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Ciencia y Cultura

ISSN: 2077-3323
cultura@ucb.edu.bo
Universidad Católica Boliviana San Pablo
Bolivia

Saavedra Garfias, Karmen


El teatro boliviano y su particular manera de existir
Ciencia y Cultura, núm. 20, abril, 2008, pp. 135-139
Universidad Católica Boliviana San Pablo
La Paz, Bolivia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=425840423017

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El teatro boliviano y su
particular manera de existir

Kanncn S:l:lvcdra Garfias '

En "lIarnlct", ltI ya Icgcnd:lTitt obra Con frecuencia suelo transportar eS:1


de Shakcspcarc, hay una escena inol- escena a los espacios de los comen-
vidable pnm rnL Una escena que me t'1rios teatrales, a los encuentros y
mantiene alerta y no me hace caer seminariOS de teatro, a ]¡IS presen-
en el faci!islIlo, asf como me penni· taciones de espectáculos teatrales
te abordar con respeto [o nombrado, y a charlas con teatristus. El teatro,
Jo creado. Ilamlet entrega una flauI3 como hecho cultural, parece tener
ti dos de sus compañeros de estudio, en nuestro medio un valor inferior
quienes cumplen el rol de espiarlo a una flauta. Quien quiera ejecutar
porencargo de la reina y Claudia, rey, una f1autll se tomará tiempo para es-
do y padrastro;l 13 vez; para que eje- tudiarla, abordarla, conocerla. Quien
cuten una partitura. Los dos amigos desee hacer teatro, lo hará después
se niegan ti hacerlo. Ilamlet insiste. de un taller, en el mejor de los ca-
Los dos amigos, sin entender mucho, sos. Quien escribe comentarios so-
bre teatrO, lo hllrá sin inda¡}'lCión lIl·
vuelven a negarse y esta vez señalan
guna. Quien se encarga de polÍ1lcas
que no pueden ejecutar una partitura
culturales, sumará a su vocabulario
musical porque no saben ejecutar una
la palahra teatro y diffcilmcnte sabrá
flauta. Ilamlet les dice: tienen miedo
difercnciar cntre un hecho telllral y
a cjccUlar una flauta porque no saben
una feria de artesanla o un espectá-
y, sin embargo quieren tocar las notas culo de variedades.
más profundas de mi alma. Me consi-
deran menos que una f1auul y dicen El teatro, pese a ello, persiste en I
llamarse mis amigos. nuestro medio, en La Paz y en otras I!
1
i
cilld:ldc~ de Boli1'i:l. ll11mildc, :lll.uan~ Todo Irnh:ljo difcrclHc es puesto en
la todO y se alegra con poco. Le hitsl:! duda y rechazado (,.'On recelo. R:lrus
un par dc jón:llcs cnlllsiastns para son Jos ejemplos de teatristas que \'a-
creerse rcjm'Cllccil!o, nmo\';ldo. re· lor:lI1 stllnlhajo CIl talllO a 10 difcren-
nacido. Un't mir:lda ;I[ pasado en el te r lo diverso.
hecho teatral holh'iano es eHsi en
Il.cncr:ll un:l mimd:t :iI Ilrcscnw. Por
supuesto ll\le lwy p:trticulllridadcs
que si lI1:LTClll1 el tiempo como un
u,mscurrir y no como (;S""lClll11iCll-
(O, pero esos I.!jcmplos son aislados.

La hislOria del te:Hro holi\'i:mo est:1.


pl:lgOlun de lug:ucs comunes. Escribir
sohrc todos ellos resulta lrnposihlc en
esl:t nota hre"e. Por ello me ocullHré
de sólo dos Bs[)Celos inmutables en In
historia: la cOlllunldnd [c;llml de ex-
clusiones y los entornos aislados.

COTTIunid.ld tcatral de ~li mir:ld:t a los diferentes ¡1nx:esos

exclusiones teiLlrales en el pais mc hace rem:lrc:tr


una constal1te cn los grupos, desdc los
Es cierto que Tlo I)HSt'l (:011 hacer tca- lInos )0 panl [[delante: In neccsid:td
tro Il:lT:l cstHf lodos cn la misma olla de atirm:lr su tr;th:ljo en t:tlll0 nieAan
eill!:1 quicn a:<ume un:1 tilosofí:l :mte el trah:tjo del VIro. Es:! l1e¡~lIci6n de
cl teatro. filosoffa que despu6 se ~lycr y dc hoy ~e h'l pl:ISlll;lUO en el
cOll\'ierte cn estélica y eSlética que cOlidial1o de los :lctore~. dircctores r
deviellc en e~recl:lculo_ Por talHo. dr:tlllalllrgos; y se exprcs:t en fra~e~
no sc dehienl hahlar de eOlllunid:ld fnmosas. como "lo mío es lo mejor,
ll':llnll sino de colltunidadles teatnl· porque lo t)(:cho por lo~ otro.~ es lo
lles_ Pcro en nuestro medio. donde peor", o "todo lo qlle no se me p;lreee
las posihilidades de lwcler leatro son 110 el> teatro o e-. de m;tla c:tlidnd"
mluimas y till11hién lo son los espa·
cio.~ de difusióll y recepción, creo
En 1:1 ma~'ori:t de los ca,~(l:' con desco-
que valdrf:1 la pena fortalc<:er a una nocinlienlO de lo otro, esn nC~.1CiÓll
comunidad teatntl ealJHZ de hacer (, priori no !In permitido ni permite
frlente a las injust;ls poUtic:ls cultunt- ¡l,cnerar entrc los teatrist:ls rel:teio-
les ~. :1 los v:li\'e1le.~ de eometllarios nes de intercnmhio. un intereamhio
110 el1tre Silllil:lres. entre ohnubi·
improvisados de este :Irte, cuyo \'alor
es mel10r :11 de 1111:1 11:I\llH, Iatlos por 1:1 rnisll1lL y (mica m:meT:I
tle a~llmir y plasmar el teatro; sino
,
1•
~:n 1:1 11IslOria del llealTO holiviano, lil relacionc", dc intcrcalllhio entre lo
(,.'()nlunid;ld teinral skmpre ha exis· di~¡mll \' como ese intercnmhio 110

tido H partir de las exclUsiones. Los se tia, el teatro holh'l:lI1CJ sc dcfine a


teatriSI:ts en ~cneT:ll y los ~rup()s de ll:lrtir de dsillllCS pardales: el IC:ltro
IClllro en p:lrticul:lr htln \'alor:llJo su profesiOlwl e indepcndlente cs mcjor
tnth:ljO a partir de Ile¡l,nr lo difereme. ni teMro popular: el teatro popular c~
mejor al teatro comerci:l1; y el teatro cesita erradicar las discusiones de las
comerci3l se crce, por supucsto, me- diferencias, para que todos hagan el
jor que los otros dos. Dentro de esas mismo teatro. La comunidad teatral
cápsulas. 138 divisiones continúan en también es un espacio pam las TU¡>IU-
subdivisiones, porque no todos hacen ras con la tradición, pero desde el co-
el mejor teatro popular o comercial o nocimiento. Una comunidad teatral
profesional. Primero porque se pllr- debiera ante todo permitir cl respeto
te de la reafirmación narcisista y se- por los iguales, por los diferentes y
gundo porque casi nadie tiene clara por lo diverso. No trato de abogar por
la significación de esas particulares la mera armonía. Pretendo más bien
maneras de asumir el teatro. invitar a los teatristas a edificar una
comunidad teatral que desde las dife-
Esas negaciones wmbién pueden ser
rencias COJl(luisten demandas prima-
aplicadas al des(,'Ollocimlento de la
rias para este arte y sus hacedores.
memoria teatral. L3 historia del tea-
tro en Bolivi3 parece iniCiarse siem- Pero también respondan a la deman-
pre en el presente. Los jÓvenes tea- da de crear UJI publico para el teatro.
tristas de hoy están muy ocupados Un público (IUe deje de considernr al
en negar lo desconocido como para teatro menos que una flauta.
detenerse a ind3g.1r en lo que les ha
preccdido, en aquello que Otros jóvc- Entornos aislados
nes h3n dejado para ellos. La historia
La segunda particularidad en la his-
de la Generación del 21, de la al>ari·
toria del teatro boliviano son los en-
ciÓn del teatro costumbrista, de los
teatros universitariOS como el TEU, tornos aislados. El teatro ha estado
cl TAF, la experiencia dc Gabriel sometido a exilios, olvidos, desde-
lIIartfnez y Verónica Cereceda con el nes, manipulaciones y comentarlos
teatro indígenn, la historia de Nue- ligeros por no ser una necesidad del
vos Horizontes, la historia del teatro cotidiano vivir cultural de nuestro
popular de los 70, que en parte hizo medio. El tentro boliviano, por ser
posible la democracia desde la cual hijastro de la literatura, no ha sido
hoy los jÓvenes toman la palabra; tomado en cuenta en las historias de
esas historias carecen de lecturas ¡IC- la literatura boli\·iana, ni como tex-
tuales, permanecen olvidadas en los to dralm'\tico ni como texto teatral.
baúles de algunas bibliotecas. Esas Los intentos de escritura de l:l histo-
experiencias no les dicen nada a los ria del teatro boliviano nos permiten
teatristas de hoy, no porque no ten- adquirir datos importantes. pero no
gan mida que decir sino porque no les miradas, 110 análisis, no configuracio-
han dado la oportunidad de hacerlo. nes. Por tanto, el teatro existe como
Cuántas de las obras de hoy, de los dalO: en Bolivia se hace tealro)' con
grupos dc hoy, me recuerdan a ex- eso basta. No es p:lrte de la litcratura.
periencias registradas de los 60 )' los porque ha sido e,'{iliado y ni el texto
70, cuando los otrora jÓvenes creran
también revolucionar el teatro.
dramático ha podido abogar por él
para su inclusiÓn.
!
Una comunidad teatral no necesaria- El teatro. al no ser parte Jli de la li-
1!
mente es un pedazo del paraíso bíbli- teratura ni del cinc, no encandila a 1
co, En una comunidad teatral se ne- estudiosos para que le hagan un re- I
teatral. El teatro panl un (.'OIllCntll-
risUl es la escriwnI lIev:ldn n escena
)' uada m;\s. L.os contextos, los dis-
cursos. los proceso.~, hlS reIL'CIllT1ls,
las inl1ovtlciones qucdan fuenl del
<.'Omen\tHio. Incluso 111lY obrns, pro-
ductos tct,tnlles, pllf1l ser más eXtlC·
la, que son juzgado.~ por lo l¡ue 110
ofrecen, o SOll juzgados de ll1tlllcra
tiur gel re' ,,1 que ur'u:"oC I'reguzlta si lus
COtncnt:rristas vieron la misma ohra
que UIIO, En otros países los crítieos
de teatro alert"'l :l los cspcctt'dores
sobre los nuc\'os rumoos de! teatro,
explican los fenómcnos. indtlglm en
I:lS ruptur:tS, son como hníjula para
e! espcet:ldOT com(rn; auuquc e! cs-
pccl:ldor comÍJn tcrminad vicndo
gistro, le cscrihan su memoria, le in-
siemprc lo quc Crl~ necesilar, ~:n
terpreten sus diseurso.~, le configurcn
nuestro medio, al 'lO hl1her crílictl,
un ro.~trO tI partir de sus propUCSl:IS,
no hny hrújula, ~', sohre todo, no hay
El lCatrO siguc su camino solo. El! el
un testimonio quc documente la mc-
mcjor dc los casos los tcntristtlS dc
moria tC¡lIT:I!. Y los {.'OnleI1l:1risws, al
In terccrn déenda del 2000 snhnln
algo de lo <¡uC hoy sucl'de con nucs- contrario de Io.~ críticos, espcr:1Il I:t
tro tcatro bollvinno, cn el p<.'Or dc los alerta del púhli<.'O pnr:l hOnrtlr tll Aru·
Ct,SQ1; crccdn l¡UC SOIl los primeros po con un comentario,
en rC\'olucionar cstc arte cn elmcdio ~:l te¡lIrO bolivi¡lIlO no es p:rrte de 1:'
boliviano y rcneg.1rrtn contT:l sus an- cultura. Al nlCno.~ Ilsí no." lo Iwcen
tcpllsado.~ art¡sti(.'Os, por no IHlbcrles
entendcr h~ pá~in.1s culturilles dc los
legado lIadl'. periódicos, no todos, pero Itl ma~'o·
Nuestro tCIUro boliviano carecc dc ria. Es más ftlcil cnlcrarse de los em-
cr¡tico.~, pero le irl\'aden los comenta- hllmzos dc Madonml o los prohlemas
ristns. Como el lCtltrO ticne un valor f:lll1ilitm.ls de los :lrtistas hollywoo-
infcrior al de una nlmta, resulta muy tlenses <lue del t,contccer le:ltral en
flleil hahltlr sobre él. UI1 comemaris- nueSlro medio, IJay más reportlljcs
la de f('lbol conoce mejor los eódigo.~ sohre t,lgunos grupos holivianos que
de ese deporte que un comentaris- tr:lhllj:ln en e! exterior que sohre los
ta de teatro. Para lo." COlllerw,ristas llue lo h:lccu en nuestro pafs. Los
de teatro, el teatrO exiSte en tanto medios tic comuniclleión no con-
trnm:,. Los actores existen cn ttlll- sideran al tc:uro velldihle. L:ls Ulli-
-.: 10 nctuaeiÓn. no import:l <¡ue el ac- versidades no cousidertm al (C:llro
l tOr interpretc ulla ohra n:Huralista, como eOllocimiento. Las escuelas y
,. dad:tlstll, épicn, ctc. El dircetor y el colegios considerlHl :11 teatro como lo
¡ dnlllH1turgO no existen en tanto par-
ticularidades, ya que se desconocen
más trivi:,l, ClllllO elnÍJmero cspeeial
de las horas cívieils. Los ciudadanos
J sus aportes reales en un espcctrteulo consideran :1 un cspectáculo tc¡urill
como Sil última opciÓn para su divcr· precisamente su aislamiento. El te:l-
siÓn e inversiÓn de fin de semana. El tro en Boli\'ia parece no interesarle
&o¡tado, mediante sus polfUc:ls públi- a nadie, por 10 menos a nadie que no
cas, niel}1 abicnmnenw la existencia hagu tealro.
de una expresiÓn anística >' cultural
como es el teatro y la considera como Si 1.1 comunidad teatral se fortalecie-
pane de un asterisco en su planifica- ra en nuestro medio a punir de las
ciÓn. diferencias y si desde su fonaleza
exigiera su dignidad, su inclusiÓn y
El teatro boliviano carece de emor- emornos de adecuado respeto; tal
nos que le permitan coexistir con las vez un dfu la historiu del teatro boli-
otr31; artes, con los Otros procesos viano se plantee diferente yelteatro
culturales y cdue:Hi\·os. Esa Husencla deje de ser considerado menos que
no es de hoy. Si hay algo frecuente una nauta, o por lo menos se lo con·
en la histori:1 del watro boliviano es sidere igual.

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I,
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