar de cultivar cambios
profundos en el imaginario, lo queerness sustituye las coordenadas de creación
de realidad. Llegados a un punto de perspicaz simbolismo, la filosofía de las
formas imaginarias permanece en la conciencia de una realidad vivida, a falta
de referencias apriorísticamente anímicas. Si la imaginación tuviere presente
confusiones del lenguaje, la interpretación literal de la ambigüedad se
apoderaría de la fuerza queerness, restaría significado a un contenido ideal
propio y una fuerza originariamente creadora, se desdibujaría a la sombra un
lenguaje sencillo. Este tipo de universalidad ni siquiera justificada va en contra
de nuestro argumentario, pues sería un preludio previsto y calculado, de la
naturaleza de las leyes particulares como algo aberrante y carente de toda
voluntad e interés. Legítimamente, apelamos al honor de estudiar el rito de la
realidad bajo el principio de la magia y el síntoma perturbador que se
encuentran en la neurosis de compulsión de nuestra libertad.
99
L. Vigotsky. “Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores”. En Obras
Completas. Tomo III capitulo 3. Año 1931.
100
L. Vigotsky. El desarrollo de los conceptos científicos en la edad infantil”. 1934.
forma abrupta, primero con un sistema de búsqueda y después con la sutileza
imbricada en perpetua autoconstrucción y autodestrucción internas. De igual
modo, cerebros asimétricos no son garantía para las necesidades de cada
momento, sino las funciones de un cerebro completo que, prescindiendo del
cuerpo, a lo mejor irreversibiliza las neuronas espejo.
101
J. L. Borges decía que los hechos eran apenas puntos de partida para la invención y en su
defecto para el razonamiento.
102
Lewis Mumford. Una interpretacion antropologica de la técnica. Tesis doctoral. 1998:154.
103
Mumford. The Culture of Cities. New York: Hartcourt, Brace and Co. 1938:370.
fatalidad de la ficción como mero recurso arbitrario. Pero el fin no es tal si no
cuenta con diagramas de contradicción y un denominador común queerness.
Al igual que hay afinidades entre ideas no coincidentes, la materialización de
la obliteración ideológica, registra una verosimilitud venerable, habida cuenta,
el lenguaje universal trata de disimular una identidad en constante discusión y
desconcierto. Además, en plena ignorancia íntima 104 y heresiarca, la dualidad
supera las oposiciones de una lógica agazapada, sobre la que recae una fortuita
confusión ante la carencia de sucesivos ocultamientos. Suponiendo que al
esconder en nuestro interior un microcosmos infinito, inservible para el Aleph,
pero rescatable en este universo enrarecido de lo queerness, la inquietud
participa de su fantasmagoría en plena perturbación caótica. Es así como
construimos la raíz espiritual de nuestra disidencia, desde una referencia
panteísta extraordinaria, en cuyo seno la codicia sería sin lugar a dudas una
afrenta que provocaría deserciones importantes. En cambio, lo queerness se
consagra ante el ejercicio de la severidad con la más liviana de las formas,
dilatando delirios que no hacen bien a la racionalidad y que, lejos de ser
ocasión de grandeza de su propia identidad, descubre su finitud con una
encomiable humildad. Lo queerness no necesita otro poder más que ese
permanente deslumbramiento sin pretender ni reclamar una perspectiva
demasiado centrada en el yo. Este es el sentido de ser humilde con ardor y
prudencia ante cualquier dificultad, con el que invertir lo mucho que ignora un
deber impuesto. La voluntad es una oportunidad para penetrar en el mundo del
saber que se sorprende con la sencillez de mil maneras, entendiendo las
opiniones, valores y aspiraciones de nuestro entorno social, sobre las que
argumentar nuestra existencia liberadora.
104
Leon Bloy en https://www.scoopnest.com/es/s/Le%C3%B3n%20Bloy
una justificación demostrativa. Pero no importa, ¿a quíen le es necesaria la
cientificidad filosófica en tiempos de creencias propias e inconsecuencias
estructurales? Da igual un discurso filosófico crítico–emancipador si las
mejores razones posibles no ayudan a cambiar de una vez por todas nuestros
valores milesios y el lastre de un ápeiron que no solo muere en su propia
indeterminación, es que para colmo tampoco se constituye en nada más eficaz
que la persuasiva lascivia de la palabra sobre los ignorantes y la confusa
complejidad de una filosofía huérfana de sabios. La decadencia de la razón
filosófica y alixsofasada señala que, al despojarse de todas las pasiones, el ser
ni aduce sabiduría ni se logra engañar a sí mismo, pues en esa búsqueda
mezquina de la felicidad como fin, la templanza diluye toda posibilidad de
intervención, trascende o sobrenatural si desconfiamos en la verdad. Esta
especie bípeda tan ecléctica como escéptica, lejos de moderar su discurso se
atreve a desafiar miserablemente a un universo que desconoce del todo, así
como tendrá que enfrentarse a un vacío existencial o senescencia irremediable.
Por muchas fuerzas físicas que invirtieran su recorrido en el rigor mortis, o en
el mejor de los ejemplos la autolisis no pudiera destruir la base celular, las
fuertes luchas de pensamiento equivaldrían a aceptar que existe discordia
dentro de la verdad misma, o sea, que tantola experiencia sensible como la
imaginación son los únicos criterios ilustrados de una verdad moderna, cada
día más líquida.
105
Carmen Marañón en “Desarrollo humano y el enfoque centrado en la persona” considera
que el Enfoque Centrado en la Persona, reconoce el gran valor de cada persona, promoviendo
que el acompañamiento sea personal, atendiendo y adecuándose a las necesidades
individuales, respetando el tiempo y el proceso de cada uno.
106
Para Borges la palabra poética es una revolución en sí misma. Emana de una rebeldía, de
una audacia que la precede siempre y que más tiene que ver con la naturaleza y la conciencia
innatas del hombre que con una premeditación estética.
107
Jhon Dewey. El arte como experiencia. Barcelona. Paidós Ibérica. 2008.
plenitud de la continuidad de una experiencia. Es más, ya no son meras
realizaciones semejantes que afirman abstractamente la idea del arte como la
más grande conquista intelectual en la historia de la humanidad,108 en todo
caso por razones extrañas, la hostilidad del medio apura a la razón a crear
ideales con formas sensibles y así mitigar emociones de incertidumbre.
108
Ibid, pág. 30
109
César Nicolás. Colección Ensayos. Fundación Juan March (Madrid)
110
La neuroplasticidad es un proceso fisiológico y a su vez particular de cada red o
microambiente neuronal que en sí representa una temática compleja, pues requiere involucrar
procesos, productos y componentes de la bioquímica básica y clínica.
A medias con las teorías procesuales e idiográficas, las teorías sobre la
personalidad o acerca de la identidad favorecen la importancia de los modelos
interaccionistas, comenzando por el estudio de las diferencias individuales y
afrontando el modo de entender la especificación de las acciones empírico-
experimentales. Basta una concepción unitaria vinculada a la capacidad
cognitiva general para evaluar la altura media del nivel de inteligencia y de
forma recurrente, hacer incursiones en la despersonalización, a falta de otros
estímulos más persuasivos. Esa línea de automutilación cognoscitiva no
significa iniciar un desorden de personalidad múltiple, de tal modo que
determinando un comportamiento diferenciado se ilustra unas potencialidades
concretas en constante interacción con un alto grado de autoexigencia. Por esta
razón, la imaginación altamente creativa nos identifica en lo queerness, ayuda
a entender el cambio como algo habitual y como no puede ser de otra manera,
permite alejarse de los caminos establecidos por otros distractores nada
relevantes. Ya cuando se relaciona el “todos somos uno” la cosa se simplifica
demasiado, de manera que recogemos la particularidad del ser humano
comportándose de forma diferente, incluso en ocasiones de forma antagónica,
según la situación. Aunque se le realcione con un trastorno de personalidad
múltiple, habría que abrir el abanico si transmitimos de forma repentina e
involuntaria aparentemente, lo que nos identifica mejor dada nuestra
complejidad y el resultado de estar recibiendo señales electromagéticas
continuamente. Somos receptores de apariencias y en ese sentido la
individualidad autoafirmada solo elige a conveniencia su influencia sobre los
otros desde un interés tan reticente como integrativo. Pero la personalidad
sustantiva comprende la estructura biológica y hasta los aprendizajes más
fuertemente adquiridos, otra cosa es la resignación consciente o en función del
modelo distintivo individual de percibir, razonar y enfrentar las situaciones e
incluso a los otros.111
111
N. Koldobsky. La personalidad y sus desórdenes. Buenos Aires. Ed Salerno 1995:303
112
Berger y Luckmann. La construcción social de la realidad. Buenos Aires. 1968:62.
presente con diferentes grados de certeza, lo cual es mediocre y realmente
lamentable. Desde lo queerness estamos obligados a indagar por la lógica
misma de una relatividad social, puesto que se da por establecido como
conocimiento las variaciones empíricas o, mejor dicho, perceptuales sobre
algo específico. La cuestión fundamental es que se desarrolla en estructuras
predeterminadas por el capital biológico y reiteradas por la estupidez humana,
a veces como subdesarrollada y no solo por la organización de los instintos. La
humana configuración identitaria por naturaleza es variable, en la mayoría de
casos sujeta a la habituación, parece además una cualidad crucial al ser
recíproca, pero en el fondo es objeto de controversia en conjunción del
universo simbólico, no intelectivo. Se suele imponer una realidad ordenada en
beneficio siempre de la ordinariez ante la complejidad y, en consecuencia, la
sociedad como realidad subjetiva se nos reduce a experimento colectivo o
entretenimiento externalizado. No podemos por ello mas que rechazar el
contenido de la socialización en estos términos, de modo que, la conciencia
del propio cuerpo constituye una buena medida para apreciar su meridiana
realidad subjetiva. Ahora bien, si somos algo más que cuerpo y conciencia, la
transformación se aprehende subjetivamente en cada átomo o diferenciación
permanente. La identificación filosófica para cualquier comprensión de la
realidad tiene un significado unilateral y corresponde a zonas limitadas de
significado,113 luego el diálogo corre la suerte de construirse abstraído de una
experiencia legitimada por una actitud íntima. Acaso, después de haber
examinado el problema de nuestro destino individual, o sea, la razón de ser de
una propia a otra crítica, los propósitos sobre las irracionalidades no serían
fragmentos de hechos complicados, sino análogos de nuestras acciones.
113
(Berger & Luckmann, 1968)
114
Mario Creamta. El poema infinito de la lealtad. Diario d ela juventud cubana. 2019.
tan inseparable del polvo, sino animarte a encontrarte entre tus letras sabias.
Es posible una visión subjetiva y parcial, cuya naturaleza pocas veces nos
atrevemos a confiar y es lícito exhonerar a quien no acepta integrarse en la
norma tanto más imperiosa cuanto más absurda. El esfuerzo del cambio puede
variar el diagnóstico dinamizante, correr sus límites y divagar mientras sólo
nos atendemos a nosotros. Hay que compartir nuestro campo de conciencia
hacia una realización inobjetable en nombre de una libertad inalcanzable, pero
no menos ilusionante. Una referencia puede llegar a ser más determinante que
caminar por sí mismo, véase esta civilización del conocimiento haciendo
aguas frente a una tecnología absolutamente totalitaria. Por más que nos
esforcemos sobre lo desconocido un algoritmo cibernético nos permite ignorar
lo que somos y lo que perseguimos, total, siempre se ha ido en grupo a
expandirse hasta abarcar un campo que todavía no alcanzamos a delimitar.
115
Krystian Komplac. Por una comprensión adecuada de la dignidad humana. Dikaión.
Universidad de la Sabana, año 19, núm. 14, noviembre de 2005: 23.
116
Begoña Mestre. El concepto de vida en la ética kantiana: algunas consecuencias para la
bioética. Logos. Anales del Seminario de Metafísica. Universidad de Barcelona, vol. 40, 2007,
pp. 77-89.
Anexos
odin / один Sobre el dilema moral como materia de ruptura
Ante la ceguera de sí mismos y más allá de una preocupación estética hay una
representación más fiel de la realidad, aquella que materializa un símbolo
moral en violenta oposición con la sociedad tecnoburguesa. Lo maravilloso,
aunque oculto, no se encuentra entre los estratos más profundos de la
realidad117 ni desnaturalizando los hechos concretos. En clave de conciencia
de servicio, un mundo lleno de valores al alcance no tiene continuidad en su
habitualidad, sino desde la autocomprensión como contenido. En la
emancipación como refugio o casilla de salida, ese momento aparente de
irrealidad responde a las imperfecciones de las condiciones reales, a sus
contradicciones y aborda de manera directa ambas cuestiones, tanto el ser y el
dejar de ser como forma de entrever los valores eternos que están implicados
en el drama social y político de su tiempo y lugar.118 El ser ama ocultarse119
para reconstruir un mundo no explícito y alejado del común vislumbrar de esa
realidad última que esconde, o sea, sólo de fantasía y de ilusión. Con todo, la
ciencia en su condición de esfera independiente, ejerce la racionalización más
repugnante porque se ha apartado de la praxis de la vida con un malabarismo
intelectual, que habiendo invadido todo, supone un distanciamiento de esas
visiones infernales, pero aviva otras ansiedades más entrañables. Ya en el
surrealismo se rescata del sobrenaturalismo, según Sábato, la irracionalidad
tan furiosamente combatida y dejada en ruinas, sin comprender que los otros
no son si yo no existo.120 Entre el Uno y el Universo (1945) ese páramo oscuro
y solitario quedaba al margen, pero anidado a los dos extremos (lo puro y lo
impuro) en su imperfección encarnada sobre todos los valores materiales. La
filosofía existencialista desafía la realidad entera aun sin poder prescindir del
117
Ernesto Sábato. Uno y el universo y otros ensayos. Barcelona. Círculo de Lectores.
1994:88.
118
Ernesto Sábato. “Testimonio de la novela”. Testigo nº 2. Abril-Junio. 1966.
119
Artaud (1925) asevera que el surrealismo pretende la desvalorización general de los
valores, el desequilibrio del pensamiento, la ruptura y descalificación de la lógica y la
remodelación espontánea de las cosas según un orden más profundo.
120
Octavio Paz. Piedra del Sol, en Obra poética. Barcelona. Seix Barral. 1998:275.
sujeto, al cual solo le queda integrar una lógica en los límites de una
racionalidad hipócrita, celosamente elaborada a partir de unas pinceladas de
insumisión. Ahí radica el proceso de serialización de lo oculto y lo
desconocido, los deseos más imprecisos y “la ceguera en que habitamos”.121
121
Ernesto Sábato. Sobre héroes y tumbas. Barcelona. Seix Barral. 1999:269.
122
Ellos son como matemáticos que han perdido en sencillez, ya que sueñan aprisionar la
naturaleza en una fórmula, y como expresa un evangelio: “Ellos tienen ojos para no ver y un
intelecto para no entender”.
elementales otorga un poder real de acción sobre la situación existente, de una
singularidad única. No cabe individuación genérica al uso, además los valores
vitales en Nietzsche ya cristalizan la transmutación o transvaloración de todos
los valores, desde una creciente internalización contra los viejos instintos y
una proyección fecunda escindida de sí misma. La procedencia importa poco
en lo queerness, entretanto los estilos previos solo dejan constancia de
imágenes, sin creación posterior, y esto no inquieta el atractivo ni hace
disfrutar en absoluta privacidad que, por otra parte, bien podría devolvernos a
una vieja obsesión filosófica. No obstante, los matices y texturas pueden
reproducirse ilimitadamente, no así la manera accidental de posicionarnos
como una suerte de filósofos y poetas que no aparecen en las citas de eruditos
servidores del poder. Por fortuna, el cuerpo de distinta naturaleza se
fundamenta líquido y se encuentra en tránsito para alcanzar un modo de vida,
no legendario sino transmigrados de manera consciente y en venganza por la
muerte de Dionisos. Esta forma no ascética de pensamiento honra la necesidad
de evolución sin dolor ni techos de cristal y no hay razón al menos para su
exposición mediante una progresión. En todo caso, un cierto orden secuencial,
habida cuenta lo que el universo objetivo es afectado temporalmente, no deja
de reducirse con relación a sus esencias.
123
En el trabajo masónico, este tránsito se representa con la transformación de la piedra bruta
que debe ser pulida y trabajada con esmero, para que ésta se convierta finalmente en piedra
cúbica. El proceso iniciático del Aprendiz nos señala que el hombre carga sobre sí los factores
de herencia y por el medio en que se desenvuelve.
124
Lluís Ylla y otros en ¿De qué hablamos cuando hablamos de interioridad? Edita
CRISTIANISME I JUSTÍCIA. Barcelona. 2013.
125
Elena Postigo en “Transhumanismo y post-humano: principios teóricos e implicaciones
bioéticas”.
verdad superficial sea igual de deseable al ejecutar una moral que carece de
referentes irrefutables, por lo tanto, la fenomenología misma nos cimenta
todos sus contenidos antropológicos. Admitamos la conciencia de conciencia
cuando en nombre de la libertad decidimos traspasar vetos, géneros o valores
que nunca pueden ser universales. Solo entonces, el plano de la descripción
crítica discrimina la certeza menor, bajo el dictado riguroso de permanecer en
la certeza de sí del cogito,126 y aunque eso suponga la simultaneidad de la
reflexión o la pérdida de su preeminencia como especie dominante. De lo
contrario, la razón práctica nos muestra con toda crudeza que somos herederos
de una civilización con tendencia a la catástrofe y a un pensamiento religioso,
histórico y cognoscitivo alienados en torno a una mentalidad alucinatoria. Se
considera movimiento de vanguardia a una actitud desestabilizadora, a una
realidad particular y compleja que surge en un contexto de enfrentamiento,
desde el cual nuevos espacios de conocimiento aparecen, tanto en relación a la
conformación de la identidad intelectual como de género y condición. Sin
embargo, no heredamos otras formas de producir conocimiento, ajenas por
ejemplo a una mixtura singular que da cuenta de una realidad diferente de la
del centro,127 sino en un cruce de mestizaje e hibridación. Esta alteridad viene
siendo atávica en el entramado de relaciones de poder, por lo que la trasmisión
de esta dicotomía, adentro y afuera de cada disciplina, no propone la
modificación de las nociones de saber e ignorancia, sino la pertinencia de
voces alternativas a la dominante. Cabe señalar modos de apertura a la
alteridad, nunca sospechados o invisibilizados que proponga nuevos modos de
pensar la realidad y ejecutarla sin necesidad de abrirse a otras tradiciones.
126
Hans Blumenberg. Descripción del ser humano. Edición literaria a cargo de Manfred
Sommer. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2011:38.
127
Federica Scherbosky. La interculturalidad, la ruptura, la conciencia de mundo y lo abismal.
Revista de Humanidades de Valparaíso. Año 5, 2017, 1er semestre, N° 9.
dva / два Atenuando nuevas formas de moverse en la extravagancia
128
No había nada que yo reconociera (Nietzsche en Ecce Homo)
cultural e ideológica, tan frágil como la estética underground, y por ende de la
que en continua transformación se apropia.
129
Echeverría. La clave barroca de América Latina. Conferencia en el Latein-Amerika
Institut de la Freie Universitat Berlín. 2002:8.
130
Benjamín Arditi. La política en los bordes del liberalismo. Diferencia, populismo,
revolución, emancipación. Barcelona: Editorial Gedisa. 2017.
131
Pedro Cerezo Galán, La voluntad de aventura, Barcelona, Ariel, 1984:58.
apócrifa, para una perspectiva de comprensión profundamente lírica en la que
lo queerness considerará como un regalo de las musas la existencia subscrita
más allá de lo puramente óntico. Por otra parte, es propiamente no humano
tambalear el edificio de la lógica, como lo es discriminar la esencia del pensar
en los contrarios,132 pues la realidad es descubridora irremediable de su
totalidad. Ello conlleva, irremediablemente, una cierta implicación personal,
no solo en la experiencia alterativa, pues la apercepción intercorpórica de las
potencialidades internas, lejos de reducir el mundo objetivo excluye cuanto no
es verdadera propiedad. Esto habrá que sustanciarlo de alguna manera, en su
constitución y excedencia, toda vez que la idealidad queerness se contempla
cuando la referencia de la expresión a la objetividad se realiza de pleno.133
Todo ello fluye como una consecuencia reproductiva que opera descarnada y
de todas las formas posibles, en parte con escepticismo, pero consciente de su
instinto a asociarse. Nuestro gremio parte de una verdad no desvelada, es
cierto, se tiene que construir sobre el renacimiento brevilocuente, a riesgo de
caer en el uso del libre arbitrio y la inconstancia de nuestra naturaleza. Sin
embargo, al encontrar una confusa representación instilada sobre un abismo de
posibles observaciones empíricas, los límites de nuestra razón degradan a la
humanidad misma.134 Se puede decir con franqueza que no gustamos de
sumisión alguna y, en consecuencia, desdeñamos la mezquindad de la
intolerancia por definición.
132
M. Allende. Spinoza: filosofía, pasiones y política. Madrid. Alianza Editorial. 1988.
133
E. Husserl. Logische Untersuchungen, I, pp. 44-45.
134
Immanuel Kant. Lecciones de ética. Crítica. Madrid. 1996:68.
plena legitimidad para realizar el grado sumo del arte dionisíaco a partir de
conflictos reales. Nacida soy de la embriaguez y del ensueño al que me debo
inmortalidad, diría la sabiduría desterrando a la lógica de toda virtud, y es que
lo queerness no busca en la sabiduría al ideal de conocimiento, sino la
sabiduría instintiva con la que crearía la apariencia como realidad y la voluntad
de poder.135 Luego, el mito democrático nos revela las contradicciones de la
vida personal y social, que serían corregibles136 y deseables desde posiciones
instrumentalistas, fundamentalmente como parámetro de referencia, que
engloba aquellas concepciones que hacen descansar la verdad en concebir la
naturaleza como una armonía vinculante. De estos conceptos beben las ideas
de verdad aristotélica, pero esta relación de adecuación o similaridad de Giere
atañe a modelos de representación opuestos, lógicamente incompatibles.
Dicho de otro modo, algo definible de manera simple carece de valor en lo
queerness, ya que la idea de revelar no puede aportar ninguna claridad, en todo
caso enturbiar una palabra maestra. La complejidad es sencilla de comprender
desde el principio de la incompletud y la incertidumbre, en el orden de lo
viviente como condición para poder ir más allá de lo aparentemente razonable.
135
F. Nietzsche. El nacimiento de la tragedia. AlianzaEditorial. Madrid. 2005.
136
J. Monleón. Desde el Mediterráneo: humanismo y barbarie. Diputación de Sevilla.
2003:201.
superposición astuta y atractiva de dos conocimientos. A decir verdad, siempre
se puede socavar una discusión insalvable en tanto que una utopía jamás
resulta extravagante, de modo que al arbitrio de lo queerness la causa
inmediata parece demasiado simple. Falta averiguar la extrema particularidad
en el sentido de que la misma mixtura de razón y magia barragana la mente
por medio de hendiduras azarosas, que invisibles nos acompañan a cada paso
en un orden diferente.
137
José Ordóñez. Símbolo y laberinto. En A Parte Rei. Pág. 6.
138
Ibid, 8.
La exigencia de la relación simbólica con la realidad interna nos presenta lo
esencial de la verdad como adecuación, mientras que su indefinición deja al
navegante en la pura desesperanza, además de esta tenemos que conciliar su
importancia de oposición con la previsible continuidad de un naufragio a
posta,139 habida cuenta que tenemos un tiempo limitado para todo. Según
parece, el sentido de pertenencia se articula sobre la identidad compartida, una
noción verídica que merece especial perspectiva. Dado que la identidad no
apunta a la esencia del ser, al no ser algo fijada por nadie ni procede de fuera,
su construcción y configuración constituye una manera de existiren la
interacción, pero desde la más absoluta individualidad. No podemos de hablar
de una dialéctica al uso, sino de una dipertenencia que se transforma por y
para sí misma. Además, es recursiva al fluctuar con el entorno y exponencial a
nivel interno, de cuya transformación se deriva un relato a conveniencia con el
que se constituye en un actor social. Puede interpretar las posibilidades de
acción en forma simultánea y a partir de lo que es en cada momento con cada
estímulo. Digamos que puede resignificar permanentemente su imagen, eso si,
salvaguardando la coherencia y la singularidad de su identidad,140 siempre que
hace posible imaginar alternativas de múltiples prácticas. La corporeidad en
las identidades situadas constituye un margen de libertad en el que podrá
desarrollar la capacidad de construir materialidad. De este modo, se apropia de
las experiencias que se construyen en el marco de su ínclita narrativa, de la
misma manera que un sintomático espacio de liberación establece binomios
contingentes que sirven en procesos de comprensión de la subjetividad.
144
Ibid, La formación del êthos.
145
José Gaos y Francisco Larroyo. Dos ideas de la filosofía: pro y contra la filosofía de la
filosofía. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Mexico. 1939.
146
Fernando Savater. La filosofía tachada, Madrid, Taurus, 1972:15.
147
Idem
148
J. Derrida. «Kant: el conflicto de las facultades» en Íd. La filosofía como institución.
Barcelona. Granica, 1984:26.
149
Independientemente de la posición que se adopte ante la experiencia de una ausencia total
de ser, lo queerness coyuntura las posiciones extremas bajo una lógica crítica, donde los nexos
y tránsitos dan un sentido vivenciable a manos de la egología transfenomenológica.
tri / три De la maximización en la conspiración Da Vinci
150
“La experiencia nunca falla, pero fallan algunos juicios prometiéndose a partir de ella
efectos que en nuestras experiencias no fueron producidos”
autoconfirmada por la experiencia. Ahora bien, hay deseos presentes por
emociones propias, ajenos a su función racional que producen las relaciones
de necesidad en las que nadie habría sido adiestrado. A su vez, el surgimiento
del espíritu individualista moderno, siguiendo la estela de un regreso a la
naturaleza real se desliga de los modos autoritarios, lo cual es atribuible a su
peculiar estado mental. Es decir, si hay personajes originales de miras extrañas
no se puede imaginar tu propio entendimiento, de acuerdo con apenas los
sentidos y la cuestionada estructura cognoscitiva. Más allá de lo queerness son
las cosas en sí, organizadas independientemente de toda interpretación y
síntesis. El hecho es inevitable, la acción queerness hace algo parecido al
postular una condición incondicionada, máxime cuando nada desmerece en
sus animosas y fecundas elaboraciones, de lo contrario el diálogo sería
imposible. Y es que otra dialéctica, a razón de tratar de alcanzar su lugar
natural, nos deja explorar entre la duda y la trascendencia, una simple obsesión
llena de lirismo, sin que nadie pervierta la razón sin otro deseo que hablar a
través de “nuestras” palabras, nuestros actos y gestos, así como deseantes en la
lógica de nuestras aversiones y atracciones.151 Platón (427-348 a. C.) y sus
dualismos adquieren nuevas transmigraciones mediante lo concreto en la
diversidad, si al descomponer los objetos de la conciencia aparecen como
procesos lógicos, aquellos recursos expresivos que invierten el orden unilateral
probabilísticos o inciertos. El espíritu científico modifica la historia, nos
corresponde, por tanto, la transformación de las condiciones de vida
vinculadas a una revolución global, pero en plena libertad de método y
personalización.
Esta evolución exige cada vez más una adhesión verdaderamente personal
expresada entre las condiciones de la vida colectiva y discrepancias de toda
significación propia. Más aún, la verdadera situación de las inclinaciones,
hallan simultáneamente su última explicación, en la investigación intuitiva y
en el dominio del mundo materialmente sentido. La alquimia de la naturaleza
intelectual saborea en su conciencia y libre elección, todo cuanto da cuanta de
su vida ante un destino feliz situado más allá de las fronteras de la miseria
humana. Aquí a la fe incorruptible se le aprecia francamente inadecuada, pues
es irreal y no hay tiempo que apueste por favorecer esta doctrina, en
consecuencia, difundiendo la participación de su felicidad libre de cargas, el
151
Gerulf Rieger, sugiere en un estudio visual a través de la pupila, que las mujeres son
“bisexuales o gays, pero nunca heterosexuales, en tanto que puede existir un estado natural,
puro, en que la sexualidad tome su propio curso.
ser más humilde de la verdad no puede obedecer más que a su libre naturaleza
y configuración hermenéutica. El psicoanálisis mezcla el lenguaje de la fuerza
y el del sentido en el punto de flexión del deseo y el lenguaje, pero a nuestra
manera, las condiciones de posibilidad de toda comprensión152 es una
opacidad específica para prescindir de las consideraciones epistemológicas. El
momento crítico queerness reflexiona sobre sus condiciones de imposibilidad,
y lo hace a partir de la filosofía hermenéutica, en una tentativa desesperada por
salvaguardar un diálogo con la naturaleza que nunca se cierra. La necesidad de
lograr reconocimiento respecto del cuestionamiento radical, reactivaría temas
inexplorados o que han permanecido secundarios, probablemente bajo el
influjo de la cruzada de la deconstrucción. Este movimiento social se verá
crecientemente desafiado por la subjetividad153 y de lo involuntario que, el
lenguaje anima a indagar en la experiencia continuamente, de todo lo latente.
En concordancia con el mundo cultural, un instinto o pulsión vital se confunde
hasta con una desnaturalización del mismo, en tanto que el juego humano es
una expresión de libertad que nos aleja por definición, no solo de una ética
hermenéutica como tal, es que no hablamos de una diferencia de métodos sino
una diferencia de objetivos de conocimiento.
152
Jean Greisch, "La crise de l'herméneutique. Reflexions méta-critiques sur un débat actuel",
en J. Greisch, K. Neufeld, C. Théobald, La crise contemporaine. Du modernisme a la crise des
herméneutiques. Beauchesne. Paris. 1973.
153
Paul Ricoeur. Los caminos de la interpretación. Anthropos. Barcelona. 1991:101.
problemas de la equidistancia de género y de toda lógica disidente. Desde
luego, la psicología no es modo de hacer ciencia y carece de cualquier rigor
para determinar el nexo de unión entre humanidad y naturaleza. Pero como
sociología aplicada, ha falseado sus resultados al carecer de ellos a favor o en
contra, tras analizar lo que podríamos considerar desde su zona de confort el
efecto de una profecía autocumplida.154
154
Arturo Quirantes. Ensayo y error: Método científico y escepticismo para la ciencia y la vida
diaria. 2018.
155
John Stuart Mill. El sometimiento de la mujer. Madrid: Alianza Editorial. 2010.
valor muy vinculado a la igualdad y a la libertad,156 en un sentido más amplio,
en su dimensión estrictamente antropológica, o lo que una sociedad purga
como reconocimiento, y por ello conflicto de inclusión.
Las nuevas expresiones se encuentran como no puede ser de otra manera, entre
la curiosidad y los límites del conocimiento, como diría el propio Leonardo
esto supone una suerte de misterio159 en sus referentes empíricos. El trabajo se
sustenta en la búsqueda de la realidad social y dado que, aquí se expone la
156
AA. VV. Reflexiones sobre las diversidad(es) Centro de Investigación para la Paz. CIP-
Ecosocial. Madrid.
157
Corpus hermeticum y Asclepio. Edición Brian P. Copenhaver, traducción del inglés: Jaume
Pórtulas y Cristina Serna. Madrid. Editorial Siruela. 2000.
158
Xavier Renau. Textos herméticos. Madrid. Editorial Gredos. 1999.
159
El corpus herméticum (17)
preferencia con valores y tradiciones distintos a la práctica totalidad de lo
establecido como convencional, las consecuencias inmediatas son
performativas. Los resultados más destacables de los que se intuye una
consabida y mutua relación del ser y no ser tal o cual tipo, la idea de tránsito
se perfila como la más evolucionada, natural y esencialmente relativa al ahora.
En cuanto a la inserción de cambios de costumbres o de oytas nuevas no
disponemos de mayor flexibilidad para mantenernos espléndidamente. Es que
no tendría sentido una explicación objetiva como experiencia pura, como
tampoco parece lícito o susceptible de cálculo, sino de ideas en forma de
incógnita por excelencia. Por eso, aquello que vive en nosotros ha de evocar
existencialmente el futuro psicológico y su consistencia temporal, de facto,
adjunta a todo fenómeno histórico, pues la plenitud del ser transeúnte no presta
atención al pasado, sino más bien a la genuina vocación. Ahora bien, aquello
hacia lo cual tienta la incertidumbre sobre la posibilidad, la intuición
primordial presupone una aspiración de plenitud subsistencial. Lo queerness
en el horizonte de temporalidad pura, pretende un nuevo estilo colectivo de
vivir, en el flujo constante del ser y no ser, frente al misterio provisorio. Yo
seré lo absoluto al servicio de mi relatividad y, en consecuencia, esta aventura
de relativismo hace invertir el orden real de la certeza por la maravillosa
sensualidad sin anonadarla. Mientras que, el principio fundamental y bioético
nos avala como personas religadas a lo que nos hace existir, el universo
material es cuanto tenemos para improvisar un incremento para la acción
fundamentante. Incluso su propia realidad comanda sus estados de ánimo, de
los que la presencia plenaria de la identidad nos revela con conocimiento de
causa, una actividad ejercida conscientemente para lograr su felicidad.
Plenamente las innovaciones se mueven ineludiblemente, orientada en un
sentido gigantesco, al igual que nos toca fugarnos de nuestro yo auténtico, si
así lo requiere el estilo impersonal con el que contamos en la trastienda cmo
recurso. Ontológicamente, aquellos deseos de placeres raros gozan de la
misma suerte que aquellos afanes inútiles en nuestro desarrollo, y en honor a
esta poética la fuerza de atracción se ve asolada por estados patológicos que
nada tienen que ver con el sentido queernees, donde no hay lugar a los dolores
morales ni a la angustia.
160
En la <Tabla de Esmeralda> la obra del Uno se interpreta como la relación entre el
macrocosmo (el Universo) y el microcosmo (el ser humano) aunque no se quiera reconocer
que el concepto “Dentro de cada uno está el otro” implique toda identidad queerness capaz de
penetrar y dominar todo lo sutil.
objeto de estudio se presta mejor a las distintas conexiones inherentes en el
transcurso de la actividad cognoscitiva práctica. La resolución científica es
ingenuamente perceptible acerca de si la esencia de lo universal es compatible
o convergente con lo queerness, ello significaría el reconocimiento de la
infinitud frente a la universalidad en la naturaleza, encorsetada entre lo
singular, lo particular y la edificación del fenómeno determinista. Apostamos
por una dialéctica de la singularidad en términos de subjetividad para cada una
de las investigaciones interdisciplinarias, puesto que la interpretación misma
de casos contradictorios, retroalimenta una modularidad compleja y
performativa. De la plasticidad neuronal a la conciencia queerness se tiene en
cuenta la neuromodulación de la subjetividad, para una elección inconsciente
en determinado momento y a su vez una posición bioética, según la cual el
sujeto es único y valedor responsable de su libertad. Algunos autores admiten
que su concepción de la mente es más que suficiente y compleja como para
cuestionar la biología, sin duda por falta de interés y el menosprecio de la
transferencia identitaria. En ese sentido, el fenómeno de la intersubjetividad no
va más allá de la individualidad, de forma única y privilegiada, como cabría
imaginar en sujetos que optan por asumir o por el contrario cuestionar de
manera crítica, si vale la pena exponerse a que se considere conducta de
indeterminación algo tan poético y justo como lo queerness en clave de
vivencias singulares.
161
B. Kolb, IQ Whishaw. Neuropsicología humana. Madrid. Panamericana. 2005.
intelectual, para transformar consecuentemente el medio, la forma y la
estructura de una sociedad realmente democrática y que pueda trascender la
potencia de aquellas fuerzas rectoras y dirimir con sabiduría las metas
fundamentales propias, verdaderamente sentidas.
chyetirye / четыре Un resultado destacable, aunque no sorprendente
Una tercera razón de por qué mi cuerpo como sujeto, muestra que como
siempre es posible y necesario, expresarse en libertad y de forma gramatical,
argumentando su verdad en cada movimiento pulsional. El sentido separable
respecto de una hipócrita sociedad binaria, machista y hasta colonialista, se
hace imprescindible para anular su peso en la historia al no se ser ejemplo de
nada bueno ni decente. El ideal que se dibuja en el horizonte del avance
tecnocientífico, a todas luces va acompañado de instrumentos testimoniales,
observado bajo la perspectiva de un lenguaje azaroso y desinhibido, que bien
le corresponde elucidar la inaudita conexión con la vida. Desde una bioética
laica y real, no enturbiada por ninguna doctrina, las conversiones de las ideas y
los cuerpos perviven en mentes que con todo derecho se atreven a ser
consecuentes y auténticos de una puñetera vez. La historia comienza en estos
momentos, lo anterior solo ha sido un maquiavélico ensayo que simboliza el
agujero moral en el que la fuerza de la opresión ha sentenciado demasiado
tiempo a la sabiduría con desvenguerza y total alevosía. El sádico pasado
agujerea al cuerpo desde el sinsentido y aún pervive esa maldición instaurada
en poderes criminales que sueñan con una purga estéril como ellos, y de los
que solo cabe desearles que pasen a otra vida no mejor, pues no la merecen.
Cabe destacar una respuesta de los sujetos lúcidos en el orden de una
ilustración real, acorde con la inconmensurable singularidad de cada opción y
de la construcción política sobre los cuerpos, librada por Foucault y
visualizada en nuevas identidades multiplicadoras. Si lo real soy yo, no tu que
no me representas, la naturaleza me ofrece una lectura de lo real donde sobran
voluntarias servidumbres, a su vez remitibles a ser acompañadas de sus
oprobios y desahuciables dueños. En verdad, las transformaciones irrumpen
anunciando lo real e ideal de cuerpos esculpidos, que más allá de lo que saben
y representan, distinguen el saber ser del conocerse siempre que no sumen, por
lo que hay un cuerpo imaginario al que lo queerness otorga la prioridad y la
confianza para ser del todo constituido.
162
En referencia a D. Parfit, On what Matters, Oxford University Press, Oxford, 2011, una
exhaustiva defensa del objetivismo y cognitivismo ético.
163
H. Saddhatissa. Introducción al budismo, Alianza, Madrid 1982:42.
164
Bruce Fink. Introducción clínica al psicoanálisis lacaniano. Gedisa. 2008.
simbólico en lo imaginario y viceversa.165 Para dar cuenta de la perturbación
corporal o de energía nerviosa y neuronal, que ha supuesto adoptar una
personalidad discordante, los caminos de facilitación y resistencia en estos
momentos se hallan en el mejor escenario, fuera de todo diagnóstico clínico.
Nuestra causa en todo caso abarca la irrupción biopsicosocial que da cuenta de
lo que parece ser inefable, en forma de motivos compulsivos o de conexiones
cerebrales, por razones causales probablemente. Y es que la respuesta
sintomática de poner en forma las subjetividades en su tarea identitaria,
además podría significar que nuestras dudas son verdades reorientables, algo
válido ante la postulación de un yo independiente de todas las demás
dimensiones de la vida. Es por esto que postulamos la diferencia de otras
ficciones, cuestionando constantemente el accionar de procesos y dinámicas
internas de la persona.
165
Ignorar lo incurable de la pulsión, y lo singular de cada sujeto que habita en ello, implica
deslizarnos hacia propuestas universalizantes que nos dejan, como dice Bermúdez, en la
debilidad mental generalizada que engrenda individuos- indivisos.
En conclusión, para explicar el ejercicio de una psicología social crítica como
práctica contingente en lo queerness, la simultaneidad de lo diverso es clave
para definir al sujeto como evidencia objetiva. Una descripción técnica que se
consigue incluyendo una multiplicidad de estructuras conceptuales complejas,
no deja de ingeniarse de alguna manera, entre distintas dimensiones o
variables. Pero las orientaciones subjetivas de la acción logran establecer una
relación social de reciprocidad, tanto como de impersonalidad en todo proceso
interactivo. El supuesto sentido de expresión u organización endógena se
arraiga en la dimensión cognitiva por medio de un cambio en las interacciones,
de cuyas representaciones predominantes nos sugiere además la necesidad de
legitimación del sentido. Justamente el hecho de que se sustantiva un en-sí
autosuficiente, dada la emergencia existencial, desde lo queerness se produce
sin cesar el vaciamiento conceptual a lo inconcebido y lo desconocido. Es por
ello que por su ser nos resulta una irrupción de la génesis en la generatividad,
un punto y aparte ineludible en cualquier proceso de creatividad y de
transformación. Así entendida la presencia de percepciones y representaciones
de sí mismo, o incluso para comprender el fenómeno de lo fronterizo, la
dimensión simbólica de la persona implica un proceso de auto–percepción y
hetero–percepción,166 además de reinterpretación entre los imaginarios y
sentidos activos. Si bien, en lo queerness las estructuras objetivas no están
alineadas con una identidad simbólicamente histórica, la realidad natural es
comprensible por su experiencia como única e irrepetible.
166
G. H. Mead. Espíritu, persona y sociedad. Desde el punto de vista del conductismo social.
Madrid. Paidós (1934) 1968.
evolutivo, por mucho que al dominio económico-político y hasta jurídico-
administrativo le pone declamar parrafadas vindicatorias al aire. Estos
cambios obedecen a una lógica queerness, a la oposición entre naturaleza y
cultura, así como por la introspección a comprometerse con la base
inconmovible de su ilustre materia. Y efectivamente, desde el momento en que
está vivo el reino del cogito rousseauniano tenemos consciencia de ser unas
transferencias originales, cuya naturaleza desfigurada por las mismas razones
que le habían diseñado un cielo o mundo perdido, ahora se manifiesta libre.
Por primera vez se puede prescindir de cadenas y personajes siniestros, de
hacernos creer lo que vemos y en lo que deseamos sentir o imaginar de una
experiencia interna. De lo que carece el intelectualismo, no solo es de cordura
en la contingencia de las ocasiones del pensar, además desconoce que el objeto
sea puro e impersonal y, por tanto, sustraible a la consciencia. La posición
precisa para entender el objeto de la atención en lo queerness, puede
identificarse con un cambio de estructura y de categorías afines a una
verdadera síntesis de transición.
Este ensayo traza un futuro mejor bajo una idea altamente revolucionaria y tan
básica como viene a ser el pan y el vino explícitamente. No se trata de una
perfectibilidad sostenida, totalmente desconocida o ignorada por la ciencia, ya
que lo queerness existe como algo semejante a un potencial que no hace sino
manifestarse en una búsqueda incesante de la plenitud de su desarrollo.168 Ya
dotados de razón y de previsión, que es su naturaleza propia, los destinos
individuales también incluyen un cierto bienestar material, fieles a la mesura,
por lo que no conquistan ni el Olimpo ni una fisis crematística. Cuando lo
167
Alain. Éléments de Philosophie. Paris. Galli-mard. 1941:19.
168
Mauricio Rojas. Progreso, desarrollo y utopía. Biblioteca Virtual. Abril. 2014
sensato se cierne condenado a la destrucción, a la queeridad no le queda más
que girar eternamente sobre su eje indómito, movidos por principios
acumulativos y contrapuestos. No estamos en la linealidad temporal, en todo
lance siempre serán reivindicadas sin límites, la libertad civil y el desarrollo
providencial en su infinito progreso. Se forma así de cuajo, lo que había sido
potencialmente posible ya desde siempre, tan bien constituidos como
exponentes de aquella humanidad que se diferencia esencialmente de la
historia meramente repetitiva de la naturaleza.169 Tal vez nos limitaremos
acerca de sus aspectos más escabrosos, que a menudo parecen intocables e
inamovibles, a cuyo balbuciente principio pensante nos atrevemos a replicar
con ideas constructoras de alta materialidad. Mas allá de razones y aversiones
en un ámbito subversivo, el elemento de creencia subyace en ocasiones al pie
de la letra, acorde con la engañosa tentación de advertir y aconsejar. Sin
embargo, pese a las armonías universales en una de sus tediosas divagaciones,
se nos presenta la ocasión de descifrar diversos tipos de personalidad, cuando
menos inquietantes. Entre ellas, la verdad sin disimulación sobre sí mismos,
trata únicamente de entablar el juego parresiástico frente a una equivocidad
retórica. Esa posibilidad persuasiva sólo serviría si aceptamos la unidad del
saber en cuanto supone la elección de una existencia determinada y de
veridicción muy personal.
169
Rojas, 26.
Rodrigo Castro. La frase de Foucault: “El hombre ha muerto”. ALPHA Nº 21 - 2005 (225-
170
233) Diciembre-2005.
romper los límites de la reflexión y ya se le ha reconocido entre la vida de los
individuos incorrientes, que hoy consideramos notables por el hecho de ubicar
a la genealogía en una posición donde no termina de quedar atrapada en su
propia perspectiva. No interesa por tanto la noción de progreso, tanto como el
concepto de evento usurpador, pues ante la precariedad metafísica nada mejor,
según Anne Carson en If Not, Winter, que desprenderse de su propio ego, de
su cuerpo y de su género. Al ser la existencia una performance retórica basada
en la filosofía de conocimiento probable, nuestra posición es el contrapunto
dialéctico con el que crear un sistema de persuasión y no de enfrentamiento.
Partamos de una disposición mental abierta para argumentar que estas ideas
preliminares no emergen únicamente de la auto-expresión y la auto-
representación subversivas, disponibles para adquirir una mayor conciencia
queer. Realmente, la artificialidad de la queerness como significante apenas
subvierte un yo interior performativo de una identidad original, pues ningún
origen ontológico puede interpretarse desde lo ajeno ni por parte de la cultura
dominante. De este modo, un significado único roza el sinsentido a la hora de
valorar los códigos ideológicos, y en tanto que la personalidad involucra a un
proceso ambivalente de recontextualización cultural y semántica,171 inclusive
la resistencia social, otros significantes ayudan a crear fugas de queerización
muy explícita. Al igual que la apropiación de legitimidad y legibilidad social
supone la unanimidad cotidiana, la estética realista trata de incorporar la figura
idealizada bajo una estrategia de enmascaramiento. Nada es lo que pareciese
en la cresta del oficialismo, en tanto en cuanto, la representación genealógica
en su pertenencia a una comunidad, da paso a la identificación del auto-
representarse frente a la creación poética de lo queerness. Estamos ante una
posible conversión coercitiva de la libertad, muchas veces cegadora y
disidente, pero con caracteres deconstruibles y construibles a voluntad. En tal
contexto de su propio devenir libre, lo hegemónico sería el giro lingüístico que
realmente satisfaga la complejidad sintética de lo real. Para ello, bastaría con
alcanzar la implosión transgenérica de toda (pos)identidad frente a los
supuestos dualistas. Nada más y nada menos que, la queerización del
pensamiento posfeminista y de toda la región desontologizante, bajo una
lógica representativa abstracta. 172
171
Maite Escudero. La retórica ambivalente de la performance drag King.
172
Arte·y·políticas·de·identidad. 2009, vol. 1 (diciembre) 49-64. ISSN: 0188-9478. Año 29,
vol. 58 / octubre de 2019-marzo de 2020 / 76-97.
En líneas generales, la emancipación de la fuerza vital se expresa naturalmente
desde su autonomía creadora, más allá del paradigma esencialista o como diría
María J. Binetti: en la línea de una inmanencia materialista de corte dialéctico
y autoactivo. Este trabajo propone una genealogía articulatoria, tanto de
imitación como de insubordinación de género,173 así como una reivindicación
compartida con esa sobre-observación académica y usurpación de la voz
propia de las personas trans para producir conocimientos en su nombre desde
otras posiciones subjetivas, identitarias, corporales y políticas.174 Es más, la
diferencia en los modos materiales de vivir la desigualdad, pues normaliza el
posicionamiento queer con el resto de las luchas sociales y antropológicas, aún
sin resolver. Habría que poner de relieve, no solo la pluralidad de voces en la
resignificación de una subjetividad, también cabe distinguir en aquel espacio
fronterizo de la razón, toda apropiación de fisuras disidentes mediante las
posibilidades del sujeto (poético-trans*) Precisamente, ese deseo constante
para mostrarse ante el público como cuerpo cultural, parece adquirir relevancia
como locus de enunciación, ya no como carácter “prestado” de la subjetividad,
sino para comprender una dimensión específica y singular. Es en este sentido
como de su recepción fuera del contexto, que ha de acompañar el ida y vuelta
con aquellas manifestaciones del saber científico y que están vinculadas a
estos posicionamientos. Respecto de, preguntarnos la manera de conseguir
consenso en afirmar la conveniencia de una queerización amable, las
cosmologías sublimes ofrecen un panorama tendente a la exhaustividad y, por
tanto, de credibilidad. Esto significa un avance social que no todos supieron
sortear, pero que se desmarca de sus más sólidos prejuicios y detractores,
como si fuese una desmitificación sobre una deconstrucción y esto no
representa ninguna utopía.
173
Judith Butler. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Trad.
M.ª Antonia Muñoz. México: PUEG-Paidós, 2001.
174
Susan Stryker hablaba del surgimiento de los estudios transgender apenas instaladas las
primeras agrupaciones trans de la escena activista en tensión con las tradiciones feministas y
los estudios queer. Luego, un nuevo horizonte epistemológico con el que inauguraba
los transgender studies simultáneamente a la perspectiva crítica de los queer studies,
pero siempre en boca de otros, no los verdaderos actores trans*
una discriminación positiva, socialmente investidos de derecho civil. La
exclusión corporal es política y reversible, por lo que los roles y los registros
aparecen en decadencia para toda la vida. La simulación en estos momentos es
un recurso de investigación en tecnología, pero también contra-sexual, y es
que la creación de espacios contra-sexuales estarían cuando menos, basadas en
la deconstrucción y en una re-negociación de la frontera entre la esfera pública
y la esfera privada.175 En esta categoría la incertidumbre no ha lugar, ya que
formas inéditas de movilización política ficcionan un futuro más libre y
amable para tantos otros inadecuados.176 Conjuntamente, las estrategias y
resistencias políticas y desde una posición contrahegemónica, de nuevo se
deberían derivar a una ofensiva intelectual frente a un descrédito de mensajes
éticos ajenos a una realidad cara en vidas y en medios.177 Mientras, la
resignificación y representación del propio cuerpo,178 acusa una imposición
que obliga a producir ficción, que parte de lo personal y propone nuevas
políticas tanto identitarias como alternativas. Es hora ya de una materialidad
que absorba sexo y cuerpo como construcciones culturales, para ocuparnos de
una culturalidad derivativa de una contingencia biológica, tan incuestionable
que salvaguarde la concepción dialógica, orientada por su propia lógica interna
o constituida socialmente.
175
Beatriz Preciado. Manifiesto contra-sexual. Principios de la sociedad contra-sexual,
ARTÍCULO 11.
176
Grupo de Trabajo Queer. El eje del mal es heterosexual. Figuraciones, movimientos y
prácticas feministas queer. Madrid. 2005. ISBN:84-96453-04-9
177
Ibid, 53.
178
Si la mente es el lugar del conocimiento y de la identidad, el cuerpo, a su vez, se reduce a
mero receptáculo de la mente (p. 40)
179
Jacques Derrida. L'Écriture et la différence, Éditions du Seuil, Paris. 1967.
180
Derrida acusado por Sartre y sus referencias a John Austin (Galilée, 1990)
engaño esencial, particularmente tomado algunas libertades dramáticas para
justificar sus ausencias originales. ¿Qué sentido tiene todo esto alrededor de
ese desahogo, aparentemente ocultado? Bien, un modo que resulte positivo
con el que encontramos los elementos propios del inconcebible Eurípides, sin
ir mas lejos bajo su disfraz, ha funcionado siempre mediante la burla del
público y la ignorancia propia. A todo esto, la relación entre aspecto personal
y el resultado final cauteriza lo que podemos imaginar como este último
cambio. Debido a la voluntad de resistencia, la experiencia en su totalidad
tiene más posibilidad de ser un racconto, que se entienda con el pasar de los
años donde el antagonista es el responsable directo de crear a su contraparte.
Somos lo que podemos convertimos inevitablemente en aquello que siempre
hemos creído ser, basta con admitir lo que ha sido agradable, así como la
muerte y la vida. Es posible aceptar que lo irracional ocurre siempre al fulgor
de un retruécano sin género, sin concebir que su valor concreto carece de
respuestas, en tanto que la ecuación queerness pretende transmitir con pocas
palabras, el fin de una actualidad competitiva en un mundo cambiante.
181
Sandra Barneda: ¡Vale, soy lesbiana, pero también soy muchas otras cosas!”
ADVERTENCIA. El acceso a los contenidos de esta tesina
queda condicionado a la aceptación de las condiciones de
uso establecidas por la siguiente licencia Creative:
Commons:
http://es.creativecommons.org/blog/licencias/WARNING.The
access to the contents of this doctoral thesis it is limited to