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Gramática
Fecha: 26/06/07
Teórico № 25 Prof.: Guiomar Ciapuscio
esta Facultad, de la cual surgió el artículo "Una fugaza con fetas de panceta y provolone",
texto que también tienen indicado dentro de la bibliografía de esta última Guía.
Por último, para cerrar la materia, volveremos a un texto de la Guía I, que a
propósito ha quedado pendiente: Una introducción a la gramática funcional, de Halliday.
Este texto tiene el objetivo de presentar una reflexión general respecto de las distintas
teorías gramaticales contemporáneas. Habitualmente, y en líneas generales, las teorías
gramaticales y lingüísticas suelen agrupar en dos paradigmas: el formalista y el
funcionalista. A partir de considerar estos dos paradigmas dominantes en la lingüística
contemporánea, podremos reflexionar sobre lo que nosotros mismos hemos hecho en el
recorrido de este curso de Gramática.
Recordemos, antes de comenzar con los temas de hoy, algunas de las nociones
acuñadas por Coseriu que hemos visto la semana pasada. Dijimos que él fue uno de los
críticos más agudos de las dicotomías saussureanas; más específicamente, nos
concentramos en la crítica a la distinción tajante entre lengua, por un lado, y habla, por el
otro. Coseriu postula, como instancia intermedia, la noción de norma, una instancia
mediadora entre el habla y la lengua. En la norma se recogen aquellos fenómenos
lingüísticos que, naturalmente, son registrados y observados en los usos lingüísticos de
los hablantes. Ahora bien, estos fenómenos registrados en el uso no presentan una
naturaleza casuística única e irrepetible; se trata de fenómenos que pueden ser descriptos
como repetidos, convencionales o heredados.
Así, el uso de una lengua natural presenta siempre una mezcla de creación
individual por un lado, y, por otro, repetición. En las lenguas hay un aspecto creativo, una
selección individual, que cada individuo pone en la ejecución. Sin embargo, de manera
simultánea y permanente, toda apropiación de la lengua por parte de un individuo implica
la repetición de modelos anteriores. Siempre se manifiesta, como un aspecto constitutivo
del habla individual, la rutina, esto es, la repetición de los usos consagrados,
convencionales y aceptados por la comunidad de habla a la cual un individuo determinado
pertenece.
Consideremos más de cerca esta noción de comunidad. En primer lugar, una
comunidad se conforma en relación con coordenadas geográficas o tópicas. Por ejemplo,
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produce sus propios géneros del discurso para poder solucionar tareas comunicativas
específicas de su área de especialidad.
Por otra parte, en relación con el tema de las variedades lingüísticas, existen otras
nociones; tal es el caso del concepto de jerga. Si recurrimos a un diccionario actual de
lingüística como el de Lewandovski, en la entrada correspondiente a este término
encontramos definiciones como la siguiente: lengua especial de determinados grupos
sociales, en tanto lengua artificial o de propósito que sirve para la autodelimitación del
grupo. En este sentido, una jerga es una variedad lingüística que, justamente, si admite el
adjetivo artificial, es que se trata de una creación intencional. En este sentido, una jerga
difiere de un dialecto, ya que, para este último, resulta difícil considerar una dimensión
intencional, el propósito deliberado de acuñar formas o palabras especiales. En cambio,
en la jerga habría una cuota importante de intencionalidad de grupo en la creación de
formas propias, en tanto dichas formas sirven para la unión o cohesión grupal y,
simultáneamente, también sirven para que ese grupo se diferencie respecto de otros.
Lewandowski dice que la jerga es el vocabulario especial de grupos sociales que
expresan una cultura alternativa, o subcultura. Pero él también considera que, dentro de la
definición de jerga, puede ubicarse el vocabulario especial de determinados oficios o
profesiones. En este sentido, podríamos mencionar, por ejemplo, la jerga del ferretero, la
del plomero, o la del marinero. De hecho, existen investigadores que se dedican a
componer glosarios con el vocabulario de las distintas profesiones.
Frente a jerga, se usa y distingue otro concepto: el de argot. Básicamente, se lo
define como lengua de ladrones. Nuevamente, estamos ante un vocabulario especial que,
en tanto es usado por grupos determinados, es un tipo de sociolecto. Existen grupos que
utilizan el argot como una manera de protegerse y encubrirse, como una forma para
mantener en secreto sus actividades. La palabra argot proviene del francés y, en principio,
se la acuñó para designar una variedad del francés utilizada por delincuentes.
En este punto, cabe mencionar otra noción: la de antilengua. Este concepto
aparece en lingüistas como Halliday y, al menos parcialmente, coincide con el de jerga.
Pero dicha coincidencia no se da por el hecho delictivo, sino por el tipo de características
propias del grupo que emplea una antilengua. Halliday relaciona la antilengua con las
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variedades utilizadas por culturas alternativas o contraculturas. Son las variedades que
podemos encontrar en grupos que se constituyen de manera separada y se presentan de
manera opuesta o controversial respecto a la sociedad en general. A partir de esta
definición, podemos considerar antilengua a la de la droga, la de las sectas religiosas, etc.
el concepto de antilengua entonces remite a todas las variedades lingüísticas que usan
aquellos sectores sociales que se autodefinen como contraculturales.
En nuestro país, podríamos hablar de una jerga o antilengua para el caso de los
presos; es lo que se conoce como lengua tumbera. Se trata de una variedad lingüística
que, aparentemente, es la que utilizan las personas que están detenidas en las cárceles.
Inclusive, si les interesa este tema y lo buscan en Internet, van a encontrar entre cuatro o
cinco vocabularios tumberos.
Ahora bien, tal como ya resulta visible, todas estas distinciones entre jerga, argot y
antilengua -realizadas en el marco general de la noción de sociolecto- tienen su foco en el
vocabulario. El corazón de la jerga o el argot es el vocabulario, las palabras especiales
que se acuñan para designar objetos, personas, relaciones, conceptos y procesos que
son propios de un mundo social distinto del común o general -recordemos que estos
grupos culturales se conciben en contraposición con ese mundo general-.
Alumno: ¿La noción de contracultura implica que revierten el sentido que las
palabras tienen en la lengua estándar?
Profesora: En muchos casos, es eso lo que sucede. Pero también es bastante
frecuente que se tomen unidades léxicas de la lengua general y se les asigne un
significado diferente. Podríamos tomar algunos ejemplos del vocabulario tumbero, pero no
voy a detenerme mucho en él, ya que no soy de las que piensan que profundizar en este
tipo de léxico resulte algo relevante. Si ustedes hacen el ejercicio de cotejar los
vocabularios tumberos que ofrece Internet teniendo un diccionario al lado, van a encontrar
que efectivamente, en muchos casos, se trata de palabras ya existentes. Estos
vocabularios ofrecen una larga lista de palabras con sus significados aproximados. Ahora
bien, si cotejamos con el Diccionario de la Real Academia Española, por un lado, con el
Diccionario Etimológico del Lunfardo de Oscar Conde -profesor de esta Facultad-, por
otro, encontraremos que, dentro de la lista de unidades que se proponen como propias de
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este nuevo lenguaje, hay palabras que están presentes en el español desde hace siglos, y
lo están con el mismo significado supuestamente tumbero. Algunas palabras vienen de
fines del siglo XIX y ya eran registradas en el lunfardo. En realidad, en estos vocabularios
tumberos hay pocas unidades léxicas que pueden ser consideradas como nuevas, o como
propias de ese grupo.
Por supuesto, vale la aclaración: no puede afirmarse con el más mínimo grado de
autoridad que, por ubicar una palabra en un diccionario o vocabulario, ese término
pertenezca a tal o cual grupo. Evidentemente, para decir que un elemento léxico es propio
de un cierto grupo se requiere una investigación muy concienzuda. Por eso, insisto, son
muy pocas las unidades de estos vocabularios que no estén ya presentes en diccionarios
generales o lunfardos. Por ejemplo, de acuerdo con el supuesto vocabulario tumbero, la
palabra alto no significa "cualidad física de altura", sino que significa "bueno" o
"excepcional".
Alumnos: Pero también se utiliza con ese significado cotidianamente.
Profesora: Claro, ha trascendido más allá de ese ámbito tumbero. Pero lo que les
quiero señalar es que no es algo nuevo, porque este otro sentido del adjetivo alto ya
aparece registrado en el lunfardo.
Otra palabra del vocabulario tumbero es gorra; tiene el significado de "policía" y ya
estaba en el lunfardo. Les aclaro que yo entiendo el lunfardo de acuerdo con la
concepción que maneja Oscar Conde: la lengua de las calles del Río de la Plata, más allá
de su eventual origen delincuencial. Si bien, en su momento, el lunfardo podrá haber sido
una variedad del Buenos Aires del bajo mundo, desde ese origen hasta el día de hoy
resulta evidente que el lunfardo se ha generalizado. En este sentido, hoy en día resulta
mucho más convincente hablar de lunfardo para referirse a la variedad primariamente oral
que se habla en las calles de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Por lo tanto,
muchos elementos que aparecen como propios del vocabulario tumbero, son parte del
lunfardo entendido en este sentido amplio que plantea Conde.
Hay algunas unidades divertidas, por ejemplo, mangangá, que significa "tonto".
Pero también esto ya está en la RAE: es un término que proviene del español. Otra
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palabra del vocabulario tumbero que ya registra la RAE es marmita, que, creo, es bastante
conocida como una forma de referirse a la olla.
Insisto: estos vocabularios circulan en Internet y no son demasiado confiables en
cuanto al rigor de la investigación. Son personas que recopilan palabras y dicen luego que
eso conforma la variedad utilizada en las cárceles. La tarea de elaborar un diccionario es
muy compleja; estos vocabularios no tiene rigurosidad investigativa.
La idea general es que en las contraculturas se toma una palabra y se le da otro
significado, muchas veces opuesto. Pero, como vemos, lo que nos muestra la jerga
tumbera es que recurre a términos ya utilizados anteriormente, y con el mismo sentido.
Inclusive, algunas unidades son muy poco confiables; un caso es el de la palabra astilla.
En tanto clase de palabra, astilla es un sustantivo; pero la definición de esta entrada en el
vocabulario tumbero es la siguiente: partir el botín de un robo o cualquier otra cosa.
Resulta poco creíble definir el significado de un sustantivo a través de un significado de
tipo verbal.
En estos vocabularios tumberos hay también expresiones diversas, tales como
pilotearla. Ustedes saben seguramente cuál es el significado: es una variante informal
para decir que hemos podido o vamos a poder manejarnos bien ante una cierta situación.
Y, nuevamente, este significado aparece en la RAE y en otros diccionarios generales.
En contraposición, hay algunas palabras que sí pueden sonarnos, efectivamente,
como una creación propia del ámbito carcelario; por ejemplo, paloma. En este vocabulario,
su significado el "bolsa atada a una soga que se descuelga por las ventanas y en la cual
se transporta fundamentalmente comida entre los pabellones". Pareciera que, en este
caso, sí estamos ante un término que es utilizado para responder a una necesidad propia
del ámbito social carcelario. Acá sí tenemos el caso de una palabra de la lengua general,
de una palabra con un significado compartido y convencional, pero a la cual se le asigna
un significado distinto. Esta modificación en el sentido del sustantivo paloma nos muestra
una necesidad del ámbito social. Quienes recurren a la jerga o al argot son aquellos que
integran grupos necesitados de encubrir y autoproteger sus actividades. El argot es lo que
les permite a estos grupos la realización de sus interacciones y de su cotidianeidad.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 25
más marcado, respecto de los usos de la lengua: han tomado un respeto creciente hacia
las variedades hispanoamericanas. Hace poco se publicó un Diccionario Esencial de la
Lengua Española, en el que se recogen los 54.000 términos más vivos del idioma que
utilizan cuatrocientos millones de hispanohablantes. Pero, no sólo este Diccionario, sino
también las sucesivas ediciones del Diccionario de la RAE, intentan incorporar las nuevas
unidades léxicas que los individuos usan y que, en tanto hablantes de la lengua, muchas
veces usan desde hace décadas. A las autoridades de la Academia les lleva mucho
tiempo tomar la decisión sobre qué aceptarán y qué no en cada nueva edición de su
Diccionario.
Sin embargo, considero que resulta mucho más interesante plantear el problema
de los usos y las normas desde el punto de vista del lingüista. A un lingüista le interesa
describir cómo se usan las lenguas, estudiar las lenguas en su vitalidad o, por lo menos,
elaborar una teoría que pueda tomar su evidencia del uso lingüístico y que, por esto
mismo, pueda ser cotejada con datos vivos. Al lingüista le interesa cotejar su teoría con
datos que no sean de laboratorio, sino que sean, efectivamente, uso lingüísticos de los
hablantes.
Consideremos, entonces, no las actitudes de las academias, sino las actitudes que
la lingüística y sus diversas teorías han tenido respecto del uso y la norma. Naturalmente,
ha habido diversos períodos. En el texto inicial de Lyons, tratamos de brindarles un
panorama sobre la llamada gramática tradicional, una gramática que, justamente, se
caracterizó por tener una perspectiva prescriptiva. Bajo este sintagma, gramática
tradicional, Lyons incluye veinticuatro siglos de reflexión lingüística. Uno de los rasgos que
permiten definir al tipo de gramática que se practicó hasta el siglo XIX es su actitud ante el
uso. La gramática tradicional se caracterizaba por tener una actitud prescriptiva frente a
los usos lingüísticos. Se consideraba que la tarea de la gramática pasaba por fijar y
deslindar los usos correctos e incorrectos de la lengua o, dicho en otros términos, la tarea
de la gramática tradicional era dictaminar si los usos escritos se correspondían con la
pureza de la lengua; y dicha pureza era entendida de acuerdo con el modelo de lengua
escrita de los autores literarios consagrados. Así, la lengua literaria escrita era el punto de
referencia de acuerdo con el cual se juzgaban los usos correctos e incorrectos.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 25
Ahora bien, con el nacimiento del estructuralismo, esta perspectiva sufre un cambio
radical. A partir de Saussure, el objeto de estudio se transforma, en tanto él postula que la
lingüística, en tanto ciencia, debe describir y no prescribir. Se cambia el eje o punto de
vista: la lingüística tiene como misión la descripción del mayor número de lenguas
posibles.
Esta nueva perspectiva descriptiva de la ciencia lingüística implica que, como punto
de partida, se tome la descripción de los usos reales de la lengua. Desde el punto de vista
estructural, a partir de los usos puede abstraerse lo sistemático y lo regular. En el uso se
revelan regularidades de combinatoria, y estas regularidades son lo subyacente: son las
unidades, las relaciones y las reglas que configuran el sistema.
Ahora bien, las mismas nociones conceptuales con las cuales -desde su
conformación como ciencia moderna- la lingüística ha venido trabajando han recibido más
de una definición. Por ejemplo, el concepto mismo de dialecto ha sido definido de manera
diversa a lo largo de la lingüística moderna. Consideremos la definición de dialecto que da
Amado Alonso:
Los dialectos son modos especialmente rústicos de hablar que suponen un rezago
o un retroceso respecto del alto grado de cultura alcanzado por la lengua general.
Esta característica sigue vigente hoy en día. Hay muchos dialectos que presentan
una gran dificultad para su intercomprensión. Otro caso similar es el de Alemania.
Ahora bien, la definición de dialecto que maneja Alonso no es la misma que se
utiliza en la actualidad. Si Alonso considera que se trata de modos especialmente rústicos
de hablar, está claro que los dialectos son considerados como un retroceso respecto de la
lengua general, la cual es la portadora de un alto grado de cultura. En cambio, si
consideramos la definición del Diccionario de Lewandowski, encontraremos que un
dialecto es un modo de hablar entendido, generalmente, como vinculado a lo local. Dice:
Profesora: Pero, antes del estructuralismo, ni siquiera era posible plantear el mero
estudio de estas variedades lingüísticas "rústicas". La posición de la gramática tradicional
era, exclusivamente, una posición prescriptiva y, en este sentido, las variables dialectales
eran descartables, en tanto el único punto de referencia era el que otorgaban las
variedades de prestigio. Justamente traje la cita de Alonso para señalar que incluso hay
autores estructuralistas todavía impregnados por consideraciones de tipo prescriptivo.
Ahora bien, la gramática prescriptiva implica un tipo valoración de los usos
lingüísticos que, de ninguna manera, puede ser considerada como una valoración
unánime. Siempre la valoración implica la existencia de una norma implícita; yo estoy
valorando un dialecto o juzgando un modo de hablar, y puedo hacerlo porque tengo una
norma de referencia que me orienta respecto de lo que es bueno o malo. Para poner un
ejemplo claro: si tomamos el contraste entre la variedad usada en la ciudad y la variedad
usada en zonas agrícolas, no podemos asociar mecánicamente un alto nivel de cultura
con una lengua normativa y, de manera paralela, un bajo nivel de cultura con un dialecto.
En todo caso, lo que ocurre es que la existencia de un sociolecto está depende de las
necesidades propias de una comunidad determinada. Y, en el caso de los dialectos,
deberé explicar su existencia a partir de necesidades históricas de esa comunidad, y
tendré que ver qué tipo de sustrato lingüístico había previamente.
Recuerden que, en el caso de nuestra lengua, estamos ante una lengua
transplantada, una lengua traída y, en muchos casos, impuesta. Así, en las regiones
donde se hablaban lenguas indígenas, se impuso el español. En este sentido, muchos de
los fenómenos dialectales del español argentino encuentran su explicación en el sustrato o
la existencia previa de lenguas indígenas anteriores.
Por todo esto, al abordar el estudio de los dialectos, el lingüista debe evitar
acercarse a ellos desde la perspectiva de los juicios de valor. Por el contrario, el lingüista
debe acercarse a ellos desde una perspectiva comprensiva, desde una perspectiva que le
permita explicar esa variación de una manera científica, y no emitiendo un mero juicio.
La lengua estándar es otro concepto que suele definirse apelando a distintos
factores. Cito, una vez más, el Diccionario de Lewandowski. Apelando a distintos factores,
este autor define la lengua estándar como aquella lengua que está históricamente
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incorpora gran parte de la fonética. Como ustedes ya saben, cada lengua selecciona un
repertorio específico de sonidos que convertirá en sonidos distintivos o variantes. Cada
lengua natural selecciona su espectro de materia sonora y hace sus propias distinciones.
Y, naturalmente, dentro de la vigencia general se incorporan las principales unidades y
combinaciones del nivel morfológico.
Veamos cómo define Marías la lengua general o estándar: es aquella a la que
tiende a aproximarse el hablante cultivado en el mundo hispánico. Y sería aquello que uno
podría describir, intuitivamente, como el hablar sin acento. Este hablar sin acento puede
entenderse de dos maneras: como interno a la propia lengua o como externo. Si oímos
hablar a un cordobés, percibimos inmediatamente su acento de cordobés; pero, a pesar
de la peculiaridad de su acento dialectal, igualmente consideramos su variedad como
parte de mi misma lengua. En este caso se trata de un acento interno. Pero también se
puede hablar con acento externo. Esto ocurre en el caso de los hablantes extranjeros, es
decir, en el caso de quienes tienen como lengua madre una lengua distinta de la nuestra,
lo cual hace que estos hablantes tengan un acento, pero diferente del acento dialectal, o
acento sociolectal.
En cuanto a la vigencia parcial, es la que puede vincularse con las variantes que
anteriormente hemos denominado registros. A su vez, tiene lugar una vigencia plenaria
cuando una forma lingüística es percibida por los hablantes nativos como un registro
normal. Tomemos ejemplos léxicos, considerando unidades contrastivas: muerto, fallecido
y fiambre. La primera corresponde a un estilo neutro; la segunda, a un registro más
afectado; y la tercera, a registro muy coloquial. Igualmente, registro o estilo neutro son
ladrón y drogadicto, frente a ladri y drogón, de registro coloquial.
Hay vigencia plenaria cuando una forma o esquema lingüístico resulta aplicado a
todo tipo de situación y cuando, además, esa forma no genera un significado connotativo
adicional -como sucedería con los términos fiambre, drogón o ladri-.
Dentro de la vigencia parcial, encontramos, aquellos elementos o marcas que son
propios de una especialización o, dicho de otro modo, los elementos de determinados
dominios o ámbitos particulares de experiencia: la ciencia, el comercio, la agricultura, la
administración, etc. Hay que señalar que una misma unidad léxica puede tener distinto
Gramática 2007/Teórico 25 Apuntes Sim 19
y chabón, podemos decir que chabón tiene una vigencia joven respecto de muchacho, y
que evidentemente, mozo es de una vigencia añosa.
El jueves añadiremos algunos elementos más acerca del concepto de vigencia.
***
GRAMÁTICA
(Primer cuatrimestre de 2007)
1
GRAMÁTICA
II. La facultad del lenguaje, la lengua y el habla. El Signo lingüístico. Sistema, valor y
uso. Sintagma y paradigma.
Bibliografía obligatoria:
Bühler, K. (1961) Teoría del lenguaje, Madrid: Revista de occidente, Capítulo I & 2,
págs. 46-56.
Di Tullio, A.(2005) Manual de Gramática del español, Buenos Aires: Isla Luna.
Introducción y capítulo I, págs. 13-32.
Saussure, F. de (1983) Curso de lingüística general, Madrid: Alianza editorial.
Introducción: caps. I, II, III y IV; Primera Parte: caps. I, II, III; y Segunda Parte: caps IV y
V.
Lyons, J. (1985) Introducción a la lingüística teórica, Barcelona: Teide. (1ª. Ed. En inglés
1968). & 1.4. La lingüística moderna.
Halliday, M.A.K. (1994) An Introduction to Functional Grammar, Introduction (xiii a
xxxv), Londres/Melbourne: E. Arnold.
Bibliografía optativa:
Benveniste, É. (1965) "La naturaleza del signo lingüístico". En: Problemas de lingüística
general, México, Siglo XXI Editores (1ª ed. 1939 en Acta lingüística I, Copenhague).
Chomsky, Noam (1994) El conocimiento del lenguaje, Barcelona: Altaya (1ª. ed. en
inglés, 1986).
Kovacci, O. (1990) El comentario gramatical, Madrid: Arco Libros, Tomo I, Cap. 1,
"Morfología y Sintaxis".
Saussure, F. de (2004) Escritos sobre lingüística general, Barcelona: Gedisa, extractos del
capítulo I, 23-88.
Guía II: Fonética y Fonología
III. Unidades de la descripción fonética y fonológica. Fonema, fono y alófono. Fonos del
español. Oposiciones, neutralización y archifonema. Sistema fonológico del español.
IV. Sílaba y prosodia. Conformación interna de la sílaba. Tipos silábicos del español.
Rasgos suprasegmentales: i) acento; ii) intensidad; iii) tonalidad; iv) cantidad.
Bibliografía obligatoria
Malberg; B. (1962), La Fonética, Buenos Aires: Eudeba. Introducción y capítulos II, III,
IV y V. [Para punto I y II].
Martínez Celdrán, E. (1989) Fonología General y Española, Barcelona: Editorial Teide.
Cap. 1: §§ 1.1. a 1.3.2.2. (inclusive). [para punto I, III y IV]
Gil Fernández, J. (1990) Los Sonidos del Lenguaje, Madrid: Síntesis. cap. 8. [para punto
IV].
Trabajos prácticos
Bibliografía optativa
Cerdá Massó, R. (1996), “La función del sonido”. Cap.5 en Vide, C. (ed.), Elementos de
Lingüística, España: Octaedro Universidad.
D’Introno, F., E. Del Teso y R. Weston (1995), Fonética y Fonología actual del español,
Madrid: Cátedra.
Llisterri, J. (1996), “Los sonidos del habla”. Cap.4 en Vide, C. (ed.), Elementos de
Lingüística, España: Octaedro Universidad; pp. 67-84 y 86-88
Martínez Celdrán, E. (1984) Fonética. Barcelona: Teide.
Martínez Celdrán, E. (1989) Fonología general y española,Barcelona: Teide.
Navarro Tomás, T. (1953) Manual de Pronunciación Española. Publicaciones de la
Revista de Filología Española.
Trubetzkoy, N. S. (1973) Principios de Fonología. Madrid: Cincel.
3
I. La morfología como estudio de la estructura de las palabras. Límites, objetivos y
relaciones con otros componentes de la gramática. Unidades del análisis morfológico.
Morfema, morfo y alomorfo. Segmentación y clasificación de morfemas. El concepto de
palabra: palabras simples, complejas y compuestas: criterios de reconocimiento. Derivación y
flexión.
Bibliografía obligatoria
Fernández Lagunilla M. y A. Anula Rebollo (1995), Sintaxis y Cognición. Introducción al
conocimiento, el procesamiento y los déficits sintácticos, Madrid: Síntesis. Parte II. Cap.
7: § 7.2.1.1 y cap. 8: § 8.2.1 (8.2.1.1 a 8.2).[para punto III).
Hockett, Charles (1972): Curso de Lingüística Moderna. Eudeba: Buenos Aires. (Original
1958) Traducción y adaptación al español de Emma Gregores y Jorge Alberto Suárez.
Capítulo XXVII [Para punto III].
Lyons, J. (1985), Introducción en la lingüística teórica, Barcelona, Teide. (1ª ed. (1968),
Introduction to theoretical Linguistics, Cambridge: Cambridge University Press). § 5.4
[para punto I].
Pena, J. (1999), “Partes de la morfología. Las unidades del análisis morfológico”. Cap. 66
en Bosque I y V. Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid:
Espasa Calpe. Vol. 3. § 66.1 [completo]; §§ 66.2.1-66.2.4.2; 66.2.5-66.3; 66.4. [completo]
y 66.5.1. [Para puntos I, II y III]
Radford, A. et al. (2000), Introducción a la lingüística, Cap. 10, Madrid: Cambridge
University Press (1ª.edición en inglés 1999) [Para puntos I, II y III].
Trabajos prácticos
Bibliografía optativa
4
Akmajian, A., R. Demers, A. Farmer and R. Harnish (1997), Linguistics. An Introduction
to Language and Communication, Cambridge and London: The MIT Press. Cap.II.
Alcina Franch, J.y J. M. Blecua (1975), Gramática española, Barcelona: Ariel.. Capítulo
3 y 5.
Lyons, J. (1985), Introducción en la lingüística teórica, Barcelona, Teide. (1ª ed. (1968),
Introduction to theoretical Linguistics, Cambridge: Cambridge University Press). Capítulo
7.
Matthews, P. (1991), Morphology, Cambridge, University Press. 2da ed. Trad. Española de
la 1ra ed. (1980), Morfología, Madrid: Paraninfo.
Varela Ortega, S. (1990), Fundamentos de morfología, Madrid, Síntesis.
Varela Ortega, S. (2005), Morfología Léxica: la formación de palabras, Madrid: Gredos,
cap. 1, 2, 3 y 4.
Scalise, S. (1994), Morfología. Boloña: Il Mulino.
Bibliografía obligatoria
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Apartados 772-795. [Para punto IV].
Ciapuscio, G. y L. Ferrari (2004) Nociones sintácticas. Ficha de cátedra, Buenos Aires:
OPFyL. [Para punto I, II y III].
Di Tullio, Ángela (2005) Manual de Gramática del español. Buenos Aires: Isla Luna
(capítulos III, IV y V).
Hernanz, M.L. y Brucart, J.M. (1987), La sintaxis, Editorial Crítica: Barcelona, Cap. 2, &
2.0 a 2.3. inclusive. [Para punto I].
Mendikoetxea, Amaya (1999) Construcciones inacusativas y pasivas en: Gramática
descriptiva del español, Bosque, I. y V. Demonte (directores), Madrid: Espasa. cap. 25.1.
hasta 25.1.2. [Para punto III].
Trabajos prácticos
5
Brandani, L., P. Gaspar e I. Otañi (2004) Ejercicios de sintaxis (Ficha de cátedra),
Buenos Aires: OPFyL.
Bibliografía optativa
Akmajian, A., R. Demers, A. Farmer and R. Harnish (1995), Linguistics. An Introduction
to Language and Communication, Cambridge and London: The MIT Press. Cap.5.
Alarcos Llorach, E. (1994) Gramática de la lengua española, Madrid: Espasa Calpe
(capítulos XIX, XXI, XXII, XXIII, XXIV, XXV).
Bosque, Ignacio (1990) Las categorías gramaticales, Madrid: Síntesis, (capítulo 3).
Di Tullio, Ángela (2005) Manual de Gramática del español. Buenos Aires: Isla Luna
(capítulos VI y VII).
Hernanz, Ma. Lluisa y José M. Brucart (1987) La sintaxis. Principios teóricos. La oración
simple, Barcelona: Editorial Crítica (capítulos 1, 2, 5 y 6).
Kovacci, Ofelia (1991) El comentario gramatical, Madrid: Arco Libros (volumen I,
capítulos 3, 4 y 5).
I. Perífrasis verbales.
Caracterización. Constituyentes: verbo auxiliar y verbo principal o auxiliado. Distinción
entre grupos verbales, giros verbales y locuciones verbales.
Tipos de perífrasis verbales: de participio, de infinitivo y de gerundio. Descripción
estructural. Valores semánticos: aspectuales, temporales y modales.
Bibliografía Obligatoria
Gómez Torrego, L. (1988), Perífrasis verbales. Sintaxis, semántica y estilística. Madrid:
Arco/ Libros. Cap. 1 [para punto I].
Di Tullio, A. (2005). Manual de Gramática del español, Buenos Aires: Isla Luna. Cap.
XIII, págs. 237-244 (hasta & 13.3) [para punto I] y Cap. IX, & 9.4 (págs. 172-184) [para
punto II].
Bibliografía optativa
Gómez Torrego, L. (1999), “Los verbos auxiliares. Las perífrasis verbales de infinitivo”.
Cap. 51 en: Bosque I y V. Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española,
Madrid: Espasa Calpe. Vol.2.
Klein, P. W. (1987) “Syntax and Semantics of spanish se” en: Hispanic Journal, VI: 149-
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10
16 Cod. 18
Gramática
Fecha: 17/04/07
Teórico № 8 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a continuar con los temas de morfología,
completando algunos aspectos relativos a la clasificación de los morfemas; en segundo
lugar, vamos a referirnos al concepto de palabra y, por último, a los procesos
morfológicos.
Siguiendo la línea de pensamiento de Pena, hemos visto ya su definición de
morfema como unidad gramatical mínima. Esta línea de pensamiento se enfrenta a la
postura que define al morfema como signo mínimo. En cuanto a los distintos criterios
clasificatorios, han visto ya los sintácticos y los semánticos. Hoy vamos a presentar un
último criterio clasificatorio: el distribucional. Un criterio distribucional se centra en los
lugares que, dentro de la palabra, pueden ocupar los distintos tipos de morfemas. En este
sentido, la clasificación distribucional atañe a los llamados morfemas ligados. es decir, a
los morfemas que se unen a una base. De acuerdo con este criterio, en principio es
posible realizar una primera gran división según el lugar que un morfema ocupa en
relación con la raíz: por un lado, si la precede o la sigue y, por otro, si el morfema
interrumpe o no a la raíz. Sin embargo, sobre segundo aspecto del criterio distribucional
no vamos a profundizar, ya que, en el español, no existen casos, prácticamente, de
morfemas que interrumpan la raíz.
Sí podemos considerar in extenso los casos del primer tipo. Según el lugar que los
morfemas ocupan en relación con la raíz, podemos hablar de prefijos, sufijos o circunfijos.
Los prefijos son aquellas formas que preceden a la raíz. Se dan en palabras tales como
[re-leer], o [des-orden].
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8
Por su parte, los sufijos son los que siguen a la raíz, como en [cristal-iz-a-r].
Una regla morfológica para las lenguas en general es que los prefijos pueden ser
tanto de derivación como de flexión. En español sólo puede haber prefijos de derivación.
Existen en cambio otras lenguas que sí pueden transmitir significados de tipo gramatical a
través de prefijos de flexión -el griego es un ejemplo de este tipo de lenguas-. Lo que sí
hay en español es sufijos de derivación y de flexión. Por ejemplo, en el sustantivo [cristal-
es] tenemos un sufijo flexivo [-es], un morfema que manifiesta la categoría morfológica de
número.
Los circunfijos, por su parte, son los afijos discontinuos, como sucede en palabras
como [a-noch-ec-e-r], [en-terr-a-r] o [em-botell-a-r] Algunos autores exponen este
fenómeno en términos de un prefijo y un sufijo que se añaden simultáneamente a la raíz.
Nosotros, en cambio, usaremos el término afijo discontinuo. Encontrarán que Pena los
denomina llama circunfijos, término que también utilizaremos. El añadido simultáneo de
dos formantes es, de todos modos, una descripción claramente visible, en tanto no existen
en la lengua *[terrar], ni *[enterra], ni *[botellar], etc. La anexión simultánea de este tipo de
afijos da lugar a un fenómeno llamado parasíntesis. Diremos entonces que el resultado es
una palabra parasintética.
Alumna: ¿Se separa [-e-] de [-r-]?
Profesora: Sí, porque [-e-] constituye la vocal correspondiente al tema verbal,
mientras que [-r] es el formante de infinitivo. Si ustedes segmentan [-er], no está mal,
considerando dicha segmentación sólo centrada en el proceso que describimos; pero es
importante que tengan clara la individualización de la vocal del tema verbal, porque los
procesos morfológicos actúan sobre el tema, ya sea este verbal o nominal.
Vale aclarar que hay otras teorías gramaticales que presentan ligeras diferencias;
nosotros seguimos la línea teórica planteada por Pena, quien le da mucha importancia a la
noción de tema. Compartimos la idea de que esta noción resulta muy ilustrativa para
explicar con claridad los procesos morfológicos.
Alumna: ¿Qué es [-ec-] en la estructura de [anochecer]?
Profesora: Forma parte del circunfijo, es decir, de este tipo de afijo discontinuo que
se adjunta a la raíz para dar lugar a la palabra derivada. En general, desde el punto de
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 3
vista del significado, el morfema [-ec-] indica la idea de "proceso de". Consideren que este
morfema siempre aparece en todos aquellos verbos que indican un proceso: reverdecer,
anochecer, oscurecer o entristecer.
Alumna: ¿Por qué en [anochecer] la raíz no es [noche]?
Profesora: porque [-e] es la vocal del tema, en este caso, nominal. Todo tema se
define como aquel formante morfológico sobre el cual operan los procesos morfológicos.
La unidad tema es una noción abstracta y, en el caso de que se trate de una palabra
simple, puede coincidir con la palabra. Precisamente, en el caso de noche, hay una
coincidencia entre tema y palabra. Por su parte, todos los temas verbales terminan en
vocal: [-a-], [-e-] e [-i-]. En cada caso, la vocal del tema adscribe el verbo a una
conjugación determinada, lo cual es relevante porque marca todo el paradigma flexivo de
un verbo, es decir, nuevamente, es sobre el tema que se despliegan los procesos
morfológicos. En cambio los temas nominales puede terminar en vocal o en consonante.
En palabras como [cárcel] o [cónsul], el tema termina en consonante y la palabra coincide
con el tema. En este caso, la relevancia de la noción de tema está en la formación de los
plurales. En los sustantivos terminados en consonante, utilizamos la forma [-es]. Esto es lo
que nos indica que [cárcel] o [cónsul] son el tema; mientras que en [noche], para formar el
plural agrego sólo [-s]. Sabiendo que el proceso morfológico de pluralización se forma
sobre el tema, deducimos que [noche] es tema. Recuerden la definición más básica que
hemos dado: tema es lo que queda al eliminar todos los morfemas flexivos. En este caso,
se trata de un tema nominal terminado en vocal. A su vez, la raíz de este tema, ahora sí,
es [noch-].
Otro dato que la lengua muestra respecto de que la raíz es [noch]-, es la existencia
de la palabra nocturno, donde también está presente el formante culto [-ct-], a partir del
cual se originó la variante [-ch-] propia del latín vulgar. De esa forma llegó a nuestras
lenguas romances.
Pero la pregunta de la compañera es muy atinada: el concepto de tema es
abstracto y no resulta fácil de comprender. Hay que leer varias veces el texto de Pena
para manejarlo con precisión; de hecho, si ustedes no entienden bien la noción de tema,
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8
luego les va a costar muchísimo seguir la lectura y comprender los siguientes procesos
morfológicos que Pena describe, en tanto estos procesos actúan sobre la vocal del tema.
Vale la pena entonces precisar un poco más el concepto de tema. Hay temas
nominales y temas verbales. Los temas verbales siempre terminan en vocal y dividen el
paradigma verbal en 1ª, 2ª y 3ª conjugación. Por su parte, los temas nominales pueden
terminar en vocal o en consonante. Si terminan en consonante, forman el plural con [-es].
Si terminan en vocal átona, forman el plural con [-s]. Si terminan en vocal tónica, pueden
formarlo tanto con [-es] como con [-s]. A su vez, cuando nos ocupemos de los procesos
morfológicos, veremos que, en algunos casos, por ejemplo, cuando se enfrenta con la
vocal de un sufijo, la vocal temática puede caer.
Ahora volvamos a los afijos. Nos quedan por considerar las nociones de interfijo e
infijo. Como les adelanté, el infijo es el afijo que rompe la raíz. Aparece en árabe y en latín.
Para el español, el infijo no es un afijo que presente productividad; sólo se lo considera
para casos muy marginales como los de Carlitos o Marquitos. La raíz es toda la palabra:
[Carlos], por lo tanto, el formante de "diminutivo" [-it-] actúa como infijo, rompiendo la raíz.
El interfijo en cambio es un tipo de afijo que se coloca entre dos bases, en el caso
de palabras compuestas, o entre una base y un sufijo de derivación. Veamos:
nuevo auto blanco es de María]. La separabilidad implica que pueda introducirse, con
ciertas restricciones, una palabra en medio de otras dos.
Correlativamente, entre una y otra palabra existe la posibilidad de introducir una
pausa potencial. El hecho mismo de que pueda introducir una pausa está ligado con la
posibilidad de introducir, en esa misma posición donde hago la pausa, una nueva palabra.
Ahora bien, considerando a la unidad palabra desde el punto de vista de su
constitución interna, encontramos varios fenómenos. En relación con sus formantes, la
palabra se caracteriza por presentar un orden fijo. Es decir, los morfemas que la integran
tienen un orden fijo. Por ejemplo, en [humareda] no puedo alterar el orden de los
morfemas y decir *[humedaar].
Así, si, desde el punto de vista de una secuencia mayor, la palabra tiene la
posibilidad de cambiar su lugar, inversamente, desde el punto de vista de su constitución
interna, los morfemas que la integran no tienen ninguna posibilidad de cambiar el orden.
Por otro lado, más allá de los morfemas ligados que constituyen una palabra
polimorfemática, no hay posibilidad de introducir material morfológico de manera arbitraria.
En este sentido, existen reglas derivativas para la formación de palabras, que comportan
una serie de restricciones. Y asimismo, la adición de morfemas flexivos también sigue
determinadas reglas. Sabemos que los sufijos de flexión siempre siguen a los de
derivación.
Por último, los elementos que constituyen una palabra son inseparables; por lo cual
no puedo introducir una pausa virtual en el medio de una palabra, como sí puedo hacerlo
entre palabras.
Ahora bien, estos criterios que acabo de mencionar no se cumplen de manera
absoluta para todas las clases de palabras. En realidad, encontramos distintos grados.
Con respecto al lugar que ocupa la palabra en el sintagma, no todas las palabras tienen el
mismo grado de libertad dentro de él, ni dentro de la oración. En primer lugar, sabemos
que los artículos siempre preceden a los nombres. En segundo lugar, tampoco tienen esa
libertad las preposiciones, ya que siempre deben preceder a su complemento. Lo mismo
vale para los pronombres clíticos. Por lo tanto, la libertad de movimiento se cumple con
distintos grados.
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8
sufijos flexivos, cada uno de los cuales se corresponda con información de distintas
categorías morfológicas; pero lo que no puede suceder es que se produzca una sucesión
de dos sufijos flexivos cuando ambos me están indicando, por ejemplo, la categoría de
tiempo. Por ejemplo, en [caminá-ba-mos], el sufijo [-ba-] indica tiempo, modo y aspecto,
mientras que el sufijo -también flexivo- [-mos] indica persona y número. No podemos
decir, por ejemplo, *[caminábanmos], o *[caminarébamos].
En general, los significados de los afijos derivativos suelen ser inherentes al
significado de la palabra o del tema: constituyen significados léxico-gramaticalizados. Por
eso es que los afijos de derivación forman parte del tema de la palabra: son inherentes al
significado de la palabra y, es más, constituyen nuevos temas de palabras. En cambio, los
sufijos de flexión no aportan ni significado léxico ni léxico-gramaticalizado; sólo aportan
significado gramatical.
Estos significados de tipo gramatical, vale decir, las categorías morfológicas, no son
inherentes al significado de una palabra. Son los significados que van a posibilitar la
inserción de una palabra dentro de la unidad mayor del sintagma. Dicho de otro modo, los
sufijos flexivos manifiestan categorías morfológicas, y estas categorías son las que
permiten articular la palabra dentro de secuencias mayores, como sintagmas u oraciones.
Esta última característica nos permite sostener que los sufijos flexivos resultan un
elemento intermedio entre la morfología y la sintaxis.
Veámoslo contrastando estas oraciones:
los significados de una forma flexiva siempre son predecibles. Si agregamos un sufijo
plural a un tema, automáticamente sabemos a qué nos estamos refiriendo. Cuando un
hablante de una lengua extranjera aprende el funcionamiento de las categorías
morfológicas y sus sufijos flexivos, puede aplicarlas con relativa automatización. Y, salvo
casos especiales, no suele haber demasiadas lagunas en la flexión. Esto implica que,
cuando se aplican sufijos de flexión para un caso, estos sufijos se aplican siempre.
Esta característica nos permite acercarnos a un tema que veremos más adelante:
las clases de palabras. Una manera de considerarlas es dividiendo entre clases que
flexionan y clases que no, es decir, clases de palabras flexivas versus clases de palabras
no flexivas. Ahora bien, cuando una palabra flexiona -ya sea en género o número -, toda la
clase va a flexionar en esa categoría correspondiente. Por ejemplo, así como el sustantivo
silla flexiona en número, toda la clase de los sustantivos del español manifiesta la flexión
de número, salvo casos muy acotados. En este mismo sentido, todos los verbos
manifiestan la flexión de tiempo: presente, pasado y futuro. Inversamente, cuando una
clase no varía, como en el caso de los adverbios en -mente, toda la clase de los adverbios
será invariable. Así, cuando se aplica una regla flexiva, esa regla se aplica a toda la clase
de palabras de la que se trate.
En cambio en la derivación no sucede lo mismo, en el sentido de que tiene
muchas lagunas. Los sufijos de derivación se aplican a determinadas clases de palabras,
es decir, están especializados; pero muchas veces no se aplican, o se aplican otros. Este
fenómeno permite hacer la siguiente distinción en morfología: existen palabras posibles,
palabras que, de acuerdo con las reglas morfológicas del español, resultan susceptibles
de ser formadas pero que, sin embargo, no existen o no se usan como tales en la lengua.
Esto da lugar a que en morfología utilicemos tres conceptos: palabras existentes, palabras
posibles pero no existentes y palabras imposibles. Las últimas son las que violan reglas
morfológicas, como el ejemplo anterior de *[humedaar]: [-ar-] es un interfijo que no puede
aparecer después del sufijo [-eda]. Una palabra donde el sufijo de flexión se aplicase
antes que el de derivación también sería, para el español, una palabra imposible.
Ahora bien, hay múltiples motivos para que una palabra posible no exista. En la
poesía se trabaja mucho con la creación de palabras, justamente, utilizando palabras
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 13
posibles pero inexistentes. Volviendo al planteo inicial entonces, estas palabras posibles
pero inexistentes nos remiten a las lagunas de la derivación. Estas lagunas pueden
deberse a razones de economía de la lengua, por ejemplo, que ya exista un término para
ese caso específico y no haga falta crear una palabra nueva derivándola de otra.
Pero en la flexión, inversamente, la productividad es automática: si una categoría
morfológica se aplica a un caso particular de una clase de palabra, esa categoría se va a
aplicar a toda esa clase. Existen, como adelanté, algunas excepciones específicas, por
ejemplo, los sustantivos denominados pluralia tantum, que siempre se enuncian en plural -
como celos, anteojos, etc.).
Ahora veremos, entrando de lleno en la derivación, los distintos procesos de
formación de palabras. Hay dos grandes procesos: la afijación y composición. El primero
puede implicar adición, modificación, sustracción o sustitución. El segundo, la
composición, es la unión de dos o más bases o temas. En términos comparativos, la
afijación es en español un proceso mucho más productivo que la composición.
En el marco de estos procesos derivativos es donde vamos a tener que prestar
especial atención al comportamiento de la vocal del tema.
Hasta ahora hemos estado viendo distintos procesos de afijación: el agregado de
un prefijo en [re-leer], de sufijo en [cristal-iz-a-r], o de parasíntesis en [em-botell-a-r].
Alumna: Me parece que Pena lo explica de otra forma.
Profesora: Sí. Yo lo expongo así porque intento que se vean más claramente los
distintos procesos. Él realiza una gran cantidad de clasificaciones, que hacen difícil la
lectura. En este clase, prefiero que entendamos la derivación primero, y en forma general.
La diferencia central entre los prefijos y los sufijos es que los primeros, en general,
no cambian la clase de palabras. Una excepción es el prefijo [anti-] que produce antigás o
antiarrugas, es decir, convierto un sustantivo en un adjetivo. Decimos [máscara antigás] o
[crema antiarrugas].
La modificación es un proceso que incluye a otros dos: la repetición y la sustitución.
El primero no existe en español. Pena, para mostrar de qué se trata, da un ejemplo del
sudanés: rame significa "estar alegre", mientras que ramerame significa "estar muy
alegre". En cuanto a la sustitución, se trata de lo siguiente. A partir de un verbo, por
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8
sustitución
[atrac - a - r] → [atrac - o]
raíz v.t. sf. flex raíz v.t.
tema tema
[perdon - a - r] → [perdón]
tema tema
suceder tres cosas: en primer lugar, puede quedar igual, y estamos ante un caso de
conversión; en segundo lugar, puede cambiar por otra -sustitución-; y en tercer lugar,
puede caer -sustracción-.
Por momentos, el texto de Pena es excesivamente clasificatorio. Sin embargo, lo
esencial, lo relevante, es que los procesos morfológicos actúan sobre el tema; estos
procesos exhiben distintos comportamientos de la vocal temática. Siempre identifiquen la
vocal del tema y su comportamiento, sólo así podrán reconocer estos procesos.
En los tres últimos ejemplos, para cada proceso hemos visto el cambio de un verbo
a un nombre. Sin embargo, como adelantamos, no hay una única dirección de los
procesos derivativos. No siempre el origen de la derivación es un verbo, ni siempre lo es
un sustantivo. Sin embargo, hay un orden en la lengua que no es fácil de explicar. Este
orden no es perceptible de inmediato. Requiere un conocimiento importante sobre
morfología e historia de la lengua. Hay que saber qué palabra es anterior a la otra y, sobre
todo, cuál tiene más difusión, mayor uso. Evidentemente, tanto paga como perdón, son
palabras posteriores y menos difundidas que los respectivos verbos de origen pagar y
perdonar. En otros casos, sobre todo en los neologismos, solemos producir un verbo a
partir de un sustantivo.
Ahora bien, la conversión es un proceso morfológico más productivo que la
sustitución o la sustracción. Esto es algo que puede verse con claridad en los casos de
adverbios derivados de adjetivos. Por ejemplo, en [María canta lindo], lindo no funciona
como adjetivo sino como adverbio, ya que no concuerda con el sustantivo María. Es,
entonces, un caso de conversión. Ahora bien, yo sé que lindo como adverbio deriva de
lindo como adjetivo porque el adjetivo es más productivo y porque originariamente estuvo
primero en la lengua. A su vez, yendo a lo adelantado sobre los neologismos, construimos
el verbo chatear a partir de chat.
Alumno: No entiendo por qué no puede considerarse que perdonar deriva de
perdón y no a la inversa.
Profesora: Justamente, compará con chatear: la diferencia es que aparece un
interfijo [-e-] que no aparece en perdonar. Si hubiera sido primero perdón, la lengua
probablemente habría derivado *perdonear.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8
***
Fecha: 12/04/07
Teórico № 7 Prof.: Guiomar Ciapuscio
Nota de la cátedra:
En la bibliografía obligatoria de la Guía I de las Guías temáticas y bibliográficas,
donde se señala, para Bühler, Teoría del lenguaje, Capítulo 1 y 2, págs. 46-56, debe decir:
Capítulo I, §2, págs. 46-56.
una característica que afecta a todo signo lingüístico: la linealidad del significante, el orden
del sintagma. Comencemos sólo subrayando esos formantes:
inobjetablemente
español tenemos tres conjugaciones, que reconocemos precisamente por esta vocal
temática: 1ª conjugación: [a], como en amar; 2ª conjugación: [e], como en temer; 3ª
conjugación: [i], como en partir. Dicho esto, si hacemos una segmentación estricta,
debemos también considerar separadamente la raíz y la vocal temática.
Ahora bien, volviendo a la formación de nuestra palabra compleja, a partir de
[-objeta-], hay un paso siguiente, no azaroso: [-ble], y no, por ejemplo, [in-]. Noten que no
existe *inobjeta, mientras que sí existe objetable. Pero además, el prefijo [in-] se adosa a
bases adjetivas, y no a verbos. Es decir que tenemos: primer paso, [-objeta-]; segundo
paso, [-objetable-], es decir, de verbo a adjetivo; para el tercer paso ya tenemos dos
posibilidades: existe tanto objetablemente como inobjetable. Si elegimos la segunda
posibilidad, la derivación de objetable a inobjetable no cambiará la clase de palabra. El
cuarto paso, [inobjetablemente], es el de la formación de un adverbio a partir de ese
adjetivo negado.
Tomemos ahora imperdonables, y comencemos a segmentar:
[ im [ [ [ [ perdon ] a ] ble ] s ] ]
n v adj. adj. adj.
1 2 3 4
Esta palabra también es compleja; tiene una estructura interna, que debe ser
interpretada. Y tiene tanto una organización lineal como una jerárquica, que está dada
sobre la base de morfemas. Estas unidades mínimas contrastan, vale decir, habilitan la
distinción entre unas y otras palabras.
Ahora bien, desde el punto de vista de su proceso de formación, el componente
del cual deriva toda la palabra es [perdón], un nombre o sustantivo, y no [perdonar]: la
palabra entra a la lengua como nombre. A partir de aquí, el siguiente paso es, ahora sí, el
verbo perdonar, que se forma sobre la base del nombre. El tercer paso es el adjetivo,
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 5
dado que *imperdonar no existe. Una vez que he formado [perdonable], ahora sí, hay
alternativas: el adjetivo puede primero flexionar: [perdonables], o bien, primero ser negado
mediante un afijo derivacional de negación: [imperdonable].
Como ya podemos adivinar, los sufijos flexivos son diferentes de los derivacionales.
Aquí, [-s] sólo agrega el significado "plural", frente a "singular", que es la forma no
marcada, es decir, la que se da por ausencia de la forma marcada.
Alumno: ¿Es necesario marcar también la forma de plural?
Profesora: Para hacer la descripción estructural de la palabra tenés que agotar
todos los formantes. Describir una palabra en sus constituyentes consiste en identificar
todos los formantes que tenga.
Hay otro elemento importante sobre los sufijos de flexión: son los que cierran la
palabra. Vean que no podría decir *perdonalbesmente. Los sufijos de flexión o
gramaticales clausuran la palabra, especialmente los de número en los sustantivos y
adjetivos.
El último paso es la negación mediante el prefijo que ya conocemos.
Es posible numerar todos los morfemas de derivación identificados, que aquí son
cuatro. Se trata de morfemas que agregan significado, y sirven para construir el significado
léxico de la palabra, tal como indicamos entre comillas abajo.
En cambio el último sufijo es de flexión, y no suma significado léxico sino sólo
gramatical: el de "número".
A cada uno de estos elementos constitutivos de la palabra los denominamos
morfemas. Por analogía, el término morfema les debe recordar fonema. Ambas son
unidades de cada subsistema. El morfema es la unidad gramatical mínima del nivel
morfológico, que se representa en la lengua por lo que llamamos morfos. Los
componentes mórficos son las cadenas fonemáticas que representan los morfemas.
Consideremos esto con más cuidado, porque se trata de un paso más en niveles
de abstracción: el morfema de "negación" en español puede tener tres morfos:
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7
/i-/
"negación" /im-/
/in-/
Durante mucho tiempo, esta distinción entre el nivel abstracto del morfema y el de
sus realizaciones se representó como acabo de hacerlo. Encerramos el significado
negación entre comillas, el cual tiene distintos morfos que lo representan o realizan.
Noten que un mismo morfema puede estar representado por distintos formantes, o
sea, un mismo significado puede estar representado por distintas cadenas fonémicas. En
el caso de "negación", los prefijos que niegan adjetivos tienen tres variaciones: /i-/ ante
lateral; /im-/ ante bilabial; e /in-/ para el resto. También un morfema puede tener una única
forma que lo represente. Pero cuando se trata de varias realizaciones fonémicas que
representan un solo morfema hablamos de alomorfos -otra analogía con el nivel
fonológico: recuerden los alófonos-. Ahora bien, los alomorfos pueden estar condicionados
-como es este el caso- por factores fonológicos. Lo que determina la aparición de un morfo
u otro es el segmento fonológico inicial de la base a la que se agrega el prefijo de
"negación".
Hay muchos casos de variación alomórfica para la representación de morfemas en
español. Consideremos este corpus:
Emperatriz Emperador
Actriz Actor
Gata Gato
Señora Señor
Duquesa Duque
Condesa Conde
Sobre la base de este corpus, puedo tratar de identificar cómo se forma el femenino
en español, y cuáles son sus posibilidades de representación. Es obvio que tenemos
varias posibilidades: la más escueta está representada por [-a], en gata y señora; [-sa] es
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 7
sufijo [-eza], precisamente, sirve para construir muchos sustantivos sobre la base de
adjetivos. Por ejemplo, belleza, pobreza, etc. Así, al comparar con otras familias de
palabras, con otros paradigmas, encuentro que este sufijo forma sustantivos. Entre [ric-] y
[riqu-] no tengo una diferencia fonológica sino de ortografía, vinculada con normas de
escritura del español.
Alumno: ¿Es lo mismo hacer el análisis morfológico en base a la escritura que en
base a los símbolos fonéticos?
Profesora: Si escribimos el morfo de esta raíz tal como se hizo en el estructuralismo
durante mucho tiempo, lo haríamos en símbolos fonémicos: /rik-/. Tenemos una única
cadena mórfica porque, aunque la escritura es distinta, representa al mismo fonema.
Alumna: El morfema es /rik-/?
Profesora: No. El morfema es la idea de "rico", que está realizada lingüísticamente
por el segmento mórfico /rik-/, que es una cadena de fonemas. El estructuralismo era muy
estricto al respecto: las cadenas mórficas sólo podían escribirse con representaciones
fonemáticas. Pero en los textos de morfología moderna ya no se sigue este modo de
representar como el único posible. Simplemente se usan los corchetes.
Volvamos al concepto de raíz. Tenemos en el corpus distintas clases de palabras:
adjetivos, nombres, verbos. Enriquecer presenta la raíz en el centro de la palabra. Se trata
de un proceso de formación de palabras llamado parasíntesis, por el cual se forma una
nueva palabra con el agregado simultáneo de un prefijo y un sufijo a la base, que en este
caso, coincide con la raíz. No existe *riquecer, como verbo.
En el caso de riquísimo / riquísima estamos ante un caso de morfología apreciativa:
sufijos superlativos, flexionados en masculino y femenino.
En enriquecimiento, sobre la base del verbo enriquecer tengo una vocal de enlace y
luego, un sufijo derivativo: [-miento], que conozco ya como formador de nombres a partir
de verbos: pensamiento, esclarecimiento, etc. Si encorchetamos, tendremos:
[[Enriquec]i[miento]]
v n
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 9
Ahora bien, el significante común que tienen todas las palabras de esta familia es el
que porta el significado "rico", parcialmente común a todo el campo de palabras. Podemos
definirlo también como el segmento constante y básico de cualquier palabra, una vez que
la despojo de todos los afijos. Esto es la raíz: la unidad que constituye el punto de partida
de cualquier construcción morfológica.
Dentro de los afijos, los elementos que se agregan a la raíz de una palabra,
distinguimos afijos derivativos y afijos flexivos. Los primeros son aquellos que se unen
directamente o indirectamente -cuando hay una vocal de enlace o temática- a la raíz, y
son los que constituyen, junto con la raíz, aquello que llamaremos tema de la palabra.
Estas son nociones que hay que aprender porque sirven para entender los
procesos de formación de palabras. El tema de una palabra es entonces el segmento que
permanece estable en todas las formas flexivas. O, dicho de manera más simple, el tema
es la unidad que queda cuando suprimo los sufijos flexivos.
Estos últimos son también llamados desinencias, es decir, terminaciones de las
palabras porque, como ya adelantamos, son los que cierran la palabra. En español los
afijos flexivos siempre son sufijos. Y, definiendo por oposición, son los que se adjuntan al
tema ya constituido y adaptan el tema de la palabra para que pueda expresar las
categorías gramaticales. En nuestro corpus, tenemos:
ric “ o
raíz afijo flexivo
tema
En rico, como en rica, el tema coincide con la raíz. Recuerden: el tema es aquello
que resta al eliminar los sufijos flexivos. Por lo tanto, dado que en rico/rica no hay sufijos
derivativos sino sólo raíz y flexión, tema y raíz coinciden.
“riqu “ ísim “ o “ s
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7
Tenemos una raíz, un sufijo derivativo que agrega el significado "superlativo", y dos
sufijos flexivos: "masculino" y "plural".
Alumna: ¿Cuáles son las categorías gramaticales?
Profesora: Lo adelanto. Para los sustantivos y los adjetivos, las categorías
relevantes son género y número; para el verbo, las categorías relevantes y propias de los
verbos, que se manifiestan en sus afijos flexivos, son: modo, tiempo, persona y aspecto.
Volviendo a riquísimos, el tema de esta palabra incluye raíz y sufijo derivarivo:
[riquísim-].
Ahora veamos un aspecto que se vincula con la complejidad estructural del tema
en las palabras. Como vimos, el tema puede coincidir con la raíz. Consideremos ahora
estos ejemplos:
blanc “ o
tema sfg
raíz
Blanco tiene un solo tema, que coincide con la raíz. Es una palabra de tema simple.
En cambio si comparo blancuzco a partir de mi conocimiento de palabras similares como
parduzco, negruzco, etc., veo que estoy ante un sufijo derivativo: [-uzc-]. El tema de
blancuzco entonces, es [blancuzc-]. Al agregar un afijo derivativo, ya no tengo tema simple
sino tema derivado.
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 11
mar“in “ a
tema
Naturalmente, hay también temas verbales -hasta aquí hemos visto sustantivos y
adjetivos-, constituidos por la raíz y la vocal temática. Esta vocal puede ser tónica o átona,
de acuerdo con el paradigma flexivo de que se trate.
Ahora bien, los nombres pueden terminar en vocal tónica, átona o en consonante.
Dependiendo del tema del sustantivo, tomará determinados formantes para el plural. Los
sustantivos que terminan en vocal átona, por ejemplo, casa o gata, toman como formante
de pural sólo [-s], mientras que los nombres con tema consonántico, como lápiz, cárcel,
papel, etc., toman como plural el alomorfo [-es], al igual que los terminados en vocales
acentuadas. Es decir que el tema a que pertenece un sustantivo es relevante para la
conformación del plural.
En síntesis, el tema es la unidad básica en la descripción de la flexión y, en general,
en la descripción de la formación de palabras en español. En otras lenguas, como las
aglutinantes por ejemplo, la noción de raíz puede ser más relevante. Para el español, la
unidad central es el tema, porque es el elemento constitutivo intermedio entre la raíz de la
palabra y su forma flexiva.
Vayamos a la última noción, la cual es mucho más operativa y general. Ya la he ido
usando a lo largo de esta clase. Me refiero a la noción de base. Se trata de un concepto
relacional. Es aquel constituyente -en cualquier nivel de constitución de la palabra- sobre
el cual puede operar un proceso morfológico, dicho ahora en general, es decir, uno de
flexión, de derivación o de composición. La base es una unidad más genérica, que tiene,
insisto, un carácter relacional. Veamos un ejemplo:
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7
in“confes“a“ble“s
base1
base 2
base3
Los casos de 1) muestran una base verbal a la cual se ha agregado un prefijo que
porta significado: "iteración", o "volver a", o "repetición". En cambio, en los casos de 2) [re-]
no tiene ese significado. Sin embargo, si jugamos con nuestro conocimiento de otras
palabras semejantes, podemos encontrar ejemplos como los de 3). Es evidente que el
prefijo [re-] de las palabras de 2) no es el mismo que el de las de 1), en tanto no puedo
sostener que reducir es "volver a ducir", o que referir es "volver a ferir", dado que ni *ducir
ni *ferir existen como palabras independientes. Pero, como analista, me doy cuenta de
que en las palabras de 2) sigue habiendo dos formantes, en tanto puedo encontrar
palabras relacionadas (las de 3) que comparten ese segmento fonémico, a las cuales se
les agregan distintos elementos prefijoidales -que sin duda tuvieron un significado en la
lengua de la que deriva el español: son prefijos latinos-: el cambio de un prefijo por otro,
por ejemplo, el de [re-] por [con-] o por [in-], manteniendo la base, cambia el significado de
la palabra completa. Esto significa que el prefijo [re-] de 2) es un elemento mínimo
distintivo: permite contrastar, y es, por lo tanto, una forma gramatical mínima. Consideren:
el resto es un formante común: [ducir], [ferir], etc., y el solo cambio de ese prefijo da a la
palabra completa otro significado.
Encontrarán en el texto de Pena otros casos, además de estos. Por ejemplo,
dormilón. Si segmentamos, tenemos una base verbal, [dorm-] y un sufijo apreciativo [-on].
Pero hay además un elemento en el medio que no tiene ningún significado. Sin embargo
es un formante mínimo y contrastivo.
Por casos como estos, que sin duda no son los más en el sistema del español, hoy
en día se sostiene que estas unidades gramaticales mínimas carentes de significado pero
con la capacidad de contrastar, de distinguir palabras, son morfemas, en tanto forman
parte de la construcción formal de la palabra. Son unidades formales recurrentes,
combinables y conmutables. Por eso Pena y la mayoría de los especialistas se inclinan
hoy día por la esta definición de morfema.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7
Se han utilizado distintos criterios para caracterizar a los morfemas. Los que nos
interesan más son el semántico y el sintáctico. Desde el punto de vista semántico se
distingue entre morfemas léxicos y morfemas gramaticales. Hemos estado utilizando hoy
esta distinción a lo largo de la clase; distinción proviene del importante lingüista
estructuralista Eugenio Coseriu. Él sostenía que las lenguas codifican significado, es decir,
el qué significa una forma, qué significa una palabra, qué contenido léxico tiene y, por otro
lado, al mismo tiempo las lenguas tienen mecanismos para codificar el cómo significan las
palabras.
Esta distinción entre significado léxico y significado gramatical se corresponde
aproximadamente a la que hay entre raíz y morfemas flexivos. Estos últimos, como vimos,
son los que codifican significados gramaticales, es decir, categorías gramaticales, tales
como género, número, tiempo, modo, etc. Ustedes se preguntarán -y con razón- dónde
quedan los sufijos derivativos en esta distinción, si todas las raíces, desde el punto de
vista semántico, son morfemas léxicos y todos los sufijos flexivos son morfemas
gramaticales. A los sufijos derivativos se les concede un estatuto intermedio entre estos
dos extremos; están a mitad de camino en ese continuum. Los morfemas derivativos, dice
Pena, serían algo así como la primera gramaticalización del léxico. Recuerden que el
martes decíamos: los significados no entran en la lengua como raíces desnudas, sino que
necesitan ser categorizados en clases de palabras, tarea que asumen los sufijos
derivativos, justamente. Entonces, el significado léxico en bruto -si me permiten la
metáfora- entra a la lengua por un primer filtro gramatical: el que le proveen los sufijos
derivativos. Es decir, los significados se constituyen, con los sufijos derivativos, en clases
de palabras: verbos, adjetivos, adverbios, etc. Y también son estos sufijos los encargados
de un segundo filtro: el que permite a los temas de la palabra flexionar como corresponda
según su categoría gramatical, para acomodar la palabra a la sintaxis, es decir, adaptarla
a la cadena de palabras y poder cumplir las funciones de la concordancia y, de este modo,
conformarse sintagmas y oraciones.
El proceso entonces es el siguiente: el significado, como raíz desnuda, es el
puramente léxico; este recibe una primera codificación mediante la derivación; y luego el
significado se cierra gramaticalmente con las categorías flexivas.
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 15
Por último, desde el punto de vista sintáctico se suele distinguir entre morfemas
libres y morfemas ligados, distinción que también proviene del estructuralismo y que sigue
siendo empleada. Los morfemas libres son los autónomos: los que pueden aparecer solos
en la cadena del habla y tener significado pleno, mientras que los ligados son los que
nunca aparecen solos. Morfemas ligados son, por definición, los afijos. Pero también se
consideran morfemas ligados a las palabras cuyo significado es esencialmente gramatical,
como las conjunciones y las preposiciones: tampoco pueden aparecer solas en la cadena
del habla, sino que siempre necesitan apoyarse en otras palabras que son morfemas
libres.
Seguimos el martes.
***
Fecha: 10/04/07
Teórico № 6 Prof.: Guiomar Ciapuscio
implica una dimensión creativa: a partir de nuestra competencia, todos nosotros, en tanto
hablantes de una lengua, nos encontramos potencialmente capacitados para crear
palabras nuevas. La existencia de los neologismos es una evidencia y un resultado de
esta capacidad creativa de los hablantes. Se trata, como sabemos, de palabras nuevas ya
incorporadas dentro del sistema de la lengua.
Nuestra competencia morfológica concierne, por una parte, a los constituyentes
menores de la palabra y, por otra, a una serie de reglas. Veremos que existen dos tipos de
reglas: las reglas de formación de palabras y las reglas flexivas. Ambas, insisto, están
incorporadas a dicha competencia de los hablantes. Nosotros, como dijimos en las
primeras clases, haremos, respecto de este conocimiento intuitivo, un distanciamiento
teórico. Consideremos el verbo pensar:
pienso
Pensar piensa
pensemos
pensaba
Ahora bien, no sólo poseemos el conocimiento de las reglas flexivas que hemos
adquirido, sino también un conocimiento referido a reglas de formación de diferentes
palabras. Se trata de las reglas vinculadas con las posibilidades de derivación y
composición de palabras.
Sigamos buscando a partir del mismo ejemplo, y consideremos tres posibilidades:
pensamiento, pensador, pensante. Todas parten de la base del verbo pensar. Vemos que
el elemento [pens-] es lo común, a lo cual denominaremos raíz. Luego, verificamos la
presencia de un elemento vocálico, en este caso, [-a-].
Entre paréntesis, ahora que hemos introducido el concepto de raíz, si repasamos el
paradigma flexivo descubrimos que no siempre [pens-] es la raíz común para todas las
formas posibles: en la 1ª y 3ª persona del singular, la raíz es [piens-]. Ya veremos qué es
lo que sucede con estos casos.
Tratemos de explicitar de qué se trata el otro gran procedimiento morfológico que
verificamos en el segundo corpus. En principio, ya identificamos que hay un elemento
común.
1) [ [ [pens] a] miento] ] ]
raíz vt suf. der.
2) [ [ [pens] a] dor] ] ]
raíz vt suf. der.
3) [ [ [pens] a] ante] ] ]
raíz vt suf. der.
Hemos identificado un formante común: [pens-], y visto que [-a-] también es común:
se trata de la vocal temática, la cual, en el caso de los verbos, marca a qué conjugación
pertenece un verbo determinado. El segundo momento de la descomposición es entonces
identificar esta vocal temática. El tercero momento nos muestra: en 1) el formante
[-miento]; en 2), [-dor]; y en 3) [-nte]. Se trata de elementos que se agregan a la raíz y a
ciertos componentes intermedios que luego definiremos. Son los llamados sufijos de
derivación. Se trata de formantes que permiten crear palabras distintas de la original. En
1), el sufijo nominaliza: a partir de una base verbal, [pensa-], el agregado del sufijo de
derivación [-miento] crea un nombre. Es un sufijo nominalizador, es decir, está
especializado en este proceso de cambio de clase de palabra. En 2), el formante [-dor]
crea también un nombre a partir de un verbo, es decir, nuevamente se produce un cambio
en la clase de palabra. Sin embargo, aunque los dos sufijos mencionados son
nominalizadores, su significado respectivo no es idéntico. En el segundo caso, si juego
con mi competencia morfológica y evoco, paradigmáticamente, otras derivaciones con el
sufijo [-or], encuentro cantor, profesor, pintor. Todos los casos tienen un significado
común: remiten a un actor. Por lo tanto, se trata de un sufijo agentivo. Dicho de otro modo,
el significado que el sufijo [-or] agrega al significado de la base es el de actor o agente, es
decir, añade el significado de aquel que realiza la acción designada por la raíz verbal. En
3), el sufijo [-nte] convierte el verbo en un adjetivo, es decir, también cambia la clase de
palabra. A su vez, también agrega un significado, el cual podría parafrasearse como "el
que piensa". Por lo tanto, una característica muy frecuente -pero no necesaria- de los
sufijos derivacionales es cambiar la clase de palabra:
2) [ [ [pens] a] dor] ] ]
V N
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 5
Alumna: Puede ser que sea una palabra posible pero no existente.
Profesora: Muy bien. No es lo mismo posible que no existente. Podemos, de hecho,
inventar neologismos y, si se incorporan, se vuelven existentes. En cambio, no podemos
crear palabras imposibles, en tanto se está violando alguna de las reglas de formación de
palabras en el español. Lo que quiero que veamos juntos es cuáles son las reglas que se
están violando en estos casos y, a su vez, cuáles son las reglas que podemos derivar,
cuáles son las reglas que gobiernan la estructura de las palabras.
Volvamos entonces al corpus. Si catalogamos estas palabras desde el punto de
vista de su categoría gramatical, en todos los casos nos encontramos con adjetivos. Y si
analizamos la estructura interna de estos adjetivos, encontraremos ciertas regularidades.
En primer lugar, en todos los casos las bases son adjetivas: [-creíble], [-legítimo],
[-posible], [-feliz], [-bello], [-propio]. A su vez, en todos los casos, estas bases adjetivas se
encuentran negadas, negación que se expresa por la adjunción de un formante
antepuesto. Estos formantes que se añaden al principio de la palabra son los llamados
prefijos. Tenemos entonces un formante que, agregado a una base adjetival, niega el
significado de esa misma base: [im[posible]], [i[legítimo]], [in[creíble]], [in[feliz]]. Este prefijo
que expresa "negación" posee tres alomorfos o realizaciones: /im/, /in/ e /i2/. El elemento
común es /i/. Podemos considerar más casos de la última realización: ilegal, ilegible o
ilícito; en todos ellos se verifica lo mismo que en ilegítimo: la caída de los fonemas
nasales. Habrá entonces que enunciar una regla. Tentativamente, vemos que el cambio
se produce cuando lo que le sigue al prefijo es un determinado tipo de fonema, en este
caso, la lateral. Por su parte, vemos que hay un cambio entre /in/ e /im/ que se vincula con
el punto de articulación de la consonante que inicia la sílaba siguiente. El prefijo adopta la
forma nasal bilabial /im/ cuando sigue una bilabial, como /b/.
Alumna: Es un caso de asimilación.
Profesora: Exactamente. Vemos que ese prefijo negativo puede variar su
composición fonológica y que, evidentemente, esa variación se encuentra vinculada con el
entorno fonético-fonológico.
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 7
*feomente, no es posible, aunque feo sí sea también un adjetivo. Ahora bien, si cambio el
género de la base adjetival pasándolo del masculino al femenino, el adverbio sí es posible:
feamente. En este sentido, recurrimos al corpus y verificamos que la base femenina es
aquella con la que resulta posible formar adverbios en mente-: adecuadamente e
ilusoriamente, lo hacen. Por lo tanto, a partir de estos casos podría derivar, para el
español un esbozo de regla: los adverbios en mente se construyen sobre una base
adjetival femenina a la que se agrega dicho sufijo derivacional adverbial.
Pero, así formulada, la regla resulta incompleta e insuficiente, si consideramos el
caso de infelizmente. El adjetivo infeliz no presenta flexión de género y, por lo tanto, me
obliga a corregir la regla que esbocé. La regla más precisa es la que enuncia lo siguiente:
en el español, los adverbios en mente se forman sobre una base adjetival que, cuando
flexiona en género, debe estar en su forma femenina. Ahora sí, obtenemos una regla que
explica de manera más amplia el corpus presentado. A partir de esta regla, la respuesta
la segundo problema, la imposibilidad de *cosamente está implícita.
Alumno: Porque cosa es un sustantivo.
Profesora: Exactamente. Porque la base no es adjetival. En este sentido,
*cosamente es un ejemplo que refrenda la regla. La base debe ser un adjetivo y, en caso
de flexionar, ese adjetivo debe hacerlo en femenino. La regla que acabamos de enunciar
nos permite, no sólo describir, sino también explicar las reglas de formación para los
adverbios en mente.
Este ejemplo no hace más que confirmar que, en tanto hablantes de una lengua,
nuestra competencia morfológica es muy potente. En este sentido, para realizar una
descripción adecuada de la misma, será necesario explicitar una serie de nociones
teóricas y definir las unidades con las que vamos a trabajar en este subsistema.
El conjunto de los procesos de formación de palabras descansa sobre una lógica
de funcionamiento que todos poseemos. Lo que vamos a hacer en estas clases es darles
instrumentos de orden teórico-metodológico que los coloquen a ustedes en una mejor
posición a la hora de analizar la estructura interna de las palabras. Deberán, además,
explicar la posibilidad de formación de nuevas palabras, cómo es esa formación, y
también las imposibilidades morfológicas del español. A partir de ahora, vamos a ordenar,
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 9
componente morfológico trabaja sobre la base de una serie de unidades de distinto rango:
palabra, morfema, base, tema, etc. Estas unidades se vinculan entre sí conformando las
palabras de la lengua, sobre la base de dos tipos de relaciones: las relaciones
sintagmáticas y las relaciones paradigmáticas. Las primeras atañen al carácter lineal de
las palabras, y las segundas, al carácter jerárquico de las configuraciones posibles. Por
ejemplo, refiriéndonos a las relaciones sintagmáticas, sabemos que, en orden lineal, en
una palabra encontramos una determinada relación entre una base y un determinado
sufijo a continuación de ella, y no antecediéndola, como es el caso de [-mente]. En cuanto
a las relaciones paradigmáticas, los adverbios en mente requieren un elemento de base
perteneciente al paradigma de los adjetivos.
Contrastemos los elementos de este corpus:
La diferencia entre los elementos de 1) y los de 2) es que las primeras son palabras
monomorfemáticas, mientras que las segundas son polimorfemáticas. En 2), puedo
identificar más de un morfema constitutivo para cada palabra. En cambio, en 1) no puedo
segmentar en unidades menores: son palabras compuestas por un solo morfema.
Pero conviene ir introduciendo unidades teóricas y definiéndolas de a poco.
Podemos decir ya que las palabras del primer caso son estructuras de un solo
componente y las del segundo, de más de un componente, o morfema. Ahora veamos
qué es un morfema.
Los morfemas son unidades distintivas que aportan un significado y,
fundamentalmente, son unidades contrastivas, unidades que contrastan formas
gramaticales.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6
Ahora bien, existe otra perspectiva para contrastar a estas dos series de palabras.
Si las observamos desde el ángulo formal de la distinción entre palabras variables y
palabras invariables, diré que, en 1), las palabras están conformadas por una forma
invariable, mientras que, en 2), las palabras sí presentan una forma variable. Palabras
como ayer o ahora no varían; en cambio, palabras como lindo/a, son variables en su
forma. En gran medida, las palabras invariables coinciden con las palabras
monomorfemáticas, mientras que las variables lo hacen con las polimorfemáticas.
Alumna: ¿Las invariables serían monomorfemáticas?
Profesora: Coinciden en gran medida. Palabras como los adverbios, o las
conjunciones coordinantes y subordinantes, no varían nunca su forma. En cambio, sal o
mar sí son palabras variables en cuanto a su flexión: sales, mares; contrastan singular y
plural. El significado semántico es el mismo, lo que varía es el significado gramatical, en
este caso, el de número. Los sufijos flexivos no forman palabras nuevas, sino distintas
formas de una misma palabra. Por ejemplo, mar y mares, en su forma singular y plural,
respectivamente.
Alumna: ¿Hay palabras polimorfemáticas invariables?
Profesora: En términos estrictos, si son polimorfemáticas, hay más de un morfema
y, por lo tanto, son variables. Ahora bien, uno de esos morfemas puede ser una forma
libre. Por ejemplo, de la palabra mar, que es monomorfemática, puedo derivar marina, una
palabra polimorfemática.
En la gran mayoría de los casos, cada morfema conlleva un significado; en marina
tengo una base que se llama forma libre, porque puede funcionar independientemente, a
la cual se agrega un morfema ligado [-ina]. Se los llama morfemas ligados, precisamente,
porque no pueden funcionar solos sino que tienen que apoyarse en otros morfemas. Es
decir que en una palabra polimorfemática, muchas veces sólo una de las partes de la
palabra puede funcionar de manera libre.
Alumna: ¿Hay alguna diferencia entre morfemas derivados y morfemas ligados?
Profesora: Son dos criterios de clasificación diferentes. La derivación es un proceso
de formación de palabras. Un sufijo derivativo es un sufijo que deriva una palabra distinta
de la base. Por su parte, ligado implica un criterio de distinción formal: es aquel morfema
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 13
1ª singular 1ª plural
poder puedo podemos
pensar pienso pensamos
volver vuelvo volvemos
sistemática sino que, en muchos casos, están relacionadas con la historia de la lengua. Tu
observación es, de todos modos, tan pertinente como para enunciar la regla de otro modo:
para los verbos cuyas raíces presentan dos formas, una que diptonga y otra que no, en
los casos en los que se produce la diptongación, se debe a una razón fonológica. Si estos
casos son más o menos que aquellos en que no ocurre, no será ya un problema de la
regla.
Para observar otro caso de influencia de la fonología en la morfología, podemos
considerar también la formación de plural en el español. Consideremos el siguiente
corpus:
casa-s
mesa-s
rubí-es
menú/-es
cárcel-es
menú-es
En estos casos hay una variación en la formación del plural que, nuevamente, se
debe a un condicionamiento fonológico: si el sustantivo termina en consonante o en vocal
acentuada, el plural se forma con /-es/. En cambio, si la última vocal presenta acento débil,
el sufijo de plural se realiza mediante el formante fonológico
/-s/. En estos casos, diremos que el morfema de plural para los sustantivos en español
cuenta con dos posibilidades o alomorfos.
Estos alomorfos se encuentran en distribución complementaria: cada uno es
seleccionado de acuerdo con reglas fonológicas respectivas. Hay dos segmentos
fonémicos que realizan un mismo significado de plural. La elección de uno u otro
representante del morfema "plural" nos remite a un principio de orden fonológico.
Alumna: Pero mamá es mamás.
Profesora: Lo que sucede es que hay zonas más inestables o dinámicas en la
lengua. También se puede decir rubís o menús. Cero que la zona de palabras terminadas
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 17
puedo derivar dependiente o dependencia. Si quiero elaborar un sintagma que tome como
base al verbo depender, voy a necesitar una preposición: [La universidad depende del
presupuesto] o [Esa persona depende de sus padres]. Lo mismo sucederá con aspirar,
que siempre es aspirar a. Se trata de verbos con un régimen preposicional, esto es,
exigen la presencia de una preposición particular y no de otra. Ahora bien, en el caso de
que yo quiera elaborar un sintagma a partir de derivados adjetivales o nominales de esos
verbos, como dependiente o dependencia, inevitablemente la preposición deberá estar
presente. Por ejemplo: [La universidad está en dependencia del presupuesto] o [Él es
dependiente de sus padres]. Si usamos un derivado de aspirar, tendremos [El aspirante a
tal puesto]. Todos estos ejemplos confirman lo siguiente: toda palabra derivada de un
verbo con régimen preposicional hereda dicha exigencia. La palabra derivada no sólo
conserva el significado de la base de la raíz, sino que también hereda sus propiedades
sintácticas. Este es otro aspecto que nos revela la importancia que la morfología tiene
para la sintaxis.
El jueves continuamos definiendo las unidades del nivel morfológico.
***
Gramática 16
Fecha: 03/04/07
Teórico № 5 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes. Los martes tenemos ya asignada esta aula, la 108, y
para los jueves, la 324. Continuamos hoy con los conceptos básicos de fonología.
Ya hemos definido al fonema como una entidad abstracta y mínima, cuyo contraste
permite distinguir significados, vale decir, la conmutación de un fonema por otro en un
mismo contexto produce cambios de significado. Dijimos también que el fonema
pertenece al plano de la expresión, es decir, al plano sígnico del significante, pero que
cada uno de los fonemas no tiene en sí mismo un significado. La noción de unidad
mínima, recordemos, quiere decir que los rasgos que constituyen el fonema no tienen
existencia individual, sino que funcionan en haces para constituir el fonema.
/k/a/s/a/ significante
{casa} significado
Cada una de las partes que constituyen el significante -a las que algunos lingüistas
han llamado figuras del significante- no tiene una correspondencia con el plano del
significado. Pero estos elementos se suceden uno al otro en la línea temporal. Esto es lo
que le otorga al signo su carácter lineal.
2 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5
Ahora bien, los fonemas se relacionan entre sí para constituir el sistema fonológico
del dialecto de una lengua, y lo hacen, como también dijimos, en base a oposiciones.
Dichas oposiciones son de carácter distintivo. Veamos mejor qué quiere decir esto. Por
ejemplo, en el sistema del español, los fonemas /p/ y /b/ comparten algunos rasgos: ser
consonánticos, bilabiales y orales; pero existe un rasgo que los opone: sonoridad/sordez.
Mientras que /p/ es sorda, /b/ es sonora. Esto también se plantea -en fonología se utiliza
mucho- en términos binarios, esto es, por presencia o ausencia de un rasgo:
/b/ + sonoridad
/p/ - sonoridad
Esto equivale a decir que el fonema /b/ posee una marca de sonoridad que /p/ no
posee. Sobre esta manera de considerar las oposiciones volveremos hoy al abordar la
noción de archifonema.
Tomemos este corpus:
Contexto común
/pan/
/ban/ /_an/
/dan/
/tan/
Los significantes de estos signos poseen un contexto común, por lo cual cada uno
de los fonemas contrastivos constituye parte el paradigma de los fonemas del español. La
operación por la cual se reemplaza un fonema por otro en contextos iguales se denomina
conmutación.
Por otro lado, los fonemas también contraen relaciones con los otros fonemas de la
misma cadena, la que constituye el significante del signo. Estas relaciones están sujetas a
reglas. Por ejemplo, en español, sucede lo siguiente:
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 3
/amo4/
/roma/
/moa4/
*/4moa/
oral oral
/p/ bilabial /b/ bilabial
sordo sonoro
Así, cuando ponemos en relación fonos con fonemas podemos encontrar variantes o
alófonos. Veamos:
El fonema /b/ se realiza a través de dos variantes: oclusiva [b] y fricativa [B]. Estas
variantes o alófonos dependen del contexto: [b] aparece en posición inicial o después de
nasal, mientras que [B] aparece en posición intervocálica. Estos dos alófonos tienen cada
uno un rasgo que los diferencia: uno es oclusivo y el otro fricativo. Ahora bien, estos dos
rasgos no son distintivos en español, porque no hay contexto alguno en el que su
conmutación produzca cambio de significado. Por eso son alófonos de un mismo fonema.
Y se denominan rasgos combinatorios porque surgen a partir de una distribución
complementaria, vale decir, aunque no distinguen significado, cada fono con ese rasgo
ocupa un contexto que el otro no. Dicho sintéticamente, son alófonos de un mismo
fonema, que se encuentran -en este caso- en distribución complementaria.
La característica importante de los alófonos es cierta similitud fonética; similitud que
suele traer dificultades en virtud de que no se percibe a simple vista a partir de la lectura
del cuadro fonético, sino a partir de otras características de orden fonológico, por ejemplo,
el grado de parentesco que esas formas puedan tener, los cambios fonológicos a los
cuales hayan estado sometidas, el hecho de que se neutralicen en determinadas
posiciones -como veremos en relación con el concepto de archifonema-, etc. Pero sí hay
una regla que podemos establecer, y que ya enunciaremos de manera completa: los
alófonos que se encuentran en distribución complementaria y tengan similitud fonética
serán alófonos de un mismo fonema.
Ahora bien, la distribución complementaria no es la única forma de aparición de los
alófonos. Tenemos también alófonos en variación libre. Ya han visto un caso:
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 5
['ZuBja]
['SuBja]
Los fonos [S] y [Z] ocupan el mismo contexto y no producen cambio de significado.
Aquí decimos que están en variación libre, o que son variantes facultativas.
A partir de lo visto, ya podemos formular algunas reglas para reconocer los
fonemas en una lengua. Estas reglas fueron formuladas por primera vez por quien ha sido
considerado el fundador de la fonología funcionalista: Nicolai Trubetzkoy. Con él pasó algo
similar al caso de Saussure. Comenzó a escribir su libro Principios de fonología, pero no
pudo terminarlo, dado que murió en la cárcel bastante joven; fueron sus discípulos,
quienes publicaron el libro. De este conjunto de reglas que él establece, daremos sólo las
principales. Insisto en que su fin es poder establecer los fonemas de una lengua.
Regla 1ª: si dos fonos no pueden ocupar los mismos contextos y tienen similaridad
fonética, serán alófonos de un mismo fonema que están en distribución complementaria -
o, según la denominación de Trubetzkoy, serán variantes combinatorias; las diferentes
terminologías corresponden a distintas escuelas fonológicas; pero, en relación con este
fenómeno, piensan lo mismo-.
Esto significa que cada uno de estos fonos tiene asignado su contexto de aparición.
Es lo que vimos con la [b] oclusiva, que aparece sólo en posición inicial o después de
nasal, mientras que la [B] aparece en posición intervocálica. Lo mismo sucede -siempre en
español- entre la [d] oclusiva y la [D] fricativa, y entre [g] y [G]. Y también sucede entre [N]
velar y [n] dentoalveolar:
fonema alófonos
[n] ['nene] (nene)
/n/
[N] ['oNgo] (hongo)
Contexto
[e] [pelo] ante consonante que no es vibrante múltiple
[p«ro] ante vibrante múltiple
[«]
[p«ine] en diptongo
Vemos que donde aparece uno no aparece el otro. Esto indica que se trata de
alófonos de un mismo fonema en distribución complementaria. Cuando hagan los
ejercicios, precisamente, tendrán que buscar estos contextos de distribución, que son los
más difíciles de descubrir. Para saber entonces si se trata de fonemas diferentes o
alófonos de un mismo fonema, en primer lugar hay que verificar si existe al menos un par
mínimo. Eso resuelve el problema. Si no, hay que buscar los contextos en los que
aparezcan los fonos en cuestión. Y, si tienen cierta similaridad fonética, como en los
ejemplos dados, tendrán que buscar los contextos propios de cada uno.
Alumno: ¿El contexto es la ubicación?
Profesora: Es lo que precede y lo que sigue al fono en cuestión. Ahora bien, son
múltiples los motivos, generalmente fonéticos, que hacen que aparezca uno u otro. A
8 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5
aptitud
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 9
1) [apti'tud]
2) [abti'tud]
3) [aBti'tud]
4) [a2ti'tud]
Si prestamos atención al modo como las pronunciamos, veremos que hay distintas
formas, según sea la pronunciación muy esmerada, no tanto, o directamente subestándar.
El caso de 1) corresponde a una pronunciación muy esmerada. Sin embargo, en el habla
corriente ninguno de nosotros dice [apti'tud], sino [abti'tud], relajando la articulación. Si
estamos en una conversación muy rápida, es muy probable que digamos [aBti'tud],
relajando aun más, ya pronunciando esa consonante como fricativa. Y en un habla
subestándar esa consonante pueden llegar a caer, como en 4), caída que se simboliza
mediante [2]. Aunque este símbolo indique que no se pronuncia ese sonido, su inscripción
es necesaria porque siempre hay procesos fonológicos compensatorios, por ejemplo,
alargamiento de otras articulaciones.
Ahora bien, comparemos 1) y 2). Puedo decirlo de ambas maneras, y no se
interpreta ningún cambio de significado, con lo cual pareciera que estoy ante alófonos; sin
embargo /p/ y /b/ son fonemas diferentes. Pareciera que estoy violando alguna de las
reglas de Trubetzkoy. Pero él ya vio también estos fenómenos: se trata de ciertas
posiciones en la lengua en que ciertos fonemas pueden neutralizar su oposición. Por
ejemplo, respecto del par mínimo /p/ y /b/, cuya marca distintiva es la presencia de
sonoridad en el último, en este contexto determinado puede neutralizarse, es decir, se
suspende dicha oposición. Cuando esto sucede, estamos ante un archifonema, que se
simboliza por convención con una mayúscula, la de aquel fonema que posee la marca
distintiva -en este caso, sonoridad-: /B/, y podemos escribir /aBti'tud/. Cuando se suspende
la oposición, aparece el archifonema, cuyo concepto es aun más abstracto que el de
fonema. Lo definimos así: el archifonema es lo que tienen en común los fonemas que en
ciertos contextos se neutralizan. En este caso, lo común entre /p/ y /b/ es ser bilabiales y
orales; y estos rasgos definen, para este contexto, al archifonema /B/. Dicho de otro modo,
en esta posición o contexto, al desaparecer la oposición sonoridad/sordez, los fonemas se
10 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5
comportan como si fueran alófonos en variación libre. Recuerden que, entre fonos, la
variación libre se produce siempre. En cambio, este fenómeno del archifonema sólo se da
en estos contextos particulares. Por eso les dije hace un momento que basta con que
exista un par mínimo en la lengua para poder hablar de dos fonemas distintos. Pero este
par mínimo puede no abarcar todos los contextos de aparición. Sucede entre /pan/ y /ban/
en contexto inicial seguido de vocal. Pero no es ese el contexto de /aBti'tud/, el cual es:
final de sílaba y antes de consonante. Es decir, la posición más débil de la sílaba, y antes
de la aparición de otra consonante en comienzo de sílaba. Esa posición débil hace que, al
menos en español, se relaje la articulación y se produzca un archifonema. En otras
lenguas articulatoriamente más tensas no sucede así, por ejemplo, el alemán.
Ahora bien, hay casos de archifonema discutidos en la literatura. Por ejemplo, en
ciertos contextos, las nasales son consideradas por algunos lingüistas como
constituyendo un archifonema, mientras que otros sostienen que están en distribución
defectiva. Esto último significa que en algunos contextos no aparece. Sin embargo,
teniendo en cuenta los límites de nuestros conocimientos en fonología para este curso,
podemos decir que las nasales constituyen archifonema.
Veamos ahora:
acción
1) [ak'sjon]
2) [ag'sjon]
3) [aG'sjon]
4) [a2'sjon]
1) ['mina]
2) ['mima]
3) ['nina]
4) [nino]
5) [niJo]
Tenemos las nasales [m] y [n] que constituyen par mínimo al contrastar en posición
inicial o en posición intervocálica. También hay par mínimo en esos dos contextos entre [n]
y [J]. En cambio, en los contextos en que la nasal sigue a una vocal y antecede a una
consonante, adopta el punto de articulación de la consonante que le sigue. Este proceso
fonético se llama asimilación; por lo cual, además, cada una tendrá un contexto propio de
aparición, es decir, estarán el distribución complementaria. Veamos:
Consonante posterior
[eF'fe4mo] labiodental
['kampo] bilabial
['oNgo] velar
Profesora: Sí. Y por eso hay discusiones al respecto. Subrayé que aquí hay
distribución complementaria. Nosotros podemos pronunciar [ak'sjon] y [ag'sjon], pero en
realidad nunca decimos ['kanpo]. Si lo hacemos, en una pronunciación un poco forzada,
no se produce cambio de significado y podemos hablar entonces de neutralización; pero,
como no pronunciamos nunca de ese modo, se habla de distribución defectiva. Se trata de
alófonos que sí tienen asignado su propio contexto, pero no hay casos en que contrasten.
El de las nasales es un sistema muy trabado en las lenguas, y en el español en particular.
El último caso, que es muy señalado por la bibliografía, es el de las vibrantes
simple y múltiple. El único contexto en que podemos encontrar un par mínimo es el
intervocálico:
vibrante: /R/. Escribimos entonces, por ejemplo, /'Rindo/ o /'kaRpa/. Insisto con la
suspensión de la oposición, que se nota claramente en el último caso. Si alguien
pronuncia ['karpa], con vibrante múltiple, no hay ningún cambio de significado. Pero la
norma del español hace que se pronuncie ['ka4pa]. Lo que determina la aparición del
archifonema es que desaparezca la oposición distintiva entre dos fonemas en
determinados contextos. En esos contextos, funcionan como si fueran alófonos. En el
contexto de un grupo consonántico también aparece el archifonema vibrante, por ejemplo,
en /tRen/. El único contexto en que las vibrantes se comportan como fonemas diferentes
es en posición intervocálica.
Ahora pasamos a los rasgos suprasegmentales. Se llaman así porque su ámbito de
influencia va más allá del segmento -llamamos segmento al fono o fonema-, es decir, son
rasgos prosódicos que abarcan una sílaba, una palabra, un conjunto de palabras y
pueden llegar a afectar incluso a toda la oración. Pueden o no tener valor fonológico, es
decir, distintivo. Esto significa que pueden provocar o no un cambio de significado, de
acuerdo con la lengua de la que se trate y con el rasgo suprasegmental específico.
Cuando decimos prosódico nos referimos a la línea del significante. Los rasgos
suprasegmentales que vamos a estudiar son el acento, el tono -o rasgos tonales- y la
entonación, que se relaciona con el tono. Para este tema sí tienen bibliografía: el capítulo
VIII de k de Juana Gil Fernández.
El más tradicional de los rasgos suprasegmentales es el acento. Se trata del
fenómeno articulatorio que pone de relieve una sílaba, y provoca el contraste de una
sílaba con otra u otras. Desde el punto de vista tradicional, se consideraban tres tipos de
acento: el de intensidad, el tonal o tono y el de cantidad. Hoy en día se sabe que estos
tres fenómenos acústico-articulatorios están relacionados, y no se dan en forma
independiente. En realidad, la entidad acento está constituida, desde este punto de vista
acústico-articulatorio, por una combinación de estos tres fenómenos, que se dan en forma
conjunta. Ha habido muchas discusiones entre los fonetistas en cuanto a cuál de estos
fenómenos determina a los otros, cuál es el más importante o perceptible, etc. No nos
detendremos en estas discusiones porque nos interesa el aspecto lingüístico del acento,
vale decir, si tiene valor fonológico o no, y en qué lenguas lo tiene.
14 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5
El acento de intensidad refiere a la mayor fuerza espiratoria con que una sílaba es
pronunciada respecto de otras. El aire que sale de los pulmones otorga mayor intensidad
a una sílaba determinada, lo cual, desde un punto de vista acústico, hace que se produzca
una mayor amplitud de la onda sonora. Ahora bien, hoy día se sabe que este aumento de
intensidad provoca también una variación en el tono, es decir, en el acento tonal. Dicho
ahora también en términos acústicos, el tono es la mayor o menor frecuencia de la onda
sonora (Amplitud sonora refiere al volumen, mientras que frecuencia sonora refiere a la
altura musical -agudos y graves-). Cuando acentuamos una sílaba, estamos
simultáneamente aumentando la intensidad, variando el tono y aumentando la cantidad,
es decir, la duración de la sílaba, respecto de las sílabas no acentuadas.
Alumno: ¿No hay un tono propio de cada persona?
Profesora: Sí, ese es el tono de base. Pero sobre ese tono es que se producen las
variaciones al acentuar. Dicho de otro modo, si tu voz es, por ejemplo de barítono, sobre
esa base, al hablar subís o bajás el tono. Pero lo central es que los cambios de tono están
ligados al aumento o disminución de la intensidad, y esto a su vez provoca un cambio en
la cantidad. En síntesis: a mayor intensidad, mayor duración o cantidad y más altura
musical o tono.
Ahora bien, esto sucede así, como un conjunto de fenómenos ligados, en lenguas
como la nuestra; no así en las lenguas tonales, en las cuales hay pertinencia fonológica de
la altura con que se pronuncia una sílaba, independientemente de los otros dos factores.
Lo relevante para nosotros en cuanto al valor fonológico del acento es que hay
lenguas de acento fijo y otras de acento móvil. El español es una lengua de acento móvil,
dado que puede caer en la última sílaba, en la penúltima, en la antepenúltima o en la
anteantepenúltima. Y lo más importante: el hecho de que una palabra esté acentuada o no
puede provocar cambios de significado. Por eso, tenemos palabras diferentes, como lideró
y lidero. La primera es la 3ª persona del pretérito perfecto simple de liderar, mientras que
la segunda es la 1ª persona del presente de ese verbo. Hay entonces cambio de
significado, dados sólo por la diferencia de acento en una sílaba o en otra.
Recuerden que el hecho de que las palabras en la escritura lleven tilde o no, no
tiene nada que ver con el acento como rasgo fonético-fonológico. En algunos casos, el
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 15
acento se trascribe ortográficamente mediante una tilde, según reglas ortográficas que
dependen de cuestiones históricas. Pero la tilde no es el acento: lidero no lleva tilde, y sí
acento.
En español entonces el acento tiene valor fonológico o, dicho de otro modo, se
comporta como si fuera un fonema. No lo es en tanto no tiene entidad autónoma por sí
mismo: el acento necesita, para expresarse, ejercer su influencia en una sílaba. Una vez
que lo hace, adquiere su valor fonológico al ser capaz de hacer contrastar esa sílaba con
las otras que constituyen la palabra.
No sucede lo mismo en todas las lenguas. El inglés o el italiano son lenguas de
acento móvil. El francés no. Sin embargo, el acento sí tiene una función en francés: todas
las palabras son agudas, por lo cual el acento indica final de palabra. De ese modo, el
acento ayuda a segmentar las palabras en la oración. Tiene una función demarcativa,
pero no fonológica porque, al no haber movilidad, no hay contraste. Otra lengua en la que
el acento tampoco tiene valor fonológico es el catalán.
Vamos a otro aspecto relevante sobre el acento en español: la gran mayoría de las
palabras son tónicas, es decir, casi todas tienen un acento. Las pocas palabras que no lo
tienen, a las que llamaremos átonas, son algunos pronombres relativos, algunas
conjunciones -y, e-, los artículos, algunos pronombres posesivos -los que funcionan como
adjetivos-, las formas monosilábicas del verbo haber. Podemos reconocer todas estas
palabras átonas porque no pueden cambiar su orden en la oración, ni en el sintagma, en
tanto se apoyan en la palabra que les sigue. El hecho de que sean átonas las vuelve
dependientes del acento de la siguiente palabra y, en algunos casos, de la que las
antecede. Es el caso del pronombre clítico se, ya sea proclítico, como en se vende, o
enclítico, como en venderse. Incluso, en el último caso, arma una unidad gráfica con el
verbo. También el posesivo mi, como en mi libro, es átono. Y asimismo la mayoría de las
preposiciones.
Incluso hay algunas palabras en español que tienen doble acentuación.
Alumna: Los adverbios en mente.
Profesora: Muy bien. Mantienen los dos acentos: el del sufijo y el del adjetivo a
partir del cual se forma el adverbio.
16 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5
Finalmente, hay que decir que también hacemos un uso enfático del acento, que si
bien se vincula con el significado, no es de carácter fonológico. Por ejemplo, al decir: "no
sos vos, el que tiene que venir sino él", acentuar enfáticamente el pronombre vos no tiene
valor fonológico en tanto no produce cambio en la significación intelectual de la palabra,
pero sí produce otro tipo de significación: estilística o contrastiva.
Ahora bien, en todas las construcciones o grupos de palabras, cada una tiene su
acento propio; pero uno de ellos va a tener más fuerza. Por ejemplo, en el sintagma el
libro más importante, el acento de la última palabra seguramente tendrá más fuerza que
el de la primera. También se trata de valores estilísticos del acento de las palabras cuando
se combinan en una construcción determinada, lo cual tampoco tiene que ver con el valor
fonológico de una lengua como el español, el inglés o el italiano.
Terminamos aquí. El lunes de la semana próxima, en el teórico-práctico, la
profesora Paula Mahler va a completar el tema de rasgos suprasegmentales, refiriéndose
al tono y a la entonación.
***
Gramática
19
Fecha: 29/03/07
Teórico № 4 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a terminar con los temas de Saussure que
quedaron pendientes en la clase anterior, y luego a comenzar con la Guía II.
Son centrales en el pensamiento de Saussure las nociones de sincronía y
diacronía. Cuando él reflexiona acerca del vínculo entre los fenómenos lingüísticos y el
factor tiempo, señala que, en relación con el estudio del lenguaje, es preciso plantear dos
ejes: por una parte, el de las simultaneidades y, por otro, el de las sucesiones. En tanto la
perspectiva de Saussure está enmarcada en el proyecto de constituir la lingüística en una
ciencia, él va a privilegiar el estudio de las simultaneidades, que denominará sincronía. Se
trata de estudiar el sistema en un momento dado de la evolución histórica. Un estudio
sincrónico implica la realización de un corte, desde ya artificial, por el cual aislar un
momento dado dentro del devenir histórico. A partir de este corte, piensa Saussure, es
posible estudiar cómo se relacionan los elementos lingüísticos entre sí. Al suspender el
devenir histórico, se pueden estudiar los elementos en sus relaciones sistemáticas. La
perspectiva saussureana privilegia el estudio de la lengua, entendiendo la idea de lengua
en términos de sistema y, por lo tanto, un estudio que se pare desde una perspectiva
sincrónica será, desde su punto de vista el más rentable. Por ese motivo él va a centrar
allí su perspectiva lingüística.
Saussure sostiene que, por el contrario, la lingüística anterior -la del siglo XIX- ha
estudiado los elementos lingüísticos de acuerdo con el eje de las sucesiones. De hecho a
esta corriente se la denominó lingüística histórica, cuyos desarrollos consideraban el
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4
poseen este tipo de instituciones: nosotros tenemos la Real Academia Española, pero los
ingleses no tienen una institución semejante. Y es que legislar sobre la lengua puede
volverse muy artificioso, además de que conlleva una serie de limitaciones.
Bien. Saussure explica de manera más detallada sus conceptos de diacronía y
sincronía, como verán en su lectura de la bibliografía. Ahora es preciso considerar un
concepto crucial dentro de la concepción saussureana: el concepto de valor, que está
fuertemente relacionado con el de sistema. Saussure dice que cuando se acuñan los
signos, en el momento en que se establece la relación entre significado y significante, lo
que en realidad se está poniendo en relación es la masa amorfa de los conceptos con la
masa amorfa de los sonidos. Es la lengua -precisamente en tanto se encuentra constituida
por signos lingüísticos, es decir, por la unión de significado y significante, la que ordena
esas dos masas amorfas de sonido y pensamiento. Desde esta perspectiva, resulta claro
que no puede haber ideas preexistentes a la lengua. Lo que se da en la lengua es una
acuñación entre dos aspectos psíquicos: el contenido -significado o concepto- y la
expresión -significante o imagen acústica-, que quedan interrelacionados por el signo. La
unión de significado y significante es denominada por Saussure proceso de significación.
Vale decir, entre contenido y expresión, entre significado y significante, lo que existe es
una relación de significación.
Ahora bien, Saussure el proceso de significación no es lo mismo que el valor de un
signo. Este último está determinado por la relación que ese signo establece con todos los
otros elementos del sistema. Por lo tanto, el valor es un concepto opositivo, relativo y
diferencial. Cada signo obtiene su valor en virtud de su relación con los otros elementos
del sistema. Así, en el caso de que cambie algún elemento del sistema, cambiará también
el valor de cada uno de los otros signos, es decir, se modificará todo el sistema.
Veamos mejor la diferencia entre la noción de valor y la noción de significación. La
lengua es un sistema de signos; por lo cual, cada signo tiene tanto un valor como una
significación. Ahora bien, la significación es una relación vertical, una relación positiva que
se da entre el significado y el significante. En cambio, el valor es una relación negativa,
opositiva y horizontal que se establece entre los signos.
Alumno: ¿Por qué Saussure elige la palabra valor?
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4
Ahora bien, podemos verificar esto en ambos planos del signo, es decir, también en
el nivel léxico. Volvamos a comparar las mismas dos lenguas: la palabra inglesa fish cubre
un espectro que en español tiene dos términos posibles: pez y pescado, es decir, uno
designa el animal vivo y el otro el animal muerto. Por lo tanto, la significación de fish es la
misma que la de pez/pescado pero, en cambio, el valor es distinto. Porque, dentro del
sistema del inglés fish no tiene un elemento que se le oponga, mientras que, en el sistema
del español hay dos elementos: eso hace que cada uno tenga un opuesto que determine
el valor del otro.
Justamente esta característica del léxico de las lenguas es uno de los mayores
problemas para los traductores: al tratar de traducir una palabra de un sistema a otro,
tienen que suplir las diferencias de valor con otro tipo de información contextual.
André Martinet -un lingüista francés de la escuela saussureana- da un ejemplo de
su lengua: bois. Se trata de una palabra que, entre otros significados, puede equivaler
tanto a bosque como madera. Por lo tanto, si confrontamos con el sistema del español,
observamos rápidamente que la palabra bosque no tiene el mismo valor que bois, ya que
bosque se opone a madera, mientras que bois no. Si quiero decir en francés La silla de
madera, tendré que utilizar la palabra bois, al igual que si quiero señalar un lugar como el
bosque de Bologna porque en ese sistema no se oponen. Para cada sistema el valor es
diferente.
Si bien es cierto, por otro lado, que las palabras se reparten distintas posibilidades
de utilización según los diferentes contextos, estrictamente en relación con la noción de
sistema lo determinante es que las palabras constituyen distintos sistemas léxicos.
Podemos hablar de distintos campos léxicos: cada campo se va a encontrar determinado
por los elementos que existen en ese dominio de significado, y estos campos serán
distintos de una lengua a otra.
El mismo fenómeno encontraremos respecto de los verbos. Tomemos, por caso, el
subsistema de los verbos de movimiento del español ir/venir. En italiano, el valor deíctico
no es estrictamente el mismo. En español irse es partir del lugar donde estoy y venir es
llegar a un lugar desde otro. En cambio, el italiano utiliza el verbo venir en ciertos
contextos con el primer sentido. Esto es un error muy común en los hablantes del español
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4
que aprenden italiano, y en los hablantes de italiano que aprenden español. Al ser lenguas
tan similares, suelen cometerse errores de este tipo. En este ejemplo, las diferencias de
valor entre lenguas se dan en el campo de la direccionalidad del hablante hacia el oyente.
La noción de valor se verifica claramente también respecto de la categoría
morfológica de número. En español tenemos dos subclases: singular y plural. Ahora bien,
otras lenguas poseen sistemas diferentes. Por ejemplo, en sánscrito, el sistema de
número tiene tres posibilidades: singular, dual y plural. El dual corresponde a todos
aquellos objetos que siempre vienen de a dos, tales como ojos, manos, pies, anteojos, etc.
Para nosotros, esos objetos simplemente se dicen -aunque ya hay variación al respecto-
en plural, porque nuestro sistema sólo considera la oposición uno versus más de uno. Así,
el valor del plural en sánscrito no es el mismo valor que el del español. El plural sánscrito
opone dos elementos frente a otro en el marco de un sistema de tres: singular se opone a
dual y plural, dual se opone a singular y plural.
Alumno: Y la significación tampoco es la misma. Porque en el español el plural
comenzaría en el dos, y en el sánscrito el plural empieza a partir de tres.
Profesora: En términos saussureanos, la significación es la misma en los dos
sistemas, en tanto la idea de multiplicidad es la misma. Pero cabe recordar que
significación no es lo mismo que significado: por significado entendemos el concepto, una
de las dos partes constitutivas del signo. Ahora bien, es cierto que deslindar de manera
tajante la significación de un signo respecto de su valor es en Saussure algo muy
complicado. Si nos alejamos de los términos en los que él lo plantea sí puedo decirte que
hay un también un cambio en la significación, porque tanto el uso como el contexto
aludido varía, es diferente de una lengua a otra. Comparativamente, en términos
genéricos, ambas comparten la idea de pluralidad [+ uno] en su significación pero, si
hacemos una distinción más fina, en sánscrito la significación de pluralidad sería [+ de
dos].
Lo central entonces es que el valor siempre existe dentro de un sistema particular.
Comparamos lenguas -sistemas- para hacerlo más evidente. Pero el valor es la
característica que tienen los signos en su relación con los otros elementos al interior de un
sistema en particular. Es más, el valor es lo propio del sistema, es lo que lo caracteriza. La
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 7
comparación de una lengua con otra permite ver el valor; pero ese valor es propio del
sistema de cada lengua. El valor de este es tal por la existencia de ese y de aquel. El valor
de this es tal por la existencia de that. Y, por lo tanto, el valor de este es distinto del de
this.
Alejémonos de la comparación entre lenguas, para verlo mejor. Entre los verbos de
transferencia del español, el verbo alquilar puede significar tanto [dar en alquiler] como
[ser locatario]. En cambio, el verbo rentar no tiene esas dos direcciones: sólo significa [dar
en alquiler]. Por lo tanto, el valor de ambos verbos es diferente; el valor de rentar está
determinado por alquilar. Ampliemos el subsistema de los verbos de movimiento: ir, venir,
moverse. El tercero es un ítem léxico que engloba a los dos primeros. Por su parte, ir y
venir indican ambos desplazamiento del sujeto, pero lo hacen en distintas direcciones.
Justamente, el valor de ir está determinado por la presencia de venir, y viceversa. Lo
mismo sucede con traer y llevar: si no existiese llevar, la forma traer sería también la que
ocuparía el valor de llevar. Los signos van delimitando su valor unos a otros. Pensémoslo
mediante esta analogía espacial; los signos están distribuidos en el espacio de manera
análoga a como cada uno de nosotros lo está en este espacio; cada uno de nosotros va a
ir ocupando el espacio que el otro le permite tener. Si un elemento desaparece, el o los
elementos subsistentes van a ocupar el espacio del otro. De esto se trata la noción de
valor.
E insisto: el valor se determinada al interior de cada sistema; pero, como se percibe
mejor estableciendo comparaciones entre distintos sistemas, Saussure da ejemplos de
una lengua a otra. Hace lo mismo para ejemplificar la idea de la arbitrariedad del signo.
Pero la arbitrariedad, tanto como el valor, existe en la lengua en sí misma.
Otra forma de verlo con claridad es con el subsistema de los tiempos verbales. En
español tenemos una determinada cantidad de tiempos verbales: presente, imperfecto,
pretérito perfecto simple, futuro; algunos son más usados que otros. Ahora bien, los
tiempos verbales del inglés, por ejemplo, no se corresponden uno a uno con tiempos
verbales del español. Hay áreas en común pero, los sistemas son diferentes y, por lo
tanto, el valor, por ejemplo, del present perfect difiere del pretérito perfecto compuesto en
español -que, además, en nuestro dialecto tiene un uso muy restringido-. Y lo mismo
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4
sucede con el valor del presente o del imperfecto. Difieren en virtud de que cada uno
adquiere valor dentro de su propio sistema, su lengua. La lengua categoriza el tiempo de
acuerdo con el sistema del que se trate. Incluso, en algunos casos, lo hará con categorías
gramaticales pero, en otros, podrá valerse de otro tipo de categorías. Nosotros, para el
futuro, disponemos de una forma morfológica que está cayendo bastante en desuso: iré, y
en cambio usamos con mucha más frecuencia una forma perifrástica: voy a ir. Sin
embargo, esa forma perifrástica no se utiliza de manera similar en toda Hispanoamérica;
por ejemplo, en el dialecto peninsular, se la usa mucho menos y, siendo así, su valor será
diferente. Ahora bien, el significado es el mismo: se indica una acción prospectiva. Lo que
difiere para cada sistema es el valor.
Hasta ahora vimos el valor desde el plano del contenido, vale decir, del significado.
Veamos qué pasa con el valor en el plano del significante. Voy a dar unos pocos
ejemplos, porque cuando veamos el sistema fonológico y la noción de fonema nos vamos
a reencontrar con la noción de valor. Pensemos en el dialecto bonaerense, es decir, el que
se habla en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Tomemos además,
comparativamente, el dialecto peninsular, aquel que se utiliza de manera extendida en la
Península Ibérica -sobre todo en Castilla y alrededores-. Si consideramos las palabras
zapato y sala, vamos a ver que, en cada sistema, la pronunciación es diferente. En
términos de escritura fonética, nosotros pronunciamos [sa'pato] y ['sala] respectivamente.
En nuestro dialecto, tenemos un único fono para representar a dos grafías, z y s y, a su
vez, el fonema también es el mismo para ambos: /s/. Por su parte, el hablante peninsular
dirá [θa'pato] y ['sala], haciendo la salvedad de que incluso no pronuncian el fono [s] de la
misma forma que nosotros.
Así, encontramos que en el sistema del dialecto del Río de la Plata, el valor del
fonema /s/ es diferente del valor del fonema /s/ en el español peninsular. Porque en este
último, dentro del sistema de las sibilantes, /s/ se opone a /θ/. Más allá de una leve
diferencia en el punto de articulación, para ambos sistemas del español los rasgos de los
fonemas son los mismos, pero las relaciones que ese fonema establece dentro del
sistema fonológico son muy diferentes en cada caso. El fonema /s/ en el español
peninsular no establece las mismas relaciones que nuestro fonema /s/.
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 9
Noten que los subsistemas no se corresponden con las lenguas en sentido general;
algo como un español neutro no se habla en ningún lado. En la bibliografía referida a este
tema, ustedes tienen que leer a Martínez Celdrán, quien indica que la fonética y la
fonología son como un perro que se muerde la cola, trabajan una junto a la otra.
Alumna: Saussure explica el concepto de valor. ¿Nosotros tenemos que buscar el
valor en lo fonético, en lo fonológico, o simplemente es un concepto?
Profesora: Saussure plantea el concepto de valor en relación con el contenido y
con la expresión, es decir, el valor en el plano del significado y el valor en el plano del
significante. Dice que son opositivos y negativos, y que la única entidad positiva es el
signo. No es que vayamos a aplicar el concepto de valor de manera explícita pero, como
verán, subyace a todos los temas que veamos en cuanto a la lengua como sistema. Esto
es así porque el concepto de valor es fundamental para el de sistema, y la lengua se
encuentra articulada en relación con el concepto de sistema. A lo largo del cuatrimestre
vamos a ir viendo los distintos subsistemas: fonológico, morfológico y sintáctico. A su vez,
todos los elementos del sistema en sus distintos niveles se encuentran vinculados por dos
tipos de relaciones: las relaciones sintagmáticas y las relaciones asociativas. Estos dos
tipos de relaciones son las que permiten vincular los signos en el sistema.
Alumna: No entiendo bien los conceptos de fonema y alófono.
Profesora: El fonema es una entidad abstracta del plano de la expresión y es,
además, un esquema mental que te permite identificar distintas manifestaciones. El
contraste de este tipo de unidades abstractas permite distinguir significados. Por su parte,
los alófonos son variantes combinatorias de un mismo fonema en distintos contextos. Pero
siempre se dan dentro de un mismo sistema; no se pueden trasladar elementos de un
sistema a otro.
Alumna: No entiendo por qué el fonema se presenta como /Z/ y no como /S/.
Profesora: Es sólo una cuestión de convención, en general, se utiliza el símbolo
correspondiente al fono tiene una mayor antigüedad en la lengua y es más utilizado. Al
final del cuatrimestre vamos a ver el tema de variación; dentro de la bibliografía
correspondiente a este tema, tienen un artículo de la profesora Fontanella de Weimberg
donde ella estudia, precisamente, la evolución de estos fonos que hemos estado viendo.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4
parte por el todo -velas por barcos, por ejemplo-; pero más en términos generales, la idea
de la metonimia expresa cercanía o contigüidad entre las cosas.
Además, las relaciones asociativas han sido vinculadas también al recurso de la
metáfora entendida como comparación o similitud. Así podemos establecer relaciones
asociativas de intertextualidad. Las asociaciones pueden ser múltiples y, en este sentido,
tienen resultados impredecibles. Si esa asociación se realiza sobre elementos
gramaticales, tendremos un paradigma definido y, relativamente, sujeto a reglas.
Saussure dice que en los paradigmas no hay orden pero que eso no significa que,
necesariamente, tampoco haya reglas. Cuando veamos con más detenimiento los
fonemas, veremos que constituyen paradigmas y que sí poseen reglas.
Ahora bien, si el paradigma es muy laxo, por ejemplo si se hace una asociación por
una cierta terminación, lo que vamos a formar son paradigmas poco relevantes. En el
texto de Saussure, la traducción ofrece el ejemplo de enseñanza y da muchas de sus
posibles asociaciones con la terminación [-anza]. Pero, evidentemente, entre lanza y
enseñanza hay muy poco en común.
Vamos a ver que tanto la noción de valor como estos dos tipos de relaciones, las
sintagmáticas y las asociativas, atraviesan todos los planos y niveles de la lengua. Es por
eso que hemos tenido que volver a repasar Saussure.
Pasemos ahora a la Guía II, referida a la fonética y a la fonología.
Alumno: ¿El fonema se puede escribir con cualquiera de los dos fonos que lo
realizan?
Profesora: En teoría, sí, pero en la práctica no. Consideremos el fonema /b/. Tiene
en español dos realizaciones alofónicas: una oclusiva [b], y otra fricativa [B]. Pôr
convención -ya muy establecida- la representación del fonema coincide con la oclusiva.
[b]
/b/
[β]
Hemos señalado ya que la fonología y la fonética son disciplinas diferentes que, sin
embargo, se presuponen. La fonología no puede funcionar sin la información de la
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 17
fonética y, por su parte, cuando la fonética segmenta los fonos está, en cierta medida,
trabajando sobre la presuposición de ciertos conocimientos fonológicos, salvo cuando se
ocupa de una lengua absolutamente desconocida. Nosotros vamos a estudiar la fonología
funcionalista, es decir, una fonología que se basa en el concepto de función, entendido del
siguiente modo: la función de la lengua es la comunicación; por lo tanto, la identificación
de los fonemas respectivos y propios de cada lengua va a realizarse de acuerdo con el
reconocimiento de que la comunicación pueda o no ser posible. Es decir: el fonema es
una entidad abstracta del plano de la expresión cuyo contraste -cambio de un fonema por
otro- permite distinguir significados. Otra forma de reconocer un fonema es que, sin él, la
palabra en cuestión desaparece como tal y se vuelve ininteligible.
Ante cualquier signo, por ejemplo, la palabra pan, podemos reconocer dos planos:
el del significado y el del significante. Ahora bien, si nos centramos en el plano del
significante, nos vamos a basar en el concepto de la doble articulación del lenguaje.
Veamos qué significa este concepto. Según la idea saussureana, el lenguaje es un
sistema de signos. Para André Martinet, este sistema de signos se distingue de otros
sistemas de signos por una característica fundamental: está doblemente articulado. La
primera articulación se refiere a la relación de los signos entre sí, a la unión un signo con
el otro. Pero, a su vez, el significante de los signos se subdivide en unidades menores,
unidades que no tienen significado pero que se combinan para constituir los significantes
de los signos. Así, con un número relativamente pequeño de unidades es posible construir
un número indefinido de signos. En eso radica la economía del lenguaje.
Existen otros sistemas sígnicos más elementales. Un caso típico es el de los
semáforos: es un sistema rudimentario, que carece de esta característica fundamental de
la lengua que, en términos de Martinet, hemos descripto como doble articulación. En los
semáforos, los significantes no pueden descomponerse en unidades menores, ni tampoco
pueden combinarse para formar nuevos signos. La característica del significante de los
signos lingüísticos es que puede ser subdividido en unidades menores y, a su vez, esas
unidades menores no dejan ningún resto. Esto último significa que al dividir el significante
de un signo, podemos hacerlo en dos o tres unidades, pero nunca en dos y media. Cada
una de estas unidades compone una unidad mínima, que es el fonema.
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4
El fonema ya no puede ser dividido en más elementos que cuenten con una
existencia por sí mismos. Si bien ya sabemos que podemos subdividir al fonema /b/ en
sus rasgos pertinentes, esos rasgos no tienen entidad en sí mismos, no existen en sí
mismos, sino que se agrupan para formar un fonema determinado. Por eso decimos que
el fonema es una entidad abstracta y mínima del plano de la expresión. No es posible
pronunciar sólo el rasgo bilabialidad. En todo caso, lo que hacemos es pronunciar una
bilabial sonora. El rasgo bilabial requiere agruparse con otros rasgos para dar, como
resultado, por ejemplo, el fonema /b/.
Por esto es que el fonema es una unidad discreta. Cuando se subdivide el
significante de un signo, sólo puede dar un número entero de fonemas. Jamás podemos
dividir un signo en fonemas que nos den una fracción. No tenemos dos fonemas y un
cuarto.
Cada uno de los fonemas carece de significado; por eso no son signos, sino partes
del significante. Ahora bien, podemos sustituir un fonema por otro y, al hacerlo, se va a
producir un cambio de significado. La operación de sustitución de un fonema por otro se
denomina conmutación, y es central que recuerden que esta operación tiene lugar
siempre en contextos idénticos, y el fonema a conmutar tiene que presentar alguna
similaridad. Por ejemplo, si tengo pan y quiero conmutar /p/, tengo que poner otro fonema
de tipo consonántico, y no una vocal en ese lugar. E, insisto, siempre tengo que conmutar
elementos que ocupen el mismo lugar en la sílaba, es decir, que ocupen el mismo
contexto. Veamos:
p an
d an
s an
c an
v an
Al hacer esto, estoy estableciendo un paradigma: marco todos los fonemas que, en
ese mismo contexto silábico, pueden ocupar la posición inicial en español. A su vez, entre
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 19
sí, todos estos fonemas contraen relaciones asociativas. A medida que achiquemos los
contextos, veremos que existen algunas posibilidades combinatorias para las sílabas, pero
que cada vez serán menores. El contexto /_an/ es muy amplio; pero en una palabra como
transporte se reduce, y si quisiéramos reemplazar el primer fonema /4/ no encontraríamos
ninguna posibilidad. Es decir, de acuerdo con los contextos de que se trate, habrá que ver
que fonemas pueden aparecer y otros no. Por ejemplo, en español, el grupo /d4/ es
posible, por ejemplo, en dragón, pero /dl/ no lo es.
Continuamos en la próxima clase con la Guía II.
***
Gramática
1
Para este tema referido a la distinción entre gramática tradicional y lingüística moderna, la referencia
bibliográfica es el texto de Lyons de la Guía I.
4 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3
Normativa Descriptiva
- lenguas de prestigio (griego, latín) - igualdad de lenguas
- escritura - oralidad
- una norma - variedad, gradualidad
- diacronía - sincronía
ver esas incongruencias desde otra perspectiva. Lo que esos manuscritos muestran es
que, en realidad, muchas de las famosas dicotomías saussureanas, dicotomías que en el
Curso se encuentran planteadas de un modo irreductible -como la esencial entre lengua y
habla-, no se corresponden con el pensamiento de Saussure. En realidad, su pensamiento
era muy complejo, como vemos en estos manuscritos: él mismo se cuestionaba
permanentemente sus propias dicotomías.
Posiblemente, parte de esto se deba a que la fuente del Curso es un discurso
didáctico, y esto haya arrastrado el libro a simplificaciones propias de sus necesidades
didácticas. Podríamos sospechar que el mismo Saussure trataba de presentar sus ideas
de la manera más diáfana posible a sus alumnos; pero también que, a su vez, la
mediación de sus propios discípulos simplificó las ideas y tendió a presentarlas como
dicotomías estrictas. Sin embargo, estas ideas son las que, a partir del Curso, han
trascendido y han influido a la lingüística hasta el día de hoy.
Por ese motivo, por muchas de las ideas que acabo de mencionar y, sobre todo,
por la idea central de la estructura, es que Saussure resulta fundamental. De manera
nítida y cristalina, Saussure nos transmitió dicha noción, que implica lo siguiente: las
lenguas son sistemas. Las lenguas se encuentran conformadas por conjuntos de
unidades entre las cuales se establecen relaciones recíprocas y en tanto conjuntos de
elementos interrelacionados entre sí, las lenguas forman un todo; ese todo es lo que
denominamos sistema. Al mismo tiempo, el sistema es lo que le da su sentido a cada una
de las unidades o elementos. Cada elemento, independientemente del nivel específico en
el que se encuentre, debe ser explicado en términos del todo, es decir, en términos del
sistema al que pertenece. Ningún elemento tiene un valor aislado: para las unidades, no
hay valor por fuera del sistema.
En este sentido, podemos considerar que la lengua es un sistema de subsistemas.
El sistema de una lengua determinada se encuentra constituido por un conjunto de
subsistemas interrelacionados entre sí, y sus elementos, ya sean sonidos, palabras o
sintagmas, no tienen ningún tipo de validez por fuera de las relaciones de equivalencia y
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 7
contraste que existen entre ellos. Estos dos tipos de relaciones: de equivalencia y de
contraste, son los que ligan a los elementos integrantes del sistema en cada uno de sus
subsistemas. Me estoy refiriendo con otras palabras a los dos tipos de relaciones que
mencionamos en la clase anterior: las del tipo y o sintagmáticas y las relaciones del tipo o,
o paradigmáticas. Estos dos tipos de relaciones vinculan los elementos de los distintos
subsistemas, y los subsistemas con el sistema en su totalidad.
Así, la idea madre para explicar el funcionamiento de los distintos sistemas
lingüísticos -sea la lengua que sea- es la noción de estructura o sistema y,
concomitantemente, la de subsistemas, de unidades propias de cada subsistema, y la
existencia de una combinatoria de relaciones propias de cada subsistema. Es más, esta
idea persiste en los distintos modelos gramaticales actuales, ya sean funcionalistas o
formales. Nadie discute hoy que la parte nuclear de las lenguas, el corazón de la lengua
que explica su funcionamiento de base, debe entenderse en términos de estructura.
Actualmente se considera que esa parte nuclear de las lenguas naturales es una
organización que debe comprenderse en términos de distintos niveles que se relacionan
entre sí a partir de una combinatoria específica de las unidades del subsistema. A partir de
Saussure, las lenguas van a ser consideradas desde la perspectiva de la noción de
sistema, y, específicamente, como un conjunto de elementos interrelacionados de manera
sintagmática y paradigmática.
Por este motivo es que, dentro de este curso de gramática, volvemos a estudiar a
Saussure. Sus ideas-fuerza nos sirven para explicar el funcionamiento de la gramática
nuclear del español. En este curso de gramática vamos a tratar de ofrecerles una visión
coherente y ordenada del sistema lingüístico del español actual y, más particularmente,
vamos a focalizarnos en la morfología y la sintaxis. A pesar de ello, y como ustedes
habrán podido comprobar en el teórico-práctico de ayer, el primer escalón para ingresar a
ese núcleo morfosintáctico es el de la fonética y la fonología. Esto es así porque, en última
instancia, lo que intenta hacer la gramática es dar una explicación a la crucial relación que
existe entre significados y sonidos. Los estudios gramaticales se preguntan cómo resulta
posible transmitir significados a través de elementos fónicos, a través de elementos que,
una vez combinados de acuerdo con las reglas particulares de cada lengua, son capaces
8 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3
significado general, se presentan con límites poco precisos, y se las usa para una
comunicación, justamente, general o amplia. En cambio, los términos se definen como
unidades léxicas que se utilizan con un sentido preciso y definido en distintas disciplinas.
Cada disciplina cuenta con su terminología, con su vocabulario especial. Los términos son
palabras que se encuentran acotadas en su significado, tanto por parte de los
especialistas como por parte de quienes son aprendices de una disciplina determinada.
Las palabras de uso general lengua y habla son, dentro de la teoría de Saussure,
términos, es decir: cuentan con un significado preciso y delimitado. En tanto lingüista,
Saussure le otorga a esas palabras un significado especializado, distinto del que esas
palabras tienen en el uso general. Veamos cómo define cada término.
En sus Escritos, Saussure llega a decir que el lenguaje es inabarcable, en tanto
implica una multiplicidad de puntos de vista. Todo estudio que se plantee al lenguaje como
su objeto será, por definición, incompleto. En el Curso también se hace mención a una
idea importante: la de la facultad del lenguaje. Tal como les comenté el último jueves,
Saussure ya postulaba la idea de que los individuos poseen una capacidad innata para
adquirir lenguas. Lo que Saussure llama facultad, luego fue denominado como un cierto
tipo de módulo en la mente, o como un tipo de instinto según comentamos. Esta facultad
de la que habla Saussure consiste en una potencialidad que los humanos tenemos para
adquirir lenguas.
Ahora bien, lo primero que debemos tener en claro es qué es lo que Saussure
quiere hacer: su objetivo principal es constituir a la lingüística en una disciplina de carácter
científico. Sausurre estaba imbuido en las ideas positivistas contemporáneas a él respecto
de aquello que debía considerarse ciencia y aquello que no. Naturalmente, Saussure toma
el ejemplo de las ciencias naturales y experimentales. Su propia familia provenía de las
ciencias duras, y él buscaba convertir a la lingüística en una ciencia, en el sentido en que
ya lo eran la biología o la psicología. Ahora bien, para hacer de la lingüística una ciencia,
Saussure necesita encontrar un objeto de estudio delimitado. El lenguaje no le sirve como
objeto, ya que, por su propia naturaleza, resulta inabarcable. El lenguaje conjuga lo social
y lo individual, lo físico y lo psíquico. Por lo tanto, Saussure necesitará realizar un recorte.
De frente al lenguaje, Saussure toma una decisión metodológica: recortar, delimitar en
10 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3
medio del inmenso campo del lenguaje algo que sea susceptible de ser estudiado con un
método riguroso. Por eso postula la dicotomía lengua/habla, y luego delimita, más
específicamente, la lengua.
Pero antes de eso, Saussure pasa revista a todos los posibles puntos de vista de
los que podría ser objeto el lenguaje. Saussure se mueve en el nivel del léxico y, en este
sentido, suele ilustrar sus ejemplos con unidades de ese tipo, es decir, palabras.
Precisamente, toma como ejemplo la palabra lengua y examina todos los puntos de vista
desde los cuales sería posible estudiarla. Por un lado, podríamos preguntarnos de dónde
viene o deriva esa palabra, es decir, preguntarnos por su etimología. Esto nos llevaría a
hacer el recorrido desde la forma latina lingua hasta la forma española actual. Otro punto
de vista podría ser el de su sonido: hacer una descripción fonética de cómo suena esa
palabra. Sin embargo, no es la descripción fonética lo que le otorga relieve a una palabra:
si no reunimos a ese sonido con su significado, sólo tendríamos una suma de fonos
organizados en dos sílabas. Sin la idea que conlleva, la palabra lengua no sería,
esencialmente, una palabra.
Por lo tanto, una vez que ha comprobado que los puntos de vista a partir de los
cuales puede observarse una entidad léxica individual son enormes, Saussure toma otra
decisión metodológica: centrarse en la situación mínima, básica y elemental de la
comunicación. Esa situación, a la que podríamos calificar de minimalista, es, básicamente,
la de un diálogo: implica el encuentro de dos personas y la comunicación entre ellas.
Tenemos un hablante que le transmite algo a su interlocutor -hoy en lingüística se habla
de interlocutor, ya que el término oyente evoca una actitud muy pasiva frente a la
comunicación-. En esta situación elemental, Saussure va a ubicar con precisión el lugar
que, en el marco de los llamados hechos del lenguaje, le va a corresponder a la lengua.
Así construye su conocido esquema:
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 11
Audición Fonación
H O
C. Concepto C.
Imagen acústica
I.A. I.A.
Saussure dice que, en una situación mínima de diálogo, el hablante (H) quiere
expresar algo, que él denomina un hecho de conciencia. Estos hechos -que también
podríamos considerar como ideas o conceptos- quieren ser transmitidos por el hablante a
su oyente (O). Entonces, esas ideas desencadenan una determinada imagen acústica en
el cerebro de ese hablante. Notemos que la evocación del concepto viene ya unida a una
imagen acústica. La imagen es concebida como una huella psíquica de los sonidos. Este
hecho, que en un primer momento es psíquico, desemboca a continuación en un proceso
de tipo fisiológico: la orden del cerebro que hace intervenir al aparato fonador para que
produzca una determinada cadena de sonidos. Hasta aquí tenemos un aspecto psíquico y
otro fisiológico; ahora bien, el proceso fisiológico de la fonación implica producción de
sonidos y, a su vez, esta tiene como resultado una instancia a la que podemos denominar
física: la propagación de sonidos.
Por otra parte, este fenómeno físico de propagación desencadena en el oyente el
proceso fisiológico de la audición; este proceso es el que hace posible que el otro oiga, y
luego pueda llegar a comprender lo que el hablante le está diciendo. Nuevamente, en este
nivel de los hechos del lenguaje, vamos a encontrarnos con un proceso de tipo psíquico:
la imagen acústica -la cual permite que se produzca la audición- se reúne con un concepto
y así, finalmente, el oyente comprende. Naturalmente, el esquema implica una inversión:
el oyente, al responder, dispara todos los procesos enumerados, en la dirección inversa.
12 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3
hecho social es definitorio para la lengua. Frente a esto, el habla es considerada como
acto de ejecución individual, en el sentido de que es un acto de voluntad e inteligencia
realizado por el individuo.
Es importante destacar esta relación de interdependencia entre lengua y habla. Por
una parte, el habla es producto de la lengua, que es el sistema. Estamos capacitados
para la producción de enunciados o emisiones porque poseemos el sistema gramatical
que nos posibilita hacerlo. En tanto poseemos la lengua, estamos capacitados para
hablar. Pero, al mismo tiempo, la lengua se adquiere a través del habla. Para Saussure, el
habla resulta accesoria respecto de la lengua. Por eso se pueden estudiar lenguas
muertas, lenguas que carecen de hablantes pero que, a partir de una buena gramática,
nos permiten reconstruir su sistema lingüístico. El habla es la puesta en uso de la lengua
y, además, esa puesta en uso no tiene por qué ser solamente oral. Por ejemplo, todo lo
que escribo en el pizarrón son productos de la ejecución y, por lo tanto, son habla aunque
sean escritos. La lengua está en el cerebro; es el sistema virtual que nos capacita para el
habla. Y, a su vez, el habla es la ejecución, el producto concreto realizado a partir de
nuestro sistema lingüístico. En toda producción o expresión lingüística yo siempre tengo al
sistema detrás.
La lengua es la condición de posibilidad del habla. Sin la lengua, los productos
verbales serían un sinsentido. Ahora bien, simultáneamente, la lengua se adquiere a
través del habla. El eje que nos permite entender con precisión esta dicotomía se
encuentra en el aspecto virtual. La lengua es un objeto virtual; yo tengo, como capacidad,
el sistema virtual en mi cabeza. En cambio, el habla es el producto -oral o escrito-del
sistema puesto en uso, del sistema ejecutado.
Alumno: Pero la idea de que la lengua se adquiere a través del habla, ¿no vuelve
imposible la invención de la lengua? Si toda lengua es adquirida a partir del habla, resulta
imposible que haya sido inventada alguna vez. ¿Cómo se puede formular una lengua
artificial como el esperanto?
Profesora: En primer lugar, Saussure se ocupa sólo de lenguas naturales. Las
lenguas artificiales -también conocidas como metalenguajes- no se encuentran dentro de
su campo de observación. Porque, para él, las lenguas son, justamente, hechos sociales.
16 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3
La parte social es la que define la razón de ser de las lenguas, su finalidad y su evolución.
Las lenguas artificiales no están comprendidas en la búsqueda saussureana de encontrar
la esencia de las lenguas naturales. Tu inquietud es lícita: te estás preguntando cómo se
puede explicar el origen del lenguaje; si las lenguas siempre son adquiridas, no podríamos
explicar la creación de una lengua nueva; caeríamos en una incoherencia lógica. En
realidad, carecemos de evidencia sobre una primera lengua. Todo lo que conocemos son
procesos de derivación de lenguas. En el siglo XIX se trabajó mucho en la reconstrucción
de lenguas a partir de otras y se postularon estado de lengua previos.
Pero todo investigador recorta un objeto de estudio. Saussure no se ocupó en
absoluto del origen del lenguaje. Él piensa a partir del hecho de que existen diversas
lenguas y comunidades diversas que las hablan. Lo que él está tratando de hacer es
sentar los fundamentos para una nueva disciplina referida a las lenguas naturales. Su
énfasis es en las lenguas existentes en la contemporaneidad, recortar la lengua respecto
del lenguaje.
Alumna: Eso es bien estructuralista: hacer un recorte, plantear la lengua como
sistema y ya no preguntarse por lo demás.
Profesora: Sí, pertenece a un modo de pensar el objeto en términos sistemáticos.
Para entender el corazón sistemático hay que reducir el espectro de objetos.
Necesariamente, esto implica deja de lado otros aspectos, como los ligados al habla, a los
contextos sociales y a la cultura. Pero es una elección de puntos de vista porque, como ya
dijo Saussure, es el punto de vista el que va a crear el objeto de estudio. Cada elección de
método implica un costo, pero tenemos que tener en claro que no puede criticarse a una
teoría por aquello que decidió no estudiar. Lo que hay que juzgar, y exigir, es la real
consistencia entre lo que se quiere explicar -el objeto del que se quiere dar cuenta- y la
explicación que se da. Tanto a Saussure en particular como al estructuralismo en general
hay que entenderlos en esos términos, es decir, según su recorte del objeto. A su vez, la
dicotomía entre lengua y habla también debe ser considerada en el marco de la necesidad
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 17
metodológica que Saussure se plantea: recortar el objeto de estudio. Hay que trabajar
centrándose en el estudio del sistema.
Pasemos a considerar el signo lingüístico y sus características. El signo lingüístico
es la unidad fundamental del sistema lingüístico. Se desarrolla a partir de la dicotomía
entre concepto e imagen acústica, ambos, elementos de carácter psíquico. Recuerden
siempre que la imagen acústica también es psíquica: es la huella psicológica del sonido en
el cerebro. Piensen que esta huella es la que explica que podamos pensar sin emitir
palabras.
Por definición, el signo es una entidad biplánica. Detrás de la idea de signo aparece
la compleja relación entre significado y forma. Al respecto, lo primero que Saussure va a
aclarar es que la lengua -en tanto sistema de signos relacionados- no es una
nomenclatura. La lengua no ofrece etiquetas, no es un repertorio de nombres para
ponerles a las cosas. En verdad, semejante postura contiene dos errores de base. En
primer lugar, considerar a las lenguas como nomenclaturas implica una idea subyacente:
suponer que hay ideas preexistentes al lenguaje. Pero Saussure considera que el
lenguaje no puede tener un rol secundario o subsidiario en el pensamiento. En segundo
lugar, semejante postura supondría también que el vínculo entre lenguaje y pensamiento
es algo muy simple y sencillo. Lo que sí es cierto es que, por detrás de la lengua,
encontramos este doble plano de conceptos e imágenes acústicas, plano que, a
continuación, Saussure rebautizará con los términos correspondientes de significado y
significante. Saussure acuña una nueva teoría y, al mismo tiempo, define sus términos. De
hecho, precisar y definir conceptos es, a la vez, construir la teoría que cuenta con esos
conceptos.
El carácter biplánico del signo implica dos caras, es decir, la propiedad de reunir
siempre un aspecto del significado con un aspecto de la forma, o significante. Los dos
planos de la entidad sígnica se encuentra en una relación de interdependencia indisoluble.
Cada plano no puede existir sin su contra partida: no hay significado sin significante; no
hay significante sin significado. El signo es, entonces, una entidad de dos planos
solidarios, de dos planos en recíproca interdependencia.
18 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3
{casa} Significado
Gramática
19
[Nota: Cambio de aula: en principio, las clases de los jueves se darán en el aula 324. Las
de los martes, todavía en la 347. Consultar en cartelera del 2º piso.]
que no puede reprimirse-, los seres humanos poseemos un instinto del lenguaje, y
adquirimos lenguas, dicho así, en plural, porque hasta determinada edad -ese período que
va desde el año y medio o dos hasta los seis o siete años- los niños tienen una capacidad
poderosísima de aprender, no una, sino varias lenguas. Esta capacidad lingüística se
define, para Pinker, en términos de una aptitud compleja, dice él, y especializada, que se
desarrolla espontáneamente en el niño, sin ningún tipo de instrucción formal ni especial.
Los niños de dos o tres años no tienen que ir a la escuela a aprender la lengua, sino que
esta capacidad se pone en marcha sólo a partir del imput, es decir, los estímulos que
reciben de su mundo adulto. Ahora bien, si nos ponemos a pensar, estos estímulos
lingüísticos que reciben los niños pequeños, las emisiones que reciben de los adultos en
las situaciones comunicativas, son estímulos muy pobres. Este es otro de los argumentos
para sostener la existencia de esa capacidad o aptitud innata. La pobreza de estímulos no
puede explicar de ninguna manera la adquisición tan veloz de una capacidad tan potente.
Esta capacidad se desarrolla entonces sin instrucción formal, de manera
espontánea y es igual en todos los individuos. Este último es otro punto muy importante:
todos los individuos somos exactamente iguales, tenemos exactamente la misma
potencialidad de adquirir esta competencia de lengua. Esta aptitud se distingue, en
términos de Pinker, de otras capacidades que, claramente, necesitan información,
entrenamiento y aprendizaje formal para ser adquiridas. La distinción implica que la
gramática surge fundamentalmente de la cabeza del niño, no de lo que recibe del exterior.
Como ven, estamos usando el término gramática en el sentido de conocimiento: un
sistema de conocimiento especial, entre otros sistemas de conocimiento que poseemos
los hablantes, y nos estamos alejando de una manera increíblemente fuerte de las
concepciones normativas de la gramática a las que hice referencia la comienzo: aquellas
que consideran la gramática en términos de reglas de revisión, reglas normativas, reglas
de control sobre lo que se dice "bien" o no. Esta manera normativa de entender la
gramática es post-facto, en tanto interviene como instrumento correctivo, con posterioridad
a las emisiones orales o escritas de los hablantes.
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 5
Alumna: [fund]ar]
Alumno: [fund]é]
Profesora: Bien. Comenzamos a jugar con nuestro conocimiento lingüístico.
Alumno: [fund-] es la raíz de un verbo.
Profesora: Sí, pero estamos tratando de realizar un primer acercamiento intuitivo,
sin adelantar categorías. Evidentemente, hay un verbo de base: fundar. Cuando
comenzamos a jugar con el paradigma, es decir, con el repertorio de posibles palabras
asociadas con la raíz [fund-], llegamos a la conclusión de que en realidad esta raíz se
repite a lo largo de todo el paradigma. Si tomamos el ejemplo dado por el compañero,
[fund]é], ya obtenemos más datos, que nos permiten ver que una segmentación como
[funda]da] no hubiese sido del todo correcta. Pero aún si tomamos [fund]a]r] encontramos
elementos para segmentar. Luego seremos más finos en este análisis. Tomando por
ahora solamente el nivel de la palabra, es decir, el de la morfología -la disciplina que se
ocupa fundamentalmente de estudiar la palabra y su estructura interna-, hemos
encontrado componentes internos y descubierto, en un primer acercamiento, cómo está
integrada esa palabra. Y pronto, sólo en base a mi conocimiento de hablante nativa, he
llegado a segmentaciones que me permiten decir que tengo una raíz verbal: [fund-]; a
continuación, una vocal [a] que aparece, como verán si siguen jugando con su
conocimiento del español, en muchos subparadigmas y en otros en cambio aparece [i]. Se
trata de vocales de enlace, que marcan el tema verbal. y luego, jugando sólo con mi
conocimiento, comparo fundada con reprobada o admirada, etc., y llego a la conclusión de
que el sufijo [-da] se repite determinada en una determinada forma verbal: el participio,
que, según su último elemento, podrá ser también [-do], flexionando en género. Ahora
bien, lo importante por ahora es que [da] no es una pieza individual de la palabra fundada,
ni se explica sólo en función de esa palabra, sino que es sistemática: [da] y [do] me
muestran una regularidad.
Esto que acabo de hacer en términos muy elementales es una descripción de los
componentes internos de una palabra seleccionada al azar. Lo que pretendemos en este
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 7
curso de Gramática entonces es, en primer lugar, describir, ya sean los componentes de
la palabra en el nivel morfológico, ya sean los componentes de la sintaxis, las reglas de
funcionamiento, etc.; y, en segundo lugar, tratar de acercarnos al nivel de los principios del
funcionamiento del sistema, los cuales no explicarán sólo casos aislados sino que nos
permitirán explicar un conjunto importante de casos, es decir, hacer generalizaciones.
Estos son básicamente los fines de toda teoría gramatical. Y cuentan con: 1) un nivel de
base, llamado observacional, en el cual sea posible registrar los datos de la lengua -
meramente registrarlos-; 2) un nivel descriptivo, en el cual se definen las unidades y la
combinatoria de esas unidades; y 3) un nivel que constituye la meta más ambiciosa de
toda teoría gramatical: poder explicar los principios que subyacen a esas reglas
combinatorias en los distintos niveles gramaticales.
En este curso de Gramática entonces -y en virtud de que así entendemos la
gramática los profesores que estamos a cargo de la materia- haremos un ejercicio
intelectual de reflexión y descubrimiento -tarea que, desde ya, jamás puede completarse.
No hay modelo o teoría gramatical que esté hoy en condiciones de decir que ha explicado
todo; estamos todavía muy lejos de eso. Pero no entendemos la gramática como se
entendió durante muchos años en la enseñanza, sobre todo la enseñanza media de la
Argentina, en el sentido de un ejercicio rutinario de rotulamiento, de etiquetamiento de
funciones sintácticas, de terminología vacía, sino que, para nosotros, es siempre una tarea
de reflexión que intenta descubrir qué está detrás: el porqué de las formas, el porqué de
las combinatorias.
Como adelanté, para nuestra meta de convertir nuestro saber hacer en un saber
reflexivo, sistemático, será necesario practicar ciertas restricciones, hacer un recorte
respecto de qué vamos a estudiar en este curso. La gramática puede entenderse en un
sentido estricto o en uno amplio. En el primer caso, por gramática se entiende la
morfosintaxis de una lengua. Como ya adelantamos, la morfología se ocupa de la
estructura interna de las palabras, es decir, identifica y describe las unidades mínimas las
palabras. Para esto deberemos comprender y adquirir conceptos como morfema,
alomorfo, morfo, entre otros. Y por otro lado, las reglas -nunca diré reglas en un sentido
prescriptivo, insisto en esto: piensen en las del ajedrez, una analogía que suele usarse
8 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2
mucho para explicar el sistema de las lenguas: no se trata de reglas regulativas, como lo
son las prescriptivas, sino de reglas constitutivas: aquellas que explican el funcionamiento
mismo de la lengua, y la constituyen. El otro nivel entonces que se considera centro de la
una gramática en sentido estricto es la sintaxis. Dicho de una manera muy elemental, la
sintaxis es aquella parte nuclear de la gramática que se ocupa de la combinación de
palabras entre sí, es decir, en el nivel del sintagma o de la frase -según las distintas
terminologías de las teorías gramaticales- y en el nivel de la oración. Si la morfología
estudia la estructura interna de las palabras, la sintaxis también trabaja con las palabras,
pero en sus relaciones externas, en sus combinaciones con otras palabras en estructuras
intermedias, como los sintagmas, o en estructuras mayores como las oraciones.
Semántica
Sintaxis
Morfología
Fonología
(Fonética)
teorías gramaticales- apelar al plano del significado, a lo que las unidades léxicas
significan, y cómo se construye el significado en el sintagma y en la oración. El de la
semántica será un insumo imprescindible para comprender el funcionamiento sintáctico y
morfológico. Y del mismo modo serán necesarios los niveles de la fonética y la fonología,
esto es, por un lado, la descripción de lo sonidos de la lengua y, por otro, la determinación
de los fonemas, unidades más abstractas y distintivas que permiten alcanzar luego, como
veremos, el nivel morfológico.
Veamos otro ejemplo:
[paseo marítimo]
Sintagma
Esta es una combinación de palabras con estructura, lo cual implica que dicha
combinación tiene una organización interna. No es una suma caótica de palabras, sino
que se han establecido relaciones, y estas relaciones son visibles en las formas
lingüísticas. Evidentemente, no podemos decir *[paseo marítima]. La concordancia
muestra un nivel de estructura y de organización que permite hablar en el plano de la
sintaxis de un sintagma. Estudiar esta combinación de palabras desde el punto de vista de
su combinatoria es hacerlo en cuanto a su sintaxis. Pero también tendremos que estudiar
cada una de las unidades de este sintagma desde el punto de vista de su morfología. Por
ejemplo, [marítimo] es una palabra que posee una estructura interna. Como hablante
nativa, reconozco: [mar] como base, que funciona en otras palabras asociadas, como
marina, marea, etc. Pero además, en [marítimo] hay otro nivel de organización, del que se
ocupa la fonología: cómo se organizan los sonidos y cómo se combinan las sílabas para
formar esa palabra. Sé, por ejemplo, que si quiero segmentar [marítimo] de acuerdo a su
estructura fonológica, podré decir /ma/ri/ti/mo, pero no mariti/mo o mari/timo. Hay un nivel
de organización del sonido que corresponde a la fonología. Será absolutamente necesario
un conocimiento básico de fonética y fonología para entender de manera apropiada el
nivel de la morfología.
10 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2
1) El portero sonríe
2) *El portero dice
Si les pregunto por 1), todos ustedes, hablantes nativos del español, me dirán que
es una oración bien formada, gramatical, bien construida, a la cual no le falta ni le sobra
nada que la vuelva mal formada o imposible. Lo contrario ocurre con 2), porque el verbo
decir se comporta de una manera diferente que sonreír. Este último no requiere un
complemento, mientras que decir es, como ya se decía en la gramática tradicional -y
diremos nosotros, aunque realizando algunas especificaciones más finas- un verbo
transitivo. Sin embargo, intuitivamente, un hablante de español ya puede decirme que la
secuencia 2) no existe. Yo, como gramática, diré que es agramatical; que va contra las
reglas del español. Los enunciados u oraciones agramaticales se indican precedidos por
un asterisco. Otra señal es [?], un signo, también antepuesto, que significa {dudoso}. Se
aplica a todos los casos en que haya hablantes a los que les suena bien y otros a los que
les suena mal. Es decir, no hay un juicio categórico de gramaticalidad por parte de los
hablantes. Por ejemplo:
3) ?El ayudante que me dijo que ayer te había visto que habías venido
eso no es español. Para estos casos controvertidos es que usamos en gramática el signo
[?].
Alumno: Esa clase de decisión ¿no depende de tener en cuenta un nivel más, el
pragmático?
Profesora: Es una buena observación: la decisión linda con la pragmática. Cuando
colocamos un signo de pregunta invertido al comienzo de una oración, eso significa que
en muchos contextos o situaciones es aceptable, y que el hablante la puede decodificar.
Ahora bien, su juicio de gramaticalidad es discutible. No es que esté mal construida, sino
que tiene, insisto, una acumulación de incrustaciones sucesivas que la hacen difícil de
procesar.
Alumno: En el Manual de Gramática de Di Tullio hay una oración muy parecida a la
que usted dijo y que es considerada agramatical.
Profesora: Justamente para eso existe este signo: para los casos en que no hay un
acuerdo completo. Algunos gramáticos pueden decididamente colocar un asterisco ante
una oración muy similar, pero también puede convertir ese asterisco en signo de duda, e
inversamente. Esto se vincula con lo que les decía antes: no todo está resuelto, ni
explicado. No hay para todo una respuesta. Por otro lado, en este curso no vamos a
trabajar con oraciones contextualizadas. Para poder entender el corazón de la gramática
trataremos de trabajar in vitro, es decir, en laboratorio, tratando de usar -sobre todo en las
primeras etapas del curso- oraciones aisladas del contexto. Necesitamos realizar una
progresión de lo simple a lo complejo. En tanto el gramático trata de estudiar los principios,
las regularidades, recorta el campo de fenómenos. Para entender lo nuclear entonces, hay
que desprenderse, en principio y en ese recorte, de una cantidad de variables pragmáticas
de contexto. Estas variables no dejan de ser de sumo interés para los lingüistas dedicados
a la pragmática, o que se ocupen del análisis del discurso. Dicho de otro modo, hay
distintos recortes del objeto, de acuerdo con los objetivos de investigación de cada
subdisciplina.
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 13
Alumna: Los juicios de los hablantes también son discutibles porque habrá muchas
diferencias entre hablante y hablante según su experiencia, su nivel cultural. Si uno va a
un pueblo wichi sin conocer su lengua, no puedo saber si el juicio de los hablantes es
válido o no; depende del manejo de la lengua que tenga ese hablante.
Profesora: Cuando dije que los datos que el lingüista requiere son los juicios de los
hablantes, me refería a los juicios de los nativos, es decir, hablantes que han adquirido el
sistema gramatical por completo. Las estructuras tardías de la gramática se adquieren
entre los trece y catorce años, y en ese momento ya se considera completo el proceso de
adquisición gramatical. Si voy entonces a una comunidad wichi, tendré que hablar con
sujetos competentes en ese sentido. Ahora bien, en tanto lo que a mí me interesa es ese
mecanismo esencial y central de la gramática, trabajaré con oraciones que estén
claramente en el corazón de esa gramática. A eso me refiero con trabajar in vitro.
Producciones lingüísticas como ¡Qué calor!, o ¡Exhausta!, o la simple pregunta ¿Y?, son
perfectamente aceptables. Pero quiero que hoy distingamos claramente entre
gramaticalidad y aceptabilidad. Esta última noción está más ligada con la pragmática.
Aquí, en el contexto dado de esta clase, yo puedo utilizar oraciones incompletas,
quebradas, feísimas desde el punto de vista de su construcción, que ustedes, en tanto
hablantes del español, pueden decodificar e interpretar. Esos enunciados míos,
incompletos, tienen un sentido, un efecto: son entonces aceptables. Otra cosa
completamente distinta es decir si una oración es gramatical o agramatical. Esta noción se
refiere a las reglas permitidas por la gramática. Por ejemplo, si yo digo: lo chicos stán
insoportable hoy, no creo que haya nadie aquí que no me haya entendido. Sin embargo,
es agramatical, porque hay reglas no cumplidas, comenzando por la concordancia. Si yo
tengo un plural en el nombre, necesito un plural en el artículo.
En síntesis, gramaticalidad y aceptabilidad son nociones que atañen a distintos
aspectos. La buena formación gramatical es una cosa y la aceptabilidad pragmática es
otra.
Alumno: Me parece que la aceptación de esas oraciones no bien construidas
atentaría contra la universalidad.
14 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2
El tema nos llevaría lejos del objetivo de esta clase. Quiero que queden bien
distinguidos los dos tipos de ámbito: una cosa es no violar las reglas de la gramática, por
ejemplo, las de concordancia o las que exigen que un verbo como decir tenga un objeto
(lo dicho), y otra cosa son los grados de aceptabilidad de los enunciados. Con respecto a
la gramaticalidad, consideremos estas tres posibilidades de sujeto para un mismo
predicado:
*La piedra
Martín asesinó a Juan
*El perro
Profesora: Exactamente. Por eso necesita un sujeto humano. El verbo requiere una
intencionalidad. Vean que es posible Martín mató a Juan por accidente, pero no lo es
Martín asesinó a Juan por accidente. Es muy correcta la intuición que tuvo ella: asesinar
es un verbo que, en virtud de sus rasgos semánticos, exige un sujeto intencional: tener el
propósito de. Por eso la última también es agramatical.
Esta discusión nos permite recuperar lo dicho antes: las teorías gramaticales
actuales establecen su centro en la morfología y la sintaxis; pero no conozco ningún
gramático que no apele a los rasgos semánticos de las piezas léxicas. La semántica es
indispensable para entender el funcionamiento gramatical.
Alumna: ¿Las series de incrustaciones son siempre gramaticales?
Profesora: Veamos. Yo puedo construir una oración con una cantidad excesiva de
incrustaciones -es decir, como veremos, proposiciones- que sea gramatical, pero poco
aceptable. Ahora bien, hay un límite para las incrustaciones, como también veremos,
porque el oyente no las puede procesar.
Bien. Volviendo a los datos que usamos los gramáticos, hay otro concepto que es
preciso introducir ahora: el de los corpora. Es el plural de corpus, palabra latina. Hoy en
día en lingüística se trabaja mucho con corpus, es decir, conjuntos de datos, de
emisiones. En español tenemos hoy muchos sobre los que podemos trabajar. La Real
Academia Española tiene lo que se denomina Corpus de Referencia de la Lengua
española, al que se puede acceder por Internet (en la página web de la Real Academia),
cuya sigla es CREA. Lo que tenemos allí son datos lingüísticos procedentes de fuentes
literarias, ensayos, fuentes periodísticas, fuentes orales transcriptas, etc., y están
organizados. Tenemos allí también las distintas variedades regionales del español.
Podemos verificar allí las combinaciones sintagmáticas que se dan, cuándo se dan, cuál
es su frecuencia, etc. Hoy se usa mucho este recurso del trabajo con corpus.
Naturalmente, uno mismo también puede crear su propio corpus, de acuerdo a lo que
quiera estudiar. Por ejemplo, si quiero estudiar la competencia gramatical de los niños de
cuatro años en la ciudad de Buenos Aires, tendré que ir, grabador en mano, a los jardines
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 17
de infantes, grabar a los chicos, transcribir esos datos, procesarlos, etc. O quizás yo
quiera estudiar -como hacemos en nuestro grupo de investigación desde hace unos años-
la variedad especializada del español, es decir, las producciones lingüísticas, por caso, de
los biólogos cuando se comunican entre sí. En este caso, armamos nuestro corpus de
datos basado en artículos de investigación, ponencias en congresos, conferencias, etc.
Una vez constituido el corpus, puedo trabajar sobre lo que me interesa.
Los corpus son útiles; cuanto más amplios y mejor organizados, más productivos
son. Pero nunca podremos decir que nos presentan toda la casuística posible de los
fenómenos que queremos estudiar. Los corpus, como dice Di Tullio en su Manual -que
usaremos bastante durante el curso- nos permiten hacer afirmaciones y estadísticas muy
interesantes -por ejemplo, podría concluir que el 60% de los chicos de cuatro años no usa
proposiciones relativas-, pero sobre los límites de la gramaticalidad, en situaciones como
las que hemos visto hoy, los corpus no pueden ayudarme: no puedo polemizar con el
corpus.
El tercer tipo de datos con que trabajan muchos gramáticos es su propia
competencia lingüística, sus propios juicios de gramaticalidad. Di Tullio también recuerda -
dado que ha sido ya dicho por otros hace tiempo- que la gramática es una ciencia que uno
puede practicar sentado en el sillón de su casa. Esto se debe a que uno, como hablante
nativo, puede reflexionar sobre su propia competencia, puede pensar ejemplos y
contraejemplos, puede hacer pruebas de gramaticalidad y sabría hacer una descripción de
su propia lengua sin hablar con otros hablantes y sin consultar un corpus.
Bien. Con respecto a los planos o niveles que mencionamos antes -la morfosintaxis
en el núcleo, la fonología y la semántica- sucede quizás demasiado asiduamente en
nuestra disciplina que cada teoría y cada teórico tenga su propia terminología, y con este
problema tendremos que lidiar. El estructuralismo, por ejemplo, hablaba de niveles
lingüísticos. Pero, sea cual fuere el término, desde Saussure en adelante no hay teoría
gramatical que niegue esto: la lengua tiene estructuras. Es un sistema de elementos
relacionados entre sí. Ese sistema lingüístico está compuesto por subsistemas o niveles:
fonológico, morfológico, sintáctico, semántico. En cada uno de esos subsistemas o
niveles, encontramos unidades propias y reglas combinatorias también propias de ese
18 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2
subsistema. Para tomar el ejemplo del inicio de la clase, en el nivel de la morfología, que
se ocupa de la estructura interna de las palabras, tendremos que postular y definir una
serie de nociones teóricas que nombren las unidades del subsistema morfológico, tales
como el morfema, el alomorfo, el morfo, la raíz, el tema, los afijos -sean prefijos o sufijos-,
etc. Son una serie de nociones que nombran unidades de la morfología. Y tendremos
también que designar, describir y entender las relaciones de combinación de esos
distintos tipos de unidades al interior de la palabra, para conformar palabras posibles o
existentes en español. Del mismo modo, el subsistema sintáctico tendrá sus unidades y
sus reglas combinatorias, y asimismo el fonético-fonológico.
Pero todo el sistema gramatical, todos sus niveles, está estructurado sobre la base
de dos tipos de relaciones esenciales en la lengua, que fueron tipificadas y ejemplificadas
ya por Saussure. Me refiero a las relaciones sintagmáticas y las relaciones
paradigmáticas. Las primeras son relaciones entre los elementos de cada subsistema que
se explican en términos de secuencialidad, de linealidad. Demos un ejemplo, ahora, de
otro subsistema: el sintáctico. Sabemos que en este nivel existe cierto orden de palabras
que rige su encadenamiento en español de manera de formar oraciones gramaticales.
1) El niño sonríe
2) *Niño el sonríe
***
Gramática
5
Horario Docente
Comisión 1 Martes y Jueves 19-21 Marcelo Arias
Comisión 2 Martes 13-17 Laura Kornfeld
Comisión 3 Martes 13-17 Alicia Avellana
Comisión 4 Jueves 13-17 M. del Pilar Gaspar
Comisión 5 Martes y Jueves 13-15 Adriana Manfredini
Comisión 6 Miércoles 9-13 Carla Miotto
Comisión 7 Jueves 9-13 Laura Moldes
Comisión 8 Viernes 13-17 Isabel Otañi
Comisión 9 Martes 19-23 Augusto Trombetta
Cátedra- y yo. Además, la materia cuenta con una clase teórico-práctica semanal que se
dicta los días lunes de 15 a 17 horas, a cargo de la profesora Paula Mahler. Estas clases
teórico-prácticas, al igual que los prácticos, comienzan el próximo lunes. Si bien la única
obligación de asistencia que ustedes tienen es a las clases de prácticos, el conocimiento
de los contenidos, tanto de las clases teóricas como de las teórico-prácticas, son
obligatorios. Si no pueden asistir a las clases teóricas, o teórico-prácticas, cuentan con la
versión desgrabada, tanto de Sim como del Centro de Estudiantes. Dichos contenidos se
completan con la lectura de la bibliografía obligatoria.
El ayudante de trabajos prácticos es fijo, es decir, durante todo el cuatrimestre van
a tener el mismo profesor o profesora, y los prácticos insumen cuatro horas de clases
semanales. Consideradas las cuatro horas de clases teóricas y las dos del teórico-
práctico, en total son diez horas semanales: el máximo de horas que la Facultad autoriza.
Decidimos hace ya varios años aumentar la carga horaria de ocho a diez horas con el
objetivo de tener más tiempo para el desarrollo de los contenidos teóricos. La clase
teórico-práctica sirve, en este sentido, de apoyo a las clases teóricas.
Las fechas de los dos exámenes parciales son las siguientes. 1º parcial: jueves 10
de mayo; 2º parcial: jueves 21 de junio. Ambos serán en el horario de las clases
teóricas. La condición de alumno regular depende de obtener, entre los dos parciales, un
promedio de cuatro (4), y además, tener un 75% de asistencia a las clases prácticas.
Dicha condición regular es la que los habilita para rendir el examen final. Nuestra materia
cuenta con un examen final obligatorio. Ya sea que tengan un promedio de diez o de
cuatro, todos tienen que rendir un examen final oral.
El examen final se toma en los turnos generales. El primero del que dispondrán es
en el mes de julio. Luego, cuentan con fechas en septiembre, diciembre y marzo. Para
rendir el examen final cuentan con un plazo de dos años, tras el cual se vence la materia.
Con respecto a lo que se les tomará en el final, dependerá, por un lado, de las notas que
cada uno ha sacado en los parciales, y por otro, de las dificultades que hayan tenido.
Solemos comenzar el examen final por aquellos temas de los exámenes parciales en los
Gramática 2007 1º C /Teórico 1 Apuntes Sim 3
cuales ustedes han tenido errores. Sobre estos temas iremos hablando a lo largo del
cuatrimestre.
La Cátedra tiene una sede institucional en el Instituto de Filología y Literaturas
Hispánicas Dr. Amado Alonso -conocido como Instituto de Filología-, el cual se encuentra
en 25 de mayo 217, 1º piso. En este edificio, perteneciente a la Facultad, funcionan
también el Laboratorio de Idiomas y otros institutos de investigación de nuestra facultad: el
Instituto de Lingüística, el Instituto de Literatura Argentina, el Instituto de historia Emilio
Ravignani. El Instituto de Filología fue fundado por el profesor Amado Alonso y posee una
biblioteca muy importante. De hecho, la mayoría de los materiales utilizados por la
Cátedra están en la biblioteca del Instituto, donde pueden consultar, si prefieren,
directamente los libros originales. También es allí donde desarrollamos nuestro trabajo de
investigación, y donde pueden consultarnos. El horario de atención al público es por la
tarde, de 14:00 a 19:00 horas. Con respecto a los materiales bibliográficos, también están
en su mayoría en la Biblioteca Central -ubicada en este mismo edificio, en el subsuelo, así
como en Sim Apuntes y en el Centro de Estudiantes.
Además del programa sintético de la materia, es importante que utilicen las Guías
Temáticas y Bibliográficas, dado que presentan más detallada y exhaustivamente los
puntos del programa con su bibliografía específica, tanto la de carácter obligatorio y como
la de carácter optativo. Las Guías son fundamentales para el seguimiento de la materia.
Ahora bien, la Guía I corresponde a los fundamentos teóricos de la gramática. Por este
motivo, algunos de sus puntos serán desarrollados al principio del cuatrimestre, mientras
que otros serán retomados al final de la cursada. En todas las Guías encontrarán una
distinción entre bibliografía obligatoria y bibliografía optativa. La primera está disponible en
los dos lugares ya mencionados.
Además, existe otro tipo de material bibliográfico: las Fichas de Cátedra o Fichas
bibliográficas, que también tienen indicadas en las Guías Temáticas como bibliografía. Se
trata de materiales de la Cátedra, es decir, sus autores son los profesores de teóricos y
prácticos que componen esta Cátedra. Estas Fichas se encuentran en Opfyl -Oficina de
Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras, ubicado a la entrada de la Facultad-, es
decir, son editadas por la Facultad. La primera Ficha ya tiene que estar disponible para la
4 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 1
venta: Ejercicios de fonética y fonología, por la profesora Julieta Barba. Es importante que
ya la tengan porque con esta ficha comienzan a trabajar tanto en el teórico-práctico como
en prácticos, e incluye el Alfabeto Fonético Internacional, sin el cual les va a resultar muy
difícil seguir la clase del lunes. A su vez, esa misma Ficha cuenta con ejercicios de
fonética y fonología con los que ustedes trabajarán en sus respectivas comisiones de
trabajos prácticos. El resto de las Fichas de Cátedra irá saliendo a lo largo del cuatrimestre
Este jueves, la profesora Ciapuscio comenzará con la Guía 1, cuyos punto II refiere
a contenidos del Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure. Si ustedes tienen
el libro, no es necesario que compren esa bibliografía. De hecho, aunque utilizaremos sólo
algunos capítulos, creo que, como alumnos de Letras con un cierto interés por la
gramática y la lingüística, es un texto que deberían tener. Existe una edición de Losada,
con traducción de Amado Alonso. También hay otras ediciones, como la de Alianza, que
tiene la misma traducción y la de Hyspamérica, con otra traducción que no es mala.
Alumno: ¿Sirven los materiales de años anteriores?
Profesora: En cuanto a la bibliografía general, una buena parte sirve, aunque las
Guías tienen algunas modificaciones según cuál equipo de profesores haya dictado en
cada cuatrimestre. Si ustedes tienen las Guías del año pasado correspondientes al
segundo cuatrimestre, encontrarán menos diferencias. Esto es así porque el año pasado
hemos invertido el orden tradicional: este equipo dictó en el segundo cuatrimestre. En
cambio, si ustedes tienen las Guías del cuatrimestre en que dictaron las profesoras
Giammatteo y Albano, pueden encontrar más diferencias, sobre todo en morfología. En
resumen: los materiales del segundo cuatrimestre del 2006 o del primero del 2005 tienen
escasas variaciones. Pero hay algunas, sobre todo en el aspecto bibliográfico. Hemos
cambiado alguna bibliografía que pasó de obligatoria a optativa, y viceversa. Todos los
años se hacen ajustes. Así que, si tienen Guías y materiales de años anteriores, es
conveniente compararlas con las de algún compañero que tenga los materiales de este
año.
Gramática 2007 1º C /Teórico 1 Apuntes Sim 5
Gramática
Fecha: 19/04/07
Teórico № 9 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes. Vamos a retomar la exposición del martes acerca de los
procesos morfológicos derivativos, dado que he visto que el tema genera dificultades. Les
voy a proponer hoy una clasificación un poco más sencilla que la que presenta Pena,
aunque se trata de los mismos conceptos:
prefijación
- afijación sufijación
circunfijación
Procesos - composición
morfológicos
de derivación
- conversión
- sustitución
- sustracción
Esta es una versión simplificada de los procesos que presenta Pena. Los tres
últimos son presentados por Pena como subclases de la modificación; peor no queda
claro dónde queda ubicada la conversión. Por lo tanto, los vamos a considerar como tres
procesos productivos en menor grado, en español, que los dos principales.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9
De estos dos, hemos visto ya la afijación en sus tres variantes. Hoy veremos la
composición. Pero primero quiero que nos centremos en los tres últimos, que son los que
trajeron dificultades la vez pasada.
En la conversión, la sustitución y la sustracción hay que focalizar la atención en la
vocal del tema, porque es sobre ella que actúan. En la conversión, la vocal del tema
permanece inalterable; en la sustitución, la vocal se altera, se cambia por otra vocal; en la
sustracción, cae.
Formas libres son aquellos morfemas que no necesitan estar ligados a otros para
completar su significado. En este sentido, los afijos no son formas libres: siempre
necesitan anexarse a una raíz. Y a su vez las raíces -como adelantamos hace una o dos
clases- en español suelen no ser, tampoco, formas libres salvo algunas. Por ejemplo,
[blanc-] es una raíz que constituye un morfema ligado: requiere completarse con una vocal
temática.
En cambio, en [cubrecamas], tanto [cubre] como [cama] pueden funcionar como
formas libres. En [maniatar], si bien [mano] y [atar] son formas libres, vemos que la
palabra compuesta implica en muchos casos algunas modificaciones cuyo origen es
fonético. Lo mismo sucede en [verdinegro] o [pelirroja], donde [-i-] funciona como vocal de
enlace.
Existe un tipo particular de composición: aquel en que los formantes son temas
cultos, vale decir, derivados del griego o del latín, los cuales no pueden funcionar en forma
libre en la lengua. Las palabras resultantes constituyen un campo acotado; en general,
son términos que pertenecen al ámbito científico, filosófico o de las humanidades, que, en
algunos casos, han pasado a ser de uso cotidiano. Ejemplos de composición con temas
cultos son biología o filosofía. En [bio-logía], por ejemplo, ambos formantes provienen del
griego: [bio], de bíos, "vida"; y [logía], de lógos, que, entre muchas cosas, significa
"discurso" y "palabra". Ahora bien, dado su uso extendido, [bio-] en español se ha
convertido casi en un prefijo, y da lugar a muchos términos, como biotecnología, bioética,
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 5
etc. De todos modos, siempre está claro que no utilizamos [bio], [logía], [filo] o [sofía] como
formas libres en la lengua.
En la composición tenemos que tener en cuenta varios elementos. En primer lugar,
el tipo de base: si se trata de un sustantivo, un adjetivo, una forma que proviene de un
verbo, etc.; y, en segundo lugar, la relación que se establece entre las bases, dado que
esta relación puede ser de coordinación o de subordinación. Por ejemplo:
Coordinación Subordinación
[verd-] [-i-] [-negro] [pel-] [-i-] [-rroja]
Adj. Adj. N Adj.
[agua][marina]
[mar-ina]
Aguamarina es una clase de piedra. La palabra posee una primera base de tema
simple, [agua] y a su vez una segunda base, [marina], que es una palabra derivada.
En cuanto a cómo considerar el tema, decimos que las palabras compuestas
poseen tema compuesto.
Alumno: En [marina] la raíz es [mar-] y el tema [marin]?
Profesora: No. el tema es toda la palabra: [marina]
Alumno: Pero ¿[-a] no es un sufijo flexivo?
Profesora: Lo sería en [marina] como palabra independiente; pero ya en tanto base
de la palabra compuesta [aguamarina], no. Se ha perdido ese carácter flexivo y [a] forma
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9
parte del tema. Parece muy complicado, pero simplemente consideren que no tenemos un
par opositivo aguamarina/aguamarino, con lo cual se ve que no se trata de un sufijo
flexivo. Un fenómeno similar sucede cuando de un adjetivo que flexiona en género
derivamos un adverbio en -mente. La morfología de este tipo de adverbios siempre se
forma sobre el femenino del adjetivo, por lo cual, por ejemplo en [rápida-mente], no
podemos considerar que tenemos un tema, un sufijo flexivo y luego uno derivativo, lo cual
además violaría las reglas de formación de palabras (recuerden: los afijos flexivos cierran
las palabras; siempre van después de los derivativos). Por el contrario, en rápidamente la
segunda [a] ha dejado de ser un formante de "femenino" para convertirse en parte de la
base sobre la que opera el proceso de formación del adverbio.
Podemos decir algo más sobre aguamarina. La palabra, ahora un sustantivo, se
formó así, con [a] final, en tanto [marina] modificaba a [agua], y debía concordar. Pero al
lexicalizarse todo el conjunto y pasar a conformar una palabra compuesta, la [a] deja de
ser un afijo flexivo. Con lo cual, toda la palabra constituye el tema. Se trata de un tema
compuesto, es decir, constituido por dos temas: uno simple y otro derivado.
Alumno: ¿Cuál es la diferencia entre palabra compuesta y compleja?
Profesora: Las palabras compuestas son las que estamos viendo: aquellas
constituidas por un tema compuesto, es decir, dos bases que pueden funcionar en forma
libre dentro de la lengua -con la excepción ya mencionada de las palabras compuestas
por temas cultos-. Por su parte las palabras complejas son todas las palabras derivadas.
Usted debe haber leído esa distinción en el libro de Di Tullio. Ahora bien, particularmente
esa sección de su libro no forma parte de la bibliografía obligatoria para morfología. Para
ejemplificar, ella dice que gota es una palabra simple, gotita es compleja y cuentagotas es
compuesta. En nuestros términos, lo que ella denomina palabra compleja es aquella que
consta de un tema complejo, es decir, la raíz más algún afijo de derivación.
Quiero hacerles una aclaración a aquellos que lean la letra chica del texto de Pena.
Él sostiene que el español, como todas las lenguas romances, admite la composición sólo
entre sustantivos + sustantivos, sustantivos + adjetivos y adjetivos + adjetivos. La pregunta
inevitable, ante esa afirmación, es qué sucede en casos como [cubre-camas], [espanta-
pájaros], [lava-rropas], etc. La explicación es que en estos casos hay un proceso de
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 7
El tema es una entidad abstracta. Los afijos de flexión, para aquellos temas que
flexionan, son los que convierten el tema en palabra. Para aquellos temas que no
flexionan, tema y palabra serán homónimos.
Alumno: ¿Por qué decís que es abstracto, si yo puedo reconocer el tema en la
palabra?
Profesora: Porque es un concepto abstracto.
Alumno: Entonces, el de raíz también.
Profesora: Sí. Y ya hemos visto que el fonema también es un concepto abstracto,
que se realiza a partir de los fonos, los cuales también presentan un grado de abstracción,
aunque menor. En la misma dirección, decimos que el tema es un concepto abstracto que
se realiza en palabras. Justamente, aquello que convierte al tema en palabra son los afijos
flexivos. Y cuando el tema no flexiona, automáticamente se convierte en palabra, esto es,
sin afijos, ya puede funcionar en las construcciones sintagmáticas.
Enfoquemos ahora el paradigma de la flexión verbal.
[ cant] a ] ba ] mos ]
raíz v.t. suf. flex. suf. flex.
modo y pers. y
tiempo número
paradigma flexivo que, en realidad, reúne todas las formas posibles de una misma
palabra. Por eso decimos que la flexión no produce ni palabras ni temas nuevos. Se trata
siempre del mismo tema, el cual tendrá distintas variaciones flexivas, también llamadas
formas flexivas. Todo el paradigma del verbo amar, por ejemplo, corresponde a una sola
palabra, y a un solo tema, que tiene distintas formas flexivas.
La flexión nominal y la verbal no son muy diferentes, en este sentido: tenemos
paradigmas flexivos nominales y paradigmas flexivos verbales. Las lenguas difieren en
cuanto a los grados de riqueza de dichos paradigmas. Por ejemplo, el español tiene una
morfología verbal mucho más rica que la nominal.
El paradigma de la flexión nominal del español posee dos dimensiones: género y
número, dimensiones que corresponden a categorías morfológicas. Puedo agotar
rápidamente todas las formas del paradigma flexivo de la palabra niño:
[niñ] it ] o ] s]
raíz suf. der. suf. flex suf flex
apr. gén. núm.
(él) [cant] a ]
raíz v.t.
Como ven, no tenemos casi nada: la raíz y la vocal del tema. Esto significa que los
morfemas de 3º persona, de singular, y de presente del indicativo no tienen realización.
Sólo podemos identificar estos morfemas a partir del lugar que canta ocupa dentro del
paradigma, y por oposición a otras formas del mismo paradigma. En este caso, tenemos
el tema puro, pero como sabemos que los demás morfemas flexivos del paradigma tienen
otras formas, cantemos, cantan, canto, etc.. con las cuales canta se halla en oposición,
identificamos canta como la forma de 3º persona del singular del presente del indicativo, a
pesar de que los formantes morfológicos correspondientes no estén presentes. El
estructuralismo hubiera sostenido que en estos casos hay alomofro cero, expresándolo
así: [2]. El significado está dado en virtud del juego de oposiciones, y no por realizaciones
alomórficas.
Alumna: En el práctico vimos la [a] de [canta] como morfo amalgama.
Profesora: En las notas de su texto, Pena sostiene que hay muchas
segmentaciones dentro de la morfología verbal; incluso, interpretaciones que se
contradicen. Pero en este caso no: es vocal del tema. Podría tomarse como un morfo
amalgama el de [o] en [cant]o], donde [cant-] es la raíz, la vocal del tema cae y [o] es
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 11
morfo amalgama. Pero nunca cuando aparece [a] porque es la vocal del tema. La vocal
temática suele caer cuando el sufijo comienza con vocal. Pensemos en la forma
subjuntiva [cant]e]: evidentemente, la vocal del tema cayó y [e] indica subjuntivo. Pero
como también indica singular y presente, podemos pensarlo como una amalgama. Sin
embargo es una posibilidad de interpretación que no es compartida por todos los autores.
Otros sostienen que, en [cante], [e] es el formante de modo, y que los otros morfemas no
tienen realización.
Alumno: Entonces, la vocal del tema no aporta ninguna información.
Profesora: Sí lo hace: te está diciendo a qué conjugación pertenece el verbo.
Alumna: ¿Por qué hablamos de flexión nominal y verbal, y no adjetival?
Profesora: Lo hacemos, porque el concepto de nombre, en este marco, engloba
sustantivos y adjetivos. Y además, el nombre es el que dirige la concordancia, como
veremos en breve. Podemos adelantar que en el sintagma nominal se produce una
reflexión de las categorías de género y número, esto es, el género y el número del nombre
se proyectan sobre adjetivo y determinante; así, el nombre rige la concordancia.
Volvamos al paradigma flexivo verbal. Más allá de la discusión acerca del término
amalgama, lo que es indudable es que hay fusión de morfemas: en los afijos flexivos,
como dirían los estructuralistas, tenemos más de un morfema para un mismo alomorfo. Es
el caso de [-ba-], que expresa a la vez tiempo y modo. Pero también tenemos el fenómeno
inverso: morfemas sin realización alomórfica, es decir, alomorfo 2.
Si recuerdan lo visto con la profesora Ciapuscio sobre la noción de morfema, una
de las razones por las cuales no puede decirse que el morfema sea equivalente siempre
al signo mínimo es lo que estamos relevando: todos estos casos de la flexión verbal en
que no hay una correspondencia uno a uno entre significado y significante, entre
contenido y expresión. El caso del alomorfo 2 es el de un contenido que no tiene
expresión. Está presente y se hace visible la idea -el morfema- en virtud del juego de
oposiciones, y no en virtud de un significante presente en la cadena. En cambio, cuando
tenemos una fusión, como en [-ba-], tenemos una sola expresión, un solo significante,
para varios significados o contenidos.
Alumna: ¿Fusión alomórfica es lo mismo que morfo amalgama?
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9
analizó una gran cantidad de lenguas. Él es el que acuña el término tema que usamos en
morfología, y que retoma Pena -entre paréntesis, sin decir de quién lo toma-, definiéndolo
casi de la misma forma. Les damos esta bibliografía para que puedan ver que las
categorías morfológicas no son universales. Esto es: las lenguas tienen rasgos flexivos;
pero cada lengua categoriza en forma flexiva de diferente manera. El género, por ejemplo,
que en español divide los sustantivos en dos grupos, en otras lenguas funciona de manera
absolutamente diferente. Esta es una de las cosas que aporta Hockett.
Fernández Lagunilla se centra en lo gramatical: género y número son rasgos
flexivos que determinan la posibilidad del sustantivo de relacionarse con el adjetivo y el
determinante; dentro del sintagma nominal, el sustantivo dirige la concordancia. Ahora
bien, la concordancia no sólo consiste en esta confluencia de rasgos de género y número
al interior del sintagma nominal, sino que también el sustantivo deberá concordar con el
verbo -núcleo del sintagma verbal- en número y en persona, para poder articular la
oración.
Por esto es que dijimos al comenzar con esta unidad de morfología que la flexión
es una articulación entre morfología y sintaxis: en tanto permite que los temas se
conviertan en palabras, pueden así construirse los sintagmas como unidades intermedias
y, a su vez, los sintagmas constituir la oración. Sin la concordancia, no podríamos tener
oraciones bien formadas. [El libro rojo] es un sintagma nominal bien formado; no lo es *[La
libro rojos], donde se violan las reglas de la gramática.
Ahora bien, el hecho de que libro sea masculino, en este estado de la lengua, es
arbitrario. En el caso de este sustantivo, masculino no es sino una subclase de nombres.
De ahí género, término que, en este sentido, remite a su concepto clasificatorio: géneros,
especies y subespecies.
Sin embargo en otras lenguas no sucede lo mismo. Por ejemplo, sabemos que en
latín, griego y sánscrito tenemos tres géneros: masculino, femenino y neutro. En español
quedan rastros del neutro, apenas circunscriptos a los pronombres demostrativos y el
artículo neutro -que además tiene otra funcionalidad-.
Otra idea interesante que plantea Hockett es que el género tiene una motivación
semántica muy escasa y mediatizada. En español, se relaciona, originariamente, con la
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9
distinción de sexo; pero una vez que se hubo determinado léxicamente, ya esa relación
entre distinción de sexo y distinción de género se pierde totalmente. En otras lenguas no
es así. Señala Hockett:
El ruso tiene un sistema similar de tres géneros -es decir, masculino, femenino y
neutro- pero también, en parcial intersección con él, un contraste bipolar de animado e
inanimado: sea cual fuere la asignación de un sustantivo animado en los géneros del
primer sistema, siempre se hace referencia a él con /któ/ 'quien', mientras que a uno
inanimado se hace referencia con /štó/ 'que'.
Por esto tenemos interés en que lean Hockett: podrán ver que existen lenguas en
que la distinción genérica puede tener una relación más o menos mediatizada con otros
rasgos: en este caso, [+/- animado]; en otros, por ejemplo, el género expresa si el objeto
está presente o no en la situación comunicativa. La impresión que se tiene es que el
género, en principio, fue motivado por algún tipo de significado -no necesariamente el
sexual-, y que, después, al lexicalizarse los sustantivos, esa motivación se ha ido
perdiendo y queda una clasificación arbitraria.
Por otra parte, dice Hockett que para que una categoría sea considerada género
debe aplicarse sistemáticamente a todos o casi todos los sustantivos de una lengua
determinada, es decir, dichos sustantivos tienen que pertenecer a una clase genérica o a
otra. Dicho con otras palabras, y volviendo a nuestra introducción del tema, tiene que
cumplir con las características del paradigma flexivo: ser cerrado, obligatorio y regular. Si
no se cumplen estos requisitos, ya no podemos hablar de género como una categoría
morfológica. Es preciso que esta categoría gramatical -que él llama selectiva, pero es
equivalente- debe aplicarse a todos los sustantivos. Cada uno de ellos debe estar en una
subcategoría o en otra. Si no sucede esto, ya deja de ser un sistema gramatical.
Alumno: ¿Entonces, según tu acepción de palabra, sólo existe dentro de una
oración, y no sola? Porque dijiste que todas las formas flexivas remiten a una sola palabra.
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 15
Profesora: Las palabras pueden existir solas. Yo me refería a que, por ejemplo,
niño, niña, niños y niñas, remiten a una sola palabra, en tanto entrada del diccionario. Pero
esa entrada, aunque no lo es, podría ser niña.
Alumno: ¿Palabra y lexema son lo mismo?
Profesora: No son términos equivalentes, pero tu pregunta apunta a lo anterior:
todas las variantes flexivas de niño corresponden al mismo lexema. El de lexema también
es un concepto abstracto: es el contenido denotativo de una palabra, no la palabra misma.
Como primera aproximación, podríamos decir que el lexema es una palabra teórica.
Alumna: Que se realiza con distintas formas.
Profesora: Exactamente. De todos modos, no todos los autores definen lexema de
la misma manera. Cuando hablamos de lexema, apuntamos al contenido léxico, y ya no a
la morfología.
Alumna: Por eso es que la flexión no es un proceso de formación de palabras.
Profesora: Claro. Por eso son llamadas formas de una misma palabra. Todo el
paradigma corresponde al mismo tema, es decir, a una noción abstracta de palabra. Los
autores, insisto, tiene distintas posturas sobre esto. Pero todos sostienen -en esto hay
acuerdo generalizado- que las reglas de formación de palabras corresponden a la
morfología derivativa. La morfología flexiva ya tiene la palabra, y lo que hace es preparla
para funcionar en la sintaxis.
Alumna: ¿La palabra es tal cuando ya la tengo en una oración?
Profesora: Lo hemos dicho al introducir el tema de morfología: depende del
enfoque. Si consideramos la palabra en cuanto a su constitución interna,
morfológicamente, es la unidad máxima de esta disciplina; pero en tanto unidad de la
sintaxis, es la unidad mínima.
Para terminar con la flexión nominal, una breve referencia a la categoría de
número. Así como dijimos respecto del género que las lenguas difieren, también lo hacen
en cuanto a la categoría de número: en griego, hay número singular, dual y plural. Hay
otras lenguas en que hay también número trial.
Pasemos ahora a la flexión verbal. Puede agruparse en dos grandes rubros: el
tiempo y la concordancia. El primero señala el momento en que ocurre lo expresado por
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9
el predicado verbal. Cada vez que emitimos un enunciado, este tiene una relación
determinada con el tiempo de la enunciación, que es el momento en que se produce el
enunciado. Este es el eje con el cual hay que establecer todas las relaciones temporales.
El momento de la enunciación es el aquí y el ahora, las coordenadas espaciotemporales:
en relación con este momento, pueden establecerse en el discurso relaciones de
anterioridad, simultaneidad o posterioridad. Así, a grandes, rasgos, podemos hablar de
tres instancias temporales, respectivamente, pasado, presente y futuro. Parece una
verdad de Perogrullo; sin embargo, este sistema de presente, pasado y futuro tiene
distintas formas de expresarse de acuerdo con las lenguas, y flexivamente presenta en
cada una de ellas específicas distinciones.
Además de este eje primero, el que se vincula con los denominados tiempos
deícticos, es decir, los que se vinculan con el momento de la enunciación, existen los
tiempos relativos, también llamados tiempos anafóricos. A través de estos se establecen
relaciones secundarias con algún otro tipo de eje temporal. Por ejemplo, consideremos:
Mientras yo hablaba, entró un alumno. La acción de entrar está en relación con una acción
anterior, la de hablar, que a su vez es anterior al momento de la enunciación.
La relación entre yo hablaba y entró un alumno se establece entre esas dos
instancias; y estas a su vez se retrotraen al momento de la enunciación. Otro ejemplo:
Cuando yo llegué a la facultad, había terminado de llover. La acción de llover, enunciada
en pluscuamperfecto del indicativo, indica una acción anterior respecto del momento en
que yo llegué a la facultad, que a su vez es anterior al momento de mi enunciación. Bien:
ese tiempo pluscuamperfecto es llamado tiempo anafórico, porque su ubicación temporal
no se vincula con el momento de la enunciación sino con otro tiempo del discurso. Desde
ya que, a su vez, todo termina por retrotraerse al momento de la enunciación; pero hay
una distinción clara entre aquellos tiempos directamente relacionados con el momento de
la enunciación, llamados tiempos deícticos, y aquellos tiempos relacionados entre sí en el
discurso, llamados tiempos anafóricos.
El modo, por su parte, es una categoría morfológica verbal, es decir, una
realización gramatical manifestada a través de la flexión verbal, que se relaciona con la
actitud del hablante. Esta actitud puede variar en dos sentidos: en primer lugar, en cuanto
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 17
enunciado. Por otra parte, el uso más habitual del condicional es en los llamados períodos
condicionales, en conjunción con el subjuntivo: Si vinieras a tiempo, encontrarías una silla.
En cuanto a los valores modales, también el futuro puede adoptarlos. Por ejemplo,
en Tendrá unos treinta años, no hay ninguna afirmación con respecto a un momento
posterior a la enunciación. El uso es modal, estoy haciendo una hipótesis que puede
parafrasearse: Debe de tener unos treinta años. Esto es posible en tanto el futuro siempre
tiene un grado de eventualidad. De lo único que podemos estar seguros es del pasado; ni
siquiera del presente podemos estarlo. Más allá de las connotaciones pragmáticas que
pueda tener mi afirmación, ya en esencia el futuro es eventual, en tanto no podemos
saber exactamente o aproximadamente qué sucederá. Por eso el futuro puede adoptar
usos modales.
Y a su vez, aunque el subjuntivo presente en español distinción de tiempos,
muchas veces esas distinciones se diluyen. Consideren: No creo que llueva hoy. Está en
subjuntivo presente. Pero también puedo decir No creo que llueva mañana, con lo cual el
tiempo presente del subjuntivo expresa un evento futuro. Sucede que en este ejemplo el
tiempo está dado por el adverbio. Esto significa que en subjuntivo las distinciones
temporales se neutralizan -concepto que traemos de la fonología- con muchísima mayor
facilidad que en el indicativo.
Una tercera categoría morfológica también exclusivamente verbal es el aspecto.
Indica la naturaleza del evento, en el sentido de si está concluido o no. Ahora bien, esta
categoría puede o no tener una manifestación morfológica; si la tiene, en español se
manifiesta en el contraste entre el pretérito imperfecto y el pretérito perfecto simple -antes
denominado indefinido-, es decir, amaba y amé. Si damos un ejemplo más complejo, se
verá mejor: Concurrí a clase aunque llovía copiosamente. Concurrí indica una acción
terminada, es decir, aspecto perfectivo; llovía en cambio expresa que ese evento no está
necesariamente concluido: es el aspecto imperfectivo.
Ahora bien, esta distinción entre acción o evento concluido y no concluido tiene
varias maneras de expresarse: una es morfológica -es decir, a través de un afijo de
flexión-, y es la que señalamos entre el pretérito imperfecto y el perfecto simple. Existe una
segunda, ya de carácter sintagmático, a través del contraste entre los tiempos
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 19
compuestos y los simples. Todos los tiempos compuestos del paradigma verbal indican
aspecto perfectivo, y todos los simples -menos el pretérito perfecto simple-, indican
aspecto imperfectivo. En tercer lugar, existen otras maneras de marcar distinciones
aspectuales, que retomaremos más adelante: a través de perífrasis verbales. Por ejemplo,
Comenzó a llover hace una hora. [Comenzar a + infinitivo] es una perífrasis que indica
inicio de acción.
Es decir que, desde el punto de vista morfológico, sólo tenemos distinción entre
acción concluida y acción no concluida; pero a través de las perífrasis podemos dar
muchos más valores aspectuales del evento: comienzo de la acción, finalización,
continuidad, obligación, etc.
Alumno: Pero en Comenzó a llover estoy usando el perfecto simple y expresando
una acción no concluida en cuanto a llover, pero concluida en cuanto al inicio.
Profesora: Claro, se entrecruzan el aspecto morfológico con el aspecto expresado
por la perífrasis. Es cierto. La acción de comenzar queda expresada como concluida. En
cambio si dijera Comenzaba a llover cuando entré a la facultad, la perífrasis indica
proceso.
Otro rasgo del aspecto es léxico y se vincula con la naturaleza del verbo. Este
aspecto ya no tiene realización morfológica. Hay verbos que, por su propia naturaleza
léxica, indican acción concluida. Por ejemplo, morir o nacer. En Juan nació a las dos de la
mañana, aunque además esté el refuerzo del uso del pretérito perfecto, la acción en sí
está terminada. A este tipo de verbos, Bello los llamó desinentes. Otros verbos, como
amar o tener, indican acción permanente, más allá de que podamos acotarlos en su uso.
Son todas distinciones de base netamente léxica. Todo esto lo retomaremos cuando
veamos perífrasis verbales.
Hemos dicho que el otro gran rubro de la flexión verbal es la concordancia. Esta es
un conjunto de rasgos que muestran su manifestación en categorías gramaticales: entre
sustantivo y adjetivo, en género y número, por un lado; y entre sustantivo y verbo, en
número. Pero además, entre sustantivo, o pronombre, y verbo se establece concordancia
según una categoría morfológica que todavía no hemos mencionado: la persona.
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9
***
Gramática
Fecha: 30/04/07
Teórico-Práctico № 4 Prof.: Paula Mahler
Profesora: Hoy es nuestra última clase antes del parcial, que es el jueves que
viene. Los últimos temas que serán evaluados en el parcial son los que se van a ver esta
semana. Eso quiere decir que entrará todo lo que veamos hoy y lo que verán en Teóricos
y en sus comisiones de prácticos. No entrará en este parcial lo que corresponda al teórico-
práctico del lunes que viene, ni al teórico del martes previo al parcial.
Hoy comenzamos a trabajar, de los temas de sintaxis, especialmente la estructura
de las oraciones. Ustedes han visto una introducción a la sintaxis y la definición de oración
con la que trabajamos en la cátedra. Nosotros veremos hoy por qué la cátedra sostiene
que la oración es una estructura jerárquica.
Ya hemos visto que en las palabras se verifica una estructura jerárquica, que
analizamos en las clases de morfología. Si bien las palabras y las oraciones son
estructuras sintagmáticas, su estructura no es lineal: no está dada simplemente por el
agregado de un elemento detrás de otro, sino que ambas presentan una estructura
jerárquica. Lo que nos interesa en sintaxis es descubrir, precisamente, cuáles son las
relaciones que las palabras mantienen entre sí en el marco de la oración; cuáles son las
marcas que nos permiten establecer esas relaciones y qué relaciones son obligatorias y
cuáles son opcionales.
En principio, las relaciones que se establecen entre las palabras dentro de la
oración son de tres tipos: relaciones de orden; relaciones a partir de conexiones explícitas
o implícitas y relaciones de selección de unas palabras sobre otras. Por ejemplo:
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4
Más allá de la definición de oración que se maneje, puede afirmarse que esta es
una oración. Una primera relación de orden que se detecta es la que se establece entre
[Los] y [niños], porque el artículo o determinante sólo puede ir a la izquierda del nombre.
Todas las lenguas tienen ciertas relaciones de orden establecidas, que se modifican
según la lengua. Existen lenguas, por ejemplo, en las que el núcleo de un sintagma sólo
puede estar al comienzo de la oración.
Veamos las relaciones explícitas. En esta oración, esas relaciones están dadas por
la concordancia: [los niños] está en plural y es 3ª persona, y [tiraron] incluye en su flexión
verbal una marca de plural y de 3ª persona. Esta es una conexión explícita.
En cuanto a la selección que las palabras ejercen unas sobre otras, encontramos,
por ejemplo, la que ejerce la preposición [hacia] respecto su complemento.
El concepto de selección implica el rasgo de obligatoriedad. Lo veremos con mayor
profundidad respecto de los verbos: cómo seleccionan sus argumentos, es decir, cómo
exigen determinados argumentos. La preposición exige un sintagma nominal después de
ella; a veces, un adverbio. Pero, en principio, sabemos que nunca podríamos encontrar
este contexto:
*[hacia ¯ .]
Por ejemplo, *[Los niños tiraron la pelota roja hacia] es agramatical. De eso se
tratan las selecciones que una palabra ejerce sobre otras dentro del marco de la oración.
Estas relaciones determinan una estructura interna de la oración. La cuestión es
entender cuál es esa estructura, si es lineal o es jerárquica. Como ya se ha mencionado,
la estructura de la oración es como la de las palabras, es decir, jerárquica.
Desde hace muchos años, en sintaxis se usan representaciones arbóreas de las
oraciones: sus elementos se representan mediante ramas y nudos. También pueden
hacerse representaciones por medio de corchetes, de la misma manera que se hace en
morfología.
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 3
Ahora veremos por qué es útil la representación arbórea, en comparación con una
lineal como la siguiente:
Esa representación señala que todas las palabras de la oración tienen la misma
jerarquía, es decir, que el tipo de relación que se establece, por ejemplo, entre [pelota] y
[roja] es igual a la que se establece entre [roja] y [hacia]. Aun sin saber sintaxis, en tanto
hablantes de esta lengua, sabemos que eso no es así. Este tipo de representación,
entonces, no marca las diferencias entre los tipos de relaciones, ni señala qué elementos
tienen que estar y cuáles pueden no hacerlo. De hecho, en este ejemplo, [roja] podría no
estar y la oración seguiría siendo gramatical, cuestión que no sucedería si faltara [la]: *Los
niños tiraron pelota roja hacia el techo.
Para determinar qué relaciones estrechas y relevantes mantienen las palabras
dentro de una oración, debe encontrarse una representación que permita reconocer los
constituyentes que las conforman. De hecho, como hablantes del español, podemos
determinar cuáles son los grupos de palabras relevantes dentro de esta oración.
Alumna: Sujeto, objeto directo...
Profesora: Primero, procedamos intuitivamente, sin las denominaciones.
Alumnos: [Los niños], [tiraron la pelota roja], el verbo.
Profesora: El verbo no es un grupo de palabras.
Alumno: [hacia el techo].
Profesora: Exactamente. Representemos con corchetes los grupos que
reconocimos:
¿La relación entre [tiraron] y [la pelota roja] es igual a la relación entre [tiraron] y
[hacia el techo]?
Alumna: La primera es más importante.
Profesora: Sí. ¿Por qué?
Alumna: Porque [hacia el techo] podría no estar.
Profesora: Está bien. Al mismo tiempo, no podría decirse: *[Los niños tiraron].
Alumna: Pero se puede cambiar de lugar, y decir: Los niños tiraron hacia el techo la
pelota roja.
Profesora: Sí. Precisamente, el modo en que se mueven los grupos al cambiar de
lugar indica que se trata de constituyentes. También podría decir: Tiraron las pelota roja
los niños hacia el techo, o Hacia el techo los niños tiraron la pelota roja e incluso, podría
ponerse el verbo al final: Los niños hacia el techo la pelota roja tiraron. No es agramatical.
Sin embargo, se establece una relación diferente entre [tiraron] y aquello que se tira
y [tiraron] y la indicación de lugar. Intuitivamente ustedes se han dado cuenta de que
[hacia el techo] podría omitirse, con lo cual están reconociendo elementos obligatorios y
elementos opcionales.
Vamos a representar esta oración, teniendo en cuenta los grupos de palabras que
hemos detectado:
O
A B
C E
D F
Como puede verse, intuitivamente ustedes separaron [los niños], que en esta
representación arbórea se representa como A y [tiraron la pelota roja hacia el techo], que,
como todo un conjunto, se señala como B. A y B son, entre sí, constituyentes inmediatos y
principales de la oración. Pero, a su vez, de B se desprenden dos ramas: por una parte, C
representa [tiraron la pelota roja], y por otra, E, [hacia el techo]1. Luego, siempre
extrayendo dos ramas de cada nudo (o nodo), se deriva [tiraron] de C y D, del cual se
desprenden [la] y G, nudo del cual a su vez se desprenden [pelota] y [roja]. Finalmente,
del nodo E se desprenden: el núcleo [hacia] y F, en tanto sintagma nominal [el techo].
De este modo, si se observa el árbol completo puede verse: en primer lugar, que se
señalan dos grandes segmentos: A: [los niños], y B: [tiraron la pelota roja hacia el techo].
En segundo lugar, se indica la independencia de [hacia el techo]. En tercer lugar, la
dependencia que sufre [la pelota roja] respecto de [tiraron]. En cuarto lugar, se muestra
que las oraciones tienen estructuras intermedias, a través de los nudos del árbol.
En la clase del jueves, van a trabajar la estructura de los sintagmas, y verán más
profundamente cómo se definen estos nodos intermedios en los árboles, que permiten
representar la estructura jerárquica de las oraciones.
En el árbol también puede observarse claramente que la relación entre [la] y
[pelota] no es la misma que entre [pelota] y [roja]: [la] funciona como un constituyente
inmediato de G, es decir, del grupo [pelota roja].
Alumna: ¿Por qué la relación entre [la] y [pelota roja] no es la misma que entre [los]
y [niños]?
Profesora: Porque en A no hay un adjetivo. Si hubiese uno que formase un
sintagma, debería ponerse otro nudo intermedio.
Esta segmentación se hace sobre la base de un único elemento que funciona como
sustituto del segmento completo. Ese único elemento es el núcleo de los sintagmas que,
como ya hemos visto, son clases de palabras léxicas.
Aquello que queda al final de las ramas son las construcciones. Una construcción
es un grupo de palabras entre las cuales se establece una relación sintagmática. [Los
1
Las letras no coinciden con las del texto de Di Tullio, pero son convencionales.
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4
sucede con una palabra aislada. Debe hacerse aquí una salvedad: en [¡Vamos!], por
ejemplo, sí aparece una palabra aislada que forma una construcción, que es la oración.
Esto se produce porque el modo imperativo no tiene persona. Es un ejemplo de lo que
llamamos casos marginales.
Las unidades intermedias, entonces, son constituyentes de las unidades mayores;
son construcciones en relación con los elementos que las conforman. ¿Qué es el análisis
sintáctico?
Alumna: Un análisis jerárquico.
Profesora: Sí. En el análisis sintáctico se representan las relaciones jerárquicas
dentro de la oración. Se supone que este análisis representa el conocimiento que los
hablantes tienen de la sintaxis de esa lengua.
Vamos a representar nuestra oración con corchetes, que es el modo que usaremos
para hacer el análisis sintáctico:
Siempre se mueven los grupos completos: nunca se separa [la] de [pelota roja], ni
[hacia] de [el techo]. Entonces, cada una de estas construcciones es un constituyente.
Segunda prueba: sólo un constituyente puede funcionar como respuesta a una
pregunta. Si se pregunta qué tiraron los niños hacia el techo, la respuesta es un
constituyente: [la pelota roja]; si se pregunta hacia dónde tiraron la pelota roja los niños, la
respuesta es otro constituyente: [hacia el techo]; qué hicieron los niños: tiraron la pelota
roja; quiénes tiraron la pelota roja hacia el techo: los niños. Lo que funciona como
respuesta es el constituyente completo.
Tercera prueba: los constituyentes pueden simplificarse:
[Los niños tiraron la pelota roja hacia el techo] > [Ellos la tiraron hacia allí]
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 9
[Los niños de quinto grado tiraron la pelota roja de cuero hacia el techo de la casa vecina]
Cuarta prueba: los constituyentes pueden identificarse porque conllevan dos tipos
de información que los hablantes de una lengua identifican intuitivamente y que nosotros
tendremos que identificar de manera explícita. La primera es la información categorial, y la
segunda, la información funcional. Un constituyente siempre tiene determinada
información categorial y determinada información funcional.
La información funcional siempre estará relacionada con la oración en la que ese
constituyente esté incluido, cuestión que no ocurre con la categorial. La información
categorial indica qué tipo de sintagma es esa construcción. Se denomina información
categorial porque la pregunta se orienta a la categoría o clase de palabras a la que
pertenece el núcleo de ese sintagma. En [Los niños], la información categorial indica que
ese sintagma es nominal, porque su núcleo es un nombre. En cambio, la información
categorial de [tiraron la pelota roja hacia el techo] señala que se trata de un sintagma
verbal, porque su núcleo es un verbo. A su vez, la información categorial de [hacia el
techo] es que se trata de un sintagma preposicional, porque su núcleo es una preposición.
Alumna: No entiendo la diferencia entre construcción, constituyente y sintagma.
Profesora: Un constituyente lo es siempre respecto de algo –es un concepto
relacional–. Por eso, la oración es una construcción, pero nunca es un constituyente. Un
sintagma se diferencia de un constituyente porque el sintagma no debe integrarse a nada
para serlo – es decir, no conlleva esencialmente un carácter relacional–. Podría hacerse
una lista de sintagmas nominales, de sintagmas preposicionales, etc., sin que ellos sean
constituyentes de nada. Para que esos sintagmas se transformen en constituyentes tienen
que estar en la estructura de una oración.
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4
Por ejemplo, en el sintagma [la pelota roja], la estructura es [la] y [pelota roja], es
decir, estos dos elementos son constituyentes de ese sintagma. Y asimismo, si tomamos
[pelota roja], tenemos dos constituyentes.
Alumna: ¿Y la diferencia entre constituyente y construcción?
Profesora: Una palabra puede ser constituyente, pero no construcción porque las
construcciones siempre se establecen a partir de relaciones sintagmáticas que requieren,
al menos, dos palabras.
La información funcional es la información sintáctica de una oración. En este caso
es importante el contexto oracional, ya que es el único ámbito en el que se dan las
relaciones sintácticas.
Sin embargo, veamos una oración como la siguiente: María encontró el pantalón
amarillo. Pueden señalarse claramente dos interpretaciones. La primera es que María
encontró el pantalón, que era amarillo. La segunda, que buscaba el pantalón, y cuando lo
encontró, vio que estaba amarillo. Si se dan estas dos interpretaciones y ambas son
posibles, deben poder representarse cada una sintácticamente, porque no se trata de un
problema respecto del significado de las palabras –la ambigüedad no es léxica– sino
estructural. Esas dos interpretaciones tienen que poder representarse por medio de
corchetes. En primer lugar, se establece la presencia de dos constituyentes principales en
ambos casos, según las letras con las que asignamos en nuestro árbol a esos dos
constituyentes: A y B, siendo A [María] y B [encontró el pantalón amarillo]. Ahora, tenemos
que concentrarnos en el sintagma verbal:
1ª interpretación:
[ María ] [ encontró [ el pantalón amarillo ] ] ]
2ª interpretación:
[ María ] [ encontró [ el pantalón [ amarillo] ] ]
1ª interpretación:
2ª interpretación:
Según la 1ª, el chico vio al hombre, que es grande; según la 2ª, el chico vio que el
hombre había envejecido. Cuando se sustituye en la 1ª, resulta: El chico lo vio porque
[grande] es un complemento de [hombre] y, por lo tanto, integra ese sintagma nominal. En
cambio, según la 2ª interpretación, [grande] ya no es complemento de [hombre] sino un
predicativo objetivo. Y si se hace la sustitución es: El chico lo vio grande. Ya verán en qué
consisten los predicativos.
Ya hemos visto las pruebas de movilidad, de las preguntas, de la sustitución y de la
expansión. La última es la oración hendida. Si tomamos la 2ª interpretación, es:
Entre los elementos que producen la incisión (verbo ser + que) queda el
constituyente entero: [con el telescopio].
Alumna: ¿Cómo sería para la 1ª?
Profesora: Para demostrar que es un constituyente, es suficiente con que pueda
hacerse para una de las interpretaciones.
Las distintas funciones de los constituyentes no son la única causa de la
homonimia o, por lo menos, no en el mismo sentido que acabamos de relevar. Veamos
este ejemplo:
1ª interpretación 2ª interpretación
[ Un viejo gobernante ] [ Un viejo gobernante ]
esp. n. comp. SN esp. comp. n. SN
1ª interpretación 2ª interpretación
[ Alicia piensa [ en su casa ] ] [ Alicia piensa [ en su casa ] ]
SP SP
Adj. circ. de lugar Compl. régimen
16 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4
En este caso, el análisis sintáctico no ofrece las herramientas para resolver esta
ambigüedad, que es netamente semántica porque se vincula con los papeles temáticos de
estos elementos, tema que veremos más adelante. Veamos un ejemplo más, que tiene
varias interpretaciones posibles:
El asunto aquí es quién viajó y cuál es la relación entre [Virginia], [los amigos] y [su
padre]. Veamos:
Alumno: Puedo interpretar, en primer lugar, que llenó el tarro de pintura con otra
cosa y, en segundo lugar, que con pintura llenó el tarro.
Profesora: Bien. Encorchetemos:
Cabe señalar aquí que esta ambigüedad no existiría si la preposición fuera [con].
Veamos las pruebas. Pueden tomar cualquiera de los dos ejemplos. Lo que tienen
que demostrar, si toman el primero, es que [el tarro de pintura] es un constituyente único.
Lo primero es poder moverlo:
Alumna: El tarro de pintura llenó.
Profesora: Bien. La segunda prueba es hacer una pregunta: ¿Qué llenó? La tercera
es expandir.
Alumna: Llenó el tarro de pintura con tornillos.
Profesora: No, porque [con tornillos] es un constituyente separado. Expandir
implica, como prueba, poder hacerlo en el mismo constituyente que estás tratando de
demostrar que es tal. Por ejemplo, Llenó el tarro de pintura Alba. Sigue la sustitución.
Alumna: Lo llenó.
Profesora: Bien. Finalmente, la oración hendida es: Fue el tarro de pintura lo que
llenó.
Alumna: ¿Esta es homonimia estructural?
Profesora: Sí. La interpretación se debe a la función que se le atribuyó a los
constituyentes en la oración.
Comparemos estas dos oraciones:
Una 1ª interpretación es que Juan es quien está en la foto. Una 2ª, que la foto
pertenece a Juan, y una 3ª: que Juan sea quien sacó la foto. La ambigüedad es
semántica, y la interpretación sintáctica es siempre la misma.
Es todo por hoy. En virtud del parcial que tienen la semana que viene, el lunes,
antes de comenzar con el tema que tenemos que ver, voy a contestar todas las preguntas
que necesiten hacer.
*** Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 15
Gramática
Fecha: 23/04/07
Teórico-Práctico № 3 Prof.: Paula Mahler
Profesora: Buenas Tardes. En la clase anterior vimos las diferencias entre prefijos y
sufijos y entre flexión y derivación. Hoy vamos a trabajar con un tipo específico de afijos,
que son los apreciativos. Después veremos los que se denominan formantes cultos y
finalmente, las categorías morfológicas. El texto básico con el que nosotros trabajamos es
Pena; el resto es bibliografía complementaria. Algunas de las cosas que vamos a trabajar
hoy están en Varela Ortega.
Para comenzar, sería interesante comparar los procesos de flexión y los de
derivación. En primera instancia, los procesos derivativos son creativos, mientras que los
flexivos no lo son. Son creativos porque mediante la aplicación de un morfema derivativo a
una base léxica se crea una nueva palabra. Puede hablarse del menemato o del
delaruato. Esas palabras están formadas sobre Menem y sobre De la Rúa porque el sufijo
–ato lo permite. Se arman sobre otras bases que ya existen en la lengua, como por
ejemplo, virreinato. Esto es lo que luego permite hacerlo sobre nombres propios.
Entonces, los prefijos y los sufijos derivativos son los que permiten crear palabras nuevas.
En español, al menos, los sufijos derivativos son más que los flexivos. Los flexivos,
de hecho, constituyen clases cerradas: podemos saber claramente cuántos son. En
cambio, la cantidad de afijos derivativos puede ampliarse. El afijo re- y la duplicación que
implica es un ejemplo de esto, ya que es un prefijo bastante nuevo. Incluso puede
afirmarse que está circunscripto sociolingüísticamente, ya que se da solamente en el
español de la Argentina, aunque la televisión puede haberlo llevado a otros lugares. Se
trata de fenómenos locales que las lenguas permiten; incluso, aparecen en el diccionario
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3
las palabras con re- como prefijo. Es un proceso que puede ser creativo en un momento
determinado y que quizás luego caiga en su uso. En este sentido, la flexión nunca permite
crear nuevas unidades léxicas: solamente permite flexionar unidades léxicas que sean
susceptibles de ser flexionadas, en tanto existen unidades léxicas que no lo son: las
preposiciones, los subordinantes. Los afijos flexivos componen clases cerradas, que se
denominan paradigmas. Por ejemplo, el plural nominal en español está conformado por el
siguiente paradigma:
-s
plural - es
-^
Estos son los únicos tres alomorfos para formar plural en español. El elemento que
determina qué forma debe usarse es de tipo fonológico. Estos paradigmas, además, son
para cada clase de palabra. El plural verbal no es igual que el nominal. En los verbos, los
morfemas flexivos son amalgamas, es decir, morfos en los que no se pueden separar las
categorías que indican. En comimos, la flexión es –imos: no se puede detectar qué
elementos corresponden al número, a la persona, al tiempo, etc. El paradigma de la
flexión verbal solamente puede darse en forma completa: el del modo indicativo, el del
subjuntivo, etc. Cuando se aprende la gramática de una lengua extranjera, se aprenden
estos paradigmas, que se corresponden con las conjugaciones. La clasificación en
conjugaciones ha sido armada por la gramática sobre la realidad de las lenguas.
El proceso derivativo puede cambiar la categoría gramatical de la base. En cambio,
en el proceso flexivo no hay cambio de esas categorías porque la flexión corresponde a
determinadas clases de palabras.
El proceso derivativo cambia la semántica de la base. Esto es inherente a su
capacidad como elemento formador de nuevas palabras. Finalmente, puede afirmarse que
la flexión es relevante para la sintaxis: es la porción de la morfología en la que aparece la
sintaxis en las relaciones de concordancia. Si tengo un sintagma nominal (SN) que
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 3
funciona como sujeto y que está en plural, cuestión que se detecta por los rasgos flexivos,
voy a necesitar en forma obligatoria un verbo en plural.
[ La jirafa blanca ]
SN
Perrazo
Poquito
Poquitito
Este tipo de sufijos permite la reaplicación de los mismos, cuestión que no sucede
con los derivativos. Es el caso de poquitito; también se puede decir chiquititito o
muchisísimo. En todos esos ejemplos, se reaplica el mismo sufijo apreciativo. Cabe
aclarar que esto no sucede siempre: no se puede decir *perrazazo”, así como tampoco se
pueden unir sufijos apreciativos que denoten diferente valor semántico. Se puede decir un
cochecito pero no, un *cochezacito, ya que no se puede adjuntar un diminutivo a un
aumentativo: entran en contradicción.
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3
Muchos autores afirman que los apreciativos están entre la flexión y la derivación.
Nosotros sostendremos que esto no es así. Son derivativos, fundamentalmente, porque
no pueden constituir paradigmas. El hecho de constituir paradigma es una condición sine
qua non de los sufijos flexivos y es lo que los caracteriza fuertemente. Los apreciativos no
tienen la relación con la sintaxis que sí tienen los flexivos.
Los apreciativos no cambian la clase de palabra. En sentido estricto, tampoco
cambian la semántica. Le agregan un rasgo diferente, pero no forman una palabra nueva.
Cuando se hace un plural, sucede lo mismo: se le agrega un rasgo a la palabra pero no se
forma una nueva. El hecho de que no cambien la clase de palabra los acerca a la flexión,
pero siguen siendo derivativos.
Los apreciativos no tienen especialización. En el caso de los sustantivos, puede
decirse:
Libro Bicho
Librito Bichito
Librazo Bichazo
Libraco Bichejo
En el caso de los adjetivos, también puede decirse poco, poquito pero no, *pocazo
porque el aumentativo entra en contradicción con el significado de poco. Los adjetivos que
indican colores no admiten este tipo de sufijación. Es decir: -ito sirve para sustantivos y
para adjetivos. Asimismo, pueden adjuntarse a adverbios: cerca, cerquita; lejos, lejísimo;
alto, altísimo, aun cuando los adverbios son palabras invariables, es decir, no flexivas.
El hecho de que no tengan relación con la sintaxis es otra característica que aleja a
los sufijos apreciativos de la flexión. No plantean ningún tipo de relación sintagmática
dentro de la oración. Las relaciones sintagmáticas, según Saussure, son aquellas
relaciones lineales que se dan entre signos y entre fonemas, es decir, entre unidades.
Esas unidades pueden ser desde la mínima (el fonema) hasta las sintagmáticas a nivel de
la oración. Son unidades lineales que tienen un orden, que se vuelve relevante.
Alumno: Se dan en presencia.
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 5
Ecología
Ecoturismo
Fóbico
exactos en español, pero eso no significa que dejen de ser palabras griegas. Ocurre lo
mismo con palabras como software: se utiliza en español pero sigue siendo una palabra
inglesa. En chatear, no puede decirse que chat sea la raíz en español. Habría que discutir
si tiene un significado léxico estable o no. De hecho, significa "charlar": en el idioma
original no está vinculado a la idea de escritura como en el uso que se le da ahora. Lo que
se produce en chatear es un proceso de derivación: a una palabra del inglés, se le agrega
un morfema de infinitivo: -ar. Todos los verbos nuevos pertenecen a la 1ª conjugación
porque es la más estable de las tres. La lengua es muy económica, tiende a optimizar
recursos.
Alumna: Las palabras que se forman por composición, ¿tienen uno o dos temas?
Profesora: Tienen un solo tema.
Alumna: Cuando en un ejercicio nos dan una palabra, ¿cómo se identifican los
formantes cultos? ¿Hay que saberlos?
Profesora: Nadie les va a dar un ejercicio sin los recursos para resolverlo. Los
ejercicios que se plantean en los exámenes no son capciosos. De hecho, algunos son
demasiado evidentes. Lo que deben hacer para reconocer los formantes cultos es trabajar
con las palabras. Por ejemplo, si se les da una palabra como logopedia: es el término que
se usa en España para referirse a la fonoaudiología, pero es una disciplina vinculada a los
chicos, a la educación. Pueden no conocer logopedia, pero pueden ponerla en relación
con otras que sí conozcan: enciclopedia u ortopedia y, en ese punto, determinar cuáles
son los formantes.
Alumna: ¿Filosofía no tiene raíz?
Profesora: Las palabras formadas por composición no tienen una raíz, porque son
el resultado de la unión de dos palabras. Si se descompone esa nueva palabra, pueden
detectarse las raíces. Pero lo que se forma es un nueva palabra, a la que se le pueden
aplicar procesos flexivos y derivativos. Podría decirse, por ejemplo, casaquintita.
Vamos ahora a las categorías morfológicas y, con ellas, vamos a dedicarnos a la
flexión morfológica. Ya sabemos que los morfemas flexivos son siempre sufijos; en
español, no existen prefijos flexivos. Las categorías morfológicas se definen como las
dimensiones en torno de la cuales se organizan las oposiciones dentro del paradigma
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3
flexivo. Para el español, las nociones o dimensiones son: número, género, tiempo, modo,
aspecto, persona y caso. Algunas son nominales, otras verbales y otras, pronominales. El
número, por ejemplo, es compartido, pero el caso es inherente a una sola clase de
palabras: los pronombres.
Las oposiciones se organizan dentro de estas dimensiones. En el género, la
oposición se da entre femenino y masculino: si aparece uno, no aparece el otro. En el
tiempo, esa oposición se da entre presente, pasado y futuro. Esto es lo que aparece en el
morfema flexivo. En el modo: indicativo, subjuntivo e imperativo. En el aspecto, la
oposición se da entre el perfectivo y el imperfectivo. El aspecto es el modo en el que se
desarrolla la acción: el perfectivo indica una acción terminada y el imperfectivo, una no
terminada. Esto se produce morfológicamente. Sin embargo, si tenemos en cuenta los
tiempos continuos, el aspecto no se indica desde la morfología sino desde la sintaxis, a
través de una perífrasis verbal, como sucede en estoy comiendo.
La oposición en el número se da entre singular y plural. Hay lenguas que, además,
tienen dual, es decir, tienen marcas especiales para indicar "dos". En español, nos queda
una palabra en la que aparece la idea de dual: ambos. En la persona, la oposición es
entre primera, segunda o tercera. Finalmente, el caso puede ser: nominativo, acusativo y
terminal.
Las categorías, entonces, son nociones que engloban oposiciones para cada una
de ellas. Esas oposiciones se organizan dentro del paradigma flexivo. En español, por
ejemplo, el singular no tiene marcas; el plural tiene las que vimos al comienzo de la clase.
El género se manifiesta en –a o en –o, entre otras posibilidades.
En el paradigma flexivo se plasman las oposiciones dentro de las categorías –son
intracategoriales-. Por eso, tenemos un paradigma verbal y otro nominal. Los paradigmas
son conjuntos cerrados de significantes que tienen el mismo significado.
Veamos en qué clases de palabras aparecen las categorías:
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 9
En latín, habíamos visto que puella aparecía como sujeto y puellam como objeto
directo. La forma, entonces, cambia de acuerdo a la función sintáctica. Veámoslo en
español:
1) Yo me lavo 2) Yo me lavo a mí
Sin embargo, hay una diferencia entre la competencia flexiva y la derivativa. Las
operaciones morfológicas flexivas son obligatorias: si tengo un verbo en plural, necesito un
sujeto en plural. En ese sentido, no hay elección posible y, por eso, son operaciones muy
rápidas, que además no tienen ninguna productividad. En cambio, las derivativas, o las de
composición de palabras, tienen lagunas, faltas de regularidad, etc. Por ejemplo: el sufijo -
or, puede indicar una acción o su resultado, como en temor; puede indicar un agente,
como en pintor; o un instrumento, como en transmisor. En los tres casos se trata del
mismo sufijo. De igual modo, una misma forma derivada puede tener significados
diferentes. La palabra entrada refiere tanto al lugar por donde se entra como a la acción
de entrar. Puede decirse: La entrada de los jugadores se produjo por la entrada de la
cancha. Los significados de ambas son diferentes, a pesar de haber sido formadas por el
mismo proceso de derivación. Esto no quiere decir que no sea posible sistematizar la
derivación. El hecho de estudiar los procesos estructurales es una forma de sistematizar
dichos procesos.
Una palabra no es posible en una lengua cuando opera sobre ella una restricción.
Las restricciones pueden ser:
- Fonológicas
- Morfológicas
- Semánticas
- Léxicas
***
Gramática
Fecha: 16/04/07
Teórico-Práctico № 2 Prof.: Paula Mahler
Profesora: Buenas Tardes. Esta clase va a ser la primera de las dos que vamos a
dedicar a morfología. Vamos a trabajar a partir de ejercicios, los cuales a su vez nos
permitirán reflexionar sobre ciertos aspectos de la teoría. En los Teórico-prácticos vamos a
ver, además, algunos temas que no se ven ni en los teóricos ni en los prácticos, como, por
ejemplo, cierto tipo de afijos -los apreciativos-.
Necesitamos trabajar con distintos tipos de lenguas, de acuerdo a cómo se
caractericen desde el punto de vista morfológico. En este sentido, en el cuadernillo
Ejercicios de morfología, página 15, tenemos el ejercicio con el que vamos a empezar
hoy. Es el ejercicio número 5, basado en el siguiente corpus del swahili:
porque su significado es: 1ª persona, singular, pretérito perfecto simple, modo indicativo y
aspecto perfectivo. Es decir, tengo persona, número, modo, tiempo y aspecto en el mismo
significante. Las lenguas aglutinantes carecen de estos morfos amalgama. La función
sintáctica de los pronombres se determina por el lugar del morfema en la palabra: si está
al principio, es pronombre personal sujeto; si está en el medio, es objeto. No hay variación
morfemática, ni flexión, ni caso.
Los primeros intentos de clasificar las lenguas del mundo tenían que ver con
cuestiones regionales, cuestiones genéticas de los tipos de lenguas. En el siglo XX, a
partir de las hipótesis chomskianas, se buscaron otros criterios de clasificación. Hoy salió
un artículo muy interesante al respecto, en el diario La Nación, sobre cómo y cuán rápido
los chicos aprenden a hablar. La hipótesis lingüística actual más fuerte es la de la
existencia de ciertos universales lingüísticos. La idea es que todas las lenguas del mundo
comparten ciertas propiedades. Por ejemplo: todas las lenguas tienen sintagmas; todos
los sintagmas tienen por núcleo una clase léxica. No hay lengua que no presente esa
estructura. La variación se produce respecto de la ubicación de ese núcleo en el sintagma:
en algunas lenguas puede estar al principio y en otras, al final. Entonces, pueden
agruparse las lenguas que tienen el núcleo al principio, por un lado, y las que lo tienen al
final, por otro. Las propiedades morfológicas son un criterio que se utiliza -y que se utilizó-
para clasificar las lenguas, ya que se encontró que había grupos de lenguas que cuyas
palabras las compartían.
A partir de este criterio, se llegó a la siguiente clasificación de las lenguas:
- aislantes o analíticas;
- aglutinantes;
- fusionantes o sintéticas;
- polisintéticas o incorporantes.
El primer grupo está conformado por las lenguas aislantes o analíticas, en las que
cada palabra tiene un solo morfema, como sucede en el vietnamita o en el chino. Este
rasgo hace muy arduo el hecho de aprender estas lenguas para los hablantes del español,
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2
por ejemplo. Nosotros tenemos procesos como los de derivación, que permiten
determinar, aun cuando no conozca la raíz de una palabra, si es un adjetivo o un
sustantivo. Estas lenguas dan muy pocas pistas en este sentido, porque cada palabra es
un morfema. En el vietnamita, no puede establecerse qué pasa con los verbos, si hay una
desinencia verbal o no. En chino, cada ideograma corresponde a una palabra. Esta es la
diferencia: no se adjunta un morfema para indicar categorías o procesos flexivos sino que
cambia la palabra completa.
Ahora bien, se habla también de lenguas aislantes ideales, porque, en general, las
lenguas son fuertemente de un modo en unos aspectos, pero también pueden presentar
características de otro tipo. En las aislantes, el orden de las palabras en la oración es muy
estricto, porque no hay marcas morfológicas que permitan indicarlo. En cambio, en
lenguas con muchísimas marcas morfológicas, como lo son las que tienen declinaciones,
el orden se vuelve prácticamente irrelevante. Es el caso del latín.
El segundo grupo está formado por las lenguas polisintéticas o incorporantes. Estas
son lenguas que aglutinan en grado sumo: pueden expresarse todas categorías en una
sola palabra. Por eso, las oraciones de estas lenguas pueden tener una sola palabra. El
mapuche es un ejemplo de esto.
Alumno: ¿Esas oraciones son a la vez unidades léxicas?
Profesora: ¿A qué llamás unidades léxicas?
Alumno: A las mínimas unidades fónicas con significado.
Profesora: Nosotros no hablamos de unidades léxicas. Las unidades léxicas para
nosotros son palabras, lexemas. Y, por otra parte, vamos a hablar de raíces y no de
unidades mínimas fónicas.
Veamos un ejemplo del mapuche:
/äu©a-man’äa-la-§a-n/
cazar – liebre – negativo – futuro – indicativo – 1ª persona singular
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 7
Wa-hi-nuhs-aahi:un: John
Aor-1ªS-casa-comprar-John
La primera frase significa: “La nena ama a la mamá”; la segunda, “La mamá ama a la
nena”. Dicho en español, mamá y nena no cambian su forma de una frase a otra, es decir,
el español no marca morfológicamente la función sintáctica que cumple la palabra en la
oración. En latín, en cambio, cuando una palabra cumple la función de sujeto, presenta un
morfema flexivo y cuando cumple la de objeto directo, otro. Ahora bien, al mismo tiempo
que estos morfemas marcan caso, indican que la palabra está en femenino y que
pertenece a la 1ª declinación.
Alumno: ¿Los morfemas flexivos pueden marcar una función sintáctica?
Profesora: Lo hacen de hecho en las lenguas con declinaciones: hay morfemas
flexivos que marcan la función sintáctica que cumple la palabra. Por eso, el orden de las
palabras no tiene importancia en este tipo de lenguas. Lo mismo sucede con el alemán,
que también es una lengua con declinaciones: las palabras cambian de acuerdo a la
función sintáctica que ocupan en la oración.
Ahora bien, el español es aglutinante en las categorías nominales. Hemos visto el
ejemplo de marino: el morfema derivativo no puede adjuntarse después del flexivo, porque
hay un orden establecido. Primero, se ubican los afijos de derivación y después los de
flexión. Respecto de los afijos de flexión, también hay un orden: primero van los de género
y después los de número. En cambio, en las categorías verbales, el español se comporta
como una lengua fusionante porque en un solo morfema aparece más de una categoría
morfológica.
Vamos a trabajar ahora la afijación -sufijación y prefijación- a partir del ejercicio n° 2
(pág.5). La primera consigna es: a) Lea atentamente el siguiente corpus, observando en
particular las características de la base, de los afijos y de los posibles derivados. A partir
de la comparación de estas palabras, vamos a ver ciertas características que presentan
los sufijos y los prefijos.
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 9
[ [ [ [camion] er ] o] s]
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2
[ [ [contitucion] al ] mente ]
velar fricativa sonora |g| y quedó /megum/. A su vez, todas las terminaciones en –um,
dieron –o en español: quedó /mego/. Se le agrega [con-] para no perder el valor de
"compañía" de esa palabra. Pero [-go], entonces, tiene significante y no significado. Pero,
insisto, este es un fenómeno aludido es residual. Se da en muy pocas palabras.
Alumno: ¿Son afijos flexivos?
Profesora: No, son derivativos. No hay afijos flexivos que no tengan significado. Los
flexivos son los que indican cómo se comporta la palabra desde el aspecto sintáctico: dan
las características respecto del género, del número y de la persona.
En la palabra pelirrojo: [-i-] es una vocal de enlace; en sentido estricto no tiene
ningún significado, pero nunca corta la raíz. Por eso es un confijo.
Alumna: ¿La vocal temática también sería un interfijo?
Profesora: Sí.
Alumna: ¿Los afijos de derivación no cambian la clase de palabra?
Profesora: No siempre. Pueden cambiarla pero no necesariamente lo hacen.
Alumna: ¿Eso no sería la función sintáctica de la palabra?
Profesora: No, porque un sustantivo, por ejemplo, puede ocupar muchas
posiciones sintácticas. Hay algunos sufijos de derivación que son indicadores de clase de
palabra pero no ocurre con todos. Los prefijos también son derivativos y no cambian las
clases de palabras. Todos los que vimos hasta el momento son afijos, clasificados de
acuerdo a la posición que ocupan en la palabra.
Los infijos, a diferencia de los confijos, segmentan la raíz: son morfos que se
insertan dentro de otro y hacen que la raíz se convierta en discontinua. El caso típico de
infijos se da en nombres como Carlos o Marcos. Las raíces son Carlos y Marcos
respectivamente. Pero en Carlitos, [–it-], que es el formante diminutivo, segmenta la raíz.
En cambio, en perro, la raíz es perr-: al hacer el diminutivo perrito, no hay segmentación
de la raíz.
Los circunfijos indican un proceso que se denomina parasíntesis, que da como
resultado palabras parasintéticas. En estos casos, el prefijo y el sufijo se unen
simultáneamente a la raíz. Hay una mutua dependencia entre ambos. Tomemos como
ejemplo enrojecer. La raíz es roj-. El verbo *rojecer no existe y el adjetivo *enrojo tampoco.
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2
El prefijo en-, que denota proceso, y el sufijo –ecer, que convierte a un adjetivo en verbo,
se adjuntan simultáneamente a la raíz. Lo mismo pasa con reverdecer y con atravesar,
que viene de través –no hay un verbo *travesar-.
Gramática 15
Profesora: Buenas tardes. Estas dos horas del teórico-práctico semanales -que
antes no se dictaban- implican un incremento de la carga horaria de esta materia. La
decisión tiene que ver, por un lado, con la disminución del estudio de la gramática en los
colegios y, por otro, con una nueva complejidad teórica, ya que no se sigue la línea de lo
que se venía estudiando. Asimismo, el incremento responde a la necesidad de ver más
profundamente algunos temas.
En estas clases vamos a encarar los temas desde un punto de vista práctico; sin
embargo, por un lado, todos los temas tienen siempre un fundamento teórico, y por otro –
esto es muy importante- va a haber temas que solo veamos acá y que no se verán en los
teóricos pero que, luego, se aplicarán en los prácticos. Ustedes tienen una guía de
contenidos y una guía bibliográfica: les aconsejo que siempre la tengan presente y que
vayan siguiéndola durante el desarrollo de los temas. En esta materia, entonces, cuenta
lo que se ve en los teóricos, lo que se trabaja en los prácticos, lo que se ve en los teórico-
prácticos y, fundamentalmente, la bibliografía que tienen que leer. La bibliografía no es un
accesorio: es central en los temas de examinación. Por eso, nuevamente les aconsejo que
vayan siguiendo la bibliografía –que se da pautada específicamente para cada punto del
programa– a medida que se ven los temas en las clases.
Esta es la única materia de gramática obligatoria que ustedes tienen que cursar, lo
cual implica que recibirán al principio todo el conocimiento gramatical con el que pueden
terminar la carrera de Letras. Es probable que la mayoría de ustedes hoy piense que no
2 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1
va a dar clases en un colegio secundario, por ejemplo. Sin embargo, es una salida laboral
que después resulta útil para muchos. Cuando se trabaja para editoriales como corrector,
como editor, lo que se usa es el conocimiento gramatical que ustedes van a recibir en esta
materia. Esto es para nosotros una responsabilidad social porque sabemos que un alto
porcentaje de los alumnos va a ir a dar las clases de la poca gramática que se ve en los
colegios secundarios solamente con lo que aprendan en este cuatrimestre.
Hoy vamos a empezar a trabajar con el tema de fonética.
Alumno: Antes de empezar tengo una pregunta: los alemanes, los ingleses y los
franceses dicen fonología.
Profesora: A lo largo de la clase voy a responder a eso.
Alumno: Pero Saussure dice fonética.
Profesora: Ustedes no empezaron todavía a trabajar con nosotros Saussure, pero
todos lo vieron en el CBC. Saussure se refería al signo lingüístico como la unión de un
significado y un significante.
Significado
Significante
lluvia
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 3
Cuando yo digo esta palabra, la pronuncio del siguiente modo: [‘½uºja] Si alguien
enseña lenguas extranjeras va a reconocer alguno de estos símbolos. Cuando yo emito el
sonido que está representado con la letra ‘ll’, mis cuerdas vocales vibran, porque yo ya
soy vieja. La mayoría de ustedes, que son jóvenes, pronuncian [‘§uºja] porque se está
produciendo un desplazamiento de este sonido en Buenos Aires. Las cuerdas vocales de
ustedes no vibran, como en Jésica Yolanda se pone la malla, pero las mías sí. En
Misiones, en cambio, dicen [‘ñuºja] y en La Rioja, [‘âuºja]. Estas cuatro maneras de
decir equivalen a cuatro sonidos diferentes. El signo es, entonces, una entidad abstracta,
es decir, psíquica, que contempla esas cuatro posibilidades de realización. Si esto ni fuera
así, es decir, si hubiese alguna diferencia respecto del significado, sería, por tanto, un
signo distinto y entenderíamos otra cosa porque la relación significado–significante sería
diferente.
Cabe aclarar que no vamos a trabajar con lo que comúnmente se denomina letra,
sino con otro sistema de representación, pautado también culturalmente. Existen muchas
lenguas que siguen siendo ágrafas en el siglo XXI, es decir, que no tienen un sistema de
representación a partir de la escritura. Asimismo, hay lenguas que no tienen un sistema
alfabético de escritura como tiene la nuestra. El chino, por ejemplo, tiene un sistema
ideográfico, en el que no hay correspondencia entre símbolo y sonido. Habiendo aclarado
que en el sistema de escritura no interviene en la fonética, definamos también que nos
referiremos a las letras como grafemas.
Las emisiones lingüísticas orales se perciben como un continuum, es decir, no se
pueden fragmentar. Esa es una de las características de lo que representamos entre
corchetes. Cuando empecemos a trabajar con los sonidos del español, veremos que
resulta muy difícil pronunciar muchas de las consonantes solas, como [m], [t] o [s].
Tenemos que encontrar, entonces, un sistema de representación de ese sonido, que
también es producto de una convención: el de la Asociación Fonética Internacional (AFI).
Ese es el sistema que tienen en el Cuadernillo de Trabajos Prácticos de Fonética y
Fonología de la cátedra. Por tratarse de una convención, es, hasta cierto punto, arbitraria.
De hecho, si buscan en algunos diccionarios, verán que no todos representan los sonidos
de la misma manera.
4 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1
por la nariz; cuando sube, por la boca. Al fondo de la boca, está la úvula, lo que
comúnmente se denomina campanilla. Los movimientos de la lengua se realizan con la
punta o ápice o con la parte de arriba o dorso. Puede verse, entonces, que tenemos
algunos órganos fijos y otros móviles. Los dientes y el paladar son fijos; la lengua y el velo,
móviles.
Hasta el momento hemos visto que en este proceso intervienen: el aparato
respiratorio, porque sin aire no hay sonido; las cuerdas vocales, que permiten diferenciar
los sonidos sordos, cuando no vibran, de los sonoros, cuando vibran; asimismo,
establecimos la existencia de un aparato fonatorio, que está formado por algunos órganos
móviles y otros fijos. Ese órganos entran en contacto de diversos modos. Los labios entran
en contacto entre sí, por ejemplo, en las consonantes de mamá. La lengua entra en
contacto con las zonas que no se mueven. Por ejemplo: en nene, entra en contacto con
los alvéolos; en tío, con los dientes.
Nos va a interesar, por un lado, el punto de articulación, es decir, la zona en la que
se unen dos órganos móviles o uno móvil y otro fijo. Por otro lado, debe tenerse en cuenta
la salida del aire. Por ejemplo: cuando digo barco, el aire sale de un saque, es decir, hay
un cierre y después sale todo el aire. En cambio, si digo frío o feo, no se produce un cierre
total de los labios para permitir la salida del aire. La diferencia entre la [b] de vaca y la [m]
de mamá es que, en el primero, el aire sale por la boca, mientras que en la [m] lo hace por
la nariz. Esto es el modo de articulación.
Hasta ahora sólo teníamos la indicación de que [m] es un símbolo, en este caso,
fonético. Para saber lo que ese símbolo representa es necesario considerar tres
parámetros que van a permitir su clasificación. Esos parámetros son: el punto de
articulación, el modo de articulación y la sonoridad o sordez. En general, se utilizan en ese
orden, que también es convencional. Entonces, desde esos parámetros este fono es:
sonoro (sonoridad/sordez)
caracterizar ese sonido, diremos que es palatal africado sordo. El fono palatal africado
sonoro se representa con este símbolo [â] y aparece en palabras como [‘konâuge],
cónyuge.
Todas las palabras en español tienen acento. Algunos de esos acentos se
representan ortográficamente con tilde. En el caso de chancho, la sílaba que lleva el
acento es la primera. En fonética, el acento se indica con un trazo [‘], sin ninguna
inclinación, antes de la sílaba correspondiente.
Veamos las oclusivas. Las oclusivas bilabiales son dos, una sorda y la otra sonora:
dos bilabiales. Yo puedo decir [en’bido], pero no lo hago. Podemos hacerlo, pero no está
incluido dentro de nuestro sistema. Lo mismo ocurre con el sistema de la [-s] final en el
territorio de Argentina: nosotros las aspiramos levemente; en Rosario, no las pronuncian y
en Santiago del Estero, pronuncian [s] que no existen. El sistema se presenta de ese
modo y no tiene sentido forzarlo. Pueden estudiarse las razones de aparición de
determinados fenómenos en cada región. Hay estudios sobre lo de Rosario, respecto de
la influencia de la inmigración italiana; sobre el quechua, en Santiago del Estero. Pero el
sistema es lo que es.
Veamos las dentales. La [t] es la sorda y la [d], la sonora.
[t] [d]
[‘tio] tío [dok’toä] doctor
[‘atlas] atlas [‘toldo] toldo
[‘täen] tren [‘kwando] cuando
[‘kjeäo] quiero
[‘poko] poco
[‘tanke] tanque
[ma’ma] mamá
[em’bi¶ja] envidia
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 13
La labiodental nasal [–] señala que el punto de articulación se desplaza hacia atrás.
Eso sucede cuando la bilabial entra en contacto con una consonante que tiene un punto
de articulación posterior. Por ejemplo, en una palabra como inferior [i–fe’äjoä]. No
pronunciamos la alveolar nasal [n], sino que la lengua entra en contacto con la zona en la
que se insertan los dientes en el paladar. En palabras como enfermo o enfoque sucede lo
mismo.
La alveolar nasal [n] aparece en:
[‘na¶a] nada (posición inicial)
[‘ana] Ana (posición intervocálica)
[‘antes] antes (en contacto con una dental sorda)
[an’daä] andar (en contacto con una dental sonora)
[en’rike] Enrique (en contacto con una vibrante múltiple)
[enla’ta¶o] enlatado (en contacto con una lateral)
La palatal nasal [µ] aparece en palabras como: [‘µato], ñato, y [eµe], eñe, es decir,
en posición inicial e intervocálica respectivamente.
La velar nasal [ø], en palabras como [‘maøgo], mango, o [maøko], manco, aparece
en los casos en los que las nasales entran en contacto con una consonante que es
posterior en el punto de articulación. Como las velares son posteriores, la nasal retrotrae
su punto de articulación.
Otro modo de articulación es el vibrante, caracterizado por un contacto
momentáneo del dorso de la lengua con el paladar. Existen dos vibrantes: la simple y la
múltiple. En el caso de la simple, el contacto es momentáneo; en el de la múltiple, se
produce una vibración repetida del órgano móvil. En el español, ese órgano móvil es
siempre la lengua. En otras lenguas, puede ser la úvula. En el cuadro aparece la uvular
[‘], que es la de palabras francesas como region, donde la úvula es lo que produce la
vibración. No es así en el sistema del español.
El contacto momentáneo y el repetido produce la diferencia que aparece entre:
14 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1
[‘peäo] pero
[‘pero] perro
Estos dos fonos son, asimismo, dos fonemas diferentes. La oposición /‘peäo/ vs.
/pero/ es un claro ejemplo de ello porque produce dos signos diferentes. Si alguien dice
[‘manko] en lugar de [maøko], no se produce ningún cambio de significado. En cambio, sí
sucede contrastando las vibrantes en ciertos contextos. Cuando trabajen la noción de
archifonema, verán esto más específicamente.
En el modo de articulación fricativo, como dije antes, se produce una breve
interrupción en el paso del aire que, después, sale con turbulencias. En español, las
bilabiales fricativas presentan dos fonos: uno sordo y el otro sonoro. El sordo no pertenece
al sistema del español. El sonoro es [º] y aparece en palabras como:
[a’ºwelo] abuelo
[la’ºaä] lavar
[a’ºäil] abril
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 15
***
Gramática
Fecha: 03/05/07
Teórico № 12 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes. El jueves que viene tenemos el parcial. Entra, como ya
saben, hasta lo que dé en la clase de hoy. Con respecto a bibliografía, entran completas
las de las Guías II y III. Con respecto a la Guía I, como ya dijimos, su desarrollo estará
repartido a lo largo del curso. De este modo, entran para el parcial Saussure, Di Tullio y
Lyons, pero no Bühler ni Halliday. Y con respecto a la bibliografía de la Guía IV, entran
todos los textos correspondientes a los puntos I y II y, en parte, el III. De la Ficha Nociones
sintácticas, entra todo el capítulo I y, del capítulo II, entran los puntos 1 y 2, es decir, "La
estructura interna de la oración" y "Las categorías sintácticas".
Hoy vamos a completar las definiciones de oración y luego nos vamos referir a la
estructura interna de la oración y al concepto de sintagma. Hasta aquí se les pedirá para
el parcial. Seguramente, se les pedirá que ejemplifiquen o identifiquen algún sintagma
nominal o verbal. Pero no entra para el parcial el análisis fino del sintagma nominal ni del
verbal. Sí entra la estructura del sintagma, porque, como veremos, es la misma para todos
los tipos de sintagma.
Han visto la semana pasada la distinción entre oración y enunciado, y también la
concepción de oración con la cual vamos a trabajar en el curso: oración como unidad
abstracta de construcción de la gramática. Esta definición claramente distingue entre
oraciones y enunciados, considerando a estos últimos como los datos que se le ofrecen
empíricamente al investigador. Uno de los primeros en establecerla, como ha visto, es
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12
Lyons. Pero esta distinción no ha sido siempre sostenida a lo largo de las tradiciones
lingüístico-gramaticales de la lengua española.
En primer lugar, tenemos en esta tradición un grupo de definiciones que han estado
orientadas al aspecto semántico-comunicativo. También han sido llamadas definiciones de
carácter nocional. Un ejemplo claro es la que aparece en la Gramática de Alonso y
Heríquez Ureña, del año '38, y que retoma el Esbozo de la Real Academia Española, en el
año 19731. Lo que sostienen Alonso y Heríquez Ureña es lo siguiente:
La menor unidad de habla con sentido completo se llama oración (...) Tener sentido
en sí mismo o tener sentido completo quiere decir declarar, desear, preguntar o mandar
algo. (...) Para tener sentido completo es necesario que el que habla afirme o niegue con
ellas, o pregunte o desee o mande, esto es, que tome una determinada actitud ante lo que
esas palabras significan (...) La actitud del que habla, sea enunciativa, o interrogativa, o
desiderativa, o imperativa, es lo que da unidad al pensamiento, porque se mantiene
idéntica a través de todas las diferentes palabras que conforman la expresión. La actitud
del que habla es también lo que hace completo el sentido porque con las significaciones
de las palabras enuncia, desea, pregunta o manda algo.
Y la RAE reformula:
Como puede verse, en ninguna de las dos citas se distingue entre oración y
enunciado, es decir, no distinguen entre datos empíricos y unidad abstracta de la
gramática. En realidad, están trabajando con los enunciados, a los cuales denominan
1
El título seguramente se debió a que tenían el propósito de publicar una Gramática definitiva que, como
tal, nunca llegó a publicarse. Sí se ha publicado en el 2000 una Gramática descriptiva del español, un
proyecto totalmente diferente y, recién ahora, en el último Congreso de la Lengua, se presentó una
Gramática de la Academia, que tiene un carácter, además de descriptivo, social -dicen los académicos-.
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 3
oraciones. El presupuesto básico para que una construcción sea considerada oración es
que tenga unidad de sentido. Lo que da esta unidad de sentido, según estos autores, es la
actitud o intención del hablante, es decir, lo que más modernamente ha sido llamado acto
de habla, es decir, cuál es el propósito o intencionalidad del hablante cuando emite un
enunciado: afirmar algo, hacer una pregunta, manifestar un deseo, formular un mandato,
un pedido, etc.
El problema es que esta definición es de índole pragmática -tomando los
desarrollos actuales-, pero no es útil para la descripción gramatical, porque es sumamente
vaga, poco precisa. ¿Qué es tener sentido completo? Esta crítica es retomada por Di
Tullio, a partir de Hernanz y Brucart: hay oraciones de las que no podemos dudar que son
tales, como por ejemplo:
Le di el libro a tu amigo.
Ahora bien, no fueron los generativistas los primeros en darse cuenta de esto.
Hubo antes otros intentos por definir la oración con criterios de índole formal. Uno de ellos
es el de Bloomfield, quien -como buen estructuralista que era- intenta orientar su definición
al aspecto sintáctico-distribucional. Esto significa considerar los contextos de aparición de
una hipotética unidad a la cual llamará oración. Su definición es la siguiente:
Nuevamente, expresiones como Sí, Juan, constituyen oraciones, así como Dijo que
venía. Sigue habiendo, como puede verse, una enorme diversidad estructural entre estas
construcciones.
Por su parte, Ofelia Kovacci, lingüista y gramática argentina muy conocida, trabajó
mucho dentro de la corriente distribucionalista de Bloomfield, es decir, el estructuralismo
norteamericano, tratando de unir los criterios de esta corriente con los de la gramática
estructural europea, centralmente la de la Escuela de Praga. De esta última toma la
noción de entonación: esta determina el límite oracional, es decir, segmenta el continuum
en oraciones. Dirá entonces que la oración es una construcción constituida por dos
componentes solidarios: uno sintáctico y otro suprasintáctico o suprasemgental: la figura
tonal. A partir de esta definición, ella extrae dos corolarios: el primero es que la oración
tiene autonomía sintáctica -con lo cual está tomando el criterio distribucionalista de
Bloomfield- y el segundo es que la oración es una unidad modal, es decir, revela la actitud
del hablante -donde vemos la influencia de Alonso y Henríquez Ureña-.
De todos modos, esta definición tampoco distingue entre los datos empíricos y la
oración como unidad de construcción de la gramática. De hecho, resulta una definición
suficientemente amplia como para englobar estructuras muy diferentes.
Por todo esto, nosotros vamos a manejarnos, en este curso, con una definición de
oración en términos de unidad de construcción de la gramática, distinguiéndola de los
enunciados como datos empíricos que se le ofrecen al lingüista.
Ahora precisemos nuestra definición. La oración tiene dos características básicas:
es una construcción que posee autonomía sintáctica y que contiene una predicación.
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 5
En estos casos, tenemos una relación entre sujeto y predicado, una relación de
predicación, pero implícita en tanto no está presente una flexión verbal; sin embargo,
podemos reponer, eventualmente, un verbo como ser: [Los medios son un desastre], [La
fiesta fue un éxito]. Incluso, hay casos en que el verbo ser está inmediatamente antes, y
se elide. Por ejemplo:
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 7
Tanto este caso como 3) y 4) son fenómenos de elipsis: podemos reponer el verbo
e incluso, como en 5), la predicación: [la película no es interesante].
En estos casos no podemos decir que no tengamos oraciones, porque hay una
relación de predicación, aunque esté implícita, y además hay autonomía sintáctica.
consideramos entonces que estas expresiones se alejan del prototipo, pero no dejan de
ser oraciones. Las llamamos oraciones de predicado no verbal.
Hjelmslev, un lingüista danés posterior a Saussure, tiene un trabajo llamado La
frase nominal, donde, justamente, analiza este tipo de oraciones. En lenguas como el
latín, cuando se trataba de oraciones con el verbo ser en presente, siempre estaba elidido.
Las gramáticas latinas hablaban, en estos casos, de oraciones de predicado nominal. Lo
que señala Hjelmslev es que cuando de todos modos está el verbo ser explícito, es por
motivos enfáticos. Lo mismo sucede en ruso.
Sin embargo, el predicado no verbal puede ser no sólo nominal, sino también
adverbial, como lo denominó la gramática estructural. Por ejemplo: El grabador, en la
mesa. Nosotros no nos dedicaremos a esto, porque son casos fáciles para el análisis
sintáctico y presentan pocas funciones.
Finalmente, consideramos oraciones no prototípicas a las del tipo:
6) ¡Alto!
7) ¡Fuego!
discutible: ¡A comer! parece tener un mayor grado de prototipicidad que ¡Fuego!, dado que
tiene un verbo, aunque no conjugado.
Hay otro tipo de construcciones que Di Tullio presenta en su capítulo al respecto, a
las que denomina fragmentos oracionales. Por ejemplo, la respuesta a un diálogo:
[Desde mí]
*[Desde yo]
*[Desde me]
como sobre, en construcciones como [Estoy sobre la tarima]. Todas estas dimensiones de
lugar parten de la preposición. Es otra razón de peso para considerar que son núcleo de
sintagmas, a pesar de que la preposición nunca pueda funcionar sin complemento.
Ahora bien, la gramática generativa toma una distinción que la gramática tradicional
sólo aplicaba a los verbos: transitividad versus intransitividad. Sobre esto hablaremos
mucho, más adelante. De todos modos, ustedes deben recordar de la escuela secundaria
que esta es una división clásica de los verbos. Los transitivos son los que llevan
complemento objeto directo, y los intransitivos, los que no -luego veremos que hay mucho
más para decir sobre esto-. La gramática generativa -como podrán ver en Di Tullio-
extiende estos conceptos a las demás palabras mayores, y dirá, por un lado, que todas las
preposiciones son transitivas, en tanto todas llevan complemento; por otro, dirá respecto
de los sustantivos y los adjetivos que algunos son transitivos y otros, intransitivos -ahora
veremos ejemplos-, y que los adverbios, por lo general son intransitivos, salvo los que
indican relación, como el que tomé para el ejemplo: cerca de, lejos de, etc. Son casos de
adverbios transitivos. Traigo esta noción porque nos va a ayudar a ver la estructura
general de todos los sintagmas.
Veamos ahora con más detenimiento el primer tipo de sintagma:
[Hijo de Juan]
[Padre de un niño de cinco años]
[Madre de un bebé recién nacido]
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12
Se es igualmente siempre hijo de alguien, así como padre de y madre de. Los
sustantivos relacionales, si bien pueden enunciarse sin sus complementos, los tienen.
Al comenzar este tema, dijimos que la teoría de la X con barra plantea una
estructura interna del sintagma potencialmente válida para todos los tipos de sintagma.
Esto es, que todo sintagma tiene, potencialmente, una estructura modélica, que podrá
llenar o no. En este sentido es que la gramática generativa utiliza los conceptos que
acabamos de especificar de endocentricidad y de transitividad. Veamos cómo es esa
estructura modélica:
SX''
Esp. X'
X' Mod.
X ZY
complemento y de este otro sintagma sonaría muy extraña, casi agramatical: ?[el
presidente de la Corte y de más edad].
Alumna: Pero podríamos decir [El presidente de más edad de la Corte]
Profesora: Claro, este sintagma, que llamaremos modificador, tiene mayor amplitud
de movimiento.
Alumna: Pero ¿no pasa a ser [de más edad] el complemento?
Profesora: No, porque la propia estructura léxica del sustantivo presidente está
exigiendo el serlo de algo, exigencia que está satisfecha semánticamente por [de la
Corte], pero no por [de más edad].
Otra característica diferenciadora: virtualmente, podríamos agregar infinitos
modificadores.
Por todo esto, en el diagrama general de la estructura del sintagma vemos que el
modificador no está al mismo nivel, como sí lo están núcleo (X) y complemento (ZY).
Tendrá que depender de una ramificación independiente. Así, de la primera proyección del
núcleo, que representamos X', dependen el núcleo y su complemento. Luego, de una
segunda proyección de ese núcleo -de ahí la repetición de X-, que expresamos
nuevamente X', podemos desprender el modificador. En este lugar de la estructura, la
segunda X', es donde el sintagma puede aumentarse. A esta posibilidad se la denomina
recursividad. Una estructura es recursiva en los lugares donde puede seguir agregándose
la misma construcción.
Finalmente, el diagrama se completa con la proyección máxima del núcleo, que es
el sintagma correspondiente, SX'', de donde podemos desprender el especificador. Por
esto la teoría se denomina de X con barra -en realidad, aquí representamos, por razones
prácticas, las barras con comas-: la cantidad de barras o comas indican en qué nivel
jerárquico de la estructura estamos.
Los elementos más unidos son el núcleo y su complemento. Dicha unión se
proyecta hacia otra instancia, de la cual puede depender un modificador. El hecho de que
repitamos X', en lugar de agregar más comas o barras indica que estamos ante una
instancia recursiva. Por otra parte, el especificador en cambio depende de una X con
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12
SX''
Esp. X'
X' Mod.
X ZY
En los tres casos, siempre [el avión] es un sintagma nominal: esta es su información
categorial. Pero en 1) es sujeto, en 2) es objeto directo y en 3) es complemento de un
sintagma preposicional. El mismo sintagma nominal cumple distintas funciones sintácticas
de acuerdo con el lugar que ocupe dentro de la estructura de la oración.
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12
Gramática
Fecha: 26/04/07
Teórico № 11 Prof.: Guiomar Ciapuscio
Profesora: Buenas tardes. Hoy, como les anuncié el martes, vamos a redondear
nuestra introducción a clases de palabras y luego vamos a entrar de lleno en el territorio
de la sintaxis, haciendo algunas consideraciones generales sobre este módulo central de
la gramática, anticipando algo sobre la noción de sintagma, central en sintaxis, y en la
última parte de la clase nos centraremos en la noción de oración como una de las dos o
tres -según el enfoque- nociones clave del nivel sintáctico.
Como dijimos, el tema de clases de palabras es una bisagra entre la morfología y la
sintaxis. Los hablantes tenemos un léxico mental almacenado bajo la forma de categorías,
esto es, las palabras, todas las unidades léxicas de nuestra lengua que conocemos, no
están depositadas caóticamente en el cerebro sin ningún tipo de orden, sino que, por el
contrario, así como categorizamos sonidos concretos mediante distinciones contrastivas
en el nivel de la fonología, también en el nivel de la morfología y de la sintaxis -niveles que
se cruzan en la unidad palabra- almacenamos las palabras en categorías. Hemos hablado
de las distintas denominaciones que se les da a estas categorías de palabras, es decir, lo
que conocemos como nombre, adjetivo, adverbio, verbo, conjunción, determinante, etc. Al
categorizar así todas las palabras de la lengua, asociamos con cada categoría una serie
de informaciones que conciernen, por un lado, al nivel fonológico: sabemos, por ejemplo,
cuál es esquema acentual que tiene una palabra -dónde cae el acento fuerte y dónde el
débil-, y sabemos también distinguir su conformación silábica. Por otro lado, al almacenar
palabras también asociamos cada categoría con informaciones morfológicas: hemos visto
que somos capaces descomponer palabras en sus formantes, de dar cuenta de por qué
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11
1)
_______ clase _______
la
esa
aquella
(...)
2) 3)
______ compré ______ ______ rápido ______
hoy más
yo es
la corro
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 3
N → SN
V→ SV
Adj. → SAdj.
de vista semántico, desvinculación puede ser interpretable como acción, y también como
resultado. Los nombres deverbales tienen esta doble posibilidad de interpretación: algo en
proceso, y el resultado de ese proceso, en este caso, el de desvincular. Evidentemente, es
un sustantivo; pero no es un individuo ni un objeto ni una cualidad. Por último, honradez
es un sustantivo abstracto para el cual tampoco nos sirve aquella descripción semántica.
Es decir que la semántica es orientativa para distinguir clases de palabras y nos sirve para
un gran número de miembros de la clase: aquellos que llamaremos miembros focales de
las clases de palabras, o también prototípicos.
Las clases de palabras tienen determinadas características morfológicas,
sintácticas y semánticas que son cumplidas por un número importante de miembros de
cada clase, pero no necesariamente por todos. Habrá miembros focales de cada categoría
-de la de nombre, por ejemplo, casa, mesa, tiza, mujer, niño, etc.-, que cumplirán con el
rasgo semántico asociado a la clase nombre; pero habrá otros miembros no focales de la
categoría, que no lo harán.
Alumna: ¿Cómo entendemos los nombres propios?
Profesora: Los distinguimos claramente de los nombres comunes.
Alumna: Pero están dentro de la clase de los nombres.
Profesora: Sí, pero con características bien específicas. Su semántica es
completamente distinta, y esta es su diferencia central: los nombres propios tienen
referencia, es decir, son capaces de hacer referencia por sí mismos. Si digo Pedro o
María, estoy señalando un individuo en el mundo. En cambio, los nombres comunes no
pueden hacer esto solos. El nombre mesa, para que adquirir esta capacidad, necesita, por
ejemplo, un determinante: la mesa. En el caso de la distinción entre nombres propios y
comunes, es el criterio semántico, el que divide claramente las aguas.
Ahora bien, miremos la semántica desde otro punto de vista y pensemos en un
contenido o rasgo semántico, por ejemplo, la idea, contenido o significado "preocupación",
y cómo puede vehiculizarse en la lengua en términos de categorías de palabras. Por
ejemplo:
Aquí la idea se realiza mediante la categoría nombre. Pero puedo decir esto de otro
modo, es decir, la lengua puede verbalizar la misma idea con otras categorías:
[Juan se preocupó]
[Juan está preocupado]
[Juan se preocupa]
[Juan es una persona preocupada]
sintagmática. Cada categoría, como dijimos, puede expandirse en sintagmas, los cuales
obedecerán reglas de orden lineal y de orden jerárquico.
Esta idea se puede generalizar del siguiente modo: las categorías o clases de
palabras pueden actuar como núcleos organizadores de sintagmas. Ser núcleo significa
gobernar morfológica, sintáctica y semánticamente a todos los acompañantes de ese
núcleo. Ustedes ya conocen a estos acompañantes según distintas terminologías, tales
como modificadores, atributos, etc. Nosotros preferimos enfocar la sintaxis desde esta
perspectiva. Por ejemplo, un sintagma nominal tiene como núcleo un nombre, y esto
mismo le da al sintagma nominal una determinada configuración estructural esperable.
Sabemos que esta es una configuración posible y admitida para los sintagmas
nominales -ya definiremos la noción de determinante, pero les adelanto que me refiero a
artículos, pronombres demostrativos, etc.-. Si el núcleo es un nombre común, yo puedo
predecir que una configuración esperable desde el punto de vista estructural será esa: un
determinante a la izquierda y un adjetivo a la derecha.
En cambio, cuando el núcleo es un verbo, en el sintagma verbal que se organiza
dependiendo de ese núcleo podré prever que a la derecha de ese núcleo habrá un
adverbio o bien un sintagma nominal:
[ Verbo____SN____]
SV
Por ejemplo: [Compré libros], [Vi al escritor], etc. Es decir que si el núcleo es un
verbo puedo predecir cierta configuración estructural; y, más aun -como veremos más
adelante-, dependiendo del tipo semántico del verbo, puedo también predecir ciertas
configuraciones. Por ejemplo, si los verbos son de la familia de leer o estudiar, es decir,
verbos que tengan como rasgo común de significado "actividad intelectual" o "actividad
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 9
volitiva", regirán un cierto tipo de sintagma nominal. No puedo decir *[Leyó una galletita], ni
*[Leyó una mesa], y sí, naturalmente, [Leyó un libro], [Leyó unas palabras], etc. Debe
haber una correlación semántica: los núcleos también ordenan, gobiernan el contenido
semántico posible -y, por tanto, predecible- de sus acompañantes.
Y esto no sucede solamente con los verbos. Si tenemos el sintagma nominal [una
roca], que sólo tiene un núcleo y un determinante, y quiero expandirlo agregando un
adjetivo, puedo decir [una roca dura / extraña / desconocida], pero no *[una roca
perversa]. Sé que roca es un nombre cuyo contenido semántico concreto incluye los
rasgos [-animado] y [-humano], por lo cual no admite adjetivos que exigen un instigador
humano, o dependiente de lo humano. Puedo decir: [un hombre perverso] y también [una
política perversa], ocultando el agente de esa perversidad metafóricamente, pero
sabiendo que detrás de esa perversidad hay un núcleo con el rasgo [+humano].
Hasta aquí mis argumentos para tratar de mostrar, de manera preliminar, la
importancia de las categorías gramaticales o clases de palabras para la sintaxis. Más
adelante, vamos a dedicar bastante tiempo a profundizar cada clase de palabras.
Haremos ahora algunas consideraciones generales acerca de la sintaxis.
Comencemos por la etimología de la palabra. Sintaxis es una palabra proveniente del
griego: syntaxis, que significa "organización", "ordenamiento" y también "relación". Una
definición bien neutra y a la vez operacional de la sintaxis es la siguiente: se trata de
aquella parte de la gramática que se ocupa de la combinación de palabras en unidades
mayores, como sintagmas y como oraciones. Podemos afinar nuestra definición diciendo
que estas palabras, que pertenecen a determinadas categorías y clases, van a formar
unidades mayores.
Aquí, otra vez, encontramos una idea que atraviesa todo el sistema gramatical, es
decir, es transversal a toda la organización lingüística: la idea de que, a partir de
elementos pequeños y de número reducido, podemos construir, mediante mecanismos
combinatorios, una infinito número de unidades mayores.
Aquí, el número acotado, finito, no es el de las miles y miles de palabras en tanto
unidades léxicas de nuestra lengua, sino el de las palabras en tanto clases de palabras a
las cuales se adscriben las unidades léxicas. Mediante este conjunto finito de elementos
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11
podemos producir infinitas oraciones. Esta es una vieja idea que retoma Chomsky en su
texto fundacional de finales de los años '50: con un número finito de elementos, los
hablantes somos capaces de producir y comprender infinitas oraciones.
Para mostrar esta idea de que son posibles infinitas oraciones con argumentos
lógicos -más allá de que básicamente la aceptamos: sabemos que, aunque vivamos
ciento cincuenta años, no habremos podido escuchar todas las oraciones posibles del
español, y que nunca se dirán ni se escribirán todas las oraciones posibles del español-,
un argumento de peso es que somos capaces de interpretar oraciones que jamás hemos
leído o escuchado. Estamos, todo el tiempo, confrontados a oraciones nuevas, que traen
significados nuevos. En tanto hablantes conocedores de los elementos menores de la
lengua y de sus posibilidades combinatorias, somos capaces de esta comprensión, y
además, de producir oraciones o enunciados novedosos.
Pinker, a quien ya les he mencionado, hace una comparación interesante entre esta
característica de todas las lenguas naturales y el ADN, es decir, el código genético. Dice:
es notable que la gramática de las lenguas deba también comprenderse en términos de
un sistema combinatorio discreto. Este último es aquel que se define por el hecho ya
mencionado: a partir de un número discreto de elementos -palabras, en este caso-, que
son objeto de selecciones, combinaciones y permutaciones, los hablantes producen
estructuras más extensas: frases, oraciones, que presentan, por cierto, propiedades muy
distintas de sus elementos constitutivos. A partir de un sistema combinatorio discreto,
como lo son las gramáticas de las lengua naturales, se puede producir un número infinito
de resultados de esas combinaciones. Y así funciona el código genético: sobre la base de
un número finito o discreto de cuatro clases de nucleótidos, estos se combinan formando
sesenta y cuatro tipos de codones, que a su vez se organizan en un número dado de
genes. Así se produce la infinita diversidad de la vida.
Tampoco es casualidad el hecho de que el descubrimiento del ADN, sus
propiedades y su mecanismo combinatorio, desde su inicio haya sido descripto y
explicado sobre la base de la metáfora de la escritura. Se dice que el ADN es un código;
un código a descifrar; se entiende en términos de letras, y de combinaciones de letras; se
habla, en biología, de sinonimia, de traducción, de transcripción del código genético.
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 11
Esta idea de un sistema combinatorio discreto que puede producir un número infinito
de resultados es también la que explica la inmensa extensión del lenguaje, junto con su
enorme potencialidad.
Según Pinker, además, la gramática es un código autónomo respecto de otras
capacidades cognitivas. Con esto quiere decir que esta capacidad de producir infinitas
oraciones a partir de un conjunto finito de elementos es independiente de lo que
comuniquemos, esto es, de su contenido semántico. De este modo, puede explicarse lo
que sucede en este ejemplo clásico:
Es un famoso ejemplo de Chomsky, en el que podemos ver una oración que, desde
el punto de vista gramatical, está perfectamente bien construida; se respetan todas las
reglas de la gramática: la concordancia, el orden de las palabras, etc., pero,
evidentemente, desde el punto de vista de su significado, la oración es muy extraña. En
primer lugar, las ideas no tienen color, en segundo lugar, las ideas no duermen, y menos
aun, furiosamente. Es decir, oraciones carentes de sentido pueden ser gramaticales. De
este modo, Chomsky intenta defender la autonomía de la sintaxis respecto del significado.
Volviendo a nuestro acercamiento preliminar, la sintaxis es entonces
fundamentalmente la posibilidad de construir infinitas oraciones a partir de un número
discreto de elementos, combinados según reglas y posibilidades combinatorias.
El conocimiento sintáctico, es decir, el que tenemos los hablantes respecto de la
sintaxis de nuestra lengua materna, es evidentemente algo muy potente, que no puede
entenderse en términos simples, tales como decir que, al adquirir la lengua, los hablantes
nos aprendemos una lista -enrome- de oraciones. Uno podría, efectivamente, pensar que
aprendió una lista de oraciones gramaticales del español; sin embargo esto colisiona
rápidamente con el argumento que acabamos de plantear: permanentemente estamos
interpretando oraciones nuevas y creando oraciones nuevas. La creatividad lingüística es
algo propio del hablante. Debe haber entonces un mecanismo mucho más potente que la
mera memorización de listas. Este mecanismo es el que la sintaxis -y en general la
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11
investigación gramatical- intenta entender. Vean que este enorme potencial, ese
mecanismo poderoso, debe poder explicar también por qué yo siempre puedo, a partir de
una oración dada, producir ampliaciones, oraciones más extensas. Por ejemplo:
[Juan le contó a Martín que [María dijo que [el tránsito está paralizado]]]
[Juan le contó a Martín que [María dijo que [el tránsito está paralizado] y [que los
pasajeros que van a Ezeiza están furiosos]]]]
Esta es, evidentemente, una oración del español sobre la cual podemos emitir juicios
de gramaticalidad: podemos asignarle un significado, está bien formada, no colisiona con
ninguna regla de la gramática. Ahora bien, interpretar estructuralmente esta oración quiere
decir describir cómo está conformada desde el punto de vista de sus constituyentes. Así,
puedo hacer lo que está desplegado en la segunda línea, donde categorizo cada una de
las unidades léxicas que tengo: [Juan] es un nombre propio; [compró] es un verbo; [obras]
es un nombre común; [de] es una preposición, etc. He asignado una interpretación
categorial: a cada unidad léxica le he puesto la etiqueta correspondiente a la clase de
palabra que representa, para tratar de entender cómo está organizada esta oración.
No está mal, lo que hice; les aseguro que todas las piezas están bien categorizadas.
Sin embargo, no estoy realmente dando cuenta de la conformación estructural de esa
oración. Dicho en otros términos, [la] no se relaciona con [en] del mismo modo que con
[Auster]; tampoco el nombre común [obras] tiene la misma relación con [de], que le sigue,
que con [compró].
Las oraciones no son de ninguna manera listas de palabras sueltas. Entre el nivel de
la oración y el nivel de las palabras individuales que la conforman hay formas de
organización intermedias. Una lectura correcta, criteriosa de esa oración, me dice que
entre [Auster] y [obras] hay una relación mucho más estrecha que entre [Auster] y
[compró]. [de Auster] es una unidad estructural que depende, toda ella, de [obras]. Luego,
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11
[en] no se relaciona con [Auster], aunque le siga, sino que está organizando otra
estructura: [en la Feria del Libro], que está en un mismo estructural que [obras de Auster].
Ahora bien, tenemos que mostrar pruebas de esto. ¿Por qué puedo decir que [obras
de Auster] es una unidad estructural?
Alumna: Porque, si cambio el orden, tengo que mover toda la estructura.
Profesora: Exactamente. Puedo decir: [En la Feria del Libro, Juan compró obras de
Auster]. E incluso podría interrogar por cualquiera de esos constituyentes, por ejemplo,
¿Qué compró Juan en la Feria del Libro? La respuesta sería toda la estructura: [Obras de
Auster].
Alumno: Se puede reemplazar también.
Profesora: Claro, puedo conmutar por pronombres: [Compró eso allí]. Es decir,
tenemos pruebas sintácticas que nos permiten descubrir niveles más sofisticados de
organización estructural en la oración.
Insisto con la idea: las oraciones no se constituyen a partir de una suma de palabras
sueltas, que "bailan", que están todas en el mismo nivel, sino que existen niveles
intermedios de organización, a los que llamaremos constituyentes. Desde ya, un
constituyente puede estar llenado por una sola palabra, como lo es [Juan], que resiste
todas las pruebas: ¿Quién compró obras de Auster en la Feria del Libro? Es respondido
con [Juan]; también puedo pronominalizar: [Él compró...], así como cambiarlo de lugar.
En estos niveles intermedios de organización estructural llamados constituyentes
tienen una importancia central las clases de palabras, porque cada constituyente está
organizado sobre la base y el gobierno de una clase o categoría determinada. Por
ejemplo, [en la feria del Libro] es un sintagma preposicional organizado por la preposición
[en], que es su núcleo; a su vez, [obras de Auster] es un constituyente organizado a partir
del núcleo nominal [obras], etc.
Hay una metáfora muy bella, en mi opinión, que usa Pinker para describir estos
modos de organización: dice que las oraciones son árboles. Y, de hecho, en gramática
generativa una oración como esta suele representarse mediante una estructura arbórea:
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 15
O (oración)
SX SY
SW SZ
de distinguir entre el nivel de los datos empíricos y el de los términos teóricos. Traducido a
nuestro objeto de estudio, esto implica la necesidad de distinguir entre las expresiones -las
palabras, las oraciones, los textos, los discursos- tal cual las percibimos, tal cual las
producimos, oímos, leemos, codificamos y decodificamos, de nuestros conceptos teóricos
acerca de esas expresiones, esto es, nuestras categorías para hablar de esos datos
empíricos concretos.
Lyons, junto con muchos lingüistas, plantea la necesidad de distinguir entre dos
niveles: una cosa es hablar de la conducta lingüística de las personas que hablan, por
ejemplo, español, y otra cosa muy diferente es interesarse por descubrir y explicar el
sistema lingüístico que está detrás de esa conducta, esto es, encontrar el tipo de
organización subyace a la elocución lingüística.
Dicho de otro modo, las expresiones lingüísticas son los productos de la conducta
lingüística de un hablante, y son algo directamente observable. Ustedes, en este
momento, están percibiendo la cadena de oraciones que yo profiero desde hace hora y
media. Y, desde ya, este es un imput o insumo esencial para un lingüista; pero, a partir de
esa diversidad enorme de datos a los que está expuesto un lingüista, este debe decidir
qué parte, qué aspecto de esa diversidad va a analizar.
Según Lyons, cuando un lingüista describe una lengua, por ejemplo el español, no
debe dar cuenta de todos los datos y todas las expresiones, sino construir un modelo de
esa conducta lingüística; un modelo que recoja las regularidades que subyacen a esa
performance, a esa actuación. A partir de la necesidad de abstraer, a partir de datos, el
objeto de análisis del lingüista, Lyons plantea una distinción entre enunciado y oración.
El problema, en nuestra disciplina -no digo que sea privativo, pero es particularmente
relevante- es definir los términos. Si recuerdan, hemos marcado la diferencia entre palabra
y término: este último es una palabra con un significado acotado en el marco de una
disciplina y de un conocimiento, mientras que la palabra es una unidad de la lengua
general. El problema en lingüística es que usamos una cantidad de palabras que, para
nosotros, son términos, y que al mismo tiempo se usan como palabras generales. Ningún
hablante que yo interrogue en la vereda me va a decir que no sabe lo que es una oración,
o un texto. Son palabras que usamos en la vida cotidiana. Decimos: No entendí el texto
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11
que leí, o Esa oración que dijiste es incomprensible, etc. Nuestro problema entonces es
que, de esas palabras de uso general, hacemos términos, y tenemos una fuerte necesidad
de definir nuestros términos.
Para referirnos a las oraciones -dicho en un sentido laxo y general- pensando en las
expresiones tal cual las proferimos o escuchamos, usaremos entonces el término
enunciado. Un enunciado es una muestra del producto de la conducta lingüística de un
hablante. Para oración, Lyons propone reservar el concepto de entidad abstracta, teórica,
deducida de las expresiones concretas. Podemos representar esta deducción mediante el
siguiente esquema:
Oraciones
Enunciados
La oración entonces es una unidad abstracta, teórica, construida por el lingüista, que
propondrá una definición estipulativa, esto es, una definición que fije los límites del
concepto que denomino con ese término.
Una definición de oración entonces será siempre una operación que realiza un
lingüista en el marco de una teoría lingüística dada. El enunciado en cambio designa las
expresiones -completas o parciales- formuladas por los hablantes. Esta distinción entre
oración y enunciado intenta delimitar claramente el territorio de los términos teóricos, para
separarlo de los datos empíricos.
Bien. A lo largo de los últimos modelos gramaticales desde el estructuralismo en
adelante, este concepto de oración ha sido definido de distintos modos. Encontrarán en
Nociones sintácticas una revisión de tres perspectivas principales sobre el concepto de
oración. La última concepción de oración es la que se corresponde con esta descripción
que acabo de hacer, de acuerdo con el texto de Lyons. Es la concepción de oración de los
modelos formales actuales, que concuerdan en la necesidad de definir a la oración como
una unidad de la gramática que cumple básicamente con dos criterios, que son realmente
formales, no vinculados con expresiones concretas. Se trata de criterios que captan las
regularidades de los datos, y son dos: por un lado, la oración tiene autonomía sintáctica.
Esto significa que es una entidad que no está incluida en una estructura mayor. Se ve
claramente, así, que se trata de un criterio formal. Por otro lado, el segundo criterio es que
la oración contiene una predicación; más precisamente, una relación semántica de
predicación entre los componentes básicos, regulares de las oraciones, es decir, las dos
funciones sintácticas conocidas de sujeto y predicado. Esta relación de predicación se
realiza entre un predicado sintáctico, que porta el verbo, y un sujeto sintáctico, el
argumento -llamado por muchos argumento externo-. Entre estos dos miembros es que se
verifica la relación sintáctica antes mencionada: la concordancia.
Seguimos la semana que viene.
***
Versión completa: Damián Grimozzi
16 Cod. 18
Gramática
Fecha: 24/04/07
Teórico № 10 Prof.: Guiomar Ciapuscio
Profesora: Buenas tardes. Les recuerdo la fecha del 1º parcial: jueves 10 de mayo
en el aula 324, en el horario de los teóricos: 17:00 a 19:00 hs. De ser posible, vamos a
disponer de otra aula para distribuirlos y que todos estemos más cómodos. Si alguno de
ustedes se enferma o tiene un problema especial, puede rendir en el examen
recuperatorio, que es una semana después y requiere una justificación escrita referida al
motivo de su ausencia. Los temas del parcial incluyen todo lo visto, tanto en teóricos como
en prácticos, hasta una semana antes del examen. El parcial se divide en dos grandes
partes, que tiene cada una el mismo puntaje: la primera consiste en ejercicios de fonología
y morfología, mientras que la segunda contiene preguntas de tipo teórico, ya sea
asociadas con los ejercicios dado o independientes de estos.
Ya hemos visto los procesos morfológicos y el tema de las categorías gramaticales
vinculadas con la morfología flexiva, excepto, según me informó la profesora Ferrari, la
categoría de caso, a la que me referiré hoy. Mi intención es realizar luego una introducción
general sobre el tema de las clases de palabras. Este tema posteriormente será motivo de
toda una unidad de la materia; pero es preciso abordarlo ahora en tanto es una suerte de
bisagra entre los dos módulos más importantes de la gramática: la morfología y la sintaxis.
Hemos visto en clases anteriores que la palabra es la unidad mayor de la morfología y es,
al mismo tiempo, unidad mínima del nivel sintáctico. Ahora bien, la definición más
elemental de sintaxis nos dice que esta zona central de la gramática se ocupa de la
combinación de palabras en sintagmas u oraciones. Es decir, la sintaxis se ocupa de la
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10
combinación de palabras entre sí, para conformar unidades mayores. Estas unidades
mayores son los sintagmas y las oraciones. Así, la palabra, en tanto una unidad mínima
de la sintaxis, se integra en unidades intermedias: los sintagmas, y estos en oraciones.
Entre la palabra y la oración tenemos, entonces los sintagmas. La sintaxis trabajará,
fundamentalmente, en el nivel de los sintagmas, es decir, concentrará su atención sobre la
expansión de la palabra en lo que tradicionalmente se conocía como frase. Dicho de otro
modo, en sintaxis, las palabras van a ser consideradas elementos nucleares de la unidad
sintagma. Hemos dicho que la oración es la unidad máxima de la sintaxis. Ahora bien,
sostener esto implica tomar una posición sobre el tipo de gramática que vamos a practicar.
Les doy un ejemplo de otra perspectiva: la gramática textual, para la cual el ámbito
de la sintaxis se expande al ámbito mayor de la unidad texto; este planteo es muy lícito, ya
que las oraciones se combinan entre sí para formar textos. En términos de una
contraposición esquemática, podríamos decir que el lingüista puede sostener una posición
más tradicional y privilegiar una gramática de la oración, o bien puede sostener una
posición textual, desde la cual quedarse en el nivel oracional resulta una reducción. Sin
embargo, todos los gramáticos coinciden en un punto: es en el ámbito de la oración donde
puede encontrarse el máximo de riqueza y diversidad de funciones lingüísticas.
Vamos a considerar entonces la sintaxis como combinación de palabras en
secuencias o sintagmas, en cuyo marco la palabra es considerada unidad mínima. Sería
también lícito preguntar entonces por qué, para la sintaxis, la palabra resulta fundamental;
y la respuesta es que las palabras pertenecen a diversas categorías, es decir, pueden ser
agrupadas en clases: nombres, adjetivos, verbos, adverbios, conjunciones, preposiciones
y determinativos. Todos sabemos que el léxico de nuestra lengua resulta susceptible de
ser agrupado. En nuestra mente, ya sea de manera implícita o explícita, todas las palabras
se encuentran categorizadas en clases. Y si cada sintagma es la expansión de una
palabra en tanto su núcleo, la categoría de esta palabra definirá las características del
sintagma correspondiente.
Quiero insistir en algo que ya hemos sostenido desde la primera clase: todos los
hablantes tienen conocimientos gramaticales. Lo que hacemos los lingüistas es,
simplemente, explicitar la manera en que se ordena y funciona ese conocimiento. Y, en
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 3
este sentido, aunque no puedan describirlo, todos los hablantes cuentan con un
conocimiento sobre las clases de palabras. A su vez, es este conocimiento referido a
clases de palabras el que nos habilita y el que nos permite formar oraciones y sintagmas
gramaticales. Es este conocimiento el que permite construir secuencias bien formadas,
secuencias que, al ser gramaticales, pueden ser interpretadas.
Estas categorías o clases pueden agruparse así:
N
Adj.
V. categorías
Adv.
Conj./Det.
Se trata de una clasificación entre otras, y es, justamente, lo que vamos a discutir
en nuestro curso. Ahora bien, toda definición, y su consecuente clasificación, implica
tomar como punto de partida una determinada postulación teórica. Siempre nos estamos
moviendo a partir de categorías teóricas determinadas; categorías que son propuestas,
formuladas, definidas y justificadas en el marco de una perspectiva teórica. Nosotros
vamos a tomar aquí un modelo clasificatorio muy consensuado en los trabajos de
lingüística contemporánea; pero, desde Varrón y sus dos categorías de verbo y nombre,
pasando por taxonomías de decenas de clases, existen muchísimas posibilidades de
clasificación para las palabras.
La respuesta a la pregunta sobre cuántas clases de palabras hay recorre la historia
de la lingüística. Sin embargo, actualmente, la mayoría de los especialistas dice que esta
pregunta está mal formulada. En realidad, debemos preguntar cuál es el criterio a partir
del cual se hace una clasificación determinada. Porque a partir del criterio teórico que elija
voy a proponer un número dado de categorías de palabras y, por lo tanto, esta larga
discusión sobre la cantidad de las categorías resulta ser, en realidad, una discusión sobre
qué criterios emplear para contraponer las distintas clases de palabras. Según el criterio
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10
estaría dando a entender, al no usar el dual correspondiente, que alguien tiene más de
dos piernas u orejas.
Antes de entrar en clases de palabras, veamos entonces, brevemente, la categoría
morfológica de caso. Suele decirse que es la categoría más gramatical, a partir de una
gran distinción entre los morfemas según estos estén más vinculados con el significado -
morfemas léxicos- o más ligados con un contenido relacional -morfemas gramaticales-.
Los morfemas léxicos transmiten un contenido descriptivo -por ejemplo, casa, auto,
rápido-; los morfemas gramaticales en cambio se vinculan, precisamente, con las
categorías morfológicas, las cuales se especializan en evidenciar contenidos de tipo
relacional o gramatical. En este sentido, el caso se considera más puramente gramatical,
porque sólo vehiculiza significados funcionales, es decir, un tipo de significados referidos a
las relaciones entre palabras. Dicho más específicamente, el significado del caso es la
función sintáctica que esa palabra realiza.
Para el español, el caso sólo encuentra expresión morfológica en los pronombres.
Por eso se la considera una categoría residual; proviene de la riquísima expresión de
casos que había en el latín. Veamos cómo en latín el caso marcaba las funciones
sintácticas:
En primer lugar, hay que observar las desinencias de las palabras. En el latín, los
sufijos no sólo nos dan información de género y número sino también acerca de la
posición o función sintáctica de las palabras en la oración. En Roma y en domina, la
desinencia en [-a] pertenece al caso nominativo: esto implica que la primera palabra es un
sujeto y la segunda, un predicativo subjetivo: ambas funciones sintácticas se cumplen en
ese caso. Por su parte, terrae posee un sufijo que expresa el caso genitivo, es decir, el
que marca la relación semántica de posesión o pertenencia.
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 7
"Yo vi al muchacho"
Tenemos un sujeto Ich, un verbo, gesehen -que en pasado que se construye con
auxiliar en participio: habe. Ahora bien, estamos en condiciones de traducir [Yo vi al
muchacho], donde [al muchacho] es objeto directo, porque den Jungen está en caso
acusativo, el caso típico de la función sintáctica de objeto directo.
En español, la categoría de caso ha quedado reducida, como dijimos, a los
pronombres personales. Esto significa lo siguiente: si tengo el pronombre de 1ª persona
en posición de sujeto sintáctico, estoy obligada a una elección formal: yo, y no me o mí.
Para el caso de la 3ª persona en posición de sujeto sintáctico tendremos las formas ella y
él. Si estos pronombres se encuentran en posición de objeto directo, tendremos: me para
la 1ª, así como lo/la para la 3ª, vale decir, el pronombre expresa la información funcional
correspondiente al caso acusativo: lo y la son formas que expresan el objeto directo.
Naturalmente, si aumento el paradigma de las personas al plural, tendré los y las.
Por su parte, la función del objeto indirecto se expresa en caso dativo. Para este
caso en español no distinguimos entre masculino y femenino, sino que tenemos una única
forma: le, como en [Le regalé flores a mi amiga]. En cambio, sí tenemos una variación en
número: [Les regalé libros a mis estudiantes].
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10
Un último caso que encuentra expresión en los pronombres del español es el caso
preposicional o terminal. Se manifiesta, por ejemplo, en: [De mí depende que la clase
funcione bien] o [A mí me gustan los días lluviosos]. Se suele llamar preposicional porque
está regido por ciertas preposiciones, es decir, la preposición ordena, comanda, exige
que, si es seguida de un pronombre, este pronombre se manifieste en caso terminal o
prepositivo.
Noten que la flexión de caso terminal no se encuentra presente para todas las
personas pronominales. En la 3ª, encontramos, por ejemplo, depender de él/ella; y en la
1ª plural, depender de nosotros. En estos contextos, el pronombre no flexiona en caso.
Pero, para la 2ª, sí lo haría si usáramos tú y no vos:
Alumno: No entiendo por qué Hockett sostiene que los casos son formas
flexionadas de los nombres que los adecuan para participar en construcciones
importantes en relación con los verbos.
Profesora: Los casos obligan a modificaciones flexivas. Cambio la flexión es un
cambio de forma. Cuando Hockett dice que los casos son formas flexionadas de los
nombres está diciendo que los casos son sufijos flexivos. Así como vimos que el caso se
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 9
consultar detalladamente qué bibliografía va para cada tema. Lo que voy a exponer ahora
se basa en el de Di Tullio y el de Bosque. El texto más inteligente sobre este tema es el de
Ignacio Bosque: Las categorías gramaticales. En la Guía IV, figura el capítulo 3 como
bibliografía optativa; pero un poco más adelante en el Programa, en la Guía VI, nos
dedicaremos por completo al tema de las clases de palabras, y allí encontrarán que tienen
como bibliografía obligatoria el capítulo 2 de dicho libro. Respecto de Di Tullio, para la
Guía IV son obligatorios los capítulos III, IV y V.
Si bien hubo cierto consenso sobre este inventario, gran parte de los gramáticos
también coincidió en admitir que esa clasificación se sostenía o se basaba en una mezcla
de diversos criterios. Así, en tanto había que deslindar las diversas clases, por ejemplo,
distinguir el pronombre del artículo, o el participio del verbo, se solía apelar a un criterio
posicional: se clasificaban las palabras de acuerdo con la posición que cumplían en la
oración. Por ejemplo, respecto de la preposición, se observó que no podía funcionar sola,
que necesitaba algo posterior. Por lo tanto, si quiero caracterizar a la preposición en
términos posicionales frente a otras clases de palabras, diré que la preposición es la clase
que siempre está delante de, ya sea un sustantivo, un verbo, un adverbio o un adjetivo.
Pero este criterio de posición no era el único que se utilizaba para deslindar las
diversas clases de palabras. Al mismo tiempo, también se recurría a criterios de tipo
morfológico para distinguir entre dos grandes clases de palabras: las variables y las
invariables. En el repertorio de palabras sensibles a la flexión, es decir, las variables,
figurarán entonces: nombre, adjetivo, verbo, pronombre, artículo y participio. Frente a
estas, las palabras que no admiten flexión o invariables son: gran parte de los adverbios y
las conjunciones.
A su vez, se recurría a un tercer criterio: el sintáctico. Tal vez ustedes hayan
incorporado este último, ya que es el que tradicionalmente se ha utilizado en el
secundario. Se trata de un criterio clasificatorio basado en las funciones sintácticas que
pueden cumplir las distintas clases de palabras. Por ejemplo, el sustantivo puede ser
sujeto, objeto directo, etc.
A su vez, sobre todo en las taxonomías iniciales, hay una presencia muy fuerte de
los criterios semánticos. Esto es así porque, en sus inicios, la gramática no era una
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 11
disciplina independiente sino que formaba parte de la filosofía. En este sentido, las
diversas categorías gramaticales eran identificadas con la clasificación de entidades
lógico-conceptuales. Desde esta perspectiva, los nombres designaban sustancias, los
adjetivos cualidades y los verbos, acciones o estados. Bosque se explaya mucho sobre la
extraña mezcla de criterios a la que recurrían las clasificaciones de la gramática
tradicional. Se postulaban inventarios, pero se mezclaban los criterios, lo cual indicaba la
existencia de una gran confusión conceptual al respecto. Y no sólo había confusión
respecto de los criterios clasificatorios a utilizar sino que además tampoco se los
empleaba de manera consistente. Esto fue así hasta la llegada de Saussure y el
estructuralismo.
Por el carácter mismo de su enfoque epistemológico, el estructuralismo siempre
trató de postular criterios homogéneos para sus distinciones categoriales. El
estructuralismo vio con claridad que, en todas las clasificaciones de las categorías
gramaticales, se daba esta mezcla de criterios. Frente a este panorama, trató de buscar
un criterio único; un criterio que fuera consistente y pudiera sostener la clasificación. Yo fui
educada de acuerdo con el paradigma estructuralista, según el cual, por muchos años, la
enseñanza de la escuela secundaria privilegió lo sintáctico, privilegio que cupo también a
la distinción de las clases de palabras. La idea era que, por ejemplo, si el sustantivo tenía
la función privativa, esto es, propia, no compartida con otras clases, de ser sujeto, esto
servía como criterio clasificatorio. Por su parte, el verbo tenía la función privativa y
obligatoria de ser núcleo del predicado; el adjetivo tenía la función privativa de modificar al
sustantivo; el adverbio, la de modificar al verbo, etc.
Sin embargo, a pesar de su atractivo, la clasificación sintáctica está llena de
inconvenientes: las funciones sintácticas son más compartidas que privativas. Diferentes
palabras pueden cumplir las mismas funciones sintácticas y, por lo tanto, el criterio
privativo del estructuralismo no resulta adecuado para deslindar y distinguir a las clases
entre sí. Actualmente, se sostiene que las funciones sintácticas no son términos primitivos,
es decir, no son criterios de base a partir de los cuales se puedan definir categorías
gramaticales.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10
Invirtiendo aquel criterio estructural, la gramática generativa dice que las funciones
sintácticas no son primitivas sino que, por el contrario, son funciones derivadas, es decir,
funciones que derivan de la categoría a la que pertenece una palabra determinada. Los
textos de Bosque y Di Tullio sostienen una posición intermedia. Por una parte, es
necesario mantener delimitada y separada la pertenencia categorial de una palabra
respecto de sus posibles funciones sintácticas. Por otra parte, veremos cuáles son las
posibilidades -lo digo en plural- del funcionamiento sintáctico. Es decir, vamos a estudiar
las diversas clases de palabras por las características internas de cada clase y, además,
por su potencial funcional. La estructura interna de cada una de las categorías que
estudiaremos puede ser definida a partir de factores morfológicos, de sus formantes, y de
los constituyentes en los que participa. Posteriormente, tendremos que considerar el
aspecto funcional: las funciones sintácticas que cada clase de palabra está en condiciones
de desempeñar.
En este sentido, vamos a distinguir una serie acotada de categorías, que ordenan
las palabras en nuestro léxico mental:
Verbo
Nombre
Adjetivo
Adverbio Léxico mental
Preposición
Determinativo
Conjunción
Digo acotada porque, como ven, no he incluido los pronombres, una clase que
estudiaremos de manera independiente debido a que sus características la constituyen en
una clase transversal a las demás; comparte rasgos de varias otras clases.
Ahora bien, nuestro conocimiento léxico mental no se encuentra conformado, de
ninguna manera, por una lista desordenada y arbitraria de palabras; por el contrario,
cuenta con un principio de ordenamiento dado, precisamente, por las categorías
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 13
gramaticales a las que pertenecen, y en función de las cuales se organizan, las distintas
unidades léxicas de la lengua. Dicho de otro modo, almacenamos el léxico de las lenguas
que hemos aprendido -y de las que aprendemos- de acuerdo con el principio organizador
de las clases. Almacenamos las palabras de acuerdo con las categorías a las que
pertenecen. Y, a pesar de las apariencias -generadas en cierta medida por la práctica
escolar-, la pertenencia de las palabras a sus respectivas categorías no es una mera grilla
inventada por los lingüistas, sino que implica que tenemos una suma de conocimientos
asociados a cada categoría: una información categorial.
Por ejemplo, respecto de los verbos, tenemos un conocimiento asociado a su
categoría: sabemos que los verbos son sensibles a determinadas categorías morfológicas:
tiempo, modo y aspecto como categorías propias, y persona y número como categorías
asociadas con el sujeto. Es decir, esta clase da la información que hace que el hablante
sea capaz de utilizar la variante flexiva adecuada en una situación de comunicación
concreta. Los hablantes cuentan con la información necesaria para juzgar como
agramatical un enunciado como *[Ella vi]. Los hablantes conocen la relación de
concordancia, y debe respetar sus reglas para producir secuencias gramaticales. Para
ello, además, el hablante tiene que conocer el paradigma flexivo de los verbos, las
personas, los números, los tiempos, los modos y los aspectos. Es decir, tiene que conocer
toda la información relacionada con las categorías morfológicas.
Aquí vale la pena insistir en que, a pesar de que la mayoría de las personas no
puedan definir teóricamente qué es un verbo o qué es un adjetivo, todos los hablantes
tienen en su cabeza la información de las distintas categorías de palabras. Los hablantes
manejan, en este sentido, un conocimiento instrumental vinculado con los verbos, los
nombres, los adjetivos, etc. Vale decir, no tenemos un repertorio de palabras sueltas, sino
que las tenemos organizadas por categorías. Tenemos repertorios de verbos, nombres,
sustantivos, adverbios, etc. Y esto es así porque, tal como señala Steven Pinker, las
categorías gramaticales son como las piezas del ajedrez: así como cada pieza tiene
determinadas posibilidades de movimiento, cada clase de palabra cuenta con
determinadas posibilidades sintácticas.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10
criterio para distinguir las clases de palabras. Actualmente, existe acuerdo sobre el hecho
de que, para describir y explicar las clases de palabras, necesitamos criterios de distinta
índole. Es decir, si bien, para la categorización de las palabras, vamos a necesitar
fundamentalmente datos morfológicos, estos datos no serán suficientes de por sí.
La evidencia morfológica es fuerte y confiable, porque, en este sentido, una palabra
presenta dos posibilidades: varía o no varía. Una palabra varía en género o no, marca el
modo o no, etc. Ya hemos comenzado a señalar, a partir de tu pregunta, por qué este
criterio no resulta suficiente. Hemos caracterizado el nombre por manifestar la categoría
de número y de género, aunque poseemos sustantivos como crisis, que no varían en
número.
También hay problemas morfológicos con los pronombres. Por ejemplo, sólo
considerando la subclase de los personales y, de ellos, sólo los del caso nominativo, es
decir, aquellos pronombres que pueden funcionar como sujetos:
yo
vos / usted
él / ella
En una oración como esta, la misma forma actúa como objeto indirecto. El
problema entonces es que la forma me presenta un sincretismo de caso: puede ser tanto
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10
dativo, es decir, función de objeto indirecto, como acusativo, es decir, función de objeto
directo, sin que esto se exprese en una alteración morfológica.
Veamos lo que sucede con el paradigma de los pronombres indefinidos. Si
contrastamos, simplemente, el existencial alguno/algunos vs. alguna/algunas, en términos
morfológicos, verificamos que hay variación tanto de género como de número. Sin
embargo otros pronombres indefinidos, como cada o nada, son invariables. Desde el
punto de vista morfológico, esto nos indica que en el subparadigma de los indefinidos
tengo caos. Dentro de una misma subclase voy a encontrar con comportamientos
totalmente distintos.
Son sólo algunos ejemplos que nos permiten sostener que el conocimiento
morfológico resulta ser una evidencia muy fuerte, pero no puede ser considerado un
criterio absoluto y definitivo. Por eso tenemos que sumar, en primer lugar, criterios de
orden sintáctico: considerar las potencialidades funcionales de las categorías; y, en
segundo lugar, información del plano del significado. El plano semántico nos ofrece
indicios que, sumados a los otros dos criterios de orden formal, nos van a permitir
distinguir y clasificar las diferentes clases de palabras.
Seguimos el jueves.
***
Gramática
Fecha: 08/05/07
Teórico № 13 Prof.: Guiomar Ciapuscio
Buenas tardes. Hoy avanzamos con los temas referidos a sintaxis. Ustedes ya han
visto el sintagma nominal, de modo que ahora podremos pasar a la parte más compleja
dentro de los componentes de la sintaxis. Veremos, en primer lugar, la organización de la
oración en sus rasgos principales, considerando para ello la oración simple, su
organización sintáctico-estructural, y la organización semántica que le corresponde.
Luego, nos concentraremos en la estructura interna del sintagma verbal.
Hemos definido ya a la oración como una unidad de construcción; unidad que, por
una parte, contiene una predicación y, por otra, posee independencia o autonomía
sintáctica. Ya sabemos que, desde su misma definición en tanto unidad de construcción,
una oración no está incluida en una estructura mayor.
Seguramente, en la secundaria, ustedes han trabajado con las nociones de sujeto y
predicado. Se trata, evidentemente, de las dos funciones macro de una oración simple.
También habrán visto que estas dos funciones, características de cualquier oración
prototípica, comparten ciertas propiedades funcionales: entre sujeto y predicado se verifica
la relación de concordancia en número y persona. Ahora bien, esta relación está articulada
sobre la base de la flexión verbal, en tanto elemento nuclear de la oración.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13
Por lo tanto, y desde el punto de vista estructural, los términos sujeto y predicado
se encuentran relacionados entre sí; más aun, ambos son interdependientes. Para definir
a uno de ellos, debo, al mismo tiempo, definir al otro. Siempre que un elemento es sujeto,
lo es de un predicado, y siempre un elemento es predicado lo es de un sujeto. Es un
requerimiento mutuo: siempre un sujeto necesita de un predicado, y siempre un predicado
necesita de un sujeto. La marca formal de esta relación se manifiesta a través de la
concordancia.
Estos rasgos son de carácter formal. Sin embargo, la oración simple no manifiesta
solamente un nivel de organización estructural, sino que también cuenta con un nivel de
organización semántica que le es propio. Habrá que considerar entonces también cómo
se organizan los elementos constituyentes de la oración desde el punto de vista del
significado.
Respecto del sujeto y del predicado, la gramática tradicional tendía a definirlos con
poca precisión; de hecho, tenía lugar en dichas definiciones una mezcla de criterios. Solía
caracterizarse al verbo, en tanto núcleo del predicado, como aquel elemento que realiza la
acción; mientras que se definía al sujeto como el agente de dicha acción. Cabe destacar
que, claramente, este tipo de definiciones no se distinguían por su carácter formal, sino
todo lo contrario. Y, como ustedes ya saben, a partir del desarrollo de las unidades de este
curso, lo que nosotros necesitamos son criterios formales, criterios que, en lo que respecta
a este tema, nos permitan determinar con rigor a los dos constituyentes básicos de la
oración. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que, tanto sujeto como
predicado, son nociones sintáctico-formales y que, por lo tanto, deberemos definirlos a
partir de este tipo de criterios. El sujeto de la oración es un constituyente de la misma, un
constituyente que cumple, necesariamente, con una determinada función sintáctica. Esto
quiere decir que el sujeto cumple un papel estructural, un papel que está en relación con
los otros elementos que integran la unidad oración. Tomemos un pequeño corpus de tres
casos:
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 3
S P
1) Juan rompió la ventana.
S P
2) Juan sufre de epilepsia.
S P
3) Juan fue mencionado por el ministro.
Ahora bien, esta paráfrasis, como decíamos, difícilmente resultaría aceptable en los
otros dos casos. Por ejemplo: *Lo que hace Juan es sufrir de epilepsia. Claramente, la
paráfrasis no nos convence, porque en esta oración [Juan] no es un agente activo que
lleve a cabo la acción con intención o finalidad. En cambio, desde el punto de vista
semántico, en 2), [Juan], aunque sigue teniendo la misma función sintáctica sujeto, es
aquel que experimenta o padece el estado denotado por el verbo. Decimos entonces que,
en términos de estructura semántica, la unidad léxica [Juan] de 2) es un Experimentante.
En 3) tenemos una voz pasiva: una oración construida con una frase verbal pasiva:
[fue mencionado]. Este núcleo verbal es complejo: está conformado por dos elementos
que forman un todo; además, tenemos [Juan] por un lado, y [por el ministro] por otro.
Evidentemente, este [Juan] no es Agente: él no se menciona a sí mismo. Evidentemente,
la paráfrasis no sirve, salvo que la apliquemos al ministro: Lo que hizo el ministro fue
mencionar a Juan. Detectamos entonces que el Agente no se corresponde con Juan, sino
con la estructura ubicada al final: [por el ministro].
En los tres casos, desde el punto de vista de la función sintáctica, [Juan] siempre
cumple el mismo rol de sujeto. Pero, tal como hemos visto, el rol semántico de Agente no
siempre se corresponde con la función sintáctica sujeto. En el ejemplo de la pasiva, el
Agente cumple otra función sintáctica -que ya veremos- y se ubica en el sintagma
encabezado por la preposición por. A su vez, en esta pasiva, el sujeto [Juan] ocupa el
papel temático de Tema o Paciente. Se trata de aquel sintagma de la oración sobre el que
recae el efecto o la acción expresado por el verbo. En este sentido, en 3), [Juan] es, desde
el punto de vista semántico, el objeto de la mención expresada por el verbo; es aquel que
fue mencionado.
S P
1) Juan rompió la ventana.
[Ag]
S P
2) Juan sufre de epilepsia.
[Exp]
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13
S P
3) Juan fue mencionado por el ministro.
[T]
Volveremos más in extenso sobre los papeles temáticos. Esta introducción del
tema tuvo por objetivo destacar que la noción de sujeto sintáctico no puede ser definida en
términos semánticos -como sí lo hacía la llamada gramática tradicional-. Desde el punto
de vista semántico, lo que funcionalmente es sujeto, puede cumplir distintos roles o
papeles. Por lo tanto, al sujeto sintáctico no podemos definirlo a partir de informaciones
semánticas, del tipo "agente de la acción", sino a partir de marcas formales. Lo que me
dice la semántica no es confiable porque, en esa misma posición de sujeto, podemos
tener distintos significados: desde el punto de vista semántico, el sujeto oracional puede
cumplir distintos roles, como vimos, Agente, Tema o Experimentante.
En primer lugar entonces, como marca estructural, debemos considerar la
concordancia en número y persona. A diferencia de otras lenguas, como el francés o el
alemán, en el español podemos encontrar el sujeto elidido, es decir, lo que habitualmente
se conoce como sujeto tácito o desinencial. Se trata de oraciones en las que el sujeto no
se encuentra léxicamente realizado, sino solamente expresado en la desinencia del verbo.
Cuando el sujeto no está expresado, nos remitimos al indicio que nos da el verbo
conjugado. Por ejemplo, si tengo una oración como [Llegó tarde], el verbo indica una 3ª
persona singular. Podemos decir que, desde un punto de vista léxico, el español es una
lengua que tiene la posibilidad de tener sujeto nulo.
Alumna: ¿Lo llamamos sujeto tácito o sujeto desinencial?
Profesora: Es igual, son dos denominaciones equivalentes.
Sigamos con las marcas formales. Otro criterio estructural es el de la posición.
Ahora bien, en el español la posición del sujeto en el marco oracional no es única o fija.
Por el contrario, el sujeto puede estar antepuesto o pospuesto, respecto del verbo. Sin
embargo hay un orden preferencial de tipo lineal; el orden más tradicional para nuestra
lengua es el de sujeto-verbo-objeto.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 7
(S) (P)
SN SV
Retomemos [Lloré]. Desde el punto de vista sintáctico, decimos que el verbo llorar
cuenta con un modificador, que cumple la función sintáctica de sujeto. Ahora bien, este
elemento, además de ser el sujeto sintáctico, cumple un rol semántico determinado, en
este caso el papel temático de agente, lo cual podemos verificar mediante la paráfrasis: Lo
que yo hice fue llorar.
Así, estamos considerando ya, a partir de estas nociones, los dos niveles en los
que se encuentran estructuradas las oraciones. Por una parte, existe un nivel formal, un
nivel propio de las funciones sintácticas y las relaciones entre los elementos; y, por otro,
existe un nivel semántico, organizado en argumentos. Ambos niveles se encuentran
interrelacionados; pero no dejan de ser distintos. Siempre es necesario distinguir que, en
una oración dada, los elementos del sintagma verbal cumplen determinadas funciones
sintácticas y que son, además, representantes de determinados papeles temáticos. Son
dos niveles de organización, dos niveles que ustedes deben reconocer sin confundir,
porque no hay de ningún modo una equivalencia uno a uno. Desde el punto de vista
sintáctico, ya hemos indicado que los verbos cumplen la función de ser núcleos de todo el
predicado. La función del verbo es la de organizar sintácticamente al predicado. Por
ejemplo, un verbo como decir, no sólo exigirá un sujeto, sino también un objeto directo:
alguien dice algo. Decimos entonces que el verbo requiere, exige o selecciona, de parte
de sus sintagmas acompañantes, el cumplimiento de determinadas funciones sintácticas -
nivel formal- y el desempeño de determinados papeles temáticos -nivel semántico-.
En síntesis, hay que distinguir dos características referidas al elemento nucleador
de la oración: desde el punto de vista semántico, el verbo es una expresión predicativa y,
como tal, requiere argumentos. Desde el punto de vista sintáctico, requiere determinados
constituyentes que cumplen determinadas funciones. Dicho de otro modo, a la hora de
conformar oraciones, es decir, a la hora de constituir sintagmas que se expandan de
verbales a oraciones autónomas, los verbos seleccionan, requieren o piden determinado
número de elementos.
Según la cantidad de elementos requeridos por el verbo, podemos clasificar los
verbos en tres tipos:
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13
En cuanto a los verbos del primer tipo, para expandir su sintagma verbal hasta
formar una oración gramatical, seleccionan un único argumento. Los verbos del segundo
tipo piden la presencia de dos argumentos: alguien produce algo; alguien dice algo, etc. A
su vez, con los verbos del tercer tipo, si queremos construir una oración gramatical,
deberemos recurrir a la presencia de tres argumentos: alguien da algo a alguien; alguien
pone algo en algún lugar.
Así, desde el punto de vista semántico, podemos verificar que en toda oración
subyace una determinada estructura predicativa. Ahora bien, esta estructura de tipo
semántico, se encuentra organizada alrededor del predicado semántico, el cual, a su vez,
exige determinado número y tipo de argumentos. Es decir, si el predicado semántico es
del primer tipo, se va a seleccionar un único argumento; en cambio, un verbo de tercer tipo
sólo va a poder funcionar con tres elementos argumentales.
Pero, a su vez, desde el punto de vista formal, cada uno de estos argumentos
desempeñará una función sintáctica determinada en el plano oracional. Consideremos el
verbo dar:
S P
Yo le di el libro a mi amigo
oi vn od oi funciones sintácticas
[Ag] [M] [T] [M] papeles temáticos
Dar requiere un sujeto, un objeto directo y objeto indirecto. Al mismo tiempo, estas
tres funciones sintácticas, desempeñan determinados papeles temáticos, exigidos por la
semántica del verbo: el sujeto [yo] es el agente [Ag] de la acción; el objeto directo [el libro]
cumplirá el rol de tema [T], y el objeto indirecto [a mi amigo], reduplicado por el pronombre
[le] cumplirá el papel de meta [M].
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 11
Ahora tomemos otro verbo del tercer tipo tres para distinguir que los argumentos no
siempre cumplen los mismos roles. El verbo poner requiere que alguien ponga algo en
algún lugar, por lo cual los papeles temáticos no son idénticos. El lugar que este verbo
pide es otro papel temático al que llamaremos Locativo.
Se ve claramente ahora que tenemos dos planos; por un lado, tenemos una
estructura organizada en términos de funciones sintácticas y, por otro, una organización
semántica de papeles temáticos.
Lo visto expuesto hasta aquí permite ya comprender claramente la metáfora del
verbo como director de orquesta de la oración. Es el verbo quien determina, por una parte,
el número de argumentos o participantes del predicado y, al mismo tiempo, el rol o la
función que le asigna a los mismos. Este rol de los participantes es doble: función
sintáctica y papel temático. El verbo posee una información léxica en sí, y cada verbo
posee determinadas características semánticas que le son propias e individuales: son
estas características las que explican qué tipo de sintagma es posible formar con ellos. Es
decir, la naturaleza del verbo indica cuántos argumentos o modificadores necesita y, al
mismo tiempo, qué rol cumplen estos argumentos, por un lado, desde el punto de vista
sintáctico-formal, y por otro, desde el punto de vista semántico.
Decimos entonces que los argumentos se realizan en determinadas expresiones
referenciales, y que estas expresiones referenciales presentan una configuración
estructural determinada, según el tipo de verbo del que, en cada caso, se trate. En este
sentido, es una tarea muy importante indagar qué tipos de verbos tenemos en nuestra
lengua, porque ellos portan en sí una importantísima información, tanto de índole formal
como semántica -información que es la clave explicativa acerca de cómo se configuran las
oraciones en el español.
Encontrarán estos temas explicados de manera clara y sencilla en la ficha
Nociones sintácticas. Allí también subrayamos que las funciones sintácticas son nociones
relacionales, es decir, nociones que no pueden ser definidas de manera aislada respecto
del contexto oracional. Dicho de otro modo, un determinado constituyente tiene una
función en relación a otro constituyente determinado. Siempre un sujeto lo es de un
predicado, etc. También hacemos hincapié en los dos aspectos mencionados: una oración
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13
presenta tanto una organización sintáctica como una organización semántica. Y a su vez,
encontrarán una serie de definiciones referidas a los distintos papeles temáticos que
pueden cumplir los argumentos o elementos de una oración.
Al respecto, nosotros nos manejamos con una taxonomía muy sencilla de papeles
temáticos: Agente, Tema, Experimentante, Beneficiario y Locativo. El Agente se define
como el participante prototípicamente humano que causa o realiza la acción enunciada
por el verbo. El agente es quien, de manera deliberada, provoca un determinado efecto.
Así, por ejemplo, en oraciones como [El estudiante rompió el cartel] o [Juan juega al
fútbol], tanto [Juan] como [El estudiante], además de sujetos sintácticos, son, desde el
punto de vista semántico, Agentes.
El Tema es aquella entidad que recibe el efecto del verbo; es la entidad que se
traslada por la acción del verbo, o que sufre un cambio. También se la considera como
aquella entidad cuya existencia o posición está siendo considerada. Por ejemplo, en
oraciones como [Adquirió varios inmuebles] o [Quebró la ventana]; tanto [varios
inmuebles] como [la ventana] desempeñan el papel temático de tema. En [María golpeó a
Juan], el sintagma [a Juan] es el que recibe el efecto enunciado por el verbo golpear y es,
por lo tanto, el Tema. Hagamos la salvedad de que, en aquellos casos en los que este
sintagma afectado presenta el rasgo [+ humano], se lo suele denominar Paciente.
Con el concepto de Experimentante nos referimos a aquel participante que sufre o
experimenta algún tipo de estado emocional o cognitivo. El Experimentante es aquel
argumento que experimenta un estado psicológico determinado. En este sentido, verbos
como sufrir, emocionarse, amar, sentir, gustar, exigen típicamente un argumento que
cumple el papel de Experimentante.
El Beneficiario es aquella entidad que es beneficiada, salvo que se considera esto
tanto en sentido positivo como negativo, es decir, también puede tratarse de una entidad
que resulta dañada o perjudicada por la acción que expresa el verbo. Por ejemplo, en [Los
empresarios vendieron materia prima a sus socios], el sintagma [a sus socios] es un
Beneficiario.
Por último, el Locativo designa una ubicación espacial, es decir, el sintagma que
cubre este papel temático conlleva un significado local o espacial. Es requerido por verbos
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 13
del tipo poner, ubicar, colocar, etc.: alguien pone algo en algún lugar. Esto hace que,
habitualmente, este papel locativo se manifieste, en la superficie sintáctica, a través de un
sintagma preposicional o adverbial
Algunos autores consideran también el papel temático de Meta, para señalar una
finalidad. Es el típico caso de la construcción que, desde el punto de vista sintáctico, llena
un objeto indirecto. Por ejemplo: [Regalé flores a mi mamá]. Nosotros subsumimos este
papel temático bajo el papel de Beneficiario.
Al igual que las funciones sintácticas, esta serie de papeles temáticos que
acabamos de enumerar coinciden en ser, también, conceptos relacionales. Agente, Tema,
Experimentante, Locativo y Beneficiario son conceptos que se definen en relación con los
demás elementos de una oración en particular. Un elemento será el argumento Agente de
una oración determinada; no puede definirse por sí solo. Se trata de conceptos
relacionales, precisamente, porque necesitan definirse en relación a otro elemento. En
este sentido, el verbo es el elemento que nos indica qué complementos y qué papeles
temáticos serán requeridos o necesarios para una oración determinada.
Ahora sí, como adelantamos, vamos a realizar una clasificación más fina de los
tipos de verbos con los que contamos el español. A partir de esta consideración,
podremos ir profundizando en la estructura del sintagma verbal. Respecto de este tema, la
bibliografía obligatoria es un fragmento de un artículo escrito por Amaya Mendikoetxea
que forma parte de la Gramática descriptiva del español de Bosque y Demonte. Es
importante que lo lean, porque complementa la exposición de la Ficha, la cual es muy
breve.
La gramática tradicional distinguía sólo dos tipos de verbos: los transitivos y los
intransitivos. Un verbo transitivo era aquel que exigía un objeto directo; uno intransitivo,
aquel que no lo exigía. Se trataba, por lo tanto, de un criterio sintáctico-formal. En este
sentido, verbos como decir y producir, pueden considerarse dentro de los transitivos,
mientras que vivir, trabajar o sonreír eran intransitivos, es decir, aquellos verbos que
nunca requieren un objeto directo para funcionar en una oración gramatical. Sin embargo,
habría que decir, en base a lo que venimos exponiendo, que se trata de verbos con una
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13
S P
Yo comí pastel de papas.
vn cod
Esta es una configuración oracional típica, si el núcleo verbal es de ese tipo. Desde
el punto de vista sintáctico, tenemos un sujeto y un predicado y, dentro de este, un objeto
directo, el cual podemos confirmar mediante la prueba de la pronominalización: [Lo comí].
También en cantar encontramos la misma configuración estructural: [Mi hermano cantó
una canción]. Sin embargo también es claramente gramatical [Yo comí] o [Mi hermano
cantó]. En ambos casos, el objeto queda presupuesto. Por lo tanto, tal como estos
ejemplos lo indican, existen ciertos verbos que, si bien se construyen con objeto directo,
pueden, igualmente, conformar oraciones gramaticales elidiéndolo. Llamaremos a este
tipo de verbos transitivos bivalentes, en tanto pueden toman un objeto directo o bien
obviarlo.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 15
En segundo lugar, existe un segundo tipo de verbos transitivos, entre los que
encontramos decir o proclamar. Podemos construir ejemplos como [Yo dije un discurso] o
[El gobernador proclamó abiertas las sesiones]. Sin embargo, a diferencia de los
anteriores, no puedo decir *[Yo digo] o *[El gobernador proclamó]: la construcción resulta
agramatical. En estos verbos es imposible elidir el complemento de objeto directo. Los
verbos que exigen la manifestación explícita del objeto directo se denominan transitivos
absolutos.
Ahora bien, cabe observar que, aun dentro de los intransitivos, a verbos como vivir
o morir pueden agregarse objetos: [Vivió una buena vida], [Murió una muerte dulce]. Si
bien no son los usos más habituales, sí tienen, entonces, la posibilidad de tomar usos
transitivos.
Precisamente para profundizar en estos distintos comportamientos vamos a tener
que recurrir a nociones de orden semántico, y redefinir la noción de transitividad. Diremos
que un verbo es transitivo cuando, desde el punto de vista semántico, ese verbo denota
un evento o estado que requiere la presencia de dos participantes o argumentos. A su
vez, estos dos participantes se distribuyen del siguiente modo: uno de ellos cumple la
función de sujeto sintáctico, y el otro, la función de objeto directo. En el caso de los verbos
transitivos, ese sujeto sintáctico puede desempeñar, desde el punto de vista semántico,
dos papeles posibles: Agente o Experimentante de la acción o evento denotado por el
núcleo verbal. Por su parte, el segundo argumento de un verbo transitivo desempeña el rol
de Tema o Paciente. Consideremos estos dos casos:
[Ag] [Exp]
[T] / [Pac]
Ahora hay que considerar los intransitivos, donde encontraremos más dificultades,
dado que bajo esa única clasificación se ha englobado tradicionalmente tipos de verbos
muy diversos y de comportamientos heterogéneos. Desde el punto de vista semántico, un
verbo intransitivo se define como aquel que denota un evento o actividad que sólo
requiere un participante o argumento. A su vez, este argumento será el que ocupe,
funcionalmente, la posición de sujeto sintáctico. Consideremos diferentes tipos de
intransitivos:
En ambos casos, se trata de verbos que sólo piden un argumento y que, por lo
tanto, pertenecen a la clase de los intransitivos. A su vez, este argumento se encuentra en
la posición correspondiente a la función sujeto. Ahora bien, tanto en 1) como en 2) el papel
semántico que cada uno de estos sujetos cumple es el de Tema. En 1) el sujeto [El rosal]
es aquella entidad sobre la que recae el efecto del verbo florecer y, tal como ya definimos,
un Tema es aquella entidad que recibe el significado del verbo, es decir, es su objeto
nocional. Lo mismo puede decirse del sujeto [La ropa], que no coincide con la voluntad
propia de lo agentivo, sino que, nuevamente, se trata de un constituyente que recibe los
efectos del proceso designado por el verbo. Esta es la diferencia de base entre los
inergativos y los inacusativos: los primeros presentan un único argumento Agente, los
segundos un único argumento Tema.
Ahora bien, esta distinción puede todavía afinarse y será útil para comprender sus
diferentes comportamientos. Los inacusativos son un grupo de verbos que, por un lado,
comparte ciertas propiedades de los inergativos y, por otro, tiene ciertos rasgos propios de
los transitivos. Esto es: a la manera de los intransitivos inergativos, tienen un único
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13
S [Ag] P
1) [Juan rompió la ventana]
v cod [T]
S [T] P
2) [La ventana se rompió]
v
En 1) estamos en presencia de un verbo transitivo, romper, que pide dos
argumentos: un Agente -cuya posición sintáctica será la de sujeto- y un Tema -cuya
posición será la de objeto directo.
En 2), dado que el verbo está pronominalizado, se construye con un argumento.
Ese argumento es sujeto sintáctico, pero su rol semántico no es el de Agente, sino el de
Tema. Esta pronominalización permite verificar que la relación semántica existente entre
el verbo [rompió] y [la ventana] es la misma en la versión transitiva que en la construcción
con un inacusativo: en ambos casos el argumento es tema.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 19
La alternancia causativa nos muestra la estrecha relación que existe entre los
verbos transitivos y los verbos inacusativos.
Esto es todo por hoy.
***
FE DE ERRATAS:
***
Cod.. 26
Gramática
Fecha: 15/05/07
Teórico № 14 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a completar el tema de los modificadores del
sintagma verbal, que comenzaron a ver en el teórico-práctico del lunes, considerando los
denominados predicativos. Tomemos estas dos oraciones:
En principio, podríamos decir que se trata de dos oraciones similares; lo único que
cambia es la índole del verbo. En ambas tenemos un mismo sintagma adjetivo,
[cómodos], actuando como modificador. Ahora bien, si hacemos la prueba de eliminar este
sintagma adjetivo, en 1) encontramos que la secuencia continúa siendo una oración
posible de la lengua: [Los pasajeros viajan], mientras que en 2) nos queda una oración
imposible para el español: *[Los pasajeros están]. Esto significa que en esta segunda
oración el adjetivo cómodo(s) presenta una característica particular, que distingue su
función respecto de la que cumple en la primera oración. El núcleo semántico de la
predicación de 2) no se encuentra en el verbo sino, precisamente, en el adjetivo: por eso
no podemos eliminarlo.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14
S P
Los pasajeros están cómodos
predicativo obligatorio
Ahora bien, en segundo lugar, ambos predicativos son de tipo subjetivo. Esto es, su
predicación está orientada hacia el sujeto oracional. Este rasgo queda muy claramente
indicado por la relación de concordancia. Si el predicativo estuviera en singular, debería
decir [El pasajero viaja cómodo]; si el género del adjetivo es femenino, el sujeto
concordará: [La pasajera viaja cómoda]. El vínculo necesario de la concordancia nos está
indicando que la función predicativa de los adjetivos está orientada a referirse al sujeto de
la oración. Y esto es independiente de su carácter de obligatoriedad o no obligatoriedad.
Es claro que no podemos decir *[La profesora está enojado]. La concordancia en género y
número nos indica que, en estos casos, el predicativo se encuentra orientado hacia el
sujeto.
Ahora bien, dicha capacidad del predicativo de seleccionar un sintagma nominal
sujeto también puede lugar respecto de sintagmas nominales que cumplen la función de
complemento de objeto directo, con el cual concordará flexivamente. Y, también aquí,
podrán ser obligatorios o no.
Tenemos, entonces, diversos tipos de predicativo, según dos coordenadas: por una
parte, distinguimos entretenemos los predicativos obligatorios y los no obligatorios, y por
otra, entre predicativos subjetivos y objetivos.
- subjetivos obligatorios
- subjetivos no obligatorios
Predicativos - objetivos obligatorios
- objetivos no obligatorios
predicativo -en este caso, subjetivo y obligatorio-, está constituido categorialmente por un
sintagma nominal. Es más, en [La mesa es de cristal], el predicativo se realiza a través de
un sintagma preposicional.
Consideremos ahora con más cuidado el tipo de verbos que aparecen cuando
tenemos predicativos obligatorios. Si bien soportan la flexión verbal y, por consiguiente,
expresan las categorías morfológicas pertinentes, no logran ser núcleos semánticos de la
predicación. Se trata de verbos a los que suele denominarse livianos, porque presentan
una muy escasa carga léxica; más generalmente, se los conoce como verbos copulativos.
Este tipo de verbos admite la sustitución de su predicativo por el pronombre
invariable lo. Así, podemos sustituir [La mesa es de cristal] por [La mesa lo es]. Cabe aquí
hacer una observación: este pronombre invariable no es el mismo que utilizamos cuando
pronominalizamos un objeto directo. La diferencia está en que no se trata del mismo caso
pronominal. El pronombre que sustituye a la estructura del objeto directo es un pronombre
lo en caso objetivo, y es variable: lo/s, la/s. En cambio, el pronombre que -con verbos
copulativos- sustituye al predicativo obligatorio, es invariable. Noten la diferencia:
En resumen, los verbos copulativos son los que llevan predicativo subjetivo
obligatorio; son verbos con poca carga léxica y, en este sentido, sólo soportan las marcas
flexivas propiamente verbales -tiempo, modo, aspecto, persona, número-. Los verbos
copulativos admiten la sustitución del predicativo subjetivo obligatorio por el pronombre
invariable lo.
Ahora bien, existe otro grupo particular de verbos, muy similares a los copulativos
pero que, sin embargo, presentan un comportamiento levemente distinto. Los
denominamos pseudocopulativos. Consideremos este ejemplo:
S P
[El asunto se volvió complicado]
vn pso
y es obligatorio, dado que no puedo decir *[Mi madre sigue]. Por lo tanto, se trata de un
modificador exigido por el verbo, un predicativo subjetivo obligatorio. El verbo seguir, con
esa acepción, es pseudocopulativo porque no admite el reemplazo pronominal: *[Mi madre
lo sigue]. De todos modos, ni los verbos copulativos ni los pseudocopulativos forman
grupos amplios; por el contrario, son muy pocos.
Los verbos pseudocopulativos entonces se construyen con un predicativo
obligatorio, pero no admiten la sustitución pronominal. El predicativo es obligatorio, porque
tampoco podemos decir *[El asunto se tornó] o *[El cielo se puso]. Verbos de este grupo
son: volverse, tornarse, ponerse, etc. En estos casos, tenemos predicativos subjetivos y
obligatorios, pero los verbos con los que se dan no son copulativos sino
pseudocopulativos. Su comportamiento gramatical no es exactamente el mismo, como la
propia prueba sintáctica que permite reconocerlos como diferentes lo muestra. Pero
además, profundizando un poco, los verbos pseudocopulativos, a diferencia de los
copulativos, presentan cierta carga léxica mayor; ya no se trata de verbos de tan escasa
carga léxica como ser y estar.
Con respecto a esto último, cabe hacer una salvedad: existe una diferencia de
carácter aspectual entre ser y estar. Si bien las gramáticas señalan que los copulativos
son verbos livianos y que tienen escasísima carga léxica, existe una distinción de tipo
semántica: el verbo ser indica una cualidad permanente; en cambio, estar indica una
cualidad transitoria, o bien una cualidad permanente que es la resultante de algún cambio.
Por ejemplo, en [Esos animales son cuadrúpedos], el verbo ser está indicando una
cualidad permanente. En cambio, en [El aula está limpia], estar indica una cualidad
transitoria. A su vez, en [Este animal está muerto], sí estoy indicando una cualidad que es
permanente, pero que es el resultado de un cambio de estado. En este sentido, no
podríamos decir *[Ese animal es muerto], salvo que haya sido muerto y se trate de una
frase verbal pasiva. Esta diferencia de orden aspectual, ligada a la naturaleza léxica de ser
y de estar resulta bastante difícil de captar para los extranjeros que aprenden español,
porque la gran mayoría de las lenguas cercanas al español no establecen dicha
diferencia.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 7
Pasamos, ahora sí, a considerar con cuidado los predicativos objetivos, ya sean
estos obligatorios o no obligatorios. Veamos las siguientes oraciones:
En 1), tenemos una oración bimembre de sujeto y predicado con sujeto tácito o
desinencial de 3ª persona singular. En el predicado tenemos dos modificadores: un
complemento de objeto directo, realizado por un sintagma nominal: [la respuesta].
Además, tenemos un sintagma adjetivo [oportuna], que concuerda con el núcleo de este
otro elemento modificador que acabamos de identificar en el sintagma verbal. El sintagma
adjetivo concuerda en género y número con el objeto directo. A partir de esta coincidencia
resulta posible inferir que entre estos dos elementos que aparecen como modificadores en
el sintagma verbal, existe algún tipo de relación.
Ahora bien, este primer sintagma adjetivo es optativo. Aunque el sentido del verbo
sufriera una cierta modificación, yo creo que podríamos decir [Juzgó la respuesta].
Muchas gramáticas clasifican juzgar como un verbo que requiere un predicativo objetivo
obligatorio; pero, desde mi perspectiva, esa obligatoriedad es, por lo menos, dudosa. En
cambio, en 2), el sintagma adjetivo no puede ser eliminado. No podríamos decir *[Declaró
el concurso]. Por lo tanto, en 1) se trata de un predicativo no obligatorio, mientras que en
2) se trata de un predicativo obligatorio.
En 3), tenemos un objeto directo [te], al que reconocemos porque puede ser
reemplazado pronominalmente: [lo creía]. Ahora bien, el sintagma [en Nueva York] es un
predicativo objetivo y obligatorio. Es obligatorio porque, en este caso, el verbo creer no
está usado con la acepción que tiene, por ejemplo, en Creo en lo que vos me decís, sino
con el sentido de "suposición".
En síntesis, los predicativos objetivos son modificadores que están orientados hacia
el objeto directo, y están habitualmente realizados por sintagmas adjetivos.
Ahora bien, el problema es cómo reconocer un predicativo objetivo sin confundirlo
con un modificador ubicado dentro del objeto directo. En primer lugar, podemos recurrir a
la movilidad para identificar constituyentes:
Profesora: Exactamente. En ese caso, podríamos pensar que esa respuesta fue
juzgada como oportuna, o que la respuesta juzgada fue la oportuna. Precisamente, yo les
di la posición canónica: cuando el modificador precede al objeto directo es, claramente, un
predicativo objetivo. En cambio, cuando el predicativo sigue al objeto, ya se vuelve menos
claro.
Casos de predicativos objetivos aún más difíciles de identificar son aquellos en que
el predicativo objetivo no se encuentra realizado por sintagmas adjetivales, como en el
ejemplo 3): [Te creía en Nueva York], donde el predicativo está expresado por un
sintagma preposicional. Este ejemplo es el más complicado: si yo no les hubiera dicho que
era un predicativo objetivo, muy probablemente ustedes me hubieran dicho que se trataba
de un adjunto circunstancial. Para reconocerlo, conviene introducir aquí un concepto muy
importante: el predicativo objetivo suele implicar, generalmente, una segunda predicación.
En este caso, la primera predicación es Yo creo algo, en el sentido de que supongo algo.
Pero puedo elaborar una segunda oración: Yo creía que vos estabas en Nueva York, la
cual demuestra que hay una segunda predicación, correspondiente a aquello que creo, en
este caso, que estabas en Nueva York.
En los otros ejemplos, si bien los predicativos objetivos son más claros, la
segunda predicación no resulta tan transparente, mientras que en los casos de
predicativos objetivos más complicados, lo que sí resulta más claro es el
reconocimiento de una segunda predicación. En 2), [Declaró desierto el concurso],
podemos parafrasear las dos predicaciones así: 1) Se declaró el concurso y, 2) ese
concurso estaba desierto. Hay dos eventos: el de declarar el concurso y el de que el
concurso esté desierto. El segundo corresponde al predicativo objetivo.
Recuerden entonces que, para casos más complicados como el de 3), conviene
sobre todo considerar la segunda predicación implícita, predicación que nos indica que,
en realidad, [en Nueva York] no es un adjunto circunstancial sino un modificador
obligatorio -no podría decir *[Te creía]- y, en tanto se encuentra referido al objeto
directo, sabemos que se trata de un predicativo objetivo.
Hay otros ejemplos aun más tramposos, por ejemplo, cuando el predicativo está
realizado por un infinitivo. Si digo [Lo veo venir], tenemos el núcleo verbal [veo], el sujeto
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14
implícito es 1ª persona del singular, un objeto directo [Lo] y el infinitivo venir que funciona
como un predicativo objetivo. Podríamos parafrasearlo así: veo que vos venís. Es dudoso
que sea obligatorio, porque también sería posible decir [Lo veo]. En términos de sintaxis,
este tipo de predicativos objetivos son los elementos más difíciles de identificar. Si ustedes
los entienden, no van a tener problemas para comprender los otros aspectos de la
sintaxis.
Nosotros no vamos a profundizar en el tema de la segunda predicación;
simplemente les indico el recurso de las paráfrasis para que vean más claramente que se
trata de predicativos objetivos. En los primeros dos ejemplos alcanza con la sustitución
pronominal; pero, en casos como el de 3), necesitamos hacer una paráfrasis para
reconocer la segunda predicación existente y, de esa manera, ver la relación entre el
predicativo y el objeto directo.
Alumna: ¿El hecho de que sea predicativo está referido a la función sintáctica?
Profesora: Sí, claro. Recuerden la distinción entre la información funcional y la
información categorial. Las funciones sintácticas siempre son relativas, y dependen de la
configuración de cada oración. En cambio, la información categorial siempre es la misma.
Por ejemplo, [oportuna], siempre va a ser un sintagma adjetivo. Lo que va a variar, de
acuerdo con la configuración estructural de la oración, es la función sintáctica que los
diversos tipos de sintagma van a realizar.
Alumna: Si digo que algo es un sintagma nominal, estoy haciendo un análisis
categorial; y si digo que ese sintagma es, por ejemplo, un objeto directo, ahí estoy
haciendo un análisis sintáctico.
Profesora: No: siempre estamos dentro de la sintaxis. Pero, dentro del marco de la
sintaxis, distinguimos dos tipos de información: la información categorial y la información
funcional. En tanto nos referimos a la información categorial, lo que hacemos es señalar la
índole categorial del núcleo de los sintagmas: si se trata de un nombre, de un adjetivo,
verbo, adverbio, o preposición. La información funcional en cambio se refiere al potencial,
a las posibles funciones que los sintagmas -clasificados en diversas categorías- puedan
llegar a cumplir y, efectivamente, cumplen en una oración determinada: sujeto, predicado,
modificadores, complementos, predicativos, adjuntos, etc.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 11
Alumno: ¿Se puede pensar que la información categorial está vinculada al eje
paradigmático?
Profesora: Tomemos la oración [Juzgó oportuna la respuesta]. Si armo un
paradigma en la posición del verbo, siempre voy a tener que poner un elemento que,
categorialmente, pertenezca a la clase verbal. Es decir, desde esta perspectiva, sí es
válido lo que decís: dentro del paradigma de los verbos, tomo uno y lo ubico en un eje
sintagmático de una oración particular. En el caso del verbo, siempre voy a necesitar tener
ese misma clase de palabras. Pero hay que tomar esto con cuidado: dentro del paradigma
que corresponde a la posición del complemento, puedo tener, en términos categoriales,
distintos tipos de sintagmas que, funcionalmente, resulten equivalentes. E incluso, no
cualquier tipo de verbo puede ocupar el lugar de juzgar. El paradigma será, si nos
atenemos a lo que se sostiene habitualmente, el de todos los verbos que se construyen
con predicativos objetivos obligatorios. En general, serán de verbos como ver, declarar,
considerar.
Por otro lado, verbos del tipo tener en los casos en los que el objeto directo se
refiere a un objeto inalienable exigen un predicativo objetivo obligatorio. Por ejemplo:
son partes inalienables de la persona. Por eso, si la construcción es con el verbo tener, y
el objeto es inalienable, la gramaticalidad exige agregar algún predicativo, que será
obligatorio. Todas las partes de la esfera personal -manos, ojos, pelo- ha sido llamadas
posesiones inalienables, término que acuñó Bally -uno de los discípulos de Saussure que
transcribieron el Curso-. En el mismo sentido, si dijera que alguien tiene los ojos, estaría
significando que hay personas humanas que no los tienen. Ejemplos similares son; [Tiene
los ojos verdes], o [Tiene el pelo rubio].
Veamos ahora algunos ejemplos de predicativos objetivos que, claramente, no
pueden ser considerados como obligatorios:
En cada caso, tenemos un complemento de objeto directo: [la carne roja] y [el
vino blanco]. A su vez, cada uno de ellos tiene un predicativo que se refiere a ellos,
respectivamente, [cruda] y [helado]; por lo tanto, se trata de predicativos objetivos. En
ambos casos, pueden construirse oraciones que elidan el predicativo. Resulta
perfectamente gramatical decir [Come la carne roja] o [Bebe el vino blanco], donde lo
que tenemos es un objeto directo con su modificador. Por lo tanto, estamos en
presencia de predicativos objetivos de carácter no obligatorio.
Sin embargo, podemos comprobar la persistencia de la doble predicación. En el
primer caso, podríamos parafrasear diciendo: Come la carne roja cuando está cruda. La
primera predicación es que come carne roja, y la segunda, que la come cruda. En el
segundo caso, podríamos parafrasear diciendo: Bebe el vino blanco siempre que está
helado. La primera predicación es que bebe el vino, la segunda, que lo bebe helado. De
todos modos, en tanto no son obligatorios, estas segundas predicaciones son omisibles:
podríamos predicar que, simplemente, se come o se bebe algo.
Alumna: ¿Los casos de segunda predicación se dan con los predicativos objetivos?
Profesora: En términos generales, sí.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 13
Podría significar "te veo muy bien, en cuanto a tu estado de ánimo", y, entonces:
¿es objetivo obligatorio u objetivo no obligatorio? Además, hay una ambigüedad de base,
porque, quizá, se trata de una persona que ve muy bien a otra en el sentido visual del
verbo ver. Entonces, si se trata de ver, sería un predicativo no obligatorio; porque
perfectamente puedo decir [Lo veo]. Pero a su vez, ¿sería objetivo o subjetivo?
Alumno: ¿No podría ser un adjunto circunstancial de modo?
Profesora: Considerémoslo detalladamente. En [Te veo muy bien] tenemos, en
primer lugar, un objeto directo [te]. Además, desde el punto de vista categorial,
encontramos un sintagma adverbial: [muy bien]. Hemos dicho que, si bien no es muy
frecuente, algunos predicativos pueden estar realizados por adverbios. Ahora bien, si
quiero decir que veo saludable a alguien, en ese caso es parafraseable o equivalente a
saludable: tendríamos un predicativo objetivo obligatorio. Ante la objeción de que la
obligatoriedad es dudosa porque podría decir solamente [Te veo], no es así, en tanto te
veo muy bien ya es casi una expresión lexicalizada, por lo cual el verbo ver no está
funcionando con su sentido pleno de percepción visual, sino de consideración o
evaluación del estado del otro. Desde la perspectiva que toma a ver como una expresión
lexicalizada, yo me inclinaría por considerarlo un predicativo objetivo obligatorio.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14
Por otra parte, si digo [(yo) te veo muy bien], con el sentido de que visualmente veo
bien a alguien de las filas de atrás, entonces el sintagma adverbial se vincula con el
sujeto. Pero ¿se trata de un predicativo o de un adjunto de modo? Si fuera un predicativo
subjetivo, no sería obligatorio y, por lo tanto, su comportamiento sería similar al de los
adjuntos. En realidad, yo lo consideraría un adjunto.
Alumno: ¿Cuál sería la diferencia entre un predicativo subjetivo no obligatorio y un
adjunto?
Profesora: En general, la gramática estructural siempre consideró que, si se trataba
de un sustantivo o de un adjetivo, era un predicativo, mientras que si se trataba de un
adverbio, ese modificador era un adjunto. Sin embargo, se han encontrado casos en los
que, por ejemplo, el verbo estar, exige complementos predicativos y que, en ciertos casos,
ese predicativo aparece expresado a través de un adverbio.
Por ejemplo, si digo [Él está bien]; no hay duda de que se trata de un modificador
obligatorio; de ninguna manera podemos hablar de un adjunto circunstancial. Porque,
además, el adverbio bien es el que lleva la carga de la predicación. En este caso, [bien] es
un predicativo que, en términos categoriales, es un sintagma adverbial. Desde mi punto de
vista, cuando se trata de un modificador obligatorio, aún en los casos en los que se trate
de un adverbio, estamos ante un predicativo. Ahora bien, en los casos en que tenemos un
modificador no obligatorio que es un adverbio, desde mi perspectiva y en términos
generales, diría que se trata de un adjunto. De lo contrario, no existiría ninguna diferencia
entre un adjunto de modo y un predicativo.
Cuando el predicativo se encuentra orientado hacia el sujeto, suele tener marcas
de esa orientación. Sin embargo, cuando el predicativo es un sintagma adverbial, nos
faltan las categorías flexivas de género y número, categorías que permiten relacionar al
modificador con el sujeto y que, como hemos visto, son una prueba que ayuda a
reconocer predicativos. Resulta más claro cuando el predicativo es un adjetivo, porque
marca la concordancia en género y número con el sujeto del que está predicando. Cuando
el predicativo es un sustantivo, a veces tiene marcas y a veces no las tiene. Por ejemplo,
en [Juana es una buena alumna], sí hay marcas que relacionan al sintagma nominal
predicativo [una buena alumna] con el sujeto en 3ª singular. Pero en cambio, si digo [La
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 15
Esta prueba nos indica que, en ninguno de los tres casos, se trata de
complementos. Se trata de adjuntos. Trabajemos este otro par de ejemplos para ver más
clara una diferencia importante:
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 17
grado de certeza o epistémicos -posiblemente, indudablemente, quizás, tal vez-, los que
pueden indicar fuente -según me dijeron, según mi leal saber y entender-, etc.
Entre paréntesis, el mismo modificador en una construcción como [Según mi leal
saber y entender, esto es así] que en una como [Hizo la tarea según su leal saber y
entender]. En este último caso, tenemos un objeto directo [la tarea] y [según su leal saber
y entender] funciona como un adjunto circunstancial de modo. En cambio, ese mismo
segmento ubicado en posición inicial y separado por la coma, actúa como modificador de
modalidad. Se trata de una diferencia sintáctica que, como toda diferencia de este tipo,
implica repercusiones semánticas.
Evidentemente, estos modificadores de modalidad presentan, respecto del resto de
la oración, un nivel de relación muy diferente a la que tienen con la oración los adjuntos.
Hemos ya señalado la distinción entre complementos y adjuntos: los complementos están
muy íntimamente relacionados con el núcleo verbal, mientras que los adjuntos lo están
mucho menos. A su vez, dentro de los complementos, hay algunos de ellos relacionados
por transitividad que están aun más estrechamente emparentados con el verbo. También
hemos insistido en la noción de gradualidad: lo que se verifica, dentro de la oración, es la
existencia de distintos grados de dependencia sintáctica. Luego haremos un esquema
jerárquico, donde los distintos tipos de modificadores se irán ubicado en distintos niveles
de acuerdo con su mayor cercanía o lejanía respecto de los elementos nucleares.
Volviendo al caso 2), [En Europa, los problemas inmigratorios avanzan día a día],
estamos ante un tipo de modificador conocido como adjunto de marco, porque,
precisamente, lo que hacen es indicar un marco geográfico o temporal. No es un adjunto
circunstancial, porque [En Europa] está dando un marco para todo el evento y, en este
sentido, difiere de lo que podría ser un adjunto de lugar. Los adjuntos sólo modifican al
sintagma verbal. En cambio, este tipo de modificadores, llamados adjuntos oracionales o
modificadores del núcleo oracional, afectan a toda la estructura oracional.
O
Voc.
O
Mod. de modalidad
O
SN SV
(sujeto) (predicado)
***
Gramática
Fecha: 07/05/07
Teórico-Práctico № 5 Prof.: Paula Mahler
Profesora: Buenas tardes. Vamos a empezar por aclarar algunas cuestiones para
el parcial. La primera tiene que ver con el tema de sílaba que aparece en las guías. No lo
vimos porque perdimos clases por los feriados y los paros, así que no se va a tomar en el
parcial. La otra cuestión es que para el parcial hemos pedido aulas separadas: tienen que
averiguar en qué aula les toca rendir. Los temas que se van a evaluar son los que se han
dado hasta la semana pasada. Los que se den esta semana y la que viene se agregan
para el recuperatorio. Vamos a dedicar la primera parte de la clase a responder las dudas
que tengan respecto de los temas del parcial.
Alumna: ¿La vocal de enlace siempre funciona como interfijo?
Profesora: Sí.
Alumna: Si en la flexión nominal el tema termina en consonante, ¿hay que
marcarlo?
Profesora: En una palabra como /’lapis/, la raíz de la palabra es / ’lapis/. En
este caso, también es el tema porque allí no hay flexión. Pero si esa palabra aparece en
plural /‘lapises/, el tema es /’lapis/. En general, en el parcial se va a preguntar por el
tema de una palabra cuando haya flexión. En una palabra como contabilidad, por ejemplo,
el tema no coincide con la raíz. El tema será contabilidad porque puede decirse
contabilidades, es decir, puede ser base de un proceso de flexión. Si se pide marcar el
tema en / ’lapis/, va a ser la base de la flexión: la /s/ forma parte del tema.
Alumna: ¿El recuperatorio es para los aplazos?
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 5
La raíz es cant-. Los sufijos de flexión son –ba– y –mos. Esos sufijos pueden
segmentarse porque –ba– indica tiempo, modo y aspecto y –mos, persona y número. Se
trata de dos morfos amalgama diferentes. El tema de esta palabra es canta–. En este
caso, raíz y tema no coinciden. La descripción estructural de una palabra no está dando
cuenta de sus formantes sino de su historia de formación y de su estructura jerárquica.
Difícilmente les pidan en el parcial la estructura de una palabra como cantábamos porque
no se puede establecer una jerarquía de formación de esa palabra. Podría segmentarse
del siguiente modo: [Cant] [á] [bamos], pero no podría indicarse un orden de aparición de
esos morfemas. En cambio, en el caso de una palabra como desestabilizar, el análisis
partiría de estable. De ahí, podría formarse el verbo: estabilizar y luego, el prefijo se
agregaría a ese verbo: desestabilizar.
[ des [estabil] izar]
Alumna: ¿Es necesario distinguir entre los dos sufijos flexivos en una palabra como
cantábamos?
Profesora: En ese tiempo verbal sí. Si se contrasta cantábamos con cantaba, se
está contrastando número dentro del mismo tiempo verbal. El morfema –ba– permanece.
También puede contrastarse el tiempo, por ejemplo, con cantaremos: en ese caso lo que
permanece es el morfema de tiempo y número. Puede contrastarse el modo, con
cantáramos: lo único que cambia es el formante de tiempo. Asimismo puede contrastarse
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 3
X''
cuant X'
X comp
Suj. 1ª pl PVS
[ [Vamos [por [el sendero estrecho] ] ] ]
N N C SN
SP SV
Esa oración tiene A y B: el sujeto es desinencial porque está en la flexión del verbo
–no es tácito porque está explícito en la flexión–. [Vamos por el sendero estrecho] es un
sintagma verbal: el núcleo es vamos y el resto es un adjunto.
En este punto, es importante diferenciar la información categorial de la sintáctica.
En el ejemplo que vimos, [una camisa blanca] es un sintagma nominal. Esa es la
información categorial. La función sintáctica que cumple ese sintagma nominal es la de
complemento de objeto directo. [el sendero estrecho] también es un sintagma nominal. Sin
embargo, [por el sendero estrecho] cumple la función sintáctica de complemento de esa
preposición.
Observemos el siguiente ejemplo:
concordancia, etc. El verbo arma una puesta en escena de lo que tiene que aparecer
obligatoriamente en el escenario y la de lo que puede aparecer, aun sin ser obligatorio.
La otra posibilidad respecto del sintagma nominal con el que estábamos trabajando
es que se considere que el gobernante es viejo. En ese caso, el núcleo sería gobernante.
En el sintagma nominal, el núcleo es un nombre. Las características semánticas de
ese nombre van a determinar la estructura del sintagma. El núcleo siempre establece los
rasgos flexivos: el determinante y los complementos deben concordar en género y número
con el núcleo.
[ [En este barrio pasan] [películas, [esa invención del siglo XX] ] ]
N aposición
que tienen una relación unívoca con su referente. Sin embargo, en algunos casos como
en el de El Diego, se está personalizando porque ese Diego es uno solo: Maradona. Los
otros son casos dialectales. El uso de determinantes en una oración como Vino la Laura o
la Marina, no tiene relación con la clase social. En Córdoba o en Santiago del Estero, en
las situaciones cotidianas los nombres propios se usan con artículos, sin importar a qué
clase social pertenezcan los hablantes. Cabe aclarar aquí que ese artículo no está
determinando sino que está formando una unidad con el nombre.
En Santiago del Estero, sucede un fenómeno similar respecto de los parentescos:
se usan con pronombres posesivos. Por ejemplo: en una conversación entre dos
hermanas, una puede decirle a la otra: “Hoy vino mi madre”, aunque se trate de la madre
de ambas. Ese uso dialectal no entra en contradicción con las posibilidades de determinar,
por ejemplo, a los nombres de parentesco.
Sin embargo, algunos pronombres –en general, los de la tercera persona– pueden
ser cuantificados. Por ejemplo: Todos ellos/aquellos se fueron temprano. Otros usos
quedan restringidos por el mismo pronombre: *Todos algunos se fueron temprano.
También puede decirse: Esas, las que callan, son terribles. Esas es el núcleo y las que
callan es la aposición, aunque no sea un sintagma nominal sino una proposición
subordinada.
Los especificadores y los complementos no se comportan del mismo modo. En
general, los especificadores no pueden omitirse; los complementos, sí. Sin embargo,
existen algunos casos en los que los especificadores pueden elidirse. No puede decirse:
*Vino alumno nuevo; obligatoriamente, debe decirse: Vino un alumno nuevo. Pero puede
decirse: Como pan todo el día. Pan es un sustantivo que no necesita determinante.
Sucede lo mismo en Siempre se compra ropa cara. [ropa cara] es un sintagma nominal:
ropa es el núcleo y no hay determinante. Cuando lean a Bosque, verán que los
sustantivos comunes pueden ser contables y no contables. En español, como sucede con
otras lenguas, el hecho de que un sustantivo sea contable o no contable tiene implicancias
en la sintaxis. Los contables requieren obligatoriamente el uso de un especificador en la
posición izquierda. Los no contables o los contables en plural no requieren determinantes
en forma obligatoria. Por ejemplo: Vinieron alumnos nuevos.
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 11
En el primer caso, habría un grupo de hombres que trabajaban sin parar y otro que
trabajaban con descansos. Solamente fueron castigados los primeros. En el segundo
caso, se da una explicación adicional sobre el núcleo del sintagma nominal, no una
especificación. La función sintáctica es la misma: complemento nominal. La diferencia es
semántica, como sucedía en el caso anterior.
Al hacer referencia a la diferencia entre los especificadores y los complementos en
el sintagma nominal, debe tenerse en cuenta que siempre hay un nombre como núcleo. Si
ese núcleo es un sustantivo común contable, debe haber un determinante o un
cuantificador obligatoriamente en la posición izquierda. Si el núcleo es un pronombre,
puede haber o no un determinante; si es un sustantivo propio, no habrá determinantes ni
complementos porque ese tipo de sustantivos tiene una referencia unívoca.
El nombre que funciona como núcleo del sintagma nominal recibe complementos,
que pueden ser sintagmas de distintos tipos: adjetivos, preposicionales, nominales e,
incluso, pueden ser estructuras predicativas, como las proposiciones relativas.
El complemento especifica o explica al núcleo; por lo tanto, no son obligatorios.
Cabe aclarar aquí que la diferencia entre complemento y adjunto se da solamente en el
sintagma verbal, no en el sintagma nominal. La obligatoriedad está relacionada con un
vínculo estrecho en la concordancia, por ejemplo, en el complemento nominal. Se da,
también, en la relación semántica que se establece entre esos complementos y el núcleo
del sintagma nominal.
Veamos este caso:
Gramática
Fecha: 14/05/07
Teórico-Práctico № 6 Prof.: Paula Mahler
Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a trabajar sintagma verbal, tema que
ustedes empezaron a trabajar con la profesora Ciapuscio el jueves pasado. Ya han visto
las características sintáctico-semánticas de los verbos: los verbos seleccionan sus
complementos desde un punto de vista semántico y tienen una cantidad de argumentos.
Claire Blanche Benveniste, una lingüista francesa que se dedica a la gramática de la
oralidad, sostiene que el verbo funciona como si fuera un empresario teatral que organiza
toda la escena. De hecho, se habla de los papeles temáticos de los argumentos, que no
son otra cosa que los roles o papeles que desempeñan cada uno de esos argumentos:
pueden funcionar como agentes, pacientes o experimentantes. El verbo es el elemento
que organiza lo que sucede en la oración. Desde la perspectiva en la que estamos
trabajando -que es la que ahora se adopta en sintaxis-, los fenómenos se observan no
desde un punto de vista sintáctico-semántico, es decir, se estudia cómo interactúan la
sintaxis y la semántica.
El sintagma verbal es un sintagma cuyo núcleo es un verbo conjugado. En este
punto, cabe recordar que hay formas verbales sin flexión: el infinitivo, el gerundio y el
participio, que no funcionan como núcleos de sintagmas verbales.
El núcleo del sintagma verbal puede aparecer en una forma simple, como en Juan
salió; en una forma compuesta, como en Juan ha salido y en una forma perifrástica: Juan
está saliendo. Al igual que en los otros, el núcleo determina la naturaleza categorial de
todo el sintagma y selecciona sus complementos. Por ejemplo: en Dormí toda la noche, el
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6
Suj. Des. PV
[ [ [Le] entregué [los papeles] [a Carla] ] ]
COI N COD COI
Entregar tiene tres argumentos: uno que funciona como sujeto; otro, como objeto
directo y otro, como objeto indirecto. El núcleo del sintagma verbal que funciona como
Predicado Verbal es entregué; [los papeles] es el complemento objeto directo; [a Carla] es
un complemento de objeto indirecto y [le] es la reduplicación de ese complemento de
objeto indirecto. Entonces, el verbo selecciona sus complementos y además permite
adjuntos. Los adjuntos no forman parte de la estructura argumental del verbo: no son
exigidos ni requeridos por él. En general, señalan circunstancias o estados que el verbo
denota: el modo, el tiempo, el lugar, la causa, etc. y suelen ser sintagmas preposicionales
o adverbios.
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 3
Suj. D PVS
[ [Leyó [toda la noche] ] ]
N Adjunto CT
V''
V' Adjunto
V Comp.
Semánticamente, [de lejos] indica lugar y tiene una relación semántica con el verbo
venir. En cambio [todos los lunes] no tiene una relación semántica con el verbo venir, dado
que ese verbo no selecciona el tiempo. Entonces, en el primer caso, se trata de un
complemento circunstancial y en el segundo, de un adjunto circunstancial.
El verbo poner selecciona tres argumentos: alguien pone algo en algún lugar.
Entonces, [en la mesa] va a funcionar como complemento circunstancial de lugar porque
es seleccionado por el verbo.
Categorialmente, un complemento de objeto directo puede ser un sintagma nominal
o una proposición sustantiva. Por ejemplo:
Suj. D. PVS
[ [ [La semana próxima] responderé [su carta].] ]
det N CN N det N
Adj CT COD
Suj. D. PVS
[ [ [Veré [a los niños] [el lunes].]
det N
N COD AdjCT
Suj. D. PVS
[ [Dijo (que no viene hasta el martes)].]
N COD
En este caso, se puede pronominalizar: Juan las saca. Pero no puede decirse: ??
Buenas notas son sacadas por Juan, porque, aunque no esté contraviniendo ninguna
regla gramatical, no es una estructura habitual -por eso, se ponen esos signos de
interrogación al comienzo-. El complemento de objeto directo es tema o paciente del
verbo, desde el punto de vista semántico.
Alumna: ¿Qué significa tema y paciente?
Profesora: Al comienzo de esta clase, se dijo que los verbos tienen participantes de
la acción, que se denominan argumentos del verbo. Por ejemplo, en Juan corre, Juan es
quien lleva a cabo la acción, por lo tanto, es el agente. En cambio, en Juan sufre, Juan no
es el agente porque sufrir no es una acción sino algo que se experimenta. En ese caso,
será el experimentante.
El complemento preposicional régimen es un sintagma preposicional desde el
punto de vista categorial. El régimen está vinculado a la rección. En la concordancia, la
relación se establece entre dos elementos que concuerdan. Por ejemplo: entre el núcleo
del sujeto y el núcleo del predicado, se establece la concordancia en persona y número;
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6
SS PVS
[ [El investigador] [se basó [en [estas hipótesis] ] ].]
DET N
N C
SCR N CPR
En esta oración, hay un sintagma nominal que funciona como sujeto y un sintagma
verbal que funciona como predicado. El núcleo de ese sintagma verbal es basó. El se es
un signo de cuasirreflejo. [en estas hipótesis] es el complemento preposicional régimen.
Existe allí un vínculo estrecho entre en el verbo y la preposición: no puede usarse basó
solo, es decir, no puede ponerse nada después del verbo sin que esa preposición esté
mediando. La preposición funciona como núcleo de ese sintagma preposicional y [estas
hipótesis] es un sintagma nominal que funciona como complemento. Dentro de ese
sintagma nominal, hipótesis es el núcleo y estas es el determinante.
Es importante diferenciar la información categorial de la información sintáctica,
aunque estén relacionadas, porque sintagmas categorialmente semejantes pueden
ocupar diferentes posiciones sintácticas. Un sintagma nominal puede ser complemento de
objeto directo, sujeto o complemento de una preposición.
Existen algunos verbos que siempre se construyen con una preposición, aunque
admiten más de una. Un ejemplo de esto es el del verbo hablar: habló de eso, sobre eso,
acerca de eso.
Alumno: ¿Y habló con él?
Profesora: No. Si se toma: Hablo con X y Habló de X, puede determinarse que
semánticamente son verbos diferentes. En el primer caso, se trata de un adjunto de
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 9
Suj. D. PVS
[ [Se fijaban [en [todo: [la ropa, las zapatillas, el maquillaje] ] ] ]
N N aposición
C
SCR N CPR
Esta podría ser una buena oración para el segundo parcial. El sujeto es
desinencial. El núcleo del sintagma verbal es conformo: siempre es conformarse con algo.
[con que vengas temprano] es el complemento preposicional régimen: el núcleo es con y
el complemento es una proposición sustantiva, es decir, una estructura predicativa que no
puede analizarse en este nivel sintáctico.
El verbo abogar se construye con la preposición por: abogó toda la vida por los
derechos humanos. Se aboga por algo.
En algunos casos, el complemento puede omitirse pero en otros, no. En El
gobierno aspira a solucionar el problema de Santa Cruz no puede omitirse, ya que no
puede decirse El gobierno aspira.
Entonces, estos complementos no son adjuntos porque tienen una estrecha
relación con el verbo. Tampoco es posible reemplazarlos por adverbios. En cambio, los
adjuntos pueden ser reemplazados por adverbios, en tanto indican una circunstancia. Los
complementos preposicionales régimen no indican ninguna circunstancia: ni el tiempo, ni
el modo, ni el lugar.
El otro complemento relacionado con la transitividad de los verbos es el
complemento de objeto indirecto. Por ejemplo:
[ [Se lo traje] ]
COI COD N
PVS SS
[ [Me gusta] [la hermana de María] ]
COI N
PVS SS
[[ Me encantan] [los muebles antiguos].]
COI N
SS PVS
[ [El agresor] [fue visto [por [todo el mundo] ] ] ] Voz pasiva
N C
det N N complemento agente
El complemento agente solo puede darse con verbos transitivos. La voz pasiva se
construye con el verbo ser más participio. El participio debe concordar en género y
número con el sujeto. En la primera oración, el complemento agente es [por todo el
mundo]: por es el núcleo y todo el mundo, el complemento. El sujeto de una oración en
voz pasiva es el complemento de objeto directo en la oración en voz activa. De hecho,
esto constituye una de las pruebas sintácticas que se hacen para comprobar si
determinado constituyente está funcionando como complemento de objeto directo.
El complemento agente es opcional y se utiliza cuando se quiere explicitar el
agente de una acción. ¿Por qué es un complemento si es opcional?
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6
Fuimos al río
hasta el río
a través del río
allí
El verbo ir subcategoriza una dirección. Por eso, todos los ejemplos dados son
complementos. No son complementos preposicionales régimen porque pueden ser
adverbios o pueden usarse distintas preposiciones. Se puede decir: Residen en la
provincia / cerca de la frontera / del otro lado del río / hacia el sur / ahí / donde no llega
nadie. Los verbos ir y residir subcategorizan el lugar al que se va o en el que se reside
pero, en tanto pueden utilizarse distintas construcciones para expresarlo, no se trata de
complementos preposicionales régimen. Este fenómeno no sucede solamente con los
complementos circunstanciales de lugar. Por ejemplo:
El verbo cortar selecciona el instrumento, que en este caso es [con navaja]. Pero si
se dice: ¿Te cortó el pelo con navaja en el patio? [en el patio] no está subcategorizado por
el verbo cortar. El verbo hacer, por ejemplo, selecciona el modo:
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 15
Lo hizo mal
así
de ese modo
***
Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 22
Gramática
Fecha: 17/05/07
Teórico № 15 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a considerar, en primer lugar, con más
detalle el esquema general que vimos el martes, y luego entraremos en las relaciones de
coordinación y subordinación; en función de estas nociones, veremos los conceptos de
proposición coordinada y subordinada, los distintos modos en que pueden articularse y
las características correspondientes a cada una de estas dos relaciones sintácticas. A lo
largo de las siguientes clases y, particularmente en el teórico-práctico, irán viendo cada
uno de los tipos de proposición subordinada. Hoy, simplemente, haré una presentación
general. La bibliografía sobre el tema de las proposiciones incluye una Ficha de Cátedra
llamada Proposiciones sustantivas (2004).
Vamos a retomar nuestro esquema general, de abajo hacia arriba. Podríamos
hacerlo en el orden inverso, pero la idea es ir remontándonos de lo particular a lo general
y verlo, de esta manera, con mayor claridad. Partiremos entonces desde las palabras y, a
partir de ellas, iremos armando las distintas estructuras, para ir reconociendo los distintos
niveles de inclusión. La organización del cuadro nos dará la pauta de los alcances de
modificación correspondientes a cada una de las estructuras que pueden incluirse en, o
afectar a, la oración.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15
O
Voc.
O
Mod. de modalidad
O
SN SV
(sujeto) (predicado)
SN SV
Alumno: ¿La O no debería llevar una marca de recursividad, del tipo O', cada vez
que se repite?
Profesora: En términos lógicos, lo que decís es correcto; pero si consideramos esos
niveles de recursividad, excederíamos los límites de este curso, en tanto nos llevaría a
otros desarrollos de la gramática generativa, donde O adquiere una recursividad
indefinida. La gramática generativa postula que lo que se desarrolla a continuación son
sintagmas de otro tipo, en los cuales nosotros no vamos a profundizar.
Bien. Pasemos a la Guía VII. Hasta ahora hemos venido trabajando con un solo y
determinado tipo de oración: la oración simple. Sin embargo, como ya hemos adelantado
y ustedes saben, la oración simple no es la única estructura oracional que existe en la
lengua. Desde el punto de vista de la relación sintáctica entre sus constituyentes, existen,
además, estructuras más elaboradas.
Veamos un primer ejemplo:
El museo fue inaugurado la semana pasada pero las autoridades no asistieron al acto.
Estamos, ya no ante una oración simple sino ante lo que llamaremos oración
compuesta. Las oraciones compuestas son aquellas que se encuentran constituidas por
dos proposiciones o suboraciones, cada una de las cuales constituye una predicación.
Ahora bien, en tanto no cumplen con uno de los criterios esenciales de nuestra definición
de la unidad oración, esto es, cada una de estas proposiciones carece de autonomía
sintáctica, diremos que se trata de una sola oración.
[[El museo fue inaugurado la semana pasada] pero [las autoridades no asistieron al acto]] Or. Comp.
nv nv
SS PVS
[ [ El ejecutivo (que asesinó a su mujer) [ no sentía culpa] ] Or. Compleja
pred. pred.
incluyente incluida
SS PVS
[ [ El ejecutivo (que asesinó a su mujer) [ no sentía culpa] ] Or. Compleja
Estoy presuponiendo que hay también una cantidad de alumnos que están
sentados a la derecha. Ahora bien, por un lado, es cierto que el modificador proposicional,
al que llamamos complemento proposicional, es omisible, ya que su ausencia no afectaría
la gramaticalidad de la oración: pero, por otro lado, su ausencia sí cambia la identidad
referencial: si solamente dijera [Los alumnos levántense]. Ahora, comparemos:
PVS
[Dijo (que no vendría)] O. Compleja
n cod (prop. incluida)
SS PVS
[ [ La corte] [ dictaminó (que los acusados quedaran en libertad) ] ] O. Compleja
n cod (prop. inc.)
Aquí tenemos, nuevamente, una predicación incluida dentro de otra y, por lo tanto,
tenemos otro caso de oración compleja. La predicación [La corte dictaminó...] incluye otra
predicación, que desempeña un papel argumental y la función sintáctica de objeto directo.
Las proposiciones incluidas forman parte de un tipo de proposiciones íntimamente
relacionadas con el núcleo verbal de la oración que las incluye.
Alumno: ¿El hecho de que cumpla una función sintáctica no determina que,
implícitamente, también cumpla una función argumental?
Profesora: No. Lo determinante es que la función sintáctica sea un complemento,
es decir, una función exigida por el núcleo del sintagma verbal. No todas las funciones
sintácticas son argumentales. También encontraremos, más adelante, proposiciones que
cumplen la función de adjuntos, caso en el cual no serán argumentales. Las funciones
sintácticas que al mismo tiempo son argumentales son aquellas que llenan las exigencias
de complementos que el verbo selecciona: complemento de objeto directo, complemento
de objeto indirecto, complemento preposicional régimen y complementos circunstanciales.
Ahora bien, todas las predicaciones subordinadas que cumplan, respecto del
núcleo del sintagma verbal, funciones sintácticas de carácter argumental serán llamadas
proposiciones incluidas. O, dicho de otro modo, las proposiciones incluidas son
constituyentes sintácticos requeridos por el verbo de la oración incluyente y, en tanto tales,
pueden desempeñar, según su contexto, cualquiera de las funciones sintácticas
correspondientes a complementos o argumentos exigidos.
También llamaremos proposiciones incluidas a las proposiciones relativas que
cumplen la función de complementos de sintagmas nominales, tales como la vista antes
en [El ejecutivo (que asesinó a su mujer) no sentía culpa]. Salvo que aquí el núcleo,
naturalmente, es un sustantivo y la proposición incluida, como complemento, modifica a
ese núcleo nominal.
A partir de estas consideraciones, podemos trazar una primera gran distinción:
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 15
Prop. sustantivas
Proposiciones incluidas
Prop. relativas (con antecedente)
PVS
[Se marchó (cuando su madre se lo ordenó)] SD
nv adj.c.t. (prop. sub.)
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15
PVS
[Lo llevó (donde él le había indicado)]
PVS
[Trabaja (donde más le gusta)] O. Compleja
Nuevamente, tengo que hacer una aclaración terminológica. Las oraciones en que
se presentan casos de cosubordinación son, para nosotros, también oraciones complejas.
En cambio, Di Tullio las considera como oraciones compuestas. Lo que sucede es que, en
los casos de cosubordinación, la relación entre las proposiciones es muy distinta que en
las otras subordinadas. Por eso algunos autores piensan que la cosubordinación es casi
una coordinación. Pero, estrictamente, lo que hay es cosubordinación. Básicamente, en
los casos de cosubordinación, tenemos que tener en cuenta lo siguiente: hay una
proposición que no es -como sí sucede en las incluidas sustantivas, las relativas y las
propiamente dichas- constituyente de la otra proposición, sino que, en realidad, es un
modificador que afecta a toda la proposición.
Las cosubordinadas -de ahí la denominación que hemos adoptado- representan un
grado intermedio entre las incluidas y subordinadas propiamente dichas y las coordinadas.
Como ya resulta visible, la relación entre las dos partes cosubordinadas es un problema
para la clasificación gramatical. Para nosotros, en la cosubordinación existe una relación
de interdependencia entre los dos constituyentes o proposiciones y, por lo tanto, no es
admisible hablar de coordinación. Es evidente que no podemos decir solamente *[Si te
apurás] o *[Alcanzás el tren] o *[Porque es menor de edad]. No tienen autonomía, están
enmarcadas en una sola oración y hay una entonación que marca la relación entre el
comienzo y el final. Pero -nuevamente- existen grados de relación entre los
constituyentes. De hecho, la otra proposición sí puede funcionar de manera autónoma en
la lengua: [Me preocupa su conducta] o [Alcanzás el tren]. Las oraciones con
constituyentes cosubordinados son más autónomas que las que tienen proposiciones
subordinadas; pero no tienen ambas autonomía, como sí la tienen las dos proposiciones
de las coordinadas.
Para finalizar, veamos un ejemplo de una proposición modificadora de modalidad:
***
Fecha: 21/05/07
Teórico-Práctico № 7 Prof.: Paula Mahler
Traigo esta cita a modo de introducción porque hoy vamos a trabajar perífrasis
verbales. Además, también como comentario introductorio, estoy leyendo la novela La
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7
suite francesa, de Irene Nemirovsky, en una traducción al español hecha en España. Uno
de los capítulos comienza con un diálogo, en el que uno de los personajes dice: No has
debido hacerlo. Estamos ante una perífrasis verbal: la unión de un verbo conjugado con
otro no conjugado -es decir, en infinitivo, gerundio o participio- unión que funciona, toda
ella, como núcleo del predicado verbal. Sin embargo, esa perífrasis en particular no es
usada por nosotros, que en su lugar hubiéramos dicho No deberías haberlo hecho, donde,
en realidad, hay dos perífrasis, una dentro de otra, es decir, una perífrasis compuesta.
Bien. Vamos a comenzar trabajando con algunas oraciones en las que
encontramos un verbo conjugado y otro no, y veremos en qué casos hay perífrasis:
S PVS
1) [ [Manuel] [ ha caminado mucho hoy] ]
n
S PVS
2) [ [Manuel] [ está caminando mucho últimamente] ]
n
S PVS
3) [ [Manuel] [ echa de menos [ caminar ] ] ]
n (loc.v.) cod
S PVS
4) [ [Manuel] [ debe caminar ] ]
n
S PVS
5) [ [Manuel] [quiere [ caminar ] ] ]
n cod
formas no finitas o no flexionadas, esto es, infinitivo, gerundio y participio. Lo hemos visto
en morfología, pero vale recordar los morfemas correspondientes:
Di Tullio articula todo el capítulo sobre este tema en torno a la diferencia entre las
construcciones perifrásticas y las construcciones con verboide no perifrásticas.
Una perífrasis verbal es entonces una unión estrecha entre dos formas verbales.
No podemos dividirla, aunque a veces puede presentar en su construcción elementos
intermedios; por ejemplo, hay que trabajar también es perífrasis verbal aunque tengamos
que entre el verbo finito y el infinitivo; asimismo las perífrasis verbales de futuro del tipo:
Voy a dormir temprano llevan la preposición a. Pero la unión entre la forma flexionada y la
no flexionada es indivisible.
El primer verbo, el flexionado, es un auxiliar; el segundo es una forma no flexionada
y se denomina auxiliado -según Gómez Torrego- o principal -según Di Tullio-. Les señalo
esta diferencia terminológica en función de los dos textos que tienen que leer para el
tema, pero se están refiriendo a lo mismo. En lo demás, no hay grandes diferencias entre
ambos autores.
Perífrasis
ha caminado
Auxiliar está caminando Auxiliado
debe caminar
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 5
Por ejemplo, la perífrasis verbal ha caminado está compuesta por haber como
verbo auxiliar y caminado como verbo auxiliado o principal.
Ahora bien, el verbo auxiliar carece de estructura argumental. Y, en tanto junto con
el auxiliado constituyen un núcleo verbal, es el auxiliado quien selecciona los argumentos -
en este sentido es que Di Tullio lo considera principal: es el que arma la arquitectura de la
oración-. Por su parte, la función del verbo auxiliar es gramatical: marca los rasgos flexivos
verbales: persona, número, tiempo, modo y aspecto. El auxiliado en cambio no expresa
morfemas flexivos verbales.
Para entender mejor esta división de funciones, pensemos en 5) [Manuel quiere
caminar]. La selección de los argumentos corre por cuenta, aquí, del verbo flexionado.
Esta es una de las razones que nos impiden decir que 5), a pesar de presentar
sintagmáticamente la misma secuencia, verbo flexionado seguido de verbo no flexionado,
sea una perífrasis verbal.
Hay un texto clásico sobre perífrasis verbales: el de Mabel Manacorda de Rosetti,
de 1961, que ahora figura entre la bibliografía optativa para esta Guía. Sin embargo, en el
enunciado del punto I de esta Guía V, encontrarán: Distinción entre grupos verbales, giros
verbales y locuciones verbales. Para explicar esta distinción, quiero hacer una pequeña
referencia antes de entrar en los planteos de Gómez Torrego y Di Tullio.
Manacorda de Rosetti era una lingüista estructuralista, como Ana María
Barrenechea -de la cual leerán un texto para la Guía de Pronombres-. En los textos
estructuralistas, la manera de pensar los problemas lingüísticos es siempre la misma -lo
cual muestra coherencia con la teoría-. Cuando un estructuralista tiene una determinada
hipótesis X, para demostrarla procede por eliminación: recorre y elimina -dando razones
para hacerlo- todos los fenómenos que parecen X pero no lo son, hasta llegar a X. Así
trabaja Manacorda en este artículo, donde recorre las perífrasis con el objetivo de explicar
la voz pasiva en español. Va desechando todos aquellos casos que presentan la
secuencia de verbo conjugado seguida de una forma no finita hasta llegar a la pasiva.
Ahora bien, al hacerlo, clasifica de este modo:
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7
Grupos verbales
Giros verbales V. Flex. + V. No Flex.
Locuciones verbales
Conmutación
Léxica Estructural
[Estás prisionero] → [Estás preso] [Quiero venir] → [Quiero eso]
El verbo tener con sus argumentos es un grupo verbal. En todos los casos hay dos
argumentos, uno es llenado por el papel temático de Agente, y sintácticamente es el
sujeto, y el otro, por el de Tema, que sintácticamente es un complemento de objeto
directo, aun en el tercer caso, en que el objeto directo es llenado por una proposición.
Veámoslo con otro tipo de verbo, que no exija un objeto directo:
Ahora veamos:
Quiero eso.
la comida.
comer.
Las construcciones del tipo 1) se corresponden a lo que vimos la vez pasada: son
complementos régimen. Ella dice que en un giro verbal se establece una relación de
obligatoriedad entre el verbo conjugado y el resto, que admite conmutación léxica pero no
estructural, en tanto no podemos romper la unión entre verbo y preposición.
Las construcciones del tipo 2) son perífrasis verbales: admiten conmutación léxica:
PVS
[ [ Sigo leyendo [ el libro aquel ] ] ] SD.
n cod [Ag]
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7
[muchas flores] está en plural y [mucha paz] en singular; sin embargo, el verbo
haber no flexiona en número. Haber, no como auxiliar sino como verbo principal,
pertenece a los llamados verbos defectivos, es decir, aquellos que no tienen todas las
formas. Y en particular haber posee sólo la 3ª del singular.
En ambas oraciones [hay] es el núcleo del predicado verbal y tanto [muchas flores]
como [mucha paz] son complementos de objeto directo. Finalmente, agreguemos que en
las oraciones impersonales no hay sujeto. El verbo haber funciona como un verbo
transitivo. De hecho, puedo pronominalizar y decir: Las hay y La hay.
Ahora bien, no es que haber no pueda flexionar en número:
PVS
[ [ No va a haber [ gente (que siga fumando) ] ] ] Or. Imp.
n
IPN n cod
Analicemos toda la oración. Marcamos todos los verbos: [va a haber] es el núcleo
verbal de la oración principal, y [siga fumando], el de la subordinada. Ahora bien, si la
perífrasis es va a haber, quiere decir que el verbo que subcategoriza es haber, el
auxiliado. Y, como es impersonal, no hay sujeto. En esta oración, no podemos poner
Sujeto Desinencial, porque es impersonal; es como si dijésemos [Llueve].
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7
SS PVS
[ [ Caminar ] [ es saludable] ]
n pso
PVS
1) [ Va a cantar [ tangos ] ] SD
n cod
PVS
2) [ Quiere [ cantar tangos ] ] SD
n cod (PIS)
[Quiere eso]
[Quiere el tango]
En tercer lugar, puedo pronominalizar en 2): [Lo quiero], mientras que no en 1): *[Lo
va].
En cuarto lugar, puedo hacer una pregunta en 2): ¿Qué quiere?, pero no en 1):
*¿Qué va?.
Alumno: ¿No puedo hacer una pregunta para toda la perífrasis?
Profesora: Sí, claro; una pregunta que la incluya, y con el verbo hacer: ¿Qué va a
hacer? Va a cantar tangos. Y si hacés la pregunta por el objeto directo, se ve claramente
que la estructura perifrástica es inseparable: ¿Qué va a cantar?.
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7
Si pregunto por cómo están, la respuesta será Saltando. Pero lo que se quiere decir
es que están haciendo algo en ese momento, para lo cual se utiliza una perífrasis de
gerundio como esta. Ahora volvamos a [Va ganando]: ¿vos pensás que ese verbo ir
expresa "tiempo"? ¿Es lo mismo que River está ganando en este momento? Yo creo que
sí. El problema con tu planteo es la pregunta, que debería ser ¿Cómo va River?
Evidentemente, ese verbo ir no tiene significado "locativo" sino de "simultaneidad", como
la perífrasis de [estar + gerundio]. Veamos otra de las pruebas: no podemos separar, y
responder *[River va]. En cambio, consideremos:
SS PVS
[ [ Tu hermano ] [anda resfriado] ]
n pso
PVS SS
[ [ [ El lunes ] [ Estela ] [ indicó [ hacer el trabajo hoy ] ] ]
adj.c.t. n cod (PIS)
Tenemos el sujeto en el medio: [Estela]. Todo el resto es predicado. [El lunes] es,
nuevamente, un adjunto circunstancial de tiempo, el núcleo verbal es [indicó], y [(hacer el
trabajo hoy)] es un complemento de objeto directo realizado por una proposición
sustantiva, que no podemos analizar en este nivel. La diferencia entre el adverbio hoy de
1) y de 2) es que, en este último caso, modifica sólo al verbo de la proposición. No tiene
nada que ver con el verbo principal indicar.
Otra característica de las perífrasis es que pueden tener voz pasiva. Por ejemplo,
puedo decir:
SS PVS
[ [ Los teoremas más complicados ] [ van a ser explicados [ la semana que viene ] ] ]
n adj.c.t.
Por otro lado, la posición de los pronombres clíticos también es una prueba para las
perífrasis, pero lo es por la negativa. Veamos:
Tenemos dos pronombres clíticos: se, que cumple la función de objeto indirecto, y
lo, la de objeto directo. Podemos decirlo como en 1'). Ambas formas son correctas. Ahora,
comparemos con una estructura que no es perífrasis:
También ambas formas son válidas. Es decir que podemos desplazar los clíticos en
una forma perifrástica y también en una no perifrástica. Ahora, miren el tercer caso:
tiempo
Valores de las perífrasis verbales aspecto
voz
modalidad
indica obligación; en [Debe de venir a las diez] en cambio indica que Debería venir a las
diez.
Finalmente, nos quedan las locuciones verbales. Como adelantamos, en primer
lugar, al menos uno de los constituyentes tiene que ser un verbo. En segundo lugar, no
hay ninguna posibilidad de segmentación sintáctica. En tercer lugar, la locución aporta un
significado nuevo que no es producto de la unión de lo significados de las partes. En
cuarto lugar, volviendo a Manacorda, no podemos hacer ni conmutación léxica ni
conmutación estructural. En quinto lugar, en las locuciones no se marcan modificaciones
temporales, aspectuales o modales. En sexto lugar, el primer verbo -si la locución consiste
en dos verbos- es el que selecciona sujeto y complementos. Recordemos que también
hay locuciones de un solo verbo. De verbo + verbo es echar a perder, por ejemplo, que
podemos parafrasear por arruinar. Para destacar que es el primer verbo el que selecciona
sus argumentos, veamos:
Fecha: 22/05/07
Teórico № 16 Prof.: Laura Ferrari
como tan o muy y otras como estupendamente. Muy y estupendamente presentan pocas
similitudes en cuanto a su comportamiento gramatical. Si bien podrían señalarse otros
casos que objetan la clasificación tradicional o nocional, lo importante es destacar que no
se trata de un criterio clasificatorio adecuado o productivo.
Otro criterio clasificatorio tradicional ha sido el flexional. Desde esta perspectiva de
carácter morfológico, las palabras pueden clasificarse en dos grandes grupos: palabras
variables e invariables. Sin embargo, las palabras variables no flexionan de manera
homogénea. Por ejemplo: algunos sustantivos poseen género inherente y otros flexionan
con la correspondiente alternancia genérica. En el caso de los pronombres, algunos
flexionan y otros no; hay un subgrupo flexivo que corresponde al pronombre relativo cuyo,
con sus variantes de género y número cuyo/a/s; otros pronombres sólo flexionan en
número: quien, quienes. Como puede verse, el criterio morfológico tampoco permite por sí
mismo distinguir con precisión las clases de palabras.
El criterio sintáctico tampoco será suficiente por sí mismo a la hora de organizar
una clasificación de palabras. Una clasificación basada únicamente en el criterio sintáctico
va a presentar varios inconvenientes. En primera instancia, habría que determinar qué se
ha entendido por criterio sintáctico en la historia de la gramática. La variante
norteamericana del estructuralismo utilizó el criterio distribucional como método de
análisis: se tomaba el contexto inmediato como criterio para determinar las unidades de
los diferentes niveles de la lengua. Por ejemplo: en un contexto como [_ es feo], los
estructuralistas norteamericanos sostenían que todas las palabras que podían ocupar la
posición de ese hueco serían palabras pertenecientes a una misma clase. Para ver con
claridad la manera en que procedían los distribucionalistas, consideremos una serie de
casos posibles:
[__ es feo]
[El profesor hizo ____]
[El alumno _____ una respuesta]
[Los trenes llegan _______]
[Sus _____ ojos]
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16
un gran peso. Sin embargo, ningún criterio formal puede por sí solo dar cuenta de las
clases de palabras, porque existen clases que no tienen el mismo comportamiento en
cuanto a la flexión. Por un lado, algunos sustantivos, por ejemplo, no manifiestan
léxicamente la categoría de género; por otro, los adjetivos flexionan en género en
concordancia con los sustantivos; los verbos flexionan de manera homogénea; los
adverbios no flexionan -cabe insistir en que la gramática de los adverbios es muy disímil-.
Los cuantificadores se comportan de manera muy distinta de la de los adverbios
terminados en –mente y no pueden cumplir idéntica función sintáctica. Asimismo, los
pronombres son otra clase también sumamente heterogénea: respecto de su flexión,
algunos son variables y otros, invariables. En resumen, la clasificación y distinción
orientada por el parámetro flexivo/no flexivo resulta operativa siempre que se la
correlacione con otros criterios.
Un segundo criterio de clasificación agrupa las clases de palabras en series
cerradas y en series abiertas. Desde esta perspectiva, las preposiciones, los
cuantificadores y los pronombres pertenecen a las series a las que denominamos
cerradas. En cambio, existen otras clases de palabras -sustantivos, adjetivos, verbos- que
incorporan constantemente nuevas entidades a sus paradigmas. Por eso, las
consideramos series abiertas. A su vez, estas clases también van eliminando unidades
que caen en desuso. En principio, podría considerarse que sustantivos y verbos son las
clases más abiertas y productivas de la lengua, ya que son aquellas en las que los
hablantes introducen neologismos en forma constante.
Por otro lado, podría afirmarse que el cambio de sustantivos, verbos o adjetivos –es
decir, de las series abiertas- no implica consecuencias que afecten en forma considerable
a la lengua; en cambio, si se elimina de la lengua una palabra perteneciente a una serie
cerrada, esto puede provocar repercusiones estructurales. Por este motivo, Bosque
caracteriza a las unidades de las series cerradas como goznes o bisagras, en tanto
constituyen sistemas que, si bien son cerrados, permiten o garantizan el establecimiento
de relaciones entre las palabras de las otras clases. Dentro del paradigma
correspondiente a las clases cerradas, se ubican las preposiciones, algunos adverbios, los
pronombres, las conjunciones y los determinativos -determinantes y cuantificadores-.
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16
particular, volveremos sobre estas cuestiones. Sin embargo, el criterio de series abiertas o
cerradas es fácil de reconocer: aquellas clases de palabras cuyo paradigma puede
incrementarse -a través de la incorporación de neologismos- constituyen clases de
palabras abiertas.
Cabe aclarar aquí que los elementos de las clases cerradas no son absolutamente
estables. Por ejemplo: la preposición so ha caído en desuso. Los cambios en las clases
cerradas pueden reconocerse de manera progresiva en períodos muy largos de la historia
de la lengua; son cambios importantes para todo el sistema. Quizás esto no se perciba
respecto de las preposiciones, por la naturaleza heteróclita de esta clase de palabra. Pero
puede percibirse si se piensa qué sucedería si desapareciera un artículo de nuestra
lengua. En términos de Saussure, el resto de los elementos que conforman la clase
artículo deberían repartirse la función y el significado del elemento desaparecido. Sin
embargo, si esto sucediera de repente, implicaría muchas complicaciones en el uso de la
lengua.
El último criterio de clasificación binaria que utilizó la tradición gramatical es el de
clases de palabras mayores y menores, terminología acuñada por la gramática
anglosajona. En general, las clases de palabras mayores se corresponden con las clases
de palabras llenas pertenecientes a series abiertas y las clases de palabras menores, con
las clases de palabras vacías pertenecientes a series cerradas. Desde la terminología con
la que nosotros trabajamos, las clases de palabras mayores corresponderían a las clases
de palabras léxicas, mientras que las clases de palabras menores, a las clases de
palabras funcionales.
Para los que hablamos una lengua cualquiera, resulta muy difícil imaginar otra que
carezca de las categorías gramaticales que nos parecen naturales. Pero el mismo
razonamiento vale, a la inversa, para los hablantes de lenguas que poseen distinciones
gramaticales que apenas si podemos entrever mediante complicadas perífrasis. Existen,
por ejemplo, lenguas sin adjetivos. ¿Cómo expresarán entonces las nociones que
nosotros expresamos con ellos? Hasta donde las equivalencias son posibles, unas veces
utilizan nombres (como en hausa o en quechua), otras verbos (como en chino y en
algunas lenguas alconquianas y nilóticas) y otras, perífrasis diversas que equivaldrían a
nuestras oraciones de relativo o a nuestras frases prepositivas [...] Entre los ejemplos que
aduce Dixon está el del igbo (lengua del grupo kua de la familia congonigeriana). Esta
lengua posee únicamente ocho adjetivos, que significan "grande", "pequeño", "nuevo",
"viejo", "negro" (u "oscuro"), "blanco" (o "claro"), "bueno" y "malo".
Dentro de las lenguas en las que el adjetivo es una clase cerrada, Dixon realizó una
estadística para ver cuáles eran los más frecuentes y cuáles eran de uso obligatorio. El
adjetivo grande aparece en todas, le sigue pequeño -presente en diecinueve lenguas-,
largo -en catorce- y, el menos frecuente, hermoso, que aparece sólo en tres.
Este estudio muestra claramente la relatividad de las clasificaciones. Bosque
destaca el hecho de que, para nosotros, es imposible considerar al adjetivo como una
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 11
clase cerrada, pero para los hablantes de otras lenguas no lo es. Incluso, existen lenguas
sin adjetivos. Asimismo, las categorías morfológicas varían entre lenguas: en algunas, los
verbos tienen categorías morfológicas que no existen en español.
Bosque afirma que si nos dicen que una determinada lengua sólo posee cuatro
adjetivos, es muy probable que estos estén entre los equivalentes de los pares grande/
pequeño, nuevo/ viejo, blanco/ negro, corto/ largo. Desde luego, es seguro que no estarán
entre los pares tacaño/ desprendido o barato/ caro. Esto quiere decir que aun teniendo en
cuenta que no hay relaciones semánticas relacionadas unívocamente con determinadas
clases de palabras, existen algunos adjetivos que son más prototípicamente adjetivos que
otros.
Para dar cuenta de la realidad de una lengua, los criterios de clasificación tienen
que combinarse entre sí; de lo contrario, terminan convirtiéndose en algo excesivamente
esquemático. En español, el género era un clasificador nominal con una relación más o
menos motivada por la diferencia de sexos. Sin embargo, también consideramos el hecho
de que, en otras lenguas, los géneros estaban ligados con los tipos de forma y tamaño,
cuestión que repercutía en el adjetivo. De algún modo, es otra manera de comprobar que
las categorías morfológicas no son universales. El texto de Hockett, precisamente,
muestra que existen otras formas de categorizar la realidad.
Las división básica que estableceremos es la siguiente:
sustantivo
adjetivo determinativos
verbo clases léxicas clases funcionales
adverbio conjunciones
preposiciones
*[Esta es silla]
[Estas son sillas]
La primera oración es agramatical, mientras que la segunda no. Esto muestra que
el plural de los sustantivos contables tiene un comportamiento similar al de los sustantivos
no contables: cuando están en plural, los sustantivos contables pueden admitir la ausencia
del determinante, como sucede con los no contables. También podría decirse: [Estas son
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 17
las sillas], salvo que, en ese caso, el determinante indica que se trata de unas sillas
particulares. El determinante es el actualizador. Cuando se utiliza el determinante, se
alude a que esas sillas ya han sido mencionadas previamente en el contexto.
Los sustantivos no contables pueden ser sujetos de verbos inacusativos. Sin
embargo, esto no implica que los contables no puedan serlo también en ciertos casos:
[Cae agua]
* [Cae libro]
* [Floreció rosal]
[Floreció el rosal]
[Esto es literatura]
[Esto es música]
* [Esto es novela]
intestinos, escaleras- aluden a entidades que se enuncian siempre en plural, aunque este
plural es sólo morfológico.
Ahora bien, en muchos casos pueden generarse ambigüedades. Si digo [Tengo los
pantalones manchados], no se sabe si estoy haciendo referencia a un solo par o a todos
los pantalones que tengo en casa. Por lo tanto, pantalones es ambiguo; a partir de esta
ambigüedad, este sustantivo ha desarrollado, posteriormente, una forma en singular:
pantalón.
Cabe aclarar aquí que el sustantivo pantalones no dejó de ser un dual léxico por
haber desarrollado una forma singular, ya que pantalones no ha dejado de referirse a una
sola prenda. Pantalón puede referirse a una entidad o a más de una; luego, se ha
desarrollado la forma pantalón para hacer referencia de manera inequívoca a una sola
prenda. En tanto no hay una oposición entre una forma singular y otra específicamente
plural, pantalones es un dual léxico y no un mero plural respecto de un singular.
Bosque plantea que, desde el punto de vista morfológico, los pluralia tantum
presentan la forma de un plural ordinario, pero, desde el punto de vista de la semántica y
de su repercusión gramatical, resultan similares a los nombres continuos. De hecho,
puede decirse: [Un par de pantalones], utilizando los mismos acotadores admitidos por los
nombres de masa.
De hecho, en el artículo de Bosque deben prestar atención a la distinción que él va
a considerar fundamental: la de sustantivos continuos y discontinuos. En cierta medida,
Bosque reduce las otras distinciones a esta. Los enumerables son los sustantivos
discontinuos, y los cuantificables incluyen los pluralia tantum, duales y plurales léxicos. Lo
más importante es que ustedes puedan identificar este tipo de sustantivos, es decir,
aquellos cuya única manifestación en la lengua se realiza en plural. Insisto en que sólo se
trata de un plural morfológico, porque su comportamiento semántico y sus repercusiones
en la gramática son similares a la de los nombres continuos.
A su vez, resulta posible establecer una diferencia entre, por un lado, los que
aluden a sensaciones o cantidades indeterminadas tales como celos o ganas y, por otro,
los que apuntan a objetos de la realidad o partes del cuerpo humano -duales y plurales
léxicos-.
20 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16
La primera oración es ambigua, ya que podría considerarse que cada uno de los
novios ha comprado un auto para cada uno o que ambos han comprado un solo auto. La
segunda tiene una sola lectura posible: ambos compraron un auto. En tanto la segunda
oración no admite una lectura distributiva, puede sostenerse que el sustantivo pareja es un
sustantivo colectivo. Con este segundo ejemplo, encontramos una distinción gramatical
respecto de los individuales. Entonces, existe algún tipo de comportamiento diferenciado
en el caso de los sustantivos colectivos. Asimismo debe considerarse que no siempre
todos los colectivos van a cumplir o requerir exigencias gramaticales particulares respecto
de los individuales. Veamos otros ejemplos:
relevancia para la gramática. Los sustantivos concretos son aquellos que, desde el punto
de vista de su significado, aluden a una entidad que puede ser considerada un objeto o
entidad de la realidad. En cambio, los sustantivos abstractos son aquellos que se refieren
a los derivados de propiedades, de acciones o de eventos. En líneas generales, los
sustantivos abstractos pueden dividirse en: los que se derivan de adjetivos -dulzura,
bondad, fealdad- y que aluden a la conceptualización de determinadas propiedades, y los
que se derivan de verbos -estatización, construcción- y que, por lo tanto, conceptualizan
procesos o estados determinados.
Esta distinción entre lo concreto y lo abstracto, insisto, tiene escasa repercusión
gramatical y pude remitirse a la distinción entre sustantivos continuos y discontinuos.
Algunos sustantivos abstractos, derivados de adjetivos, presentan un comportamiento
similar a los nombres continuos. No puede decirse: *[Dos dulzuras] o *[Tres bondades].
Sin embargo, no puede extenderse esta idea a los sustantivos abstractos derivados de
verbos.
Hasta el jueves.
***
Fecha: 24/05/07
Teórico № 17 Prof.: Laura Ferrari
[Ave silvestre]
[Pato silvestre]
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17
de palabras que ahora nosotros hemos diferenciado: los artículos, algunos pronombres
demostrativos y algunos cuantificadores. Consideremos:
Las palabras que encabezan estos sintagmas, que en algunos casos son
determinantes y, en otros, cuantificadores, habían sido consideradas bajo la clase de los
adjetivos, porque comparten con ciertos adjetivos que llamaremos calificativos la
característica de flexionar también en género y número, de acuerdo con el sustantivo de
que se trate. Ahora bien, esto es lo único que comparten estas clases de palabras -
adjetivos, determinantes y cuantificadores-.
En primer lugar, el adjetivo por sí solo no tiene función referencial, ni puede por lo
tanto transmitírsela al sustantivo. Y, para funcionar dentro de la lengua, el sustantivo
común necesita de un determinante o de un cuantificador. Está claro entonces que la
función de calificación que puede tener un adjetivo es distinta de la función de
determinación o cuantificación. Así, desde el punto de vista de la función gramatical, no
tienen ninguna semejanza.
Por otro lado, nosotros sabemos que el determinante incide sobre todo el resto del
sintagma nominal. Recordemos el esquema general de los sintagmas hecho en las clases
pasadas: el especificador o determinativo -bajo cuya categoría se incluyen determinantes
y cuantificadores- está en el mismo nivel que todo el resto del sintagma nominal,
dependiendo de un nodo común. A eso se debe la posición que le hemos dado en el árbol
al especificador: le otorga capacidad referencial a todo el sintagma, incluyendo al adjetivo.
Sustantivo y adjetivo solos, sin determinante, no pueden funcionar en la lengua, es decir,
no pueden constituir oraciones gramaticales.
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17
[Hombre blanco]
[Mujer delgada]
Tanto blanco como delgada adscriben una propiedad al sustantivo que modifican.
Podemos hacer paráfrasis del tipo: El hombre que es blanco y La mujer que es delgada,
con lo cual vemos que esta función atributiva de los calificativos admite también la función
predicativa.
Ahora, contrastemos con este otro tipo de adjetivos:
[Pueblo costero]
[Vaca lechera]
[Viaje terrestre]
Estos adjetivos no adscriben una sola propiedad a los sustantivos que modifican.
De hecho, difícilmente podamos decir El pueblo que es costero, La vaca que es lechera,
El viaje que es terrestre. A veces, algunos adjetivos relacionales admiten la posición
predicativa, de modo que no es una prueba concluyente. Lo central es que estos adjetivos
adscriben más de una propiedad, y es así porque en realidad son derivados de nombres:
costa → costero
leche → lechera
tierra → terrestre
Así, adscriben al sustantivo todas las propiedades que poseen los sustantivos
originales de los que derivan.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17
Por esto es que tampoco admiten la cuantificación, cosa que sí admiten los
calificativos. Puedo decir Esa mujer es muy delgada o Este es hombre muy blanco, pero
no *Este pueblo es muy costero, o *Es un viaje muy terrestre. Esto es así porque, si
quisiera cuantificar, en tanto el adjetivo relacional contiene una serie de propiedades, no
se sabría cuál de las propiedades estaría cuantificando. Es el mismo motivo por el cual no
se pueden cuantificar los nombres: *El muy pueblo. De hecho, cuando sí lo hacemos, por
ejemplo, en Ella es muy mujer, en realidad estamos tomando el sustantivo con el valor de
un adjetivo. En tanto los adjetivos relacionales provienen generalmente de nombres, lo
que se establece entre dichos adjetivos y el sustantivo es la relación entre dos dominios.
Un sustantivo implica una serie de cualidades; si el adjetivo relacional las hereda, no es
posible cuantificar, porque no podemos elegir una cualidad y, sobre esa, cuantificar.
Pero hay más efectos gramaticales de esta gran distinción entre calificativos y
relacionales. Estos últimos tampoco admiten construcciones comparativas, del tipo: Este
pueblo es más costero que este otro, o Este viaje es más terrestre que el que hice el año
pasado. Asimismo, respecto de un sintagma como Revista médica, no es posible decir
Esta revista es más médica que esta otra.
También de dicha distinción surge que el adjetivo más prototípico, el que responde
mejor a la idea de adjetivo, es el calificativo. Los adjetivos relacionales reciben este
nombre porque están vinculando dos dominios. En cambio, los calificativos adscriben una
sola cualidad al dominio del sustantivo que modifican.
Alumna: ¿Los adjetivos que terminan en /-al/ son relacionales?
Profesora: En general, sí, justamente porque ese sufijo de derivación está
especializado en producir adjetivos a partir de nombres, como por ejemplo, constitucional,
presidencial, estatal, etc. Pero no se puede afirmar categóricamente. Justamente, Bosque
señala que ciertos adjetivos relacionales como constitucional alcanzaron un grado de
lexicalización tal que su funcionamiento comienza a asemejarse al de los calificativos.
En tanto los relacionales vinculan dos dominios, las mejores pruebas para
reconocerlos son entonces las antedichas: 1) los adjetivos relacionales derivan de
nombres; 2) no admiten la cuantificación; 3) no entran en construcciones comparativas; 4)
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 7
"mencionado anteriormente", mientras que supuesta tiene un valor modal: mediante este
adjetivo adverbial, puedo cambiar el valor de verdad de todo un enunciado. En ningún
caso son calificativos.
Estos adjetivos adoptan, por lo general, la posición antepuesta al sustantivo, lo que
ayuda a diferenciarlos de los relacionales, dado que estos últimos van pospuestos.
Y, evidentemente, no podemos decir *La más supuesta intervención o *La muy
susodicha cuestión, ni tampoco hacerlos funcionar en posición predicativa: si decimos La
intervención es supuesta, la interpretación inmediata es una voz pasiva; y *La cuestión es
susodicha es claramente agramatical.
Sin embargo, estas pruebas no habilitan pensar que estos adjetivos adverbiales
son relacionales. Es cierto que igualmente no son cuantificables, no admiten la posición
predicativa ni entran en construcciones comparativas. Pero no son relacionales, en primer
lugar, porque no derivan de nombres y, en segundo lugar, porque, subsecuentemente, no
ponen semánticamente en relación dos dominios, sino que tienen un cierto valor adverbial.
Giammatteo y Albano dan más ejemplos de este tipo de adjetivos en su libro Las
clases de palabras: antiguo, próximo, habitual, único, simple.
Ahora vamos a considerar la clase de los adverbios. Se trata de una clase de
palabras que, conjuntamente con la preposición y dentro de las clases léxicas, comparten
la particularidad de ser ambas invariables, es decir, no flexionan.
Ahora bien, el adverbio ha sido considerado por antonomasia el "cajón de sastre"
de la gramática, en virtud de que todas aquellas clases de palabras que resultaban
difíciles de clasificar pasaban a la clase de los adverbios. Así como vimos que la clase de
los adjetivos, según varias tradiciones, reunía bajo ella a los artículos, a algunos
cuantificadores, etc., lo cual fijaba en una misma clase palabras de comportamiento
gramatical muy diferente, en el caso del adverbio esto se intensifica más aun. Toda
palabra, por el mero hecho de ser difícil de clasificar y de ser además invariable, pasaba a
ser un adverbio. Incluso todavía dentro de ciertos trabajos de la gramática estructural,
como el famoso trabajo de Ana María Barrenechea "Las clases de palabras en español
como clases funcionales", ella ya nota que bajo la categoría de adverbio se están
considerando palabras de comportamiento gramatical muy diferente.
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 9
Dentro de la clase del adverbio se ubicaba a todos los terminados en -mente pero
también a las palabras que nosotros consideramos cuantificadores, tales como muy, tan,
más, etc. Esto llevó a que, dentro de esta clasificación funcional, se considerara la función
del adverbio como la de modificar al verbo y a la vez modificar al adjetivo o a otro
adverbio. Pero Barrenechea misma se daba cuenta de que no todos los adverbios podían
cumplir todas esas funciones. Existen efectivamente palabras que modifican al verbo,
como todos los adverbios en -mente, y palabras que modifican a estos adverbios, por
ejemplo, en 1) y 2):
1) [Corre rápidamente]
2) [Corre muy rápidamente]
3)*[Corre muy]
Pero 3) no es posible. de modo que las funciones de los cuantificadores no son las
mismas que las de los adverbios en -mente, o la de, por ejemplo, los adverbios
pronominales, como ahora, mañana, temprano, tarde, etc.
Esto hizo que en modelos posteriores se eliminara de la clase de los adverbios a
los cuantificadores. Estos últimos, que además constituyen una clase cerrada, ahora son
considerados dentro de las palabras funcionales.
De todos modos, la clase de los adverbios sigue siendo heterogénea, en el sentido
de que aquellas palabras que ahora integran la clase presentan diferencias. Por ejemplo,
los adverbios en -mente constituyen una subclase abierta, mientras que los adverbios
pronominales son una clase cerrada. En seguida daremos una clasificación de los tipos de
palabras que constituyen esta clase.
Otro aspecto interesante para estudiar en relación con los adverbios es que tienen
distintos niveles de incidencia, cosa que vimos con el esquema de la oración simple la
semana pasada. En primera instancia, el adverbio puede modificar al verbo en tanto
núcleo de la predicación, como en [Corre rápidamente] o [La reunión finalizó
lamentablemente]. En estos casos, el adverbio es un adjunto que modifica al núcleo del
sintagma verbal.
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17
Ahora bien, en segunda instancia, hemos visto que hay adverbios que poseen un
alcance mayor. Podrán encontrar desarrollado este tema en el libro citado de Giammatteo
y Albano. Ellas citan, a su vez, un trabajo de Ofelia Kovacci que apareció en la Gramática
descriptiva del español. Verán que hay algunas divergencias en cuanto a la adscripción de
algunos adverbios a determinadas subclases.
Comparemos estos casos:
Estos son adverbios han sido denominados nocionales, porque acotan el dominio
en el cual se hace la afirmación. Son omisibles, desde la tradición lingüística; pero en
realidad tienen una relación bastante directa con el dictum, es decir, con el contenido
proposicional. Se ve en la paráfrasis: Es un golpe de efecto desde el punto de vista
político. Acotan el dominio de la afirmación. Kovacci denomina a este grupo adverbios del
dictum, lo cual es válido como clasificación léxica. Para nosotros, son, además, en cuanto
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17
lamentable → lamentablemente
costero → *costeramente
[Come sano]
[Canta lindo]
En tercer lugar, tenemos los adverbios pronominales. Son pronombres que indican
lugar -aquí, allí, etc.-, tiempo -ahora, entonces-, modo -así-, o son cuantitativos -tanto,
poco, mucho-, o son adverbios de polaridad -sí, no, también, tampoco, etc.-. Respecto de
este último grupo también hay polémicas. Muchos los consideran índices de polaridad y
no adverbios. En el libro de Giammatteo y Albano los encontrarán como adverbios de
polaridad.
Alumna: ¿Y el si condicional?
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17
Profesora: No tiene nada que ver con sí. Es una conjunción. Además, sí es una
palabra tónica, mientras que el si condicional es átono.
Alumna: Así como marcamos no como índice de polaridad negativa, ¿tenemos que
marcar el sí como índice de polaridad positiva?
Profesora: Eso depende de cómo lo vean en los prácticos. Son aspectos periféricos
del análisis sintáctico que quedan librados al criterio de cada ayudante. Yo, por lo menos,
lo marco como índice de polaridad positiva.
En cuarto lugar, tenemos un grupo muy pequeño de adverbios que pueden
construirse con complementos preposicionales. Es posible decir La estación está cerca,
pero lo implícito es de aquí, es decir, hay una inferencia deíctica a partir del lugar de la
enunciación. Es de notar, ahora que vimos este último caso, que en general los adverbios
no llevan complementos.
Ahora veamos la preposición. Como con el adverbio, la preposición es una clase de
palabras invariables. Ha sido también considerada una clase de palabras conflictiva. No es
que las preposiciones en sí mismas lo sean, sino que lo es su adscripción al grupo de las
palabras léxicas o al de las palabras funcionales.
Desde el punto de vista morfológico son muy sencillas, justamente porque son
invariables. La única característica morfológica a señalar es que la preposición rige caso,
precisamente, el caso llamado preposicional o terminal del pronombre personal. Ahora
bien, esta es una característica relevante: ha servido de argumento a la gramática
generativa -entre sus representantes, Bosque- para considerar a la preposición como una
clase léxica, lo cual implica que es núcleo del sintagma en el que aparece. Así, como
hemos adelantado, un sintagma encabezado por una preposición será un sintagma
preposicional, y será también endocéntrico -coherentemente con la teoría-. Este último
aspecto es importante porque marca la diferencia con los planteos anteriores, que no
consideraban a la preposición como núcleo de sintagma. Consideremos:
[desde su casa]
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 15
También expresamos un unde con de, como en [Viene de la estación]; un quo con
a, como en [Fue a la casa]. Así vemos que en español estas preposiciones tienen una
fuerte carga léxica, otro argumento que las habilita para considerarlas núcleos de
sintagma. Han sido llamadas preposiciones llenas.
Ahora bien, no todas las preposiciones responden igualmente a esta
caracterización. Otras no tienen una carga léxica tan fuerte, y otras no tienen ninguna.
Entre estas últimas, tenemos cierto uso de la preposición a: cuando es marca de función
de objeto directo animado. El español es una de las pocas lenguas en que el objeto
directo animado se construye con una preposición. La llamamos marca de función
precisamente porque no tiene la carga léxica de un quo, sino que solamente indica que lo
que sigue es un objeto directo animado. Incluso es posible observar que este fenómeno,
que prácticamente sólo se da en español -otras lenguas romances, como el francés o el
italiano, no construyen sus objetos directos animados con preposición- se está
extendiendo también a los objetos directos no animados.
La preposición a que es marca de función es absolutamente vacía desde el punto
de vista léxico. Por lo tanto, no construye un sintagma preposicional. Es importante
realizar este razonamiento: si la preposición es vacía, no es núcleo; si no lo es, lo será -
dado que es un objeto directo- el sustantivo, y el sintagma será nominal.
Otra preposición que, en determinados usos, es marca de función es de.
Consideremos:
PVS
[ Confía [ en su intuición ] ] SD
n n comp.
C.p.rég.
tanto el núcleo es, en este caso, la preposición [en]. Ahora bien, esta preposición está
seleccionada, exigida por el verbo, en tanto el verbo confiar sólo se construye con
complemento encabezados por esta preposición.
Sin embargo esta misma preposición no tiene la carga léxica que tiene cuando
funciona como ubi, por ejemplo, en [Vive en Buenos Aires], donde claramente indica un
"lugar en donde", una preposición locativa.
A pesar de la menor carga léxica de la preposición en los complementos régimen,
la consideramos núcleo de un sintagma preposicional, en tanto tampoco es posible
considerar que es una mera marca de función.
Tampoco consideramos vacía la preposición a que encabeza el objeto indirecto,
que se ubica en el mismo status de semivacía, y lo mismo decimos de la preposición que
encabeza el complemento agente en la voz pasiva, donde claramente tiene una carga
léxica, que indica, justamente, quién realizó la acción expresada por el verbo.
SS PVS
[La habitación] [fue pintada [ por los estudiantes ] ]
n comp. SP
SS PVS
[ [Los estudiantes] [pintaron la habitación] ]
Por último, quiero señalar respecto de las preposiciones lo siguiente. Si bien nunca
pueden funcionar sin su complemento, el sintagma preposicional puede modificar a
distintas clases de palabras. En primer lugar, a un verbo, como en [Vino desde su casa];
en segundo lugar, a un núcleo sustantivo, como en [casa de madera]; y puede también
encabezar un complemento que modifique a otra preposición, como en este caso:
[ Lejos [ de su alcance ] ]
n compl. SP SAdv.
n comp.
***
Gramática
Fecha: 28/05/07
Teórico-Práctico № 8 Prof.: Paula Mahler
1. Pronombre personal.
1.1.1 se reflexivo
1.1.2 se recíproco
1.2 oblicuos (no constituyen construcciones pronominales)
2. construcciones cuasirreflejas.
2.1. se absorbe un argumento: a) se intransitivizador; b) se de cambio de posición.
2.2. se como argumento externo: a) se impersonal; b) se pasivo.
3. se formante del lexema verbal.
3.1. se diacrítico.
3.2. se obligatorio.
4. se estilístico.
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8
Tengamos presente este índice como una guía que nos permita ordenar todo lo
que vamos a exponer.
Hay, centralmente, dos tipos de pronombres en las construcciones pronominales:
aquellos en que son considerados pronombres personales y por lo tanto, son
argumentales, y aquellos en que son construcciones cuasirreflejas.
Dentro del punto 1, el apartado 1.2. corresponde a los casos en que se es un
alomorfo de le. Consideremos este ejemplo:
Este se no forma parte de una construcción pronominal. No decimos *Le lo di, sino
que se es alomorfo de le: es entonces un pronombre personal. Como vemos en la
coindización, la referencia de se no es la misma que la de yo. Por lo tanto, este se no
integra una construcción pronominal. En tanto pronombre personal, debe estar incluido en
el índice general; pero en tanto no integra construcciones pronominales, 1.2. es un caso
que no vamos a considerar hoy.
En cambio, los casos de 1.1. sí integran dichas construcciones, y subsumen dos
posibilidades: a), el se reflexivo; b), el se recíproco (insisto: esto no vale sólo para se, sino
para todos los demás pronombres personales).
2. corresponde a las construcciones cuasirreflejas. Dentro de ellas, 2.1 es el se que
absorbe un argumento, por lo cual se abren también dos posibilidades: a) se
intransitivizador y b) se de cambio de posición. 2.2. indica los casos en que se supone un
argumento externo, y también tenemos dos subcasos: a) se impersonal y b) se pasivo.
3. se, así como otros pronombres, forma parte del lexema verbal. 3.1. corresponde
al se diacrítico y 3.2. al se obligatorio o intrínseco.
4. se estilístico.
Este problema del se, y de las construcciones pronominales, es uno de los más
debatidos en la gramática española, y además es una de las construcciones más difíciles
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 3
cuando se aprende el español como lengua extranjera, justamente, por lo que queda
reflejado en el índice: una misma forma abarca todas las posibilidades que se señalan allí.
El que está aprendiendo, incorpora esa sola forma se, la cual en realidad aparece en
posiciones muy distintas, con valores distintos, etc.
Ahora, comencemos por retomar algunas ideas sobre los pronombres personales.
Sabemos que morfológicamente flexionan en persona, en número, en caso y, a veces, en
género (él/ella, ellos/ellas, lo/la). Sintácticamente, los pronombres personales funcionan
como núcleos de sintagmas nominales.
Por otro lado, los pronombres personales pueden ser átonos (sin acento) o tónicos
(con acento). Sólo son tónicos cuando flexionan en caso terminal, después de
preposición: mí, ti, sí. Ahora concentrémonos en el otro grupo:
es 1ª del plural y la del clítico, 3ª del plural femenino. Son oblicuos: el referente es distinto
del sujeto. Estos casos corresponden al punto 1.2. del índice: los que no vamos a
considerar.
En cambio, veamos el punto 1.1.
Así, también [Me lavé] es una construcción pronominal, mientras que [Te lavé] no lo
es, porque el pronombre es oblicuo y no comparte al menos un rasgo flexional: persona.
Juan se lo dio.
Aquí tampoco hay construcción pronominal. Veamos: todo está en 3ª persona del
singular: el verbo, el sujeto, el pronombre se y el pronombre lo. Ahora, atendamos al nivel
semántico y coloquemos los índices:
Aquí sí tenemos una construcción pronominal. Tenemos una 3ª persona del plural
en una secuencia formada por un verbo y un pronombre clítico no oblicuo, que comparten
los mismos rasgos flexionales -persona y número-: se arrepintieron. Podría haber dicho:
Yo me arrepentí de lo que hice, y también tendría una construcción pronominal.
Ahora bien, una vez detectada una construcción pronominal, tendremos que
determinar cuál es la función del pronombre.
Sigamos adelante:
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8
Alumna: Es impersonal.
Profesora: No.
Alumna: No es una construcción pronominal.
Profesora: ¿Por qué no?
Alumna: Porque las casas no se venden a sí mismas.
Profesora: Todavía no nos referimos a esa función en especial. Estamos viendo
solamente si la relación entre el verbo, el pronombre y el sujeto de ese verbo es de
correferencialidad o no, y si el pronombre es oblicuo o no. Hasta aquí, sólo tratamos de
definir esto. En este sentido, 4) es una construcción pronominal.
5) Se vende.
El dativo posesivo se usa, en general, para las partes del cuerpo o para prendas
personales. Es decir, todo lo que se denomina propiedades inalienables. Otro ejemplo:
Me, en caso dativo, es un dativo posesivo porque son mis brazos. De hecho, en
inglés o en francés hay que usar obligatoriamente un pronombre posesivo también en el
objeto directo: mis brazos.
Veamos un ejemplo un poco más complejo:
PVS
[ [ Mei ] reprochabai [ a mí mismai ] [mii mal humor] ] SD: yoi
coi nv coi cod
Desde el punto de vista semántico, el índice del sujeto desinencial es [i], el mismo
índice que corresponde a [me], al verbo, a [a mí misma] y a [mi]. El núcleo verbal es
[reprochaba], y [mi mal humor] es complemento de objeto directo: Me lo reprochaba.
Podemos realizar esta prueba, pero no la de la pasiva, en este caso. Y, finalmente, el
complemento de objeto indirecto está reduplicado: [me] y [a mí misma].
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 9
Y tenemos también aquí una construcción pronominal reflexiva. Insisto -y por eso
traigo ejemplos con otras personas, como este- en que, a pesar de hablar de se reflexivo,
no se trata sólo de esa forma. Hay construcciones pronominales reflexivas con todas las
personas. Vean:
Lo que sucede es que el problema es con las múltiples variantes de se, como
veremos. Pero no perdamos de vista que hay muchos casos en que lo que digamos
valdrá para todas las personas. El reflexivo es uno de estos casos.
Ahora, pasemos a 1.1.2.: el se recíproco, que, en sentido estricto, vale para todas
las personas del plural: nosotros/nosotras, ustedes, vosotros/vosotras, ellos/ellas. El
ejemplo típico es:
SS PVS
1) [ [ Juan y María ] [ [ se ] aman ]
cod nv
Es equivalente a:
amamos. En segundo lugar, el se recíproco admite estos refuerzos: unos a los otros,
mutuamente, o entre sí. En tercer lugar, el sujeto siempre estará en plural, ya sea que su
núcleo flexione en número plural, o que se trate de un sujeto plural por coordinación. De
hecho, siempre en el recíproco está subyacente esta idea de coordinación entre
suboraciones, y la referencia cruzada de la interpretación. En cuarto lugar, las funciones
sintácticas, nuevamente, podrán ser las de complemento de objeto directo y complemento
de objeto indirecto. En 1), se es complemento de objeto directo. Un caso de complemento
de objeto indirecto es el siguiente:
Ahora bien, los usos reflexivos y recíprocos son agentivos, esto es, requieren un
Agente o un Experimentante y un Paciente o Tema.
Veamos algunos casos en que no podemos decir exactamente lo mismo.
2) Juan se hirió.
cod
SS PVS
1) [ [El apagón] [ asustó [a las mujeres] ]
cod [Pac.]
SS [Pac.]
2) [ [ Las mujeres ] [ se asustaron (por el apagón)] ]
scr
SS [T.]
4) [La carne] [ se chamuscó]
scr
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 13
Puedo decirlo como en 4), sin hacer ningún tipo de referencia al agente del
proceso.
Este se intransitivizador es entonces un signo de cuasirreflejo (scr). Otros lo llaman
índice de cuasirreflejo. Es lo mismo. Lo que se está diciendo con este término es que este
se no es argumental, que no tiene función sintáctica, y no se está diciendo nada acerca de
qué denota ese pronombre, salvo que convierte, en estos casos, un verbo transitivo en
intransitivo. Hay otros dos casos en que sí agregaremos un matiz: cuando es pasivo y
cuando es impersonal. En seguida lo veremos.
3) es la forma transitiva, donde [la carne] es Tema y es complemento de objeto
directo. En la versión intransitiva de 4), [La carne], que sigue siendo tema, es el sujeto de
la oración y desaparece el Agente o Causa.
Decimos, por ejemplo, Las vacaciones se arruinaron, y no se sabe si se arruinaron
por la lluvia, por el malhumor de la familia, o por lo que fuera. Si quiero expresarlo, lo diré
usando la forma transitiva: Las lluvias arruinaron las vacaciones.
Cabe aclarar que este no es un proceso general. Puedo decir [Juana mató las
hormigas del jardín], pero no [Las hormigas se mataron], como intransitivización de la
oración anterior. Esta oración es posible, pero tiene otras interpretaciones. La primera
tiene que ver con los pronombres ya vistos: supongamos que encontramos, en un
contexto ficcional, personajes de hormigas con la capacidad de suicidarse. En ese
contexto, por ejemplo una novela, una oración como Las hormigas se mataron nos
muestra un se reflexivo, no un cuasirreflejo. Y la segunda corresponde a un Agente
existente, pero que no se conoce. Ese se es pasivo: lo veremos dentro de un rato.
Ahora bien, los verbos de cambio de posición presentan una dificultad: parecen
reflexivos, pero no lo son. Consideremos:
SS [Ag.] PVS
1) [ [Juan] [ levantó [ la caja] ]
cod [T.]
SS PVS
2) [ [Juan] [ se levantó] ]
scr
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8
Doy todos estos ejemplos porque los verbos son diferentes desde el punto de vista
semántico. En principio, todos estos se son signos de cuasirreflejo. y en todos los casos
se supone la existencia de un argumento externo, un Agente, que no es definido. Ante 1)
podríamos preguntar quién no lee nada en ese país que llegue de afuera. No se sabe: es
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 15
indefinido. En 2), tampoco se sabe quién protesta. Sabemos, por la semántica del verbo,
que ese Agente debe tener el rasgo [+humano], pero además hay que agregarle el rasgo
[-definido]. En 3), ¿quién está tranquilo? No se sabe si se trata de todo el mundo, de la
gente, de alguien, etc. En 4), podríamos suponer que los chicos crecen mejor si comen
bien, pero es una generalización. Desde el punto de vista discursivo, se supone que se
utilizan estas estructuras porque es irrelevante la mención de ese Agente. Si fuese
relevante, lo diríamos. Por ejemplo:
1) En ese país, la gente del gobierno no lee nada que llegue de afuera.
2) Aquí el grupo X protesta todo el tiempo.
3) Los ancianos están tranquilos ahí.
4) Los chicos crecen mejor si comen bien.
PVS SS [T.]
6) [ Se vende ] [ esta casa ] ]
scrp
SS PVS
8) [ [Esta casa] [es vendida [por la inmobiliaria] ] ]
Lo que produce confusión aquí es el papel temático del sujeto, que es Tema. Esto
hace que al realizar la prueba de la pronominalización, se llegue a confusiones. Suele
decirse *Se la vende, y a partir de ahí, se considera [esta casa] como complemento de
objeto directo. Sin embargo, la prueba de que es sujeto es, como dijimos, que manifiesta
concordancia en persona y número con el verbo. Cada vez que encuentren estructuras
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 17
PVS SS
9) [ [ Se sabe ] [ que los candidatos están peleados ] ]
scrp
verbo adopta una forma activa, e integra una construcción pronominal. Justamente, el se
de la construcción pronominal es la marca de la pasiva.
Alumna: Pero la forma normal de la pasiva es la perifrástica.
Profesora: No. En primer lugar, no hay formas normales. Pero es interesante
destacar que en español usamos muy poco la forma pasiva perifrástica, y muchísimo más
la pasiva con se. Cuando vuelvas a tu casa, agarrá el diario y contá cuántas pasivas
perifrásticas encontrás y cuántas pasivas con se: el número de estas últimas es mucho
mayor. Usamos la forma perifrástica cuando es absolutamente imprescindible la mención
del Agente. O sea que no es lo normal, sino lo que vos conocías. El uso más marcado es
el de la perifrástica, mientras que el uso menos marcado, o sea, el más común, es el de la
pasiva con se.
Alumno: ¿La razón de que la proposición sea sujeto [en la oración 9)] es que el se
intransitiviza?
Profesora: No. Una oración como 9) presenta dos elementos que nos "hacen
ruido". El primero es que en esa estructura el sujeto sintáctico es semánticamente el
Tema. Pero además, en segundo lugar, estamos en una estructura activa. Cuando
estamos en una estructura pasiva perifrástica pasa lo mismo, con la salvedad de que el
sujeto sintáctico es Tema, y sobre todo, hay concordancia de manera evidente, entonces
no nos crea problemas. En cambio en 9), la concordancia es, en buena medida neutra,
porque una proposición no tiene ni género ni número. Por eso hay que recurrir a
sintagmas nominales: Se sabe eso, Se saben esas cosas. Y al pasar a la estructura
perifrástica pasiva, el participio no sólo concuerda en número sino en género con el sujeto:
Es sabido eso, Son sabidas esas cosas.
Bien. Ahora, comparemos estos casos:
PVS SS
1) [ [ Se abrió [ la puerta ] [ para que entrara todo el mundo ] ]
scrp
SS PVS
20 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8
SS PVS
3) [ [ Juana ] [ abrió [ la puerta ] ]
cod
mismo que ocurra algo y que se me ocurra algo. El primer significado es "suceder", el
segundo es "pensar", "imaginar".
Vean este otro contraste: Negó las acusaciones. / Se negó a hablar.
Hay algunos casos que están en una zona intermedia entre el intransitivizador y la
marca léxica.
Algo que cuesta muchísimo a los que aprenden español como segunda lengua es
cuando el se marca aspecto, por ejemplo, entre dormir y dormirse. El primer verbo es el
"estado de estar durmiendo", mientras que el segundo es el "entrar en el sueño".
El se obligatorio es el que aparece en algunos verbos que sólo tienen formas con
se. Por ejemplo: quejarse. No existe *quejar. Otros: enterarse, dignarse a, desentenderse
de, etc. Este pronombre se forma parte del verbo. Y, nuevamente, habría que decir el
pronombre, porque es válido para todas las personas: yo me quejo, vos te quejás, él se
queja, nosotros nos quejamos, etc.
El último caso es el se estilístico, de un uso muy marcado en nuestra zona. Se usa
siempre con cuantificadores, y puede omitirse. Por ejemplo: Me leí todos los libros de la
biblioteca. Evidentemente, puedo decir Leí todos los libros de la biblioteca. También es
para todas las personas. Este pronombre no está absorbiendo ningún argumento. Sólo
tiene un valor estilístico, y sólo se da en los casos en que hay un complemento de objeto
directo determinado, con un cuantificador. Recuerden la canción de la Mona Jiménez: Se
tomaron todo el vino.
Alumna: ¿También es un signo de cuasirreflejo?
Profesora: La verdad es que es un se estilístico, no un signo de cuasirreflejo.
Alumna: ¿Y en el caso anterior del se obligatorio?
Profesora: En el análisis, márquenlo como un signo de cuasirreflejo, aunque en
realidad uno debería marcar todo el verbo con el pronombre incluido.
Mi recomendación para este tema es que lean el texto de Di Tullio lo más rápido
posible. No dejen estacionar este tema, porque es difícil.
***
Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 22
Gramática
Fecha: 29/05/07
Teórico № 18 Prof.: Guiomar Ciapuscio
Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a terminar con el tema de las clases de
palabras, para lo cual nos resta completar el repertorio de las palabras léxicas, y
considerar luego la otra gran clase: la de las categorías funcionales. En todos los casos,
para categorizar cada clase recurriremos a propiedades morfológicas, sintácticas y
semánticas.
La última clase de palabras léxicas que nos resta es el verbo, que es el centro de la
predicación. A partir de lo visto en otros temas -morfología y sintaxis-, ustedes ya conocen
gran parte de la información que hoy les daré. Haremos entonces una recapitulación y nos
referiremos a algunas características aún no vistas.
La primera distinción a trazar respecto de los verbos es entre las formas finitas o
flexionadas y las no finitas. Las primeras son las que integran el paradigma de las
conjugaciones y, en tanto lo hacen, manifiestan las categorías morfológicas propiamente
verbales, es decir, tiempo, modo y aspecto. Las formas no finitas o no flexionadas incluyen
tres subclases: el infinitivo, el participio y el gerundio.
SS PVS
1) [ [Las elecciones] [ serán realizadas el domingo próximo] ]
nv
SS PVS
2) [ [El gobierno] [ha realizado su opción] ]
SS PVS
[[El evento] [será realizado el domingo próximo]]
nv
SS PVS
[[Las naciones] [han realizado su opción]]
nv
Esto indica que estamos ante un participio invariable. Es el participio con el que
formamos los tiempos compuestos de los verbos.
Respecto de los diferentes temas que hemos estado viendo, y respecto a los que
seguiremos viendo, siempre es recomendable que cada uno haga un ensayo mental, es
decir, que recurra a su competencia de la lengua para buscar ejemplos y verificar lo que
les estamos diciendo. Por ejemplo, desde el punto de vista morfológico, si repasamos los
verbos de las diferentes conjugaciones, veremos que hay distintas vocales de enlace en la
formación de participios. Para la 1ª conjugación, tenemos la vocal -a, como en realizado;
para la 2ª y la 3ª, la vocal es -i como en tenido o salido.
El participio no concordado tiene un sufijo estable que, independientemente del
número y el género del sintagma nominal al que se refiera, permanecerá constante e
invariable: -do.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18
Rompió a llorar.
Voy a salir.
Sabe cantar.
Respecto del infinitivo, [cigarros] está funcionando como objeto directo, cosa que
podemos verificar, en este caso, mediante la pronominalización: fumarlos. Y, por su parte,
[en lugares prohibidos] actúa sintácticamente como un adjunto circunstancial de lugar.
En síntesis, al interior del sintagma en el que participa como núcleo, el infinitivo
funciona con su naturaleza verbal, mientras que hacia fuera, en su relación con el
sintagma verbal, equivale funcionalmente a un sujeto, que realizado por un sintagma
nominal. Como última prueba, es posible -pero no necesario- agregar un especificador al
al sujet, lo cual muestra aún más que ese infinitivo tiene carácter nominal: El fumar
cigarros en lugares prohibidos es su pasión.
Ahora, consideremos este caso:
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 9
SS PVS
2) [ [El fumar [del consejero ] ] [es intolerable] ]
esp n comp. prep. nv pso
Nuevamente tenemos un infinitivo actuando como sujeto: [El fumar del consejero].
Sin embargo, la estructura sintáctica de este sintagma nominal es completamente
diferente de la anterior. Tenemos un especificador [el], que modifica a [fumar] y que no
puede ser eliminado sin producir una secuencia agramatical: *[Fumar del consejero es
intolerable]. A diferencia de 1), en este caso el artículo es necesario y obligatorio. Esto es
así porque el infinitivo fumar está funcionando exclusivamente de manera nominal,
completamente despojado de su naturaleza verbal. Si bien hay un complemento
preposicional, [del consejero], este complemento es un modificador exigido por el nombre.
En términos estrictos, no tenemos una estructura de tipo verbal. Incluso, en este contexto,
podríamos agregar complementos de tipo adjetivo sobre la estructura ya existente, lo cual
mostraría su naturaleza netamente nominal: El continuo fumar del consejero.
En cambio, en aquellos contextos en los que el infinitivo está funcionando con su
naturaleza verbal, lo que podríamos agregar es un adverbio: El fumar continuamente
cigarros en lugares prohibidos. Desde el punto de vista sintáctico, los adverbios se
caracterizan por modificar, precisamente, a elementos verbales.
En síntesis, de acuerdo con el contexto, las formas de infinitivo pueden estar
desempeñándose con su naturaleza verbal -y, por consiguiente, tomar los complementos
que le correspondan- o, por el contrario, pueden funcionar sólo con su naturaleza
nominal.
Alumna: En la primera oración, cuando el sujeto funciona como verbo al interior del
sintagma, ¿cómo analizo lo que me queda en ese sintagma?
Profesora: Todavía no hemos entrado en ese tema. Pero puedo adelantar que en
este nivel no puede ser analizado: es preciso "bajar" la estructura y analizarla en tanto
sintagmas verbal.
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18
encontrar con elementos especializados en la unión de miembros de otras clases, esto es,
las léxicas.
Los coordinantes -y, pero, o, así, etc.- son palabras especializadas en unir
elementos de un mismo nivel sintáctico. Las conjunciones subordinantes, en cambio, son
palabras especializadas en conectar elementos de distinto nivel jerárquico. Precisamente,
subordinan, unen una estructura de un nivel inferior con otra de mayor jerarquía sintáctica:
que, porque, quien/es, cuyo/s, cuya/s, etc.
determinantes
determinativos
Clases o especificadores cuantificadores
Funcionales coordinantes
conjunciones
subordinantes
Las palabras funcionales tiene entonces significado gramatical, esto es, significado
relacional. Ahora bien, este tipo de significado relacional se encuentra de manera
prototípica en las conjunciones. La misma semántica de la palabra nos indica que,
precisamente, su función o especialidad es la de unir a otras unidades.
En primer lugar, dentro de los dos grandes grupos de palabras funcionales, nos
ocuparemos de los determinativos o especificadores. Desde el punto de vista morfológico,
el panorama de los determinativos es muy heterogéneo. En general -esto vale para todas
las clases funcionales- no resulta posible establecer rasgos fijos o caracterizadores. En
principio, los determinativos pueden o no manifestar categorías morfológicas, mientras
que las conjunciones son más predecibles.
También hay diferencias en las conjunciones: los coordinantes son
morfológicamente invariables, mientras que, de los subordinantes, algunos son variables y
otros son invariables. De este último tipo son porque, aunque o que. A su vez, existe un
tipo de subordinantes que constituyen una clase peculiar: los pronombres relativos, que
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 13
son morfológicamente variables en género y número -la cual, quien, quienes, el que, la
que, lo que, cuyo, cuyas, cuyo, etc.-, y se distinguen de las conjunciones subordinantes.
Los subordinantes en general se caracterizan por introducir estructuras subordinadas en el
marco de una oración o estructura mayor. La diferencia está, como veremos con detalle,
en que los pronombres relativos cumplen función sintáctica al interior de la estructura
subordinada, mientras que las conjunciones subordinantes no lo hacen. Estos pronombres
relativos -tal como lo demuestra su sola enumeración- pueden variar en género y número.
Como adelantamos, los determinativos tienen como función principal determinar el
alcance de las palabras que introducen. Esta determinación puede ser realizada, según el
caso, de manera diversa. Por ejemplo, si queremos conformar una oración gramatical con
un sujeto cuyo núcleo sea un nombre común en singular, requeriremos un elemento que
lo actualice, ya sea un determinante o un cuantificador. Veamos:
*[libro es interesante]
[El libro es interesante]
[Muchos libros son interesantes]
[Mi libro es interesante]
Copulativa (y)
Conjunciones Disyuntiva (o)
coordinantes Adversativa (pero)
Consecutiva (así que)
a cumplir una función sintáctica hacia el interior de la proposición. Desde el punto de vista
de su significado, reemplaza a [elecciones], vale decir, se carga con el significado del
núcleo del sujeto. Así, cuando bajamos la proposición también consideramos el
pronombre:
SS PVS
[ [que] [se realizan el domingo]]
n adj. circ. t.
***
Gramática
Fecha: 31/05/07
Teórico № 19 Prof.: Guiomar Ciapuscio
Profesora: Buenas tardes. En la clase de hoy voy a ir cerrando temas que han
quedado pendientes de diferentes Guías. Con respecto a la Guía VII, veremos la
distinción entre coordinación y subordinación, y con respecto a la Guía I, veremos el texto
de Bühler, que nos abrirá los temas de la parte final de la materia, los cuales podemos
reunir bajo el término general de Gramática y uso o Gramática y Pragmática. Esta última
parte comienza con la Guía VIII de pronombres, una clase de palabras complicada, que
nos obliga a toma en cuenta factores que están por fuera del sistema lingüístico; si se
quiere dar de ellos una explicación adecuada, hay que considerar informaciones de
contexto tales como los roles de hablante y oyente, y otros. La Guía IX, Modalidad,
también está vinculada con la gramática y el uso, la gramática y el hablante. Y por último,
dedicaremos las últimas clases al tema de la Guía X: Gramática y variación, donde
consideraremos las diferencias de uso lingüístico de acuerdo a coordenadas geográficas,
sociales, etarias, grupales, etc. Es decir, el uso del sistema en contextos específicos. Con
esto cerraremos la materia.
En medio de estos desarrollos, tendremos el parcial, cuya fecha es el 21 de junio,
como siempre, en el horario de teóricos.
Alumna: El texto de Bühler estaba incompleto.
Profesora: No. Lo he verificado, y el problema es que son distintas ediciones. Las
que manejan ustedes no coinciden con mi edición en cuanto a la paginación, en base a la
cual yo confeccioné la Guía. Pero los contenidos del material que tienen son los correctos.
Alumna: No está el libro de Giammatteo y Albano.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19
X → SX
SX → X + Mod./Comp.n
Esta fórmula significa que un sintagma (SX) debe leerse como un núcleo (X) más
un número de modificadores o complementos a la enésima potencia, es decir, una
cantidad que no determinamos porque estamos generalizando, y dependerán de la
naturaleza categorial del núcleo de que se trate. Estos modificadores o complementos
están en relación de dependencia respecto del núcleo, dado que hemos definido a este
último como aquella palabra rectora que comanda y determina el número de argumentos y
los papeles temáticos que esos argumentos tienen que cumplir. Podemos ejemplificar con
el caso más complejo, el del sintagma verbal:
SV → V + Comp. (+ Adj.)
Tonto y retonto
SAdj. + SAdj.
SO + SO [ __ __ ] y [ ___ ___ ]
[El problema [son los precios (que, (cuando suben), disminuyen la capacidad adquisitiva de la
gente)]]
SS PVS
[ [(que], [(cuando suben,) disminuyen la capacidad adquisitiva de la gente)] ]
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19
Yuxtaposición
Múltiple Copulativa
Disyuntiva
Coordinación
Adversativa
Binaria
Consecutiva
Las primeras diferencias que podemos señalar respecto de Di Tullio son las
siguientes: en primer lugar, Di Tullio no considera la yuxtaposición; en segundo lugar,
junto con otros autores, cuestiona que la relación consecutiva -típicamente realizada por la
conjunción así que- sea estrictamente de coordinación; algunos la ubican directamente en
el territorio de la subordinación, y otros plantean reservas: la consideran un tipo de
relación fronteriza entre la coordinación y la subordinación. Consideremos un ejemplo
clásico:
[+] [-]
1) Es [audaz], pero [insolvente]
[+] [-]
2) [Se esforzó mucho], pero [no pudo asistir]
Restrictiva
Adversativa
Exclusiva
En las tres oraciones interesa ver que, en principio, tenemos coordinación, a través
del mismo coordinante y. Ahora reflexionemos, y tratemos de explicitar el significado de
cada caso. En 1) tenemos yuxtaposición y coordinante y. Pero la relación de significado
que va uniendo un miembro con otro es, por un lado, una secuencia temporal y, por otro,
una relación causa-consecuencia. En latín se habla de relaciones temporo-causales.
En 2) también encontramos una relación temporal. En 3) en cambio encontramos
algo distinto: por un lado, en el primer miembro aparece un imperativo, que no tiene el
valor de una orden sino otro valor que también se expresa con este modo -como veremos
más adelante-: el de una advertencia o amenaza. Ahora bien, a esa amenaza, sigue una
conclusión; pero dicha conclusión surge de una interpretación de todo el contexto
oracional. Todo el acto de habla, en términos pragmáticos, toda esta oración, es una
amenaza. Sin embargo, lo que me interesa focalizar hoy es la relación entre el primer
miembro y el segundo, establecida por y: semánticamente, es, nuevamente, una relación
de causa-consecuencia.
Estos valores se han denominado valores semánticos de la coordinación en
muchos estudios y gramáticas, las cuales sostienen además que la pieza que porta estos
valores es el coordinante y. La explicación es que este coordinante se ha vaciado de su
significado copulativo y adquirido un significado abstracto, que podría tomar, según los
contextos, valores temporales, valores causales, de consecuencia, etc.
Por el contrario, la explicación de Ofelia Kovacci al respecto es que, en realidad, lo
que da ese significado global a esas construcciones son los miembros coordinados, es
decir, la semántica involucrada en cada uno de los miembros de la coordinación.
Pensemos: tropezar, caer, quebrarse evidentemente están, no sólo léxicamente
vinculados, sino que hay lo que en semántica se llama relaciones de mundo, que vinculan
esos miembros de manera causal o temporal.
En síntesis, Kovacci habla de valores semánticos de los miembros coordinados,
mientras que, para Di Tullio, aquello que explica estos valores es la existencia de
inferencias pragmáticas: los receptores o intérpretes, a partir del material lingüístico,
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19
infieren estos valores semánticos. Si bien Di Tullio se apoya en el texto de Kovacci para
hacer estas afirmaciones, en realidad hay un desplazamiento en la explicación que no es
estrictamente fiel a los trabajos de la autora que está reseñando. Porque Kovacci habla de
motivaciones semánticas de significado, mientras que Di Tullio está hablando de
inferencias pragmáticas.
En este último terreno es que quiero entrar en lo que nos resta de la clase. La
definición clásica de pragmática considera que es aquella parte del estudio del lenguaje
que se ocupa de la relación entre los signos y los usuarios de los signos, es decir, los
hablantes y los interlocutores -en el caso del discurso oral- y los escritores y los lectores -
en el caso del texto escrito-. La pragmática es aquella disciplina que se ocupa del uso
lingüístico; del empleo del lenguaje en relación con sus usuarios.
Alumna: ¿Corresponde a lo que es el habla para Saussure?
Profesora: En cierto sentido, el habla para Saussure es el ejecución por parte del
individuo de la lengua. Son conceptos vinculados, pero con el término pragmática nos
referimos a un campo más amplio aun que con el término habla, porque nos referimos a
los usuarios, tanto hablantes como intérpretes, e involucramos además la situación
comunicativa, o, desde otros análisis, el contexto, es decir, todo lo que implica la puesta
en uso del lenguaje en una situación por parte de sujetos que se quieren comunicar entre
sí.
Las inferencias pragmáticas son aquellos razonamientos que los intérpretes hacen
en la situación comunicativa. Se trata de una interpretación concreta en situación, a partir
de cierto material lingüístico. Para realizar estas inferencias, los individuos no sólo usan
material lingüístico sino también conocimientos que están mucho más allá del ámbito
lingüístico: conocimiento de la situación, conocimiento de situaciones pasadas,
conocimiento experiencial, creencias, valores, finalidades, etc. Así, una inferencia
pragmática es mucho más amplia que una simple decodificación lingüística.
De este modo, tal como les había prometido, volvemos sobre la Guía I, uno de
cuyos subapartados (en el punto III) dejamos incompleto: el de la relación entre gramática
y pragmática. Para completarlo vamos a recuperar un texto muy viejo y clásico pero
anticipatorio de una serie de tópicos que hoy se perciben como hipermodernas pero, de
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 15
hecho, fueron dichas hace mucho tiempo. Este texto es la base de muchos desarrollos
actuales en lingüística: Teoría del lenguaje, de Karl Bühler, escrito en 1934. La traducción
de este texto al español data de 1950.
En esos tiempos, no existía la carrera de Lingüística en sí. Él era psicólogo, en
cuanto a su formación de base, pero su preocupación estaba centrada en el lenguaje.
Podemos decir que Bühler es el primer estudioso -no en términos genéticos, pero sí de
manera explícita- que elabora una teoría que explique el uso lingüístico, es decir, cómo los
individuos hacen uso del lenguaje y cómo algunos elementos de la gramática, a los cuales
da un nombre que para nosotros hoy es más restringido: demostrativos, involucra un
amplio repertorio de elementos lingüísticos especializados en vehicular lengua y situación.
Cuando él -y otros antes que él- usaba el término demostrativos se refería, por ejemplo, a
pronombres personales o adverbios pronominales del tipo aquí, ahora, mañana, etc. Estos
elementos hoy suelen denominarse deícticos, esto es, elementos lingüísticos que señalan,
que muestran, que se refieren a la situación o al contexto. Por este motivo, retomaremos
este texto cuando abordemos la unidad dedicada a pronombre.
El texto de Bühler persigue una pregunta a partir de un convencimiento de base. La
pregunta es cómo esquematizar, cómo diseñar o formalizar el signo lingüístico en relación
con sus usuarios y en relación con el mundo de objetos y relaciones que las lenguas
naturales vehiculizan. El fenómeno del lenguaje es básicamente complejo, como ya ha
dicho Saussure. Pero Bühler intenta encontrar una definición del lenguaje vinculada con
su función. Es decir, es una teoría que parte de un lugar completamente diferente del de
Saussure, y tiene otros propósitos.
Bühler toma para comenzar el diálogo Cratilo, de Platón, donde se define el
lenguaje en general como un órganon. Él usa la palabra latina organum, que significa
"herramienta". En el Cratilo se sostiene que el lenguaje es una herramienta que poseen
los hablantes cuya finalidad esencial es el comunicar algo del mundo a los otros. Esta es
una definición que se puede considerar, sin titubear, como estrictamente funcionalista,
esto es, se define un objeto a partir de su para qué. El para qué del lenguaje es ser un
instrumento de comunicación.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19
Las
cosas
órganon
estímulo
estímulo
reacción
Uno El otro
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 17
***
Gramática
Fecha: 07/06/07
Teórico № 21 Prof.: Laura Ferrari
gramática generativa no se ocupa demasiado del pronombre como clase, pero sus
reflexiones sirvieron de apoyo a las que realizaron ciertos gramáticos que, partiendo de
la generativa -como Di Tullio o Bosque-, tratan de evitar esa identificación entre clase
léxica y clase funcional.
En este sentido, nosotros no vamos a considerar al pronombre como una
subclase de los sustantivos, los adjetivos y los adverbios. Diremos que puede compartir
el potencial funcional de cada una de estas clases, en distintos contextos y, en otros, el
potencial de las clases funcionales. Veamos estas posibilidades en detalle.
4) [Mañana vuelvo]
Pronombres posesivos
Posesor Poseído
(sufijos: género y número)
1ª singular mí-o/a-s, mi-s
1ª plural nuestr-o/a-s
2ª singular tuy-o/a-s, tu-s
2ª plural vuestr-o/a-s
suy-o/a-s su-s
3ª suy-o/a-s su-s
En español, a diferencia del inglés, yo digo mi libro y mi silla, su silla, su libro, sus
libros, sus sillas. No hay una distinción genérica en relación con el poseedor, como la
hay en inglés: si es una poseedora, será her book; si es un poseedor, será his book. El
francés y el italiano funcionan como el español, en este sentido: la concordancia se
establece con lo poseído. El sistema de los posesivos es el que tiene más variación de
género y número, es decir, mayor riqueza morfológica entre sus pronombres.
En segundo lugar, tenemos el sistema de los pronombres personales, cuya
característica morfológica es que, además de manifestar género y número, manifiestan
la categoría de caso. En español, tenemos en principio tres casos; Kovacci considera
un cuarto caso: el comitativo, término que indica "compañía". Como se ve en el cuadro,
sólo hay tres formas: conmigo, contigo y consigo. Esta última sólo es válida cuando las
personas son convergentes. Si son divergentes, se usa una forma preposicional: con él,
con ella, etc.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21
Casos
Nominativo Terminal Comitativo Objetivo
Acus. Dativo
1ª p. s. yo mí conmigo me
pl. nosotros/as nos
2ª p. s. tú/vos ti contigo te
pl. vosotros/as / ustedes os / les
s. él lo (le)
3ª p. ella la le, se
ello Diver-
pl. ellos / ellas los, las, les les, se gentes
si consigo se Conver-
gentes
Kovacci no lo da. Y son variables en número y género: cuanto, que puede ser
pronombre relativo así como interrogativo y exclamativo, y cuyo, que también varía en
todas su formas, pero sólo es relativo. Este pronombre tiene la peculiaridad de
funcionar siempre como especificador, es decir, pertenece en todo contexto a la clase
de palabras funcionales.
Esta lista configura gran parte de los pronombres relacionados con el hilo del
discurso -a la cual hay que agregar los pronombres indefinidos-, y vemos que su
comportamiento es absolutamente heterogéneo.
Hemos visto en la clase pasada las características sintácticas de los pronombres
y ahora hemos relevado las morfológicas. Nos queda por hacer una descripción
semántica de los pronombres, señalando los rasgos de significado que es posible
asignarles. Esto nos va a llevar luego a una reflexión que iniciamos la vez pasada.
Barrenechea planteaba una noción de Amado Alonso, quien a su vez la toma de
Husserl: el pronombre como palabra de significación ocasional y no descriptiva. El
concepto de significación ocasional ha sido refutado por algunos lingüistas, como
Henríquez, cuyas afirmaciones son retomadas por Kovacci, quien a su vez las toma del
trabajo de Ciapuscio que ustedes tienen en la bibliografía. Todos estos autores
plantean que en realidad los pronombres tienen rasgos generales de significado, lo cual
implica que la segunda parte de la definición de Barrenechea se mantiene: no son
palabras descriptivas. Pero estos rasgos de significación generales no son ocasionales,
sino fijos.
Dicho de otro modo, al ser el pronombre una palabra generalmente deíctica o
anafórica -o bien deíctica a secas, si tomamos el concepto amplio de deixis que utiliza
Bühler: deixis ad oculos y deixis anafórica-, en realidad lo que varía es la referencia,
pero no la significación. La forma de significar está determinada por la referencia. Y es
esta capacidad referencial lo que caracteriza a la clase de los pronombres, lo cual nos
lleva de vuelta al concepto de Bühler: lo que caracteriza a la clase es la deixis.
Como ven, el recorrido de los textos nos lleva a esta definición. Barrenechea
sostiene que los pronombres son en realidad una clase semántica, cuyos elementos
son palabras no descriptivas de significación ocasional. A partir de aquí, se descarta
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21
toda definición por la vía puramente sintáctica o funcional. Luego, Ciapuscio y Kovacci
plantean que no es dable hablar de significación ocasional, sino fija: los pronombres
poseen rasgos, si bien fijos, muy generales de significado, y lo que varía es la
referencia, variación que está determinada por el tipo de señalamiento que estas
palabras realizan. De este modo llegamos a una caracterización de la clase a partir de
la deixis.
Veamos entonces cuáles son estos rasgos de significado generales pero fijos
que poseen los pronombres, y qué tipo de señalamiento realizan, esto es, si realizan
una deixis endofórica, es decir anafórica, o una deixis ad oculos, es decir, exofórica,
recorriéndolos según cada subsistema.
Comencemos por los pronombres personales. Podemos caracterizar al
pronombre yo mediante el rasgo [+ego] y al pronombre tú como [+tú] o [-ego]. La 3ª
persona, él y ella, son [-ego, -tú]. Esto ha llevado a algunos autores, como Beveniste, a
decir que la 3ª persona es en realidad la no-persona.
Los rasgos identifican a los participantes del coloquio, por lo cual la referencia
que realizan estos pronombres es, primariamente, exofórica, una deixis ad oculos -
también pueden realizar una deixis endofórica, es decir, textual-. Por esta razón, tienen
una gran dependencia del contexto: para poder ser decodificados, necesariamente
tenemos que conocer dicho contexto, en el cual están insertos. S esta serie en singular,
la serie plural sólo agrega el rasgo [+plural], y en los casos en que hay flexión de
género, los correspondientes rasgos: [+femenino], [+masculino], o bien, si queremos
expresarlo en términos binarios de miembro marcado y no marcado, a nosotros se
agrega el rasgo [+masculino], mientras que a nosotras, [-masculino]. La forma
masculina es la no marcada en tanto nosotros en muchas ocasiones incluye ambos
rasgos de género.
Veamos los pronombres posesivos. mi y todas su variantes agregan al rasgo
[+ego] que indica la 1ª persona el rasgo [+posesión], así como tu agrega, al rasgo [+tú]
o [-ego], el mismo rasgo [+posesión]. su, a su vez, es [-ego] [-tú], [+posesión]. También
realizan primariamente una referencia exofórica, con la salvedad indicada antes de que
pueden realizar referencia endofórica, es decir, al interior del texto.
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 11
Son referenciales, esto es, significan en relación con el tiempo y con el hablante. Hoy
indica un lapso próximo al hablante, y ahora es un lapso mínimo, simultáneo con el
presente del hablante.
Pero hay otros proadverbios o proformas con valor adverbial que tienen ya un
valor relativo. Por ejemplo, mañana, ayer, anteayer. Lo que indican es anterioridad o
posterioridad con relación al momento del acto de habla. Mañana se define como
[+ego], [+prox.], [+tiempo], [+posterioridad], mientras que ayer se define como [+ego],
[+prox.], [+tiempo], [+anterioridad]. De todos modos, para que realmente quede claro
que son términos relativos, veamos este esquema:
aquí y ahora
(momento del acto de habla:
tiempo y espacio en función del ego)
significación tiene como eje otro tiempo; mientras que los primarios establecen su
significación directamente en relación con el momento de la enunciación. En ese
sentido los secundarios son relativos. Dicho de otro modo, el ahora o el hoy tienen una
sola instancia de referencia: el momento del acto de habla, mientras que mañana o ayer
pasan por dos instancias: una referida al ahora y, desde el ahora, al momento del acto
de habla. Aclarado esto, todos son referenciales, en primera o segunda instancia: su
contenido dependerá siempre del momento de la enunciación.
Los demostrativos de modo son los del tipo así o tal. Ambos aúnan los rasgos:
[+modo], [+ego].
El único demostrativo de cantidad es tanto, que agrega precisamente ese rasgo:
[+ego], [+cantidad]. De todos modos, puede discutirse si tanto no es en realidad un
pronombre indefinido. Es demostrativo si la cantidad que denota es considerada por el
hablante.
Como ya resulta claro, aunque dediquemos dos clases enteras al tema de
pronombres resulta poco en tanto excede el plano de la oración, y establece relaciones
con la semántica y con el discurso.
Ahora nos referiremos a la distinción entre pronombres neutros y pronombres
personales genéricos, es decir, aquellos que tienen género masculino o femenino. Un
autor citado por Kovacci, R. Otheguy, sostiene que los pronombres pueden hacer dos
tipos de referencia: discreta y no discreta. Consideremos este caso:
Por motivos similares, estos pronombres neutros se utilizan también para hacer
referencias exofóricas. Por ejemplo:
***
Gramática
Fecha: 05/06/07
Teórico № 20 Prof.: Laura Ferrari
Profesora: Buenas tardes a todos. Hoy vamos a terminar con el texto de Karl Bühler
y, a partir de las bases que este texto nos da y las de los textos correspondientes a la
Guía VIII, comenzamos con esta Guía, referida exclusivamente a los pronombres, a la
cual dedicaremos dos clases. La bibliografía incluye: el artículo de Ana Barrenechea "El
pronombre y su inclusión en un sistema de categorías semánticas"; el capítulo 13 de El
comentario gramatical de Kovacci y el artículo de Ciapuscio "La deixis y el funcionamiento
textual de los pronombres".
Como ya han visto con la profesora Ciapuscio, Bühler plantea un modelo donde el
lenguaje es concebido en términos de órganon, esto es, "instrumento". Toma esta noción
del diálogo platónico Cratilo, donde Platón sostiene que el lenguaje es un órgano que sirve
para comunicar, uno a otro, algo sobre las cosas.
Quedó pendiente la reformulación que el mismo Bühler hace de su primer
esquema. Este cambio obedece, en primer lugar, a la consideración de que el enfoque
inicial del lenguaje como órganon sólo es adecuado en los términos de un modelo de
causa y efecto directos; y en segundo lugar, a que el esquema original hace hincapié en el
aspecto representativo del lenguaje, mientras que a Bühler le interesa centrarse en
cambio en los participantes del evento comunicativo. La idea de que el lenguaje sirve para
comunicar algo sobre las cosas, ponía el centro de atención en la relación entre el
lenguaje y las cosas. Bühler, frente a esta perspectiva representacional -en este sentido,
suele denominársela también logocéntrica-, propone analizar el lenguaje desde el punto
de vista de los participantes del evento comunicativo.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20
Signo
Campo mostrativo Yo Tú
o indicativo (emisor) (receptor)
Síntoma Señal
En primer lugar, consideremos cuál es el tipo de relación que Bühler plantea entre
el signo lingüístico -triángulo- y el fenómeno acústico propiamente dicho -círculo-. Hay una
zona en que las superficies del triángulo y el círculo se superponen, otras en que el
triángulo excede los límites del círculo, y otras en que sucede lo contrario. Mediante esta
representación Bühler quiere destacar que, en un sentido, el signo comprende un campo
menor que el campo completo de los fenómenos acústicos y, en otro sentido, también es
dado lo opuesto. Recordemos lo dicho al comienzo del curso acerca de las nociones de
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 3
fono y fonema: el fonema, que es parte del signo, implica, con respecto al fenómeno
acústico concreto, un proceso de abstracción. Incluso el fono, a pesar de ser más concreto
que el fonema, también implica un proceso de abstracción. Y todo proceso de abstracción
implica dejar a un lado una serie de aspectos vinculados con el fenómeno acústico
concreto. En el plano fonético-fonológico, vamos dejando de lado todos los elementos que
no pueden ser sistematizados. Por este motivo el signo es más pequeño que el fenómeno
acústico concreto.
Pero, por otra parte, Bühler también sostiene que el signo excede o sobrepasa al
fenómeno acústico concreto, en el sentido de que en el signo también tienen lugar
aspectos aperceptivos, es decir, no ligados al campo inmediato de la percepción acústica
concreta sino con los mecanismos de abstracción. Desde este otro aspecto, el signo
sobrepasa al triángulo.
Bühler divide a su vez el espacio comunicativo en dos campos: el campo simbólico
y el campo mostrativo, también llamado indicativo. En primero se vincula con el aspecto
representacional del lenguaje, es decir, el vínculo que el lenguaje establece con el mundo
de las cosas y sus relaciones. El segundo, el campo mostrativo o indicativo, está
relacionado con el emisor y el receptor. Aquí, el término indicativo está tomado en su
sentido de indicación: remite a todos aquellos aspectos del lenguaje que señalan al emisor
y que son señales para el receptor.
Esto es lo novedoso de la reflexión de Bühler sobre el fenómeno lingüístico:
detenerse en los aspectos que relacionan al lenguaje con el emisor y el receptor. En este
punto, él formula lo que considera son las tres funciones del lenguaje:
1) función representativa
2) función expresiva
3) función apelativa
Por otro lado, el lenguaje también se relaciona con el emisor. En este sentido, dice
Bühler que es síntoma del emisor. Esto significa que, en tanto un emisor se expresa a
través del lenguaje, lo hace siempre desde una cierta perspectiva. Esta perspectiva que
reconocemos a través del lenguaje responde a la función expresiva. Esta función
entonces es la que vincula al lenguaje con el emisor. Aun en aquellos casos en que se
pretende que el lenguaje de un emisor sea lo más objetivo posible o casos en los que un
emisor pretende alejarse u ocultarse, de todos modos siempre se pueden encontrar trazas
o huellas del emisor en su discurso. Esas huellas son las que se manifiestan en la función
expresiva, y en este sentido son síntoma del emisor.
En relación con el receptor, el lenguaje buscará llamar su atención. En este sentido,
funciona como una apelación al receptor. Así, la función del lenguaje correspondiente será
la que denominaremos función apelativa. Desde esta perspectiva, vamos a considerar que
el lenguaje es considerado como una señal para el receptor.
Ahora bien, ninguna función se da sola o en estado puro: hay una coexistencia de
las tres funciones del lenguaje, y una dominancia alternativa de una o más de una sobre
las otras o la otra.
A su vez, Bühler sostiene que cada una de estas tres funciones del lenguaje puede
relacionarse con los géneros literarios, aunque él no va a hablar de géneros discursivos,
como lo hace Bajtin. Si la función expresiva es la que expresa al emisor, esta función será
predominante en el género poético-lírico. A su vez, en tanto el lenguaje es considerado
como representación del mundo de las cosas y relaciones, la función representativa es la
que predomina en los géneros narrativos. Por último, la función apelativa es función
predominante en el género dramático. Cabe aclarar que esta vinculación entre géneros
literarios y funciones del lenguaje predominantes en cada uno de ellos, está planteada por
Bühler en un sentido general.
Podemos extender esta idea más allá de la literatura y pensarla en relación con
otros géneros de tipo discursivo, en los cuales también es posible establecer algún tipo de
dominancia de las funciones -de hecho, esta teoría de las funciones del lenguaje puede
rastrearse como fundamento de otras teorías lingüísticas funcionales posteriores-. Por
ejemplo, si consideramos los géneros que tienen lugar en la comunicación académica, es
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 5
altamente probable que en ellos predomine la función representativa. Ahora bien, la idea
de predominancia implica, justamente, que no es la única. Insisto: siempre las tres
funciones están presentes, es decir, es posible rastrear aspectos del lenguaje ligados con
las otras funciones. Así, en los géneros en los que predomina la función representativa
también encontraremos aspectos del lenguaje que sean marcas, esto es, síntomas del
emisor, aspectos que, por lo tanto, resulten indicadores propios de la función expresiva.
Ya nos hemos referido a esto cuando vimos los modificadores de modalidad.
Hemos dicho que la modalidad puede definirse como la manifestación lingüística de la
actitud del hablante: en este sentido, detectar en un discurso o texto modificadores de
modalidad implica mirar el sistema desde el aspecto de su función expresiva, vale decir,
considerar en qué medida el lenguaje es síntoma del emisor.
En relación con la función apelativa, y yendo también más allá de los géneros
literarios, podemos pensar en todos aquellos géneros discursivos que intentan actuar
sobre el emisor, por ejemplo, géneros directivos o instructivos: manuales, recetas de
cocina y, en general, todos los textos persuasivos que buscan llamar la atención o
convencer al receptor respecto de algo que está previamente en la intencionalidad del
emisor. Otro tipo de texto o género discursivo -la terminología varía de acuerdo a la
perspectiva teórica desde la cual se lo vea- donde la presencia de la función apelativa es
muy clara es el de la propaganda. En esos casos, de manera muy clara, se está actuando
sobre el receptor para que este compre un producto en particular, o realice una conducta
determinada.
Alumna: ¿El trabajo de Bühler es anterior al de los géneros discursivos de Bajtin?
Profesora: Veamos. El libro de Bühler es de 1932, mientras que los trabajos de
Bajtin dedicados al tema de los géneros discursivos pertenecen a la década del '40-'50.
Sin embargo, los de lo que se conoce como Grupo Bajtin, es decir, Voloshinov y
compañía, son contemporáneos a Bühler. Tu pregunta es interesante, porque permite
destacar que existe un clima de época, un clima intelectual que reacciona frente a la
perspectiva positivista que había dominado hasta principios del siglo XX. De hecho, el
planteo de Bühler, con su particular modelo de órganon aplicado al lenguaje, es un intento
de desprenderse de la perspectiva determinada por el predominio logocéntrico que nos
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20
guía desde el Cratilo de Platón hasta entonces; es un planteo que trata de superar la
perspectiva que considera al lenguaje de manera exclusivamente representacional.
Personalmente, si bien no son idénticos, considero que los trabajos de Bühler y Bajtin son
complementarios; en cierta medida, el intento de Bajtin, al plantear el lenguaje en relación
con sus contextos comunicativos, está alentado por un espíritu similar al de Bühler. Sin
embargo, lo que distingue a Bajtin es la amplitud de su mirada hacia el fenómeno social, al
discurso en sociedad. Bühler, en cambio tiene siempre una mirada más específicamente
lingüística. Considera, sí, al lenguaje en relación con la situación, pero no en el sentido
social amplio en que lo considera Bajtin, sino en un campo más inmediato: el de las
marcas pronominales y deícticas. Precisamente, una gran parte del libro de Bühler está
dedicada a caracterizar el campo mostrativo. Justamente por este motivo lo hemos
presentado antes del tema de los pronombres. Si bien ya los griegos habían considerado
la deixis, él la va a estudiar con refinamiento y atención. Bühler, estudiando los
pronombres demostrativos y los proadverbios, diseña todo un sistema sobre el aquí y
ahora del hablante, sobre las coordenadas espacio-temporales en que se sitúa el
hablante. Frente a este tipo de trabajo, lo de Bajtin resulta más abierto a lo social.
Alumno: ¿Había alguna relación entre Bühler y la Escuela de Praga? ¿Él conocía
sus trabajos?
Profesora: También son contemporáneos. Probablemente él haya conocido sus
trabajos y, efectivamente, la Escuela de Praga plantea la lengua desde la perspectiva de
su función comunicativa. En este sentido, hay que tener en cuenta la figura de Jakobson,
que comienza sus trabajos justamente en Praga. Luego emigra a los Estados Unidos. Sus
trabajos están muy vinculado a la problemática de las funciones del lenguaje, que
originalmente ha tomado de Bühler, pero, ya hacia los años '50-'60, las reformula,
considerando seis funciones del lenguaje. Uno de sus intereses era fundamentar la idea
de que la función poética excede el ámbito de la literatura y puede ser rastreada en el
trabajo sobre el mensaje. Sin embargo, en el terreno de la lingüística, lo más relevante del
modelo de las funciones de Jakobson ha sido el concepto de metalenguaje.
Bien. Ahora sí entramos en el tema de los pronombres. El orden de exposición de
los textos bibliográficos es muy importante, porque sus desarrollos nos llevaarán
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 7
¿Qué es esto?
características descriptivas fijas, entran en esta clase general y poco determinada de los
sustitutos.
Pero los estructuralistas se dieron cuenta, de todos modos, de que estas diversas
entidades lingüísticas en condiciones de funcionar como sustitutos no manifiestan un
mismo comportamiento gramatical. Evidentemente, existe más una clase de palabras que
puede cumplir la función de sustituto, pero el comportamiento gramatical de cada una no
es homogéneo. Esto revela que la categorización de los sustitutos es una herramienta
poco efectiva. Por ejemplo, sustantivos como hombre, gente o cosa -conocidos en inglés
como nombres generales-, muchas veces funcionan como sustitutos. Barrenechea
argumenta, siguiendo la línea de pensamiento de Bloomfield, que, si bien el
funcionamiento de estos sustantivos como elementos sustitutos habilitaría considerarlos
dentro de la clase de los pronombres, al hacerlo estaríamos homologando dos clases de
palabras que no tienen el mismo funcionamiento sintáctico.
Recordemos, en este sentido, la diferencia entre los pronombres y los nombres en
el sintagma nominal. El pronombre no admite determinados modificadores que, por el
contrario, sí son admitidos por los sustantivos comunes. Por ejemplo, no admite
modificadores restrictivos, con lo cual su comportamiento se asemeja al de los nombres
propios. El pronombre sólo admite modificadores no restrictivos. Al respecto, yo suelo dar
el ejemplo de una de las Rimas de Bécquer:
los pronombres personales señalan a los participantes que intervienen en el acto del
coloquio, el cual tiene lugar en el campo mostrativo. Otros pronombres ligados al acto del
coloquio y, en este sentido, capacitados para realizar un señalamiento ante los ojos, son
los pronombres posesivos, en tanto agrega respecto del objeto el rasgo [+posesión] y, al
mismo tiempo, lo relacionan con la 1ª, 2ª o 3ª persona.
Pero este no es el único tipo de señalamiento que pueden realizar estos
pronombres. Veamos.
El segundo tipo de deixis que señala Bühler es la deixis anafórica o anáfora;
también se la ha llamado deixis textual. En este caso, estamos ante el señalamiento que
los pronombres realizan en el texto o discurso. Consideremos:
Lo que diga a continuación del pronombre esto será aquello que, hacia el interior
del texto, ha sido señalado por el demostrativo. Los demostrativos -y sobre todo los de
carácter neutro, como veremos en la clase próxima- no sólo pueden realizar una deixis ad
oculos, sino que también pueden realizar una deixis anafórica.
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 13
Les voy a hablar de algo muy importante, el parcial será el día 21 de junio.
El indefinido algo esta señalando de manera anticipada aquello sobre lo que voy a
hablar.
Ahora bien, Bühler plantea un tercer tipo de deixis: la deixis de fantasía o deixis ad
phantasma. Esta deixis se produce cuando los pronombres señalan alguna idea común al
hablante y al oyente, por ejemplo, cuando refieren a un concepto que forma parte de la
memoria común de ambos. Dicho de otro modo, es un señalamiento a algún elemento
que pertenece al conocimiento del hablante y el oyente. Por ejemplo: En aquellos tiempos
en que solíamos ir al cine todos los domingos. En ese caso, el pronombre está haciendo
un señalamiento a un determinado momento histórico pasado, momento que pertenece al
conocimiento compartido del hablante y el oyente. Si bien es un tercer tipo de deixis, en
términos del análisis lingüístico no tiene demasiada relevancia.
Más modernamente, el lingüista inglés Michael Halliday -fundador de la gramática
sistémico-funcional- va a retomar este tema del señalamiento a la situación, y va a hablar
de dos tipos de referencia: la referencia exofórica y la referencia endofórica. En los
términos de Halliday, la deixis ad oculos es equivalente a una referencia de tipo exofórica -
hacia el exterior del texto-, mientras que la deixis anafórica de Bühler será equivalente, en
la terminología de Halliday, a una referencia endofórica -hacia el interior del texto-.
Encontrarán esta terminología de Halliday en el capítulo de Kovacci.
Ahora bien, con respecto al concepto de referencia, hay algo importante que
aclarar. Dimos ya un ejemplo de un demostrativo actuando como anafórico. A su vez, lo
habitual es pensar en el funcionamiento anafórico en relación con los pronombres
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20
relativos. Pero, en tercer lugar, también puede suceder con los personales. En todos los
casos, hablamos de correferencia.
Recuperemos los versos de Bécquer:
[Referente extratextual]
[Referente extratextual]
El pronombre relativo que tiene como antecedente niña. En este sentido, diremos
que el relativo que es correferencial con niña, es decir, ambos aluden al mismo referente
extratextual. Es decir, el referente del nombre y del pronombre está fuera del discurso, es
extralingüístico.
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 15
Ahora bien, para algunos autores, como Halliday, los conceptos de antecedente y
referente del pronombre se identifican. Nosotros en cambio vamos a mantener el referente
fuera del lenguaje. Por eso planteamos que los pronombres son correferenciales. En el
primer caso, teníamos dos pronombres, y en el segundo, un pronombre relativo y un
nombre: en ambos casos hay correferencia.
La razón de nuestra postura se basa, entre otros elementos teóricos, en el
esquema de Bühler: si el referente fuera interior al discurso, se nos mezclaría el mundo de
las ideas y las relaciones -campo simbólico- con el de los mensajes entre los participantes
en la comunicación -campo mostrativo-, o bien se fusionarían ambos campos. El lenguaje
es una representación de ese mundo de objetos y relaciones, y el propio concepto de
representación implica una separación entre aquello que representa y aquello que es
representado. Por eso, desde la perspectiva lingüística con la que nosotros analizamos el
lenguaje, es mejor trabajarlos por separado.
Hecha esta presentación del problema de la deixis, volvamos al texto de
Barrenechea. Como les adelanté, ella va a considerar que la deixis no es un criterio
categorizador válido para toda la clase, en virtud de que, al igual que en el caso de la
hipótesis del pronombre como sustituto, considerar al pronombre como deíctico es,
nuevamente, equivocarse por exceso y por defecto. Por exceso: existen palabras de otras
clases que también pueden realizar cierto tipo de señalamientos. Un caso son las
conjunciones copulativas; cuando digo naranjas y manzanas, la presencia del copulativo y
indica que a continuación del primer constituyente vendrá necesariamente otro
constituyente. En muchas ocasiones, las conjunciones pueden adoptar valor deíctico.
Otros elementos lingüísticos que manifiestan valor deíctico son los morfemas flexivos del
verbo. Más específicamente, las categorías morfológicas de persona realizan un
señalamiento hacia los integrantes del acto del coloquio.
En segundo lugar, la caracterización deíctica del pronombre peca por defecto: no
todos los pronombres son deícticos. Barrenechea considera que ciertos elementos
pronominales no realizan ningún tipo de deixis, a saber, los pronombres indefinidos. Son
los del tipo algo, todo, nada. Esta ausencia de deixis depende de los contextos. Por
ejemplo:
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20
Nada me interesa.
En realidad, puede decirse que sí realizan algún tipo de deixis, pero que lo hacen
con un valor muy bajo. Pero hay que tener en cuenta que Barrenechea se mueve dentro
de la perspectiva estructural, la cual la lleva a buscar una propiedad que pueda definir a
toda la clase. En realidad, resulta innegable que la deixis es un rasgo constitutivo de casi
todos los pronombres; pero, al ser una clase tan heterogénea, vamos a encontrar
gradualidades. Justamente, la conclusión del trabajo de Ciapuscio será que algunos
pronombres manifiestan un alto grado de señalamiento o capacidad deíctica, mientras que
otros pronombres manifiestan una capacidad de señalamiento muy baja.
Sin embargo, dentro del modelo teórico-epistemológico del estructuralismo no se
podía admitir una caracterización lingüística donde pudieran quedar elementos fuera de
una clase o ubicados marginalmente. Por esto es que Barrenechea desecha la deixis
como rasgo caracterizador de la clase. Generalmente, las explicaciones gramaticales del
estructuralismo tienen este mismo inconveniente: fuerzan la categoría para que dé cuenta
de todos los elementos. El caso más típico es el del adverbio.
Después de descartar tanto el carácter de sustituto como el de deíctico en su
búsqueda de una propiedad que le permita dar cuenta de toda la clase, Barrenechea
retoma la idea semántica que ya había introducido en su artículo cuando mencionó las
palabras vacías y generales. A continuación entonces precisa esta idea de un significado
vacío o general, y lo hace a través de la siguiente denominación: palabras de significación
ocasional.
Toma la idea de que existen palabras con significado ocasional del filósofo alemán
Edmund Husserl, quien se refiere a ciertas palabras cuya significación no les es propia,
sino que les viene dada de acuerdo con la circunstancia. Para que esto sea posible,
deben ser palabras con un significado muy general; palabras con la generalidad suficiente
como para poder ser llenadas, en cada caso particular, con un significado concreto
requerido por la circunstancia.
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 17
En tercer lugar, tenemos palabras que sí son descriptivas pero cuya significación es
ocasional: arriba, abajo, derecha, izquierda, primero, segundo, detrás, delante, etc. Todas
estas palabras, por un lado, cuentan con cierto contenido descriptivo, pero, por otro, su
significación depende del punto de referencia en el que se encuentre el emisor. Por este
motivo, decimos que, si bien presentan cierto contenido, su significación es ocasional. Si
decimos que algo está arriba, o abajo, detrás o delante, siempre lo estará en relación con
algún punto de referencia determinado; y ese punto depende de la situación en la que se
encuentre el emisor.
En este casillero, entonces, Barrenechea ubica un grupo de palabras -no muy
numerosas- que indican algún tipo de posicionamiento en relación con un punto de
referencia. Si bien Barrenechea habla de significación ocasional, lo que es ocasional es su
modo de referir. En realidad, ella está pensando en que lo ocasional es el señalamiento
que estas palabras realizan.
El cuarto casillero, naturalmente, es el de los pronombres, por lo cual quedan
definidos como palabras no descriptivas de significación ocasional. Dicha significación
ocasional de los pronombres estará orientada por circunstancias lingüísticas, que serán el
acto del coloquio o el hilo del discurso.
los pronombres en sendos grupos: los pronombres orientados por el acto del coloquio son
los siguientes: pronombres personales, pronombres demostrativos y pronombres
posesivos; mientras que los pronombres orientados por el hilo del discurso son los
siguientes: pronombres relativos, pronombres interrogativos y exclamativos y pronombres
indefinidos.
En cuanto a este último tipo de pronombres, debemos decir que Kovacci y otros
autores van a dividirlos, a su vez, en dos subgrupos. Por una parte, los pronombres
identificativos y, por otra, los pronombres cuantitativos. Dentro de los identificativos,
además del artículo, Kovacci incluye palabras como mismo, propio, tampoco, también.
Dentro de los cuantitativos, incluye a los indefinidos propiamente dichos.
El jueves veremos cada uno de los grupos de pronombres y veremos cómo
funcionan, tanto desde el punto de vista morfológico como sintáctico y semántico.
***
Gramática
Fecha: 12/06/07
Teórico № 22 Prof.: Guiomar Ciapuscio
del tipo Juan fuma habitualmente, una oración simple que establece una relación de
referencia -el nombre propio Juan remite a un individuo en el mundo, y el predicado
sostiene algo sobre ese referente, es decir, en términos de filosofía del lenguaje, realiza
una predicación, asigna a ese referente la acción de fumar y, además, esa acción está
determinada temporalmente-. Este es el nivel de la proposición, pero no el único. Existe un
segundo nivel: el expresivo, que corresponde al locuor, al acto de expresar. Y, finalmente,
lo que más interesa, lo que esta teoría presenta como novedad, es que las oraciones
tienen además una dimensión ilocucionaria. Esto quiere decir que la oración, gracias a su
fuerza ilocutiva, es una aserción, una afirmación, lo cual en este contexto teórico quiere
decir que tiene lugar un acto de afirmar, un acto de habla.
Si yo, simplemente, modificara mi oración de base mediante la entonación, o
mediante la grafía agregara signos de pregunta, tendría:
mediante el lenguaje, cambiar un estado de cosas, como lo hacen los actos de habla que
ellos denominan realizativos. Son aquellos en que la enunciación misma, el acto de habla
mismo, al ser dicho, hace lo que dice. Los realizativos involucran siempre verbos del tipo:
casar, bautizar, dar por inaugurado, prometer, etc. Estos actos de habla cambian el estado
de cosas contemporáneo o inmediatamente anterior al momento de la enunciación.
La idea de base entonces es que el lenguaje es acción; que la lengua se emplea
para producir determinados efectos en el mundo y en los otros.
Ahora bien, es de destacar que los criterios de verdad o falsedad sólo pueden, en
rigor, aplicarse a actos de habla asertivos. No puede decirse que una promesa, una
advertencia, una sugerencia o una orden sean verdaderas o falsas. Entonces, salvo los
actos de habla asertivos, todos los demás, dice Austin, pueden ser, en cambio, felices o
adecuados si cumplen con una serie de condiciones de naturaleza pragmática.
Un ejemplo clásico es el de un acto de habla realizativo como casar, es decir,
declarar que, a partir del momento del acto de habla, un hombre y una mujer son marido y
mujer. Para que este acto de habla sea adecuado, para que -dice Austin- cumpla con las
condiciones de felicidad, es preciso que se reúnan y se sigan paso a paso varios factores
pragmáticos. Por ejemplo, quien realiza el acto de habla debe ser un juez o alguien
investido de la autoridad necesaria para poder producir ese cambio del estado de cosas
en el mundo a través del acto realizativo. En segundo lugar, debe haber testigos, etc.
Ahora bien, este nivel, el de los actos de habla, corresponde al ámbito de la
pragmática. En este sentido, si somos consecuentes con la distinción terminológica que
hemos trazado al comenzar este gran módulo de la sintaxis, deberíamos en principio
hablar de enunciados, y no de oraciones, porque estamos apelando a factores
contextuales y de uso, o sea, al empleo concreto del lenguaje con todas las condiciones
correspondientes: hablante, destinatario, marco institucional, etc. Los actos de habla
corresponden a nuestra unidad enunciado, que hemos caracterizado como unidades
lingüísticas textuales reales, tal cual se pronuncian, se expresan y se interpretan en
situaciones comunicativas dadas. Son los enunciados, los que pueden tener
interpretaciones ilocutivas. Es mi palabra, usada aquí y ahora, la que ustedes pueden
interpretar como un acto de habla, en este caso, informativo o persuasivo.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22
Alumna: Es retórica.
Profesora: Exactamente.
Desde el punto de vista de la forma, es evidentemente una oración interrogativa,
cosa que nadie puede objetar. Hay signos gráficos correspondientes a la interrogación,
hay un pronombre interrogativo, etc. Pero si interpretamos pragmáticamente esta oración,
encontramos que el significado es exactamente el contrario: Todos sabemos que estamos
en campaña. Es lo que se llama, como apuntó la compañera, una pregunta retórica. No es
en realidad una pregunta, sino una aserción desde el punto de vista de su valor
pragmático, desde su interpretación en situación. Desde el punto de vista de qué estoy
haciendo cuando digo esto, no estoy preguntando; el acto de habla que realizo cuando
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 7
definición inicial: modus y dictum tienen lugar ambos siempre en todo enunciado. Es decir
que aun en oraciones que no muestran explícitamente el modus, hay una actitud del
hablante determinada y determinable. Cuando el modus aparece realizado de manera
independiente del dictum, es decir, verbalizado mediante distintos recursos -en este caso,
yo recurrí a predicados verbales, pero no son los únicos recursos-, la modalidad es
explícita. Ahora bien, en los pares a. también tenemos modus, y podemos interpretar
correctamente el sentido modal de cada una de esas oraciones. Desde el punto de vista
de la interpretación, hemos dicho, no hay diferencias sustantivas entre los pares a. y b. Si
alguien dice Llueve, yo interpreto, aunque el hablante no lo haya dicho, que afirma que
llueve. En 2.a. reconozco la actitud de negar el dictum de quien la enuncia, y en 3.a.
reconozco la actitud de incertidumbre junto con el pedido al interlocutor de que solucione
ese estado de incertidumbre. En todos los casos a. la modalidad está implícita o, en
términos de Bally, escondida en el dictum. No está desplegada en una construcción
específica para el modus, sino codificada en el dictum mediante recursos gramaticales,
fonológicos, o dicho de manera general, en recursos lingüísticos.
Por ejemplo, aquello que hace que interprete correctamente Llueve como un acto
asertivo, como una afirmación, es la entonación y el modo del verbo, que es el indicativo,
o sea, el modo de la realidad, aquel que los hablantes usamos para expresar el
convencimiento acerca de la verdad del dictum.
Decimos, en estos casos, que el modus está encodificado en el dictum, esto es, no
desplegado mediante indicios léxicos independientes, sino escondido, dice Bally, en el
dictum.
Cabe señalar que hay autores que cuestionan esta terminología usada por Bally,
porque si la modalidad está codificada en recursos, está presente. Produce cierta
incoherencia lógica decir que está implícita, si hay rasgos que la denotan. Pero él se está
refiriendo a la clara distinción entre oraciones que despliegan en un predicado específico
el modus y otras que manifiestan el modus mediante recursos sólo fonológicos y
gramaticales.
El ejemplo de 2 es el de lo que llamaremos modalidad negativa, una modalidad que
resulta transversal a todas las otras, es decir, puede superponerse a las que veremos,
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22
coexistir con ellas. El modus, la negación, está expresado en 2.a. sólo mediante el índice
de polaridad negativa.
En 3.a. encontramos el modus en el recurso entonacional, es decir, fonológico.
Ahora quisiera hacer algunos ajustes respecto del concepto de modus que hemos
presentado. En nuestros ejemplos, tiene siempre como sujeto al hablante. Sin embargo, el
modus puede estar a cargo de otro enunciador. Por ejemplo:
declarativas o aseverativas
Intelectuales dubitativas o hipotéticas epistémicas
interrogativas
Afectivas (exclamativas)
.....................................................................................................................
Polaridad (afirmación / negación)
Representamos la figura tonal así: primero, una línea horizontal, lo cual indica
mismo tono, hasta el primer acento fuerte, en que sube y se mantiene hasta la sílaba
anterior al último acento fuerte, con ligeras variaciones. El tono desciende claramente
hacia el final. Naturalmente, cuando las oraciones asertivas son categóricas, estos
descensos finales pueden ser más marcados.
Podríamos decir que en el marco entonacional de las declarativas es prácticamente
monocorde.
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 15
El modo verbal típico de las oraciones declarativas es, por supuesto, el indicativo.
Estos son los dos rasgos centrales desde los puntos de vista fonológico y gramatical.
Ahora bien, desde el punto de vista de la modalidad léxica, es decir, expresada por
unidades o palabras, tendremos cierta selección recurrente de lexemas; por ejemplo,
verbos que, a partir de su significado, han sido llamados verbos de decir, o de
entendimiento: afirmar, decir, saber, etc. También sintagmas verbales, construcciones de
[verbo + sustantivo] con cierto grado de lexicalización, como tener certeza, tener
seguridad, que señalan modos del conocimiento. Y también encontramos construcciones
de [verbo + adjetivo] con este tipo de significado, tales como es cierto, es seguro, etc.
Por otra parte, son centrales muchos de los adverbios en -mente como indicadores
de modalidad y, muchos de ellos, de modalidad declarativa. Por ejemplo: realmente,
indudablemente, ciertamente.
Hay, además, todo un campo de palabras especializadas en señalar distintos tipos
de modalidades, llamadas en las gramáticas índices de actitud. Para la modalidad
declarativa, tenemos índices del tipo sin duda, por cierto, etc.
Pasemos a la modalidad hipotética o dubitativa. El marco oracional típico son las
oraciones llamadas del mismo modo, que, justamente, se caracterizan por presentar el
dictum como algo probable, posible, hipotético o dudoso.
En castellano, la duda suele expresarse mediante determinados modos y tiempos
verbales. Veamos un caso interesante: el tiempo futuro, que básicamente expresa una
acción, evento o estado que se llevará a cabo en un momento posterior al de la
enunciación. De este modo interpretaríamos una oración como: Mañana dirán lo que
tengan que decir. En este caso, el futuro tiene un significado puramente temporal. Sin
embargo, veamos:
Por otra parte, los adverbios son señales frecuentes de modalidad dubitativa
hipotética: difícilmente, probablemente, posiblemente.
También tenemos muchos índices de actitud: ojalá, tal vez, quizás, acaso. Notemos
que estos índices se combinan con el modo subjuntivo, el modo de la falta de certeza. Por
ejemplo:
Otros recursos muy frecuentes para expresar duda o hipótesis son las perífrasis
verbales con verbos modales, como poder o deber. Por ejemplo:
Vendrá mañana.
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 17
en este contexto, digo: Necesito saber la hora, el tipo de oración es declarativa, pero el
acto de habla es una pregunta. Se parafrasea por ¿Qué hora es?
Dejamos acá, y seguimos el jueves.
***
Gramática
Fecha: 14/06/07
Teórico № 23 Prof.: Guiomar Ciapuscio
se trata de la expresión de la particular actitud individual del sujeto frente a lo que dice, por
ejemplo en términos axiológicos: considerar -lo que se dice, el dictum- bien o mal, juzgarlo
negativo o positivo, así como, en términos claramente emotivos, alegrarse o entristecerse.
Bally denomina a estos dos componentes siempre presentes en todo enunciado, en
toda frase -este último es el término que él usa en su texto, y era el más usado en su
época- del siguiente modo: el dictum es el contenido proposicional, es decir, aquella parte
del enunciado en que podemos reconocer una referencia y una predicación; el modus, en
principio, es definido como la actitud del hablante pero, como vimos, no sólo puede
referirse a la actitud del propio hablante sino que también suele transferirse la aserción.
Por ejemplo:
Como ven, la interrogación afecta a todo el dictum, y demanda del interlocutor una
respuesta por sí o por no. La incertidumbre que plantean estas preguntas responde a la
polaridad, es decir, exigen una reacción afirmativa o negativa.
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 7
Las interrogativas parciales, por el contrario, afectan sólo a una parte del dictum, y
suelen construirse con los pronombres interrogativos que mencionamos:
1) ¿Quién vino?
2) ¿Cuándo es el parcial?
1) Vino Juan.
2) El parcial es el jueves que viene.
En 1), el hecho de que alguien vino no está puesto bajo interrogación, sino quién lo
hizo, es decir, una parte del dictum queda fuera de la pregunta, mientras que la palabra
Qu- señala aquel ámbito del dictum sobre el que se interroga. En 2), el pronombre cuándo
interroga sólo acerca de aquella parte del dictum correspondiente al momento temporal en
que va a ocurrir el evento que expresa ese dictum, y no sobre el evento mismo.
Así, la palabra Qu- funciona como aquella variable que debe ser especificada en la
respuesta. Naturalmente el constituyente interrogativo, en correspondencia con el tipo de
elemento por el que se interroga, será entonces: el sujeto de la oración, el objeto directo,
un adjunto, etc.
Se suele distinguir una tercera subclase de interrogativas: las alternativas. Son
aquellas que plantean una disyunción. Por ejemplo:
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23
veremos, más específicamente, que otros modos expresivos de este campo modal son las
perífrasis verbales. También cuenta esta modalidad con índices léxicos de actitud y, por
supuesto, con su particular rasgo fonológico entonacional.
Vayamos primero a las oraciones exhortativas, también llamadas -otra vez, la
variación terminológica- directivas, como también las llama Di Tullio. Estas oraciones
sirven para expresar mandatos, órdenes, consejos, pedidos, ruegos. Todo estos actos de
habla pueden ser realizados mediante oraciones exhortativas.
En cuanto a los modos verbales típicos, los centrales son el subjuntivo y el
imperativo, que en nuestro dialecto marcamos morfológicamente en la 2ª persona: Vení,
por favor, Andá al médico, etc.
Suele acompañarse la orden o indicación con un elemento llamado vocativo: Vos,
andá al médico, o Fulano de Tal, vení por favor. El vocativo, como ya han visto con la
profesora Ferrari, es un elemento periférico; no es parte de la oración sino que lo
marcamos separadamente. Designa al destinatario de esa orden o indicación.
Ahora bien, el problema que tenemos nosotros es que usamos el imperativo sólo
para la 2ª persona, mientras que para las otras personas seleccionamos el subjuntivo.
Incluso cuando la 2ª persona expresa respeto o distancia, usamos la 3º del subjuntivo:
Venga usted. Y, cuando damos órdenes que nos incluyen, usamos la 1ª del plural también
en subjuntivo: Hagámoslo con calma, por ejemplo, donde además es de señalar que el
clítico va siempre pospuesto.
También usamos el subjuntivo cuando damos órdenes negadas: No vayas, No
vayamos, No votemos, etc. Aquí hay que hacer una mención especial respecto del voseo
y la negación. No todo el mundo dice solamente No vayas sino que es muy frecuente oír
al hablante voseante acentuar la sílaba final: No vayás, No votés, No abrás la puerta, lo no
impide decir tanto No la abras como No la abrás. No hay sistematicidad. El mismo
hablante, en distintas circunstancias, usa las dos formas. ¿Cómo lo ven ustedes?
Alumno: Depende del grado de énfasis.
Profesora: Eso me interesa. Tal vez podríamos intuir que está presente, en la
distinción, un componente emocional; hay un énfasis, una insistencia, que se marca con el
acento fuerte.
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 13
Ahora bien, también es de notar que usamos el indicativo para dar órdenes. Vean:
Ahora vas, y pedís disculpas. E incluso, otros esquemas oraciones con frases verbales:
Ya te estás yendo, o Te ponés ahora mismo a estudiar.
Esto quiere decir que tenemos recursos verbales típicos para manifestar órdenes
pero también la lengua es rica en variaciones para llevar a cabo esos actos de habla, no
necesariamente mediante el modo.
En segundo término, tenemos las oraciones desiderativas, también llamadas
optativas -esto proviene de la gramática griega-. Los verbos propios de estas oraciones
significan "voluntad", "deseo", "querer", "esperar", etc.
El modo verbal propio del deseo es el subjuntivo. A este modo verbal suelen
sumarse los llamados índices de actitud para realizar el deseo. Son palabras como ojalá, o
que, las cuales se ubican al inicio de la oración desiderativa:
el hecho de que comparten estructuras y recursos lingüísticos que las manifiestan. Les
doy dos ejemplos:
En los dos casos, tenemos la partícula que inicial y el modo subjuntivo, pero 1) es
una orden, mientras que 2) es un deseo. Los mismos recursos pueden realizar distintos
tipos de oraciones y distintos actos de habla.
Alumna: Cuando analizamos, ¿cómo indicamos esos que?
Profesora: Como índice de actitud o índice modal.
Vayamos ahora al último grupo que nos queda: las modalidades afectivas. Realizan
la dimensión emocional. Se manifiestan, en primer lugar y fundamentalmente, en la
entonación; en segundo lugar, en determinadas selecciones léxicas: palabras que indican
emocionalidad. En cuanto al modo, hay una preferencia -no una obligatoriedad- del modo
subjuntivo. También es característico de las modalidades afectivas el empleo de un tipo de
morfología que ya conocen: la morfología apreciativa, es decir, los diminutivos,
aumentativos, defectivos, etc.
Ahora bien, desde el punto de vista gramatical, la modalidad afectiva ha sido
estudiada sobre todo en el marco de las oraciones exclamativas. Así lo encontrarán
también en Di Tullio.
Tampoco exige una negación previa, así como también exige una afirmación
previa. Son elementos que precisan de una identidad polar en el miembro anterior.
Alumno: ¿Cómo los marcamos en el análisis sintáctico?
Profesora: Este tema quedó pendiente cuando abordamos la coordinación. Los
consideramos, en el marco de la coordinación, como matizadores y reforzadores, es decir,
elementos que acompañan matizando o reforzando el significado. Otros similares son: sin
embargo, además, etc. Son elementos conjuntivos que se acumulan con los coordinantes,
reforzando su significado en caso de que coincida -como en y también-, o bien
matizándolo, es decir, distanciándose del significado del coordinante al que se suman,
estableciendo respecto de él un matiz diferencial, en caso de que su significado sea
divergente, como en -y tampoco-
Encontrarán que algunos autores, como es el caso de Alcina Franch, consideran
también y tampoco como pronombres identificativos. Como ya hemos señalado, estas
diferencias de puntos de vista suceden con frecuencia en gramática y lingüística. Pero la
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 17
mayoría de los autores sostiene que son elementos conjuntivos que se acoplan a los
coordinantes, reforzando o matizando su significado.
Ahora bien, se denominan términos de polaridad negativa a determinadas palabras
que exigen que la oración tenga un elemento negativo, es decir, una negación explícita. Di
Tullio los menciona al comienzo del capítulo correspondiente. Ella lista como términos de
polaridad negativa, por ejemplo, los siguientes: ni siquiera, en absoluto, palabra de, gota
de, a nadie, etc.
No podemos decir:
Alumno: Puede ser que niegue el momento en que lo hizo, que lo hizo en otro año
diferente o que no haya aumentado el presupuesto sino que lo disminuyó.
Profesora: Exactamente. Esta negación, en este contexto, podría recibir distintas
interpretaciones. En primer lugar, si consideramos que afecta a toda la oración, querría
decir: No es cierto que el gobierno aumentó el presupuesto educativo este año. La
negación, así, se aplica a todo el dictum, y podría estar antepuesta, explicitada con un
predicado del tipo No es cierto que, o Es falso que.
Pero también podemos jugar con la posición de elemento negativo, y encontrar
otras interpretaciones. En segundo lugar, como él sugirió, otra interpretación podría ser: El
gobierno no aumentó el presupuesto educativo este año sino el militar, con lo cual el
ámbito de la negación involucra sólo al modificador educativo. Una tercera interpretación
podría focalizar el tiempo: El gobierno no aumentó el presupuesto educativo este año sino
el anterior, donde el alcance de la negación es el adjunto temporal. En cuarto lugar, podría
negar toda el predicado verbal, como también sugirió el compañero: El gobierno no
aumentó el presupuesto educativo este año sino que lo disminuyó. Y, en quinto lugar,
podría negar sólo el sujeto: El gobierno no aumentó el presupuesto educativo este año,
sino que lo hizo el Congreso.
Es decir que la posición de la negación es relevante, y puede haber oraciones con
polaridad negativa que requieran ser interrogadas por componentes, por estructuras, o por
la totalidad.
Nos vemos el martes.
***
Gramática
Fecha: 04/06/07
Teórico-Práctico № 9 Prof.: Paula Mahler
Profesora: Buenas tardes. Vamos a trabajar, en las tres clases que nos quedan con
las proposiciones. Empezaremos con las proposiciones sustantivas; después, veremos las
relativas y finalmente, las adverbiales. Cabe aclarar que la relación de subordinación que
se establece entre la oración principal y los diferentes tipos de proposiciones no es la
misma. Las proposiciones tienen muchas características que las diferencian. Las
proposiciones sustantivas son proposiciones argumentales; las relativas se denominan de
ese modo porque están encabezadas por un subordinante -un pronombre relativo- y eso
constituye su característica diferencial; las adverbiales, por su parte, mantienen una
relación periférica respecto del verbo y, generalmente, cumple la función de adjunto.
Siempre que se habla de proposiciones se hace referencia a una estructura predicativa, la
cual puede tener un verbo conjugado o no -de hecho, las proposiciones pueden
construirse con infinitivos, en el caso de las proposiciones sustantivas; algunas relativas se
construyen con participios; y algunas adverbiales, con gerundios-, pero nunca esa
estructura predicativa será autónoma sino que tendrá una relación de dependencia
respecto de la oración principal.
Desde una caracterización funcional, las proposiciones sustantivas cumplen las
mismas funciones sintácticas que cumplen los sustantivos y los sintagmas nominales.
Veamos los siguientes ejemplos:
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9
SS PVS
[ [Que creyera en sus palabras] [fue absurdo].] O. Compl.
PIS – N N PSO
PVS
[creyera [en sus palabras] ] SD
N CPReg
SS PVS
[ [Creer en sus palabras] [fue absurdo].] O. Compl.
PIS – N N PSO
PVS
[creer [en sus palabras] ] SD
N CPReg
detecta otra proposición subordinada: [creer en sus palabras], que es la misma que había
aparecido en los ejemplos anteriores. En este caso, la proposición es compleja, porque
incluye, a su vez, otra proposición subordinada.
PVS
[Me pregunto [si fue absurdo creer en sus palabras].] SD
COI N PIS – COD
PVS SS
[ [fue absurdo] [creer en sus palabras] ]
N PSO PIS - N
PVS
[creer [en sus palabras] ] SD
N CPReg
PVS
[No sabe [cuándo creer en sus palabras] ] SD
IPN N PIS – COD
PVS
[ cuándo creer [en sus palabras] ] SD
Adj.Circ.T N CPReg
SS PVS
[ [El que llegue tarde] [será castigado] ]
P. Relativa - N N PSO
El sujeto es [el que llegue tarde]; se trata de una proposición. [será castigado] es el
predicado verbal simple. Sin embargo, este sujeto no es una proposición sustantiva sino
una relativa, porque es introducida por un pronombre relativo. Esto quiere decir que va a
haber proposiciones relativas que pueden cumplir las mismas funciones que los sintagmas
nominales. El criterio funcional por sí solo no sirve para caracterizar las proposiciones
sustantivas, cuestión que queda demostrada con el ejemplo anterior.
Para caracterizar las proposiciones sustantivas, entonces, deben tenerse en cuenta
tanto criterios funcionales como de estructura interna, a saber: la función, el encabezador
que las introduce, el tipo de relación estructural que mantiene con la oración principal y el
carácter flexionado o no del verbo de la proposición.
SS PVS
[ [El hecho [de [que llegue tarde] ] ] [es irrelevante].]
N PIS – C
Det. N CPrep. N PSO
PVS
[llegue tarde] SD
N Adj.Circ.T
2) [ [El director] [no creyó [que el examen hubiera / haya sido justo] ] ]
IPN N
diarios utilizan una combinación entre el discurso directo y el indirecto. Es una cuestión
discursiva, no gramatical, ya que el uso del discurso directo genera la ilusión de
reproducción textual de lo que se dijo. Es una convención entre los hablantes: lo que
aparece entre comillas es lo que se supone que se dijo textualmente, aunque siempre sea
una reformulación y, con ello, la prensa no asume la responsabilidad por el enunciado
entre comillas.
La modalidad también tiene que ver con el grado de certeza de lo que se afirma.
Por ejemplo:
1) ¿Qué hizo?
2) Quiero saber qué hizo.
PVS
[No sabe [a cuántos va a invitar al cumpleaños] ] SD
IPN N PIS - OD
PVS
[ [a cuántos] va a invitar [al cumpleaños] ] SD
MF N
COD N CCirc.L/ T/ Fin
PVS SS PVS
1) [ [Era [una duda] [cuándo había llegado] ].]
N det. N PIS – PSO
PVS SS
1') [ [Era [una duda] ] [cuándo había llegado].]
N PSO PIS – N
PVS
[No sabía [si venir temprano].] SD
IPN N PIS – COD
PVS
[venir temprano] SD
N CCT
PVS SS
[ [No corresponde] [permitir fumar en el hospital].]
IPN N PIS – N
PVS
[permitir [fumar en el hospital] ]
N PIS - COD
funciona como complemento de objeto directo. Al bajar esa proposición, el núcleo será
fumar y [en el hospital], un adjunto de lugar.
Hay un discusión en gramática respecto de las que se denominan oraciones
mencionadas o icónicas, que son las que hemos visto anteriormente como discurso
directo. Por ejemplo:
SS PVS
[ [Pablo] [dijo: [“No voy”] ].]
N N PIS - COD
que
quien / quienes
como / donde / cuando
el que / el cual (y sus variantes en género y número)
cuanto / a / s
Gramática 20071C/T-P 9 Apuntes Sim 11
SS PVS
[ [El chico [que vive enfrente] ] [es rubio].]
Det. N PRel. N PSO
SS PVS
[ [que] [vive enfrente] ]
N N CCL
PVS
[donde vivo] SD
CCL N
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9
Se trata de una oración impersonal, ya que no tiene sujeto. El núcleo es votó; [ayer]
es un adjunto circunstancial de tiempo y [en la ciudad donde vivo], un adjunto
circunstancial de lugar. El adjunto de lugar tiene la forma de un complemento
preposicional: en es el núcleo y [la ciudad donde vivo], el complemento de ese núcleo.
Dentro de ese complemento, ciudad es el núcleo; [la], el determinante y [donde vivo], una
proposición relativa que funciona como complemento nominal. El antecedente de donde
es ciudad. Donde podría reemplazarse por otros pronombres relativos: en la cual, en la
que. El sujeto de la proposición es desinencial; vivo es el núcleo del predicado y donde es
un complemento circunstancial de lugar. Veamos otros ejemplos:
PVS
1) [ [No sabe [dónde votar].] ] SD
IPN N PIS – COD
PVS
[dónde votar] SD
CCL N
PVS SS
[ [donde está] [el cartel]]
CCL N det N
PVS SS
[ [donde está] [el cartel]]
CCL N det N
***
Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 15
Gramática
Fecha: 11/06/07
Teórico-Práctico № 10 Prof.: Paula Mahler
Profesora: Buenas Tardes. Hoy vamos a terminar con las proposiciones relativas, y
luego veremos las adverbiales propias. En la clase anterior dejamos establecido que
existen dos grupos de proposiciones relativas: las que tienen antecedente y las que no,
que se denominan libres. Desde el punto de vista funcional, las proposiciones relativas
que tienen antecedente generalmente equivalen a un sintagma adjetivo. Sin embargo, en
algunos casos pueden cumplir la función de aposición. Las proposiciones relativas libres
pueden funcionar como un sintagma nominal o como uno adverbial. Por ejemplo:
SS PVS
1) [[Los militares [que ejecutaron delitos de lesa humanidad] ] [podrán ser juzgados ahora]]
Det N PIR – CN
SS PVS
[ [que] [ejecutaron [delitos de lesa humanidad] ] ]
N N COD
SS PVS
2) [ [Los que quieran presentar querellas] [podrán hacerlo] ]
PIR – N N
SS PVS
[ [Los que] [quieran [presentar querellas] ] ]
DET. N N
Voc.
[ [Vos, [el que está mirando] ], cerrá la puerta ]
N PIR - C
Aquí no hay sujeto, ya que [vos, el que está mirando], es el vocativo. El modo de la
oración principal es imperativo. El núcleo del vocativo es vos; el complemento es la
proposición incluida relativa: [el que está mirando]. Veamos otro ejemplo:
[Los militares [que ejecutaron delitos de lesa humanidad] podrán ser juzgados ahora]
SS PVS
[ [que] [ejecutaron [delitos de lesa humanidad] ] ]
N N COD
SS PVS
[ [El libro [que compré] ] [no trae la información necesaria].]
Det. N PIR – CN
PVS
[que compré] SD
COD N
En este caso, el sujeto es [el libro que compré]. [que compré] es una proposición
incluida relativa, que funciona como complemento nominal. En este caso, que reemplaza
a libro. Por lo tanto, funciona como complemento de objeto directo. El sujeto de la
proposición es desinencial.
SS PVS
[ [El niño [al que le compré la pelota] ] [la usa todo el tiempo] ]
Det N PIR – CN N
PVS
[ [a [l que] ] [le] compré [la pelota] ] SD
det N
N C
COI COI N COD
El sujeto de esta oración es [el niño al que le compré la pelota]. La preposición que
aparece al comienzo de la proposición subordinada es interna, en tanto es requerida por el
verbo de esa proposición: comprar. Alguien compra algo a alguien. Se trata de un verbo
que puede seleccionar tres argumentos: Agente, Tema y Beneficiario, los cuales están
realizados sintácticamente, en general, por: sujeto, objeto directo y objeto indirecto –este
último, se construye con la preposición a-. Entonces, [al que le compré la pelota] cumple la
función prototípica de las relativas: es un complemento nominal.
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 5
SS PVS
[ [El camino [por el que voy]] [ no es [el más corto] ] ]
Det N PIR – CN IPN N PSO
PVS
[ [por [el que] ] voy] SD
Det. N
N CP
CCL N
[El camino por el que voy] es el sujeto y [no es el más corto], el predicado verbal
simple. El verbo copulativo es funciona como núcleo; [no], el índice de polaridad negativa
y [el más corto], el predicativo subjetivo obligatorio. El núcleo del sujeto es camino y [por el
que voy], un complemento nominal. Nuevamente, la preposición aparece relacionada con
el verbo ir. Estas proposiciones se denominan proposiciones relativas con preposición y
son de adquisición tardía -de hecho, no suelen utilizarse-. Dentro de la proposición, el
sujeto es desinencial. Voy es el núcleo del predicado y [por el que], un complemento
circunstancial de lugar, en el que por será el núcleo y el resto, su complemento. Si se
toma carecer de, entonces, debería decirse las cosas de las que carezco. Normalmente,
en el uso cotidiano, la preposición se elide y queda solo el pronombre relativo. Sin
embargo, debería utilizarse porque es requerida por el verbo.
Existen diferencias entre las proposiciones relativas especificativas y las
explicativas. Cabe recordar en este punto, las cuestiones que fueron trabajadas respecto
de los complementos nominales especificativos y explicativos. La idea es la misma:
teniendo en cuenta la relación con las características semánticas del antecedente y con el
tipo de relación que la proposición establece respecto de la proposición principal, puede
diferenciarse entre proposiciones especificativas y explicativas. Como sucedía en el caso
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 10
de los complementos nominales, las explicativas van a tener un contorno tonal propio, que
se representa en la escritura a través de comas. Las especificativas cumplirán la función
semántica de restringir, especificar el alcance del antecedente; en cambio, la explicativa
tiene como función agregar información sobre el antecedente y tiene, además, un carácter
referencial que no presenta la especificativa, que, por eso, no puede modificar a
sintagmas nominales que tengan referencia propia, es decir, a aquellos formados por
nombres propios o pronombres personales. Por ejemplo:
SS PVS
[ [Rosario, [que está a orillas del Paraná],] [ha crecido mucho].]
N PIR - CN
SS PVS
[ [El niño [que juega a la pelota] ] [vive enfrente] ] especificativa
Det. N PIR – CN
SS PVS
[ [El niño, [que juega a la pelota],] [vive enfrente] ] explicativa
Det N PIR - CN
SS PVS
[ [El autor] [sostuvo [que los inmigrantes fueron pocos, lo cual es falso] ] ]
Det N N PIS - COD
SS PVS
[ [los inmigrantes] [fueron [pocos], [lo cual es falso] ] ]
Det N N PSO PIR - PSO
SS PVS
[ [lo cual] [es falso] ]
N N PSO
1) [ [El diariero, [quien pasa a cobrar por casa] ], [no es del barrio] ]
SS PVS
[ [La secretaria, [a pedido de la cual se realizó el contrato] ], [está ausente].]
Det. N PIR – CN N PSO
PVS SS
[ [ [a [pedido [de la cual] ] ] se realizó] [el contrato] ]
N CN
N CP
Adj.CT SCR N det. N
SS PVS
1) [ [Juan] [escuchó [el mismo concierto cantado por un grupo africano] ] ]
N N COD – PIAdj.
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 9
SS PVS
[ [el mismo concierto] [cantado [por un grupo africano] ] ]
N N CAgente
SS PVS
[ [Juan] [me indicó [que hiciera el trámite], [inquieto por su situación] ]
N N PIS – COD PIAdj. - PS
PVS
[inquieto [por su situación]]
N Adj.CC
PVS
[Puso [el arma] [donde nadie podía alcanzarla].] SD
N COD CCL – PIR/ PAdv.Propia
PVS SS PVS
[ [donde [nadie] podía alcanzarla] ]
CCL N N COD
PVS SS
[ [llegado] [el verano] ]
N det. N
En este caso, desde que está marcando simultaneidad e inicio. En cambio con
hasta que se marca el límite del intervalo: Hasta que deje de dormir de día, no le voy a
hacer el almuerzo. En todos estos casos, la función de la proposición es adjunto
circunstancial de tiempo, que se introduce por locuciones prepositivas.
La sucesión de acciones se marca con: luego de que, en cuanto, ni bien, apenas,
etc. Por ejemplo: Ni bien llegó, empezó el baile. Cabe recordar que solo se bajan los
encabezadores cuando son relativos.
Veamos un último caso:
PVS
1) [Viaja [hace dos días] ]. SD
N Adj.CT
Los temas que entran en el parcial llegan hasta los que se den esta semana. Si la
profesora Ciapuscio decide terminar las proposiciones adverbiales propias esta semana,
entran en el parcial. Si decide que no, se evaluará hasta las locativas.
***
Gramática
Fecha: 19/06/07
Teórico № 24 Prof.: Guiomar Ciapuscio
Ya desde hace algunas semanas, hemos venido considerando los aspectos del
uso lingüístico, a partir de un texto pionero: el de Bühler, donde él define el lenguaje como
un instrumento o herramienta de comunicación. Esto implica tomar en consideración los
aspectos vinculados con la situación o contexto extralingüístico. Para esto, Bühler postula,
recordemos, un modelo de signo lingüístico con tres vértices: hablante, interlocutor y
mundo de referencia.
Ahora bien, cuando hablamos de gramática y variación -uso por ahora el término
variación de manera difusa: iremos especificando a lo largo de estas clases cuáles son los
distintos ángulos de variación en la lengua-, ponemos en relación la gramática, o la lengua
o, aun en términos más saussureanos, el sistema, con los usos lingüísticos. Así
enfrentamos claramente una característica constitutiva de las lenguas naturales: su
carácter dinámico. Las lenguas naturales son objetos dinámicos, no estáticos, en virtud del
eje temporal, es decir, del paso del tiempo, y además, en virtud de los cambios sociales y
culturales. De hecho sería muy parcial pensar este dinamismo de las lenguas en términos
puramente históricos -en el sentido de diacronía, o bajo el concepto típicamente
decimonónico de erosión: la idea era que las lenguas se van gastando, erosionando-. No:
las lenguas son objetos dinámicos porque son usadas por grupos sociales, en contextos
socioculturales específicos. Mediante el lenguaje, se resuelven tareas sociales de todo
tipo, tareas culturales, políticas, etc. Las lenguas son objetos sujetos a la variación, la cual
sólo parcialmente puede describirse como variación diacrónica.
Es cierto que el tiempo es un eje central para entender la variación de lenguas,
para entender el cambio lingüístico, el nacimiento de lenguas a partir de otras anteriores o
lenguas-madre, como suele decirse. Pero tenemos dos ejes más a considerar de manera
entrelazada: el eje espacial y el de la situación de uso, ligada a lo social.
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 3
Variación
sociolectos
A lo largo del tiempo tienen lugar variaciones de orden sociocultural, las cuales
implican naturalmente variaciones políticas, económicas, etc., de las comunidades que
usan en situaciones determinadas la lengua.
Un segundo ángulo de variación es el geográfico o espacial. Este eje, desde el cual
también puede observarse el dinamismo y la variación de lenguas, es especialmente
relevante en lenguas como el español, o mejor dicho, el castellano. Entre paréntesis, el
otro día alguien me consultó cuál era la diferencia entre los términos castellano y español.
Justamente, se trata de un tema importante, al considerar la variación desde el punto de
vista geográfico. Según muchos lingüistas, el español debería ver llamado castellano, en
tanto se trata de la lengua nacida en Castilla, y es una de las varias lenguas que se hablan
en España. Son efectivamente lenguas distintas -y no dialectos- el catalán, el gallego, el
vasco, etc.: lenguas vivas, habladas por los miembros de las respectivas Autonomías. Así,
la denominación de español es muy criticada, no sólo en España sino también en
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24
América, dado que se considera que tiende al etnocentrismo, es decir, ignora las lenguas
minoritarias pero con valor de lenguas oficiales, como las que acabo de mencionar.
Ahora bien, para nosotros, como hablantes del castellano en América, es relevante
el hecho de que la lengua que hablamos en muchas naciones americanas es, de origen,
una lengua transplantada, traída cuando gran parte de América fue conquistada por
España. También el portugués o brasileño es considerado una lengua transplantada. Se
trata de lenguas que fueron extendidas a las colonias en procesos complicados, en los
cuales hay que considerar de manera central el hecho de que había otras lenguas antes
de que llegara la lengua del Imperio.
Otro elemento a considerar es que esta lengua, el castellano, en el momento en
que fue transplantada a estos territorios, comenzaba a ser sistematizada. Justamente,
1492, el mismo año del "descubrimiento", es el mismo año en que Nebrija publica la
primera Gramática de la lengua española. Esta gramática es, así, fundamentalmente un
instrumento político, es decir, una herramienta del Imperio. El libro está dedicado por
Nebrija a los reyes de España, y en el comienzo dice textualmente: La lengua, compañera
del Imperio.
Nuestra condición de ser hablantes del castellano, en tanto lengua transplantada,
lengua de la Conquista, implica una serie de problemas. Se han hecho múltiples estudios
históricos, abarcando desde los siglos XV y XVI en adelante, acerca de los procesos
políticos, culturales y sociales que se dan respecto de lo que se ha denominado actitudes
ante la lengua. Durante el período colonial, el castellano poseía -hasta cierto punto- una
metrópolis que regía, que decidía acerca de sus usos -para la época- correctos o
incorrectos. De todos modos, las colonias americanas fueron realizando sus propios
procesos de variación, los cuales se acentuaron notablemente con los procesos políticos
de independencia respecto de España, y luego, con los procesos de conformación de
cada nación. Surgen así varios centros en América -Perú, Buenos Aires, México, etc.-
que desarrollan sus propias variedades lingüísticas. La gente, al usar la lengua para llevar
adelante su vida social, se apropia de ella. En cada comunidad, la lengua sufre -en sentido
metafórico, no literal- diferentes cambios: aparecen neologismos, se incorporan palabras
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 5
nuevas, modos nuevos de pronunciar las palabras, modos nuevos de combinar palabras,
etc.
Otro aspecto importante de esta idea de transplante es el hecho de que los grupos
de dirigentes políticos intelectuales que llevan a cabo los procesos de independencia y la
subsecuente formación de nuevas naciones, asumen actitudes muy explícitas frente a la
norma traída por el país conquistador. Podemos identificar distintas actitudes lingüísticas
ante el español a lo largo de estos procesos de independencia y formación de los Estados
nacionales. En la Argentina, las elites intelectuales, desde la Generación de Mayo hasta
bien entrado el siglo XX, luego de la inmigración masiva, toman actitudes muy militantes,
vigorosas, polémicas y confrontativas respecto de qué lengua debe hablarse en la nueva
nación. Justamente en tanto nación, la generación romántica, especialmente, considera
que forma parte del hecho de ser una nación el tener también una lengua propia,
diferenciada de la de la metrópolis.
Las distintas actitudes lingüísticas -así se las denomina- a lo largo de todo este
proceso de Revolución y conformación de nuevas naciones son centralmente dos. En
primer lugar, el purismo, actitud por la cual se trata de conservar la lengua que une a
todas las naciones americanas; la lengua cuyo uso legisla la metrópoli, Madrid. El purismo
consiste en defender los usos y la normativa de esa lengua transplantada y tratar de
oponerse y combatir todo cambio, toda variación local. Sobre todo, con el siguiente
argumento: se consideraba peligrosa la posibilidad de "convertirnos en una Babel" -incluso
en títulos famosos, vemos este elemento-. La variación, la mezcla, sobre todo con el
italiano durante la inmigración masiva de fines del XIX, pero también con el español
hablado por los inmigrantes, representaba, para muchos intelectuales, una amenaza de
disgregación, o más bien, de pérdida de identidad nacional. Dentro de esta perspectiva, se
veía como problema el hecho de que surgieran incluso lenguas con nombre propio, como
el cocoliche, aquella mezcla de italiano y español -que conservamos gracias a la literatura,
y también al cine y al teatro.
En segundo lugar, frente al purismo, podemos agrupar las posiciones más
revolucionarias, más beligerantes, que propiciaban incluso la conformación de una lengua
propia, distinta, y la negación de toda sujeción a la lengua imperial.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24
El signo lingüístico es mutable respecto del eje temporal. Ningún lingüista serio de
principios del siglo XX -ni tampoco antes- podía negar la variación que afecta a las
lenguas desde la perspectiva histórica. De hecho, como vimos, gran parte del siglo XIX fue
consagrado al estudio de los cambios en las lenguas; es más, a la reconstrucción de las
familias de lenguas y la postulación de la lengua madre.
También por esto es que Saussure acuña otra de las importantes dicotomías de su
teoría: sincronía/diacronía. El estudio sincrónico de las lenguas implica una segmentación
en el eje del tiempo y la concentración de los estudios en un determinado estado de
lengua, para poder considerar las relaciones entre los signos tal como son en ese
momento del tiempo. A esta lingüística sincrónica, Saussure opone el eje diacrónico,
desde el cual estudiar la evolución de las lenguas.
Justamente, la falta de una precisión convincente de la relación entre sincronía y
diacronía es una de las primeras y más fuertes críticas realizadas a la teoría saussureana.
Él trata de separar sus antinomias -del mismo modo que lo hace con las otras- de una
manera irreversible e irreconciliable; en este caso, trata de no vincular los hechos de
sincronía con los hechos de diacronía.
Ahora bien, para Saussure, a su vez, la lengua es inmutable desde el punto de
vista del individuo. Esto significa que el individuo, frente a la lengua, no puede hacer nada,
no puede modificar nada. Para abonar esta idea, Saussure usa muchas metáforas, por
ejemplo, sostiene que la lengua es un tesoro heredado, un tesoro depositado en una
sociedad determinada; la lengua es un contrato, también dice, pero sobre el cual nadie
nos ha preguntado si queríamos firmar o no: ya está firmado desde que nacemos en el
seno de una comunidad lingüística. Por eso el individuo, frente a la lengua, está atado; no
tiene modo de influir por propia voluntad sobre ella.
Una de las personas que más han cuestionado las dicotomías saussureanas es
Eugenio Coseriu. Coseriu, quien nació en 1921 y murió en 2002, fue un lingüista rumano
de nacimiento, sumamente influyente, que desarrolló su labor lingüística más importante
en distintos países. Durante la Segunda Guerra Mundial emigró a Italia, donde vivió
muchos años, y de ahí volvió a emigrar a Montevideo, donde vivió unos quince años.
Dado su momento epistemológico, es un lingüista estructuralista, de la escuela
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24
Ahora bien, Saussure había dicho en el Curso que era preciso colocarse en el
terreno de la lengua y postergar el estudio del habla. Coseriu plantea exactamente lo
contrario: la ciencia lingüística debe plantear sus preguntas fundamentales colocándose
en el terreno del hablar concreto. El hablar debe ser el punto de partida de todos los otros
niveles de abstracción que haga un lingüista. Porque la realidad del hablar concreto es lo
accesible de manera directa al lingüista, al estudioso. A partir del hablar es que deben
establecerse las abstracciones, vale decir, las nociones que el lingüista construya.
Hay un artículo muy citado de Coseriu, el cual sí integra la bibliografía obligatoria:
"Sistema, norma y habla", donde ya claramente desde el título observamos la novedad
teórica: aparece un tercer término, que rompe la tradicional dicotomía saussureana:
norma. Esta noción será central para los desarrollos lingüísticos ulteriores, a partir de este
trabajo de Coseriu.
Lo esencial de este artículo es objetar la distinción entre lengua y habla practicada
por Saussure, esa distinción tajante entre los hechos del sistema, los hechos de lengua
por un lado, y los hechos de realización por otro:
virtual
Sistema funcional Realización o
oposiciones ejecución
(lengua) (hablar)
Saussure define la lengua -en distintas zonas del Curso- como un sistema de
oposiciones. El sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí, tal que cada
elemento vale lo que los otros no valen. Es decir, cada uno adquiere su valor en términos
de sus relaciones opositivas con los otros elementos del sistema. Así nosotros
estudiamos, a lo largo de nuestro curso, el subsistema fonológico, el subsistema
morfológico, el sistema sintáctico, y sus distintas unidades. Una de las citas más
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24
[b] [B]
significado. Por lo tanto, no es sistemático. Sin embargo, yo realizo una abstracción y veo
que tengo un nivel intermedio respecto de los hechos concretos.
Bien: la norma en Coseriu corresponde, justamente, a esa franja intermedia -que
acabo de ejemplificar en el nivel de la fonología-. La norma es el hecho habitual. Es la
realización habitual, el hecho normal y esperable.
Consideremos la palabra /'beBo/. Lo normal y esperable, en nuestro hablar
rioplatense, es que en contexto inicial de palabra el hablante elija la variable oclusiva, y es
igualmente esperable que en contexto intervocálico, elija la fricativa. Esta es la predicción,
lo esperable para realización del fonema /b/ en estos contextos fónicos específicos y en un
hablante nativo. Y este nivel es el que llama Coseriu norma.
Por supuesto, la norma no sólo existe en el nivel de los sonidos, sino en todos los
ámbitos de la lengua.
A B
Hablar
a Norma b
Social a' b'
Indiv. Sistema
c' d'
c d
C D
la misma esencia que explica el hecho comunicativo, siempre es, además de creación,
recreación: siempre hay algo que es repetido; algo que forma parte del hábito. El hablante,
en sus actos lingüísticos, selecciona a partir de elecciones anteriores, que le vienen
impuestas por la comunidad a la que pertenece. Es decir, elige palabras y estructuras que
son, dicho de una manera muy simple, normales, tradicionales.
Ahora bien, adelanté que Coseriu habla de normas, en plural. La idea es que las
normas se refieren a los distintos niveles del sistema lingüístico. En el hablar de un
individuo concreto, en su acto de ejecutar habla, podemos encontrar elementos inéditos,
intuiciones originales, combinaciones originales, pero siempre al mismo tiempo
encontraremos en esos actos esquemas y modelos anteriores, que son propios de la
variedad lingüística de la comunidad a la que el individuo pertenece. Es decir, son normas
de su dialecto, de su sociolecto, etc.
Lo que tenemos entonces son elecciones condicionadas por la inmersión social del
hablante en determinado grupo, no sólo dialectal sino sociolectal. Como ven, estamos
pensando en normas lingüísticas ligadas al factor social antes señalado: estructuras,
palabras, esquemas que elige ese grupo social. Pero también tenemos norma en un nivel
individual, dice Coseriu. Es decir, hay elecciones, usos, hábitos lingüísticos que pueden
depender del individuo en sí, en tanto preferencias de dicho individuo.
Por último, a partir de todo acto o uso individual creativo de la lengua podemos
además identificar elementos que son esenciales e indispensables: elementos que no
tienen que ver con elecciones, sino que son necesarios y corresponden, ahora sí, al nivel
de las oposiciones funcionales, es decir, al sistema. Si mi idea es transmitir el significado
"ingerir líquidos" no puedo, en vez de decir /'bebo/ decir /'dedo/, porque conspira contra el
acto comunicativo mismo. Entre una dental oral sonora y una bilabial oral sonora, si quiero
transmitir un significado dado, no hay margen de elección: es obligatorio usar una o la
otra.
Ahora bien, norma y sistema son dos niveles de abstracción; pero, dice Coseriu, no
son nociones arbitrarias que acuñamos y luego llevamos a los datos del hablar. No son
nociones que imponemos a los datos lingüísticos, sino que son formas que se manifiestan
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24
en el hablar mismo. Y el camino para llegar a distinguir estas nociones más abstractas no
es otro que partir del hablar concreto.
Para sintetizar, el concepto de norma de Coseriu es una instancia intermedia entre
la lengua y el habla; una instancia intermedia entre el sistema lingüístico abstracto y el
hablar concreto individual. La norma es entonces el conjunto de las realizaciones
normales, esperables, esto es, el conjunto de modelos y estructuras en vigencia -término
central, que trabajaremos la semana próxima-, es decir, que valen en, y rigen para, un
momento dado de la lengua, y que son reproducidas en el habla de cada uno. Siempre
podemos reconocer estas estructuras y modelos, que no son obligatorios pero sí
esperables, predecibles.
La lengua entonces debe ser definida ahora, con más precisión, como un sistema
de posibilidades. Dice Coseriu que es un conjunto de libertades que, naturalmente, son
limitadas por la norma.
Quiero insistir: la norma y el sistema no son, para Coseriu, realidades autónomas y
opuestas entre sí, ni tampoco meros aspectos del hablar, sino que sistema y norma
conforman una totalidad, la cual puede comprobarse en el hablar, es decir, en las
actividades lingüísticas concretas.
Las normas pueden ser externas, es decir, significar variaciones externas de tipo
social o regional -por ejemplo, el hecho de que yo sea una hablante del dialecto
rioplatense hace que mis elecciones a partir del sistema están condicionadas por el hecho
social y cultural de pertenecer a este ámbito regional y lingüístico-, o bien las normas
pueden ser más internas, como en el caso que presenté recién: el de los alófonos de la
bilabial sonora. La norma, por lo tanto, representa el equilibrio externo -social y regional-
entre las varias realizaciones posibles del sistema. Por eso la lengua es un sistema de
posibilidades.
Piensen, al respecto, en el sistema pronominal del castellano y, concretamente, en
la 2ª persona del singular del nominativo. El sistema del castellano habilita virtualmente
dos posibilidades: tú y vos. Los dos son pronombres del sistema del castellano, pero la
libertad de elegir entre una u otra forma está condicionada por la norma regional, dialectal,
que hace que un hablante de Buenos Aires o de Costa Rica elija vos, mientras que un
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 17
hablante de Madrid elija sistemáticamente tú, como un hecho habitual, repetido, previsible,
impuesto por la tradición.
Para Coseriu entonces, la lengua es una sistema de oposiciones funcionales, en el
que debe incluirse el concepto de norma, en el sentido de realizaciones normales de esas
oposiciones. Y el conjunto formado por el sistema de oposiciones funcionales y las
realizaciones normales es lo que Coseriu llamó lengua funcional.
La norma es un sistema de realizaciones obligadas, consagradas social y
culturalmente. Actúa como un filtro a través del cual se fija la lengua en modelos
tradicionales -dicho este último término en sentido sociocultural-.
No hay que confundir la noción de lengua funcional con otra noción sobre la que
hablaremos la vez que viene: lengua histórica. El castellano, considerado como lengua
histórica, incluye simultáneamente una variedad de normas.
Suerte en el parcial del jueves.
***
Gramática
Fecha: 28/06/07
Teórico № 26 (Último) Prof.: Guiomar Ciapuscio
que llegaron al país: el italiano. Este fenómeno convirtió a Buenos Aires en una ciudad
multilingüe.
Hay que considerar también que, antes de esto, la generación del '37 tuvo su foco
intelectual en Francia, de donde tomó modelos políticos, sociológicos, culturales. Por este
motivo, el francés fue, desde la generación romántica en adelante y durante gran parte del
siglo XX, la lengua de la cultura. Aquí entra lo que señalábamos antes: era la lengua de
prestigio, de influencia. Desde esa influencia lingüística del francés, como lengua de la
cultura, nuestros intelectuales comenzaron a cuestionar la dependencia lingüística
respecto del español, y plantearon la necesidad de independizarse de la norma
peninsular.
El primero de los dos textos de Fontanella de Weinberg que tienen que leer es el
capítulo IV de su libro El español bonaerense. Cuatro siglos de evolución lingüística.
Consiste en un estudio diacrónico, evolutivo, del español bonaerense. Este capítulo IV
refiere a la situación lingüística del período 1880-1980, recorte que, evidentemente, no es
casual. A partir de 1880, y en base al lema alberdiano gobernar es poblar, se inicia ese
descomunal proceso de cambios políticos, económicos y sociales, los cuales incluyen de
manera sustantiva la entrada de centenares de miles de inmigrantes.
La primera parte de este capítulo de Fontanella de Weinberg trae una serie de
datos sumamente interesantes. Por empezar, la población de la ciudad de Buenos Aires,
entre 1880 y 1930, decuplicó su población: pasó de 286.000 habitantes a 2.254.000. En
segundo lugar, la magnitud del hecho inmigratorio en la Argentina es, proporcionalmente,
la mayor del mundo, es decir, superó a la que tuvo lugar en Estados Unidos. Argentina fue
el país que más extranjeros recibió, en proporción a la cantidad de habitantes que ya
tenía, y además, en un período extremadamente breve.
Ester aluvión de extranjeros hizo que el puerto de Buenos Aires, la ciudad y sus
alrededores, cambiaran radicalmente desde todos los ángulos imaginables: ampliación de
los servicios de transporte, construcción de los ferrocarriles y del subte, etc. Era una
ciudad pequeña, que no estaba preparada para semejante aumento poblacional tan
grande y tan brusco. Esto hizo que se conformaran núcleos poblacionales en los
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 5
gallegos -no los "gallegos" como les decimos nosotros a todos los españoles hoy, aunque
este sea el motivo de que se haya generalizado la expresión-, que, naturalmente,
hablaban gallego. Fontanella de Weinberg dice que es un dialecto del portugués, dado
que así era considerado en ese momento; pero decir esto hoy en Galicia sería
insostenible: la Autonomía Gallega la considera una lengua propia. Por otra parte, además
de gallegos, a estas tierras vinieron catalanes. Consideremos que lo hicieron en la época
anterior al dictador Franco, quien, tras la Guerra Civil Española, prohibió el catalán. Por lo
tanto, aquellos que llegaban eran hablantes de catalán como primera lengua, y sólo de
castellano como una segunda lengua. A esto hay que sumar los vascos, que hablaban
también su lengua.
Por otro lado, si bien la inmigración francesa fue mucho menor, hay que pensar que
muchos de los franceses que vinieron aquí no hablaban el francés estándar, sino, por
ejemplo, el dialecto provenzal. Y asimismo, los italianos eran en su mayoría también
hablantes de dialectos que diferían mucho entre sí; tanto que la comprensión entre ellos
mismos era complicada.
Fontanella de Weinberg, haciendo un diagnóstico de la situación lingüística del
Buenos Aires de esa época sobre la base de parámetros sociolingüísticos, concluye, en
primer lugar, que en el Buenos Aires de ese entonces se hablaban dos lenguas mayores:
el español y el italiano.
En sociolingüística se denomina lengua mayor a aquella que reúne uno o más de
los siguientes requisitos: 1) sus usuarios o hablantes superan el 25% de la población, o el
millón de habitantes; 2) son lenguas oficiales de la nación; 3) son medios de educación en
más de la mitad de los establecimientos secundarios y terciarios. Fontanella de Weinberg
considera al italiano como lengua mayor en ese período tomando entonces el primer
requisito: supera el 25% de los hablantes.
En segundo lugar, el italiano se caracteriza como una lengua de grupo. El español
en cambio es la lengua oficial y, naturalmente, superar también ese porcentaje de
hablantes, también es lengua mayor.
En tercer lugar, en el Buenos Aires de entonces el francés era lo que
sociolingüísticamente se considera una lengua menor. Lengua menor es: 1) aquella que
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 7
primera instancia, vinieron solos -luego, una parte de ellos llamaba a sus familias-. Se
sabe entonces que el 80% de los varones de entre 15 y 80 años de esa época eran
italianos. Y, dado que trabajaban, eran el grupo activo por excelencia en la ciudad.
Quiero insistir en que, a pesar de esta inmensa cantidad de inmigrantes italianos
varones, había entre ellos una enorme variación lingüística, en virtud de lo señalado:
hablaban distintos dialectos. La diversidad del italiano de fines del XIX y comienzos del XX
era amplísima. Como adelantamos, este fenómeno fue decisivo para el futuro lingüístico
de esa lengua en la Argentina, dado que no podía confrontar una unidad lingüística frente
al español local, que además era lengua oficial.
Sin embargo, la importancia del italiano se ve con transparencia cuando uno
piensa, por ejemplo, en el cocoliche. Se trata de una variedad que todavía hoy podemos
observar y disfrutar en las primeras películas del cine argentino y en el teatro de principios
de siglo. Se ve en estas producciones que el cocoliche es una mezcla caótica de español
e italiano. De hecho, tampoco es posible describirla o caracterizarla cabalmente: tanto
puede decirse que es un español lleno de italianismos, como decir que es un italiano lleno
de palabras españolas. Es una forma intermedia, que sólo puede describirse -como se ha
hecho- en términos de un continuum lingüístico, cuyos dos polos, naturalmente, son el
español y el italiano. El término cocoliche proviene del nombre de un famoso personaje de
circo, un inmigrante italiano, que actuaba en el teatro de los Podestá -muy conocido y
popular en la época-, quien, naturalmente, hablaba esta mezcla, por momentos
incomprensible, de español e italiano. A raíz de esto, por sinécdoque, su nombre pasó a
ser el de la lengua que habló durante varias décadas gran parte de la población porteña.
Borges, por ejemplo, ha descripto el cocoliche como una lengua torpe y ridícula del
italiano inmigrado. Lo cierto es que, con respecto al destino del italiano en la Argentina
también hay que considerar el escaso nivel cultural que en general traía el inmigrante
italiano, dado que su origen era muy humilde. Por este motivo, la lengua italiana era
motivo -incluso más que la lengua española hablada por los inmigrantes españoles- de
desprecio, de discriminación, de risa. Eran grupos sociales marginados por las elites, por
los grupos dominantes argentinos. Este es un elemento decisivo, junto con los
mencionados antes, para que se haya establecido en nuestro país una política lingüística
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 9
absolutamente centrada en el español como lengua de prestigio. Tanto es así que -como
lo revelan estudios hechos sobre los libros con que se formaban los docentes- incluso las
maestras de las escuelas recomendaban a los padres de sus alumnos que no hablaran su
lengua nativa con sus hijos, esto es, que abandonaran su lengua incluso en su casa, en
su comunicación cotidiana. Se consideraba esta indicación como una forma
culturalizarlos; nosotros diríamos hoy, en términos antropológicos, aculturarlos. Fue así
como finalmente se terminó imponiendo el español como lengua única, y de esta situación
de multilingüismo inicial, se pasó, en un lapso increíblemente corto, a una situación de
monolingüismo absoluto del castellano.
Sin embargo, naturalmente, quedaron rastros, no sólo en la cultura y en la
literatura, el teatro y las artes en general, sino en nuestra lengua actual.
Quiero leerles un trozo de una obra literaria llamada Los amores de Giacumina, que
tenía una enorme popularidad en esta época. Su autor es Ramón Romero. Allí se narran
las andanzas y amoríos de este personaje, Giacumina, una hija de inmigrantes
genoveses, cuya característica es atraer a hombres de diferentes orígenes y diferente
condición -incluso se dice que atajo a Sarmiento-. Dice Di Tullio que esta obra usa,
precisamente, el cocoliche, pero en una forma lingüística propia de los semidoctos, muy
cercana a la modalidad hablada pero ya con una pretensión de mayor elegancia. La base,
en este caso, es el dialecto genovés:
Giacumina teniva las piernas gurdas, así gurdas, pero así de gurdas, lo que hacía
que todos los hombres, cuando la viesen en ta calle, abriesen tamaño di grande los ojos.
E la piccara de la muchacha, que sabía que esto li gustaba a lo hombre, se pretaba las
ligas para que se le hinchasen más la pantorrilla de las piernas. Per supuesto que
Giacumina se entreteniva más de venti novio; no solamente per la pierna gurda, sinno por
la carita culorada y oltra cosita ridonda qui in il cuerpo sobresalía.
Podemos observar varias características fonéticas, por ejemplo, di por de, gurdas
por gordas; en términos sintácticos, era permanente, como se ve aquí, la fluctuación
permanente entre singular y plural. Era típico del inmigrante italiano que confundiera uno
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)
con otro, o que los usara mal: venti novio, donde venti está en plural en italiano, pero novio
está en singular. Las diferencias léxicas están a la vista. Pero además, el fragmento
muestra la típica conducta lingüística del inmigrante que está perdiendo su lengua: esta
inseguridad opera sobre la fonética, sobre la fonología y sobre los giros y las palabras
usadas.
Bien. En 1930, como señalábamos, el multilingüismo que existió entre 1880 y 1930
se resolvió en un rápido cambio de lengua, de tal modo que los nietos de los inmigrantes,
e incluso muchos de los hijos -siempre en el caso de los italianos- se volvieron o
directamente se educaron como monolingües del español.
Dentro de este marco, es preciso mencionar el surgimiento de lo que Fontanella de
Weinberg llama un argot delictivo, que no es otra cosa que el lunfardo. Ella sostiene que al
menos en su origen el lunfardo fue efectivamente una lengua de ladrones -y el propio
término lunfardo significa "lengua de los ladrones"-.
Alumno: argot es la palabra que en francés designa, justamente, el lenguaje de los
delincuentes.
Profesora: Exactamente. Por eso se toma como designación conceptual para
aplicarla en general a las lenguas de los grupos marginales, contraculturales, etc.
Con respecto al surgimiento del lunfardo, hay que imaginarse la situación social: un
puerto por el que entraba y salía una enorme cantidad y variedad de mercaderías, con
una increíble cantidad de inmigrantes, un crecimiento económico y poblacional vertiginoso.
Todo esto genera un ambiente delictivo que es propio de toda gran ciudad.
El primer diccionario importante de lunfardo fue hecho por un estudioso llamado
Antonio Dellepiane, abogado y no lingüista, quien recogió este argot en las cárceles. A
partir de esos datos, ofreció en 1894 sus libros El idioma del delito y El diccionario
lunfardo. Dellepiane caracteriza el lunfardo del siguiente modo:
Los criminales reincidentes, los ladrones de profesión, que pululan en los grandes
centros urbanos del Viejo y el Nuevo Mundo se sirven en las relaciones privadas que
mantienen entre sí de un lenguaje especial, enteramente propio -que no trasciende, por lo
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 11
común, fuera de la atmósfera del delito-, distinto para cada país. Recibe el nombre de
lunfardo en la República Argentina.
Estas son algunas citas elegidas; yo les recomiendo que lean el libro de Borges
antes mencionado, donde responde a este tipo de posiciones.
Vamos a ver, ahora sí, cuáles son los principales rasgos que caracterizan al
español bonaerense, gran parte de ellos, resultado de este origen multilingüístico. En el
plano fonético-fonológico, y a raíz de la influencia del francés desde la generación
romántica en adelante, se introduce un fono que no estaba presente en el español: la
palatal sorda [S] que forma parte de palabras francesas como chic, charmant, champagne,
o parte de expresiones como robe de chambre. Estas palabras y expresiones del francés
se usaban en la vida cotidiana: están documentadas abundantemente en nuestra literatura
y en los periódicos.
Ahora bien, también encontramos en la actualidad este sonido palatal sordo, que
viene a ocupar un espacio vacío en el sistema fonético del español, en palabras de uso
cotidiano, por ejemplo, short, champú, flash, shock, etc.
Y además, este sonido -en algunas de estas palabras- alterna, en nuestra variedad,
con la africada [Z] en palabras como chalet o chofer. El ingreso de este fono ha producido
cambios en la zona palatal del sistema fonológico del español de Buenos Aires, y además
coincide con otro fenómeno que fue muy estudiado: el ensordecimiento del sonido palatal
sonoro [z] que utilizamos -sobre todos los más grandes- en palabras como yo o llámame.
La alternancia de la variante sonora [z] con la sorda [S] es un fenómeno
característico de nuestro dialecto. Entre los hablantes jóvenes tiene un uso más
generalizado la variante sorda, mientras que los adultos utilizamos la sonora. Los estudios
más clásicos sobre esta alternancia están vinculados con los usos sociales, es decir que en
realidad hay hablantes que usan una variante mientras que otros usan la otra y, por lo
tanto, estamos ante una variación libre. Pero mayormente hoy día la gente usa la variante
sorda. Este fenómeno viene siendo estudiado desde la década del '50, y en los '70 también
lo estudió Fontanella de Weinberg, quien notó un incremento muy fuerte del
ensordecimiento. Hoy podría hablarse de una dominancia de la variante sorda.
Otro fenómeno fonético-fonológico se produce en torno a la aspiración y hasta la
pérdida de la sibilante [s], un rasgo ampliamente difundido en el español bonaerense, ya
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)
desde los primeros tiempos de su poblamiento. Ahora bien, ocurren distintos fenómenos,
de acuerdo a la posición que ocupe este sonido en la sílaba o en la palabra.
Frecuentemente, cuando la sigue una consonante en posición interna a la palabra, [s]
suele aspirarse. Naturalmente, mucho más notoria y sistemática es la pérdida de este fono
en posición final de palabra, fenómeno que está condicionado por factores de orden socio-
educacional. Es uno de los rasgos -de los que hablábamos el martes- que señalan a un
hablante como perteneciente a un grupo social determinado.
Otros fenómenos fonético-fonológicos están señalados en el texto de Fontanella
como en proceso de retroceso. Por ejemplo, la caída de la dentoalveolar sonora [D] en
posición intervocálica, cuando se trata de la última sílaba, como en cansado. Suele oírse
[kan'sao]. También se detecta la simplificación o cambio de los grupos consonánticos
cultos. Por ejemplo, aptitud, [apti'tud], que suele derivar en [abti'tud] → [aBti'tud] →
[a2ti'tud], ya con la pérdida de [p].
En segundo lugar, en el plano de la morfosintaxis, el voseo es el fenómeno central.
Pero antes quiero mencionar otros rápidamente. Por ejemplo, el empleo de haber y hacer
con flexión de número. Sabemos que haber, y hacer en ciertos usos, son impersonales;
verbos que no se conjugan, que no varían o, en otros términos, que no llevan sujeto. Por lo
tanto, decimos:
Hubieron manifestaciones.
Hacen hoy veinte años que no nos vemos.
por otro, nuestra sintaxis ha estado siempre planteada en relación con la semántica, es
decir, con el significado. Por eso, nos hemos centrado en una posición que puede
describirse como esencialmente formal, en tanto hemos prestado especial atención a
las unidades de los distintos niveles, y a las reglas que hacen al corazón de la
gramática, a sus mecanismos internos.
A su vez, en el último tramo de la materia, a partir de las unidades de modalidad,
pronombres y esta última, hemos tratado de mostrar cómo el sistema y sus recursos se
vinculan necesariamente con los propósitos de la comunicación, con la necesidad
básica a la que responden las lenguas: comunicarse con otros para determinados fines.
En este sentido, hemos abordado miradas más cercanas al funcionalismo.
La mirada que presenta Halliday en este texto, naturalmente, justifica su
gramática funcional. Sin embargo, en esta mirada encontrarán ustedes descripciones
de los planteos más formales, en contraposición con los funcionales. Es atendiendo a
esta contraposición, que yo les pido que lean el texto de Halliday.
Hagamos algunas aclaraciones sobre el examen final. Las fechas de esta
llamada son: 18 y 25 de julio. Quienes tengan un promedio de ocho (8) o más, pueden
preparar un tema para comenzar el examen -no hay ninguna restricción respecto de
qué tema elegir-. Luego -esto es igual para todos, independientemente de la nota que
hayan sacado-, el examen continúa viendo primero aquellos temas en que hayan tenido
problemas en los parciales, de modo que habrá una parte escrita, algún ejercicio
relativo a aquellas dificultades que han tenido.
Otro elemento importante: para el final entra todo. No es que entran los temas
que no entraron en los parciales, sino que se tomará todo lo que vimos, desde la
primera clase hasta la última. Preparen todos los contenidos de las Guías.
Alumna: ¿Ustedes hacen preguntas y nosotros respondemos?
Profesora: No nos gustan nada los exámenes "tirabuzón". Estudien de manera
de poder presentar ustedes mismos los temas, desarrollarlos, exponerlos. No es
deseable el interrogatorio. A nadie le gusta interrogar ni ser interrogado. Por eso
esperamos una presentación ordenada del tema. Naturalmente, sí preguntamos, pero
les damos un tiempo para que organicen su respuesta y puedan exponer.
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)
***
Fecha: 25/06/07
Teórico-Práctico № 11 (Último) Prof.: Paula Mahler
Profesora: Buenas tardes. Hoy es nuestra última clase, de modo que trataremos de
ver con más detalle las proposiciones adverbiales propias, y dar un panorama general de
las impropias.
temporales
Proposiciones adverbiales propias locativas
modales
Estos son los tres tipos. Hemos visto que las locativas están introducidas por donde
o [donde + preposición] (a donde, por donde, etc.).
PVS SS (PIS)
[ [ No me gusta ] [ comer donde hay demasiada gente ] ]
PVS
[ [ donde [ hay [ demasiada gente] ] ]
Adj. c.l. n cod
Cuando simultaneidad
Temporales con encabezador mientras
Desde que inicio + simultaneidad
Hasta que fin + simultaneidad
hasta que, el fin de un evento, pero al mismo tiempo una simultaneidad. Pensemos en
este caso:
Evidentemente, hay una acción iniciada con anterioridad, pero que prosigue en el
presente. Analicemos todo: tenemos un sujeto desinencial y un verbo principal, que es
[sale].
Alumna: [mucho menos] es adjunto de cantidad.
Profesora: Muy bien.
Alumno: [Desde que trabaja] es un modificador del núcleo oracional.
Profesora: No, porque no modifica a toda la oración, sino que es una circunstancia
temporal vinculada a ese verbo. Podemos preguntar: ¿Cuándo empezó a salir mucho
menos? Y la respuesta será la proposición adverbial.
Justamente, estas proposiciones se denominan adverbiales propias porque pueden
ser reemplazadas por un adverbio, y porque siempre su función es la de adjuntos, o
complementos en aquellos casos en que están exigidas por el verbo.
Ahora bien, para bajar la proposición hay que considerar que [desde que] es sólo
un incluyente. Por eso bajamos:
PVS
[ [ trabaja ] ] SD
n
En algunos casos, se puede marcar una relación de sucesión. Por ejemplo, con
incluyentes como apenas, ni bien, tan pronto como, antes que o antes de que. Por
ejemplo:
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)
PVS
[ [ [ Entremos [ las sillas ] [ antes de que llueva ] ] ] SD.
n cod adj. c.t. (Prop. Adv.)
Hacer
Temporales sin encabezador
Verbos no finitos
Hay dos tipos de estructuras diferentes: por un lado, las temporales con el verbo
hacer y, por otro, en las adverbiales siempre es posible encontrar proposiciones con
verbos no conjugados.
Veamos:
Está claro que, tanto en 1) como en 2), [hace dos semanas] es semánticamente
una marca de tiempo. La diferencia es que en 1), sin ningún tipo de marca de
subordinación, la estructura, que es predicativa, está subordinada al verbo de la principal.
En cambio, en 2), justamente la marca de tiempo constituye la oración principal. La
oración entera es una oración de tiempo. Y la subordinada [que llueve] es una relativa.
Estas dos estructuras tienen características semánticas distintas. El verbo hacer
tiene un sentido impersonal. No funciona como en [Hace los deberes] o [Hizo cajas de
cartón], etc., sino que es el que usamos en expresiones como [Hace frío], una estructura
impersonal.
Ahora bien, paradójicamente, podemos decir:
PVS
3) [ [ Viene [ por aquí ] [ hace una semana ] ] SD.
N Adj.c.l. Adj. c.t. (Prop. Adv.)
Podemos en 3) alterar el orden de los constituyentes: Viene hace una semana por
aquí. También puedo omitir la estructura que marca tiempo: Viene por aquí. En 1), al igual
que en 3), puedo intercalar una preposición: Llueve desde hace dos semanas. Incluso,
puedo reemplazar por un adverbio: Llueve desde siempre. Ninguna de estas dos
operaciones son posibles en 2).
Veamos entonces cuál es la función de estas estructuras; en 1) y en 3), son
adjuntos. [hace una semana] es un adjunto, que modifica opcionalmente a [viene]. Pero,
tenemos estructuras predicativas, porque hay un verbo conjugado. O sea que son
adjuntos circunstanciales de tiempo, constituidos por proposiciones adverbiales propias
sin encabezador. Detengámonos en 3), y bajemos, entonces, la estructura:
Este es el análisis. La prueba, que, como les dije, de todos modos hace ruido -y
más que en 1)-, es la pronominalización: Lo hace.
Ahora bien, en 2) no hay una proposición adverbial en sentido estricto. Lo que
tenemos es un tipo de oración impersonal que denota el tiempo. [hace] es el núcleo, y
tiene un complemento de objeto directo modificado por una proposición relativa. Lo que
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 7
sucede es que, en nuestra cabeza, interpretamos esta oración así: "Llueve hace dos
semanas".
Veamos ahora las temporales sin encabezador con formas no flexionadas. Por
ejemplo, consideremos las de preposición + infinitivo, y comparemos la diferencia
semántica entre estos dos casos:
SS PVS
[ [ Juan] [ empezó a cantar [ antes de [ ingresar al escenario ] ] ]
n PIS - C
Adj.c.t.
SS PVS
[ [ Juan] [ empezó a cantar [ antes de [ ingresar al escenario ] ] ]
n Adj.c.t. (Prop. Adv. de t.)
Ahora bien, en la oración 1) que estamos viendo tenemos una estructura muy
similar, no sólo con una preposición sino con una locución prepositiva -funcionan de la
misma manera: si pusiéramos un pronombre, debería ir el caso terminal-, pero la
diferencia es que esta estructura alterna con la de 2). Hemos trabajado con la noción de
alternancia, que nos ha sido muy útil. Bien: aquí, la alternancia se da en torno a la
coincidencia o no del sujeto de la incluida con el de la principal. Cuando el sujeto de la
incluida y el de la principal es el mismo, obligatoriamente va el infinitivo, y cuando el sujeto
es distinto, el verbo va conjugado. Entonces, en realidad, estamos ante una proposición
adverbial que puede estar incluida por un incluyente en sentido estricto como en 2), [antes
de que], o por una locución prepositiva, que será seguida de infinitivo.
Ahora, veamos casos de gerundio y participio.
PVS
1) [ [ Habiendo cantado ] se retiró del teatro ] ]
Adj.c.t. (Prop. Adv.)
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 9
PVS
2) [ [ Habiendo finalizado la función ] se retiró del teatro ] ]
Adj. c.t. (Prop. Adv.)
Ahora bien, entre las estructuras de gerundio y las de participio, hay otra diferencia:
las últimas presentan una marca morfológica de concordancia con el sujeto.
Vayamos ahora a las proposiciones adverbiales propias modales. Están
introducidas por el relativo como o por la conjunción según. Veamos:
PVS
[ Baila [ como [ si nadie la conociera ] ] ] SD.
N Adj.c.m. (Prop. Adv.)
El verbo elidido podría ser el núcleo de este predicado verbal. El relativo [como] es,
en este nivel de análisis, el adjunto circunstancial de modo, y ahora veremos que la
estructura que sigue es un modificador del núcleo oracional, en este caso, proposicional.
Bien. Para considerar las condicionales, tenemos que pasar al gran grupo de las
proposiciones adverbiales llamadas impropias. La primera distinción que separa propias
de impropias es que estas últimas, si bien pueden funcionar como adjuntos, en general
funcionan como modificadores de toda la oración, o bien como indicadores de modalidad.
Estas son las tres funciones que cumplen.
La segunda diferencia es que las propias siempre marcan una circunstancia del
evento o acción, mientras que las impropias, en cambio, establecen una relación lógica:
de causa, de condición, de oposición, de finalidad.
causales
Proposiciones adverbiales impropias finales
condicionales
concesivas
Veamos un ejemplo de causal:
subordinación cosubordinación
1) [El diario no salió hoy] [porque los obreros gráficos están de huelga]
Adj.c.causa
Vean que tampoco puedo invertir: *Debe de haber huelga de los obreros gráficos,
como no salió el diario.
También hay proposiciones causales con verbos no finitos. Por ejemplo, con
gerundio:
ese trabajo porque quería que ocuparan su tiempo libre. Por supuesto, el análisis
sintáctico será distinto, pero se ve que hay entre ambas vínculos semánticos.
Vamos a ver más en detalle las condicionales. Se habla, para las estructuras
condicionales, de una prótasis y una apódosis, términos con los que verán también en
latín y en griego las estructuras condicionales. La apódosis es la principal, y la prótasis es
la subordinada. Se usan estos términos por lo dicho: hay una relación directa y estrecha
entre prótasis y apódosis. No podemos separar la condición -prótasis- de lo condicionado -
apódosis-. Ahora bien, las condicionales puede ser de distintos tipos:
Ejemplos:
real Si vienen, los echo.
Condicional potencial Si vinieran, los echaría.
Irreal Si hubiesen venido, los habría echado.
Parafraseamos: Si compro aquí, gano plata. O sea que tenemos una condicional
real. Ahora, veamos una más difícil:
En el caso de que tenga una disputa con la persona, en cuanto a si el cheque fue o
no enviado, por ejemplo, puedo interpretarla como condicional: Si recibo la factura, le
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 19
Pero en 2), no es que se cuestione el hecho de que sea capaz, sino que el
subjuntivo permite poner el acento en que no consigue tener un buen trabajo.
Nuevamente vemos el fenómeno de la cosubordinación, porque aquí, mediante la
conjunción adversativa pero, podemos expresar lo mismo mediante una coordinación:
***