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intropuccién | 19 tribales, por efecto de los cuales dividimos a la gente en propios o extrafios. A esas cualidades primitivas podria afiadirse la necesidad de usar mascaras para disfrazar toda conducta mal vista por la tribu, lo que conduce a la formaci6n de una personalidad sombra con todos los deseos oscuros que reprimimos. Nues- tros antepasados conocian esa sombra y su peligrosidad e imaginaron su origen en espiritus y demonios que debian ser exorcizados. Nosotros nos apoyamos en un mito distinto: “No sé qué me pasé”. Una vez que esa corriente o fuerza primaria en nosotros llega al nivel de la conciencia, tenemos que reaccionar a ella, y lo hacemos dependiendo de nuestro espiritu y circunstancias individuales, aunque usualmente la justificamos sin entenderla en verdad. Dada la manera en que evolucionamos, existe un namero limitado de esas fuerzas de la naturaleza humana, y ellas conducen al compor- tamiento ya mencionado: envidia, presuncién, irracionalidad, cortedad de miras, conformidad y agresividad activa y pasiva, por nombrar unas cuantas. Condu- cen por igual a la empatia y otras formas positivas de la conducta humana. Durante miles de afios nuestro destino consistié sobre todo en avanzar a tientas en nuestra comprensién y la de nuestra naturaleza. Erramos respecto al animal humano, pues imaginamos que descendiamos magicamente de una fuente divina, de angeles en lugar de primates. ‘Todo indicio de nuestra natura- leza primitiva y raices animales nos resultaba muy perturbador, algo que negar y reprimir. Encubrimos nuestros oscuros impulsos bajo toda clase de excusas y racionalizaciones, con lo que facilitamos que algunos adoptaran conductas de- sagradables. Pero por fin estamos en un punte en el que podemos vencer nuestra resistencia a la verdad de lo que somos, con el enorme peso de los conocimien- tos ya acumulados sobre nuestra naturaleza. Podemos aprovechar la vasta bibliografia psicolégica reunida en los tltimos cien afios, la cual incluye detallados estudios de la infancia y el impacto de nues- tro desarrollo temprano (Melanie Klein, John Bowlby, Donald Winnicott), asi como obras sobre las raices del narcisismo (Heinz Kohut), los lados sombrios de nuestra personalidad (Carl Jung), las raices de nuestra empatia (Simon Ba- ron~Cohen) y la configuracion de nuestras emociones (Paul Ekman). Podemos recoger los numerosos avances en las ciencias que nos ayudan a conocernos me- jor: estudios del cerebro (Antonio Damasio, Joseph E, LeDoux), nuestra singular composicién biolégica (Edward O. Wilson), la relacién entre el cuerpo y la mente (V.S. Ramachandran), los primates (Frans de Waal) y los cazadores-recolectores

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