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Juegos para estimular la inteligencia de tus hijos

 Juegos sensoriales: denominamos juegos sensoriales a aquellos que


involucran a alguno o a todos los cinco sentidos del cuerpo, como por ejemplo
moldear plastilina u ordenar y apilar objetos. Estos juegos son ideales para los
primeros meses del niño, ya que desarrollan su motricidad fina y estimulan el
interés por las actividades artísticas.
 Juegos móviles: este tipo de juegos y actividades se relacionan con
todo aquello que implique movimiento, como por ejemplo usar un triciclo,
bicicleta o patinete, así como jugar al fútbol o ir a nadar. Estos juegos, además
de ayudar a liberar endorfinas y a reducir el estrés, sirven para trabajar
la motricidad gruesa y para adquirir hábitos de vida mucho más saludables y
beneficiosos para el cuerpo humano a corto y largo plazo.
 Juegos didácticos: este tipo de juegos, entre los que se encuentran los
de diferencias, los de reconocer sonidos o los acertijos y las adivinanzas,
sirven para trabajar la memoria, para estimular el lenguaje y los conocimientos,
o para otras cosas tan importantes como desarrollar la capacidad de
razonamiento lógico.
 Juegos colectivos: este apartado incluye todas las actividades que los
niños tienden a realizar en compañía, como por ejemplo jugar en el arenero
del parque o compartir los columpios. Estos juegos sirven para que los más
pequeños aprendan a observar el comportamiento de los otros, lo que a la
larga estimula su capacidad de compartir y de socializar.
 Juegos individuales: por el contrario, este apartado tiene que ver con
aquellos momentos en los cuales los niños se apartan y juegan solos en
cualquier lugar, lo que podría incluir infinidad de juegos como los puzles, los
muñecos, las casitas o los coches. Jugar solos también es necesario y ayuda
a estimular la capacidad de tomar decisiones y de crear escenas e ideas
propias.
 Juegos de roles: los juegos de roles abarcan todos aquellos en los
cuales se recrea o imita el mundo real y el imaginario. Esto puede incluir el
jugar a ser los personajes de una serie de animación, a recrear los
personajes de una película de aventuras o jugar a los “papás y a las mamás”.
Estos juegos son muy positivos porque ayudan a los más pequeños a
comunicarse, a trabajar en equipo y a comprender el mundo que les rodea
desarrollando al mismo tiempo su imaginación.
 Juegos de contacto: se denomina juegos de contacto a aquellos que
tienen que ver con el contacto físico y con el movimiento del cuerpo. En
consecuencia suelen ser juegos a desarrollar en equipo, como el pilla-pilla,
ideales para trabajar la motricidad gruesa.

Los síntomas que se les presentan hay que verlos como si se tratase de un
“espía”, puesto que los niños se los guardan al no reconocer que es lo que les
está pasando. 
Síntomas de estrés
 Estado de depresivo e irritable con muestras de mal humor. 
 Pérdida del interés por hacer cosas y realizar actividades, apatía y
disminución del placer por las actividades diarias.
 Incapacidad de disfrutar de actividades que antes nos gustaban y nos
gratificaban.
 Cambios en el apetito, por lo general pérdida del apetito pero a veces
aumento del mismo.
 Cambios de peso (aumento de peso o pérdida de peso involuntaria) 
 Dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido (insomnio)
Somnolencia diurna excesiva 
 Cansancio, dificultad para concentrarse y para tomar decisiones.
Si estos síntomas duran perduran durante varias semanas y sobre todo
producen una dificultad para salir adelante, se debe buscar un tratamiento y
consultar con el médico que más nos convenga. 

Los síntomas que se les presentan hay que verlos como si se tratase de un
“espía”, puesto que los niños se los guardan al no reconocer que es lo que les
está pasando. 
Síntomas de estrés
 Estado de depresivo e irritable con muestras de mal humor. 
 Pérdida del interés por hacer cosas y realizar actividades, apatía y
disminución del placer por las actividades diarias.
 Incapacidad de disfrutar de actividades que antes nos gustaban y nos
gratificaban.
 Cambios en el apetito, por lo general pérdida del apetito pero a veces
aumento del mismo.
 Cambios de peso (aumento de peso o pérdida de peso involuntaria) 
 Dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido (insomnio)
Somnolencia diurna excesiva 
 Cansancio, dificultad para concentrarse y para tomar decisiones.
Si estos síntomas duran perduran durante varias semanas y sobre todo
producen una dificultad para salir adelante, se debe buscar un tratamiento y
consultar con el médico que más nos convenga. 

Tener un bebé es parte de un tiempo alegre y feliz, pero no todo es así, ya que
durante el primer año también se puede ver un aumento de los conflictos
entre los padres. Al menos el 92% de las parejas con hijos comenta que los
conflictos entre ellos se vieron aumentados durante esa etapa. Una cifra que a
priori puede resultar sorprendente, pero que no lo es tanto cuando
profundizamos en las razones que producen el aumento de desacuerdos
surgidos como consecuencia de ese gran cambio familiar.
Durante esta etapa los nuevos padres están privados de sueño, estresados y
agotados. Hay una curva de aprendizaje empinada, con nuevas funciones a
las que adaptarse y con las que convivir. Hay menos tiempo para hablar de
las cosas de siempre y menos oportunidades para el alivio del estrés. Todos
estos factores pueden combinarse produciendo un cortocircuito que puede
conducir a situaciones de conflicto en el hogar.
 
El efecto negativo en los niños
Hay que tener claro que los conflictos entre los padres puede tener un efecto
negativo en los niños. Los bebés y niños pequeños tienden a ser más
exigentes y más difíciles de controlar cuando se encuentran en un ambiente
tenso o inestable, por lo que suelen reaccionar adoptando  un comportamiento
negativo que puede llevar  a los padres a culparse  el uno al otro. Cuando esto
ocurre es importante evaluar las formas en las que como padres y como pareja
se gestionan los conflictos, y tratar de adoptar algunas actitudes y habilidades
nuevas para mejorar la situación.
Consejos para eliminar la conflictividad
 En primer lugar recuerda que no estás solo, tu pareja está contigo y te apoya. El
aumento de los conflictos no significa que haya nada malo en la relación. Tómate un
tiempo para relajarte y no culpes de tu cansancio al otro.
 Aprende de esta etapa  y permite que tu pareja también aprenda. Elimina el
agobio y trabaja la empatía. Los errores se comprenden y se perdonan.
 No hagas trincheras y aprende a negociar. Recuerda que esta es una gran
habilidad que trasmitirás a tus hijos.
 Mantén las cosas en perspectiva. Muchos de los problemas que crean
desacuerdos son temporales. Los periodos inestables, como la dentición, las comidas,
las rutinas del sueño…, son  etapas que pasarán dando paso a otras nuevas. No enfoques
tu energía en estos problemas y céntrate en la gestión de tus reacciones con los
demás.
 Sé proactivo/a y no hagas que los detalles se conviertan en un problema. No
esperes que tu pareja haga algo o no lo haga,  di lo que piensas y escucha también sus
puntos de vista.
 No caigas en los gritos, el mejor enfoque y tono de una conversación debe ser
normal y directo. Elije tus palabras con prudencia y céntrate en lo que quieres y no en
lo que no. Cuando las discusiones se inician en voz baja tienen más  posibilidades de
tener resultados positivos. ¡Cuida tu tono de voz!
 Usa palabras cariñosas a la hora de comunicarte con tu pareja. No olvides que se
trata de caminar juntos en equipo, y más en esta etapa tan bonita de la vida.
 
Seguir estos sencillos consejos puede ayudar a evitar desagradables conflictos en el
hogar relajando no solo nuestro estado anímico y emocional, sino el ambiente de nuestra
casa. Algo muy importante para todos los miembros de una familia, pues el estrés y el
malestar terminan influyendo de forma negativa e inevitable hasta en el más pequeño de
la misma.

uando los niños llegan a los dos años de edad, experimentan diferentes tipos de
emociones, pero no pueden controlarlas bien. ¿Quién no ha vivido que su hijo de
repente comience a llorar y a gritar y a los pocos segundos se ponga a reír?
Estas reacciones tan exageradas pueden hacernos sentir impotentes, sin saber cómo
reaccionar con ellos cuando tienen estos cambios de humor. Pero es importante
diferenciar los cambios de humor producidos por frustraciones o situaciones que les
hayan puesto tristes para intentar animarles, y los cambios de humor producidos
por rabietas o malas conductas.
 
¿Cuáles son las principales causas?
 Incapacidad de expresar sus necesidades y/o deseos
Cuando el niño es incapaz de expresar con palabras lo que quiere decir, es una causa
común por la que puede frustrarse fácilmente.
 Falta de conciencia del concepto del tiempo
La mente de los niños pequeños no tiene bien definido el concepto del tiempo. Siempre
estarán preguntando cuánto tiempo falta para todo, aunque le hayamos dicho solamente
10 segundos.
 Incapacidad de controlar emociones
Los niños adquieren esta habilidad a partir de sus propias experiencias y de su
desarrollo emocional. Hasta entonces tendrán variaciones en su estado de ánimo de
manera frecuente.
 El cansancio y el hambre
No debemos olvidar que, para ellos, tener hambre o estar cansados después de jugar en
el parque puede llegar a hacerles llorar. No entienden qué les pasa ni quieren renunciar a
seguir disfrutando de lo que estén haciendo. Es, por tanto, un verdadero conflicto
emocional.
¿Cómo actuar con los cambios de humor?
 Ser comprensivos
Al tratar de entender por qué tienen estos cambios de humor, podemos ayudarles
preguntando qué les ocurre o, si vemos que están agotados o han tenido un día duro,
demostrándoles comprensión por nuestra parte.
 No permitir que no cumplan las normas
Los niños recurren a mostrar rabietas para poner a prueba las reglas o normas que
hemos establecido para ellos. Podemos intentar razonar dándoles respuestas que puedan
entender, pero sin permitir que se salten las reglas.
 Lucha de poder
Por lo general los niños recurren a expresar su insatisfacción exagerando sus reacciones,
tratando de llamar la atención. Esto puede convertirse en una lucha de poder entre los
padres y los hijos, así que debemos tratar de mantener la calma.
 No está solo
Si nos sentimos desesperados muchas veces por los cambios de humor frecuentes en
nuestros hijos, debemos consolarnos sabiendo que no estamos solos y que esto ocurre
siempre.
 Juega con tus hijos
Cuando un niño empieza a estar enfadado debemos tratar de distraer su atención.
Proponle un juego divertido para intentar que se calme y fortalecer, de paso, los lazos
afectivos entre vosotros.

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Primero fueron los animales de la granja, después los trenes, los


piratas y ahora han llegado los dinosaurios a acaparar la atención de
mi hijo y… parece que se quedarán más tiempo de lo que esperaba.
 
Ya tuve que aprenderme el nombre de casi cada uno, así como lo que
comían y lo que les gustaba hacer; inventar historias sobre ellos,
comprar juguetes, ropa, etcétera. Sin embargo, no me quejo porque
esta “obsesión” es muy útil para su desarrollo cognitivo.
 
Un estudio publicado por la revista Developmental Research revela
que el interés que tienen los niños (de entre dos y seis años) por los
dinosaurios les brinda muchos beneficios:
 
1. Mejorar su atención. Los pequeños se fijan en cada detalle físico de
los dinosaurios, y es increíble todo lo que pueden identificar (color de
piel, ojos, cuántos dientes tienen, etcétera).
 
2. Habilidades de procesamiento de la información. Aprenden lo que
es el hábitat de cada dinosaurio, sus nombres, si eran herbívoros o
carnívoros y cómo se movían. Es un mundo que, aunque parece
complicado, lo asimilan rápidamente.
 
3. Desarrollar el vocabulario. Sin duda, un niño que se aprende los
nombres de cada animal tiene un vocabulario más amplio; además,
fomenta su interés por conocer nuevas palabras.
 
4. Desarrollan su imaginación. Ya sea que tenga dos años o más, al
momento de jugar con los dinosaurios tendrá en mente el lugar donde
vivían y podrán viajar a través del tiempo con solo pensarlo.
Primero fueron los animales de la granja, después los trenes, los
piratas y ahora han llegado los dinosaurios a acaparar la atención de
mi hijo y… parece que se quedarán más tiempo de lo que esperaba.
 
Ya tuve que aprenderme el nombre de casi cada uno, así como lo que
comían y lo que les gustaba hacer; inventar historias sobre ellos,
comprar juguetes, ropa, etcétera. Sin embargo, no me quejo porque
esta “obsesión” es muy útil para su desarrollo cognitivo.
 
Un estudio publicado por la revista Developmental Research revela
que el interés que tienen los niños (de entre dos y seis años) por los
dinosaurios les brinda muchos beneficios:
 
1. Mejorar su atención. Los pequeños se fijan en cada detalle físico de
los dinosaurios, y es increíble todo lo que pueden identificar (color de
piel, ojos, cuántos dientes tienen, etcétera).
 
2. Habilidades de procesamiento de la información. Aprenden lo que
es el hábitat de cada dinosaurio, sus nombres, si eran herbívoros o
carnívoros y cómo se movían. Es un mundo que, aunque parece
complicado, lo asimilan rápidamente.
 
3. Desarrollar el vocabulario. Sin duda, un niño que se aprende los
nombres de cada animal tiene un vocabulario más amplio; además,
fomenta su interés por conocer nuevas palabras.
 
4. Desarrollan su imaginación. Ya sea que tenga dos años o más, al
momento de jugar con los dinosaurios tendrá en mente el lugar donde
vivían y podrán viajar a través del tiempo con solo pensarlo.
https://webdelmaestrocmf.com/portal/maria-montessori-pelicula-que-todo-educador-y-
estudiante-de-educacion-tendria-que-ver/?
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