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Ángel Rosenblat

Ángel Rosenblat
Ángel Rosenblat

Presentación

Ángel Rosenblat, partiendo de la población indígena existente al momento de su trabajo (1940),


concluye con la que había en 1492. Arranca de lo conocido a lo hipotético, recurriendo a un exhaustivo
análisis de las fuentes existentes que referencia y constituyen lo más voluminoso de su trabajo y una
guía para emprender estudios parciales.

El primer esbozo de lo que sería la presente obra lo realizó en España -en 1935-, en la revista "Tierra
Firme" con el ensayo "El Desarrollo de la Población Indígena de América".

No se limitó al estudio exclusivo de la población indígena, lo hizo dentro del panorama de la población
total de América, consignando datos de las poblaciones blanca, negra y mestiza.

La cifra que resulta de su trabajo -casi trece millones y medio de habitantes, con un margen de error
que estima no mayor del 20 por ciento- lo ubica dentro de la corriente moderada o bajista; otros
historiadores -corriente alcista- consideran que la población de la América precolombina ascendía a
100 millones.

La presente digitalización que se realizó sobre la edición de la Institución Cultural Española, Buenos
Aires, 1945, incluye su elaboración teórica, notas y referencias bibliográficas, no así los Apéndices
Documentales.

Al finalizar hemos agregado el análisis de la obra del antropólogo mexicano Gonzalo Aguirre Beltrán.
Ángel Rosenblat

Ángel Rosenblat
(1902, Polonia - 1984, Venezuela)

Filólogo y profesor universitario.

De origen judío, emigró junto con sus padres a Argentina donde transcurrió
su infancia. Inició estudios de filología en la Universidad de Buenos Aires y
los continuó en la Universidad de Berlín (1931-1933). Cuando Hitler ascendió
a la Cancillería, Rosenblat decide salir de Alemania nazi.

Permanece en España entre los años 1933 y 1937, donde fue incorporado al
Centro de Estudios Históricos, actuó activamente en la publicación de la
revista "Tierra Firme" y cuando estalló la Guerra Civil, ayudó como
intérprete, a las Brigadas Internacionales.

En 1938 trabaja en París en el Instituto de Fonética y en Instituto de


Etnología, para viajar ese mismo año a Ecuador, contratado por la
Universidad de Quito como profesor de Filología, después de un curso muy
accidentado retorna a Buenos Aires.

Llega a Venezuela en 1946, contratado para trabajar en el Instituto Pedagógico Nacional de Caracas como
profesor de Castellano y Latín. Funda la cátedra de Filología en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Central de Venezuela (1947). Fue Director del Instituto de Filología Andrés Bello de la
Universidad Central de Venezuela (1951-1984). Tomó la nacionalidad venezolana en 1950. Fue miembro
honorario de la Academia Venezolana de la Lengua y presidente honorario del Congreso de las Américas.

Obras:

• Lengua y cultura de Hispanoamérica: Tendencias actuales, 1933.


• La población indígena de América desde 1492 hasta la actualidad. Buenos Aires: Institución
Cultural Española, 1945.
• La población indígena y el mestizaje en América. Buenos Aires: Editorial Nova, 1954. 2 v.
• El nombre de Venezuela. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1956.
• Buenas y malas palabras, 1960.
• El nombre de la Argentina, 1964 (Eudeba, Buenos Aires).
• La educación en Venezuela: voz de alerta. Caracas: Colegio de Humanistas de Venezuela, 1964.
• El castellano de España y el castellano de América: unidad y diferenciación. 2ª ed. Caracas:
Universidad Central de Venezuela, 1965.
• El pensamiento gramatical de Bello. Caracas: Ministerio de Educación, 1965.
• La población de América en 1492: viejos y nuevos cálculos. México: El Colegio de México, 1967.
• Contactos interlinguísticos en el mundo hispánico: el español y las lenguas indígenas
(Universidad de Nimega, Países Bajos, 1967)
• El criterio de corrección lingüística: Unidad o pluralidad de normas en el castellano de España y
América, 1967.
• El futuro de nuestra lengua, 1967
• La primera visión de América y otros estudios. 2ª ed. Caracas: Ministerio de Educación, 1969.
• Lengua literaria y lengua popular en América. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1969.
• La lengua del «Quijote». Madrid: Editorial Gredos, 1971
• Nuestra lengua en ambos mundos. Madrid: Salvat Editores, 1971.
• Amadís de Gaula, versión modernizada, Buenos Aires, 1973.
• Actual nivelación léxica en el mundo hispánico, 1975.
• Los conquistadores y su lengua, 1977.
• Estudios sobre el habla de Venezuela: buenas y malas palabras. Caracas: Monte Ávila, 1987-
1989. 2 v.
• Estudios sobre el español de América. Caracas: Monte Ávila, 1990.
Ángel Rosenblat

I. Introducción
La Población Indígena de América "La lengua de los números — únicos jeroglíficos conservados entre los signos
del pensamiento — no tiene necesidad de interpretación. Hay algo de grave y de profético en estos inventarios
del género humano: todo el porvenir del Nuevo Mundo parece inscrito en ellos".

(Humboldt, Voyage aux régions équinoxiales, XI, 174-175).

¿Qué población tenía el continente americano al entrar en contacto con el hombre occidental? El
problema ha tentado a la fantasía y a la investigación científica. Alrededor de cifras imaginarias e
hipotéticas han contendido belicosamente los apóstoles de la leyenda negra, los apologistas de un
glorioso pasado indígena, los detractores y los defensores del conquistador español o del anglosajón.
Las cifras han servido para juzgar una política pasada, y hasta para hacer vaticinios sobre el porvenir
cultural del continente.

El P. Las Casas había visto más de tres millones de ánimas en la Española (la actual isla de Haití y Santo
Domingo)1, cantidad que fray Tomás de Angulo redujo a dos millones2, y el geógrafo López de Velásco3
a "más de un millón".

El escritor alemán Alberi Hüne4 calculaba que Cuba tenía en 1511, en el momento de la conquista, un
millón de habitantes, cantidad que otros autores reducen a menos de 100.000. El historiador chileno
Amunátegui5 cree que la población del antiguo Anáhuac no podía bajar de 10 a 12 millones, cálculo
no muy exagerado si se tiene en cuenta que al historiador mejicano Clavigero6 no le parecía inverosímil
la afirmación de que, a las fiestas de la consagración del gran templo de la ciudad de Méjico, en 1486,
habían acudido seis millones de indios. El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo7 afirma con

1
...que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay de los naturales della
dozientas personas» (Brevíssima relación de la destrucción de Las Indias. Año 1552. Edic. facsim. de la
Biblioteca Argentina de Libros Raros Americanos, III, pág. 9). Las Casas fué a las Indias en 1502, y escribió la
Brevsíssima relación en 1542. En la página 33 dice que en doce año (1518-1530), desde el descubrimiento de
la. Nueva España, los conquistadores habían matado allí «a cuchillos y a lanzadas y quemándolos vivos,
mujeres y niños y mozos y viejos, más de cuatro cuentos de ánimas». Página 9: más de 500.000 indios en las
islas de los Lacayos. Página 20: más de 600.000 ánimas «y creo que más de un cuento» en las islas de Puerto
Rico y Jamaica. Estos y todos los demás datos numéricos son equiparables a los 30.000 ríos y arroyos, 12 tan
grandes corno el Ebro, el Duero y el Guadalquivir, y unos 20-25.000 riquísimos de oro que vió en la vega de
Maguá, de la Española (pág. 14). El abate Juan Nuix, Reflexiones imparciales sobre la humanidad de los
españoles en las Indias, Madrid, 1782 (edición italiana de 1780), ha escrito contra las afirmaciones de Las Casas
un alegato Igualmente tendencioso, aunque en sentido contrario.
2
...quedará toda esta tierra [Tierra Firme] despoblada de indios, como lo está la Española, donde se contaron
dos cuentos de ánimas cuando allí entró el Almirante y no se hallarán agora 200 indios». (Carta de Fr, Tomás
de Angulo, obispo de Cartagena, al emperador, 7 de mayo de 1535). Citado por Saco, Historia de la exclavitud
de los indios, La Habana, 1932, I, 72-73.
3
Geografía y descripción universal de las Indias, recopilada por el cosmógrafo-cronista Juan López de Velasco
desde el año de 1571 al de 1574. Madrid. 1894, págs. 97, 99.
4
Albert Hüne, Historisch-philosophische Darstellung des Neger-Sklavenhandels, 1820, I, 137, (Citado por
Alejandro de Humboldt, Voy age aux régions équinoxiales, XI, 325).
5
Domingo Amünátegui Solar, Las encomiendas de indígenas en Chile. Santiago de Chile, 1909, I, 29.
6
Francisco Javier Clavigero, Historia antigua de Méjico sacada de Los mejores historiadores españoles y de los
manuscritos y de las pinturas antiguas de los indios. Traducida del italiano por José Joaquín de Mora. Londres,
1826, 2 tomos. (La dedicatoria del autor es de 1780). Libro IV, pág. 185, nota.
7
Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, Historia general y natural de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar
Océano, Madrid, 1853, t. III, pág. 172, libro XXIX, cap. XXXIV. Tanbién caps. IX y X, págs. 38-43).
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insistencia que murieron dos millones de indios en sólo una pequeña parte de la América Central, la
gobernación de Castilla del Oro y Nicaragua, en los dieciséis años de régimen de Pedrarias (1514-
1530). La población del imperio incaico, que algunos calcularon en 20 millones (según el P. Las Casas
los españoles mataron en el Perú más de cuatro millones de personas en diez años) era, para el
investigador peruano Larraburre y Unanue, de 10 a 12 millones de almas, y para el historiador Means
de 16 a 32 millones8.

En cuanto a cálculos de conjunto, el geógrafo alemán Sapper9, en el Congreso Internacional de


Americanistas de La Haya (1924), basándose en los medios de subsistencia de la población, supone
para toda América de 40 a 50 millones. Paul Rivet10, en su útilísimo resumen sobre las lenguas de
América, admite un máximo de 40 a 45 millones. El arqueólogo Spinden11, en 1928, apoyándose en el
resultado de las excavaciones, calcula para el año 1200 de nuestra era una población de 50 a 75
millones, que se habría reducido ya en el momento del descubrimiento a unos 40 ó 50 millones.
Últimamente Kroeber, el antropólogo norteamericano, extendiendo a toda América sus estudios
sobre La densidad de población de las distintas áreas culturales, calcula que la población del
hemisferio, el año 1492, era de 8.400.000 habitantes12.

¿Indica esta disparidad que el problema es insoluble? ¿No es temerario calcular la población de
América cuando no conocemos de aquel entonces, con relativa certeza, la población de ninguna parte
de Europa, cuando hoy mismo carecemos de censos y hasta de cálculos fidedignos para varios países
de América?

El estudio de la población se ha transformado, después del Essay on the Principie of Population de


Malthus (1798), en una ciencia rigurosa, en la medida en que pueden serlo las ciencias sociales. La
reconstrucción de los medios de producción y de subsistencia, el análisis de las condiciones climáticas
y geográficas, el concurso de la investigación histórica y arqueológica, desentrañan la vida de las
poblaciones prehistóricas. Se ha calculado la población del antiguo Egipto (5-10 millones), la de Atenas
y el Pireo en el siglo V antes de Cristo (110.000-115.000 habitantes), la de las Galias en la época de

8
Ateneo, de Lima, tomo II (citado por Santiago I. Barberena, Historia de El Salvador, II, San Salvador, 1917, pág.
81); Las Casas, op. cit-, pág. 86: «Más faltan y han muerto de aquellos reynos hasta oy. . ., en obra de diez
años, de quatro cuentos de ánimas»; Philip Ainsworth Means, Ancient civilizations of the Andes, Londres,
1931, pág. 296: de 16 a 32 millones, más cerca de la cifra baja que de la alta.
9
Karl Sapper, Die Zahl und die Volksdichte der indianischen Bevolkerung in Amerika. En Proceedings of the
twentyfirst International Congress of Americanists, celebrado en La Haya, agosto 12-16 de 1924, La Haya,
1924, págs. 95-104 (véase pág. 100).
10
En Les langues du monde par un groupe de linguistes sous la direction de A. Maillet et M. Cohen, París, 1924,
pág. 601.
11
H. J. Spinden, The population of Ancient America, en The Geographical Review. Nueva York, XVIII, 1923 ,
641-660 (reprod. por la Smithsoman Institution, Annual Report , 1929, 451-471, Washington, año 1930, y en
The American Aborigenes publicado por Diamond Jeness, Toronto, 1953, pág. 219): "Colón encontró el
continente y los archipiélagos vecinos poblados con 40 ó 50 millones de indios":
12
A. L. Kroeber, Native American population, en The American Anthropologist, vol. 36, 1934, 1-25 (véase pág.
24). Diamond Jenness, en The Geographical Review, 1935, 514-516, discute las cifras da Kroeber para los
Estados Unidos y Canadá. Kroeber ha vuelto a estudiar la cuestión en detalle para los Estados Unidos, de
manera algo más general para Méjico y América Central (a las que aplica su experiencia de las áreas
norteamericanas) y de manera panorámica para todo el continente: Cultural and natural áreas of Native North
America, Berkeley, 1939, págs. 131-181 (en la pág. 166 mantiene el mismo cuadro de 1934).
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César (6,75 millones, con un 40 por 100 de tolerancia) y de la Roma antigua13. Y hasta se estudia
estadísticamente la población futura: cuadros de la población de los Estados Unidos de 1935 a 1980,
cuadros de la población del mundo en el año 2000, etcétera14. En el caso de la población americana,
los empadronamientos realizados por el régimen colonial en distintas épocas, los repartos de indios
en las encomiendas, los cálculos de los misioneros y de los cronistas, los libros de confesión, los libros
de las tasas y tributos de la Real Hacienda, junto al conocimiento de las condiciones de existencia en
cada una de las áreas, permiten apreciar tendencias y fijar, dentro de ciertos límites, unas cifras que
sirvan de índice aproximado de la realidad.

Es la empresa que vamos a intentar en estas páginas. En nuestro estudio nos remontaremos
paulatinamente desde la actualidad hasta 1492, de lo conocido a lo desconocido. Desde luego, al
plantear hoy, sobre bases que nos parecen bastante firmes, uno de los problemas capitales de la
historia americana, sólo aspiramos a señalar un camino para investigaciones más completas sobre
cada uno de los países.

13
Ettore Ciccotti, Valore e utilizzazione di dati statistici del mondo antico con particolare riguardo alia
popolazione dell'Antica Roma. En Actas del Congreso Internacional de Estudios sobre la población, Roma, 7-10
septiembre 1931, t. I, 1933, 377-399. Gran parte del volumen I (págs. 371-708) está dedicado a problemas de
demografía histórica. Véanse, además, Eugéne Cavaignac, Population et capital dans le monde méditerranéen
antigüe, Estrasburgo, pág. 123; Gastón Bouthoul, La population dans le monde, París, 1935, pág. 11; Adolphe
Lavdry. La revolution démographique, París, 1934, 107 y sigs.; J. Belloch, Die Bevolkerung der griechisch-
römischen Welt, 1886; Corrado Gini, I jattori dell'evoluzione delle nazioni, Turín, 1912.
14
A título de curiosidad damos el siguiente cálculo de Hagstroem (en Skandinavska Kreditaktien bolaget abril
de 1938, pág. 36):

Población en 1935 en el año 2000


América del Norte 141.100.000 316.000.000
América Central 36.400.000 50.000.000
Sudamérica española 43.700.000 115.000.000
Brasil y Guayanas 42.700.000 112.000.000
TOTAL 263.900.000 593.000.000
La población mundial, que calcula en 2.086 millones en 1935, cree que llegará a 4.754 millones en el año 2000.
Según G, H. Knibbs, The shadow of the world future, Londres, 1928, pág. 52, si se mantiene el aumento, de las
últimas décadas (la población se duplica en 105 años), la población mundial habrá aumentado en 3.900
millones de habitantes en el año 2033, en 7.800 millones el año 2138 y en 15.600 millones el año 2243.

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